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28 ) Breve introduc ala tora iteraris 29 ‘creas saber; nunca sabrés con certeza si «tienes que lee a Jeon Baudrillard, Mijail Bajtin, Walter Benjamin, Hélene Cixous, C. L. R. James, Melanie Klein o Julia Kristeva o bien fone si puedes olvidarlos «sin peligro», (Dependerd, claro, de : ‘quién seas if y de quién quieras ser.) Gran parte-de la hosti- 2QUE ES LA LITERATURA, lided contzala teotia proviene sin duda de que admitir su im- Y QUE IMPORTA LO QUE SEA? portancia es comprometerse sin término limite a quedar en 4 le posicién ena qe iene habr¥ cosis importantes que ~* ‘no sepamos, Peto exo es sefal de que estamos vivos. ‘Sin embargo, la teorfa invita a desearla excelencia; se sue- Qué es a literatura? Uno pensarfa que esa ha de set una le creer que la teorfa nos dari los conceptos necesarios para ‘cuestin central ena teorfa literatia, pero en realidad no pa- crganizar y comprender Jos fenémenos que nos importan. rece haber importado demasiado. Por qué razén? Peio la teoxia imposibilta tal maestria, no ya sélo porque no ‘Al parecer hay sobre todo dos razones. En pis 5 lo podamos saber todo, sino especialmente —y eso duele dado que la pinpis-tearia cntremescla ideas de la filosofia, la ‘més— porque la teorfa ¢s en sf misma el cuestionamiento de lingiistca, la historia, a teoria politica y el psicoandliss, gpor Jas presunciones y los supuestos en que las basamos, La na- qué habrfamos de preocuparnos de si los textos que leemos turaleza de la teorla consiste en deshacer Jo que uno erefa s0n literarios 0 no? Los estudiantes y los profesores de litern- saber, mediante un combate de premisas y postulados; por ture tienen hoy a su alcance una larga serie de proyectos de tanto, no se puede predecir qué efectos se derivarén de la investigacién sobre los que escribir y leer — «imégenes de le teorfa, No se domina un tema, pero tampoco permanecemos mujer a ptincipios del siglo 2%», por poner un ejemplo— que en el punto de partida; contamos con nuevas manetas de re- dlan cabida con igual derecho a textos tanto literarios como no flexionar sobre lo que leemos, con preguntas nuevas y con literarios. Se pueden estudiar las novelas de Virginia Woolf, la tuna idea mis ajustada de qué implicaciones tienen las pre- nnarracién de los casos clinicos de Freud 0 inchuso esos dos am- guntas qué hacemos alos libros que leemos. bitos, y no parece que la distincién sea crucial para el método. En consecuencia, esta Breve introduccién no convettiré a No se teata de que todos los textos sean de alain modo igua- los lectores en maestros, y no sélo par su brevedad; pero per- Jes: algunos se consideran mas ricos, mas poderosos, ejem- - fila lineas significativas del pensamiento y delimita las dreas de or Tas Fazones que debate recientes, especialinente las propias de la literatura. sean, Peto ambas obras, las lterarias y las no literarias, pue- Presenta ejemplos de iivestigacin teérica, con la esperanza den estudiarse conjuntamente y con métodos parejo. de que resulten valiosos para el lector y le animen a catar los placeres del pensarniento tedrico, Literariedad fuera de la literatura En segundo lugar, la distincidn no es crucial porque diversas obras de teoria hayan descubierto lo que podriamos lamar, simplificando al miximo, la editerariedad de numerosos fené- ‘menos no literarios. Muchos de los rasgos que con frecuen- 30 Breve introduc al tora literarie cia se han tenido por literaros resultan ser también fundamen- tales en discursos y pricticas no literarios. Por ejemplo, en las iscusiones recientes sobrela naturaleza de a comprensién his- ‘rica, se ha tomado como modelo el andlisis de la compren sién de una narraci6n. Un historiador no ofrece propiamente ‘explicaciones equiparables alas leyescientificas con valor pre- dictivo; no puede mostrar que si X se da conjuntamente con Y, entonces indefectiblemente pasar Z. Lo que hace, més bien, es mostrar cémo un hecho condujo a otro, qi produjo aque estallara una guerra mundial y no por qué tenia que esta- lar. El modelo subyacente a la explicacién histética es, por tanto, la légica de la narraci6n: la manera en que las narracio- nes muestran que algo ocutre, al engranat la situaci6n inicial, el desarrollo y el resultado de modo que adquieran sentido. TEl modelo de inteigibilidad hist6rica es, en resumen, el de le-narraci6n literaria, Los que gustamos de leer y escuchar relatos podemos determinar con facilidad si la trama tice sentido y es coherente, o sila historiaha quedado sin final. ‘tanto la-narrativa histérica como la literaria se caracterizan por los mismos modelos de lo que tiene sentido y lo que es- fructura una historia, entonces deja de parecer un problema tedrico urgente Is distinci6n entre, ambas. “Asimismo, la teorfa ha insistido en la importancia crucial aque en muchos textos no literatios —ya se trate de las narta- ones freudianas de casos clinicos 0 de obras de di floséfice— tienen recursos retéricos como la metéfora, que se crefa definitoria dea literatura, pero solia concebirse como me- ramente omamental'en otros tipos de discurso. Al mostrar ceémo una figura retrica puede'der forma al pensamiento en discussos no literaros, los teéricos han demostrado la profun: daliterariedad de sos textos supuestamente no literarios, com- plicando asi la separacién entre lo literarioy lo no literaio. PSSin embargo, el mismo hecho de referimnos al descubri- “mento de la eliterariedad» de fenémenos no literarios para ‘describir esta situacién indica que la nocién de literatura con- tint desempefiando un determinado papel que debemos desentraiiar. | | | Quéee ta literature, qué imports lo que rn? 3X eDe qué pregunta se trata? Nos encontamas de vei en la pregunta incl, «Que es iteratura?», que no encuentra respuesta. ¢De qué pregun- tase trata, sin embargo? Si fuera un chavalin de. ‘cinco anos el ‘que se acercara a preguntirmelo, lo tendria facil: «La litera- tura son los cuentos, los poemas y el teatro, le ditfa, Pero'si ‘me lo pregunta un teériep, es dificil saber cémo afrontar la ‘pregunta; quizé me interpela sobre la naturaleza general del objeto literatura», que los dos conocemos a fondo. , un algo especial, un no sé qué, que las smalas biesbas comparten y que ls distingue de la otras plan- tas? Quien con su mejor voluntad se haya puesto a escardar ‘un jardin sabe cuénto cuesta distinguir una mala hierba de las ‘otras plantas, y se preguntard cuil es el secreto. ¢Qué puede sex? ¢Cémo se reconace una mala hierba? Bien, el secreto es {que no hay secreto, Las mals hierbas son sencillamente plan- tas que los jardineros no quieren que crezcan en su jardin. Quien tenga curiosidad por cllas perderd el tiempo si busca Ja naturaleza boténica de la «malayerbidads, las caracteristi- cas fiscas 0 formales que hacen que una planta sea una mala hierba. En lugar de eso hay que emprender estudios histér- 0s, socicl6gicos y quizd psicolégicos sobre los tipos de planta «que se consideran indeseables por parte de diferentes grupos en diferentes lugares. 34. Breve introducibn a la eo literaria Quizé Ie fiteratura es como las malas bierbas, Peto esta respuesta no elimina la pregunta; la reformula de nuevo: qué elementos de nuestra’cultura entran en juego cuando trata- ‘mos un texto como literatura? Tratar textos como literatura ‘Supongamos que nos encontramos con una frase como la siguiente: We dance round in a ring and suppose, But the Secret sits in the middle and kxows. (Bailamos en efrculo y suponemos, Pero el Secreto sabe, sentedo en ef centro.) Bueno, gde quéise trata, y cémo lo sabemos? Dependeri cn gran parte de dénde encontremos este texto, Si aparece en el apartado de horéscopo de un:periédico, no serd mas que una redaccién inusualmente enigmética; pero si tiene valor de tJemplo, como en esta ocasi6n, podemos indagar las diversas posibilidades que nos oftecen los usos corrientes del lengua- je. eEs quizd una adivinanza, y nos toca adivinar el Secreto? O tal ver se trate de publicidad de un producto nuevo, el Secteto, pues es frecuente qué le.gublicidad:fecurrta la rima «Winston tastes good lke & cigirerte should, , que parece fener mis oportunidedes de ser literatura, pues no puede ser nada mas que une imagen, lo que invita a un cier- to tipo de atencién, invita a pensar. Eso sucede con los textos ‘et los que la relacién entre forma y contenido puede dar que Bensae. En esta perspectiva la frase que abre un libro de filo- sein como el de W, O. Quine, From a Logical Point of View, podria ser considerada un poema: ‘Una cosa extrafa sobre cl probleme ontol6gico es su senciller Dispuesta en la pagina en esas tres lineas y rodeada de intimidatorios matgenes de silencio, la frase puede despertar tuna forma de atencién que podsiamos llamar «literaria»: un interés por las palabras, por cémo se relacionan entre si, qué implican, y especialmente un interés por saber cémo se rela- conan Io dicho y la manera en que se dice. Es decir, por es- tar escrita de esa manera, Ia frase parece capaz de responder ala idea moderna de poema y al tipo de atencién que se ss0- 36 Breve introducin a la teortaliteraria cia hoy con la literatura. Si alguicn nos dijera este enunciado, le preguntarfamos qué quiere decir; pero al tomarlo como un ‘poema, a pregunta ya no es la misma; no se trata de qué quie re decir el emisor o el autor, sino qué quiere decir el poema; cémo funciona su lenguaje; qué hace este texto, en definitiva, Siislamos la primera frase, «Una cosa extrafia», se deriva Ja cuestida de qué es una cosa y cudindo una cosa es extraiia, ‘«<¢Qué es una cosa?» es precisamente una de las cuestiones de la ontologia, la ciencia del ser, el estudio de lo que es o existe Pero «cosa» en el sintagma «una cosa extrafia» no se refiere a tun objeto fisico, sino @ algo parecido a una relacién o un as- ppecto que no parecen existir de la misma manera que existe una casa 0 una piedra. La frase, por tanto, postula la sencilez pero no practica lo que postula, sino que lustra, en esa ambi- siiedad de la cosa; una parte de ios imponentes problemas que afronta la ontologfa. Sin embargo, la propia sencillez del poe- ma —el hecho de que se pare después de «sencillez», como si no fuera necesario aiadir nada— otorga credibilidad a la por ‘tea parte inveros(mil afirmacién dela sencillez, En cualquier 130, sila aislamos de este modo, a frase puede generar una actividad como la que hemos desarrollado: el modelo de act- vidad interpretativa que asociamos con la literatura, Qué nos dicen sobre la literatura experimentos como es- tos? Nos sugieren, en primer lugar, que si se aisla cl lenguaje de otros contextos, si se lo separa de otros propésitos, puede ser luego interpretado como la literatura (a condicién de que pposea algunas cualidades que le permitan responder a esa forma de interpretaciGn), Si la licerarura es lenguaje descon- textualizado, apattado de otras funciones 0 propésitos, es también en si misma un contexto, que suscita formas expecia- les de atencién. Asi, por ejemplo, al lector de literatura pres- tard atencién a la complejidad potencial del texto y buscar significados implicitos; sin que ello implique, ademas, que el enunciado le esté exigiendo un comportamiento concreto. Describir la «literatura» seria, entonces, determinar qué con- junto de supuestos y operaciones interpretativas aplica el lec- tor en su.acercamiento @ esos textos, er la literatura,» qué importa lo que sea? 37 Que tes Ha estado leyendo dos horas seguidas... per el muy inconsciente no se habia entrenado nada. Las convenciones de la literatura El andlisis de la narracién (y englobamos bajo «narracién» desde la anécdota petsonal a una novela entera) ha permitido cobservar la vigencia de un acuerdo o convencién que, sunque se presenta bajo el formidable nombre de «principio de coo- peracién hiperprotegido», es en realidad muy sencillo. Por tna parte, nuestra comunicacién diaria depende de una con: 38 Breve introduce alo tert literaria Qué es a leraturs, y qu inaporte logue sea? 39 vencin fundamental‘los participantes cooperan unos con otros y, por tanto, se comprometén a intercambiarse infor- macién relevante para la conversaci6n. Si le pregunto a al- guien ‘si Manuel es un buen estuditnte:y me responde que «suele ser pintuaby,interpretaré la respuesta presuponiendo que mi interlocutor coopera conmigo y que lo que me dice es relevante; de modo que no me quejaré de que no me haya res- pondide, sino que entenderé que la'respuesta esté implicita y se quiere decir que, aparte de la puntualidad, poco més se puede aiiadir de positive sobre Manuel como estudiante, ‘Mientras no'se demuestre lo contrario, un hablante presupo- ne que la pérsona cori la que habla coopqra con él. En cuanto a la narracién literaria, considerémosla parte de una clase mayor de textos, los «textos expostivos narra- tivos»; la relevancia de estos enunciados no depénde de la informacién que aportan a su oyente o lector, sino de su plicabilidads. Tanto si explicamos una anécdota a un amigo ‘como si escribimos una novela para la posteridad, lo que ha- ccemos es muy diferente de lo ue se hace, por ejemplo, al tes tificar en un juicio: intentemos crear una historia que evalga la pena» paca el oyente; que tenga algin tipo de finalidad o de sentido, que divierta 0 entretenga, Lo que distingue a los textos literarios de otros textos expositivos iguilmente narra- tivos es que han superado un proceso de seleceién: hian sido publicades, rescfiados ¢ impresos repetidamente, de modo que un lector se acerca aellds con la seguridad de que a otros antes que a él les ha parecido:que estaban bien construidos y cevalian la pena». Por tanto, en la comunicacién literati el principio de-cooperacién est «hiperprotegido». Nos hare- ‘mos cargo de las oscuridades o irrelevancias manifiestas que encontremos, sin suponer que carecen de sentido, El lector presupone que las dificultades que le causa el lenguae litera- rio tienen una intencién cémunicativa y, en lugar de imaginar que el hablante o el escritor no esté cooperando en la comu- nicacién (como podriamos pensar en otros contextos), se esforzard por interpretar esos elementos que incumplen las convenciones de la comunicacién eficiente integrindolos en un objetivo comunicativo superior. La «literatura» es una et queta institucionalizada que nos permite esperar cazonable- \ mente que el resultado de nuestra esforzada lectura «valdri la pena»; y gran parte de las caracteristicas de la literatura se deriva de la voluntad de los lectores de prestar atencién y ex- _plotar las ambigiiedades, en hugar de correr a preguntar «equé ‘quieres decir con esd?» ‘Lalicenur,podiamos conluis es aio de habla oun suceso textual que suscita ciertos tipos de atencidn, Contrasta con otras clases de actos dé habla, como es él transmitir infor- | macién, preguntar o hacer una promesa, En la mayoria de ca- | s0s, lo que como lectores nos impele a tratar algo como litera turaes, sencillamente, que lo encontramos en un contexto que Jo identifica como tal: en un libro de poemas, en un apartado: de una revista o en los anaqueles de librerias y bibliotecas. Una ineégnita pendiente Nos queda todavia una incégnita por resolver. ¢Hay acaso maneras especiales de manejar el lenguale que nos indiquen que lo que leemos es literatura? ¢O, por el contrario, cuando sabemos que algo es literatura le prestamos una-etencién di- ferente ala que damos a los periddicos y, en resultas, encon- ‘tmumos significados implicitos y un manejo especial del len- ‘gusje? La respuesta mas factible es que se dan ambos casos; f veces el objeto tiene caracteristicas que lo hacen literatio y ‘otras veces es el contexto literario el que motiva la decisin. ‘Que el lengusje es estructurado de forma rigurosa no es su- ficiente pata convertir un texto en literario; no hay ningtin texto més estructurado que la gufa de teléfonos... ¥ no po- demos tampoco converti el primer texto que se nos ocurra en literati con solo aplicarle ese ealificativo; no puedo tomar mi viejo manval de quimica y leeslo como una novela. or una parte, entonces, la literatura no es un mero mer- coen el que quepa cualquier forma de lengua, y no todas las frases que dispongamos en un papel como si feran un poe- 40_Breveintroducion ala teorte herria ‘ma lograrin funcionar como literatura, A su vez, no obstante, Ja literatura es més que un uso particular del lengusje, pues muchas obras no hacen ostentacién de esa supuesta diferen- cia; funcionan de un modo especial porque reciben una aten- in especial, Nos las vemos con una estructura complicada. Las dos perspectivas se superponen parcialmente, se entrecruzan, pero no parece que se derive una sintesis. Podemos pensar que las cobras literarias son un lenguaje con rasgos y propiedades dis- tintivas, o que son producto de convenciones y una particular manera de leet. Ninguna de las dos perspectivas acoge satis- factoriamente ala otra, y tenemos que conformarnos con saltar de una a otra. Apuntaré a continuacién cinco consideraciones que la teorfa ha propuesto sobre la naturaleza de fa literatura: en cada una partimes de un punto de vista razonable, pero al final debemos hacer concesiones a las otras propuestas. La naturaleza de la literatura 1, La literatura trae «a primer plano» el lenguaje Se suele decir que la sliterariedad> reside sobre todo en la organizacién del lengua, en una organizacién particular que Jo distingue del lenguaje usado con otros propésitos. La lite- ratura es un lengusje que trac «a primer plano» el propio len- ‘Buse; lo rarifica, nos lo lanza a la cara diciendo «jMirame! iSoy lenguajel», para que no olvidemos que estamos ante un lenguaje conformado de forma extrafia, La poesfa, de modo ‘quizd més evidente que los otros géneros, organiza el sonido corricnte del lenguaje de forma que lo percibamos. Vearos el comienzo de un soncto de Miguel Hernéndez: ‘Tu corazn, una naranja helada con un dentro sin luz de dulce miera ‘yuna porosa vista de oro: un fuera ‘venturas prometiendo a la mirada, Qué ea literature, 9 qué importa lo que sea? 4 La disposici6n lingiistica pasa « primer término (esct- hese la repetida presencia de las erres, ademés del ritino facentual o la rima), y aparecen imagenes de objetos inusuales como «un dentzo sin Izy; todo indica que estamos ante un manejo especial del lenguaje que quiere atraer nucstra aten- cién hacia las propias estructuras lingiifsticas. Pero es igualinente cierto que la mayoria de lectores no perciben los patrones lingisticos a no set que algo aparezca {dentificado como literatura, Al leer prosa corriente no esta- mos escuchando. El ritmo de mi frase anterior, por ejemplo, no habra dejado huella en el oido del lector; pero si asoma ‘una rima, el lector yanno escatima su atencién y se aproxima... ‘a escuchar atentamente, La rima, que es una sefial conven- ‘ional de literatiedad, nos hace percibic el ritmo que previa- mente ya estaba en la frase. Cuando el texto que tenemos delante se etiqueta como literatio, estamos dispuestos a pres- taraténcidn a ¢6mo se organizan los sonidos y dtros elementos del lenguaje que generalmente nos pasan inadvertides. 2.--La literatura integra el lenguaje La literatura es un lengusje en el que los diversos componen- tes del texto se relacionan de modo complejo. Si me lega una carta al buzén pidiéndome colaboracién para una causa no- ble, dificilmente encontraré que su sonido sea un eco del sen- tid, pero en literatura hay relaciones —de intensificacién o de contraste y disonancia— entre las estructuras de los dife- rentes niveles lingisticos: entre el sonido y el sentido, entre Ja orpanizaci6n gramatical y la estructura temética. ‘Una rima, al unir dos palabras (belada/ mirada), nos leva a relacionar su significado (la «mirada helada» podtia resumir la actitud que el yo poético percibe en su mada). Pero ninguna de las dos propuestas vistas hasta ahor ambas en conjunto, nos definen qué es la literatura. No toda Ialiteratura trae a primer término el lenguaje como se sugiere ene consideracion 1, pues muchas novelas no lo hac 42_Breve introduccin a la tora litres Una mutalla de piedra,negruzcay alts, rodea a Utbia. Esta iiuralla sigue a lodargo del camino real, limita el pueblo por norte, yal Megara ro se tuerce, tropieza con la iglesia, « la que coge, dejando parte del sbside fuera de su recinto, y des- pués escala una altura y envuelve la ciudad por el sur Con estas palabras empiezs.no una gufa rural, sino Zala- cain el aventurero,-de Pio Baroja. Igualmente, no todos los, textos que traen el lenguaje a un primer plano son literatura; los trabalenguas («Tres tristes tigres comian trigo en un tri- gal») son considerados literatura muy raramente, pero laman Ia atenciénssobre el lenguaje mismo; ademas de lenguarnosta teaba. Los anuncios publicitarios hacen gala de los recursos lingiisticos mis llamativos de forma muchas veces més radi- cal que lapoesfa, y la integracién de los diferentes niveles lingiisticos puede ser mas chillona. Asi, Roman Jakobson cita como ejemplo elave de Id funcién poética no un verso de un poema, sino el eslogan politico de la campaiia presidential de Dwight D. («lke») Eisenhower: I like Ike («Me gusta Ike»). A través de un juego de palabras, resulta que tanto yo—I, el sujeto de la frase— como el candidato Ike —el objeto del verbo— estamos integrados en el micleo verbal: like-gustar. eCémo no va a gustarme si like y Ike son incluso difiiles de dliscinguir? Parece-que hasta al lengua le guste ese ajuste... En definitiva, no se trata thnto dé que las relaciones entre los niveles ingifsticos sean relevantes g6lo en literatura, sino de que en literatura es mis probable que busquemos y encon- ‘remeos un uso productivo de la relacién entre forma y conte- nido o entre tema y lengusje; y al intentar ebtender en qué contribuye cada clemento al éfecto global, hallaremos inte- sacién, arihonia, tensiGn o disbnaneia,’ Las explicaciones de la lteratiedad que recurren a la ra- rificacin o la integracién del lenguaje no conducen a tests que puede eplicar, pongamos; un marciano para separar la literatura de las otras formas de eécritura. Sucede mas bien ~ que estas explicaciones —como la mayoria de pretensiones de defini la naturaleza de la literstura—dirigen la atencién eQoud es la literatura, y gut inpora toque sea? 43 a determinados aspectos de la literatura que se consideran esenciales, Leer un texto como literatura, nos dicen estas aproximaciones, es mirar ante todo la organizacién del len- ‘sje; no es leezlo como expresién de la psique del autor © couno refleo de ls sociedad que lo ha producido. 3. Laliteratura es ficeién Una de las razones por Jas que él lector presta una atencién diferente a la literatura es que su enunciado guarda una rela- cién especial con el mundo; una relacién que denominamos «diccional», La obra literaria es un sucesolinglistico que pro- yecta un mundo ficticio en el que se incluyen el emisor, los participantes en la accién, las acciones y un receptor implici- to (conformado a partir de les decisiones de la obra sobre qué se debe explicar y qué se supone que sabe 0 no sabe el re- ceptor). Las obras literarias se refieren a personajes ficticios y zo hist6ricos (Emma Bovary, Huckleberry Finn, el capitan ‘Alatrste), pero Ia ficcionalidad no se limita a los personajes y los acontecimientos, Los elementos «defcticos» del-lenguc (elementos de orientacién, cuya referencia depende de la situaci6n deenunciacién), como los pronombres {yo, tii) 0 los adyerbios de tiempo y lugar (aqui, allé, arriba, hoy, ayer, maffana), funcionan de un modo particular en las obras litera- tigs, El abora de un poema («Agora que sé d’amor me met monja», como dice la cancién tradicional) no se tefiere al ins- tante en que se compuso el poema o se publicé por primera ‘ver, sino al tiempo interno del poema, propio del mundo fic- ticio deo natrado, Y el «yo» que aparece en un poema, como el de Lorca «¥ que yo me la llevé al rfo /,creyendo que era mozucla», es también ficcional; se refiere al yo que dice of ‘poems, que puede ser muy diferente de individuo empirico, Fedetico Garcia Lorca. (Puede haber vinculos muy estrechos entre lo que le sucede al yo poético o al yo nartador y lo que le haya sucedido al eseritor en un momento de su vida, Pero tun poema de un escritor viejo puede presentarse en la voz 40._ Breve introduc ata torts literaria ‘ma lograrin funcionar como literatura. A su vez, no obstante, Ja literatura es més que un uso particular del lenguaje, pues ‘muchas obras no hacen ostentacién de esa supuesta diferen- cia; funcionan de un modo especial porque reciben una aten- cién especial. Nos las vemos con una estructura complicada. Las dos perspectivas se superponen parcialmente, se entrecruzan, pero no parece que se derive una sintesis, Podemos pensar quc las ‘obras literati son un lengusje con rasgos y propiedades dis- tintivas, 0 que son producto de convenciones y una particular ‘manera de leer. Ninguna de las dos perspectivas acoge sats- factoriamente ala ott, y tenemos que conformarnos con saltar, cde una a otra, Apuntaré a continuacién cinco consideraciones, ‘que Ia teorfa ha propuesto sobre la naturaleza de la literatura: fen cada una partimos de un punto de vista razonable, pero al final debemos hacer concesiones alas otras propuestas. La naturaleza de la literatura 1. Lalliteratura trae «a primer plano» el lenguaje Se suele decir que la sliterariedad> reside sobre todo en la ‘organizacién del enguaje, en una organizacién particular que lo distingue del lenguaje usado con otros propésitos. La lte- ratura es un lenguaje que tae «a primer plano» el propio len susie; lo rarfica, nos lo lanza ala cara diciendo «{Mirame! iSoy lenguje!», para que no olvidemas que estamos ante un lengusje conformado de forma extrafia. La poesfa, de modo ‘quid més evidente que los otros géneros, organiza el sonido cortiente del lenguaje de forma que lo percibamos. Veamos el comienzo de un soneto de Miguel Hernéndez: ‘Ta corazGn, una naranja helada con un deniza sin luz de dulce miera yuna porosa visca de oro: un fu venturas prometiendo a la mirada, Que a Breratura,yqud importa logue sea? _ 48 La disposicién lingifstica pasa a primer término (esct- cchese la repetida presencia de las erres, ademas del rittno srcentual ola rima), y aparecen imégenes de objetos inusuales ‘como «un dentro sin luz»; todo indica que estamos ante un manejo especial del lengusje que quiere atraer nuestra aten- cién hacia las propias estructuras lingiifsticas. - ero es igualimente cierto gue la mayoria de lectores no perciben los patrones lingifsticos a no ser que algo aparezca Jdentificado como literatura. Al leer prosa corriente no esta- ‘mos escuchando. El ritmo de mi frase anterior, por ejemplo, no habré dejado hella en el oido del lector; pero si asoma tuna rima, el lector ya no escatima su atencién y se aproxima... a escuchar atentamente. La rima, que ¢s una s¢ ‘conven: tional de lterariedad, nos hace percibir el ritmo que previs- mente ya estaba en la frase, Cuando el texto que tenemos ddelante se etiqueta como literatio, estamos dispuestos a pres- taraténcidn a cémo se organizan los sonidos y btros elementos dal lenguaje que generalmente nos pasan inadvertidos. 2. Latliteratusa integra el lengusje La literatura es un Tenguaje en el que los diversos componen- tes del texto se relacionan de modo complejo. Si me llega una carta al buzén pidiéndome colaboracién para una causa no- ble, dficilmente encontraré que su sonido sea un eco del sen- tido; pero en literatura hay relaciones —de intensificacién o de contraste y disonancia— entre las estructuras de los dife- rentes aiveles lingiisticos: entre el sonido y el sentido, entre Ja organizacién gramatical y la estructura tematica. ‘Una rima, alunir dos palabras (belada/ mirada), nos lleva a telacionar su significado (la «mirada helada» podria resumir la actitud que el yo poético percibe en su amada). Pero ninguna de las dos propuestas vistas hasta ahora, ni ambas en conjunto, nos definen qué es la literatura. No toda laliteratura trae a primer término el lenguaje como se sugiere cen [a consideracién 1, pues muchas novelas no lo hacen: 44, Breve introducin a la teoralterria de un yo pottico joven y viceversa. Y, deforma mis evidente en el caso de la novela, el narador, el personaje que dice «yo» al par que cuenta la historia, puede tener experiencias y ex- presar opiniones muy diferentes de las de sus autores.) En la ficcién, la relaciéa entre lo que dice el yo ficcional y lo que piensa el autor real es siempre materia de debate. Lo mismo sucede con la relacién entre Ios sucesos fctcios y ls cizcuns- tancias del mundo. El discurso no ficcional acostuinbra a in- tegratse en un contexto que nos aclara c6mo tomarlo: un ma- nual de instrucciones, un informe periodistco, la carta de una ONG. Sin embargo, ef concepto de ficcién deja abierta, ex- plicitamente, le problemética de sobre qué trata en verdad la obra ficcfonal, La referencia al mundo no es tanto una pro- Piedad de los textos literarios como una funcién que la inter- pretacién le atribuye. Si quedo con alguien para cenar «en el Hard Rock Café, maiana, a las diez, lo ella entenderén que es una invitacién concreta e identificarén la referencia espacial y temporal segtin el contexto de la enunciacién (wmafana» seri por ejemplo el 14 de junio de 2003, «las dice» son las diez de la noche, hora peninsulas). Pero cuando el poeta Ben Jon son escribe un poema «Invitando a un amigo a cenars, la fic- de Alicia irans def espej (en te duce de June On, aan, Madi 1973p 46), login ingle empieza: «Twas bili, and the shy tves / Did gyre end pimble in the sab Allie we rs / And emanate.» 0

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