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Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
Stéphane Dion
Tomado de: Revue francaise de science
politique, 43° année, n°6, 1993. pp. 994-1008
Traduccién: Bard AI & Neri Martinez, 2024
Introduccién
El trabajo que Michel Crozier y los investigadores que ha inspirado, han
desarrollado en Francia durante mas de tres décadas ocupa un lugar domi-
nante en la sociologia de las organizaciones de habla francesa. Se llevan la
mayor parte del espacio en los manuales de introducci6n a esta disciplina;
mientras que en el extranjero la sociologia francesa de las organizaciones se
identifica casi exclusivamente con esta escuela. Esta corriente sociolégica,
derivada del estudio de las organizaciones, reviste una importancia particu-
lar para la ciencia politica, ya que, como ella, hace del poder su concepto
central. Por ello, la Revue francaise de science politique publicé un extenso
articulo sobre El actor y el sistema, obra publicada en 1977, que constituia
la primera exposici6n tedrica de los conceptos elaborados progresivamente
por Michel Crozier y el Centro de Sociologia de las Organizaciones.
Con El actor y el sistema cumpliendo quince afios, se hacia necesaria una
nueva sintesis teérica. Erhard Friedberg, coautor con Michel Crozier de El
actory el sistema y nuevo director del Centro de Sociologia de las Organiza-226 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
ciones, se encargé de ello presentando una obra de 400 paginas titulada El
poder y la regia.
De entrada, hay que reprochar a Erhard Friedberg no haber situado su
nueva sintesis teérica en relacién con la anterior. Quienes estén familiari-
zados con la sintesis publicada en 1977 encontraran la nueva versién fasti-
diosa por momentos, ya que Friedberg retoma temas antiguos. La literatura
discutida es, por supuesto, nueva, pero los argumentos inéditos se insertan
en una materia bien conocida. En ningtin momento la nueva obra contradi-
ce o siquiera interpela explicitamente a El actor y el sistema. El editor no se
ha tomado la molestia de afiadir un indice que habria sido util para identifi-
car los nuevos desarrollos. No solo la nueva obra hace en parte doble empleo
con la anterior, sino que se repite a si misma con frecuencia a lo largo de los
capitulos, en un estilo redundante y siguiendo un modo de exposicién en el
que los temas se superponen constantemente.
Dicho esto, en mi opinién la publicaci6n de esta obra era necesaria por dos
razones. En primer lugar, se trataba de responder alos numerosos comenta-
trios que El actor y el sistema habia suscitado y de dar cuenta de la evoluci6n
del modo de razonamiento propuesto. En segundo lugar, era necesario mos-
trar la contribucién del conocimiento obtenido mediante esta practica de
investigacién. Solo se ha cumplido la primera de estas expectativas. El poder
y la regia es una obra maestra por la solidez de su desarrollo te6rico, aun-
que este sea a menudo discutible, como veremos mas adelante. Sin embar-
go, el autor perdié la oportunidad de extraer lecciones de los datos empiricos
obtenidos por su método de investigacién y de confrontarlos de forma sis-
tematica con los resultados recogidos por otros equipos de investigadores,
utilizando otros paradigmas y enfoques de investigaci6n. E. Friedberg con-
vence de la coherencia teérica de su método, de su valor potencial, pero atin
se ignora en qué medida este vasto esfuerzo de investigacion ha contribuido
concretamente a la acumulacién de conocimientos sobre los fenémenos or-
ganizacionales y sobre la dinémica de la accién organizada. Esto resulta sor-
prendente por parte de un autor que insiste tanto en la necesidad de emitir
siempre juicios concretos en lugar de limitarse a la ret6rica.
Al igual que El actor el sistema, El poder y la regla es un discurso sobre el
método, estimulante y de alta calidad. Sin embargo, el debate cientifico debe
ir més ally centrarse en los resultados empiricos de los diferentes enfoques
de investigaci6n. Estas son las dos propuestas que pretendo demostrar en
este articulo, después de haber presentado el método de andlisis de M. Cro-
zier y E. Friedberg.Erhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion —227
EI analisis estrategico: presentacién
Curiosamente, después de tres décadas, atin existe una incertidumbre so-
bre la denominacién misma del enfoque en cuestién. El actor y el sistema lo
designaba como un anilisis estratégico y sistémico, mientras que El poder
y la regia lo llama enfoque organizacional. Esta segunda denominacién es
menos afortunada en la medida en que todas las formas de estudio de la or-
ganizaci6n pueden ser calificadas como organizacionales. Lo mas sencillo es
utilizar la expresién “anilisis estratégico”, ya que nombra el concepto que da
al enfoque su originalidad. De hecho, “anilisis estratégico” fue la expresion
utilizada en el coloquio celebrado en Cerisy sobre el pensamiento de Michel
Crozier.
Elenfoque del andlisis estratégico ha sido expuesto en varias ocasiones por
Crozier, Friedberg y sus comentaristas. Aqui me esforzaré por hacer una pre-
sentacién simple y concreta. Crozier y Friedberg pretenden proporcionar un
marco para explicar cualquier organizacion o, mas ampliamente, cualquier
accion organizada. Para ellos, esto equivale a explicar los comportamientos
reales de los individuos en las organizaciones, mas alla de la estructura ofi-
cial. La estructura de autoridad legal solo describe las relaciones entre los in-
dividuos tal como se supone que deben ocurrir en una organizacion. El ana-
lisis estratégico tiene como objetivo revelar lo que realmente sucede. Ofrece
menos una teoria que un enfoque de investigacion basado en entrevistas y
observaci6n. El investigador debe escuchar lo que los individuos, los actores,
tienen que decir sobre sus relaciones dentro de la organizacién, més alla de
las descripciones oficiales de las tareas. Estas relaciones estan hechas de po-
der en el sentido de que el individuo es un actor racional que busca que los
intercambios que lo vinculan a los demas actores le sean lo mas beneficiosos
posible.
Elinvestigador debe recordar cémo los actores se desvian de la estructura
de autoridad formal o utilizan las zonas de incertidumbre que esta estruc-
tura no puede eliminar. Debe mostrar como los actores forman coaliciones
sobre la base de intereses comunes y cémo Ilegan a formar actores colecti-
vos cuyos comportamientos e incluso su existencia a veces no son recono-
cidos oficialmente. El efecto combinado de estas estrategias individuales y
colectivas produce un juego, es decir, una interdependencia sistémica. Esta
interdependencia se debe a que todos estos actores se necesitan mutuamen-
te. Las relaciones de poder en las que se embarcan establecen desigualdades
entre ellos, sin duda, pero también reciprocidades: los mas débiles siempre
tienen un margen de maniobra, por estrecho que sea, aunque sélo sea para228 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
negociar su puesto. El conjunto de juegos asi descubiertos dentro de la or-
ganizaci6n, asi como entre la organizaci6n y su entorno relevante, forman
a su vez una interdependencia sistémica mas amplia, un sistema de accién
concreto, que proporciona la descripcién mas cercana posible de la realidad
organizacional estudiada.
Toda esta construccién metodolégica se basa en una concepcién del in-
dividuo. Este ultimo es un actor dotado de una racionalidad limitada, segan
el modelo bien conocido desarrollado por J. March y H. Simon. El actor no
distingue claramente sus objetivos y preferencias, sino que los elige en fun-
cidn de las apuestas y oportunidades que percibe. Las consecuencias de su
accién dentro de la organizacién le llevaran a cambiar de objetivos y a per-
cibir otros. Descubre sus objetivos a través de su experiencia y decisiones,
mediante un proceso de ensayo y error.
Para sacar el maximo provecho de las relaciones de poder en las que se
involucra, el actor, individual o colectivo, busca hacerse indispensable, util
a los demas actores o ponerlos en situacién de dependencia. Lo consigue
de diversas maneras: mediante un conocimiento profundo de las reglas ofi-
ciales, jugando con su experiencia o ocupando una posicién clave en una
red de comunicacién dentro de la organizacion o entre la organizacion y su
entorno. De este modo, el actor puede movilizar diferentes recursos, pero
su poder siempre depende en tiltima instancia del control que pueda ejer-
cer sobre una zona de incertidumbre que afecta a la consecucién de los ob-
jetivos del conjunto o de un segmento de la organizacién. Segtin Crozier y
Friedberg, incluso habria un rasgo de equivalencia entre imprevisibilidad y
superioridad: un actor imprevisible que controla una zona de incertidumbre
pertinente est en una situacién de poder. Por lo tanto, se invita al investiga-
dor a descubrir las zonas de incertidumbre cruciales para el funcionamiento
de la organizacién y a prestarles especial atenci6n.
Esta concepcién del poder no significa que el mundo y la acci6n social es-
tén poblados de pequefios "Maquiavelos”perfectamente cinicos, amorales
y sin ley ni orden, explica Friedberg (p. 254). El razonamiento propuesto se
basa en una nocién ampliada del interés que abarca todos los méviles ima-
ginables y no excluye ninguno a priori, ya que no pueden definirse indepen-
dientemente de la situacién de interaccién (p. 215). Los motivos utilitarios y
morales siempre se entremezclan en las condiciones reales de la accién (p.
212)
Es més, la caracteristica fundamental del enfoque de investigacién reco-
mendado es ser alérgico a los apriorismos fuertes. El comportamiento delErhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion—229
actor se percibe como ampliamente condicionado por un contexto que pre-
cisamente hay que descubrir. Es en relacién con el contexto real y no en el
absoluto que pueden apreciarse las motivaciones, recursos y estrategias de
los diferentes grupos de actores. Incluso las fronteras del sistema de accién
no pueden determinarse a priori, ya que incluyen no sélo la organizacion en
estudio, sino también su entorno relevante, es decir, todo lo que condiciona
més o menos directamente la capacidad de una organizaci6n para funcio-
nar de forma satisfactoria y alcanzar sus objetivos. El investigador no decide
de antemano el trazado de estas fronteras ni os retos significativos, las zonas
de incertidumbre o los grupos importantes de la organizacién estudiada. Los
descubre a medida que avanzan sus observaciones.
El investigador se esfuerza primero por comprender el punto de vista de
cada actor entrevistado, elegido segtin un muestreo que cubra los diferentes
puntos de la organizacién y que pueda completarse a medida que se obtenga
nueva informacién. Al contrastar los testimonios asi recogidos, el investiga-
dor se dota de una exterioridad que le permite comprender la interdepen-
dencia y la eficacia relativa de las estrategias observadas. El enfoque va de lo
particular -el punto de vista de los actores, sus actitudes, sus sentimientos-
alo general, formulando hipotesis cada vez mas generales sobre los juegos
implicitos entre los grupos que dan forma al sistema de acci6n concreto de
la organizacién. De este modo, se pasa del anilisis estratégico al andlisis sis-
témico, del actor al sistema. Pero se trata de un sistema de accién concreto,
reconstruido a posteriori por la investigacién, y no de un sistema preestable-
cido, antes de la investigacién, que se supone que la guiara.
El anilisis estratégico puede desembocar en una estrategia de interven-
cién cuya apuesta es el aprendizaje: un mejor conocimiento de los juegos
en los que estan involucrados deberia incitar a los actores a cooperar mejor
entre sien el sentido de una mayor apertura y una mayor capacidad (p.325).
Corresponde al investigador recopilar y revelar este conocimiento y ayudar
alos actores a escucharse a si mismos. Sélo en este sentido, el andlisis estra-
tégico puede vincularse a la corriente humanista de la gestién participativa.
Enesto veo la aplicacién, escribe Friedberg, ...de una serie de valores que me
son queridos y entre los que se encuentran la democracia, la descentraliza-
cién y la autonomia de los individuos (p. 326).
Este método clinico se recomienda para todos los contextos de accién or-
ganizada, tanto si se trata de una burocracia formalizada como de una red
informal, de una organizacién econémica o de una asociacién voluntaria,
de una empresa privada o de una organizaci6n estatal, de una organizaci6n
grande o de un grupo pequefio. El enfoque se puede transponer de un con-230 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
texto a otro, ya que en todas partes el individuo es el mismo: un actor con una
racionalidad limitada, que participa en relaciones de poder. Crozier y Fried-
berg ofrecen asi una teoria extensa de lo politico, por retomar la formula de
Vincent Lemieux, siendo el poder buscado en todas las acciones organizadas
yno slo en el Estado.
Como eleccién de método, el andlisis estratégico sélo tiene sentido si el
comportamiento de los actores se explica tanto o mas por su interdependen-
cia dentro de la organizaci6n que por factores mas globales o antiguos, como
las grandes ideologias o las convicciones de los actores previas a su entrada
en la organizacién. Es necesario que la explicacién del funcionamiento de
la organizacién se encuentre en gran medida en la propia organizacion, con
sus relaciones de poder, y no s6lo en la sociedad global, la socializacién pa-
sada de los individuos, su pertenencia social o sus idiosincrasias. En efecto,
seria una mala inversién esforzarse tanto por estudiar las relaciones de po-
der dentro de las organizaciones si, en la mayorfa de las situaciones reales, el
comportamiento de los individuos sélo se explicara marginalmente por esta
dimensién microorganizacional.
Crozier y Friedberg no niegan que los factores macrosociales o histéri-
cos tengan efectos importantes, pero consideran que estas influencias son
contingentes, ligadas al contexto, y por lo tanto el investigador sélo puede
captarlas correctamente a partir de la propia organizacion. Es al escuchar a
los actores que el investigador descubrira el efecto real de estos condicio-
namientos mas globales o antiguos. Por ejemplo, podré rastrear, a partir del
estudio clinico, cémo la cultura limita la capacidad estratégica de los actores,
es decir, su capacidad para leer el juego y aprovechar las oportunidades.
En tltima instancia, es posible que en algunos casos el contexto organiza-
cional tenga un poder explicativo débil, significativamente menor que el de
los condicionamientos globales e hist6ricos, pero slo estudiando el sistema
de accién de la organizacin podré el investigador darse cuenta de ello. En
palabras de Friedberg:
La cuesti6n de si es el pasado (la socializaci6n) 0 el presente (la
situacién y sus oportunidades y limitaciones) lo que mds pesa en el
comportamiento de los individuos sigue siendo indecidible a nivel
abstracto y desde un punto de vista general. Solo se vuelve decidible
empiricamente, lo que significa que se habra arraigado en el andlisis
concreto de una situacién especifica, y que se habra dado una res-
puesta que sigue siendo local y contingente (p. 53).Erhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion—231
El mismo razonamiento se aplica a los objetos de investigacién privilegia-
dos por otros enfoques organizacionales: las estructuras formales de las or-
ganizaciones, la tecnologia, la incertidumbre de los entornos y mercados, el
tamafio de las organizaciones, el liderazgo. Todos estos factores ejercen sus
efectos sobre la organizaci6n, pero no deben establecerse a priori sin realizar
un andlisis clinico de la propia organizacin.
éPor qué el analisis estratégico? Una defensa convincente de una
eleccién de método
En El poder y la regla, el sistema de defensa con el que Erhard Friedberg
afirma la superioridad de su enfoque se basa en dos proposiciones implici-
tas. En primer lugar, sostiene que los demas enfoques parten de apriorismos
discutibles que enmascaran los factores endégenos propios de cada orga-
nizacion o sistema de accion, factores que el andlisis estratégico convierte
en su objeto de estudio privilegiado. En segundo lugar, argumenta que el
anilisis estratégico, por su parte, logra tener en cuenta los factores ex6ge-
nos estudiados por estos otros enfoques, pero reubicandolos en su contexto
adecuado. Friedberg demuestra claramente la precision de la primera pro-
posicion, pero no convence de la segunda.
Todas las demas aproximaciones reciben la misma critica, lo que contri-
buye a dar al libro su cardcter repetitivo. Se les reprocha no respetar la par-
ticularidad del contexto (p. 21). Su evolucién conceptual, escribe Friedberg,
las conduce sin embargo a descubrir cada vez mas la complejidad y, por lo
tanto, la relativizacién radical de la nocién de organizacién (p. 29, subraya-
do en el texto), pero tardan en sacar la conclusién que se impone sobre la
prioridad que se debe dar a los factores end6genos de la organizacion.
Lo mismo ocurre con las teorfas econémicas de la organizaci6n inspiradas
en particular por O. Williamson. Aunque han alcanzado un nivel de sofisti-
cacién menos frustrante que el del homo economicus taylorista, no dejan
de estar prisioneras de un utilitarismo demasiado estrecho y estereotipado
que apenas permite aprehender un actor con preferencias no estables e in-
dependientes de las condiciones de eleccién, sino por el contrario adaptati-
vas y sujetas a modificaciones endégenas, es decir, producidas por la propia
situacién de eleccién (p. 50). Estas teorias econémicas exageran considera-232 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
blemente tanto la unidad como la coherencia del funcionamiento de las or-
ganizaciones (p. 98).
La misma critica se aplica a la corriente humanista que ve en la organiza-
cién participativa la receta para todos los problemas. Esta corriente es hoy
menos ingenua que la escuela de relaciones humanas de la década de 1930,
més consciente de la complejidad de los sentimientos que la restriccién or-
ganizacional hace nacer en el corazén de los hombres. Tuvo que tener en
cuenta que su postulado fundamental - mejores relaciones humanas gene-
rarian organizaciones més eficientes - a menudo ha sido desmentido por
los hechos. Pero por mucho que el enfoque humanista flexibilice sus esque-
mas de interpretacién, sigue razonando sobre hombres abstractos de los que
se busca caracterizar los méviles de accién en general y de forma universal
(p.216). El razonamiento psicolégico no ha sido suficientemente revisado,
por lo que sigue marcado por el mismo reduccionismo que oculta la plas-
ticidad del comportamiento humano y su cardcter fundamentalmente con-
tingente, es decir, a la vez libre y constrefido por el contexto cambiante de
una situacién (p. 40), Los fundamentos cientfficos de la corriente humanis-
ta siguen siendo dudosos, y hay que temer la deriva incontrolada hacia el
adoctrinamiento ideolégico (p. 283).
Este es el caso, en particular, de los enfoques de intervencion en boga que
pretenden formalizar las culturas empresariales, pero que mas bien ceden a
la tentacién del discurso undnime, cuyo efecto es enmascarar los verdade-
ros problemas (p. 283). E. Friedberg juzga de la misma manera las numerosas
teorias que evaltian en qué medida las organizaciones estén condicionadas
por el grado de incertidumbre del entorno o de los mercados, por el entorno
institucional, por los efectos de la estructura (tamaiio, tecnologia, grado de
centralizaci6n formal), 0 por el tipo de liderazgo o estrategia empresarial.
Este gigantesco esfuerzo de investigacién, explica, acumula resultados con-
tradictorios utilizando medidas estadisticas sofisticadas, ciertamente, pero
a menudo cuestionables en el fondo. Al menos estos estudios habran ser-
vido para demostrar la extrema variedad del fenémeno organizacional y la
fragilidad de las generalizaciones apresuradas, observa Friedberg. Asi, estos
trabajos han demostrado que organizaciones con estructuras muy diferen-
tes también tienen éxito y que el camino hacia el éxito puede acomodarse a
muchos arreglos estructurales (p.84). A pesar de algunas intuiciones intere-
santes (p. 86), este esfuerzo conceptual basado en indicadores formalizados
se muestra incapaz de captar la realidad contingente de las organizaciones.
En cuanto a las grandes teorfas macrosociales, que versan sobre la domi-
naci6n, el Estado o la cultura nacional, su deductivismo ofrece a FriedbergErhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion —233
un blanco de elecci6n. Es cierto que los grupos econémicos poderosos y el
poder politico ejercen un efecto estructurante sobre la mayoria de los siste-
mas de accion, pero es imposible jerarquizar a priori y de forma estable los
contextos de accién y sus mecanismos de regulacién (p. 17). Por lo tanto, es
necesario renunciar al postulado de un sistema social unificado y engloban-
te (p. 180). La preeminencia del sistema politico y sus efectos estructurantes
deben ser demostrados empiricamente sobre el terreno donde se desarro-
lla esta accion (p. 181). De la misma manera, no se puede predecir el com-
portamiento de los actores de una sociedad vinculdndolo a rasgos culturales
nacionales e histéricos. El andlisis estratégico advierte contra cualquier lec-
tura del social que conduzca al determinismo cultural, a la sacralizaci6n del
Estado o a la ereccién de las clases en tabtes categéricos. Como se puede
ver, Friedberg reprocha invariablemente a las demas teorias que basan sus
enfoques de investigacion en apriorismos que les impiden aprehender las
particularidades, a menudo importantes, de cada contexto estudiado. Sin
embargo, en dos ocasiones Friedberg se ve obligado a justificar los postu-
lados de su propio enfoque. En el primer caso, el postulado en cuestién es el
que afirma que las miiltiples estrategias y los diversos objetivos de los actores
dentro de una organizaci6n se ordenan en un sistema de interdependencia
Esta hipotesis sistémica es puesta en duda por el enfoque conocido como
“modelo de la basura”, segtin el cual los objetivos de las organizaciones son
tan cambiantes y contradictorios que, como maximo, dan lugar a .*narquias
organizadas”més que a sistemas de interdependencia. La universidad seria,
segtin este modelo, el arquetipo de una anarquia organizada, zarandeada
entre miiltiples objetivos. Friedberg aporta sus propios trabajos y argumenta
que ha encontrado en las universidades francesas y alemanas regularidades
mis fuertes de las que cabria esperar de una conceptualizacidn en términos
de “anarqufa organizada” (p. 74). A las demas teorfas se les reprocha su de-
terminismo, mientras que el modelo dela basura, por el contrario, introduce
un sesgo a favor de lo aleatorio y lo incierto, y una subestimaci6n sistematica
de la estructuracién de la situacién de decisién (p. 75).
El otro postulado que se pone en tela de juicio es el que afirma que la im-
previsibilidad es la mejor, si no la tnica, estrategia ganadora. En otras pala-
bras, que la forma de conseguir la previsibilidad del comportamiento de los
demas es hacer que el propio comportamiento sea totalmente imprevisible.
Por el contrario, se puede argumentar que un actor con un comportamien-
to imprevisible perdera toda credibilidad. Sus compromisos, sus promesas
y sus amenazas tendran poca eficacia precisamente porque nadie le cree-
ra. Sin duda, un poco de imprevisibilidad no suele ser malo, pero llevar la
estrategia demasiado lejos puede facilmente volverse en contra de su autor.234 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
Lo que da poder es la capacidad de resolver una incertidumbre importan-
te para los demas actores, y no necesariamente de aparecer ante ellos como
imprevisible. A esta objecion, Friedberg responde introduciendo una nueva
distincién. Afirma que es sobre todo cuando el contexto es constrefiido y re-
gulado que los pocos actores que siguen siendo parcialmente imprevisibles
estaran en ventaja (p. 122).
A excepcién de la tiltima discusi6n sobre la relacién entre poder, credi-
bilidad e imprevisibilidad, donde la defensa de Friedberg es enrevesada, 4
poder y la regla”muestra de manera efectiva la coherencia interna del andli-
sis estratégico y las fallas de los demAs enfoques. Si se trata de comprender
los factores endégenos de la organizaci6n, relacionados con las relaciones
de poder que se juegan en ella, el andlisis estratégico es la eleccién légica.
El riesgo es evidente de sesgar la perspectiva al descuidar la dimensién mi-
croorganizacional sobre la que se enfoca. Dicho esto, el argumento se in-
vierte: el estudio, por muy fino que sea, del microorganizacional conducira
a interpretaciones fragiles si los factores mas globales y antiguos escapan al
anilisis. Friedberg argumenta que el anilisis estratégico esta preparado para
tener en cuenta estos factores estructurantes, pero en este punto es mucho
menos convincente.
Friedberg afirma que el andlisis estratégico permite descubrir los elemen-
tos racionales e irracionales (afectivos, ideoldgicos, culturales, etc.) de la es-
tructuracién del espacio de accién (p. 54, y también p. 213), y que no oculta
lo social y la profundidad social de los actores (p. 240). Sin embargo, reco-
noce el cardcter necesariamente parcial de las interpretaciones a las que se
llega asi, debido a que se ha descuidado la construcci6n social de los actores
del sistema y no se tiene suficientemente en cuenta el hecho de que partici-
pan naturalmente al mismo tiempo en una pluralidad de sistemas de acci6n
(p. 241). En efecto, cuando se revisan los consejos que Friedberg da al in-
vestigador, no se ve realmente en qué momento este ultimo podra tomar en
cuenta los grandes y pequefios determinantes del conjunto social (p. 183):
£1 (el analista) pone deliberadamente entre paréntesis las particularidades
de los individuos (y renuncia por lo tanto a utilizarlas para explicar directa-
mente los comportamientos observados) para despersonalizar el andlisis y
dirigir la mirada hacia el contexto inmediato de accién, haciendo como si
los actores calcularan fria y racionalmente sus conductas en funci6én de las
tnicas caracteristicas de este (p. 217-218).
Hecha esta puesta entre paréntesis, Friedberg invita al investigador a ra-
zonar sobre las desviaciones, es decir, los comportamientos que no se co-
rresponden con la idea inicial que se puede tener de los motivos de los acto-Erhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion —235
res (p. 218). No se sabe a qué idea inicial alude Friedberg, quien no deja de
exhortar al investigador a renunciar a toda idea a priori sobre la naturaleza
humana, salvo la de un utilitarismo en un sentido tan amplio que no exclu-
ye de antemano ningiin motivo de accién. Sino hay una idea inicial a priori,
tampoco hay desviaciones que medir. El investigador de Friedberg carece de
herramientas metodolégicas a la hora de determinar silos elementos que es-
tructuran el contexto son estratégicos o culturales, inmediatos o mas lejanos
y antiguos, estrictamente ligados al sistema de interdependencia estudiado
o imputables a factores més globales.
Criticar es una cosa, proponer la solucién es otra. Al problema que plan-
tea la articulacién de diferentes modos de explicacién -estratégico, cultu-
ral, societal-, la respuesta mas realista consiste sin duda en admitir que hay
que asumir una eleccién de método a pesar de su caracter inevitablemente
reductor, y que el conocimiento progresa mediante la confrontacién de los
resultados obtenidos mediante diferentes métodos. De ello se deduce que,
para demostrar el valor de un método o de una teoria, no basta con demos-
trar su coherencia, sino que hay que probar sobre todo su utilidad sobre la
base de los resultados obtenidos. Este debate empirico no se encuentra en
El poder y la regia, aunque todo el libro es un alegato a favor de la empiria.
Los resultados del analisis estratégico: un debate empirico
pendiente
El podery la regla es esencialmente un debate retérico sobre la coherencia
de las diferentes teorias de las organizaciones. Esto es lamentable, porque fi-
nalmente es por sus resultados que se juzga una teoria”. El debate retérico
ya se habia llevado a cabo en “actory el sistema”. Friedberg podria haberse
contentado con actualizarlo antes de abordar de frente tres cuestiones esen-
ciales:
= gCual es el alcance explicativo del andlisis estratégico?
= {Qué propuestas se pueden derivar de las investigaciones realizadas?
= ;Cémo se ubican estos resultados en el conjunto de conocimientos so-
bre los fenémenos organizacionales?
Friedberg ofrece una respuesta embarazosa a la primera pregunta, apenas
esboza una respuesta a la segunda y descuida la tercera.236 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
El alcance explicativo del andlisis estratégico necesita ser aclarado. Hay
dos posiciones posibles. La primera, prudente, pero también deprimente,
es que el andlisis estratégico no puede conducir a proposiciones generales
sin traicionar su partidismo por la induccién y la explicacién localizada. S6-
lo puede producir monografias, o comparaciones monograficas, cuyo alcan-
ce explicativo sélo es valido para los contextos estudiados, lo que, se argu-
menta, ya es mucho. La segunda posicién es la del plan de investigacién: la
multiplicacién de los andlisis estratégicos que se realizan deberia permitir
avanzar, lenta pero seguramente, hacia la validacién de hipotesis mas am-
plias sobre los fenémenos organizacionales, asi como sobre los procesos de
integracién entre los fendmenos micro y macro-sociolégicos. Esta era la po-
sicién de Michel Crozier cuando, después de su primera obra importante,
2 fenémeno burocratico”, lanzé una serie de investigaciones sobre la admi
nistracion francesa. De hecho, este vasto esfuerzo de investigacién condujo
aun modelo llamado de la regulacién cruzada.” del "poder periférico”, cuyo
alcance explicativo, segtin sus autores, se extiende a todo el sistema politico-
administrativo francés, y no s6lo a las organizaciones estudiadas, y podria
servir para explicar otros tipos de sistemas jerarquicos.
Mi preferencia es inequivoca por la segunda posicién. La monografia ce-
rrada ahoga las potencialidades del andlisis estratégico. La obra pionera, El
fenémeno burocratico, fue todo menos una serie monografica cerrada sobre
s{ misma. Sin duda, existe un riesgo inherente a otorgar a los resultados de
la investigacién un alcance explicativo mas amplio que el contexto en el que
fueron recogidos, pero es un riesgo saludable. La extrapolacién abusiva es
una critica que se ha dirigido tanto a El fendmeno burocratico como al mo-
delo de la “regulacién cruzada”. Sin embargo, ambos modelos se han con-
vertido en referencias obligadas y han aportado, segiin sus propios criticos,
una contribuci6n inestimable ala comprensién del fenémeno burocratico y
de la sociedad francesa. La prudencia es, sin duda, una cualidad necesaria
para la investigacién, pero la audacia también.
El encierro monografico es una trampa por otra raz6n. Corta el debate
cientifico, ya que el investigador no tiene entonces nada que comunicar una
vez salido del contexto estrecho de sus investigaciones. El estudio de caso
que s6lo conduce a si mismo prohibe la confrontacién de los resultados de
la investigacion, que es el proceso por el cual se acumulan los conocimien-
tos. El poder y la regla coquetea con la falsa seguridad de la monografia ce-
rrada, pero no cede a ella, y finalmente opta por la generalizacién, lo que
Friedberg llama la “teoria fundamentada’” (p. 305). Sin predicar el estudio deErhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion —237
caso cerrado, Friedberg es profundamente escéptico sobre la posibilidad de
extender el alcance de una explicacién més alla del contexto estudiado.
En algunos momentos, nuestro autor parece sugerir que la acumulacion
de conocimiento cientifico es una empresa sin sentido. Expresa sus dudas
en varias ocasiones a lo largo del libro. De entrada, descarta la posibilidad
de llegar a una teoria general (p. 21), una mega-teoria de lo social o de la or-
ganizaci6n, un realismo ampliamente compartido en las ciencias sociales de
hoy en dia. Pero Friedberg parece a veces ir hasta el punto de renunciar alos
enunciados te6ricos como tales. Los resultados del andlisis no pueden pro-
porcionar la base para extrapolar a partir de ellos a otros sistemas aparente-
mente similares (p. 245). Hay que contentarse con “saberes parciales”, arrai-
gados en configuraciones especificas (p. 290), un resultado parcial y provi-
sional que corresponde a un estado de recopilacién de datos, sin ninguna
pretension de exhaustividad o generalidad (p. 310).
Friedberg, a pesar de todo, permite llevar la mirada més alla del contexto
estudiado. El investigador puede desarrollar argumentos, incluso prescrip-
ciones de alcance general, siempre que tenga en cuenta que sus elementos
de prueba son sélo parciales y locales (p. 181). Los resultados recogidos, ex-
tendidos a otros contextos, pueden servir para estimular la reflexién, para
estructurar la mirada, siempre que se tenga siempre presente la contingen-
cia irreductible de los datos que se utilizan de esta manera, y se controle la
reflexién mediante la confrontacién con datos empiricos sobre el nuevo “sis-
tema” que se va a analizar (p. 245-246).
Siempre es posible aventurarse en especulaciones y extrapolaciones, que
pueden permitirnos llegar a generalizaciones a menudo estimulantes, aun-
que no siempre rigurosas (p. 290). Estas extrapolaciones pueden dar lugar
auna teoria fundada cuando se basan en un numero suficiente de estudios
sobre un campo cercano 0 sobre el mismo problema (p. 305). En definiti-
va, el relativismo radical debe ser excluido, y hay que utilizar la razon para
encontrar regularidades y desentrafiar los mecanismos sociales detras de la
proliferacién de estrategias de comportamiento (p. 316)
La extrema prudencia con la que Friedberg se embarca en la generaliza-
cién esta sin duda inspirada por su experiencia como consultor en organi-
zacién. La seduccién de las recetas prefabricadas se gana facilmente a los
hombres de accién que odian la incertidumbre y que, siempre apurados, es-
tan més que nunca dispuestos a aceptar “categorias” que les permiten aho-
rrar tiempo y esfuerzo para comprender una realidad que se les escapa (p.
189). Sin embargo, frente al mundo de la investigacién, me parece que Fried-238 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
berg esta predicando a los conversos al insistir tanto en el cardcter parcial de
los resultados que obtiene el investigador. A excepcién de algunos cientifi-
cos acérrimos, el consenso es que las ciencias sociales no proporcionan he-
chos, leyes que deben ser aceptadas sin examen, sino interpretaciones que
siempre deben ser cuestionadas y cuya plausibilidad debe ser evaluada en el
estado actual del conocimiento.
Dado que Friedberg finalmente rechaza el relativismo radical y el encie-
ro monogrAfico, es importante centrarse en la contribucién empirica de los
anilisis estratégicos: ja qué generalizaciones estimulantes 0 interpretacio-
nes de alcance general ha conducido este importante esfuerzo de investi-
gaci6n? Los conocidos anilisis del Centro de Sociologia de las Organizacio-
nes sobre la administracién publica francesa ofrecen el tinico ejemplo de
teoria fundada citado por Friedberg (p. 305). Sin embargo, el contenido sus-
tantivo, las bases empiricas y el aporte exacto de esta teoria no se discuten
ni se confrontan con las otras explicaciones existentes del sistema politico-
administrativo francés. En cuanto a los demas anilisis estratégicos realiza-
dos, Friedberg menciona varios, pero principalmente para mostrar que la
realidad es mas contingente y compleja de lo que se cree, que hay que evitar
las interpretaciones apresuradas, en resumen, que “depende”. Los trabajos
mis citados son los de Michel Moullet, que muestran que los mercados estan
influenciados por los arreglos informales entre actores, y la investigacion de
Francis Pavé que ilustra cémo los controles de gestién informatizados gene-
ran juegos de poder que modifican profundamente su naturaleza. Friedberg
utiliza asi los andlisis estratégicos existentes para ilustrar su argumento so-
bre la contingencia del contexto y la relativizacion de la organizacion, pero
mis alld de eso, no dice nada sustancial sobre las propuestas que pueden
derivarse de estas investigaciones.
En la parte mas viva de su libro, Friedberg relata una intervencién en la
que particip6 en una empresa subcontratista de la industria aeronautica que
enfrentaba multiples problemas (p. 350-375). Se puede pensar que Fried-
berg esta particularmente satisfecho con esta intervenci6n, ya que es pre-
cisamente la que ha elegido para ilustrar la eficacia practica de su razona-
miento. Si bien describe en detalle el enfoque clinico utilizado, mostrando
cémo se ha ajustado al método del anilisis estratégico, no dice si la inter-
vencién condujo a resultados que resolvieron los problemas de la empresa.
Sin embargo, concluye su libro afirmando que es en el éxito 0 el fracaso de
los cambios inspirados por el anilisis estratégico donde se encuentra la ver-
dadera prueba (p. 383). El poder y la regla no dice si los andlisis estratégicos
realizados han, en general, pasado o no la “verdadera prueba”.Erhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion —239
Friedberg no se detiene mucho mis en el balance empirico de las investi-
gaciones inspiradas por otras teorias que el andlisis estratégico. Si bien dis-
cute abundantemente los postulados de estas teorias, dice poco sobre sus
resultados empiricos, limitandose a mencionar que estos postulados no se
han verificado todo el tiempo:
« Elfuncionamiento de ninguna organizaci6n corresponde completamen-
te ala anarquia organizada del modelo de poubelle (p. 75).
= Lacoaccién del mercado no opera sin fallas, sino que deja un margen de
tolerancia a las organizaciones (p. 84)
= La influencia del entorno no es univoca ni mecanica (p. 85)
= La regulacién que opera la estructura formal nunca es total (p. 145)
= Ninguna tecnologia hace desaparecer la negociacién de la cooperacién
humana (p. 150)
= Ninguna accién colectiva puede reducirse al sentimiento de pertenencia
y comunidad (p. 173).
= Las conductas de los actores no remiten exclusivamente a su socializa-
cién pasada (p. 210) y no se puede conocer completamente su cultura
(p. 218).
= La ventaja comparativa de las innovaciones tecnolégicas no es automa-
tica (p. 336).
En resumen, Friedberg argumenta que las teorias alternativas al andlisis
estratégico no han logrado proporcionar una explicacién completa del fun-
cionamiento de las organizaciones. Si bien estas teorias pueden ofrecer al-
gunas ideas titiles, no son capaces de explicar la complejidad y la diversidad
de las organizaciones reales.
Es facil estar de acuerdo con Friedberg en que es necesario razonar en tér-
minos de probabilidades en lugar de determinismos. Sin embargo, ;debe-
mos deducir de esto que el mercado, la tecnologia, el entorno, la estructu-
ra formal y la cultura no tienen ningtin efecto? ;Que las teorias que se han
centrado directamente en estos factores tienen un balance empirico nulo?
Por supuesto que no, y Friedberg reconoce haber encontrado en esta masa
de trabajos intuiciones interesantes (p. 86) y regularidades estadisticas que
atestiguan relaciones de probabilidad (p. 336). El problema es que no dice
nada sobre estas aportaciones. En otras palabras, Friedberg critica las teorias240 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
alternativas al andlisis estratégico por no haber logrado proporcionar una ex-
plicacién completa del funcionamiento de las organizaciones. Sin embargo,
no reconoce que estas teorias han hecho algunas contribuciones valiosas,
aunque incompletas.
No es porque una proposicién no sea 100% verdadera que sea falsa y que
debamos renunciar a ella. Asi, los politélogos saben bien que la ley de Du-
verger, que predice que las elecciones proporcionales conducen a gobiernos
de coalicién, no siempre se cumple. Solo se cumple en el 90% de los casos.
Si bien los casos de excepci6n merecen toda nuestra atencién, hay que re-
conocer que esta ley tiende a ser cierta. En otras palabras, la ley de Duverger
no es una regla absoluta, pero si una tendencia general. Es importante te-
ner en cuenta las excepciones, pero no por ello debemos descartar la ley por
completo.
Hay que evitar renunciar demasiado pronto a una hipotesis general, algo
que Friedberg tiende a hacer. Es posible que al precisarla, al refinarla, la co-
rrelacién esperada finalmente aparezca. Asi, por tomar otro ejemplo familiar
para los politélogos, los investigadores durante mucho tiempo obtuvieron
resultados contradictorios al probar la hipétesis de que las gastos civiles au-
mentan més, en igualdad de condiciones, bajo gobiernos de izquierda que
bajo gobiernos de derecha. Sin embargo, renunciar ala hipétesis habria sido
un error, ya que finalmente se descubrié que la tendencia era clara al consi-
derar solo para la comparacién los gobiernos en el poder durante al menos
cinco afios consecutivos: el efecto de inercia enmascaraba el efecto partidis-
ta. Por supuesto, el efecto sigue siendo solo una correlacion, una tendencia
que sufre excepciones que a su vez merecen explicacién. Pero lo cierto es que
el efecto izquierda-derecha sobre el gasto civil tiende a confirmarse. Asi, se
podrian multiplicar los ejemplos de enunciados teéricos que han encontra-
do cierta verificacién y que por ello forman parte del conocimiento empirico
que puede ser nuevamente probado o enriquecido.
Las teorias de las organizaciones ofrecen intuiciones empiricas interesan-
tes que invitan a establecer puentes con el anilisis estratégico. A continua-
cin, se presentan algunos ejemplos de estos vinculos fructiferos que se pue-
den establecer entre diferentes angulos de anilisis.
Se sabe que las investigaciones cuantitativas tienen dificultades para es-
tablecer la correlacién que el sentido comin sugiere entre el tamafio de una
organizacién y su grado de formalizacién y descentralizacién. En contra de
toda expectativa, muchas pequefias organizaciones estan mas formalizadasErhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion—241
y descentralizadas que las grandes. ;Debemos deducir que la correlacién en
cuesti6n no existe?
G. Geeraerts logra una correlacién estadistica significativa al distinguir en-
tre las organizaciones confiadas a gerentes y las que permanecen bajo el con-
trol directo del propietario. La hipétesis es que el gerente establece su po-
der jugando con su experiencia, que es delegar, descentralizar y formalizar,
mientras que el propietario tiende a centralizar a su alrededor a pesar de la
expansién de su empresa. El efecto del tamafio seria mediado por la variable
poder. Esta hipétesis tiene una evidente relacién con el anilisis estratégico,
y se puede ver como este tiltimo podria contribuir a probar su validez.
Una ilustracién del mismo tipo la da la dificultad de las diferentes teorias
para predecir el efecto de la tecnologia en las organizaciones. La encuesta
realizada por M. Burkhardt y D. Brass antes, durante y después de la llegada
de una nueva tecnologia informatica a una organizacion indica que los cam-
bios seran importantes silos primeros actores en controlar la nueva tecnolo-
gia tenian poco poder antes de su llegada: Cuando los empleados centrales
y poderosos son los primeros usuarios, las tendencias existentes se consoli-
dan y se mantiene la estabilidad. Por el contrario, si los actores periféricos y
menos poderosos son los primeros en adoptarla, se producirén cambios en
la estructura y la distribucién del poder. El anilisis estratégico esta equipado
para probar esta hipotesis y llevarla ms lejos
En términos mas generales, se puede exigir a los profesionales del andli-
sis estratégico que ayuden a avanzar en los grandes debates, como el que
enfrenta las tesis optimistas y pesimistas sobre el efecto de las nuevas tecno-
logias informaticas
La tesis optimista sostiene que la flexibilidad de las nuevas maquinas ayu-
da a derribar las barreras entre las categorias de empleo, a fomentar la po-
livalencia, la autonomifa y la variedad del trabajo en lugar de la division y
la especializacin de las tareas. Por otro lado, la tesis pesimista predice la
bipolarizacién de las calificaciones y una menor posibilidad de movilidad
ascendente para los trabajadores.
Elandlisis estratégico puede desembocar en otras perspectivas que no sean
generalidades prudentes sobre cuestiones de este tipo.
Las mediciones de satisfaccién laboral ofrecen otro ejemplo de la colabo-
racién posible entre el andlisis estratégico y otros enfoques. R. Freeman y J
Medoff encontraron en Estados Unidos que los trabajadores sindicalizados242 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
se decian menos satisfechos que los no sindicalizados, a pesar de que aban-
donan menos las empresas en las que trabajan.
Este paradoje se explica por el concepto de “voz” de Hirschman: con la
presencia de un sindicato, la expresién de una insatisfaccién colectiva se
convierte en una estrategia pertinente. Aqui también se ve claramente como
los anélisis estratégicos podrian contribuir a corroborar este razonamiento
en términos de “voz”
Facilmente se podria afiadir una serie de otros ejemplos de puentes a esta-
blecer entre el anilisis estratégico y otros enfoques. El andlisis estratégico no
es tan superior alos demas enfoques como para que pueda prescindir de sus
aportaciones. El poder y la regla menciona honestamente las limitaciones
del enfoque recomendado. Su sesgo hacia la induccién y lo cualitativo con-
duce a resultados parciales (p. 241) yno falsables que, en sentido estricto, no
prueban nada (p. 309). Deja al investigador un grado de arbitrariedad consi-
derable que puede hacer dudar de la validez de las interpretaciones retenidas
(p. 311). También hemos visto que no tiene en cuenta adecuadamente los
factores ex6genos técnicos, culturales, econémicos o de otro tipo. Friedberg
y los profesionales del andlisis estratégico deben sacar la conclusién que se
impone: la interpretacién de los resultados recogidos por este enfoque clini-
co gana en ser confrontada con los resultados obtenidos por medio de otros
enfoques.
No se trata de ceder al eclecticismo a ultranza y al batiburrillo metodolégi-
co. Es necesario que los diferentes enfoques asuman sus propios postulados
para que de su confrontacién nazca un pluralismo cientifico fructifero. El
enfoque del anilisis estratégico debe seguir siendo inductivo. Es necesario
que el analista se ponga lo mas posible ala escucha de su terreno y de sus ac-
tores sin ideas preconcebidas, sin falsas certezas que matan la imaginacién y
sesgan la mirada (p. 188-189). El enfoque impone al analista una regla de hi-
giene mental...prohibiéndole las categorizaciones a priori, los razonamien-
tos generales, e incluso las proyecciones personales, sobre una situacion (p.
217). Pero Friedberg deberia afiadir que el conocimiento de otras investiga-
ciones realizadas sobre temas cercanos 0 similares también forma parte de
esta higiene mental. En el momento oportuno, ayuda al investigador a elegir
entre las multiples interpretaciones recogidas.
Un investigador ignorante ser facilmente influenciado por la primera in-
terpretacién que se le presente. Es el conocimiento fino de la variedad de
interpretaciones disponibles lo que permite recuperar la exterioridad reque-
rida en la fase de interpretacin. actor y el sistema”no decia otra cosa: elErhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion—243
investigador habré lefdo las investigaciones realizadas por otros en campos
similares, lo que le ayudard a dirigir su atenci6n de forma natural hacia cier-
tos problemas que puede presumir que constituiran zonas criticas. El inves-
tigador debe situar las interpretaciones retenidas entre la suma de conoci-
mientos empiricos disponibles sobre el mismo tema o sobre temas andlogos.
Se tiene ganas de decir a los lectores de Erhard Friedberg que hagan como
él: nutran su espiritu con esta suma de teorias e investigaciones, porque la
ignorancia nunca es una virtud, incluso cuando se procede por induccién.
Una estrategia para el andlisis estrategico
El poder y la regla demuestra que el anilisis estratégico es un enfoque
coherente én si mismo y que las ciencias sociales en general ganarfan si lo
utilizaran més. Sin embargo, es de temer que esta demostracién no sea sufi-
ciente para convertir este trabajo en un vehiculo eficaz de difusién del ana-
lisis estratégico
El instrumento mas importante de promocién del andlisis estratégico fue
Elactor y el sistema. En este sentido, podemos hablar de este trabajo como
un fracaso, ya que, fuera del ambito franc6fono, no se convirtié en un ins-
trumento de referencia y fue ampliamente ignorado por la investigacién de
vanguardia. En la medida en que se cita El actor y el sistema, es como refe-
rencia que subraya la reciprocidad del poder, la informacion como fuente de
poder, la importancia de las relaciones informales y la racionalidad limitada
del actor. Estas orientaciones generales son bien recibidas, pero el método
de investigacién propuesto no ha hecho escuela. Un comentario formula-
do por algunos criticos ayuda a explicar por qué. A menudo seducidos por
el enfoque, piden ver los resultados: “Los autores no comparan sistematica-
mente los datos recogidos sobre las organizaciones en diferentes contextos
organizacionales”, resume uno de ellos.
El poder y la regia lleva con seguridad el debate tedrico hasta el borde de
la década de 1990, pero no mas que El actor y el sistema no ofrece los resul-
tados del anilisis estratégico ni lleva a cabo el debate empirico. Por lo tanto,
hay muchas posibilidades de que la nueva sintesis no sea més eficaz que la
anterior como instrumento de promocién del enfoque.
La influencia del anilisis estratégico, hay que decirlo, es insuficiente, débil
fuera del mundo francéfono. Corregir esta debilidad no seré facil, ya que las244 — Stephane Dion Erhard Friedberg y el andlisis estratégico
divisiones nacionales y lingiifsticas establecen fronteras entre los investiga-
dores. El fenémeno burocrdtico es el nico trabajo publicado desde la pos-
guerra que no ha sido escrito en inglés y que se ha convertido en un clasico
universalmente citado en la teorfa de las organizaciones.
En mi opini6n, quedan tres tareas por realizar para aprovechar mejor el
potencial del anilisis estratégico. La primera consiste en identificar clara-
mente para qué se utiliza este enfoque. Es evidente que se adapta mejor a
algunos objetos de investigacién que a otros. No veo cémo el andlisis estra-
tégico podria explicar de forma util un fendmeno macrosocial como la fuerza
del nacionalismo quebequés, por tomar un ejemplo que ha obsesionado ala
ciencia politica canadiense durante décadas. Por otro lado, una dimensién
importante del problema Canad-Québec esta formada por los juegos de po-
der que se establecen entre las burocracias federales y provinciales. Algunos
afirman que se complementan de forma util, mientras que otros afirman que
se perjudican y hacen un doble trabajo. Ningtin método parece estar mejor
posicionado que el andlisis estratégico para estudiar este problema.
La segunda tarea seria mostrar cémo el andlisis estratégico se beneficia al
ser complementado por otros enfoques en las ciencias sociales. En la mayo-
ria de los casos, una prueba basada en entrevistas no es suficiente. Este es el
caso, por ejemplo, de una hipétesis importante y bien conocida del mode-
lo estratégico-sistémico de explicacién del sistema politico-administrativo
francés, la teorfa fundada de Friedberg. Esta hipétesis propone que el poli-
tico que acumula cargos - especialmente el diputado-alcalde - obtiene un
aumento de recursos para su feudo en forma de subvenciones, inversiones,
aceleracién de expedientes u otros favores especiales. Ciertamente, no fal-
tan politicos que sefialan las ventajas practicas de la acumulacién de car-
gos. Pero una demostracién completa deberia basarse en la comparacion de
las ventajas mensurables obtenidas por los que acumulan cargos y los que
no. Es sorprendente que esta hipétesis decisiva para el modelo estratégico-
sistémico no haya sido probada. En Francia, como en otros lugares, existen
criterios objetivos que regulan formalmente la asignacién de ayudas a las
entidades locales, y no es seguro que, en la practica, la influencia de los que
acumulan cargos sea suficiente para desvirtuar estos criterios.
Finalmente, y lo mas importante, se trata de hacer un inventario de los
resultados de investigacién del andlisis estratégico y mostrar como propor-
cionan claves, iluminan zonas oscuras, corrigen el rumbo o aportan nuevas
confirmaciones. La promocién del andlisis estratégico pasa por la promo-
cién de los resultados de sus usuarios. Con pruebas en mano, hay que de-
mostrar que el razonamiento no sélo es légico, sino sobre todo fecundo. LosErhard Friedberg y el andlisis estratégico Stephane Dion —245
practicantes del andlisis estratégico deben demostrar a sus colegas que son
indispensables para ellos. Después de todo, sno es asi, al parecer, como el
actor construye su poder?