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ASPECTOS SOCIALES Y POLITICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL (REFORMAS Y TENDENCIAS EVOLUTIVAS EN LA EUROPA OCCIDENTAL Y ORIENTAL) * Sustanio: 1, Preliminar, — I. Una mirada al pasado: 2. El procedi- micnto “comin” europeo y sus caracteristicas: predominio de la escritura, mediacién, sistema de Ia prucba legal, discontinuidad, du- raci6n excesiva. — II. La era de las rcformas: §. La Revolucin fran- cesa y el code de procédure civile de 1806. — 4. El movimiento refor- mador expresado en la idea-simbolo de “oralidad”, su background (trasfondo) ideolégico y social, sus personalidades; implicaciones de la idea de oralidad en el proceso. — 5. Fl cédigo aleman de 1877 y el cédigo austriaco de 1895, picdras miliares del movimiento re- formador. — Il. El influjo de las reformas en la duracién de los procesos: 6. Los resultados practicos del gran movimiento de rcforma en la duracién de los procesos: Alemania, Austria, Suecia, — 7. Du- racin de los procesos en los paises en los cuales el movimiento no fue realizado coherentemente: Italia, Francia, Espafia, América Latina, — IV. Problemas y tendencias evolutivas presentes, consti- tucionales, internacionales, sociales: 8. Problemas nuevos en una so- ciedad nueva: preliminar. — 9, El probleia constitucional: Ia justici constitucional y las garantias procesales. — 10. Continuaci6r Nos recientes debidos a las cortes constitucionales europeas. — 11. Con- tinuacién: analogias y diferencias con respecto a los desarrollos cons- titucionales norteamericanos. — 12. Continuacién: formacién de una nueva “conciencia constitucional", — 13. El problema comunitario e internacional: la “Europa de las naciones” y el “desafio american 14. Continuacién: reflejos en el proceso civil. — 15. Continuacién: formacién de una nueva “conciencia supranacional”. — 16. El proble- ma social: 1a igual accesibilidad de Ja justicia civil. — 17. Continua- cién: la justicia de los pobres. — 18. Continuacién: relacién entre cos- Es geu 42h fan * Traduccién italiana de la Cooley Lecture dictada el 19 de noviembre de 1970 en la Universidad de Michigan, en el Ambito de la 20a. serie de las Thomas M, Cooley Lectures. La serie, titulada Empiric and Comparative Perspectives of Civil Procedure, fue completada por dos conferencias de los profesores Maunice Rosexurxe y Benjamin Karzan; las tres lecciones fueron publicadas en la “Mi- shigan Law Review", 69 (abril de 1971), pags. 797, 821 y 847. [Traducido de Ciustizia € societd, Edizioni di comunita, Milano, 1972, pags, 48-105). 34 PROCESO, IDLOLOGIAS, SOCIEDAD tos y valores en el proceso. — 19. Continuacién: la decadencia de la justicia “bagatelaria™ (de minima cuantia} y la disminuida accesibite dad de ta justicia civil a las clases mas pobres: reforma o explosion, — V. Desarrollos en la Europa comunusta: 20. Matriz romanistica de os paises de la Europa oriental y su participacién en el movimiento por la oraldad. — 21, La tradicién aarista, 1a explosién revolucie. naria en Rusia y la construccién de una “justicia socialista: cares, teristicas del procedimiento sovictico y su adopcién en los otros Paises del area comunista, — 22. Riesgos y excesos en el dren comur hista y en el érea occidental y necesidad de una convergencia, — Vf. Hecia una funcidn mas activa del yuez: 23. La solucién socialists en Ia gran corriente del pensamiento y de las reformas procesales y también en la convergenaa entre Este y Ocste.—24. El ejemplo ec tadounidense: del Dean Pound al Chief Justice Burger; Progresiva atenuacién de un “contentious system of litigation”. — 25. Reformas sustanciales y reformas procesales: el ejemplo del derecho del trabajo en Mahia, — VIL. Procedimiento ¢ ideologias: 26. Los {undamentos fy, losstico, ideoldgicos y politicos del derecho procesal: primer ejemplo, el antagonismo entre método cientifico y método escolistico refleis, do en el sistema de las pruebas judiciales. — 27. Ejemplos segunda y tercero: el antagonismo entre autoritarismo y liberalismo y el anta- Fonismo entre individvalismo y socialismo y sus manifestaciones Procesales. 28. Cuarto ejemplo: el antagonismo entre nacionalismo ¢ internacionalismo y su reflejo en el proceso civil. — VIN. Las respon sabilidades nuevas de la docirina procesal; 29. La nueva dimension de las tareas del procesalista. 1, PRELIMINAR. ¢Pucde un procesalista europeo ofrecer alguna contribucién al estudio del proceso civil estadounidense y de sus posibles reformas? No soy yo, obviamente, quien pueda dar una respuesta valida a esta pregunta, Corresponde a los juristas estadounidenses aqui pre. sentes juzgar si los problemas continentales, de los cuales hablaré en esta conferencia, son suficientemente andlogos a los suyos, y si las soluciones adoptadas en Europa, como también las tendencias, exigencias y perspectivas europeas de reforma, pueden ofrecer al- Buna sugerencia al jurista o al legislador estadounidense. Es mi propésito analizar y valorar en primer lugar, las reformas realizadas en Europa en un pasado relativamente reciente, Exami- naré por ende los principales problemas actuales y las actuales grandes tendencias evolutivas en el plano de las reformas procesa- les. Por ultimo, haré algunas observaciones sobre el background (trasfondo, antecedentes) intelectual y politico-social de esas refor- mas, problemas, y tendencias evolutivas. De tal modo se presentara también Ia oportunidad de discutir el tipo de “ciencia” procesal- civilistica que se impone hoy dia —en Europa, pero probablemente también en otras partes— a fin de corresponder a las mutadas exi- gencias de la época contempordnea. ASPECTOS SOCIALES Y POLITICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL. 35 I. UNA MIRADA AL PASADO 2. EL PROCEDIMIENTO “COMUN” EUROPEO Y SUS CARACTERISTI- CAS: PREDOMINIO DE LA ESCRITURA, MEDIACION, SISTEMA DE LA PRUEBA LEGAL, DISCONTINUIDAD, DURACION EXCESIVA. En la penosamente forjada historia del continente europeo sé encuentran los sistemas procesales mds dispares!. No me ocuparé aqui de los mas antiguos; en este lugar interesan solamente aquellos que siempre y todavia ejercen alguna influencia, para bien o para mal, en el viejo mundo, Debemos arrancar del Medioevo y del procedimiento “comin” europeo: un procedimiento adoptado por los tribunales eclesidsticos ¢ imperiales; definido y perfeccionado por Jos doctores de la escuela de Bolonia y de otras escuelas que, en Italia y en otros lugares, si- guicron el modelo boloiés; influenciado por los desarrollos estatu- tarios de las libres ciudades-estado, de los principados y de los reinos, pero ejerciendo a su vez un potente influjo en esos desarrollos, “re- cibido” como el tipo normal y general de procedimiento en casi todo el continente en el curso de los ultimos siglos de la Edad media y siempre predominante a la vigilia de la Revolucién francesa y mas alli de ésta *. Aun con muchisimas v: bles las surgidas en Francia *— el procedimiento del ius commune tuvo ciertas caracterf{sticas que se pueden delinear de esta manera, con una cierta dosis de inevitable simplificacién. Caracteristica primera: dicho procedimiento asignaba un predo- minio absoluto, o mds bien un verdadero monopolio, al clemento escrito. “Quod non est in actis non est in mundo” [Lo que no esta en los autos no esta en el mundo]; las actividades procesales no ex- antes —siendo particularmente nota- 1 Véase A, ENGFLMANN y otros, A History of Continental Civil Procedure (al cuidado de R. W. Mittar), Little Brown, Boston 1927 {citado en lo que sigue como ENGELMANN]; M. Carretuern y J. M. Prau1o, Civil Procedure in Italy, Nijhoff, The Hague, 1965, pags. 25-46. 2 Véase, por ejemplo, A. ENCELMANN, The Romano-Canonical Procedure, en ENCELMANN, 0b. Git,, pags. 417-504; A. ENGELMANN y otros, Modern Continental Procedure, en ENGELMANN, ob. cit, pigs. 507-86, 783-84; G. CHI0vENDa, Konan and Germanic Elements in Continental Civil Procedure, en ENGELMANN, ob. ci pigs. 875-914. 3 Véase G, Cutovenns, Istituzioni di diritto processuale civile, 1, Joven Napoli, 2a. ed., 1935, pags. 101-02, 130-32; R. W. Muar, The Formative Pri ples of Civil Procedure, en ENCELMANN, ob. cit,, pig. 51, Cfr, ENCLLMANN y otros; Modern Continental Procedure, en ENGELMANN, 9b. cit, pags. 645-782. -~ presadas en autos 0 actas escritos, a Juridicamente inexist, una decisién basada en elementos diversos de los escritos misma absolutamente nula 4. La segunda caracteristica era la de desalentar toda re, sonal, directa y publica, del 6rgano decisor con las part tigos, los expertos y las demas fuentes de informacién, cosas). El juez, como se ha visto, debia basar su decisién Xclusj, ) mente en los autos y actas escritos, y no en sus ImPresiones Person les. gPor qué entonces no confiar la preparacién de los autos y as a personas diversas del juez? He aquf en efecto que actuarii, foie y otros personajes tomaron el lugar det juez en el examen de log as timonios in camera, traduciendo (inevitablemente, con frecuens, alteraciones) las palabras vivas al lenguaje escrito, por lo sora Jatin. El tribunal se topaba con los “papeles”’ recién al final del pr cedimiento 5, La consecuencia obvia era un verdadero Y Propio cian, erigido entre el juez y las demas personas co-implicadas en e] Proceso, Con ese muro se tornaba inevitable el aislamiento del juez (que por Jo comin era usualmente un “doctor”, Participe en cuanto tal da mintisculo segmento dirigente de la sociedad de la €poca) de Jos hechos y de la realidad social. La tercera caracteristica estaba representada por el asi llamado sistema de la prueba legal, segtin el cual la valoracién de las prue. bas era establecida por ley, de manera abstracta Y matematica, Un testigo no hacia prueba —“testis unus testis nullus” '—, con una sola excepcién: el Papa 7. El testimonio no contradicho de dos personas, Chtes 2 ely ‘acién ; ©S, los tes. lugares 4 La literatura en esta materia es enorme. Véase, por ejemplo, M. Carrrutrm, Procedure orale et procédure écrite, Giufire-Oceana, Milan-Dobbs Ferry N. Y. 1971, pigs. 42-43; ExcetMann, The Romano-Canonical Procedure, en Exct. MANN, ob. cit. pags. 457-58. 5 Véase, por ejemplo, Ciovenna, Istituzioni di diritto processuale civile, cit, 1, pigs. 127-28; Mittar, The Formative Principles, cit., pag. 64. © Véase, por ejemplo, J. H. Wicstore, Evidence, VII, Little Brown, Boston, 3a. ed., 1940, pags. 242-43; Mittar, ob. cit., pag. 44. La regla era ain aseverada acriticamente por Poriurr en visperas de la Revolucién francesa, Traité des obli- gations, en Oeuvres de R. J. Portier, I, Jonker, Ode et Wodon, Bruxelles 1829, § 818, pag. 246. Véase la critica hecha a Potuter por E, BONNieR, Traité théorique ct pratique des preuves en droit civil et en droit criminel, Plon & Marescq, Paris, 5a. ed., 1888, § 293, pig. 264. 7 Esta eacepcién fue indicada todavia en el siglo XVI por Cujaco en dl comentario a los Decretales Gregorii IX, lib. I, tit. XX De testibus et altesta- tionibus, cap. XXVII. Véase J. Cujacius, Tomus sextus operum postumorum, Mu- tio, Napoli, 1722, pag. 859. 7 § Véase por ejemplo, ENCELMANN, The Romano-Canonical Procedure, a = GELMANN, ob. city pig. 480; Muttar, ob. cit., pig. 44..Con variantes segin lug? ASPECTOS cl Pt ‘OS SOCIALES ¥ POLitICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL. 37 o bien, tratiindose de testes de auditu 9 sicte personas ®, hacia prucba plen E] testimonio de mujeres, misible 0 valorado como (testigos de ofdas), de cinco _ Plena, vinculante para el tribunal, prescindiendo de su ndmero, era o inad- prucba insuficiente, que necesi i 0 7 sit tegrada por el testimonio de por lo menos un hom rarquia de los valores testificales, noble, el eclesidstico sobre el laico, sobre ¢l joven, el cristiano sobre el legalmente predeterminada en propor. na, probatio semiplena, un cuarto o en suma, debia contar las pruebas, por lo demds perfectamente justifica los testigos, no observaba el comport ciar la solidez de sus percepciones, ‘aba ser in- re, En Ja je- el noble prevalecta sobre cl no el rico sobre el pobre, el viejo hebreo "1, Toda prueba estaba ciones aritméticas: probatio ple- un octavo de prueba }. E) juez, mds bien que pesarlas: sistema ido si se piensa que él no veia a amiento de éstos, no podia apre- - ni verificar la sinceridad de sus declaraciones. La ley operaba en lugar del juez: obviamente, de manera abstracta, aprioristica, formal, E) numero, el sexo, la edad, el estado social y econdmico, la religién: éstos y otros similares eran los elementos que “hacian" la verdad, no la veracidad o la malicia constatadas y valoradas en el caso concreto 3, © época, la prueba de cicrtos derechos requeria el testimonio de un nimero mayor de personas. Por ejemplo se requerian doce o hasta cuarenta y cuatro personas para hacer prucba contra un cardenal (véase Wicmorr, ob. cit., VII, pag. 242), mientras que eran necesarios ocho o diecis¢is burguenses para prevaleccr contra un conde o un barén (véase G. SatstoLt, Storia della procedura civile € criminale, U, Hoepli, Milano, 1927, pag. 429). 9 Véase M. Carrettett, La testimonianza della parte nel sistema dell'oralitd, I, Giuffré, Milano, 1962, pags. 138-39, n. 18. 10 Véase Satviont, ob. cit., II, pigs. 430-31. Cir. FE. GLasson y A. ‘FHssiER, Traité théorique et pratique d’organisation judiciaire, de compétenze et de pro- cédure civile, Sirey, Paris, 3a. ed., 1926, pag. 779 n. 1; R. Moret, Traité élémen- taire de procédure civile, Sirey, Paris, 2a. ed., 1949, pig. 378. Ver nota 149 infra. 11 Véanse Jas referencias en CarreLLerti y PEritto, ob. citt, pag. 35, n. 140; Satviout, ob. cit., II, pag. 427. DAMaso, en el siglo XIII, sintetizé los requisitos de un testigo cn el siguiente distico: “Conditio, sexus, aetas, discretio, fama Et fortuna, fides; in testibus ista requiras”. Die “Summa de ordine judiciario” des Magister Damasus, al cuidado de L. Wanrmunp, Scientia, Aalen, reimpresién 1962, pig. 43. La jerarquia de Ios valores testimoniales fue enunciada con aun més claridad en una obra famosa escrita alrededor de 1200 probablemente por el glosador PiLtio pa Mepicina: Der Ordo “Invocato Christi Nomine” al cuidado de L. Wanraunn, Scientia, Aalen, reimpresién 1962, pag. 115 ("...ut potius sit aedendum... seniori quam iuniori, honorato quam inferiori, masculo quam fe- mine... Item potius... nobili quam ignobili... Item magis diviti quam pau- peri") [...antes hay que creer... al mds viejo que al més joven, al ilustre que al inferior, al yarén que a la mujer... Del mismo modo antes... al noble que al no noble... Del mismo modo, mas al rico que al pobre). 12 Véase por ejemplo, Wicsoxr, ob. cit., VIL, pig. 241. 13 Ver notas 11 supra y 149 infra, y el texto respectivo. PROCESO, IDFOLOGIAS, SOCIEDAD 38 isti taba representada por cuarla caracterislica esta P por cl desenvoly, miento fragmentario y discontinuo del procedimiento. A falta de ng «directa del jucts las partes, a antes bien sus abogados, ian presencia sncontrolados del desenvolvimiento del proceso. Abusy Jos a ailatorias y recnwvios eran el resultado normal ¥*, En el ities tact fe hacer frente 3 €50S abusos, la ley a menudo imponta su orden, al curso del proce miento etapas y términos Ujer + un tratado del lo XIII— enumeraba dieciocho de Jimiento ordinario #5 entumceciendo asf el ya frag. mentario cardcter del procedimiento. La diluicién de los Procedi. mientos civiles fue ulteriormente agravada por las multiples impug. naciones que bajo pen de caducidad se debfan elevar inmediaa. mente contra todo tipo de decisién, aunque fuera parcial, interlo. cutoria o meramente probatoria, con suspension del procedimiento principal 10, Ademis, a menudo eran admisibles en apelacion los he. chos nuevos y las pruebas nuevas, lo que equivalia a un ulteriores. timulo para las impugnaciones *. El resultado usual de un proceso civil era pues cl de una proliferacién de procedimientos accesorios y derivados, como el tronco de un Arbol que se expande en numero. sas ramas. La quinta y ultima caracteristica de ese sistema de procedimien. tos no fue mis que la consecuencia natural de todas las otras ya mencionadas: la enorme duracién de los procesos civiles. Procedi- Una tod prescribiendo percntorios - éstos en un procec 14 “En Jos viejos sistemas ¢ por un lado las partes eran completamente iniciativa determinada en el proceso, para ut relevante para la decisién, pata hacer progresar 0 para retardar el curso del pro- tes, mientras por el otro lado el tribunal era un instrumento completamente pasivo..., tales principios prevalecian de una manera mucho més rigurosa que ee nuestro sistema [de common law] en cualquiera época de su istoria” (R. W. Muar, Civil Procedure Reform in Civil Law Countries en David Dudley Field- Centenary Essays, al cuidado de A. Revry, N, ¥. U. School of Law, New York, 1949, pags. 120, 130). 15 Cirovenna, ob. cit, supra, nota 3, I, pags. 128-29. 16 Véase del mismo autor ob. ult. cit., I, pags. 121-22; ENGELMANN y 0lT0s, Modern Continental Procedure, en ENGELMANN, 0b. pag. 589 (donde los au- tores, tratando el procedimiento alemdn y austriaco en el perfodo anterior la codificacién del siglo XIX, escriben que “demasiadas impugnaciones eran pers tidas, con la consecuencia de que taubign las causas mas sencillas pendian ili- mitadamente”) . . 37 Cfr. H. K. Brircren, Einleitung in die Theorie der sum eeu Leipzig. 1859, pags. 85-95; G. W. WrtzeLe, System des orden! alprocesses, Tauchnitz, Leipzig, 8a. ed., 1878, pags. 753-57. ontinentales y principios en virtud de los cuales libres para tomar o no tomar una lizar o no utilizar cualquier material marischen Proce, lichen ASPTGTOS SOCIALES ¥ POLITICOS DET. PROCEDIMIENTO CIVIL. 39 mientos prolongados por varios decenios no eran de ningén modo una rareza "8. IL LA ERA DE LAS REFORMAS 3. LA REVOLUCION FRANCESA Y EL CODE DE PROCEDURE CIVILE DE 1806. Tal cra pues, vista de escorzo, la situacién todavia prevaleciente en el continente europeo en visperas de la Revolucién francesa, situacién que, si en cicrtos aspectos habia ido mejorando aqui y alla 9, se hab{a tornado ulteriormente mis pesada en otros aspec- tos tales como: a) la multiplicidad de las jurisdicciones —reales, feu- dales, eclesiisticas, etc.— basada en privilegios y las estructuras des- igualitarias tipicas de la sociedad del ancien régime 20; b) el cardcter patrimonial y venal de la administracién de la justicia, Ia cual, s- pecialmente en Francia, no era un servicio ptiblico en el sentido moderno del término, sino mis bien un derecho de propiedarl de cada juez, que habia heredado 9 comprado el oficio judicial y para ejercerlo ss hacia pagar por las partes? 18 Vease, por ejemplo, EB. Kes, Gesciiiciite des Gevic Munchen, 1934, pags. 31, 45-16; Sacvtors, of ct, I, pags. 779, 780 y passin Trouter, Von den Grundlagen des 2i!:vozesvualen For maiismnus, Helbing & tenhahn, Basel 1945, pags. 85 55 los procedumentos vivian mis que las partes y pasaban en herencia de generacion a gencracion”) ; EXGEIMANN y otros, Modern Continental Procedure, ch EXGEMIANS, 0b. cit, pig. 588 (".- todo esto diluia el proceso en tiempos ilimitados”); M. Vottnomaer, Die lange Dover der ivilprozesse und ihre Ursachen, en “Zeitschvift fiir Zivilprozess”, 81 (1968), pags. 02, 121-23. ("...procedimientos pendientes por treinta afios y mas no cran insd- Jitos”). Ver también H. G. Kir, Das sogenannte Mindlichkeitsprinzip, Heymanns, Koln 1952, pig. 25- 39 En diversas partes del continente fueron implantados procedimientos “su- marios” con el fin de atenuar el formalismo del procedimiento ordinario de ius commune. Ver en general, por cjcmplo, Briretes, ob. cit Ver por ejemplo, Cinorrsoa, ob. cit, supra nota 3, T, pigs. 182. 134; Me Rovssctrr, Histoire de la Magustrature francaise, 1. Plon, Paris, 1957, pags. 4-19 y passim, Sobre Alemamia en particular ver E, Dourine, Geschichte der deutschen Rechispliege seit 1500, Duncker & Humblot, Berlin 1953, pigs. 8-14, 19, 715 KERN, ob. cit, pigs. 7H, 105, 151, Sobre Talia ver Satstout, ob. cit, UL, pigs. 74-197 “1 Véase, por ejemplo, Gurovrsns, ob. cet, supra nota 3, 1, pags. 132, 134; J.B. Dawsos, The Oracies of the Law. The University of Miciigun Law ‘School, ‘Ann Arbor 1668, pags. $5002; FP Miazoe, Cad Pracedure in France, Nijhoff, The Hague 1907, pag. dn, 142; Roe stent, 0b. cit, Te pags. 92-100, y L, paags. 227-34 Para la decripadn de una siatcion pero nienos acentuada y menos ge~ neralizada, en Alemania, Espada, Holanda ¢ Malia ver por ejemplo, Dawson, ob, cit., pags. A7AR; Doweinc, ob. cit, pags. 55, 75-88, 96-105, Satviout, ob. Cit, I, pags. 798-59. La venalidad de la justicia no fue una caracteristiics exclusiva, de los sistemas de civil faw; ver, sobre Inglaterra y los Estados Unidos, W. Hons: teverfassungsrechts, Beck, A ich 40 PROCESO, IDLOLOGIAS, SOCIEDAD ento de semejante sistema fue iniciado, El desmantelami' evolucién francesa, Despucs de 1789, concluido, por la Re » Pero ny hibidas Ja sucesion hereditaria y la venta de los oficios odin Joi del ‘16-24 de agosto de 1790 abolié las jurisdiciones Pivige por cuanto estaban en pugna con la idea revolucionaria de Ja Be en el] nuevo Estado burgués ™. La misma loi proclamé e} a gratuito de la funcién judicial (“gratuité de la justice”), dane nuevos jueces remuncrados por el Estado y no por las partes 35 loi del 7 de Fructidor del aio III (1795) abolié ademas ¢} es lL en Ja asuncién de la prueba testifical (“principe du secret ete quéle”), disponiendo que por el contrario los testigos debfan Se cuchados por el 6rgano juzgador en audiencia publica y en pices cia de las partes*. En fin, el sistema de la prueba legal fue = cado radicalmente, con la afirmacién en su lugar de la nueva on cepcién de la libre apreciacion de las pruebas por parte del jue, aunque es menester am dir prestamente que muchos restos arcaicns del viejo sistema sobrevivicron al huracdn renovador 75. La mayor parte de estas innovaciones radicales fue mantenidy por los cédigos napolednicos, si bien con notables limitaciones y compromisos. Por ejemplo, el code de procédure civile de 1806 +0 vié en parte al método de la asuncidn indirecta y secreta de la prue. ba testifical. Antes de ser asumida por cl érgano juzgador en audien. cia publica, la prueba testifical debia ser asumida en efecto, segin ese cédigo, por un juge-commissatre, en presencia ciertamente de las partes, pero no del publico **. Como lo lamentaron autores fran. ceses 2? la consecuencia inevitable fue que el juge commissaire, por Balite WoatH, A History of English Law, 1, Methuen & Sweet, and Maxwell, London, 1a ed,, 1956, reimpresién 1966, pag. 254; R. PouNn, Jurisprudence, V, West Publishing, Sc'pau Minn, 1959, pags. 669-71. Ver también Dawson, ob. Cit, pags. $5253. 22 Ley del 16-24 de agosto de 1790, tit. II, art. 16. Ver por ejemplo, P. Caras y F. Trane, Procedure civile et voies d'exérution, Presses Universitaires de Franc, Faris, 1965, pig. 18; Cimovennd, ob. cit., supra nota 8, T, pag. 134. Sobre la abo Helou en 1789 del cardcter patrimonial de los oficios judiciales, vet, por ejemplo, Dawson, ob. cit, pags. 375-76; Rovsseter, ob. cit, 1, pags. 16, 123. 23 Ley del 16-24 de agosto de 1790, tit. II, art. 11, Ver. por ge y Terré, ob. cit, pag. 19. 24 Ver, por ejemplo, Boxnizr, ob. cit., § 248, pags. 22! Carrenterm, 2 cit, supra nota 4, pags. 43-44 n. 87; GLAsson y TISSIER, ‘ob. cit, 11, pag. 781. 25 Ver, por ejemplo, ENGELMANN y OtTos, Modern Continental Procedure, ENGELMANN, ob. cit., pag. 758; MuLLaR, ob. cit. supra, nota 3, pags. 45-45. 26 Ver, por ejemplo, ENGELMANN y otros, Modern Continental Procedure, @ MANN, ob. cit., pag. 760. 27 Ver, por ejemplo, E. Bonnier, £léments de pro 1853, pags. 230, 241, 243-44; CLasson y Tissier, ob. cit, .. pag. 392. plo, Cats Ent cédure civile, Plo, Pari, TL, pag. 781; Mow i oi 41 ASPECTOS SOCIALES Y POLITICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL ser un drgano diverso del juez decisor, debia ascntar por escrito resultancias de la prueba, de donde el juez decisor se sata a luego con tener que juzgar (como el juez de la época prerrevolu- cionaria) sobre la base de escrituras amorfas y mudas antes que so- bre Ja base de testimonios vivos y hablantes. 4, EL MOVIMIENTO REFORMADOR EXPRESADO EN LA IDEA-SIMBO- LO DE “ORALIDAD”, SU BACKGROUND (TRASFONDO) IDEOLOGI- CO Y SOCIAL, SUS PERSONALIDADES; IMPLICACIONES DE LA IDEA DE ORALIDAD EN EL PROCESO. Pero el movimiento reformador, una vez iniciado, no podia es- tar por largo tiempo encadenado dentro de confines tan angostos. El movimiento era en realidad, como veremos, la expresién genuina de las exigencias de una nueva sociedad liberal y burguesa, el pro- ducto natural de la nueva cultura y estructura econémica de la Euro- pa del siglo XIX y de comienzos del XX. En cuanto tal, el movimiento reformador fue ciertamente obra colectiva y social, la cual seria completamente falseada si se quisiera reducirla a la historia de aportes individuales de algunas grandes personalidades. Sin embargo, no parece dudoso que, por lo menos en cl campo de las reformas juridicas, grandeza individual ha signi- ficado siempre, sobre todo, gran capacidad para interpretar las nue- vas exigencias generales y para claborar solucioncs adecuadas para los nuevos problemas materiales, politicos e ideolégicos de la socie- dad. La ciencia procesalistica de la época es rica en personalidades que demostraron cabalmente esa capacidad. La larga lista incluye a hombres como Pagano en Italia, Bellot en Suiza, Feuerbach y Mit- termaier en Alemania, y, por sobre todos ellos, Jeremias Bentham, con su penetrante, tajante y brutal critica del pasado; un outsider (disconforme, fuera de serie), pero plenamente introducido en el continente por una famosa y oportuna traduccién francesa de sus obras juridicas *8. P. F. Bellot reconocié expresamente la influencia de Bentham en su prefacio de su code de procédure civile de Gine- bra de 181 ‘ai daa 'amiti¢ de M. Dumont la communication de ses extraits encore inédits des manuscrits de Bentham sur la procé- se La traduccion francesa es debida a E. Dumont, quien publicé en Paris, en 1802, los tres ptimeros voliimenes de su traduccién de Jas obras juridicas de BENTHAM, Véase E. Dumont, Préface, en Oeuvres de J. Bestuan, U, Hauman et Co., Bruxelles 1829. Muchos de los escritos juridicos de BeNTuAst fueron publica- dos en francés antes que en in; gles, y su influencia en cl continente fue bastante Brande, Véase Mutar, ob. cit, supra, nota 14, pag. 137. proceso, IDEOLOGIAS, SOCIEDAD 42 : connaitre qu'ils m’ont été (...) plus Cine f, . is a re dure; je me plais ar aie 7 see is ies ans Ie cours de mon travail” [He debido a la amistaq de yy utiles municacién de sus extractos inéditos de los Manus, Ti. Dumont Ia cor tos de Bentham sobre ¢ ellos han sido para mi (.- 2) mi trabajo 20, om Es a que en Ia época en que escribia Bellot, estaba por Pro. ducirse en Inglaterra —como también en los Estados Unidos de Amé. rica~- una verdadera y propia revolucién en el campo del proced), micnto civil, también bajo el potente empuje de la critica benths. miana. El procedimiento de equity presentaba en verdad muchos aspectos similares a los del procedimiento continental de ius com. mune, cuyas caracteristicas ya hemos examinado: predominio de jy escritura®, asuncién no ptblica de las pruebas por parte de exam. iners y de commissioners *1, valoracién numérica de la prueba tex. fical #2, duracién enorme de los procedimientos 53. Pero tampoco el procedimiento at law era mucho mejor. También aqui, el Procedi- miento civil estaba entorpecido por formalismos y tecnicismos, con un jurado apartado de los hechos a causa de una larga lista de abs. ticas disqualifications y exclusions: por ejemplo, 1 procedimiento; me eS grato reconocer " mas de una vez utiles en ¢] cts le tractas y aprior 29 Reproducido en E. ScnuRtER y H. Frrrzscuie, Die geschichtlichen Grundlagen der kantonalen Rechte, Rascher, Ziirich 1931, pag. 20. Para un analisis y val racién de la obra legislativa de BeLtor, ver ibidem, pags. 16-48. 30 Véase W. Hoxvswortu, A History of English Law, IX, Methuen & Sweet and Maxwell, London, 3a. ed., 1944, reimpresién 1966, pags. 337, 353-58; A. | Jounrs, Suggestions for a Reform of the Court of Chancery by a Union of the Jurisdictions of Equity and Law, Saunders & Benning, London, 1834, pigs. Ill, 85-103; R. W. Muar, Civil Procedure of the Trial Court in Historical Perspec tive, The Law Center of New York University, New York 1952, pags. 25, 3657; D. E. C. Yate, Introduction en Lorv NorrixcHas, Manual of Chancery Practice and Prolegomena of Chancery and Equity, al cuidado de D. E. C. Yate, Unive sity Press, Cambridge 1965, pag. 58. 31 Véase HotoswortH, ob. cit., IX, pags. 337, 353-58; Muar, ob. ult. dly Pigs. 25, 36-37; Yatx, ob. cit., pigs. 59-61. 82 Véase R. N. Gresiry, A Treatise on the Law of Evidence, Saundes & Benning, London, 1836, pag. 4 (“*...los tribunales de equity seguian la miximt del civil law: responsio unius non omnino audiatur [la respuesta de uno no? oida en absoluto) y exigian la prueba de dos testigos como fundamento para Ut providencia de ellos’); Wicstore, ob. cit., I, pigs. 15-16, y VIL, pigs. 290-94: Ne ese por otra parte que slo algunas entre las muchas reglas continentle valoracién numerica de las piuebas fueron adoptadas por los tribunales ingle? de equity; en particular, aquella segtin la cual el testimonio de un solo (6% sregtt Prucha suficiente. Ver, por ejemplo, WicMone, ob. cit. VII. pas” MILLAK, 0b. cit, supra nota 3, pag. 49, ° 33 Vea: 0 7 se 5 . , ob ty pipe 2a OPE IeMPle, Hoxvswoxrn, ob, cit., IX, pigs. 356, $5871: Ys as CTOs SOCIALES ¥ PoLITICOS DEL rROCEDIMIE estaban excluidas del testimonio Jas partes. como tan terceros interesados de cuslqui: denadas por delitos, etc. +. bien todos los er modo en la causz. las personas con- En el continente, el gran movimiento de relorma se presenté bajo el nombre-simbolo de “oralidad”, un nombre, por lo dems, bastante a menudo mal entendido y desorientador. Lo que el mo- vimiento reformador efectivamente queria era en realidad bastante mis que una mera reaccidn contra el predominio de la escritura en el procedimiento de ius commune y en los procedimientos derivados de éste. Queria reaccionar contra —o romper con— todas las otras caracteristicas del viejo procedimiento que ya hemos menconado. Por tanto, en afiadidura a una revalorizaddéa del elemento oral en el proceso, los ideales inspiradores del movimiento de reforma fue- ron también: primero, “inmediadén”, o sea relacién directa, perso- nal y publica entre el érgano decisor por un lado y las partes, los testizos y las demés fuentes de prueba, por el otro; segundo, “libre valoradon de las pruebas”, o sea valoracién dejada a Ja apreciacién Gitica del juez, desvinculada de reglas aprioristicas de exclusién o de valoracdn, y basada en la observacién directa de los elementos probatorios por parte del juez en la audiencia publica; tercero, “concentracion”™ del procedimiento en lo posible en una audiencia unica o de cualquier modo en pocas audiencias orales, mantenidas a breve distancia temporal la una de la otra, preparadas esmerada- mente en una fase preliminar en la cual las escrituras no son nece- sariamente excluidas; por ultimo, v como consecuencia de los ideales precedentes, rapidez en el desarrollo del proceso, 5. EL CODIGO ALEMAN DE 1877 Y EL CODIGO AUSTRLACO DE 15895, FIEDRAS MILIARES DEL MOVIMIENTO REFORMADOR. Estos fueron pues los ideales y las finalidades abiertamente pro- clamados en Europa durante el siglo pasado y aun en nuestro siglo por la parte mds progresista de los criticos y de los reformadores del proceso *, Las dos piedras miliarcs en este movimiento de reforma ** 2% Ver por ejemplo, Housworts, ob. cit, IX, pags. 189-97; Wiewoar, ob. cit, WY, pigs. 2-32, 674-758. . i © Para mayores Getalles v referencias bibliogrificas, ver Carprsirm, ob. cit, supra nota 4, pags. 41-59, &9-92. Ss \terecen ser mencionades en este contexto también el célige de prove: dimiento civil de Hanéver de 1820 v da fev austriaca de IN7% sobre el nro Cediiento de minima cuantia [bazatelario} (Kagateli: erfahreny Sobre el coxbizo de Hanéver ver por ejemplo 4. Wacn, Handbuch des Deutschen Cuilprozess: PROCESO, IDEOLOGIAS, SOCIEDAD 44 fucrot _—mis rico en ia ¢ innovado! . ma gran innovacién aportada por el codigo austriaco la re ba su acentuacién de la funcin activa del juez, una funcién da sea para asegurar orden y CPt facie ten SC para pro, mover la finalidad social de la igualdad efectiva de las partes on 4 proceso. . . . Pero el instrumento mAs eficaz en Ta ejecucién de tal funcién ag. va, fue ciertamente el contacto directo, personal, “oral” del i partes, asistidas, pero no sustituidas, por sus defensores 38 imi ivil alemdn de 1877 sdigo de procedimiento civil al 3 Y ast ¢, n el ete cetin sobre el plano internacional y mas - Tadi r— el cédigo austriaco de 1895 #7, ica}. Presents, entendi. Juez con Estas dos landmarks del movimiento reformador fueron SeBuidas por muchos otros acontecimientos Iegislativos, todos modelados Mis 9 menos segiin los dos primeros: recordemos en particular ¢] Codigo ncker & Humblot, Leipzig 1885, pags. 188-41; ENCELMANN y otros, Ward conteeatat Procedure, en ENGFLMANN, 0b. cit, pags. 598-99. Sobre i Bagatellverfahren austriaco ver por ejemplo, F. Ktzt y F. ENCE, Der Zivilprotey Oesterreichs, Bensheimer, Mannheim 1927, pags. 40-41; ENGELMANN y otros, ob, ult. cit., pag. 633. 37 La Zivilprozessordnung (ZPO) alemana del 30 de enero de 1877 esti en vigencia desde el 19 de octubre de 1879, con diversas y notables enmiendas, la Zivilprozessordnung (ZPO) austriaca del 19 de agosto de 1895 est en vigenca desde el 19 de enero de 1898. 38 Los §§ 182 y 183 del cédigo austriaco contienen las normas esenciales concernientes al aspecto social del papel activo del juez. Ellos atribuyen al juer el poder y el deber de Iegar a una decision basada en un andlisis completo de todos Ios hechos pertinentes al mérito de la causa. A tal fin, el juez debe hacer presente a las partes los errores procesales o incompletudes en Ja exposicién de Jos hechos en los cuales ellas hayan incurrido; puede, incluso de oficio, ordenar Ja comparecencia personal de las partes ante él y la produccién de documentos, Hamar a testigos, disponer peritaciones. Ver las notas 54 y 135, infra, y el texto correspondiente. Los §§ 182 y 183 fueron recogidos, casi litcralmente, por el cédigo alemin en una serie de enmicndas de los aiios 1909, 1924 y 1933. Ver el texto actual de la ZPO alemana, § 139; F. Baur, Zeit- und Geistesstrimungen im Prozess, en Juristische Blatter, 92 (1970), pags. 445, 446. El poder de acclerar el curso del ticulos del cédigo austriaco, Proceso es atribuido al juez por otros ar- por ejemplo, por los §§ 87 y 179. También estas normas sirvieron de modelo para las reformas del cbdigo alemin. Ver el texto actual de Ia ZPO alemana, §§ 261b y 279a; W. J. Hanscurin, Richtermacht oder Parteifreiheit, en Zeitschrift fiir Zivilprozes, 81 (1968), pig 175, 180. Sobre la extraordinaria influencia del cédigo austriaco en 1a legislacién pro- cesal de varios paises, ver, por ejemplo, K. Satter, Das Werk Franz Kleins und scin Einfluss auf die neueren Prozessgesetze, en Zeitschrift fiir deutschen Zivilpre- ress, GO (1936-37). pag. 272; I. Sculmta, Der Einfluss der ésterreichischen Justiz Bescise auf das europaische Ausland, en Almanach der Stadt Wien 1960, pags. 8089. ASPECTOS SOCIALES Y POLITICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL 45, hungaro de 1911 *, el cédigo norucgo de 1915 4°, el cédigo danés de 1916 “1, el cddigo yugoslavo de 1929+, el cédigo polaco de 1933, el codigo succo de 162+, y la ley suiza de procedimicnto civil fe. deral de 1917 45, Ill, EL INFLUJO DE LAS REFORMAS EN LA DURACION DE LOS PROCESOS 6. LOS RESULTADOS PRACTICOS DEL GRAN MOVIMIENTO DE RE- FORMA EN LA DURACION DE LOS PROCESOS: ALEMANIA, AUS- TRIA, SUECIA. La pregunta que se plantea espontineamente a esta altura es: gcuales han sido los resultados pricticos del gran movimiento refor- mador en la Europa continental? 39 El cédigo de procedimiento civil huingaro de 1911 fue la obra remarcable de A. PLosz. Como el cédigo austriaco de 1895, éste se inspiraba en los ideales de oralidad, inmediacién, concentracién, y libre valoracién de las prucbas. Ver, por ejemplo, T. Fauinyt, Das ungarische Prozessrecht, en Der Zivilprozess in den eu- ropatschen Staaten und ihren Kolonien, al cuidado de F. Leske y W. LoEWENFELD, Heymanns, Berlin, 2a. ed., 1933, pigs. 265, 267, 279-82. 40 El cddigo de procedimicnto civil noruego, promulgado en 1915 pero en Vigencia slo desde 1927, sigue también el modelo de los cédigos austriaco y ale- min, Véase E. ALTEN, Das Zivilprozessrecht in Norwegen, en Der Zivilprozess in den europaischen Staaten und ihren Kolonien, cit., pigs. 483, 484. 41 También el cédigo dangs de procedimiento civil de 1916, en vigencia des- de 1919, adopts los principios de la oralidad, inmnediaci6n y libre valoracién de las pruchas; cstuvo fuertemente influenciado por el modelo austriaco. Ver, por ejemplo, H. Muxcu-Prrensen, Der Zivilprozess Danemarks, Bensheimer, Mann- heim 1932, pags. 50-58, 78-81 42 El cédigo de procedimiento civil yugoslavo de 1919 fue casi una copia literal del cédigo austriaco. Véase J. Pixjrot, Anhang: Die auf dem Gebiete der Gerichtsorganisation und des Zivilprozesses filr ganz Jugoslawien gemeinsamen Gesetze, en Der Zivilprozess in den europaischen Staaten und ihren Kolonien, cit., pags. 619, 625 n. 18 43 También el codigo polaco de procedimiento civil de 1933 estuvo inspirado en los mismos principios. Ver por ejemplo, R. KANN, Die polniszhe Zivilpro- zessordnung, Heymnanns, Berlin 1933, pig. 98; B. StELMACHOWsKI, Das Zivilprozess- recht in Polen, en Der Zivilprozess in den europdischen Staaten und nien, cit., pags. 695, 705-06. 44 La principal finalidad del cédigo de procedimientos succo de 1942, en vigor desde 1948, fuc la de realizar un procedimiento basado en los criterios de la oralidad y cn Jos principios ligados a esos criterios. Ver, por ejemplo, G. SIMSON, Das neue schwedische Zivilprocessrecht, en Zeitschrift fiir schweizerisches Recht, 63 (1944), pags. 122, 139-41. Sobre las semejanzas entre el cédigo sueco y el aus: triaco ver L. WILAMSoN, Osterreichisches und schwedisches Zivilprozessrecht, en Zeitschrift fiir Rechtsvergleichung, 9 (1968), pags. 214, 217-18, 223. 43 Ver en gencral M. GuLDeNsR, Schweiterisches Zivilprozessrecht, Schulthess, Zurich 2a. ed., 1958, pigs. 56, 453-58. PROCESO, IDEOLOGIAS, SOCIEDAD 46 espuesta puede concentrarse utilmente en una acteristicas del viejo sistema procesal Y precisament, de Jas cat como s¢ ha visto, era la consecuencia natural q, aquella ci enorme, insoportable duracién de los procesos, ras ot estadisticas judiciales de aquellos paises en los cuale dor ha encontrado una realizacién coher, x Ja Creo que . © Sobre le $ el mo. imiento reforma ado i emt, veremadamente elocuentes. Hacia fines del siglo XIX, un eminen te procesalista aleman, Adolf Wach, elogiaba el éxito del cédigo de 1877 sobre la base de los siguientes datos: en los érganos judiciatey superiores de primera instancia, los Landgerichte, el 27% de Ie litigios civiles concluian dentro de los tres meses de iniciado ¢] ro. 7%, entre tres y seis mescs, ¥ todavia otro 28,7 % ceso, otro 28,7 . ages a . ntte seis meses y un aiio; en los érganos judiciales inferiores de primera jnstancia, los Amtsgerichte, cl 63,5 % de los procedimientos civiles contenciosos era decidido en menos de tres meses Y Otro 22,8 % entre tres y scis meses*®, Notese que esta situacion no se deterioré en tiempos que nos son mis préximos. En un afio reciente tipico, 1968, casi el 70 % de los procedimientos civiles contenciosos en los Land. gerichte y mas del 80 % en los Amtsgerichte concluyeron en menos de seis meses *7. 406A, Wacu, Die Miindlichkeit in dem Entwurf der dsterreichischen Civil. processordnung, Edelmann, Berlin 1895, pags. 21, 60 (estadisticas para los afiox 1891 y 1893). Véase G. Crtovena, Lo stato attuale det prozesso civile in Italia e il progetto Orlando di riforme process diritto processuale civil I, Foro italiano, Roma 1930, pags. 395, 405; A. Wacn, Miindlichkeit und Schrift. lichkeit, cn Vortrdge tiber die Reichs-Civilprocessordnung, Marcus, Bonn, 2a. cd., 1896, pag. 45. Vortxonmer da las siguientes informaciones concernientes a las estadisticas judiciales de los afios 1888-89: el 56% de todo el contencioso civil ante los Landgerichte se concluye en menos de seis meses mientras que ¢l 16 9 se prolonga por mas de un aio (48% y 20%, respectivamente para los procedimicntos ante las cortes de apclacién u Oberlandesgerichte). VoLLxoxurr, ob. cit., pag. 124. 47 Tablas estadisticas detalladas, basadas en informaciones obtenidas de la Oficina federal de estadistica (Statistisches Bundesamt) de Wiesbaden y del mi- nisterio de justicia de Bonn, pueden verse en CAPPELLetrt, ob. cit., supra nota 4, pags. 61-63. Nétese por otra parte que, si se toman en consideracién solamente los pro- cedimientos contenciosos concluidos con sentenzia sobre el mérito, el porcentaje de los casos decididos en menos de scis mescs resulta ser de alrededor del 60%, sea en los Amtsgerichte 0 en los Landgerichte, Ademés, si se consideran exclusiva mente los procedimientos contenciosos ordinarios concluidos con una sentencia sobre el merito eu los Landgerichte —excluyendo por tanto todos los procedimien- tos configurados como “especiales”, como aquellos concernientes a materias ma trimoniales (Ehe- und Kindschaftssachen}~, las estadisticas de 1968 indican que el porcentaje de los procesos de menos de seis meses de duracién se ha acercado Sia aera de 31,8 % en el estado federal de Baden-Wiirttemberg 2 un va fe 48.4% en cl estado federal de Bremen, micntras que el porcentaje ° 47 ASPECTOS SOCIALES Y POLITICOS DLL PROCEDIMIENTO CIVIL No obstante esta marca impresionante, los procesalistas alema- nes todavia sc lamentan a menudo de la excesiva duracién de los procesos civiles en su pais; y en verdad tienen diversas razones para estar insatisfechos. Mencionaré dos de ellas. Ante todo, existe todavia en Alemania un resto de bida glorificacién de los tribunales y de los procedimientos de ape- lacién, a cual, como se ha visto, fue uno de los elementos tipicos del proceso comin (supra, § 2). Es asi como Ja apelacion tiende todavia a implicar un reexamen de novo de la causa, con la doble consecuencia de que las impugnaciones son bastante frecuentes wy que la duracién total de los procedimicntos aumenta sustancialmen- te. En otros paises, por el contratio (por ejemplo en Austria), en los cuales los ideales del movimiento reformador fueron realizados de una manera reconocidamente menos dogmatica pero mas coheren- te y realista, tal defecto ha sido practicamente eliminado ®. adisticos alemanes se comparan st sH, aquella inde- En segundo lugar, si los datos est con los de otros paises, resultan bien lejos de ser entusiasmante: Jos procesos que duraron mis de un aifo iba de un minimo del 21,1 % en Berlin- Ocste a un indximo de 33,1 % en Baden-Warttemberg. Véanse las estadisticas publicadas en Anlage zur Stellungnahine des ZPO- und GVG- Auss:husses des DAV zum Regierungsentwurf der Beschleunigungsnovelle. Zahlkartenstatistik 1968, en Anwaltsblatt, 20 (1970), pags. 161, 162. ; 45 Ver por ejemplo J. BAUMANN y G. Fezer, Beschleunigung des Zivilpro- zesses, Mohr, Tubingen 1970; F, Baur, Wege zu einer Konzentration der miindli- chen Verhandlung im Prozess, de Gruyter, Berlin 1966; H. E. Henxr, Judicia per petua oder: Warum Prozesse so lange dauern..., en Zeitschrift fur Zivilprozess, 83 (1970), pag. 125; W. Sciunret, Das Streben nach Prozessbeschleunigung und Verfahrenseliederung im Zivilprozessrecht des 19. Jahrhunderts, cn Zeitschrift der Savigny-Stiftung fiir Rechtsgeschichte, 85 (1968), pag. 127; VoLtKoMMrR, ob. cit. 49 Para datos comparativos que indican una frecuencia de impugnaciones impresionantemente mayor en Alemania que cn Inglaterra, ver F. A. MANN, Die deutsche Justizreform im Licht englischer Erfahrung, Miiller, Karlsruhe 1965, pigs. 5-6. Es manifiesta empero hoy en Alemania una fucrte tendencia a limitar las impugnaciones. Ver, por ejcmplo Baur, ob. ult. cit, pags. 3, 23; BUNDES|usTI2MI- nisrexium (Ministerio federal de justicia), Bericht der Kommission zur Vorberei- tung ciner Reform der Zivilgerichtsbarkeit, Deutscher Bundes-Verlag, Bonn 1961, pags. 117, 125-85; Baur, ob. cit., supra nota 38, pags. 451-53; K. Zweicerr, Zum tichterlichen Charisma in einer ethisierten Rechtsordnung, en Festgabe fiir Carlo Schmid, Mohr, Tubingen, 1962, pags. 299, 307-08. 50 Sobre el principio de la “apelacién limitada” (beschriinkte Berufung) adop- tado por el cédigo austriaco, ver por ejemplo G. Petscuex y F, STAGEL, Der dster- reichische Zivilprozess, Manzsche Verlags- und Universitatsbuchhandlung, Wicn 1963, pig. 364. 51 Esto es atriluido, en parte, al hecho de que en Alemania los poderes del juez en la dircccién y en 1a accleracién del proceso, modelados segiin el cédigo austriaco pero configurados por lo comin como facultativos, no son usados por Jos jueces de una mancra suficientemente rigurosa y sistematica. Ver por ejemplo, Bawa, ob. cit., supra, nota 48, pags. 12-13; G. BAUNGARTEL, Welche Anregungen 48 PROCESO, IDEOLOGIAS, SOCIEDAD Por ejemplo, Jas estadisticas judiciales austriacas s aiios recientes, la duracién media de los procesos Civiles en, A ne ey sido de solamente 50-60 dias en los Bezirksgerichte (los 6, Ustrig ha diciales monocraticos que deciden la inmensa mayorla de i. ‘ civiles en primer grado), mientras que es de alrededor de yt en los Gerichtshéfe Erster Instanz (los tribunales su M4 diag primer grado) ®.’ Las estadisticas austriacas indican ademig . sélo una fraccién insignificante de los procesos civiles dura S ue un afio 53, Nétese que esos resultados no son simplemente te impresionante, pero que prucba poco, de la cficiencia dela Indice nistracién de justicia en un pais pequeiio con una poblacién pis mente homogénea. En seguida-después de haber entrado ont el cédigo de 1895, cuando Austria era un vasto y compuesto ine tio con ambiciones poli{ticas € intelectuales de dimensién rand . Franz Klein, el célebre redactor de aquel cédigo, podia afirmar gullosamente que las finalidades de la reforma ya habian sido o lizadas: Jos procedimientos civiles habian Iegado a ser “simples, te némicos, répidos, y accesibles al pobre”. Ofrecian precisos dato estadisticos en prucba de su ambiciosa afirmacién, tales como pa demostrar la impresionante, radical transformacién (“die Soste Umwélzung’) en la duracién de los procesos antes y después de a reforma 55, Chalan vermag das newe griechische Zivilprozessgesetzbuch fiir die in Deutschland ge plante Prozessbeschleunigung xu geben?, en Zeitschrift fiir Zivilprovess, 81 (Is), pags. 6, 9-10; Vortxonmer, ob. cit, pag. 121. 52 Véasc E. M. Bajons, Buchbesprechung, en Zeitschrift fiir Rechisveglei chung, 10 (1969), pags. 318-20. 63 Ver Statistik der Rechtspflege fiir das Jahr 1968, Osterteichisches Statist sches Zentralamt, Wien 1969, pag. 20 y para un andlisis de estos datos estadisias Carrettertt, ob. cit., supra nota 4, pag. 64 n. 144, Las estadisticas de 1969 no muestran cambios relevantes. Ver Statistik der Rechtsflege fiir das Jahr 1969, Osterreichisches Statistisches Zentralamt Wicn 1970 pdg. 20. 54 F. Kirin, Reden, Vortrage, Aufsdtze, Briefe, 1, Manzsche Verlags- und Universitaétsbuchhandlung, Wien 1927, pdg. 87. 53 Idein, ob, ult. cit, I, pag. 88. Datos ulteriores pueden encontrarse en F. Kui, Vorlesungen tiber die Praxis des Civilprocesses, Manz, Wien, 1900, pigs. 7%: F. Krin, y F. ENGEL, ob. cit., supra nota 36, pags. 330-38; O. Leonuarp, Zur Ge schichte der Osterreichischen Justizreform vom Jahre 1898, en Festschrift zur Fin zigjahrfeier der Osterreichischen Zivilprozessordnung 1898-1948, Mant, Wieo, a pigs. 125, 152-54. En 1898, por ejemplo, hubo un aumento impresionante & porcentaje de los procesos cuya duracién cra menor de seis mests desde el . mento del comienzo del proceso en primer grado hasta el momento de em clusién en grado de apelacién. En un distrito ese porcentaje salt del ia para los procesos anteriores a Ja reforma, al 48,2 % para los procesos 1¢gl . por el nuevo cédigo; cn otro distrito, el salto fue del 84.9% al 68,7 %i ¥ a tercero, del 7,3 % al 70%. Kin, ob. cit., supra nota 54, I, pag. 88. Se ASPECTOS SOCIALES Y POLITICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL 49 Mencionaré por ultimo brevemente otro pais en el cual el mo- vimiento de reforma ha hallado actuacién: Suecia. Las estadisti- cas oficiales suecas indican que, en 1967, la duracién media de los procesos civiles de primer grado {ue en aquel pais de dos meses, con el 33,5 % de los procesos concluidos dentro de un mes, el 51,4 % entre uno y seis meses, y solamente el 15,1 % en mds de seis me- ses 58, Estos pocos datos numéricos hablan, creo yo, con voz mas firme y segura que tratados voluminosos. Aunque’sea indudable que tam- bién otras circunstancias fuera de la forma del procedimiento puc- den constituir causas de retardos —como por ejemplo un numero in- suficiente de jueces 0 de personal judicial subordinado, una orga- nizacién inadecuada de los unales, o deficiencias en el derecho sustancial—, los desarrollos recientes en Europa demuestran clarf- simamente que el movimiento en pro de la “oralidad” ha resultado altamente eficaz en la aceleracién de los juicios. 7. DURACION DE LOS PROCESOS EN LOS PAISES EN LOS CUA- LES EL MOVIMIENTO NO FUE REALIZADO COHERENTEMENTE: ITALIA, FRANCIA, ESPANA, AMERICA LATINA. Esta conclusién resulta ulteriormente confirmada por el hecho de que la excesiva duracién de los procesos representa todavia la plaga de la justicia civil en aquellos otros pafses de Europa en los cuales el movimiento reformador no ha sido aun Ievado a efecto, o lo ha sido s6lo parcialmente. En Italia, en Espaiia, en alguna me- dida también en Francia, la marcha’ de la justicia civil recuerda aun la imagen del reloj estropcado que, cada vez que se lo quiere poner en marcha aunque sea sélo por algun segundo, tiene que ser sacudido y golpeado $7; en esos paises el proceso procede, precisa- mente, por breves etapas, teniendo necesidad de ser repetidamente “sacudide y golpeado” por los escritos de las partes, que a su vez son preparados por defensores que no necesariamente se perjudican por la excesiva lentitud de los juicios. Por otro lado, no hay prdc- suministrar todavia otros datos que por otra parte no afladirfan ni quitarfan nada esencial al cuadro trazado en cl texto. 50 Fsta_informacién me fue suministrada cortesmente por el prof. P. O. Exriér de Upsala. ST La imagen fue tomada de una incisiva descripcién critica, hecha por un eminente jurista vienés, por el procedimiento civil austriaco anterior a la reforma finisecular. A. Mencen, Il diritto civile e if proletariato (trad. it. de G. OneRostr) , Hocca, Torino 1894, pag. 25. proceso, IDF OLOGIAS, SOCIEDAD 50 en Ja cual el érgano juzgador ¥ no : u audiencia algu a ; u ‘n ny , “delegado " o “comi: - ‘instructor’ © ‘delegado' io” se encuent sin intermediavios con las partes y con los testigos; de modo que Ja decisién esta basada en los escritos y no en la observacién direc, ta, y los escritos, obviamente, pueden recogerse de una manera diluida en el tiempo. A lo que se afiade por ultimo la Tecordady as impugnaciones, todavia en auge en esos Patses y estimulada por un sistema de Procedimien. ticamente mero jez glorificacién de 1 precisamente por esta to predominantemente “escrito”. . Y es asi que tenemos, en Italia, una duracién media de dieciocho o ventiocho meses, respectivamente, para un proceso ordinario de o ante los pretores o tribunales *; de dicz meses ante icia ™; de ocho meses ante a, En cuanto a los primer grad Jos Tribunaux de grande instance en I los Juzgados de primera instancia en 88 Datos estadisticos detallados pueden verse en CArPELtertt, ob. cit., supra nota 4, pags. 65-66; M. Carreizeris, J. H. MeweyMan y J. M. PrRitto, The Ialian Legal ‘system, Stanford University Press, Stanford, Cal., 1967, pags. 125-26. ‘69 El procedimiento preceptuado para las causas ante los tribunales inferiores de primer grado (Tribunaux d'instance) es notablemente diverso del preceptuado para los tnbunales superiores del mismo grado (Tribunaux de grande instance) Sélo el primero ¢s escncialmente oral. Véase Y. Lown, Procédure écrite et procé- dure orale, en Etudes de droit contemporain, Les Editions de I'epargne, Paris 1970, pigs: 161, 163, 166. Es significativo el hecho de que la duracién media del proceso civil de primer grado cambia de manera radical segiin se desarrolle ante Jos tribunales inferiores (73 dias en 1966) 0 los supcriores (304 dias en el mismo aiio). Ver Annuaire statistique de la France 1968, Institut National de la Statis. tique et des Etudes Economiques, Paris 1969, pag. 129. Ver también Hexzoc, ob. cit, supra nota 21, pag. 139. En Francia se han hecho repetidas tentativas para ampliar los poderes j Giciales en Ia direccién y aceleracién del proceso civil, en particular en 1935, 1958, 1965 y 1967. Ver, por ejemplo, J. VINCENT, Précis de procedure civile, Dalloz, Paris, 11a. ed., 1969, pigs. 410-46, 472. Go Ver estadisticas judiciales de Espaiia, Aiio 1966, Instituto Nacional de Estadistica, Madrid 1967, pig. 128. Se debe notat, por otra parte, que, especial: anente en lo que concierne a Espaiia y a Francia, las estadisticas oficiales usadas para nuestros cilculos son menos completas de lo que podria descarse. Informa- ciones privadas sugieren, para Espaiia, una duracién mayor de la indicada por las cstadisticas. (Ver, efectivamente, el escrito de C. pE Micurt ¥ ALoxso, Consi- deraciones sobre la lentitud de los procesos civiles y sus posibles soluciones, ¢n Revista de derecho procesal iberoamericana, 1971, pags. 55, 58-64, aparecido con posterioridad a la publicacién en inglés del presente estudio]. En verdad, 12 du Facién excesiva de los procesos civiles ordinarios es generalmente lamentada em ese pals; ver por ejemplo L. PateTo-Casteo Ferranviz, Derecho procesal civil, I Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid 1964, pag. 358. Este autor reconoce Ia causa de ese defecto precisamente en el caricter escrito de los procesos oF dinarios, que estan todavia estrechamente ligados a los principios del procedimicn: to de ius commune. Id. ob. ult. cit., 1, pags. 354-60. uienan eee ne ecient a la duracién media de Ios procesos lo: ula en uso entre los cultores de la estadistica, ys hern0s 0 sca ASPECTOS SOCIAIES Y POLITICOS DEL PROCEDIMIENTO CIVIL 51 paises de América Latina, muchos de ellos no miden siquiera 1a duracién en dias o en meses, sino en afios ®; cosa no sorprenden- tc, dado que su sistema procesal semeja al procedimiento de tus commune aun mis que el sistema procesal espaiiol 0 italiano ®. Este es pucs un panorama sumario de los desarrollos en materia de procedimiento civil en la Europa continental en los ultimos si- glos, aparte el gran “cisma” ocurrido en la Europa oriental, que seré discutido mas adelante. IV. PROBLEMAS Y TENDENCIAS EVOLUTIVAS PRESENTES, CONSTITUCIONALES, INTERNACIONALES, SOCIALES 8. PROBLEMAS NUEVOS EN UNA SOCIEDAD NUEVA: PRELIMINAR. Pasamos ahora a los problemas y a las,tendencias evolutivas que se agitan hoy: con la advertencia de que el movimiento por la ‘oralidad”, con todos los ideales que lo han acompaiiado (supra § 4), si representa un momento ya pasado y superado para varios paises, es en cambio un elemento todavia vivo y presente, de cri- tica y de propuestas de reforma, en aquellos paises, como Espa- fa ® o Italia, en los cuales quedan aun demasiados residuos del viejo sistema. En esos paises, la inmediacién y la concentracién, Ja cliciencia y la rapidez son todavia los problemas vitales. Pero en aiiadidura a esos problemas, o en lugar de ellos, han sur- gido ultimamente con potencia en el continente europco —o al me- nos en Ia parte occidental del mismo— problemas nuevos y sin 11 + F2 4 (rr y p2 representan respectivamente el numero de los procedi- ife imientos pendientes al comienzo del aio y el de los procedimicntos pendientes a fin de aiiv, ¢ y ¢ el numero de los procedimientos iniciados y el de los proce- Wimientos concluidos durante el ato, mientras que d indica 1a duracién media en ales 0 fracciunes de ano) Gt Vease CAPPELLETH, ob. cit, supra nota 4, pag. 66 n. 150 (sobre la base de jas relaciones latinoamericanas todavia no pubhcadas) (adde ahora H. Fix Za- muvio, El problema de la lentitud de los procesos y su solucién en el ordena- miento mexicano, en Revista de la Facultad de Derecho de México, 21 (1971), Pigs. 85, 90, 95, 104-09, 119], 62 Cappriiert, ob. cit. supra nota 4, pig. 22, n. 39, 83 Ver, por cjemplo, Paw Casto Freaaxvy, ob. cit, I, pag. 355; C. ne Mucutt, Lov sstertas sobre la forma de la actividad provesal, en Revista de Es- (adios Procewsles, & (170), pag. 3 ruLerTy, ob. cit, supra nota 9, vols. Ly UL oF Vease, por ecmpio, Ci

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