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‘Susana ROTKER Bravo pueblo Poder, utopia y violencia FONDO EDITORIAL LA NAVE VA Caracas, 2005 La crénica. Géneto de fin de siglo” La crénica,género hbrido donde se encuentra el discusoliterario ¥ el diseurto petiodistico, es el expacio de la esrcura que mejor regis {ra los cambios sociales, las inertupciones, las experimentaciones del lenguaje y dela excritura misma. Mids elaborada que los textos noti= ciosos, pero con un dinamismo y un sentido de urgencia que no tie~ nen ots prictcasesricuraras de coccién mucho mds lenta (como la ‘novela, por ejemplo), la eénica ha sido un espacio privilegiado y mar~ ginal en la culeur latinoamericana desde hace un siglo, especialmente fen los centros uebanosy, por alguna razén, un génezo de escritura es Decialmente aforrunado en Venenucl. La crdniea ex también un géne- Fo especifico latinoamericano, disinco 1 la literatura de non-fision ontcamericana o alos mejores teportaes del mundo occidencal, dis- tinto también de lor relatos de costumbres europeos Ia mayor parte de los més conocidos excritoreslatinoamericanos del siglo 2 han producide crénicas extaordinariae algunas han tenido la forcuna de Ser recogidasen forma de libro, otassiguen ala espera de alguna an- logia que las rescace de Ia injusta transicoriedad y el olvido caracte- tiga en la prenea eonidiana, ‘La crénica, ni periodismo convencional ni consagrada literatura, gts i Cane Ee eas a Bats Sls an panes et TRESSEASRINE Sia poet yt oe ‘cs mis bien como un cuento donde todos los datos dependen de la fealided inmediata, puesta en ercena por un autor que nada inventa ims que el modo de contar. La crdnica es un medio de esriura privi- Tegiado por su inmediacen, por la ligeresa que permite avanzar y tomar fleagot sin el peso consagratorio dela Literatura, pero con un come promiso con fs forma y la expresién propia que nada tene que ver on los Fclismosformulaicos del periodsmo tradicional s un géne- ‘fo marginal por misma condicion de hibridee Bl cronsta rare ver ‘lene los privlegios del reportero estellay slo en casos excepcionales te su obva recogida en forma de libro, Aun cuando la‘eonsagracin’ {al libro ocura (desafiando lo perecdero de las péginasdiarias de la prensa), eso textorsuclen ser considerados de segundo orden con re- [ign ala obra general del mismo autor, aunque los cronistas Sean de lalla de Jose Mare (colaborador de La Opinién Nacional fundador ela Revita Venezlena), Gabriel Garcia Marquee (stor entre 005, ‘de Cuando era fos indscumentado sobre su experiencia venezolana) ( Tomds Eloy Marcinee (Luger comin le muerse, publicado durante si ‘exo en el pals y tan eemplar come influyenee demoseracin de que In eseritura hbrida entre la ieraturay ol peviodismo puede const ‘lise en ace). Ex sgnificaivo que muchas de las mejores erénicas la- tinoamericanas fueron publicadas en su momento en los medios de prensa venezolanos; esta afiemacién incluye Ia época dorada del boom, donde escivores como Julio Coredsar 0 Juan Carlos Onett enviaban tus ernias ala prensa 2 través de la agencia noticiosaespaila Fe En Venezuela, la cdnica a tenido precucores notables desde el i- ‘glo XIX. Aristides Rojas, por ejemplo, ene ente sus eatos uno espe- flalmente memorable, publicado el 26 de marzo de 1881 en Le Opi- ‘udm Nacional, donde reconstruye ls historia del mitico rerzemoro de Caracas ocurrdo exactamente 6 afos ants. Ea su cxGnic, x naturale- as descita como allada de un cleo bérbaro 0 enemigo del progresoy {a razdar nel texto lo jerarquzado er la voluntad del hombre (liber- ‘ador Simén Boliva) que logré imponerse sobre la naturalenay deror6 clfanacimo. La historia aparece en el texto como un cuadeo fjo que pende de presente "En oto orden y ya en ls primers pare del siglo XX, es necesaio rombrar La ciudad de los techor root (1947), de Entique Bernardo [Niifer, por ese modo de contar Caracas que vended a ser obsesion de lan mf gran pare de lor cronstas del siglo; tambign et José Rafael Pocaterray a capeie de proco-crnica que e a Memoria de an venezolano dela ‘deadencia (1927). Entze los precursors dela erénica propiamencedi- (cha eaia los textos de Germin Caras sobre el 23 de enero, por ejm- plo, y las notas sobre Ia Eiropa de a posgueraescrias por Miguel Oxe- to Silva, Oro gran ejemplo ese de uno de los mejores cronisas de Ca- faces, Guillermo Meneses, mie conocido como narrador,cuyo Libro de (Caracas (1967) dari la pata de las crnias hsticas sobre la capital {dl pas, escrito con reminicencia de tono ensaysic, deidamentece- ‘icor nostdlgico y al final encregado a amar aun ls peoces defecros de fo ciudad que crecié "como un delicado animal del mae”, donde los ‘anchor “se montan en cualquier cero o buscan abrigo en Las venas del agua, en as quebrad". ‘La erdaiea ha tenido un exallido de exponentes en los ikimos 20, afios del siglo XX. Las uegencias y la desesabilizacidn que ha vivido la Sociedad venezolana de ete fin de siglo han requerido una forma de c= Ctitura correspondiente a [a lies de ls dempos. A cada época corres- pponde una exctica y mas en un espacio donde impers a sesacién dela fontradicein y a urgencia.Y, por lo que se puede leer en el conjunc Ge extos, lo que coresponde alae sims décadas dl siglo es una reté- fica que ni ordena ni racionaliza, sino que surge de un espacio urbano de riseria y de violencia, de la marginalidad ysu estéica de lo feo, de las figuraciones modernas de Ia ena, de la iconogefla de la literature 7 del cine novteamericanos, de las estategias de la politica, del deseo de {desnudar y del excéndalo pusificador, del encuentro con aquello que se hha mantenido ‘puss’ dentro de a propia coreupcién pero auténomo expecta de los discursos oficiales. El conjuneo de crénicas que caracteri- ala década de 1980 mezda el cosmopoliismo con la orgullosareivin- ficacin de vorablos regionals, a coneiencia del enguaiey de a forma ‘como valor absoluto en laesrieura, la fecuentacidn del borde, de lo ‘marginal. All conven la denuncia, la necesidad de descubrira los pe Sonajes que pueblan sobre rodo los cxpacos urbanos pero que nunca &- tin contemplador en loe dseuros oficiales y, probablemente, campoco fens policas convve el refinamiento de uns suerte de sofisicado cs- xptcisme posmoderno con el sentido del humor, como en las erdnicas fstrondiieas de Ben Ami Fihman (ccopladas pacialmente en Cua~ (demos dela gla (1983)) los textos de Pablo Ancllano en el suplemen- te Feriado (EI Naina), los tos de ese Caballero y Blabeth Fuente en El Diario de Cerca 1 carasidad por lo Oxo el Oso ee setid del humor esa siempre baades por una fuerte nostalgia ev una suerte de destumbre. trie y placer por contr lar var de lov nunca comrades, pe ts Shea juno ala eur yl aco, se na sennclon de que ig ee perdido: una forma del pasado, una ide de auc tal es us cho Eo que pudimos ern fro. Son memorable oe aves sobre a ‘lun popular pel mundo des sca de Cor Migul Ronda Pleads creas de Fausto Mass, ls humoradas de Roepe Degrdo, for cia unot poco, ademds dea ect pote sabre el mands Fu. fal de Luis Alber Crespo, todos en exo que se van confundiendo on el reporae el caeno is asa de opinion, dl poem come Sempre bs ocursido con ernia come gene. ‘Un macsuo de ete dpo de ecritursurgete yin embargo, tan serlda com el reat ye ans, fc Jor Ignacio Cabra, Pee ano Provenir dea fas del perodimo ercementehablando (como lot Eros mis pcos) ha marca conic con un ero incnfnde ble, mezela de ensayo, sellin persona, breve epoch ein, ‘on una hones presencia dea subjevdad del son con un lengua ‘ue desea por su ineligencia su cpnedad de snc bu amos qu ‘evela densidad duninadorar sobre a relidad, Sus conics hen spas ‘eco dipenas en distinc medios depress y han side pies funda: ‘mena de cualquier bro sobre la cluded Contato el ey un modo de dale coheencia porque los aon cimientos nose preentan enn orden como past contaos sna oh na forma eaten Ycomtare un modo desabevvien un pla San que se wana ards velocidad. Como bien lo sinew Cab Jas ~cayes columnas semanas en £1 Nacional facto, quedo mejor Insrumento de fla sobre Is déada dels 80- rent en pang es en Caracas un acto def El recerdo personal cue en Caren lgar defo material ranescens, I palabra todo lo puede, Pars que 1 eC pin cl ces mci pare np ie a a le Emden pr panda ne Cn le pt Ca cra el puto (el cin, la headert, a paradescuidy) alguien debe Pronuncato, dee y hacer que ei, aunque een ua nancdnea Teka oe pena Eo Carat cn nen lzadors pale un “MTR finda y la desta dels veto execs en la Carcas del década de lo 80 enen una ina reacén con xa cadiin de n0 Dover adiln ni piss, deser una cudad de osc mutant, Adie ‘acl de a novela rica que con tan buena foreuna se prodjo du ante ao aos en el pala concn fa el cpa del esac la pica 4a lnieverenia fete al poder en cl eance sxc al poten corre Sv dela marginalidad. Ea los 0 surgi por un ldo el nuevo periods ‘20 un pevodlmo que respond sin dada a necesidades de mereado, peo ambidn als noceidad de ecuperar contacto conf teal de naar Kor acomecimientosy de revive a tavés de un lengsje capa de po- telor en excena fen al leon de ratios de le ftaulaedegana- des por les agen de noir def supers objid del lms pride iver ode lot formes ole, Es ineetane derencne bevemence en ee fenomeno -que habla comeraado a dar musa de ene vigor en slgunss rvs dels aoe WOry en arias sucks en lox peiédins-, pero que formals en 1979 coals partion de Dir de Cant pars lego haces propio cn ouospeiddoos del pa, Se pueden menclonarex'genrl, a modo de ejemplo, algunos oxoe nombres cada uno con su xo: Sarin de is Nocy Baga Laresibal, Romulo Rodvgucr, Boss Inge, Miro Popic Laure Analano, Ibsen Maroc, Roberto Giusy Tose Pulido, Ramén Hemindes, Ewald Scafenberg. Hg Pie, Aronia Been: cout, Era Feld Lo interesante de eon tevtor ex ue, 4 psa de a = ‘lanes indvidule, se mannveron dence de ls Unies del periods to y no econfundieron con la Uerstur, como ocié en tos to ‘Renter dla historia cultura ltneamericana, como durante el moder. ‘imo od lado born El suplemento dominic Frade de £1 Nasonl feel miro prop cio para grandes roninas del period, ene lls Sergio Dabbar Nel fon Hippoire Orteg, Ben Arn Bhan y Elsa Lerner. Sergo Dabbar (Sing dates mad, 1989) ne inline personajernocrnos buscando tgnor dea cdad, lguos del verdad igus part eg separa decidir acre de una imerpreaci, Neon Hippoie Omen (0 see, 1986; La pregunta y su vfetimas, 1988) fue el vecino indizereco (que claborabacrdnicas distazadas de enievisas como puesta en escena de a decreptud, la decadencia, la comrupcién.Blisa Lerner gran pre- ‘eussora del géneto en Venezuela, aurora de Yo amo « Columbo (1975), Carrel mimero cinco (1983) y Crénicas gineolégicas (1984), y recupera- «da paracl periodismo en esa Gpoca fue aflando su retrato amargo acet- ‘2 dela sociedad. Su vor claramente dfinida a tavés dels adjetvos, la preseindencia absoluta de los requerimientos informativos de la actuli= dad y el tono cas pistol, ocupa ota franja de representacién a nom bre de eodo un sector mal considerade: el de nosotrs las mujere. Sus personajes se idensifican con lo que parece més social los productos co- ‘ercales. Fl pals se convierteen sus textos en una cancién, una macs de cigurilos © una crema cosmética, el pasado es una méquina de coset Singer el nombre de una calle. Todo se cosfca, los ajetvos se sustan- tivan y el roma femeneidad virginidad se vuelve origen, leph de a rea lidad. Ben Ami Fihman, por su parte, inaugusd un pico pars I exdnica cl dela literatura gastronémica, perfectaexpresign también de la Vene- auela de los 80, que muestra el Redonismo decadene, la wisteza por la fui de la vida y los valores falsos del rey burgués ‘Los cuato cronistas mencionadosdivulgan lof, lo erste, lo 0o- ‘upto viento, sea sobre la sociedad o sobre s mismos. Esa divulga- ibn tiene que ver con el ercindalo: dar a conocer la privado, aquello donde el enteviado ola sociedad es mis dab ali donde ert mas cla: rol blanco para ls ouos. Porgue la cnica venezolana de ls 80 toms, justamente lo no resuceo, lo que queda fuera. En esos resquicios dela Corrupelén se encontraron modos de narrar nociones de eelidad, tan bien resumidar en uno de los didlogos de Lerner: Por que te queda boquiabiera? En la Venezuela petrolera nadie se queda boquiabier. ‘La década de los 80 termina cuando se hae realidad el temor later fe que las clases acomodadas siempre tuvieron en Caracat el temor al dia en que baje la gente de los cervos pobres que rodean la capital y t0- men la ciudad, hastos de su propia miseria. E127 de febrero de 1989 se produjo una poblada de dos dias, reprimida por el gobierno on el ma- yorsaldo de muerte en el pals en todo el sg, y una escitura donde ya Se comienza a asenar la estrategia doptada por el neoliberalismo en la ‘epresentacién socal: neutalzar al pobre ys protest, criminalizindo ln'pobreza, en ara de una lgica de mercado que no encuentra ya uto ent am fg m para los que no consumen. El eenue hilo que mantenfaunido el tejido Social comenaé a despegars. Por lo menos dos bros urgenter se publi ‘aton ese alo sobre el llamado Caracazo: #1 exalide de febrero, con ex- timonios de reportrosgrificos,y la excelente antologla de eednicas dia que bsjaron dels cers (1989), En El dia que bajerom dels cero, a ead de os cronies, aunque desconcertada, habla desde la posicid de un "nosotros intermedia: los {que excriben no se cuentan entre los sublevados, pero esa mirada, aun {queen el fondo les eeme, les ensuentra tuna cierta justificacion polite, {Eos relatos parten de una visi plural y ragmentaa que seo inatga se el modo de contar la década de lor 90, En estas crnics lor nombres Individuales no importa los eoniveas hacen traveras por una ciudad tomada primero por el pueblo y luego por los militares, haciendo pe= {ques relaos que sedan cai simuleneamente en varios puntos de la ludad. Vor plural, desorganizada, arusrada y no épica lar referencias ‘urbanas son nombres de bartos y de autopiseas el afuera ya 0 es exp cio de encuentro civil sine de desproteccia y peligro, in las referen- ‘las usuales al passe dela ciudad moderna (los avisos publicaios, las Ices, los materiales de conseruccin -merales, concret, vidvo,alam- bre-y antenas satsliales).Bse espacio de afuers ex el del “escontento (quel buléa por la calls, bajaba de lor certs y penceraba en centos comerciales y supermercados” (Fabricio Ojeda) de los hombres uni formados dedicados al pills, los dsparos que "matan de verdad” (RS rmulo Pieraga),el miedo, las crcajadas de la gente repariendose al mentor y bebidas como botin de guerra, ancianas de pinta honorable introduciéndose sigilosamente en una fruteria (Roberto Giusti) las rmentiras del sector oficial, la despropotcin de ls amas militares, los ‘muertos en las calles. Como flanneur, los cronista deambulan por la Ciudad tomada, contando pequenas historias humanas sin Snimo de t= talidad y msde una ver, haciendo ls veces de servidores civil (els Pide tansporte, informacién), puesto que la poica y el ejécia son, percibidos como el enemigo, debido a su arbtrario y desmedido modo de reprimit. "En estos textos sobre cl 29 de febrero de 1989 y lor dias que le suce- ieron la solidaridad entre Is gente ex toralmence casual y passers; 80 Se arman comunas de vecinos ni pequefis maltancias, no hay lders vi ‘bles slo gente que re pregunta una ala ota: "qué ext pasando", ‘como los perodisat, como el lector, en un ‘nosotros’ compart. EI (dia que bajaron de lor ceroresponde una percepcin apoclipica, sin ‘speranaa de fururo yal sensacién de que si alguna ver funcioné la so- ‘dedad civil, ca no cya ms que una enelequia politica. "Ante este estado de desesperanza surgen los textos bellamente nos tilgioos de Milagros Socoreo, con libros como Alfonso ‘Chic’ Carras- (gu: con La 'V" en el pecho (1994) y Catia tres voce (1994), donde la tex- ‘Burs se recanstuye con el recuerdo de epacios que no estén ms y una busqueda poetics en lr esonancias del lenguaesapareceneambien lat bisquedas entre lov entepiegueslieraios de Pasriia Guzmday las re- fexiones de Earle Herrera y Ezequiel Diaz Rangel, ls erdnicas de acider anallea lucides cultural de Pablo Anilano, Ibsen Martinez, Talio Heméndery, de nuevo, Jos Ignacio Cabrujas,abriendo ain mds el gé- reo hacia el extlo de columnas de opin sin por eo dejar de ser exS- Incas con detecho propio: pequefioe relatos donde se encuentran el pe- Fodismo ylaliertura. ‘Durante la lkima década del siglo XX, se publica ambin La ly dele ale, Tetimoniat de jvenesprosagonieas del violencia en Caracas (1995), ‘de Bors Maton y Joné Robereo Duque, texto que como los ous men” ‘Gonados aqut- sbre un expacio de realidad textual. Se wata de erénicas ‘espojada, sn la biaqueda etic, era, de la crénia que earactei- 26 Is década del 80: los nombres de los personajes entevistados han sido ‘ambiador (se tata del testimonio de menores de edad) y los periodistas, ‘eliberadamente, han eratado de borrae, acato por intencar encontrar ‘un equilibria ante un relat sobre una realidad inverosimil, demasiado Sangnenta y fibulosa, Or hablr a los jvenes no iene el val, en este ‘eto, del artiulado espacio dela vor dela minorat ni el de la explica- ‘ibn la falidad ocurey alex, rodo es corrupeo y natural, no Sever Slcernativasniculpables. La representacia del espacio es muy compl ‘ada: acaso porque no hay en Caracas urbanizacion ~nun de as ms ele- {ances que no tenga adentiso alla es cvots de ranchos miseab

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