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Otros titulos de la coleccién l Xirimiri de Pastoral Xirimiri de Pastoral 5. José Antonio Pagola, EV'anuncio de Jesus resucitado a su iglesia del siglo XXI. 60. José Serafin Béjar Bacas, eCémo hablar hoy de la resurreccién? 69. Txemi Santamaria, Sainkoa eta bere irudia : "Nor zara zu?" (Ir 3, 13). Aesoger y wonemiti la palabra de Dios. &COMO HABLAR HOY Bice, a antimal Poclidades y necesidad actual deta teodicea. DE DIOS UNO Y TRINO? XIRIMIRI: - - Liuvia menuda ¢ insistente que cae mansamente. Angel Cordovilla - Etengabeko euria leunki eroriz bustitu egiten duena. vi Desclée De Brouwer ° 2 OT teas Dre fe y ot 80 ih Desclée De Brouwer ANGEL CORDOVILLA {COMO HABLAR HOY DE DIOS UNO Y TRINO? INSTITUTO DIOCESANO DE TEOLOGIA Y PASTORAL, EDITORIAL DESCLEE DE BROUIER S.A. FICHA CATALOGRAFICA, CORDOVILLA, Ange! Cémo hablar hoy de Dios uno y trino? / Angel Cordovilla Bilbao : Instituto Diocesano de Teologia y Pastoral: Desclée De Brouwer, DAL. 2012 41 p.5 21 om. — 0Xtrimiri de Pastoral; 80) ISBN 978-84-390-2579-1 1. Trinidad, 2a1.01 © Instituto Diocesane de Teologiay Pastoral - 2012 Plaza Nueva, 4 - 48005 Bilbao Editorial Desciée de Brouwer S.A. -2012 Heneo, 6. 48009 Bilbao Moldiztegia/imprime:Idazkide, S.A 148510 Trapagaran ISBN: ISBN 978-84-330-2579-1 Depésito Legal: 5-1159-2012, INDICE PRESENTACION 8 0. Introduccién s 7 1. Sélo Dios habla bien de Dios 8 2. Crol, por eso habié. 13 3. «Cuando vine a vosotros a predicar el misterio de Dios, no quise saber sino a Jesucristo...» 7 8.1 El punto de partida de la teologia trnitaria 17 3.2 El Dios de Jesucristo 19 4. oY este crucificadon an. 5. «La gracia de nuestro Sefior Jesucristo, el amor del Padre y la comunién del Es 6. «Dar respuesta a todo el que os pida raz6n» . 7. «Dios es amor> 8 Conclusién: Trinidad y vida PRESENTACION Este xirimiri recoge la conferencia impartida el 17 de mayo de 2012 por Angel Cordovilla dentro del ciclo gCmo hablar hoy de...?, que: organiza el Instituto Diocesano de Teologia y Pastoral de Bilbao y que s un intento de revisar conceptos teologicos fundamentales y explicar- los de modo actualizado; en esta ocasién el objeto de estudio es et complicado e ineludible concepto de la Trinidad. Angel Cordovilla es doctor en teologia por la Universidad Gregoriana de Roma y profesor de teologia dogmatica, entre otras: materias, en la Universidad Pontificia Comillas. Es director de la colec- cién Verdad e Imagen de la Editorial Sigueme. Como dice el autor, no vale una fe irracional; la fe es luz, por eso, se lanza a preguntarse, a buscar como puede ser esto pensable. Desde este presupuesto intenta guiarnos por los senderos y vericuetos de la teologia. De dénde partimos? Aunque alli no se mencione el término: Trinidad, hay que acceder al Nuevo Testamento para fundamentar el iscurso. Al final, el fundamento es la persona de Jestis que se nos ha revelado al Padre y en su mision por el Reino que la ha realizado en el Espiritu, Javier Ofte Director det IDTP 0.| INTRODUCCION ros invita @ que volvamos a lo esencial’. La primera teologia cristiana ‘avo que comenzar defendiéndose de la acusacién de ateismo frente al aganismo y de polteismo frente al Judaismo, desarrolando asf una Ssombrosa yprofurda docina trntara sabe a teologia moder- 186 que retrocediendo tacia un teem que porta onte perros la Tve lerdea erstologes y Winter iota ona ‘Geiser ncrten ae cone ciente de que hay que cc el Dios que se ha revelado en su Palabra y se nos ha dado en su Espiritu y que en esa comunicacion nos ‘offece y nos invita a la comunién de vida con él. Un Dios que es el rnismo que ha sido buscado a tientas por los hombres a lo largo de toda la historia de la humanidad. La respuesta a la oriss de Dios, sea ‘en su versién secularista o fundamentalista nos lleva a que en teologta ‘bs connosoos dls et Bos tans En nuestra exposicién, damos por supuesto, por lo tanto, que Dios existe, que él se ha revelado en su yen su Espiritu y que Afrontaremos nuestra oniendo de relieve la natu- raleza analégica del lenguaje teolégico desde la conviecién que Sdlo Dios habla bien de Dios (Pascal-Barth); 2. En segundo lugar hay que "he A. CORDOVILLA, Geiss do Dios y crisis do fe. Volar alo esancal Sal Terae, Santander 212) 20D, Das-can-nesotos. £1 mistvio de Dios trtario (Sapientia fide, BAO, Madd 2012) . (Sal 115,10); 3. En teroer lugar, et re Dios sdlo puede ser su propia Palabra hecha carne. Nos iluminan las palabras de Pablo, «Cuando vine a hablaros det misterio de Dios... no quise saber cosa alguna, sino a Jesucristo (1Cor 2,2): 4. Una Palabra que tiene que entrentarse con la cruz y con la muerte, por lo que la Palabra es la de la Cruz y Jesucristo, este crucificado (1Co72,2); 5. El Nuevo Testamento da testimonio de una iony salvacién y de una lturgla que la act ‘puesta a todo el que os pidaraz6n (IPe 8,16); 7. La teologia alo largo de su historia no ha hecho sino explicitar y desarrollar sistematicamien- te esta afirmacién Dics es amor (1Jn 4,8). Finalmente, concluimos nues- tra presentacién mostrando la intrinseca relacién entre pensar la Trinidad y la vida del creyente y de! mundo Trinidad y vida. 1.] SOLO DIOS HABLA BIEN DE DIOS. Desde Blaise Pascal hasta Karl Earth fa teologia ha sido cons- ciente de que solo «Dios habla bien de Dios»’. Es significativo, no obs- tante, que el tedlogo calvinista que se hacia eco de esta afirmacion pascaliana escribiera una obra inmensa con el titulo Kirchliche ‘como la gran Suma de Teologia del todo discurso teol6gico, a todo programa del evangelio, a toda exhor- Lacion pastoral. En teologi a esa tesi a hemos mado analogiay >. Dios, en efecto, es pensado, con ma es mas verdad, de lo que es pensado»*, El texto del ‘obispo de Hipona, en el que se conjugan los tres paradigmas desde donde [a filosofia occidental ha accedido a la cuestin de Dios, nos de lleno en la cuestién de la teologia negati fa como forma del lenguaje sobre Dios. "8, PASCAL. Pensamiontos, od. de Bruchvlog, 789: "', Esta afirmacién contundente de Hans Urs von Balthasar nos dice claramente cual es el primer paso para acercarnos al misterio de Dios: escucharlo y acogerio en el testimonio autorizado de su revelacion, & saber, la Sagrada Escritura. Solo tenemos acceso al misterio trinitario de Dios a través de la revelacién de Jesucristo testimoniada en el Nuevo ‘Testamento. Este testimonio de la revelacion nos remite a unos textos, estos a unos testigos y fnalmente estos testigos a unos hechos que nos llevan a una persona. Este es el punto de partida de la teologia tri- nitaria: La persona de Jess en su relaci6n al Padre y al Espiritu. Esto es lo que constituye el centro de la doctrina teolégica sobre Dios en el Nuevo Testamento, Jestis no revela un Dios distinto de aquel que es el destinatario de la fe monoteista del pueblo de Israel (Dt 6, 4; Ex 20, 2s), pero al revelario en relacion a su propia persona ungida por el Espiritu, hace que ese Dios tenga que ser comprendido de ahora en adelante en relacion al Hijo y al Espirit como el Padre de nuestro Seftor Jesueristo, €1 Dios trinitario. Como dice Wolthart Pannenberg Ia tarea de la teologia trinitaria «es responder a la cuestién de quién es el Dios que se ha revelado en En ast sentido rasuera Ia afimacion de Marta Luter: +La humaridad de Crist os el nico ygconees secorecrgonts de os Cates Spina, 12 da leerarade sia) Se ee Sino ave essera ele exaresion ktwrana,nagandla positing Sei conocmiento de D3 3 travis dela Lz refural de a razon, la imacion puade ter voreacors "SH. U. VON BALTHASAR, Teogic 2, Verded de Dios Encuentro, Macrid 1908) 125. Jesucristo. ¥ hasta que no haya quedado resuelta resultard imposible hablar con sentido de {a caracteristicas de dicho Dios»”. La reflexion sobre el misterio de Dios uno y trino tiene que partir de los datos posi- tivos de la revelacién biblica’*. Ahora bien, 2cdmo leemos la Escritura y hacemos de ella el fundamento de nuestro tratado si en ella no se encuentran textos que enuncien clara y explicitamente una desarrolla- da y completa doctrina de Dios como Dios trinitario? Esto nos obliga a que el centro de interés no se sitde en la busqueda de textos aislados sino en la relacién de Jesiis con su Padre y con el Espiritu del Padre (y del Hijo), ya que la fundamentacién y el desarrollo sistematico de la doctrina de la Trinidad tiene que comenzar con la revelacién de Dios en Jesucristo. Para buscar el fundamento biblico de la teologia trinitaria tenemos que tener en cuenta ante todo que el NT da testimonio de la persona de Jestis en relacién al Padre (exegeta del Padre) y en relacién al Espiritu (Portador y dador del Espiritu). Cual sea el contenido concreto y la den- sidad que se le de a la palabra relacién serd la tarea de la posterior teo- logia trnitaria, La relaci6n expresada en su vida y misién es expresién de que él es relacion. Su ser es constitutivamente relacion al Padre, hasta el punto de ser de su misma naturaleza™. La vida y la misién de Jesis, su persona en apertura esencial y existencial al Padre y al Espiritu cons- tituye ef punto de partida de la revelacién del Dios trinitario. Por eso el acercamiento al acontecimiento que es narrado en la Escritura hay que hacerlo teniendo presente la totalidad de la vida y del destino de Jesis, mas que a través de sus palabras explicitas en las que Jess nos habla de Dios. Analogamente a lo que ha significado en el tratado de cristolo- gia la cristologia implicit, como camino intermedio entre un escepticis- ‘mo y positivismo histéricos para establecer la conexién entre la concien- cia que Jesiis tenia de si mismo y su misién, y lo que sera la cristologia pospascual de la comunidad primitiva, nosotros podemos hablar de una teologia implicita en la totalidad de la vida y el destino de Jesiis. No es una palabra, ni una expresién, sino su vida y su destino, vividos proexis- tencialmente en direccién vertical al Padre y en perspectiva horizontal al 2, PANNENBERG, Teologi stoma, vol | (Unvredad Ponti Conias, Macs 1802) Of, thi, 327 321 Esta ser la concusién del Simbolo de Nicea. Au los Pacres coneilioes no quiieron més tus ofecor un iterpetanion aulorzata deg nalufaoza de eviarelacion Eso so expresa cae ‘monte or exprenon del Gnoaio ves cect, Una ver exouesia fa relaaon entre Padre y ‘cg: “Unigentor Ct; dm i18), Se ade: ves decr. cela sustaneia Sa fracion atacg quiere nterprear covreiamente si comerigo isco. A pat acu vena reste do lausuas ant arranae Cie | ORT? Ge URBINA, Simos igen Blais I8S5 Mem / Corer Esa Woe iS ce rer s.N- KELLY Poace redos Crstanes (Secrlariaga Taviato, Slamancs 18) 281-265 Reino, los que nos permiten comprender el misterio de Dios como mis- terio trinitario. La relacién y apertura constitutiva que Jesis vive (y es) al misterio de Dios en la oracién, a quien invoca como Abba (teologia); la vida totalmente volcada en la realizacién de la misi6n encomendada por el Padre para la instauracién del Reino (escatologia); y el destino en la cruz abandondndose a la voluntad del Padre como consumacién y rea lizacién suprema de vida y misién (soteriologia) son las tres realidades esenciales que definen la revelacién de Dios realizada por Jestis median- te la uncion y poder del Espiritu, 3.2 El Dios de Jesucristo \Vamos a intentar responder a la pregunta de W. Pannenberg que citébamos anteriormente para recordar el punto de partida de la teologia ‘rinitaria: Quién es el Dios de Jesucristo? Aqui no podemos ofrecer una respuesta exhaustiva, sirvan los siguientes aspectos como sintesis: 1. El Dios de Jestis es el Dios de! Reino al que él llama con toda sencillez y naturalidad Abba. A este Dios é! nos lo revela desde la total dad de su vida y su mensaje, con sus dichos y parabolas, con su ora- clén como expresién de su relaci6n intima con el Padre en una absoluta disponibilidad y obediencia, con su actitud nueva y radical ante la ley, los sacerdotes y el templo como expresién de su autoconciencia personal, con sus acciones mesiénicas como expresién de la conciencia de su misién, 2. El Dios de Jestis es el Dios de la gracia y de la gratuidad que por esta raz6n ofrece su salvacién a los pobres, a los titimos y a los pecadores. Esta oferta de gracia y salvacién a los pobres antes que una crtica profética al orden establecido 0 la expresién de un determinado programa social, arranca un grito de jubilo y un salto de alegria, porque la salvacion que nos llega en el Reino anunciado y escenificado por Jess se offece alli donde no se esperaba, donde no habia ninguna posi- bilidad ética (fariseos), ni politica (saduceos) ni revolucionaria (zelotas) que hiciera pensar que el hombre, sobre todo los pobres y pecadores, pudieran hacer algo para gandrsela. En este sentido las Bienaventuranzas, con suafirmacién inicial y programatica proclamando- alos pobres bienaventurados son la expresion de la alegria de Jess por la revelacién de Dios como absoluta gracia y radical novedad. Antes que: una antropologia 0 una moral, que necesariamente las incluye, son una afirrnacién teolégica. Son el mejor retrato del Dios del exceso y de la gra- tuidad. 3, La experiencia que Jesus tiene de Dios como Abba, no es idéntica a la experiencia que se situa en la direccién de la experiencia de la paternidad y maternidad humanas. Sino que expresa la relacién. ccon Yahvé en términos de una absoluta intimidad y de una radical obe- diencia. Nada més lejos de esta experiencia de Jestis que un Dios leja- no y ausente de su vida, de! pueblo de Israel, de los pobres, de los equefios. Con él y su presencia se hace presente de manera radical- ‘mente innovadora la realidad de Dios. Pero esa cercania e intimidad no se resuelve rompiendo o salténdose la distancia de la soberania y la trascendencia de Dios, de! Santo de Israel, al que nadie puede ver y permanecer con vida. Esta cercania e intimidad se tora radical ob diencia y disponibilidad a su voluntad. De esta forma podemos decir que fa inmanencia y la trascendencia son asi las dos claves de lectura de la experiencia de Dios en Jestis, quien nos lo revela como Abba, como el Dios del Reino, que con é! llega a su plenitud, aunque todavia no de forma plenamente consumada. Desde esta experiencia de Dios Jestis nos ha transmitido de forma mas 0 menos velada o implicita la revelacién de Dios. 4, La inmanencia y trascendencia que Jestis mismo experimenta en su comprensién de Dios, se trasladara a la comprensién de Dios de la Iglesia primitiva, donde ambas (inmanencia y trascendencia) queda- ran radicalizadas y profundizadas al afirmar que la cercania ¢ intimidad de Jestis expresadas por él mismo como conocimiento y amor mutuo (Mit 11,25-28) hay que entenderlas en sentido personal: él es ante Dios y Dios junto a él. Mas ain, cuando lo vemos a &| vernos al Padre. En él hemos experimentado que el Dios santo y trascendente es y esta defi- nitivamente por nosotros (Rom 8,35s). En Cristo sabemos que Dios es misterio no por su lejania respecto a la vida humana, sino como Dios solidario con el destino del hombre hasta el final como Dios proexisten- te (Fip 2,6-8). De esta forma, podemos decir que la gratuidad (perma- rnente novedad), la intimidad (radical inmanencie), la santidad (absoluta trascendencia) y la solidaridad (proexistencia definitiva), comprendida como aquel que llega a entregar su vida por y en el lugar del otro, son las caracteristicas fundamentales que estén detrés de la proclamacién y afirmacion de Dios como Padre, como Abba, desde la revelacion de Jesucristo. Jestis se manifiesta como Hijo de Dios y Dios como Padre, el Dios del Hijo. 5. Pero la relacién que Jestis vive con el Padre (Abba) y que ante- riormente hemos definido en términos de absoluta cercania e intimidad (inmanencia) a la vez que de distancia y santidad (trascendencia), es 20 vivida onteramento en el Espiritu. El Dios de Jostis no se revola plena- mente hasta que comprendemos la relacién de Jestis con el Espiritu. El es el medio y e! Ambito en el que el Hijo experimenta la cercania y la dis~ tancia del Padre. Como una cercania que no se disuelve en la identidad, en una distancia que nunca es ruptura y abandono definitivo. La mision de Jestis es realizada en el Espiritu de filiacién como obediencia abso- luta a la misién y voluntad del Padre (bautismo y tentaciones). El Espiritu fen cuanto que esta sobre Jesits es Espiritu de mandato, Espiritu de! Padre, pero en cuanto esta en Jesis, es Espiritu de obediencia, Espiritu del Hijo™. Desde esta obediencia ¢ intimidad con el Padre tenemos que entender la pretensién mesidnica que se desprende de sus palabras y de sus acciones y que suponen en Jesus una absoluta libertad y auto- ridad para relativizar todas las instancias anteriores que se querian con- vertir en intérpretes autorizados de la voluntad de Dios (Templo, Ley, ‘Sacerdotes) situ&ndose él en su lugar. Jess vive una libertad suprema desde la obediencia a la verdad del Padre y la entrega en el amor por los hombres. 6. Esta presencia y relacién del Espiritu con la persona y mision de Jestis, no sélo nos ayuda a comprender su intima relacién con el Padre, sino su relacién con nosotros. En primer lugar, en lo que signifi- ca para la propia persona de Jesis asumir una verdadera naturaleza humana (progreso, camino, crecimiento). Sin este camino e itinerario, sostenido y realizado por el Espiritu su encamacién no seria real ni ver- dadera. Esta presencia del Espiritu no puede ser comprendida desde Una deficiente cristologia adopcionista, sino como el Hijo que en su humanidad es ungido por el Padre con el Espiritu. En segundo lugar en ‘cuanto posibilidad que nos ofrece para incorporarnos intimamente a su vida y su destino. Aunque esta perspectiva es mas propia de la tealo- gia del misterio pascual que desarrollaremos en el siguiente apartado, sin embargo podemos proponer unas cuestiones fundamentales. Nuestra incorporacién a 6! y nuestro seguimiento no se realiza de una forma externa y ajena, como si Cristo fuera un ejemplo de vida moral a Seguir por nosotros. Nuestro seguimiento e incorporacién a él, con ‘nuestra entera humanidad se hace en el Espiritu comin de filiacion que a él le pertenece como Hijo y a nosotros nos es otorgado como herma- nos en él (Rom 8,29-30). Esta configuracién y seguimiento es intima y personal, Dios no se comunica a nosotros sélo desde la objetividad shiney reso, Se Tcocrandicn Wes femire 9 Cotte Grocer, Magee ‘8 B. Yokges 2 Vorcad fad do Dos ercverte, Madd 1097) 1D, Teaigica SB Eepriy do ‘stand \Encusre, Madre 2 ‘externa, sino desde la intimidad de nuestra conciencia y el sagrario de nuestro ser personal. Sin esta ultima presencia del Espiritu, que es del Padre y del Hijo, en lo mds intimo de nuestra persona, no podriamos ‘decir que hay plena revelacion de Dios. 7. En definitiva, el Dios revelado en la vida e historia de Jests es ‘el Padre que despliega su reinado mediante la misién de su Hijo y de su Espiritu, manifestando asf a los pecuefios su soberania y su benepléci- to (eudokia). Un Dios que se revela en la persona del Hijo, quien en el ‘¢jercicio de la misién encomendada por el Padre conduce a su plenitud ‘el reino de Dios entre los hombres ikairos). En relacién con él, se mani- fiesta el Espiritu quien en su misién eficaz y escondida va conduciendo la realidad hacia su consumacion definitiva y la Iglesia a la plenitud de ‘conocimiento de la revelacin y a la participacién de la vida divina (telos). 4.|«Y ESTE CRUCIFICADO» La palabra mas elocuente de Dios sobre si mismo ha sido su silencio en la cruz. En ella se ha revelado en toda su hondura y profun- didad el misterio trinitario de Dios. Con raz6n la teologia trinitaria actual ha puesto en el centro de su refiexién este acontecimiento que los Padres a la luz de la resurreccién llamaron misterio pascual. Si la cate- goria central desde la que hemos realizado la lectura trinitaria de la vida de Jesiis es la de relacién, hemos de admitir que la muerte de Cristo nos sitda ante un problema fundamental con ella. Esta muerte det Hijo significa la ruptura de la comunién con el Padre y el Espiritu 0, por el contrario, es la manera concreta como esa comunién trinitaria llega hasta nosotros? Es evidente que para responder a esta pregunta tene- ‘mos que contar con el acontecimiento de la resurreccién. Para el NT y la teologia posterior en la muerte y en la resurreccién Jess es estable- cdo en la plenitud de esta relacién filial manifestada como sefiorio para ‘el mundo (ef. Rom 1,3); el Padre revela la verdadera naturaleza de su paternidad: y la comunién de ambos es abierta a los hombres con el don del Santo Espiritu (cfr. Jn 17; 20,19-21). El misterio trinitario revela- do en la historia de Jesus (Encarnacién, Bautismo, Misién), se manifies- ta ahora en toda su hondura y alcance (Muerte, Resurrecci6n, Misién). EI misterio pascual es el acontecimiento que nos revela en uitimi- dad el misterio de Dios como misterio de comunién trinitaria, integran- do y asumiendo en esta plenitud de la vida divina, la historia humana, también en su fragilidad y en su pecado, para redimirla y consumaria. Por eso, con toda raz6n se ha llegado a expresar que «la revelacion definitiva del misterio trinitario no tiene lugar antes del misterio pas- cual". El misterio pascual como acontecimiento trinitario es el punto do partida y el fundamento permanente para la comprensién del Dios cristiano, porque muestra muy bien el caracter y la relevancia salvifica del tratado de Dios. En realidad si nos fijamos en las imagenes y repre- sentaciones de la Trinidad, estas se centran en la entrega del Hijo, sos- tenida por el Padre, en una profunda comunién con el Hijo en la unidad indisoluble del Espiritu®. Esta vinculacién entre Trinidad y cruz ha que- dado unida en el cristianismo al realizar la sefal de la cruz mientras invocamos a las tres personas de la Trinidad. "HU. VON BALTHASAR, | mitevo Pascua en J. FeinerM, Laver (eds), Mysteum Satis in freien, Madd 1360) 777 ‘ ‘Cuando la teologia actual ha otorgado un puesto central al mis- terio pascual para comprender el misterio de la Trinidad ha tenido como preocupacién fundamental poder pensar el ser de Dios compaginando la verdad que existe entre la afimacién de la inmutabilidad impasibi- lidad de Dios (Dios salva a los hombres de los avatares de la historia sin quedar asumido e integrado por ella), y la afirmacién de la fidelidad de Dios que se revela en Ia historia entrando en ella, haciéndose solidario, del hombre. £1 padeciendo el poder ciego de la muerte, la vence. Se trata por fo tanto de pensar a Dios, pero no desde la metafisica clasica —que ponia en el centro y como dato incuestionable la inmutabilidad e impasibilidad de Dios— sino desde el ser de Dios revelado en la cruz de Cristo. No es en primer lugar ni a asi llamada analogia psicolégica (San Agustin) nila analogia del amor (Ricardo de San Victor) los caminos que hay que tomar para pensar a Dios, sino mas bien la economia de la sal- vacién y la historia en la que Dios se nos da y se nos entrega. Los aroits cision de Dos como la nmuabia e pas lidad tienen una verdad profunda y una raz6n de ser que hay que man- tener En esto conciden tanto la maorflosoia greg ens crlca @ uns des que poser los peaes vis reprchabies en ls hombres {asi por ejemplo la critica de Platén al politeismo de Homero) como la cies bea conv os doses creurdartes. EL atbuto dea rm blidad de Dic es la armacion que el hombre hace y vce a Dos desde la carencia de la finitud y de lo pasajero hacia el ultimo reducto: de cobjament, de contercén de seguridad etalon. Ete abut, asi come a dela InpasiidedGuesrma que ios no pede su ls pasiones y los deseos de los hombres, tienen una verdad de fondo y Tedcal,y en esto sentido son concepts teolégleesfnamertaes. Ss Sento es simple loses bey scbeano de la stra. Dos, por més gue enve ena ntoria con a enearacn de io de Das, ro oucum- be a slay por esta razon puece salva La aged desu oot segura asa. Laimpasbildadelnmutbildad de Dios son abuts ue expresan, por un fd, a ntegdad ong de Dicey su inn sida ante las eraciones ons sr Por oo, la eonstaca, deed y seguridad de que é! no renuncia a la realizacién del propdsito de su SER Tarasmane tere meme ance bree anaes SS ee sea the aetna eee os sess “etree ten Hon St re ore 58, “Ci ceine Boosey aa En voluntad, de llevar a perfeccién y a la comunién con él a la creacién®: Si bien es verdad que Dios no puede quedar bajo algo o alguien ni sujeto a los acontecimientos cambiantes de la historia perdiendo su soberania y libertad, y asi su capacidad de salvar definitvamente, man- teniendo que Dios tiene una relacién libre y gratuita con la creacion y con la historia, no podemos negar que Dios actia ¢ interviene en esa historia comprometiéndose y solidarizandose con su creatura. En reali- dad la categoria de la inmutabilidad de Dios habria que comprenderla desde la revelacion. Asi, el AT nos muestra que es2 Dios no es sélo el Dios que crea con su palabra (Gén 1) 0 modelands el barro de la tierra (Gén 2,7), sino que se pasea y entretiene con el hombre, que lo llama y se interesa por él (Gén 3,8-9); que se enfurece por el pecado generall- zado de los hombres y se arrepiente de haber creado al hombre (Gén 6,5-6); que elige y escoge a un hombre mayor y débil para convertirlo en padre y en bendicién para todas las naciones (Gén 12,1-3); que con- duce los caminos sinuosos de José en Egipto para preparar de forma providente la legada de su puebio en tiempos de calamidad (Gén 45, 7}; que observa bien la opresién de su pueblo y se implica en su liberacion y rescate (Ex 3,7); que lo ha precedido, combatiendo por él y ha porta~ do con su pueblo a través del desierto (Dt 1,30-34) para introducirio en la tierra prometida (Jos 1,1-2); que se exilia con él cuando ese pueblo es desterrado por el poder del imperio babilénico; que encabeza el regreso del pueblo conduciéndolo a un nuevo éxoco (Is 40) otorgando- fe una alianza nueva (Jer 31). Todos son verbos de accién donde el suje- to que actila se implica profundamente en la transformacion de una rea- lidad. Es cierto que podemos quitarles densidad a estas imagenes, pen- sando que son representaciones antropomérficas que el hombre hace yy proyecta a Dios en fos relatos que escribe sobre él, :pero no estarén revelando esta dimensién més profunda del misterio de Dios? zEsta forma de presentar a Dios en el AT no esta apuntando a una implicacion absoluta de ese Dios en la historia en el misterio de la encarnacién? Ese Dios que lamamos inmutable e impasible es el mismo Dios del camino que hace historia comiin con el hombre; que hace alianza con él, com- prometiéndose con él, sin dejar de ser el Dios tnico, incomparable y soberano que trasciende todo. 26, GUNTON, Act and Being, 0. 135 a aseidad oroce una densa necesaria ce la ento- idgice aufseutionca de Ge: a cmplcdad ura delerea de fa nevisbllded Ge su soci fa Inmutabidad una defevsa de su fotal constanca y consitencia: la ympasioided una defense Ge a netectbikdad Ge sus planes y propsstigs para lover 2 catia la peccion Gea creacon, {feronotenl i dtega des cara de suv ecusio que ax comune ena ceacon Toda esta historia de compromiso e implicacién de Dios con su puebio, llega a su plenitud en fa persona de Jesucristo y en el testimonio del NT. En él y desde é! pademos decir que es Dios mismo quien entra en la historia, encarnandose en un hombre concreto (Hijo) e inhabitando fen el coraz6n de todas sus criaturas (Espiritu). Aqui llega Dios a su grado maximo de solidaridad, compasién y amor por su criatura: asume esa condicién creatural en el Hijo por el Espiritu para salvarla, redimiria y le- varla a su perfeccién desde dentro de su care y su historia. No obstan- te, el Padre, ni se encarna ni inhabita directamente, sino s6lo por la mediacién del Hijo y del Espiritu. El queda como expresién de la absolu- ta trascendencia de Dios, como garante de la incomprensibilidad del misterio y poder ultimo que resiste de forma soberana el pecado y la muerte para invertir definitivamente el sentido tiltimo de la historia hacia la vida en plenitud (reserva teo-légica). De esta manera se expresan por un lado la constancia, fidelidad y firmeza de Dios en la accién y compro- miso en la historia a la vez que queda a salvo la integridad de su ser. Eltestimono bic, tanto en el AT como ene NT, nos muestra un Dios comprometiso con el hombre, soldare eon 3 svete u des tno (ip 2.8.) El Pace eat presente eimpleado ena vide, pasien y uote de su ij, no como odtose y exigent deudor deel, sino como Gadoryotrerte, Toda la vida det joes ef don que el Pace nos orga Y nos evi Tanto ame Dios sl mundo, ve eno Su Heal undo ne para conden, sino para qe! mundo so salve por én 3.13" 15); desde el que nos ofrece todas las cosas (cfr. Rom 8,31-36). En esta perspec del don y del ervo dl Hip por parte del Paco sin ingura Gir causa yrazén que el amoral mundo, hay que comprender a entre- ga que el Padre hace de su propio y Unico Hijo (Rom 8, 32). Y, en este Sentido, podemos deck con Ratinger que -deer que el Hip sua e a mismo tempo la pastn del Padre."" Como expresa XTi, la eneamacion a rarén a Orgenes no e8 en edo sguno aborerto hablar del sufrimiento de Dios; este es incluso un elemento capital de la vida taro” i IERIE enw tm 25 One ete ep ole areca in avian Shevalba aes dame a8 OE eee PL re ee 1 Ree ieee econ Pek HURe Cam eerire sien wirans Ree eas Seer aes Rustearith eemswendscdaneses Geer Gooner SSC paTaNOth ros o mapa nde Sn Jan Sra aod, 2097, ‘=X. TLLIETTE, 2£1 misteio del sctmiento dino: Revista interaconal Communio 25 (2003) ‘ty keaaau 420, % En todas las acciones de Dias en su rolacién can la creacién y con las criaturas estén implicadas las tres personas divinas. Pero de tuna forma diferenciada. El Hijo es el que, asumiendo la condicién huma- ra, est totalmente implicado en nuestro dolor humano y quien se sumerge en él. Eles el Unico de quien se puede decir que sutre histéri- camente en la cruz compartiendo el destino y el sutrimiento de los horn- bres incluso en su estado de esclavitud. Todavia podemos dar un paso mas, Desde los textos de la Escritura podemos pensar al Espiritu unido al suftimiento de las criaturas que estan gimiendo los dolores de parto fen espera de la nueva creacion (Rom 8,17). ¥ finalmente podemos decir que el Padre sufre por el Hijo y en el Hijo, sin que podamos separar ade- cuadamente al Padre del sufrimiento de su Hijo, pero sin que tampoco podamos identificarios. Como dice atinadamente Gisbert Greshake: «El dolor de ta Trinidad es soportado por el Padre». Sélo asi podemos decir realmente que en la cruz de Cristo se muestra la sabiduria y el poder de Dios (Cor 1-2) que es capaz de llevar a buen término y a su plenitud el transcurrir de la historia. Y esto sin olvidar que este sutti- miento no es signo de limitacion e imperfeccion, o la manifestacion de algin tipo de carencia (Hege), sino expresiOn de la plenitud de su ser, ya que es su ser que se identifica con el amor, el que le conduce a asu- mir la realidad del otro, com-padeciéndose con éF*, sutriendo una pasién de amor (passio caritatis)". A la esencia del amor pertenece ase- mejarse e Identificarse con la persona amada. De este amor y de esta pasion sure también Dios por nosotros. En este sentido un Dios impa- sible, ineapaz de sufrr, seria, también, un Dios incapaz de amar. 2. GRESHAKE, Por qué Dios dl amor permite qu sutamos? Sigua, Salamanca 2010) “J RANGER €/ mito passe! (BAC, Macid 98552 oLa companion ce Des: 2 San Girard Cluett ircsrende pena. ogc veatrons Ste “ass Sod on reempssfile, Devs ror oles pal, oe compat” Wn Gr cara 208) Bsa doctor sel acon ne Paes Gre lane, a rotlana Colas Sin ype on lat oa Pa pe co compar ra feo umero teggca dos ponén de Jes de age i slencoge Ch iB. ‘raspasadb, 0.0. 7178. " *ORIGENES. Hom E66 SCh 252, Pag 1980) 220231; ha descend ala era para capa can as ibe wu slit SS pudace ryoav doa oa Ge gue ve Shera Stony oy as esac lo users sfon noha dectaGo era ena ‘day can doo hones, Elha sno, antanes na Gieconaco sha rapt. Gta 8 Gor tata esta Sain gua ha snc or noses? La psn 8 cand Ya Pare frame Doe el universe, enn ds ncuigenc, oe maericasy Se eset rs e= vera gue ‘ued algura nora? JO ton inoree gon evan ce ceca do asuce amare, exe. fronts una pastén humang? Gs oma sobre & tis moos de sor Soret to Bs, Goro un ome er u 9 soe a OS) Dice tara.pr tanta Sobre snus mies de {sr coma a je do Dios tng ruotias pasonee £1 Paste mem re se measbie, Sco ‘ga ans pred se cerpadaae. epormarta ina pastn ds eels, So oiaca eortna Sagan compari con eran cy santa, y por onan orm ses toa fies humanss. Si Mi, FEDOO, -La “soutance de Guu” selon Oroenen, on E A, LVINGSTO- AE Stale Fairs a anon 1886 246 250.1 KRENSKE Pacts cmt Wovurres lag: Eten 1859 206-2 5,| «LA GRACIA DE NUESTRO SENOR JESUCRISTO, EL AMOR DEL PADRE YLA COMUNION DEL ESPIRITU» De la misma forma que anteriormente ofrecimos un sintesis de Jos rasgos que los Evangelios nos ofrecen sobre el Dios de Jestis, ahora ofrecemos una sintesis sobre la doctrina del NT sobre el misterio de la Trinidac que hemos de tener en cuanta cuando hablemos hoy a los hombres, 4, La fe trinitaria en el Nuevo Testamento no aparece en formulas, alsladas, sino en su estructura fundamental y como testimonio global La revelacién neotestamentaria fundamental es que Jess revel6 a Dios como Padre, no sélo con palabras y acciones sino con su propia per- sona. E| Abba esta en el corazén del NT porque nos revela el ser de Dios y la conciencia filial de Jesiss. Las afirmaciones sobre la filiaci6n Unica y singuar de Jesus en el NT y posteriormente las que se refieren a su divinided (Pablo y Juan) son el desarrollo legitimo y necesario de la rela~ clon filial que Jesus vive en su existencia terrena. Tanto el fundamento (‘elacién filial) como su desarrollo (fiiacién divina y divinidad de Jesus) tienen que estar implicadas una en la otra de una manera permanente. 2, La cuestién fundamental en el NT, desde el punto de vista de la teologfa trinitaria, serd justificar la divinidad de Jesucristo sin que se rompa la fe monoteista. Por esta razén la divinidad de Jesus se va a contemplar desde la relacién con el Unico Dios (el Padre). En este sen- tido teremos un importante testimonio en el prélogo del evangelio de Juan al usar para el Padre la palabra Dios con articulo, mientras que para Jess se utiliza como atributo, es decir, sin articulo. La contesion de Tomas Jn 20,28 nos muestra que una de las intenciones de todo el ‘evangdlio es subrayar esta condicién divina de Jess: «Sefior mio y Dios mio». La aplicacion de la expresién «Yo soy» a Jest, que en el AT remite al Dios del Exodo y de la Alianza es otra manera significativa de afirmarla divinidad de Jesis. El testimonio del NT no es sélo cristologi- 0, siendo la Trinidad una injerencia afiadida con posterioridad, sino que la cristologia y la teologia trinitaria estan intimamente implicadas y se necesitan mutuamente. 8. Rospeoto al Espiritu, no hay ningun texto que nos hable direc ‘tamente de su divinidad. Sin embargo, hay una clara afirmaci6n imp ta de ésta, cuando al Espiritu se le coloca junto al Padre y al Hijo en la obra de la salvacién como el agente tittimo de a salvacién en los hom bres (arras, fuego, sello, promesa). Una salvacisn que ha sido prepara- da y determinada por el Padre, ejecutada por el Hijo y cumplida en el Espiritu. Sien relacion con Jests la cuestion central tratada en el Nuevo testamento era su relacién con el Padre, aqui el problema central con el que se encontré en NT y posteriormente la teologia, fue la relacion entre Cristo y el Espiritu. En el Nuevo Testamento se nos habla de dos misio- nes del Padre que estando mutuamente implicadas y relacionadas no se pueden confundir ni separar (Gal 4,4-6; Rom 8,1-16). Cristologia y Pneumatologia se implican necesariamente. Su articulacién interna se descubre en la vida concreta de Jess, como portador y dador del Espiritu. El Espiritu conduce y guia a Jest para cumplir la voluntad del Padre. Este Espiritu esta en él y sobre él para realizar su mision hasta el extremno de la muerte. Y en &! resucita y es justificado (Espiritu del Padre). Pero como Crucificado Sefior de la gioria se convierte en el dador del Espiritu a la Iglesia y al mundo (Espirtu del Hijo). 4, Esta estructura trinitaria de la revelacion y de la salvacin se explicita en textos que tienen como trasfondo la liturgia cristiana (bau- tismal en Mt 28,19 o eucaristica en 2Cor 13,12) que es el lugar donde se celebra y actualiza esa salvacién realizada ya en Cristo, o en himnos y cénticos que celebran la salvacién de Dios acontecida en Cristo y en el Espiritu. La experiencia de Dios como Padre, Hijo y Espiritu (trnitario) es el fundamento de la existencia cristiana (1Tes 1,1-6) y de la historia de la salvacién (Ef 1, 3-14; Col 1,15-20; Jn 1,1-18). El Nuevo ‘Testamento no nos ofrece una reflexién tedrica sobre el ser de Dios sino que nos da testimonio de una experiencia salvfica. Dios no es presen- tando primeramente como un objeto de reflexion intelectual, sino un sujeto activo que quiere hacer alianza con los hombres, entrar en rela- cién personal con ellos. Acabamos de referios @ unos textos trinita- Fios. No porque se reflexione en ellos sobre el ser de Dios sino porque dan testimonio de una estructura trinitaria de la revelacién y una expe- riencia trinitaria de la salvacién. En este sentido podemos decir que son incipientemente trinitarios. Cuando irjamos nuestra mirada a la histo- ria de la teologia descubriremos que las controversias cristol6gico-trini- tarias pueden reducirse a un problema de interpretacién biblica. Los textos podtian ser interpretados desde una lectura subordinacionista, —___— * considerando al Padre por encima del Hijo y del Espiritu, modalista al considerar al Padre, al Hijo y al Espiritu como formas de aparecer el mismo y Unico Dios, incluso de una forma triteista, pensando que Padre, Hijo y Espiritu son realmente tres dioses. 5, Sin embargo, la gran Iglesia a lo largo de la historia del dogma aclararé que detras de ese Dios con el que en su mismo Espiritu nos podemos relacionar y al que nes podemos dirigir como Padre para darle gracias por lo que ha realizado mediante su Hijo, es real y verdadera- mente Padre-Hijo-Espiritu en trinidad de personas y en igualdad de naturaleza. Es decir que ese Dios es el Dios de la fe de Israel (monote- fsmo) que se revela y manifiesta de forma concreta en el Hijo y en el Espiritu (monoteisma conereta). Es verdad que los textos se podrian haber leido de otra manera, pero de hecho no fue asi. La Iglesia opts por lo que los expertos en critica textual denominan la lectio difficilior. En este caso por una lectura literal que chocaba con una mentalidad judia o griega debido al monoteismo estricto en un caso y al politefsmo en otro. Esto es lo que significa Nicea y Constantinopla como lectura interpretativa y actualizadora del contenido original del Nuevo Testamento. 6. El Nuovo Testamento no expone una doctrina trinitaria cerrada y completa. Desde el monoteismo heredado de la fe de Israel confiesa a Jess como Hijo de Dios y Sefior que en la actualidad se hace pre- sente en la accién de! Espiritu consumando la obra salvadora. Esta forma de confesar el misterio de Dios trinitario hace que a la teologia, si quiere desarrollar una doctrina organica sobre Dios, no le baste con permanecer atado a la letra de las atirmaciones de la Escritura, sino que tenga que ir mds allé de elas, buscando conceptos nuevos. No obstan- te, esta aparente carencia y fragilidad es su valor permanente frente a las teologias posteriores. Pues obliga a la teologia a criticarse a si misma y a remitir sus conceptos a la luz y a la autoridad del testimonio biblico. 7. En el centro del testimonio neotestamentario sobre Dios est ei misterio pascual. En é! Dios se revela de forma plena en su ser trini- tario. Aunque nunca podemos olvidar que el punto de partida det mis- terio pascual es la historia, la libertad y la conciencia de Jess, pode- mos y debemos afirmar con claridad que en ese acontecimiento salvifi- co y de revelacion esta implicada toda la Trinidad. No de igual manera y de forma indistinta, sino cada una segiin su propiedad personal. Es este acontecimiento trinitario el que nos ha revelado en pienitud el ser mismo de Dios: como Dios trascendente que esta en el origen de todo y al que todo se emite como fin tiltimo (Padre); como un Dios radical- ‘mente solidario de la historia humana, que no solo la ha puesto en mar- cha como signo de amor y libertad supremas, sino que se la ha carga- do sobre si para sanaria y conducirla desde dentro a la plenitud para ta que habia sido creada (Hijo); y como el Dios siempre mayor que todo aquello que podemos pensar 0 decir sobre él, el Dios del exceso y la sobreabundancia que se adorna y manifiesta de forma consumada en. 21 amor glorioso y victorioso (Espiritu). 6.|«DAR RESPUESTA A TODO EL QUE OS PIDA RAZON> Dios se revela y se entrega como misterio en ta vida de Jests y fen el don de! Espiritu; en otras palabras, se revela como Dios trinitari. ‘Sin embargo el corazén del misterio no se agota en esta revelacién, pues como ya hemos comentado, él se revela y se da como aquello que ‘¢s, como misterio. Dios es siempre trascendente y soberano respecto _al mundo de los hombres, pero este Dios trascendente es el mismo que ‘se ha revelado en la inmanencia de la historia, Trascendencia e inma- nencia, moroteismo y trinidad, seran los dos polos fundamentales sobre los que se desarrollaré la historia del dogma trinitario. Para ase- gurar estas dos afirmaciones esenciales de la doctrina cristiana sobre Dios, ta teologia ha tenido que profundizar en las afirmaciones de la Escritura, interpretandolas desde una regia de fe que posteriormente se ha desplegado en un credo utilizado en ta lturgia bautismal y que ter- mina siendo sancionado en un Simbolo de un gran Concilio ecuménico (Simboio de Nicea). El coraz6n del misterio es determinado dogmatica- mente en kas ufirniaciones de los primeros Concilios ecuménicos de la Iglesia, especialmente en Nicea | (825), Constantinopla | (381) y Constantinopla Il (553), desde la reflexi6n aportada pot los grandes ted- logos y padres de la Iglesia (Justino, Ireneo de Lyon, Tertuliano, Origenes, Hiario, Atanasio, Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa). Todos ellos en realidad responden a esta invitacion que hizo ‘Atanasio en su carta a los Antioquenos: «Conforme a la piedad (euse- bes) pensar (ronein) y confesar (homologein) la Santa Trinidad (hagian triad) en una sola divinidad (en mia theoteti™. La teologia parte do la actitud religiosa fundamental: la piedad, la eusebeia que es la piedad filial, Desde ella hay que pensar y confesar fa Trinidad en la unidad. Un pensar que nace desde dentro de lo que el hombre es en su ser mas intimo y que busca comprender la légica profunda de las afirmaciones de fe, comprendiéndolas desde dentro (fonein-inteligo); y una confe- sién que es un testimonio piblico de la fe para todos los hombres {homologein). Alo largo del Medievo y la época moderna esta doctrina se ha ido perfilando en aspectos parviales, desde la respuesta a las cir- ccunstancias histéricas en las que la doctrina de la lglesia se ha visto cuestionada a la vez que han ido surgiendo los diversos modelos expli- caativos del Misterio del Dios trinitario con la voluntad de una mejor y * ATANASIO DE ALEJANDRIA, Carta @ ls Anioquanos 11,2. mayor comprensién asi como de un dilogo con la cultura contempora: nea. De toda esta historia hay que destacar la teologia de los Padres. ‘ellos les debemos casi toda la explicacién del misterio trnitario que hoy conocemos. Elles marcaron el lenguaje sobre el Dios uno y trino y los caminos fundamentales de {a reflexién teoldgica trinitaria. Los ejes fundamentales de la reflexion patristica son dos: por un lado et mono- teismo (creo en un tnico Dios) heredado de la tracicion biblica; y por otto, la fe en un tnico Dios que es Pace, Hijo y Espiritu (monotelsmo concreto y trnitario). Si estos son los dos centros de la reflexion patris- tica, el fundamento sera la experiencia de la comunidad cristiana que nace y se funda a su vez en el acontecimiento revelador y salvador de Dios, especialmente concentrado en el misterio pascual. Este aconteci- miento es expresado, como ya hemos visto, en formulas de fe, en him- ros y aclamaciones doxolégicas y finalmente en los credos. Todos los Padres y te6logos tendran presentes los mismos datos y partirén de la misma experiencia. De esta manera, podemos ver que el problema de la teologia trnitaria de los primeros sigios de la Iglesia es un problema de interpretacién y comprensién correcta de estos datos y experiencia fundamental. La gran Iglesia no tiene ninguna voluntad de innova, sino solamente quiere interpretar correctamente lo recibido, para entregarlo ala siguiente generacién con fidelidad (cf. 1Cor 11,28). Para favorecer esta correcta interpretacion se van a dar una serie de criterios: la ade- cuacién a un canon o medida como es la regla de fe; la armonia con el cuerpo de la verdad (Ireneo, Tertuliano, Origenes). Posteriormente serdn los Concilios, especialmente Nicea y Constantinopla |, los que sancio- nen la interpretacién autorizada, rechazando el resto UPor qué este tiempo tiene una especial relevancia para la teolo- gia y para nosotros hoy? Podemos sefialar tres razones: En primer lugar, porque propiamente hablando ésta es la primera reflexion teolégica sobre Dios. La Escritura narra y da testimonio de un acontecimiento de revelacién y saivacién. Sin embargo son los padres, en dialogo con la cultura ambiental y alentados por las doctrinas erré- reas (herejias}, los que tiene que pensar la légica de la fe y en concre- to el problema de cémo es el Dios en quien creemos. La teologia patris- tica junto con las definiciones y credos conciliares forjaran el lenguaje teolégico-trinitario del futuro. La teologia de los Padres representa la primera teologia. En segundo lugar, las Padres, por proximidad al testimonio apos- t6lico y revelado, y su tarea de transmisién en la sociedad greco latina, se han convertido en un modelo de esta tarea esencial a la Iglesia y, dentro de ella, de la teologia que es la transmisién del Evangelio en una cultura diferente. La renovacién teolégica posterior tiene que remitirse a la 6poca fundadora de la revelacién divina y del testimonio apostélico, asi como a la de la interpretacion eclesial y fijacion dogmatica™. No para absolutizar el lenguaje, que por naturaleza es hijo del tiempo, sino para recoger su impulso creador y evitar los errores del pasado. La patristi- ca no es la repeticin mimeética de la etapa fundacional del cristianismo. Sino la comprensi6n, la profundizacién y la afirmacion del sentido recto y verdadero de estos datos de la reveacién en diferentes momentos histéricos y contextos culturales. Finalmente, la reflexin trinitaria de los Padres esté muy enraiza- da en la historia concreta de la salvacién, ya sea comprendida en toda su amplitud y extensién de miras como un proceso pedagégico (pal- desia) que integra todos los tiempos y que llega a su fin en la recapitula- cién en Cristo, 0 desde una concentracién total en la plenitud de los tiempos acontecidos en la encarnacién y el misterio pascual. Esta his- toria salvifica es el verdadero soporte de toda la reflexion patristica y en este sentido la teologia de los Padres sigue siendo una escuela perma- nente para nuestra reflexién actual en temitica trinitaria. Su metafisica de la salvacién 0 su ontologia trinitaria nace de la necesidad de salvar | dato biblico y la experiencia personal y comunitaria de la salvacion con la esperanza de que esta salvacién penetre hasta todos los rinco- nes de la tierra™ "0. 0. GONZALEZ DE CARDEDAL. Crstoloaa(Sepienta Fide, BAC, Macrid 2008) 299. 1H. U. VON BALTHASAR, Zu seinem Werk Jorannes Veiag, Eitsiedeln 2000) 42; «Poraue Palisica Slgnficava para Noscires crstanssho que todavia custe penetra hee | exam Freon de ios pueblos y que martisne a aspevanee dela redencion dal me1Go" 7.| «DIOS ES AMOR» LL. Ladaria ha afirmado que la teologfa trinitaria no trata mas que de comentar y explicitar sistematicamente esta afirmacién del NT: Dios es amor (1Jn 4,8). Esto es lo que han intentado los tedlogos a lo largo de Ia historia de la teologia, desde Agustin de Hipona hasta Gisbert Greshake, por citar s6lo dos de las grandes obras de teologia trinitaria del siglo V y de finales det siglo XX. Si miramos a la historia de la teolo- gia, ha habido cuatro grandes formas de sistematizer la teologia trinita- ria: el espfritu humano, el amor interpersonal, el lenguaje y la historia, Desde estas cuatro perspectivas se van a desarrollar los proyectos teo- légicos trinitarios mas importantes hasta el dia de hoy. Veamos de forma muy breve la intuicién de cada uno de ellos. La primera es la reflexion trinitaria centrada en el dinamismo del espirity humano desde la conviccién de que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (Agustin de Hipona-Tom4s de Aquino)*. Mencionamos a Agustin de Hipona no porque su aportacion a la teolo- gia pueda ser reducida a este unico aspecto, sino mas bien por la influencia que ha tenido esta imagen utilizada por é! por primera vez para comprender al Dios trinitario en la teologia latina. Perfeccionada por la escolastica, especialmente por Tomas de Aquino, se convirtié en la forma dominante de entender el misterio trinitario. No se trata de una ‘explicacion detallada de la vida divina, sino de un intento de que una ‘vez expuesto el testimonio de la Escritura y aceptada la doctrina de la Iglesia, se intenta comprender desde una imagen personal y no fisica, como la de autores anteriores (apologistas), y con fundamento biblico en el relato de la oreacién (Gn 1,26). En segundo lugar, la teologfa trinitaria ha tomado como punto de partida la relacién instaurada en el amor interpersonal, asumiendo la afirraci6n que Dios es amor desde una perspectiva ontolégica (Ricardo de San Victor). Para Ricardo la caridad es el valor absoluto, es el axio- ma fundamental de toda su obra, como una intuicién primera que esta en la base de la comprensién de la pluralidad de las personas (Trinidad) ‘50g, AGUSTIN DE MIPONA, La Tnidad (GAC 173, Madris 2000); TCMAS DE RQUINO, Suma Tooligica 1 27°23, “QIgRICARDODE Sat VICTOR, La Tint fd. Slt, Sources Ceterns 65, DU Cer Pas ____ » ‘come de la unidad divina. EI amor camprendicie cma don y comunica- cién es la base para comprender las diferencias entre las procesiones divinas, de la originalidad 0 propiedades de las personas y da razén mas profunda de la unidad divina”. La reflexion trinitarla elaborada desde Ia légica del lenguaje (Abelardo}*. Unido al desarrollo de la teologia trinitaria ha estado el pro- ‘blema del lenguaje teoldgivo. La necesidad de decir con palabras caba- les el misterio de Dios ha llevado al desarrollo complejo de la propia teo- logia. No han faltado voces criticas que acusan a esta teologia de haber ‘encerrado en palabras finitas del lenguaje humano la realidad misterio- sa e incomprensible del misterio de Dios. Uno de esos autores que siempre ha estado en el punto de mira de los criticos ha sido el tedlo- go Pedro Abelardo. Abelardo no es un racionalista que busca razones para creer, como si el tedlogo quisiera reducir la fe a los limites de fa razén (dialéctica y gramatica), sino que con su teologia ha intentado mostrar que los enunciados del dogma trinitario, que constituyen el centro y fundamento de late cristiana, no son contrarios a la raz6n, sino que hay analogias (similitudo) que nos permiten comprenderios mejor en su légica interna. Abelardo en la linea de Anseimo quiere decir al Indecible® y mostrar la ldgica de lo inefable*. Y, finalmente, la reflexién sobre la trinidad que ha asumido como forma fundamental el ritrro trinitario de la historia de la salvaci6n o de la historia humana (Gregorio Nacianceno-Joaquin de Fiore)". El des- arrollo de una teologia triritaria desde una perspectiva historica y esca- tolégica no es nuevo. Este tipo de dostrina trinitaria podemos encon- trarlo en toda la historia del dogma trinitario. Entre los proyectos mas originales tenemos que mencionar a Joaquin de Fiore. Su perspectiva hist6rica de la Trinidad y su consiguiente comprensién trinitaria de la historia esta precedida por la obra de Ruperto de Deutz y Anselmo de Havelberg®. La teologia trinitaria constituye el fundamento de su con- "1D, Be Tintate w20:23. **P.ABELARDO, Theologia Summ’ bon! (Ed U- Niggl, Flix Meine, Harburgo 1997) Chr P ABELARIDO, Theotogia sum) Eon. «Noe lla unice malestas communi ac publica [cations sostcasut; noe quod omho incumprehensibe est akque Iain, Cf B GILBERT, Dire inetabia. Lecture cu eblorooglon de saint Angeime (Letnellx Going © Van, are “Namur 96th f PASTOR. La logics de fo fnelable (Universigad Segovia, oma 1888) ‘GREGORIO NACIANCENO, Discursos feoigicas[Cudad Nueva, Madd 1996), JOAQUIN DE HORE: Pankenunn docs coranrum (e832 Run Vetor Seige, Nonumerta Germeniae Histonca bo, Hehnsche Bucinerediong, Nernover 208) Gh H, DE LUBA, rmedharce V1 Ou Ot, Pars 1061) 497-500; J. RATZINGER, La icoligd bia do San Buansuertre revs, Wash 2008 186-172 ‘eopeién de a historia y més quo limitar la Ttinidad a la hietoria, com- prende la historia desde el misterio de la Trinidad. No obstante, aunque el fundamento de la historia sea la Trinidad, al ponerlas en relacién, hace que en el ritmo de ‘a historia en su progresivo desvelamiento de las edades se vaya revelando el misterio de Dios en su vida intradivina. El ritmo de la historia presupone el ritmo de la vida inmanente de Dios, desde el punto de vista metafisico; aunque desde el punto de vista gno- se0légico, es el ritmo triritario de la historia quien nos desvela el dina- mismo de la vida inmanente de Dios*. Unido a estos cuatro modelos fundamentales tenemos que men- cionar los conceptos que ha utilizado la teologia para poder pensar y licar que Dios es amor. Desde esta intencién y no con la voluntad de encerrar a Dios en conceptos o en nuestro pensamiento hay que enten- der las categorias cldsicas de misién, procesién, relacién, persona, peri- joresis. Sin que puedan ser identificadas directamente con la realidad hacia la que apuntan y quieren significar, hay que otorgarlas su debida importancia y conocerlas bien, pues acrisoladas por el paso de los siglos han contribuido a forjar el lenguaje trinitario y a ayudarnos a decir c6mo Dios siendo trascendente al mundo, se ha hecho inmanente en la historia de Jesds y el don del Espiritu para llamarnos a la comunién con él, sin que 6! quede disuelto en los avatares de la historia y nosotros enajenados en el ser de Lios. El objetivo de esta parte es conocer la ter- minologia fundamental que se utiliza en la teologia dogmatica para cexpresar el misterio de Dios trinitario. El analisis de la vida interna de Dios desde las categorias teold- gicas fundamentals nos lleva a la conclusién de que el ser de Dios puede ser definide como comunién en el amor. El andlisis de las cate- gorias trinitarias, a pesar de su formalismo y abstraccién, nos indican de una u otra manera que Dios es en si mismo plenitud de vida y amor. Dies no es un ser solitario, ni un motor inmdvil, ni el pensamiento det pensamiento. Dios es aor. Y fo es de una manera diferenciada dentro de si mismo, dentro de lo que podemos denominar una logica personal. La Trinidad antes que formula de fe es acontecimiento que se cuenta y ‘experiencia de la que se da testimonio. Este acontecimiento, en et que: Dios se da y se revela, nos manifiesta que Dios es, en su misterio inti~ ‘2G W, SCHAGHTEN, Tintas et Tempore. Tatataleve und Geschichtdenton Joschims van Fre, (eabura iar) 8, SI AAGOL 8 teolage tintariaGroscermo da Fares: Orartes 29 (Sf OST B'S PoteSiA, eltiomso cal Aouealpas. Vice Se Joaquin Je Pore (rats, fed 8040) ae ores mo y personal, comunidn de vida en el amor. El misterio trinitario tiene una légica profunda que podemos acoger, pensar y representar: es la Iégica det amor. Del amor del Padre que es «misterio inconcebiblemente insonda- ble del darse», del Hijo que es «existencia en recepcién» y del Espiritu que une al Padre y al Hijo y hace que la vida de estos se desborde». Con ella no podemos agotar el misterio de Dios pero si nos lo hace mas comprensible e inteligible. Desde esta logica del amor (dar-recibir- devolver) podemos descubrir la eficacia y la significacién concreta que esta verdad de fe (antes acontecimiento de comunién de vida en el amor) tiene para la vida en general y en la vida cristiana en particular. Este misterio es la clave de comprension de la persona humana como ser en relacién y en comunién, rompiendo asi el modelo de la subjetivi- dad individual que ha dominado en el pensamiento occidental y que ha conducido a la rivalidad y al enfrentamiento; de la creacion, tanto en su. origen y fundamento, como en su final y en su destino (Dios nos ha creado por amor y para el amor, siendo la historia y el tiempo momen- 10 de la dilataci6n de ese amor de Dios y posibilidad para los hombres de acoger y realizar el proceso de «trinficaciénm: hacerse comunién); de la encamnacién de Dios, de la redencién del hombre y de la vida y mis- terio de la Iglesia. Si las personas divinas son déndose (ser-se dandose), el Padre es donacién y entrega absolutas. Un amor y una donacién con un grado. tal de libertad, gratuidad y generosidad que al darse es principio de alteridad (Hijo) y fuente de comunién (Espiritu). En el mistetio trnitario el Padre es origen y fuente de la divinidad (y por ello de toda la realidad & historia de salvacién) porque su ser consiste en ser padre, es decir, en ser pura ofrenda y radical donacién. El amor verdadero no puede tener otro fundamento que ef amor mismo. Y esto en la Trinidad recibe el nombre de Padre. Es el amor sin fundamento que a su vez lo fundamen- ta todo", Desde esta comprensién de Dios Padre como pura donacién afrontaremos tres caracteristicas esenciales vinculadas a la persona del Padre: el Padre es misterio incomprensible (incomprensibilidad); el padre es el Alfa y la Omega de toda la realidad (fontalidad); El Padre es el origen sin origen en el ser de Dios (causalidad). Tres caracteristicas que pueden superar el melestar contemporanoo que el hombre experi “HANS URS VON BALTHASAR, Teolgea 2. 0.0, 437 menta ante la paternidad en general y ante la paternided de Dios en patticular®. Siel Padre en la l6gica del amor personal en Dios ¢s el ser como donacién total, es decir, que su ser Padre consiste en darse de tal manera que constituye al Hijo en cuanto Hijo, el Hijo, dentro de esta misma légica, es el ser comprendido como acogida y recepcion. El Padre es entregandose y el Hijo es recibiendo y acogiendo, pero al identificarse su ser con la recepcién pura del ser del Padre, esta recep- cién verdadera consiste, a su vez, en ser tras-posicién y donacion de su ser a otros. El Hijo no se entiende a si mismo, desde si mismo, sino desde su capacidad de recibir. Ahora bien, si el Hijo es recepcién del ser del Padre y este es pura donacién (preexistencia), la recepcion ‘como forma del ser del Hijo eterno se revelard en su donacion en la his toria (proexistencia) El Espirit, en la légica del amor personal en Dios, es el amor como vincullo de unién entre el Padre y el Hijo (amor) y por esta razon, Quien abte esa comunién a toda la creacién como extension de ese amor (don). El Espiritu es el amor reciproco y el fruto objetivo de ese amor ya que a la esencia del amor le corresponde salir de si y unirse al otto, Estas dos perspectivas han sido desarrolladas por la tradicion al designar al Espiritu fundamentalmente como don y como amor*. Y, finalmente, ese amor mutuo y ese don abierto a toda la realidad comu- nican la gloria de Dios. El Espiritu de la gloria es fa irradiacién de la belleza del amor, un brillo y una luz que nace del ser, no deo que advie~ ne a una persona de forma accidental o adyacente”. “Ofc Le LADARIA,

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