You are on page 1of 9

TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII).

DECRETO DE EXPULSIÓN DE LOS JUDIOS

Don Fernando y Doña Isabel, por la gracia de Dios rey e reina de Castilla, de León, de
Aragón, de Sicilia, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Mallorca… duques de
Atenas y Neopatria. Al Príncipe don Juan, nuestro hijo, e a los Infantes, prelados,
duques, marqueses, condes… a los concejos, corregidores, alcaldes... de todas las
ciudades, villas y lugares de nuestros reinos y señoríos, y a las aljamas de los judíos y
a todos los judíos y personas singulares, de cualquier edad que sean… salud y gracia.
Sepades e saber debedes que porque Nos fuimos informados que hay en nuestros reinos
algunos malos cristianos que judaizaban de nuestra Sancta Fe Católica, de lo cual era
mucha culpa la comunicación de los judíos con los cristianos, en las Cortes de Toledo
de 1.480 mandamos apartar los judíos en todas las ciudades, villas y lugares de nuestros
reinos, dándoles juderías y lugares apartados donde vivieran juntos en su pecado,
pensando que se remorderían; e otrossí ovimos procurado que se ficiese Inquisición…
por la que se han hallado muchos culpables, según es notorio. Y consta ser tanto el
daño que se sigue a los cristianos de la comunicación con los judíos, los cuales se jactan
de subvertir la fe católica, que los llevan a su dañada creencia… procurando de cir-
cuncidar a sus hijos, dándoles libros para escribir y leer las historias de su ley…
persuadiéndoles de que guarden la ley de Moisés, faciéndoles entender que no hay otra
ley nin verdad sino aquella; lo cual todo consta por confesiones de los mismos judíos y
de quienes han sido pervertidos. Lo cual ha redundado en oprobio de la Fe Católica.
Por ende, Nos, en concejo e parescer de algunos prelados, e grandes e caballeros, e de
otras personas de ciencia e de conciencia, aviendo avido sobrello mucha deliberación,
acordamos de mandar salir a todos los judíos de nuestros reinos, que jamás tornen; e
sobrello mandamos dar esta carta por la cual mandamos que fasta el fin del mes de
julio que viene salgan todos con sus fijos, de cualquier edad que sean, e non osen
tornar… bajo pena de muerte. E mandamos que nadie de nuestros reinos sea osado de
recebir, acoger o defender pública o secretamente a judío nin judía pasado el término
de julio… so pena de confiscación de todos sus bienes. Y porque los judíos puedan
actuar como más les convenga en este plazo, les ponemos bajo nuestra protección, para
que puedan vender, enagenar o trocar sus bienes. Les autorizamos a sacar sus bienes
por tierra y mar, en tanto non seya oro nin plata, nin moneda nin las otras cosas
vedadas. Otrossí mandamos a nuestros alcaldes, corregidores… que cumplan y hagan
cumplir este nuestro mandamiento. Y porque nadie pueda alegar ignorancia
mandamos que esta Carta sea pregonada por plazas e mercados.
Dada en Granada, a treinta y uno de marzo de 1492.

Los Reyes Católicos: Unión dinástica e integración de los


reinos peninsulares.
El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (1469), herederos de
dos reinos de la Península, dio origen, al acceder ambos al trono, a una nueva entidad
política: la monarquía hispánica. Todo esto se asentaría tras la guerra catalana, la
corona aragonesa aconsejó el enlace del príncipe Fernando con la poderosa infanta
castellana Isabel, y la terrible guerra civil castellana a la que tuvo que hacer frente
Isabel contra Juana “la Beltraneja”. El tratado de Alcaçovas (1479) puso fin a la
guerra. Isabel fue reconocida como reina de Castilla, el matrimonio de Alfonso y Juana
se anuló y esta ingresaba en un monasterio.
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 2

Esta monarquía debe de entenderse como una unión dinástica de dos Coronas,
en la que cada reino siguió rigiéndose por sus leyes e instituciones, por lo que se
conformó un Estado plural y no unitario, integrado por unos territorios (Castilla,
Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia) que solo tenían en común una misma
monarquía. Se denominaba España a la asociación de todos los pueblos de la PI, pero
no tenía un significado político; de tal manera que los RR.CC no utilizaron la
denominación de los Reyes de España sino de los diferentes reinos que la formaban.
Las leyes, la moneda y las instituciones, así como las Cortes de cada reino, permanecieron
diferenciadas, y las fronteras entre los territorios obligaban al pago de derechos sobre las
mercancías. A pesar de este aparente equilibrio, el mayor peso territorial, demográfico y
económico de Castilla originó una creciente castellanización de la propia monarquía y
un descenso del peso político de la Corona de Aragón, a lo largo delos siglos XVI y XVII.
Los Reyes Católicos representan uno de los mejores exponentes de la monarquía
autoritaria (también denominada moderna o territorial). Se denomina autoritaria porque
los reyes tratan de aumentar su autoridad frente al poder de la nobleza y el clero
(Patronato Regio) poniendo fin a una larga lucha de intereses a lo largo de toda la Edad
Media. Esta nueva forma de gobernar también recibe las denominaciones de moderna,
dado que con este tipo de monarquía comienza la Edad Moderna, y territorial, al tratar
de provocar una unidad territorial, incorporando a la monarquía todos los territorios que
en tiempos pasados les pertenecían. La unidad territorial final de los Reyes Católicos
comprenderá: la conquista del reino de Granada (1492), la recuperación del Rosellón
y de la Cerdaña (1493) y la incorporación de Navarra (1512). Además con el tratado
mencionado anteriormente los RR.CC tomaron a su cargo la conquista definitiva de
las islas canarias. Se utilizó para ello el sistema de capitulaciones.

Expulsión de judíos (1492) y expulsión de moriscos (1609 ).


La expulsión de los judíos respondió, en un principio, a motivaciones religiosas y
tuvo relación con la actuación de la Inquisición (Torquemada), que aunque no podía
actuar contra ellos, consideraba que su presencia era un mal ejemplo para los conversos.
Así, en marzo de 1492 los RR.CC promulgaron el decreto de expulsión de los judíos
(texto) de Castilla y Aragón que no accedieran a bautizarse en el plazo de cuatro meses.
Podían vender sus bienes y llevárselos en forma de letras de cambio, ya que se les prohibía
sacar oro, plata, monedas y armas. Ante el decreto de expulsión, muchos prefirieron
bautizarse, pero unos cien mil judíos abandonaron Castilla y Aragón. El destino final de
estos judíos españoles (llamados sefarditas) fue el norte de África, Flandes, Italia y el
Imperio turco. Las consecuencias económicas de lo acontecido fueron altamente
negativas. Respecto a los mudéjares, el cardenal Cisneros intentó convertirlos, esto
provocó la sublevación de los mudéjares granadinos. Su consecuencia fue un decreto, por
lo que debían decidir entre el bautismo o la expulsión, la mayoría aceptó el bautismo (en
Granada y Castilla). Los mudéjares bautizados pasaron a llamarse moriscos, conservaron
sus costumbres, lengua y forma de vestir.
La expulsión de los moriscos en 1609 se decretó durante el reinado de Felipe
III –fue ordenado por él-, supuso la pérdida de un 4 % de la población española, con
consecuencias muy negativas para Valencia y Aragón sobre todo. A pesar de las
conversiones en masa que se dieron, los moriscos seguían manteniendo sus costumbres
islámicas, por lo que su expulsión aseguraba la unidad religiosa. También existía el temor
a que los moriscos ayudaran a los piratas del norte de África a saquear las costas
españolas. Además, era un colectivo con un crecimiento demográfico mayor que el de los
cristianos, lo que los convertía en una minoría preponderante en ciertas regiones. Por
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 3

estas razones se dio la orden de que se marchasen, primero del reino de Valencia, donde
eran más numerosos, y luego los de Castilla y Aragón. Más de 270.000 personas salieron
de España en un año, camino del norte de África.

Conquista y Colonización de América: Leyes de Indias.


En 1492, Cristóbal Colón añadió a las vías Atlánticas castellanas una nueva
oportunidad de dominio comercial y expectativas de riqueza con su ruta hacia el oeste.
Las tierras conquistadas fueron incorporadas a la Corona de Castilla, ya que financió el
descubrimiento. Las Indias copiaron la organización institucional castellana: se
instauraron el municipio y el virreinato. Mientras que las audiencias se encargaban de
las funciones judiciales. Se crearon dos virreinatos, el de Nueva España y el del Perú.
El control se organizaba desde la Casa de Contratación y el Consejo de Indias. El
Tratado de Tordesillas (1494) delimitará con Portugal la expansión territorial en las
nuevas tierras descubiertas. La conquista continental avanzó capitaneada por Hernán
Cortés en tierras aztecas (1519-1521) y Francisco Pizarro en el Imperio Inca a partir
de 1531. Las tierras conquistadas (como ya hemos indicado) fueron incorporadas a la Corona
de Castilla, que controló su colonización y además se desarrolló una legislación para el
gobierno de los nuevos territorios (Leyes de Indias). La primera recopilación fue la de
las Leyes de Burgos (1512) para evitar los abusos de los colonos, pero obligando a los
indígenas a trabajar para los colonizadores. En teoría, los indígenas eran libres y súbditos
de la Corona, en la práctica acabaron sometidos mediante estructuras semifeudales de
explotación (encomienda, mita…) Las disposiciones de la Corona para evitar los abusos
sobre la población, como las Leyes Nuevas de Indias (1542), aún incumplidas de
forma sistemática, fueron un hito a nivel europeo, así como las denuncias a favor de
los indígenas (Bartolomé de las Casas).

Política exterior de Carlos V:

Política imperial de Carlos V (Francia, turcos, protestantes):

El peso de la política exterior de Carlos V y sus sucesores va a recaer sobre la


Corona de Castilla que aportará los mayores esfuerzos económicos y humanos de los
enormes gastos que ocasionaba el mantenimiento de la hegemonía europea de la
monarquía hispánica. La financiación la proporcionaron los metales preciosos de
América, el oro y sobre todo la plata, que empezaron a llegar en grandes cantidades a
partir de 1530.

Tres fueron los ejes de la política exterior de Carlos I: el enfrentamiento con


Francia por la hegemonía europea, la defensa de la cristiandad frente a los turcos y la
defensa del catolicismo ante el avance del protestantismo en Alemania.

• El enfrentamiento con Francia lo hereda Carlos V de la política exterior de los


Reyes Católicos. Francisco I de Francia fue el gran rival del emperador, cuyos
dominios europeos rodeaban a Francia desde Flandes en el norte hasta los estados
italianos en el sur, y la frontera con los reinos hispánicos en los Pirineos. Carlos
V mantuvo numerosas guerras contra Francisco I y su hijo Enrique II. Los
escenarios de estas guerras fueron las fronteras de Flandes, el Franco Condado
y sobre todo Italia. Los reyes franceses buscaron como aliados a los turcos, los
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 4

piratas berberiscos del Mediterráneo y los príncipes protestantes alemanes. Carlos


V contó con la ayuda de Inglaterra. Los italianos, incluido el papa, oscilaron a
favor del emperador o de Francia, dependiendo de los intereses o necesidades de
cada momento. Las consecuencias de las guerras con Francia fueron favorables
al emperador: En Italia, Carlos V se apoderó del ducado de Milán, el
Milanesado, enclave estratégico fundamental para comunicar por tierra los
territorios del Imperio desde el puerto de Génova. Al mismo tiempo, el dominio
de Italia permitió imponer su autoridad sobre el papa que recelaba del creciente
poder del emperador. Aumenta el prestigio militar de la monarquía hispánica al
convertirse en invencibles los ejércitos de Carlos V, tras lograr importantes
victorias en las continuas guerras con Francia. Carlos V venció en la batalla de
Pavía a Francisco I, que fue hecho prisionero y obligado a firmar el tratado de
Madrid. El Sacco di Roma (Saqueo de Roma, 1527), en el que los mercenarios
del ejército imperial se apoderaron durante una semana de la ciudad en represalia
por la ayuda prestada por el papa al rey de Francia.

• La guerra contra los turcos. El imperio turco, bajo el reinado del sultán
Solimán el Magnífico, vivía su momento de máximo esplendor y era una
amenaza para los territorios austriacos en la Europa oriental, donde ocuparon
Belgrado (Serbia) y conquistaron Hungría, llegando a sitiar la capital Viena.
Para Carlos V la guerra contra los turcos no era una prioridad en un momento en
el que el enemigo principal era Francia. La defensa de Austria la dejó en manos
de su hermano Fernando, y solo intervino directamente con un ejército para evitar
la caída de Viena en poder de los turcos. Sin embargo, la defensa del
Mediterráneo fue una gran preocupación del emperador ante el avance turco y
su alianza con los piratas del norte de África, que desde Argel atacaban las
costas de España e Italia, saqueándolas y haciendo cautivos a cristianos por los
que exigían rescates. Para atacar a los piratas realizó algunas expediciones como
la conquista de Túnez, para proteger las costas italianas, pero fracasó en la
expedición de Argel.

• Guerra contra los protestantes alemanes. El emperador tuvo que enfrentarse a


la difusión del protestantismo por Alemania, donde Lutero encontró el apoyo de
algunos príncipes alemanes, que veían la oportunidad de aumentar sus
posesiones y de independizarse aún más del emperador. El emperador intentó en
un primer momento evitar la ruptura religiosa de Europa, pero se encontró con la
negativa de los protestantes y solo quedó el camino de la guerra. Los príncipes
protestantes formaron una gran coalición militar y política, la Liga de
Esmalcalda, y Carlos V declaró una guerra que él no consideró como religiosa
sino política, contra unos príncipes que se habían rebelado contra su autoridad. En
1547 derrotó a las tropas de la Liga en Mühlberg (Alemania). Sin embargo, no
logró la reconciliación religiosa ni impuso su autoridad. Firmó la Paz de
Augsburgo, en la que reconoció la libertad religiosa de los príncipes alemanes.
Este fracaso en Alemania explica su abdicación y la renuncia a sus dominios en
la Península, en Países Bajos y en Italia a favor de su hijo Felipe II, y el
patrimonio de Austria y el Imperio a favor de su hermano Fernando. En 1556,
cansado y decepcionado, se retiró a pasar sus últimos años de vida al monasterio
de Yuste, en Extremadura.
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 5

Política exterior de la monarquía hispánica de Felipe II.


La política internacional de Felipe II (1556-1598) siguió en parte los objetivos
marcados por su padre. La pugna y paz con Francia. La rivalidad con Francia quedó
cerrada con la victoria española en la batalla de San Quintín y la firma de la Paz de
Cateau-Cambresis (1559). Las guerras de religión en Francia, entre calvinistas
(hugonotes) y católicos, aparcaron las tensiones, aunque Felipe II intervino a favor del
bando católico (Liga Católica), algo que ni a estos mismos gustó ya que no querían
depender de la monarquía hispánica; por ese motivo los católicos llegaron a un acuerdo
con el monarca francés (defensor del calvinismo). La guerra contra los turcos. Durante
los primeros años del reinado fue vital la defensa del Mediterráneo occidental frente a los
turcos y los piratas berberiscos del norte de África. Para ello buscó la alianza con el papa
y Venecia, que reunió una impresionante flota al mando de don Juan de Austria, que
obtuvo un importante triunfo sobre la flota turca en Lepanto, en 1571. La rebelión de
Flandes. Las protestas comenzaron por la represión contra los calvinistas holandeses,
por el autoritarismo del rey que no aceptaba la autonomía de esos territorios. Por tanto,
se mezclan cuestiones religiosas y políticas. En 1566 estallaron disturbios populares en
las ciudades con saqueos de iglesias católicas. La respuesta de Felipe II fue dura, enviando
como gobernador al duque de Alba. Los rebeldes (holandeses), dirigidos por Guillermo
de Orange, consiguieron la ayuda de Isabel de Inglaterra. Los calvinistas controlaron
las provincias del norte, Holanda y las provincias del sur, Bélgica, mayoritariamente
católicas, se mantuvieron fieles a la monarquía española, gracias a un nuevo gobernador
designado por el rey, don Juan de Austria. Finalmente la política de Felipe II en la zona
terminó en un rotundo fracaso. La guerra con Inglaterra. En los primeros años del
reinado de Felipe II las relaciones con Inglaterra fueron buenas, y el monarca español
se casó con María Tudor (católica). A la muerte de esta llega al trono Isabel I y la
situación cambia por el apoyo inglés a la rebelión de Flandes y por los ataques de los
corsarios ingleses a los navíos españoles en el Atlántico. Para combatir a Inglaterra,
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 6

Felipe II preparó la invasión de Gran Bretaña construyendo una gran flota, la llamada
Armada Invencible. El acoso de los barcos ingleses y las tempestades acabó con lo que
quedaba de la armada española. La unión con Portugal. El mayor éxito de la política
exterior de Felipe II fue al ser coronado rey de Portugal en 1580. A la muerte del rey
don Sebastián, le correspondió legítimamente la herencia, ya que era hijo de Isabel de
Portugal.

El pacifismo de Felipe III.


Felipe III heredó de su padre Felipe II un gran imperio y un gran ejército, pero
también heredó una deuda enorme y dos largas guerras: con Inglaterra y con los rebeldes
de los Países Bajos. El reinado de Felipe III se puede considerar como una etapa
pacifista en comparación con el costoso belicismo del reinado anterior de Felipe II y del
posterior de Felipe IV. La voluntad del equipo gobernante por resolver los conflictos, el
cansancio y la grave situación de la Hacienda Real, unido todo ello a los deseos de paz
de los enemigos de la monarquía española permitieron la firma de los acuerdos de paz. Se
liquidó la guerra con Inglaterra (Tratado de Londres, 1604), con los Países Bajos se
firmó la Tregua de los Doce Años, que reconocía en la práctica la independencia de
Holanda, y con Francia se mantuvo la amistad sellada con el matrimonio del rey francés
con Ana de Austria, hija de Felipe III, y de Isabel de Borbón con el futuro Felipe IV. Solo
al final del reinado Felipe III se vio arrastrado a la guerra de los Treinta Años, por los
vínculos familiares y políticos con los Habsburgo austríacos.

La guerra de los Treinta Años: Felipe IV


El acceso al trono se Felipe IV en 1621 implicó un giro en la política exterior de
la monarquía propiciado por el nuevo valido, el conde-duque de Olivares. Este pretendía
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 7

restaurar la posición internacional de la monarquía española movilizando los recursos de


todos los territorios. Las causas de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fueron
políticas, religiosas y económicas. Hay tres elementos que caracterizan al conflicto: los
conflictos religiosos en Alemania, las pretensiones de los Austrias de restaurar la
autoridad imperial, y el interés de Francia en acabar con la hegemonía de los
Austrias.

La guerra comenzó con un enfrentamiento entre los príncipes protestantes


alemanes y el emperador Fernando II de Austria. El conflicto se internacionalizó con
la intervención española a favor del emperador y la intervención de Dinamarca y Suecia
junto a los protestantes alemanes. Inicialmente el bando católico (España-Emperador) se
impuso en el campo militar derrotando a las potencias protestantes (Suecia y Dinamarca).
Pero la entrada de Francia a favor del bloque protestante obligó a la monarquía española
a realizar un esfuerzo que no podía soportar ya. La flota española fue derrotada por la
holandesa en la batalla naval de las Dunas (1639) y en la batalla de Rocroi los tercios
españoles fueron vencidos por el ejército francés.

El final de la guerra llegó con la Paz de Westfalia en 1648, que significó el final
de la hegemonía española en Europa y la confirmación de la hegemonía francesa.
Asimismo, los Países Bajos alcanzaron la independencia y se implantó el pluralismo
religioso. Pero, la guerra con Francia siguió hasta la Paz de los Pirineos en 1659 por la
que Francia consiguió los territorios catalanes de Rosellón y la Cerdaña, además de
importantes ventajas comerciales en América. También se firmó el acuerdo matrimonial
entre Luis XIV y Mª Teresa de Austria, hija de Felipe IV, que abriría las puertas del trono
español a los Borbones en 1700.

Conde Duque de Olivares, rebelión de Cataluña e


independencia de Portugal.
Las revueltas y rebeliones internas que se producen en el seno de la monarquía
hispánica de Felipe IV son consecuencia de las continuas guerras que la monarquía
afrontaba en Europa, que hacían necesario recabar todos los recursos disponibles para la
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 8

defensa de la hegemonía española. Para enfrentarse a la situación de crisis, el conde-


duque de Olivares puso en marcha una serie de reformas que presenta al rey en un
informe llamado el Gran Memorial. Este proyecto unificador aspiraba a consolidar el
absolutismo de Felipe IV y pretendía unificar las leyes y las instituciones de los diferentes
reinos. El descontento se agravó cuando Olivares intentó aplicar la Unión de Armas,
proyecto que pretendía movilizar un ejército de 140.000 hombres reclutado y mantenido
por cada reino. Este proyecto chocó también con la realidad de la crisis económica y
social y con la resistencia de los fueros y privilegios que regían cada reino. La crisis se
manifestó en 1640 en forma de movimientos secesionistas que comenzaron en
Cataluña y se extendieron por Portugal, Andalucía, Aragón y Nápoles. El primer
gran enfrentamiento se produjo con Cataluña en forma de protesta contra la presencia
del ejército del rey en la guerra con Francia. Los choques entre los soldados y los
campesinos fueron frecuentes, pues mantener el ejército era un gran sacrificio para los
campesinos catalanes, que además debían soportar los abusos continuos de los soldados.
A esto se une el rechazo catalán a la participación en la guerra. Las tensiones entre las
instituciones catalanas y el rey, junto con el ambiente de crisis económica provocaron el
estallido de la revuelta campesina que culminó en el llamado Corpus de Sangre, cuando
los campesinos se apoderaron de Barcelona y asesinaron al virrey. El gobierno de Madrid
respondió con el envío de más tropas. La ruptura de la Generalitat con la monarquía
española se tradujo en la proclamación de la república bajo la protección del rey de
Francia. De esta forma la rebelión catalana de 1640 se convirtió en un episodio más
de la guerra de los Treinta Años, que terminó con la entrada de las tropas reales en
Barcelona en 1652, pero que no se cerró hasta la firma de la Paz de los Pirineos en
1659. Al mismo tiempo estalló el movimiento independentista en Portugal. El rechazo
a la política unificadora de Olivares y la aplicación de la Unión de Armas provocó el
descontento de las clases dirigentes portuguesas. La rebelión comenzó en Lisboa en 1640
con el asesinato del Secretario de Estado y la proclamación del duque de Braganza como
rey de Portugal con el nombre de Juan IV. La victoria portuguesa sobre los castellanos
confirmó la independencia de Portugal que se había incorporado a la monarquía española
con Felipe II.

OLIVARES Y LA UNIFICACIÓN DE LA MONARQUÍA

Tenga V. M. por el negocio más importante de su Monarquía, el hacerse Rey de


España; quiero decir, Señor, que no se contente V. M. con ser Rey de Portugal, de
Aragón, de Valencia, Conde de Barcelona sino que trabaje y piense con consejo
mudado y secreto, por reducir estos reinos de que se compone España, al estilo y leyes
de Castilla sin ninguna diferencia, que si V. M. lo alcanza será el Príncipe más
poderoso del mundo (...)

Conociendo que la división presente de leyes y fueros enflaquece su poder y le estorba


conseguir fin tan justo y glorioso, y tan al servicio de nuestro señor (extender la
Religión Cristiana), y conociendo que los fueros y prerrogativas particulares que no
tocan en el punto de la justicia (que ésa en todas partes es una y se ha de guardar)
reciben alteración por la diversidad de los tiempos y por mayores conveniencias se
alteran cada día y los mismos naturales lo pueden hacer en sus cortes, (...) se procure
el remedio por los caminos que se pueda, honestando los pretextos por excusar el
escándalo, aunque en negocio tan grande se pudiera atropellar por este inconveniente,
asegurando e! principal (...).
TEMA 4: Los Reyes Católicos, el Estado Moderno y la monarquía hispánica (siglos XVI-XVII). 9

Tres son, Señor, los caminos que a V. M. le pueden ofrecer la ocasión: El primero.
Señor, y el más dificultoso de conseguir (pero el mejor pudiendo ser) sería que V. M.
favoreciese los de aquel reino, introduciéndolos en Castilla, casándolos en ella. Y los
de acá, allá y con beneficios y blandura, los viniese a facilitar de tal modo, que viéndose
casi naturalizados acá con esta mezcla, por la admisión a los oficios y dignidades de
Castilla, se olvidasen los corazones de manera de aquellos privilegios que, por entrar a
gozar de los de este reino igualmente, se pudiese disponer con negociación esta unión
tan conveniente y necesaria. El segundo sería, si hallándose V. M. con alguna gruesa
armada y gente desocupada, introdujese el tratar de estas materias por vía de
negociación, dándose la mano aquel poder con la inteligencia y procurando que,
obrando mucho la fuerza, se desconozca lo mas que se pudiere, disponiendo como
sucedido acaso, lo que tocare a las armas y al poder. El tercer camino, aunque no con
medio tan justificado, pero el más eficaz, sería hallándose V. M. con esta fuerza que
dije, ir en persona como a visitar aquel reino donde se hubiere de hacer el efecto, y
hacer que se ocasione algún tumulto popular grande y con este pretexto meter la gente,
y en ocasión de sosiego general y prevención de adelante, como por nueva conquista
asentar y disponer las leyes en conformidad con las de Castilla y de esta misma manera
irla ejecutando con los otros reinos.(...) El mayor negocio de esta monarquía, a mi ver,
es el que he representado a V. M. y en qué debe V. M. estar con suma atención, sin dar
a entender el fin, procurando encaminar el suceso por los medios apuntados.

Tomado de DÍAZ PLAJA, F.: La Historia de España en sus documentos: El siglo


XVII. 1957.

El final de la dinastía de los Austrias: Carlos II


A su muerte en 1665, Felipe IV dejó como heredero a un niño de cuatro años,
Carlos II, de débil salud física y mental. Durante la minoría de edad se hizo cargo del
gobierno su madre Mariana de Austria. El principal problema de este reinado se suscitó
con la sucesión del mismo monarca. Antes de la muerte del rey español las potencias
europeas se dividen en dos bandos para colocar en el trono español a su pretendiente:
Luis XIV intenta asegurar la sucesión de su nieto Felipe de Anjou a la corona española,
y Austria propone al archiduque Carlos. Al morir Carlos II en 1700
comienza la guerra de Sucesión española.

You might also like