Capfruto II
EXTINCION DE LA PERSONALIDAD
§ 134.—La muerte del ser humano
sonalidad de los seres
I. Principio general.—La existencia legal o per:
jo por el art. 9° de la ley
humanos termina con la muerte (C. C., art. 94, derogad
57 de 1887).
El ser humano muerto no es sujeto de derechos.
Il. La muerte cerebral—En general todo mundo sabe qué es la muerte.
Se trata de un concepto popular que referimos normalmente al hecho de que
el ser humano cese de respirar 0 al iiltimo latido del corazon.
Empero, conforme al articulo 2° del decreto 1546 de 1998 (reglamenta-
rio de la ley 9% de 1979) se exige que se trate de la muerte encefalica, la que es
definida como “el fendmeno bioldgico que se produce en una persona cuando
en forma irreversible se presenta en ella ausencia de las funciones del tallo
encefillico, comprobada por examen clinico”.
La muerte encefalica en mayores de dos afios y adultos se comprobara
conforme lo dispone el decreto 2493 de 2004, articulo 12, que sefiala que deben
determinarse, por lo menos, los signos que acontinuaci6n se enuncian: ausencia
de respiraci6n espontanea; pupilas persistentemente dilatadas; ausencia de
reflejos pupilares a la luz; ausencia de reflejo corneano; ausencia de reflejos
éculo vestibulares; ausencia de reflejo faringeo o nauseoso y ausencia de re-
flejo tusigeno'. Igualmente dispone que el “diagnéstico de muerte encefalica
ylacomprobaci6n sobre Ja persistencia de los signos de la misma, deben hacerse
| Advierte CarLos FERNANDEZ Sessaneco, en Exposicién de motivos y comentario al
Cédigo Civil (del Peri de 1984), t.1v, art. 61, pégs. 149 y ss., que segtin los avances cienti-
ficos la muerte es un proceso en el que se distingue Ja muerte relativa, la muerte intermedia,
y la muerte absoluta. La relativa se inicia en el instante en que las funciones superiores del
stijeto se suspenden por largo tiempo, siendo posible su reactivacién, En la muerte interme-
dig 1a paralizacién de las funciones es irreversible, aunque sobrevivan algunos érganos que
son ineuficientes para constituir vida humana. La muerte absoluta o muerte biolégica se pro-
dace con la desaparicién definitiva de toda actividad bioldgica aun a nivel de células y teji-
dos, La muerte que interesa al derecho es la intermedia denominada muerte clinica 0 cere-
bral, Mds-detalles sobre la muerte cerebral o muerte clfnica en Mauricio LuNA BisBaL,
Trasplantes, Bogots, 1974, pags. 36 y ss.
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EXTINCION DE LA PERSONALIDAD
§ 134.—La muerte del ser humano
I. Principio general—La exist
humanos termina con la muerte
57 de 1887),
El ser humano muerto no es sujeto de derechos.
fencia legal o personalidad de los seres
(C.C., art. 94, derogado porel art. 9° de la ley
Il. La muerte cerebral.—En general todo mundo sabe qué es la muerte.
Se trata de un concepto popular que referimos normalmente al hecho de que
el ser humano cese de respirar o al tiltimo latido del corazén.
Empero, conforine al articulo 2° del decreto 1546 de 1998 (reglamenta-
Tiode la ley 9" de 1979) se exige que se trate de la muerte encefilica, la que es
definida como “el fenémeno bioldgico que se produce en una persona cuando
en forma irreversible se presenta en ella ausencia de las funciones del tallo
encefalico, comprobada por examen clinico”.
La muerte encefélica en mayores de dos afios y adultos se comprobard
conforme lo dispone el decreto 2493 de 2004, articulo 12, que sefiala que deben
determinarse, por lo menos, los signos que a continuaci6n se enuncian: ausencia
de respiracién esponténea; pupilas persistentemente dilatadas; usencia de
reflejos pupilares a la luz; ausencia de reflejo corneano; ausencia de reflejos
6culo vestibulares; ausencia de reflejo faringeo jo naluse080/y eocncia de Le
flejotusigeno!, Igualmente dispone que el “diagndstico de muerte encefitlica
; istencia de los signos de la misma, deben hacerse
ylacomprobacién sobre la persisten
je motivos y comentario al
‘Advert Canuos FenwinoezSessaco, on Exposcién de mts comenteri
faligo Civil (del Pers de 1984). 12 0 PE ieantets laa a muerte itermmedia
ficos ta s -eso en el que se distingue ‘8 :
lame a eoeeavaae ni ene isan on qe as foes sero de
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8 cor ici itiva de toda activ" jnada muerte clinica 0 cere-
Lams uct oJ i ig
ral. Mag detalles sobre Ia muerte cerebral o muerte Cl ini
"*splantes, Bogots, 1974, pags. 36 ¥ s-
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por dos o mas médicos no interdependientes, que no formen parte bea aie
made trasplantes” y que “cuando no sea posible corroborar alguno de los siete
(7) signos establecidos, se deberd aplicar un test de certeza”. cs
Para la determinaci6n de la muerte encefdlica en menores de dos aftos,
elarticulo 14 del decreto 2493 de 2004 establece: “Los datos que permiten la
determinacién de muerte encefalica, historia clinica, exploraci6n fisica, periodo
de observacién y exémenes complementarios en nifios menores de dos Q) afios
deberdn ser consignados en forma detallada y clara en la historia clinica del
paciente y deberén refrendarse con la firma de dos (2) miembros como mini-
mo del equipo asistencial que hubieran actuado simult4neamente en la obten-
cidn de los datos”; igualmente sefiala los signos que deben constarse.
IIL. La institucion de la muerte civil.—Hubo una época en que al lado de
Ja muerte real, existfa la denominada muerte civil, que consistfa en la extin-
cién de la personalidad del ser humano antes de la muerte real; en consecuen-
cia, muerto civilmente era quien, a pesar de estar vivo, se le consideraba muerto
para la vida juridica.
1) Entre los romanos la capitis deminutio maxima y la capitis deminutio
media equivalian ala muerte civil (mors civilis). Porla primera, el hombre libre
caia en esclavitud y perdfa, consecuentemente, su personalidad; por la segun-
da se menguaba en gran parte la personalidad, y era aquella que se aplicaba a
Jos ciudadanos que incurrfan en determinadas penas o eran deportados?.
2) En el antiguo derecho germénico resurgié la muerte civil con mayor
rigorismo para las personas que eran sometidas a una pena. El muerto civil-
mente “era tratado como una bestia salvaje”. La sentencia de condena a muerte
civil contenfa esta parte resolutiva: “Quedards fuera del derecho. Viuda es tu
mujer; sin padre, tus hijos. Tu cuerpo y tus carnes son consagradas a las fieras
de los bosques, a los pajaros del aire, alos peces de las aguas. Los cuatro cami-
nos del mundo se abren ante ti para que vayas errante por ellos; donde todos
tienen paz, ti no la tendrds”?.
oe ores eres mantuvo la muerte civil para quienes eran
penas. Pero fue abolida por una ley de 1854*.
* Cons. Saviony, ob. cit, t. 1, pdgs. 307 y ss.
> Cfr. Spor, ob. cit., t. 1, vol. 3-1, nd, 602.
a he Fy ms antigua legislacién francesa conocié la
tegen Profession religieuse, consommée par émission de voeux ‘monastiques solennels; esta
civil fue suprimida en Francia por una ley del 19 de febrero de 1790: 2) pata las pet-
sonas que eran condena it
q denadas a la pena capital y para las condenadas aux travaux forcés a per-
a au oa Nae sole eta segunda Clase de muerte civil fue consagrada en el art.
ne one ial sus autores ieron
la civilizacion”, segin el decir de Auary y Rau (ob. etl ene a cpl ooaree
muerte civil: 1) para las personas que
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También existié la muerte
era sancionado con ciertas con
institucién, mediante una Prag)
civil en el antiguo derecho espafiol para quien
idenas; mas en gran parte se prescindié de la
mtica de Carlos m expedida en 171°.
4) BELLO tomé del derecho francés la institucién de la muerte civil, lacual
se aplicé eee a los Teligiosos que hacfan “profesién solemne en insti-
tuto mondstico reconocido por la Iglesia Catdlica”®,
Esta muerte civil tuvo vigencia en Chile hasta el afio de 1943, en que fue
suprimida definitivamente’,
5) Los articulos del Cédigo de Beto que se referian a la muerte civil,
fueron suprimidos al ponerse en vigencia dicho Cédigo en Colombia. Empe-
To, ciertos articulos del Cédigo hablan de “muerte natural”, expresién que tenfa
sentido en el Cédigo de BELLO, pues era necesario contraponerla a la “muerte
civil”; tal expresin debe mirarse como inexistente®.
IV. Los efectos de la muerte —Con la muerte se extingue la personali-
dad del ser humano; por lo tanto, deja de ser sujeto de derechos. ; Qué sucede
con los derechos de que era titular una persona antes de morir? Al respecto es
preciso distinguir entre los derechos que tienen la calidad de “‘patrimoniales”
y los que se consideran “extrapatrimoniales” (supra, § 103-11), ya que los pri-
meros se transmiten a otra u otras personas vivas (herederos y legatarios), y
los segundos se extinguen definitivamente.
1) Los derechos de la personalidad y los derechos familiares se extinguen
definitivamente por ser derechos extrapatrimoniales.
2) En general, los derechos patrimoniales —derechos reales, derechos de
créditos u obligaciones, derechos inmateriales, derechos hereditarios (entién-
dase aquellos derechos que hubiera podido reclamar en vida el muerto: C. C.,
art. 1014)—, pasan a los herederos 0 legatarios (salvo algunas excepciones que
no es del caso examinar ahora)..
V. Prueba de la muerte—Esta se acreditaré con el acta de defuncién ins-
crita en el registro civil (infra, § 146-m).
5 Cfe. Spota, ob. cit.,t. 1, vol. 3-1, ntim. 602.
Los arts, 107 a | 10 del Proyecto de Cédigo Civilestablecen la muerte civil. Esde notarse
que Beso tom6 la insttucién de a muerte civil del més antiguo derecho francés, es decir, la
Tnuerte en que incurrfan los religiosos que hacfan votos Solemnes en un monasterio recono-
ido por la Iglesia Catolica; precisamente de la que fue abolida en Francia en 1790 (eft. nota
3 precit.). En cambio, no consagr6 la muerte civil en raz6n de ciertas penas que establecié el
Cédigo francés en su art. 25, y que fue abolida en 1854.
7 ALESSANDRI, SOMARRIVA y VODANOVIC, Ob. Cit t. 1
8 Cfr, Jos arts. 314, 865, 1145 y 2194 del Codigo.
nm, 1061,
Powered by @ CamScanner§ 135.—El problema de los conmurientes*
Enel momento de la muerte de una persona se determina quiénes son sus
herederos; estos han de ser sujetos de derechos (que hayan nacido y estén vivos),
excepcién hecha de los concebidos no nacidos atin (supra, § 130).
L.Determinacién.—Pero si dos 0 mas personas Ilamadas a heredarse mu-
tuamente (como sucede en el orden de los hermanos cuando ninguno de ellos
tenga hijos y sus ascendientes hayan muerto) perecen en un mismo aconteci-
miento (accidente aéreo o maritimo, u otro semejante) y no puede saberse el
orden de los fallecimientos; Ia ley presume que todos han muerto en el mismo
momento. 1
Tal es el problema de los conmurientes y que el articulo 95 del Cédigo
Civil regula asf: “Si por haber perecido dos 0 més personas en un mismo acon-
tecimiento, como en un naufragio, incendio, ruina o batalla, 0 por otra causa
cualquiera no pudiere saberse el orden en que han ocurrido sus fallecimientos,
se procederd en todos casos como si dichas personas hubiesen perecido en un
mismo momento y ninguna de ellas hubiese sobrevivido a las otras”.
IL. Alcance y valor de la presuncién del articulo 95 del Cédigo.—La pre-
suncién de que varias personas han fallecido simulténeamente, exige los si-
guientes requisitos:
12) Que hayan muerto en un mismo lugar y a consecuencia de una misma
causa. El articulo 95 emplea la expresi6n “un mismo acontecimiento”, con lo
cual indica la identidad de causa y de lugar. Si las causas son distintas, como
sien un sitio una persona muere ahogada y otra electrocutada, no se aplica la
presunci6n; o si las causas son iguales, pero las personas mueten en lugares
diferentes"®.
* PLANCK-STROMAL, ob. cit.,t.1, pig. 54! ENNECCERUS; ob. cit., § 78-t1 SAVIGNY, Siste-
Iva tI, Pg. 283; OERTMANN, Ob. cit., pig. 57; LEHMANN, ob. cit., pag. 306; ALESSANDRI, etc.,
ob. cit., pag. 778; Sota, ob. cit., t. 1, vol. 3-3, mim. 1124; Oraaz, ob. cit., pag. 48.
Los juristas romiatios crearon la presunci6n de simultaneidad de muertes, con algunas
excepciones: si fallecfa un imptiber con su padre o su madre, se presumfa muerto primero el
imptber; si se trataba de un ptiber, la presuncién obraba al revés (Savicny, ob. cit., t. 1, pags.
283 y 284), BELLO, al tomar directamente del derecho romano la presuncién de conmurien-
cia, omitié las excepciones, pues tenian “fundamentos tan ligeros como inciertos” (nota al art.
81 del proyecto, Obras completas, pag. 43). Lo mismo sucedié con el § 20 del BGB (ENNEC-
CERUS, Ob. ci 78; PLANCK, ob. cit., pag. 54). Este sistema sencillo y racional tiende a pre-
valecer en el derecho comparado: § 32, parr. 2°, del Cédigo Civil suizo (cons. la nota de Curti-
Forrer); art. 11 del Codigo brasilefio; art. 1287 del Cédigo mexicano; art. 109 del Codigo
argentino (cons. Spora, ob. cit., ntim. 1124). Los arts. 720 y 722 del Cédigo de Napoleén di-
fieren sensiblemente del sistema expuesto; trétase de un sistema que sefiala excepciones re-
lativas a la edad y al sexo. ay
0 ‘i Cone.
Empero, no ‘exige que sea exactamente en el mismo sitio, pues es suficiente que las
‘muertes tengan su origen en un mismo peligro. Asf, al naufragar un barco, si las personas esca-
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1,20, Que sea imposible establecer cul fue el orden de los fallecimientos
(no pudiere saberse el orden en que han ncumrdo sus fallecimientos’ dice el
art, 95 del C. C.) y que las personas muertas estén Ilamadas a sucederse mu-
tuamente por causa de muerte,
La prestacin del articulo 95 es legal (juris tantum) y, por consiguiente,
destructible. La prueba de la no concurrencia corresponde a quien afirma que
una o varias de las personas fallecidas han sobrevivido a las otras".
§ 136.—Presuncién de muerte’
Lamuerte de los seres humanos es inevitable y, ademés, facilmente com-
probable. Pero, qué hacer cuando no se sabe si una persona ha muerto o vive
atin? Las guerras y otros acontecimientos similares crean grave incertidumbre
acerca de las personas que desaparecen de su domicilio y de las cuales no se
vuelve a tener noticias.
Tal circunstancia ha hecho necesario que los ordenamientos juridicos
instituyan la muerte por presuncién, es decir, la suposicin, dadas ciertas con-
diciones, de que la persona desaparecida 0 ausente ha muerto. Ya los juristas
romanos establecieron que el “ausente se reputa muerto si han trascurrido 70
aiios desde su nacimiento”; presuncién fundada sobre el siguiente texto de
Pausanias: “Nuestra vida dura setenta afios””?.
Los articulos 96 a 109 del Cédigo Civil reglamentaban la presuncién de
muerte por desaparecimiento, dentro de un espiritu arcaico y excesivamente
complicado. La mayor parte de dichos textos fueron reemplazados por el
articulo 657 del Cédigo de Procedimiento Civil de 1970. Por tanto, el derecho
se aplicael art.95 (cfr. ENnecceRus, ob. cit.,§ 78-m). Tam-
-diata de la muerte sea la misma; en un incendio una per-
Jectrocutada; otra, del susto. Estas muertes se rigen por
panenbotes distintos que zozobran,
poco es necesario que la causa inme
sona puede morir de un golpe; otra, el
la presunci6n del art. 95. sf
"La prueba més idénea, y casi exclusiva, ser a de los especialistas médicos.
« suugn Canneso, ob cit, ims. 155 y 88 SAVIONY, Sistema. tt PBS. 280 ys.
Exweccenus: NipoerDey, ob. city t,§ 79: PLANCK-STROWAL, Ob, cit t 4 pags. 43.y ss, (com,
alos §§ 13 y ss. del BGB); DENECKE, ob. cit. t pags. 50 y ss.; H. Lance, ob. cit., § 23; A.
YON Tua cb cit, vol 1-2, §23; P: OBRTMANN, Ob. cit. § 8, pags. 56yss.;B. WinoscuE1D, ob.
eee satin ey, utsceavb, obit, 1,nims. 446 8.1, CaRBowER ob. cit, vol
1, mim, 31; ALEssaNDRi, SOMARRIVA Y VaDANOvic, ob. cit. 1, ndms.1 0203438. M. Roront,
ob. cit, nim. 103. i f
7 Savion, obs eit. t pig. 282. Compérese con lo que dice el versfeulo 10 del salmo
90: “Nuestra vida dora setenta afios u ochenta si hay vigor. Mas son la mayor parte trabajo y
Vanidad, pues pasan presto y nosotros no volamos”.
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368 LAs PERSONAS FISICAS EN SI MISMAS GONSIDERADAS
vigente sobre esta institucién a partir del 12de julio de 1971 es el que expone-
mos en los siguientes puntos.
I. Declaracién de qusencia—Una Leen te ie
. a * Pie gare
recido de su domicilio y no s¢ tienen noticias de! e
(C.C., art. 96). Ante esta situacién, su conyuge, SUS consanguineos hasta el.
cuarto grado, sus padres, hijos y hermanos, el ministerio puiblico y a acree-
dores, podrin solicitar al juez de familia el rnombramiento de un cura jor para
Ja administraci6n de sus bienes. Ausente indica no solo el hecho de ne
persona no se halla en el lugar de su domicilio, sino, ademas, que no se sabe
Fonde se encuentra, hasta el punto de que se duda si vive ha muerto. El juez
declarard la ausencia segin el trdmite indicado por el articulo 656 del Codigo
de Procedimiento Civil de 1970.
Para los secuestrados se establecié un proce i
te regulado por el articulo 23 de la ley 282 de 1996, y hoy modificado por Ia
ley 986 de 2005, art. 26. En consecuencia; las disposiciones de los Cédigos Civil
y de Procedimiento Civil solo se aplicaran en lo no previsto en esa ley.
En nuestro derecho civil los términos ausencia y desaparecimiento son
equivalentes"®.
IL. Declaracién de muerte presunta.—Si la ausencia (o desaparecimien-
to) de una persona ha durado dos afios 0 més, se presumird que ella ha muerto
(C.C., art. 97). El juez dictaré sentencia de declaracién de muerte presunta,
previa la citacién del desaparecido por medio de edictos publicados en peri6-
dico oficial, tres veces por lo menos, debiendo correr ‘mas de cuatro meses entre
cada dos citaciones (C. C., art. 97, regla 2*). >
El juez fijara como dia presuntivo de la muerte el tiltimo del primer bienio,
contado desde la fecha de las tiltimas noticias (C. C., art. 97, regla 6°). Por
qué han de transcurrir dos afios desde que comenz6 la ausencia, para fijar el
dia de la muerte? Esta ha debido fijarse desde que se tuvieron las tiltimas noti-
cias, pues debe presumirse que la falta de ellas se debi6 a la muerte del desa-
a se halla ausente si ha desapa-
donde se encuentre
dimiento especial, inicialmen-
_ Nosucede lo mismo en derecho francés, donde los térmi indi
sioner dence Avast Selvin el cal no en abe etd ie dee
desaparecido es el individuo de quien se tiene la certeza casi absoluta que ha muerto, sin qu u
su cadaver haya podido ser encontrado (H.,L. y J. Mazzaub, ob. cit. ts nin, 446; 1, Car.
tots, bt vol yp. 227) Ex ding ene absence sen) 9 disparition
(esaparesimientodespariié) fue intoducidaenel derecho francés po a rdenanzadel
easement Posteriormente, esta ordenanza fue reemplazada por la del 23 de agos-
tod 1958 ua dio un nueva redcesn los primitivos ans. 87 a 92 del Code. Soo la
dspariion ds lugaen Francia delaraci6n judicial de muerte; a absence, por prolongs
daaue sarod ugar a mencionad declaracin, Nuesto derecho coincide exactamente
Fda; Alla ausencia (Verschollene) iene el mismo sentido que la desaparcén
reemplazados por la ley de ausencia del iSde tanta er ree
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parecido'*. En todo caso, el dia que se fija como fecha de muerte seré anterior
a aquel en que se dicta la sentencia.
__Laregla 7* del articulo 97 afiade que en los casos en qué una persona
recibié una herida grave en la guerra, o naufragé la embarcaci6n en que nave-
gaba, 0 le sobrevino otro peligro semejante, “fijard el juez como dia presun-
tivo de la muerte el de la accién de guerra, naufragio 0 peligro; o no siendo
determinado ese dfa, adoptard un término medio entre el principio y el fin de
la €poca en que pudo ocurrir el suceso...”.
me En la sentencia de declaracién de muerte presunta, el juez ordenard trans-
cribir lo resuelto al funcionario del estado civil del mismo lugar, para que
extienda el folio de defuncién (C. de P. C. de 1970, art. 657, num. 5).
Ill. Efectos de la sentencia de muerte presunta.—En general, la senten-
cia que declara muerta a una persona por presuncién, produce los mismos
efectos que la muerte real. Con copia de la sentencia en firme y del folio de re-
gistro de defunci6n, o simplemente de la tiltima, se puede iniciar el juicio de
sucesi6n, el cual es distinto del que dio origen a la sentencia de muerte presun-
ta(C. de P. C. de 1970, art. 657).
En este aspecto fue modificada sustancialmente la antigua reglamenta-
cién del Cédigo Civil, el cual distingufa varias etapas en esta materia: en pri-
mer lugar, la sentencia que declaraba muerto al ausente una vez transcurridos
dos afios desde su desaparecimiento; en segundo término, la posesién provi-
sional de los bienes del desaparecido a los herederos presuntos una vez trans-
curridos dos afios més; por tiltimo, la posesién definitiva de los bienes si pa-
sados cuatro afios de decretada la posesién provisional no se hubieran tenido
noticias del declarado muerto. Esta reglamentacién y los casos especiales para
los desaparecidos mayores de 70 afios y los que hubieren participado en un peli-
gro (guerra, naufragio, etc.), fueron derogados por el Cédigo Procesal de 1970.
El declarado muerto presuntivamente deja de ser sujeto de derechos desde
la fecha en que la sentencia lo declara asf"; y se presume, ademés, que hasta
esa fecha vivi6'®. Se producen las siguientes consecuencias principales:
1°) En lo que se refiere a los derechos pairimoniales de que era titular el
declarado muerto presuntivamente, y que también tienen la calidad de trans-
misibles conforme al artfculo 1008 del Cédigo Civil, se abre su sucesin por
causa de muerte.
4 Bl art, 90 del Code en la nueva redacci6n de la ordenanza del 23 de agosto de 1958,
precisa que la fecha de la muerte debe sefialarse teniendo en cuenta presunciones sacadas de
las circunstancias de la causa, y, en su defecto, desde el dfa de la desaparici6n, En el mismo
sentido, la doctrina alemana (OERTMANN, Ob. cit., § 8; A. oN Tua, ob. cit. vol, 1-2, § 23-1;
H. Lanag, ob. cit., § 23-11-3). ‘
'SHL, L.y J. Mazeaup, ob. cit., t. 1, ntim. 459.
% A. von Tun, ob. cit., vol. 1-2, § 23-vi; H. Lance, ob. cit., § 23-1-4,
Powered by 3 CamScanner370 LAS PERSONAS FISICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS.
‘Son Ilamados arecoger aquellos derechos, los herederos presuntivos que
tengan tal calidad en la fecha en que se declara la muerte presunta; y el patri-
monio en que suceden “comprenderd los bienes, derechos y acciones del de-
saparecido, cuales eran a la fecha de la muerte presunta” (C. C., art. 100).
La sucesién serd testamentaria o ab intestato, segdn que el muerto pre-
suntivamente haya dejado testamento o no. Silo primero, se procede a abrir el
testamento y seran herederos 0 legatarios los indicados como tales por el tes-
tador.
28) Los derechos susceptibles de constituirse o de extinguirse con la muerte
real de una persona, quedan constituidos 0 extinguidos igualmente con la sen-
tencia que declara muerta por presuncién a la persona.
Asi, el seguro de vida que tienen derecho a reclamar los herederos 0
beneficiarios del trabajador, o simplemente el seguro de vida contratado por
el desaparecido, surge en favor de los respectivos beneficiarios 0 herederos"”.
Igual regla se aplica en relaci6n con otras prestaciones sociales 0 beneficios
cuyo nacimiento depende de la muerte.
Si el muerto presuntivamente era titular de un usufructo vitalicio u otro
derecho cuya extincién depende de la muerte del beneficiario, el usufructo o
el derecho se extingue automaticamente desde la fecha indicada por la senten-
cia de declaracién de muerte presuntiva; por lo tanto, el nudo propietario de
un inmueble adquiere el derecho de reclamar la posesi6n de dicho inmueble.
‘Ajustado a esta regla debe interpretarse el articulo 107 del Cédigo Civil.
Por ejemplo, se declara muerto presuntivamente a Pablo el 12de mayo de 1970,
y ha sido instituido heredero Antonio en primer lugar, y en su defecto, Diego.
La sucesi6n de Antonio se abre el 1° de diciembre de 1970 (dia en que murié);
el sustituto Diego puede reclamar la herencia de Pablo, pues el 1° de diciem-
bre de 1970 faltaba el primer instituido, 0 sea, Antonio'*.
3) La sociedad conyugal se disuelve y se procede a su liquidaci6n den-
tro del proceso sucesorio (C. C., art. 1820, ord. 2°).
48) En general, los derechos familiares se extinguen. Asi, cesa la potes-
tad parental (patria potestad) que ejercfa el desaparecido sobre sus hijos; lo
mismo la tutela o curatela. .
S*) EI matrimonio del desaparecido se disuelve (C. C., art. 152, red. de
la ley 25 de 1992).
Enel mismo sentido la nueva ley francesa (77-1447 de 1977), que dio una
nueva redaccién a los articulos 112 a 132 del Code. El nuevo articulo 128 es-
"A. VN Tun, ob. cit., vol. 1-2, § 23.
1 emos propuesto el mismo ejemplo de BrLto (pero adapténdolo) tal como aparece
enelt.1v de las Obras completas y que equivale alt. u del proyecto de Cédigo Civil, nota al
art 106, pag, 49.E! ejemplo de Beitoesrecordado por CiaMPeauy Uniat, ob. cit. adm. 195,
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tablece que el proceso declarativ
sunta), a partir de la transcripei:
agrega que “el cOnyuge del ausey
nuevo matrimonio”, lo que in
vo de ausencia (0 declaracién de muerte pre-
On, produce todos los efectos de la muerte y
nite (o muerto presuntivamente) puede contraer
Rae \dica que el anterior queda disuelto.
i rieeae ee Su matrimonio queda disuelto, a'pesar de la nu-
anne eae \cia (Code, art. 132). ‘Se evita asi que el posterior
lant lyuge del ausente, pueda ser anulado por bigamia®.
eae eal 65 del nuevo Cédigo italiano de 1942 estatuye que “una vez
en firme fa sentencia que declara la muerte presunta, el cényuge puede con-
traer nuevo matrimonio”; pero el articulo 68 del mismo Cédigo agrega que tal
matrimonio es nulo, “cuando la persona cuya muerte se declaré retome 0 se
compruebe su existencia”?,
Esta disposicién tiene, o mejor tenia su raz6n de ser, en que era necesario
declarar Ia nulidad del segundo matrimonio porque el vinculo era indisoluble.
Frente a la nueva ley de divorcio (ley 89 de 1970) o Ley Fortuna, esa raz6n de-
saparece. Los franceses han sido més légicos, pues ellos no reconocen la indiso-
lubilidad del vinculo; lo mismo en Colombia a partir de la ley 1 de 1976.
Se presenta una diferencia entre el sistema francés y el italiano. En am-
bos se disuelve el matrimonio del declatado muerto presuntivamente; pero si
el cOnyuge del declarado muerto celebra segundo matrimonio y luego reapa-
rece el muerto por sentencia: a) segiin el sistema francés no se produce la nulidad
del segundo matrimonio; b) segiin el sistema italiano, dicho matrimonio se
anula.
Para el derecho colombiano el segundo matrimonio es valido, porque el
primero se disolvi6 por la muerte presunta (ley 25 de 1992).
IV. Rescision de la sentencia de declaracion de muerte presuntiva.—Esta
sentencia crea apenas una presuncién relativa o legal, que admite prueba en
contrario?!. Varios eventos pueden destruirla presunci6n: 1) la reaparicién del
desaparecido; 2) la confirmacién de la muerte real; 3) el desaparecido no murié
cuando lo supuso la senteneia, sino en época muy posterior. Deestos tres casos
solo es necesario tener en cuenta el primero y eltercero. En el primer caso se
rescinde de plano la sentencia a consecuencia de la destruccién de la presun-
ciénenque se fundaba;en el tercero, posiblemente sea preciso hacer una nueva
distribucién de bienes. ' , '
1) Al reaparecer el desaparecido se rescinde no solo la sentencia que lo
declaré muerto, sino también la respectiva sentencia aprobatoria de la parti
cién y adjudicacion de sus bienes, si dentro de los diez afios siguientes ala publi-
Cons, Auex Wenn. y F. Texre, ob. cit, pag. 927 (Addendum),
2G, pe Semo, ob, cit., nim. 216; AzzanrTi-ManTinez, ob. cl
1 SiméN Carrio, ob. cit., nim. 167,
nim, 216,
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cacién de la sentencia se inicia el respectivo proceso ordinario (C. deP. C., art.
657 num. 6). Los adjudicatarios de estos bienes serén obligados a restituirlos
al reaparecido; si hubieren obrado de mala fe para obtener la sentencia de muerte
presunta o la de particién y adjudicacién, seran condenados a pagar los frutos
de los bienes durante el tiempo que los tuvieron en su poder y los dafios que
les hubieren causado (C.C., art. 109, reglas 5® y 6%), segtin las reglas generales;
en caso contrario, solo seran condenados a restituir los bienes.
Si hubieren hecho enajenacién de dichos bienes a terceros de buena fe,
los adjudicatarios seran condenados a pagar al reaparecido el precio comer-
cial; lo cual indica que frente a terceros de buena fe no es posible ejercer ac-
ci6n reivindicatoria (C. C., art. 109, regla4*; C. de P. C., art. 657, parrafo final).
2) Es posible que al morir realmente el desaparecido en época muy pos-
terior a la indicada por la sentencia de muerte presuntiva, los herederos 0 le-
gatarios sean diferentes de los que recogieron los bienes. Por ejemplo, la sen-
tencia declaré muerta a una persona el 12 de marzo de 1965, pero mas tarde
se prueba que murié el 12 de diciembre de 1970; que en 1966 contrajo matri-
monio y en 1967 tuvo un hijo matrimonial. Si los bienes se adjudicaron a los
hermanos del desaparecido, el hijo tendré derecho a pedir la nulidad de la sen-
tencia aprobatoria de la particién para que se le adjudiquen los bienes, por tener
mejor derecho a heredar en su condicién de hijo (C. C., art. 108). Vale lo mismo
si la particién se efectué con base en un testamento del desaparecido, como si
aparece nuevo testamento otorgado durante el tiempo en que el juez ya lo habia
declarado muerto.
La accién prescribe en diez afios contados a partir de la sentencia decla-
ratoria de la muerte presunta (C. de P. C., art. 657, num. 6).
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