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EL BURRO Y SUS AMOS EL CABALLO Y EL BURRO

Esta es la vez de un burro que, cansado de que su amo le diera más trabajo que alimento, Un largo tramo habían recorrido el caballo y el burro, cuando este último sintió sus piernas
decidió recurrir a la compasión del mismísimo Zeus para que le librara de semejante castigo y le flaquear ante tanto esfuerzo.
diera otro amo. “Por favor, toma mi carga. Estoy muy cansado y siento que puedo morir”. Pero el caballo no le
A pesar de las advertencias de Zeus, el burro se sintió aliviado cuando fue vendido a un leñador. hizo caso y continuó la marcha sin percances. De repente, el burro cayó moribundo en la tierra,
Sin embargo, la suerte del animal empeoró esta vez, y una tarde, agotado de llevar tanta leña, le y el amo no tuvo otro remedio entonces que echar encima del caballo no sólo la carga del burro,
rogó a Zeus que nuevamente le cambiara de amo. sino también su piel.
El dios accedió una vez más a los caprichos del burro, no sin antes advertirle que esta sería la “¡Vaya destino tan fatal el que me ha tocado! No he querido ayudar al burro y ahora debo llevar
última vez. Desafortunadamente, el burro fue vendido entonces a un curtidor, y con el gran su carga y su piel”.
agobio que provoca la necedad, el animal concluyó finalmente: Moraleja: Si no ayudamos de buena fe a los que nos rodean, tarde o temprano acabaremos en
“No debería haber abandonado a mis amos anteriores, pues cada vez he corrido con peor peor desgracia.
destino. Ahora para colmo, cuando muera, mi dueño usará mi piel, y así le seguiré siendo de
utilidad aun cuando no sea más que un cadáver”.
Moraleja: Solo cuando perdemos las cosas, notamos su verdadero valor.

LA CABRA Y EL BURRO EL MOLINERO, EL HIJO Y EL ASNO


En un establo comían con sosiego un burro y una cabra, pero esta última sintió envidia de su Un molinero y su hijo caminaban juntos en compañía de su única posesión: un burro. Al pasar
compañero al verle tan bien alimentado y no pudo evitar decirle: junto a un río, las mujeres que lavaban en el agua comentaron entre risas.
“No sé cómo puedes vivir con tanto martirio. Trasladas cargas pesadas de un lado a otro sin “Mira qué tontos. Tienen un asno y caminan junto a él en vez de usarlo”.
descanso y no paras nunca hasta morirte. Mejor déjate caer en un barranco y cuando el amo te Entonces, el molinero decidió subir a su hijo al lomo del burro, pero tiempo después pasaron
vea te dejará reposar tranquilo por unos días”. cerca de una posada y el posadero exclamó: “¡Qué barbaridad! Ese pobre anciano caminando, y
El burro, sin percibir un ápice de maldad en aquellas palabras, decidió caerse por un barranco su hijo tan lozano descansando sobre el burro”.
como le había indicado la cabra. Al tiempo, arribó el dueño y trajo al veterinario. “Debemos No tardó mucho el muchacho en bajarse del burro y subir a su padre, pero al toparse con un
salvarlo cuanto antes. Tráigame un pulmón de cabra para prepararle una infusión”. Y así fue caminante, este profirió indignado: “¡Lo que hay que ver en este mundo! El tonto del chico
cómo la cabra dio su vida por terminada. camina junto al burro, en lugar de sentarse junto a su padre y disfrutar de igual descanso”.
Moraleja: Todo mal que se engendra regresa con igual o peores consecuencias. Ante aquellas palabras, el muchacho se subió en el burro con su padre y no caminaron por
mucho tiempo cuando pasaron junto a un convento. Las monjas, al verlos, no pudieron más que
decir: “¡Qué aprovechados! Mira que explotar a tan noble animal con el peso de los dos. ¿No les
EL BURRO Y SU SOMBRA parece abusivos?”.
Una tarde, un viajero alquiló un asno a su dueño para trasladarse a un lugar lejano. El calor Sin saber qué hacer, el molinero y el hijo decidieron finalmente llevar al burro cargado sobre sus
arreciaba fuertemente, y tras un tiempo de caminata, los dos hombres decidieron tumbarse a hombros.
descansar a la sombra del burro. Moraleja: Quien se deja llevar por las opiniones de los demás, termina sin la suya propia.
Sin embargo, como la sombra solo daba cobijo para una persona, el viajero alegó que le
correspondía tal privilegio, pues al alquilar al burro, también había alquilado su sombra. El
dueño del animal, refutó aquel planteamiento, y como no lograban entenderse, ambos
desdichados terminaron discutiendo con los puños, con lo que el burro asustado decidió huir a
todo galope de aquel lugar.
Moraleja: Las acciones egoístas siempre guardan un alto riesgo de echarlo todo a perder.
EL LEÓN Y EL BURRO EL BURRO JUGUETÓN
Un burro decidió aliarse con el león para cazar animales en la selva. Con la fuerza del león y las No paraba el burro inquieto y juguetón de saltar y saltar entre los tejados de la ciudad, cuando
poderosas coces del burro, no tardó mucho para que ambos animales lograran reunir una de repente rajó un techo de madera. El dueño de la casa, furioso, salió en busca de la bestia y lo
enorme pila de trofeos. Entonces, el león dividió la recompensa en tres partes y le dijo al burro. sometió a un duro castigo.
“Como soy el rey de la selva me corresponde la primera parte, como soy más fuerte que tú me “¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Acaso el mono no lo ha hecho también antes que yo y
quedo además con la segunda, y también la tercera si no quieres terminar como todas estas todos han aplaudido al verle?”
presas”. Moraleja: Enfócate en tus dones y no trates de imitar los de otros.
Moraleja: En todas nuestras empresas, debemos asociarnos con personas que no sobrepasen
nuestro poder.
EL BURRO Y EL VIEJO PASTOR EL BURRO Y LOS SALTAMONTES
Un viejo pastor andaba por el campo con su burro, cuando de repente escuchó a lo lejos una Quedó el burro perdidamente enamorado del cantar del saltamontes. Cada mañana se acercaba
banda de ladrones que se acercaban. Alarmado y sin saber qué hacer, el pastor decidió subirse al riachuelo para oír al diminuto animal entonar hermosas melodías, hasta que un buen día
al burro para juntos huir de aquel lugar hasta que estuviesen a salvo. decidió preguntarle qué comía para interpretar aquellas canciones.
“¿De qué me serviría huir? ¿Acaso los captores me colocarán otra silla en mi lomo?”, dijo el “Solamente rocío”, dijo el saltamontes y el burro decidió que desde ese día, viviría de rocío y
burro sin moverse del lugar. “Probablemente no”, contestó el anciano. nada más. Como es de esperar, poco fue el tiempo que tuvo que pasar para que el burro
“Entonces, no veo razón alguna para salir huyendo. Poco me preocupa a quien he de llevar muriera.
encima”. Moraleja: No imites a los demás ni sigas consejos vanos si ello merece sacrificar tus
Moraleja: Un cambio que favorece o afecta a pocos, no es un cambio. capacidades.

EL LEÓN Y EL BURRO EL BURRO JUGUETÓN


Un burro decidió aliarse con el león para cazar animales en la selva. Con la fuerza del león y las No paraba el burro inquieto y juguetón de saltar y saltar entre los tejados de la ciudad, cuando
poderosas coces del burro, no tardó mucho para que ambos animales lograran reunir una de repente rajó un techo de madera. El dueño de la casa, furioso, salió en busca de la bestia y lo
enorme pila de trofeos. Entonces, el león dividió la recompensa en tres partes y le dijo al burro. sometió a un duro castigo.
“Como soy el rey de la selva me corresponde la primera parte, como soy más fuerte que tú me “¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Acaso el mono no lo ha hecho también antes que yo y
quedo además con la segunda, y también la tercera si no quieres terminar como todas estas todos han aplaudido al verle?”
presas”. Moraleja: Enfócate en tus dones y no trates de imitar los de otros.
Moraleja: En todas nuestras empresas, debemos asociarnos con personas que no sobrepasen
nuestro poder.
EL BURRO Y EL VIEJO PASTOR EL BURRO Y LOS SALTAMONTES
Un viejo pastor andaba por el campo con su burro, cuando de repente escuchó a lo lejos una Quedó el burro perdidamente enamorado del cantar del saltamontes. Cada mañana se acercaba
banda de ladrones que se acercaban. Alarmado y sin saber qué hacer, el pastor decidió subirse al riachuelo para oír al diminuto animal entonar hermosas melodías, hasta que un buen día
al burro para juntos huir de aquel lugar hasta que estuviesen a salvo. decidió preguntarle qué comía para interpretar aquellas canciones.
“¿De qué me serviría huir? ¿Acaso los captores me colocarán otra silla en mi lomo?”, dijo el “Solamente rocío”, dijo el saltamontes y el burro decidió que desde ese día, viviría de rocío y
burro sin moverse del lugar. “Probablemente no”, contestó el anciano. nada más. Como es de esperar, poco fue el tiempo que tuvo que pasar para que el burro
“Entonces, no veo razón alguna para salir huyendo. Poco me preocupa a quien he de llevar muriera.
encima”. Moraleja: No imites a los demás ni sigas consejos vanos si ello merece sacrificar tus
Moraleja: Un cambio que favorece o afecta a pocos, no es un cambio. capacidades.

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