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———___ ‘CONCLUSIONS Las sosiones de estos tres pacientes ilustran, con po quetias diferencias, la aplicacién clinica del eoncepto de identificacin proyectiva. Hemos visto la técnica de Kein, basada en el efecto que Ia identifieacién proyec- jerce sobre el modo como el paciente pereibe al ta; la de Bion, quo agrega a lo anterior la forma ialista es inducido, a través de los actos del paciente, a sentir lo que éste, inconscientemente, desea ‘que siento, y la de Joseph, ampliacion de la segunda, que incluye Ia necesidad de observar que el paciente no «esa de “empujar” inconscientemente 1] analista para que éste acti de acuerdo con la situacidn interna del aciente. Al destacar la interaccién entre paciente y ‘analista, Joseph y Bion enriquecieron el modelo de Hein; creo, sin embargo, que en términos de la clinica, ol tratar de separar un modelo del otro no conduce a mejores resultados, como tampoco nos lleva a ellos la diferenciacion entre proyeccién e identifiencion proyec tiva, El analista tiende, sin pereatarse de ello, a recu- ‘ir a los tres modelos, en tanto trata de comprender la realidad involuerada en wna sesién, y el examen poste- rior puede demostrar quo un modelo que no se aplied fen su momento habria revelado mayor eantidad de ele- ments. ama 6, LA ESCISION Y LA IDENTIFICACION PROYECTIVA Micheal Feldman La evolucién que muestran los conceptos de escsion ‘@ identifieacién proyectiva a lo largo de le obra de Me- lanie Klein representa un claro ejemplo de la interac: ign creativa entre la teoria y la observacién clinica Kein desarvollé estos conceptos con el fin de ayudar & Ja comprension de ciertos fendmenos que te le presen- taban en au préctiea; ya incluides dentro de un mareo teérico mas general por ella y sus colsboradores, eon- tribuyeron a expandir los aleances del material elinieo con el que ahora trabajamos, ‘Me proponge esbozar muy brevemento ambos con: ceptos, para luego pasar a tres fragmentos de hi sn el modo como estos mecaniamos efectos sobre el paciente y sobre Jasituacién analitica, Klein eonsiderabe que le eseisién es uno de los me- canismos de defensa mis tempranos, al que el yo inma- ‘duro recurre en eu intent de mangjar Tas intensaa an- fustias que lo asaltan. Decia que, desde muy tempra- zo, el bebé es capa de concebir algtin tipo de fant: ¥y que toda fantasia se caracteriza, entre otras cosas, por estar relacionada eon abjotos. Es ast como las pi ‘meras exparioncias de placer van unidas a la nociin de a8 tra ine ye iaetapern han te remeron iain Te cre inal ey Spe manent Sayan clone ee an Ce nents le er Rep emcee beter e hitter Ses etn eel le ‘Gr quel y0 no apne de anda bt, so dat in ‘weno externo sin qu el memo ao sala nace eee oniente; por lo tants, las falasinny eatimiontos se ign ceren del estado del sje Interne sree at laenciatrascendental mbye Ia estructura del 7 (Rtn Bargin a ‘el 30 Ulin, ein postulsha que el yo recare a a proves ps "yore fn paren eos mals oa wn frm de monejar Is angus yequivele en Is ‘Psiquico, a la expulsién de las su: its uerpo. Sin embargo, sebemes que tore dl bebe o dl mio pequeto n sl sven a pr pista de liberarlo de eatenidos inebmodos, sino gue {ambien constituyen un modo inportante de intra 16 tuar con los otras; se pueden usar agresivamente para pretender controlar a los demas, o en forma positiva para atraerlos. A modo de reeapitulacidn, digamos ‘que, si ereemos que nuestra percepeién y experiencia dde fos objetos implica una fantasia sobre la relacién ‘entre el objeto ¥ una parte del yo, luego, la eseisibn del ‘objeto —en bueno y malo, su forma més primitiva— va inevitablemente acompartada de la correspondiente e3- isin en el yo. Ms aun, el mecanismo de proyeecién ‘mediante el cual el organismo se esfuerza por desha- cerse de los contenidas que lo dafian, necesariamente implica la evacuacion de una parte del yo. ‘Klein adopt el término “identifieacién proyectiv para deseribi el proceso a través del eual el bebé pro- ‘yeeta los contenidos dafinos dentro de su ebjeto (po ‘jemplo, dentro de la madre), expulsando al mism tiempo las partes de su aparato psiquico relacionadas ‘eon dichos contenidos. ‘Como la madre, entonces, pasa a contener las partes ‘malas del self, no solo es eentida como mala —como un individuo separado— sino que es identifieada con las partes malas y no queridas del self BB objeto es sentido ahora como amenazante y po: tencialmente intrusivo (puesto que contiene Ins cuali- dades agresivas o intrusivas del bebé, asf como su pro- pensién a manejarse con las cosas proyectindolas den- tro do otros). Atrapado en este eeulo vicioso, el bebé puede sentir Ia necesidad de volver a atacar a la madre fo de apartarse de ella para protagerse. Al experimen- tar ese objeto que contiene partes del self, es presa de seneaciones desagradables, e incluso torrorificas, don- ide se siente atrapado; es en este sentido que a menudo ‘comprendemos Ia angustia claustrofobica de algunos pacientes [No me es posible detonermo en todas las ramifica- cones de este mecaniamo; ain embargo, no quisiera de- ar de mencionar que la identificacién proyectiva puede también implicar a partes buenas del elf, que han sido Droyectadas por amor o para intentar proteger alguna ‘cosa valiosa del ataque interno, Hasta cierto punto, trata de un movimiento normal y nevesario para el de sarrollo satisfactorio de nuestras relasiones; por ejem- plo, constituye la base de lo que denominamos empac ‘a’; por otra parte, sies excesivo, desemboea en el em pobrecimiento del yo, yen la dependencia excesiva de quella porsonn que contione Tas partes buenns de En Jos ultimos cvarenta aos, la investigacién y los vances del psicoandlisis han arrojado importanies € interesantes resultados sobre este campo; muchas de Jas nuevas formulaciones son complejas y dificiles. Ademés de los escritos de Klein, existen otros aportes ‘aliosos de Segal (1964), Bion (1959), Rosenfeld (1971) y Joseph (1987). Sin entrar en mayores detalles acerca de la teori, ‘uisiera pasar a una muy breve deseripein de trea si ‘tuaciones elinieas donde creo que podremos observar el ‘modo operative de los mecanismos en euestion. El sefior A. regresa a sesiin después de unas vaca- ciones; noto que habla y so mueve de forma clara y me- ‘tides, cosa inusual en 6. Dice que, al llegar, encontrd a otro paciente en In sala de espera (A. sabe que comparto lugar eon algunos eolegas y ya habia visto a otros pa ientes allt), Era la primera ver que veta a este hombre ‘en particulary, al principio, se habla sentido desconcer. tado, pensando que yo habria cometide el error de citar misma hora. Me imaginé descu- tiéndome terriblemente inedinodo, sin saber como manejar la situacién; ee le ocurrié que tal ver pediria a un colega que fuese a la sala de espe. ra, llamase a uno de los pacientes y le explicase lo que habia acurrido, para luego atender al otro yo mismo, 136 Su retrato mental de mé era el de alguien confandi- do, desconcertado, incapaz de manejar el embrello del {que era tinico responsable, enviando a otro a que lo hi- ciera en mi lugar. Rapidamente, el paciente se colocd fen una posicién desde la eual observaba con toda cal- ‘ma, sin que, siquiera por un instante, se le ocurriese que tal vez el error fuera suyo, Al avanzar la sesién, ste 1i6 a luz que, la semana anterior, durante mi ausencia, ‘A. se habia visto envuelto en problemas: habia perdido '8t reloj, no sabia qué estaba pasando y deseribié varias otras difcultades. {Cuiles son los mecanismes dindmicos que pueden explicar la forma como comenz6 la sesién? Es mil opic nidn que, en su fantasia, el paciente proyecté en mi su propia experiencia conscionte del estado de confusién fn que se encontraba, au deseoneierto ante los proble ‘mas quo surgicron durante las vacaciones, y us difi- cultades con los horarios, expresados en la pérdida del rele). Luogo do la sensacién pasajera de incomadidad consigo mismo, provecada por el encuentro con un des ‘conocido en la sala de espera, se eurd a sf mismo de sus pensamientos perturbaderes, comportdndose de manc- a eficente y organizada, misntras que, en la fantasia, su analista debia buscar ayuda para salir de un embro- Tip. Cuando, més adelante, el pacionte se reencontré ‘con el marco tranguilizador que le resultaba familiar, se aintié menos inelinado a proyectar en mi sus estado desagradables, logrando reconocer, a través de lo que de mi pereibia (mi voz y mi actitud), que probablemen- te no era yo quien estaba sumido en la confusién. Al mismo tiempo, volvieron los recuerdos y el conocimien= to del melestar que él mismo habia experimentado dic rante las vacaciones, junto con sus aprensiones respec- ‘to de la reanudacién del anilisis. Bra evidente que su fantasia proyectaba todo esto en ms, como si se tratara ‘do una condieidn real de mi mente én ese momento; e5- taba claro, también, que habfa otros contenidos psi cos. El paciente preservaba un modo de funciona to organizado, pudiendo deducir qué haria yo para re- solver ls conbecuentias de enor o conan lacién que imaginé era liga, a Ia ver que compleja, Woe mend eee econ, ante una escisn que tine sus pereepiones ys fanta- sia respecto de mt, en tanto que tina parte de es conte- ios pigeon qu riamenta, fuera de st Debo decir aqui que este ejemplo de identifieacion royectiva presenta un rasgo levemente instal. En In ‘easidn aque he referido, tenia la plena eonviceién de es- {ar atendiendo al hombre debido a a hora debida,¥ a: bia que la person qu paciente dé un cole. ar; sin embargo, en otras apor. ‘tunidades, pereibia mejor mi estado de énimo, 0 elegia Iejor sus actos © palabras, consigulendo afeetarme, © induciéndome a sentir impaciencia, inseguridad, ansic- dad o alguna otra disposicién mental, Para deirlo en otras palabras: muchas veces nos vemos, no silo ante Ja proyeccién fantaseada dentro de un aljeto, con el dde que ésto adquiera ciertas caracteristicas propias del ‘estado psiguico del paciente (caracteristieas que pue- den 0 no "acomodarse” al objeto}, sino que a menudo nos enfrvntamos con un proceso activo y dinamico en el ‘ual el objeto es afectalo por la proyeecion. ‘Mi teorizacién acerca de lo que sucediera al princi- pio de la sesién parecié confirmarse al surgir nuevo ‘material, ese mismo dia. Entre otras cosas que habian ‘ocurrido durante las vacaciones, A. se habia mudado a una ofieina mas espaciosa, en otro piso, dentro de la timpresa para Ja eual trabaja; In tnudenea vcurrié ‘mientras Tas dos personas con quienes eompartéa el Iugar se encontraban eon licencia, A su regres, 66 ry quejaron de que A. habla dejado todo sucio y desorde- nado. Durante el relato, el tono de A, trasuntaba wna leve bofensa. Reconocta que, probablement, habia habido al- ‘tin desorden, pero subray6 que habia tenido la inten- ‘cin de limpiar; so le habia faltado tiempo. Luego pa- ‘86a dascribir, con énfosis eada vex mayor, cum ireazo- nnables y neursticos se mostraban sus colegas al armar tal alboroto,y lo intolerante y mezquino de su reaccién, A medida que hablaba, se hizo evidente que asumia ‘una actitud condescendiente, hasta despectiva, para con los otros; en realidad, no solo habfa dejado todo pa- tas ariba durante la ausencia do ellos, sino que pas a leseribirlos como personas psicolégicamente embrolla- (das mientras que A. so colocaba en una posicibn dis- tanto, de superioridad moral y psicoldgic, a Ia cual ac- cedia desde In seguridad que le brindaba su nueva of ina, espaciosa y limpia, situada en un piso mis ato ‘Advertiran ustedes que este proceso se parece, casi cexactamento, a aquel que le sirvié para manejar su in- comodidad y confusion al principio de la sesién, y que fuera posteriormente relacionade con los desordenes ‘que ef habfa sutrido en el tramo final de las vaeacior El relato acorea de la offeina prestaba visoa concretos a Ja situacién: él habia, en efecto, desocupado un lugar, ‘embrollando el espacio de otras personas, al tiempo ‘que 80 convertia en el observador distante, algo supe- For, que miraba eémo los demés pasaban apuros. El ‘modo como deserihié lo ocurrido com sus compaferos de trabajo puso en evidencia que st respuesta ante las que- jas recibidas terminé de enfurccerlos, lo eual puede ha- brlos inducido a hablar —o a comportarse— irracio- rnalmente,corroborando asf la opinin que de ellos tena, ‘Para finalivar, quisiera sefalar que, en la situacion doserita, la Wentifieacién prnyectiva del paciente f ‘del tipo flexible o fluida: en el curso de la sesi recobrarse y hablar de sus propins ansiedades y confu- ‘Gn, sin sentirse amonazado por ellas ni atacado por ‘i cuando interpreté fo que estaba sucediendo, BB segundo fragmento de anglisis que nos interesa. se reierea la sefiora B., la menor de dos hermanas, ya madre debi6 eriarlas en cireunstancias dificiles, ya ‘que el padre habia abandonado el hogar cuando la’ pa ciente era muy joven. La madre, mujer sumamente perturbada, parece haber concentrado su odio y st vie Jencia en la seRora B., mi paciente, A pesar de sus muchas dificultades internas y exter- nas, B. ha logrado tener éxito en diversos aspectos de su vida: esta casada y tiene dos hijas. Sin embargo, hha conseguido liberarse de una sensacién de amenas cconstante, proveniente de Ia imagen hostil y envidiasa de su madre. Lo que més la perturha es que reeonoce, cen ella misma, ciertos rasgos que se la recuerdan, pa ticularmente en el modo como trata a sus propias hija Cuando toma conciencia de esto, se siente fuertemente presionada a deseonocer estas earacteristicas, ya sea conscientemente, por medio de eu comportamiento, o Incomeientemente, proyestandolas sobre alguna figura ‘Bn una ocasicn, ilogé a su sesién de mitad de sema- na, diciendo que habia algo que tendria que haber mencionado antes. El no haberle hecho Ta pont inod- ‘moda; en verdad, no sabia por qué lo habia callado; tal ver fuese porque esperaba que el asunto se resolviera solo. Acto seguido dijo que uno de sus parientes, coo quien sostenfa unas relaciones dificiles y complicadas de pronto habia offocide hacerse cargo de los estudios de su hija mayor, para que pudiese eoncurrir a una es. ccuela privada, Saltaba a ojos vista que el tema la ponia {nedmoda y tensa; no parecia poder hablar mucho més de él. Pero agregs que le preceupaba que otras perso nas pensaran que disponia de medios, lo cual, por sus puesto, no era exaco, Era evidente que B, 6 mostraba prensa reapecio do mi reneelgn ant In notela, aa hm ante el hecho de que habla evitao moncionara tn sesione anteriores. La ataein que desenbia me {fajo ala memoria certosaspectoe de la infancia ttivacin dela propia 9 de au loin con au ma fren especial tmor te Te produtan la viotentan fxtlosionde de ira qu ela estab de apaciguar eon Sin conduct complacent y sums. Todo agullo que Bvalorabeycatratab ata uno de ss Toros, pate- fia destnady a despertar el resntinfontoy lu envidia de amatre; eer qo ello se debia ua stn de recy pavecones Pe Gonvciendo. ‘estos datos, me fue posible explorar la incomoidad quo fo proiciaepase de su hija una freucla privada, en términos dela nvidia que otros, Senos privileges, poirian experimentar. En lo ms Fnmediat, la tension y el retramento que me dene Urabe polian ser prodteto dona fantata donde, ante hhostil y violenta, queriendo deshacorme de ella quiza, ‘como Io habria hecho su madre. La paciente era capa, ddedecirse a sf mista que estes temores eran irraciona- Tes y "tontos", ya menudo asf lo hacts; sabfa que mi reactidn seria diferente; no obstante, los esfuerzos que iba para tranquilizarce no calmaban su angus- tia, ni suavizaban Ia dureza y severidad de la figura, ‘que habia proyectado en mf, y que sentia como algo muy real. Cuando hice Ia interpretacin correspondien- te, se apacigus visiblemente, como si esta figura retro- codiera hacia un segundo plane, dejdndola con alguien ea eee fa siguiente, Ileg6 a sesién con el rostro amora- tado « hinchado; era evidente que algo habsa ocurrido, [Lo primero que dijo fue que, en realidad, no queria ve- nity porque no deseaba contarme acerea del pequeiio reali ma fccidente que habia tenido: no estaba segura de reaceién, Pero haba estado diciéndose que todo anda: ia bien, que yo no me molestaria, y que tenia que Ye nir de todes modos. Tambien habia tenide un sueno perturbador la noche anterior y deseaba contarmelo, Pero antes habl6 un momento sobre el aecidente, Se en- ‘ontraba en Ia cocina, preparanda una comida caliente en Ia procesadora, cuando ésta le exploto en la ara Aunque B.trat6 de restar importancia al ineidente, era fvidente que habia sido una experiencia atemorizante ¥y dolorosa; cambio de tema rapidamente, relatando el ‘suefio, donde, segtin pensaba sin poder asegurarlo, se hhabian repetido algunos hechos oeurrides esa noche; hhabia, ademds, dos figuras; una de ellas tenia que eu dar de Ia otra, pero se suseté una pelea, y la supuesta figura protectora empujé a la otra y, probablemente, la iat, He aqui un breve resumen del desarrollo de esta se= sidn: B, me dijo que la sesiin anterior le habia procura- do algun alivio, pero que todavia Ia incomedaba el santo de la escuela privads; el enteranse de que su bi- {8 sostendria una entrevista con la nueva directora no ‘ontribuyé a mejorar las eosas, B. tendria que acompa ‘arla¢ ignoraba cwinto tiempo le iba a Ilewsr, de modo ‘que tal vez llegara tarde o no pudiera concurrin, y no tendria emo hacérmelo anber. (La sefiora B, eS muy. respetuosa da la puntualidad y se esfuerza por venir & sesidn aun en cireunstancias muy dificles, son ra Jas ocasiones en que falta 0 lega tarde 3, cuando ello ssucede, no deja de telefonear para dar las explicaciones del caso y disculparse, como si todo el tiempo taviese ‘que aplacar a alguna figura muy susceptible y po ialmente explosiva.) Ahora se encontraba an disyuntiva extremadamente dificil, Apenas si podia manejar la ansiedad de suponer en mi una reaccion en- vidiosa y host ante la cuota escolar de su hija; quiza ‘exigiri entonces un honorario més elevado. A esto fe samba ann proven ana, forma de Tn eosin que perderia, o porderia en parte; en santa sf est colmaria mi paciencia y yo actbaria por esta. tar, como sola hacerlo su madre, 1 incidente de In procesadora que Ie explats en 1a istimandola asustandoa, tn6 su fantasia con ‘de realisme dramatico, aumentando su a rstia y su poca disposicién a venir a verme, porque silo dio a entender— cas esperabn que, sie traia problemas, yo me sentria mas iritado y m0 ia bien. Bata misma situacin se repetia en et seho, donde Ia figura que debe proporcionar los exida dos a voles belcoa y rethszante Por supuesto, en cierto sentido, I sefora B., no ereia que fuese mi eaa0% muy por el contrario, no sélo reconoefa haber obten ayuda del tratamiento, sino que, adem, me ha ideal ‘ado un poco, como alguien que eomprende perfcta mente de lo que so trata in que ella neceste expliear emasiado; alguien infinitamente paciente y amable ‘Nos encontramos frente a una forma de la escisin Alojide Tos dos aspctos dal analista covxisten en com vi parados, sit que ningun modifique al otro. "Ei el curso de la sesin, interpret algunas de las reales y eoneretas, que la paciente ima ginaba ‘de mis reacciones, vinculindolas flo que ambos sabiamos acerea de sus experiencias on Ia madre, 3 relaciondndolas eon la figura interne fantasenda. Las interpretaciones parecieron devolverte ‘a negra de que conta cn un analist protector al partir, se voie muy aliviada. 2» Gfoo que este caso eumplifiea un aspeto del efecto terapéutico del pricoanslisis, segiin lo postulado por ‘James Steachey en su escrito seminal de 1954. En la leansferenci, el paciento proyecta alguna forma area us

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