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QUINTA CONFERENCIA -28 de junio de 2017- Signos discretos: una clinica préxima a lo real Hoy concluimos este ciclo sobre las psicosis ordinarias. Es mejor utilizar el plural para ser congruentes con el carécter creacionista que pueden tomar las infinitas y sutiles invencio- nes de los seres hablantes cuando de anudarse se trata. He aprendido mucho preparando estas charlas y espero haberles transmitido hasta qué punto estoy realmente tocada por un deseo de esclarecer la clinica que se desprende de la uil- tima ensefianza de Lacan, a nuestro alcance gracias al ingente trabajo de dilucidacién que lleva a cabo Jacques-Alain Miller desde hace mds de tres décadas. esta conclusién después del recorrido que hemos hecho. ;Por qué es asi? Porque si no abandonamos la premisa lacaniana crito De una cuestiin preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis, como hoy el Otro de las tradiciones ya no se sostiene como en Tos tempos de Ia familia patriarcal, puesto que I ‘bjetos de consumo Ran fomado por asalto el lugar que antes ‘pertenecia a a la tradicién, luego tampoco los sujetos de hoy, son Ios mismos de aquellos tiempos. Luego, si el Otro no e -€1 mismo, los sujetos tampoco. Es més, el Otro como tal, no (Geenis Rouse dpiin absoleto, en esta fase de lo que de forma genérica podemos Ilamar lo humano. Vv BRC RE = enero 120 AMANDA GOYA Los hablantes de hoy no suelen ser tanto hijos de sus dres como productos de la incidencia de /alengua' sobre sus cuerpos. Ahora Hamamos parlétre, expresién acufiada por “Tacan en sus tiltimos afios, a lo que antafio denomindbamos sujet. Y cada parlétre debe resolver el gran problema deta vida ~esta es una expresién de Lacan que mi amiga Vilma Coccoz suele citar con frecuencia y a mf me gusta mucho. el gran pro- blema de la vida que no ‘uando el Otro ya no existe, cuando no hay Se que pro- hfba, salvo excepciones, cuando la castracién ese gran concepto psicoanalitico se debilita dia a dfa en su funcién de regular, localizar, negativizar el goce, qué hace cada parlétre con los excesos de goce que lo asaltan, lo acosan, lo interpelan7A esta pregunta busca responder precisamente la Ul jmisima ensefianza de Lacan, como Miller la llama, en particular a par- tir del paradigma de Joyce que trabajamos en la segunda de las reuniones. Y la invencién del sinthoma que Lacan despren- de de Joyce, es el corolario clinico de este periodo conclusivo. Esta invenci6n es una brijula, una rosa de los vientos si se me permite esta metdfora un poco cursi, para la clinica del parlétre del siglo XXI, la que nos corresponde a nosotros como practicantes del psicoandlisis de orientacién lacaniana, en tanto contemporéneos. Es en este contexto que habria que leer un enunciado de Lacan bastante escandaloso, como suelen ser muchos de los suyos, cuando afirma que \la psicosis es la°normalidad, ;Qué conlleva este aserto? Que Ja forclusién.no_es_exclusivament la defensa_propia de [z peicosis, sino que €=-inherenie-a los. [a paicosis, sino que es inhe ala clinica de los nudos. Pero dich judamientos de real, sim- “pélico’@-imaginario nunca son perfectos, siempre hay fallos, jincorrecciones, lapsus del nudo, dice Lacan. Y lo Saecorigt ‘e508 Tapsus, Io Rémos dicho cuando hablamos de Joyce, es lo 1 Lalengua: traduccién del neologismo francés lalangue. Fue inventado por La- can en el Seminario 20, Atin, para designar el lenguaje del cual goza el ser hablante. Es cercano al término laleo, que significa la emisin de sonidos en el nifio que ain no habla. case MOBLEML KRVIDN DO pablttte ~ ePROLRUK DO go‘Lo CINCO CONFERENCIAS SOBRE PSICOSIS ORDINARIA 121 que llamamos sinthome. La normalidad es, por consiguiente, elerror y sus intentos decor ora bien, gcémo distinguir las estructuras clinicas: neu- | rosis y psicosis de la singularidad que es propia de la clini- ca del sinthome, puesto que cada uno se anuda a su manera? {Nos conformamos con la diferencia absoluta de la relacién de cada parlétre con el goce en su singular modo de anudar los tres registros? ,O seguimos conservando una dimensi6n uni- versal, del orden del para todos? en desuso en i ie toda sexualidad humana es perversa, y porque a la vez vivimos en una época fundamen- talmente perversa. Pero al mismo tiempo podemos tomar lo més singular de cada uno y de su anudamiento sintomatico en la perspectiva borromea. Y un abordaje puede coexistir con el otro, asf como la tiltima ensefianza de Lacan tampoco anula la primera. Este ha sido el punto de llegada de Lacan en su dilatada ensefianza, exactamente inverso al que fuera su punto de partida en los afios cincuenta, porque para el Lacan clasico la normalidad era la neurosis, como pone de manifiesto en la férmula de la meidfora paterna, mas precisamente a partir de Mas tarde Lacan se percata de que la metdfora tn ae tam. poco permite simbolizar todo e iio todo" age gore Mates pre goce siempre 2 hay algo real que queda fuera. Por otra pi 122 AMANDA GOYA lido a inventar otros procedimientos para regular y localizar el goce; laimetdfora delirante es uno de ellos. EI Presidente Schreber nos lo ensefia a partir de la cons- trucci6n progresiva de una megalomania femenina que deri- va, después de un largo y durisimo trabajo del delirio, en su reconciliacién con el goce del enipiuje a La miljer que lo invade Para el tema de esta tiltima reunién voy a tomar varios tex- tos publicados en la revista Mental n° 352, dedicada a los traba- jos presentados en el Congreso que se realiz6 en julio de 2016 en Dublin sobre los signos discretos en las psicosis ordinarias. El primero es una éxcelenfe conferencia de-un psicoanalsta bel ga, Yves Vanderveken, que esclarece mucho de los puntos que estamos trabajando. Se titula “Hacia una generalizacién de la clinica de los signos discretos". SS ~My interesante resulta el contrapunto que propone entre Edipo y Hamlet; Edipo no sabfa, Hamlet sf sabfa. Y es por eso que Hamlet parece més apto para encarnar al neurético moder- no, el que resulta de un debilitamiento de la represién, que no se muestra muy férrea que digamos en la época del sexo compulsivo y de la pornograffa generalizada. Si tomamos a Hamlet como paradigma de la neurosis, como asimismo de aquello del goce que el falo no logra sim- bolizar, como recién sefialaba, ;qué nos ensefia? Que més alld dela muerte del padre es con la parte del deseo de su madre \\ que transgrede y excede la ley paterna, con lo que Hamlet tiene que vérselas, nos dice Vanderveken. . No sé si tienen presente el argumento de la pieza. Esta arranca con el inquietante encuentro entre Hamlet y el fantas- ma del padre que viene del més alld para reclamar venganza 2 Vanderveken, ¥, “Hacia una generalizacién de la clinica de los signos dis- cxetos’, Revista Mental N'35, enero 2017. Publicacién que recoge los trabajos del Congreso de Dublin convocado bajo el mismo tftulo que lleva la revista. (2016). CINCO CONFERENCIAS SOBRE PSICOSIS ORDINARIA 123 porque ha sido asesinado por su hermano con la complicidad de su mujer, la madre de Hamlet. ;Qué hard Hamlet con ese exceso de la madre? Porque es con la parte del deseo de su madre que trans le y excede la ley del padre que Hamlet fiene que vérselas afade Vanderveken TI

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