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{| HA - QUT ‘nando Yallespin ed. Saoquln Abell sae del ia “ama a aa ‘ii tarcel Capitulo 1 i. INTRODUCCION Results cutioso que el término socialismo atépico haya terminado por imponerse para designar a un con- tradictorio y divetso grupo de perisadores teformistas que vivieron y esctibieron entre los sighos XVIII y 1x. ¥ €5 curioso porque, en mas de un caso, mantuvieron posiciones que parece dificil asimilar con planteamientos socialistas en el sentido «duro» (Saint Simon o Fourier, por ejemplo, tenian una no disimulada simpatia por la pervivencia de ciettas desigualdades sociales). Por otro lado, este grupo de tedricos dificilmente hubicra tolere- do ef calificativo de utépicos cuando en su gran mayoria crefan en ia cientificidad de sus andlisis sociales y en el realismo de sus propuestas politicas (un detalle que es algo més que una anécdota; Saint Simon, por ejemplo, no cita a Moro o Platén en apoyo de sus teorias, sino 2 A, Smith o J. B. Say). ° Si fueron socialistas Jo fueron en la linea de la primera 66 I socialisme utépico or aparicion del vérmino que, como es sabido, se acuiié en el periddico saintsimoniano Le Globe en 1932 para desig- nar las alternativas politicas opuestas al individualismo liberal y preocupadas por tesaltar el aspecto social, cooperativo y comunal de las relaciones humanas. Si fueron utdpicos lo fueron porque reivindicaron Ia posi- bilidad de transformar la sociedad de su época y de convertirla en mas justa y armoniosa a través de la seflexién teérica y la experimentacin practica, Lo cierto es que los argumentos que hasta muy recientemente se han. manejado para designarles como socialistas utopicos se deben primordialmente a la visién que Marx y Engels han ofrecido de ellos como precurso- res. En efecto, segiin los fundadores del maxxismo tene- mos en sus teorias, al tiempo, ciertas intuiciones y ciertos planteamientos profundamente acertados, pero tambign algunos errores de bulto: el descuido de la lucha de clases, fa falta de andlisis hisiGrico-concreio de las contradicciones del capitalismo, Ia propuesta de solucio- nes idilicas de colaboracién entre clases, In superacin cideal» de antagonisinos reales, Ia aplicacién de solucio- nes abstractas ¢ idealistas, ete. También se considera una ingenuidad utdpica la aversion hacia los métodos revolu- cionarios que gran parte de ellos rhostraron y su idea de que un sistema que surge de la lucha, In imposicion y-la violencia tiene que ser fundamentalmente falso ya que si respondicra verdaderamente a los deseos ¢ intereses de los seres humanos se aceptaria: por éstos de manera espontanea, Sin embargo, hay en este anilisis de pensadotes como Saint Simon, Fourier v Owen algo profundamente injus- to, Sus. soluciones son tachadas de utdpicas alli donde contradicen las ofrecidas por el nuevo «socialismo cienti- ficon, alli donde no se adaptan a la nueva version de ta historia y su deseavolvimiento, alli donde sus métodos, re6ricos © priicticos, no coinciden con los promovidos 8 Rafael dei Aguila por las nuevas versiones «maduras» del socialismo. Como precursores, son reivindicados donde resultan ser antecedentes de las propias teorias matxistas y criticados donde no se dejan subsumir en el nuevo cotpus doctri- nal. Puede que. exista atin alguien que opine que este ctiterio sigue siendo valido, pero encuadrar a nuestros autores dentro de la tradicién socialista exclusivamente a través de la consideracién del marxismo tomo corona- cin tiltima del pensamiento socialista, sobre cuyo fondo s¢ proyecta la imagen de los utépicos, es cuando menos unilateral en los tiempos que corren. Los utopicos mere- cen, quizé, un poco de interés por lo que dicen y no unicamente como antecedente de to que otros han dicho con posterioridad. Y esto es, acaso, mas necesario hoy de lo que nunca lo ha sido. Parece que nos hallamos en un buen momento para 'replantearse lo que ¢s ut6pico y lo que es «cientifi- co» en la tradicién del pocialiomo. En efecto, las utopias se esforzaron por lograr modelos de anilisis clentifico, mostraron un alto grado de realismo técnico en Ia aplicacién de algunas de sus soluciones, tratacon de cambiar el paradigma de reflexién sobre los asuntos politicos prevaleciente en su tiempo (Goodwin, 1978, P. 203), pusieron sobre el tapete la idea de que el nuevo tipo de sociedad no seria consecuencia de una revolu- cién, sino que deberia ser el resultado de un acuerdo en temas clavé por parte de los grupos sociales basicos, etc. Por lo demas, muchas de sus recomendaciones han sido incorporadas a las practicas del Estado social contempo- tineo (redistribuciGn, limitaciones a la propiedad, inter- vencionismo estatal, correccion de desigualdades, etc.) con més éxito que algunos consejos procedentes de los padres fandadores del marxismo o sus seguidores. En lo que hace, pues, a tealismo cabe preguntarse si es més adecuado el pronéstico marxista sobre el paulatino incre- mento del antagonismo de clases en e! capitalismo desa- El socialismo utopieo 69 rrollado, sobre la revolucién como ruptura inevitable para las estructuras de dominio 0, en otros casos, sobre la dictadura del profetariado como instrumento de eman- cipacion y libertad. Con todo, aunqne el método cientifico esa el centro de gravedad de Jas teorias de Saint Simon o de Owen, aunque Saint Simon y Fourier admiraron los, hallazgos de Newton y su ley de gravitacién universal e intentaron trasponerla al anilisis social y politico, aunque la convic~ cién de que el descubrimiento de las.leyes que subyacen a la evolucién es Ia clave de la mejora en las condiciones sociales, aunque sus soluciones practicas se formularon como alternativa politica concreta (y no como un suefio utépico), pese a todo ello, hay en sus teorias rasgos que nos siguen parcciendo hoy esencialmente utépicos. Las descripciones de sus sociedades ideales son fuertemente tendentes a excluir el conflicto y a subrayar Ja armonia esencial del cuerpo politico. Este es, posiblemente, un elemento de sus obras que dificilmente podriamos hoy considerar realista. Pero conviene contextualizar histéri- camente sus apelaciones a la armonia, En efecto, éstas procedian, en primer lugar, de la importancia que concedieron a las tendencias asociativas de los trabajadores que a principios del xix buscaban coneretar a través suyo ciertos derechos y objetivos econéimicos y sociales. Por otro lado, los lazos de identi- dad comunitaria y particularista tenian también una importancia esencial en la praxis concreta de la clase obrera de la época. Finalmente, la cooperacién (in- cluyendo, naturalmiente, la cooperaciOn interclasista) era por aquel entonces un modelo que estaba funcionando en las practicas sociales especificas como modelo alterna- tivo al del capitalismo emergente (hay que recordar aqui del mismo modo a las cooperative societies 0 las sociétés de secours mutuel, etc.) De hecho, todos estos clementos configuraban una presuncién favorable a la sociabilidad 70 Rafael del Aguila natural y la dependencia mutua de los humanos que se oponia radicalmenté a las visiones libetales en boga. Si resaltaron la «rmonia, acaso en.exceso, fae porque creye- ton que ésa era la consecuencia inevitable de ia sustitu- cién del egoismo privado y particulasista por la solidari- dad basada en la cooperacion. Pese a todo, es también verdad que sus planteamien- tos de transformacién social fian'en demasia en In buena voluntad de los podefosos o en la infinita perfectibilidad de Jos seres humanos. Que sus esqucmas pormenotiza- dos det futuro nos suenan ingenuos (Owen, por ejem- plo, cree necesario referirse en sus esctitos a como deben ventilarse apropiadamente las casas de los arménicos), etcétera, En este sentido, el calificarivo que Alexandrian reser- va a los socialistas romanticos parece encajar aqui: son, en efecto, los apoetas de Ia economia politica» (1979, P. 10). Peto, por otro lado, esto na debe cegar las posi bilidades de contemplar sus teorias como aun grito de angustia colectivay (Durkheim, 1981, p. 104), que res- pondia en forma coherente tanto al fracaso de Ia Revol. cién Francesa en sus formas mas radicales como a una situacién de desorden y dislocacién social y politica creada por el desarrollo del capitalismo industrial sobre todo entre las capas menos favorecidas (obretos, campe- sinos, artesanos, etc.). ¥, en este segundo sentido, sus teorias resulian mucho menos ingenuas y mucho mas reveladoras de lo que en un ptincipio pudiera pazecet. Los dilemas éstratégicos (vid. Taylor, 1982; Goodwin y Taylor, 1982; Ansazt, 1976, etc.) por los que atravesa- ron dan idea, por lo demés, del momento en que sus teorias fueron formuladas, Asi, se mueven entre el recur- so del pasado precapitalista, la reivindicacion de lo local ¥ comunicatio, la defensa de In artesania o el agrarismo, la religién como elemento de cobesin social, etc., por un lado, mientras por otro promueven una’ negacion I socialismo utépico n moderna del capitalismo a través de la sujecién a contro- les de la ptopicdad privada o bien de su abolicién, la ~ racionalizacién del industrialismo, la seculazizacion y el desarrollo cientifico, etc. No encontraremos acuerdo entre ellos, pero si una cierta ceteania de planteamientos, en temas como la democracia, la libertad, el estatismo, la participaciéa politica, los mecanismos de transformacién social, etc. Por-ejemplo, aun cuando (con la excepcién de Owen), la idea de democracia raramente aparece en las recomenda- ciones de los socialistas utépicos, conviene no olvidar que alli donde surge lo hace en conexién con expetien- cias concretas y experimentos reales de clubs y asociacio- nes obreras. Del mismo modo, si ¢s cierto que nunca mostraron simpatia por el concepto de libertad negativa de cuiio liberal, igualmente lo es que propugnaron la idea de libertad positiva haciéndola paralela a la auto- srealizacion y vinculandola con el trabajo, las capacida~ des creativas o la satisfaccién de las pasiones. Tampoco creyeron que la naturales humana se realizara en el campo de la participacién politica, Educaciéa y raciona- lidad, satisfaccién y libertad, eran conceptos aplicados a contextos comunitarios no-politicos (el trabajo, el entre- tenimiento, la formacién, la vida social), pero no a la estructura politica de sus utopias. En ellas hay mucho de hallazgo definitive (cientifico) de soluciones que 20 requieren de mayor discusién politica para perfeccionar- se, sino, precisamente, de menos o de ninguna. Pero veamos con un poco de detalle sus opiniones diferenciadas al respecto. 2. CLAUDE-HENRI DE SAINT SIMON, Saint Simon pace en Berty el 17 de octubre de 1760, hijo de una familia aristocratica que aseguraba descender 72. Rafael del Aguila | dle Carlomagno. Desde muy joven entra en contacto eon Preceptores y amigos familiares de la talla de D’Alam. bert y dedica buena parte de su tiempo a Ia lectuce yal cuenta que por las maiianas el mayordomo le despertaba diciéadole: «Levintese. seaor vizconde, hoy tiene grandes cosas que hacer» A los dieciocho aiios ingresa en la carresa militar, Peto esta experiencia, lejos de fomentar en él el conse Wadurismo © las maneras tradicionales, le pone en com, facto con un proceso histérico vivo de amplia influenein £2 foda su focmacién: la Revolucion Americana, En efecto, entre 1780 y 1781 forma parte de las fneran francesas que colaboran con Washington en la Guerre de ia Independencia. Alli observa los primeros pasos de us Fégimen que le parece infinitamente més liberal min democritico y més ilustrado que los europeos. “Ana después esctibira: «Ha sida en América, coubatiendo por la causa de la libertad industrial, donde he coneebila cl primer deseo de ver floreccr ent mi Patria esa planta de otro ‘mundo; desde entonces este deseo ha dominado todo mi pensamiento» (L'Iudustrie, 1) iat Vuelta 2 Brancia es apresado por la floca inglesa ¥ Hherado tras el acuerdo de paz de 1783. Bmprende de nuevo Viaje, esta vez a México, donde presenta a lng autoridades un plan para realizar un canal en Panama fine uniera el Pacifico y el Atlintico. Su propuesta es rechazada y nuestro autor vinja a Espafia, donde colabo, sage, 00 Brovecto para la realizacion de un canal que unitia Madrid con el Atlintico. Lamentablemeate’ I, realizaciOn del proyecto queda paralizada como conse, guencia del inicio’ de la Revolucién Francesa. Sains Simon vuelve a Paris, En 1790 ¢s nombtado presidente de la Asamblea Municipal de Falvy y en su discurso de apertura asegura Gue en ese momento ya «no hay més caballeros ni | } I “Bl socialismo utépico a sefiores; todos somos perfectamente iguales». Pero la revolucién no convirtié en realidad sus esperanzas. El tertor de un Robespierte, deseoso de implantar le virtud aun a costa de Ia libertad, le alcanza. Pese a haber renanciado a su titulo en septiembre de 1793 y a estar dedicado fundamentalmente a sus actividades financie- sas, es arrestado en noviembre como contrarrevol, cionatio. Su encierro e} duro peco, afortunadamente, durante el mismo tiene una vision reconfortante. Su antepasado Carlomagno se le aparece y le dice que el honot de su familia es haber producido un héroe y wn Gitésofo de primera linea al que augura un éxito en el campo filosofico que igualara al suyo como politico ¥ militar. Tras Ia eaida de Robespicrte es liberado, Renueva entonces sus actividades financieras y conti- ntia sus estudios, Mientras, Napoleon aparece en la escena, y nuestro autor decide en 1801 contraer matri- tmonio por motivor estrictamente Ginancicios con Sophie de Champgzand. Se separa en 1802, Visita Ginebra y ahi publica las Letires d'un babitant de Genive, en donde advierte sobre la insostenible situacién social de su época y emo el caos, la zevolucién 0 ta anarquia pueden /evitarse Gnicamente a través de reformas sociales, El teconocimiento del poder de la ciencia y de la industria como instrumentos del progzeso Forman igualmente par. te de sus reivindicaciones, asi. como Ia fusién de moral, religion y ciencia en una nueva arcligién de Newton», Todo ello no dejara de scr ya el centro de gravedad de su obra entera, | Sus negocios van mal, De hecho en 1806 recibe ayuda Ginanciera de un antiguo criado, lo que Je permite conti, ftuar sus estudios, Estos dan como resultado la publica- cién en los dos afios siguientes de su Introduction aie travauce scientifiques dy XIX! sidcle. Bsta vez se trata de naa especie de ajuste de cuentas con el saber de sa €poca en el que propone una sintesis de conocimientos que, en su 4 opinion, deberia propinar el golpe definitivo ala metafi- sica y a Ia teologia. Este tema se repite con variaciones en Mémorie sur la science de Phomme y Travail sur la fravitation iniversell, ambos de. 1813, donde exige una siatesis del saber sobre el hombre fandamentada en la colaboracion de los cientificos europeos. Tras la restauracion borbénica recibe la oferta de ayuda de Augustin Thiette y, gracias a ella, se produce a publicacion de De la réorganization de ka sosiésé enropten- mt, texto en el que se aborda el disedio de un plan para la uniéa politica de Europa sobre la base del desarrollo de las instituciones parlamentarias. : Eo 1816 aparece ei primer nimero de L’Industrie, revista en la que a partir del tercer nimero colaborard activamente su nuevo seguidor Auguste Comte. Sia embargo, la revista no tiene buena acogida y pronto incluso los suscriptores le retiran su apoyo, entre otras razones porque su consejo teadente a la creacién de una nueva moralidad terrestre en armonia con la ciencia positiva, trasgrede alguno dé los prejuicios mas asenta- dos de sa época. Asi, en 1819 funda otra revista, Le Politique, donde zabiere a nobles improductivos, propie- tarios ociosos, curas y militares, mientras urge a los industriales a organizarse en un partido activo y eapaz de tomar las riendas de In politica y de los Estados, Un nuevo fracaso le fuerza a preparar otro periédico, L'Organisatewr. Este, aunque con posterioridad serd unt considerable éxito, empieza con mal pie. En efecto, en su Primer ntimero Saint Simon esctibe una especie de parabola. En ella pide al lector que imapine las conse. cuencias para Francia de Ja subita desaparicién de sus sien mejores cientificos 0 artistas 0 ingenieros o técnicos © fabricantes © artesanos 0 negociantes o trabajadores, etc. Cabe anticipar los catastréficos efectos que acarrea. ria al pais esa pérdida: éste pronto caeria en un «estado de inferioridad» y «subordinacion» respecto de sus veci Rafael det Aguila | 18 tiempo que la economia y la politica suftirian en 108 con le Hgucras 9 de orden, Peso, continaaba i aribola, supongamos ahora que desaparecen cier Fiiembros de Ia familia real, de la avistocracia, dela casa ial de los ociosos y los terratenientes, ete. eCual podria Ser la consecuencia previsible? Bien, al mangen de wn cierto dolor de corazon por tan distinguidas pérdi ne existivian consecuencias negativas para la buena mar: de los asuntos econémicos 0 del Estado. seb, y Saint a parila no fue encendida (© quizé ey Saint Simon es arrestado en enero de 1820. Poco espa, angus de Berry, no de los ociosos nombrados eo paribols, eb asesinado. Esto no favorese In defensa de huestro atitor que, en el juicio, niege ser antibod mientzs itenca explicar,inftaetuosamente, a sus juces Io que al entiende ao es mis que uns formula de enfatizacn de wn aegumeato. Aun enando se ke encuen cr culpable en primera instanca, It apelacion te Hider. De hecho, en L/Ongunistar, asi como en ies distin partes que se publican de Du Systéme Industriel (* 4 Saint Simon deja ya perfectamente clara sx fales de simpatia por el iberalimo y por sus solacionce los problemas politicos y sociales. Pero al tempo, no hay en allo tarmpoco us desafo frontal a Is auoridad estableci- ds, Gran parte de sus trabajos de Ja époot se presentan como cattas a industriales, reyes 0 poderoios Z animan 2 reconocer la deseabilidad y Ja viabilidad de sus reorganizativos. : ; Fee gn wc tn editorial y aumeata el nimero de sus seguidores 7 diseipulos, Saint Simon no eee estar coasiguiendo lo que persigue. Fata en una profunda depresion qu Ie leva s intentar el sucidio en matzo de 1823. Avn eeando como conseruencia pisrde el ojo derecho, se recupera finalmente y emprende la publicacién de wu nueva revista: Le Catéchisme des Industriels. En ella, y 76 Rafael del Aguila asistido por nuevos colaboradores como Of; aoe complete su critica al liberalismo y prenat Rod sigunos de sus temas preferidos: la clase industria, 1 A Ce scril libro ter a ae yh SE ig Ber también 8 cen 7 de results de ello ta dispata entre los dos homby Est convene a Rodrigues en su principal asistanteyen oe carga ie la formacién del nacleo de la or; ome Gin santsimonians. Todavia en 1825 aparece el a vimes amo de sus Opinions litersies, philesopbignes et indlctrety, © Noweau Christianieme, pero su ee exttemadamente endeble, Una gast soled ss v8 rn rroenteritis rosa lo evé a la tamba. En su lecho de muerte cetera itm el 19 de mayo de 1825 ligiosa alguna, EI saintsimonismo atrajoa la muerte del maest to aun, heterogé bet terogéno gr pensadotes y activistas (Enfantin, » Arles, etc.), El movimiento editaba perigdions > : " = bdi revistas, daba mitines y conferencias, realizaba eed, le orginlzacién de experimentos.obseroe, intone obreros, ete, Aun apreciables en su vinculacion son eae Sin eat Pronto comienzan los conflictos y escisiones nett dlistintas facciones tanto por motivos estratée, personales. Sus apelaciones a las clase cuadran bica con sus tendencias teeni tecnocréticas) acaban entrando en conteadione Posteriores tindencias colectivistas del man Posteri * imien: directos-vinculos con los obreros industeialen Y Bi soctalismo utépico 7 saintsimonismo sufté bajo el influjo de Enfantine y que Jo aleja de los presupuestos socialistas y a veces lo acerca al esperpento (expedicién al norte de Africa o al Oxiente Medio en busca de la Mesias femenina, etc.). Pese a todo el elemento reformista basico aunca desaparecié por completo del movimiento, iricluso en el caso de sus versiones mas extravagantes. La influencia de su obra ha sido vasta y plural. No sélo en lo que se refiere a sus desarrollos practicos, sino también, y fandamentalmente, en la teorfa politica y social posterior (vid. Ionescu, 1983, pp. 26 y 38.3 Gui vitch, 1965, pp. 31 y ss., ete.). Comte y el positivismo, ‘Mars y el socialismo, Proudhom y el anarquismo, Durk- heim y el funcionalismo y hasta Daniel Bell y las teorias sobre la sociedad postindustrial se cuentan entre sus herederos. Por ello mismo Jas diferentes interpretaciones de su obra la han descrito de forma diversa, Es un pensador tundamentalmente autoritario y antiparlamen- tario para algunos autores anglosajones (Hayeck, Sarto- si, etc.); mientras que Durkheim (1982) y Ansart (1976) creen percibir en sus tesis rasgos esenciales de autoorga- nizacion anarquista. Para algunos un socialista (Marx, Durkheim, etc.), para otros un tecnéctata (Hayeck, Bell, etc.), Saint Simon merece en cualquiera de los casos una relectuta contemporanea. Tzataremos a continuacion de esquematizar algunas de las que podeian ser sus claves bisicas. : Desde el principio de su andadura intelectual Saint Simon creyd que era posible lograr en las ciencias sociales un nivel de certeza y seguridad similar al que crefa percibir en las ciencias naturales. Siempre mantuvo, siguiendo una linea de pensamicnto muy en boga en Ia Francia de la epoca, que los fenémenos sociales tenian mucho en comin con los biolégicos o los fisiologicos y que su nueva ciencia, Ja fisiologia sotial, no era, después de todo, mas que una rama de aquellas ciencias. La i * Rafacl del Aguila sociedad, pues, se asemejaba a un cuerpo otginico go- bernado por ciestas leyes que le eran naturales y que podian ser descubiertas por la mirada cientifica, De ahi que pueda afiemar cn De la réorganisation de la société européenn: que «el método de las ciencias de la observa- clon debe ‘ser aplicado a Ia politicay y que es de esa operacién de donde «oda ciencia extrae su certidum- bron. Pero la certeza del saber tiene en Saint Simon una inmediata reversién hacia la Practica politica. Una vez la causa de los problemas sociales haya sido debidamente descubierta, la promocién de una sociedad justa y de la mejor forma de organizacién social posible, constituye una simple aplicacién técnica de aquel saber. De este modo, las observaciones cientificas se convierten en el fandamento de una nueva ciencia del progreso social, La historia s un proceso determinado del que es posible extraer las claves bisicas, por lo que predecit los desa- srollos futuros © intervenir en su cteaciéa a0 es una Propuesta politica utdpica, sind una consecuencia del andlisis cientifico. Si aqui hay utopia, se trata, por Primera vez en nuestea historia intelectual, de una utopia Glentificamente fundamentada, Cuando escribe que «el zeino de las luces se aproximan (Letires d'un habitant de Genive) no esté expresando un deseo, sino afirmando una seguridad. El método adecuado en ei sabet genera la Practica correcta en el obrar y la transformacién necesa- tia en lo real, Por lo demés, cada crisis se resuelve en un escalon ascendente de perfeccin social y moral, porque «es Parte de la naturaleza humana mejorar el orden politico indefinidamente» (L.’Organisateur), aun cuando el cambio tiene un felos: «El sistema industrial es aquello a lo que desde siempre sé ha dirigido Ja homanidad» (Du Systime Industriel) Tgual que Targot 0 Condorcet, cuyo bosquejo influy6 decisivamente en él, Saint Simon ereia en Ia ieee: 7 i ” “£2 socialismo utopico jtenca cinta del progreso umano. En una ocasién cepibio: «Nuestra intencion es explicar y fomentar lo fBevitable» También ca edad de oro del género hom saeviieath dettis de nosotros, a nosotros corresponde Maanacle cl eaminon (De la rlorganisation...). Bien or sieno ve nese aren & también modest porgue concep 1 fuertemente determinista: « Gion del tema es nt de ra ela superior mano lo arrast progres del espiritu. hur ay lo +e ee eds pars ella los hombres no soa Sino instr Ss» (L’Organisateur). oe en genmen un aura amimerafn gi tambien necesarto explicitar. Saine Simon, que secorlaba rfecatmente lz desmesura revolcionaria que se prod teen Francia de 1789 en adelante, cra gue sus fallidos nuevo sistema eran intentos de establecer un tec principio inadecuados, ya que se basaban en usa sere de leas metaisias de nuevo cufio (los desechos del hom bre, etc.) y NO en propuestas de anlisis slentiico de la realidad. Inluso tos valores morales necesarios al buen desarrollo del orden politico debian ser eublesides in nuevo c6digo basa mediance la creacién de un nuew cae tacionalided cientifica que susticuyera a los srriguos cédigosteveladon cn cualquiera de es fos, Muchas agi ica a la anuevan 1 Jas paginas que dedica a . deben mente en su intespretacion por algenas exageraciones posteriores de sus discipulos. Extremadamente col scien i 6n entre las instituciones fe de la estrecha vineulacion oes sie i centos de renovacion les y las ideas morales, sus in ‘ nest ; +r reflexiones trascendentes, campo no fueron guiados po mpendente Sino por impulsos pricticos é ansfomacion polities jtual, en $u Oj Lb. En efecto, el poder espiritual, a, debi los hombies idustrados caspusarse en el futuro a ‘ - flees y artistas), Siempre tuvo dudas, sin embargo, de ou actuseién deberin.drigise al logro de wna mejor Sducacién del pueblo (inoulearle aquellos valor 80 Rafael det Aguila mayor importancia para el mantenimiento del orden Social), si deberian constituit ana élite seli iosa. cor iglesia otganizada y sitos propios, etc. Sabemee an teat Siso» que criticé dusamente a Comte por aligns t SuPremacia politica al poder espiritual sobre tl tempor 2 Ja poca del industrialismo. La superiosidad on axioma. one eles xa os Integrantes de esas clases? Ea un prinepi, n distinguié entze clases producti, cutecmPUestS por los tabajadores, caprocmicn agricultores, cicatificos, etc—, y las improcketinn inch ebleat, lero, etc. A los primeros los designs ears Pama de todas [..] con la fuerza del razonamiento lel 1820, sin ae OC 2 imaginaciémm (Le Politique). Hack, 3820, sin fmbergo, cambia ligeramente el sentido del ~ Empieza a usarlo s6lo para ref n : ferirse a las sclases pricticas» (trabajadores, comerciantes, banque. pe cates. ete), y excluye a cientificos y artistas, cuando sigue manteniendo su importancia com, «trabajadores tedticos», a GoncePcioa de la historia, en todo caso, es clara: se Fon kann Conflicto entre productivos y mo products capreanm be spreeciaba diferencias entre disterores y esarios, por un lado, y em sarios, » ¥ empleados y obreros, por eS mae ae J Seo * relsciones cooperativas. No hay en su teotin aorion, { I socialisimo utopico a1 alguna de antagonismo entre ambos grupos. Sila coope- tacién entre clases le parecia tan evidente era, entre otras razones, porque arrumbadas las clases improductivas del hotizonte del poder politico y econdmico, no existitia base alguna para el conflicto interno de las productivas, ai ocasion para In hostilidad mutua, ni manera previsible en que una de ellas invadiera el «territorion de las otras. El gobierno del futuro debia tratar de desarrollar de la mejor manera posible cl trabajo productivo, y esto incluia su organizacién cientifica y, consecuentemente, justa. Los posibles problemas politicos son teducidos aqui al hallazgo de soluciones técnicas a través de! adecuado uso de la ciéncia como instrumento del saber, La tendencia tecnocritica presente en lo que antecede se fefuetza cuando Saint Simon se enfrenta al andlisis. de la politica de su tiempo y le contrapone sus propias soluciones. Siempre desconfié profundamente del «po- pulacho» y del principio de igualdad, que considera como un gobierno de la ignorancia sobre el saber. En las Lattres d'un babitant de Genéve se refiere a las «espantosas atrocidades» a Jas que conduce la implantacién de la igualdad, a c6mo el llamamiento a todos los miembros de la sociedad para que cumplan funciones deliberantes ha resultado un fracaso alli donde se ha intentado, y, en otros Iugates, escribe también sobre este tema, con un cierto desprecio, denominando a la igualdad ptomovida por algunos socialistas como Pogalité turque. Tampoco sus ideas sobre Ja libertad encajan en el patadigma entonces en boga. En efecto, el orden como condicién de la organizacién social cientifica le preocupa mis que la felicidad 0 la libertad individuales. O, mejor, libertad y felicidad pueden ser consecuencias de la or- Banizacién social adecuada, pero desde luego no sus causas. Como sefiala en Du Systéme Industriel: 6B) mante- nimiento de las libertades individuales no puede consti- tuitse en ningiin caso como cl fin del contrato social. La 8 Rafeel del Aguila libertad. considerada bajo su auténtico aspecto, es una consecuencia de la civilizacién, progresiva como ella, pero nunca su fin, No nos asociamos para ser libres. Los salvajes se asocian para cavar, para hacer la guerra, no para procurarse Ja libertad, ya que bajo ese aspecio harlan mejor en permanecer aislados.» YY todo ello es coherente con su concepcidn general de la politica. La politica es, nos dice, «la ciencia de la produccién, la ciencia que tiene por fin el orden de cosas mis favorable a todos los géneros de produccién (L’In. dustrie), Por ello, puede también afirmar que «cuando la politica haya alcanzado el rango de las ciencias de la observacion el cultivo de la misma ser4 confiado a una clase especial de sabios que impondra silencio a Ia Palabrerian (Du Systime Industriel). La politica considera. da como didlogo, conflicto y pluralidad se ve sustivuida aqui por Ia certeza cientifica y las soluciones técnicas a problemas de orden social y econtunico, Naturalmente esta concepcién afecta a ottos concep- tos clave. La discusion sobre ln soberania del pueblo es aqui extremadamente interesante. El nico sentido que puede atribuirsele a esta expresion, en opinion de nues- tro autor, es ¢] de soberanid por la voluntad del pueblo, pues «el pueblo comprende muy bien, excepto en mo. mentos de delirio de muy corta duraciéa, que no tiene Ia Posibilidad de ser soberano». Pero la soberania por la voluntad del pueblo, de hecho, s6lo significa la solicitud de su consentimiento, y esto, a su vex, no es inas que una critica a Ia idea del Antiguo Régimen de que la sobetania Procede de Dios y que, por tanto, no se requiere el consentimiento popular para ejetcer autoridad. En este sentido, ambos son «dos dogmas antagénicos», tesi- duos de la larga lucha metafisica que tuvo lagar en toda Eutopa occidental». Una abstraccién ha provocado, pues, otra abstraccién, ala metafisica del clero ha desen. cadenado la metafisica de los legistas destinada a luchar [El socialismo erépico 83 contra la anterior, pero hoy dia esta lucha ha terthinado» ame Industriel). oy ae cantante ie critica @ ciertos conceptos que consideraba metafisicos se encuentra también su reivin- dicaci6n de la unidad curopea, de la que fue pionero. La reorganizacion de la sociedad del Vicjo Continente, que cuiminatla en una federacion de estados bajo formas institucionales parlamentatias, deberia superar Ios nacio~ nalismos estétiles, los egoismos, particularismos y fana- tismos, pata establecer un equilibrio de poder que, incentivando el progreso y Ia educaci6n, seria a la larga beneficioso para todo el mundo. La superaciéa de la metafisica desemboca en la desaparicién de los conflictos absolutamente innecesarios que separan a las clases y @ las naciones. La tecnocracia, la ciencia y el desarrollo de intereses comunes sustituiran a los politicos profesiona- les, las luchas intestinas y la persecucin insolidaria de intereses particulares. - ; En, definitiva, hacia 1823, Saint Simon prevela la existencia de tres tipos de cuerpos de élite en su nueva sociedad: los cientificos, los industriales y los lideres religiosos. Se necesitaba a los primeros para descubrir bss Jeyes que regian el desenvolvimiento de la realida politica y social, a los segundos por ser las clases produc- tivas que generaban toda Ia riqueza social, a los terceros por constituir los mejores vehiculos de extensién de las ideas y valores Giles al buen desarrollo de la sueva sociedad. Todas las necesidades de Ia bumanidad (racio- naljcientificas, administrativo/manuales y moral/seligio- sas) se unian en su ideal social en un todo coherente. Por ello, las diferencias funcionales de los grupos sociales, la jerarquia social y la desigualdad orginica eran compo- nentes de su utopia. Se trataba de recoger la variedad y la diversidad y conjugarlas en un todo organic capaz de producir Ja armonia de lo diferente. Y¥ todo esto, no hay que olvidatlo, eo contraste agudo con el aislamiento, el 84 Rafael del Aguila egoismo particularista y Ja competencia salvaje que se | generaban en la sociedad de st época, Por esa razén desarrolia en L'Industrie la idea de necesidad de obediencia de los trabajadores a sus «jefes Raturales», a sus supetiozes de clase. Después de todo, Segiin escribe en las Lettres, alos propietarios mandan sobre los no propictarios no porque posean propiedades, sino que poseen propiedades y mandan porque, conside, tados en su conjunto, tienen una superioridad de conoci, mientos sobre los no propietarios». Ademis, dado que todo hombre siente «en mayor 0 menor grado el deveo de dominar a todos los demas [...] por el bien general le dominacién debe ser distribuida de acuetdo con la pro. Porcién de conocimientos». El poder meritocrético el poder del saber encuentran en su teoria una de les primeras formulaciones coherentes. No obstante, ese poder tiene mucho de reconocimien- fo racional de la superioridad y no estaria vinculado en forma alguna con las pasiones 0 la fuerza y In imposi. cién. Las decisiones que afectaran al cuerpo politico serfan estipuladas por el razonamieato cientifice ya argumentacion «independiente de voluntad humana al. gone (L Organisatesr). Sila sociedad actual esta gober. nada por hombres, la sociedad del futuro estara goberna. da por principios y la sumisién a ellos seri seonoch, miento de la necesidad y no arbitrariedad. En este Sentido, el gobierno tenderi a desaparccer, ya que esta basado en la constriccién y en ia sociedad Futura la clave ¢s la espontancidad. Los nuevos poderes intervendrin tan Poco come sea Posible en Ia sociedad y la economia que, dotadas de la Organizaci6n correcta, podrin deseavolverse por si mi mas. Fl gobierno de las cosas reemplazari al dominio Sobre los hombres y las diferencias y desigualdades existentes servirin al provecho. general. Como sefiale en sus Vues sur la propieté et la legislation, la Propiedad debe ee Bl socialismo utépico 85 constituitse de tal manera que su poscedor sea estimula- do a hacetla lo mas productiva posible», lo que redunda- rh en beneficio de la colectividad. 7 Si es cierto que Saint Simon con el obreto utopiz6 también al empresario (Bloch), no lo es menos que su aspiraciOn dltima cra convertir a los proletatios en socie- tarios (Alexandrian). Después de todo la meta de su doctzina no era otra que permitir al conjunto de los miembros de Ja sociedad el desarrollo pleno de sus facultades. 3. CHARLES FOURIER Frangois Marie Charles Fourier nace en Besancon et 7 de abril de 1772, hijo de un comerciante adinerado. A Ja muerte de su padre hereda la.nada despteciable suma de 80.000 francos y, a regafiadientes, se ve obligado a viajar a Lyon para instroitse en el comercio. De hecho, segin se cu€nta, a los cinco. afios habia realizado un juramento solemne en el estilo de Anibal, pero to contra Jos romanos, sino contra el comercio. | Viaja durante cuatro afios por distintas ciudades fran- cesas y regresa a hacerse cargo del negocio en Lyon en 1793. Por aquel entonces se produce en Lyon un levan- tamiento contra la Convencién y, tras Ja captura de la ciudad por Jas fuerzas gubernamentales, corre un serio riesgo de perder sus propiedades y su vida. Finalmente todo se salda con una breve estancia en-la cércel. Su formacién intelectual fue mas bien heterodoxa. Sentia un profundo desprecio por el estudio de Ia filo- sofia y la moral. Si hay que eteer a los’ Manuel (1979, Pp. 649), sus conocimientos en estos campos procedian de 1a introspeccién, Ja comunicacién oral y la lectara de periédicos. Eso le permitié, quizd, una libertad de espirita que se concreté én la negacién de todas las filosofias del &8 Refiel del Aguila pasado. La bautiz6 como écart absolu. En este sentido, Sus conexiones con Nietzsche, Rimbaub o los surrealis. tas son claras. Tras el comienzo de siglo empieza a colaborar en. diversas revistas y en 1808 termina su Théorie des quatre mousements et des destinées générales. En ella se establecen cuatro esferas de actividad y movimiento (la social, la animal, la orginica y Ia material) gobernadas por leyes matemiticas y abiertas a la investigacion cientifica. En relacién con esas esferas aparece una division temporal en fases. La primera (5.000 afios) conduce desde el paraiso hasta los umbrales de nuestra civilizacién. La segunda y tercera fases (con una duracién de 7.000 aos) coastituyen el proceso de consecucién de la verdadera armonia social. La cuarta (cifrada igualmente en 5.000 afios) produciré el proceso de deterioro de la condicion humana y la desaparicion de la Tierra. No hay aqui rastro alguno deuna idea como la de progreso, que, por lo demés, desagrddaba a Fourier profundamente. Y no s6lo porque al final de esas fases espera a la humanidad su extinciéa, sino porque consideradas desde una pers- pectiva «progresistay, las segunda y tercera fases carecen de significado temporal. Tanto da hablar de siete mil afios como de cien millones en términos humanos. ” Pero sui falta de simpatia por la idea de progreso es paralela 2 su posicionamiento respecto de otros concep- tos en boga: Ja ilustracién, él industrialismo, ete. De hecho, la civilizacion no eta contemplada por ‘nuestro autor como un triunfo de la humanidad y su reforma le Parecia extremadamente engafiosa. Sélo la ruptura, la destruccidn de la civilizacién, era una alternativa politica efectiva, . ‘Tras la muerte de su madre (1812) prosigue sus estudios y como resultado publica afios después su Traité de P association domestique-agricole, Aunque esta obra conta- ba en principio nada menos que con ocho voltimenes, al | “gl sbcialismo utépico 87 “final s6lo se publican dos. Y buena parte del recorte se debe a que la prudencia aconsejaba dejar de lado ciertas teorias sexusles demasiado heterodoxas que quedaron smanuserito. En él se explica igualmente como podria la humanidad organizarse en pequcfias comunidades. aso- ciativas (las falanges © falansterios) de acuerdo con ptincipios cientificos de asociacién humana que nuestro autor pretendia haber descubiezto. Pese a su base cienti- fica, Iz propuesta fouricriana no aspica a ninguna certi- dumbre ni en la realigacién ni‘cn Ia duracién de esas comunidades, tnicamente apunta su posibilidad y su deseabilidad. Ta busqueda, que ya nunca abandonard, de un rico patron dispuesto a financiar su experimento utépico, asi como el esfuerzo por conseguir apoyo entre Jos tientificos, periodistas, politicos, etc., sefialan igual mente Ia fragilidad en la que la realizacion de su utopia esta basada. ; “Lrabaja como librero y en 1829 aparece una edicion abreviada de algunos de sus escritos bajo el titulo de Le owen monde industriel et sociésaire. De nuevo se esfuerza por conseguir alguna atencién para sus ideas y, en esa Yinea, trata de establecer relaciones con los saintsimonia- nos y los owenitas, aunque mis bien intentaba atraerlos a su causa que hacerse participe de la de ellos. En vista de su escaso éxito y de la clara oposicién entre sus teorias y la de los otros movimientos en temas tan cruciales como la religién o la naturaleza humana, redac- ta um ataque contra ambas secuelas: Pidges et charlatanisme des dense sectes de Saint Simon et Oven. ; En 1832 aparece la primera revista semanal del fourie- rismo, que dura dieciocho meses. Durante esos aiios da igualmente conferencias y mitines mientras prepara el que sera su iltimo libro: Le Faasse Industrie. Hace on él, una vez més, una peticién para que algan patron le ayude a establecer su primer falansterio. Igual que sus anteriores intentos con los Rothschilds, el zax de Rusia o 88 Refsel del Aguila el rey de Francia no habian prospecado, tampoco lo hace el Postrero, Su salud habia sido mala desde 1831, Moere en 1837. La clave de sw pensamiento esta en el tratamiento que realiza de las pasiones humaas, a las que. considera como fuente del comportamiento social y politico. Dis- tingue doce, divididas en tres categorias. La primera, las cinco pasiones sensuales (gusto, ido, olfato, tacto y vista). La segunda, cuatro pasiones afectivas que mueven a la relacién con otros (amistad, amor, familia y ambi- cidn). La tercera, compuesta por tres pasiones distributi- vas (intriga/cabalistica; cambio/matiposay compuesta- feoordinadora de las demas pasiones afectivas y sensua- les). Distingue igualmente una decimotexcera pasién colecriva: el armonismo o tendencia u relacionat la pro- pia felicidad con la de otros hombres. Esta ultima constituye el tronco del «arbol de la pasién» del que Proceden todas las demis. El problema, tal como lo veia Fourier, consiste en ordenar la sociedad de tal modo que las pasiones no sean frustradas o reprimidas. En efecto, era en la represién de las pasioncs en lo que Foutier veia la causa de todos los males sociales, econdmicos y politicos de su época. Y dado que las pasiones constituyen pulsiones constantes y su realizacién difiere de época en época, la historia se convierte para él en un estudio de la represién. y sus grados. En este punto no sélo nos hallamos ante un claro antecedente de Sigmund Freud, sino del propio Norman Brown o Herbert Marcuse. Se ha dicho, con tazn (Lehouck, 1873, pp. 31-32), que si Pourier se hubiera limitado aqui a dar unas ideas generales sobre la libre expansion del individuo, la obstaculizacién de las Pasioncs, la alienacién de la falsa civilizacién, etc., seria i “BL socialismo ut6pico 89 hoy considerado por todos como un genio. Pero por descender al detalle y querer trabajar demasiado bien, quizi comprometié las posibilidades de ser entendido 0 de suscitar simpatias. En tanto que Ja civilizacion estaba basada en la igno- sancia de-ciettas necesidades humanas, también es posi- ble tealizar el paralelismo en este punto con la obra de Rousseau. Pero donde este diltimo suponia que la pérdi- da de] estado natural era irrevocable, nuestro autor sostenia que era posible liberar las pasiones de las que la naturaleza nos doté constrayendo el ambiente social necesarid para ello. Por é60 no consideraba al hombre como esencialmente egoista, sino tendente a Ja sociabili- dad y al altruismo. gracias a aquel tronco pasional del armonismo al que aos hemos seferido. Pero, por otro lado, no sostenia (como hacia, por ‘ejemplo, Owen) gne la natutaleza humana era moldéada por et ambiente social, sino mas bien al contratio. Esto cs, reivindicaba la necesidad de construir una sociedad adaptada a Ja naturaleza de los seres humanos. Lo anico que los moralistas parecian haber sido capaces de en- sefiat era la perversion de los instintos y con‘ello habian creado mAs problemas de los que hubiera producido el dejarlos libres a su propio desenvolvimiento. Todos los males dela civilizacion surgen de la represion y no de las pasiones que constituyen, de hecho, nuestra tnica espe- ranza de armonia y felicidad. Y si nuestro autor puede escribir que «el individuo debe encaminarse hacia el bien sometiéndose ciegamente a sus pasiones», es porque, entre otras cosas, se cree capaz de demostrar cientifica- mente tal axioma. En efecto, Fourier propone Ia aplicacién de la idea newtoniana de atraccién al aniilisis del campo pasional. ‘Asi como en la fisica el universo resultante de la aplica- cién de ese principio es el equilibrio y la atmonia, también una vez sean descubiertos los principios esencis- Wigeste, Hay que destruislo desde sus cinientcs y dotar * Pigiotiedad emergente de principios organizativos idicalmente distintos y adaptados a les real necesida- des y pasiones de los humanos. Su Poticionamiento tebrico exige, por tanto, que dademoe de la necesidad, la excelencia 0 la permanencia de la civilisacion foe gatos Costes paca los trabajadores, la clase on ° tos desempleados. Su critica al comercia, (recordemos ef Rafacl del Aguila 3 [El socialismo utépico io pro” nizados para crear una base sélida para el tea fot ‘ductivo basada en fuertes vinculos emocionale: cede 2 mientos de simpatia y ayuda mutug. De aqui prot a5 critica, a veces fetoz, de la familia teadicionel. “uce * ante un ejemplo de institucién no aatural que Conant Ja miseria de los seres humanos: ef mnaesimonig Oe guerta doméstica basada en el. célculo mercanty on Jas que las mujeres llevan la peor parte. Las mujeres cca vietimas mas evidentes de una servidumbre que todos, geti- Por ello, s6lo la poligamia y In poliandria so? pargue cas alternativas a lo existente: En primer lugats Late auinentan el placer individual y, ademés, porque P ‘de 12 cen fuertes ataduras emocionales a todo lo atS' 8 comunidad. Dado que la felicidad se define cn 338 plenitud y abundancia de placer, esta organizacion

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