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ceri EO NLM Utter 4 UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BAJA CALIFORNIA, Esta invesigacion fue ©DR. 2014 Gabriel Trujillo Munoz ISBN 978-607-607- Nadine Gordimer Algo grave les pasa a los criticos y académicos mexicanos cuando se acercan aa literatura del norte y la transforman en sus propios micdos ¢ inseguridad. ‘o: para tratar 2 Ja literatura nortefta hay muchas vias, experiencias, obras y autores @ los cua- les recurrir, una enorme variedad de géneros y estilos que por estas tierras se han dado en el tiltimo centenar de afios para be- neficio de la literatura mexicana en general. Pero cuando alguien decide hacer una recopilacién de textos criticos sobre la misma y para legitimarse comienza por describirla como un monstruo (la narcoliterarura) y luego afirma deslindarse de tal criatura, in- dlignarse ante su presencia, con la intencién de mostrar q literatura nortefia no es como la pintaron ellos mismos. Es decir, estos criticos son como el doctor Frankenstein: primero crean al monstruo y le dan vida y a continuacién lo persiguen, lo atacan, lo hostigan para reivindicarse como lc verdaderos adversarios de su propia creacién. Imaginense que los criticos de la primera mitad del siglo xx, los que aplaudie ron a Ja novela de la revolucién mexicana en su retrat Gansce Trego Mu ran acabado diciendo que a literatura valiosa por el exceso de do por Azucla, Guzmin, Urquizo y Campobello, co merecia una narrativa que no sélo hablara de lo en armas como lo iinico representativo de nuestro pais en es conflicto social. a nuestros criticos actuales no les importa mord: a con tal de estar al dia con la iltima jerigonza académica, la literavura travestida, la destervitorializacién de las iden- tidades o la literatura bajo tos del neoliberalismo para llo que les molesea porque reta sus prejuicios sobre lento. Estos criticos olvidan lo dicho por n narrador no nortefio pero que ha escrito sobre la viol aleaba (El financiero, 2 ‘Alli donde hay dolor. Y alli donde hay dolor, hay conficto. Todc el que ha escrito una novela se ha asomado a la orilla del preci picio”. Y esta experiencia vertiginosa, de conflicto perenn -ctivo, es basica para entender la crca- tanto para Ja que asume su entorno con como para la que lo elude con pasmosa im el trabajo existencial, viva donde viva, habite un mundo > uno de violenci itor que entie como lo dijo Nadine Gordimer la escritora cibir el premio Nobel de Literatura: “como una 10 mismo y del mundo en términos del s cctivo, Del ser aqui en su par Al parecer la simulacién, el tirar la piedra y escond la critica nacional y el mejor ejemplo de ell ce publicacién de le nadie (fondo edio- erra Adentro, 2012} Viviane Mahie yO an en su pre ort desafortunada etiqueta por med ‘onsolidar como grupo a narrad cotrifico y la miseria junto con su: esctitor del norte lo definen las balas zumban sérdidas de migrantes, los ps wuante del desiert libro, la repr ido de Libre Comercio de Am nta, masculini a la literatura con maytisculas. Y es que muchos de los participantes de es en al blanco de sus critic tendencia a estigmatizar a la literatura del no z scritura sin valores literarios. O no conciben otra explicacién ante el auge reciente de una moda editorial, dejan- do a un lado otras posturas criticas como la de Rodi gador de la Universidad Michoacana de S género negro, en y sob a México-estadounid pero lo mismo sucede con cualquier otra temética o tradicién natrativa, La violencia siempre nos incomoda, pero la solucién no es mirar hacia otro lado, ret c que la toman Mal ellas en poner el que se escribe ajena a sus escuelas de pensamiento coer libre de sus grilletes conceptual En buena parte de los autores de Tierras de nadie hay un. visién conservadora, jerdrquica pero enmascarada con un len guaje posmoderno, que se horroriza de que fuera del pais sélo se considere a esta literatura como representativa del actual momento que éxico, de que sean los hijos de los beat los hiperrealistas y la novela negra los que ganaron la batalla cultural del siglo 2x1 mexicano. Los autores de esta obra s6le ven a [a literatura nortefia o fronteriza en términos comercia les. No han entendido que esta literatura ha surgido de otro: Ambitos editoriales menos prestigiosos y redituables: las publ caciones de los institutos de cultura y de las universidades de vas entidades (ademas de los centenares de edito independientes) que, con tes6n y sin mediar el int acional, han ido consolidando de cara al resto de! is un corpus de obras que ha avanzado por diferentes ruta creativas, por distintas vias de expres reflexién creando asi sus propios lectores. Y es que los ensayistas de je se contentan con lo que tienen a mano y olvi- stas como Quimera (Espatia, 2005) « Iberoamericana (Alemania, 2012), donde se han discutido las aportaciones de estas literaturas periféricas a la literatura de lengua espafiola, ya sea por su valor literario tanto como por la vatiedad de temas y estilos que en ellas coinciden y se nen, Aportaciones que no se limitan a una ctiqueta editorial ni a historias sérdidas 0 violentas, menos aiin a una escritura masculinista cuando hay autoras de la talla de Rosina Conde, Rosario Sanmiguel, Nylsa Martinez, Beatriz Aldaco, Maricela Duarte, Eve Gil, Bibiana Padilla o Patricia Laurent Kullick Si vemos las distintas partes del libro, lo mas mismo son sus ensayos sobre autores especificos Daniel Sada, Carlos Vazquez, Miguel Tapia o David Toscana, entre otros. Lo peor son sus ataques gratuitos a la obra de Elmer Mendoza y la inclusidn de los dos textos finales ya publicados. Uno, el de Rafael Lemus, fue publicado y publicitado en la revista Letra bres en 2005 y es una vieja diatriba segiin la cual la liter del norte es simple y llanamente narcoliteratura y, por serlo, auisa grima, incomodidad, desasosiego critico. Esta diatriba fue respondida por varios autores nortefios en st: momento, specialmente por Heriberto Yépez y Eduardo Antonio Parr: er aparecido en este bro para compensar los exabruptos y vituperios de Lemus. El otro ensayo final, cuya autora es Valeria Luiselli, fue publica recientemente por la revista Nevos. Luiselli asevera que la literatura nortefia, al igual que el resto de la literacura nacic nal, enarbola una “fascinacién por lo marginal pone, apesadumbrada, que ahora tal literatura es mainstream literatio’ Lo que enerva a Luiselli, s a situacién: que esta produccién literaria se vincula “con cierta idea de la identi- dad nacional o regional” que ella considera obsoleta, limitativa En realidad, Luiselli representa las contradicciones inherentes que este libro pad : po : ra que “es absurdo e injusto ctiticar a un escritor por elegir escribir sobre un tema y no otto, Un escritor escribe como puede y sobre lo que le interesa” y al siguiente pérrafo reprocha a ciertos escri tores del norte que sdlo les interesa crear una identidad propia on sus narraciones. Luiselli parece ignorar que una identidad regional, sea fronteriza 0 no, central 0 periférica, se hace desde Gamiea Taomnzo Mu la matria que ha moldeado a cada escritor como persona, se edifica desde el entorno en que cada narrador ha vivido y creci do, Pero como creadores, cada escritor e: la identidad que mis le queda a la medida de su imaginacién, a la amplitud de sus ide las realidades que hace suyas y que convierte cen materia literaria, en casa propia, en mundo auténomo para que todos lo habitemos, para qu complejidades y contradicciones, en sus diferenci itu des con nosotros mismos. ‘Aqui mismo, en Baja California, la identidad literaria va de de el dj pop al autor cosmopolita, del rescatador de tradi autéctonas al poeta experimental tipo Fluxus. Las identidades, franjas fronterizas (que, por cierto, nada tienen e ver con el TLCAN sino con las zonas libres estable« 8 ereinta del ro Cardenas) son fluidas nunca de ibiar, de transmutarse en lo que cada qui sucfia o anhela. Por eso mismo, la identidad fronteriza es 10 de apertura antes que una limitacién, una opeién de rtad entre pasado y futuro, entre tradicién y transforma- cién, entre le De ahi que las “ficciones fundacional parte importan- te de la cultura fronteriza porque los literatos en ciudades mayorit nce nacidas en 2. Lo fundacional no es en estas 1, tiempo distante. Por el contrario, en es racios fronterizos donde todo pare cién y barbarie siguen siendo k s na moneda, mitologfas a flor de piel y realidades profundamente asimiladas como nociones bisicas de supervivencia, paisajes indémitos en constante muracién y comunidades que atin tienen aires del vie- jo oeste. He ahi su vitalidad literaria, su fuerza matérica, frente a la posmodernidad y sus no-lugares. He ahi su pertinencia creati- En todo caso, el gran pi otros libros simi- -n su postura tendenci ¢ la literatura del norte y sobre la literatura fronteriza (y aqui la frontera es otro concepto turba y los pone a hacer gestos de horror), es que nuestra literatura no es slo novelas de la violencia ( cescritas a lo largo y ancho del pais), sino poesia de Ia aridez, ciencia ficcidn, fantasia épica, narrativa experimental, novela histéri canto maritimo, poesia visual, ensayo poshumano, diario de jaje, mitologia nativa, crénica urbana, metatexto y lo que se mulando gracias a la imaginacién desatada de los auco- realismo es s6lo una de las muchas facetas no la principal. Si no lo creen asf, pre sico Schaffler, a Patricia Laurent Kullick, a N sbles, a José Javier Villarreal, a Carlos A Fran Tlich, a Ignacio Mondaca, a Sergio Valenzuela, a Margarite Cuéllar, a Julio César Félix, a Alejandro Espinoza, a Guillermo Lavin, a Lauro Paz, 2 Rosario Sanmiguel. La literatura del norte ¢s tan diversa como cada uno de estos y much c combatir la preeminencia del norte como un centro creati alogarlos a todos ellos bajo la novela de la vi Jas artes mexicanas, es distorsionar la realidad textual, en obras y estilos, para beneplicito de una crftica incapaz de ver semejante riqueza literaria, incapaz de estudiarla en toda su diversidad de biisquedas y hallazgos, de lenguajes y tramas narrativas, de riencias posticas y acercamientos ensayisticos Por qué les duele tanto a la mayoria de los eriticos comp lados en Tierras de n pregunto, que los eseritores d sientan duefios de sus temas y sefiores de su imagi cién? ;Por qué no mencionan los puntos de vista de lo: cos recientes de la literatura fronteriza/nortefia, como Diana versich, Edgar Cota, José Juan Zarate, José Salvador Rui Fraucke Gewecke, Sam Manickam, igo Pardo Fernén Paul Fallon 0 Minni Sawh: 2. porque saben no quieran admitirlo en puiblico) que la literatura del no Ia literatura fr Hegaron a la cultura nacional para que Se, para scr parte imprescindible del horizont siglo x01 mexicane Estos criticos pueden desgarrarse las vestiduras conceptuale: sdefiar los logros de esta literatura, pero esa es la realidad d nuestro tiempo: el norte es uno de los puntos esenciales hac el que apunta, aguf y ahora, la bréjula de la creacién literar en nuestro pais. ‘Transformar la obra de los escritores nortefios y frontetizos en una creacién monotemética llamada narc liceracura o en un “pobre regionalismo” es caricaturizarla, es ar como real el cliché que ellos mismos han inventado y que ahora dicen combatit. Por cso los criticos de Tiernas de je buscan exorcizar una literatura que les parece moralmente aberrante, literariamente inconsistente, sin percatarse que cales espejismos terrorificos hablan mas de sus propios temores que de las obras que critican con tanta vehemencia. La literatura prtefia y fronteriza como la prueba de Rorschach de la criti nacional: una mancha que dice més de quien la ve que de quien Ja muestra en public Hoy en dia, pésela a quien le pese, el norte ~y espe Cc te el norte fronterizo- es ya un interlocutor de peso a la hora d hablar de literatura mexicana, a la hora de establecer el rumbo de nuestras artes. ¥ eso esta sucediendo ahora mismo porque el norte/frontera no es tierras de nadie, sin valor cultural, como estos y muchos otros criticos pretenden hacernos creer, sino tierras de todos los que las toman para nutrir su fincar su fantasfa, para fundamentar su pensamiento, para decir sus verdades. No mas. No menos. Brouiocraria Gordimer, Nadine (2010). Telling times. Norton and Com: pany. Mahieux, Viviane & Zavala, Oswaldo (2012). Tierras de n. fondo editorial Tierra Adentro, #455, Conaculta. Pardo Fernandez, Rodrigo (2012). La novela negra de la fron- tera: violencia y su invierno hablar de literatura mexicana, ala hora de establecer el rambo de nuestras artes. Y eso esté sucediendo ahora mismo porque el norte/frontera no es tierras de nadie, sin valor cultural, como estos y muchos otros criticos pretenden hacernos creer, sino tierras de todos los que las toman para nutrir su creacién, para fincar su fantasfa, para fundamentar su pensamiento, para decir sus verdades. No mas. No menos Breuiocraria Gordimer, Nadine (2010). Telling times. Norton and Com- pany Mahieux, Viviane & Zavala, Oswaldo (2012). Tierras de nadie fondo editorial Tierra Adentro, #455, Conaculta. Pardo Fernandez, Rodrigo (2012). La novela negra de la fr¢ fa: violencia y subversi6n, en Mitologéas hoy, #6, inviern

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