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Ahora bien, se ha dicho y repetido que es difícil encontrar una sociedad ayuna de
conflictos intersubjetivos, cotidianamente se generan conflictos de intereses
pecuniarios entre los particulares o entre éstos y el Estado. Frente a esa realidad
existen dos caminos para dirimir el conflicto, uno de ellos es dejar en manos de los
sujetos el conflicto, esperando una solución que se muestre pertinente, empero la
opción anterior es cercana a la arbitrariedad, regida por abusos y atropellos.
Generalmente la solución de un conflicto por los particulares conlleva a la
prevalencia de la parte que ostente más poder económico, es la ley del más fuerte.
El segundo de esos senderos es aquel en el cual las sociedades jurídicamente
organizadas han atribuido al Estado, siendo éste personificación jurídica de la
nación, la tarea de solucionar los conflictos intersubjetivos. En ese caso se acude al
juez competente.
Sin embargo, es lo cierto que en el campo procesal el mismo Código autoriza que
quien haya triunfado en proceso, incidente o recurso, pueda renunciar al pago de
costas concorde al artículo 15 del Código Civil. Igualmente el Código autoriza a
los sujetos procesales para renunciar términos que la ley establezca para interponer
recursos, al derecho de defensa como derecho facultativo, contemplado en el
artículo 29º de la Constitución Nacional.
Desde este punto de vista el Derecho Procesal además del carácter instrumental
que tiene, es derecho eminentemente público con las excepciones legales. El
derecho privado es renunciable.
En los tiempos del derecho clásico se puso especial acento en el derecho sustancial
porque se consideraba que el derecho procesal era un apéndice de éste.
Seguramente es por eso que al derecho civil se lo ha denominado derecho
sustantivo, en cambio al derecho procesal se le llama derecho adjetivo o
secundario. Pero es lo cierto que según la Corte Suprema de Justicia y los
tratadistas de la materia, el Derecho Procesal es del mismo rango y estirpe del
derecho sustancial por la obvia razón de que de nada sirven los derechos
consagrados en el Código Civil o en el Código de Comercio, etc. Si no se sabe
cómo y de qué suerte se deben reclamar esos derechos ante los jueces
competentes.
Desde mediados del siglo XIX en Alemania los procesalistas empezaron a hacer
un deslinde entre el derecho sustancial y procesal que hasta entonces aparecían
identificados y confundidos hasta el punto de que Demolombe llegó a decir que
hablar de acción y de derecho era un pleonasmo, algo así como una tautología, éste
era el pensamiento de la Escuela Clásica.
Fuentes reales
Como ocurre con el derecho en general estas fuentes dependen de factores étnicos,
sociales, políticos, económicos pero esencialmente dependen de los cambios del
gobierno en cada país como ha sucedido siempre en Colombia, cada nuevo
gobierno pone especial énfasis en modificar y reformar la estructura jurídica del
Estado.
Disciplinario creado por la ley 20 de 1972, entre esas funciones cabe destacar la
que alude a la decisión o resolución de conflictos de jurisdicciones que suelen
presentarse entre jueces o tribunales de distinta jurisdicción, verbigracia los que se
suscita entre la Corte Suprema y el Consejo de Estado. Igualmente le corresponde
adelantar los procesos disciplinarios contra los funcionarios judiciales y abogados.
La función disciplinaria para los abogados litigantes era ejercida por el Tribunal
Superior del Distrito Judicial, cuando quiera que los abogados incurran en faltas
que incumban en el ejercicio de la profesión que están tipificadas en el Estatuto del
Abogado –Decreto 196 de 1971–, que no ha sido reformado.
Las fuentes reales del derecho aluden a la estructura jurídica y a los mecanismos
que se deben emplear en la administración de justicia.
Fuentes formales
La principal fuente del derecho procesal es la ley escrita, es decir los Códigos
Procesales. Sin embargo bien puede ocurrir que las normas procesales se
encuentren también en Códigos Sustantivos e incluso en la Constitución, de donde
resulta que el carácter o naturaleza procesal de una norma no depende de su
ubicación, sino de su cometido, de su fin. En el libro tercero del Código Civil la
mayor parte de las normas son de tipo procesal porque se refieren a la liquidación
de sucesiones por causa de muerte. Lo mismo sucede con el Código Penal, con el
Código Sustantivo del Trabajo y con la Constitución, en donde por errores de
técnica jurídica se incluyen normas que no deberían estar en la Carta Política
–como el artículo 29–, sino en los Códigos de Procedimiento.
Estas fuentes del derecho procesal tiene que ser tomadas en cuenta según los
mandatos o imperativos que consagra la Constitución Nacional, porque la
Constitución ocupa en la pirámide de Kelsen, el vértice. Ya desde la Ley 153 de
1887 se dice que la Constitución es normas de normas, que implica reforma o
derogación de la legislación preexistente, de donde resulta que cuando existe un
conflicto entre una norma constitucional y otra legal el juez debe aplicar la
constitucional, sin necesidad que sobre ese punto se haya pronunciado la Corte
Constitucional, esto se lo conoce como la excepción de constitucionalidad.
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FUNCIÓN JUDICIAL
1. Permanente.
2. General.
3. Exclusiva.
4. Definitiva.
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La cosa juzgada desde el derecho romano ha sido considerada como una ley
especial, en el sentido de que una sentencia en firme no puede ser cambiada,
modificada o alterada por nadie, en cambio, las leyes que expide el Congreso son
susceptibles de ser reformadas o derogadas por otra ley. En este sentido debe
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La cosa juzgada puede ser absoluta, vale decir erga omnes, cuando la sentencia se
dicte o profiera en proceso contencioso –así lo consagra el artículo 332 del Código
de Procedimiento Civil– siempre que en dicho proceso haya identidad jurídica de
partes e identidad de causa para pedir. La cosa juzgada material o sustancial que
aparece en el artículo 332 ibidem es relativa, inter alios, es decir que corresponde
a las partes y a sus causahabientes. Son causahabientes a título universal los
herederos, y a título singular aquellas personas que adquieran el bien mueble o
inmueble a cualquier título con posterioridad al registro de la demanda, ya que
desde ese momento se convierte en un bien litigioso y el que compra el bien,
compra el conflicto. En cambio hay casos en que la cosa juzgada es absoluta, erga
omnes, frente a todos, en los casos señalados expresamente por la ley, por ejemplo
en las sentencias de filiación extramatrimonial dictadas en procesos adelantados
frente al legítimo contradictor, es decir el padre mientras viva, pero si el presunto
padre hubiera fallecido, el fallo o sentencia posterior ya no tiene efectos erga
omnes, sino entre los que participaron en el litigio. De lo que se acaba de decir se
desprende que los efectos patrimoniales de las sentencias de filiación
extramatrimonial tienen efectos para las partes. Así mismo produce efectos de cosa
juzgada las sentencias declarativas de usucapión. Finalmente el artículo 333
ibidem, establece los casos en que las sentencias tienen efectos de cosa juzgada
formal.
firme, como sucede por ejemplo con la sentencia de divorcio, separación de bienes
o separación de cuerpos. Los efectos ex tunc, en cambio, son aquellos que se
predican no sólo hacia el futuro sino también hacia el pasado, con carácter
retroactivo, como sucede por ejemplo con las sentencias de nulidad de actos y
contratos, habida cuenta que el Código Civil establece que la nulidad de un acto o
contrato vuelve las cosas al estado que tenían antes de la celebración del contrato
y, por consiguiente el juez debe anotar en el fallo o sentencia las llamadas
prestaciones mutuas a que están obligadas las partes.
La función ejecutiva reclama, claro está, la existencia de una pretensión cierta pero
insatisfecha –como dice Carnelutti–, a diferencia de lo que sucede con la función
declarativa que sólo requiere una pretensión cualquiera que sea en cabeza del
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demandante, sin importar que la pretensión resulte infundada pues ello solo se
puede saber en el momento que se dicte la sentencia.
No hay una lista taxativa de títulos ejecutivos, por cuya razón habrá título
ejecutivo cuando quiera que un documento proveniente del deudor o de su
causante, reúnan los requisitos establecidos en el precitado artículo, al juez le
corresponde, en cada caso determinado, examinar si el documento presentado en la
demanda cumple con dichos requisitos. Infortunadamente, en la práctica judicial se
ha dejado este proceso en manos del secretario del juez, por ello se hacen exigibles
estos pagos ejecutivamente convenga o no, y el demandado hace una defensa
teniendo como base la inexistencia del título ejecutivo.
Los títulos ejecutivos más comunes que se suelen presentar con la demanda son
los llamados títulos valores que reglamenta en el Código de Comercio, estos son
letras de cambio, pagarés negociables, cheques protestados por el Banco girado,
facturas cambiarias, etc. Se hace advertencia que el cheque para ser título ejecutivo
requiere el protesto del Banco, de lo contrario no presta mérito ejecutivo; el
protesto se hace cuando por alguna razón el cheque no puede hacerse efectivo.
Solo a partir de ese momento el demandante podrá hacer uso de esta función. El
juez debe comprobar que el título que llega con la demanda reúne además los
requisitos exigidos por el Código de Comercio que son de carácter general y
específico para cada título valor.
El primer título ejecutivo que se conoce en la historia del derecho como tal es la
sentencia que ha quedado en firme, por esa razón a la sentencia de condena
ejecutoriada se denomina título ejecutivo judicial, y así lo son no sólo las
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sentencias que profiere la justicia civil, sino también las que dictan jueces
laborales, administrativos. También prestan mérito ejecutivo las sentencias que
provienen de jueces penales, en cuya sentencia se obliga al demandado a pagar
perjuicios materiales y morales. También prestan mérito ejecutivo las sentencias
administrativas que impongan multas a los funcionarios públicos.
El artículo 488 del Código de Procedimiento Civil que se comenta no sólo habla
de sentencias de condena, sino que alude a las confesiones rendidas en los
interrogatorios de partes, antes denominados absolución de posiciones, pero eso sí
el interrogatorio de parte sólo presta mérito ejecutivo cuando se haya rendido
extraprocesalmente, y no en el proceso ejecutivo, de lo contrario si el demandado
confiesa que debe al demandante determinada suma de dinero, habría que
prescindir de la sentencia y acudir al proceso ejecutivo. Hay que entender entonces
que la confesión rendida dentro de un proceso declarativo, constitutivo o de
condena, sólo constituye una prueba más para dictar sentencia junto con las demás.
a. Embargo: Es una medida cautelar que tiene por objeto sacar los bienes del
comercio jurídico, en orden a que el deudor no puede enajenarlos real o
simuladamente. El embargo, cuando recae sobre bienes inmuebles o raíces sólo se
perfecciona con la inscripción del acto que decrete el embargo en la Oficina de
Registro de Instrumentos Públicos. Mientras la providencia que decreta el
embargo de bienes raíces no se registra en la oficina supradicha, ha de entenderse
que no se produce respecto de tales bienes los efectos jurídicos previstos en el
artículo 1521 del Código Civil. Para tal efecto el juez de conocimiento, es decir, el
que tramita el proceso debe comunicar el embargo por medio de oficio al
Registrador de Instrumentos Públicos, detallando allí las características y
especificaciones del bien inmueble embargado, vale decir, la ubicación, la
nomenclatura si es urbano, los linderos y la matrícula inmobiliaria, para que allí el
Registrador haga la inscripción de que ese bien está embargado y no puede
enajenarse. Es claro que el demandante a través de su apoderado es quien debe
gestionar el envío del oficio aludido y cancelar los honorarios que de acuerdo a la
ley se exigen para la inscripción del embargo, de donde se colige que si la parte
interesada no acude al despacho judicial a reclamar el oficio de comunicación del
embargo, ha de entenderse que ese inmueble no está embargado pues el registro en
la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos cumple la función de hacer saber
a terceros la situación jurídica de cada bien inmueble.
Por otro lado debe saberse que esta medida cautelar debe solicitarse
simultáneamente con la demanda ejecutiva pero en escrito o libelo separado en el
cual, según el articulo 513 del Código de Procedimiento Civil, el demandante
deberá expresar bajo juramento, es decir con protesta de no faltar a la verdad, que
el bien inmueble cuyo embargo se ha solicitado es de propiedad exclusiva del
demandado o deudor, y claro está para que el juez decrete el embargo es necesario
que el demandante otorgue caución, generalmente por medio de una póliza de
seguros que garantice el pago de perjuicios que se le puedan ocasionar al deudor
demandado en el evento en que no prospere la ejecución.
de Procedimiento Civil establece las limitaciones muy claras que el juez debe tener
presente al decretar esa medida.
Por regla general el embargo para los bienes muebles es una medida cautelar
insuficiente y por lo tanto es necesario el secuestro, es decir, entregarlos en
depósito a un auxiliar de la justicia para que éste los entregue a quien el juez
determine una vez terminado el proceso.
verdad formal es la que proviene de los autos, es decir del proceso con las pruebas
que se recauden oportunamente y con el lleno de las formalidades.
Cuando quiera que un juez singular o colegiado resuelva los procesos que se le
atribuye por reparto directamente, apartándose de este principio rector de la
independencia, ha de entenderse que prevarica, que es un delito de acción u
omisión y con pena privativa de la libertad, se repite que todos los jueces en sus
niveles sólo deben acatar los imperativos de la Constitución y la ley. La buena
remuneración influye mucho en la independencia y autonomía, aunque también a
la Rama Judicial ha llegado el cáncer de la corrupción y el tráfico de fallos.
4. Igualdad de las partes frente al proceso: Este principio a veces se torna retórico
porque en la práctica las desigualdades económicas inciden en la desigualdad
frente a la ley y el proceso. El artículo 13 de la Constitución consagra
expresamente el principio de la igualdad de todos frente a la ley, y entre los
poderes y deberes del juez este principio aparece consagrado en el artículo 37
numeral 2º del Código de Procedimiento Civil, en el sentido de que al juez le
corresponde preservar a ultranza la igualdad de los sujetos procesales,
brindándoles a las partes las mismas oportunidades de ataque y defensa de sus
derechos. Incluso el Código de Procedimiento Civil ha consagrado, en procura de
la realidad de este principio, el llamado beneficio o amparo de pobreza para que
las personas que actúen ante la justicia como demandados o demandantes, si no
tienen suficientes recursos económicos, puedan participar del llamado patrocinio
profesional gratuito, aunque esta institución en la práctica adolece de fallas
protuberantes porque entre los auxiliares de la justicia los que atienden el amparo
de pobreza son abogados que no cumplen a cabalidad las funciones que les impone
la ley para la defensa de sus patrocinados.
causal de nulidad que se puede alegar no solo en el curso de las instancias del
proceso, sino también se puede invocar mediante recurso extraordinario de
revisión después de ejecutoriada la sentencia y en un lapso de tiempo no solo
razonable, sino muy amplio, de 5 años después de ejecutoriada la sentencia.
Las pruebas sumarias, también conocidas como pruebas unilaterales son de recibo
únicamente en casos específicos señalados en la ley, pues la regla general es la que
se acaba de señalar. Son pruebas sumarias aquellas que no han sido sometidas aún
a la contradicción de la parte frente a la cual se invoca o se alega la prueba, por
ejemplo, un recibo, una factura, una grabación magnetofónica, cualquier
documento, etc. Estas pruebas sumarias están autorizadas por la ley, por ejemplo,
para demostrar la existencia de algún contrato de arrendamiento cuando se
demanda la restitución de la tenencia –que en los estrados judiciales se conoce
como proceso de lanzamiento de inquilinos–. Esa prueba sobre la existencia de un
contrato de arrendamiento, que no es un contrato solemne sino es un contrato
puramente consensual, tiene que acompañarse a la demanda desde el comienzo, de
lo contrario el juez no admite la demanda.
Igualmente son de buen recibo las pruebas sumarias para acreditar el derecho de
oposición en las diligencias de secuestro o entrega de bienes a cualquier título, la
razón para que pueda autorizarse estas pruebas es sencilla, por regla general las
diligencias de secuestro de bienes son sorpresivas, sin hacer saber al dueño real o
presunto, y por lo tanto el Código y el Estatuto de la Abogacía (Decreto 196 de
1971) autoriza la formulación de oposiciones sin la presencia de un abogado
titulado, que es una excepción a la regla general de que en Colombia nadie puede
litigar a favor o causa propia o ajena sin ser abogado titulado e inscrito. También
puede autorizarse las pruebas sumarias para cualquier otra diligencia siempre y
cuando el Código Civil o el Código de Procedimiento Civil lo consagren, de lo
contrario ha de entenderse que no son de recibo estas pruebas.
juez competente y con cabal observancia de las formas propias de cada juicio. La
formación y composición de los procesos se encuentra regulada por el Código de
Procedimiento Civil de la siguiente manera:
llamar “procesos inter volentes”, porque este proceso se adelanta sin oposición de
partes porque no hay litigio, de lo que se trata entonces es simplemente de dar
validez jurídica a una serie de actos de la vida civil que no implica contención,
conflicto, choque de intereses.
Entre los procesos especiales obviamente han de ubicarse el proceso ejecutivo, que
puede ser ejecutivo singular o proceso ejecutivo con título prendario o hipotecario
que son aquellos que adelantan los bancos para el recaudo coercitivo de los
préstamos otorgados a los particulares. No cabe duda que la hipoteca es la garantía
real más importante que regula el Código Civil y el Código de Procedimiento
Civil, porque es un derecho in rem (derecho real), y es accesorio pero goza
obviamente del derecho de persecución, es decir, de perseguir el inmueble que
soporta el gravamen en manos de quien esté.
d. El proceso de alimentos de los hijos menores, artículo 139 del Código del
Menor establece que se puede adelantar de oficio porque es de carácter público o
de interés social. El juez de familia o cualquiera que haga sus veces puede decretar
alimentos provisionales en el auto admisorio de la demanda, que en caso de no
pago se convierte en título ejecutivo además de tener la connotación penal, por
tanto se debe dar noticia en virtud de querella fiscal correspondiente para que lo
detenga.
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Muchos otros casos se podrían determinar para destacar la importancia que tiene el
objeto de la demanda, no obstante en aras de la brevedad basta decir que el juez no
puede cambiar a su antojo el objeto de lo que solicita el demandante, de lo
contrario el juez podría concurrir en incongruencia o falta de consonancia entre la
sentencia y la demanda, cuyo precepto normativo está consagrado en el artículo
305 del Código de Procedimiento Civil, en el sentido de que por razón del
principio dispositivo están prohibidas al juez las decisiones ultra, extra o plus
petita, es decir que el juez no puede en materia civil conceder al demandante nada
distinto de lo que él solicita, siempre que se encuentre probado plenamente; de lo
contrario si el demandante no cumple la carga de la prueba, el juez debe aplicar el
sucedáneo de la prueba, es decir, debe absorber al demandado. El quebrantamiento
del precepto normativo previsto en el artículo 305 del Código de Procedimiento
Civil, configura incluso causal de casación establecida en el artículo 368 ibidem,
siempre y cuando que la cuantía por interés para recurrir en casación sea al menos
la que señale la ley periódicamente, porque todos los años la moneda se devalúa y,
entonces debe modificarse el salario mínimo y también la cuantía para señalar la
competencia de los jueces y el interés para recurrir en casación. Actualmente la
cuantía del interés para recurrir en casación es de 425 salarios mínimos legales
mensuales.
De otra parte, por virtud del principio dispositivo la demanda determina no sólo el
objeto de la controversia sino también la causa petendi o causa para pedir en cada
caso particular, que tampoco puede el juez cambiar a su talante. Por ejemplo si
alguien demanda el divorcio o la simple separación de cuerpos, cuyos temas están
regulados por las Leyes 25 de 1992 y 1ª de 1976, con apoyo de la primera causal
que consagran tales leyes, que aluden a las relaciones sexuales extramatrimoniales
del demandado (a) no consentidas ni toleradas por el demandante, es claro que el
juez a la postre no podrá decretar el divorcio o separación de cuerpos con
fundamento en una causal distinta, habida cuenta de que la causa petendi o causa
para pedir se refiere a los hechos, a los supuestos fácticos que constituyen el tema
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Así mismo, por virtud del principio dispositivo la demanda señala los sujetos del
proceso, es decir, quiénes son demandantes y demandados. Señala las personas
que habrán de soportar los efectos de la cosa juzgada, pues ya se ha dicho y
repetido que la cosa juzgada es por regla general inter alios, es decir relativa
porque la sentencia sólo obliga por regla general a quienes fueron o actuaron como
demandantes y demandados; pero claro está también que la sentencia que se
profiera en cualquier proceso contencioso no sólo obliga a quienes actuaron como
demandantes o demandados, sino también a sus causahabientes a título universal
(herederos), o a título singular (quienes adquirieron la cosa, bien mueble o
inmueble objeto del litigio). Así lo establece el artículo 332 del Código de
Procedimiento Civil que regula el fenómeno de la cosa juzgada en los procesos
contenciosos. Para las demás personas, es decir para los terceros, la sentencia que
se dicte en el proceso contencioso resulta inoponible.
Así mismo por virtud del principio dispositivo es por lo que el demandante puede
desistir de la demanda sin que se comprometa el orden público, pero claro está
nadie puede desistir de la demanda impunemente, cuando el juez decrete el
desistimiento de la demanda siempre deberá condenar en costas al demandante y, a
veces deberá condenar al pago de los perjuicios que el demandante hubiera
ocasionado al demandado, por ejemplo cuando se practicó alguna medida cautelar.
Así mismo por el principio dispositivo es por lo que la Corte Suprema de Justicia
como tribunal de casación sólo puede decidir o resolver con base en la causal o en
las causales invocadas por el casacionista y no por causal distinta. En
consecuencia la Corte Suprema de Justicia en sala de casación civil sólo está
autorizada para resolver dentro del marco que le traza el casacionista en su
demanda. Lo que no sucede en cambio con la Corte Constitucional que al resolver
cualquier demanda de inexequibilidad de alguna ley no sólo puede y debe declarar
la inexequibilidad con base en los motivos alegados por el demandante, sino por
cualquier otro motivo que a su juicio vulnere o quebrante la Constitución, pues en
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El principio se aplica con mayor acento en la rama penal, porque al Estado le toca
proteger la existencia social. El principio no se aplica de manera total en el
derecho penal, pues hay delitos menores que sólo pueden investigarse en virtud de
querella o demanda de parte interesada. En el derecho procesal la querella es
requisito de procedibilidad para los delitos que enumera el artículo 35 del Código
de Procedimiento Penal. En efecto, hay delitos como los de calumnia, el giro de
cheques en descubierto o la inasistencia alimentaria o el hurto o la estafa de menor
cuantía, que sólo pueden investigarse y sancionarse si la parte afectada con el
delito, presenta querella de parte. En tales eventos, la parte interesada o sus
causahabientes a título universal están habilitados jurídicamente para desistir, es
decir para que el funcionario instructor declare la cesación del procedimiento con
apoyo en esa manifestación de voluntad.
Por otro lado en el proceso penal, cualquiera que sean las actuaciones de la parte
civil que se constituye allí, se rigen por el principio dispositivo en todo lo
relacionado con la práctica de pruebas y con el monto de los perjuicios que se
reclamen. Precisamente por ello el Código de Procedimiento Penal establece que
uno de los requisitos de la demanda en la cual se reclame las indemnizaciones de
los perjuicios materiales y morales, es que el querellante señale el monto de los
perjuicios, y posteriormente el juez de la causa no podrá conceder al querellante
indemnizaciones distintas a las pedidas en la demanda, siempre que los perjuicios
resulten probados. Ello no implica, desde luego, que en el proceso penal el juez
sólo pueda cobrar los perjuicios que el demandante ha pedido, porque el código de
la materia le pone en el poder - deber de imponer el pago de perjuicios de oficio en
la medida de su comprobación. La parte civil en los procesos penales tiene el
objetivo indudable de solicitar pruebas para acreditar los perjuicios causados por el
delito.
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1. Por aplicación de este principio es por lo que el juez en los procesos civiles,
laborales, contenciosos administrativos, de familia, etc., debe inadmitir la demanda
por falta de competencia.
2. El juez debe rechazar de oficio las demandas en las cuales haya operado el
fenómeno de la caducidad procesal, porque para determinados casos la ley
establece ciertos plazos dentro de los cuales es dable únicamente presentar la
demanda. Por ejemplo para las acciones posesorias de perturbación o despojo, el
Código Civil consagra el término de un año que se cuenta a partir de los hechos de
perturbación violenta. Para el recurso extraordinario de revisión, que solo procede
contra las sentencias ejecutoriadas, el Código de Procedimiento Civil consagra el
término de 2 años a partir de la fecha en que la sentencia fue ejecutoriada, pero si
la causal que se invoca fuera la de nulidad por falta de notificación o
emplazamiento del demandado, el término se amplia a 5 años.
Pero la caducidad procesal no debe ser confundida con la caducidad cambiaria que
se refiere, como su nombre lo indica, a la acción cambiaria que se puede ejercer
con apoyo en los títulos valores, principalmente con base en los cheques bancarios
siempre que hayan sido protestados por el respectivo banco girado. El Código de
Comercio artículo 718 establece los plazos dentro de los cuales debe ser efectivo
el cheque, pero además de esos plazos que van desde 15 días hasta 4 meses, la
caducidad no se puede declarar de oficio sino a solicitud del demandado, siempre
que sea dentro de los plazos antes mencionados, y que el girador haya tenido en el
banco la suficiente provisión de fondos y, que sin culpa el beneficiario no lo
presentó en ventanilla.
3. En el proceso civil por aplicación del principio inquisitivo, el juez debe rechazar
de oficio, in limine, las demandas que se le presenten y que correspondan a distinta
jurisdicción. Por ejemplo un juez civil debe rechazar in limine y oficiosamente las
demandas que correspondan a otra jurisdicción como la de familia, contenciosa,
etc., así lo establece el artículo 85 Código de Procedimiento Civil.
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5. El juez debe declarar de oficio las nulidades absolutas que encuentre probadas,
y no sólo las nulidades procesales conocidas como nulidades adjetivas, sino
también las sustanciales, es decir, las que afecten el respectivo negocio o contrato.
Para este tipo de contratos que resultan afectados por nulidades absolutas, el juez
está autorizado para proceder de oficio con fundamento en el artículo 2º de la Ley
50 de 1936, y además, la jurisprudencia colombiana reclama otro requisito que es
que en el proceso se encuentren oficiando las partes de ese contrato o negocio
bilateral o multilateral, pues de lo contrario el juez estaría negando el derecho de
defensa.
6. También por deber de oficio el juez debe rechazar de plano los incidentes a que
alude el artículo 138 Código de Procedimiento Civil, cuando estos incidentes se
propongan fuera de tiempo (extemporáneos), los que no estén autorizados por la
ley y los incidentes que no reúnan los requisitos formales.
En general a los jueces civiles el derecho procesal moderno les está concediendo
lenta pero progresivamente facultades que se apoyan en el principio inquisitivo,
porque el juez no debe ser un convidado de piedra, un sujeto pasivo que se cruce
de brazos esperando que las partes le suministren todo para resolver el litigio. Esta
es la razón por la que el artículo 2º del Código de Procedimiento Civil establece
que el juez con excepción de la ley tiene el deber de adelantar por sí mismo los
procesos, es por eso que Manuel de la Plaza, procesalista español, advierte que la
inactividad del juez frente a las deficiencias de las partes del proceso puede
conducir a la delegación de justicia. Y por ello el juez, de oficio debe decretar
pruebas que a él parezcan necesarias según artículo 37 numeral 4.
No son pocos los procesos que a veces se adelantan en materia civil a virtud de la
colusión del demandante y el demandado, es decir, el acuerdo de mala fe para
simular la existencia de algún litigio con el protervo fin de perjudicar a terceros de
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buena fe. Hay la noticia de que ya se presentó otro proyecto de ley que revive en
buena hora la perención como forma anormal de terminación de un proceso civil.
Igual cosa sucede con las nulidades procesales que las partes puedan alegar en el
curso de las instancias del proceso, únicamente la nulidad que se apoye en la falta
de notificación o emplazamiento del demandado se puede alegar a través del
recurso de casación o de revisión.
Este principio es un deber para el juez y una facultad para las partes, por ejemplo
por economía procesal el juez debe inadmitir o rechazar las demandas que no
reúnan los requisitos de contenido o los requisitos formales, porque si no se
corrigen los defectos mencionados puede acontecer a la postre que el juez no
pueda dictar sentencia de fondo y, al contrario que dicte sentencia inhibitoria, que
de sentencia no tiene sino el nombre, porque esta no resuelve nada, deja las cosas
como estaban para volver empezar, por ejemplo si en un proceso ordinario de
reivindicación de un bien inmueble si el demandante no ha tenido el cuidado de
precisar los linderos generales y especiales no se sabrá cuál es el bien que se
reclama, en ese evento si el juez al admitir la demanda o al examinarla
inicialmente no le ordena al demandante corregir ese defecto bien puede acontecer
que el demandado por falta de buena fe no reclame excepciones. Dice la doctrina
que en un caso como el anterior se configura la llamada “inepta demanda
sustantiva” que impide al juez dictar sentencias de fondo para resolver el litigio
que está sometido a su conocimiento.
Del mismo modo, por aplicación del principio de economía procesal es por lo que
el juez en materia civil debe tramitar el menor número de incidentes posibles que
generalmente entorpece la marcha del proceso, y para este cometido el artículo
138 del Código de Procedimiento Civil impone la obligación de rechazar de plano
las cuestiones accesorias o incidentes que no estén autorizados por la ley, o
aquellos que se promuevan extemporáneamente o también los que no reúnan los
requisitos formales y, si durante el trámite de un incidente procesal se suscitaren
otras cuestiones accesorias el Código no autoriza tramitar otro incidente separado,
al contrario dice que en tales cuestiones se tramitarán y desarrollarán en un solo
documento y una sola sentencia.
que todas las pretensiones acumuladas lleven la misma senda procesal, lleven el
mismo camino, lo que se denomina “unidad de trámite”, y por último no es dable
acumular en una misma demanda, como principales, pretensiones excluyentes
porque se aplica también el principio filosófico que una cosa no puede ser y no ser
al mismo tiempo. El artículo 146 del Código Civil establece que frente al
incumplimiento de un contrato bilateral, la parte que cumplió puede pedir una de
dos alternativas excluyentes: pedir su resolución o aniquilamiento o pedir su
cumplimiento, pero no las dos cosas a la vez. En ambos casos el demandante
puede impetrar el pago de perjuicios.
Otra aplicación de este principio como facultad para las partes, se encuentra en la
demanda de contradicción, reconvención o contrademanda que puede proponer el
actor porque en tal evento cuando formula demanda frente a quien lo ha
demandado lo que está buscando es que sus pretensiones se tramiten bajo la misma
cuerda y se desarrollen en la misma sentencia. Si el demandado no tiene a bien
aprovechar esta coyuntura, es obvio que podrá hacerlo en proceso separado, pero
le costará más y será más largo.
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
Jurisdicción
En Colombia comúnmente se dice que tal o cual hecho lícito o ilícito ha ocurrido
dentro del territorio jurisdiccional de este u otro municipio, pues de ello depende a
la postre saber a quien le incumbe la tarea de hacer justicia, es lo cierto que el
territorio es apenas una parte de la jurisdicción y en el derecho privado como en el
derecho público, la noción de jurisdicción territorial se hace extensiva a los causes
marítimos y fluviales del respectivo país. Para la práctica de pruebas que se
encuentren fuera de la sede del juez de conocimiento, el Código de Procedimiento
Civil y otros Códigos de la materia autorizan la comisión por aquello de que cada
juez en su parroquia, o sea de que ningún juez puede invadir el territorio de otro
juez so pena de nulidad de lo actuado, en todos los Códigos se puede ver que
aparece consagrada esta nulidad; pero en materia penal se amplía el sentido de la
palabra a veces en todo el territorio nacional como sucede con los fiscales o
funcionarios de instrucción criminal encargados de recolectar las pruebas
referentes a la existencia del delito en cada caso particular, y también claro está
aquellas pruebas que tengan que ver con la responsabilidad del sindicado. Pero no
hay que perder de vista que en este aspecto sólo se llega a tener la calidad de
sindicado de tal o cual delito cuando quiera que alguna persona haya sido
vinculada al proceso mediante indagatoria en la cual se interroga al sindicado
sobre sus generales de ley para determinar su personalidad y sobre las
circunstancias de modo, tiempo y lugar relacionadas con el delito.
poder de hacer justicia, sino el deber ineludible de cumplir con esa tarea por
aquello de que la justicia privada está prohibida por la ley.
Clasificación de la jurisdicción
En estricto rigor la jurisdicción es una sola, porque uno solo es el poder – deber
que tiene el Estado para administrar justicia, sin embargo por razones de utilidad
práctica la jurisdicción se ha clasificado teniendo en cuenta varios factores, así:
a. Por la naturaleza del derecho que se pretende: puede ser jurisdicción civil, penal,
laboral, contenciosa, agraria, etc. Se advierte que la jurisdicción civil y penal en
Colombia son las más antiguas. La jurisdicción Contenciosa Administrativa se
estableció en Colombia por el acto administrativo número 3 de 1910 y fue
reglamentada por la ley 100 de 1915; la jurisdicción de familia se creó por el
decreto 2272 de 1989 y así sucesivamente se han venido creando las diferentes
jurisdicciones. Ocupa especial lugar últimamente la jurisdicción disciplinaria que
aparece en el Código Único Disciplinario; no se puede dejar de lado la jurisdicción
Penal Militar y la jurisdicción Indígena.
cumplan los tres elementos que vienen vigentes desde el Código de Napoleón, es
decir, identidad de sujetos, de objetos y causa para pedir o causa petendi.
Límites de la jurisdicción:
parroquia, fuera de la cual no puede realizar actos procesales válidos, si los realiza
en la jurisdicción de otro juez dichos actos serán nulos.
Clases de competencias
para la práctica de pruebas que deban recaudarse fuera del territorio del juez de
conocimiento, con la circunstancia especialísima de que ningún juez puede
comisionar a algún funcionario administrativo, ni a los Alcaldes, ni a los
Inspectores de Policía. En ningún caso el juez comisionado o a quien se delegue
competencia puede válidamente dictar sentencia. Esa función, la de resolver o
dictar sentencia, es indelegable, ningún juez puede despojarse de ese poder-deber.
ley con base en cinco factores: factor objetivo, factor subjetivo, factor funcional,
factor territorial y factor de conexión o conexidad.
Del mismo modo hay competencia preventiva, vale decir plural para las
controversias que se susciten en la celebración de contratos, pues la demanda
puede ser presentada ante el juez del domicilio del demandado o ante el juez del
lugar del cumplimiento del contrato, porque es usual que en el contexto de los
contratos, generalmente en los que se hace constar por escrito en documento
privado o público se dice cuál es el lugar para el cumplimiento del contrato. Lo
DERECHO PROCESAL GENERAL 42
mismo ocurre cuando se ejercitan acciones reales, es decir que se originan en los
derechos reales, por ejemplo en las controversias relacionadas con la
reivindicación de los bienes inmuebles y en las acciones hipotecarias.
A. Factor objetivo
Desde este punto de vista, es decir, por este aspecto de la cuantía de las
pretensiones los procesos pueden ser de mayor, menor y mínima cuantía así. Son
de mínima cuantía los procesos que no sobrepasan los 15 salarios mínimos
mensuales vigentes, que equivale a $ 5´370.000, esos procesos son de competencia
privativa de los jueces municipales en única instancia, lo cual implica que contra el
fallo en única instancia no cabe el recurso de apelación. Los de menor cuantía son
los procesos de hasta 90 salarios mínimos mensuales legales vigentes, es decir, $
32´220.000, el conocimiento de esos procesos está atribuido a los jueces
municipales en primera instancia, contra el fallo o sentencia procede la apelación
ante el juez del circuito que es la segunda instancia. Finalmente son procesos de
mayor cuantía aquellos que superen los 90 salarios mínimos mensuales legales
vigentes, cuyo conocimiento corresponde en primera instancia a los jueces de
circuito civiles o promiscuos y, en segunda instancia la competencia le
corresponde a los Tribunales Superiores del Distrito, en Sala Civil o Promiscua.
La cuantía sirve también para determinar el interés que la ley señala para el
recurso extraordinario de casación que actualmente es de 425 salarios mínimos
mensuales, es decir $ 152`150.000, que es el mínimo para recurrir a casación, de lo
que resulta que la casación es un recurso elitista. Desde luego no hay que
confundir la cuantía de la demanda con el interés para recurrir a casación. La
cuantía de la demanda sirve para determinar la competencia de los jueces
municipales o de circuito y, también para saber cuál es el trámite que se debe
DERECHO PROCESAL GENERAL 43
Por el valor de las pretensiones al tiempo de la demanda sin tomar en cuenta los
frutos, intereses, multas o perjuicios reclamados como accesorios que se cause con
posterioridad a la presentación de aquella. Fluye de lo dicho que en la demanda
sólo se tomarán en cuenta el valor de las pretensiones principales o secundarias, o
consecuenciales, y por otro los intereses, las costas, multas y perjuicios que se
hubieran ocasionado hasta el momento de la presentación de la demanda. Todo
aquello que se ocasiona con posterioridad a la presentación de la demanda no
incide en la cuantía.
pleno, sino también por el nudo propietario, por el usufructuario y aún por el
poseedor material del inmueble siempre que la posesión sea superior a un año, la
Corte Suprema de Justicia suele denominarlo proceso de linderos o proceso
geográfico o geométrico porque su fin es fijar los linderos o mojones que son los
hitos indispensables para preservar los linderos en el tiempo.
Los demás casos que alude el artículo 20 no ofrece dificultad, cabe resaltar que en
demandas de lanzamiento de inquilinos la cuantía se fija de acuerdo con la
naturaleza del contrato de arrendamiento que puede ser a término fijo o indefinido.
Si el contrato fuere a término fijo la cuantía de la demanda resulta de la suma de
los cánones correspondientes a este término, generalmente se hace por meses. Pero
si el contrato fuere a término indefinido la cuantía resulta de los cánones de un
año. Finalmente en las demandas de servidumbre la cuantía se fija de acuerdo con
el avalúo catastral del predio sirviente.
B. Factor subjetivo
Tiene que ver con la calidad de las personas que intervienen como demandantes o
demandados. El artículo 16 del Código de Procedimiento Civil numeral 1º
establecía que en los asuntos en los cuales fuesen demandantes o demandados la
Nación, el Departamento o el Municipio eran los jueces del circuito los que tenían
competencia sin importar la cuantía, pero la Ley 794 del 2003 determinó que la
competencia se establece según la cuantía, si son de menor cuantía lo conocerán
los jueces municipales, si son de mayor cuantía los jueces del circuito. Los asuntos
en los cuales intervengan como demandantes o demandados los agentes
diplomáticos acreditados por el Estado colombiano son de conocimiento de la
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil cualquiera que sea la cuantía.
DERECHO PROCESAL GENERAL 45
En materia penal la competencia también tiene mucho que ver con la capacidad de
las personas que se juzguen, especialmente si tales personas son funcionarios
públicos. El Código de Procedimiento Penal regula especialmente esos casos al
punto de que por ejemplo, si se denuncia a un alcalde o gobernador hay que acudir
al Código de Procedimiento Penal para saber qué juez es el competente. Si se
demanda al Presidente o a un Senador, según la Constitución la competencia le
corresponde a la Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Penal, esto pasa
porque la ley exige que no haya solución de continuidad en la prestación de
servicios públicos, y es por ello que no se puede detener o privar de la libertad a un
funcionario público sin que lo haya suspendido y exista un reemplazo. La
competencia por el factor subjetivo es prevalente sobre los demás factores que
establece la ley.
C. Factor funcional
sentencia o laudo arbitral de condena con la certificación de que ese fallo está en
firme por medio de la firma del Secretario del Tribunal, y con esa copia se debe
formular demanda ejecutiva ante un juez municipal si la demanda es de menor
cuantía, o ante los de circuito si es de mayor cuantía. Ocurría algo similar con las
sentencias de los Tribunales Administrativos que inicialmente no tenían
competencia para ejecutar, pero las últimas reformas que se han dado a los Código
de Procedimiento ha dado competencia para ejecutar sus propias condenas.
En materia penal, según las normas procesales vigente se han creado también los
llamados jueces de ejecución de penas para hacer cumplir las penas impuestas por
los jueces competentes según el caso. Están adscritos a las cárceles, y conceden
también los subrrogados penales (libertad condicional y detención domiciliaria).
E. Factor territorial
Los factores ya estudiados sólo sirven para determinar la clase de juez que deba
asumir el conocimiento de un asunto determinado, es decir, si ese asunto le
corresponde al juez municipal o al juez del circuito, pero como en el país existen
muchos jueces municipales y otros tantos del circuito es necesario saber en cada
caso particular ante cual de tantos jueces ubicados en el territorio nacional le
corresponde conocer de una demanda específica, es entonces cuando se acude al
factor territorial que en doctrina se denomina forum rei site, y claro está que para
ello la doctrina ha clasificado los fueros o foros de la siguiente manera: fuero
personal, fuero real, fueros concurrentes electivos, fuero concurrente sucesivo o
subsidiario y fuero de atracción.
DERECHO PROCESAL GENERAL 47
Es necesario entender que se denomina fuero o foro al juez o Tribunal ante quien
por ministerio de la ley se debe formular una demanda. Es el artículo 23 del
Código de Procedimiento Civil el que regula las diferentes clases de fueros o foros
en materia civil.
El Código Civil en su artículo 83 autoriza que una persona pueda tener varios
domicilios, es decir, la pluralidad de domicilios, y en tal caso para fines procesales
el demandante puede elegir cualquiera de los domicilios para interponer su libelo
de postulación. Lo mismo sucede cuando la parte demandada está integrada por
varias personas lo que se denomina litis consorsio pasivo, en este caso dice el
artículo 23 que el demandante puede adelantar su demanda ante cualquiera de tales
jueces que es precisamente el fuero concurrente electivo o por elección.
b. El fuero real: alude al lugar donde se encuentran ubicados los bienes materia del
litigio, o también se refiere a veces al lugar donde ocurrieron los hechos materia
del litigio. Este fuero se ha establecido por razones de utilidad práctica porque se
supone que en el lugar donde están situados los bienes o donde ocurrieron los
hechos materia del litigio al juez le es más fácil practicar las pruebas para
garantizar el principio de inmediación. Es el numeral 10º del artículo 23 el que
establece los procesos que deben seguir el fuero real exclusivo, en el sentido de
que si el proceso se adelantase en un lugar diferente quedaría viciado de nulidad
absoluta; los procesos a que se refiere el numeral 10 del artículo 23 son los
siguientes:
También siguen el fuero real exclusivo los procesos posesorios que en Colombia
son de dos clases: el proceso de amparo o perturbación y el proceso de despojo o
restitutoria. Si se adelantan cualquiera de estos dos procesos se debe acudir al juez
del lugar donde se encuentre la cosa. Pero para determinar la competencia en
concreto hay que recurrir a las reglas del artículo 20 para determinar la
competencia por cuantía.
Otro proceso que sigue el fuero real es el de restitución de la tenencia, o sea los
procesos de lanzamiento de inquilinos, se debe acudir al juez donde se ubican los
bienes. Es claro que se debe distinguir entre la tenencia que se otorga por los
contratos de arrendamiento de bienes destinados a la habitación, y los de locales
comerciales que están regulados por el Código de Comercio y esas normas son de
orden público y por lo tanto no se pueden modificar o cambiar. Otras son las
normas que regulan el contrato de arrendamiento de inmuebles destinados a la
habitación.
El artículo 23, numeral 10º establece que se debe seguir el fuero real para los
procesos de servidumbre de tránsito, de luz, de acueducto, pero no de vista porque
atenta contra la intimidad.
Finalmente se deben seguir los fueros reales exclusivos en los procesos de bienes
mostrencos o vacantes que en Colombia son una rareza jurídica.
Por otro lado el Código establece la concurrencia entre fuero personal y el real, en
algunos casos a saber: - para los procesos de responsabilidad civil extracontractual
se puede optar con presentar la demanda ante el juez del domicilio de demandado
o ante el juez del lugar que ocurrieron los hechos, en tales casos como ya se tiene
dicho se debe recurrir a los artículos 2341 y siguientes del Código Civil, y no se
debe perder de vista lo previsto en el artículo 2356 ibidem que se presume la culpa
en actividades peligrosas, pero tampoco se puede dejar de lado que el demandado
puede defenderse demostrando que el hecho ocurrió por fuerza mayor o caso
fortuito, que fue culpa exclusiva de la víctima o por culpa de un tercero.
También puede haber concurrencia del fuero personal con el real a elección del
actor (demandante) para las demandas que versen sobre derechos reales, por
ejemplo las demandas de reivindicación de bienes muebles e inmuebles y aquellas
que versen sobre la acción hipotecaria; sin embargo lo más aconsejable es hacerlo
ante el juez del lugar donde se ubican los bienes.
Igualmente ocurre con los procesos sobre rendición de cuentas, la demanda puede
ser presentada o ante el domicilio del demandado o ante el juez del lugar donde
ocurrieron los hechos relativos sobre la administración de los bienes ajenos. Por
principio universal de derecho debe saberse que todo aquel que administre bienes
ajenos está obligado a rendir cuentas para saber cuánto y a quién le debe. Pero si el
obligado no lo hace espontáneamente es necesario presentar demanda en la forma
susodicha.
DERECHO PROCESAL GENERAL 50
1. Por el avalúo en firme de los bienes de los procesos de sucesión que conozcan
los jueces municipales, ocurre a veces que ante un juez municipal se entabla
demanda de sucesión por no ser de mayor cuantía, sin embargo bien puede
acontecer que en la diligencia de inventarios y avalúos cualquiera de los
interesados en la sucesión denuncia bienes que no fueron inventariados y que sí
pertenecieron al causante, o también puede objetar allí el avalúo señalado en la
demanda; en estos casos es obvio que el juez municipal pierde la competencia y
esta pasa al juez de circuito que conoce de los asuntos de mayor cuantía; el juez
municipal dicta un auto de trámite para ello.
Delegación de Competencia
DERECHO PROCESAL GENERAL 52
A su turno, las partes que oficien en el proceso, están autorizadas por la ley para
objetar la competencia territorial del comisionado, siempre que lo hagan antes de
que se realice la diligencia.
Derogación de competencia
Se llama arbitraje independiente aquél en el cual las partes o sujetos del conflicto
establecen o acuerdan el procedimiento que deben seguir los árbitros para resolver
los conflictos. El arbitraje institucional es aquél en el cual se aplica el
procedimiento establecido por los centros de conciliación que se encuentran en
cada lugar. Y finalmente, es arbitraje legal el que señala las normas a falta de otro
tipo de acuerdo.
Se debe anotar desde luego que la competencia de los jueces ordinarios sólo se
puede derogar a virtud de un pacto arbitral, que suele estipularse en la celebración
del contrato y, ese pacto arbitral comprende el compromiso y la cláusula
compromisoria, esta última en el derecho colombiano empezó a regir cuando se
expidió la Ley 2ª de 1938, en virtud de la cual se autorizó a las partes contratantes
para acudir a los árbitros en relación con conflictos futuros o eventuales que se
presenten por motivos de la celebración del contrato. En cambio el compromiso
alude a la forma de resolver controversias presentes respecto de las cuales ya se
hubiese iniciado algún proceso de los que reglamenta el Código de Procedimiento
Civil.
DERECHO PROCESAL GENERAL 56
a. Que conste por escrito, cualquiera que sea, en el mismo contrato e incluso en
telegramas, de todos modos se dice que debe constar en un documento privado
auténtico o en documento público. La autenticidad siempre alude a la certeza que
se tenga de las personas que hubiesen intervenido en la celebración de un acto o
contrato, recuérdese que el Código de Comercio presume la autenticidad de los
títulos valores, es decir de las firmas que ahí aparecen. Las nuevas normas que se
han expedido en materia de procedimiento, entre ellas la Ley 794 de 2003,
consagran que todos los documentos que se presenten con la demanda se presumen
auténticos si la parte contraria no los controvierte.
d. Debe constar la manera cómo las partes van a designar a los árbitros, pueden
indicar su nombre. Dice la ley que si es un asunto de mayor cuantía, los árbitros
deben ser tres, en cambio si fuera de menor cuantía puede designarse un solo
árbitro.
Es bien entendido además que contra el fallo o laudo no hay apelación porque no
hay Tribunal de Arbitramento de primera o segunda instancia, ni tampoco cabe el
recurso de reposición. Sin embargo contra el laudo o fallo arbitral se puede
interponer el recurso de nulidad o de anulación por los motivos que señala la ley,
pero este recurso tiene que tramitarse y resolverse ante el Tribunal Superior del
Distrito Judicial del domicilio donde se hizo el Tribunal de Arbitramento. Los
laudos una vez en firme se protocolizan junto con el expediente en cualquiera de
las notarías.
Se llama así al desacuerdo que se suscita entre dos jueces acerca del conocimiento
de un caso determinado. Si el desacuerdo consiste en que los dos jueces afirman
que son competentes para conocer de un asunto, en ese evento se llama conflicto o
colisión de competencia positivo. En cambio si el desacuerdo consiste en que los
jueces alegan no tener competencia para un asunto, se conoce como conflicto
negativo o por declinatoria. El Código de Procedimiento Civil en su artículo 148
sólo consagra el conflicto de competencia negativo o por declinatoria, a diferencia
de lo que ocurre con el Código de Procedimiento Penal, que reglamenta los dos
conflictos (positivo y negativo) como lo hacía anteriormente el Código Judicial de
1931.
Trámite del conflicto: Según la preceptiva legal vigente, el juez que considere no
tener competencia para conocer de un asunto determinado debe proferir un auto
interlocutorio motivado en el cual deberá exponer las razones jurídicas para
declinar la competencia, es decir para no conocer ese asunto, y en la misma
providencia ordenar remitir el asunto al juez competente. Contra dicha providencia
no procede recurso alguno. En firme la providencia que ordena remitir el asunto al
juez competente, el asunto debe ser enviado al juez que corresponda, pero si el
juez a quien se remitió este asunto no estuviese de acuerdo con las razones de su
colega debe hacer un auto interlocutorio dando las razones por las cuales no está
de acuerdo, y surge allí el conflicto real, y de contera ordenará remitirlo al
inmediato superior jerárquico, es decir, al juez singular o colegiado que resolverá.
Contra esta providencia no cabe recurso alguno.
PRESUPUESTOS PROCESALES
Se denomina así a los requisitos legales indispensables para que el proceso tenga
existencia jurídica y validez formal. La misma palabra está indicando su
significado, presuponer, en consecuencia, estos requisitos establecidos por la ley
son los antecedentes indispensables para que el juez pueda dictar sentencia. No es
dable jurídicamente hablando que el juez pueda dictar sentencia en un proceso
viciado de nulidad, en este evento tiene que dictar auto interlocutorio que declare
nulo lo actuado en el proceso, volviendo a empezar y a rehacer correctamente lo
actuado; en ese evento no cabe que el juez profiera sentencia. Los presupuestos
procesales ocupan lugar preferente en la teoría general del proceso, es un tema
jurídico que empezó a ser tratado en Alemania a mediados del siglo XIX por el
procesalista Oscar Von Bülow en su obra las excepciones previas y de los
DERECHO PROCESAL GENERAL 60
Así, los requisitos procesales son formalidades que el juez no puede pasar por alto
y que obviamente el juez debe adelantar de oficio; sólo cuando el juez se comporta
negligentemente, le corresponderá a las partes alegar las excepciones previas o
formales según el artículo 97 Código de Procedimiento Civil, que Carnelutti llama
óbices de procedibilidad.
Generalmente hay acuerdo acerca de que los presupuestos procesales son los
siguientes:
2. Capacidad para ser parte como demandante y como demandado: Ante todo se
debe precisar el concepto jurídico de partes; la doctrina acude a Jeusepe
Chiovenda, según el cual parte es la persona natural o jurídica que demanda en
nombre propio y aquella frente a la cual se demanda la aplicación de la ley; nótese
que el sentido jurídico de parte radica en que una persona natural o jurídica oficie
o actúe en su propio nombre y no en el de otra persona, siendo esto lo que
distingue el concepto de representante sea legal o convencional. Es por eso, que
los abogados de la parte demandante o aquellos que defienden a la parte
demandada, no piden para ellos sino para las personas a quienes representan en
virtud del contrato de mandato por el cual se obligan por medio de una
convención. Así mimo, el Código Civil reglamenta la representación legal de las
personas, no como pacto o convención sino por ministerio legal, por ejemplo, la
que tienen el padre y la madre con la patria potestad para con los hijos, el gerente
es por ejemplo el representante legal de una sociedad comercial bajo registro en
cámara de comercio por escritura pública.
La capacidad para ser parte se confunde con la capacidad de goce que habla el
Código Civil en su artículo 90. También tienen esa capacidad las personas
jurídicas o morales reglamentadas por el Código Civil como simples ficciones
legales o abstracciones jurídicas, las mismas que según la ley o la doctrina pueden
ser personas jurídicas de Derecho Público o de Derecho Privado. La Nación, los
Departamentos, los Distritos y los Municipios son personas jurídicas de Derecho
Público primarias; estas existen por mandato constitucional, otras por ministerio
legal como una universidad pública. Hay otras personas jurídicas cuya existencia
no depende de la Constitución o la ley, sino de un acto administrativo, por ejemplo
los sindicatos, las juntas de acción comunal, las fundaciones o las corporaciones.
Las personas jurídicas de Derecho Privado no dependen ni de la Constitución, o la
ley o un acto administrativo sino de un pacto o convención como las sociedades
DERECHO PROCESAL GENERAL 61
pagarán a prorrata; en cambio los créditos gravados por hipoteca o prenda tienen
prelación en el pago, siendo el remanente lo que se utilice para pagar a los otros
acreedores.
Fluye del artículo 44 ibidem que en el caso relacionado con la representación legal
de los hijos de familia, el decreto 2820 de 1974 tuvo la virtuosidad de igualar en
derechos y obligaciones a los hombres y mujeres conformadores de un núcleo
familiar; en este sentido el ejusdem estipuló que esa representación corresponde a
los dos padres conjuntamente, pues anteriormente el Código Civil sólo otorgaba
DERECHO PROCESAL GENERAL 63
En cuanto a los poderes, el derecho de postulación como se tiene dicho, puede ser
ejercido por los abogados titulados y registrados según el estatuto de la abogacía el
decreto 196 de 1971; esta es una exigencia de carácter técnico para que las partes
puedan comunicarse más fácilmente con el juez sea singular o colegiado. Por lo
tanto, el derecho de postulación requiere de un conocimiento de las disciplinas
jurídicas y, para tal efecto los códigos procesales regulan el tema de los
apoderados judiciales, es decir, que el demandante y demandado necesitan siempre
otorgar poder a un abogado para que los represente y defienda en sus intereses en
el transcurso del proceso. Finalmente, de esto se coligen varias clases de poderes a
saber:
a. Poder General: Es el poder que se otorga a toda persona y según la ley sólo
puede ser conferido mediante escritura pública otorgada ante Notario, caso en el
cual es viable que quien reciba el mandato no necesite que sea forzosamente
abogado titulado y registrado, pero el apoderado general deberá otorgar poder
especial para cada proceso a quien tenga calidad de abogado titulado.
A diferencia del mandato en general que es regulado por el Código Civil como un
contrato civil, el contrato de mandato judicial no termina con la muerte del
poderdante por el fenómeno de la sucesión, el mandato continúa con los herederos
del poderdante quienes tienen la facultad de revocar el poder conferido de acuerdo
a sus intereses. Así mismo el mandato judicial no termina con la sentencia de
primera instancia que se dicte en el proceso, pues continúa en la segunda instancia
y, según el código, el poder continúa para la ejecución de la sentencia de condena,
pues cuando el demandado no satisface espontáneamente la obligación impuesta
en la sentencia de condena, es necesario que el favorecido con el fallo adelante el
proceso ejecutivo manteniéndose los abogados de cada parte si ellas así lo
decidieran para cada una.
La demanda en forma es requisito para que el juez dicte sentencia de fondo toda
vez que se cumplan las formalidades y puntualidades técnicas que esta requiere, no
se podrá dictar sentencia de fondo, coherente y concisa si el líbelo del impetrador
carece de algún punto necesario, por ejemplo si se pretende la reivindicación de un
bien inmueble por proceso ordinario de condena, sin hacer la determinación del
bien, caso en el cual se dará una indeterminación del objeto.
Legitimación en la Causa
Finalmente debe saberse que la legitimación en la causa tiene que ser examinada
previamente por el juez de conocimiento, en el sentido de que si el demandante y
demandado estuviesen legitimados en la causa, el juez podrá proferir sentencia de
fondo, pero si no lo estuvieran, por ejemplo si no se acreditó la condición de
heredero, la sentencia tiene que ser inhibitoria; de ese modo no se sacrifica el
fondo por la forma.
También es importante señalar que bien puede darse el caso que el demandante y
demandado tengan legitimación en la causa para pedir y contradecir; pero que el
uno o el otro no tengan interés jurídico actual, como los herederos cuyo causante
no ha fallecido.
3. Por la posición que asumen las partes frente al proceso: pueden ser
contenciosos o de jurisdicción voluntaria; las connotaciones de unos y de otros ya
fueron explicadas anteriormente. Solo cabe recordar y reiterar que en los procesos
sucesorios se suele presentar la transformación del proceso de jurisdicción
voluntaria en contencioso en el momento de la sentencia de partición de la
herencia a partir de lo cual surge conflicto entre los consignatarios, o entre estos y
el cónyuge.
DERECHO PROCESAL GENERAL 68
a. Procesos cognoscitivos:
La sentencia de condena una vez en firme constituye título ejecutivo y, por lo tanto
si el demandado no satisface la obligación impuesta en la sentencia, al demandante
le corresponde promover proceso ejecutivo con medidas cautelares. En tratándose
de sentencias de condena que impongan al demandado la obligación de entregar al
demandante algún inmueble o cosa mueble, es necesario distinguir si en ese
proceso se ha decretado y practicado el secuestro, no hay necesidad de promover
proceso ejecutivo, pues entonces basta pedirle al juez que ordene al secuestre la
entrega del respectivo bien que ha recibido en depósito. Es curioso a veces que
algunos secuestres se niegan a entregar el bien secuestrado alegando el pago de
honorarios, pero dicha excusa no es válida porque para el pago de honorarios que
corresponden al secuestre es necesario que el demandante haya depositado un
dinero. Por consiguiente si el secuestre se niega a entregar al demandante el
respectivo mueble o inmueble, habrá la necesidad de solicitarle al juez que señale
fecha y hora para la diligencia de la entrega, entonces el secuestre no tendrá
excusa para no entregar el bien, será acreedor a una multa según lo previsto en el
Código de la materia.
DERECHO PROCESAL GENERAL 71
Las sentencias de resolución o rescisión del contrato ya sean por lesión enorme o
lesión ultramitad o la rescisión por nulidad relativa sólo producen efectos ex nunc.
Dice el Código Civil que la acción resolutoria por lesión enorme caduca dentro de
cuatro años a partir de la celebración del contrato y la fecha de la escritura pública.
En el derecho colombiano sólo hay lugar a la resolución por lesión enorme en
tratándose de bienes inmuebles, a diferencia de lo que sucede en el derecho francés
donde opera también para muebles, porque en Colombia sigue vigente el principio
res móviles, res viles, que ha caído en desgracia. Sin embargo el Código de
Comercio consagra que en los contratos mercantiles se puede alegar la rescisión
por lesión enorme de bienes muebles.
b. Procesos ejecutivos
Enseña Carnelutti que para promover proceso ejecutivo se necesita una pretensión
cierta pero insatisfecha y que haya coincidencia entre la pretensión y el derecho
DERECHO PROCESAL GENERAL 72
Proceso ejecutivo con título hipotecario o prendario: Aquel por medio del cual
se hacen efectivos los créditos respaldados con prenda o con hipoteca que son los
créditos más seguros. Por ello los bancos sólo conceden préstamos con este tipo de
garantías. De lo que se trata es de solicitarle al juez competente según la cuantía la
venta en pública subasta del bien hipotecado o demandado en prenda, para que con
su producto se pague la demanda, los intereses y las costas del proceso.
Los procesos ejecutivos indirectos, también llamados impropios, son aquellos que
se adelantan a posteriori, después de la sentencia de condena, siempre y cuando el
favorecido con la sentencia de condena solicite su ejecución dentro de los 60 días
siguientes a la fecha en que la sentencia quede en firme como lo autoriza el
artículo 335 Código de Procedimiento Civil, en cuyo caso no es necesario que el
DERECHO PROCESAL GENERAL 73
Procesos ejecutivos fiscales: que, como se tiene dicho, son aquellos que
adelantan los funcionarios con jurisdicción coactiva y en algunas ciudades los
llamados jueces de ejecuciones fiscales que sólo están destinados al cobro
coercitivo de impuestos, tasas, contribuciones amén de multas que se impongan de
acuerdo a la ley; se dice en doctrina que en estos procesos la administración
pública es juez y parte, es decir, que se quebranta el principio de la autonomía y el
de la imparcialidad.
c. Procesos cautelares
El proceso cautelar cumple una función práctica, porque sin cautelas las
obligaciones ejecutables resultan ineficaces e ilusorias, para tal efecto la ley
autoriza solicitar el embargo, el secuestro y la inscripción de la demanda en los
procesos ordinarios. Quien promueva proceso ejecutivo con medidas cautelares
deben presentarse en libelo separado, para que el juzgado de conocimiento haga
las separaciones pertinentes en cuanto a los cuadernos que se suelen formar en
DERECHO PROCESAL GENERAL 74
todo proceso judicial. Sin embargo, las medidas cautelares de embargo y secuestro
de bienes según el artículo 513 del Código de Procedimiento Civil se pueden
impetrar aún antes de que se haya hecho reconocimiento de firmas por parte del
deudor y que se haya notificado la cesión del crédito que es indispensable para que
el juez libre el mandamiento de pago, pero sí puede declarar embargo preventivo
de los bienes del deudor.
Es claro que quien solicite medidas cautelares debe constituir una póliza para el
pago de perjuicios que se pueda causar al deudor en caso de que la ejecución
fracase, a veces fracasa porque el deudor o ejecutado propone alguna excepción
perentoria extintiva como la excepción de pago o prescripción, o alguna excepción
dilatoria, aquellas que enervan el proceso, por ejemplo, que la petición es
anticipada, o que se ha hecho antes de que se haya cumplido el plazo o condición.
Esa garantía o póliza es equivalente al 10% del valor que se pretenda recaudar
coercitivamente, lo mismo que habrá de restituirse y cancelarse en dinero en
efectivo cuando haya concluido el proceso ejecutivo con éxito para el demandante
o ejecutante, de lo contrario la aseguradora pagará los perjuicios al demandado.
Es tema específico del Derecho Procesal, regulado por los artículos 168 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil que tienen algunas connotaciones
jurídicas interesantes a saber:
En el proceso civil la interrupción opera ipso jure es decir que no necesita oficio
del juez, pues la interrupción opera para algunos de los fenómenos que marca el
artículo 168 ibidem.
demostrar que ha incurrido en alguna falta prevista por el Decreto 196 de 1971,
que son taxativas. A todo trance los abogados deben preservar el buen nombre, el
decoro profesional, la honradez y la eficiencia. El momento crucial para el
abogado según Couture es aquel en el cual el abogado debe decidir si acepta o no
el mandato, si lo hace asume todas las responsabilidades para ejercer la
representación y defender los intereses de su cliente. Sólo las faltas calificadas de
muy graves dan lugar a la exclusión, pero de suyo ya es muy grave aparecer en la
lista de los abogados sancionados que la ley autoriza publicar en la prensa y la
radio para que la sociedad se entere.
c. La tercera causal que determina la interrupción del proceso civil es la muerte del
deudor en el caso contemplado en el artículo 1434 del Código Civil. En el derecho
colombiano, como en los demás países latinos, la muerte del deudor no tiene la
virtualidad jurídica de extinguir las obligaciones, por el fenómeno de la sucesión
motris causa, las obligaciones se transfieren a sus herederos y en tal caso el
acreedor puede obviamente demandar el pago de lo debido frente a los herederos
del causante deudor. Pero en ese evento, según la norma citada, es necesario que
se cumplan dos requisitos fundamentales a saber: i. Que se notifique a los
herederos judicialmente el título o títulos ejecutivos provenientes del deudor para
que éstos eviten el proceso ejecutivo y paguen la deuda, ahorrándose las costas del
proceso. Puede ocurrir también que los herederos resuelvan continuar con el
proceso ejecutivo que se adelantaba en contra de su causante. ii. Dejar transcurrir 8
días a partir de la notificación para que el juez competente pueda librar
mandamiento de pago o mandamiento ejecutivo contra los herederos o proseguir el
proceso ejecutivo que se adelantaba contra el causante. Los herederos pueden
ratificar el poder concedido al abogado por el causante, o revocarlo, pero la
revocación como ya se tiene dicho autoriza al abogado a solicitar al juez que
previo incidente procesal le regule sus honorarios correspondientes de acuerdo a la
tarifa oficial que antes elaboraban los Colegios de Abogados y aprobaba el
Ministerio de Justicia; hoy lo fija el Consejo Superior de la Judicatura que debe
tener en cuenta todo juez para pagar por las agencias en derecho, por lo tanto el
juez no es autónomo.
De todos modos la interrupción se producirá a partir del hecho que la origine, pero
si esto sucede estando el expediente en despacho surtirá efectos a partir de la
notificación de la providencia que se pronuncie seguidamente.
Como es obvio la interrupción del proceso civil determina que durante ese
fenómeno no correrán los términos ni podrá ejecutarse ninguna acción procesal
con excepción de las acciones urgentes y de aseguramiento. De manera que para
DERECHO PROCESAL GENERAL 77
las partes la interrupción suspende los términos que la ley señala según la etapa
que corresponde al proceso y se suspende también los términos que tiene el juez
para resolver, es decir, para proferir los autos de trámite (plazo de 3 días), autos
interlocutorios (plazo de 10 días) y sentencia (plazo de 40 días), términos que en
muchos casos se quedan escritos pero que no se cumplen, lo que de suyo es
sumamente grave en materia penal porque está en juego la libertad, pero también
en materia civil porque están involucrados los intereses de las personas, y en el
proceso el tiempo no sólo es oro, sino también es justicia.
Citaciones
La suspensión del proceso civil sólo puede darse a virtud de un acto judicial, una
providencia del juez que decrete la suspensión del proceso civil que, a veces
resulta indispensable por las causales del artículo 170 del Código de
Procedimiento Civil que aluden a la prejudicialidad homogénea o heterogénea y a
veces también al acuerdo y voluntad de las partes así:
DERECHO PROCESAL GENERAL 78
Cabe destacar para evitar equívocos, que la suspensión de un proceso civil por
prejudicialidad homogénea o heterogénea no puede ser indefinida, al contrario el
Código de Procedimiento Civil en los artículos 170 y siguientes señala un límite
temporal, el cual es de 3 años, pero el Código estable que si en ese lapso ni el juez
penal o el juez civil hubieren dictado sentencia, el proceso civil de sucesión se
reanudará de oficio o a petición de parte, para tal efecto la parte interesada deberá
llevarle al juez que dictó la suspensión del proceso copia auténtica de la sentencia
para saber cómo y de qué suerte el juez que ordenó la suspensión del proceso ha de
resolver el asunto.
la misma forma que el Código señala para realizar la demanda. En este evento al
vencimiento del término de suspensión solicitado por las partes, el proceso se
reanudara ipso iure, de oficio decreta el juez sin petición de parte. En la práctica
judicial, especialmente la que nos toca vivir será muy frecuente esta causal de
suspensión, porque como dice el derecho español, es mejor un mal arreglo que un
buen pleito, de ahí porque resultan importantes las formas alternativas de
administrar justicia como el arbitraje, la conciliación y la amigable composición.
transacción es necesario que las partes presenten solicitud escrita de dicho contrato
como lo dispone en la demanda que va dirigida al juez que conoce del asunto o de
la actuación posterior a la sentencia, precisando los alcances de la transacción o
acompañando el documento que la contenga; advierte el Código que dicha
solicitud no sólo pueden presentarla conjuntamente los sujetos procesales, sino que
cualquiera de ellos separadamente, en cuyo caso el juez ordena que se corra
traslado de dicha solicitud a la parte contraria por tres días. El juez aceptará la
transacción que se ajuste a las prescripciones sustanciales entre las cuales sólo es
dable transigir los derechos privados, aquellos que no comprometen el orden
público, los otros no son susceptibles de transacción, como por ejemplo el estado
civil de las personas.
Cuando termine el proceso por transacción o ésta sea parcial no habrá lugar a
condenar en costas, salvo que las partes convengan otra cosa. Es de Perogrullo
(verdad) que para poder transigir se requiere capacidad dispositiva que sólo la
tienen los mayores de edad, que no se encuentran en interdicción judicial, los
demás tendrán que hacerlo por medio de sus representantes legales, y a veces es
necesario tener autorización judicial, por ejemplo en el caso de los padres de
familia que generalmente administran los bienes de sus hijos menores requieren de
licencia judicial.
tiempo, esta ley es concordante con la norma del artículo 198 del Código de
Procedimiento Civil. En tales normas se aplicar rigurosamente el principio de
irretroactividad de la ley, pero se deja a salvo los trámites ya iniciados, las pruebas
decretadas, y los incidentes procesales en curso, para los cuales se aplica el
principio de que la ley vieja sigue aplicándose no obstante esté vigente una nueva
ley.
Por último dice la doctrina que el proceso civil puede terminar anormalmente
cuando el demandado proponga la excepción de pleito pendiente, rescatando el
principio non bis ibidem y evitando el desprestigio a la justicia.
Hay algunos procesos civiles que suelen terminar de manera distinta a la sentencia,
por ejemplo el proceso ejecutivo, que por regla general no termina con la
sentencia, sino con el pago de lo debido al acreedor. En el único evento en que el
proceso ejecutivo termina con la sentencia es cuando el demandado propone
excepciones de mérito o de perentorias (modo de extinguir las obligaciones) como
las de pago, prescripción, novación, etc. Los procesos de divorcio, separación de
cuerpos, separación de bienes entre cónyuges suelen terminar anormalmente por
sustracción de materia, es decir, cuando muere uno de los cónyuges durante el
trámite del proceso. El proceso de sucesión por causa de muerte puede terminar
anormalmente cuando los interesados siendo plenamente capaces se pongan de
acuerdo en acudir ante Notario para liquidar la sucesión, en este caso cuando el
Notario protocolice la escritura de parición deberá dar noticia al juez que conocía
del proceso de sucesión para que se archive.
Por último el artículo 133 del Código de Procedimiento Civil establece que cuando
el proceso civil se haya perdido o destruido total o parcialmente, se deberá ordenar
la reconstrucción del proceso. El juez deberá llamar a las partes y sus abogados
para que declaren el estado en que estaba el proceso, pero si las partes no
concurren en la fecha y hora señalada el juez ordenará terminado el proceso y
candelada la radicación.
El litis consorcio etimológicamente viene de dos palabras latinas, litis que significa
pleito, litigio; y consortium que quiere decir comunidad de suertes, o al menos
afinidad de intereses.
Según la doctrina el litis consorcio puede ser de varias clases a saber: a. necesario
u obligatorio; b. facultativo o voluntario; c. propio; d. impropio; e. mixto, cuyas
especies se distinguen porque tienen implicaciones jurídicas de gran relevancia.
1. Litis consorcio necesario: es aquel que a veces se debe formar por ministerio de
la ley o por la naturaleza del asunto materia del litigio, de tal modo que en faltando
alguno de los litis consortes necesarios, el juez no puede dictar sentencia que
resuelva en el fondo el litigio puesto a su conocimiento. Esta especie de litis
consorcio está regulada por el artículo 83 Código de Procedimiento Civil, y tiene
lugar según dicha norma cuando la relación jurídica sustancial es de carácter
indivisible y con varios titulares por activa o pasiva, es decir, varios sujetos de
derechos y de obligaciones, la norma citada establece que si en la demanda no se
llama a todos los litis consortes necesarios para que comparezcan al proceso, el
juez a quien se dirige la demanda debe ordenar que se cite a los litis consortes que
no hubieren sido llamados por el demandante para que integren el contradictorio,
pues de otra manera el juez no podrá resolver el asunto mediante sentencia de
mérito.
Existen casos en los cuales la ley ordena integrar el litis consorcio necesario, no
sólo por iniciativa de parte, sino también por orden del juez a quien se dirige la
demanda, pues la citación de los litis consortes a quienes no se hubiere citado en la
demanda implican necesariamente no sólo la necesidad de que se les notifique el
auto admisorio, sino además que se les corra traslado de la demanda para que la
conozcan y puedan defenderse.
Los casos en los cuales la ley ordena integrar el litis consorcio necesario son:
En efecto según las normas procesales vigentes en las demandas que persigan la
declaración de pertenencia por usucapión se deben citar como demandados a todas
las personas que figuran en el certificado de Registro de Instrumentos Públicos
como propietarios de derechos reales principales; además se debe dirigir la
demanda frente a todas las personas indeterminadas en abstracto que
eventualmente están legitimadas para contradecir las pretensiones del usucapiente.
Desde cuando se expidió la Ley 120 de 1928 el proceso de declaración de
pertenencia se diseñó con el objetivo indudable de sanear la titularidad de la
propiedad raíz para que se garantice el crédito hipotecario, y por esa razón es por
la que el fallo o sentencia declarativa de pertenencia produce efectos de cosa
juzgada erga omnes.
d. Igualmente piensan algunos, que debe haber litis consorcio necesario en los
proceso de filiación extramatrimonial, pero esa tesis no es de buen recibo, porque
el artículo 10 de la Ley 75 de 1968 se establece que allí no hay un litis consorcio
necesario, sino existe un litis consorcio facultativo, no obligatorio, con el efecto de
que las implicaciones de dinero sólo podrá realizarse hasta dos años después de la
muerte del presunto padre y frente a las personas que intervinieron en le pleito.
Existen varias especies de litis consorcio facultativo según se trate del vínculo
jurídico que una a cada uno de los litis consortes, así:
c. Litis consorcio impropio: los litis consortes se encuentran vinculados por una
relación jurídica de afinidad. Algún tratadista de esta materia Álvaro Leal Morales,
en su teoría del proceso sostiene la tesis que esta especie no es de recibo en el
derecho colombiano, es lo cierto sin embargo que no cayó en cuenta que la Ley 1ª
de 1943 autoriza expresamente la formación del litis consorcio impropio cuando la
administración pública, vale decir el Estado, Departamentos o Municipios,
resuelvan expropiar bienes pertenecientes a diferentes dueños para la construcción
de obras públicas o de interés social, como sucede por ejemplo cuando se necesita
construir una carretera. En ese caso es válido, y así lo autoriza la ley, que la
respectiva entidad de derecho público adelante un solo proceso de expropiación en
contra de todos los propietarios de los bienes necesarios para la respectiva obra.
DERECHO PROCESAL GENERAL 90
En cuanto a las costas que el juez que debe imponer a la parte vencida en juicio
(artículos 392 y 393 de Código de Procedimiento Civil), en caso de litis consorcio
necesario deberá imponerse por igual a todos los litis consortes, es una obligación
solidaria. En cambio en el litis consorcio facultativo se impondrá el pago de costas
según la cuantía de sus pretensiones. A veces el juez suele guardar silencio frente
al pago de costas, no hace la discriminación, en cuyo caso los litis consortes
facultativos deben pagar costas en iguales partes, pero en tal evento los litis
consortes pueden pedir aclaración de la sentencia o reposición del auto.
INTERVENCIÓN DE TERCEROS
La doctrina, al avocar este tema, suele hacer la distinción necesaria entre terceros
desde el punto de vista sustancial y procesal. Son terceros desde el punto de vista
sustancial, las personas ajenas al acto o contrato cualquiera que sea, por cuyo
motivo, lo que se diga y lo que se haga en el contrato no aprovecha ni perjudica a
los terceros, es entonces cuando surge la teoría de la inoponibilidad jurídica, lo que
hagan las partes en un contrato de compraventa resulta irrelevante e inoponible a
los terceros.
En cambio desde el punto de vista procesal son terceros las personas ajenas a la
relación jurídica procesal, que se integran en el momento en que se notifique al
DERECHO PROCESAL GENERAL 92
Fluye de esta norma que en el caso aludido, el tercero interviniente debe estar
legitimado de una u otra manera como titular de una relación jurídico sustancial
para demandar o ser demandado, es decir para atacar o para defenderse según el
caso, como ocurre por ejemplo cuando alguien conoce que contra su deudor o su
acreedor se adelanta algún proceso que podría eventualmente menoscabar o
disminuir la prenda general para hacer cumplir un crédito o también cuando el
tercero interviniente tenga la calidad de comunero o de socio de alguna sociedad
limitada, encomandita o por acciones, que es la sociedad de personas a diferencia
de la sociedad anónima que es una sociedad de capitales y que se ignora cuáles son
los socios.
notificación y citación del tercero produce los efectos de cosa juzgada para el
tercero, es decir de todos modos la sentencia le aprovecha o perjudica.
fuera pertinente sobre la relación jurídica sustancial que exista entre el denunciado
y denunciante, y se deben mostrar las indemnizaciones que deben pagarse.
En efecto, el artículo citado establece que “quien tenga derecho legal o contractual
de exigir a un tercero la indemnización de un perjuicio o el reembolso total o
parcial del pago que tenía que hacer, puede hacer la citación de aquel para que en
el mismo proceso se resuelva la relación, lo que se hará en los mismos términos de
los anteriores artículos.”