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Estudios de Psicología: Studies in


Psychology
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Demora de la recuperación en el efecto


de información engañosa
a a
Nieves Pérez-Mata & Margarita Diges
a
Universidad Autónoma de Madrid
Published online: 23 Jan 2014.

To cite this article: Nieves Pérez-Mata & Margarita Diges (2004) Demora de la recuperación en el
efecto de información engañosa, Estudios de Psicología: Studies in Psychology, 25:1, 31-43

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Demora de la recuperación en el efecto
de información engañosa
NIEVES PÉREZ-MATA Y MARGARITA DIGES
Universidad Autónoma de Madrid

Resumen
En este estudio se investiga la influencia de dos variables relevantes para la magnitud del efecto de informa-
ción engañosa. La demora transcurrida entre la percepción del suceso (accidente de tráfico) y la prueba de recu-
peración; y la redacción de las preguntas críticas del cuestionario post-suceso, que implica información sugerida
de distinto carácter perceptivo: un objeto concreto congruente (señal de stop), y una sugestión más sutil a través
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del verbo empleado para describir el accidente (chocar vs. empotrarse). Los resultados indican que en condiciones
de demora los sujetos aceptan esa señal de tráfico, e incluso la enriquecen con información contextual. Por otro
lado, sus estimaciones inmediatas de velocidades y tiempos son más elevadas cuando se describe el accidente como
un “empotramiento” que cuando se describe como un “choque”, y con la demora esas estimaciones se ajustan más
al esquema de interpretación del accidente proporcionado. Por tanto, cuando se facilita el debilitamiento o dete-
rioro de la memoria original (recuperación demorada), los sujetos atribuyen erróneamente información concreta,
que han embellecido contextualmente, al suceso original y, además, el esquema de interpretación proporcionado
se hace más relevante.
Palabras clave: Efecto de información engañosa, demora de la recuperación, información sugerida
congruente, estimaciones de velocidad y de tiempo.

Delayed recovery on the misinformation


effect
Abstract
The study investigates the influence of two relevant variables for the magnitude of the misinformation effect.
1) The delay between perceiving an event (i.e., a car accident) and the retrieval test; and 2) the wording of cri-
tical questions included in the post-event questionnaire, which involves misinformation but of a different per-
ceptual type. That is, a specific congruent object (a stop sign), and subtler information suggested through the
verb used to describe the car accident (hit vs. smash). The results show that in the delayed condition subjects
accept the existence of the stop sign, and even embellish it with contextual information. On the other hand, their
immediate speed and time estimates are higher when the car accident is described using the word “smash” versus
“hit”. In the delayed condition subjects’ estimates fit better with the script provided to interpret the traffic acci-
dent. Therefore, when the original memory of an event is weakened or deteriorated (delayed recall), subjects
wrongly attribute concrete information, contextually embellished, to the original event. In addition, the script
provided for the event is more relevant to complete the memory test.
Keywords: Misinformation effect, delayed recovery, congruent suggested information, speed and
time estimates.

Agradecimientos: Esta investigación ha sido posible gracias al proyecto de investigación subvencionado por la
DGICYT PB93-0566-CO3-03, “Perspectivismo cognitivo. Avances en su aplicación a la Psicología Forense
Experimental”, dirigido por la Dra. Margarita Diges Junco; y a la beca de Formación de Profesorado Universi-
tario AP94 01174074, disfrutada por M. Nieves Pérez-Mata.
Correspondencia con las autoras: M. Nieves Pérez-Mata. Departamento de Psicología Básica. Facultad de Psicolo-
gía. Universidad Autónoma de Madrid. Campus de Cantoblanco. 28049 Madrid. Teléfono: +34 91 497 51
89. Fax: +34 91 497 52 15. E-mail: nieves.perez@uam.es
Original recibido: Abril, 2003. Aceptado: Junio, 2003.

© 2004 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-9395 Estudios de Psicología, 2004, 25 (1), 31-43
32 Estudios de Psicología, 2004, 25 (1), pp. 31-43

El efecto de información engañosa es el primer fenómeno de creación de


memorias falsas estudiado de manera rigurosa y sistemática. Este efecto se mani-
fiesta en cambios en el informe de memoria del sujeto expuesto a información
post-suceso incorrecta sobre un suceso que había presenciado con anterioridad,
lo que provoca que este sujeto cometa más errores de memoria que otro no
expuesto a esa información errónea.
En el procedimiento estándar de estudio del efecto (Loftus, Miller y Burns,
1978/1997), primero, los participantes ven un suceso complejo (por ejemplo, un
accidente de tráfico). A continuación, habitualmente en un cuestionario o en una
narración post-suceso, se sugiere información engañosa a la mitad de los partici-
pantes (¿vio la señal de ceda el paso en el cruce? En realidad, había una señal de
stop); mientras que la mitad restante no recibe información engañosa (no se men-
ciona ninguna señal de tráfico, o se pregunta por la señal realmente vista, el stop).
Con este procedimiento estándar, Loftus et al. (1978/1997) confirmaron que los
sujetos de la condición engañosa informaban significativamente más a menudo
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en la prueba de reconocimiento posterior haber visto la señal de ceda el paso en el


suceso original que los sujetos de control. Posteriormente, otros autores han
modificado este procedimiento estándar (Bekerian y Bowers, 1983; Belli, 1989;
McCloskey y Zaragoza, 1985; Tversky y Tuchin, 1989).
En la actualidad, un gran número de estudios empíricos han proporcionado
las condiciones límites del efecto (para una revisión, véanse Diges, 1997; Loftus,
Greene y Doyle, 1989/1994; Loftus, Korf y Schooler, 1989). En la mayoría de
esos estudios parece extremadamente fácil obtener el efecto, aún cuando se hayan
establecido condiciones experimentales para eliminarlo, lo que supone apoyo
empírico a la hipótesis de que los sujetos tienen dificultades importantes para
establecer el origen real de la información recuperada porque afirman que han
visto detalles aún cuando éstos proceden de otras fuentes post-suceso (Johnson,
Hashtroudi y Lindsay, 1993; Lindsay y Johnson, 1989a; Loftus, 1991; Mitchell
y Johnson, 2000; Roediger y McDermott, 2000). De hecho, Lindsay y Johnson
(1989a; Mitchell y Johnson, 2000) han sugerido que el efecto tiene ciertas carac-
terísticas procedimentales que facilitan la confusión entre fuentes, esto es, tanto
la información original como la sugerida proceden de fuentes externas (el suceso
percibido y la tarea post-suceso, respectivamente), normalmente las dos las pro-
porciona el mismo experimentador y en la misma habitación (contexto ambien-
tal), la manera en que se redacta la pregunta o el párrafo crítico que incluye la
información engañosa hace que ésta encaje perfectamente en el contexto original
(contexto espacio-temporal) y, además, ambas aluden al mismo referente (por
ejemplo, una señal para regular el tráfico), lo que les lleva a compartir también el
mismo contexto semántico (Lindsay, 1994). En todos estos casos, la similitud
contextual (ambiental, espacio-temporal y semántica) entre la información real y
la sugerida da lugar a dificultades para realizar una discriminación correcta.
Tomando en consideración los aspectos señalados, en el presente trabajo se
exploran dos variables relevantes en el estudio del efecto. Una de las variables es
la demora temporal que transcurre entre la presentación del suceso y la prueba de
recuperación que, aunque siempre se cita como una de las variables relevantes
que media en la magnitud del efecto, sin embargo no ha recibido tanta atención
como sería deseable debido al coste metodológico que implica su manipulación,
esto es, conseguir que los sujetos vuelvan en más de una ocasión al laboratorio. Se
supone que la magnitud del efecto es mayor cuando el paso del tiempo permite
que se debilite la memoria original (Hall, Loftus y Tousignant, 1984), lo que
puede dar lugar a más errores de atribución de fuente porque a medida que la
memoria original pierde riqueza en detalles perceptivos, la memoria sugerida
Demora de la recuperación en el efecto de información engañosa / N. Pérez-Mata y M. Diges 33
llega a ser más semejante a la del suceso real en cuanto a los detalles perceptivos
que ambas contienen (Johnson et al., 1993). De hecho, en distintos estudios se
ha encontrado que demoras largas (desde varios días a un mes), en comparación
con cortas (varios minutos), provocan más errores de reconocimiento y de control
de fuente en distintas condiciones experimentales (Belli, Windschitl, McCarthy
y Winfrey, 1992; Frost, 2000; Frost, Ingraham y Wilson, 2002; Loftus et al.,
1978/1997; Underwood y Pezdek, 1998). En esta misma línea, Lindsay (1990)
encontró en una prueba de atribución de fuente que los sujetos que recibieron la
información engañosa unos minutos después de ver el suceso y dos días antes de
la prueba tenían más problemas de discriminación de fuente y, por tanto, eran
más vulnerables al efecto que los que la recibieron dos días después de haber
visto el suceso e inmediatamente antes de la prueba de recuperación. En cambio,
Chandler, Gargano y Holt (2001, Experimento 2) obtuvieron el patrón de resul-
tados opuesto, con demoras de 24 horas, en una prueba de recuerdo con indicios
cuando los sujetos no indagaban el origen de sus memorias, debido a que basa-
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ron sus respuestas en la información recibida más cercana en el tiempo, esto es,
en la información post-suceso.
Otra variable de interés, y que ha recibido más atención, es la manera en que
se redactan las preguntas o narración post-suceso. En unos casos se refiere a la pre-
sencia de un objeto concreto, casi siempre a través de presuposiciones (¿vio el
arma? vs. ¿vio un arma?), mientras que en otros se pretende sesgar en una direc-
ción determinada las estimaciones que hacen los sujetos sobre velocidades, fre-
cuencia de sucesos, número de personas, etcétera (Loftus, 1979). Así, parece que
las estimaciones de velocidades o la aceptación de un detalle inexistente (cristales
rotos) es mayor con el verbo “estrellarse” que con el verbo “chocar” (Loftus y Pal-
mer, 1974; Manzanero, 1993; McAllister, Bregman y Lipscomb, 1988). Sin
embargo, en el estudio de Read y Bruce (1984, Experimento 2), el efecto del
verbo (“chocó”, “golpeó”, o “estrelló”) estuvo mediado por el conocimiento pre-
vio de los sujetos. Es decir, afectaron en la misma dirección que en el estudio de
Loftus y Palmer (1974) cuando los sujetos desconocían la localización del acci-
dente antes de presenciarlo.
En concreto, en el presente estudio se pretenden alcanzar dos objetivos princi-
pales. Primero, nos interesa examinar el efecto de estas dos clases de información
engañosa a través de dos tipos de preguntas incluidas en el cuestionario post-
suceso: un objeto concreto (una señal de stop) a través de una pregunta de reco-
nocimiento Sí/No, y verbos de acción (“chocarse con” versus “empotrarse en”) a
través de una pregunta de recuerdo con indicios sobre un detalle relacionado con
uno de los coches directamente implicado en el accidente.
Así, el efecto de estos dos tipos de preguntas en el cuestionario post-suceso
suponen información sugerida de distinto carácter perceptivo, y se observa su
respectiva influencia en preguntas de distinta clase en la posterior prueba de
memoria. El efecto del primer tipo de información sugerida se mide a través de
una prueba de reconocimiento Sí/No, en la que se evalúa si los sujetos de Infor-
mación Engañosa afirman que han visto el objeto sugerido más que los de Infor-
mación Neutra. En el cruce donde tiene lugar el accidente hay un semáforo que
es imposible de percibir debido a que está oculto por unos árboles muy frondosos
por lo que, en realidad, los sujetos no perciben ninguna señal en el cruce. Sin
embargo, la intersección entre las dos calles requiere de una señal que regule el
tráfico. Datos normativos (no publicados) indican tres señales de tráfico como
candidatas plausibles que encajan bien en el cruce (suceso original) y en el cono-
cimiento previo de los sujetos. En concreto, en el estudio normativo participaron
21 sujetos a quienes, tras ver el accidente de tráfico, se preguntó qué señal de trá-
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fico se encontraba en el cruce, cuando en realidad no habían podido ver ninguna.


El 19.05% de los sujetos (un total de 4) eligió el semáforo, un 23.81% (un total
de 5) eligió la señal de stop, y también un 23.81% (un total de 5) eligió la señal
de ceda el paso. Por tanto, parecía que cualquiera de las tres era más o menos
igual de plausible con lo percibido (el cruce) y con el conocimiento previo de los
sujetos, ya que han de echar mano de éste para colocar una señal donde no hay
nada.
La plausibilidad o la congruencia de la información sugerida es un aspecto
relevante a considerar cuando se seleccionan los items o detalles engañosos
(Diges, 1997; Hyman, Gilstrop, Decker y Wilkinson, 1998; Loftus, 1982). De
hecho, Loftus (1982) señaló que para que la información engañosa ejerza su efec-
to ha de ser congruente con la información original (suceso percibido) y con el
esquema que posee el sujeto sobre el suceso (conocimiento general); de manera
que los sujetos reconocen en mayor proporción un detalle congruente sugerido
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que uno incongruente, e incluso aunque no se mencione en la narración post-


suceso tienden a decir que han visto un detalle congruente en mayor medida que
uno incongruente (Loftus, 1979; Read y Bruce, 1984). En esta misma línea,
cuando se ha considerado la tipicidad de la información sugerida se ha encontra-
do que los sujetos aceptan aproximadamente la mitad de las acciones típicas
sugeridas de un robo (Migueles y García-Bajos, 1999; Smith y Studebaker,
1996).
Así, se decidió sugerir la señal de stop debido a que fue más elegida que el
semáforo y, además, por las características propias del accidente ya que, en reali-
dad, resulta ambiguo lo que ocurre en la intersección justo antes de la colisión,
aunque parece que el coche A se detiene sin que se observe que circule otro coche
por la vía perpendicular, lo que da a entender la existencia de una señal que obli-
ga necesariamente a parar. Además, en la prueba de recuperación se pidió a los
sujetos que en caso de indicar que “sí” habían visto la señal especificaran dónde
se encontraba ésta en el cruce, de manera que en la medida en que fueran capaces
de situarla específicamente, sus localizaciones espaciales serían un indicador de
que no estaban tan sólo adivinando su existencia en el cruce.
En cambio, el efecto del segundo tipo de información sugerida se evalúa a tra-
vés de las estimaciones de velocidad de los coches implicados y las estimaciones
de tiempo de duración del suceso y del accidente, cuando éste se ha descrito en el
cuestionario post-suceso como un “empotramiento” en comparación con un
“choque”. Así, según la evidencia empírica disponible, las estimaciones de velo-
cidad de los coches implicados en el accidente debieran ser más elevadas para los
sujetos de Información Engañosa que para los de Información Neutra, y en este
estudio en concreto las del coche B, que es el que se “empotra en” el coche A.
Sin embargo, para las estimaciones de tiempo, la evidencia disponible (Man-
zanero, 1993) indica sobreestimaciones más elevadas por parte de los sujetos de
Información Engañosa en comparación con los de Información Neutra, ya que
los términos empleados para describir la acción pueden influir en las estimacio-
nes de tiempo realizadas por los sujetos (Burt, 1999; Burt y Popple, 1996; para
los argumentos y contra-argumentos, véanse Burt, 2002; Pedersen y Wright,
2002; y Wright y Pedersen, 2002). Con todo, parece haber una tendencia a
sobreestimar la duración de los sucesos breves pero complejos, en los que en poco
tiempo ocurren muchas cosas (Buckhout, 1977; Burt, 1999; Loftus, 1979; Lof-
tus, Schooler, Boone y Kline, 1987; Marshall, 1966; Schneider, Griffith, Sumi y
Bucart, 1978; Yarmey, 1993, 2000), por lo que no sería de extrañar que obtuvié-
ramos, en general, sobreestimaciones de tiempo.
Demora de la recuperación en el efecto de información engañosa / N. Pérez-Mata y M. Diges 35
En segundo lugar, nos interesa estudiar si, efectivamente, la magnitud del
efecto se ve incrementada cuando la prueba de recuperación se demora 1 semana
en comparación con una demora de 20 minutos tras la presentación del suceso
original pues, como en estudios previos, se estarían incrementando los proble-
mas de discriminación de fuente al haberse debilitado la memoria para el suceso
original y para la información post-suceso por el mero paso del tiempo, de mane-
ra que la calidad y la cantidad de información procedente de ambas fuentes sería
tan parecida como para que la discriminación entre las dos fuera pobre. De
hecho, se esperaba observar una mayor incidencia de respuestas “Sí” por parte de
los sujetos de Información Engañosa para la señal de stop, así como estimaciones
más elevadas de la velocidad del coche B, que es el que se “empotra en” el coche
A, en la condición de 1 semana, en comparación con los sujetos de Información
Neutra.

Método
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Sujetos.- La muestra estuvo compuesta por 60 estudiantes voluntarios proce-


dentes de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Materiales.- Se presentó una película de vídeo de 29 segundos de duración, en
color y muda (esta película ha sido utilizada con anterioridad en otras investiga-
ciones, Diges, 1993, 1996; Diges, Rubio y Rodríguez, 1992, entre otras). La
película describe un accidente de tráfico, de dos segundos de duración, entre dos
vehículos (coche A y coche B): el coche B colisiona con el coche A en un cruce.
Para presentar la película se utilizó un monitor de TV en color de 22 pulgadas y
un reproductor de vídeo con sistema “Beta”.
La información post-suceso se presentó a través de un cuestionario (Manzane-
ro, 1993). En concreto, a los sujetos de Información Engañosa se les sugirió la
existencia de una señal de “stop” en el cruce del accidente (“¿Vio el stop del cruce
donde se produce el accidente? SÍ/NO”), y además se utilizó el verbo “empotrarse”
para preguntar sobre un detalle del accidente (“¿Hubo algún movimiento previo a
que el coche B se empotrara en el coche A?”). En cambio, en la condición de Informa-
ción Neutra, no se preguntó nada sobre la posible señal del cruce, y se utilizó el
verbo “chocarse” para preguntar sobre ese mismo detalle del accidente. En cual-
quier caso, tanto con el verbo “empotrarse” como con el verbo “chocar” se pre-
senta al coche B como agente más activo en el accidente, y la diferencia estriba en
que con el primero se alude a una colisión más fuerte que con el segundo. Estas
preguntas críticas (engañosas y neutras) se manipularon inter-sujetos Además, el
cuestionario incluyó 30 preguntas no críticas sobre el suceso (color, marca y clase
de los vehículos implicados, personas implicadas en el accidente y testigos del
mismo, características de las vías por las que circulaban los vehículos, etcétera).
Para que todos los participantes se encontraran en las mismas condiciones a la
hora de realizar la tarea de recuperación, se les pasó inmediatamente después de
la presentación de la información post-suceso el Cuestionario de Imaginabilidad
VVIQ de Marks (1973), adaptado al castellano por M. de Vega (1989), que se
tarda en completar aproximadamente 15 minutos.
Por último, la prueba de recuperación (Manzanero, 1993), en la que se pre-
guntaba por detalles vistos en el suceso original, fue la misma para todos los
sujetos. Contenía las preguntas críticas de reconocimiento sobre la señal de tráfi-
co: “¿Había alguna señal de tráfico en el cruce donde se produce el accidente? Semáforo
SÍ/NO; Stop SÍ/NO; Ceda el paso SÍ/NO”; y se preguntó por las estimaciones de
velocidades: “¿Qué velocidad estimaría llevaban los coches? (en km/h); Velocidad del
vehículo A; y Velocidad del vehículo B, para comprobar el efecto de la fuerza del
verbo empleado en el cuestionario post-suceso, así como las estimaciones de
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tiempo: “¿Cuánto tiempo dura la película?”; “¿Cuánto tiempo dura el accidente?”.


Además, en la prueba de memoria también se incluyó un total de 28 preguntas
no críticas sobre las características de los vehículos implicados, personas implica-
das y testigos, de las vías por las que circulaban los vehículos, etcétera, para obte-
ner un indicador del recuerdo que tenían los sujetos del suceso y controlar así
que los resultados obtenidos en las medidas críticas no estaban contaminados por
diferencias de partida en el recuerdo del suceso entre los sujetos de Información
Neutra y Engañosa.
La presentación de la prueba de recuperación se manipuló inter-sujetos, ya
que para la mitad de los sujetos de cada condición de Información Post-suceso
(Neutra/Engañosa), se presentó inmediatamente después de que los sujetos
hubieran completado el VVIQ, lo que supuso una demora de 20 minutos res-
pecto a la presentación del suceso original; mientras que para la mitad restante se
proporcionó 1 semana después.
Procedimiento.- El experimento constaba de las tres fases típicas empleadas en
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el estudio del efecto de información engañosa. En la primera fase, se presentó el


mismo accidente de tráfico a todos los sujetos: el coche B colisiona con el coche
A en un cruce. A continuación, se dividió a los sujetos aleatoriamente en dos
grupos para aplicar los dos valores de la variable independiente Información
Postsuceso: Información Neutra (ninguna señal de tráfico y verbo chocarse) vs. Enga-
ñosa (señal de stop y verbo empotrarse). Por último, en la prueba de recuperación, se
utilizó el mismo cuestionario para todos los sujetos, que contenía preguntas de
reconocimiento Sí/No sobre la señal de tráfico, de recuerdo con indicios sobre
estimaciones de velocidad y de tiempo, y una serie de preguntas sobre items no
críticos (no existía ningún tipo de manipulación respecto a éstas). La mitad de
los sujetos de cada condición de Información Post-suceso completaron la prueba
de recuperación después de una demora de 20 minutos respecto al suceso origi-
nal, mientras que el resto la completó una semana después.

Resultados
Se consideraron las medidas dependientes de frecuencia de respuestas “Sí”
para las señales de tráfico incluidas en la prueba de recuperación (semáforo, stop
y ceda el paso), las estimaciones de velocidades (km/h) y de tiempo (segundos), y
la proporción de recuerdo correcto para los items no críticos. Para las medidas
críticas se formularon predicciones específicas, por lo que se utilizaron contrastes
unilaterales. En concreto, para las de carácter cualitativo (reconocimiento Sí/No)
se aplicó el contraste sobre dos proporciones de muestras independientes; para
las de carácter continuo (estimaciones de velocidades y tiempos) se aplicó la
prueba t de Student para muestras independientes. Por otro lado, como para la
proporción de recuerdo correcto de items no críticos no se esperaban diferencias
significativas inter-grupos, se aplicó la prueba t de Student (contraste bilateral)
para muestras independientes. Para los distintos análisis aplicados, el nivel de
significación empleado fue de a = .05.
Por otro lado, las puntuaciones obtenidas por los sujetos en el VVIQ se anali-
zaron como covariable del rendimiento de memoria en ANCOVAs, ya que se ha
comprobado que la capacidad de imaginar es una de las diferencias individuales
que se relaciona consistentemente con el efecto de información engañosa, siendo
los sujetos con alta capacidad más vulnerables a la información engañosa que los
de baja capacidad (Dobson y Markham, 1993; Keogh y Markham, 1998; Loftus,
Levidow y Duensing, 1992; Markham y Hynes, 1993; Tousignant, 1985, citado
en Loftus et al., 1992). Sin embargo, no se obtuvo ningún resultado que indicara
Demora de la recuperación en el efecto de información engañosa / N. Pérez-Mata y M. Diges 37
que esta covariable estuviera mediando en el rendimiento de memoria de los
participantes, por lo que no se volverá a comentar nada sobre el VVIQ.
• Items no críticos.- Se comparó el rendimiento de los sujetos de Información
Neutra y Engañosa en los items no críticos de la prueba de recuperación para
comprobar que, de partida, no mostraban diferencias significativas en su recuer-
do del suceso. Ni en la condición de 20 minutos, t(28) = 1.155, p= .258, ni en la
de 1 semana, t(28) = 1.061, p = .298,se obtuvieron diferencias significativas
entre la proporción de recuerdo correcto de los sujetos de Información Neutra
(20 minutos: M= .624, Se = .124; 1 semana: M = .562, Se = .141) y de Informa-
ción Engañosa (20 minutos: M = .576, Se = .101; 1 semana: M = .614, Se =
.130). Por tanto, ambos grupos de sujetos recordaban la misma cantidad de
información sobre el suceso, así que los resultados significativos que se encuen-
tren en los items críticos no se deben a que haya diferencias de partida en cuanto
a la cantidad de información correcta que lo sujetos recuerdan sobre el suceso
percibido.
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• Reconocimiento de la señal de tráfico.- En esta ocasión interesaba averiguar si,


por un lado, en la condición de 20 minutos se obtenía el efecto de la información
sugerida, esto es, si los sujetos de Información Engañosa daban significativamen-
te más respuestas “Sí” a la señal de stop que los de Información Neutra, mientras
que no se encontrarían diferencias respecto a las otras dos señales de tráfico; y, por
otro lado, si con la demora de 1 semana esa diferencia se mantenía o era aún más
marcada. La tabla I muestra las proporciones medias y desviaciones típicas obte-
nidas para las tres señales de tráfico en función de las dos variables independien-
tes manipuladas.

TABLA I
Proporciones medias (y desviaciones típicas) de las respuestas “Sí” a las tres señales de tráfico en función
de la Información Post-suceso y de la Demora de la Recuperación

Demora de la Recuperación
Información Post-suceso 20 minutos 1 semana

Semáforo
Neutra .267 (.458) .133 (.352)
Engañosa .200 (.414) .133 (.352)

Stop
Neutra 0 (0) .133 (.352)
Engañosa .067 (.258) .467 (.516)

Ceda el paso
Neutra .201 (.414) .133 (.352)
Engañosa .067 (.258) .067 (.258)

En la condición de recuperación de 20 minutos no se encontró ninguna dife-


rencia significativa entre los sujetos de Información Neutra y Engañosa para nin-
guna de las tres señales de tráfico, Zs < 1.2, ps > .05, de manera que tampoco se
produjo el efecto de información engañosa en relación con la señal de stop. En
cambio, en la condición de 1 semana sí se encontró el efecto de información
engañosa para la señal sugerida en el cuestionario post-suceso, Z = -2.000, p=
.023, ya que los sujetos de Información Engañosa eligieron significativamente
más a menudo la respuesta “Sí” para la señal de stop que los sujetos de Informa-
ción Neutra. Sin embargo, como era de esperar, para las otras dos señales de tráfi-
38 Estudios de Psicología, 2004, 25 (1), pp. 31-43

co no se obtuvieron diferencias significativas entre estos dos grupos de sujetos, Zs


< 1, ps > .05.
Por otro lado, a nivel descriptivo es interesante señalar que el 46.67% (28
sujetos) de los 60 sujetos que participaron en el experimento han elegido una de
las señales de tráfico en la prueba de recuperación y, además, el 82.14% de esos
28 pudo proporcionar un contexto espacial específico para la señal (por ejemplo,
“En la valla de separación de los dos sentidos”; “Al final del carril que viene de frente”;
“En la calle de donde provenían los coches”), lo que indica que su respuesta previa de
“Sí” no es el resultado de una mera adivinación.
• Estimaciones de velocidad y de tiempo.- Nos interesaba averiguar si los sujetos de
Información Engañosa sobreestimaban más que los de Información Neutra, y si
con la demora de 1 semana se veía potenciado el efecto del verbo empleado. La
tabla II muestra las puntuaciones medias (en km/h o en segundos) de las estima-
ciones y las desviaciones típicas en función de las dos variables independientes
manipuladas.
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TABLA II
Puntuaciones medias (y desviaciones típicas) de estimaciones de velocidad (en km/h.) y de tiempo (en
segundos) en función de la Información Post-suceso y de la Demora de la Recuperación.

Demora de la Recuperación
Información Post-suceso 20 minutos 1 semana

Velocidad del tráfico


Neutra 58.333 (15.197) 67.333 (11.475)
Engañosa 75.000 (17.928) 66.933 (11.106)

Velocidad del coche A


Neutra 60.667 (13.211) 54.400 (25.525)
Engañosa 74.667 (19.591) 59.067 (18.402)

Velocidad del coche B


Neutra 58.000 (22.662) 72.333 (24.412)
Engañosa 78.200 (30.036) 79.133 (14.496)

Duración de la película
Neutra 81.667 (71.456) 92.833 (78.119)
Engañosa 86.000 (69.954) 127.833 (89.007)

Duración del accidente


Neutra 2.367 (1.356) 4.900 (4.859)
Engañosa 7.233 (9.569) 11.933 (15.957)

Para las estimaciones de velocidad se obtuvo un patrón de resultados distintos


en las dos condiciones de demora. En la condición de 20 minutos, los sujetos de
Información Engañosa dieron estimaciones más elevadas de velocidad del coche
A, t(28) = 2.295, p = .015, del coche B, t(28) = 2.079, p = .024, y marginalmen-
te del tráfico, t(28) = 2.746, p = .052, que los sujetos de Información Neutra. Sin
embargo, en la condición de 1 semana, estas estimaciones se igualaron, ts < 1, ps
> .05.
Para las estimaciones de duración de la película no se obtuvo ninguna diferen-
cia significativa, ts < 1.3, ps > .05, debido a que fueron en general muy elevadas
(M = 97.083, Se = 77.700) respecto a la duración real de la película (29 segun-
dos). En cambio, en la condición de 20 minutos, las estimaciones de la duración
del accidente de los sujetos de Información Engañosa fueron más elevadas que las
Demora de la recuperación en el efecto de información engañosa / N. Pérez-Mata y M. Diges 39
de los sujetos de Información Neutra en la condición de 20 minutos, t(28) =
1.950, p = .031, y marginalmente en la condición de una semana, t(28) = 1.633,
p = .057.

Discusión
El patrón de resultados obtenido para la señal de stop pone de manifiesto
varios hallazgos de interés. En primer lugar, al igual que en estudios previos
(Belli et al., 1992; Frost, 2000; Frost et al, 2002; Lindsay, 1990; Loftus et al.,
1978/1997; Underwood y Pezdek, 1998), demuestran la potencia de la demora
para incrementar el efecto de información engañosa. Así, aunque la sugestión de
una señal congruente no fue suficiente para confundir a los participantes en con-
diciones de reconocimiento inmediato, el grupo al que se le preguntó una sema-
na después se mostró significativamente más proclive a “reconocer” la señal
sugerida inexistente.
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En segundo lugar, los resultados del grupo de Información Neutra reafirma-


ron aún más este hallazgo: mientras que en condiciones de recuperación inme-
diata creen “reconocer” con más frecuencia un semáforo o un ceda el paso que la
señal de stop, con la demora de la prueba reparten sus creencias por igual entre
las tres señales, pero siempre muy por debajo (.133) de la preferencia del grupo
de Información Engañosa por la señal sugerida de stop (.467). Adicionalmente,
el comportamiento del grupo de Información Neutra confirma los resultados
normativos previos respecto a la congruencia de las señales, en la medida en que
las tres se eligen con la misma frecuencia.
En tercer lugar, desde una perspectiva teórica, los resultados apoyan el mode-
lo de control de fuente (Johnson et al., 1993; Lindsay y Johnson, 1987, 1989a y
1989b), pues cabe pensar que la demora potencia el efecto de información enga-
ñosa a través de dos mecanismos: por un lado, el deterioro de la memoria origi-
nal con el paso del tiempo implica una disminución en la cantidad y calidad de
la información perceptiva que procede directamente de la percepción del suceso
original (Johnson et al., 1993), lo que obliga a rellenar las lagunas con la infor-
mación semántica más plausible como puede observarse en las preferencias del
grupo de Información Neutra; por otro lado, la demora dificulta la tarea de dis-
criminación del origen de la información cuando ésta puede proceder, bien de lo
percibido directamente, bien de lo sugerido a través de la información engañosa,
pues las hace más parecidas entre sí con respecto a la cantidad y calidad de deta-
lles perceptivos, ya que tanto las memorias reales como las sugeridas han com-
pletado esos detalles con información semántica plausible (Diges, 1997). En este
caso, una semana después, el grupo de Información Engañosa tiene más proble-
mas para atribuir correctamente al cuestionario post-suceso la fuente del detalle
“reconocido” y cree que se trata de un detalle percibido.
De hecho, un hallazgo colateral parece aportar evidencia empírica a esta idea.
En los dos grupos hubo participantes que “reconocieron” alguna señal de tráfico:
en total, 28 de los 60 (un 46%) fueron víctimas o de auto-sugestión o de la
sugestión experimental. Pero, para 23 de estos 28 participantes, este efecto de
sugestión no se limitó a la mera aceptación (un “Sí” en la prueba de reconoci-
miento), sino que alcanzó incluso al añadido, por su parte, de elementos contex-
tuales que supuestamente rodeaban a esa señal de tráfico imposible de percibir,
lo que indica que los sujetos no estaban meramente adivinando para cumplir con
los requerimientos de la demanda experimental. De este modo, el comporta-
miento de los participantes parece indicar que la aportación desde la memoria
semántica es más rica de lo que se suele creer, pues no consiste únicamente en
añadir un detalle inferido, sino que éste aparece enriquecido, embellecido, incor-
40 Estudios de Psicología, 2004, 25 (1), pp. 31-43

porado adecuadamente en el contexto episódico. Y posiblemente esta contextua-


lización es lo que lleva a los participantes a creer activamente que han percibido
el detalle inexistente, es lo que hace plausible como auténtico “recuerdo” a lo
que fue mera sugestión o auto-sugestión (Diges, 1997).
En cuanto al otro tipo de información sugestiva, la fuerza de la acción princi-
pal, manipulada a través del verbo empleado en el cuestionario post-suceso
(empotrarse vs. chocar), conviene tomar en consideración que el elemento al que
pretende modificar tiene un estatus perceptivo diferente del que disfruta una
señal de tráfico. Mientras que esta última se puede describir como un dato dis-
creto, perceptible de modo inmediato y directo, la velocidad de los diferentes
objetos del suceso y la duración del mismo son datos de carácter continuo, que
no se perciben directamente sino que son el resultado de un complejo cálculo,
que implica distancias y tiempos, y que además requiere una traducción en tér-
minos de km/h o de unidades de tiempo, respectivamente. Por decirlo en térmi-
nos más exagerados, una señal de tráfico está o no está presente; la velocidad de
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un coche, o la duración de un suceso, es una estimación que se puede situar a lo


largo de un continuo, pero nunca ha sido “percibido” en el sentido en que se per-
cibe un objeto concreto. Por tanto, parece sensato plantear que los procesos
reconstructivos, basados en inferencias, desempeñan un papel importante a la
hora de realizar estimaciones (Burt, 1993, 1999; Burt y Kemp, 1991; Burt y
Popple, 1996).
Así, en estas condiciones, el punto de partida para los participantes del grupo
de Información Neutra es su estimación más o menos elevada (puesto que no hay
aciertos en la tarea) de la velocidad de los coches. Para los objetivos de nuestro
experimento, el interés se centra en si la sugestión de mayor fuerza del impacto,
de la colisión, hace que las estimaciones del grupo de Información Engañosa se
muevan de una manera significativa hacia el extremo superior del continuo. Los
resultados encontrados parecen indicar que este tipo de sugestión tiene un efecto
más bien efímero, en la medida en que sólo en condiciones de recuperación
inmediata se encuentra un incremento significativo en la estimación de la veloci-
dad de ambos coches (respecto al grupo no engañado), efecto que desaparece
cuando la prueba de recuperación se demora una semana.
Los resultados del recuerdo demorado, sin embargo, llaman la atención: en
ambos grupos la velocidad estimada del coche A se reduce, mientras que la esti-
mación de velocidad del coche B (agente activo) aumenta también en ambos
grupos. Por decirlo de otra manera, el paso del tiempo parece tener un efecto
“exagerador” de los papeles pasivo (A) y activo (B) de los coches protagonistas.
Esto contrasta además con la estimación de velocidad del tráfico en general en
condiciones de demora, que “iguala” a ambos grupos posiblemente por un efecto
de regresión a la media.
Por otro lado, las estimaciones temporales de duración de la película y del
accidente son muy elevadas de entrada y poco sensibles a las preguntas sesgadas,
pero esto no resulta muy extraño si se tiene en cuenta que la sobreestimación es
habitual cuando se pregunta por la duración de sucesos breves (Buckhout, 1977;
Burt, 1999; Loftus, 1979; Loftus et al., 1987; Marshall, 1966; Schneider et al.,
1978; Yarmey, 1993, 2000).
¿Qué implicaciones pueden tener estos resultados en el campo de la memoria
de los testigos presenciales? Una primera implicación es que las manifestaciones
de los testigos pueden incluir información que no percibieron y que no se limita
al hecho de proporcionar detalles falsos, sino que éstos pueden estar tan embelle-
cidos contextualmente que pueden resultar muy creíbles ante los policías o jue-
ces que les preguntan. Este enriquecimiento puede proceder del funcionamiento
Demora de la recuperación en el efecto de información engañosa / N. Pérez-Mata y M. Diges 41
normal de la memoria de una persona (auto-sugestión), pero es indudable que se
acentúa tanto en cantidad como en calidad cuando se le pregunta de manera ses-
gada. Por tanto, si en estos casos la memoria de una persona no es tan fiable
como se cree, todavía lo es menos cuando se le interroga con poco cuidado, esto
es, cuando ha sido tocada por la sugestión.
Una segunda implicación práctica tiene que ver con las estimaciones de velo-
cidades y tiempos. En ambos casos será necesaria una cautela especial a la hora de
valorar esas aproximaciones proporcionadas por los testigos, si bien en el caso de
la velocidad, y tratándose de juicios realizados por otros conductores en movi-
miento, su velocímetro les puede ayudar como referencia en la estimación (Con-
chillo, Nunes y Recarte, 1999). Pero en el caso de la duración, tanto del acciden-
te como de la película, está claro que las sobreestimaciones resultan tan extremas
que podrían llevar a error al que pregunta, pues aún rebajando algunos segun-
dos, todavía pensaría que el testigo recuerda pocas acciones o las recuerda de una
forma excesivamente esquemática. Esto es, en este espacio de tiempo “rebajado”
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tuvieron que ocurrir más cosas además de las que el testigo ha informado, por lo
que al final el policía o juez que pregunta concluirá que el testigo recuerda poco
y le considerará escasamente creíble (Sobral y Prieto, 1993).
Además, hay que ser especialmente cautos con aquellos testigos, o víctimas,
que durante el suceso han experimentado un elevado grado de estrés, ya que
parece que en esos casos las sobreestimaciones pueden llegar a ser aún más exage-
radas (Loftus et al., 1987). Así como en aquellos casos en los que ha transcurrido
un período largo de tiempo entre el suceso y la petición de la estimación, pues
bajo estas circunstancias se otorga aún un mayor papel a los procesos reconstruc-
tivos, y con ellos a las inferencias en detrimento de la información procedente del
recuerdo propiamente, a la hora de realizar la estimación (Burt, 1993; Loftus et
al., 1987).

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