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Prof.

: Jorge Villalón Esquivel

Magister en Derecho
Mención Derecho de la Empresa y del Trabajo
1. Definición: Según lo señala el artículo 7 del Código de Comercio, son comerciantes
los que teniendo capacidad para contratar, hacen del comercio su profesión habitual.

2.Elementos o Requisitos:

a) Capacidad para contratar: Se refiere a la capacidad en general y no a


inhabilidades especiales. La regla general es la capacidad para contratar y la
excepción las incapacidades absolutas o relativas.

En cuanto a los incapaces absolutos, ellos por definición no pueden ser comerciantes
pues carecen de toda capacidad para contratar y, por ende, les está impedido actuar
por sí solos, pudiendo hacerlo sólo por intermedio de sus representantes. Ahora bien
en cuanto a los incapaces relativos el Código de Comercio, da ciertas reglas
especiales aplicables a los menores adultos.
b) Ejecución de actos de comercio de que trata el artículo 3º del Código de
Comercio.

c) Habitualidad en la ejecución de actos de comercio que hagan suponer un ánimo de


hacer profesión de tales actos: Hacer profesión conlleva prestar dedicación y
atención importante a una actividad que permite lucrar. Debe existir un ánimo de
hacer de la realización de actos de comercio una actividad principal y permanente
reflejada en actos reiterativos a través del tiempo.
Sobre este particular debe tenerse presente que el artículo 8 del Código de Comercio
indica quienes no son comerciantes y no lo son aquellos que accidentalmente
ejecutan actos de comercio. En consecuencia, estas personas carecen del elemento
en estudio, pues en sus actos se aprecia la falta de:
- Ánimo de hacer del comercio una profesión, entendida ésta como una
actividad lucrativa.
- Habitualidad en la externalización de actos tendientes a concretizar el
ánimo antes referido.
Estas personas que ejecutan actos de comercio accidentalmente, esto es, en
forma no habitual, quedan sin embargo sujetos a las leyes mercantiles en
cuanto a los efectos del acto, lo cual revela el elemento objetivo o real del
Derecho Comercial, el cual regula ciertos hechos objetivos de la realidad,
como son los actos que la ley califica como de comercio, con prescindencia
de las personas que los realizan.

Lo anterior en contraposición con una visión subjetiva del Derecho Comercial,


como pasaba en la antigüedad, en que lo predominante era el elemento
subjetivo o personal, según el cual, se regulaba a las personas dedicadas al
comercio, de manera, que sólo los actos de tales personas eran calificados de
mercantiles, por el simple hecho de haberlos ellos ejecutado.
d) Ejecutar los actos de comercio en nombre propio y no en
representación o por cuenta de terceros:

Este elemento es agregado por la doctrina y se refiere a que


quien desempeña el comercio lo haga asumiendo sobre sí el
resultado de las negociaciones y no a favor de terceros, pues
si se actuase en representación de otro (por cuenta y
nombre ajeno), ocurriría que los efectos del negocio
comercial se radicarían en el tercero, debiendo calificarse a
éste último como comerciante y no al representante que
actuó.
3. Situaciones especiales en cuanto a la capacidad:

a) Respecto al menor adulto:

i. Por aplicación de la normativa civil se le reputa plenamente capaz en lo relativo a la


administración de su peculio profesional.

ii. En materia comercial, cuando el menor adulto con peculio profesional, ejecuta
algún acto de comercio (sin necesidad de ser calificado como comerciante) queda
responsable de él en dos aspectos:
- Queda sometido a las leyes de comercio, al menos en cuanto a los efectos del
acto, sin perjuicio de que pueda ser calificado de comerciante (artículo 7 en relación
con artículo 8 del Código de Comercio) y conforme a ello quedar sujeto a todo el
estatuto que les rige.
- Queda responsable de las obligaciones por él contraídas hasta concurrencia de su
peculio profesional.
b) Situación de la mujer casada en cuanto a su calificación de comerciante: Aún
cuando es de toda evidencia, que la mujer casada bajo cualquier régimen matrimonial
es plenamente capaz, no es menos cierto que en uno de tales regímenes ella no
goza de la libre administración de sus bienes. Por ello, hay que distinguir:

i. Mujer casada bajo sociedad conyugal.

Este es el régimen en que la mujer no goza de la libre administración de sus propios


bienes, los cuales son administrados por el marido.

Ahora bien, conforme al artículo 11 del Código de Comercio esta situación se rige
íntegramente por el artículo 150 del Código Civil, conforme al cual, la mujer casada
en sociedad conyugal se reputa como separada de bienes respecto del empleo,
oficio, profesión o industria, que ejerza separadamente de su marido, como también
se le considera separada de bienes respecto de aquellas cosas que adquiera
producto de ese trabajo separado.
En consecuencia, para que la mujer casada bajo sociedad conyugal, pueda ser
calificada de comerciante se requiere:

1º Dedicarse a una actividad separada de la del marido. El artículo 14 del Código de


Comercio explícita este principio al decir: "La mujer casada no será considerada
comerciante si no hace un comercio separado del de su marido". Sin embargo, el
tenor literal de esta norma es errado, pues no distingue el régimen matrimonial al cual
se aplica y en consecuencia induce a pensar que se refiere a cualquier mujer casada,
en circunstancias que sólo es aplicable a aquellas casadas bajo sociedad conyugal.
2º Se le mira como separada de bienes respecto del ejercicio de esa actividad y de lo
que de ella obtenga.
3º La mujer responde de las obligaciones que contraiga, tanto con los bienes fruto de
la actividad que desarrolla, como también con los bienes que hubiere dejado para
administrar por sí misma en las capitulaciones matrimoniales, y además con los
bienes que hubiere recibido a título de donación herencia o legado, con la expresa
condición de que no los administre el marido.
ii. Las mujeres divorciadas y separadas de bienes:

Estas mujeres pueden ser comerciantes conforme a las reglas generales, y con total
independencia de lo dispuesto en el artículo 150 del Código Civil, pero previamente
deben efectuar inscripciones de las capitulaciones matrimoniales o de las sentencias
que declaran el divorcio o la separación total de bienes en el Registro de Comercio,
pues si no lo hacen tales actos serán inoponibles a terceros, no pudiendo hacerlos
valer en juicio.

Esto es así, pues el régimen matrimonial supletorio y por ende normal es el de


sociedad conyugal de manera que debe informarse adecuadamente que se está en
un régimen distinto.

Indudablemente, las personas que hemos visto, esto es la mujer comerciante y el


menor adulto, en lo relativo a su peculio, pueden comparecer por sí en los juicios
relativos a su comercio.
4. Efectos de actos celebrados por incapaces generales y especiales:

El artículo 19 al referir “incapaces de comerciar”, sanciona los efectos de actos


celebrados por aquellos a quienes por disposición expresa de la ley les está vedado
el desarrollo de ciertas y determinadas actividades, ya sea por no cumplir requisitos
que la ley exige para el desarrollo de las mismas, sea por que se trata de actividades
reservadas.

Así nos encontramos, por ejemplo, con actividades como las siguientes:

1º Desarrollo del giro bancario y, en general, aquellas que dicen relación con la
intermediación de capitales o de valores; incluso más, el ejercicio de estas
actividades de manera informal está sancionado penalmente.
2º El comercio del Seguro.
3º Administración de fondos previsionales.
Igualmente existen prohibiciones particulares, relativas a determinados actos y no a
un giro determinado, así por ejemplo:

- El corredor de comercio, quien es un comerciante por la naturaleza de su


actividad, está impedido de desarrollar actividades de comercio por su
cuenta, sea que actúe a nombre propio o ajeno.

- Los factores o dependientes de comercio están impedidos de desarrollar


el mismo giro de su principal.

- Los socios de una sociedad colectiva no pueden desarrollar por cuenta


propia el giro de la sociedad ni tampoco desarrollar actividad mercantil
alguna, sin el consentimiento de sus socios, cuando la sociedad no tiene un
giro específico.
1. Obligación de inscribirse en ciertos registros: La principal manifestación de
ésta obligación está dada por la inscripción que ordena el Código Tributario, al
momento de iniciar actividades, respecto de toda persona o entidad que pueda
ser causante de impuestos, en un registro que se lleva al efecto y que se
denomina Rol Único Tributario (RUT).

Existen sin embargo situaciones especiales, en que comerciantes de ciertos


giros deben inscribirse en determinados registros como sucede con los
comerciantes de licores, según el artículo 4 de la ley 17.105 (Ley de Alcoholes).

2. Obligación de inscribir ciertos documentos: Los artículos 22 y ss. del Código


de Comercio establecen la obligación de los comerciantes de inscribir ciertos
documentos, en una institución denominada Registro de Comercio la cual se
halla a cargo del Conservador de Comercio, cuya identidad generalmente
coincide con el Conservador de Bienes Raíces.
a) Documentos que deben inscribirse:

1°. De las capitulaciones matrimoniales, el pacto de separación de


bienes a que se refiere el artículo 1723 del Código Civil, inventarios
solemnes, testamentos, actos de partición, sentencias de adjudicación,
escrituras públicas de donación, venta, permuta, u otras de igual
autenticidad que impongan al marido alguna responsabilidad a favor de la
mujer;

2°. De las sentencias de divorcio o separación de bienes y de las


liquidaciones practicadas para determinar las especies o cantidades que
el marido deba entregar a su mujer divorciada o separada de bienes;

3°. De los documentos justificativos de los haberes del hijo o pupilo


que está bajo la potestad del padre, madre o guardador.
En estos tres casos la finalidad de la ley es proteger el
patrimonio de aquel que no tiene la libre administración de
sus bienes, como en el caso de la sociedad conyugal en que
los bienes de la mujer son administrados por el marido y en el
de los hijos de familia o menores bajo guarda en que sus
bienes los administra el padre o el guardador.

De ésta manera, también se protege a los terceros que


contraten con el padre, madre o guardador comerciante, ante
una eventual y aparente solvencia económica derivada de los
bienes que se administran.
4°. De las escrituras de sociedad, sea ésta colectiva, en
comandita o anónima, y de las en que los socios nombraren
gerente de la sociedad en liquidación;

5°. De los poderes que los comerciantes otorgaren a sus


factores o dependientes para la administración de sus
negocios.

Conforme al artículo 24, en estos dos últimos casos la


sanción por no inscribir los documentos, es la falta de
eficacia del acto entre las partes, sin perjuicio de lo cual
quedan siempre responsables frente a terceros por los
actos ejecutados por los socios o por el mandatario.
Sin embargo, en lo relativo a las sociedades, la sanción que
establece este artículo ha quedado derogada tácitamente por
las normas especiales de los artículos 355 A y 357.

La primera de dichas normas establece que la omisión de


escritura pública constitutiva o la omisión de su inscripción en
el Registro de Comercio, produce nulidad absoluta entre los
socios, pero luego, la segunda de las normas citadas dispone
que si dicha sociedad nula consta en escritura pública o
instrumento reducido a escritura pública o protocolizado, ella
gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una
sociedad.
b) Plazo para efectuar las inscripciones: Este plazo es de:

- 15 días desde la fecha de otorgamiento del mandato en el caso


del nº 5.

- En el caso del nº 4, el plazo será de 60 días desde que se


otorga la respectiva escritura social por aplicación de la norma
especial del artículo 354 del Código de Comercio.

- En todos los demás casos el plazo de 15 días se cuenta desde


que el padre, marido o guardador comience a desempeñar el
comercio.
3. Obligación de llevar contabilidad:
Por disposición del artículo 25 y siguientes del Código de Comercio, todo
comerciante está obligado a llevar contabilidad y para ello debe contar con los
siguientes libros:

a) Obligatorios:

- Libro Mayor (también llamado “de cuentas corrientes”): El Código no lo define,


pero en él deben asentarse separadas por cuentas:
i. Las relaciones comerciales del sujeto con otras personas,

ii. Las derivadas de actividades específicas que forman parte de su negocio, y

iii. Las cuentas de orden que representan valores que, sin formar parte del
negocio, se mantienen en poder del comerciante, como por ejemplo, garantías.
- Libro Diario: En éste se deben registrar detalladamente y en estricto orden
cronológico las operaciones mercantiles que ejecute el comerciante.
- Libro de Inventario y de Balances: En éste se debe dejar constancia valorada del
activo fijo o realizable y del pasivo del negocio, como también la valorización del
resultado anual de ganancias o perdidas.
- Libro copiador de cartas.

Además, según lo establecen diversas disposiciones legales, se deben llevar


además otros libros, según sean los casos, como son, por ejemplo:
- Libro de F.U.T. (Código Tributario). Rigió hasta el 31.12.2016 (ley 20.780).
- Libro de remuneraciones, pues de acuerdo al artículo 62 del Código del Trabajo, todo
empleador con cinco o más trabajadores deberá llevar un libro auxiliar de
remuneraciones (debe ser timbrado por el SII). Importancia: sólo lo que figure como
remuneraciones en ese registro se considerará como gastos por remuneración en la
contabilidad de la empresa.
- Otros que el Director Regional del SII determine respecto de cada caso, a su juicio
exclusivo.
b) Facultativos o Auxiliares: Además de los libros recientemente indicados, los
comerciantes pueden llevar otros según sea su conveniencia, y así encontramos:
Libro de caja, de obligaciones por pagar, de obligaciones por cobrar, de bancos etc.

Requisitos formales que la ley exige para que la contabilidad sea considerada
fidedigna.

- Los libros no deben encontrarse alterados en sus asientos, orden y fecha, no deben
existir blancos entre ellos o a continuación de ellos, no deben contener raspaduras,
interlineaciones, enmendaduras, no deben registrar borrones, y no deben testimoniar
mutilación de hojas o de registros (artículo 31, Código de Comercio).
Esta norma es de suma importancia en materia comercial, pues su cumplimiento
determinará si es posible que los libros de contabilidad sean admitidos como medio
probatorio en juicio (art. 34, Código de Comercio).
- Los libros deben llevarse en lengua castellana.
- Los valores que en ellos se registran, deben expresarse en moneda nacional.
-Deben encontrarse timbrados por la Unidad del S.I.I. correspondiente al domicilio
del contribuyente.

-Las anotaciones que registra deben ser efectuadas a medida que las operaciones se
realizan.

Requisitos para que la contabilidad sea considerada sustantivamente fidedigna.

- Las operaciones detalladas en ella, deben ser reales materialmente, esto es, la
venta, la compra, la inversión o, en definitiva, la operación que se registró debió
haberse efectuado con las personas, en las fechas, y por los montos que se
registraron.

- Las operaciones registradas deben ampararse en documentación fidedigna, que


compruebe fehacientemente la operación que se detalla.
Consecuencias que tiene el no llevar la contabilidad en forma
fidedigna.

-Desde un punto de vista probatorio, los contribuyentes que sean


comerciantes, y que lleven libros con los vicios formales
enunciados en el artículo 31, se encuentran imposibilitados de
hacer prevalecer su contabilidad sobre la de otro comerciante
que los lleva conforme a la ley.

-Los libros llevados por comerciantes con arreglo a lo dispuesto


en el artículo 31 del Código de Comercio, hacen fe en las causas
mercantiles que los comerciantes llevan entre sí.
Consecuencias que tiene el no llevar la contabilidad en forma
fidedigna.

- En la regulación de la Quiebra anterior a la dictación de la ley 20.720


(que hoy denomina a la antigua quiebra “proceso concursal de
liquidación), la omisión de llevar libros o inventarios permitían presumir
fraudulenta la quiebra del comerciante que era obligado a llevarla, lo
cual también ocurría si llevando tales libros e inventarios lo hacía sin la
regularidad exigida por la ley de modo que no manifestare la verdadera
situación de su activo y pasivo (n° 9 del artículo 219 de la Ley 18.175).
Además, la circunstancia de ocultar o inutilizar sus libros, documentos
y otros antecedentes, permitían presumir la culpabilidad del fallido
respecto de su quiebra (n° 7 del artículo 220 de la Ley 18.175).
Actualmente, y por la derogación de la ley 18.175, desde la entrada en
vigencia de la ley 20.720 (año 2014), ya no existen las categorías de ”quiebra
culpable” o “quiebra fraudulenta”. No obstante, la ley 20.720 sí incorporó en el
Código Penal un listado de “delitos concursales”, entre los cuales resulta
pertinente en este punto citar el art. 463 ter:
“Será castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo a medio el
deudor que realizare alguna de las siguientes conductas:

1º Si durante el procedimiento concursal de reorganización o liquidación,


proporcionare al veedor o liquidador, en su caso, o a sus acreedores,
información o antecedentes falsos o incompletos, en términos que no
reflejen la verdadera situación de su activo o pasivo.

2º Si no hubiese llevado o conservado los libros de contabilidad y sus


respaldos exigidos por la ley que deben ser puestos a disposición del
liquidador una vez dictada la resolución de liquidación, o si hubiese
ocultado, inutilizado, destruido o falseado en términos que no reflejen la
situación verdadera de su activo y pasivo.”
- El comerciante que no lleva los libros conforme las exigencias reglamentarias
impuestas por el Director Nacional o el Director Regional y que no de cumplimiento a
las obligaciones señaladas en el plazo que al efecto señale el Servicio de Impuestos
Internos (nunca menos de 10 días), será sancionado con multa de 1 UTM a 1 UTA
(artículo 97 Nº 7 del Código Tributario).

- El comerciante que en su contabilidad omite asientos relativos a operaciones


gravadas, configura el ilícito del artículo 97 Nº 4 del Código Tributario (declaración
maliciosamente incompleta o falsa, sancionada con multa del 50% al 300% del tributo
eludido y presidio menor en sus grados medio a máximo).

- De acuerdo al artículo 21 inc. 2º del Código Tributario, el Servicio de Impuestos


Internos, que por principio no puede prescindir de los antecedentes presentados o
producidos por el contribuyente, podrá hacerlo cuando dichos antecedentes no sean
fidedignos. En tal caso, el Servicio, previos los trámites de la citación, liquidará el
impuesto, tasando la base imponible con los antecedentes que obren en su poder.
Negativa a exhibir los libros de contabilidad.

i. En materia Comercial: Si la exhibición fue ordenada en un juicio con otro


comerciante, será juzgado por los asientos de su colitigante que los
lleve en forma y en tal caso no se le admite prueba en contra. Por ello
dispone el artículo 33 del Código: “el comerciante que oculte alguno de
sus libros, siéndole ordenada la exhibición, será juzgado por los asientos
de los libros de su colitigante que estuvieren arreglados (al artículo 31),
sin admitírsele prueba en contrario.”

ii. En materia Tributaria: Si la exhibición fue ordenada por el Servicio de


Impuestos Internos, la negativa a ella se sanciona con multa de 1 UTM
a 1 UTA (artículo 97 Nº 6 del Código Tributario).
Pérdida de los libros de contabilidad (art. 97 Nº 16, C.T).

La pérdida o inutilización de los libros o documentos que sirvan para acreditar


las anotaciones contables o que estén relacionados con actividades afectas a
cualquier impuesto, se sancionan con multa, salvo que está sea calificada de
fortuita por el Director Regional, y el contribuyente cumpla con los requisitos
siguientes:

- De aviso al S.I.I. en el plazo de 10 días siguientes al hecho.

- Reconstituya la contabilidad dentro del plazo y conforme las normas que


fije el Servicio, plazo que no puede ser inferior a 30 días.
Libros de Contabilidad como Medio Probatorio:

Como someramente hemos visto, los libros de contabilidad pueden hacerse


valer en juicio como medio de prueba; según el artículo 35 del Código de
Comercio, para ser admitidos en juicio y hacer fe en el pleito deben reunir
necesariamente los requisitos que señala:

i. Que se trate de un juicio entre comerciantes.

iii. Que se trate de una causa mercantil. Es decir en que la legislación de


fondo aplicable sea la ley comercial. Ahora, si se trata de un acto mixto o de
doble carácter el comerciante no puede hacer valer sus libros para probar su
pretensión, pues se entiende que la causa de comercio debe serlo respecto
de ambas partes.
iii. Solo tienen carácter de prueba aquellos que son llevados con las formas
prescritas por la ley.

Es importante hacer presente una característica particular de los libros de


contabilidad como medio probatorio, cual es que éstos libros cuando son
llevados en forma, hacen prueba tanto en favor como en contra de quien los
presenta, con lo cual se presenta una excepción a los principios generales
relativos al valor de los instrumentos privados de carácter doméstico toda vez
que éstos de acuerdo al artículo 1704 del Código Civil solo hacen prueba en
contra de quien los ha escrito o firmado y, en la especie, de seguirse tal
criterio solo harían prueba en contra de quien los presenta, mas no en contra
de la otra parte (artículos 38 y 39).
Valor comparativo de los libros de contabilidad.

i. Cuando ambos comerciantes presentan libros en forma. Si ambos


libros están de acuerdo se produce plena prueba. Si existe
desacuerdo entre ellos, ambos se neutralizan y se estará a otras
pruebas del proceso (artículo 36).

ii. Cuando solo uno lleva libros en forma y los presenta. Se estará a
lo que se desprenda de éstos libros para decidir la contienda,
salvo que se presente prueba en contra del contenido del libro
(artículo 34).
Valor probatorio.

Los libros llevados en forma y presentados en juicio, hacen fe en favor y en contra de


quien los presenta teniendo un tratamiento similar a la confesión toda vez que quien
los lleva no puede rendir prueba en contra de lo que en ellos conste, como tampoco
el contendor puede dividir en su beneficio el contenido de los mismos (arts. 38 y 39).
Los libros que no han sido llevados en forma y que sean presentados en juicio, no
hacen fe en el pleito pues no reúnen los requisitos del artículo 35, por consiguiente,
se prescinde de ellos recurriéndose a los del otro litigante (arts. 34 y 35).

Admisibilidad de los Libros Auxiliares.

La regla general es que estos no sean admitidos en juicio, salvo que los obligatorios
se hubieren perdido por su dueño sin culpa de éste (artículo 40).
Secreto de la contabilidad.

En virtud de constituir la contabilidad, como dice una metáfora, el espejo que refleja el
alma del comerciante, el secreto de su contenido conforma la regla general,
estableciéndose además un principio: “se prohíbe hacer pesquisas de oficio para
inquirir si los comerciantes tienen o no libros, o si están o no arreglados a las
prescripciones de este Código” (artículo 41 del Código de Comercio). Sin embargo,
por excepción se autoriza su conocimiento, el cual podrá ser total o parcial. En efecto,
los casos que conforman la excepción son:

i. Exhibición Total: Los tribunales pueden ordenar el examen total de la contabilidad


del comerciante, sólo en los casos de sucesión universal, en que los herederos
pueden pedir la exhibición total de la contabilidad; la comunidad de bienes, en que el
tribunal puede ordenar la exhibición total solo en favor de los codueños; liquidación
de las sociedades legales o convencionales y procedimiento concursal de liquidación
(ex quiebra) (art. 43, Código de Comercio).
ii. Exhibición parcial: Los tribunales pueden ordenar el examen parcial de la
contabilidad del comerciante, de oficio o a requerimiento de parte, pero con
las condiciones siguientes:

a) El examen debe verificarse en el lugar donde los libros se llevan, en


presencia del dueño o de la persona comisionada al efecto, y

b) Debe limitarse a los asientos que tengan una relación necesaria con la
cuestión que se agitare y a la inspección precisa para establecer que
los libros han sido llevados con la regularidad requerida.

iii. Situación Especial Tributaria: El Servicio de Impuestos Internos, por


expresa disposición legal se encuentra facultado para examinar
inventarios, balances, libros de contabilidad, hojas sueltas o sistemas
tecnológicos que se hayan autorizado o exigido y documentos del
contribuyente, con el objeto de verificar la exactitud de las declaraciones o
de obtener información (art. 60, C.T.).
4. Obligación de pagar patente municipal (art. 23, DL 3063).

Por disposición de la Ley de Rentas Municipales, toda persona natural o jurídica que
desarrolle una actividad lucrativa dentro de la comuna, está sujeto a una contribución
de patente municipal. Dicha prestación resulta ser un gravamen tributario, cuyo sujeto
activo es la municipalidad y el deudor el contribuyente. Desde esta perspectiva, la
patente no es de propiedad del contribuyente, pues no es un bien dentro de su
patrimonio, sino, que es una obligación tributaria nacida del hecho de haber incurrido
en una situación de hecho descrita por el legislador como hecho gravado con tributo,
cual es, desarrollar una actividad lucrativa dentro de una comuna.

En consecuencia, la patente no es transferible como si fuera un bien, sino que


traspasa la obligación a otro que, en el caso de la transferencia de un establecimiento
de comercio, se coloca en la situación de contribuyente por desarrollar una actividad
económica en la comuna. En este caso, es el adquirente quien debe hacer anotar
ante la municipalidad la transferencia de que se trata.
1. Generalidades.

Se denomina agentes de comercio a aquellas personas que efectúan,


en forma independiente, labores auxiliares de la actividad mercantil, y
cuyo objeto es dispensar la prestación de servicios en favor de otras
personas, generalmente comerciantes, teniendo ellos mismos la
calidad de comerciantes.

2. Características.

- Son independientes.
- Son comerciantes.
- Participan del mandato.
1. Concepto.

Personas dedicadas a dispensar su mediación asalariada a los comerciantes y


facilitarles la conclusión de sus negocios (artículo 48 Código de Comercio).

2. Elementos.

De la definición transcrita se puede colegir que se trata:

1º De una actividad; la cual se encuentra comprendida en el artículo 3 Nº 7 (agencias


de negocios) y N° 11 (corretajes) del Código de Comercio por lo cual se le califica
como acto de comercio.
2º Lo esencial de esta actividad es el elemento intermediación, pues el corredor se
"interpone" entre oferentes y demandantes, sirviéndoles de nexo, pero sin
confundirse con ellos ni asumir obligaciones, responsabilidad o interés en los actos
que aquellos realicen.
3º La intermediación que se presta exige una contraprestación pecuniaria, la cual
normalmente soportan ambas partes en partes iguales y que se denomina comisión.
4º Los destinatarios de los servicios del corredor son los comerciantes, pues a ellos
va dirigida su actividad, pero esto no es excluyente y bastará que una sola de las
partes contactadas lo sea para cumplir el requisito.
5º El objeto del corretaje es facilitar la conclusión de los negocios de los
comerciantes.

3. Características.

- Respecto del corredor siempre es un acto de comercio, en cuanto se adecue a la


definición legal, mientras que para las partes será civil o comercial según la
naturaleza del acto.
- El corredor no es parte en el acto que ayuda a concluir.
- Es asalariado.
4. Clasificación.

Los corredores se clasifican en:

Públicos: Los que son designados por un acto de la autoridad competente, cual es el
Presidente de la República, a propuesta de los juzgados de comercio.

Privados: Los que carecen del requisito antes señalado. Hasta la fecha solo existen de este
tipo, pues resulta inoficioso para realizar la actividad obtener la designación como corredor
público (debido al contenido del art. 80 del Código de Comercio).

5. Prohibiciones para ser corredor (art. 55. C. de C.).


No pueden ser corredores:
1°. Los que tienen prohibición de comerciar;
2°. Los menores de veintiún años;
3°. Los que han sido destituidos de este cargo;
4°. Los que hubieren sido condenados a pena aflictiva o infamante.
6. Prohibición en cuanto al ejercicio de actividades.

No pueden ejecutar operaciones de comercio por su cuenta o tomar interés en ellas,


bajo nombre propio o ajeno, directa o indirectamente.
Tampoco pueden desempeñar en el comercio el oficio de cajero, tenedor de libros o
dependiente, cualquiera que sea la denominación que llevaren (artículo 57 Código de
Comercio.)

Nada se dice respecto a actuar como comisionista, esto es actuar por cuenta ajena,
lo cual se permite por el artículo 75 inciso 2º.

7. Responsabilidad del Corredor.

Los corredores no están obligados a cumplir los contratos celebrados por su


mediación ni a garantizar la solvencia de sus clientes, salvas las excepciones
establecidas en el Código. Estas excepciones son:
1º Los corredores encargados de comprar o vender efectos públicos (Corredores de
Valores): quedan personalmente obligados a pagar el precio de compra o hacer
entrega de los efectos vendidos.

Esta excepción se explica por que se refiere al caso en que los corredores actúan
como comisionistas para comprar o vender, es decir obran como mandatario en la
ejecución del encargo. Se entiende por efectos públicos los que señala el artículo 68:

- Títulos de crédito emitidos por el Estado con el carácter de negociables.

- Los de establecimientos públicos y privados autorizados para crearlos y hacerlos


circular.

- Los emitidos por Estados extranjeros siempre que su negociación no sea


prohibida.
2º El corredor de valores es responsable de la autenticidad de la última firma de los
documentos que negociare (art. 71, C. de C., art. 34, Ley 18.045). Salvo que, los
interesados contraten directamente y el corredor participe solo como intermediario.

3º El que ha empleado a un corredor para vender o comprar efectos públicos solo


tiene acción contra el corredor. Esto porque el corredor en estos casos se
desempeña como mandatario.

8. Facultades del Corredor.

El corredor naturalmente, no es parte en los actos que se celebran y por tanto es un


tercero que no tiene acción para reclamar el cumplimiento de los actos. Por lo tanto
no puede demandar el pago de las mercaderías vendidas por su intermedio, ni
reivindicarlas por falta de pago. Sin embargo cuando actúa como comisionista queda
sujeto a todas las obligaciones y podrá ejecutar todos los derechos que nazcan del
contrato.
Son mandatarios mercantiles encargados de la ejecución de una o más
operaciones mercantiles determinadas.

Su regulación se encuentra establecida en el artículo 235 y ss. del Código


de Comercio y en ellas se distinguen distintos tipos de comisionistas
según sea la naturaleza de los actos encomendados, así encontramos:

a) Comisionistas para vender.


b) Comisionistas para comprar.
c) Comisionistas de transporte por tierra, lagos, ríos y canales
navegables.
d) Comisionistas para ejecutar operaciones de banco.
BIBILIOGRAFIA

- SANDOVAL LOPEZ, Ricardo (2015) Derecho Comercial, Tomo I,


Editorial Jurídica de Chile, Santiago, Chile.

- DIAZ LOAYZA, Alex (2004) Derecho Comercial I. Lecciones


Elementales, Universidad Central de Chile, Santiago, Chile

- CONTRERAS STRAUCH, Osvaldo (2016) Instituciones de Derecho


Comercial, Editorial Thomson Reuters, Santiago, Chile.

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