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La pregunta | de Stanislavski Luis de Tavira Una noche de 1891, un joven actor moscovita asiste al Teatro Maly de San Petersburgo a una funcién de La dama de las ca- melias, con la actriz Eleonora Duse en él papel principal. La experiencia es tan deslumbrante que le provoca un terremoto interior, y da inicio a una de las reflexiones mas importantes del arte escénico, explica Luis de Tavira, ex director dela Compa- fita Nacional de Teatro. Vivitnos tiempos diffe para elaprecio del arte de a actuacin dramética. Tiempos confusosparalaestética de a teattaidad, Tal ver por eo sea necesaro volver a pensarlo yapensado, Pensar como slo hy pode pen- satseaquelintensoyfeeundo pensar que desde otro mo- mento fie capaz de traeenos hasta hoy. “Ta vezpor eso mismo sera importante volver al pun- to de partda de aquells preguntas que resutaron de- cisivas para iniiar el camino dela elucidacion sobre niga de un arte monstruoso y equiv. Mis ls preguntas que as respuestas, porqué'enelin- ‘quietante no saber qué las suscita podrfamos halla el impulso para descubrirlo que a nuestro tiempo leha sido reservado comprendet Habria que indagut, por ejemplo, el origen dela pre- sgunta de Stanislavski, porque ninguna otra ha resulta- cdo més decisiva ytrascendente para el intenso debate so breed arte dela acruacién en la modernidad. Podriamas comenzar evocando aquella tarde de mayo de 1873 en Verona, tal como nos invican a imaginarla las narraciones de Helen Sheshy y de William Weaver, Aquellafuncién de Romeo y juletzen el antigue Co- lisea romanos aquellaescena, aquelfulgor que precedié 16 | vr AUIvERSEADOEMEAICO 4 aquellas palabras que broaron del cuerpo de una ac- triz que decid se Bleonora Duse Cuando entréa ecena, venta dela oscuridad dal cé- nel de los gladiadores de aque viejo Coliseo. Camin6 hacia laluz que seabriaal final del corredor. llegar al borde de la escena una brisa muy suave a 1006 y sin saber cbmo sien el cuerpo o fuera del cuerpo, fue are- batada a oto lugar y a otto tiempo que comenas a sr ceder en su imaginacin y ah escuch6 palabras que no se pueden decir ‘Ab(exaba en el centro del escenario, suspendidaen aquelFlgor que precede al palabra, aquella muchacha ‘menida de carore alos que avanza con los pasos de quien ya sabe caminar grandes distancia. El so brilla sabre pelo negro, largo y suelo, agiado por el viento “May abiercos ls grandes ojos negros, los pérpados pesados, a navi patricia, la boca generas, toda la pure- zadeuna esculruraclésea.a punto de comencarahablar “Tenia eatorce fos, casi quince, la misma edad del personae y sn embargo no era una actriz principiante Hicia dice fos habta comenzado a actuar en la com- paffa desu familia. Una eroupe eashuranee de cémi- os del legua que mal vvlayendo de pueblo en pue- blo para ofrecer las andas de su repertori. Esta vez hae bin legado a Verona, la ciudad de los Momtescoy de los Capuleto, y habtan decidido ofeecer la representar cin de la cragedia emblemética de aquel lgar, entre ‘otras raones, porque Eleonora haba aleanrado la edad de Julieta Capuletoy en esta ocasidn no seria necesario. forzar las convenciones con una actriz de edad mucho ‘mayor, como se acostumbraba. ‘Cuenca la leyenda que Eleonora habfa nacido en el vagén de un tren otal vezen el rincén de algin hostal de camino durante una de las gras veatrales de la com- pafia Familiar. Actores desarraigados, sin patra, cuyo hogar son los caminos los tren, los hostales y sobte todo, los vejos teats, las carpas, los escenario improvisados en pla- zasoen graneros. Asi, Eleonora crecié siempre de vise, cn tenes, en carreras, en camerinos, ence utiles y vestuarios y, muy pronto, desde os cuatro aio, en el Sin embargo, sca vez, aquella tarde de mayo de 1873, sobrecl escenario del Coliseo romano de Verona, Eleo- nora Duse sucumbié a la intense insospechada expe- sienciaquela hizo taspasar todas las ruinas, ls Formas, las tonosy previsiones de un oficio conocido como a pro pia vida, para venir descubrie a antigua novedad de a csenciadescomunal del arte de la acruacién. Asilleg6 aque instante segin lo convenido ysede- vo enel cent dela escena: una dels roses que apre- taba entre los brazos, se reshaléy eay6 al piso. Enton- 2s, ras aque fulgo, comenzs a hablar: 2Quién me lama? Aqui estoy, qué quieres? Las palabras fluian con una sorprendente facilidad ‘mientras su coraaén latia desbocado, El arardecer incendiaba las piedras del viejo Coli- «se0; alo lejos sonaron las campanas de una iglesiay po- 0 a poco fue descubriendo cémo sin dejar de ser ella en el corazén de su interior se abrla una puerta que la transportaba al afuera de otra Vero- na, alahora de otra tarde, y ella era ya aquella otra que seasomaba este instante y cuyo nombre es Juliet Se abandoné a esa poderosa sensacién como quien camina sobre ls aguas sin darse cuenta y, al teansfor- Eleonora Duseseenconteé ast misma. marseen juli Aaquellaincensa experiencia momentinea la traspasé y fue rompiendo las ataduras de su personalidad: vacta desi Se sche sma, fuera dest, empens ast libre este, aqueléxtaisdionisacn que segiin Niet igind a tragedia? (Cuando muchos aos ms tarde le describ asu ami- go Arrigo Boito la decsiva experiencia de aquella fiun- cidn de Verona, leconté que en un momento inespera do dela escena la somprendié come por aralto una reve- lacién, una gracia, fue la palabra que us6, una gracia ierumpis desde su inceriory se expandié en el sirey en- tonces comprendié por primera ver, después de diez afios, lo que significaba ser acttzy lo que podta llegar a serla creacién de un personae. Laactuacién habia dejado de set Gnicamente dl ofi- cio de su familia, Era orca cosa. Podia ser un ace, uuropia algo que merecfa la entrega de toda su vida Aios ms tarde legark a deci: “Elare, como amor, csinsaciable’” | Aquella tarde entendié que el mundo del teatro ha- ! bitaen el instante y desde ese flgor se introduce en la coscuridad mds profunda porque es meréfora dela vida y dela muerte Goethe hace decir a Fausto al final de la cragedia: Inseance eres an bello, detente! Quéle sucedié aesa joven actriz aquella tarde? Siguiendo su propia confidencia podslamas aven: turar a decir que sucumbi6 ala gracia de una visién que, desde a experiencia de la escena, ransformé el mundo yy cambis para siempre su vida, porque las visiones del mundo son posiciones de voluntad que se basan en de- cisiones existencialesy en laevocacién de aquella tarde cde mayo en Verona parece que comparecemos ante una experiencia capar de revelarle a una actriz el enigma de le existencia, aquella que el drama nombra como una siouacion limite ‘Acstaexpresién dramética acudié Ka Jaspers para discern entre diversas formas de existencia a exa deci siva extaordinariedad que se deslinda del puro suce- der, de fa mera cotidiancidad, de los das rutinarios en ‘cuyo cranscurso va desangrindose la vida como puro ie anonadindose hasta dl vacio, una extraordinariedad vi- ral quesealcanza cuando se arriba ala situacin lime. ‘Una situacién de limice que evidenciaa su vee ell rire dela dominacin convencional del mundo. ‘Una situacidn tl quese escapa ala comprensién que ha urdido y legislado la normalidad de la vida comin, desus generalizaciones y sus domesticaciones. Una sicuacin limite ral en la que ya no es posible confiar en la dominacién cientfica de los rocesoseal- culabls ‘Acstaclasedelimicepertenec, por eemplo, la muer- tequecada uno ha de mori, a responsabilidad quecada uno a deasumis el proyecto de vida en el que cada uno lcidird realizar como aquel que cada uno es en su unica. Esenlasicuacién limite donde aparece con rotunda claridad lo que uno es como aucentcida. Laaparicién de la autenticidad es la revelacién y el descubrimiento del sentido cabal dela propia exsencia, ‘usa en laraofndr dese ate 1 | neestape a. UvesonD ox méxcO Esa fel revelacién que aalté a Eleonora Duse quella ard, la aucentcided del arte dela actuacin. Después deaquella experiencia ya nada podia seguir siendo igual. Luego de esa funci6n, desaparei...Des- pués se esapé de la compania familiar y coment un largo itinerario hacia la cima de su are. Bl instante de esa escena, de quella funcién en Ve- ‘ona, noes s6lo memorable porque mares el inicio de la bisqueda infaigable de una gran actriz, sino que & también ef momento decisive para comprender el pri- mer impulso de a trayectora del arte de una acti que transformé la historia del teatro, porque consiguié po- ner ene centro dela renovacién dela idea del teatro la reflexin sobre el are decisivo de ls actuacién, Muchos afios después, en 1895, tas haber presen ado triunfo esofnico de la Duse en Londres, Ber- nar Shaw escrbiré que con la Duse seinicia una ne vacera para el reato, porque en su actuacién se verfican cabalmente las visiones revolucionarias del teatro que formulaton Wagner e Ibsen. “Duse—escribe— esla primera actriz quien hemos visto apliar el método dela gran escucta dela wadici6n 1 personajes ipicamence modernos, tanto como some- teratlos personajes clisicos a procedimientos y concep. cionestipicamente modernos” Deslumbrado por la actuacién de la Duse, Bernard Shaw intencaba descifrr la clave de su arte, pare lo cual recora el erabajo delasinnumerables aetrices que poblaban los escenarios que él frecuentaba de modo cexhaustivo y ls clasficaba en tres grupos segiin su calidad “Se concentraba en las actrices y no en los acrores porque desde entonces el reatro ea yael eeino de lasu- premacia femenina”. ‘Ast, comenzaba con las atrices de un primer grupo, lide da artista menor: aquellas que se limitaban a prac- ticar con efcacia las reeeras y as férmulas hechas euyo éxito estaba comprobado, Es decit, las eects, que sue len serla mayoria, En segundo grupo estaban lar buenas actries que son buenas porque casi siempre estén bien por virud del dominio de una eéenica que garantiza su desempe- fo, Aetrices que estudian el cexto del drama, consiguen ciscerir cules son las claves significatvas y que si son inneligentes aprenden a no hacer nada entre ls interva- los de ess claves, de modo que a escena se produce sla ‘Artista dtiles para reaccionar con légica y segin la cecala dl drama que han sabido ler y entender Finalmente, es el escaso y sobresaliente grupo de las grandes atrce, euyatrayecroria se ha convertido en sunidad de medida del arte dea actuacin. Si interpre- tacign ya es creacin. Taspasan el texto del drama para autibar ala zona indecible de donde proviene y descu- brenel roreente de una essimulacién progresiva e incer- sminableen un continuo vial en el que la presencia del personajeseimpone cuando callay asi es capaz de reve- larladimensin ocultade las cosas, onde aparecen bajo una luz siempre nueva y donde los matices, los gestos, lossilencios y ls palabras luyen de un modo esponté- neo y nari “sea rara culminacién es la que Duse ha aleanza- 0", concluye Bernard Shaw. stan dep dlr trae et Tal vera Duse habria mado graciaa esta culmi- nacién, Es decie, més un don que el producto de un proceso, otal ve, como seRalria mis tarde Stanis- la utlizacin conscience de as mortivaciones En Ibsen, Noruega dio al teatto occidental al mis grande dramaturgo del ealismo moderno, Veinteafos lavski, -miés arde, en Strindberg, Suecia dio a uno de los fan- ddadotes del retro naturlistay al mayor delos drama- curgos expresionistas Enwelosdosse tabé una fecunda enemisad. Cuen- «an que Ibsen colgé en su estudio el eteato de Serind- berg para poder mirarlos eribles ojos de suadversario mientras escribfa. Por su parte, Strindberg vivié perseguido por el es- pect de Ibsen, quelo superabaen fama, io y estrenos "Nunca ningtin dramaturgo debié padecer mayores celos que el miségino Serindberg, cuando descubrié el prodigioescénico de Eleonora Duse en una representa- cin de Cava de museca del feminisa lbsen, Bl desiumbramiento de aquellaactuacin de Eleo- nora Duse se habria de eransformar en la sustancia de- cisiva de su fecunda utopfa tear. “Tal vez quien mejor comprendié el enigma delo que anticipaba Ia intucién creadora de Strindberg fe pre- cisamente el genio de Eleonora Duse ‘Strindberg, asombrado por la acruacién de Duse pre cisamente en el drama desu rival genealégico, escribe La mas fuerte, que le dedica ala acti y le envia el ma rnuscico con el anhelo de que lo considere digno de su cscenifcacin. Elexto de La mai ferteesun monélogo en un acto aque contiene en sus seis paginas el germen de una obra ibseniana de cuatro actos. ‘La Sefiora x, actriz, casada, conversa un dia de No- chebuena, en un eafé de sefioras, con la Seftorita x a ria, solera ‘Cuanto en los didlogos de Ibsen se encuentra conca- tenadocen|a logica dramstica que permite remitiral pase- do fiente al presente o que exigeproporcionarlaconfiden- cial pador, en elvexo de Srindberg queda expuestoen un monélogo trepidante por cuyasrendijase fran has- tad desgarramiento lo oculto yl reprimido, Una verbalizacién que se enfrentaa la densidad de la interlocutora que nunca habla ycuyo silencio provo- ‘ca una impronta incomparablemente mas viva que to- dos los didlogos siper elaborados de Ibsen, ‘Desde su genial perpcacia la Duserespondea Sind berg que acepeaagradecida la ofrenda, pero le advierte aque, de hacer la obra, ella elegird el papel de la que sunca habla En 1891, enel primer estreno de su giraa Rusia, en "Teatro Maly de San Pecesburgo, Eleonora Duse de- cide desaftarelprestigio mundial de a legendaria Sah Bemhardt, Se presenta en Rusia nada menos que con ‘La dama de ls camelias, drama consagrado por la diva francesa, para mostrar otra posibilided deinterpretalo ys de paso, abrir otra dimensin dela actuacién ieee ae) 1 | EVADE AUNIVERSOAD CE MEXICO Asinié aaquella memorable fancién el més frozcrt- ico de teatro en Rusia, el temible Aleksei Savorin. Al terminar la funcién, Suvorin se fue ale redacci6n del periddico Névaye Viemya y escribié un articulo en el que deci: La Dusees una avista vedaderamenteexcepcional [No pose las dores publicitarias de Sarah Bernhard, pero fa supera en talento, en la extraordinaria justeza del tono... no gesticula, no declama, no inventa efec- 10s esfnicos, sino que cra los personajes, los vive con tuna sencilez nunca vista antes en escena.." Sin embargo, al vezla mayor importanciahistética de aquellafuncién dela Dusen el Teatro Maly de San Petersburg resida en el efecto crucial que prodajo en ‘otro espectador. A esa Funcién tambin asistié Kons- tant Alekséye, un joven acror moscovta que inen- taba formar un grupo de actore en torn al teatro que su padre le habfa construido en el granero de a Finca familiary que por aquel entonces atin no habia decidi- do llamarse Stanslavskiy que al sli del Teatro Maly quella noche se resolvié Firmemence a comenaar una aventura que vend:a a revolucionar de modo irrevers ble la historia del arce de la actuacién. ‘Aquel joven actor instisfecho vivia indignado por estado de decadencia complaciente en el que agoni saba el texto desu tiempo. El facuo Stanislavski concar4, muchos aos mds tar. de, queaquella noche después dela Funcién dela Duse salié del esto como el sobreviviente de un rerremoro interior Su experiencia como espectador sombrado de aquellaacaacidn habla provocado un sacuimiento que despertba su conciencia, la rescatabs del cautiverio de ‘un cierto sonambulismo en el ue zorobraba ert y Jatente Esta experiencia parece abrirsu menteaun ea do de conciencia que lo aproximaba con entusiasino a tuna comprensién que todavia no aleanzaba y que susc- taba en luna incensa sensaci6n de libertad ydesegta Y enconces fue posible le pregunta cabal que deto nati su apasionante busqueda. Frente ala actuacién de Eleonora Duse, Seanislavski se pregunté: (Qué hace [Los primeros pasos de la respuesta esta pregunta Iollevaron a formular todo un sistema. “Traselrecortido de esta evocacién hemos hallado punco de parti de la reflexion, Bs una pregunta. Ya no sélola de Stanislaveki la nuestra, aguty ahora, Quthaceel actor ‘Enqueéconsisteesehacer queen castellano y en Mé- oo lamamos acruacin y que entre otros efectos puede ‘ener lavirwd de transformara quien lo hace —segin la cexpresin dl principe Hamler—en la monscruosacon- icin del actor ode a actriz, segin ol arte? Hemos hallado, al fin, el puesto de partida de una reflexidn necesaria. U CAPITULO IL EL: TEATRO, © EXISTENCIA LITERARIA 0 ‘EXISTENCIA ESCENICA ‘Nios orfgenes del teatro, ni suevoluclén histériea’ permiten comprobar o predecir In limitaclén del teatro al: texto; pero de orden estétieo que-bastan por sf mismas para afirmas’ la e parecer un género literario por otras razones: porque bro o'el manuscrito bastarfan por si mismos porque contienen lo esencial, que es el ponsamiento del autor y sm medio de ex- presién original, el texto; porque —y esto se deduce formal mente de las mismas opiniones— los medios de expresién ‘escénien constituirfan medios inferiores y de ahf que In exe sign de la representacin y In del director se justificarian, Ficles a nuestro método que consiste on elegir, con preferen- ia, las teorias extremas como punto de partida de la diseu- Primera Parte Beaeeg |: tal ay : HE a2: salay (psLareneu HT any TH Hina tl cg li He a Dov 7 FERRE PLETE fay rile he safittel eal Ce Cea | iene (ii AWE aaie | full ni heat A Te ~ EE pee HAE, nL BET E yi bee Ett tue alban Hh ; Fiber il fae HUH Hilts Fl fie ib fie i at :

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