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— ands hermoso deviene. Este drbol hace exactament que un manzano debe hacer: desarrollar su potencial lo < reneici de todos. Lo mismo sucede con las person que tienen ambiciones del coraz6n as ~ Pero -objet6 el caballero- si me pasara el dia re Jando manvanas, no podefa tener un clegante easily, pocracambiar el caballo del ato pasado por uno ney, Vos, como la mayoria de la gente, queréis posee, muchas cosas bonitas, pero es necesario separar la neg, sidad de la codicia. _Decidle eso a una esposa que quiere un castillo en un mejor barrio ~replieé mordaz el caballero. Una expresién divertida se dibujé en el rostro de Merlin. —Podrfais vender algunas de vuestras manzanas para pagar el castillo y el caballo. Después pods dar Jas manzanas que no necesitarais para que los demés y se alimentasen. Este mundo es més facil para los Arboles que para las personas -dio el caballero filossficamente. Es una cuestién de percepcién —dijo Mere Recibfs la misma energia vital que el 4rbol. Utilizdis la | misma agua, el mismo aire y la misma nutricién dela tierra. Os aseguro que si aprendéis del Arbol podrés it tardaréis en tener todos los caballos y desedis. éis decir que podria conseguir todo loa* nplemente quedéndome quieto en mi prop it6 el caballero. 78 Merlin rid. _A los seres humanos se les dio d s los pies para que : lugar, per 0” jedaran quietos mas a menudo para oe + pero si s a er otavieran que permanecer en un mismo aceptar entando 1M parse de todo lo que pueden, entenderian verda deramente Jo que es la ambicién del corazén. p] caballero permanecié en silencio, reflexionando | ae bs palabras de Merlin. Estudis ef manzano que jet ante SUS 0jOS. Observé a Ardilla, a Rebeca y a erin. Ni el Arbol ni los animales tenfan ambicién, y | sambiion de ‘Merlin proven‘a sin duda de su corazén. folos parecian sanos y felices; eran hermosos especime- jar, en lugar de ir { - apreciat gi ir de aquf para alla int soaels vide aps pens on siamo: escuido y con una bee | hae empezaba a tener mal aspecto. Estaba malnutrido, | unioso, y exhausto por tener que arrastrar su pesada ar- salura. Habia adquirido todo esto por su ambicién men- | dy ahora comprendia que todo eso debfa cambiar. La iealeingpiraba temor, pero Inego pensé que ya lo habia _prlidotodo, asf que gqué més podia perder? ~Apartir de este momento, mis ambiciones vendrén Hlorazén -prometié el caballero. Mientras pronuncia- ‘estas palabras, el castillo y Merlin desaparecieron, y el shir nntré otra vez en el Sendero de la Verdad, 79 — san Rebeca y Avila. Junto al sendero se extend cabrilleante arroyo. Sediento, se pea para bel ia y noté con sorpresa que la armadura que oy} pes 'y pera se habieoxidado y cat, Sy ne habia erecido. Era evidente que el Castillo del Cony miento, al igual que el Castillo del Silencio, habia, iugady con el tiempo. cabal reflexion sobre este exttato Fengmeny notardéendarse cuenta de que Merlin estaba enlociens, Decidié que era verdad, que el tiempo transcurria con rap. dez cuando uno se escuchaba a simismo. Recordé cuins, veces el tiempo se habfa hecho eterno mientras él esperaha que otras personas lo llenaran. ‘Ahora que todo lo que quedaba de su armadura ere el peto, el caballero se sintié més ligero y més joven de Jo que se habia sentido en afios. También descubrié que fa ss Kablalgestidoliantbien consiestaiemirderielece | mucho tiempo, Con el paso firme de un muchacho, pats hacia el Castillo de la Voluntad y la Osadia con Rebeca volando sobre su cabeza y Ardilla corriendo a sus pies. ber de 80 oS gl Castillo de la Voluntad y la Osadia ‘AMANECER DEL DfA SIGUIENTE, el inve- rosimil trio llegs al tiltimo castillo. Era més alto gue los otros ‘y sus muros parecian més gruesos. de que atravesaria. velozmente este castillo, el i cruz el puentelevadizo con los animales. Cuando estaban a medio camino se abrié de golpe puerta del castillo y un enorme y amenazador dragén, abieto de relucientes escamas verdes, surgié de su terion, echando fuego por la boca. Espantado, el caba- llr se paré en seCO- Haba visto muchos dragones, pero éste no se pare- eaninguno. Era enorme, ¥ las llamas salfan no sélo esuboca, como sucedia con cualquier dragén comin y crim cna también de sus ojos y ofdos. Y, por si €s0 fea poco, las lamas eran azules, Jo cual querfa decir teste dragén tenfa un alto contenido de butano. ACIAEL (anliado 81 = ———____ 4 su espada, pero su man pallero bused st espad® P 0 10 en, El cal ; Comenz6 a temblar. Con una vor dé) € é nada. contrd na! did ayuda a Merli comonocible, el caballero P! iy erin, may, irre ees desesperacidn, el mago NO apareci rem Por qué n° viene? pregunt6 ansiosamente, 4 Od esquivaba una lamarada azul del monstrg "Nolo sé-replicd Ardilla-. Normalmente se puede contar con él. Rebeca, senta' deé la cabeza y escuc ; oy Toque he podido captar, Merlin esté en Pai asistiendo a una conferencia de magos. "No me puede abandonar ahora», se dijo el cable ro, «Me prometié que no habrfa dragones en el Sendero de la Verdad». _Se referfa a los dragones comunes y corrientes -rugié el monstruo con una vor. que hizo temblar los drboles y que por poco hizo caer a Rebeca del hombro del caballero. La situacién parecfa seria. Un dragén que podta leer las mentes era definitivamente lo peor que se po- dia esperar pero, de alguna manera, el caballero logré dejar de temblar. Con la voz més fuerte y potente que pudo, grité: —Fuera de mi camino, bombona de butano gigante! La bestia bufé, lanzando fuego en todas direeciones Caramba, jqué atrevido el gatito asustado! eaballero, que no sabia qué més hacer, inten'6 1po. da sobre el hombro del caballero, j Jhé con atencién. 82 a dia? — {Qué haces en el C _pregun Hay algin — Hay | sitio mejor donde ye! Dragon del Miedo y la Dus i yo Castillo de stillo de la Voluntad y la O: $0 allah recontec teaballero reconocié que el nombre e rs Miedoy duda era exactamente lo que amy acer: al gragon volvi6 a vociferar: et P oy agus para acabar con todos los lisillos que ve pueden derrotar a cualquiera simp : east 1 Casti simplemente ere han pasado por ¢ tillo del Conocimiento. pga susurt al odo del caballero: _ Merlin dijo una vez que el conocimiento de uno dia matar al Dragén del Miedo y la Duda. ey i lo crees? _susurré el caballero. “G-alirms Rebeca con firmeza. ool 4 Z Pues entonces, encargate Hi de ese lanzallamas ~reallero dio media vuelta y cruzé el puente | : go eriendo, €. retirada. : é “Jo,j0 «4 el dragon, y con su tiltimo «jo» por jo . jo! 116 Jos talones del caballero. fo "tapués de haber legedo tan lejos? oO edilla, mientras © unt Art | caballero se sacudia las shopas de la espalda. : see pls d- He legado «habia como vivit- rs leva cero ljoss Sam intervino. tienes la voluntad y la ~{Cémo te soportas si no vale de poner a prueba el conocimiento que tienes de nino? 83 vi también crees que el conocimienty {Ts ta 5 jsmo puede matar al Dragén del Miedo yla mis nté el caballero. A? ae supuesto. El conocimiento de uno mismo ry verdad y ya sabes lo que dicen: «La verdad es mgs, 6 rosa que la espada. : Ya sé que eso es lo que se dice, pero gh, probado y haya sobrevivido? tn, Dud ay alguien que lo haya Pregunts - tilmente el caballero. Tan pronto como acabé de promunciar estas naj, bras, el caballero recordé que no necesitaba probar nada, Bra bueno, generoso y amoroso. Por lo tanto, no daly, sentir ni miedo ni dudes. El dragén no era més que un, ilusin. BI caballero ditigié la mirada a través del puen te hacia donde se encontraba el monstruo lanzando fuego hacia unos arbustos, por lo visto para no perder la préctica. Con el pensamiento en la mente de que el dragén sélo existfa si él crefa que existfa, el caballero inspiré profundamente y, con lentitud, volvié a atrave. sar el puente levadizo. El dragén, por supuesto, fue a su encuentro, bufan- doy echando fuego. Esta vez, sin embargo, el cabllero siguid adelante. Pero el coraje del caballero no tardé en comenzar a derretirse, al igual que su barba, con el ce lor de las llamaradas del dragén. Con un grito de temor y angustia, dio media vuelta y salié corriendo. El dragén dejé escapar una poderosa carcajade ¥ disparé un chorro de fuego contra el caballero en 84 | ja 0 aullido de dolor, el olor, el ca ee oe aa ble ns orl atallero atravess el (vis di scado frasero en el agua fresca, sofocs sofocando las nas on © z a 1a y Rebeca intentaban consolar de la consolarlo des Ardilla tras él. Al un pequefio an royo, sumergié. répidament inte su sido muy valiente ~dijo Ardila vil ott Habéis mal por tratarse del primer intento -afia- _No estd pede Beenie caballero la miré desde donde es- to I primer i * con quee primer intento? ia le respondid con toda naturalidad: ndréis més suerte la segunda vez. pallero respondié enfadado: Iii segunda ve? * pecordad que el dragén es s6lo sion? : Bn efecto -respondié deca El fuego también eum ilusion _Fatonces, {cdmo es geesty sentado en este arroyo cneltesero quemado? -exigié el clalero, 85 ™ Pore vos mime hie feo fg is 2 eg reer que el dragén era real ~explics Rebeca, _Si creéis que el Dragén del Miedo y Ja Dud veal, le dais el poder de quemar vuestrotraser g otra cosa dijo Ardilla. _Tienen razén -corroboré Sam-. Debes esi y enfrentarte al dragén de una vez por todas, | BI caballo se sinté acorralado. Bran tes oy, uno. O, mejor dicho, dos y medio contra uno la m4 Sam del caballero estaba de acuerdo con Ardillay Reber, mientras que la otra mitad queria permanecer en ¢l arroyo, Mientras el caballero luchaba contra un cor flaqueaba, oyé a Sam decir: ~Dios le dio coraje al hombre. El hombre le ds alc les cual. quie J que coraje a Dios. —Estoy harto de intentar comprender el significadg de las cosas. Prefiero quedarme sentado en el arroyo y descansar. —Mira lo animé Sam, si te enfrentas al dragén, hay una povibilidad de que lo elimines, pero si no te enfrentas a él, es weguro que él te destruird. —Las decisiones son féciles cuando sélo hay una alternativa dijo el caballero. Se puso en pie de mala gana, inspiré profundamente y cruzé el puente levadizo una vez mas. El dragén le miré inerédulo, Era un tipo verdadere- mente terco, — {Otra vez? ~bufd-. Bueno, esta ver uf que te pie quemar, 86 Pero esta ver el caballe Hero que mare _. era olF0; UNO que ¢ ‘antaba una y a : otra vez: «El miedo aba hacia el dra bo tush si, adda 80 ilusion vel dragon lanz6 gigantescas lamarad sero un y otra vez pero, por mas que lo sesh e a ois hacerlo arder. lo intentaba, og oer edida que el caballero se iba acercando, el med ‘ ando, el ni jba haciendo cada vez. més pequeno, hast : , hasta on fi dias! feat el tamafio de una rana. Una vez : i extin- oy lamas el dragén comen76 a lanzar semillas wie las —las Semillas de la Duda— tampoco jus SM egener al caballero. El dragén se iba ha- ie” if més pequefio a medida que continuaba sed? vo con determinaci6n. fe vyencido! _exclamé el caballero victorioso. ibe dia hablar. sn apenas PO yer, pero regresaré una y otra vez para gpg +6 con una explosién de humo azul. yaetigéen el hom- todd caballero. -lo veis, yo tenfa razén. El conocimiento de uno ‘imu matar al Dragdn del Miedo y la Duda. | 87 =~ 5} realmente creas que era ast, {por qué ,, acompaiaste cuando me acerqué al dragcn? pr re | “Tcaballero, que ya no se sentia inferior a su am Suns plumada, Sem. Rebeca mullié sus plumas. No queria interferir. Era vuestro viaje, Divertido, el caballero estird el braz0 para aby la puerta de castillo, pero jel Castillo de la valine Osadia habia desaparecido! vila Sam le explicé: —No tienes que aprender sobre la voluntad y la in\porque acabas de demostrar que'yallas posees,: Bl caballero eché la cabeza hacia atrés, riendo 4 pura alegria. Podia ver la cima de la montaiia. El send : parecia ain més empinado que antes, pero no inion Sabfa que ya nada le podia detener. 88 = [a Cima de a verdad pNTIMETRO A CENTIMETRO) PALMO A PALMO, el caballero escald, con los dedos ensangrentados or tener que aferrarse a las afiladas rocas, Cuan- casi habia llegado a la cima, se encontré con un ee dado que bloqueaba su camino. Como siempre, a rinscripcio™ sobre él: ue este Universo Posen, nada poseo, Aungue este pues no puedo conocer Lo desconocido ime afer a Lo conocido. asiado exhausto para supe ‘a imposible descifrar la Ta pared de la montafa intentarlo. Fcaballero se sentia dem sed thimo obstéculo. Parec! incipcion y estar colgado de dnisno tempo, pero sabfa que debia 91 “ ebeca se sintieron tentadas de ayudar Vudarle ide Ardilla y B Favieron, pues sabtan que a veces ly gy er humano. profundamente, lo que | ero se con! puede deiiar a” E cabaleroinspie6 pro a un poco la mente. Leyé la tiltima parte de la insrpcig Pues no puedo conocer lo desconocidg i en voz al me aferro El caball cconocidas» a las que su vida. Estaba su identidad -quién crefa que eray gue sera, Estaban sus ereencias ~aquello que él pensah, gue era verdad y To que consideraba falso~. Y estahan ais juicios “las cosas que fenfa por buenas y aque ue consideraba malas. El caballero observé la roca y un pensamiento te rrible cruzé por su mente: también conocfa la roca a la cual se aferraba para seguir con vida. {Querfa decir |p inscripeién que debfa soltarse y dejarse caer al abismo alo conocido». ro reflexioné sobre algunas de las oo i as se habia aferrado durante ig lh de lo desconocido? —Lo has entendido, caballero -dijo Sam-. Tienes que soltarte. — {Qué intentas hacer, matarnos a los dos? -grits el caballero. —De hecho, ya estamos muriendo ahora mismo dijo Sam-. Mirate. Estas tan delgado que podrias des- lizarte por debajo de una puerta, y estds leno de estrés y miedo, —No estoy far asustado como antes -dijo el caballero. ~En ese caso, déjate ir y confia -dijo Sam. 92 i fQue codite itn? iQue fe en quién? —replicé el c: ado. Estaba harto de ta filosofta eee Noes un quién ~respondis - spondié Sam—. {No es un quién che e pregunté el caballero. ~Si dijo Sam-, La. vida, la fuerza, el uni como quieras llamarlo, oo de Sam. sin? ios: El caballero miré por na de su hombro y enti el abismo aparente- mente spfinito a¥e aebajo de él M péjate ir —le susurré habia gan con urgenci. El caballero no parecia te- et alternativa. Perdia fuerza con cada segundo que pasaba y la san- protaba de sus dedos allt donde geaferraban 2 la roca. Pensando se dejé ir y se preci- que moriria, pits alabismo, a la profundidad jnfinita de sus recuerdos. Recordé todas las cosas desu vida de las que habia calpado a su madre, a su pa- te, a sus profesores, 2 sumyer, a su hijo, a sus amigos y a todos los que aia on v2 Te desprengig, 4s, A medida que : ee todos los juicios a4° habfa hecho contra ellos | dose de vendo cada vez més rdpidamente, ve tigin, Fue cay descendfa hacia su corar¢; nte, mientras SU mente * ; ra vez en sti vida, contemplé su vid, Pid injuagar y sin excusarse. En ese ist con claridad, ia la responsabilidad por su vida, por Ta gente ten‘ sobre ell ¥ por os acon went que le habtan dado forma, Apartir de ese momento, fuera de si mismo, nunca més culparfa a nada nia nadie de todos los errores y desgracias, Elreconocimiento de que élera la causa, no el efecto, le dio .in de poder. Ya no tenfa miedo. una nueva sensaci Lesobrevino una desconocida sensacién de calma y same i Luego, por prime te, acepté tod influencia que algo muy extrafio le sucedié: jempez6 a caer hacia arriba! Si, parecta imposible, pero cafa hacia arriba, surgiendo del abismo! Al mismo tiempo, se segufa sintiendo conec- tado con lo més profundo de él, con el centro de la Tie- rra, Continué cayendo hacia arriba, sabiendo que estaba unido al Cielo y a la Tierra. Repentinamente, dejé de caer y se encontré de pie en la cima de la montafia y comprendié el significado de la inscripcién de la roca. Habia soltado todo aquello que habia temido y todo aquello que habfa sabido y posefdo. Su voluntad de abarcar lo desconocido le habfa libera- do. Ahora el universo era suyo, para ser experimentado ydisfrutado, El caballero permanecié en la cima, respirando pro- fundamente y le sobrevino una sobrecogedora sensacién 94 —_—_————— de bienestar. Se sintig ntt6 mareado por ven ofFy sentir el universo que le. " tbe 80 que le ro ry odeaba, Antes, el temor a lo desconocid ta : gus sentidos, pero ahora pod . tamiento de la entumecido ari experimenta una claridad sorprendente. La calidez del uae con el Sol del atar- decet Ja melodfa de la suave brisa de la mi a ontafia y la pelleza de las formas y los colores de la naturalezn a a ban el passe, cavsaron un place indscripsible ? : M cabalero. ‘Su corazén rebesaba de amor: por sf mis in0, PO Julieta y Cristobal, por Merlin, por Ardilla po Rebeca, por la vida y por todo el maravilloso jnundo- ; Rebeca y Ardilla observaron al caballero ponerse 4s rodillas, co” lagrimas de gratitud surgiendo de sus sero por todas las kégrimas que no derra- ‘Las Mgrimas resbalaban por sus mejillas, Como provenfan de su a «Casi a6” pens6. si barba y por su peto. 13260 estaban extraordinariamente calientes, de ma- col Ee pera que n° tardaron en d amadura. Elcaballero lloraba erretir lo que quedaba de su de alegrfa. No volverfa a poner- ela armadura Y cabalgar en todas direcciones nunca ais, Nunca més verta la gente el brillante reflejo del cero, pensando que el Sol estaba saliendo por el norte oponiéndose por el este. us l4grimas, Sonrié a través de nueva y radiante luz irradiaba de él; una luz mucho mas lida armadura, una bilante y hermosa que Ja de su Pu ajeno a que una 95 — | tuz destellante como un arroyor resplandecier nte como G Tena, deslumbrante como el Sol Morgue aorae ables eto arroyo Eel Ly Ina, Bra el Sol. Podia ser todas estas cosas a la vez, porque era uno con el universo. Ripe Era amor. 98

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