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Mitología
Propuesta de aprendizaje
Cuando la mujer identificada con el arquetipo Artemisa vive el pro-
ceso de trascender e integrar sus cualidades, va ampliando la
conciencia con relación a la naturaleza del arquetipo, hasta el punto
de aprender a utilizar esas cualidades como herramientas en su
proceso vital y, a la vez, se abre a la vivencia de otros arquetipos que
también forman parte de la naturaleza femenina.
Para el desarrollo del potencial del arquetipo y, por tanto, la consecu-
ción del equilibrio interior, la mujer identificada con Artemisa ha de
tomar conciencia de aspectos emocionales de su expresión vital que
necesita evo- lucionar. No se trata de hablar de virtudes y defectos,
sino de valorar el hecho de que una cualidad, ya sea por exceso o
por carencia, puede re- sultar desarmonizadora en un momento dado
del proceso vital. Dicho de otro modo, todo exceso es un defecto en
sí, todo defecto es un exceso en sí; la virtud es el punto,
comprendido entre exceso y defecto, que resulta armonizador para la
mujer concreta en su momento vital concreto. Ese aspecto de
“virtud” no es el mismo para cada mujer, ya que la necesidad de
tránsito por el arquetipo y los aprendizajes que se han de realizar se
presentan en función de cada individualidad.
¿Qué aspectos ha de tener en cuenta la mujer Artemisa para evolu-
cionar en el arquetipo?
Considerando el momento de conciencia y evolutivo en que se en-
cuentra con relación al arquetipo (identificación, evolución,
desidentifica- ción o trascendencia), vamos a valorar las cualidades
sobre las que puede actuar a través de la propuesta de aprendizaje.
- Toma de la esencia floral Artemisa - rival y hermana. Esta esencia
propicia el proceso de desbloqueo, toma de conciencia y evolución
en la vivencia y tránsito del arquetipo, facilitando el proceso de
trascendencia e integración.
- Tomar conciencia de su capacidad de destrucción. La mujer Ar-
temisa, cuando está plenamente identificada, permanece conectada
a las cualidades del arquetipo que hacen de ella una mujer luchadora,
justiciera, en permanente desencuentro con la figura masculina,
colérica, vengativa, caprichosa, ejercitadora de poder, etc. Estos
aspectos de la diosa, manifes- tados en la expresión cotidiana,
provocan tensión, desequilibrio y conflicto en una etapa posterior de
desidentificación. Sin tener conciencia clara de ello, la mujer del
arquetipo Artemisa que atraviesa este proceso provoca destrucción a
su alrededor, no en el sentido físico de la palabra, sino en el sentido
emocional y energético. Aunque ella vive en el centro de esa des-
trucción no es consciente de ello, lo considera algo natural.
La evolución dentro de esta cualidad hacia la toma de conciencia de
la realidad que crea, y las consecuencias de esa influencia sobre su
vida y la vida de los demás, la pueden llevar a comprender su poder y
el uso des- armonizador que hace de él. Esta comprensión desde lo
más profundo de su ser, más allá del superficial entendimiento
mental, le plantearán la nece- sidad de armonizar el poder interior y
su expresión en la realidad externa en la cual interacciona. Se inicia
así una parte del proceso, donde aprenderá a compatibilizar su
poderosa naturaleza interior con las de los demás seres con quienes
comparte la vida. La tolerancia, la diplomacia, la comprensión, la
serenidad y la entrega en el amor son cualidades que la mujer
Artemisa puede vivir sin por ello dejar de lado su naturaleza libre y
poderosa.
- Desarrollar la humildad para reconocer su lado humano. Dado el
poder interior que la mujer Artemisa siente, la tendencia al orgullo, la
pre- potencia, el ejercicio constante del poder, etc., resultan actitudes
habituales. Esto hace que no tenga conciencia clara del daño que
puede llegar a causar en quienes interaccionan con ella. Desarrollar
las cualidades opuestas a las que se han enumerado —por ejemplo a
través de la humildad— la llevará a construir una relación menos
destructiva y dañina con el resto de las personas, permitiendo el
acercamiento en lugar del desencuentro, el amor y no el rechazo, la
interacción en vez de la soledad.