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InTRODUCCION Qué es un gag visual Definir el gag visual es como definir la risa, imposible. Lo que quere- mos ¢s reir, no que nos expliquen qué significa. Por eso colin ro habi de su modo de cuestionar mundo en que vivimes hacen 'y pensar. atravesar, inquietar, proranaly 4s rapido, mds divertido, m: como el que cree que Para un payaso como Pierre Etaix es franquear lo infranqueable; ‘ili como Gi se — comunicar lo incomunicabl poeta como Bau lo considera Un SL C novelista como Dickens, una complicada evolucién. Para Cervantes era esencialmente juego; para Beckett, fin de partida. Kafka lo imaginaba como una forma de cruzar una puerta del revés; Mark Twain, como una forma de observar tu propio entierro. Kant lo Ilamaba la nada; Freud, el vacio, Segin Fellini depende de estar rodeado de mucha gente; segiin Kierkegaard, de estar solo. Hitchcock Jo imaginaba como un cadaver sa- liendo de una cadena de montaje; Bob Clampett, como una cadena de montaje saliendo de un cadaver. Tati lo esconde; Betlanga Jo pasea. Para René Clair es una hilera de obreros en una fabrica; para Welles, una hilera 7 de voyeurs en plena faena. Un sefior Vamado Bordwell dice que es narrati- yo; otto sefior llamado Crafton dice todo lo contrario. Para Bergson es poner !a mirada en una estrella; para Kaurismaki, en una lata de cerveza vacia. Buiiuel crefa que cualquier idea es, por naturaleza, un gag; Preston Sturges que cualquier gag es, por naturaleza, una idea. Para los Hermanos Marx era un gallus domesticus; para los Monty Python, un pollo congela- do. Godard lo filma a réfagas; Tarantino, a borbotones. Gags: Tex Avery los definia como rebeliones del movimiento; Eric Rohmer, como discusiones del espacio. Pueden durar lo justo como en Hawks, o una eternidad como en los Coen. Bouvard y Pécuchet los usa- ban para matar el tiempos Beavis &¢ Butthead, para ver la tele en el sof’. Para Miyazaki son. gotas sobre un paraguas; para Chuck Jones, caidas in- finitas. Leo McCarey los filmaba en tres partes; Richard Lester, a cuatro beatles. A Blake Edwards le gustaba encontratlos de fiesta en fiesta; a Pa- solini, de rostro en rostro. Arlequin los perseguia saltando; Pierrot, recor- dando. Para Rabelais eran movimientos verbales: para Sennett, verbos de movimiento. Los actores de Ozu los practicaban sacando la lengua; los de Ford, lanzando una piedra al rfo. Hace un siglo, los vanguardistas Jos llamaban /oops: ahora fos hackers los llaman glitches. El Gordo, slow burn; el Flaco, double take, Lubitsch los sugeria en elipsiss Jim Jarmusch, entre tazas de café. Pueden aniquilarte como en las peliculas de Roy An- dersson, o salvarte como en Jas de Capra. Acabar «mal» como en Herzog, o acabat «bien» como en Fassbinder. Hay quien dice que Takeshi Kitano escondié uno bajo las murallas de un castillo, y lo encontré Super Mario. UNA DEFINICION ‘Ante todo veremos en él algo viviente. Por ligero que sea, lo tracaremos con el res- ppeto que se le debe a la vida. Nos limitare- mos a verlo crecer y desarrollarse. No desde- fraremos nada de le que veamos", 3Por qué el gag visual, por qué ahora? Estamos en un momento privilegiado de la historia de las imagenes, Mas que nunca, y gracias a la tecnologia, es posible trabajar sobre formas visuales del pasado retros- pectivamente, acercdndolas a fa cultura audiovisual contempordnea: \ Plenti Bergson, La risa. Ensayo sobre la significactin de lo comico, Madvid, Alianza, 2008, pig, L1. usar, capturar y remontar lo que vemos, pensarlo de nuevo. Por eso, En la década de los sesenta, etapa en la que se fraguaron algunos de los textos mas sugerentes sobre el gag desde la éptica francesa, era impen- sable poder detener una pelicula para estudiarla detalladamente, se escri- bia casi siempre «de memoria», sobre el recuerdo de las imagenes, no sobre su permanencia, Hoy esa situacién ha cambiado radicalmente, y seria un fraude escribir sobre el gag sin acometer esa pausa y ese estudio detallado, Entre los ochenta y los noventa, cuando desde fa éptica anglosajona sur- gen gran nuimero de textos criticos en torno al gag, si era posible detener las imagenes —gracias al VHS y los primeros DVD— pero no era facti- ble, en cambio, remontarlas como podemos hacer hoy. Ahora las dos co- sas son posibles: detenernos en cada imagen (gag) y reformularla en con- tacto imagenes (gags), y esa es nuestra propuesta. pero es necesario precisar algunas cuestiones sobre el enfoque de estas paginas, sobre el punto de ataque. comentar brevemente antes de en Una forma No podri set una ciencia de los conte- nidos, sino una ciencia de las condiciones del contenido, es deci, de Jas formas’. 2 Roland Barthes, Critica y verdad, Madrid, Siglo XXI, 1972, pag. 59. lars cuando hablaba del formalmente, el puiblico de una sala de cine no repara en si lo que ve es un fuera de campo 0 un plano secuencia, porque esos son términos del oficio; en cambio, identifica enseguida si lo que ve es un gag, por- que rie, Noél Burch define ese proceso de identificacién del gag, co- miin a cualquier espectador, como la percepcin de una belleza de la esttuctura’, En esa misma linea, y hablando de la gran obra maestra de Tati, Play Time [1967], Kristin Thompson propone el concepto de cinematic excess, Btiva compleja, pero CD iyo. inmanente, que se femonta a I 5 é Decia Kierkegaard que lo cémico estriba en una subjetividad que quiere hacerse valer como forma’. Nuestro objetivo es rastrear esa subje- tividad en busca de cauces comunes, maneras de idear, escribir, actuar, filmar y montar el gag que nos ayuden a entender mejor cémo funcio- na —tina ciencia de las formas en el sentido de Barthes. Nuestro méto- do de trabajo seré localizar repeticiones y diferencias, puntos de ataque que son modes de construir el gag como un topos, igual que esos clowns cuyo repertorio de gestos —mitad técnica, mitad improvisacién— va- ria y se adapta a cada escena. oe no = a eee > Frangois Mars, Le gag, Paris, Edicions du Cerf, 1964. 4 Noal Burch, Praxis del cine, Madrid, Pundamentos, 2003, pags. 136-137. + Kristin Thompson, «The Concept of Cinematic Excess, en Ciné-Traews néim. 2, 1977, pag, 57. © Allardyce Nicoll, Ef mundo de Arlequin, Barcelona, Seix Barral, 1977, pag. 147. 7 Siren Kierkegaard, O lo uno o lo otro, Un fragmento de vida I, Madrid, Trotta, 2006, pag. 162. * Henri Bergson, op. ci#., 2008, pag. 12. 10 sintoma mas que diagnés- Que hace (posible) reir Pretender que un gag deba ser obligato- rlamente comico es imponer una restriccién humillante a su poderosa independencia”. Toni en ee, condin de posi. guardado bien de incluir las palabras «cémico» o «comedia» en el titulo Nos mantendremos a cierta distancia de la «efectividad cémica» para dar una oportunidad, en cambio, bigiiedad y la diversidad de los mejores gag visuales, qu . Es indudable que ef elemento comun es siempre la risa, pero en lugar de saber por qué reimos, nos interesa entender cémo se provoca —o puede provocarse— la risa a través del gag, visualmente. ;Son los gags excusas para hacer refit 0 algo mas? Esa pregunta centra todavia hoy infinidad de debates entre cémicos, igual que ocurria en tiempos de la vanguardia, cuando Arraud insistia en la necesidad de superar las lecturas faciles y exclusivamente cémicas del gag, que constrifien sus posibilidades expresivas' |. «es un libro tremendamente Gniverse autonome, donde solo cuenta el ce de los sucesos regocijantes, y donde se » José Luis Guarner,

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