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Capitulo tercero CONTROVERSIAS Y CONCILIOS DE LA IGLESIA ANTIGUA HASTA EL SIGLO yy § I. La controversia con el gnosticismo. BIBLIOGRAFIA. F, Mizxa, Gnostizismus und Gnadenlehre*, ZKT, 1927, p. 60-64, K, RAHNER, Siinde als Gnadenverlust in der jriihkirchlichen Literatu ZKT, 1936, p. 471-510. , Ip, De termino aliquo in theologia Clementis Alexandrin? qui aequivalet nostro conceptui entis «supernaturalis»*, Gr., 1937, p. 426-431, Desde el siglo 1 se rastrean las huellas de una importante con- troversia con el gnosticismo a propésito de Ja gracia. Los testigos principales son 2 Clem., el Pastor de Hermas e Ireneo, Contra el gnosticismo afirman que la gracia no es propiedad o un bien ina- misible del hombre; éste puede perder la gracia si comete el pecado. La 2 Clem. y el Pastor de Hermas no hablan sdlo de las con- secuencias morales y escatol6gicas del pecado. Este se pone ade- més en relacién con Ja pérdida de Ja gracia. El que peca, no guarda el «sello», no conserva el bautismo puro y sin mancha’. La peni- tencia devuelve al pecador la gracia bautismal perdida por a pecado*. El que comete el pecado mancha al espiritu, artoja de si al Espiritu Santo*; el pecado contrista al Espiritu Santo y tené por efecto hacer que se aleje*. 1 2 Clem. 6, 9; 7, 6; 8, 5. A. Benorr, op. cit., p. 97-98. . Hermas, Comp., vitt, 6, 3; 1x, 16, 3, 4; 17, 4, 5. 1 2, 3. Com. v, 6, 5; Mand., x, 2, 1. 4. Mand., x, 2, 5, etc. A. Bevorr, op. cit., p, 127-130. 100 EI pelagianismo y el concilio de Cartago La insistencia sobre la idea de que el cia, la claridad con que esta idea es Siena on ea : to de los otros padres apéstolicos: la Doctrina de Tos doce apdstoles, el Pseudo-Bernabé, 1 Clem., Ignacio de Antioquia, la carta de Policarpo y hasta respecto del Nuevo Testamento, En el Nuevo Testamento aparece en primer plano el aspecto moral y escatologico del pecado, Las consecuencias del Pecado respecto de Ja gracia recibida en el bautismo no se afirman directa y explicita- mente; son, a lo mas, objeto de alusiones rapidas y ocasionales. La aparicion de las formulas nuevas de 2’ Clem. y del Pastor de Hermas estén sin duda en relacién con el gnosticismo y su teoria de la gracia. Segiin los gnésticos, el pneuma, la semilla o particula — que viene del «Padre», es esencialmente algo amoral. La gracia gnéstica no tiene por fin santificar al hombre entero. Su parte hilica y psiquica no puede siquiera tener relacién alguna positiva con el pneuma. El _desorden moral no dajfia a la «gracia» asi en- tendida. Parece que la 2 Clem. y el Pastor de Hermas quisieron oponerse a esta teoria afirmando que el pecado hace perder la gracia recibida en el bautismo. La misma doctrina se halla en Treneo®: Ja gracia no es un bien, una propiedad inamisible del hombre; puede serle quitada, si su conducta no responde a las exigencias de Dios que Ja da. § I. EI pelagianismo y el concilio de Cartago. BIBLIOGRAFIA. E. AMANN, art. Pélagianisme*, DTC, t. 12, col. 675-715. T. Bonun, Die Theologie des Pelagius und ihre Genesis, Upsala 1957. L. Duchesne, Histoire ancienne de V'Eglise*, t. 3, De Boccard, *1929, pigi- nas 199-257, J. Fercuson, Pelagius, Cambridge 1956. G. ve Puinvat, Pélage, ses écrits, sa vie et sa ré Ip, Les luttes pélagiennes dans l'histoire de 4, p. 79-128, 1b, Points de vue récents sur la théologie de Pélage*, RSR, 1958, p. 227- 236 (eritica de los libros de T. Boblin y de J. Ferguson). 5. Adv. haer,, 1, 1, 12, PG 7, 509. éforme*, Lausana 1943. Téglise*, Fliche et Martin, Controversias y concilios de la Iglesia antigua hasta e Siglo yy J, Tixeront, Histoire des dogmes*, I, Gabalda, 1931 ioe » P. 436.459, M. Vitter, Notes inédites sur le pélagianismes, I, PRINCIPALES ETAPAS DE LA LUCHA PELAGIANA. 1, Primer periodo: Inocencio I (401-417). Hacia el 400: Pelagio, monje probablemente de Origen irlandés, vivia en Roma, como asceta y director de renombre, Sus comenta. tios sobre san Pablo (410). 410: Toma de Roma por Alarico. Pelagio pasa casi inmediatamente a P. de Jerusalén. Celestio se establece en Cartago. 411: Denunciado como hereje, Celestio es condenado por un concilio de Cartago (411). 411: Entra en escena Agustin, aunque estaba ocupado en las luchas contra ‘tos donatistas. 415: Sinodos de Jerusalén con los obispos orientales, 416: Concilios Provinciales de Cartago y de Milevi. Se dirigen tres cartas al papa Inocencio 1°, 417: Respuesta de Tnocen Agustin exulta: Causa finita Pelagio y Celestio en Africa, alestina, cerca del obispo Juan y de Didspolis. Pelagio se entiende cio. condenando a los pelagianos *. est ®, 2. Segundo periodo: Zésimo (417-418), 417: Pelagio se detiende ante Tnocencio 1 (De libero arbitrio) Este muere y le sucede Zosimo, natione graecus. Tergiversaciones Stio escribe su Lib, 418: Concilio de Cartago (Dz 22s: + 101s). Epistola tractoria de Zosimo aprobando el concilio, 176, 177, PL, 33, 758.272, 182, 183, Pr, - Epist, 181, 33, 779-788, 34, 6 Bpist., 175, 7. 8. Serm., 131, 10, PL 38, 734, 102 3. Tercer pertodo: la polémica con Julién de Eclana, Pelagio desaparece de la escena ¥ muere hacia 422, Celestio es acogido por Nestorio, lo que explica Ja condenacién del pelagia- nismo en el concilio de Efeso (431, Dz 267; + 126). Julian de Eclana se pone a la cabeza de la Oposicién con los dieciocho obispos que se negaron a firmar la tractoria de Zésimo, Excomul- gado, va de ciudad en ciudad y acaba por hallar asilo cerca de Teodoro de Mopsuesta. Dialéctico Sutil, formado en la escuela de Arist6teles, no cesar4 de hostigar a san Agustin. M1, LA DOCTRINA DE PELAGIO SOBRE LA GRACIA, Se Ja puede. resumir en la Proposicién siguiente: El hombre puede cumplir los mandamientos de Dios por sus propias fuerzas, sin que para ello tenga necesidad de un auxilio divino interior a su voluntad. Pelagio distingue tres cosas: el Posse, el velle y el esse. El po- der que tenemos de hacer el bien (el posse), la libertad, viene exclusivamente de Dios, que de ella ha hecho merced a su cria- tura. Es la «gracian Por excelencia, El querer y la realizacién (el velle y el esse) ola ejecucién, el uso de aquel poder es asunto del i hombre (nostrum est). Nada, en efecto, puede alterar, limitar o i trabar la libertad fundamental recibida del Creador, ni el hecho de una caida primitiva y anterior al nacimiento, ni la existencia de una gracia gratuita, no merecida. Por consiguiente, el mérito del hombre reside en Ja voluntad y en la obra buena (in voluntate et opere bono aus hominis est). Pero esta alabanza se remonta también a Dios, Porque El ha dado al hombre la Possibilitas de la voluntad y de la obra y, ademés, esta posibilidad est4 siempre ayudada por la gracia. éEn qué sentido? Si por gracia se entiende una operacién de Dios interior a la Voluntad debilitada, debe ser absolutamente excluida de todo lo que es «nuestro», Si, por lo contrario, se entiende, como debe en- — 9 De gratia Christi et de peccato originals, 1, 4, 5, PL 44, 362. 103 a : oN Controversias y concilios de la Iglesia antigua hasta e Siglo y) nt un auxilio exterior, entonces esta gracia toma h ee y completa verdaderamente nuestro

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