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F EDITOR ASOCIADO JUAN GRANICA TRADUCCION DE JUAN LUIS DELMONT-MAURI YJULIETA SUCRE UNICA EDICION AUTORIZADA LA REVISION DE LA TRADUCCION S DE DIANA RABINOVICH SOONEL JACQUES ATAIN MILLER a | EL SEMINARIO | DE JACQUES LACAN LIBRO 11 LOS CUATRO CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL PSICOANALISIS 1964 TEXTO ESTABLECIDO POR JACQUES-ALAIN MILLER EDICIONES PAIDOS BUENOS AIRES - BARCELONA EXICO, x PRESENCIA DEL ANALISTA, ‘Problems del resfrencia ‘leacunntimo one Abn cs, E101o, yah ‘linconacenteeté fers ‘Unaricad del lnernatioal Journal Para que no tenga siempre que estar pidiendo fesforos, me regalaron una caja bien grande, como pueden ver, sobre la cual std eserta esta fOrmula el arte de escuchar cast equivale al del bien decir. Esto reparte auestras taeas. Olé logremos estar a altura Hoy hablaré dela transferencia, es decir, abordaé la cuestin, on la esperanza de darles una idea de su concepto,segin el proyec: to.que anuncié en nuestra segunda reunién, 1 La transferencia, en a opinin comin, es representada como un afecto. Se la califica, vagamente, de positva 0 de nesativa. De ‘manera general, se admite no sin fundamento, que la transferenis Positiva es el amor —aunque es preciso decir que este término es lusado en este caso de manera muy aproximativa Freud formulé muy pronto la pregunta sobre la autentcidad del amor tal como se produce en la transferencia. Para decilo de una vex, so thende por lo general a afirmar que se trata de una especie 19 LA TRANSFERENCIA Y LA PULSION de falso amor, de una sombra de amor, Para Freud, al contraro, ta balanea de ningiin modo se inclinaba hacia ese lado. Tal ver uno de los aspects mis interesantes para nosotros de la experiencia de la ‘ransferencia es que ella suscta, de manera quizés més decsiva que nunca, la pregunta por el llamado amor auténtio, eine echte Liebe, ‘Se es mis prudente, mis temperado, en la manera de evocar la transferencia negativa y nunca sola identifica con el odio. Se us mis bien el termino ambivalencia, termina que, aun mas que et primero, disimula muchas cosas, cosas confusis cuyo manejo no siempre es adecuado, Diremos, con mis exactitud, que la transferencia positiva es ‘cuando a quien esta en juego, el analista en este caso, lo miran con buenos ojos -y es negatva cuande le tenen ojeriza— Existe otto uso del trmino transerencia que vale la pena dis- tinguir ~se dice, por ejemplo, que la teansferencia estructura todas las relaciones particulars con ese otro que es el analista,y que el valor de todos los pensamientos que gravitan en torn a es relacion debe ser connotado con un signo de reserva muy particular. De ah la expresion ~que siempre se introduce en nota «pie de pagina, ‘como una especie de paréntesis, de suspension, de soxpecha incluso, al referrse ala conducta de un sueto~ estéen plena tansferencla {Lo cual supone que todo su modo de apercepcion est reesticto- ado sobre el centro prevalente de la transferenci, Me detengo agut porgue esta doble referencia semiintica me parece por el momento suficente No podemas, por supuesto, contentarnos de ningin, modo con ‘sto, pues muestra meta es aproximarnos al concepto de Ia transfe Este concepto est determinado por a funcion que tiene en una Praxis, Este concepto rige la manera de tratara los pacientes. A la inversa, la manera de tratarlostge al concept. Puede parecer que asi se zanja, desde un principio, la cuestion de sila transferenciaestéligada 0 no a ka prctica anata, sess producto 0 ineluso un atificio. De los numerosos autores que han fenido que opinar sobre el asunto, uno, Ida Macalpine, evs muy lejos el intento de articular la transferencia en este sentido. Indepen dientemente de su mérito -se trata de una persona my testarud 130 PRESENCIA DEL ANALISTA igamos de wna vez que no podemos de ninguna manera aceptar cesta posicin extrema De todos modos, abordar la cucstion de esa manera no es zan- jarla, Aunque tuvigramos que considera la transferencia como un producto de la situacion analiics, cabe desir que esa situacion no puede crear en si tolalidad el Fenomeno y que, pata producti, preciso que, fuera de ela, ya estén presentes posbilidades a las ‘ales ella proporcionard su composicion, quiz nics, Esto no significa en Jo més minimo que cuando no hay ningin analsta ala vista no pueda haber efectos de transferencia en sent {do propio, etracturables exactamente como el juego de Ta transf- tencia en el andlisis,Simplemente, el anlisis al descubritos permite dar de els un modelo experimental, de ningin modo diferente del ‘modelo, lamémoslo af, natural De tal modo que hacer aflorat transferencia en et andlisi, donde encuentra sus fundamentos structurale, es quid Ia nica manera de introducit la univers {dad de aplieacion de este concepto, Bastath luego cortar las ataduras ‘que lo sujetan a la esfera del andlisisy, mas aun, ala doxa que le es atinente "Al fin y al eabo, todo esto slo son truism, Pero val Ia pena Aejalo sentado para empezar. La meta de esta introduccidn es recordaries lo siguiente: abordar las bases del pricoanilisis supone que introduzcamos cierta coherencia entre los conceptos principales que lo fundan, Esta coherencia asoma ya en mi manera de abordar el concepto de inconsciente —recordarin que no pude separaro dela presencia del analista~ Presencia del analsta hermoso término que serfa un error reduc a eta especie de sermoneo lacrimoso, esa ampulosidad sero- Sa, 651 caricia algo pegajosa que la enearna en un libro publicado con ese titulo Le propia presencia del analista es una manifestacin del incons ciente, de modo tal que evando en nuestos dias se manifiesta en ‘eros eneventros como rechazo del inconscente ~es una tenden cia, y confess, en el pensamiento que algunos formulan— esto BI LA TRANSFERENCIA ¥ LA BULSION tumbitn hay au intel a consepto de inconsint. Eto binds tun acceso epi a formulcion Gu he Jstacao, ade un mow ilento del seta qe slo sabre par volver a cemase en une Pubcon temporal -pulcibn que diigo como mis oil que I inserion ene sgnicante, su india a mot, pro que no & primar s nivel dels wenn yu que me han povocad part Sue ble de eet De manera mayéitis, eis, Indgut que era necesro ver 4tincotciente como lx efecto dol abr sobre sto on ia medida en que con efestos son tan radealmente rimars Que et satay el to en tanto ae prpimene ed deter tinado por els. Esta proposlon sve para evolve su hg a inconcienefreudiano. Ckestament, el inconslente estaba pe te dese sempre, exit, actus, snes de Freud, pero es por tant bayar que tse a scpones qu ha dad anes de Freud, 2 xt fncion del inconicint, 0 tienen sboltamente aque ver con ingonscente de Frew El'inconcinte primo et inconaciente funcin acai, e incnsiente pesca de Penumieto ae aes de revlon, ht de era nivel de st inconslenteetaises de Eduardo von Hartman pot mis que Feud se refer a en un Srpumento ad hominem”, st inoncene Come nto, soe todo, naa tienen er con cl inconacete de Peas nada que ver “a pear dl vocal sale de ss Infeiones est Sesvaiones™ con miestaexperienn, Que me conesten tos ana lists =cAeuo en al momento, aunque slo seu por un ta te; tenen la seman de ear mando pasa de tnt? Ent infome de Roms proce itaurar una nueva allanza con el entlo del decubimiento feuian. El inconientee ie suma de lo facto de apa sobre dn suet, en nel co gue et sleto se constitaye por fs efector de inane Esto Su he eto au cone smn sto porno code {el conociment en pat, suns pinay msi tapos encrnado en alguna pare, sino el set cartedana que aparece en el momento on que Is duda se econece como ceters, “slo que, con estes maners de ahora, ls fandamentos de este jet se revclan mucho mit amploey, por consguente, 1 PRESENCIA DEL A VALISTA ‘mucho mis sumisos, en cuanto & la certeza que yerra. Eso es el niste un vinculo entre ese campo y el momento, momento de Freud, en que se revela, Expreso ese vinculo comparindolo con la mmanere de procedet de un Newton, un Einstein, un Planck, proce der a-cosmologico, por lo siguiente todos estos campos se carac- terizan por tazar en lo real un surco nuevo con respecto al conoc- imiento eterna que eabeatibuirle a Dios Paradejicemente, ta diferencia que asegura al eampo de Freud su més segura subsistencia es Inde ser un campo que, por su propia Indole, se pierde. En este punto la presencia del psicoanalista es inreduetble, por se testigo de esa pérdid. "A ese nivel, no hay nada més que sacar de él, porque es una pérdida sin compensici, sin ninginsaldo a su favor, salvo el set etomada en la funcién de la pulsacion. La pérdida se produce ‘necesariamente en tna zona oscura —designada por la raya oblicua on que divido las formulas que se desplicgan, lineales, frente a ‘cada uno de estos {érminos: iaconscient, repeticion, transferencls Esta zona de la pérdia entrafa incluso, respecto a esos hechos de fg prictica analitica, cierto reforzamiento del oscurantismo, muy caracteristico de la condicion del hombre en nuestra época de pre- fendida informacion —oscurantismo que, segin conf To sin saber muy bien por qué, parecera inaudito en el futuro. La funcion que fhe campldo el psicoanaisis en la propagacin de ese estilo que se llama a si mimo american way of life cotresponde exactamente 2 To que designo con el término de oscurantismo, en tanto se destaca por revalorizr nociones refutadas desde hace tiempo en el campo {el psicoanlisis, como la del predominio de las funciones del yo, Por esta razén,entonces, la presencia del pscoanalista aun en la vertiente misma en que aparece la vanidad de su diseurso, debe jncluirse en el concepto de inconsciente. Los psicoanalisas de hoy tenemos que tomar en cuenta esta escoria en nuestras operaciones como el-caput mortuum del descubrimiento del inconsciente. El justifea el mantenimiento dentro del sniiss, de una poscién ‘onflictiva, necesaia para ia existencia misma del sn Sies verdad que el psicoandliss descansa en un conficto funda imental, en un drama iniial y radical especto 2 todo cuanto se puede incluir en Ia rubrica de lo psiquico, Ia novedad a la que Aldi, y que se llama recordarori del campo y de ta funcin de ta 133 Beeet LA TRANSFERENCIA ¥ A PULSION pulabra y del lenguaje en la experiencia psicoanalitica, no pretende fer una posicion exhaustiva con fespecto al inconscente, puesto fque es a su vez intervencién en el coniicto. Este recordatorio posee un aleance inmediato, en cuanto tiene de por sna ineiden- ia twansferencial. Cosa reconocida, pues precsamente se le ha podido reprochar a mi seminario el desempenar, con respecto ami audiencia, una funcion que la ortodoxia dela asocacion psicouns- litica considera peligrosa, porgue interviene en la transferenca, ‘Ahora bien, lejos de nega esta incidenca, considero que es radical, ‘por ser consituiva de la nueva aliana eelebrada con el descubri Imiento de Freud. Esto indica que la causa del inconsciente y advierlan que en este caso la palabra causa debe ser entendida en ‘i ambigiedad, causa que defender, pero también funcion de la ‘usa a nivel del inconsciente-, esta causa ha de ser concebida Intrinsecamente como una causa petdida. Es la nica posbiidad ‘que tenemos de ganar, Por eso puse de relieve en el concepto ignorado de repetici6n ese resorte del encuentro siempre evtado, de la oportunidad perdi- da. La funci6n del malogro estéen el centro de la tepeticién anal tica, La cita siompre es fllida ~a ello se debe, con respecto a la ‘che, la vanidad de la repeticién, su ocultacién constitutiva El concepto de repeticion nos hace tropezar con el dilema entre asumir, pura y simplemente, muestra implicacién como analis tus en el caricter erstico de la discordancia de toda exposicion de restea experiencia, 0 put el concepte a nivel de algo que serfa Imposible objetivar, a no Ser mediante un andlisstrascendental de ta caus, Este se formularfa @ partir de la Ormula clisca,ablta eausa ‘ollitur effectus ~sblo tendriamos que subrayar el singular de | protasis, ablaza cause, poniendo en plual los términos de Ia apdo- Sis, tolluntur effectus lo cual significaria que los efectos sélo nian bien enausencia dela causa. Todostos efectos estan sometider fle preson de un orden transfactia, causal, que pide formar parte ‘de st ronda, pero 8 $e cogen bien de la mano, com en la cancién, obstaculizarin ala causa para que se inmiscuya en ell. Tn este punto hay que definir ls causa inconsciente, no come lun ente, ai como un abx dv, un no-ente ~como lo hace, cre, Henri Ey, un no-ente de la posibilidad. Es un gp 6b, una interdic is PRESENCIA DEL ANALISTA cidn que trae un ente al ser, pese a su no advenimiento, es una fancion de lo imposible sobre la cual se funda una cerera 3 Esto nos leva a la funcion de ta transferencia, Pues a este inde- terminado de puro ser que no tiene acceso a la determinacion, a cesta poicion primaria del inconsciente que sartcula como const- twido por la indeterminacion del sujeto, nos brinda acceso, de ‘manera enigmtica, la transferencia, Un nudo gordiano nos ha ‘conducido a lo siguiente: el sueto busca su certeza. Y la certeza {el propio analista en lo concerniente al inconsciente no puede ser extraida del concepto de transferencia, Resulta entonces sorprendente observar la multipliidad, la plualidad, la plurvalenca incluso, de ls concepciones de a transfe- rencia formuladas en el andisis. No pretendo una revision exhaust va de estas concepeionts. Intentaré guarls por los caminos de una exploracion selectiva, Si seguimos su emergencia en los textos y las enseRanzas de Freud, coremos el peligro de un desizaniento que no podemos {mputarle —no ver en el concepto de transerencia sino el propio concepto de repeticion, No alvidemos que, cuando Freud nos lo presenta, nos dice -Lo que no puede ser rememorado se repite en la onducta. Esta conduct, para revelat To que repite, se ofrece a la reconstruccion del analist, Podemos Hlegar a creer que a opacidad del trauma —tal como et pensamiento de Freud lo mantiene ens funcion inaugural, es dir, para nosotros, Ia de resistencia de la sinificacion es en ese momento explicitamente considerada coma responsable det Ii de Ia rememoracion. Y después de todo, podrfamos sentirnos © mods en nuestra propia teorizacion, si reconocemos que éste es lun momento muy significative, el de Ia transmision de poderes del, rujeto al Otro, que Hamamos el gran Oo, el gar de ta palabra, irtualmente eJugar dela verdad. {Es tse cl punto de aparicin del concepto de transferencia? ‘Ast parece, y muchas veces se dejan las cosas tal cua. Pero mite ton el asunto mis detenidamente. Ese momento, en Freud, no es tmnplemente ef momento limite que corresponde alo que designe 1A TRANSFERENCIA ¥ LA PULSION como el momento de cietre det inconsciente, pulsaion temporal fue fo hace desaparecer en cierto punto de su enunciado. Freud, {cuando introdace la funeién de It transferencia, se eamera en se Tar ese momento como causa de lo que Hamamos transerenci, El (tz, latente © no, esta presente, desde antes, en a revelaién subje- tiva, Ya esta presente cuando ha empezado a asomar algo del [La intrpretacion del analista recubre simplemente el hecho de que ya el inconsciente —si es lo que yo digo, a saber, juego del Slenficante~ en sus formaciones -sueno, lasts, chiste o sintoma procede mediante la interpretacion. EI Otro, el gran Otro, ya esté Dresente cada ver que el inconsciente se abre, por mds fugaz que sea esta apertura, {Lo que Freud nos indica, desde un principio, es que la trans. rencia es ssencialmente reistente, Ubertragungswiderstand.. La ttansferencia es el medio por el cual se interrumpe la comunicacion del inconsciente, por el que el inconscente se vuelve a cerar, Lejos ‘de ser el momento de la transmis de poderes al inconsciente, la transferenca es al contrari su ciete, Esto es esencial para marcar la paradoja que se sucle expresar con bastante frecuencia mediante la indicaciOn siguiente, que tam biém enconteamos en el fexto de Freud ~el analisa debe esperar la transferencia para empezar a dar I interpretacin, ‘Quiero poner el acento en este asunto porque es la Kinea divisor ria entre la buena y la mala manera de concebir la transferencia En la prictca analitica existen maneras muy variadas de hacer lo, No se excluyen Torzosamente, Pueden ser definidas en diferen- tes niveles. Por ejemplo, las concepciones de la rlacin del sujeto con tal 0 cual de las instanclas que Freud pudo define en ct segundo tiempo de st Topica, como cl ideal del yo o cl speryo, suelen set parcales porque solo dan una vision lateral de To que, en su esenca, ¢s la relcion con e gran Ot, Pero existen otras divergncias, que son divergenciasirreducts bles. Existe una eoncepeién que, cuando se formula, no puede ‘delat de contaminar la prictica ~pues pretende que el anlisis de la transferencia opera sobre la base de uns alianzacon la parte san del yo del sujeto, y consiste en invocar su Sensater para hacerle notar el carter iusoria de algunas de sus condactas en el Ambito de la Felacion con el analista. Esta es una tesis que subvert lo que 136 PRESENCIA DEL ANALISTA ‘estén juogo, a saber, la presentifiacin de sa esquzia del sueto, ‘que en este cas0 se realizaefectivamente en Ia presencia, Recutir a tuna parte sana del sueto, que se da por presente en lo real y apta para jurgar con el analista lo que sucede en Ia transferenca, es Aesconocer, de hecho, que ésa es preisamente la parte invluerada fen la tranaferencia, que ella es quien eiera la puerta, o la ventana, © los postigs, como les parezca mejor —que la beldad con quien lino quiere hablar esta detris de los postigos, esperando, como Auien no quiere Ia cosa, poder abrirlos otra vez. Por eso mismo la Interpretacion se suelve decisiva en ese momento, pues con la beldad es con quien uno tiene que hablar. ‘So indicaré la reversion que entraha este exquema con respec: to al modelo que uno tiene en mente, En alain lugar digo que el Inconsclente es ef dscurso del Otro. ero el dscurso del Otro que hay que realizar, el del incoasciente, no esta detrés del ciere, fests afuers, Es quien pide, por boca del analista, que vuelvan a abrir los postigos. De calquier forma, cs una paradojadesignar en ese movimiento de cere el momento inicial en que a interpretacion puede lograr su ‘ometide. Y aqui se revel Ia crisis conceptual permanente que existe en el andlisis,respecto a cémo conviene concebir la funcién (ela transferencia, La contradiecion de su funcidn, que hace que sel vea como el punto de impacto del alcance interpretativo en la media misma en ‘Que, con respecto al inconsciente, es momento de cierre,exige que la tratemos como lo que es, a saber, un nudo. La trataremos 0 no como un nuido gordiano, eso est4 por verse, Es un mudo ¥ nos spremia a que demos cuenta de él -cosa que he hecho desde hace varios afos~ mediante consideraciones topolbgicas cuys mencin espero que no les parezca superfua 4 Hay una crisis en ol andlisis,y esto justifica, porque no hay en ello ninguna parcaizaciOn, que escoja un texto muy reciente que, por ser de una mente nada mediocre, la manifesta de ls manera més palmara, Se tata de un articulo denso, muy’ cautvante, de Thomas S, Suaxz ~quien vive en Siracusa pero, por desgracia, no se parece a a7 LA TRANSFERENCIA ¥ LA PULSION Arquimedes, pues esta Siracusa esté en el Estado de Nueva York: Publicado en el ultzno adimeto del International Journal of Piy= choanalysis, La idea que inspira este aticulo a su autor es coherente con busqueda que anima sus aticulos anteriores, una bisqueda verdade- ramente conmovedora de lt autenticilad del camino analitico, Es muy llamativo que un autor, por cierto muy estimado en st cfrculo, el del psicoanlisis propitmente norteamericano, considere la transferencia meramente como wna defensa del psiccanalist, y HHegue a-una conclusion como la siguiente la transferencia eel ‘je sobre ef cual descansa la estructura entera del tratamiento Pstcoanalitico. Califca este concepto de inspired siempre des- Conta de los falsos amigos en ef vocabulario inglés, y busqué sope- Sar su traduccion, Este mspired no creo que quiera decir inspirado, sino algo asi como ofcioso —se trata de un concepto oficioso 1d ‘par que indispensable ~cito aungue olberga —harbours~ los sé Imenes, no silo de su propia destruccin, si de la destruction del picoanélisis mismo. ;Por qué? Porque tiende a colocar la persona ‘el anata mis all de la prueba de realidad, tal como puede obte rnerla de sus pacientes, de sus colegas y de él mismo. Este Hesgo this hazard~ debe ser francamente frankly reconacida, Nt la rofeionalizacion, nila elevacion de los standards, ni os andlisis didicticos coercitivos ~eoerced training analysie~ pueden prote ‘gemot contra ese peligro. Y agus se dale confusion alo la bntegr ‘lad del anlista y de lz stuacton analitea puede salvarnos de la extincion de ~The unique dislonve~ del didlogotnico entre ef and lista» el analizado [Esta impasse completamente fabricada es indispensable al autor porque solo concibe el andisis de la transferencia en los tér- ‘minos de un asentimiento abtenide de la parte sana del yo, la parte pia para juzgar la realidad y acabar con la iusion, Su artieulo, lgicamente, empieza asi —La cranaferencla se asimé- laa conceptos como los de ero, ilsion o fantasia, Una ver abteni- da fa presencia de Is transferenca, se trata de una euestion de acuer- do entre el analizado y el analisa, con la salvedad de que, como el analsta es aqui juez sin apelaciny sin recurso, nos vemos llevados 2 considerar todo andlisis de la tansferencia como un campo de puro riesgo sin contro. Tomé este articulo sblo como un caso limite, pero demostra bss PRESENCIA DEL ANALISTA tivo, porgue incita a restitur una determinacion que haps entrar ‘en juego otro orden. Este orden es el de Ia verdad. El fundamento ‘nico de la verdad es que la palabra, aun mentirosa, la invoea y la suscita,Fsta dimension siempre estéausente del positivismo logico ‘ave domina el andlsis del concepto de transferencia hecho por Seas [A propdsito de mi concepei0n de la dindmica inconsciente, se ha podido hablar de intelectualizacion ~s0 pretexto de que doy la primacia a li Tuncion del significante. ;Acaso a0 se ve que la Pretendida intelectualizacion consste en ese modo operatrio “donde todo se juega en toro 2 la confrontacin entre wna real dad y una connotacion de lusion que se imputa al fendmeno de la transferencia? Lejos de tener que considerar dos sujetos, en una posicion dal, Aiscutiendo sobre tna objetividad supuestamente depositada alli como efecto de caida de una compresion dela conducta, es preciso ‘que hagamos surgie el campo del engano posible. Cuando introdje cl sujeto de la cetera cartesiana como punto de partida necesario de todas nuestasespeculaciones sobre lo que el inconsciente revela, ‘subrayé muy bien el papel de pénduloesencial que tiene en Descar tes ef Otro, que, sein dice, no debe en ninain caso scr enganoso, En ands, cl peligro esta en que el enganado sea el Otro. Esta no es Ja Gnica dimension que ha de aprehenderse en la transfrencis, Reconozean, empero, que si hay un terreno, en el discurso, en que cL engano tiene probabilidades de triunfo, su modelo ese dl amor, {Puede haber mejor manera de reafirmar el punto sobre el cual uno se engana que la de convencer al otro de la verdad de To que uno fafinma! {No es éta ung estructura fundamental de la dimension {el amor, que la transferencia nos da la oportunidad de ustrar? Persuadiendo al otro de que tiene lo que puede completarnos, nos asegutamos precisamente de que podremos seguir ignorando qué ‘os falta. Fl efrculo dl engato, en tanto que hace surgr el amor en el momento preciso, nos servi de puerta eemplar, la proxima vez, ‘ara mostrar en qué consist si lazo. Pero esto no es todo lo que tengo que mostrarls, ya que eso no es fo que causi radielmente el cierre que la tansferencia ent fa, Lo que lo causa, que ser la otra cara de nuestro examen de los ‘onceptos de transferencia -y que emit al signo de intereogacion 139 LA TRANSFERENCIA V LA PULSION que aparece en el lado izquierdo de la pizarra, lado oseuto, reserva ddo~, € lo que designé como el objeto. RESPUESTAS. WAHL: =¢Com gue tora de conocininto, em sites de as tee ras existents, pede relactonane pe usted do en pmea mia de la Como estoy diciendo que la novedad del campo freudiano es darnos en la experiencia algo que fundamentalmente se aprehende fax, no hay por qué sorprenderse si no encuentran su modelo eh Piotino, Dicho esto, sé que a pesar de mi negativa a seguir la primers pregunta de Miller sobre el tema de una ontologia del inconsciente les he dado, sin embargo, un poco de cuerda mediante referencias sumamente precisas. Hablé del &, del obx. Con el fv aludia de ‘manera muy precisa a si formulacién por Henri Ey, formulacion 1a eual no se destaca por su pertinencia en lo tocante al inconscente, pero logra sitar en algun higar al inconsciente en su teoria de lacom. ioncia. Hable del ut bv, deo que esté en entredicho, de lo dishe. ‘que-no, No es algo que tenga mucho aleance que digamos como, indicacion propiamente metafisca, ¥ no creo transpredi ast Ios limites que me fié yo mismo, Pero pesar de todo, so estructura de un modo perfectamente transmisible los puntos sobre ls cules versa su pregunta, En el inconsciente hay un saber, que no hay que oncebir como saber que haya de completarse o clausurase {ol b, wd, con semejantes Formulas ain se sustantiva dema- siado al ncanseiente. Por eso las evito may euidadosamente, Lo que hay més alla, la beldad detrds de los postgos, como lo llamé hace un rato, de eso se trata y hoy no lo abordé en modo alguno. El asunto €s seialar como algo del sueto esti, por dtr, imantado, imantado hasta un grado profundo de disociacion, de evquizia Ese es el punto clave donde hemos de ver el nudo pordiano, P. KAUFMANN: — Qu rela hay ene fo que ated lam ecoriay aque de fo al habs amteromente como resto? 140 PRESENCIA DEL ANALISTA El resto siempre es, en el destino humane, fecundo. La escorin ces el resto extinguido, En este caso, el trmino escoria se emplea de ‘modo completamente negativo. Apunta a esa verdadera regresion ‘que puede: producirse en cl plano de la tooria del conocimiento Psicolgico, en la medida en que el analista se encuentra colocado fen-un campo del que s6lo puede hui. Busca, entonces, seguridad fen teorfas que se cjercen en cl sentido de una terapéutica ortope fica, que tienden al conformismo, que procuran a sjeto un acceso fla concepciones mis miticas de la happiness. Esto, unido al mane jo sin ertiea del evolucionismo, consituye el ambiente de nuestra Spoca. La escoria, en este e480, son los propios analistas, no otra cosa pese a que el descubrimiento del inconsciente es todavia joven, y constitaye una oportunidad sin precedentes de subversion 15 DE ABRIL DE 1966 Lai ANALISIS Y VERDAD. (EL CIERRE DEL INCONSCIENTE Deco veradero, ment, engoa £lyo mato y eyo pense. Hominculoo$ Levaldes dele prcoogin erin you retort, “Le mansfrencia ee puesta en octo de reali de nomsciote, La vez pasadaintroduje el concepto de transferencia. Lo hice de forma prodlemitica, fundindome en las dificultades que impone al analista. Para ello, aproveche la coincidencia que me brindaba el ‘ltimo articulo sobre ef tema publicado en el Grgano mis oficial del psicoanilisis, el Paremational Journal of Psychoanalysis, que hasta llega @ poner en tela de uicio la uilizacion en el ails de fa nocion de transferenci, Continuaré su lectura Sein su autor, el anaista debe designar para el paciente los efectos de discordancia, més o menos manifesto que se producen tespecto a la realidad de I situacion analitica, ex dect, los dos sujetos redles que al estén presentes. Primero estin los casos en que el efecto de discondancia es muy evidente. Se puede ver iustrado por la phuma humoristica de un Spitz, uno de esos viejo aguerridos que se las saben todas cuando dd divertiral pablico se trata 142 ANALISIS Y VERDAD 0 El CIERRE DEL INCONSCIENTE Toma el ejemplo de una deus pacientes, que, en uno de esos sueiosllamados de transferencia —o sea, de realzaci6n amoros com su analista, Spitz, en este caso —lo ve dotado de una cabeller tan abundante como mubia. Est, a cualquiera que haya oteado # crinco pulida del personaje, y es hastante conocido como para sei celbre, le parecer un easo en que el analista posed mostrar faci mente al sujeto las distorsiones 2 que lo han conducido los efecto el inconscient, Pero cuando se trata de calificar una condueta del pacient ‘coma descortés para con su analist hay wna sola altematva, sei Srasz, 0 el paciente esta de acuerdo 0 nolo ext ¥entonces, zedme ‘decidir 0. no en bae a la postin prineipsta de que el analist ten Sempre la rax6n? Con lo cual nos vemos calocados de nuevo en ex polo a h ver mitico e idealizante que Sease Nama la btepridid de ‘nalista, Qué sentido puede tener esto ano ser el de a referencia ta immenston de la verdad? Tengo, pues, que situa este articulo en la perspeciva en que l sivaa el propio autor, y considerar que opers, no en el plano heuris tico, sino en el eristico ~y que manifesta, con su reflexion qué termina en una impasse, la presencia de una verdadera crisis decom cienei en li funeion del analista, Esta crisis de concienclas6lo no Interesa de manera lateral, ya que hemos mostrado que a ello lev necesariamente cierto moda urilateral de teorizar la practice del fniliss de lt transferencia, Es una tendencia que desde hace temp hemos denunciado [Les seal la vor pasada, para volver a los datos cas fenomeno Jesicos que permiten situa el problema en su verdadero lugar, qu en la relacign de uno con otro que se instaura en el andlisis qued ‘ludida una dimension. Es evidente gute esta relacion se instaura en un plano que no e siméttco ni eefproco, De esto se da cuenta Szasz ~y muy equivo adamente, lo deplore. En eta relacion de uno con otra se insti ye una biisqued de Ia verdad en fa que se supone que uno de lo Alo sube o, al menos, que sabe més que el otro, Respecto a el surg de inmediaro of pensamiento no sOlo de que no debe enganarse sin también de que lo pueden enganar. El engararse, entonces,s¢ | endilga al sujeto, No es simplemente que el suet, en forma esta 8, esté en el errr, en fila, Es que, en una forma movil, en s ‘iscuso, est situado esencialmente en Ia dimension del engaarse LA TRANSFERENCIA ¥ LA PULSION Encuentro también el senalamiento de estas referencias en otro analista, Nanberg, que escrbid, en el International Journal of Psychoanalysis, en 1926, un artculo titulado The Will of Recovery, Recovery no es, en sentido eslricto, curaciin, es restauracion, retorno. La palabra esti muy bien elgida y plante tina pregunta que merece atencion. A fin de eventas qué lleva al paciente a recurrr al anaista para pedirle algo que él llama Salud, cuando sabemos la teorfa lo dice que su sintoma esté hecho para pro curare clertasstisfacciones? Con diversos ejemplos, y de los més humoristicos ademés, Nanberg muestra ficilmente que, sin necosdad de avanzar mucho en el andlisis, a veces se hace todas ces manifiesto que el motivo aque leva al paciente a buscar la salud, el equlibrio es justamente st propésito inconsciente, en su alcance més inmediata, ;Qué buen Fefuzio, por elemplo, le olrece el anslsie para restablecer la paz del hogar, cuando ha tenido tropiezosen su funcidn sexual © cuando se le presenta algun deseo extramarital! Desde los primeros momentos se ve alos claras que el paciente desea, en forma de una suspension provisoria de su presencia en sa casa, Io contrario de lo que vino # proponer como objetivo primordial de su andlisis no la restitucon de su hogar, sino su suptura ‘Aqui nos topamos por fin y al mximo —en el acto mismo con ‘que se emprende el anilisis y, por ello, ciertamente también en sus Primeres pasos con la profunda ambigiedad de toda aseverackon del paciente, debido a que ella tiene, de por sf, dos earas. Noso- {os nos topamos con la dimension de la verdad como con algo que se instaura con cierta mentra y aun por ella, coss que en realidad ro la quebranta, pues la propia mentira se postsla como tal en la dimension de la verdad, [Ahora ven por qué el punto de referencia que hemos querido estacar para una reotifcacion general de la teorta analitica es la Telacin del sujeto con el significante, porque éste es primordial y consttuyente tanto en la instauracion de la experiencia analitca como en la funcin radical del inconsciente En nuestra ineidencia didictica esto sin duda, limita el incons 144 ANALISIS ¥ VERDAD O EL CIERRE DEL INCONSCIENTE ciente& lo que podriamos tlamar sv plataforma més estrecha. Pero Ta referencia‘ este punto de division cs la que permite ne cometer erores pore lado de un substantficacion, sea cual fue, CCentraremos esto en el esquema de cuatro esquinas de nuestro safo, que distingue a sabiendas el plano de la enunciacin del plano {el enunclado, Su uso ilastra los absurdos 2 que lewa un pensamien to lbgico demasiado formal, al ver una antinomia dela razon en el ‘enunciade yo miento, cuando cualquiera sabe que no Ta hay. Es un eraso error responder a este yq miento que si dices yo ‘miento, dices la verdad y, por tanto, no mientes,y at sueesivamenr fe. Se ve a las claras que el yo miento, pese a su paradoja, es perfec tamente vido, Enefecto, e190 (Je) que enuncia, el yo Je) dela ent Clacion, no es el mismo que el 70 (je) del enunclado, es deci, el ‘shifter que lo designa en el eruinciado, Por consiguiente, desde el punto de donde yo enuncio me es perfectamente posible formular {on valider que cl po —el yo que en ese momento formula el enn Ciado~ esté mintiendo, que mintio poco antes, ue miente después © incluso que, al decir 90 mento, afima que tiene Ia intencidn de tengafiar. No hay que if demasiado lejos a buscar un ejemplo que lo lustre. Reeverden el cuenta judfo del tren en que uno de los dos protagonista Ie dice al otro qué va a tomar. Voy a Lember, dice, fo cual el otro responde: (Por qué me dices que vas a Lemberg ‘cuando de verdad vas a Lemberg » sime Io dices es para que crea (que vas a Cracovia? Esta, division entre el emunciado y la enunciacion hace que, cfctivamente, del yo miento que est a nivel de I cadena del enur- tiado, resulte un yo te eng —el miento es un significante que forma parte, en el Otro, del tesoro del vocabulario donde el je (0), determinado retrosctivamente, se vuelve signifieacion engen- trada a nivel del enunciado de lo que éste produce a nivel de ls feneiacion, El yo re engaflo proven del punto donde el analista fspera al sujet, y Je devolve, segin la formula, su propio mensaje fen su verdadera significacion, es decir, en forma invertida Le dice fn exe yo te engafio, el mensaje que envias es lo que yo te expreso y at hacerlo, dices la verdad. Por el camino de enganto en que el sujeto se aventura, la postur el analsta le permite formular ese 1 dices la verdad, y nuestra interpretaci soo tlene sentido en esta dimension. 145 LA TRANSFERENCIA ¥ LA PULSION so uisir indicates eco que nos bind este esquema para capt elproceder fundamental de Feud gue en uns fecha deta nada, hizo poxble el desbrinieno del nconssente shoal supcsto— estivo af end sempre, en la poca de Tales como las modaliddes de relcton ntthumss mis pintive, Traslaemos este equera el yo pons eaten, Sin dds, Sistncin entre enunciado y eminence lo que hace sepa posible su dsizamiento y tambien el event! ecllo cm, gue tropa En efecto, alo insite coi e resto el po saminto, en tanto se dedue de la open con a extension stats fel, pero sufciente ene onion Ue ls conttucton 146 ANALISIS ¥ VERDAD OE. CIERRE DEL INCONSCIENTE significante. Digamos que obtiene s) certeza el cosito por ocupar su lugar en el plano de la enunciacion, Pero el status del yo pienso 5 tan reducido, tan mfaimo, tan puntual como el miento de hace ‘un rato y puede asimismo verse afectado por la connotacion det 250 no quiere deci nada. El yo plenso, reducido a tal puntualidad porque silo se sustenta cen la duda absoluta en lo tocante a toda significcion,incluida la Saya, tal vex tenga incluso un status mis ftipil que el demuncts: do en el yo mento. Por consiguiente, me atreveré a calificar el yo pienso eattesano ‘como algo que participa, en su afan de cetera, de una especie de ahorto. La diferencia del status que le da al sujeto el descubri Imiento de la dimension del inconsciente freudiano, proviene del deseo, que ha de ser situado a nivel del cogito, Toda enunciacion habla del deseo y es animada por €1 Senalo de paso que el dese tal como lo formula, comparado con lo qe nos aporta Freud, dive mis Biquetaré la funcion del coguo carteiano con el término fengendro w homénculo. Es iustrada por la consecuencia que se produjo inevitablemente en la historia defo que llamamos el pense- Imiento, y que consste en tomar ese yo (Je) del ogizo por el ho- minculo que, desde hace tiempo, se representa cada vez que se habla de psiologia,o sea, cada ver que se da cuenta de a inanidad © de Ia discordancia psicoldgica mediante la presencia, dentro del hombre, del famoso hombrecillo que lo gobierna, el conductor del carr, el punto de sintess, como se dice ahora. Este hombrecillo ya fue denunciad en su uncidn por el pensamiento presocritic. En nuestro vocabularia, en cambio, simbolizamos con tna S tachada (§) al sujeto en tanto que constituido como segundo respecto del significant. Para ustrarlo les recordaré que esto puede presentarse de la manera mis simple en el rasgo unario. El primer Significante ex la muesca con que se marca, por ejemplo, que el sujeto ha matado a wn animal, con lo cual ya no se‘enredari en st ‘memoria cuando haya matado diez mis. No tendré que acordarse de cui es cul ~loscontaréa partir de ese rasgo unario. EI propio sujeto se ubica con el rasgo unario. Este, de entrada se sefila como tatuae, el primero de los significantes. Cuando este significant, este uno, queda instituido, la cuenta es un uno, El sujeto tiene que situarse como tal, no a nivel del uno, sino del un Uno, a nivel de fa cuenta, Ya en esto ambos unos se distinguen, LA TRANSFERENCIA Y LA PULSION |As{ queda marcada primera esquizia que hace que el sujeto como tal se distinga del signo respecto del cusl se pudo constituir primero ‘como sujeto, Por ello les enseno a no confundir ls Funcion del sue to tachado, $ con la imagen del objeto a, ya que es asf como, por su parte, el sjeto se ve, duplicado —se ve como constituid mo consttuido por la imagen rellejada, momentinea, precaria, del dominio, se imagina hombre solo porque se imaina En la prcticaanalitia, situa a sujet a, situar al sujto con respecto a la real {dad tal como se supone que nos constituye, y no con respecto al sienificante, ya equivale a caer en la degradacion de la constitu Pivoldgica del suet, 3 Tomar como punto depart a rl del set con un conteto ea pe tenet ssn de se onto ual uperenc se'pntog, Puede produc etalon tee eston per Consrceion de tabs Dest eo, sempre sen contre to ea read fogamos nostro por snp cuano sone temos un sto text qv son tess onamzos por noses tste rl dominio dale de ques lama plot domino aue ads ene gue ver cone! nve en que mses amon experiance dia yo, eee Ye mane nc le 1a indigencia del sujeto, " Le que yo he liao «bre psiclgico no es vi aungie siempre Joven, nas hua talent coms Cent de onc, yaa na hy ; nin, por emo, to ead, cent de eonocniente, Nose pds cpa tna comoloia een oun lento dete donde See lo qe se tegin as inflxonesconempicionoarmonts Vo mos econ el tare pclogco ene concept de 9 Oo tues hs confunio, en penanint peanalice por una desiion que io, st un odeo™ con este dea, Parad enact onal Chiro sabroyarprinio que es mane de teorzar ta eration here, stem pra complet con To ue po part exprenis nossa promoner) ae no podem et tar extant lafancion dl odes interme 148 ANALISIS ¥ VERDAD 0 £1. CIERRE DEI. INCONSCIBNTE Los términos introyeccion y proyeecién se usan sempre a bi buena de Dios. Pero, a todas luces, aun en este contexto de teri zacion defectuosa, se nos brinda algo que por todas partes Neg 3 ‘cuparel primer plano —e fancion del objeto interno. A Ta poste, Se poarizd, en forma exttema en ese objeto bueno 0 malo, en torno fi cual gir, para algunos, todo aquello que, en la conducta de un fujeto, representa distorsin, inflexion, miedo paradojica, cuerpo fxtrano, Alunos han senalado también que se trata det punto ‘pertorio sobre el cual, en condiciones de urgencia ~como, por emplo las de la seleecion de sujetos para earyos directivos, c bernaticos, responsables de diversa indole como el de pilo1o de avicion o conductor de locomotor habria que loealzar un anali- Sis ripido,relimpago incluso, aun el uso de certs ests llamados de porsonalidad No poems dejar de preguntarnos por cl status de ex objeto interno, Es un objeto de percepcion? {Como abordaro? {Donde adviene? En el contexto de esta rectifcacion como se ha Ae concebir el aniiss dela tanstereneia? Tes indicaré un modslo que luego serd necestrio perfeccionar mucho, y que deben por tanto tomar como un modelo problem tico, Los esquemas eentrados en la funcion de rectifcacion de la ilusion tienen tal poder de adherencia que nunca es prematuro sabre sl paso con algo que al menos ls obstacle. ‘i el inconsciente es aquello que se vuelve a cetrar en cuanto se ha abierto. sein una pulsacion temporal; si por otra parte, la repe ticign. noes. simplemente estereotipia de la conducts, si es fepetcion con respecto algo de siempre fallido, ya se habrin pereatado de que por si sola la transferencia —tal como nos la pre Eentan, 0 sa, como modo de acceso a lo que se esconde en el inconsciente solo puede ser una via muy precaria, Sila transfe- Fencia no es mis que repeticion, ser siempre repeticion del mismo Imalogro. Si la transferencia pretende, mediante esta repeticion, resttuir la continuidad de una historia, solo lo lograra provocando (2 resurgimiento de una relacion que, por su naturaleza, es sinco- pada, Vemos, por tanto, que la transferencia no es por sf sold un modo operatorio suficiente si se Ja confunde con Ia eficacia de la repeticion, con la restauracion de To que esté escondido en inconsciente y_aun con la catarss de los elementos inconscentes, ‘Cuando hablo del inconscente como Yo que aparece en ls ple

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