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peters Koes | Waly! Atlas historico del mundo =. sriego antiguo "= Adolfo J. Dominguez José Pascual Capitulo 2 Creta y las Cicladas Una de las primeras pesadillas a las que tiene que enfrentarse cualquiera que se aproxi- maa las fases mas antiguas de la historia de Grecia es la referente a la cronologia. Aun cuando los esquemas temporales que seguimos manejando en la actualidad siguen basa- dos en una organizacién tripartita surgida en el trnsito entre el siglo xIx y el Xx, nume- rosas han sido las correcciones introducidas a la misma, bien modificando las fechas que en su inicio se habfan propuesto, bien introduciendo subdivisiones dentro de ella, casi ad infinitum. No es el propésito de esta obra profundizar con detalle de especialista en este proceloso terreno, sujeto asimismo a revisiones de calado durante estos iltimos afios, sino tan s6lo aportar un marco genérico sobre el que poder analizar los acontecimientos hist6ricos. Es, por ello mismo, por lo que nos limitaremos a proponer el esqueleto crono- I6gico basico que, en lineas generales, se acepta en la actualidad sin mayores pretensio- nes de profundizacién, que quedan reservadas para el mas interesado 0 el especialista. Si prescindimos de las fases de la mds remota Prehistoria, e incluso de algunas fases de la mis reciente, podemos decir que las races si no dlkimas y remotas al menos més direc- tas de la civilizacién que se desarrollard en Grecia hay que buscarlas en lo que conocemos, también siguiendo nomenclaturas decimondnicas, como la Edad del Bronce. Dentro de la misma, y siguiendo el esquema tripartito ya mencionado se distingu‘a una etapa Antigua, otra Media y otra Reciente 0 Tardia; del mismo modo, ya desde los descubrimientos en Grecia (Micenas) y, més tarde, en Creta (Cnoso), junto a los hallazgos en las islas griegas, se observaron las evidentes relaciones que existieron entre esos tres diferentes Ambitos, lo que provoeé que, junto con la necesaria singularizacién de sus respectivas cronologias, se buscase también resaltar la sincronfa de sus manifestaciones. Hay que decir que ese esque- ima, trabajosamente claborado, aunque ha resistido el paso del tiempo, ha visto también cémo no siempre ha resultado facil el mantenimiento de los lazos cronolégicos que unfan 4 los diferentes territorios, Fruto, pues, de esta visiGn es la denominacién de Ciclidico para la Edad del Bronce en ese archipiélago, mientras que en el continente el mismo perfodo fue etiquetado como Helédico, reservindose el apelativo de Minoico (derivado del nom- bre del mitico rey cretense Minos) para la Edad del Bronce cretense. Las fechas que se manejan, insistiendo de nuevo en que atin sigue avanzéindose en la precisi6n de detalle de las mismas, serian las siguientes: el Ciclédico I y el Minoico I Greta y las Cicladas 17 (sobre el Helddico volveremos en otro capitulo aunque, en lineas generales, este esque. mma cronol6gico genérico sirve también para el mismo), correspondiente al Bronce Ant guo se habria desarrollado a lo largo del tercer milenio, si bien el afinamiento de las ronologias por carbono 14 permite llevar este perfodo, al menos en Creta, hasta media. dos del cuarto milenio; el paso al Bronce Medio (Ciclédico Il y Minoico Il) se habria producido hacia el trdnsito entre el segundo y primer milenio, casi con seguridad un poco antes en Creta y algo después en las islas; por fin, el Ciclddico III y Minoico Il 0 Bronce Tardio o Reciente habrfa surgido hacia mediados del siglo XVI; el final de este periodo historico, que ve el transito a lo que, en términos arqueol6gicos, se deno- mina Edad del Hierro, tendrfa lugar durante el siglo XII; ademis de esta clasificacién, para la Edad del Bronce cretense se maneja otra, en esta ocasi6n basada en el desarro- Hlo de una de las principales manifestaciones culturales de esta gran isla, los palacios, Sin embargo, no insistiremos aquf demasiado en ella porque es cada vez. més claro que esta secuencia, al menos en el caso del palacio principal de la isla, el de Cnoso, nece- sita de una profunda revisién tanto cronolégica como, quiz4 sobre todo, conceptual. Sentado este marco cronolégico, pasemos a ver los principales rasgos que nos depa- ran los ambientes insulares y cretenses durante la Edad del Bronce, bien entendido que los aspectos de la expansién comercial y, acaso, colonial cretense seran abordados en otro capitulo y que dedicaremos otro al palacio de Cnoso. Empezando por el mundo ciclidico, parece que la ocupacién de la mayorfa de las islas, en especial de las mas pequefias, se produce durante este perfodo, habida cuenta de la ausencia en muchas de ellas de testimonios de época neolitica. Los yacimientos prin- cipales son Phylakopi en Melos y, surgiendo algo después, Ayia Irini en Ceos, ademas de algunos otros mal conocidos; por ende, buena parte del material existente proce- de de ambientes funerarios, lo que impide saber muchos detalles de los asentamientos. Por consiguiente, ha sido Phylakopi quien ha marcado la pauta de nuestros conocimien- tos durante este ¢, incluso, perfodos posteriores. No es demasiado lo que conocemos de las primeras ctapas del Ciclédico Antiguo, pero los materiales procedentes de tumbas (en su mayorfa expoliadas) ya muestran el desarrollo de una interesante actividad alfarera, @ i pay oo . Houari de vasijas y estatuillas de mérmol; de Jos asen- Pequeiios nicleos decisis ee el enel registro arqueolégic ded fer poco mas que familiar y la escasez de objetos de met fel oe cei ee alee cel tir de mediados del tercer mile ‘TOS fueron siempre un elemento imprescindible. A pat or viviendas rectangulares, an empiezan a aparecer pequefios poblados constituidos Sugieren la existencia de grupos iG oie Trini (Ceos) 0 en la propia isla de Melos, 44° Sos poblados atendiendo a la temy eral aan extensa que parecen ir ocupando divi" manufactura de vasos de marmol i se ad y a las necesidades agricolas y ganaderas. La calidad, empezando a aparecer las rey lumento y las figurillas van alcanzando una mayor teristicas serdn de la produccién Genie ee de tocadores de arpa que tan carac- se la explotacién de vetas moans It6rica cicladica, Del mismo modo, parece iniciat ductos se difunden por el archipiéla as en algunas islas como Sifnos o Citno, cuyos Pro" on el continente y con Cretas la pot eanbien empiczan a ser frecuentes los contactos * Ia produccién y exportacién de mérmol de Naxos y Paros i ae Allas histérico del mundo griego antiguo yas lejidad, como el de Kast en Siros. La metalurgia, mucho mis impor. Shed meaty a aed a oneness caecem se sete, Miaico Antigo sade Creta vive un momen. saturn pn ey en galen Wes sid cura en sera, Po oso yen Feo, mpezarin 2p donde, ome emo, sz Pergo ens partes dla isl se seuirs habiando reer ete oan pnts in agfomeaciones pueden LES, oT nds menos grandes, aunque conoceTos poco de ells obese emer deco es poco. La preduein meal ste ea ne esas en Ces drt 1s primes siglo el cS rer mini mice sr mejor cone tere len A pa de i a, Myroso Tpit, qde estan, como en ieee ats eaiias con evenness jut cn ts meno lime eon inremento de obacgn 2 como una maYor espe eee ee eearlo de acide aresanaesexpetea: lac le cere ears eter oerera), lo qe presipne ura mejor gestion aoc rs rears matress como cotacios con el exterior, en especial ‘Gata lls, pero ambin con el continent is adc ura dl mundo dl Minoico Antigo son muy varidas junto con tuba ener, herenia del Neola iti sparciendo las umbasconstuias enor casa gue en anda cada vee mis monuments segn vamos Ae nde alin del tcer men Se etd umbes eolectvas, aunque tabi ‘observando, con el paso del tiempo, una mayor preocupaciGn por la individualizaciéa Gel eneramiento (parcin de eas o larnakesy vasijascontenedoras opithoi) frente tm apatene desires pres apt durante as fses niles el Bronce Antiguo Crete. Aiea do que our en as Clade ls umbas de cita no son deme. siado frecuentes, yen la parte meridional de la isla, en la Mesara, el tipo predominante demas lor wa cma de anacinuaryimeto vaiable; x poste qe acne alias: cpl consegia or apoximacén de iad at- tv sen gene lores de os eneramienosantrees son bade de emp eh tiempo hacia as paredes dela umba para dejar paso alos nuevos, Loc hallagene cot seas psi tba pr dj pas neve Las lara so Come on repr de att icples objets de wo ctiana. as Scere omy eis. eo ss ares, sateen cone taciones de animales, cerdmicas antropomorfas 0 con represen La ampli varied de ules unraros n Inexiecia de imporantes rages distant ica, tereer milenio. A partir a del Minoico Antiguo sugiere 'vos de cardcter regional, y también el carée- 20 Ailoshistico del mundo rego antigua ter muy conserador de estas maiestacones dea religisda de as pobaciones cre Los dos iitimos siglos del tercermitenioparecenatestiguar el incremento de tendencia a una creciemtcompljidad soc, seompatas don soe cian ae setiel preldio de a aparcgn dela palacos enlist del tres seconde te ni, Es este momento en el que buena pate de las cronologis al uso sidan el transito entre el Minoico Antiguo y el Minoico Medi. Es durante el Minoice Meio Bae Se ila poco después de a 2000 cuando parece is ice ee ‘Cnoso y poco después en Festo y en Mala; esta fase de los Primeros Palacios durard hasta miso menos 1700 siempre eniendo presenes as incertidumbres deivadas de ands constants sobre a roo del prod, Los restos de ests constarlones ‘monumental han sufio divers sure, habiendo desaparecido en parte, pero también Aedandoitegrados, de vers motor, dent deo Segundos acon La cone ttuctin de estos eificios presupone la aparicign ol ampiodesarrello de nucvas te. nicasconstrictivas, como el escuadrado dels piedras ola vilizacién de Ia colurmna; del mismo modo, I inroduccién de nueva concepcionsarqutecténieas. que dest: liaremos con mis detaleenel siguiente captlo, yun nuevo sentido de onumenta dad apenas percbido en ls fases anteriores, Tambin los palacics desarolarin unas producciones artesanalesespecifica, como es el caso de la cerdmica del Hamad estilo de Kamares, que parece haber sido usadaen os palacios, pero que también fue expor- tada arumerosos pontos dentro y fuera de Cela Investigaciones recientes estan tam bign aumentando nuestro conocimiento de nuevas estructuras de la fase de los Primos Palacios en Creta, como las de Monastrakiy Kommos, que aunque no son palacios n0 pueden desvincularse de a actividad de los mismos, mosrando una clara vinculacién on el control de actividades econémicas, de carter mis agropecuario en el primer eso Y més comercial en el segundo, En relacin con este timo aspecto, es evidente que aumentan los contacts internacionales del mundo ctetense, no s6lo con el Egeoy el continentegriego, sino cn Anatolia, Epitoy el réximo Orient. Dela misma manera adem de las exituras palaces, tos eifcios de gran tempetio empiezana ser conocidos en la Crea del prim tercio del segundo mileno, como en Malia (donde ya para esta fate muchos autores sugeren que existe un palacio due se consoldard en el periodosubsguenteo del Nuevos Palacios; del mismo modo, Se conocen algunas representacioneso, ieluso, maquetas de ediicios no paaciales. Durante esta fase Protopalacial, los rituales funerarios continéan las tradiciones inici das durante las fses previa, pro ene aspect eligioso empezan a aparece santuarios ‘en cimas de montaias no muy elevadas (Juktas, o Kato Syme), y siguen manteniéadose lugares de culto en las cuevas, aunque de forma cada vez més residual. El abundantisi- imo repertorio de figuilas, de claro caricterreligioso, ue conocemos para este perfo- do, certifica el creciente peso que el mundo de las creencias, mucho més articuladas que en fase precedents, empieza a aleanaar en Creta. : Con la aparicign de los palcios en Ceta también se desarolla la esritur, de la que ‘conocemos al menos tes sistemas. Por un lado lfc, ain no deseifa- do; por otro, ef sistema que muesta el lamado “Disco de Festo, seguramente posterior 3} periodo Protopalacal.y hasta ahora un caso Gnico: or fin, el sistema que Evans Greta yas Cieladas 21 excavador de Cnoso, denominé lineal A, y que ha sido ya atestiguado en la fase Proto- palacial aunque alcanzaré su pleno auge durante e! Neopalacial. La aparicin de ls palacos en Cretaafect6 de modo radical a todo el Egeo; el mun. do del Ciclédico Medio gira cada vez més en torno a Creta y los rasgos especificos que este espacio habia mantenido durante el Cickidico Antiguo Van a ir diluyéndose ante la creciente influencia cretense. Algo parecido pasard en el continente durante el Helédico Medio. La demanda de bienes y servicios que generaré la nueva estructura social y eco- némica que representan los paiacios ser la responsable de esta progresiva minoizacién del Ambito ciclédico; a ello se afiade el inicio de una expansién, ain no evaluable por completo, de gentes procedentes de la Creta minoica hacia otros puntos del Egeo. Serta por ejemplo, el caso de Kastri, en la isla de Citera, que parece haber sido ocupado por gentes de Creta en los momentos iniciales del Minoico Medio. Todos estos cambios que se producen en Creta, como veremos, tendrén amplias repercusiones en todo el entorno del Egeo y prepararén el camino para el surgimiento de la primera civilizacién estatal del continente griego. Bibliografia complementaria BRANIGAN, K. (1993): Dancing with death: life and death in southern Crete, c. 3000-2000 BC. Amster- dam, BRraniaan, K. (ed.) (1998): Cemetery and Sociery in the Aegean Bronze Age. Sheffield. Garcia IGLESIAS, L. (1997): Los origenes del pueblo griego. Madrid, ‘TREUIL, R.; DARCQUE, P; PoURSAT, J.C. y ToUCHAIS, G. (1992): Las civilizaciones egeas del Neolt- tico y de la Edad del Bronce. Barcelona. 22 Allashstérico del mundo griego antiguo Capitulo 4 La formacion de la Grecia micénica De acuerdo con el esquema tripartito que presidié la primera sistematizacién de las cul- turas de la Edad del Bronce del Egeo, el drea cultural de la Grecia continental fue di dida también en tres fases que, en este caso, se denominaron Helédico Antiguo, Medio y Reciente, respectivamente. Estas clasificaciones, como en el ambito Minoico y en el Cicladico, han sido sometidas a todo tipo de criticas y sustituidas, en todo o en parte, por otras definiciones més vinculadas en ocasiones a las secuencias estratigréficas de sitios concretos. Sin embargo, eso ha determinado una multiplicidad, a veces innecesaria, de etapas culturales lo que hace que, atin hoy dfa, las Iineas generales de ese primer esque- ma tripartito surgido a principios del siglo xx sigan siendo vélidas aun cuando matiza- das por una gran cantidad de subdivisiones del esquema basico inicial. Diremos, pues, que a lo largo del tercer milenio se desarrolla en la Grecia continen- tal la cultura del Helddico Antiguo que muestra, segtin los lugares, mayores 0 menores perduraciones del Neolitico; aparecen poblados fortificados que agrupan a pequefios gru- pos dedicados a actividades agricolas y ganaderas basicas y en las viviendas se detecta ya una estructura que tendrd un largo desarrollo durante el segundo milenio, el mega- ron, cuadrangular o rectangular con hogar central que deja escapar los humos a través de un tejado abierto en su parte central con vertiente hacia el interior y soportado por columnas. Sus no excesivos contactos exteriores parecen favorecidos por las activida- des de los marinos cicladicos. El paso del tiempo y tal vez un cierto desahogo econé- ico propician la aparicién de edificios de mayor tamafio, que se han considerado de cardcter piiblico, como la llamada “Casa de las Tejas” en Lerna; se trata de estructuras de dos pisos, en cuya planta baja (Ia tinica conservada) destaca la existencia de habi- taciones agrupadas a lo largo de corredores. El material de construccién basico es el ladrillo de adobe, estando los muros apoyados sobre un zécalo de piedra y su cubri- cin se realiza ya con tejas de terracota. De este perfodo es el “Edificio Redondo” de Tirinte, del que se ha sugerido que podria tratarse de un granero comunal, lo que seria muestra de un cierto nivel de socializacién en la Grecia del Bronce Antiguo. En el trdnsito entre el Bronce Antiguo y Medio se producen cambios en Grecia, sal- dados a veces con destrucciones; empiezan a aparecer casas largas de planta rectangular con un extremo absidado como muestra, entre otros, el yacimiento de Lefkands I; pare- La formacién de la Grecia micénica. 29 ce haber, sin embargo, diferencias entre la Grecia central y Tesalia y el Peloponeso; en este timo parecen perdurar més las estructuras arquitect6nicas herederas del esquema que habia desarrollado la “Casa de las Tejas” aunque ya al final del Helédico Antiguo ti, (Gltimos siglos del segundo milenio) algunos rasgos de la cultura de Lefkandf I empie. zan a fundirse con las tradiciones locales (por ejemplo, la utilizacién de los absides), Estos cambios que se producen, y que parte de los especialistas atribuyen a la llegada de nuevas gentes, se suceden en el perfodo siguiente, el Helddico Medio (ca. 2000-ca, 1350). El problema que subyace en todo este debate es el del momento de la llegada de los sgriegos a Grecia que, a través de muchas variantes, tiende a situarse bien a inicios del Hel4. dico Medio bien en el transito entre el Helidico Antiguo II y el III. Sin duda no podemos pensar en invasiones que acaban con las culturas previas, puesto que ese modo de pensar no concuerda con Io que muestra el registro material; quiz sea mejor creer en grupos que van penetrando en Grecia, tal vez por distintas vias, y que poco a poco van imponiendo (y quiza no necesariamente por la fuerza) su lengua. Lo cierto es que la civilizacién micéni- ca, que vemos surgir a mediados del siglo XV1 (inicio del Heldico Reciente) la llevan a cabo gentes de lengua griega que (al menos ellos) ejercen el control sobre los principados que surgirén, Pero no nos adelantemos y consideremos ahora el Helidico Medio. En este periodo el sitio tipico parece ser el poblado fortificado ubicado en lugares altos, mostrando una mayor nucleaciGn de! habitat frente a la dispersi6n de la fase pre~ via. Ahora toda Grecia, al menos hasta las partes més meridionales de Tesalia, mues- tra un aspecto més 0 menos uniforme. Murallas como la de Malthi o asentamientos como Lerna marcan la pauta. Las casas son del tipo megaron ya sean rectangulares 0 absidales; los tipos de cerémicas se homogeneizan también, como muestra la amplia difusi6n de la ceramica llamada “Minia”, de tono gris oscuro y brufiido. Frente a los defensores de la teorfa invasionista, que consideraban esta cerémica como una clase nueva que habrfa sido introducida por los griegos invasores, hoy se sabe, sin lugar a duda, que no es sino la evolucién l6gica de los tipos cerémicos propios de las tiltimas fases del Helddico Antiguo. __ElHelddico Medio es también un momento de apertura al exterior; ademas de las rela- Ciones comerciales con el émbito insular empiezan a aparecer con fuerza las primeras impor- Passa oo incest en Grecia, desde el Peloponeso (Lema, Argos, Ayios Ste- aie haceae = ae y Pefkakia en Tesalia, pasando por Egina y por Atenas. Parece seaaa id iin Sus primeros palacios, empiezan a interesarse por a Pama epee de Laurién, en Atica, que producia cobre, plata y plo- masetpn casi a momento varian desde las tumbas a cista y a pithos hasta un . neraria que es el tdmulo, en cuyo niicleo se insertan los enterra- mientos. Los ajuares van siendo mas abundantes segu | del perfodo ¥, dealin modo, preludin a iqueza que observamnos on lan in notes de Micenas del Helidico Recienta sen alsa ees We observamos en las ricas tumbas de Micenas del primeras tumbas de povo vic wc’: Come en Kolonna (Egina) empiezan a aparecer las P abas de pozo bien dotadas de articul i fi al tiempo, también se observa una ereciente oh iculos exdticos y de armas. Segtin avanz: En algu ° . consis ose 7 ms “encionada Kolonna, la abundancia de las impor } 1 exportacién de productos eginetas asi como und 30 Atlas historico del mundo Briego antiguo si cone gas ce rae ee erque preceniadquiiendo, al lempo qv rquezas, poder dentro de sys sate ine a acineniea spe Se ee macorea cee See ane ee ee Sa see nn cata te mace del tiempo, se convertirén en estados b aeons contol Sobre extensosteritoros. Por diversas fl i Foran aos tetors, Por diversas zones, na serie de inividos habia toes secomien into E hora eeapce ce lamar ls prmeras princes cea asa ence inna £369 pl com tm de laidos coma peice (ietélcoRecene lo disponemos apenas eo el éafasis en os aa 32 Als itso det mundo rege ant /antiguo de que podamos hablar de palacios en sentido estricto, no cabe duda de que ya se est sgestando esta estructura, de clara herencia préximo-oriental, a través del intermediario mminoico, que caracterizaré al mundo micénico en su época de mayor esplendor. “Ademis de a ya mencionada capacidad de contolar y gestonar, en beneficio de una

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