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FRITJOF CAPRA SABIDURIA INSOLITA Conversaciones con personajes notables 2 Edicion wiepooseiats 3. LA PAUTA QUE CONECTA Gregory Bateson El Tao de la fisica se publicé a finales de 1975 y fue recibi- do con gran entusiasmo tanto en Inglaterra como en los Esta- dos Unidos, generando un enorme interés por la «nueva fisi- ca» entre una amplia gama de gentes. Como consecuencia de este interés viajé intensamente pronunciando conferencias, tanto cientificas como de divulgacién, e intercambiando pun- tos de vista sobre la fisica moderna y sus consecuencias con hombres y mujeres de diversa formacién, En dichas charlas, gente de distintas desciplinas me aseguré con frecuencia que €n sus respectivos campos tenia lugar un cambio de vision del mundo semejante al que se habfa producido en la fisica, Y que muchos de los problemas a los que se enfrentaban en sus especialidades estaban relacionados de algin modo con las limitaciones de la vision mecanicista del mundo. Estas discusiones me incitaron a examinar mds de cerca la influencia del paradigma newtoniano! en diversos campos Y, a principios de 1977, me propuse escribir un libro sobre dicho tema, titulado Tras la visién mecanicista del mundo. La idea basica era que todas nuestras ciencias, tanto las natura- les como las humanistas y sociales, se basaban en el mundo mecanicista de la visién fisica newtoniana, que graves limita- ciones de dicho punto de vista se ponian ahora en evidencia Y que, por consiguiente, muchos cientificos de campos diver- Sos se verian obligados a ir mas alla de dicha vision mecani- 80 | — pyejtioa'a{Soo8-soopy:sdny La pauta que conecta cista del mundo, como habla ocurtide on ta Ssica, En reali i Gad, estaba convencido de que la nueva fisiea el marco i senceptual de Ja teoria cwintica, Ia teoria de la relatividad y, SKpecialmente, la fisica «bootirap»— constituia el modelo {Seal para los nuevos conceptos y enfoques de las demés disciplinas. ‘Esta idea cobijaba un grave error, del que s6lo me di cuen- ta gradualmente y que tardé mucho en superar. Al presentar Ta nueva fisica como modelo para la nueva medicina, la nueva psicologia o Tas nuevas ciencias sociales, habia caido en la Fijsma trampa cartesiana de la que pretendia librar a los Cientificos. Mas adelante supe que Descartes utilizaba la me- {fora de un érbol para representar el conocimiento humano, ‘cuyas raices eran la metafisica, el tronco la fisica y sus ramas todas las demés ciencias. Sin saberio, habia adoptado la me- tafora cartesiana como principio orientador de mi investiga~ én, El tronco de mi drbol ya no era la fisica newtoniana, pero seguia considerando Ia fisica como modelo de las demas Giencias y, por consiguiente, interpretando de algin modo los fendmenos fisicos como realidad primaria y base de todo los demas. No lo pensaba de un modo tan explicito, pero estos conceptos estaban definitivamente implicitos en mi vision de Ja nueva fisica como modelo para las demés ciencias, ‘Con ef transcurso de Ios atios, mi percepcidn e ideas en este sentido cxperimentaron ‘profundos cambios y el libro que escribi finalmente, El punto crucial, ya no proponia ta nueva fisica como modelo para las demés ciencias, sino mas bien como un caso especial e importante en un marco mucho | mas amplio, ef marco de la teoria de los sistemas. El importante cambio en mi forma de pensar. de Ia «fisi- ‘can a los sistemas, tuvo lugar gradualmente y como conse- cuencia de numerosas infiuencias, sobre todo 1a de una per- sona conereta, Gregory Bateson, que cambié mi perspectiva. Poco después de conocernos, le dijo bromeando a un amigo comin: —iCapra? (Ese individuo esta loco! Cree que todos somos lectrones. 16 DoMO/P/ATy eur wren -oyraray “SOZPOPEZWPSM INI NBE- al TIOTZLILO Sabiduria insolita Este comentario fuc responsable de mi sacudida inicial y a lo largo de nuestros contactos durante los dos aitos sizuien- tes mi forma de pensar cambio profundamente y descu rf los, elementos clave de una vision radicalmente nueva de la natu- raleza, que acabé por dcnominar «vision de los sistemas de la video. Gregory Bateson sera considerado como tno de tos pen- sadores mas influyentes de nuestra época por los historiado- res del futuro. Lo singular de su pensamiento se debe a su amplio alcance y a su generatidad, En una época caracieriza- da por la fragmentacion y la excesiva especializacién, Bate- son desafié los supuestos basicos y los metodos de diversas ciencias, buscando pautas més all de las pautas y procesos subyacentes en las estructuras, Declar6 que las relaciones de- berian constituir la base de toda definicién y su objetivo principal era descubrir los principios de organizacion en to- dos los fendmenos que observaba, 0, en sus propias palabras, «la pauta que los conectan. Conversaciones con Bateson Conoci a Gregory Bateson durante el verano de 1976 en Boul- der, Colorado, donile yo estaba dando un ciclo de clases en una escuela budista de verano, cuando 41 legé allf a pronun- ciar una conferencia. Dicha conferencia constituyé mi pri- mer contacto con las ideas de Bateson: habia oido hablar bastante de él, ya que en la, universidad de California, en Santa Cruz, se habia convertido en un personaje al que se rendia cullo, pero no habia leido su libro titulado Steps to an Ecology of find. Durante la conferencia quedé sumamente impresionado por su visidn y singular estilo personal, pero lo que mas me asombré fue el heclo de que su mensaje central, el cambio de objetos 2 relaciones, era practicamente idéntico a las conclusiones que yo habia sacado de las tcorias de la fi sica moderna. Hablé brevemente con él después de la confe- rencia, pero en realidad no Hegaria a conocerle hasta dos 82 La paura gue conecta anos més tarde, durante los dos iltimos afios de su vida, que paso en cl Esaien Institute, en la costa del Big Sur. Yo iba eon frecuencia a dicho centro para dirigit coloquios y visitar sriniembros de la comunidad de Esalen. con los que habia hnecho amistad : Bateson era un personaje muy impresionante, tanto a vel intelectual como fisico; con su gran altura y corpulencia, Imponia respeto en todos los sentidos. Amedrentaba bastante ala mayoria de la gente, e incluso yo. sobre todo al principio. me sentia de algin modo intimidado por él. Me resultaba say dificil entablar con él una simple charla; tenfa la sensa- ida de que siempre tenia que demostrar algo, decir 0 pre- {guntar alguna cos intcligente, y s6lo gradualmente empect a poder hablar con él de temas superficiales. Pero incluso en- tonces no ocurria con frecuencia "Tarde también mucho tiempo en llegar a tutearle. A decir verdad, no creo que jamas lo hubiera hecho de no set porque vivia en Esalen, que es un lugar sumamente informal. Inclu- s0 al propio Bateson parecia sesuliarie difieil seferirse si mismo como Gregory y utilizaba preferentemente el apelido. Preferia que le Iamaran Bateson, debido quizés a su forma~ cidn en circulos intelectuales briténicos, donde se suelen uti- lizar los apellidos. ‘Cuando conoci a Bateson en 1978, sabia que no tenia mucho interés por la fisica, Su interés principal, su curio: dad intelectual y Ia gran pasién que aporté a la ciencia esta ban relacionados con la materia viva, con «los seres vivien- te», como solia decit. En Mind and Nature escribi: En mi vida he cotocado las deseripciones de palos. piedras, bolas de billar y galaxias en una caja.. ¥ he prescindido de ellas, En otra caja, he colocado tas cosas vvivas: cangrejos, gente, problemas de belleza. Esta «otta caja» era To que Bateson estudiabs, to que le apasionaba, De modo gue cuando nos conocimos, él sabia Perfectamente que mi campo era el de tos palos, piedras y 8 Sabidurfa insotita bolas de billar. y ereo que sentia ting desconfianza ituitiva eer ios fisicos. Su falta de interés por la fisiea se pons tam- posn de manifesto en 10s errores que solia cometer al hablar cegicho tema, propios de 10s que no son [isicos, como con- fandir la «materia» con la «masa» y cosas por el estilo. Por consiguiente, cumdo conoci a Bateson sabia que tena prejuicios conira ta fisica y tenia muchisimo interés en mos- Trarle que el tipo de fisiea en el que yo trabajaba estaba, en Tealided, muy préximo a su forma de pensar. Al poco de co- hnocemnos, se me presentd una excelente oportunidad de ha- Cerio, cuando dirigi un coloquio de un dia de duracién en Esalen, al que el asisti. E] hecho dle que entre los presentes se encontrara Bateson aguz6 mi inspiracion, a pesar de que reo que no dijo palabra en todo el dia. Procusé presentar fos ‘Conceptos basivos de La fisica del siglo veinte, sin distorsio- arlos en modo alguno. de forma que su estreche relacion Gon las ideus de Bateson fuera evidente. Supongo que fo hice on bastante acierto, porque mds adelante supe que a Bate- son le habia impresionado mucho el coloquio. "=iEs un chico muy listo! —le dijo a un amigo. ‘A pantir de entonces. tave siempre li sensacion de que Ba: teson respetaba mi trabajo, e incluso que comenzaba teal- mente a gustarle y que desartollaba cierto afecto paternal hacia mi. ‘Durante estos dos tltimos aftos de su vida mantuve abus- antes y animadas conversaciones con él. en el comedor del Esalen Institute. en Ta terraza de su casa con vistas al océano ¥ en otros lugares de la hermosa mescta de Ja costa de Big Sur. Me dio a leer el manuscrito de Mind and Nature y guard vivos recuerdos de las muchas horas que pasé leyendolo, se tado en el césped elevado sobre el Pacifico. en un dia claro Y sulvado, mientras ofa ef romper de las olns que Ilegaban cO8 Sus ritmos regulares. y recibia la visita de arafias y escar” bios. {Qué pauta conecta el cangrejo a fa Langosta, 18 O° 4 quidea a la primula y todo ello a mi? ¢Y a mi contigo! La pauta que conecta Cuarce tbs a Essen vgs alain cologuio, soli en contrarme con Bateson, en ul cemedor. y 7 una enorme sonrisa: : ete eater —Hola. Fritjof chas venido a actuay? Después de comer me preguntaba si queria café. iba a puscarlo para ambos y seguiamos conversendo. ‘Nuestras charlas eran muy especiales, debido a su forma coliar de presentar les ideas, Exponia un conjunto de ideas ten forma dé historias, anéedoras, chistes y observaciones apa- rentemente aisladas, sin especificar nada plenamente. Bate- son, consciente quizé de que uno alcanza una mayor com- prensién cuando establece sus propias conexiones. de un modo creativo y sin que se lo indiquen, no era partidario de ‘explicar con todo detatle 10 que decia. Esbozaba minima- mente sus ideas y todavia recuerdo cémo se iluminaba su mi- rada y se manifestuba ia alegria en su voz cuando se daba cuenta de que yo seguia la trama de las mismas. No siempre comprendifa lo que me decia, pero quiza de vex. en cuando un poco mis que los demds. y esto le producia un enorme placer, Asi era como Bateson exponia su entramado de ideas, 'senias Yo comparaba mediante breves comentarios y tapi ges preguntas los ndlos con mi propia vstn, Le encanta be especialmente que me anticipara a su pensamientoy sal se asi und 9 dos nudos de la red. En esas raras ocasiones sete iluminaba ta mirada, indicando que habia resonancia tte nucsts mentes A continwacién he intentado reconstruir de memoria una ‘de eatas conversaciones?, Un dia estibamos sentados en la te- Reva, jun cl temas ium al pabellén de Esalen, y Bateson hablaba de 1a losica es un instrumento muy clegante —decia: ee sacando un buen rendimiento desde hace unos apliet ates, El problema, sin embargo, es que cuando la sty cata os eangrejos y las marsopas. is mariposasy gate. odo eo que 2 tan ello ~apre despues 7 se perdiera en la lejania y bacer una pausa 85 Sabiduria insoliea mirando al océano— la légica no acaba de ser satisfactoria —conciuy6, mirindome fijamente =iNo? =No lo es —prosiguié con brio—, porque esa gran es- tractura de seres vivos no ha sido compaginaca con logica, Fijate en que, cuando te encuentras con pautas circulates de causalidad, como siempre ocurre en el mundo vivo, el uso de la logica te hard caer en paradojas. Piensa s6lo en el termos- tato, un simple Srgano sensorial, ide acuerdo? Hizo wna pausa. Me miro fijamente para comprobar que Te seguia y prosiguié: —Si esta encendido, se apaga; si est4 apagado, se encien- de, Si es si, 8 no; si es m0, es si Entonces dejé de hablar, para dejar que reflexionara sobre Jo que acababa de decir. Su iltima fase me recordaba les pa- radojas clisicas de la légica aristotélica, que era, evidente- mente, lo que s¢ proponia, Por consiguiente, me arriesgué a dar un salto. De modo que la pregunta seria: éMienten los ter -ostar —Si, no, si, no, si, no —respondié Bateson, con un deste lo en la mirada—. {Te das cuenta? El equivalente ciberrético de la Jogica es 1a oscilacion. Hizo una nueva pausa y, en aquel momento, de p:onto tuve una vision relacionada con algo que me interesaba desde hacia tiempo, Me emocioné y, con una provocativa sonrisa, oxelamé: —~iHerdclito ya lo sabiat —Heréclito ya lo sabia —repitié Bateson, devolviéndome ia sonsisa —Y umbién lo sabia Lao Tzu —agregué. Si, efectivamente, como también lo saben esos arboles. La logica no les sive de nada. —En tal caso, {qué utilizan en su lugar? La metatora ~iLa metifora? Si, la metifora. Asi es como esa gran estructura de in- 36 eee ee La pauia que conecta jerconexiones mentales se mamtiene unida. La metifora est cen Ja propia raiz de ja vida, Historias La forma que Bateson tenia de presentar sus ideas consti- twia una parte esencial e intrinseca de sus enseftanzas. Debi- dio n su teeniea especial de mezclar sus ideas con el estilo de presentacién de las mismas, muy poca gente le comprendia. A decir verdad, como sefalé R. D. Laing en wn coloquio que irigié en Esalen en homenaje a Bateson’ —Inciuso los pocos que creian comprenderle, é no creia ‘que le comprendieran. Eran poquisimos. a su parecer, los que le comprendian. Esta falta de comprensién se extendia también a los chis- tes de Bateson, No solo era inspirador ¢ iluminador, sino también muy ameno. pero sus chistes eran esimismo muy es- peciales. ‘Tenia un sentido del humor muy inglés y cuando bromeaba sélo contaba el vcinte por ciento det chiste, dejan- do que sus interlocutores adivinaran el resto; en algunas oca- siones fo reducia incluso al cinco por ciento. Por consiguien- te, muchas de los chistes que hacia durante sus conferencias eran recibidos por el publico con un silencio absoluto, inte- rrumpido s6lo por sus propias carcajadas Paco después de conocemos, Bateson ine conié un chiste que le encantaba, que repitid on muchas de sus conferencias. ¥ que creo puede ayudarnos a comprender su forma de pen- Sar y de presentar ideas. Asi es como me lo contd: Habia un hombre que tenia un orlenador muy po- tente y queria saber si los ordenadoses podrian Hegar a pensar. De modo que decidié preguntarselo a la maqui- ha en su mejor Fortran: «iSeras algun dia capaz de pensar como un ser huinano?» El ordenador hizo unos lies, zembidos y parpadeos. hasta que por fin impti~ mid su respuesta en una hoja de papel, como suelen 8 Sabiduria insélita hacerlo esos aparatos. El individuo se apresurd a coger la copia de la impresora y. meticulosamente impresas sobre la misma, habia las siguientes palabras; «ESO ME RECUERDA UNA HISTORIA». Bateson consideraba Las historias, parabolas y metiforas como expresiones esenciaies del pensamiento humano, de la mente humana, A pesar de que era un pensador muy abstrac- to, munca trataba ninguna idea en términos puramente abs- tractos, sino que la presentaba de un modo conereto, a través de una historia La importancia de las historias en el pensamiento de Ba- teson esti intimamente vinculada con la importancia de las relaciones. Si taviera que deseribir el mensaje de Batescn on una sola palabra, el término que utilizaria seria wrelaciones»: era de fo que siempre hablaba. Un aspecto central del auevo paradigma emergente, tal vez. el esencial, es el cambio dz ob- Jetos a relaciones, Segtin Bateson, la relacién deberia censti- tuir la base de toda definicin: ta forma biolégica es un con- junto de relaciones, mas que de partes, y asi es también como Tunciona el pensamiento humano; en realidad, solia decir, es nuestra tinica forma de pensar. ‘A menudo Bateson hacia hincapié en que para desceibir con precision ta naturaleza uno tendria que intentar hablar su Ienguaje. En. una ocasion ilustré este punto con mucho dramatismo, formulando la siguiente pregunta: —iCudnios dedos hay en una mano? —Cinco —respondieion timidamente algunos concu:ren- ves, después de uaa desconcertads pausa. oe No! —exclam6 Bateson. ntonces algunos respondieron «custro», pero tampozo le pareci6 aceptable, Por tltimo, cuando todo el mundo se dio por vencido, di —iNo! La respuesta correcta es que uno no debe forszular esa pregunta; es una pregunta estipida, Esa seria la respuesta que daria una planta, porque en el mundo ée las plantas y de 88 La pauta que conecia sneral no existen los dedos, existen sdlo tos sores vivos en, las relaciones. Dado que las relaciones son la esencia del mundo vivien- te, segiin Bateson seria preferible hablar un Tenguaje de rela- Giones para describirlo. ¥ esto es to que hacen las historias. sias, afirmaba Bateson, constituyen el camino real del estu- dlio de las relaciones. Lo iraportante en una historia, lo verda~ Gero de la misma no es el argumento, tas cosas, ni sus perso- najes, sino las relaciones entre ellos. Bateson definia la histo- ria como wun conjunto de relaciones formales dispersas por tl tiempo» y esto era lo que se proponia en todas sus confe- rencias, desarrollar una red de relaciones formales a través de una coleccién de historias, De modo que el método predilecto de Bateson consistia en presentar stis ideas a través de historias, y le encentaba contarlas, Enfocaba el tema desde milkiples imgutos,tejiendo una y otra vez distintas variantes del mismo. Tocaba esto y quello, intercalando chistes, pasando de la descripeién de tuna planta a la de una bailarina balinesa, al juego de los del- fines, a las diferencias entre las religiones egipcia y judeocris- tiana, a un didlogo con un esquizofrénico, ete, Resultaba fascinante observar esta forma de comunicacién, que era su- ‘mamente amena, pero muy dificil de seguir. Al nedfite, inca- paz de seguir pautas complejas, ¢l estilo de presentacion de Rateson a menudo le parecia pura divagacién, pero era mucho rmiis que eso. La matriz de su coleccion de historias era una pauta de relaciones coherente y precisa, que para él encerra- ba una enorme belleza. Cuanio més compleja era la pauta, mayor era su belleza. “FI mundo es mucho mas hermoso cuando se complica ~solia decir ‘A Bateson le impresionaba mucho la belleza manifiesta en fa complejidad de las pautas de las relaciones. y experi- ‘mentaba gran placer estético describiéndolas. En realidad. menudo el placer ex tan intenso que se dejaba llevar. A veces, cuando conteba una historia, y, mientras la estaba contando, recordaba otro nudo en la trama que le Hlevaba a @ ave se anb B] ua “pepyzar ey ap ea]uEUP wzajesnIEU Y] ap sojuspasuoa uvas soidape sns anb vred -ooifoeped oyuour snasur ow09 uezI}I opnusur @ anb -sefopesed se] se6eIq ‘8 HapuoN “SojeIoUEsa somtISUrE|2 OWOD UOIZERIOK]) K oF ap sordaouoa soy azodioauy anb worst wun ‘pep nUyUUIp HOISIA BUN uBasod anb seoyOSOTTE sou pest sv'] ‘opnuioes v BION OPEP wIADY| BW RK anb oy ap, fe aerepoe tied oss onbrod ‘uorooedsonur viso 9}0a3j0 aut uosaieg opuens opeuorsardmy 1BOL anb e aqep 2s “uosaieg unas ‘ois “m2aN0D as “opelsouoDsap nso 18 A "eipauoosap as “opesauod piso sondnssarte jo ys “SeIq -ajed seo wy ‘219 ‘woID9RI—TED LT BMPIaTODSOD 98 “OAISIOKD 52 BfeS bf Ua J0qU To 15 “oaISAOXD 108 e HaNED|| PIES Af UD 10169 2 “BpeIDaUCD YS HOLsORIOqRD A] IS “uO!ORa|R ey PARIDAUOD 3s “EH opeiseutop vIS9 vIes VI Is 2wfopered PUN Us OWSLUE> “Dw OUDIP ap Uo!oduUDs9p Bf aUIDTALIOD VorROT LI 9p UOHDVOTISE ey si9 "wimeraduiay ej ud osuadsop un opusned “uorODejoTe9 ap BWIAISS [9 diD9UOOSep orErsoULIAL [2 anb 224 pen o4 “eam seraduiot vy a1tanine anb agvy ois “uo}soej2]e9 ap eWOISIS [> erp2u09 oWvISOULND) [9 “wanyeIoduHD) R] SpuITOsaP OpUENd ‘ouind oyorp seaisnit wed oreiso%0) fo opritout 8 egectttin uossing A “uglosvaster ap sousiuessu 2p sopel op ‘somuayais ou seu ua osmjoUt OUaHD ve Ors sefopesvd exoual sooifoy sours ua uoradussep ns “2yus!s18 lopisnut (2 ua an:M90 owed “sox |NAND to MoLsd}AMIOD 9s so]USTED se1suono9s Se] OpuEND oad ‘orD9}9 A HsNRD sp Sefeout] SEU -aists siquasep aamd erouedaje eyonus uo sezTIhn apand 28 B fio] #1 Seotfiojorg stined ap uorsdurosop e] vsrd epenoapeut 3L}BUAS UD enSistiOD ‘SoIFTojoUrsIds SoIp ‘wosoTeg_ 99 sosniafgo sofedioutad soy ap oun, -nuso sus 9 anb omned o7 06 e[ermmen euorsny 2 ap nue BUN uD oRAUOD 25 A BpoRnsge esjosoiy eun uosoieg e1ed 498 9p Ofop ~ ssn B| 3p O}OOU j>» “BIUYEp LI S3O—A v |p OWOD “Oo WORTE sages sowapod ouios ap oxpniso fo» “esMojouarside ey "send ISy ‘PEpTuN wun siusuTEyTESasON AKmINsUOD weLeIMIT Y) autour Pf anb :ene e| ap eum vy sofaqjar tos anaUE e[ ap ws -niannisa #j & wzaywamu BY ap EaMonUis9 BI an 9p OYDDY [9 $9 uosareg ap oaruresied jo ue sapesuss se=pt se] ap BUN) augusana vj ap ojjoaue fps senorsty ap wo%D99I09 BNO soo opao¥y eJos £ wegefnUtsoy 2] onb selunBasd s2j @ erDONIp ‘UUJO ta Japuodsar e RqUSeM as aTEOWEIOTIAS “O1s9 ONDICL seiundad sp] ap oyuowous Ja ope>q EH “oper sa ose anb cary— -129P 05 ‘souorse90 seiso wy “aired ns tod upnte urs ‘opesdan opor tun ua sopyun esogpnd opunut {9 opor anb sexed owtod soi.go ajuomayua}ayNs O| UExD OpRAIsOUr FIqeY nb so{nouFA so and zqesopisuioa £ ses0y Sop O wun ajuRIAD sBIQeY ap sondsap ‘pensinge sod eqequse ugiquua so09a y op1g0eY vse oduIDH eqeyey af anb ound jer wisey 1eA9}| opetop wigey os ob -10d outs “sopenunt ap zedes eiany ou wosaieg enbsod 1 “1s anud Sopyynourn welatamisa ou anbiod ei9 ou “pas ap eaLio) up osutunon aod ueqeqnse ou wrouai2jue> wun 3p oAzeT Of B Opetty eqey anb sory Sor opuENd) oper OpeUTSEduoD xed avaioyns odwen ap emtodsip ow reuny ye “seiopseue oputy {-eQuuOSOp anb SRL ned sefaydwoo sey ap vongod vzaljaq vj o> asreyseixe OMe 20 "anb tmn20 aj opnuaw 8 Ise A "UOTeE BqEHTE aT OU «sOIND exsadsay owtoa tayess ta selouasayuioD sms ¥ opuvautorg B51 -ayas 88 oputena A “yenbar Anu UPIqUE! 495 eYpod wosaIeE ‘ueqecesqns st} anb sarsqyo 09 sepemope soqams od sepelnouta ‘seUOIsiY ap onLEp se! a1sis Ua opustussaid vqequoe ISY "BHOISTY eNO & sano. 01st 2p oryosus ouenprgos Sabidurta insta jas se disuelven convirtiéndose en oscilaciones. Lao Tzu en Oriente y Heraclito en Occidente, constituyen quizé tos mejo- res ejemplos de fildsofos que utilizaron ampliamente dicho método. En sus estudios epistemoldgicos. Bateson subraya una y ‘otra vez el papel fundamental de la metéfora en el mundo vi- viente, Para ilusirar dicho punto, solia escribir en la pizana Jos dos sitogismos siguientes: Los hombres mueren, Los hombres mueren. Socrates es un hombre. La hierba mucre Socrates morira. Los hombres son hierba. Et primero es conocido como silogismo de Socrates, al se- gundo lo Hamaremos silogismo de Bate Bateson no tiene validez en el mundo de un sentido muy distinto, Se trata de una metafora, que en- contramos en el Ienguaje de los poctas. Bateson senalé que el primer silogismo hace referencia a un género de clasil que establece el tipo de asociacion mediante la identificacién de los stijetos («Sécrates es un hombre»), mientras que el segundo lo hace por ident de predicadas («los hombres mueren. Ia bierba muere»). En otras palabras, el silogismo de Socrates identifica elementos, el de Bateson identifiea pautas. ¥ ésta es la 1a760, segiin Ba- teson, por la que la metéfora es ef lenguaje de la naturaleza La metafora expresa similitudes estructurales 0. mejor avn militudes de organizacion y, en este sentido. la metifora era de interés primordial en ef trabajo de Bateson. Fuera cual fuese el campo en el que trabajzra, intentaba encontrar las metaforas de La natucaleza, € coneetey Le metafora. por consi ica de la to- nes sobre la realidad con la poesi cias en Esalen, por ejemplo. cit La pauta que conecta te, este hermoso parrafo de La boda del cielo y el inferno. de m Biake:* cuerpo y un alma; que la energia pertenece sélo al cuer- po, mientras que la razén pertenece s6lo al alma: y que Dios atormentard al hombre en Ia eternidad por seguir sus energias. La verdad es que el hombre no tiene un cuerpo distinto de su alma, el llamado cuerpo no es, cunferencia de la energia; y que Ia energia es deleite eterno, A pesar de que a Bateson a veces le gustaba presentar sus ideas en forma postica. su modo de pensar era el de un cien- mpre subrayaba que trabajaba en el seno de Ia . Se consideraba a si mismo claramente como tn inte lectual —umi trabajo es p decir— pero también tenia una faceta poderosamente intuitiva, que se manifestaba an su forma de observar la naturaleza, Tenia ta habilidad 1a de extraer ciementos de la naturaleza a base de obser la con gran intensidad, No se trataba de una mera obser vacién cientifica comin. Bateson lograba, de algin modo. observar ung planta 9 un animal con a totalidad de su ser, con pasién y proyectando en ellos su propia personalidad. Y jar de ello, describia carifiesamente los més infimos les de la planta, ndo lo que consideraba como k laje propio de la misma, para deseribir los prineipios gene- ‘les que habia dedueido de st contacto directo con l¢ neta raleza, Bateson se consideraba primo: bidlogo y los demas campos con los que estaba Vinculado —la antropologia. Ja epistemologia y la psiquiairia, entre otros— ran para él ramas de la biologia, Sin embargo, no por ello ente a si mismo como 98 $6 ioomne SPuUDISIS So] “SBaquIVS SEO Ue “BU oad [9 200jqe189 0] anb ours “attarquie orpaut f2 od Uuapio ns anb rays anb o| sopeztueszoo ne BUrDts Rio Up) WoPeZHeBioome ap OMdioULIG [> cose, pup oxdiauud ojos un 9p soup uo asianser uopend sox ap svonsjioieseo topeziueBso ap stained so, oish SUIBOBUA Uniog solopez|uesiooine SeUIaIs|S SO} 9p vos90e BUITOSIE wal] ap s9 opuena sey OAMY aIUaKt B] ap ETI anb odsou0o Jap worsuaxduo> ey epsey Mes 22uTEd yp ‘ooypitiars ‘owafuestiad Jap ormny Jp eed seIouaNoasuOD seLIeUIpION -x9 sns ap uoisuaiduros jun we Joseu A "jus red B19 aie; ioxo & wiopelogyy seu “optmnu [2p WOEsTA foM Wa AMM ey 234 “os wosaieg] ap ordsou09 [9 amsBoqur eqesBoy sy OIuEN *O} oat $0} Sopot v optintH {ap LOH ofarerouoroUo yar ‘opveufosdunt “Teorpes & paanu Bape eyfonbe BxeyTwIse vio -tio0 tut anb ered soue sour sumnasien anb wozatamn & «21 “uauty wige(ed e uos eqeuo‘sejes Of anb of to x24 anb pe soua) vjoared ou aIou ©] 9p Pita) uosoIeg onb o1deDui09 TA “OpnUSS URN UnjtOL Ou onb fu Ted seAoMU uA UD jad jy jodians fe sajosaixo sofesuaw A s2yeu ‘Iu? 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Mis amplias charlas con Erich Jantsch, iedrico de los sistemas y uno de los principales discipulos intérpretes de Prigogine, me han ayudado enormememte a comprender esta teoria, Jantsch vivia en Berkeley, donde fa- liecid en 1980, ef mismo arto en que murié Bateson. a Ja edad de cincuenta y dos atios. Su obra The Self-Organizing Universe fue una de las fuentes principales de mi estudio de los siste- mas vivos y guardo un vivo recuerdo de nuestras prolongadas wieron el aliciente de desa- larse en aleman, ya que J Erich Jantsch fle quien me seftal6 le conexién entre el concepto de Prigogine de autoorganizacion y el de Bateson de mente. Cuando compart los critetios de tos sistemas au- toorganizadozes de Prigogine con los de los provesos menta- Jes de Bateson descubri cfectivamente que ambos eran muy parecidos; a decir verdad, estaban tan cerca ‘otros que parecian idénticos. Comprendli inmediatamente que Jo que esto significaba era que la mente y I cién no eran mas gue distintos aspectos de un mismo fend- meno, el fendmeno de Ia vida imo.dicho descubrimiento, que para mi no solo signified leer verdaderamente a comprender pot primera vez el concepto de la mente de Bateson, sino la ad- quisicién de una nueva perspectiva del fendmeno de la vide Estaba impaciente por reunirme de nuevo con Bateson ¥ aproveché la primera oportunidad para visitarle, @ fin de poner 4 prueba mi nueva comp: =Mira, Gregory —le dij ‘as nos sentabamos a tomar un eafé—. ft concepto de le mente parece idéntico al concepto de la vida. ines 1426 —respondié sin titubeo alguno, mirén- 96 La pauta que conecta gome fijamente a los ojos—. La mente es ta esencia de la ‘a Desde aquel momento, mi comprensiim de la relacién entre lap fa vida, o entre In mente y la naturaieza, somo babria dicho Bateson, fue en aumento, acrecentando la fiqueza y la belleza del pensamiento de Bateson. Compres perfectamente por que le resultaba imposible sepatar la mente Fela materia, Cuando Bateson obscrvaba el mundo viviente, los principios de organizacién como esencialmente men tales, con la mente inherente a la materia en todos los niveles dle a vida. Asi Ilegé a una sintesis tinica de conceptos de Ia mente y conceptos de Ia matetia: sintesis que, segiin insistia en seflalar, no era mecénica ni sobrenatural. Bateson distinguia con toda claridad la mente de la con- ciencia y puntwalizabu que Ia conciencia no estaba, por lo menos todavia, incluida en su concepio de mente, A menudo intenté persuadirle para que definiera de algiin modo la na~ turaleza de ta conciencia, pero siempre se neg @ hacerlo, ale gando que ésa era la enorme incognita por resolver, el prOxi- mno gran reto. La natutaleza de ka cont dc la ciencia de la conciencia, en el cia pudiera existir, sc convertirian en los temas centrales dle tis discusiones con R. D. Laing, Gracias a allas. que tuvie- ton lugar unos meses después de la muerte de Bateson, com- prendi por que éste se negaba rotundamente a hacer cualquier tipo de afirmacién precipitade sobre la naturaleza de Ia con- ciencia. ¥ més adelante, cuando Laing proauncié su confe- rencia sobre Bateson en Esalen, no me sorprendié el fragmen- 10 de Mind and Nature que eligié: “Todo el mundo insiste en que me apresure. Fs mons- truoso, vulgar. reduccionista, sacrilego, tlamelo lo 4 jtarse con una cuestién supersimol a. Ia estética, contia Ia con ciencia y contra to saz 7 6 {ep ontied [9 us smy[2 OUSNbad UR wos “OURD90 fp eUTMLOP anf padspo [9 10s O[MoHD Ux Ua OPEItIIS ¥APISD UDILSY ap pi p soxquratwy & soB}ure “solwayted sns sod opeatio; up, oparauasesd ay spurel anb seo semrowargo se ap eun any Uossieg KOHL ap pera OURIUE UIP > oproaypey siusweansayo vIqey wosareg anb ofip our A uopesy 8 Jor eunsuYd & wT] EUeWEU! 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Durante ceremonia, ¢l aite estuvo impregnado por el ruide de los nifios que jugaban, los perros, los pajaros y otros animales, con las olas del océano en el fondo, como para recordarnos la unicidad de toda Ia vida. La ceremonia se desarrollé sin ningdn plan ni programa aparente. Nadie parccia dirigirla y, no obstante, todo et mundo sabia cémo contribuir a la mis no, de un monasterio cercano que Bateson solia visitar, que ofrecié unas plegarias; unos monjes Zen del centro Zen de - San Francisco cantaron y celebraron diversos ritos; algunos cantaron y tocaron miisica: oftos recitaron poesias; y tam- ign hubo quienes hablaron de su relacién con Bateson. ‘Cuando legs mi tuo, hablé brevemente del concepto de la mente segtin Bateson, Expresé mi conviccion de que ejer- ceria un fuerte impacto en el pensamiento cientifico del futu- ro y agregué que también podia serviraos de ayuda @ noso- ‘108, en aquel momento. para asimilar su muerte. —Parte de su mente —dije— ha desaparecido indudable- mente con su cuerpo, pero otra gran parte sigue entre noso~ ros y Jo hara durante mucho tiempo. Es la parte que parti- ipa on nuestras relaciones mutuas y con el medio ambiente, relaciones que han recibido una profunda influencia de ta personalidad de Grogory. Como todos sabemes, una de las frases predilecias de Gregory era «la pavta que conect Estoy convencido de que el propio Gregory se ha convertide en dicha pauita, Seguitii conecténdonos entre nosotros y con el cosmos, ¥ cada uno de nosotros y en el cos- mos. ‘Tengo la sensacion de que de nosotros se presenta en casa de cu! los dos se sentira extraio, Habré una pauta que conecta: Gregory Bateson. “AT cabo de dos meses viajaba por Espana, de camino a tuna conferencia internacional en Zaragoza. Tuve que cam- iar de ten en Aranjuez, ciudad cuyo nombre tiene para mi ia magia de la miisica que ha inspirado y. puesto que dispo- 190 ee ee eee een nen La pouta que conecta de un poco de tiempo, dejé La estacién para ir a dar un reo. Esa bastante temprano, pero ya empezaba a hacer 2 Pilor y acabé en Un pequeiio mercado, donde los vendedores preparaban sus puestos de frutas y verduras para sus prime- ros clientes. Me senté en una terraza, cerca de un quiosco, donde pedi tun café exprés y un ejemplar del periddico espafiol Et Pats. IAlli sentado, mientras observaba a clientes y vendedores, 1e- fiexioné sobre el hecho de que yo era completamente foraste- to en aquet ambiente. Ni siquiera sabfa con exactitud, en gué parte de Espaita me encontraba: no entendia nada de lo que bias me hubiese resultado dificil adivinar la época en la que Vivia, a juzgat por lo que observaba, ya que las actividades Gque tenian lugar a mi alsededor eran propias de un mereado tradicional, mis o menos parecido a los que se celebraban hnacfa sigios. Disfruté de mi svefio, mientras ojeaba las pagi- nas de rai periédico, que tampoco podia leer con facilidad y ‘que habia comprado mas para pasar desapercibido que para adquitir informacion, ero cuando liegué a las paginas centrales el munclo cay fa parte superior, en grandes ‘ul mente: GREGORY BATESON (1904-1980). Se trataba de un prolongado home- naje y comentario del trabajo de Bateson. y al verlo dejé de pronto de sentirme extranjero, Aguel pequetio mercado, Aran- juez, Esparia, el mundo entero era mi casa. Experimenté una ‘on de pertenencia —fisica, emocional e inte- y ‘na comprensién directa de Jo que habia ‘expresado hacia unas semanas: Gregory Bateson, a pauta que conecta. . zor cuss mp 9 95091 nao 9p ears eoueryuNaNS fo ss oe step ejun 68 abana fe sbupd ob OUD FA on aga of sb

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