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DICTAMBEIN ol Profesor de la Gdtedra de Procedimicntes Penales EN LA ESCUELA NACIONAL DE JURISPRUDENCIA DE MEXICO, El superior acuerdo de esa Direccién, que me fué comunicado el dia tres del actual, me impone el deber de formular este dictamen, sobre la con- yeniencia de aceptar como obra de texto en la cf- tedra de Procedimientos Penales, que es 4 mi car- go, la obra escrita por el Sefior Magistrado Don Ri- cardo Rodriguez, titulada “E] Procedimiento Pe- nal en México.” He leido con la atencién que merece, el volumen que consta de 800 péginas, en donde se contiene la exposicién histérica de los procedimientos pe- nales, parte de la ciencia juridica, y las doctrinas expuestas por el autor de tan importante trabajo. Para resolver si es de accederse 4 la solicitud formulada por el Sefior Licenciado Don Ricardo Ir Rodriguez, sobre la admisién de su obra como texto en esta Escuela Nacional de Jurisprudencia, debe examinarse, en mi humilde concepto, si en cuanto 4 la forma y método empleado por su autor, se han llenado las condiciones de todo trabajo did&ctico; y en segundo lugar, si las doctrinas y ensefianzas cientificas expuestas en la obra, se encuentran en armonia con nuestras leyes positivas, y 4 la altu- ra y nivel que han alcanzado actualmente los co- nocimientos humanos en la dificil rama de la cien- cia juridica, que se ocupa de la organizacién judi- cial, de la teorfa de las acciones, de Ja competen- cia, de las pruebas y de los recursos. Si se atiende 4 que las doctrinas expuestas son el comentario de preceptos legales existentes, y de que la mente del autor ha sido compilar datos apropiados al mismo objeto, exponiendo los prin- cipios que desarrolian los escritores clasicos en la materia que ha consultado, segéin lo manifiesta con singular modestia, es indudable que esta obra y las demds andlogas, no pueden propiamente Ila- marse originales. En consecuencia, no es extrafio encontrar establecidos, tanto en la parte histérica como en la doctrinal, idénticos principios é igua- Jes conclusiones de los que se registran en los mo- numentales trabajos de los Sefiores M. Faustin Helie y R. Garraud; pero s{ puede afirmarse, que la obra del Sefior Magistrado Rodriguez, se carac- ur teriza por su acertada y metédica compilacién da hechos hist6ricos-y por una seleccién de irrepro- chables y sanas doctrinas. En cuanto & la forma, lo que puedo lamar la parte externa del trabajo cientifico que he exami- nado, puede notarse en todo el conjunto, como en cualquiera de las secciones de que se compone, un estilo severo y un lenguaje que corresponde 4 las condiciones esenciales de toda obra didactica; por- que reune la claridad que hace fécilmente compren- sible el pensamiento cientifico: la propiedad riguro- sa en el vocablo y en la frase que reduce & expresio- nes exactas los conceptos, juicios y razonamientos que constituyen el fondo de la obra; y por diltimo, he observado correccién extremada en el lenguaje, lo que salva el escollo que para algunos escritores did4cticos es insuperable, presentando sus obras poco inteligibles y sus pensamientos obscuros y confusos. El método observado en la exposicidn, es en mi concepto el més adecuado 4 la ensefianza, pues que huyendo de munétonos comentarivs de Jos ar- ticulos y preceptos de la ley, contiene la obra una exposicién arménica con hilacién légica y obede- ciendo al migmo plan adoptado por el Profesor de la Facultad de Derecho de Lyon, Mr. R. Garraud; es decir, divide en tres fases principales y distin- tas el estudio doctrinal de los procedimientos pe- iv nales en lo que se llama la Accién, la Instruccién y el Juicio; porque como hace observar el autor, el proceso penal da principio por el ejercicio de una accion, se contintia por una instruccién y termina por un juicio. El Sefior Magistrado Rodriguez, com- prende en la segunda de las dos fases enunciadas, el estudio de la primera 6 sea de las acciones, y por eso’se observa en el Capftulo ITI de la segun- da parte de su obra, comprendido bajo el rubrode “Primer Perfodo,” el tratado de la Instruccién, el de la accién ptiblica y de la accién civil provenien- te del delito. Comprende ademf4s su obra un tra- tado especial sobre recursos, que el autor 4 que me estoy refiriendo lo considera parte integrante del tratado que denomina, 6 de la faz del proceso que llama “El Juicio.” Pero como en la exposicién de doctrinas coinciden ainbos autores, considero que bajo el aspecto cientifico existe identidad de doc- trinas y el mismo mérito, sosteniendo sin embar- go, como mas acertado, el metodo seguido por el Sefior Magistrado Rodriguez, dado que nuestra le- gislacién patria diversifica y reglamenta aparte log pedios infirmativos de las resoluciones judicia- les, y parece, por lo mismo, ms conveniente y 16- gico, que en una obra destinada 4 la exposicién de los fundamentos racionales y cientfficos de nues- tros preceptos legales, se trate en seccién indepen- - diente el capitulo de los recursos. ¥ Las conquistas realizadas en la época actual por los pensadores y publicistas en materia de proce- dimientos penales, pueden sintetizarse en que las leyes encargadas de resolver la f6rmula de protec- cidn y de equilibrio entre los intereses generales de la sociedad, que reclaman la pronta y justa re- presién de los delitos, y el concreto del acusado, que exige garantias 4 los derechos del hombre y 4 los de la defensa, deben informarse y conténer el sistema mixto de investigacién, la oralidad y la publicidad del juicio. Nuestro Cédigo de Procedi- mientos Penales vigente ha llevado 41a esfera de Ja practica esas tres conquistas; por eso considero muy meritorias y loables las apreciaciones que al comentar nuestra ley formula el Seftor Magistrado Rodriguez, atribuyendo el mérito que en justicia corresponde al actual Jefe Supremo de la Repibli- ca y 4 su ilustre colaborador el Sefior Secretario de Justicia é Instruccién piblica, quienes han teni- do la gloria de dotar al Distrito Federal y 4 los Te- rritorios, de Cédigos procesales ‘tan avanzados y sabios, que perduraraén en sus disposiciones esen- ciales, como monumentos de honra y de prestigio nacionales. Aun cuando el programa oficial para la Catedra de Procedimientos Penales, conforme al plan de es- tudios reformado de la Escuela de Jurisprudencia, comprende no gdlo el procedimiento en el fuero co- vI min, sino el que se sigue también en materia pe- nal ante los Tribunales federales y militares, y que por tanto, pudiera afirmarse que la obra de texto propuesta 4 esa Direcci6n, s6lo serfa aceptable para el fuero comin, supuesto’ que ella sdélo con- tiene los antecedentes histéricos del enjuiciamien- to penal comin y el comentario doctrinal y didéc- tico del Cédigo vigente en el Distrito Federal y Te- rritorios; no es sin embargo atendible esta obje- ci6n, porque es un hecho que los Estados de la Fe- deraci6n Mexicana, que tienen promulgados hasta hoy Cédigos de Procedimientos Penales, se han inspirado, han reproducido y casi todos copiado el Cédigo vigente en el Distrito Federal, con modifi- caciones que en su mayor parte no pueden Ilamar- se trascendentales, ni por lo mismo modificadoras del sistema y progresos realizados por nuestro Cé- digo. La ley expedida el 15 de Agosto de 1897 para los Procedimientos penales en el fuero de guerra, salvo las variantes y modificaciones que exige la diversa organizacién y competencia de los Tribu- nales militares, se puede afirmar que casi todas, si no todas sus disposiciones, han sido tomadas del Cédigo de Procedimientos para el Distrito Federal, promulgado el 6 de Julio de 1894. Es seguro por iiltimo, y asi lo hace presumir Ja circunstancia de que el Sr. Lic. D. Joaquin Baranda, Secretario de Justicia, presida los trabajos de la Comisién vit nombrada por é1 para estudiar el tratado de Pro- cedimientos Penales en el Fuero Federal: que-estos estudios y esta ley que esté préxima 4 promulgar- se, contendré los mismos principios fundamenta- les, los mismos progresos que en la forma de pre- ceptos positives contiene ya el Cédigo de Procedi- mientos de 1894. Se deduce de lo anteriormente expuesto, que la obra del Sefior Magistrado Rodri- guez, es susceptible de prestar servicios 4 la ense- fianza de todos los fueros comprendidos en el pro- grama, de la Cétedra de Procedimientos. Seguro de que la parte histérica de la obra 4 que se refiere este informe, economizaré 4 los estudian- tes tiempo y los pondré en la posibilidad de adqui- rir conocimientos sintéticos de una materia difun- dida y tratada por otros autores con una amplia extension, imposible de abarcar en un curso esco- lar, considero beneficioso y aceptable el estudio de esa parte de la obra sometida 4 mi examen, Por lo expuesto, Sefior Director, y 4 reserva de ampliar este dictamen en la junta reglamentaria que debera celebrarse durante el presente afio es- colar, para la designacién que anualmente se hace de obras de texto, y cuando podré ya suministrar los datos que me indique la ensefianza por el nue- vo texto, me permite indicar 4 esa Direccién, pri- mero: que es conveniente aceptar, como obra de texto para la Cétedra de Procedimientos Penaies vir de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, la obra escrita por el Sefior Magistrado Don Ricardo Ro- driguez, con el titulo de “El Procedimiento Penal en México;” segundo: que con esta cbra, debe sus- tituirse la de Mr. R. Garraud, que tenia propuesta & esa Direcci6n, y es la misma que se sigue en la Facultad de Derecho de Paris, segin el programa para el afio escolar de 1898 & 1899. Al cumplir con el acuerdo de esa Direccidn, que con el carfcter de urgente me fué comunicado, me es grato protestar 4 vd, mis respetos y considera- ciones. México, 12 de Enero de 1899.—7. A. Retana. —Al Sefior Licenciado Don Justino Fernéndez, Director de la Escuela Nacional de Jurispruden- cia.—Presente. Escuela Nacional de Jurisprudencia.—La Secre- taria de Justicia é Instruccién Pablica, ha dirigi- do & esta Escuela una comunicacién del tenor si- guiente: “El Presidente de la Repiiblica, de conformidad con el dictamen emitido por el C. Lic. Tomas Re- yes Retana, Profesor de la Cétedra de Procedimien- tos Penales en esa Escuela, y de conformidad tam- bién con el emitido por vd. en su calidad de Direc- tor del Establecimiento, ha tenido & bien acordar: Ix que en lugar de la obra de Mr. Garraud, anterior- mente propuesta y aceptada para texto en la cita- da cAtedra, se adopte como m4s conveniente la del C. Lic. Ricardo Rodriguez, titulada “El Procedi- miento Penal en México.”—Comunicolo & vd. para su inteligencia y fines consiguientes.” Lo que por acuerdo del C. Director, tengo la hon- ra de transcribir. & vd., protesténdole mi atenta consideracién. Libertad y Constitucién. México, Enero 31 de 1899.—Trinidad Gronzdlez de la Vega, Secretario. ~—Al C. Lic. Ricardo Rodriguez.—Presente. Nora.—En el programa de textos de la Escuela Nacional de Jurisprudencia para el presente afio de 1900, est4 adoptada la obra del &r. Lic. Rodrf- guez, 4 la cual se refiere 1a superior resolucién que antecede.

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