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Fuera de

Cuadro
de Javier Daulte

“Fuera de Cuadro” se estrenó en el Teatro Callejón de Buenos Aires el


16 de marzo de 2001 con el siguiente reparto

Elenco

Evangelina Gabriela Izcovich


Ana Nies Jaume
Fabián Alfredo Martín
Carmen Nora Navas
Patricia Sandra Monclús

Iluminación Javier Daulte


Vestuario y Escenografía Alicia Leloutre
Asistente de dirección Marcelo Pozzi
Colaboración especial Walter Jacob
Prensa Colombo – Pashkus

Dirección Javier Daulte y Gabriela Izcovich

El espectáculo es una coproducción entre la Sala Beckett de Barcelona y


el Teatro Callejón de Buenos Aires. Contó también con el apoyo del ICI.

El 27 de junio de 2001 se realizará el estreno en la Sala Beckett de


Barcelona, dentro del marco del Festival Grec.
Mezclar los datos de varias historias
y armar con ellos otra historia
que no se parezca a ninguna.

Tal vez así, sin darnos cuenta,


tracemos nuestra historia.
El viento suele ordenar las cartas
mejor que nosotros.

Y después abrir el juego


para que nadie falte.

Roberto Juarroz

1
Casa de Evangelina y Fabián. Evangelina le habla a su esposo.
Evangelina
Mirá, yo te quiero Fabián, y eso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.
Vos me confundís. Vos confundís las cosas. Y yo también me desoriento.
Silencio.
Y también creo que deberíamos estar más tiempo juntos. Pero JUNTOS digo, no los dos
en el mismo lugar y en el mismo momento. Porque sí, nosotros estamos mucho tiempo
en el mismo lugar, pero eso no es estar JUNTOS. Eso es ESTAR y nada más. Y yo ya
no quiero ESTAR y nada más. Los dos sabemos que si hubiéramos tenido hijos todo
sería más fácil, o por lo menos todo sería distinto. No te estoy echando nada en cara.
Nada. Pero, bueno, estas son algunas de las consecuencias.
Silencio.
Yo hubiera querido adoptar. No sé por qué te lo digo ahora ni por qué no te lo dije en su
momento. Quizá supuse que te sentirías humillado. Pensé que te sentirías tan poco
hombre...
Silencio.
Me gusta cojer con vos. Sabés que me encanta. No es eso. Pero hay cosas. Hay otras
cosas. Hay cosas de lo cotidiano que... ¿Entendés a qué me refiero cuando digo LO
COTIDIANO?
Silencio.
Quiero que arregles la pileta de la cocina que pierde. Desde el cumpleaños de mi
hermana que pierde. Te lo dije aquella noche. Me dijiste que ibas a llamar a alguien. Sé
que me lo dijiste por compromiso así como sé que odiás a Carmen. Pero así y todo
dijiste que ibas a hacer que lo arreglen. Lo prometiste. ¿Y sabés qué? El caño sigue
goteando. Y yo querría llegar un día y encontrarte a vos, A VOS, ¿me oís?, a vos me
gustaría encontrarte ahí, en la cocina, agachado, arreglándolo. Hay productos para eso.
Hay productos que cualquiera puede usar. No hay que ser ningún genio.
Silencio.
Vos sabés cómo te quiero yo.

2
Casa de Evangelina y Fabián. Un hombre en cuatro patas, metido debajo de la mesada
de la cocina. Ingresa Evangelina. Se acerca sigilosa por detrás. Pone su mano por
entre las piernas de él.
Evangelina
¿De quién son esos gobelinos?
El hombre se sobresalta. Pega un grito. Instintivamente levanta la cabeza y se da
contra la mesada. El golpe le hace perder el conocimiento. Evangelina, desconcertada,
no sabe qué hacer. Desesperada, toma el teléfono y llama.
Fabián.
Yo.
No sabés lo que me pasó. Yo... yo... pensé que eras vos. Que eras...
No, no puedo calmarme.
Llegué a casa y te vi. Quiero decir que vi a un hombre y pensé que eras vos.
No, no te confundí con otro hombre. Quiero decir que me pareció...
¡Sí; ya sé que es el plomero, si es lo que estoy tratando de decirte!
¿Quién le dio la llave?
¿De confianza de quién?
Bueno, vos sos increíble. Fabián, no podés andar...
Un... accidente...
Desmayado.
Esperá.
Va hasta el cuerpo sin sentido.
Ay, sí; hay sangre.
Bastante.
Fabián; este hombre se está desangrando. Veníte volando, por favor.
Que vengas para acá.
¿Y qué querés que haga yo sola?
No, no puedo. ¿Qué estás haciendo vos?
¡No! ¿Y el abogado qué dijo?
Y vos no vas a andar haciéndoles caso a esos imbéciles, me imagino.
Es muy sencillo: hacéles ver quién es el que entiende de bujías y...
Ah, sí.
Se acerca al cuerpo del hombre. Revisa sus ropas. Saca una billetera.
A ver.
Sí, a ver...
Saca un documento.
Acá: Antonio Sánchez. Sánchez Ortiz. Antonio Sánchez Ortiz.
Y qué sé yo.
La la... el registro, sí la licencia de... el permiso, no sé, una matrícula; parece un
documento, sí.
No sé. No me doy cuenta.
Bueno, ya lo moví.
Ay, Fabián, a mí me parece que yo lo maté a este hombre.
¿La asistencia?
Bueno, está bien. Yo llamo.
Que ya entendí, que llamo.
Corta. Marca.
¡Uno!
¡Dos!
Para pedir una ambulancia.
Sí. Antonio Sánchez Ortiz.
Masculino, sí. Dije ANTONIO que yo sepa.
¿“Antonio” mujer? La primera vez que escucho.
No, no soy de acá.
No. De otro lugar. Otra región.
¿Qué le importa?
Desmayado.
678967/73
No sé. No tengo idea.
¿Y qué sé yo qué es la categoría?
¿“F”, puede ser?
¿No?
Acá hay una marca y... No, esto es el grupo sanguíneo.
Ah, sí, cómo no: RH positivo.
No, la categoría no... No sé.
Oiga, señor, necesito una ambulancia porque este hombre se está desangrando en la
cocina de mi casa y creo que...
No, no lo conozco.
No. No me atacó.
No estoy gritando.
¿La dirección de mi casa? Sí, acá, al lado de... la calle esta... ¿cómo es?
Me cago en... ¡Es que no me acuerdo! Un país creo... Indochina, no; Indoalgo...
¡Hábleme en castellano, por favor!
No, no entiendo.
¡Indostán, ahí está! Sí, acá al lado del zoológico.
23836. Planta baja A. Bajo uno. Bajo... Primera... Bajo... ¿Cómo le dicen ustedes? Bajo
uno, sí.

3
Casa de Evangelina y Fabián.
Paramédico
¿Y con qué elemento le...?
Mima el movimiento de asestar un fuerte golpe.
Evangelina
No, no; yo ya le expliqué; el señor este..., Antonio, estaba ahí agachado y se ve que se
asustó con algo, no sé, alguna rata...
Paramédico
Sí, está bien, está bien, ya... ¿Nos acompaña?
Evangelina
Eh... No.
Paramédico
¿Sabe a quién se puede avisar? ¿Algún familiar?
Evangelina
No. Bueno, tal vez mi marido sepa a quien... como fue él quien lo... contrató.
Paramédico
Creo que mejor sería si nos acompaña.
Evangelina
Puedo llamarlo ahora. Puedo llamar a mi marido y pedirle el teléfono de la casa de este
señor y...
Paramédico
Perdón, ¿usted no se da cuenta del estado de esta persona? No me parece prudente
esperar a que usted se comunique con su marido y... ¿Usted no es de acá, verdad?
Venga con nosotros en la ambulancia y llámelo desde el hospital.

4
Hospital.
Neuróloga
Sí, la situación es delicada. Vamos a tener que operar. En un minuto llegará el cirujano
y va a poder hablar con él.
Evangelina
Sí, pero yo...
La Neuróloga sale. Evangelina queda sola. En silencio. Se apagan algunas luces.
Ingresa el paramédico hablando por un walkie talkie.
Paramédica
El corazón está débil. Sala 4. Sánchez. Va a tener que esperar a que la medicación haga
efecto para operarlo. Después voy para allá. Acaba de entrar un bebé de cuatro meses.
Embolia. Sí, le estamos dando prioridad. ¿Me copia? Cambio.
Sale. Penumbras. Evangelina habla por su celular.
Evangelina
Fabián. Yo otra vez. Llamáme en cuanto puedas. Estoy en el hospital de... no sé cómo
se llama. No sé cómo se llama nada acá. ¿Dónde estás, mi amor? Yo supongo que en un
rato voy para casa. Te quiero. Te extraño. Espero que estés bien. Te quiero mucho.
Corta.
Silencio. Vuelve a marcar.
Fabián. Yo. Eh... Olvidáte de todo lo que te dije esta mañana ¿eh?
Corta. Se queda en silencio, casi inmóvil. Ingresa una mujer.
Mujer
Perdón. ¿Cirugía es por acá?
Evangelina
No sé. La verdad.
Mujer
¿Por qué no hay carteles?
Evangelina
Por ahí es la cafetería. Los baños son por allá. Por ahí es la salida. Después eso de ahí
que no se entiende lo que dice.
Mujer
Me perdí. Tenía que llenar unos papeles y... Tuve que venir sola.
Evangelina
¿Se tiene que operar?
Mujer
No. A mi nene. Un bebé.
Silencio.
¿Será por ahí?
Evangelina
No sé.
Mujer
¿Usted no tendría unas monedas?
Evangelina
No.
Silencio.
Mujer
¿Usted sabe qué es una embolia?
Silencio.
Evangelina
Mire. Cirugía no es por acá. Acá no. ¿Por qué no va a averiguar a otro piso?
Mujer
No. Claro.
Evangelina
¿Qué?
Mujer
Que no es acá.
Evangelina
Bueno, entonces vaya.
Mujer
¿Adónde?
Evangelina
No sé. Vaya. Averigüe. ¿No me dijo que su hijo se está muriendo?
Mujer
No. ¿Quién le dijo eso?
Evangelina
¿Pero no me dijo que tiene una embolia?
Mujer
Ah.
Pausa.
¿Y qué es una embolia?
Entra un médico.
Médico
¿Sánchez Ortiz?
Evangelina
¿Sí?
Médico
¿Usted es familiar directo?
Evangelina
No. Yo...
Médico
Tiene que firmar esta autorización para que podamos trasladar al paciente.
Evangelina
¿Cómo trasladarlo?
Médico
Para la operación. Acá.
Evangelina firma un papel.
Por el pasillo seis. Salimos en quince.
Evangelina
¿Qué?
Médico
Minutos.
Evangelina
Pero entiéndame doctor...
Médico
La entiendo, señora; y estamos haciendo todo lo posible.
Sale. Silencio.
Mujer
¿Se siente bien?
Evangelina
Por supuesto que me siento bien.
Mujer
El pasillo seis es por allá, doblando...
Evangelina
Basta. No quiero hablar con usted. No quiero hablar con nadie. No voy a ir a ningún
pasillo seis porque todo esto es un malentendido y punto. ¡Así que no me traten como si
yo fuese una viuda porque mi marido está perfectamente bien y me adora! ¡Yo no tengo
nada que ver con toda esta situación! ¿Está claro?
La Mujer sale. Silencio.
¿Dónde dijo que era...?
Tras un momento de silencio Evangelina llama a alguien que pasa fuera de cuadro.
Perdón. ¿Usted tiene que ver con lo del pasillo seis? El traslado, el... Yo necesito
explicarle. Yo necesito que alguien me escuche. Yo no tengo nada que ver con el
paciente al que tienen que trasladar. No puedo pasarme el día entero... ¿Se da cuenta?
¿Quién está a cargo de...? A ver si me entienden. Yo vine hasta aquí porque esta
persona, este señor se accidentó en mi casa y yo lo traje, quiero decir, llamé a una
ambulancia para que lo trajeran y... No puedo ir al traslado. Tengo cosas que hacer.
Pausa.
Cosas que hacer. Cosas, asuntos míos...
Pausa.
¿Cómo sigue esto? Porque yo necesitaría saber cómo sigue esto para prever, para
prepararme, para... Yo tengo que poder prepararme emocionalmente, psicológicamente.
No encajo en esta situación, no encajo en este, en esta... región, en esta... ¿No me
entiende? ¿Pero qué están haciendo ahí?
Pausa.
Yo me voy a ir. Yo podría no haber venido. Yo podría haber dejado que lo trajeran sin
mí.
Ingresa un equipo de traslado aéreo de pacientes. El piloto se prepara. Sonido de
helicópteros. Evangelina se asusta y trata de marcharse.
Piloto
¡Estamos saliendo con Sánchez Ortiz! ¡Cambio!
Paramédica
¡Fírmeme la salida, por favor!
Paramédica 2
¡Nave seis! ¡Confirmada!
Evangelina
¡Señor! ¡Doctora! ¿Qué pasa? ¡Yo tengo que irme!
Las Paramédicas salen. El piloto corre al helicóptero. Evangelina lo sigue. Suben
ambos al helicóptero. El ruido es cada vez más ensordecedor. Las voces apenas se
distinguen.
Piloto
¡Enganche fuerte todas las presillas! ¡¿No trajo más abrigo que ése?!
Evangelina
¡No!
Vuelan.
¡Ay, qué divertido! ¡Ay, nunca viajé en una de estas cosas! ¡Ay, me voy a morir! ¡Ay,
Dios mío me voy a morir!
Piloto
¡Primero vamos a pasar por mi ex casa!
Evangelina
¡Ay, qué gracioso! ¡Nos vamos a matar! ¡Cuidado!
Piloto
¡¿Le gusta?!
Evangelina
¡Estoy aterrorizada!
Piloto
¡Me está pisando!
Evangelina
¡¿Qué?!
Piloto
¡Que me está pisando!
Evangelina
¡Disculpe! ¡Es que nunca viajé en una cosa de estas! ¡Se me da vuelta todo! ¡Me estoy
descomponiendo! ¡Pare! ¡Pare, por favor! ¡Pare esto!
Piloto
¡¿Ve esa casa?! ¡Esa, ahí! ¡¿La ve?! ¡Al lado de la parabólica! ¡Ahí está! ¡Es ella!
¡ANA! ¡YO TE AMO!
Aparece Ana en la terraza de su casa.
Ana
¡Basta, Damián! ¡No me hagas esto! ¡Los chicas no quieren verte!
Piloto
¡ESO NO ES CIERTO! ¡DECÍLES QUE SUBAN! ¡DECÍLES QUE SU PADRE
QUIERE VERLAS!
Ana
¡¿Con quién estás?! ¡¿Quién es esa mujer?!
Piloto
¡CHICAS! ¡ES PAPÁ!
Ana
Vayan para adentro.
Ingresan dos niñas.
Chicas
¡Papá!
Piloto
¡LAS EXTRAÑO!
Ana
¡Estás traspasando los límites fijados!
Piloto
¡EL JUEZ HABLÓ DE KILÓMETROS EN TÉRMINOS HORIZONTALES! ¡DIJO
UN KILÓMETRO A LA REDONDA! ¡NO DIJO NADA DE DISTANCIA EN
SENTIDO VERTICAL! ¡YO TAMBIÉN TENGO ABOGADOS QUE ME
ASESORAN! ¡¿O QUÉ PENSABAS?! ¡TODOS LOS DÍAS VOY A VENIR A
VERLAS! ¡¿ENTENDÉS, ANA?! ¡TODOS LOS DÍAS! ¡¿OYERON CHICAS?!
¡TODOS LOS DÍAS!
Chicas
¡Hasta mañana, papá!
La nave se aleja. Silencio. Evangelina vomita.
Piloto
¿Se siente mejor?
Evangelina
¿No me estaré enfermando yo?
Piloto
No sé. Yo soy el piloto, usted es la doctora.
Evangelina
¿Yo? No, yo...
Piloto
¿No?
Evangelina
No.
Piloto
¿Y quién es usted?
Evangelina
¿Yo? Eh...
Piloto
¿Y la doctora?
Evangelina
¿Qué doctora?
Piloto
La que tenía que venir. ¿O supone que lo voy a operar yo a...? ¿Dónde está?
Evangelina
¿Qué cosa?
Piloto
El paciente. El...

5
Consultorio de Ana.
Ana
Ingresando.
Disculpe. Puede continuar...
Fabián
¿Puedo...?
Ana
Sí, sí, siga.
Fabián
Bueno, yo le decía que siento que caigo, que estoy cayendo. Que voy cayendo. Es un
agujero. Un pozo tremendo en medio de la nada. Un pozo oscuro y húmedo que parece
no tener fin. Lo extraño es que a pesar de caer muy rápido puedo ver a través de las
ventanas del agujero. Hay gente comiendo, gente que duerme. Todos están con alguien.
Se oye el sonido del helicóptero. Ana se pone de pie. El sonido se pierde. Vuelve la
calma. Pausa.
No me puedo ocupar de mí. Ella no... no me deja. Sé que hoy otra vez, voy a terminar la
sesión, voy a encender el celular y me voy a encontrar con cuatro, cinco mensajes suyos
en el contestador, diciéndome que está preocupada porque todavía no llegué a casa,
porque...
Silencio.
¿Por qué es incapaz de acordarse de que estoy en sesión los martes a esta hora? Y fue
ella la que me dijo que yo tenía que venir acá. ¿Por qué no viene ella? ¿Por qué estoy
hablando de esto otra vez?
Silencio.
Cada martes tengo que escuchar uno de sus planteos. Y empieza con eso de LO
COTIDIANO, como si fuese una especie de categoría, no sé, filosófica... Hoy me
machacaba con lo del caño que gotea. Un caño de mierda que ni sé donde está, y de
repente ella considera crucial en nuestro matrimonio que yo tenga conciencia del caño
que gotea, y habla y se va por las ramas; pierde el hilo de lo que dice y no se calla, sigue
hablando y termina diciendo que me quiere, como si me estuviese perdonando de algo
que yo no entiendo.
Ríe.
Bueno, llamé a un plomero para que arregle ese caño. Lo llamé desde la oficina. ¿Para
qué? Otro problema. Yo estaba en medio de una reunión y me llama diciendo que no sé
qué accidente hubo, que el plomero se lastimó y me hablaba como si el tipo estuviese
medio muerto. Qué inútil que es.
Silencio.
Es una idiota.
Silencio.
Le sale sangre de la nariz.
Silencio prolongado mientras Ana anota.
Ana
Bueno... Interesante asociar esa... demanda VERBORRÁGICA de Evangelina hacia
usted, con la idea de HEMORRAGIA. Dígame; ¿ella...?
Fabián
No, a usted. Le... está saliendo sangre de la nariz.
Ana
¿Qué?
Fabián
Le está sangrando la nariz.
Ana
Es cierto. Perdone.
Se limpia con un pañuelo.
Bien. Listo.
Fabián
No. Le sigue... saliendo.
Ana
Disculpe. No sé qué me pasa.
Fabián
Se le está manchando la blusa, el...
Ana
Va hasta un bargueño a limpiarse.
No es nada. No es nada, en absoluto. Es algo... Es nada más que algo... psicológico. Es
algo psicológico.
Fabián
¿La hemorragia...?
Ana
¡Todo!
Regresa a su lugar. Se sienta.
Perdone. ¿De qué estábamos hablando?
Fabián
¿Se siente bien?
Ana
Sí, sí. Estoy bien. Eh... Estábamos hablando de...
Fabián
De ella.
Ana
Bien.
Pausa.
¿Ella quién?
Fabián
Evangelina.
Ana
Ajá.
Fabián
Yo digo, yo decía, dije que creo que es una idiota.
Ana
Perdón, perdón: ¿digo, decía o dije?
Fabián
¿Eh?
Ana
Si lo DICE, lo DECÍA o lo DIJO.
Fabián
¿Si se lo dije? ¿A Evangelina?
Ana
No. A mí.
Fabián
¿Qué?
Ana
¿Usted me escucha cuando le hablo?
Fabián
Sí. Yo...
Ana
Bueno, yo no. Yo no lo escucho cuando usted habla.
Pausa.
Lo intento, creáme, pero... me distraigo. Últimamente me distraigo con cualquier cosa.
Porque yo lo veo a usted ahí; un hombre enfrente de mí y asocio con cosas de hombres:
corbatas, autos... ¿Qué es una bujía...?
Pausa.
¿Ve? Ya perdí el hilo. ¿Se da cuenta? Me voy por las ramas.
Fabián
Bueno, es mi trabajo.
Ana
¿Cuál?
Fabián
Yo fabrico bujías. Mi empresa se ocupa de eso, de...
Ana
¿De verdad?
Fabián
Quiero decir que YO se lo dije. Yo se lo conté. Yo le expliqué qué son y para qué sirven
las bujías, y usted seguramente lo recordaba de algún modo, no de manera consciente
y...
Pausa.
Le sangran las encías.
Silencio.
Ana
Bujías, encías.
Silencio.
Fabián
Ya es la hora ¿no?
Ana
No sé.
Fabián
Bueno, yo me voy a ir... Puedo llamar y...
Ana
Sí, está bien. Vaya. Usted paga para que yo no tenga una vida.
Fabián, de pie, con el saco puesto, la mira.
¿Por qué los hombres nos abandonan y nosotras nos quedamos?
Silencio. Fabián se sienta en el diván.
Él era médico y le quitaron la matrícula por atender una embolia en un bebé de cuatro
meses ¿sabe? Él no era pediatra, el bebé murió y... ahora es piloto. Una especie de
kamikaze más bien. Traslada pacientes graves... Y viene con su cosa que vuela y se
acerca a la terraza, porque dice que quiere ver a las niñas. ¿Usted sabía que yo tengo
unas niñas? Dos. Yo lo adoro, pero se convirtió en un peligro. Dejaba el gas abierto a la
noche. Una vez incendió la cama. Yo no daba más. Lo demandé y el juez prohibió que
se acercara a menos de un kilómetro a la redonda. Pero él dice que ese límite es sólo en
términos horizontales y por eso sigue viniendo con su cosa que vuela y un día se va a
estrellar. No entiendo cómo le dieron la licencia. Mi vida psíquica es un infierno.
Silencio.
Yo voy a dejarlo todo. Me voy a ir de viaje. Mi madre se puede ocupar de las niñas.
Voy a estar viajando durante mucho tiempo. Voy a ir a países de los que no sé nada.
Silencio.
Me pregunto quién sería esa idiota que iba con él.

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