You are on page 1of 55

Desarrollo Físico

Desarrollo Cognoscitivo
Personalidad y Desarrollo Social
El Desarrollo Físico depende de la
maduración, que es el despliegue de
patrones de comportamiento en una
secuencia determinada biológicamente y
relacionada con la edad. Los cambios
producto de la maduración están
programados por los genes.
Dos principios rigen tanto el crecimiento
como el desarrollo motor:

▪ El Principio Cefalocaudal (de la cabeza a la


cola): dicta que el desarrollo avanza desde la
cabeza hasta las partes inferiores del cuerpo.
▪ El Principio Proximodistal (de cerca a
lejos): el desarrollo avanza del centro del
cuerpo hacia las partes externas.
En cuanto al crecimiento, los genes que un
niño hereda tienen una gran influencia sobre
el tipo del cuerpo: si ha de ser alto o bajo,
delgado o robusto. Asimismo, el ambiente
ejerce una influencia importante en la
estatura y el peso a través de la nutrición, las
condiciones de vida y la salud general.
Alnacer, el cerebro
solo tiene 25% del
peso que tendrá
como adulto. Alcanza
70% de su peso
probable durante el
primer año y 80%
hacia el final del
segundo. Continúa
creciendo hasta los
12 años, cuando llega
casi al tamaño del
adulto.
Los seres humanos
tenemos muchos
reflejos; algunos
sirven de protección
para poder
sobrevivir. Los
comportamientos
reflejos son una
respuesta automática
e involuntaria ante un
estímulo externo.
Reflejo de
Orientación

▪ Estímulo: tocar la
mejilla del bebé
con el dedo, el
pezón o un chupete.
▪ Respuesta: girar la cabeza;
abrir la boca; movimientos
de succión.
Reflejo de agarre
(darwiniano)

▪ Estímulo: tocar la
palma de la mano
del bebé.
▪ Respuesta: cerrar el puño
con fuerza, hasta el punto
de poder levantar al bebé.
Reflejo de natación

▪ Estímulo: colocar al
bebé boca abajo
dentro del agua.
▪ Respuesta: realizar
movimientos bien
coordinados de natación.
Reflejo de cuello
tónico

▪ Estímulo: acostar al
bebé sobre su
espalda.
▪ Respuesta: voltear la
cabeza hacia un lado,
adoptando una posición de
“esgrimista”.
Reflejo de sobresalto
(Moro)
▪ Estímulo: soltar al bebé o
hacerlo escuchar un ruido
fuerte.
▪ Respuesta: extender
brazos, piernas y dedos;
arquear la espalda; echar la
cabeza hacia atrás.
Reflejo de Babinski

▪ Estímulo: tocar la planta


del pie del bebé.
▪ Respuesta: abrir los dedos;
girar el pie.
Reflejo de marcha
▪ Estímulo: sostener al bebé
de las axilas y con los pies
descalzos hacerlo tocar una
superficie plana.
▪ Respuesta: hacer
movimientos similares a dar
pasos que dan la apariencia
de caminar.
Primeras capacidades sensoriales

Los infantes pueden captar algunas de sus


percepciones y pueden discriminar en las
áreas de visión, audición, olfato, gusto y tacto.
La visión es el sentido
menos desarrollado al
nacer: los ojos no permiten
ver en línea recta y enfocan
mejor a 30 cm; la visión
periférica es estrecha; no se
distinguen los colores sino
hasta los 2 meses de edad
(el rojo del verde).
La audición comienza en el
útero y se perfecciona poco
antes del nacimiento. Los
fetos responden a los
sonidos y pueden aprender
algunos. Los recién nacidos
pueden oír e inclusive
distinguir unos sonidos de
otros.
El olfato comienza poco
después de nacer. Los
recién nacidos pueden
distinguir entre olores
específicos presentados en
forma separada. También
pueden distinguir el lugar
de origen de los olores.
Los recién nacidos pueden
distinguir entre sabores y
prefieren los dulces a los
ácidos o amargos. Cuanto
más dulce sea el fluido, más
fuerte será la succión. El
gusto humano tiene desde
temprano preferencias.
El tacto es el primer
sentido en desarrollarse y
durante los primeros meses
constituye el sistema
sensorial más maduro. Ya a
las 32 semanas de
gestación todas las partes
del cuerpo son sensibles al
tacto.
Desde el primer día, los
bebés pueden sentir dolor
y se vuelven más sensibles
a este durante los
siguientes días. Reaccionan
al dolor a través de los
movimientos del cuerpo,
gimiendo y llorando.
A los bebés no se les tiene que enseñar
destrezas motrices básicas como gatear,
caminar y agarrar. Cuando el sistema
nervioso central, los músculos y los huesos
alcanzan un nivel suficiente de madurez,
sorprenden a los adultos que los rodean.
La mayoría de los neonatos puede voltear la
cabeza de un lado a otro mientras está
acostado sobre su espalda. Cuando están
boca abajo, muchos pueden levantar la
cabeza lo suficiente como para voltearla.
Durante los dos o tres primeros meses, cada
vez pueden levantarla más; hacia el cuarto
mes, casi todos los infantes pueden mantener
la cabeza erguida mientras se les sostiene
alzados o están sentados con apoyo.
Alrededor de los tres meses y medio, la
mayoría de los infantes puede agarrar un
objeto de tamaño moderado (un sonajero),
pero tiene problemas para sostener un
objeto pequeño. Poco después, sujetan los
objetos con una mano y los pasan a la otra.
Entre los 7 y los 11 meses de edad, sus
manos presentan suficiente coordinación
como para agarrar algo con un movimiento
de pinza. A los 14 meses, el bebé puede
construir una torre de dos cubos.
Después de los 3 meses, el bebé comienza a
rodar a propósito, primero de adelante hacia
atrás y luego de atrás hacia adelante. El bebé
puede sentarse sin apoyo alrededor del
quinto o sexto mes y puede sentarse sin
ayuda en el octavo. Hacia el sexto mes, los
bebés empiezan a desplazarse por sí
mismos; hacia el noveno o décimo, gatean y
se desplazan bastante bien. Este tipo de
locomoción tiene importantes implicaciones
psicológicas.
Solo hasta cuando los
bebés han logrado
suficiente coordinación ojo-
mano para alcanzar objetos,
es cuando desarrollan la
percepción háptica
(capacidad para adquirir
información acerca de
objetos cuando se los
manipula).
La percepción de la
profundidad (capacidad
para percibir objetos en
3D) también está influida
por el desarrollo motor. Por
ejemplo, el bebé debe
tener suficiente control
sobre la cabeza para poder
moverla y sostenerla.
Cuando comienzan a
gatear, los bebés se
vuelven más sensibles para
ver dónde están los objetos
y qué tan grandes son entre
sí. Gatear les permite tener
una nueva visión del
mundo, amplía la confianza
y la autoestima.
El comportamiento inteligente tiene dos
aspectos clave:

▪ Está orientado por metas: es consciente y


deliberado antes que accidental.
▪ Es adaptativo: se emplea para identificar y
resolver problemas.
La inteligencia es lo que hace a una persona
capaz de adquirir, recordar y utilizar el
conocimiento, entender conceptos y
relaciones entre objetos, ideas y sucesos, y
aplicar el conocimiento y el entendimiento a
los problemas de la vida diaria.
En la primera etapa del desarrollo
cognoscitivo (sensorio-motriz), el concepto
más importante es el de permanencia del
objeto (la comprensión de que un objeto o
persona sigue existiendo aunque no se halle
a la vista), el cual es la base para que el
infante tenga consciencia de que ellos
existen aparte de objetos y de otras
personas.
Subetapa I (0-1° mes):
Uso de reflejos
▪ Los infantes ejercitan sus
reflejos y logran algún
control sobre ellos.
▪ No han desarrollado el
concepto de permanencia
del objeto.
Subetapa II (1°-4° mes):
Reacciones circulares
primarias
▪ Modalidades de acción
repetitiva que representan
el comportamiento infantil
no reflexivo inicial.
Subetapa III (4°-8° mes):
Reacciones circulares
secundarias
▪ Acciones intencionales que
se repiten no por simple
gusto, sino para alcanzar
resultados más allá del
cuerpo.
▪ Inicia la permanencia del
objeto.
Subetapa IV (8°-12° mes):
Coordinación de
esquemas secundarios
▪ Los infantes pueden elegir
y coordinar dos o más
patrones de conducta para
alcanzar una meta.
Subetapa V (12°-18° mes):
Reacciones circulares
terciarias
▪ Los infantes modifican sus
acciones originales para
ver qué sucederá, en lugar
de repetir un
comportamiento agradable
que descubrieron por azar.
Subetapa VI (18°-24° mes):
Inicio del pensamiento
simbólico
▪ Los infantes pueden hacer
representaciones mentales
(símbolos) de hechos, lo
que les permite pensar en
las acciones antes de
llevarlas a cabo.
El aprendizaje es un cambio relativamente
permanente en el comportamiento que se
produce a través de la experiencia. Los seres
humanos nacemos con la capacidad para
aprender, pero el aprendizaje mismo solo se
obtiene con la experiencia. Este es una
forma de adaptación al ambiente. La
maduración es necesaria para aprender.
Antes que los infantes digan sus primeras
palabras, emiten sonidos que van desde el
llanto y los arrullos hasta el balbuceo, la
imitación accidental y luego la deliberada.
Estos sonidos se conocen como discurso pre-
lingüístico.
El bebé promedio dice su primera palabra
en algún momento entre los 10 y los 14
meses, iniciando el discurso lingüístico, es
decir, el lenguaje hablado que conlleva un
significado.
La personalidad es la forma particular y
relativamente consistente como una persona
expresa sus sentimientos, su pensamiento y
su comportamiento. Algunos aspectos de la
personalidad parecen ser heredados, otros
reciben más bien la influencia de las
primeras experiencias, y la mayor parte
refleja la interacción entre herencia y
ambiente.
La primera de las ocho crisis, o etapas
esenciales del desarrollo de la personalidad,
es confianza básica frente a desconfianza
básica. Los bebés desarrollan un sentido de
en qué personas y objetos de su mundo
pueden confiar. Si predomina esto,
desarrollarán la virtud de la esperanza; si
predomina la desconfianza, verán el mundo
como algo hostil e impredecible y tendrán
problemas para relacionarse.
La autorregulación es el
control que se tiene sobre
el propio comportamiento
para ajustarse a las
expectativas sociales.
La segunda crisis del desarrollo (18 meses-3
años) de la personalidad es autonomía
frente a vergüenza y duda. Los niños
comienzan a confiar en su propio
discernimiento y a sustituir por este el de sus
padres. Entonces surge la virtud de la
voluntad. De otro lado, para probar los
límites, el niño suele gritar: ¡No! A este nuevo
comportamiento se le llama negativismo.
Las personas más eficientes
en el cuidado de los niños
son cálidas, sensibles, con
capacidad de respuesta y
con autoridad.
En el segundo año, los bebés alcanzan la
autoconsciencia, el entendimiento de que
están separados de las demás personas y de
las cosas. Esto les permite reflexionar acerca
de sus acciones y medirlas frente a los
estándares sociales. En esta edad también
surge el autorreconocimiento (capacidad
para reconocer la propia imagen).
El temperamento es la característica de
cada persona en su estilo de aproximarse y
reaccionar ante la gente y las situaciones. Es
el cómo del comportamiento antes que el
qué (capacidades) o el por qué (motivación).
Componentes del temperamento:

▪ Nivel de actividad: cómo y cuánto se mueve


una persona.
▪ Ritmo o regularidad: nivel de predicción de
los ciclos biológicos como hambre, sueño y
evacuación.
▪ Aproximación o retirada: respuesta ante un
nuevo estímulo, alimento o persona.
Componentes del temperamento:

▪ Adaptabilidad: qué tan fácil se cambia hacia


una dirección deseada la respuesta ante una
situación nueva o modificada.
▪ Umbral de respuesta: cuánta estimulación se
necesita para lograr una respuesta.
▪ Intensidad de reacción: con cuánta energía
responde una persona.
Componentes del temperamento:
▪ Calidad del ánimo: si predomina el agrado,
la alegría y la amistad, o el desagrado, la
insatisfacción y la hostilidad.
▪ Nivel de distracción: con cuánta facilidad un
estímulo irrelevante puede alterar o
interferir con el comportamiento de una
persona.
▪ Ciclo de atención y persistencia: cuánto
persiste una persona en una actividad y
continúa de cara a los obstáculos.
▪ Pataletas.
▪ Mordiscos.
▪ Negativismo y desobediencia.
▪ Creatividad y destrucción.
▪ Hacer trampa en el juego.
▪ Establecer reglas claras.
▪ Adaptar las reglas a las necesidades y
habilidades de cada niño; no es necesario
que sean las mismas para todos.
▪ Los adultos que interactúan deben estar de
acuerdo.
▪ Responda siempre de la misma manera.
▪ Si es necesario hacer ajustes a las reglas,
hacerlos.
▪ Multitud de estímulos que incluyen ruidos
fuertes (aspiradoras, sirenas y alarmas,
camiones y truenos), animales, cuartos
oscuros, separación de los padres, objetos o
máquinas grandes, cambios en el ambiente
personal, compañeros desconocidos.
▪ APA. Diccionario Conciso de Psicología (2010). Editorial El
Manual Moderno.
▪ Psicología del Desarrollo (2005). Diane E. Papalia, Sally
Wendkos Olds, Ruth Duskin Feldman. McGraw-
Hill/Interamericana.

You might also like