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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Panamericana del Puerto


Facultad de Educación y Humanidades
Escuela de Idiomas Modernos

ACTIVIDAD 3

Alumna: Marianny Fuentes


C.I:26.840.738
Mención: Administración de Empresas

Septiembre,2023
INTRODUCCION

La situación política, económica y social de Venezuela ha sido objeto de numerosos


estudios y análisis por parte de diversos autores e instituciones. En este trabajo se pretende
ofrecer una visión general de los principales aspectos que caracterizan la realidad
venezolana actual, así como las causas y consecuencias de la crisis que atraviesa el país.
La crisis política y económica de Venezuela es uno de los problemas más graves que
enfrenta América Latina en la actualidad. El país sufre una hiperinflación que ha destruido
el poder adquisitivo de la población, una escasez crónica de alimentos, medicinas y otros
bienes básicos, una violación sistemática de los derechos humanos y una polarización
social que amenaza con desencadenar una guerra civil.

¿Cómo se llegó a esta situación y qué posibles soluciones existen? Según algunos autores,
la crisis venezolana tiene sus raíces en el modelo político y económico que instauró el
fallecido presidente Hugo Chávez, conocido como socialismo del siglo XXI, que se basó en
el control estatal de los recursos naturales, especialmente el petróleo, la redistribución de la
renta mediante programas sociales, la confrontación con Estados Unidos y sus aliados, y la
construcción de un poder popular paralelo al Estado (Corrales & Penfold, 2015). Este
modelo funcionó mientras los precios del petróleo eran altos, pero se volvió insostenible
cuando cayeron a partir de 2014, lo que provocó una caída drástica de los ingresos del
gobierno y un aumento del déficit fiscal.

Ante esta situación, el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, optó por mantener el mismo
modelo, pero profundizando las medidas autoritarias y represivas para contener el
descontento social y la oposición política. Así, Maduro desconoció los resultados
electorales que le dieron la mayoría parlamentaria a la oposición en 2015, convocó una
Asamblea Nacional Constituyente ilegítima en 2017, impidió la realización de un referendo
revocatorio en 2016 y unas elecciones presidenciales libres en 2018, y reprimió
violentamente las protestas populares que exigían un cambio democrático (Mainwaring &
Pérez-Liñán, 2019).

La crisis venezolana ha generado una grave crisis humanitaria que ha obligado a más de
cinco millones de personas a emigrar del país en busca de mejores condiciones de vida.
Además, ha afectado la estabilidad regional, al generar tensiones diplomáticas con países
vecinos como Colombia y Brasil, y al involucrar a actores internacionales como Estados
Unidos, Rusia, China, Cuba e Irán, que tienen intereses estratégicos en el país (Hausmann
& Muci, 2020).
Las posibles salidas a la crisis venezolana son inciertas y complejas. Algunos sectores
abogan por una intervención militar extranjera que derroque al régimen de Maduro, pero
esta opción implica riesgos de violencia y violación del principio de no injerencia. Otros
sectores proponen una negociación política entre el gobierno y la oposición, con el apoyo
de actores internacionales como la Unión Europea o el Grupo de Lima, pero esta opción
requiere voluntad y confianza entre las partes, que hasta ahora han sido escasas.
Finalmente, otros sectores esperan un cambio interno dentro del chavismo que permita una
transición pacífica y democrática, pero esta opción depende de la capacidad de resistencia y
movilización de la sociedad civil venezolana (Levitsky & Ziblatt, 2018).

Según Corrales y Penfold (2015), Venezuela se encuentra en un proceso de


"autocratización competitiva", es decir, una forma de autoritarismo que combina elementos
de democracia electoral con prácticas de control y manipulación política. Esta situación se
ha agravado desde la llegada al poder de Nicolás Maduro en 2013, tras la muerte de Hugo
Chávez, quien inició la llamada "revolución bolivariana" en 1999. Bajo el gobierno de
Maduro, el país ha sufrido una profunda crisis económica, social y humanitaria, marcada
por la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, el deterioro de los servicios
públicos, la violación de los derechos humanos, el éxodo masivo de migrantes y refugiados,
y la confrontación con la oposición política y la comunidad internacional (OCHA, 2020).

Entre las causas de esta crisis se pueden mencionar: el modelo económico basado en la
renta petrolera, que generó una alta dependencia del ingreso externo y una baja
diversificación productiva; la corrupción y el despilfarro de los recursos públicos; la falta
de institucionalidad democrática y el debilitamiento de los poderes públicos; la polarización
política y social entre el chavismo y la oposición; y las sanciones económicas impuestas por
Estados Unidos y otros países (Rodríguez et al., 2018).

Las consecuencias de esta crisis son múltiples y complejas. Por un lado, se ha producido un
deterioro de las condiciones de vida de la población, que se refleja en indicadores como el
aumento de la pobreza, la desnutrición, la mortalidad infantil y materna, las enfermedades
infecciosas, la violencia y la inseguridad (CEPAL, 2019). Por otro lado, se ha generado una
crisis política e institucional, que se manifiesta en el desconocimiento mutuo entre el
gobierno y la Asamblea Nacional, controlada por la oposición; la existencia de dos
presidentes paralelos: Maduro y Juan Guaidó, quien se proclamó presidente interino en
2019 con el apoyo de más de 50 países; la represión y persecución a los disidentes
políticos; y la falta de soluciones negociadas a la crisis (International Crisis Group, 2020).

En conclusión, Venezuela es un país que enfrenta una situación crítica y compleja, que
requiere de un análisis integral y multidimensional para comprender sus causas y
consecuencias. Asimismo, se necesita de un diálogo político inclusivo y respetuoso, que
permita encontrar salidas pacíficas y democráticas a la crisis, con el apoyo de la comunidad
internacional.

CONCLUSION

La economía, es y seguirá siendo, el elemento que transformará la vida de todo hombre. En


el caso de Venezuela, las concepciones económicas han estado siempre sujetas a la tierra.
Primero con la agro exportación cuya base era la tierra y segundo la exportación petrolera,
proveniente del subsuelo. Para bien o para mal, ésta es la realidad, que las cosas han podido
ser mejor, nadie lo pone en duda. Todo país tiene problemas y crisis como Venezuela y
todos nuestro problemas económicos, político, y financieros, etc. Tienen solución y todo lo
que a pasado a través del tiempo tiene solución.

El más grave problema que padece hoy nuestra economía es la inflación, la mayor de la
América Latina y una de las más altas del mundo. Varios factores, tanto internos como
externos, están generando la agudización de este flagelo que tanto afecta a la población,
particularmente a los más desposeídos, quienes con impotencia ven cómo merma su
capacidad de compra y se hacen cada vez más pobres.

Nosotros hemos recibido más de 100 millones de dólares en ingresos por la industria
petrolera y simplemente tenemos una infraestructura colapsada, tenemos problemas en la
salud, problemas en la educación, problemas de todo tipo, y esos problemas se van
agravando con el tiempo.

Por eso ahora más que nunca debemos entender que unidos podemos salir adelante, y por
más que el Gobierno quiera sacarnos de nuestro camino los venezolanos daremos la cara
por defender todo lo que nos ha costado construir. 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Corrales, J., & Penfold, M. (2015). Dragon in the tropics: Venezuela and the legacy
of Hugo Chávez. Brookings Institution Press.
 Hausmann, R., & Muci, F. (2020). Venezuela: A humanitarian and economic crisis.
In R. Hausmann (Ed.), Jump-starting America: How breakthrough science can
revive economic growth and the American dream (pp. 223-240). PublicAffairs.
 Levitsky, S., & Ziblatt, D. (2018). How democracies die. Crown.
 Mainwaring, S., & Pérez-Liñán, A. (2019). Democratic breakdown in Venezuela:
The erosion of horizontal accountability. In M. A. Cameron & J. Hershberg (Eds.),
Latin America’s authoritarian drift: The threat from the populist left (pp. 23-45).
Lynne Rienner Publishers.

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