You are on page 1of 13
“nosotros”, Por su trascendencia en la vida de pareja nos twaremos en este anliss mis adelante (Cap. V), A esta altura dremos solamente que para lograr la coon dn ninguno de los miembros de la pareja puede estar sobre un modelo extemo de cémo Ia relacign “debe ser”. Ea ‘momento en que una forma de ser pareja surge como una ¥ ‘universal, cumple lafunein de un terero porque impide la ttuceiGn de la realidad solamente a partir de los dos. Al surgir tercern, sea este un modelo de deber ser, sea este un amante un hijo un pariente, todo cambia. Se acaba Ia coordinacién ‘cuanto pareja, e6 decir, en cuanto dos y en cuanto pares. $i acaba la coordinacién se acaba el lenguaje. Y si se acaba, lengusje de pareja, dejamos de exstir en el dominio de pare Seguimos existendo en muchos otos dominios —como ps hijos, socos, proveedores, madre, ete—, pero dejamos de pareja Ser pareja, a partir dela emocién del enamoramiento, ssl posible siendo dos, en la consderacin de ser pares, valida las divergencias. Slo desde ahi es posible coordinarse para vi en disfrute una vida juntos. Sin embargo, como veremos a continuscién, muchas dejamos de ser dos; somos uno, cuatro o ses. Dejamos de pares. Cada cual piensa que esti en la verdad ¥, por lo tanto, J necesidad de hacer entender al oto cdma son las cosas; no consideramos distintos, sino al tro equivocado. Se imposibili as la coordinacién, generindose, en cambio, inevitables pel ¥ confrontaciones,debilitindose un disfrute mutuo, objetivo fin ‘de la relacin de pareja Cartrulo V ludntos somos en la relacién de pareja La fantasia de ser uno alguna frecuencia nos toca ver a personas involueradas en Fituales de la ceremonia de constitucién de matrimonio, don- invita la pareja a convertirse en una sola unidad como una ideal que, a base del amor, la aceptacién, el esfuerzo de sions yrespefo, pueda esta duaidadincialconformarse en sola unidad resultante de la visién profunda de ambos. Poti- ne es bello y ateativo y remueve esas acendradas historias ‘media naranja". Hay muy antiguas leyendas, que algunos yen a remotos cuentos relatados en Ia India, que sefalan fl ser humane originalmente era uno y debido a una inter- jn dvina fue partido en dos y desde entonces estas mitades Inusean para recuperar aquella unidad orginal Bl hecho de que sugiera como un objetivo la isqueda de la fad ene estas dos pastes, pea Sex incepta, por alge ‘como una manera de deseribir la bisqueda de la comple- ariedad; que en el estalecimiento de la relacin de pareja, Fernando Codd © Carmen Lut Mende ‘cada uno aporta un algo diferente que en “eomplemento” con a ‘otro formaré una totaidad més completa. Entendido de es ‘modo, serfa una intencién presente en Ia mayoria de ls pari ysin duda un objetivo muy vido, el deseo de formar est equi ‘enel cual se complementa lo mejor de ambos. Desde esta mi dicha motivacién no sera problems, sino un beneficio. Lo qu hemos observado en nuestra experiencia clinica, sin embargo, ve la idea de mitades que se juntan para ser uno, si no se e alert, conlleva el peligro de que se traduzca en una idea “fusionarse” para constitur esta unidad. ‘Todos hemos podido apreciar c6mo, en Ia actualidad, en fimbito de organizacioneso empresas, desde hace ya un buen ti po se viene generando el fenémeno de la fusién consituye luna nueva unidad, no para quedar como dos empresss coorin as, sino, como ocure en la mayorta de los casos, con us empresa que “Tagocia” la ota Parece una invitacién mis coherente con el cuidsdo y teccién de muestra realidad individual, personal completa, q Inentemos coordinarnos entre dos para formar un “nosotros Que esta coordinacién no signifique una renuncia, ni mucho ‘menos un riesgo 0 competencia que tenga como conse aque uno de los dos eventualmente sea quien asumie Ia identi ‘hima de esta realidad nica. Por el contario, que este“ tos" sea la resultante de este interaccionae eonjunto de Personas, que no tienen que abandonar ni renunciar 2 nada de lo ue le es propio a ambas y que en el pleno respeto de sus rea lidades completas se constituyan en este nosotros conformado por Ia relacién de a dos. ‘Angélica planton, con una mezcla de rabia y angustia, que Jlme, su mario, tiene que tener un “trauma” generide prob blemente en su nitez, pues “se traga todo", nunca express nada La avenue de para s{ mismo, no compare sus sentimientos y vivencias més in- as, escabulléndose siempre de las conversiciones cuando estas na requetir este tipo de respuestas. Insste Angélica, una fer vital que se autodefine como “muy sensible”, que cree que felaciones en general, y en especial las de pareja, deben nase en la miximafranqueza y transparenia, Se sient por io frustrada frente a lo que ela describe como la profunda versa de Jaime, producto de su "bloqueo emocional” ime, un hombre bastante mayor que Angélica, quien se nia como tranguilo y reposado, plates su total desacuerdo, ilescribe a sf mismo como un hombre més bien simple, que cosas claras. Admite ser alguien de poeas palabras, pero lente no requerir de elas para expresar con pecisién sus jentos, su alegria de vivir, su enorme carito por Angélice hijos. Defnitivamente no cree que se deba hurgar através jplicadas y muchas veces “enredosas” convereaciones, los imientos y vivencas evidentemente presentes en la comuni- de la vida diaria. Por el contaro, cineidiendo con que lca es una mujer sensible, la deseribe como una persona ura, que necesita que le repitany aclaren los detalles més js de stwaciones que ella no Joga interpretar 0 tende lo siempre de un modo negativo. Por otro parte, y segin él, ide una extroversén casi enfermiza y padece una verdadera sin hacia tener que ablaro todo, y a consierar las cosas nas slo si uno anda desnudando el alma a cada rato, ‘Mi comentario plausible a esas reciprocas deseripciones de estima cada cual que el oto funciona, y de las expectativas tiene cada eval de eémo el otro debiera funciona, seria jnle a. Angstioa que ella demands que Jaime sen en realidad desapareciendo Jaime, y que Jaime exige que ea sea una "Jaima”, desapareciendo Angélica. La sonrisa Fermands Codd © Carmen Lae Mindes {de ambos al of esta descripcin por medio de este “crudo” juego de palabras, no deja sin embargo de haceres sentido segin sus propias declaraciones postriores Temor a la pérdida de la idensidad Es momento de precisar que este “ideal de convertrse en no puede desencadenar uno de los conflctos més angustiantes para el ser humano: el temor a la pérdida de Ia identidad. Existea pensadores en el dmbito de a psiologia que llegan a descrbit el temor ala “périda de yo" como un factor importante en “los |quicbrespsicsicos”o, més cologuialmente, que pueden produci estados de locura. Sin legar a estos extremos es entendible que sentir seriamente en peligro la pérdida de la propia identdad puede ser vivido con gran angustia. La vivencia de ser yo, con ri particular manera de se, con mis particulars earactersticas Idiosinerticas, con mi caricer, mis valores, mis gustos, mis ‘opciones, como una realidad valida, leptima ¢ ineuestionad en sus dimensiones ms bisicas, es un eje central de Ia vida psica= 6gico-personal de los seres humanos, Esto se agrava més aim, sila vivencia no sélo es del temor a perder Ia propia identigad, sino de que esta es amenazada por oo que quiere imponernos 1a suya, que quiere o demanda construr un oto diferente yajeno 1 nosotros mismos. Pareiera innecesario declarar que la lucha por mantener la identidad propia frente a otro que nos quiere hacer desaparecer, puede ser tan violenta psicolégicamente, como 8 de desesperante y anguatiate este tum Le enentua de pang Ser tres 0 més FExaminemos ahora otra perspectva respecto de cudntos son realmente” los que constituyen el mundo de pareja. Ramén, haciendo sus mejores intents, hace vera aviera que Airante el slkimo tempo ella ha estado de un genio bastante Inalo, iritable y peleadora frente a las cosas mis trivales, Avera, muy enojada, le responde que no sabe a qué se puede ar refiriendo, que ella ha estado normal y tranquila, Frente a argumentos de Ramén para demostarle su apreciacion, vera le sugiete que le pregunte a “las nits”, sus hijas de 14 12 ats, cémo encuentran que ha estado o se ha comportad ‘mam, Frente ala decisin de cul es el colegio més adecuado ‘matricular ata hija que inicia su vida escolar, el marido hace su mujer que sus propios padres, sus suegros, estén en total sero con el colegio escogido por ella; que atribuyen este «Ta influencia negativa de un grupo de sus amigas que no paren los valores y princpios que ellay especialmente ellos, tro matrimonio”, han declarado ener siempre, Que es sin “el colegio escogido por mi, su yerno", el corecto, ade lo y coherence para su nica. La mujer que le solicits sl marido que hable con el amigo i de ambos, psiquiatra,respecto de las erticas que él le ha ho sobre su “sexualidad reprimida”. Le cuenta e6mo le he ho a este psiquistra, sin mencionar en absoluto que se tata de que las demands sexuales que él le hace como perfecta- le normales de una sexualidad de pareja sana, revelafan en 1d una patologta perversa dela sexualidad del marid. ‘Las eterna, frecuentes y descalificadoras comparaciones; ‘el vecino, al que le va tan bien como a ellos, es capaz de Kernande Codd © Carmen Ln Ménder liegar siempre ala casa tempran. El marido que le hace ver su mujer cémo esta jams ha erticado a su hermano quien va ugar ftbol todos los domingos y no llega nunca antes de las ‘© cuatro de la tarde a la casa, y que, cuando él ha querid ie ugar fibot alguna vez ella le ha hecho una escena, dci ‘que sun egosta, que no le importa la vida familia, que es esconsiderado, todo eso s6lo por suger aquel deseo per (Cémo siempre hay otros que departen mejor con sus hij ‘mujeres que sf saben llevar bien una casa sin quejarse. Los ee plos de estas comparaciones los vemos deur con desafortns frecuencia en préctcamente todos los dominios de existencia areas, tanto dentro como fuera de Ia consulta, Custos, leyen estas Iineas, no recordarén haberse enredado en “argument comparatives", No facilita ls cosas el que profesionales, psi logos, pedagogos, psiquiatras, socislogos, centificos en ge ‘que con la mejor intencién plantean descripciones de lo que considera normal en ls relaciones de pareja, son citados po ‘maridos © mujeres para diimir desacuerdos, rayendo es expertos a las discusiones quienes definen céma es la real ‘Antes de abordar los elementos que conforman el probl de fondo que genera esa situaci6n, un breve comentario volver ala pregunta inicial de cuéntos somos en la relacign pareja. Al inclu a os hijos los padkes, alos expertos, al apo ‘mediante comparacones nuestros argumentos, estamos nel en forma expliita a ors en nuestra relacin de pareja. :S0 ‘cuato?, ses? es? sin duda dejamos de set dos cuando i mos a oo u otros para resolver aquello que s6lo nos incumbe los dos en el estito émbito que hemos acordado: ser pareja, solamente do La event de ar pars parca y el ‘mundo objei In cultura occidental, desde el siglo XVII con la primacie de sin yel desarrollo del pensamientocientifico y de la ciencia, funciona eon el postulado del conocimienta objetivo de la lad. En el Tenguaje cotidian esto se ha transformado en la 46n que hacemos al otro de “ser objetivo". Lo “real” no se amina con las emociones o experencias de quien lo plantea, lo “objetivo” apunta a lo universal, alo “verdadero”, por 3: tendria que ser Io mismo para todos. Exe postlado genera fntrampe insalvable a nivel rlacional, Este se expres en la iguracin de una dindmica confronacional a partir de que un bo “sabe” que las cosas son de cievta manera y, simulté- frente a a misma citeunstancia, la otra persona “sabe” in cémo son ls cosas, pero de una manera diferente; 0 sa, desde cada cusl— saben, pero sus certezas son dish: ‘Cuando esto sueede la descripeién que har un tercero es ‘sas personas estin frente a un desacuerdo, Pero exta es, livamente, la deseripeiGn de un tercero ya que la vvencia de Jnvolucrados en el problema es absolutamentedistnta. Lo perce cada cual e5 que el otro esté equivacado, eté en el © Ila ignorancia: “yo sé eémo son las costs” AY e6mo proceden las parejas cuando esto ccurre? Proceden tin modo absolutamente concordante con el planteamiento de ead o realidad objtiva, que necesariamente es und, y,en- Ta misma para todos. Le hacen ver al otro, a través de mentos légicos, racionalesy razonables, que est equivocado uno (90) est en lo cesto, Cada cul tae I mano, conc 0s “objetivs” (Jeeta especializads, nformaciones relevan- ‘Opiniones de experos,testigs signiticativos, para validar sus certezas y demostrar que las cosas son “as”, y no como ve 0 entiende ef otto. Como ya lo mencionamos, esto se tad ‘en la confrontacién de dos convicciones GY cules el desenlace habitual y més fecuente de este 280 diseursivo que lamamos discusién? No sélo que cada sigue pensando lo mismo que pensaba desde el principio, st aque paradéjicamente los arguments del otro fortalecen y ref zan la posici6n incial que tenfamos. Este modo de disutir te repercusiones importantes a nivel emocional debido a que ‘gen sentimientos de desesperanza y rabia por la tozudez del inerpretaciones descalificatoras de su actitud que no entender ni aceptar del otro. Se puede asf describir una matrz bisica generadora de o ‘cto, cuales la consttucién de la pareja, no a partir de elementos, sino siempre compuesta por tres, en un tridngulo sida: €1ella y la “realidad objetiva, realidad que cada considera que puede percibir correctamente. Read obj Bila y @ ereea convertar el uno con el tro cuando, de hoch lo que estin haciendo es slo deserbirle al oto la realidad Jetva que el to insite en no ver como tal, al percibirla distinta La evens de tr pag vr, desafortunadamente, empeora la situacién porgue evan conflicto es con alguien a quien amamos se agravan las jones negativas que surgen de esta confrontacién, significativamente relevante para el desarrollo de estas ‘qu haya sido nuestra trabajo terapéutico con parejas fo que obligé a reflexionar sobre Ia realidad nica lograda a través vonocimiento objetivo". Fue en el inicio, hace ya més de We aos, cuando ain era frecuente que trabajéramos en pia, que nos enfrentamos a una situacién sin sada que se fauna y otra ver ialena, una mujer joven de alrededor de veintisis aos, a frente a nosotros, junto a Miguel, su marido muy poco ¢ Bastanteagitada, comienza a decir que “esto nolo tolera ¥, que no tiene sentido seguir viendo a terapia si Miguel se ‘comportar de esa manera. Que Miguel a habfa maltratado, io incluso a empujarla, gritindole que era una hstéica 1 la mira confundido ya que el rlato de Ia situacién a la tlude Magdalena es completamente diferente a lo que él Cuenta emo, unos dias atrés, Magdalena ents cortiendo ‘esa deiendo que el vecino la habia tratado muy mal por un del estacionamiento de su auto, y entre conta lo sucedido lorar muy angusiads, le exigia a él que fuese a enfrenaraeste jo, que I defendiera del atague.. Miguel contnia diciendo 4) se proacupé mucho de ver a Magdalena tan desconrolada {que su primer impolso fue tratar de calmarla para que le con- ifs tranquil y entender bien lo que habia ocurrido, Que alena interprets su atid como que él no le ereie, como je hubiese puesto de parte del veino, egando atratro, en un jen de eobarc.A pes Je que esto timo 1 ie, pesisio| almar a Magdalena e inten6 abrazarla, En este momento Jngdalena lo interrumpe y le dice “que no sea meatiroo”, que ‘cuente las cosas como realmente fueron. Miguel se molest al ser tratado de mentioso y, antes de que suba el tono ‘roduzca una “escalada” en la sesiGn misma, debemas int hr de un modo ms directo y ealmarlos a ambos. No nos cupo duds, a ninguno de los dos-trapeuta, que ‘Magdalena como Miguel nos estaban diciendo la verdad, ambos nos estabanrelatando Ios hechos como cada cual ls vi Sin embargo, nos vimos enfrentados a a clara y explicit tativa de cada uno de ellos de que nosotros evaliuéramos Ia cin para establecer quiénefectivamente tena la raz6n: ‘importante, para que definigramos quién estab distorsio- os “hechos objetivos” de lo que habfa ocurrde, Buscabaa, nosotros, los expertos, la responsabilidad final que confirma 4e Tos dos estaba en lo correcta y tenfa a razdn; natural esde cada cul, la expectativa era: “yo". Existen centenares de este tipo de sitaciones en los variados escenarios: qué es Io normal en el comporta sexual para diimir cul de los dos esté en “lo corecto" 0 sano”; cules la decisién apropiada para enfrentar el prt ‘de un hijo; c6mo se deberia manejr el diner, si con Ia pr y el ahorro, si con el disfutey el bienestar si lo légica es q ‘se acepten las divisines del Wabgjo en funcién dl género 0 funcidn de un eriterio de igualdad; qué es un amor maduro, qi es un amor inmaduro; qué es un enojo normal {{Cémo podriamos nosotros dar una respuesta responsable profesional a estas interrogantes? Haber hecho signficaba far que nosotros, por nuestra condicién de profesionales, ‘mos perciir le realidad (objetiva) mejor que ellos. Que tener tun acces pevilegide a "la realidad” que ellos, en sv conic pacientes, no tendrfan. Adn mis, que de ser as yvaldramos de ests percepciones,desaprohando por ende la or, estar La extent de a pa nosotros, lo experts, una situacién emoctonal muy pareja al confimmar su ser “dis-parja”. jexi6n no resistia un minimo andlisis. Nada hay en los 38 de pscologia que permitiera sostener que, et he= eerlos, nos daba un lente objetivo superior para acce- fealidad. Desde luego, ni nuestra inteligencia ni nuestra ein emocional o nuestra experiencia personal ni pro- nos podria hacer creer que estabamos mejor “dotados” personas que stendiamos para registrar la realidad de un objetivo, comet, sano 0 légico que ellos. Por los ‘eaminos de andlisisHegdbamos ala conclusién de que fener esa mayor capacidad significaba caer en I tampa ipotencia. Pensar que nuestra condicién de terapeutas vera en seres superiors al resto de los seres humanos temtacién que, con dolor narcisstico, no tenfamos mis joa describir un posible camino de solucin, los invto qué les ocure cuando estin seguros de que algo es de inada manera y una persona, de més 0 menos nuestro hivel ultra, insiste en que es de otra forma, Cues son plicaciones que nos damos respecto de por qué esta persona ‘a roconocer que esto asf? Mis ain, si esto ocure en (dn de pareja, geudles son a su vez las explicaciones que cexplicaciones que se da cada miembro de la pareja res- el otro cuando este “insste™ en suvisién, y que escucha {onstantemente en la consulta, son aquellas que apuntan a vorancia: “éVella no sabe nada de esto, no tiene experien- ls equivocacié: “lel cath en un ent0r pero como cs fo, orgullosalo, arrogant, jams va a reconocer dad mental: “elles tan volado, igual a su papa; tiene Femande Codd 2 Carmen aes Minder ‘una personalidad obsesiva, es tan rigdo: ella es puro imp atolondrada; él nunca supo eémo ser papi, como se le murié suyo evanda chico... en Ia familia de ella son todos at, pel dores,agresivos, nunca se han respetado"; la desconfianza:" no Te creo nada de To que dice, mientesistemsticamente”. ‘curt, sin embarga y con frecuencia, que ambos sienten g tratindose de certs temas no pueden “Yolear” la equivoe 6 la percepcién neustica del otro ya que, por su trascendenct requieren ser abordados con coherencia y objetividad, En est ‘espacios o dominios se genera entonces una inevitable guerra pareja; guerra que, como la parejas saben tan bien, nose est ven, se postergan, se congelan las sacamos del primer plano nuestres vidas hasta que las temiticas en las que estamos ‘extension y detalle més adelante en este libro (Cap. VD. El ofmo solucionamos esta situacign, que por el camino una realidad universal, por ende, con un modo snieo de percibie y entendera no llevaba a na situacin sin slid fue el sig te: invitamos a las parejas a aceptar sus desacuerdos no co distorsiones de la realidad, sino como producto de sus difer cas, dadas sus dstnis historias de interacciones previa, bi Joga, earactersticas personals, etc, permitiéndoles ast nar explicaciones reeiprocamente descalficadoras. En img ‘éemino, la posibildad de aceptr al oo como distinto de mi La event de er para Qué significa aceptar al otro como disinto de mi? cuentemente, podemos haber escuchado Ia invitacion por parte personas a quienes les preocupa paricularmente la conviven- a entre los seres humanos, a tener y praticar la “Yolerancia” asf evitar el rechazo y las confrontaciones y entonces poder vivir en paz y armonia, Es interesante examina este concepto la luz del planteamiento de la realidad abjtiva, pues se rela- ja a la idea de la aprehensién de una sola visi6n correcta de realidad La defincion del témino “tolerar” es: consent, aguantar, rir. Tolerar es levar con pacencia; consent es no protesta, untae seguit la cortent; suftir es resignarse. Todos debe- os tolerar Ia fltas de nuestros semjantes, Se tolera el mal © abuso, haciendo que se ignora su exstencia 0 su malicia. Se siete, no prohibiendo lo que conocidamente se tiene por lo. Si operamos en “la verdad”, todo To que no sea por éta anteado es incorectoo es mentira. La toleanci seria entonces ‘capacidad vrtuosa de aguantary sufi las falas de nuestros semejanes; su incorreci6n, su mentra, su maldad; su lejania de ‘In verdad, lo correct, lo bueno, Pareciera ser necesariaentonces fara la convivencia entre humanos; més adn, seria una vrtud Indispensable en Ia relacin de pareja: tolerar los errres del otro. ‘Al respeco, sin duda exsten reas y temas que pueden ser poco élaros o controvertidos a partir de la subjetvidad de cada cual Pero también hay cosas que sf son claras, que Son como son 0, icho de tro modo, que son objtivas y corretas, y que en st \esviacién, y producto del amor, nos verfamos enfrentados a la hooesidad de tener que “toler”. Fernand Cade © Carmen Lt Minder Por supvesto, cuando uno enfrenta esta desviacin en ef inicilmente trataré de ensefarle, coregirle, mosrale su cia emocional o falla psicol6gia o finalmente, inentaré en lar su manipulacin o ment. Pero en I insstenea por parte ‘tro de no aceptar asumir su propia fala y, ms adn, de su pereepeién equivocads, un camino posible es entrar en mera; oto, recurtir ala opcion de “tole. Sin embargo, la secuencia de “olerar” un errr, tastorno, dstorsion dla" dad” o mentira es Slo postergar un coaflico o someterse a Ja vida sintiendo que se est sacrificando Is cordura propia luna falta de asetvidad en la reacidn, “Tolero una, dos, veces sus conductasneurétcas pero a la onceava exploto”; lero sus Megadas tarde del trabajo porque no sacaria nada enfrentrl; viviia en un constante conflicto; pero me si desesperada’ ‘Aun aceptando 1a “olerancia” como alterativa amoros final nos veremos obligados © a imponer auesta vsiGn de realidad 0 a vivir desde la sumisi6n anteriormente descrita, los mismos costs ya sefalads. A raiz de este andisis ver que la “toleancia” no surge como una solucin ame frente a lo que se vive como una confrontacin de percept fen la medida en que no considera Ia aceptacién dela dite Pero si tolerar noes posbl, ser la solucién “ceder"? Ceder tuna sugerencia que hemos escuchado con frecuencia como ‘modo de intentar resolver un conflict; si cada uno cede un 4a pareja se podré encontrar en una solucin intermedia. Per, 2 poede hacer esto? -Examinemos primero casos en que no interviene un desacu 1 events de tr pain ma voluntad” y “cediendo un poco”, A ella le gustaria, en las playas del norte, a él en los lgos del sur Hasta oda ceder ella, jhasta Tongoy o Pichidangui? LY é12, ‘Consiueién o Vichuguén? De hecho, sian alternatvas menos al norte © menos al sur, Pero, lo més probable, fests Segundasalterativas no serian una solucién atrac- 1 njnguno de los dos. Probablemente, de set aceptada de ellas, perduraria la sensacién de que uno termin6 idadose al otro. Si se examinan otros casos determinados tones de “gusts o inelinaciones personales"; por ejem- Jos muebles de nuestra casa serdn de un estilo moderno onal, si tener Ia televisign dentro fuera del dormitorio laciones anélogas, queda claro que no se puede coder iblidad de ceder no aparece como una solucién eventual- satisfactoria para ambos. vamos a situaciones més difciles, en que el desencuentro he aa conviccién de percibir de un modo objetivo un jinado aspecto de la realidad, Si a invitacign para itentar jonar el conficio de verdad versus error fuese ceder, {56 exer? Veamos qué ocurre en un desencuentro en el espa- ental. la esti absolutamente cierta de que es inadecuado que a su le trece aos se le dé permiso para quedarse en una fiesta Jas tes de a maiana, Aun asumiendo que ellos Ia ifan a f considera que se trata de un asunto de edad; que hay ‘ue no comesponde se hagan a una cierta edad y que esto ‘6 discutible. BI marido piensa que su mujer esté absolut le equivocada, que esti aplicando eritrios del pasado, de lo ellos era adolescents. Croe que la cocas han cambiad: fen dia Is fiestas de Tos lolos son ditintas, Ademés, esta es Ja casa de unos amigos de ellos, los niios que asisten son en Fernando Codd © Carmen Las Méndee su mayora compteros de colegio. AS no so 90 ve ue ‘Sia gn pelema sn ue dl prio ha a a, come Shine au mojr ra en vegene a i ue seal Sina que oda que volver as cta ano ms emp, Sopongumos que ets nln t queen macho, 0 eter net) enn dapuesor der com un camino worn. El ea eben conven de que cal toms ae elon es adidas tans rma inconeco, dese e uno vs format, mie de uae. Por su pare, ten ta cera do que lo sera e respi fereenela ea ij algo deal en confor qu compre, qe limpet nomas gue try des hs 8 gro emia expan gy ellos ceder significaria cambiar su percepcién de la Ui ac gu es resua inpoxbl, por moo gue ‘Sica na eck ria, cept aon Jl OF Cassone; Un or eno dela brn (it con scien I fomaco yee core Sraia nj? Nopodmos coer qtr tangs yon Aiveaperimenar sensi de habeas somo 0 pa ‘Te in nvivencia eter egotamen explo ut fora rer wa boca © mejor rai “anemone oo cs tambin del bio pret Sana plea soma ng eto gue tome concent ques pedincnel ejemplo. Que to ponte ser ineteete latest ae que 10 con Sock pr su jon cono be para i us ies no tnd eu ncaa aus 1200 del in Suc 0 Rie acer isu ier tenen ue comer qu etd me pls opr sue, I miso dee 1 event de er pari su hijos no tienen permiso para tomar alcohol, Samuel tam- [poco debiera hacero al menos durante la semana, Como Samuel to puede 0 no quiere entender, Susine se impone haciendo que, 10 menos en estos aspectos, haya algin nivel de sanidad nal en las relaciones familiares, aunque implique confronts: s sistemsticas con Samuel ‘Samuel considera que cuando era nfo y adolescente fue edu- lo por sus padres, habiendo tenido que aprender habitos y leceren todo aquello que considera necesario para su de- lo, teniendo que sufi las frustaciones que genera el tener aceptar Ios Imites y las reglas impuestas por los adultos. considera que él tene los derechos propios de un adulto sable. Derechos que él piensa es importante que los nitios ingan como consecuencia no sélo de su adultez, sino de Ia se responsabilidad que implica el ser padre, praveedor, ete. lo que intenta hacer Susana sun error, que coafunde & los y que lo castra a ly a la relacign, Tanto Susana como Samuel tienen la acttud de imponet “lo 0". Ambos estén genuinamente convencidas de que el otro ado y que su equivocacién no es trivial debido a que trae ncias nivel familiar. Amos ereen que el comporta- del otro lleva als hijos a confusions insanas. Cada cual era “tolerar” a oto, incluso “ceder en su posicién” “para tun conflicto”, pero se trata de “sus hijos..” no pueden ni ni ceder ieresante constatar c6mo Samuel y Susana estén genui- se ciegos para enfentar el hecho de que “Ia verdad es la de cada cual; que “Io sano” es lo que cada eval considera {Que la realidad que cada uno percibe ee exataniite ea Ia ual percibe produto desu experiencia; que no s iene wilegio, por To tanto, de ver la realidad. "como es" ni et Ferando Coddou © Cares Le Meader derecho a pensar que el oto, que no la ve de esa misma manera, ‘sti necesariamente equivocado “‘Ceder” nuevamente es un intento infructuoso de convivie arménicamente en la medida que vemos que esta positvainten- cin también emerge desde ef nicho de la aprehensién de una realidad dnica y verdadera, Ceder implica renunciar a mi posi in neal para aceptar la dal oto, pero desde la cenidumbre de estar uno en la postura mas eorectaylo adecuads, Sila soluci6n no estéen el tolerar 0 en el ceder, ,qué nos puede permite salimos de esta trampa confrontacionl? La res- Duestaestéen aceparse en las diferencias, lo que significa acep- larse plenamente uno mismo sin renuncia alguna de la propia identidad. No tengo que renunciar a eémo veo lo que veo, a 10 ‘ue pienso, a fo que creo ni pedir al otro que To haga de igual ‘mado, Esté bien, peo, ;qué hacemos con nuesins diferencias? {Cémo nos coordinames en aquello en que somos distintos? {Cémo, en defintva, nos podemos poner de acuerdo, sin las Vivencias de la imposiién 0 sumisién? Aceptat al oto s6lo en cuanto es igual ami, es s6lo aceptarse ‘8 uno mismo, pues sceptar al otro slo en cuanto piense coma) 10, vea el mundo como yo, se comporte como yo, no es aceptar al otr como otro legtimo, distinto de mi. Aceptar y por ende validar que el otro viene de un mundo de experiencia diferente al mio y que por eso ve el mundo y valida su mirada de acuerdo 1 esas experiencas, nos eva a una aceptacidn legtima de Este proceso lo logramos dejando la idea de “objetividad” y pponiéndola entre paréntesis.Pasamos de un universo (para todos gual y el mismo) a la vision de multiversos, asumiendo las di- ferencias; he ab la importancia dete eoordinacién. Por el camino de Ta objetivdad se llega, con infortunada rapide, como ya lo hemos visto, a que sino prevalece la raz para establecer cémo La events de ar pare on las casas, c6mo es la realidad, nos vemos moralmente obli- fgdos a emplear le fuerza; vale decis, a usar el poder de que Aispongamos para imponerla a quien por eror,flla © maldad, se esvia 0 distorsiona dicha realidad. En el microcosmos de la pareja, el camino de la objtividad genera las mismas consecvencas: Ia necesidad de imponer “la fo sano”, "lo lico”, la Vision “objetiva de 1a realidad”, por el bien de ambos; salvando al otro de su feror ignorancia o enfermedad, 0 protegiéndonos de sus engaiios ‘© mentras, lo que nos leva a consecuencias muy Iejanas del ‘objetivo timo de vivir eon ete otro, ‘Al referimos al objetivo sltimo de ser pareja, mencionamos ‘que este es el poder distrtar del otro con el ato y el ott con- 5: €5, en definitiva, pasarlo bien juntes, en una danza coor- nada, Si fuéeamos capaces de funconar con esta motivacin, si os atrevigsemos a ser rigurosamentecoherentes con ete critrio para vivir juntos, una enorme propensién de estas confrontacio- hes desapareceria de inmediato.Perderfa toda su importancia de- lexminar s esto es asf 0 sé, cuando lo importante es el goce de ‘estar con el otro, en el aso el asé, Resulta a veces impactante ‘escuchar el elato de una pareja que al viajar optimiz6 el pasario bien juntos, aun cuando ambos reconocen que quzds no hicieron todo lo que él consideraba Iogico o correcta de conocer y ella enunci6 a visitar museos w otras ciudades o a levantarse més lemprano, que hubiese sido Io que “deberian” haber hecho. Qué ontraste con esa otra pareja que describe su experiencia como lua constante pelea desde que pusieron un pie fuera de la cas, Aiscuiendo desde qué deberian levar en las maletas, qué es 10 ‘que deberian conocer y e6mo, esta cutl era el mejor lugar donde ‘come algo en el camino, A veces “gand” é, a veces “gang” ela, Yel viaje fue un desasire, Contastar reflexivamente estos dos Raman Gnd 2 Carmen Lt Minder tipos de casos puede resultariuminader, como una dramética metifora de lo que se ha venido planteando Coordinacion Pero, jqué significa aceptar efectivamente al otro? {Pasa por renunciaro flexibiliza Jo que perebimos, lo que pensamos, 1o ‘que ereemos con claridad y hasta certidumbre? La respuesta a eto dim es: en absouto, Si estamos de acuerdo en la legit rmidad y valider de nucstras diferencias consttuivas y coheren- temente con estas diferencias, dado lo inseparable de io observa- o con el observador,dstinguimos realidades dstintas si somos iferentes, podemos sin contradicciones aceptar al otro como vélida y genuinamente diverso de mi. La maravilla de esta ex plicacién, en su crcularidad, es que no solo me permite ace plenamente al otro distinto de mi, sino que, asimismo, me per rite aceptarme plenamente en toda Ie plenitud de mi identidad, Esti bien, pero recapitulemos, ,qué hacemos entonces co nvestas diferencias?, je6mo nos coordinamos en aquello en gh somos distintos?, ge6mo, en definitiva, nos podemos poner acuerdo, sn las vivencias de la imposicién o sumisién? El primer paso es que, a partir de este entendimiento, pod ‘mos legftimamentedeserbi a situacién en que nos encont como un desacverdo. Lo que es absolutamente crucial, de oa lo ya expuesto, es que Ia tnicaexplicacién del desacuenda, 5 porque somos diferentes. Punto final a Ia explieacién. No que sons diferentes “pougue cf ou esté squivecady, poryue el ou desconoce acerca de lo que discutimos, que por un trastomo ‘istrsiona Ia realidad” ni, mucho menos, porgue el otro mien, a evo oe pars Veamos una manera simple de ejempliicar un proceso de fcuerdo. Imaginemos que una pareja desea comprat una mesa para su casa ella, de scuerdo al estilo y decoracién de la misma sewn eriterios “obvios” de estéica, considera que la mesa debe fer roja. El, con eiteros similares, estima que la mesa debe ser ‘ere. Si luego de “breves" minutos de imtercambiarargumentos Me por qué debe ser roja 0 verde, ninguno de los dos se ha ‘eonvencido de Ia proposicidn del oto, se los invita a llevar a ‘abo el siguiente proceso para lograr un acuerdo Se plantea que ‘eepten que el rojo o el verde que sugiere cada uno son igual- jente vidos y Ia Ghica explicacién del rojo versus verde se be a que somos diferentes. Puno final ala expicacién. No se que somos diferentes porque el otro parece que es Winco 0 tiene mal gusto © no sospecka los criterias minimos \ecoracidn. Se debe s6lo a que somos diferentes, | Es necesario luego un segundo paso emocionalment diel fo fundamental: por definicin del deseo de acordar, la mesa poede ser niroja ni verde. Aungue cuando para muchos este te un paso inevitable yogic, parece conveniente, para que haya dudas, explicar por qué se debe abandonar la propos n nical de cada cual. Si por los camino de negociacién que Pareja pudiese desarolar a partir de este momento Hegaran & Jablecer que la mesa debe ser roja, al final de da,“ siempre aria viendo, comiendo, viendo en la mesa de “ella”. La mujer ria "ganado"; habriaimpuesto su solucén y él tendea un cdatorio concreto y constante de su “errata”. Peor an, en= a cualquier circunstancia posterior que hicera ver que Ia mesa tno era Ta ms convenient, él volveria ala carga mostrando inmediawy esta iacouvenicnci, el eur de aber compra Ia esa rojay el que ella en realidad estaba equivocada et, Esto ia consécuencia no de una mala intencién o de ofuscamiento, Remand Coded 2 Carmen La Ménder sino de sentir que le fue impuesto y que, en realidad, contina de alguna manera conveneido de que él tenia la razén. Seria ‘coherenteentonces con la “mejor de las intenciones", corregir el ‘error de su mujer: Lo mismo podria ccurir a la inversa, sid hubiese impuesto la mesa verde. ‘As, este segundo paso consste en que, por definicin del pre- ‘eso de acuerdo, la mesa no puede ser ni ojani verde. La pregunta seria entonces: sila mesa no puede ser roa, cud seri a segunda opciGn? Ella responde azul. 1 dice amarilla. No tend sentido ‘entonces que volvieran a discutr para trata de convencer al ora respecto de “az” o “amarila; tendrfan que aceptar que, neve: mente, siguen en desscuerdo porque son diferentes. Ya que m3 puede se niroja ni azul, imaginemos que, al preguntirsee a ell cul sera su siguiente opcidn ella dijera “banca”. ¥ al pregur= térsele a 61 su siguiente opeién, al no poder seri “verde” ai “amarla’, él ambign dijese blanca. En esta “concidencia” dei en adguiie la mesa “blanca” para su casa, Pasado un tempo, un amigo que los visita, celebrando la mesa bianca, pregunta si el color fue escogido por ella, “no” —te dice la— "el color que a mf ms me gusta es rojo", “/AAI", dice et amigo y dirigiéndose a él “asf que es a tia quien le gusta el blanco?" "No", responde el mado, “a mé el eolor que més me gusta es el verde”. El amigo, desconcertado, dice no entender nada: “Qué hacen, entonces, con esta mesa blanca?” Y ello ke responden: “Es que el blanco es nuestro color”. Habrfa que agre ar, nuestro color sin imposician ni sumision. Esto le confiere a Ia viveneta del acuerdo una coanotacién emocional de sentir verdaderamente coordinado en un nosotros, sin exis I sensi cin de haberse sometido, como tampoco de hates inpuesta, climinindose cualquier tensin hacia delante Esta slkima afirmacién “que se elimina cualquier tensicn La event de tr pari Ahura, requiere de un compromiso adicional: una vez hallada fn solu por la via de Ia coincidencia de sucesivas alten livas, es preciso que este acuerdo, esta “nuestra” solucién, sea Iiotado absolutamente como tal, sin tree bajo ninguna crcuns- lancia la alternative original. As, en la situacin imaginaria antes thesis, si, por ejemplo, un disefador experto visitase a esta fia y les hiciese ef comentario “habia sido estéticamente mis falocusdo una mesa roja", la mujer no podria saltar a decile al Inarido: “Viste, yo tenia raz6n cuando proponia la mesa roj seria o equvaldra a romper un acuerdo de modo unilateral, ‘oda Ia deslealtad y quiebre de la coordinacién que eso tne ‘consecvencia, No l blanco sera el cor, la solucién com- ida, aceptada y defendida por ambos, con el respeto de ser Sinica solucign dey para el nosotros. Sélo desde la experienc “nuestra solucién” se puede evitar que, frente a circunstancias terres que mostraran 0 demostaran que una de las posicio~ ‘es originales de uno de los miembros de la pareja hubiese sido lint mejor soluci, se enfente al otro atribuyéndole responsi: Iilidad, no slo por su ero sino, adems, por haber tomado una Wecisén incorrect ‘eamos un ejemplo de lo que puede ocurir cuando Hegamos ‘wn “acuerdo” que no es vivide como “nuestra solucién”. Cristina propone ir fuera de Santiago a almorzar. Sin embargo, ‘Diego no est de acuerdo y sugiere un lugar en la ciudad. Discuten, ¥ Diego, para evitar una ples, decide aceptar Ia propuesa de ella (Cuando iegan al lugar escogido, encuentran el restaurante cerrado, Hace calor y estin cansados. Diego, de inmediatoy con brusque th, conftonta a Cristina, hacigndole ver su erory el haber per ido miscrablemente Ia mafana de un shbado de deseanso, [pesar de haber estado ambos de acuerdo en ir fuera de Santiago, {Cusntas veces nos encontramos con este tipo de stuaciones que Jmplican una grave deslaltad al negar la matuaresponsabili dguirida al legar 2 un acvedo... Pro, ipor qué tende a oc este comportamiento?, ges que tendemos a ser desleales? NG ‘muy por el contrario. En general se tende a consderar Ia lal como un valor deseabe en la relaciGn de pareja, No obstante, eslealtad emerge como consecuencia de quedarentrampados 1a “respuesta corecta, y en que nuestro acuerdo entonces {usiica por otras razones,usualmente para no Hegar a una pel ‘© porque al otro le importa tanto o est tan empecinadalo; ‘mos para dar en el gusto, para vivir en paz, para no echat perder el fin de semana... eto intimamente seguimos pen {ue el otro estaba en un error y, lo que es peor, que It reali va a terminar por “demostrarlo”. Y cuando esto efectv ‘cure, no podemos evita el confontar al otro dejando de hi ‘os responsables por el previo acuerdo, pues “en el fondo’ estibamos convencides de que era lo correcto enfonces, que la “mesa blanca” pasa 2 1 que si después las circunstanias demuestran que este era ‘error, asumimos ambos que nas equivecamos, sin permitimnos andlisis de si ls alteratvas individuals previas podran hal cevitado este eror, sto, que no es ffeil emocionalmente, si ‘grams estableerlo como un modo de coordinaros, res lealmente los scuerdos establecidos, por este u oto camino, s6lo diluye una enorme canidad de tensiones, dolores y cones sino que oforga una profunda satistaccién al viv en nosotres cvordinado, confable y sin el fantasma de senten sometidos uno al oto Este “méiodo” para ponerse de acuerdo permit establecer el costo que tiene para eada cual Ia relacién de pareja. CBsto que La event de pas Ja distancia que existe entre “mi solucidn” y “nuestra solu- in. El beneficio es el place de In vivencia de estar en un otros coordinado. Esto muestra la circularidad compleja det indo de pareja y e6mo noes slo cuestién de emplear métodos, fGrmulas, por eficientes que sean. Si una pareja leva mucho spo inmersaen una mala relacén, en que ambos sienten que disratan con e or, que estan muy distantes, que hay muchas as abierias, quizis no exista Ia motivaién para asumir este "Tenderfan a prefesirimponer su solucin, en la que estarin consigo mismos, y que “el otro se las arregle”, Inentar po- de acuerdo de esta manera no 5 cil. Emocionalmente fica un gran esfverzo poder desprendernos de nuestra pode formacién que hace que, cuando estamos ciertos de alg, esta ieza cobre en la vivencia Ia idea de verdad nica e cable. Con el fin de coordinarnos con el oto, aceptarabandonar esta 9 original para proponeraltemativas y “operar por coinciden- frente a “la realidad, implica poner en acciéa una gran ca- iad de cambiar. Cuando se lgra, sn embargo, ln experiencia ‘eansttvinas en un nosotros coondinado sin mediar imposicién ‘sumisién nos puede abrir pueras para el disfrute constante de vir como un nosotros en Ia vida

You might also like