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Un verano inolvidable

Había una vez, en una aldea extremadamente pequeña, ubicada muy, pero muy alejada de un
pueblo que tenía una costumbre rara, de creer en cosas sobrenaturales, producto quizás de la
imaginación de las personas o bien que se haya pasado de generación en generación; está
costumbre también se arraigó en la aldea, allí vivían pocas familias, una de ellas formada por el
medico de la aldea Federico, su esposa Eva y su pequeña hija Sara, una niña muy traviesa y con
una particularidad muy especial, era extremadamente curiosa, sus cabellos eran cortos y
castaños, de ojos cafés, al ser la única hija, esta era muy mimada y consentida por sus padres.

Acostumbraba a visitar a sus abuelos todas las tardes y mirar con su abuela los atardeceres,
cuando su abuela le contaba cuentos, como el de una sirena que era su favorito. El cuento se
trataba de que hace mucho en una laguna que provenía de un río muy cercano al lugar,
apareció una hermosa mujer a quien los pueblerinos que tuvieron la suerte de verla, era muy
bella, sus cabellos eran largos, de un color rojizo, ondulado, unos enormes ojos azules; la mitad
de su cuerpo era humano, pero a partir de su cintura tenía la forma de un pez, con unas
escamas celestes súper brillantes, solo aparecía al atardecer , al ser descubierta por los
humanos, nadie nunca más la volvió a ver.

Pasaron años desde que su abuela, ya no le contaba más cuentos pues ella ya había crecido
pero su cuento favorito siempre seria aquel de la criatura misteriosa que visitaba la laguna.

Sara pasaba mucho tiempo sola y aburrida en su habitación, solía escuchar música y ver
televisión todo el día y transcurrían así sus días.

Sus padres al ver cómo su hija estaba muy triste y aburrida, ya que eran vacaciones de verano
y esta no tenía amigos en la aldea, tomaron la decisión de enviarle a un campamento de
verano, así podría tener la oportunidad de compartir sus días con adolescentes de su edad y
hacer amigos, alejándola un poco de las tecnologías.

Sara al enterarse de la decisión de sus padres, se puso muy feliz, ya que iba a vivir una
aventura en ese lugar, conocer chicos nuevos que vendrían de otras aldeas, a lo mejor del
pueblo y también por fin podría satisfacer su curiosidad por un nuevo lugar que no conocía.

Pasaron unas largas y rutinarias semanas, hasta que por fin llegó el gran día. Ya en el
campamento se sintió intrigada por conocer a todos los niños del campamento, llamando su
atención niña muy hermosa y alegre quien fue la primera en hablar con ella, se llamaba Lucia.

Cuando hicieron la distribución de las cabañas, los consejeros Clara y Martín, empezaron a
llamar a cada uno para indicarles, con quien compartirían las cabañas. A Sara y Lucia les toco
juntas, por lo cual podían continuar hablando para conocerse aún más, y hacerse buenas
amigas, lo que ocurrió muy pronto, conversaban y compartían muchos momentos del día.

A pesar de todo, Lucia tenía algo raro en ella, que no le confiaba a su mejor amiga,
despertando la curiosidad que caracterizaba a Sara, es por ello que decidió observarla
calladamente descubriendo que todas las mañanas, Lucia muy temprano antes de que todos
se levanten, se dirigía al bosque sola, a pesar de que eso no se podía hacer, sin la presencia de
un consejero.

La intriga atormentaba a Sara, quien se preguntaba ¿a dónde ira? ¿qué va a hacer tan
temprano?. Hasta que un día decidió espiarla a qué hora se levantaba para seguirla y conocer
así que escondía, su querida amiga. Con pasos sigilosos y sin hacer ruido la siguió; Lucia se
adentró al bosque donde había entre grandes y frondosos árboles, un gran lago, Sara
escondida detrás de los troncos de los árboles observó que Lucia nadaba en el lago, yendo a lo
más profundo.

Sara regreso al campamento muy confundida no entendía porque su amiga iba tan temprano a
nadar a escondidas en el lago todos los días. Decidió esperar y seguirla nuevamente.

Así transcurrieron varios días y Lucia, iba todos los días sin falta al lago, un día de esos a Sara
se le ocurrió seguir a su amia devuelta y por fin descubrir que iba a hacer en las mañanas ,
Lucia entro a nadar al lago, pero sucedió algo raro cuando toco el lagua del lago, las piernas de
su amiga empezaron a transformarse en una preciosa y brillante cola de pez, con escamas
doradas; ¡No puedo creer!, ¡Era cierto!, ¡Existen las sirenas!, ¿Será la misma el cuento?. Lo
tengo que averiguar, mientras Sara seguía haciéndose esas preguntas y recordando la historia,
que cuando era más pequeña su abuela le había contado, notó maravillada, que las agua del
lago empezaron a mover y agitarse rápidamente, de pronto aparecieron en la superficie varias
cabezas de largas cabelleras, definitivamente eran otras sirenas como su mejor amiga, que
salían a su encuentro, jugaban, reían, nadaban, se sumergían y volvían a salir, Sara estaba
fascinada ante tan maravilloso espectáculo.

Lo que luego la llevo a pensar ¿Quién es realmente Lucia? ¿Cómo hago para saber la verdad?.
Tendré que preguntárselo esta noche o en algún momento que nos quedemos solas; y regreso
el campamento sin que se den cuenta de lo que había presenciado.

Sara estaba inquietante, esperando que llegue el momento justo para poder saciar su
indignación y conocer el gran secreto, que escondía su amiga.

Por fin llegó la oportunidad tan esperada y Sara empezó con sus preguntas, que Lucia después
de unos minutos con dudas y preocupación empezó a responder al principio, pero luego
decidió confiarle todo el secreto que su amiga había descubierto, con la promesa de que no
podía contárselo a nadie.

Lucia le conto que hace mucho tiempo vivió en esta zona del bosque toda una ciudad bajo las
aguas del lago, formada como las de los humanos, padre, madre, hijos, hermanos, sólo que
eran mitad humanos y mitad pez, podían respirar y nadar en el agua, pero un día inesperado
ocurrió una gran desgracia en nuestra comunidad, a mi bisabuela le gustaba salir un rato a la
superficie pero un día fue descubierta por unos humanos muy malos, que la observaban
siempre, pero ella no se dio cuenta del peligro que la acechaba, hasta que un día estos
hombres la capturaron y la sacaron del agua, a pesar de su súplicas, llantos y pedidos de
auxilios, nadie le pudo escuchar, se hallaba muy lejos de nuestro lugar y no pudo ser rescatada
por nuestros guerreros. Fuera del agua no pudo respirar y lamentablemente murió, fue una
situación muy difícil que paso nuestra congregación, ya que mi abuela era la reina de lugar,
muy debes en cuando nace una sirena como yo que puede salir a la superficie tener aspecto
humano, y que al sumergirme en el agua pueda volver a tener cola. Y por eso es que hoy
puedo estar contigo, siempre soñé con poder ir con personas un tiempo y comprender el
comportamiento humano.

Me divierto muchísimo en el campamento, pero siempre tengo que ir a reportarme con las
otras sirenas para mantener informados a todos de qué estoy bien y no corro peligro, es
importante conocer un poco más de los humanos ya que queremos vivir tranquilos y nuestra
habitad, nuestro rey quiere darnos a conocer por los humanos para así firmar un convenio de
convivencia, para que cada uno pueda vivir en paz, sin agresiones, ni disturbios y compartir las
aguas pacíficamente, no queremos ser perseguidos, también tenemos sentimientos y
dolencias.

Querida Sara ahora conoces mi verdad, júrame que nunca se lo dirás a nadie. Ambas se dieron
la mano y quedando sellado así un pacto de guardar el misterio por siempre, entre ellas.

Continuaron los días en el campamento, haciendo sus actividades diarias, compartiendo


canciones, juegos, bailes con todos los niños del campamento, bajo la guía de Clara y Martín
sus consejeros, que eran geniales, se preocupaban y estaban dispuestos a resolver cualquier
inquietud o propuesta de ellos.

Sara y Lucía juntas en todo, también se hicieron muy queridas y apreciadas por todos los
demás chicos, quienes nunca sospecharon de lo más mínimo de la confidencia que guardaban
juntas.

Hasta que un día llego el fin del campamento pues pronto empezarían las clases. Sara y Lucia
se despidieron con la promesa de volverse a encontrar en el próximo verano, en ese mismo
sitio y volver a vivir días felices e intensos como los vividos que serían inolvidables.

Ya en casa Sara, no podía creer que había conocido una sirena, de lo que tanto le gustó que su
abuelita, le relatara siendo una niña, haciéndose realidad su sueño de poder conocer una
algún día. Y siempre muy guardado en su corazón, sentía la presencia y compañía de aquella
amiga misteriosa que tanto cariño y confianza le brindo y fue correspondido por ella.

Sara siempre se dormía pensando en ella, esperando al próximo verano para poder volver a
encontrarse nuevamente y pasar días maravillosos junto a su mejor amiga.

Cáceres, Aline 4 “A”

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