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= speranza NT II, 1V - esposo, esposa NT 3b c- gloria IV I, V - guerra NT MI - Jesucristo II | a - juicio O; NT - pacien- cia | NT 2 - pascua III 1.3 - perfeccién NT 6 - reino NT MI 3 - rey NT 2 - mpo NT Ill - velar I - victoria AT 3 a - visita NT. Pascua. En los tiempos de Jesus la pascua judia retine en Jerusalén a los fieles de-Moisés para la inmolacién y la manducacion del *cordero pascual; gon ella se conmemora el *éxodo due. liberé a los hebreos de Ja ser vidumbre egipcia. Hoy dia la pascua cristiana refine en todas partes a los discipulos de Cristo en:la comunién de.'su Sefior, verdadero cordero de Dios; los asocia"a su *muerte y a su *resurreccién, que los han libe- rado del *pecado y de la muerte. Es evidente la continuidad entre una fiesta y otra,-pero se ha cambiado de plano, pasando de la antigua a la nueva *Alianza por intermedio de la pascua de Jests. I. LA PASCUA ISRAELITA. 1, Pascua primaveral, némada y doméstica. En Jos origenes es:l2 pascua una fiesta de familia, Se la celebra de *noche, en el plenilunio del equinoccio de pri- mavera, el 14 del mes de abib o de Jas espigas (llamado nisin después del exilio). Se ofrece a Yahveh un animal joven, nacido en el afio, para atraer las bendiciones. divinas ‘sobre el rebafio, La victima es un cordero © un cabrito, macho, sin tacha (Ex 12,3-6); no se le debe romper nin- giin hueso (12,46; Num 9,12). Su “sangre se pone, como signo de pre- servacion, a la entrada de cada vi- vienda (Ex 12,7.22), Su carne se come en una *comida répida, tomada por los comensales en traje.de viaje (12, B11), Estos rasgos némadas y do- mésticos sugieren un origen' muy an- tiguo .de. la. pascua: pudiéra ser el sacrificio que los hebreos piden al Pascua faraon que les permita ir a celebrar en el desierto (3,18; 5,138); en este caso seria mas antigua que Moisés y la salida de Egipto. Pero el éxodo fue el que le dio su significacién de- finitiva. 2 Pascua y.érodo, La gran ptil vera de Israel es aquella en que’ Dios lo libera del yugo egipcio mediante una serie de intervenciones providen- ciales, la mas: asombrosa de las cua- les se afirma en la-décima plaga: el exterminio de los primogénitos egip- cios (Ex 11,5; 12,12.298). Con. este acontecimiento asociaré més tarde la tradicion 1a inmolacion. de los pri- mogénitos del ganado y el rescate de los primogénitos israelitas (13,18. 11-15; Nam 3,13; 8,17). Tal asocia- cion es secundaria. Lo que importa es Ja coincidencia de la pascua con Ja liberacion de los israelitas; se con- vierte en el memorial ‘del *éxodo, acontecimiento, mayor de su histo- ria; recuerda que: Dios castigo a Egipto y tuvo consideracién con’ sus fieles (12,16s; 13,858). Tal sera en adelante el sentido de la pascua y.el nuevo alcance de su nombre. Pascua es un calco del griego paskha, derivado det arameo pasha y del hebreo pesaht. El origen de este nombre es discutido. Algunos le atri- buyen una etimologia .extranjera, asi- ria (pasahu, apaciguar) © egipcia (pe-sh, el recuerdo; pe-sah, el golpe); pero ninguna de estas hipétesis se impone, La Biblia relaciona pesah con el verbo pasah, que significa ora cojear, ora ejecutar una danza ritual en (orno a un sacrificio (1Re 18,21. 26), en sentido figurado, «saltar, epasary, perdonar. La pascua ¢s el paso de Yahveh, que paso de largo Jas casas israelitas, mientras que he- tia a las de los egipcios (Ex 12,13. 23-27; cf. Is 31,5). - 3, Pascua y dzimos: Con el tiempo se soldaré con la pascua otra fiesta. originariamente distinta, pero relacio- 647 Pascua nada con ella por su fecha prima- veral: los Azimos (Ex 12,15-20). Pas. cua se celebra el 14 del mes; los 4zimos se fijan finalmente del 15 al 21. Estos *panes no fermentados acompafian la ofrenda de las *pri- micias de la recoleccién (siega) (Lev 235-14; Dt 26,1); la eliminacién de Ia Vieja levadura es un rito de *pu- reza y de renovacién anual, cuyo origen némada o agricola se discu- te. Sea de ello lo que fuere, la tra- dicién israelita relacioné igualmente este rito con la salida de Egipto (Ex 23,15; 34,18). Ahora evoca la prisa de la partida, tan precipitada que los israelitas hubieron de llevarse la ma- sa antes de que fermentara (Ex 12, 34.39). En los calendarios litargicos pascua y zimos se distingven unas veces (Lev 23,5-8; of Esd 6,19-22; 2Par 35,17) y otras se confunden (Dt 161-8; 2Par 30,1-13). De todos modos, en las pascuas anuales se actualiza la liberacién del éxodo, y este significado profundo de la fiesta se siente coa mis inten- sidad en las etapas importantes de la historia de Israel: las del Sinai (Nam 9) y de Ja entrada en Canaan (Jos 5); las de las reformas de’ Eze- quias hacia 716 (2Par 30) y de Jo- sias hacia 622 (2Re 23,21ss); la del restablecimiento postexilico en 515 (Esd_6,19-22). 4, Pascua y los nuevos éxodos, La liberacién del yugo egipcio se evoca cada vez que Israel sufre otras es- clavitudes: Bajo el yugo asirio, hacia 710, Isaias saluda la liberacién como una noche pascual (30,29, en la que Dios preservara (asah) a Jerusalén 1,5; ef. 10,26); cien afios més tarde, Jeremias celebra la liberacién de los exiliados de 721 como un nuevo éxodo (Jer 31,2-21) e incluso se~ gin el griego de los LXX- como el exacto aniversario del primero: «He aqui, dice Dios, que hago vol- 648 ver a los hijos de Israel en Ie de pascua» (Jer 31,8 = griego Bajo el yugo babilénico Jeremias que el retorno de los portados de 597 suplantar& al en los recuerdos de Israel Ger 78); el segundo Isaias enunci= del *exilio (587-538) como ef decisivo que eclipsaré al 40,3-5; 41,17-20; 43,16-21; 55,12-13; cf, 63,7-64,11): la de los dispersos (Is 49,6) ser del Cordero *Sicrvo (ls $3.7 seré ademis la luz de las que, con el cordero pascuall, guraré al Salvador venidero. 5. Pascua, fiesta del remplo. cua fue evolucionando al asi los siglos, Sobrevinieron lizaciones, modificaciones. La portante es la innovacion del teronomio, que transforma i= celebraci6n familiar en una ‘templo (Dt 161-8). Esta conocié quiz bajo Ezequias = mienzo de realizacién (2Par Is 30,29); en todo caso pase practica bajo Josias (2Re 2Par 35). La pascua se en Ia centralizacion general del to. Su rito se adapta; la derrama sobre el altar (2Par sacerdotes y levitas son los principales de la ceremonia. Después del exilio viene pascua la fiesta por excelencix omisién acarrearfa a os verdadera excomunion (Nim todos los circuncisos, y sie deben tomar parte en Ia mi 12,43-49); en caso de necesidad de retrasarse un mes (Nam cf. 2Par 30,2ss). Estas nes de la legislacién sa una jurisprudencia ahora y= ble. Sin duda que fuera de te santa se celebra la pascua sob en el marco familiar; hace asi la colonia judia de tina, en Egipto, segan un to del afio 419, Pero Ia inmolacién del cordero .se elimina progresiva~ mente de estas celebraciones particu- Jares, que quedan ya eclipsadas por Ja solemnidad de Jerusalén. 6. Pascua, tiempo de las hazaitas divinas. La pascua vino, pues, a ser una de las grandes *peregrinaciones del afio littrgico. En el judaismo. re- viste un sentido muy rico, explicitado Por el targum de Ex 12,42: Israael sacado de la esclavitud evoca el mundo sacado del caos, a Isaac saca- do del suplicio y a la humanidad sacada de su miseria por el Mesias esperado, Estas perspectivas hallan numerosos puntos de apoyo en la Bibli “i & a) Pascua y creacién: La crea- cién y la *redencién estan, en efecto, ligadas con frecuencia, en particular en el gran Hallel pascual: Sal 136, 4-15; cf. Os 13,4 (griego); Jer 32, 17- 21; Is $1,9s; Neh 9; Sal 33,6s; 74, 13-17; 77,17-21; 95,5-9; 100,3;° 124, 4-8; 1356-9; Sab.19. Si Dios puede separar las: aguas del mar Rojo (Ex 14,21), es que primero dividié el océano primordial (Gén 1,6). b) Pascua ¢ Isaac: Asimismo, si Dios puede salvar a los: hijos de Jacob, es que primero salvé a sus antepasados. Se supone que Abraham aguarda el Exodo (Gén 15,135), cuya prenda es para él la salvacion de Isaac (Gén 22), Ahora bien, Isaac se supone haber sido oftecido en Sin (Par 3,1), como més tarde: el cordero pascual (Dt 16), y preservado de la espada (Gén 22,12), como mas tarde Israel (Ex 12,23: cf. 1Par 21,15); Isaac fue salvado por el carnero, Israel por el cordero: Isaac derrama en su *circuncisién una sangre ya rica de valor *expiatorio (Ex 4,24. 26), como lo sera mas tarde la de las victimas pascuales (Ez 45,18-24); Pero, sobre todo, Isaac esta dispues- to a derramar toda su sangre, mere- siendo con ello prefigurar al cordero Pascua Pascual por excelencia:. Jesucristo (Heb 11,17-19), ©) Pascua y la era mesidnica: Todas Jas intervenciones de Dios -en el pasado hacen esperar su interven- cién decisiva en el futuro, La salva- cién definitiva (- escatolégica) apa- rece como una nueva ‘creacién (Is 65,17), un éxodo irreversible (65,22), una ‘victoria total sobre el mal, el *paraiso hallado de nuevo (65,25). El enviado de Dios encargado de ins. taurar esta transformacién del mun- do no es otro que el. *Mesfas (is 11,1-8), y-asi en cada noche pascual aguardan los judios su venida, Como algunos no cesan de imaginar a este Mesias bajo rasgos guerreros, hay en ello el peligro de despertar el nacionalismo: con frecuencia es en a pascua cuando se afirman los mo- vimientos politicos (cf, Le 13,1ss) © se exasperan las pasiones religioéas (Act 12,1-4). En Ia época: romana, la administracin cuida de mantener el orden durante las festividades pas- cuales y cada afio sube el procurador a esta sazon a Jerusalén. Pero la fe religiosa puede ver también mas lejos que esta agitacién y mantenerse pura de: compromisos:. deja a Dios el cuidado de fijar la hora y Ia ma- nera de intervenir el Mesias que él debe enviar. I. LA Pascua be Jests, En efecto, el Mesias viene; para comenzar, Je- sis toma parte en la pascua judia; la desearia mejor, pero al fin la su- actos que poco a poco cambian su sen- tido.. Tenemos de este modo la pas- cua del *Hijo tnico, que se detiene junto al «santo -de los santos» por- que sabe que alli esta en casa de su Padre (Le 2,41-51); la pascua: del nuevo *remplo, en que Jesis puri- fica el santuario provisional y anun- cia el santuario definitive, su cuet- 649 Pascua po resucitado (Jn 2,13-23; ef, 114. Sh, 420-28y, ba wascua del pon multiphicado, que sera su “came ofre- cida en sacrificio (Jn 6,51); final mente, y sobre todo, la pascua-del nuevo *cordero, en que Jesis ocupa el pues- to-de la victima pascual, instituye la nueva comida pascual y efectiia su propio éxodo, «paso» de este mun- do pecador al *reino del Padre (In 13,1). Los cvangelsitas ccmprendieron bien las intenciones de Jess y las ponen de relieve con diversos ma- tices. Los Sindpticos describen la ul- tima *comida de Jess (aun cuando se celebrara la vispera dela pascua) como una comida pascual: la cena se toma dentro de los muros de Je- rusalén; esta encuadrada por una iturgia que comporta, entre otras cosas, la recitacién del Hallel (Mc 14,26 p). Pero es la comida de una nueva pascua: en las bendiciones ri- tuales destinadas al.*pan y al *vino inserta Jesés la institucién de la *eu- caristia; al dar a comer su *cuerpo y a beber su ‘sangre derramada, describe su muerte como el *sacri- ficio de la pascua, cuyo nuevo cor- dero es él (Me 14,22-24 p). Juan pre- fiere subrayar este hecho. insertando en su Evangelio diversas alusiones a Jesis-cordero (In 1,29.36) y haciendo coincidir en la tarde del i4 de nisin Ja inmolacién del cordero (18,28; 19,14.31.42) y la muerte en cruz de Ja verdadera victima pascual (19,36). TU. La PASCUA CRISTIANA. 1. La pas- cua dominical. Jess, crucificado ta vispera de un *sibado (Mc 15,42 p; In 19,31), resucita al dia siguiente de este mismo sibado: el primer dia de la *semana (Mc 16,2 p). Este dia también se encuentran los apésto- les con el Seftor resucitado, durante una comida que renueva la cena (Le 24,30.42s; Me 16,14; Jn 20,19-26; 21, 1-14 [7]; Act 1,4). Por tanto, el pri- mer dia de la semana se reuniran Jas asambleas cristianas para la frac- dn del yen (Act 207, (Cor 162). Este ie recibita pronto un nomiote nuevo: el *dia del Sefior, dies Do- mini, el domingo (Ap 1,10). Hace presente a los cristianos la *resurrec- cién de Cristo, los une a él en su eucaristia, los orienta hacia la espe- ra de la parusia (1Cor 11,26). 2. La pascua anual. Ademas de la pascua dominical existe también para los cristianos una celebracion anual que da a la pascua judia un conte nido nuevo: 1os judios celebraban su liberacién del yugo extranjero agua dando un mesias, libertador naciow nal; los cristianos festejan su *libe- racion del *pecado y de la *muerte, uniéndose a Cristo crucificado y re- sucitado para. compartir con él le vida eterna y orientan su esperanza hacia su parusia gloriosa. En esta tnoche que brilla a sus ojos como el dia, a fin de preparar su encuentro en la sagrada cena com el cordero de Dios que lleva sobre si y quita los pecados del mundo, reemplazan la comida pascual judia por un *ayuno y una vigilia en que se les lee el relato del Exodo a una profundidad nueva (1Pe' 1,13-21): bautizados, constituyen el *pueble de Dios en exilio (17), marchan com Jos *lomos cefiidos (13), librador del mal, hacia la *tierra prometida det *reino de los cielos. Puesto que Crise to, su victima pascual, ha sido in molado, tienen que celebrar la fies ta, no con la vieja levadura de is mala conducta, sino con los azimos de pureza y de *verdad (1Cor 5,6ss). Con Cristo han vivido personalmen- te el misterio de la pascua muriem do al pecado y resucitando para uns tvida nueva (Rom 63-11; Col 2 12). Por eso la fiesta de la *resurres: cién de Cristo viene muy pronto = ser la fecha privilegiada del *bau- tismo, resurreccion de los cristianos, en que revive el misterio pascual, Le 650 controversia del siglo 11 sobre la ce- Tebracion de la pascua deja intacto este sentido profundo que subraya la superacién definitiva de a fiesta judia, 3. La pascua escatolégica. El mise terio pascual se rematara para los ctistianos con la muerte, la resurrec- cién y el encuentro con el Sefior. La pascua terrenal prepara para ellos este dltimo «pasor, esta pascua del mis all4. En efecto, la palabra ‘pas- cua no designa solamente el miste- tio de la muerte y de Ia’ resurrec- sion de Cristo, ni el rito eucaristico hebdomadario o anual, sino que tam- bién designa el banquete celestial, hacia el que. todos caminamos, El Apocalipsis cleva nuestros ojos ha- sia el cordero marcado todavia por 8u suplicio, pero que vive y esté en Pic; investido de gloria, atrae a si @ sus *mértires (Ap 5,6-12; 12,11), Jestis, segin sus propias palabras, “cumplié y realiz6 verdaderamente la Pascua con la oblacién cucarfstica de su muerte, con su resurreccién, con el sacramento Perpetuo de su sacrificio, finalmente, con su parusia (Le 2,16), que debe reunirnos para €l *gozo del festin definitivo en el reino de su Padre (Mt 26,29). PEB ~apariciones de Cristo = bautismo 1V 1.4 ~ calamidad 1 - comida II - cordero de Dios 2 - dia del Sefor NT Ill 3 - eucaristia I 1 - éxodo = flestas - Iglesia IV 1 ~ memoria - noche - pan I 3 - Pentecostés I, I 2 b - peregrinacién AT 25 NT - predicar I 2.3.4 - primicias I 1, IL ~ redencién = resurreccién NT - sacrificio NT I, If 1 - sangre AT 3b. Pasion(es), amor O; I AT 2 - buscar - celo - deseo ~ ira. Pasion de Cristo, cruz = gloria IV 3 - hora 2 - Jesucristo 13, Il 1 b - muerte NT Hl - oracién IV 2- paciencia I NT 1 - pecado IV 1 d.3¢ + tedencién NT 2.4 - rey NT I 2 - sa- 651 Pastor y rebaiio crificio NT - siervo de Dios III 1.2 - Sufrimiento NT I - tristeza NT 1. Paso. mundo AT Il] 3 - muerte - pascua - Permanecer - prueba, tentacién NT III 2+ tiempo NT If 2 visita. Pastor y rebaiio. La metifora del pastor que conduce su rebaiio, profundamente arraigada en Ia experiencia de los «arameos némadas> (Dt 26,5) que fueron los patriarcas de Israel en medio de una civilizacion de pastores (cf. Gén 4 2), expresa admirablemente dos as. Pectos, aparentemente contrarios y con frecuencia separados, de Ia *au- toridad ejercida sobre los hombres, EI pastor es a la vez un jefe y un companero. Es un hombre fuerte, capaz de defender su rebaiio contra Jos animales salvajes (1Sa 17,3437, cf. Mt 10.16; Act 20,29); es tam. bién delicado con sus ovejas, cono. ciendo su estado (Prov 27.23), adap. tandose a su situacién (Gén 33,13s), Hevindolas en sus brazos (Is 40,11), queriendo con carifio a una u otra «como a su hijay (2Sa 12,3). Su au- toridad no se discute, esté fundada en la entrega y en el amor. En el antiguo Oriente (Babilonia, Asiria) los reyes se consideraban fécilmente como pastores, a los que la divinidad habia confiado el servicio de reunir y de cuidar tas ovejas del rebafo. Sobre este fondo detalla la Biblia Jas relaciones que unen a Israel con Dios, a través de Cristo y sus delegados, AT. 1. Yahver, jefe y padre del rebaro. Contrariamente ‘a lo que se pudiera pensar, Yahveh no lleva casi nunca el titulo de pastor: dos de- Signaciones antiguas (Gén 49,24; 48, 15) y dos invocaciones en el salterio (Sal 23,1; 80,2). El titulo parece te. servado a aquel que debe venir, En cambio, si no hay alegorizacién del titulo sobre Yahveh, se pueden, sin

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