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Bienvenidos y bienvenidas a esta charla… Hoy vamos a estar hablando sobre cómo le podemos enseñar a los niños

a usar su GRAN VOZ y poner límites asertivos cuando algo no le gusta. Cómo también podemos empoderarlos para
evitar que sean víctimas de bullying o acoso escolar y sobretodo cómo podemos enseñarles a que pongan límites
asertivos a los demás cuándo algo no les gusta o cuando algo no se siente bien para ellos… entonces vamos a ver
cómo podemos transmitirle todo esto a nuestros niños y enseñarles a usar su gran voz. DAR 5 MIN MÁS DE
ESPERA.

Entonces, hoy estaremos aprendiendo una de las habilidades más poderosas que podemos enseñarles a nuestros
niños y a nuestras niñas y es conectar con su gran poder, a usar su gran voz de manera asertiva para poner límites
en su ambiente, para decir “Esto no me gusta” o “Para, esto no está bien” y para poder entonces pedir como quieren
ser tratados y así tener una mejor resolución de conflictos.

Ahora… este tema es muy importante ya que si alentamos esta capacidad de decir que “No” en los niños les damos
el poder de entender que ellos pueden decir cómo quieren ser tratados o hasta donde están dispuestos a aceptar
que una persona entre en ese espacio y para ello, una forma muy bonita de enseñarle a los niños a usar su gran
voz es a través de un cuento que les voy a contar y las imágenes podrán verlas a través de su pantalla, esta historia
se llama “Sofi usa su gran voz” LEER CUENTO.

Entonces fíjense que esta historia nos muestra cómo les podemos ir enseñando a los niños el poder de esta gran
voz a través de gestos no verbales como cuando usa la mano para decir “Basta” o su cara cuando le dice “No me
gusta cuando me estás haciendo así” y la mamá dice “Puedes ver la cara de Sofi te está diciendo que no le gusta y
te está comunicando algo.

Ahora veremos cómo podemos entonces enseñarles a los niños a usar su GRAN VOZ:

En primer lugar, debemos preguntarles: ¿TE GUSTÓ?


Y por qué le preguntamos a un niño ¿Te gusto? Porque cuando el niño normalmente se queja de algo que no le
gusta, lo que primero debemos priorizar es que el niño conecte con su malestar o con esa parte que le dice “A mí
esto que me hicieron no me gusta”. Entonces cuando el niño viene y dice “Mami, mi hermano me empujó” o “Papi,
Mateo me quitó el juguete” lo primero que yo le pregunto es “¿Y te gustó que tu hermano te empujara?”
Ustedes como adultos pensarán que es una pregunta obvia pero lo primero que hace en el niño o la niña a escuchar
esto es conectar con esa sensación, se conecta con su voz, esa voz interna que todavía está desarrollándose y
concientiza aquello que si le gusta y permite y aquello que no le gusta y no permite.

Pero ¿qué hacemos generalmente como adultos cuando presenciamos que los niños están peleando?
Normalmente lo que hacemos es decir “Maria ¿por qué le estás pegando a camila?” o “No le pegues a tu hermana!!
Eso no se hace, en esta casa nos tratamos con cariño” o lo que sea que ustedes digan, pero generalmente nos
acercamos primero hacia la persona que está agrediendo.
Sin embargo, lo que los especialistas recomiendan es que para ayudar a esta persona (la que está siendo agredida)
debemos ir hacia ella haciéndole entender que tiene su PROPIA VOZ y que NO necesita de la nuestra sino más
bien necesita encontrar su PROPIA VOZ, es ahí cuando le decimos por ejemplo “Tú hermano te pego así en la
cabeza ¿Te gusto? ¿Te gusta que tu hermano te salude de esta manera?” Y cuando digan que “No” le decimos “No
te gusto que tu hermano te apretara el brazo ¿verdad?” Entonces le decimos “Usa tu GRAN VOZ, dile a tu hermano
PARA no me aprietes”.

Y aun así se trate de un niño de 1 año, cuando les repetimos desde que son bebés cada vez que algo no les gusta o
que alguien les arrebata un juguete o cuando por ahí alguien les da un abrazo o un beso muy fuerte y el niño hace
así (CARA DE FASTIDIO) cuando vemos eso con niños pequeños podemos decirles a ellos también “¿No te gusto
que papá te apretara?” ¡Entonces decimos “Papá Para!!”
Estamos entonces plantando esas semillitas en ellos de que pueden conectar con su malestar, identificar cuando
algo no les gusta y aprender a usar su gran voz desde que son muy pequeños.

Y nosotros como adultos estamos abonando ese terreno desde ya, y esto queridos padres de familia es muy
importante ya que muchas veces nosotros queremos ser esa voz por ellos, nosotros vamos y hablamos por
nuestros hijos, tratamos de entenderlos para luego expresar lo que quieren decir a los demás, que se dejen vestir
por nosotros o que se dejen bañar por nosotros, que se dejen besar por nosotros o alimentar por nosotros, que se
dejen, que se dejen, que se dejen y lo que está pasando con esto es que si nunca les devolvemos esa GRAN VOZ,
ellos siempre van a necesitar de nosotros para decir las cosas por ellos y el día de mañana cuando estén afuera en
la jungla de la vida les va a resultar muy difícil usar esa gran voz.
A veces también no nos damos cuenta que ellos usan su GRAN VOZ con nosotros mismos, en su propia familia, y
lo solemos ver como una falta de respeto, por ejemplo, cuando ya no quieren recibir más abrazos o más besos o ya
no quieren que hagamos algunas cosas por ellos nos molestamos, entonces reflexionemos sobre esto porque si
ellos no aprenden a decir que “NO” a nosotros, a nosotros quienes más los amamos, quienes más los valoramos…
imagínense que tan difícil va a ser para ellos ponerle límites a alguien afuera.

Ahora no confundan que haremos todo lo que ellos quieran, debemos hacerlo especialmente cuando son temas que
involucran su cuerpo, con algo que le están haciendo o con la forma en la que le están hablando. Es importante
entonces, que tengamos en consideración cuando ellos usan su gran voz con nosotros, usémoslo como una
oportunidad para que aprendan que ESA GRAN VOZ tiene un gran poder.

La gran voz entonces es una de las grandes herramientas que podemos enseñarles a los niños como factor de
protección frente al bullying o abusos en el futuro.

Entonces, ya vimos que en primer lugar debemos ayudar a nuestro niño o niña a conectar con la emoción y después
con su gran voz… en segundo lugar, en caso de que el niño tenga ya 3, 4, 5 o más edad; debemos ayudarlos a
verbalizar lo que quieren, enseñarles a que digan el por qué y cómo quieren ser tratados. Por ejemplo: “No me gusta
que me digas cara de tomate… la próxima vez dime Manuela” o “No me gusta que me golpees en la cabeza o me
empujes, la próxima vez tócame así suave o la próxima vez hazme así en el hombro”. Y así le estarán enseñando
no solo a la otra persona como quieren ser tratados, sino que también estos niños podrán verbalizar lo que quieren.

Pero ¿Qué pasa cuando por ejemplo en el parque o en el jardín el otro niño que está molestando no para? Para
empezar, debemos tener claro que nosotros no estamos viendo personas buenas o malas, estamos viendo niños
que necesitan aprender AMBOS una habilidad.
Y recordar que los niños en realidad todavía están desarrollando esta capacidad de observar el entorno, leer las
expresiones no verbales de los demás y hacer este proceso de “Ahhh a Julieta no le gusta que yo la abrace tan
fuerte” o “A la otra persona le duele o a la otra persona no le gusta”, todavía es muy complejo para ellos y hacer
toda esa lectura del ambiente no está disponible los primeros años de vida.
Y ahí viene otra herramienta poderosa que podemos decirles a los niños para ayudarlos a desarrollar este sentido
de empatía y es que les decimos “¡Mira su cara!” “Su cara te dice No me gusta, para”.
El decirles a los niños que miren la cara de la otra persona o incluso hasta de los animales los ayudará a entender
mejor su entorno, incluso podemos hacerlo con los más bebés.

Por ejemplo, cuando los bebés juegan con sus mascotas algunas veces se nos olvida sembrar la semilla de la
empatía y ¿cuál sería esa semilla? Imaginemos que el niño se acerca a jugar con el gato o perro sin ninguna mala
intención y cuando le aprieta las orejas el gato llora o se para de inmediato y se va. ¡Esa es la oportunidad que
tenemos para decirle “Cuando le apretaste las orejas hizo así o gritó así!! Eso quiere decir “Me duele no me gusta,
PARA”. Entonces esa frase transforma automáticamente lo que solemos decir “¿Por qué le apretaste? o ¿Te
gustaría que yo te apriete así? o ¿Por qué haces eso?”
Utilicemos entonces esta gran herramienta de “Mira su cara” para ayudar a los niños a identificar lo que a otro
puede o no gustarle.

Entonces, para cerrar con esta charla el día de hoy queridos padres, los animo a acompañar a sus hijos y
empoderarlos a usar su gran voz para decir lo que sienten o piensan y a la vez también respeten a los demás, tener
ese control de impulsos y sembrar en ellos esa semilla de la empatía hará que sean adultos sanos emocionalmente
y capaces de límites por ellos mismo cuando lo requieran.

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