You are on page 1of 4
58. La reversién de la perspectiva (I) 1. Reintroduccién del tema ‘La reversién de la perspectiva es el caso extremo de la rigider del pensamiento que configura el splitting estttico. Se trata deuna actitud ‘que promueve, ya de por af y definitivamente, una situacién disociati- ‘va; sin necesidad de hacerla operante en cada momento, modificando las premisas. De esta manera, la reversién de la perspectiva est en el Timite de toda una serie de fenémenos de distorsién que puede estu- igre «ira da la comuicarn ol pensamioni, Lo que dertaca sion y joney-Kyrle (segtin veremos en el préximo capftulo) sla Yoluntad de mal entender; dessonocmt i esto, justamente, lo que ubica la reversién de la pe amis- ma clase de fen6menos que el acting outy la reaccién terapéutica néga- tiva, porque los tres tratan de impedir esa forma especial de pensa- niente que es el insight el acting ont, @ ia na regresién del ‘pen Ja reaction terapeut o élinsight aleanzado, la e iva con una actitad que es el negativo del insight (vineulo -K). No es para mf easual que Bion tome de ejempio ei paciente que viene a deslumbrar al analista con su Bro : lemento que unifica a las tres estrategias que estamos estu- diando es que cuando persisten condueen a la impasse. tog Revordemos por timo queen general, sn os etadosfrontrizos los que emplean la reversién de la iva, y no Ta psicosis franca Jos que emplean I dola perspectiva,y no a peicosis 2, El concepto de «reversién» de Klein _Un antecedente importante a los trabajos de Bion sobre la rever- sign de la perspectiva puede encontrarse en Klein (1961) en el ansli- sis del caso Ricardito, después del viaje de la analista a Londres. Bs ‘una semana que empieza un martes y cuyo material, dicho sea de paso, es el que se utiliz6 para eseribir «The Oedipus complex in the light of early anxieties» en 1945. Bad En la sesién n® 42, del jueves, a propésito de un dibujo, Klein inter- preta que Rieardito ha puesto al padre en el lugar del bebé transfor- méndolo en un beb6 gratifieadoy entonces hace este comentario que es Janota 2 dela cesién, «La roversiGn es un importante mecanismo de la toy los padres uidados ie Ricard én, la roversion se usa de tna forma diferente, Ricardito se pone él mismo en el lugar del padre; poro, con el objetivo de evitar destruir al padre, lo cambia en un nifio y aun més en un nifio gratificado, satisfe- cho. Esta forma de reversién est més influida por sentimientos amo- ros0s».} En esta nota se puede decir que est eontenida en germen toda la teoria de la reversién dela perspectiva que Bion va a desarrollar en los capitulos 11, 12 18 de Blements of peycho-analysis (1983). ‘Vale la pena sefialar, también, que Klein distingue dos situaciones polares en su mecanismo de reversal, segxin predominen los sentimien- tos amorosos o los destructivos (celos, envidia). En el primer caso, evi- dentemente, in. ‘er con los procesos naturales de jo cao, cuando donzinan los imp\ segun 08, 66 ede hablar propiamente de reversién dela iva, ; pues, no deben ser o* jas, porque el de roles tiene un claro sentido positivo en cuanto lleva una inten- a aque por deni xno existe en la reversion de la perspectiva. Lo decisivo es, ami julcio, el tipo de las fantasfas subyacentes: en el juego de roles no se borra del todo la diferoncia entre sujeto y objeto, 1a sensacién de que yome estoy poniendo en el lugar del otro; el mecanismo es més plistico, mientras queen a reversién dela porspectiva cl mecaninno ea riidoy eltemple delirante. 8. Otros casos clinicos Se trata de una paciente que llega inexorablemente tarde, siempre ‘un poco més de quince minutos tarde: sea cual fuese ¢l horario, su se sién empieza 16 0 17 minutos después de lo acordado. Las interpreta- ciones convencionales —rivalidad, rebeldia, resistencia, control, eteé- tera—para nada modificaron esta situacin. Una vez la paciente cont6 cudl era su juego infantil preferido y a partir de alli pudo iniciarse otra Iinea de interpretacién, inspirada en la reversién de la perspectiva. 1 Narrative ofa child onalysis, pig. 201, nota 2. ‘Habia un caminito de lajas entre su casa y una pileta préxima, quela gente transitaba para ir a bafiarse, Segrin las baldosas que estas per- sonas pisaban ella establecia qué papel iban a tener como personajes de ou fantasia. Nadie sabia nunca, por supuesto, los papeles asigna- dos; pero todos los dfas al levantarse lla mafiana ella establecia las re- glas de su juego, que podian ser distintas aunque siempre consistian ‘en que ella iba a saber que, segtin pisase la baldosa de la izquierda ola derechs, esa persona iba a pasar a representar el personaje tal o cual. El modelo de este extravagante juego sirvié para entender que, al lle- gar tarde, hacia pisar al analista la baldosa que lo convertia en un per sonaje de su fantasia. Algo parecido hacia para empezar la sesién: el analista tenia que decir algo, preguntar, interpretar 0 moverse para que ella empezase a hablar. Cuando se le interpreté en esa direccién, la analizada asocié algo que sirvié para comprender lo que le pasabs: «Anoche torminé una no- vela. ;Qué pena dejar esos personajes! Bueno, no importa, en seguida empiezo otra y ya estoy con otros personajes». De modo que, para ella, también el anzlisis era una novela donde instauraba personajes, crea ba los actores. Mientras la premisa es que el analista es un personaje representando su papel, el papel que ella le ha asignado, todo lo que se le pueda interpretar ya esta incluido en el argumento de su novela (splitting estatico), Con su silencio inicial ella espera que su personaje, cLanalista, empiece a actuar su papel, sea hablando o moviéndose, La novela en que ella transforma el andlisis —y su-vida entera— es una forma de mauteucr un Liempo circular donde todo puede preverse: puesto que todo se repite todo es igual, Alguna vez record6 la analizada. ‘unos versos de Horacio sobre el saber sacrilego, que es el de pretender saber la hora de la muerte, de la propia muerte, Este ejemplo muestra, convincentemente, que interpretar a nivel de los mecanismos de defensa no basta. Porque mientras uno interpre- te la tardanza o el silencio en términos de miedo, frustracién, vengan- za, envidia, complejo de Bdipo, angustia de eastracién, control omnipo- tente oo que sea, no se ha llegado al plano donde est radicado el con- {licto. La tarea interpretativa debe proponerse un cambio mas sustan- cial que legue a las premisas ocultas del analizado, El ejemplo presen- te tione un interés adicional, muestra que las premisas ocultas pueden configurar un tipo de material que nos Ileve a interpretaciones senci- Ilas, correctas y convencionales, como las de la legada tarde. Solo si es- tamoe muy advertidos podremos pensar que el hecho de legar tarde a las sesiones pueda implicar algo tan complejo como lo que el analista descubrié en este caso. La reversién de la porspectiva se detocta, por lo general, cuando el analista advierte que todo va bion-poro el analiza. GGiguoiguatTsamoe quo estar muy stanton pornos siteios aos ‘rentemente simples y hasta sinténicas con el yo, susceptibles de expli- carse racionalmente, pueden estar encubriendo un conflicto de esta naturaleza, con un fondo de delirio. 46 wise easiness Recientemente otra colega, la doctora Myriam Schmer, me eoment6 ‘un easo de lo més interesante. Era un hombre joven que pasé por un largo periodo de impasse. Cuando empezé a movilizarse, aparecié cla- xamente el trastorno del pensamiento y el paciente recordé en forma dramética que habia sido un undo contrariado. Bl material mostraba claramente que esa experiencia infantil tenfa mucho que ver con la re- versi6n de la perspectiva, No dirfa yo la simplicidad de que la reversién de la perspectiva se da en zurdos contrariados, pero s{ que es probable ‘que en la vida de estos pacientes haya habido experiencias que trata- ron de forzar su naturaleza. Record, también, que cuando empez6 a escribir lo hacfa en una forma que nadie entendia, hasta que un neuré- Jogo, que le diagnostics una dislexia, puso un espejo delante de su es- eritura y demostré que él escribia simétricamente: con el espejo la escritura se hizo de pronto totalmente legible. : ‘Creo que seria por demés interesante investigar si existe, como yo Jo ereo, una relacién entre la reversién de la perspectiva y las respues- tas $ del Roscharch, donde se toma el fondo por figura. ls sabido que estas respuestas de espacio blanco miden el oposicionismo y se consi- dera necesario tener un néimero de respuestas 8, ya que implican au- tonomfa, que no se est sometido al medio. La respuesta § expresa el oposicionismo en todos sus grados y niveles, normales y patol6gicos. No est por cierto entre las consignas del test que uno deba ver lo im- ppreso como figura y el blaneo como fondo, como no est tampoco entre las consignas del peicoandlisis que cl futuro paciente se pronuncie a favor dl anélisis y an contra de otzo tipo cualquiera de tratamienin Ta dificultad surge, volviendo a mi paciente, no en que él pensara que la homeopatia es mejor que el psicoandlisis sino que venfa a analizarse para demostrarlo, La comparacién entre los dos tratamientos es légica ‘mi paciente tenfa derecho a hacerla. Pero él hacia algo més, porque rechazaba calladamente In premisa de que él habfa venido a analizar- se conmigo, no a que yo lo secundara para realizar tna cura homeopé- tica. Es en este punto que él desconoce mis premisas. Si él, en cambio, dijera que el tratamiento analitico no sirve y que va a intorrumpilo, que va a buscar algo mejor, estaria dentro de la premisa de que se esté analizando y no quiere hacerlo més. No hay duda de que a medida que nos habituamos a descubrir estos casos, que por su indole pasan las més de las veces inadvertidos, vere- mos aumentar su frecuencia. En el Congreso de Londres, Liberman (1976b) hablé de un tipo especial de paciente, los cuasi colezas, que ‘proponen dificultades especiales. Son personas que blemiitico del psi a go, que buscan en el analisis evaltar la autvestima w través Ge sume hisizos narcisistas. Pienso que algunos de estos pacientes, no Yodes,— pueden incluirse en la eategoria que estamos estudiando, ‘Vale la pena sefialar, finalmente, que el anvlisis didactico, que tiene realmente dos finalidades, se presta mucho por su ambigiiedad esen- cal a esta clase de fenémenos. 847 Por todo Jo dicho, cabe sostener que la reversi i puede aparecer mas frecuentemente as No hay que ce argo, que todo paciente que distorsiona cl andlisis 0 las intenciones debe tncluirse en esta categoria. El paicépa- ta, por ejemplo, tiene segundas intenciones pero no abandona las «pri. ‘meras», osto es, que viene a analizarse, aunque por cierto no sabré por mucho tiempo qué es analizarse para él. Muchos cases de perversién, en cambio, se comprenderian mejor si los eontempléramos desde esta vertionte. Me refiero no al homosexual que quiere y no quiore curarse sino al que viene a demostrarme que es homosexual, con el claro designio inconsciente de que yo, como analista, al inal voy a tener que reconocerlo y, consiguientemente, tendré que aceptar que mi deseo de tratarlo era un error y un prejuicio por definicién. 4. La reversién de la perspectiva y el insight Cuando estudiamos el insight lo comparamos (y por supuesto lo contrastamos) con la experiencia delirante primaria de. Jaspers porque en ambos surge una nueva conexién de significado, Digamos ahora ‘gue, para Bion, el insight esta conceptualmente vinculado a la rever= sign de la perspectiva, es su puesto, El insight puede definirse, justa- mente, como la capacidad de asumir el punto de visi ar con una perspectiva rev i reversioi a perspec ft delberotteg Gansta maar y revertir mi punto de vista para aceptar a para aceptarel, ian ia nocién de perspectiva reversible, que contrapone a Ja reversién de la perspectiva, Bion define de una manera comincente ol papel de la interpretacion y del insight. En realidad, cuando noso- ‘tros interpretamos, lo que hacemos es darle al paciente otra perspecti- vadelos hechos que 6] esta deseribiendo y enjuiciando. Le ofrecemos la posibilidad de rever y eventualmente de revertir la perspectiva que te- nia. Esta capacidad de ver desde otro angulo es jusiamente lo que ca- racteriza al insight, En resumen, la reversién de la perspectiva es an Proceso antagénico pero al mismo tiempo vinculado a la perspectiva re- versible, a la capacidad de insight. Puede. decirse, también, que las dos experiencias polares del ‘insight y de la reversiGn de la perspectiva corresponden a los vinculos K y me- nos K y deben entenderse como ejemplos de un cambio 20. Este concepto, que emerge en el pensamiento de Bion cuando escribe ‘Transformaciones en 1965, fue ocupando un Tugar cada vez m4s cen- tral en su pensamiento. En Cambio catastrdfico (1988), un libro esti- mulante y profundo, Dario Sor y Maria Rosa Senet de Gazzano | consi- "Bs subd que Bion proerebabar de vériey node punt de vista para. no qvedar ‘demasiado prisionero del ojo, del sentide visual. . : 848, eran que «el insight, tal eomo es entendido en los procesos psicoanalt- ticos, configura un cambio catastréfico» (1988, pag. 86), en cuanto de- sorgéniza el sistema que lo precedfa y supone atravesar una brecha 0 cesura, con todos los riesgos que eso implica. ‘Ahora que hemos contrapuesto la reversin de la perspectiva a la perspectiva reversible, digamos también que aunque sean fenémenos ‘opuestos pertenecen a la misma clase. Agreguemos, para no eludir la ‘complefidad de los hechos chinicos, que el pacionte do la reversién dela perspectiva viene al anélisis no sélo para ejecutar ese fenémeno sino también para que lo curemos, esto es, para que le saquemos la cruz que leva sobre sus hombros. El desenlace dependeré, como siempre, de ccufinto pese en él un deseo y el otro, as{ como también de nuestra habi- Tidad para comprenderlo y no caer en la trampa. ‘El deseo de curarse, que para el paciente serd no dar més vuelta las cosas, puede variar en grado, pero siempre existiré la posibilidad de to- mar contacto con esa parte que quiere salir del infierno. Creo que esto mismo lo sefiala Bion cuando dice que la téctica del analista radica en osestabilizar Ja defensa, transformando la situacién esttica nueva- mente en dindmica. La fantasia patolégica de curacién de Nunberg (1926) expresa, por un lado, la reversién de la perspectiva, pero tam- bbién el deseo de curar. 5. Narcisismo y reversin de la perspectiva Acabamos de decirnos consoladoramente que siempre podremos encontrar en el paciente un sector (self infantil, parte neurética, yo colaborador, racional o lo que fuere) que no va a revertir la perspectiva y podrd ser, entonces, la palanca donde aplicar nuestro esfuerzo. Deseo ‘ocuparme ahora de la parte que revierte la perspectiva y que, en prin- cipio, pedemos afirmar que persigue finalidades narcisistas. La reversién de la perspectiva consiste, por definicién, en aue el. imdato viene a snalizarse no pars concerse a ef miemo, carers, rocer o resolver sus problemas, sino con una idea distinta, que hasta puede Serla de domostrarlo al analista quo no necesita el andi, Quiero im-— poner sus premisas y desconocer las dei viru ew ust despliegue desco- junal de in talon de Aquiles en ese inexpugnable sis ue necesita del otro para demostrar (y de- mostrarle) que lo que afirma es cierto, La premisa basica para que el andlisis sea posible es que el analista sea el analista y el paciente el paciente. Yo creo que, en tiltima instan- cia, esta es la premisa que est siempre cuestionada. En el fondo es la polaridad sujeto-objeto la que cae victima de la fascinacién del narci- sismo. La dificultad de aceptar Ia existencia del otro equivale a no aceptar otra realidad que la de nuestros suefioe. 849 T.a reversién de la perspectiva ineluye al objeto s lo para que con- firme lo que el sujeto piensa, para que sustancie la realidad de sus s os. Hin el ejemplo de Bion, ¢ , ol analizado cuenta como si fuera un suefio ‘una experiencia para él real a fin de que el analista, al analizarla como ‘un suefio, confirme que fue eso y nada més. As{ pues, el objeto (el ana lista) s6lo existe para confirma? lo que el sujeto pensé o para negar lo que es para él real. Como sefiala la doctora Navarro de Lépez.en el trabajo de 1980, la notable confusion sujeto-obi pos ojos sino con los del analista dentro del cual se ha metido, Creo que en ese punto la investigacién de Bion nos leva a uno de los problomas mas acuciantes de la investigacién psicoanalitica de nuee- ros dias: el narcisismo, Aun en esta relacién exquisitamonte narcisis- ta en que el sujeto viene a buscarme para demostrar que no me necesi- ta, yo existo para él, jaunque més no sea para que lo ayudo a mantener sunarcisismo! Si fuera asi, habria que pensar que venimos programa- dos para la relacién de objeto y no es cierto que nuestra meta es el de- seo de conservar el narcisismo. Bion de hecho sostiene que nosotros nacemos con una capacidad pa- Ta comprender en qué consiste la vida sexual de los padres, esto es, con ‘una preconcepcién del mito de Edipo, El neurético trata de no hacerse cargo de ese conocimiento pero no pretende no tenerlo, destruirlo, La psicosis busca una soluciéa més radical, y es que si uno ataca la pre- ‘concopeién del coito deTos padlies enlouees ya no habra mas coito dé los adres, El odio a la realidad es de tal magnitud que lleva a atacar el aparato mental capaz de percibirla, Por esto dice Bion que, evidente- ‘mente, fijar las premisas satisface el nareisismo de quien las propone. Bion dice que en Ja reversién do la perspectiva el conflicto se plan. tea entre Edipo y Tiresias, no entre Edipo y Layo. El conflicto entre Layo y Edipo gira alrededor del vinculo Ly el vinculo H; poro el con. flicto entre Tiresias y Edipo pertenece al vinculo K. Entre Edipo y Layo el problema es quién es el duefio de Yocasta; entre Edipo y Tiresias, uién posee el conocimiento. Digamos comparativamente, y sélo al pasar porque merece una re- flexién més detenida, que el narcisismo para Lacan queda cuectionado por la castracién. La tépica de lo imaginario se sustenta en el no reco nocimiento de la eastracién, que provoca una estructura especular donde el nifio eres que es el pene de Ia madre y la madre cree que el chico es su propio pene, No hay una diferencia entre sujeto/objotoy tie- ‘ne que venir un tercero, ol padre, que corta esa relacién especular y da lugar a que aparezea por primera ver el reconocimiento de las diferen- cias, que es también la insercién del hombre en la cultura. ‘Todos los autores se proguntan en tiltima instancia ebmo hacomos para reconocer al otro, para aceptar la asimetria que crea o reconoce la polaridad sujoto/objeto, 850

You might also like