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Flores Carlos - Entre La Antropologia y El Documental. Revista Valenciana de Etnologia 4 Completa PDF
Flores Carlos - Entre La Antropologia y El Documental. Revista Valenciana de Etnologia 4 Completa PDF
Núm. 4 · 2008
València
Museu Valencià d’Etnologia
Diputació de València
C/ Corona, 36. 46003 València
Tel: 963 883 559
2 Editorial
Edita
MUSEU VALENCIÀ D’ETNOLOGIA
Direcció
DOSSIER: ANTROPOLOGIA VISUAL
ROBERT MARTÍNEZ CANET
Consell de Redacció
5 ¿Fotografía antropológica o antropologizada?
ADRIÀ BESÓ ROS De la fototeca del Museo del Hombre a la iconoteca del
(Museu Comarcal de l’Horta Sud Josep Ferrís Museo du Quai Branly
March, Torrent) HASÁN LÓPEZ SANZ
ROSER CABRERA GONZÁLEZ
(Institut Historiador Chabàs, Dènia)
17 ¿Qué es la etnofotografía?
JOSÉ Mª CANDELA GUILLÉN
(Museu Valencià d’Etnologia)
Introducción a la entrevista con Pierre Verger
JORGE CRUZ OROZCO EMANUEL GARRIGUES
(Museu Valencià d’Etnologia)
RAQUEL FERRERO I GANDIA 37 Figuras de la alteridad. La mujer pilosa, entre la enferme-
(Museu Valencià d’Etnologia) dad y el espectáculo
JOAN SEGUÍ PILAR PEDRAZA
(Museu Valencià d’Etnologia)
revistavalencianad’etnologia 3
dossier
ANTROPOLOGIA VISUAL
¿FOTOGRAFÍA ANTROPOLÓGICA O
ANTROPOLOGIZADA?
DE LA FOTOTECA DEL MUSEO DEL HOMBRE A
LA ICONOTECA DEL MUSEO DU QUAI BRANLY
HASÁN LÓPEZ SANZ*
La fotografía y la antropología como ciencia reconocida nacieron a mediados del siglo XIX, siendo ya habi-
tual la utilización de la fotografía como herramienta metodológica para el conocimiento de la alteridad
exótica. Es en los años treinta del siglo XX, con las expediciones que fundaron la etnología francesa, cuan-
do el interés de destacados antropólogos hizo surgir en los museos etnográficos departamentos especiali-
zados en el tratamiento de imágenes, que en su periplo archivístico adquirían así carácter antropológico.
Palabras clave: fotografía, antropología, Museo del Hombre, Museo Quai Branly, archivo.
* Universitat de València. Hassan.lopez@uv.es 1 Las colecciones etnológico / etnográficas del Museo del Hombre se han traslada-
do al nuevo Museo du Quai Branly, inaugurado en el año 2004.
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manipulación de investigadores y curiosos que Auguste Bisson o Charles Guillain desarrollaron tra-
pasaban por la fototeca del Museo. bajos similares al de Henri Thiesson en otras partes
La creación de la fototeca del Museo del del mundo. En los daguerrotipos realizados por
Hombre data del año 1938 y se inserta en un proce- Charles Guillain en la costa oriental africana las
so histórico ligado al Museo de etnografía del tomas frontales donde los individuos representados
Trocadero. Fundado en el año 1878 con ocasión de aparecen ataviados con sus atuendos característicos
la Exposición Universal de París, el Museo de etno- contrastan con alguna otra imagen donde el sujeto
grafía del Trocadero había recogido las colecciones autóctono aparece vestido con indumentaria euro-
fotográficas del Laboratorio de Antropología del pea. En todos los casos se reproducen los cánones
Museo Nacional de Historia Natural. Las primeras de representación de la retratística clásica.
tomas fotográficas que recibió, concretamente Evidentemente, desde los años cuarenta del
daguerrotipos, databan del año 1841, sólo dos años siglo XIX hasta la fundación del Museo de etnogra-
después de que François Arago presentase algunos fía del Trocadero los procedimientos fotográficos
daguerrotipos ante la Academia de las Ciencias de sobre papel evolucionaron enormemente amplian-
París, e hiciese público su procedimiento, unos do las posibilidades prácticas de la fotografía. Pero
meses más tarde, ante la misma Academia de las el discurso antropológico también evolucionó, dedi-
Ciencias conjuntamente con la de Bellas Artes. De la cando una de sus parcelas de reflexión al debate
época del Laboratorio de Antropología los daguerro- sobre la instrumentalización de la fotografía en el
tipos más difundidos por su calidad técnica y estéti- campo de la antropología comparativa. En esta
ca han sido los de los indios Botocudos de Henri línea de desarrollo se situó el trabajo de Léon de
Thiesson, realizados en el año 1844. En ellos los indi- Cessac, quien en el año 1878 y previo acuerdo de
viduos representados, un hombre y una mujer por que la documentación recopilada iría a parar al
separado, aparecen sentados, con las extremidades Museo de etnografía del Trocadero, participó en
superiores y el torso desnudo, desposeídos de toda una de las primeras expediciones etnográficas sub-
individualidad aunque sin llegar a la crudeza de la vencionadas por el Ministerio de Instrucción Pública
mirada del antropólogo físico, tan en boga en déca- francés. En su viaje, Léon de Cessac hizo algunas
das posteriores . En el caso del varón, llama la aten-
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fotografías de Indios de California. En sus fotogra-
ción el leve desvío de su cuerpo del plano frontal de fías antropométricas aplicó un sistema de medición
la cámara, inclinación que posiblemente tenga que posibilitaba los estudios comparativos. El siste-
como propósito resaltar la expansión que lleva el ma consistía en un listón convertido en cinta métri-
indio en la oreja. Otros fotógrafos como Louis- ca colocado al lado del nativo que servía para deter-
2 Durante la segunda mitad del siglo XIX, y una parte importante del XX, se desarrollaron las técnicas de realización de fotogra-
fías antropométricas y raciológicas. Las imágenes solían representar a los sujetos completamente desnudos de frente y de perfil.
Desde el punto de vista compositivo las fotografías de animales tomadas por los naturalistas solían ser similares a las anteriores.
La mirada inquisidora y clasificatoria se ponía de manifiesto en ambos casos.
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minar el tamaño del cuerpo y la proporción de sus El Museo de etnografía del Trocadero continuó
miembros. Este tipo de representaciones se combi- recibiendo documentación fotográfica de origen
nan con otras donde los figurantes posan con su muy diverso: etnógrafos, viajeros, misioneros,
arco en un entorno recreado en lo que parece ser agentes coloniales, etc. Con el transcurso de los
un estudio fotográfico. Pero Léon de Cessac no fue años, la cantidad de imágenes que llegaban al
sólo fotógrafo sino también coleccionista. Imá- museo se multiplicó de forma exponencial. En el
genes de Nueva Guinea, Siria, Turquía, Egipto, año 1928 Paul Rivet recogió el testigo de Rene
Argelia, Japón, ofrecen representaciones diversas y Verneau asumiendo, secundado por Georges-Henri
en ocasiones muy distantes unas de otras en cuan- Rivière, la dirección del Museo. Aceptar tal cargo
to a su contenido. En lo que parece un afán por implicaba responsabilizarse de llevar a cabo la
reunir tipologías humanas, ciencia, exotismo y ero- ardua tarea de reordenar un museo que se encon-
tismo se entremezclan en su colección. Al misterio traba en un estado de relativo abandono. Los obje-
de la mujer árabe, en ocasiones velada dejando tos se acumulaban en las salas y depósitos sin reci-
entrever sus ojos detrás de la tela que la cubre, se bir tratamiento alguno, ni desde el punto de vista
suman otras representaciones, algunas de ellas car- museográfico ni desde el de su conservación. Con
gadas de erotismo. Una de las más llamativas es la las fotografías sucedía lo mismo. En ambos casos,
fotografía de una mujer japonesa con el torso des- las colecciones quedaban relegadas principalmente
nudo. Hasta aquí nada fuera de lo normal, ya que a objetos de curiosidad. En la década de los treinta,
la fotografía antropométrica solía despojar de sus en el mismo momento en que se realizaron las prin-
ropajes a quien fotografiaba para que sus rasgos cipales expediciones de colecta de objetos y docu-
físicos se viesen mejor. Además, la mirada fija e mentos de la etnografía académica francesa, los
inexpresiva de la joven, responde a uno de los prin- integrantes del Museo de etnografía del Trocadero
cipios defendidos y difundidos por numerosos apoyados por el Institut d’ethnologie de París, tra-
antropólogos que solicitaban fotografías para uso taron de levantar y hacer funcionar un verdadero
científico a los viajeros. Pero de inmediato, uno se museo de etnografía, dotado de todos los recursos
da cuenta de que el tipo de representación es dife- necesarios, potenciando los cuatro ámbitos de
rente del resto en algunos detalles. El primero, la actuación exigibles a un museo: conservación,
posición de las manos. No están posadas sobre las investigación, exposición y difusión. La consolida-
piernas o cogidas en la región del bajo vientre como ción definitiva del proyecto de Rivet en 1937 llevó
suele ser habitual en este tipo de fotografías, sino al cambio de nombre de la institución que pasó a
cruzadas en el pecho dejando sobresalir uno de los llamarse Museo del Hombre. En 1938, Jacques
senos por encima de la muñeca. El segundo, el Soustelle, etnólogo y fotógrafo que había participa-
pelo. La melena de la joven cae sobre sus hombros do en una de las primeras misiones etnográficas en
de un modo que interfiere en la percepción nítida Latinoamérica impulsadas por el Museo de etno-
del sujeto. grafía del Trocadero, pasó a hacerse cargo de su
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dirección. Ese mismo año, con el propósito de dar ta. La euforia alcanzó incluso a algunos antropólo-
respuesta al problema del material fotográfico gos del periodo fundacional (casi 100 años después
depositado en el museo, se creó la Fototeca. En su de que Arago hiciese público su manifiesto), quie-
origen la finalidad de la Fototeca fue abastecer de nes a pesar de ver cómo las imágenes oscilaban
documentación fotográfica a los etnólogos para tanto por lo que mostraban cuanto por cómo se
que pudiesen realizar sus investigaciones y habían hecho, seguían creyendo en su carácter
emplearlas en sus publicaciones. Sin embargo, objetivo. Este fue el caso de Marcel Griaule. Sin
cuando se formó la Fototeca la procedencia diversa duda alguna, su colección de fotografías es hoy en
de las imágenes y los tipos de representaciones que día una de las más importantes de la iconoteca del
ofrecían no parecieron llamar la atención de los actual Museo du Quai Branly. De formación militar
encargados del servicio, entre quienes se encontra- y africanista, desarrolló la totalidad de sus trabajos
ba Thérèse Rivière, hermana de Georges-Henri etnográficos y etnológicos en el seno del Museo de
Rivière, responsable del Departamento del África etnografía del Trocadero y posteriormente en el
Blanca y Levante del Museo de etnografía del Museo del Hombre. La primera expedición etnográ-
Trocadero y fotógrafa reconocida por su trabajo en fica que dirigió fue en los años 1928 y 1929 en
Argelia. Ello hizo que todas las fotografías recibie- Abisinia. Hasta su muerte en el año 1956, el etnó-
sen el mismo tratamiento tanto desde el punto de logo francés dirigió más de 15 expediciones etno-
vista documental como desde el de su cataloga- gráficas, cinco de ellas antes de la Segunda Guerra
ción. El realismo fotográfico equiparaba las imáge- Mundial: Misión Abisinia (1928-1929), Misión
nes dotándolas de sentido y el mero hecho de Dakar-Djibouti (1931-1933), Misión Sahara-Soudan
pasar a formar parte de un archivo fotográfico per- (1935), Misión Sahara-Camerún (1936-1937),
teneciente a un museo de antropología las conver- Misión Niger-Lago Iro, también conocida como
tía en documentos susceptibles de ser utilizados Misión Griaule-Lebaudy (1938-1939), y más de
para la investigación y la difusión del saber. doce después, centradas en el territorio de los
Esta fue la conclusión a la que llegaron dogon, contando con numerosos colaboradores, y
Christine Barthe y Anne Laure Pierre, ambas piezas con una duración media de dos meses cada una.
clave en la reorganización de las imágenes de la James Clifford en su artículo “Poder y diálogo. La
fototeca del Museo del Hombre. Hasta entonces, la iniciación de Marcel Griaule”(Clifford, 1995), divide
fototeca del Museo del Hombre tuvo que cargar el trabajo del etnólogo francés en dos etapas: una
con el lastre del discurso de François Arago. En el etapa documental y otra iniciática. La etapa docu-
año 1839, Arago fue el primero en defender las mental abarca desde el año 1928 hasta la Segunda
ventajas de la fotografía y su importancia en el Guerra Mundial. En ella, la labor principal de Marcel
campo de las ciencias. En un contexto marcado por Griaule y su equipo se centró en la recolección de
el positivismo y la fe en el desarrollo tecnológico, objetos, la realización de tomas fotográficas y la
teóricos y fotógrafos se apuntaron a la moda realis- recopilación de documentación etnográfica. En el
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fondo de su gesta subyacía un proyecto museográ- se puede ver cuando se conoce la totalidad de las
fico cuyo propósito era rellenar las lagunas existen- fotografías así como los documentos generados
tes en aquel momento de las colecciones africanas alrededor de las mismas -cuadernos fotográficos,
del Museo de etnografía del Trocadero. Después de manuales de instrucciones donde se especifica el
la Segunda Guerra Mundial, y más concretamente a modo como deben de realizarse las fotografías,
partir de 1948, la metodología de trabajo emplea- fichas de campo con referencias a las imágenes,
da por Marcel Griaule cambió por completo dando etc.-, la práctica fotográfica responde a unos princi-
paso a la etapa iniciática. En ella, Marcel Griaule fue pios bien definidos. Algunos de ellos se encuentran
supuestamente iniciado por el viejo cazador dogon recogidos en un texto escrito por Marcel Griaule y
Ogotemêli, quien le hará descubrir la riqueza cultu- Michel Leiris, éste último secretario archivista de la
ral de un pueblo cuyos habitantes viven según una Misión, titulado Instructions sommaires pour les
cosmogonía, una metafísica y una religión que les collecteurs d’objets ethnographiques [Instrucciones
sitúa a la altura de los pueblos antiguos (Griaule, sumarias para los recolectores de objetos etnográfi-
2000: 10). cos]. Las Instrucciones tenían como objetivo propor-
Marcel Griaule y su equipo utilizaron la fotogra- cionar las directrices a los colonos y los trabajadores
fía como herramienta metodológica para el conoci- de las colonias sobre cómo debían recoger la docu-
miento de la alteridad exótica en los trabajos reali- mentación etnográfica para que pudiese ser útil a
zados antes de la Segunda Guerra Mundial: etapa los investigadores una vez trasladada a Francia. En
documental. Sin embargo, hay tres expediciones el panfleto se reconocía la importancia de la foto-
que pueden servir de ejemplos para mostrar los grafía como herramienta efectiva para la investiga-
principios epistemológicos a los que atendía su ción. Además, en las Instrucciones se veía reflejado
práctica fotográfica y que arrojarán luz sobre las el espíritu de Marcel Mauss cuando explicaba en sus
imágenes producidas en general por el etnólogo lecciones del Institut d’ethnologie el método foto-
francés y su equipo: Misión Dakar-Djibouti (1931- gráfico y la importancia del mismo. En resumen,
1933), Misión Sahara-Soudan (1935) y Misión tanto Marcel Mauss como Marcel Griaule daban
Sahara-Camerún (1936-1937). En cuanto a la can- importancia a la toma de imágenes tanto de las téc-
tidad de fotografías, la Misión Dakar-Djibouti fue la nicas de fabricación de utensilios como a las técni-
más fructífera. En las aproximadamente 6.000 foto- cas del cuerpo. Es decir, las fotografías tenían que
grafías realizadas mediante el empleo tanto de dar cuenta tanto del proceso de fabricación de los
cámaras de gran formato, que funcionaban con objetos como de su funcionamiento. Para ello,
placas de vidrio, como de cámaras Leica, se con- Marcel Griaule puso en práctica un método pers-
templa la existencia de un gran proyecto de recopi- pectivista en que varias cámaras fotográficas capta-
lación sistemática de documentos fotográficos. ban una misma acción desde diferentes puntos de
Dicho proyecto, puede dar la impresión de que vista. Incluso al final de su vida, Marcel Griaule
atiende a una lógica aleatoria. Sin embargo, como seguirá poniendo de ejemplo de situación ideal de
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trabajo la investigación realizada durante la misión aérea debía de ser auxiliar de la etnología puesto
Dakar-Djibouti sobre el funeral de un cazador que, gracias a ella el estudio de la adaptación de las
dogon. En él las cámaras se situaron en puntos dife- poblaciones al territorio en el que viven podría reali-
rentes de la plaza donde se celebraban las exequias, zarse con suma facilidad. Con “adaptación de las
de modo que, sin interferir unas con otras, cubrían poblaciones al territorio en el que viven” el etnólo-
el evento para su mejor comprensión. Además, la go francés se refería al estudio de cuestiones relacio-
creencia en el poder de la cámara y su capacidad de nadas con la cultura material como la forma de las
generar documentos fidedignos hizo que Marcel habitaciones, las vías de comunicación, la localiza-
Griaule no tuviese ningún tipo de reparo a la hora ción de los puntos de agua, los lugares de culto, los
de hacer reconstrucciones de acciones cotidianas mercados, etc. Sin embargo, no hay que olvidar que
para fotografiarlas. Asepsia en el proceso de reco- uno de los principios teóricos del funcionalismo de
lección de imágenes, distancia de los nativos que se raigambre maussiana defendía que los “hechos
convertían en presuntos figurantes de una escena sociales” eran el punto de partida para estudiar las
sin público, omisión de efectos artísticos y creencia formas de pensamiento.
en el poder de la imagen fotográfica, que combina- Pero, ¿qué sucedía con otro tipo de representa-
da con otro tipo de fuentes (testimonios orales, ciones fotográficas producidas y difundidas durante
fichas temáticas, etc.) se pensaba que podía contri- esa misma época, que atendían a principios prácti-
buir poderosamente a alcanzar la verdad. cos diferentes de los de Marcel Griaule y que, sin
En la Misión Sahara-Soudan (1935) y Sahara- embargo, pasaron también a formar parte de la
Camerún (1936-1937), así como en las misiones Fototeca del Museo del Hombre? Un ejemplo de
etnográficas posteriores a la Segunda Guerra ello lo encontramos en el trabajo fotográfico de
Mundial, Marcel Griaule utilizó un método innova- Pierre Verger depositado en el Museo. Su trayecto-
dor: la fotografía aérea. Los arqueólogos la habían ria como fotógrafo fue muy diferente de la de
utilizado en sus prospecciones, los militares para Marcel Griaule y su equipo. En el caso de Marcel
levantar mapas en vistas a elaborar estrategias de Griaule, la ausencia de referencias al origen de su
defensa y ataque y los geólogos, en ocasiones al ser- iniciación en la fotografía hace suponer que su ins-
vicio de la Administración Colonial, para la búsque- trucción estuvo dirigida a su aplicación al trabajo
da y detección de minerales y petróleo. Sin embar- etnográfico. Por el contrario, en el caso de Pierre
go, Marcel Griaule vio las posibilidades de la foto- Verger, su trayectoria como fotógrafo estuvo más
grafía aérea en el campo de la etnografía. En una ligada a los viajes errantes que a las expediciones
comunicación presentada el 17 de febrero de 1937 etnográficas. El resultado son más de 60.000 foto-
en el Instituto de Antropología titulada “L’emploi de grafías realizadas entre 1930 y 1980, dedicadas
la photographie aérienne et la recherche scientifi- principalmente a escenas de la vida cotidiana y
que”, [El uso de la fotografía aérea y la investigación retratos. Desde 1930 hasta 1945 Pierre Verger se
científica] Marcel Griaule defendió que la fotografía dedicó a viajar por todo el mundo rebelándose ante
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la opresión de una educación que pretendió hacer vindicó la no profesionalidad y la ausencia de pre-
de él un hombre de negocios como su padre. Entre tensiones científicas en sus trabajos fotográficos.
1930 y 1935 viajó a la Polinesia siguiendo los pasos Según el fotógrafo francés, su práctica fotográfica
del pintor Paul Gauguin. Poco después de volver estuvo ligada durante toda su trayectoria a la espon-
emprendería un viaje alrededor del mundo como taneidad, cobrando importancia el inconsciente y el
reportero del periódico Paris-Soir. En los años 1935 azar. Sin composición, la fotografía, en opinión de
y 1936 viajó por África del Norte y el África negra Verger, sumía sus raíces en el inconsciente. A dife-
fotografiando a los tuareg, shongai, bambara, rencia de Marcel Griaule, Verger no se ligaba, al
bobo, somba, etc. A diferencia de Marcel Griaule o menos a priori, a la geometría de la imagen, a la
Lévi-Strauss, su vínculo con el Museo de etnografía composición de las formas. La cámara fotográfica
del Trocadero fue algo más particular. En agosto de era para Verger un instrumento de la intuición. La
1934 Verger se presentó en el Museo para fotogra- mirada fotográfica de Verger se veía facilitada por el
fiar objetos con la intención de enriquecer un tipo de aparato que utilizaba; una cámara Roleiflex
álbum en proyecto sobre la Polinesia, realizado con- doble focal con el visor en la parte superior. Ello
juntamente con el escritor Marc Chadourne. Allí hacía que la mirada a través del objetivo no fuese
conoció a Georges-Henri Rivière y a Alfred Metraux visual sino ventral. El tipo de aparato permitía a
a quienes mostró sus fotografías. Algunas de las Verger conseguir uno de sus objetivos fundamenta-
tomas realizadas por el fotógrafo francés en la isla les cuando hacía fotografías: pasar desapercibido.
polinesia de Rapa-iti, llamada también la Pequeña En resumen, como afirma Jérôme Souty:
Isla de Pascua, sirvieron de complemento en una
exposición organizada por Alfred Metraux, ayudado “Verger defiende lo contrario de esas representa-
por el propio Verger, sobre la isla de Pascua. Esta ciones fotográficas y “científicas” del otro: ningún
última manifestación del Museo de etnografía del rastro de esa mirada fría, clasificadora y naturalis-
ta de la antropología de la época, que aleja al suje-
Trocadero, transformado a finales de 1937 en el
to de su esencia humana para reducirlo a su único
Museo del Hombre, fue aclamada por Rivière como
estatuto biológico o a su condición de “primitivo”.
la primera exposición etnológica didáctica. Por otro
Sus imágenes manifiestan al contrario una empa-
lado, Rivière prestó una ampliadora a Verger, quien
tía profunda hacia el sujeto fotografiado; los per-
devino colaborador voluntario del laboratorio foto-
sonajes fotografiados por Verger aparecen en su
gráfico del Museo (Souty, 2007:111-112).
singularidad individual e irreductible... y no como
En 1946 Pierre Verger llegará a Salvador de representantes impersonales de la cultura a la que
Bahía y descubrirá las culturas afro-brasileñas. La pertenecen; no hay una puesta en escena de una
chispa de la iniciación también le dará de lleno en un alteridad inaccesible...” (Souty, 2007:149).
momento muy similar al de Marcel Griaule, lo que
supondrá un abandono progresivo de la fotografía. Sin hacer Pierre Verger diferenciación alguna, el
Sin embargo, a lo largo de toda su vida, Verger rei- mismo tipo de representaciones fotográficas que
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enviaba al Museo de etnografía del Trocadero se servicio era conocida por investigadores de todo el
publicaron en revistas como Voila, una revista mundo. Además, numerosos especialistas interesa-
donde lo exótico cohabitaba con lo cotidiano y dos en dilucidar la relación entre antropología /
donde noticias como espectáculos étnicos, travesías sociología y fotografía habían dirigido sus reflexio-
automovilísticas y conspiraciones políticas con muer- nes hacia lo que hoy en día se conoce como etnofo-
tes incluidas, ocupaban las portadas. En ellas, la tografía o, si se quiere emplear un término más
manipulación y los fotomontajes estaban a la orden genérico, antropología visual. Evidentemente, los
del día. La tijera se ponía al servicio de la informa- problemas tratados dependían de la orientación
ción con fotomontajes que ofrecían imágenes sociológica o antropológica del investigador, pero
impresionistas y que llevaban al lector a la ensoña- entre las cuestiones abordadas podrían destacarse
ción. Una manipulación que iba más allá de las pro- las siguientes: el alcance y los límites de la fotogra-
pias imágenes y que afectaba al propio texto que fía como documento antropológico, la relación
servía para dirigir la mirada. Ya en el siglo XIX, las entre fotografía y legitimación del poder, el significa-
fotografías de Pierre Petit y Roland Bonaparte, fotó- do sociológico de la fotografía, la búsqueda de
grafos de los que una buena parte de sus imágenes estrategias de representación fotográfica válidas
se depositaron en la Fototeca del Museo del para la investigación, etc. Además del trabajo pione-
Hombre, fueron utilizadas en revistas ilustradas ro de Pierre Bourdieu (Bourdieu, 1965), los trabajos
como Le Journal Illustré, La Nature, Science et realizados al final de los años ochenta y principio de
Nature o La Science Illustrée, donde aparecían repro- los noventa por John Collier (Collier, 1986) y
ducidas en forma de grabados, en ocasiones mani- Elizabeth Edwards (Edwards, 1992) situaron a la
pulados (Benoît, Barthe, en Bancel, Blanchard, imagen fotográfica en el centro de la reflexión. En
Boëtsch, Deroo, 2004). ese contexto, los responsables de la reorganización
Los trabajos fotográficos de Marcel Griaule y de la Fototeca tuvieron que hacer frente al dilema de
Pierre Verger son un claro ejemplo de que las foto- respetar o no el sistema de clasificación fotográfica
grafías que llegaron al Museo de etnografía del anterior, teniendo en cuenta que éste no había cam-
Trocadero durante la etapa Rivet-Rivière atendían a biado desde 1938. Arrancar las imágenes de los car-
principios de representación fotográfica muy dife- tones a los que estaban pegadas y que contenía
rentes. El elenco lo podríamos ampliar con las foto- información relevante desde el punto de vista docu-
grafías de Raymond Decary, Alfred Metraux, Jacques mental (localización geográfica, etnia a la que perte-
Soustelle, Thérèse Rivière o Lévi-Strauss. necía el sujeto representado, etc.), era desposeerlas
de su historicidad. Sin embargo, mantenerlas sin
* más era difundir y perpetuar un discurso fundado en
el realismo fotográfico que, identificando la imagen
En el momento de la reordenación de la con el objeto real, acababa convirtiéndola en un
Fototeca del Museo del Hombre, la existencia del documento científico per se.
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Entonces, ¿qué solución se dio al problema en muy diverso: desde anotaciones facilitadas por el
la Fototeca del Museo del Hombre? Antes de res- fotógrafo hasta publicaciones donde aparecía
ponder a esta pregunta es necesario exponer los reproducida la imagen o donde se hacía referencia
criterios de clasificación, presentación y legitima- a ella. En todo caso, a pesar de que en las hojas de
ción del valor documental de las fotografías que se registro de la Fototeca podía aparecer información
utilizaron en la fototeca del Museo del Hombre a relevante sobre las condiciones de producción de
partir de 1938. Nuevamente recurriré a la autori- los documentos como sucede en el caso de las
dad de Christine Barthe quien, en un artículo que fotografías de Marcel Griaule en la misión Dakar-
complementa al anteriormente citado titulado “De Djibouti, la información de los cartones aparecía
l’echantillon au corpus, du type à la personne” simplificada, generalizada, de forma que toda esa
[“De la muestra al corpus, del tipo a la persona”] información relevante quedaba oculta o incluso
(Barthe, 2000) resume los criterios de clasificación falseada. Ya en un segundo plano, en el cartón se
de las imágenes en la Fototeca del Museo del hacía referencia en ocasiones a la fecha en que se
Hombre. Mediante su análisis, la autora trata de realizó la toma (si se conoce), al contexto y a la
responder a la pregunta de qué convierte a las autoría del etnógrafo o fotógrafo que realizó o
imágenes en documentos antropológicos en la donó la imagen al museo. Igualmente, llama la
Fototeca del Museo del Hombre. En la Fototeca del atención que uno de los criterios de clasificación
Museo las imágenes se presentaban al público en más importante sea el año de donación de la ima-
un cartón de 22,5 cm por 29,5 cm. El cartón se gen, cifra que va seguida de un número de regis-
dividía en filas y columnas de diferente tamaño tro que ordena las fotografías en función del
dependiendo de la información que albergaba. En momento de su entrada en la Fototeca ese año y,
primer lugar, y destacada sobre el resto, se anota- finalmente, un código que identifica al autor o la
ba la localización geográfica, declinada desde lo colección a la que pertenece. Por ejemplo, Marcel
general hasta lo particular. Por ejemplo, una foto- Griaule se identificaba con el código 41, Pierre
grafía realizada en Sanga, se citaba de la siguiente Verger con el 21 y Lévi-Strauss con el 47. Como ha
forma: «Mali (Sudán), Región de Mopti, Bandiá- señalado Christine Barthe, “esta presentación
gara, Sanga». A continuación, en la misma fila tiende a mostrar la fotografía como un objeto
pero en la parte derecha del cartón, se identifica- recolectado durante una excavación, un fragmen-
ba el grupo étnico al que pertenecía el sujeto to de realidad objetiva, y no como la visión de un
representado o la escena a la que se asociaba la individuo” (Barthe, 2000:78).
imagen: dogon, bozo, kirdi, yoruba, etc. En este Además de la información anteriormente cita-
caso, el nombre se taquigrafiaba en un color dis- da, las fichas contenían un apartado donde se iden-
tintivo, el rojo. La fotografía estaba en el centro. tifica la categoría del thesaurus a la que pertenece
En ocasiones, la imagen se acompañaba de un la imagen: “paisajes”, “tipos y vestimentas”,
fragmento explicativo que podía tener un origen “adquisición”, “producción”, “alimentación”,
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“técnicas”, “transportes”, “vida social”, “reli- tratamiento de las imágenes contribuye a su antro-
gión”, “máscaras”, “arte”, “ciencias” y “aportes pologización. Es decir, su significado depende en
exteriores”. Las categorías estaban divididas en gran medida del uso que se hace de ellas, en este
subcategorías especificativas. Por ejemplo, dentro caso, en el seno de un archivo perteneciente a una
de la categoría “técnicas” se encontraban las institución museística.
siguientes subcategorías: “madera”, “cuero”,
“fuego”, “metal”, “piedra”, “cerámica”, “ceste- “Examinando la colección de la Fototeca del
ría”, etc. De ellas, la más llamativa es la de “apor- Museo del Hombre constatamos, en efecto, que
tes exteriores”. Con ella se hace referencia a la difu- las fotografías no son “antropológicas” ni simple-
sión entre los nativos de los modos, maneras y arte- mente por su autor, ni por su tema. Lo devienen a
través de un proceso que es al menos un proceso
factos de la administración colonial: imágenes de
de legitimación. Lo geográfico, la temática, el
recepciones de administradores coloniales en
vocabulario, la formulación utilizados para su des-
poblados indígenas, construcciones administrativas,
cripción contribuyen cada uno por su parte a inte-
sistemas de producción e industria, transportes y
grarlos en un vasto conjunto y acreditarlos con el
vías de comunicación (férreas, fluviales, marítimas,
estatuto de “documentos”. Adquieren entonces a
etc.), administración civil, etc. Como ha señalado
la vez una cualidad de autenticidad y un carácter
Christine Barthe, este término clasificatorio reenvía científico” (Barthe, 2000:80).
a la noción de pureza, pues reagrupa bajo una
rama del thesaurus todo lo que por exógeno es
Como afirma John Tagg haciendo referencia a la
considerado inauténtico (Barthe, 2000:76). Los
fotografía en general, el poder que legitima la ver-
mecanismos de legitimación documental en la
dad fotográfica se sitúa en los aparatos del Estado
Fototeca del Museo del Hombre cobran sentido en
que hacen uso de ella.
un contexto marcado por las tesis culturalistas.
Durante la primera mitad del siglo XX los antropó-
“Las representaciones que [la cámara] produce
logos consiguieron desprenderse del yugo de las
están sumamente codificadas, y el poder que ésta
tesis defendidas por los evolucionistas culturales. ejerce nunca es su propio poder..., sino el poder de
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, y una los aparatos del Estado local que hacen uso de ella
muestra de ello fue la Fototeca del Museo del y que garantizan la autoridad de las imágenes que
Hombre, fueron incapaces de ver la cultura, cuando han sido construidas para ser mostradas como
se trataba de sociedades tradicionales, como un prueba o para registrar una verdad” (Tagg, 1988:
todo complejo pero dinámico. La atemporalidad se 231-232).
14 revistavalencianad’etnologia
trabajo antropológico había cambiado de forma arte y a los mismos objetos que albergaba el
radical. La crisis de la representación que a media- Museo. En el mismo orden de cosas, esto puede
dos de los años cincuenta del siglo XX había afec- interpretarse también como una llamada de aten-
tado al lenguaje en general había dado de lleno a ción a los investigadores en un intento de restituir
la fotografía. Remontándome al origen de tal crisis, el valor documental de las imágenes analizando de
me resulta cuando menos curioso el hecho de que ellas tanto lo que se ve como lo que no. Es decir,
Ludwig Wittgenstein escribiese sus Investigaciones haciendo lo que Serge Tisseron o Emanuel
filosóficas aproximadamente diez años antes de Garrigues han echado en falta en los trabajos teó-
que la fotografía fuese aceptada abiertamente en ricos sobre fotografía: no verlas únicamente como
los circuitos del arte, lo que en términos generales, productos sino también como práctica, una prácti-
no era otra cosa que la aceptación de su capacidad ca que se inserta en la historia de la cultura de la
de ir más allá del lenguaje representacional (objeti- sociedad y del arte.
vo) y concederle la venia de la expresión. Los fotó-
grafos habían necesitado más de cien años para *
revistavalencianad’etnologia 15
acción colonial francesa en los territorios de ultra- Bibliografía
Barthe, C.; Pierre, Anne-Laure (1999): “Photographies et ethnolo-
mar (recepciones de administradores coloniales, gie. La photothèque du musée de l’Homme”, Gradhiva, 25.
trabajo asalariado, arquitectura colonial, evangeli- Barthe, Christine (2000): “De l’echantillon au corpus, du type à
la personne”, Journal des anthropologues. Questions
zación) se combinaban con imágenes de corte
d’optiques. Aperçus sur les relations entre la photographie
antropológico y etnográfico del estilo de las depo- et les sciences sociales, 80-81.
Benoît Coutancier; Christine Barthe (2004): “Exhibition et
sitadas en la fototeca del Museo del Hombre3.
médiatitation de l’Autre: le Jardin zoologique d’acclimata-
Además, el cartón sobre el que aparecían las imá- tion (1877-1890)”, en Bancel, Nicolas; Blanchard, Pascal;
Boëtsch, Gilles; Deroo, Eric. Zoos humains. Au temps des
genes era muy similar al empleado en la Fototeca
exhibitions humaines, ACHAC.París.
del Museo del Hombre. La historia de la antropolo- Bourdieu, Pierre; Boltanski, Luc; Castel, Robert; Chamboredon,
gía y la de las representaciones fotográficas de la Jean-Claude (1965): Un art moyen, la photographie. Essai
sur les usages sociaux de la photographie. Paris.
alteridad exótica debe contemplar este tipo de imá- Clifford, James (1995): “Poder y diálogo en etnografía: la inicia-
genes y el uso que se ha hecho de ellas. El hecho ción de Marcel Griaule”. Dilemas de la cultura, Barcelona.
Collier, John Jr; Collier, Marco (Eds), (1986): Visual anthropo-
de que la Iconoteca del Museo du Quai Branly logy. Photography as a reseach method, México DF.
reúna hoy en día más de 700.000 fotografías Edwards, Elizabeth (1992): Anthropology and photography
(1860-1920), New Haven and London.
- cerca de 580.000 procedentes de la colección de Griaule, Marcel (2000): Dios de agua, Barcelona.
la fototeca del Museo del Hombre y 66.000 proce- Instructions sommaires pour les collecteurs d’objets ethnogra-
phiques: (1931), Paris.
dentes del Museo Nacional de Artes de África y Peltier, Carine (2007): L’iconothèque du musée du Quai Branly”,
Oceanía -, convierte a la institución en una de las Bulletin des Bibliothèques de France, t. 52, nº 4.
Souty, Jérôme (2007): Pierre Fatumbi Verger. Du regard détaché
más importantes a nivel mundial y uno de los luga-
à la connaissance initiatique, Paris.
res más apropiados para un trabajo de este tipo Tagg, John (2005): El peso de la representación (1988), Barcelona.
(Peltier, 2007).
3 El profesor Nicolás Sánchez Durá y yo mismo estamos realizando en este momento un trabajo de investigación sobre la relación
entre la fotografía colonial y la fotografía etnográfica en Francia durante el periodo de entreguerras, momento que coincide con la
aparición de la etnología académica francesa.
16 revistavalencianad’etnologia
¿QUÉ ES LA ETNOFOTOGRAFÍA?
INTRODUCCIÓN A LA ENTREVISTA CON PIERRE VERGER*
EMANUEL GARRIGUES*
La fotografía, como objeto complejo que es, resulta al tiempo un extracto y un indicio de la realidad cuya
construcción está ligada a la mirada y a la elección del practicante. Por esto necesita, para una lectura y
una práctica rigurosas, de la colaboración de disciplinas de las ciencias humanas como la sociología, la
etnología, la estética; es la llamada etnofotografía, que está en el origen de la antropología visual.
Photography as a complex object, is at the same time Sencillamente, la etnofotografía es una disciplina
an extract and a clue of reality link to the choice and
que se propone definir, precisar y aplicar las reglas
point of view of the participant. This is why it needs of
más rigurosas al uso de la fotografía en las ciencias
the collaboration of human sciences, as sociology, eth-
humanas.
nology, aesthetic, to be properly read and practised.
This is the so-called ethnophotography, placed at the En su obra fundacional La cámara lúcida (1980),
origine of visual anthropology. Roland Barthes no duda en decir lo que sigue: “Es el
advenimiento de la fotografía, y no del cine, lo que
Key words: ethnophotography, Pierre Verger, visual divide a la historia del mundo. La fotografía es un
anthropology, initiation, image. objeto antropológicamente nuevo que necesita un
nuevo discurso sobre la imagen.”
Este discurso nuevo es lo que nosotros hemos
propuesto llamar etnofotografía (Garrigues, 1991:
11-54). En efecto, la mayoría de las imágenes: pintu-
ra, grabado, dibujo, etc., son construcciones menta-
les a partir de la realidad, mientras que la fotografía,
objeto aún más complejo, es al mismo tiempo un
extracto y un indicio de la realidad cuya construcción
está ligada a la mirada y a la elección del practican-
te. Por esto la fotografía necesita, para una lectura y
* Presidente de la Asociación Antropología y Fotografía, UFR
una práctica un poco rigurosas, utilizar (como la rea-
Ciencias Sociales de la Universidad París VII Dennis Diderot.
* Traducciones a cargo de Eva Montero y Hasán López. lidad social de la cual, por otro lado, ha surgido)
revistavalencianad’etnologia 17
varias disciplinas de las ciencias humanas como la menudo se cree. Por ello proponemos balizar nuestra
sociología, la etnología, la estética y el psicoanálisis. revisión con los trabajos de algunos de los más
En la historia de la etnología, y bajo la batuta de importantes practicantes de la etnofotografía, aque-
Margaret Mead, se bautizó como “antropología llos que han contribuido a fundar de forma progresi-
visual” a la utilización de la cámara y el aparato va la etnofotografía como disciplina. No pudiendo
fotográfico para la descripción y el estudio de pue- justificar esta elección en un texto tan breve, reenvia-
blos que se denominaban en aquella época (el perio- mos al lector a otros de nuestros trabajos.
do de entreguerras) primitivos. La paradoja ha que- Así pues, un primer uso social y político de la
rido que se identifique rápidamente la antropología fotografía, que interesa a la historia como tentativa
visual a la utilización de la película, muy posterior, de construcción científica de la memoria colectiva,
sin embargo, a la fotografía, desdeñando la impor- nos lo da la recopilación de fotografías hechas por
tancia específica de ésta última. La razón es que el los communards así como por Marville, fotógrafo de
análisis de la fotografía, la “imagen congelada”, es París, durante los trabajos del Barón Haussman
más complejo que la utilización de la imagen móvil, (París…, 2002).
apariencia del movimiento y de la realidad. Inme- Pero lo que funda la etnofotografía es el uso sis-
diatamente, la película pareció más apta para la des- temático de la fotografía desde los inicios de la antro-
cripción de las prácticas sociales, ceremonias, ritua- pología como tentativa científica. La referencia es la
les, trabajos cotidianos, etc., porque da la impresión creación durante el Segundo Imperio del Jardín
de estar más cerca de las realidades que se describen Zoológico de Aclimatación. El objetivo del jardín es
que la imagen fija que aísla un momento, un gesto exponer legumbres, frutas y animales provenientes de
o un rostro. Roland Barthes estigmatiza esta ilusión. aquellos territorios lejanos que se convertirán en las
Puesto que la matriz es la imagen fija, había que ser futuras colonias. Jirafas, elefantes y avestruces sor-
capaz de analizarla científicamente para poder com- prenden, intrigan y excitan la curiosidad de los parisi-
prender la imagen móvil. En este ámbito, como en nos. Pero rápidamente lo que más atraerá la atención
otros, la práctica ha precedido con mucho a la capa- serán los hombres y mujeres que acompañan a esta
cidad de llegar a una teorización correcta de la cosa. fauna y esta flora exóticas, extranjeras y extrañas.
Efectivamente, estas imágenes extraídas de la reali- Desde el corazón del África misteriosa (expresión de
dad han sido durante largo tiempo víctimas de un la época) se traían también seres misteriosos con cos-
doble prejuicio contradictorio: para algunos, la ilu- tumbres desconcertantes. Sabios y público se pregun-
sión de que son de lectura fácil e inmediata, para tan: ¿Son humanos, animales, seres intermedios o,
otros, la de que son demasiado subjetivas para ser incluso, el eslabón perdido? ¿Cómo saberlo? La
utilizadas científicamente. antropología como ciencia está naciendo.
Por lo tanto, un historial de la antropología visual Para una aplastante mayoría de los que miran se
debe mostrar que la etnofotografía está en el origen trata, sin duda, de primitivos, de salvajes. Y se les
de la antropología visual, y no al contrario como a hace gran cantidad de fotografías, se fabrican tarje-
18 revistavalencianad’etnologia
Ofrenda a Yemanja, divinidad del mar. Bahía. Brasil.
revistavalencianad’etnologia 19
Manos golpeando los tambores para llamar a los dioses africa-
nos. Bahía. Brasil
1 Recordemos que, posteriormente, Henri Cartier-Bresson también realizó un trabajo sobre las danzas balinesas, acompañado de un
texto de Antonin Artaud en el libro Les danses de Bali, publicado en 1954.
20 revistavalencianad’etnologia
racismo escrito a petición de la UNESCO, en el que que desconfía Lévi-Strauss. No obstante, no dudó en
además combate la noción antiecologista de progre- publicar esta recopilación de sus fotografías.
so. En cuanto a los cuatro volúmenes de Mitológicas, A través del trabajo de estos pioneros se impone
se trata de un trabajo considerable sobre los mitos de rápidamente la idea y la constatación de que no se
Latinoamérica, en la tradición freudiana de estudio puede practicar el trabajo de campo, en el sentido
de los sueños, las leyendas y los mitos tradicionales. antropológico del término, sin practicar al mismo
El trabajo de Claude Lévi-Strauss sigue estando ade- tiempo la fotografía. El uno va de la mano de la otra,
lantado a su tiempo, siquiera por su óptica de ecolo- ya que la visión forma parte de la comprensión.
gía política y social que da a su enfoque un alcance Malinowski, polaco emigrado a Inglaterra y luego a
visionario. Él es quien definitivamente (esperemos) ha Estados Unidos a quien se considera el fundador de
suprimido esa noción absurda de pueblo primitivo. la antropología de campo, la antropología científica
Gracias a él, primitivo, primero, segundo, estas clasi- moderna, hizo miles de fotografías en el Pacífico en
ficaciones evolucionistas y jerarquizadas, han sido los años 1914-1920. En Francia, Marcel Griaule,
evacuadas de la verdadera ciencia. En efecto, afirma junto con Michel Leiris, será quien funde la antropo-
con autoridad que cada pueblo, cada cultura, cada logía de campo en el curso de la expedición Dakar-
etnia representa una respuesta indispensable a la Djibuti entre 1931 y 1933; y naturalmente la expe-
necesidad de vivir en nuestro planeta común, en dición utilizó la fotografía. Estas fotografías, hechas
nuestra “tierra-patria” retomando la expresión de a menudo por el propio Marcel Griaule, ilustran
Edgar Morin, y “[que] no sabríamos prescindir de tanto sus libros como el célebre diario que de la
ninguna”. No podemos permitirnos creer que tene- expedición llevaba Michel Leiris, El África fantasmal.
mos la suficiente imaginación respecto a la supervi- Jean Malaurie, fundador de la célebre colección
vencia terrestre para prescindir de ninguna forma del Terre Humaine, inauguró en los años sesenta en
arte de vivir. Y del arte de vivir juntos. Francia al publicar Tristes trópicos de Claude Lévi-
Pero, lo que nos interesa aquí es la dimensión Strauss con sus 64 fotografías, esta tradición de
fotográfica de la obra de Claude Lévi-Strauss. Tristes acompañar los textos antropológicos de fotografías
trópicos contiene 64 fotografías extraídas de un cor- de las diferentes zonas de las que se informaba.
pus de más de 3.000 fotografías, cuya importancia Se podrían incluso resaltar ciertos casos en los
explica en su obra. Pero su libro más “bello”, en el que la fotografía ha precedido a los trabajos de
plano estético (y antropológico, evidentemente), es aquello que progresivamente se convertirá en la
Saudades do Brasil, con sus fotografías de niños antropología científica moderna. Citemos a Za-
Nambikwara. En una entrevista que le hice, Lévi- gourski y sus dibujos y fotografías de África, a prin-
Strauss despertaba la paradoja de la fotografía en cipios de los años veinte. Por su parte, Bernatzik
antropología. Valioso instrumento para el investiga- fotografió en los años cuarenta el esplendor de las
dor de campo, permite describir y es una memoria; sociedades africanas, oceánicas y asiáticas antes de
pero también posee una dimensión subjetiva, de la que fueran disipadas por el colonialismo.
revistavalencianad’etnologia 21
Cabría citar finalmente a Sebastiao Salgado y su poner sus fotografías de carácter universal al servi-
obra de dimensiones tanto políticas como antropoló- cio de la supervivencia de los pueblos autóctonos.
gicas, titulada La Mano del hombre, compendio foto- Este trabajo de resistencia, comprometido tanto
gráfico sobre las actividades manuales del mundo en el ámbito filosófico y el ecológico como en el
entero en vías de “museificación” antes de ser reem- político, nos permite recuperar nuestra preciada
plazadas por la máquina, informática u otras. Tierra y sentir la necesidad de la urgencia de preser-
Teniendo en mente todo este itinerario, hay que var la diversidad de los pueblos (Morin, Garrigues,
considerar el trabajo y la trayectoria de Pierre de De Vallombreuse, 2006).
Vallombreuse. Ciertamente, perpetúa la gran tradi- Por ello, la fotografía se revela progresivamente
ción de la etnofotografía en la antropología visual. Su como el instrumento “más importante” de la antro-
propuesta se ha inscrito en la acción de la Asociación pología visual. No se trata de negar el interés especí-
Antropología y Fotografía de la Universidad París VII- fico del cine antropológico, desde Nanook el esqui-
Denis Diderot. Este portfolio es una etapa superior en mal de Robert Flaherty hasta la riquísima obra de
la trayectoria de Pierre de Vallombreuse. Jean Rouch. Cine y fotografía tienen sus cualidades
Contribuyendo las fotografías a hacer que cada uno específicas. Pero la foto, utilizada con antelación, no
sea más lúcido sobre sí mismo y sobre los demás, él ha sido comprendida sino más tarde. Era necesario
ha elaborado el sueño de constituir progresivamente un avance significativo de las ciencias humanas para
un corpus de imágenes sobre los pueblos “autócto- que retornara a su lugar central como matriz en la
nos”, trabajo fotográfico que puede informar, mos- antropología visual. La riqueza de las informaciones
trar, hacer comprender y defender. Pierre de etnográficas que aporta se completa por añadidura
Vallombreuse comenzó por realizar varias estancias con la información sobre el fotógrafo (sus miradas
(más de dos años en total) entre los Palawans, pueblo fijas) y sobre aquellos que miran por el efecto espejo
de una isla de las Filipinas; aprendió su lengua y des- que provoca. Contribuye a visualizar procesos psíqui-
pués varias lenguas antes de lanzarse a su gran obra cos que ayudan a captar el juego de asociaciones de
personal. Así es como se formó, hace dieciocho años, imágenes en la actividad psíquica en general. Puede
en la trayectoria etnofotográfica. provocar “estadios del espejo” (cf Lacan), tomas de
En el plano de la memoria colectiva, y siguien- conciencia, individuales y colectivas (cf la niña vietna-
do el destino de una quincena de pueblos “autóc- mita corriendo desnuda bajo el napalm); es un ele-
tonos” en diferentes situaciones de resistencia al mento de la memoria y permite comprender que el
peligro de su desaparición, Vallombreuse trabaja tiempo aporta sentido. Contribuye a la historia, a la
desde hace años para revelarnos, gracias a sus foto- sociología, a la etnología y al psicoanálisis. Esta rique-
grafías, conjuntos indispensables. Pero su tarea de za lleva a hacerle un lugar aparte como disciplina
pionero va más allá: pacientemente, intenta trans- “etnofotográfica” en el seno de la antropología
formar su trabajo de etnofotografía en un compro- visual. Transfiere a cada uno de nosotros, a cada ser
miso más personal, profundamente político, y de humano, la humanidad del otro.
22 revistavalencianad’etnologia
ENTREVISTA CON PIERRE VERGER*
por Emanuel Garrigues
revistavalencianad’etnologia 23
La futura iniciada lame la sangre de una cabeza de carnero. Y baila ahora con ella suspendida bajo su cara. Bahía. Brasil.
Bahía. Brasil
E. G. – Es más que la intuición, es el inconsciente: segundos después por otra impresión que se super-
¿usted no sabe exactamente lo que capta en el pone a la primera. La fotografía tiene la ventaja de
momento en que lo capta? parar las cosas... y permite así ver lo que no ha sido
P. V. – No siempre se sabe lo que se capta, se siente, más que entrevisto e inmediatamente olvidado, por-
se hace la foto porque las cosas son tan rápidas que que una nueva impresión ha venido a borrar la pre-
no se tiene tiempo de verlas. Me he dado cuenta de cedente, y esto continúa, y es una cosa olvidada...
ello cuando he ayudado a hacer cine; cuando se hace Desgraciadamente, esto es lo que está pasando
el montaje hay momentos en que se para la imagen en la sociedad actual en otro aspecto: las personas
en la mesa (la famosa imagen congelada), y enton- para comunicarse unas con otras se llaman por telé-
ces, en ese momento, la imagen detenida me ha fono, ya no hay cartas. Las cartas que se escribían
parecido mucho más interesante que la película que antiguamente son testigos que permanecen y que
estaba desarrollándose, porque en la película no podemos volver a encontrar más tarde. Me di cuen-
tenía tiempo de ver, mientras que cuando había una ta de ello precisamente con motivo del encuentro en
congelación, había gestos extremadamente vivos y la Unesco a propósito de Alfred Métraux. Basé mi
significativos, escamoteados por el movimiento comunicación en cincuenta y seis cartas suyas que
durante el cual yo no tenía tiempo de ver. Y en la vida encontré y en las copias de mis respuestas. Volví a
cotidiana ocurre lo mismo, no da tiempo, es dema- encontrar así, detenidos en el tiempo, recuerdos que
siado rápida; lo que usted ha visto es remplazado tres de otro modo hubiera olvidado por completo.
24 revistavalencianad’etnologia
desencadenan estos recuerdos, pero es difícil darse
cuenta porque pertenecen al dominio del incons-
ciente y es casi imposible pasar del inconsciente al
consciente. Pero cuando se trata de fotos o de car-
tas antiguas tenemos puntos de referencia precisos
que sirven de apoyo a nuestras cavilaciones.
E. G. – Dicho de otro modo, hay dos elementos E.G. – No podemos sino hacer emerger pequeños ele-
importantes: en primer lugar, la fotografía permite mentos. Y entonces en las fotografías vemos lo que
ver lo que no se tiene tiempo de ver puesto que fija; nos ha llamado la atención. En efecto, ¿no cree por lo
a continuación, ella memoriza, es una memoria... menos que usted aprieta el disparador en el momen-
Tiene un rol de memoria. to en que intuitivamente siente que hay algo fuerte?
P. V. – Ha dicho usted la palabra exacta, es una P.V. – Personalmente, a menudo aprieto el dispara-
memoria. Recuerdo mis viajes con ayuda de mis dor sin saber por qué. Y por ello ciertas fotos me inte-
fotografías y cuando las miro, gracias a ellas, se pro- resan igual que le interesan a usted también. En ellas
duce una especie de resurrección de mis recuerdos, tenemos una especie de testimonio de lo que ha
parecidos a aquellos que surgen de un tiempo a pasado. Ahora hablamos de ello y por eso expreso
otro, inopinadamente a veces, a lo largo de un día, algo al respecto, puesto que nunca he pensado
de forma muy aguda y precisa exactamente como si demasiado en esto. Es la razón por la que esta con-
acabara de vivirlos. A menudo me pregunto cómo se versación con usted me interesa tanto. En efecto, me
revistavalencianad’etnologia 25
Trenzado de una cinta de fibra de palma. Haití Cabeza de labrador. Haití
permite clarificar lo que puedo pensar sobre la cues- determinada un poco por el azar. Releyendo su bio-
tión. No tengo tendencia a pensar en ello por mí grafía – creo que usted mismo es el autor -, me he
mismo. Hay algo que sé: que no sé lo que quiero. preguntado en qué momento comenzó usted a
Nunca he sabido lo que quería. He sabido de forma hacer fotos, qué le determinó a hacer fotos. En efec-
más o menos confusa lo que no quería. Y me ha ocu- to, usted dice en un momento dado: “Habiendo per-
rrido que no he hecho lo que no quería. De este dido a mi familia, me marché para viajar”...
modo, finalmente, mi vida parece haber tomado cier- P.V. – ¿Conoce usted mi libro titulado Cinquante
ta dirección. Y cuando miro hacia atrás tengo la ans de photos? A fuerza de rechazos mi vida tomó,
impresión de que es algo deliberado y construido. Me de hecho, una cierta forma. No puedo expresarlo
di cuenta de esto cuando, estando en el C.N.R.S. de otro modo. Podría comparar el resultado con
[Centre Nacional de la Recherce Scientifique], tuve una estatua que al final es lo que queda de aquello
que hacer la lista de títulos y de trabajos en curso des- que fue un bloque de mármol o granito, tras elimi-
tinada a la administración de este organismo. Tengo nar el escultor las partes que juzga inútiles. No
la impresión, al releer estos informes, de que he todas las estatuas son obras maestras y no me sien-
seguido un camino determinado al principio y de que to capaz de evaluar por mí mismo el valor de mis
lo he seguido conscientemente, aunque a ciencia cincuenta años de fotografía, ni de las dos veces
cierta sepa no haberlo previsto nunca. Pero al recha- cuarenta y cuatro años que he tenido la oportuni-
zar hacer aquello que me desagradaba sólo subsistía dad de vivir. Había decidido no pasar de los 40
aquello que me parecía aceptable. años; tenía en parte en común con Alfred Métraux
el pánico a la vejez. Cuando tenía 30 años decidí
E.G. – Precisamente, lo que me llamó profundamen- suicidarme al alcanzar los 40. Estaba tan decidido a
te la atención de su libro Orixás es la forma en que ello que compré un metro de costurera, en realidad
cuenta usted su vida, pensando que ha estado medía 1,5 metros, de manera que 1.500 días antes
26 revistavalencianad’etnologia
de la fecha que había elegido para suicidarme E.G. – ¿Le pidió que hiciera algunas fotos?
comencé a cortar 1 milímetro... cada tarde, cuando P.V. – No especialmente. Yo hacía las que quería.
daba cuerda al reloj, y a anotar en un pequeño dia- Después, cuando publicaba un libro me preguntaba si
rio lo que había hecho ese día... y finalmente no me yo tenía fotos que pudieran ilustrar la obra que esta-
suicidé, puesto que sigo aquí. Sin embargo, ba escribiendo. Yo hacía las fotos que me apetecía
Métraux sí se suicidó. hacer. Además, él conocía bastante bien mi carácter y
mi espíritu de contradicción como para saber que
E.G. – Es cierto, Métraux se suicidó, pero al menos generalmente yo lograba no hacer lo que me pedían.
esperó a tener 60 años. Cuando llegué a Brasil me convertí en reportero de un
P.V. – Tenía sesenta años y algunos meses. Recibí una periódico, O Cruzeiro, para el que hacía numerosos
carta suya fechada cinco días antes de su muerte. reportajes fotográficos, habiéndoles precisado que,
dado mi espíritu de contradicción, valía más no pedir-
E.G. – A propósito de Métraux, me gustaría saber me temas concretos. Enviaba fotos diciendo: “Si les
cómo trabajaban ustedes juntos. En un libro sobre gustan publíquenlas, si no reenvíenmelas”. De hecho,
Haití hay fotos de Métraux y suyas, ¿se ponían de aquellos reportajes fueron aceptados y publicados.
acuerdo para las fotos?...
P.V. – Nos encontramos en Brasil, después fuimos E.G. – ¿Y cómo funcionaba con la revista Life?
juntos a la Guayana holandesa. Luego él se fue a Porque usted fue corresponsal de guerra para Life.
Haití, donde nos reunimos. P.V. – Sí, fui corresponsal de guerra y de normal
sacaba las fotos que se me presentaban en Shangai,
Noria de riego de un campo cerca de Hué. Vietnam Cabalgando un toro cerca de Vinh. Vietnam
revistavalencianad’etnologia 27
Anamita de la region de Hué. Vietnam
28 revistavalencianad’etnologia
Mujer de Man-Te-Pan. Región del norte de Vietnam
revistavalencianad’etnologia 29
Elefante y su guia Rhodé. Ban-Me-Thuot. Vietnam
30 revistavalencianad’etnologia
Cabaña Rhodé en Ban-Me- Thuot. Vietnam
revistavalencianad’etnologia 31
Aventando el trigo. Región de Cuzco en Perú
32 revistavalencianad’etnologia
Indio quechua utilizando la taclla, laya incaica. Cuzco, Perú
E.G. – Sabe, para mí esa foto contiene una fuerza... E.G. – ¿Secretas? Por supuesto, son ceremonias de
Debí verla hace unos treinta años y nunca la he olvi- iniciación en el culto del vudú.
dado... P.V. – Secretas es mucho decir, pero de carácter pri-
P.V. – Es de la misma serie que aquella de ese perso- vado.
naje que baila con la cabeza de carnero en Orixás.
E.G. – Vi esa foto con 13 o 14 años. Quedé fuerte-
E.G. – Es la misma también que se encuentra en Las mente impresionado... Bataille me asustaba... y me
lágrimas de Eros de Bataille... No sé si usted conocía atraía, naturalmente.
esta serie de fotos (de fotos suyas) en esa recopila- P.V. – Esperé mucho antes de publicarla. Es por ello
ción. ¿No es la misma persona? que en su momento me sentí muy molesto con
P.V. – Le recomiendo mirar esa foto de la cabeza de Métraux por haberla pasado a Bataille y haberla
carnero al revés, porque el carnero parece más vivo publicado. En efecto, poco tiempo antes un tal
que la mujer en periodo de iniciación. Clouzot, director de cine, había ido a Brasil, quería
hacer una película sobre estas cuestiones pero
E.G. – Es cierto, ese ojo... encontró una fuerte oposición allí. Yo mismo había
P.V. – Me hubiera gustado publicar esa foto al revés rechazado publicar esta serie de fotos en el periódi-
y únicamente el detalle. El ojo... co para el que trabajaba porque sabía que aquello
disgustaría a mis amigos. Hacía tiempo que las había
E.G. – Debería haberlo hecho... hecho, pero no las publiqué. Y luego, como otros
P.V. – No lo hice por escrúpulos porque, en principio, fotógrafos publicaban fotos del mismo tipo, terminé
es el tipo de foto que podía chocar a mis amigos. En por decidirme a publicar lo que ya había sido visto.
efecto, se trata de cosas...
revistavalencianad’etnologia 33
Trenzado de hojas de cocotero. Isla de Rouroutou. Polinesia
34 revistavalencianad’etnologia
Pesca con arpón. Mooréa. Polinesia
E.G. – Su enfoque, al final, está más cerca del amor tiempos, la vida de los negros en Brasil fue menos
que de la ciencia... dura que en otros lugares. En Brasil, los esclavos
P.V. – Es cierto que no existe religiosidad por mi negros podían comprar su libertad, lo que no ocu-
parte, porque no soy religioso. Siento mucha simpa- rría en los Estados Unidos. Recientemente, un fotó-
tía por los negros. Y Bahía es el único lugar en el grafo negro que había venido a hacer un trabajo a
mundo en el que me he sentido en igualdad de con- Brasil, Chester Higgines del New York Times, me lo
diciones con ellos. Además, en esta ciudad se da un ha confirmado: en Brasil existían sociedades que
mestizaje tan progresivo que nunca se sabe si las organizaban los negros entre ellos en la época del
personas son mulatas, blancas o negras. Pero desde esclavismo para poder liberarse; formaban una
hace poco tiempo, por influencia de los negros ame- especie de bancos, algunos de los cuales aún existen
ricanos, se ponen de manifiesto entre los negros porque se han convertido en sociedades de ayuda
tendencias racistas, y esto degrada la atmósfera, tan mutua. Los esclavos, trabajando y ahorrando, po-
relajada, de antaño. Con motivo de la celebración dían liberarse cuando habían pagado la mitad de su
del final del esclavismo, ciertos grupos han declara- precio porque la banca negra de ayuda mutua les
do que, pese a la abolición, se mantiene la sobre- adelantaba la otra mitad. Gran número de negros,
explotación de los negros. Esto sólo es cierto en antiguos esclavos liberados, vivía entonces a la bra-
parte, porque si comparamos la situación en Brasil y sileña, en particular en Bahía. Hacia 1853 se produ-
en otros lugares, por ejemplo los Estados Unidos, en jeron revueltas de negros, pero no se trataba de un
Bahía particularmente existe una soltura en las rela- levantamiento de negros contra blancos. Era la
ciones y ello por una razón muy simple: en otros Yihad, la guerra santa entre negros que había
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Samba de Roda. Bahía. Brasil
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FIGURAS DE LA ALTERIDAD.
LA MUJER PILOSA,
ENTRE LA ENFERMEDAD Y EL ESPECTÁCULO
PILAR PEDRAZA*
Tras “El salvaje europeo”, la autora incide en el discurso sobre la alteridad que supone el “salvaje” a tra-
vés el estudio de construcciones ficcionales relacionadas con la mujer entendida metafóricamente como
una figura salvaje, centrándose en las representaciones de la mujer pilosa a través del arte y del espec-
táculo, que hacen de ella un ser en las fronteras de los géneros, tanto del femenino como del humano.
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La Barbuda de Peñaranda, Sánchez Cotán, 1590
38 revistavalencianad’etnologia
Antonietta Gonsalvus, Lavinia Fontana, 1583
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Julia Pastrana (1834-1860)
40 revistavalencianad’etnologia
Mientras tanto, en los comienzos de los años noventa se la quiso enterrar. Finalmente fue deposi-
setenta del siglo XIX, diez años después de la muerte tada en el Hospital Nacional de Oslo, sin más prue-
de Julia, Lent se casó con otra mujer barbuda, llamada bas ni estudios, climatizada y cuidada, en condicio-
Marie Bartel, una joven normal, inteligente y bien edu- nes buenas y dignas desde cualquier punto de vista.
cada, mucho más joven que él. Lent le cambió el nom- Reposa en un sarcófago de cristal con su hijo.
bre por el de Zenora Pastrana y la hizo pasar por her- Pastrana, decíamos, fue publicitada en vida como
mana de Julia. Recuperó las momias de su primera híbrido de mono y humano, y como eslabón perdido.
mujer y de su hijo, y montó un espectáculo con los tres, En diciembre de 1854 se estrenó por todo lo alto en el
los muertos al fondo en su caja de cristal. Marie no lo Gothic Hall de New York un gran show con ella como
soportó durante mucho tiempo, y los cadáveres fueron “El híbrido maravilloso o la mujer barbuda”. Trabajó
enviados a la feria de Viena. Lent y Zenora siguieron su habitualmente en ambientes de alcohol, tabaco, chaba-
gira por Europa, a veces ella presentada como Julia. canería, jarana y magia. Era la edad de oro de los freaks
Tuvieron un niño rubio y normal. Se establecieron en de Barnum, que más tarde serían separados como una
Rusia protegidos por el zar, pero Lent comenzó a estar especialidad en el seno del gran circo de carpas inmen-
mal y a comportarse como un loco, y Marie le metió en sas con capacidad para muchos miles de personas. En
un manicomio, donde murió pronto. Ella se retiró a la misma época se exhibía Mademoiselle Fanny, un
Dresde, cedió las momias a un exhibidor, se casó con chimpancé presentado en los shows como el consabido
un hombre veinte años más joven que ella y se afeitó eslabón perdido propuesto por Charles Darwin en su
la barba. Murió en 1900. Julia continuó girando por libro The Descent of Man (1871). El mismo año el cien-
Europa en circos, gabinetes de maravillas y túneles del tífico menciona a Julia en uno de sus libros. Darwin se
terror durante veinte años, hasta acabar en un gabine- interesó por Julia, aunque nunca la vio. La describió
te de los horrores de Oslo (“Humanidad, conócete a ti como barbuda pero diciendo que lo que interesaba de
misma”), que fue confiscado por los nazis. su condición era la estructura de su dentadura, que
La segunda guerra mundial supone una frontera. según él presentaba dos hileras superpuestas de piezas
A partir de 1945 no interesa el espectáculo freak, dentales, más numerosas de lo normal y un prognatis-
cuyo último destello es la película de Tod Browning mo que le daba el aire simiesco. Se equivocó en lo de
(1932). El desarrollo de la medicina, los horrores de los dientes. La Pastrana los tenía mal formados e irregu-
la Guerra, los crímenes médicos nazis hicieron que la lares, pero no de más de una hilera como los tiburones.
realidad cotidiana superara el ensueño del amable El caso de Julia Pastrana era complejo porque no
monstruo domesticado como una mascota. Pero en se limitaba a ser una de tantas mujeres barbudas
1973 Julia Pastrana hace una vez más tour de Suecia, exhibidas en los espectáculos, que por lo demás –a
presentada como cruce de hombre y mono. Ese parte de los orangutanes como Fanny- eran mujeres
mismo año el espectáculo es detenido por las autori- normales y a menudo amas de casa y madres de
dades y se prohíbe la exhibición de cuerpos muertos familia, que se presentaban en público acentuando
por razones de higiene pública y de ética. En los su feminidad mediante la ropa, los peinados glamu-
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Farini y Krao. Foto de W & D Doroney
42 revistavalencianad’etnologia
Lionel, el hombre león
2 La conocida película El hombre elefante (1980) de David Lynch, con John Hurt y Anthony Hopkins, es una excelente recreación
realista y a la vez siniestra de lo mucho que se conoce sobre la última parte de la vida del joven Merrick y de su muerte, humana y
digna gracias al doctor Treves.
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La donna scimmia (Se acabó el negocio), Marco Ferreri 1963
44 revistavalencianad’etnologia
“raro”, usada para aludir a los homosexuales, pero rebeldía se hizo tangible.” Había heredado el hirsu-
va más allá y relativiza la noción de género, en el sen- tismo de su madre y su abuela, producido al parecer
tido de que ni la opción sexual ni la identidad sexual por una sobre producción de testosterona, y lo acep-
de las personas son naturales sino el resultado de tó como algo natural aunque para los demás no lo
una construcción social, y que no existen papeles fuera. Como Clémentine Delait, se proclama “mujer
sexuales esencial o biológicamente inscritos en la barbuda”, no mujer con barba. Recibió una educa-
naturaleza humana, sino formas de desempeñarlos ción privilegiada en un ambiente intelectual y progre-
que pueden variar. Lo importante –y polémico- de la sista de judíos y cuáqueros. A pesar de sus inquietu-
teoría queer es que rechaza la clasificación de los des culturales, nunca fue a la universidad. “La vida
individuos en categorías como hombre o mujer, –dice- era demasiado tentadora”. Sin embargo, ha
heterosexual u homosexual, y adopta una postura dado clases de Arte y Cultura Popular en la
original al afirmar que las identidades sociales no son Universidad de Los Angeles.
normales sino anómalas y cambiantes. De raíz y “El mundo está lleno de mujeres con barbas”,
vocación filosófica, antropológica y cultural, la teoría dice. “O por lo menos tienen el potencial de tener
queer va más allá y se halla en el terreno del debate barba … en lugar de perder el tiempo y el dinero en
de género. En ese sentido enlaza con la enigmática depilarse a la cera, afeitarse, la electrolisis o arrancar-
consistencia y el desafío de la mujer barbuda, quizá se los pelos con pinzas. Todos sabemos de alguien
más que con el transexual o el hermafrodita, peligro- que se despluma. Desplumar, desplumar, desplumar,
samente simplificado por un sentir general que tien- como si estas mujeres fueran pollos!” grita. “El cuer-
de siempre a recaer en un terreno consustancial con po es un territorio de opresiones. Las mujeres sufren
la reproducción y sus órganos. Paradójicamente, por tener que plegarse a una imagen, y para ellas
pues hay mujeres barbudas que son en realidad una barba es inconcebible. Una mujer no lleva barba.
pseudo hermafroditas como Herculine Barbin, y otras Ante todo, tiene que ser femenina. Yo he tenido
que han tenido hijos como Fortune Clofullia. miedo a esos clichés. Legitimar la diferencia es tam-
Un buen ejemplo actual de apertura queer es el bién legitimar sus sufrimientos. Seré, pues, una
de la norteamericana Jennifer Miller (1961), creado- mujer barbuda, sin que por eso sea diferente”.
ra del vanguardista Jennifer Miller Circus Amok, al Jennifer tiene un estupendo cuerpo de mujer, de
que se ha denominado circo Queer. A sus 20 años, a hombros redondos, anchas caderas y pechos peque-
finales de los setenta, Miller dio sus primeros pasos ños y bien desarrollados, que ha sido retratado por
en la danza experimental y el teatro de agitación. Annie Leibovitz sobre un fondo de damasco granate
“Cuando entré en ese mundo todavía no tenía en una de sus performances. Pero la larga cabellera
barba. Me gustaba ese universo incluso antes de que oscura, las caderas, las piernas torneadas y los
empezara a ser marginada y rechazada por mi físi- pechos no pueden nada frente a la masculinización
co”-dice en una entrevista-”. “Siempre sentí que no que produce en el rostro la barba de Jennifer, por
iba al mismo ritmo que el mundo. Con la barba mi otra parte sin parangón con las barbas bíblicas de
revistavalencianad’etnologia 45
otras grandes damas pilosas como Clémentine Delait térica o la mendiga urbana. Todas fuera de la norma,
o Fortune Clofullia. Cuando lleva pantalones la gente todas temibles y abyectas, a menudo interesantes
la confunde con un hombre. Es la barba la que virili- objetos de estudio y de admiración cuando el arte
za, la que rompe los estereotipos, el elemento queer proyecta sobre ellas la luz de la ambigüedad. A ellas
más fuerte de la imagen. volvemos una y otra vez en demanda de las raíces de
Jennifer Miller fundó en 1989 el circo Amok, a la misoginia de nuestra cultura.
medio camino entre el teatro callejero de agitación y
el circo popular, y llevó su camión y su carpa duran- Bibliografía
te los meses de verano por los barrios más desfavo- BOUZA, FERNANDO (1991): Locos, enanos y hombres de placer,
Madrid.
recidos de la periferia de Manhattan: el Bronx, FOUCAULT, MICHEL (1985): Herculine Barbin llamada Alexina
Harlem y Queens. “El Circo Amok no tiene nada que B., Madrid.
HALS, CHRISTOPHER y LARS O. TOVERUD (2003): Julia Pastrana.
ver con el de Barnum y Baileys –dice Miller-. Sus ani- The Tragic Story of the Victorian Ape Woman, Sutton.
males son de cartón piedra, sus estrellas los zancu- HOFFMAN, KATHRYN A. (2005): “Of monkey girls and hog-
faced gentleman: marvel in fairy tales, fairgrounds, and
dos, marionetas gigantes y títeres. Se apropian de
cabinets of curiosities”, Marvels and Tales, 19, 67-85.
elementos drag del Teatro del Ridículo de Charles Life of the Celebrated Bearded Lady, Madame Clofullia (1854),
Nueva York.
Lugum, y de la danza contemporánea”. Enfundada
MONTAGUE, ASHLEY y FREDERICK TREVES (1970): Elefant Man,
en sus vestidos ceñidos adornados con volantes y 1970.
MORENO VILLA, JOSÉ (1939): Locos, enanos, negros y niños
lentejuelas, y empuñando el micrófono como un pre-
palaciegos: gente de placer que tuvieron los Austrias en la
dicador, Jennifer Miller parece un Cristo travestido o, Corte española desde 1563 a 1700, México.
NOHAIN JEAN et FRANÇOIS CARADEC (1969): Vie exemplaire
más bien, con su cuerpo de mujer, un Cristo Queer.
de la femme à barbe, 1969.
El Amok ha denunciado las torpezas y crueldades de PAJOT, STÉPHANE (2003) : De la femme à barbe à l’homme-
la política reaccionaria de Bush, las grandes cuestio- canon, 2003.
PÉREZ SÁNCHEZ, ALFONSO EMILIO (1986): Monstruos, enanos
nes de la ciudad y del mundo, pero también las coti- y bufones en la corte de los Austrias, Madrid.
dianas, el día a día, desde una visión crítica, progre- SÁENZ DE MIERA, JESÚS (1994): “Lo raro del Orbe. Objetos de
arte y maravillas en el Alcázar de Madrid” en El Real Alcázar
sista y ecologista, para un público de calle difícil, de Madrid. Dos siglos de arquitectura y coleccionismo en la
multirracial y a menudo homófobo y machista. Pero corte de los Reyes de España, Madrid.
SANZ HERMIDA, JACOBO (1993): “Aspectos fisiológicos de la
de eso se trata, de que deje de serlo. Al parecer, el dueña dolorida: la metamorfosis de la mujer en hombre”,
éxito con los niños ha acompañado siempre a Actas del III Coloquio Internacional de la Asociación de
Cervantistas, Alcalá de Henares, 1990, Barcelona.
Jennifer Miller, dotada de grandes dosis de talento SMITH, DINITIA (1995): Step Right Up! See the Bearded Person!
pedagógico (Smith, 1995)3. New York Times, viernes, 9 de junio.
VELASCO, SHERRY (2000): “Marimachos, hombrunas, barbu-
El mundo de la mujer salvaje no se agota con las
das: the Masculine Woman in Cervantes”, Cervantes:
pilosas. En la exposición mencionada dedicamos sen- Bulletin of the Cervantes Society of America, 20.
ZAPPERI, ROBERTO (2000): El salvaje gentilhombre de Tenerife.
dos espacios a otras figuras del imaginario misógino
La singular historia de Pedro González y sus hijos, Santa
como la mujer fatal, la bruja, la mujer bestial, la his- Cruz de Tenerife.
46 revistavalencianad’etnologia
ENTRE LA ANTROPOLOGIA
Y EL DOCUMENTAL ETNOGRÁFICO
ENTREVISTA A PAUL HENLEY
CARLOS Y. FLORES*
Key words: formation, anthropology, audiovisual, (Disappearing World) eran transmitidas a la hora de
documentary, cinema mayor audiencia televisiva. Los productores de televi-
sión habían logrado desarrollar una fórmula televisi-
va exitosa: ir a regiones remotas del planeta y encon-
trar allí a antropólogos profesionales, generalmente
* Carlos Y. Flores realizó estudios en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia de México y continuó su formación en
norteamericanos y británicos, que pudieran servir de
la Universidad de Manchester, Inglaterra, en donde completó su traductores culturales para explicar a sus audiencias
doctorado con especialización en antropología visual en el
las vidas de los pueblos y personas generalmente no
Granada Centre for Visual Anthropology. Luego se desempeñó
como catedrático visitante en el programa de maestría en antro- occidentales y analfabetos viviendo en tales localida-
pología visual del Departamento de Antropología de
des. Para mediados de los años 1980 Granada TV,
Goldsmiths College, Universidad de Londres. Actualmente es el
Coordinador del Departamento de Antropología de la con sede en la ciudad de Manchester, ya había pro-
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Su
ducido unos 60 documentales de este tipo.
correo electrónico es: carlosyflores@aol.com
revistavalencianad’etnologia 47
Sin embargo, con el tiempo se fue haciendo ************************
evidente que los ritmos, tratamientos y enfoques ¿Es necesario ser antropólogo para hacer
antropológicos en relación a sus sujetos en el documentales etnográficos? Pienso en las
campo con frecuencia diferían radicalmente con películas que normalmente ganan en los festi-
los de los productores televisivos, quienes estaban vales de cine etnográfico, son en su mayoría
normalmente preocupados con finalizar sus pro- producidas por quienes no son antropólogos.
ducciones con parámetros específicos de tiempo y Bien, la respuesta a ello depende de lo que se
financiamiento. Esta situación generó la idea de entiende por “películas etnográficas”. Para mí, la
capacitar a antropólogos profesionales en el uso de categoría de “cine etnográfico” abarca diferentes
cámaras, técnicas de edición y manejo narrativo tipos de películas. Por un lado, están las lo que yo
documental con la idea de que ellos mismos pudie- llamaría “películas de documentación”. Ya desde
ran producir películas con mayor cercanía a los que A. C. Haddon llevó una cámara operada por
objetivos y métodos de la disciplina antropológica. manivela al Estrecho de Torres en 1898, los antro-
El resultado de tal iniciativa fue el nacimiento del pólogos han usado medios visuales para tal propó-
Granada Centre for Visual Anthropology y su pro- sito. Posiblemente la mayoría de los antropólogos
grama de maestría en antropología visual, un pro- que han llevado una cámara de imágenes en
yecto de cooperación entre el Departamento de movimiento al campo, incluso los de hoy en día,
Antropología de la Universidad de Manchester y ven en la cámara un instrumento para recoger
Granada TV, productora de la serie Mundo en datos que puede producir este tipo de documen-
Desaparición. El antropólogo Paul Henley, él mismo tación visual. Estas películas de documentación
un cineasta entrenado en la prestigiosa National pueden usarse para varios propósitos, como apo-
Film and Televisión School, en Beaconsfield, fue lla- yar los hallazgos de la investigación, ilustrar las
mado a dirigir este novedoso proyecto desde sus clases, como recurso visual en sitios web interacti-
inicios. Hoy en día, el Granada Centre es reconoci- vos, etc. Pero en todos estos casos, las películas no
do a nivel mundial como una de las principales se apoyan en sí mismas; tienen que ser respalda-
escuelas en antropología visual. das y contextualizadas por algún tipo de marco
En la siguiente entrevista, llevada a cabo con verbal.
motivo del XX Aniversario del Granada Centre, el Lo que a mí me interesa, y la forma en que
profesor Paul Henley reflexiona sobre la antropo- capacitamos a los estudiantes en el Granada
logía visual en general, su relación con el cine y la Centre es en el “documental etnográfico”.
antropología, sus transformaciones en los últimos Aunque sigo clasificando a esto como una forma
años y las contribuciones que de cara al futuro el de “cine etnográfico”, es diferente de la docu-
Granada Centre ha hecho en tal sentido. 1
mentación que acabo de describir. En este caso,
1 Para mayor información sobre el Granada Centre for Visual Anthropology, ir a la página:
http://www.socialsciences.manchester.ac.uk/disciplines/socialanthropology/visualanthropology/
48 revistavalencianad’etnologia
Paul Henley en práctica de video-documental con estudiantes del Granada Center (foto Carlos Flores).
no tratamos de utilizar la cámara como medio de controversias. Entre éstas están las que se dan en
recopilación de datos, sino más bien como una los contextos académicos antropológicos que
forma de representación. Nuestro objetivo busca intentan minimizar la cantidad de lenguaje cine-
combinar un interés etnográfico en la documenta- matográfico que va en la producción de una pelí-
ción con las convenciones narrativas y estéticas del cula, y por otra parte está la de los cineastas pro-
cine tal y como ha sido desarrollado en Occidente fesionales que hacen todo lo posible para evitar
con el fin de comunicar un entendimiento particu- recargar sus trabajos con lo que consideran un
lar, una visión particular, de una realidad cultural detalle etnográfico pedante. Por lo tanto, algunos
dada. No pretendemos poner meramente un ven esto como algo profundamente problemático.
espejo sobre el mundo, sino más bien contar una Ciertamente, con frecuencia no es fácil reconciliar
historia motivada sobre éste que no dependa de las demandas del reportaje etnográfico con las de
una contextualización verbal para hacerla com- la coherencia narrativa. Sin embargo, también hay
prensible. En ese sentido, el documental etnográ- otra forma de ver el asunto: el documental etno-
fico es algo como un híbrido, situándose provoca- gráfico puede igualmente ser visto como una
tivamente entre las fronteras de la etnografía y el oportunidad para apoyarse en lo mejor de los dos
cine. Por tal razón, ha sido sujeto de inacabables campos de conocimiento.
revistavalencianad’etnologia 49
Digo todo esto como un preludio para respon- ta a toda esta gente, ellos llegaron al mundo de la
der a la pregunta de si hay que ser un antropólo- antropología como cineastas, y no al revés. Ahora
go para realizar películas etnográficas. Depende bien, no hay razón, al menos en principio, de por
del tipo de cine etnográfico que esté hablando. Si qué uno no pueda llegar a la producción cinema-
está haciendo un documental etnográfico, se nece- tográfica desde un contexto de antropología for-
sitará tanto competencia etnográfica como cine- mal. Eso fue lo que hizo Rouch, y lo que hicimos
matográfica. Muy pocas personas tienen la opor- varios de nosotros cuando se nos dio la oportuni-
tunidad de desarrollar una competencia de alta dad a través del Esquema Leverhulme de
calidad en ambos campos, así que inevitablemen- Capacitación Cinematográfica (Leverhulme Film
te la mayoría de cineastas etnográficos tienen su Training Scheme) en la Escuela Nacional de Cine y
fuerte en uno de los dos. Ahora bien, si se piensa Televisión (National Film and Television School)
en los héroes de la tradición del documental etno- cerca de 20 años atrás. Es también lo que estamos
gráfico, con la notable excepción de Jean Rouch – tratando de lograr en el Centro Granada al capa-
e incluso él era un poco foráneo que llegó a la citar a nuestros propios estudiantes.
antropología a través de su interés por el surrealis- Debo confesar que hay una parte en mí que le
mo – por lo general son cineastas que han pasado preocupa que posiblemente el entrenamiento
largos periodos acampando en el mismo terreno intelectual que uno recibe a través de una educa-
que los antropólogos, en vez de haber sido capa- ción formal en antropología, como la que yo reci-
citados primero en antropología y de ahí se hayan bí, en la que uno aprende a analizar la informa-
vuelto grandes cineastas. Esto es cierto, por ejem- ción etnográfica y presentar conclusiones en la
plo, para los casos de David y Judith MacDougall, forma de un argumento textual, dificulta hacer la
John Marshall y Robert Gardner. Marshall y transición al diferente tipo de lenguaje, a la dife-
Gardner me parece que hicieron maestrías en rente inspiración que se necesita cuando se hace
antropología en algún momento, pero ambos son cine. Sobre la base de mi propia experiencia, diría
o fueron cineastas con un interés en la antropolo- que si uno se quiere volver un cineasta de docu-
gía, o en los mismos temas que generalmente mentales etnográficos, es una desventaja en cier-
interesa a los antropólogos. Ni David ni Judith to sentido el haber tenido un entrenamiento for-
[MacDougall] tienen algún tipo de certificación en mal en antropología, porque significa que es nece-
antropología como tal, hasta donde sé, pero una sario un poco de desentrenamiento para permitir-
parte importante de su formación como cineastas nos utilizar los medios visuales de forma más cre-
fue a través del Programa de Capacitación en Cine ativa e interesante. Sin embargo, mantengo la
Etnográfico (Ethnographic Film Training Program) esperanza de que es posible trabajar en diferentes
que Colin Young y otros organizaron en la registros intelectuales según el medio que se esté
Universidad de California en los Ángeles (UCLA) utilizando.
en los años 60. Sin embargo, si se toma en cuen-
50 revistavalencianad’etnologia
¿Cuáles han sido los principales objetivos del ¿Y en cuanto a la investigación?
Granada Centre desde que fue fundado en Queremos desarrollar al Granada Centre como un
1987? lugar basado no sólo en actividades educativas o
Durante la mayor parte de su existencia, el de capacitación. Nos interesa que crezca también
Granada Centre se ha desarrollado principalmen- alrededor de investigaciones sobre la relación
te alrededor de su programa de maestría, que entre los diversos entendimientos antropológicos
implica la capacitación de estudiantes que ya han contemporáneos, la percepción visual y sensorial,
obtenido un primer grado en antropología en la el arte y la estética, y en las maneras en las que los
utilización de medios visuales para propósitos medios visuales y auditivos pueden ser usados
antropológicos, definidos estos ampliamente, ya para desarrollar y representar tales entendimien-
sea al interior o fuera de la vida académica. En los tos. Para darle a esta actividad colectiva de inves-
últimos 20 años, más de 200 estudiantes han tigación mejor enfoque, hemos creado una nueva
pasado por el programa. Más recientemente, en unidad de investigación en el interior del Granada
los últimos cinco o diez años, hemos ido desarro- Centre y le hemos dado el nombre de EIDOS. Este
llando el programa de Doctorado con Medios es un acrónimo para Etnografía, Imágenes,
Visuales ¡del que tú fuiste el pionero! Hasta Documental, Objetos, Sonidos y Sentidos, que
ahora, cerca de 25 estudiantes han terminado o también hace referencia al término filosófico clási-
están dentro del programa de doctorado. co griego que se refiere a la forma exterior de una
También hay una nueva Maestría en Documental cosa, así como a la idea detrás de ello. Además de
Etnográfico, de la que se puede pensar como una ser un foro para la reflexión teórica, también que-
versión más larga del Proyecto Final de la maestría remos que EIDOS sea un lugar donde sean produ-
original, o como una versión corta del doctorado. cidos documentales y otras producciones audiovi-
Empezamos este programa el año pasado, y en la suales basadas en la investigación, así como que
actualidad hay dos estudiantes de medio tiempo sea un centro de recursos para la investigación.
participando en él. Lo interesante de este nuevo Hemos empezado la producción de películas de
programa es que el trabajo del estudiante podrá investigación a través del apoyo a nuestro
ser evaluado en su totalidad a través de la entre- Profesor-Investigador Honorario, Dick Werbner, en
ga de un portafolio de películas en un DVD con la producción de una serie de materiales basadas
una duración máxima de cuatro horas. Aunque en su trabajo de campo de muchos años en
también pueden entregar un texto escrito, no Botswana, que tratan sobre el asunto del bienes-
están obligados a hacerlo, pero al menos un ele- tar social, las consultas ocultistas y las curaciones
mento del DVD tiene que proveer un meta- carismáticas basadas en la fe. También hemos des-
comentario sobre los métodos y teorías que están arrollado la infraestructura de recursos para la
detrás de sus películas. investigación a través de la mejora activa de los
materiales ya existentes en el Granada Centre.
revistavalencianad’etnologia 51
Planeamos desarrollar esto mucho más el próximo Granada Centre últimamente depende de algún
año con la ayuda de un interinato que nos acaba tipo de definición sobre el propósito de la antro-
de otorgar una agencia gubernamental británica pología. Obviamente, antes de que se pueda con-
para promover la enseñanza y el aprendizaje en las testar la pregunta: ¿qué es la antropología visual?
ciencias sociales. También recibimos recientemen- se tiene que preguntar, más generalmente, ¿qué
te un apoyo de la Fundación Granada, que esta- pudiera o debiera ser la antropología? Con fre-
mos utilizando para la creación de una colección cuencia me encuentro con personas que miran
de obras maestras de documentales etnográficos, una película del Granada Centre y dicen: “¿Qué
organizada en base a autores. Ésta estará alojada tiene de antropológico esta película?” Mi respues-
en las instalaciones que ahora tenemos en el ta usualmente es: “dime lo que piensas qué es la
nuevo Edificio Arthur Lewis, donde podrán ser antropología, y luego te diré qué vínculo hay entre
consultadas por investigadores que se interesen esta película y tu definición de antropología”.
en su uso contemporáneo o en otros temas como De todas maneras la antropología es un fenó-
la historia de la disciplina académica de la antro- meno muy variado. Mi percepción es que a lo
pología, o más generalmente, en la forma en que largo de toda la práctica de un siglo o más de una
Occidente ha representado a sus Otros. antropología basada en el trabajo de campo, lo
que ha permanecido como un logro duradero son
Estos recursos no serán sólo para antropólo- las explicaciones etnográficas de comunidades,
gos entonces. regiones y experiencias particulares, en vez de las
No sólo para antropólogos, por supuesto. Si es teorías que han generado sobre las sociedades
que ha de servir para algo, la antropología debe humanas. Al final, estas teorías e ideas son una
de ser una forma de reflexión acerca de la condi- parte necesaria e importante de la disciplina, pues
ción humana, lo cual es del interés de personas han permitido una forma más sofisticada de des-
fuera del gremio inmediato de la antropología. Se cripción, una forma más sutil para comprender
puede pensar de la antropología – ésta por algo. Han respondido a diferentes intereses a tra-
supuesto es una perspectiva metropolitana, en vez vés de las generaciones. Sin embargo, al final lo
de la que se pudiera tener en Latinoamérica por que ha resultado valioso es la descripción etnográ-
ejemplo – como un proceso sistemático de refle- fica producida por tal reflexión teórica. Si se pien-
xión de la diferencia y diversidad cultural. sa en nuestro héroe, Bronislaw Malinowski, se ve
Entonces sus producciones deben de estar abier- que la mayoría de sus teorías eran descabelladas.
tas a todo aquel interesado en estos asuntos y no Lo que hemos conservado de su trabajo como
sólo entre quienes llevan la etiqueta de antropolo- algo valioso son en realidad dos cosas: su metodo-
gía. Esto se refiere de otra forma a la pregunta logía de campo por un lado, y la descripción etno-
acerca de los objetivos del Granada Centre, ya que gráfica que produjo acerca de la forma de vida de
cualquier intento por definir los objetivos del los isleños trobrian. Se puede decir lo mismo de
52 revistavalencianad’etnologia
Paul Henley en práctica de video-documental con estudiantes del Granada Center (foto Carlos Flores).
Radcliffe Brown: sus teorías de la sociedad son y también en una variedad de temas teóricos que
ahora casi risibles, pero al leer su descripción etno- provienen del interés actual en la antropología
gráfica de los isleños andaman a partir de más o sensorial. También hay colegas en el departamen-
menos 1905, uno todavía puede quedar impresio- to mayor de antropología en Manchester que tie-
nado por la calidad de tal descripción. nen un interés en la cultura material, objetos y
museología, por lo que existen ciertas sinergias de
¿Qué ha cambiado y qué continúa existiendo intereses que estamos desarrollando con ellos. En
en el Granada Centre después de 20 años? la práctica, lo “visual” que se incluye en el nom-
Pienso que los objetivos del Granada Centre se bre del Granada Centre for Visual Anthropology
han diversificado en vez de cambiado como tal. Es se ha convertido en algo no tan apropiado desde
decir, con la contratación de mis colegas Rupert que ahora tenemos un rango de intereses más
Cox y Andrew Irving, hemos expandido el rango amplio que meramente lo visual. Tanto el abanico
de nuestros intereses colectivos para incluir de actividades en el interior de EIDOS, nuestro
medios de comunicación que no sean cine/video y centro de investigación, y la variedad de opciones
nuevos intereses teóricos. En ese sentido, ahora en el interior del programa de maestría reflejan
nos interesamos no sólo en documentales sino esta diversificación de objetivos. En el programa
también en una etnografía fotográfica y acústica, de maestría, por ejemplo, ahora hay dos “cami-
revistavalencianad’etnologia 53
nos”: en el primer semestre, todos los estudiantes existe cierta simpatía entre la metodología del cine
del programa toman cursos en antropología visual observacional y la perspectiva general de la antro-
en general y en la historia del cine etnográfico al pología. Hay ciertos aspectos comunes entre las
mismo tiempo que reciben un entrenamiento bási- ideas de la observación participante y el respeto
co de producción documental a través del trabajo por la voz de los indígenas, y la metodología que
en tres proyectos documentales diferentes. En el fundamenta al cine observacional. También hay
segundo semestre, sin embargo, mientras que una forma similar de estética, que es un tanto
algunos estudiantes continúan desarrollando sus puritana. Es importante enfatizar que es puritana
habilidades cinematográficas, con más proyectos no tanto porque se le asocie con una ciencia natu-
de producción de videos, otros toman un camino ral seria y cierto reclamo ilusorio de objetividad,
más amplio, que incluye fotografía, etnografía sino porque se cree que mientras más se cargue al
acústica y cultura material, aunque tal elección documental con efectos visuales especiales o
también significa un trabajo práctico. música, más se oscurecen las voces y experiencias
Sin embargo, con respecto a la producción de los protagonistas, y los ritmos y sonidos de su
documental en sí misma, no estoy seguro de que forma de vida. Son precisamente estos rasgos de
haya cambiado mucho, en el sentido que todavía una realidad cultural dada que las películas están
está fundamentada por una tradición muy particu- particularmente bien situadas para refrendar y que
lar de cine etnográfico, que yo diría toma su inspi- son casi imposible de comunicar con el mismo
ración – más que ser una simple reproducción – grado de efectividad a través de un texto etnográ-
del cine observacional. En el mundo en que vivi- fico. Por supuesto, todos reconocemos que cual-
mos, esto suena casi como una admisión de derro- quier película etnográfica está basada en la visión
ta, pues uno debería de estar cambiando todo el subjetiva del cineasta, pero es una cuestión de
tiempo. Sin embargo, la calidad de los documen- gradación. Quisiera pensar que esta estética
tales ha mejorado enormemente durante ese sobria tiene que ver más con el respeto al sujeto,
periodo, y su sofisticación también. Pero, en su que con una falta de visión o ambición en la eje-
mayor parte, estos todavía pertenecen a un estilo cución del documental.
particular muy identificable.
¿Normalmente a dónde van sus estudiantes
¿Están ustedes abiertos a abrir las puertas a después del curso? ¿Han mantenido ustedes
diferentes estilos, a otra clase de propuestas un registro de lo que pasa con ellos después
visuales? de dejar el Granada Centre?
En principio quisiera pensar que estamos abiertos Es muy difícil darles seguimiento a unos 200 estu-
a cualquier tipo de perspectivas. No pienso que el diantes dispersos en todo el mundo a lo largo de
cine observacional y sus variantes deben de ser un más de dos décadas. Hemos mantenido un regis-
fetiche. Sin embargo, desde mi punto de vista, tro razonable, pero no puedo dar de memoria nin-
54 revistavalencianad’etnologia
guna información estadística. Lo que puedo decir exitosa novelista. Cuando le comenté que espera-
es que, inicialmente, más de la mitad de nuestros ba que ella no sintiera que había perdido todo un
graduados van a trabajar en algún tipo de activi- año con nosotros, me contestó: “para nada, todo
dad relacionada con la producción cinematográfi- lo que sé acerca de narrativas escritas las puedo
ca fuera de la vida académica. Las cifras pudieran rastrear en lo que aprendí primeramente en el
ser de hasta 60 o 70 por ciento en los primeros Granada Centre”. Otros graduados regresan, de
años. En el Reino Unido, esto significa normal- una forma u otra, al mundo académico, aunque
mente trabajar en la televisión, pero en otras par- ellos encuentran con frecuencia que se han vuelto
tes puede significar trabajar en museos, con auto- posibilitadores más que hacedores. Ciertamente
ridades gubernamentales regionales o en cuestio- esta fue mi propia situación. Tomando en présta-
nes por el estilo. Sin embargo, muy pocos pueden mo una imagen de mi antiguo mentor en la
continuar siendo especialistas en producción cine- National Film and Television School, Colin Young,
matográfica por el resto de sus vidas. ya no me describiría más como un cineasta, sino
Simplemente no hay tantas oportunidades de tra- más bien un “hacedor de cineastas” [film-maker-
bajo para los cineastas y ciertamente no las hay si maker]. No hago muchas películas en la actuali-
se quieren especializar en cine etnográfico. dad, pero sí produzco cineastas. Pienso que es la
Muchos de nuestros graduados en el Reino Unido misma experiencia de mucha gente, y en muchas
trabajan en la televisión por cuatro, cinco, y posi- carreras. Hacer cine es muy divertido, pero es poco
blemente diez años, pero la seguridad y continui- predecible. No existe una carrera fácil en la pro-
dad que se comienzan a percibir como necesarias ducción de cine.
para cuando se alcanzan una edad cercana a los
35 años simplemente no se encuentra allí. Así que ¿Las solicitudes para entrar a la maestría toda-
llegado ese momento, varios buscan formas más vía siguen estando en el rango de tres por
estables de empleo, aunque éste pueda seguir cada estudiante aceptado?
estando relacionado con el cine (por ejemplo tra- A pesar de las pocas posibilidades de un empleo
bajar como organizadores de festivales de cine). O de largo plazo en la producción documental etno-
puede existir un tipo diferente de empleo que uti- gráfica, la demanda se mantiene muy fuerte para
liza habilidades similares, ya que la producción lugares como el Granada Centre, aunque la pro-
documental requiere de la implicación intensiva porción de solicitud-aceptación ha disminuido
con los sujetos, y convertir tal experiencia en una considerablemente. En parte esto se debe a que
narrativa comunicable. Pienso que nuestra maes- ahora tenemos muchas más plazas. Seguramente
tría da a los estudiantes todo tipo de capacidades recuerdas que durante los primeros diez años de
transferibles que les serán útiles en la vida. Una de vida del curso nuestro número ideal era de ocho
nuestras graduadas, por ejemplo, se volvió perio- estudiantes, mientras que ahora es de 24.
dista de texto escrito y más adelante se hizo una También se debe a que ahora hay otras dos bue-
revistavalencianad’etnologia 55
nas maestrías en antropología visual en el Reino necesita numerosos recursos, tanto para los estu-
Unido, una en Goldsmiths College, Universidad de diantes como para los maestros. Así que los pro-
Londres, y la otra en Oxford. Cada uno de los tres gramas basados en la producción documental
programas ofrece una composición diferente de siempre son vulnerables a la hora de recortes por
teoría y práctica: la nuestra continúa siendo inten- razones económicas. Alrededor del mundo, han
samente práctica, mientras que en Oxford virtual- existido una buena cantidad de programas que
mente casi no hay instrucción técnica, ciertamen- han florecido por un tiempo para luego desapare-
te no en producción documental, y Goldsmiths se cer o pasar a un estado de relativa hibernación.
encuentra de cierta forma entre los dos, con más Puedo pensar en algunos como por ejemplo el de
instrucción técnica que en Oxford, pero considera- la Universidad del Sur de California, o el de la
blemente menos de la que ofrecemos nosotros. Universidad de Nueva York (NYU), en los que hace
Sospecho que padecemos de alguna manera del diez o quince años atrás se encontraban tan acti-
hecho de que como ciudades, Oxford y Londres vos como el nuestro, y cuyos documentales hechos
son más atractivas que Manchester para los por sus estudiantes se podían ver con frecuencia
potenciales solicitantes, particularmente entre los en los festivales internacionales de cine. Sin embar-
extranjeros. Sin embargo, de hecho, pienso que go, de pronto entraron en un periodo de relativa
Manchester es una gran ciudad para desarrollar inactividad, aunque ahora parece que pudieran
un programa como éste debido a que tantos dife- estar despertando otra vez. Muchos de estos pro-
rentes mundos culturales colisionan aquí y por lo gramas dependen de un personaje central que
tanto provee infinitas oportunidades para el cine anima y los mantiene en funcionamiento durante
etnográfico. En comparación, Oxford es una ciu- un periodo largo de tiempo. Cuando esta persona
dad muy uniforme, culturalmente hablando, y sos- abandona el lugar o tiene otras cosas que hacer,
pecho que Londres es simplemente una ciudad los programas decaen. Por ejemplo, existió por un
muy grande y cara para la mayoría de estudiantes. tiempo un programa muy dinámico en la
Universidad de Amsterdam, que era inspirado por
¿Qué hay de otros programas de antropología una persona en particular, pero cuando los recortes
visual en el mundo? económicos llegaron, su contrato temporal no fue
Los programas de antropología visual parecen ser renovado y el programa colapsó. Por otra parte, el
altamente susceptibles a los caprichos de modas programa en la Universidad de Leiden, dirigido por
intelectuales y de su financiamiento. Esto en parte Stef Meyknecht y Metje Postma, lleva ya funcio-
se debe a que es difícil lograr un buen equilibrio nando bastante tiempo, aunque se restringe a
entre lo intelectual y lo técnico de tal forma que estudiantes de licenciatura. También está el progra-
llene los requerimientos indicados en un ambiente ma en Tromsø [Noruega] que continúa floreciendo
académico. La producción documental, en particu- pese a cambios recientes en su personal. También
lar, también consume mucho tiempo y además está un programa relativamente nuevo en el Film
56 revistavalencianad’etnologia
Studies Center en Harvard, dirigido por Lucien excelente debut y tomará la dirección del progra-
Taylor y Ilisa Barbash. Sus estudiantes están produ- ma de maestría a partir del otoño de 2008.
ciendo trabajos muy interesantes. Sin embargo en
Francia, no estoy seguro de que algo esté suce- ¿Se puede ser optimista sobre el futuro de la
diendo en este sentido desde la muerte de Jean antropología visual o continuará siendo mar-
Rouch, lo cual es trágico. Tampoco parece haber ginal en el interior del campo antropológico
ningún programa práctico de larga duración en más amplio?
Alemania, aunque ciertamente existe un fuerte Tengo mucho optimismo por el futuro de la antro-
interés por la antropología visual entre los estu- pología visual. Sin embargo, pienso que siempre
diantes alemanes, ya que muchos de ellos solicita- será una especialidad. No puedo verla tan central a
ron un lugar en nuestra maestría. la antropología como, por ejemplo, el estudio de la
Una de mis preocupaciones, obviamente, des- religión, o como el parentesco una vez lo fue. No
pués de haber hecho esto durante 20 años, es obstante, dado que lo visual es una parte tan impor-
encontrar a otra persona que quiera continuar tra- tante de nuestro mundo contemporáneo no es posi-
bajando en la misma dirección general en que lo ble que no sea también un aspecto importante de la
hemos venido haciendo. Esto no ha sido fácil. El disciplina académica de la antropología. Cada eva-
número de solicitudes que hemos recibido para las luación externa que tenemos sobre la antropología
plazas que hemos anunciado en el Granada Centre en Manchester en años recientes apuntan a lo
ha sido mucho menor del que recibimos cuando importante que es el Granada Centre para el depar-
anunciamos una plaza en antropología social más tamento de Manchester, o para el “área disciplinar”,
general. Una posición en el Granada Centre como se le llama ahora. Esto también es fácil de
requiere de una combinación de habilidades que demostrar por las estadísticas estudiantiles. Más de
no es usual. Por un lado, requiere una competen- la mitad de todos los estudiantes de maestría en
cia técnica considerable, y por el otro una compe- Manchester son estudiantes de antropología visual.
tencia teórica en antropología visual y más amplia- Todavía más significativo es que por lo menos un
mente una competencia en antropología social en tercio de todos los estudiantes de doctorados son
general. Esto, más el hecho de que se espera que estudiantes de antropología visual.
alguien venga a vivir a Manchester, significa que la
cantidad de personas que se están seleccionando ¿Qué temas están trabajando los estudiantes
es relativamente pequeña comparada con la antro- de doctorado?
pología social más general. Sin embargo, sólo se Existen bastantes temas sobre Latinoamérica.
necesita de un buen candidato para lograr una Valentina Bonifacio, de Italia, está trabajando
buena contratación, y estoy muy contento de que sobre identidad indígena y derechos territoriales
recientemente logramos captar a tu compañera de en Paraguay; Alex Boudreault-Fournier, que es de
promoción, Angela Torresán, quien ha hecho un Québec, trabaja en el hip-hop en Santiago de
revistavalencianad’etnologia 57
Cuba y cultura popular; mientras que Raúl fotografías y gráficas sobre-impuestas que él
Zevallos, del Perú, está trabajando en conceptos mismo producirá.
culturales de los paisajes en los Andes y la amena-
za de las compañías mineras que planean devastar En términos institucionales, ¿cuál puede ser la
la región. Johannes Sjöberg, originario de Suecia y proyección del Granada Centre más allá de
que se encuentra en el área disciplinar de Drama, Manchester? Sé que están apoyando un progra-
pero que es uno de nuestros graduados de la ma de antropología visual en China. También
maestría y también uno de los estudiantes que has estado en Cuba, me parece, y en México.
superviso, ha hecho una excelente etnoficción ¿Es una práctica personal o institucional?
roucheana sobre travestís en São Paulo; Andrea Existe un enorme interés a nivel internacional en la
Cicaló, de Italia, ha venido trabajando en Salvador antropología visual que durante mis 20 años como
de Bahía, sobre identidad negra. Todos ellos tie- director del Granada Centre he tratado de atender.
nen cortometrajes como parte de su investigación. Por mucho que pensemos que el planeta se ha
No es sólo sobre Latinoamérica que nuestros hecho uniforme por la globalización, continúa exis-
estudiantes de doctorado han hecho documenta- tiendo una remarcable diversidad de experiencias
les. Penny Moore, de Australia, ha producido un humanas a lo largo del mundo contemporáneo.
documental en Viena como parte de su estudio Pienso que el papel potencial del documental para
etnográfico de músicos jóvenes en la ciudad; dar testimonio de toda esta variedad de experien-
Alyssa Grossman, de los Estados Unidos, estará cia humana sigue siendo muy importante.
editando uno o más documentales a partir del Ciertamente, tenemos estos vínculos con China.
material que filmó alrededor de la memoria en la Ayudamos a levantar un programa en Kunming, en
Bucarest post-socialista. Rachel Webster se el suroccidente de China. Floreció por un tiempo,
encuentra actualmente en el campo en Kashmir y pero ahora parece que pasa por un periodo de
estará produciendo un documental sobre la niñez inactividad, aunque quién sabe, quizá vuelva a flo-
entre pastores nómadas musulmanes; Aliaa recer nuevamente. Al mismo tiempo, recientemen-
Remtilla, que es canadiense y de origen ismaili, te establecí una nueva serie de contactos con la
estará produciendo una película como parte de su Universidad de Tsinghua, en Beijing. Igualmente y
trabajo de campo entre la comunidad ismaili en por pura coincidencia, se están estableciendo dos
Tajiskistán. También hay otros proyectos en la línea programas diferentes en antropología visual en
de producción. Más cerca de casa, empezando el San Petersburgo, y nosotros estamos en contacto
próximo año, Michael Atkins estará trabajando con ambos. Tengo otro colega, a quien conozco
sobre encuentros furtivos gay (cruising) en las desde mi estancia en Cambridge, que trabaja en la
calles de Manchester, pero dadas las obvias dificul- Universidad Nacional de Singapur y está levantan-
tades éticas de utilizar video en este tema, planea do un programa allí. Como sabes, Sylvia Caiuby
apoyar su etnografía con una combinación de modeló su centro en São Paulo sobre el programa
58 revistavalencianad’etnologia
que teníamos en el Granada Centre. Esperamos alguna manera se ha mantenido indepen-
que existan más desarrollos en ese sentido en diente de tales vertientes mayores?
México, ahora que tú, Axel Köhler, Antonio Zirión La corriente principal de la antropología otorga
y Alejandra Navarro Smith se encuentran bien esta- cierto contexto en el que la antropología visual
blecidos allí. Fui a Cuba recientemente, donde exis- puede florecer. Sin embargo, no necesariamente
te un creciente interés en la antropología visual, implica un vínculo de causa y efecto. El postmoder-
aunque realmente no existe allí ningún tipo de nismo representó un paso en una dirección diferen-
actividad antropológica institucionalizada con el te a la abstracción y en un interés en la etnografía,
que se pueda asociar. Existe incluso cierto tipo de lo cual es bueno para la antropología visual basada
escepticismo oficial acerca de la antropología en en la producción de películas, ya que el cine es
general. Esta desconfianza posiblemente se da bueno en la descripción, corporeidad, representa-
porque ellos ven la antropología como algo que se ción y es inútil para la abstracción. El interés por los
dedica a la preservación de la última costumbre de sentidos también es bueno para la recepción de
esto o lo otro, en vez del estudio de formas emer- una antropología basada en el cine debido a que,
gentes de experiencia cultural como el hip-hop en nuevamente, esto tiene que ver con la corporeidad.
Santiago del que hablaba antes o muchas nuevas Ahora, obviamente, en una película uno sólo tiene
actividades culturales que se están desarrollando acceso a dos sentidos primarios, el de la vista y el
en muchas partes de la isla. Sin embargo, como es auditivo, pero dado que mucha de la literatura con-
sabido, la cultura es en buena medida una preocu- temporánea es acerca de estos dos sentidos, todo
pación central del Estado, así que el control de la esto es bueno para alentar a la gente a abrirse al
expresión cultural es también parte de su preocu- cine como un medio para la antropología.
pación. Por lo tanto, el tipo de principios sobre los Verdaderamente, como lo he descrito, el interés en
que se basa el cine observacional, que tiene que la aplicación de los medios auditivos y visuales para
ver con la observación discreta de la vida social, es la exploración de los temas de la antropología sen-
algo que es muy difícil de practicar en el contexto sorial es una de las preocupaciones centrales de
cubano contemporáneo. Sin embargo, éste es un nuestra nueva unidad de investigación de EIDOS.
ejemplo de situaciones en las que se necesita Sin embargo, pienso que continúa existiendo un
encontrar un enfoque apropiado, por lo que se tipo de tensión entre la antropología visual entendi-
tendrá que desarrollar allí un método de trabajo da como el uso de los medios auditivos y visuales
distinto. para propósitos de la antropología, y la antropología
visual entendida como el estudio de lo visual, lo que
¿En estos 20 años la antropología visual en el no es necesariamente la misma cosa. Uno puede
Granada Centre se ha visto afectada por usar los medios visuales para representar lo visual, ya
corrientes teóricas emergentes, como el post- que manejan formas únicas que el texto escrito
modernismo, o la antropología sensorial, o de nunca tendrá. Pero sigo pensando que existe cierto
revistavalencianad’etnologia 59
tipo de desfase entre el llegar a una conclusión teó-
rica en la antropología visual y su concreción en el
cine. Existe una tendencia entre los antropólogos
académicos en creer en que uno debe llegar prime-
ro a una conclusión teórica y luego hacer una pelí-
cula de ello. Sin embargo, el proceso no funciona
así. Partir de la teoría a la práctica generalmente
producirá una película que no va más allá de algo
parecido a un dibujo con números indicando qué
colores deben ir en sus secciones (paint-by-numbers
film), en vez de una película inspirada por el tipo de
visión creativa que es diferente al texto escrito.
60 revistavalencianad’etnologia
PASOS HACIA UNA
ANTROPOLOGÍA
VISUAL APLICADA
Este artículo narra el itinerario seguido por la autora desde una formación autodidacta en antropolo-
gía visual hasta la aplicación de esta forma de trabajo en proyectos de investigación social y en la
docencia de ciencias sociales en titulaciones de comunicación. Al relatar la experiencia vivida se refle-
xiona sobre el futuro de la antropología visual toda vez que se incorporan las nuevas tecnologías de
la comunicación a la vida cotidiana de los informantes.
Palabras clave: Antropología visual, antropología aplicada, investigación, docencia de antropología visual
Abstract: This article narrates the itinerary followed El recorrido como experiencia vivida
by the author from a self-taught formation in visual Este texto tanto como mi transitar por la antropolo-
anthropology to the application of this form of work gía visual deberían incluir una dedicatoria a la pri-
in projects of social investigation and teaching of
mera persona del plural, ningún otro encabeza-
social sciences in communication degrees. When rela-
miento haría más justicia a un proyecto coral y poli-
ting the lived experience is reflected on the future of
fónico como el que describo. La investigación socio-
the visual anthropology every time the new technolo-
gies of the communication to the daily life of the visual que practico ha sido y es un trabajo en equi-
informants are gotten up. po, que no en grupo, no sólo porque la realización
de documentales así lo requiere sino también por-
Keywords: Visual anthropology, applied anthropo- que en la interacción de un equipo analista cual-
logy, social research, training in visual anthropology.
quiera se da la parte de dinámica de la que la temá-
tica no se puede desligar. Cuanto ocurre en la
antropología visual que propongo guarda relación
con la cultura de pactos, y pactar es acordar una
“obligación mutua de observancia” (Lagarde,
1999), pactar es negociar significados y conjuntar
intersubjetividades. En un rodaje de documental,
por ponernos en una situación concreta, alcanza-
mos a desarrollar un modelo de equivalencia, que
no equidistancia, aprendiendo que las negociacio-
nes se establecen como forma contingente de
*Universidad Rey Juan Carlos, Madrid.
ana.martinez@uajc.es igualdad y de isonomía. Trabajando con movimien-
revistavalencianad’etnologia 61
tos sociales encuentro el camino allanado para revi- sino también becas para pasar los meses de verano
sar mi identidad de sujeto en proceso: como mujer viajando por América Latina y descubriendo “otras
en el feminismo, el ámbito de la siempre mejorable antropologías”.
sororidad; como madre en el espacio de las asocia- Mientras cursaba el segundo ciclo de la especia-
ciones de madres y padres. Resulta preciso, llegados lidad en Antropología de América me percaté de
a este punto, retroalimentar nuestra posición ante que una parte de mi formación no me estaba sir-
el pacto con una apuesta por la primera persona del viendo para hacer la investigación social que quería
plural. Ésta y no otra sería la enseñanza rescatada y hacer, al tiempo que quedaban fuera del plan de
rescatable del tiempo dedicado a la investigación estudios aspectos de los que ningún profesor nos
social y visual. Me quedo con la riqueza compleja estaba hablando. El profesor de Etnología de la
de pertenecer a esa primera persona del plural Península Ibérica, Carlos Caravantes García, nos
estando en ella y con ella. Un nosotros “yoificado” animó a indagar por nuestra cuenta a un reducido
porque sólo es posible realizar una investigación grupo de antropólogos recién licenciados y dispues-
sociovisual en grupo, también porque las ideas no tos a convertirnos en autodidactas. Formamos el
son de nadie y porque el proyecto vital comunitario Taller de Antropología Visual en la Universidad
es, seguramente, el único posible. Todos los seres Complutense en 1992: Manuel Cerezo Lasne,
humanos nacemos y morimos en la soledad acom- Penélope Ranera Sánchez y yo misma seguimos tra-
pañada que nos define, como recuerda el paleoan- bajando juntos hasta 1997. Hemos realizado 6
tropólogo Arsuaga, lo social fue primero ya cuando documentales etnográficos desde entonces con el
los primeros homínidos buscaron en el horizonte un colectivo A buen común, surgido de aquel proyecto
lugar mejor donde vivir. La primera persona del plu- antropológico inicial y al que se fueron añadiendo
ral nos representa en una unicidad colectiva en la personas venidas de la psicología, la educación o
que, hasta el que se mueve, sale en la foto. los medios audiovisuales. Hoy me gano la vida ense-
Empecé estudiando Geografía e Historia en la ñando sociología en titulaciones de comunicación
Universitat de València, en el segundo curso me di en la Universidad Rey Juan Carlos y la posibilidad de
cuenta de que me había equivocado: buscaba algo llevar a cabo una antropología visual aplicada a la
a lo que el profesor de Historia Antigua le puso el docencia me mantiene en contacto con esta línea
nombre de “antropología”. Pregunté a quien sabía de trabajo.
y me hablaron de la posibilidad de estudiar el Aterrizar en la antropología supuso para mí
segundo ciclo en el departamento de Tarragona y todo un hallazgo: encontré una línea de pensa-
en el de la Complutense de Madrid. Decidí irme a miento donde, en verdad, nada me era ajeno: ni lo
una ciudad mayor que Valencia porque pensé que social ni lo visual, ni las ciencias sociales ni la comu-
la oferta cultural y formativa me iba a permitir nicación. Hablo de investigación social asumiendo
encontrar lo que no tenía en mi ciudad. Así fue, en que investigar equivale a indagar en lo social.
Madrid hallé no sólo innumerables cursos y talleres Apuesto y creo en unas ciencias sociales por defini-
62 revistavalencianad’etnologia
ción humanas, que no renuncian a integrar las esfe-
ras del sujeto, el grupo y la cultura, es decir: lo psi-
cológico, sociológico y antropológico. Y ello, sin
perder el vínculo con la creación, o para mejor decir
con la cre(ac)ción artística y visual. Se trata de
entender lo visual, desde la emisión, como investi-
gación y expresión artística; pero también, desde la
recepción, como acción docente y comunicación
social. 2. Una representación gráfica de antropología
La antropología visual, así la entendíamos en el visual aplicada
Taller de Antropología Visual en los noventa y así la El cuadro de la antropología visual preside la galería
sigo entendiendo ahora, constituye un modelo de de mis logros en investigación social por cuanto
investigación social multiparadigmática e interdisci- resume todas y cada una de las propuestas y apues-
plinar. Pretendemos unas “ciencias” sociales (así, tas en la que he participado. En este modelo inte-
entrecomillado y en plural) en pos de una sociedad grado por defecto radica la definición de investiga-
que puede ser transformada a pequeña escala, y a ción social en sus dos vertientes. La primera mitad
petición de los interesados, desde los procesos inter- del díptico se refiere al proceso de comunicación
subjetivos que podamos y queramos generar. Al propio de toda creación visual: investigación e inter-
rememorar esto, retomo la definición de etnografía vención social entendidas como una suerte de
que por aquél entonces barajaba la llamada “antro- expresión artística en tanto manifestación de/sobre
pología postmoderna” y que hoy mantiene su un colectivo humano. El fondo que contextualiza la
vigencia. Entender el proceso etnográfico como una imagen principal se describe a partir de los paráme-
negociación de significados, como conjunción de tros de una investigación que conecta el proceso
realidades compartidas (Marcus y Cushman, 1991), individual del sujeto-analista con el cambio que, a
trae consigo asumir la intersubjetividad y el relativis- mayor o menor escala, tiene lugar en el ámbito
mo cultural como supuestos metodológicos. En el investigado. Mi modo de proceder en antropología
decir más complejo de Paul Rabinow: “la etnografía visual resulta de la equidistancia entre investigar
es un proceso de construcción intersubjetiva de for- motu propio y la demanda del sujeto-objeto investi-
mas liminales de comunicación” (1992:144). De gado (demanda que se analiza y redefine en
esta conjugación entre el interés por contar y la común). En contra de lo que puede parecer, no se
necesidad social de la escucha, surge una antropolo- trata de un trabajo en respuesta al encargo de un
gía visual procesual y productiva a la vez, un cliente. En el mismo proyecto comienza a vislum-
encuentro entre lo social y lo visual del que estas brarse la posibilidad de intervención, trabajo con los
páginas son testimonio. sujetos porque nadie mejor puede definir cuanto les
ocurre; y, si así fuera el caso, a los protagonistas
revistavalencianad’etnologia 63
corresponde indagar las posibilidades de transfor- adecuación entre éstos y las herramientas de investi-
mación de su situación. gación idóneas para su consecución.
El fin último representado en el díptico consiste La segunda parte del díptico empieza cuando el
en la emisión de un mensaje por parte del sujeto- primer proceso termina, esto es, en la recepción del
objeto de análisis en diálogo intersubjetivo con el mensaje; éste, a su vez, desencadena una nueva
equipo investigador. De las diferentes fases de la emisión en una dinámica de retroalimentación que,
investigación (observación, análisis y producción) como casi todo análisis social, tiende al infinito. Se
emerge un producto audiovisual pensado para la ven con escasa frecuencia diseños biunívocos de
difusión (bien al gran público, bien a un colectivo con- investigación que contemplen la doble vertiente del
creto de especialistas) cuya perspectiva, forma y con- proceso, precisamente por eso cobra mayor sentido
tenido quedan siempre eclipsados por la propia natu- la necesidad de aportar una visión completa de la
raleza del soporte audiovisual. Los destinatarios mino- comunicación, siquiera sea por cumplir con mínimo
ritarios a veces coinciden con quienes demandan la rigor la exigencia de que toda investigación debe
intervención, circunstancia que complica -más si conllevar un meta-análisis (cuestión básica en la
cabe- el proyecto por la especificidad del medio epistemología de las ciencias sociales). El contexto o
audiovisual. La larga experiencia de convivencia con el imagen de fondo de este lado del cuadro es el pro-
texto escrito, me lleva a distinguir un texto especiali- pio de la investigación aplicada a la docencia, o la
zado de otro de divulgación, aún cuando puede darse docencia misma. El producto visual analizado es el
una perversión de significados si se presentan, por mensaje emitido que, toda vez sometido a las fases
ejemplo, las conclusiones de una investigación con el de una investigación social, fructifica en un nuevo
formato de un reportaje periodístico en una publica- producto con formato escrito, audiovisual o multi-
ción periódica generalista. De ahí que el esquema que mediático. De nuevo, conviene no olvidar que, en
expongo atienda al proceso de comunicación sin función del receptor, requeriremos, o no, de apoyo
obviar la recepción, puesto que, en función del recep- técnico profesional: no es lo mismo dar una clase
tor, se puede optar por una presentación académica presencial a un grupo reducido que trabajar en
en formato powerpoint, una foto, un DVD o “simple- aprendizaje virtual o e-learning. Si bien es cierto que
mente” una página web para “colgar” los documen- las condiciones de trabajo deben tenerse en cuenta,
tos y que puedan ser consultados por el público. El fin ello no implica una posición desfavorable para el
perseguido con este análisis del proceso comunicati- investigador-docente que incorpora nuevas tecnolo-
vo es evitar a toda costa que la investigación social gías: los medios llegan a un mayor número de per-
quede justificada sólo en función del uso de las herra- sonas y generan una información imposible de pro-
mientas, o peor aún, del formato de presentación; lo ducir en un contexto de investigación no mediático.
cual, dicho técnicamente, sería “matar moscas a La aplicación de los medios audiovisuales a la
cañonazos”. La fase inicial del proyecto debe detener- investigación social empieza a generalizarse cuando
se en la delimitación de los objetivos, sin olvidar la las técnicas “tradicionales” resultan claramente
64 revistavalencianad’etnologia
insuficientes, por eso tales técnicas y soportes son
punto de partida para esta propuesta. Un texto
visual cataliza la producción de discursos, es decir,
de sentidos; de ahí su valor en lo social. La imagen
denota y connota, condensa y permite, la decodifi-
cación de significados: no es tanto que valga más de
mil palabras, sino que, a partir de ella, pueden obte-
nerse mil palabras del sujeto-objeto que realiza y/o
interpreta dicha imagen. En consecuencia, toda Postulo, en base a mi experiencia, que la investi-
composición visual facilita el acceso a los contextos gación con medios audiovisuales responde, de una
concretos donde tiene lugar la producción de los parte, a un proceso/dinámica bidireccional de emi-
discursos-sentidos sociales; esto hace más sencilla la sión-recepción-emisión (entre productores/realizado-
abstracción, e incluso la extrapolación implícita, que res y público); y de otra, a un proceso/dinámica trian-
analista y analizado (observador y observado) reali- gular en la tarea del equipo de investigadores (investi-
zan en dicho producto visual. gadores sociales, técnicos audiovisuales y sujetos-
Cuando hablo de investigaciones concretas es objeto investigados). La actual incorporación de las
porque asumo que sólo desde la experiencia puede nuevas tecnologías en la sociedad permite, asimismo,
lograrse el manejo coherente y riguroso de la propia que cada vez sean más los informantes que realizan
práctica, así como el conocimiento y la utilidad deri- sus propios productos audiovisuales; algo que, al
vados de ella. No ofrezco nada parecido a un tiempo, genera nuevos datos, y éstos nos llevan a
manual de antropología visual aplicada al uso, por- otros, en un flujo sin fin de (auto)retroalimentación y
que entiendo que las investigaciones sociales consti- enriquecimiento. Éstas serían las ventajas principales
tuyen situaciones de resolución de problemas y referidas a la emisión del proceso comunicativo que se
toma de decisiones para cuyo fin la metodología no da en toda investigación social. No obstante, convie-
es sino un medio. Perdemos la perspectiva de la ne revisar otras reflexiones que nos ilustren a la hora
investigación si nos centramos en la metodología o de aplicar el método y las técnicas que propongo.
en los soportes. Esto es, en el proceso de investiga- La fotografía y el cine surgen, como no podría
ción conviene no desatender los objetivos porque ser de otro modo, en el tránsito entre el siglo XIX y
terminamos descentrados en la aplicación de la el XX, precisamente cuando las ciencias sociales
herramienta y no alcanzamos a resolver los propósi- están viviendo su edad de oro. En ese gran avance
tos de la pesquisa que nos condujeron a dicha apli- de la modernidad aparecen las artes visuales para
cación. Perdemos de vista cuál era nuestro interés e permitirnos congelar y dar movimiento a la imagen
invertimos toda nuestra energía en aprender a usar de una época de cambios que terminará siendo un
unos artilugios por los que tan a menudo quedamos cambio de época. Mantenemos una lectura etno-
fascinados los profanos de la tecnología. céntrica porque partimos de una conformación del
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mundo eurocentrada desde que, ya en la edad anti- 3. Hacia dónde va la antropología visual
gua, el Mediterráneo fue metonimia de la Tierra en En todo este recorrido me he ido encontrando con
su conjunto. Si bien el origen de la sociología y la profesionales e investigadores en formación que me
psicología tienen un carácter eminentemente euroa- han aportado ideas y contrastes tan válidos que
mericano, urbano e industrial, la antropología nece- decidí integrarlos en su momento en mis propues-
sita del colonialismo y del interés por conocer a un tas. En ocasiones, tenía (y tengo) el privilegio de
otro bastante más rural y lejano, siquiera fuera con debatir con mis compañeros la puesta en práctica de
el fin de conquistar, evangelizar, o aculturar. estas aplicaciones y el fruto del aprendizaje horizon-
Las escuelas y modelos para una antropología tal de estos años encuentra en estas líneas una
visual van encontrando su lugar en un mapa que per- representación a escala. Aunque esté mal que lo
mite ubicar esta nueva “forma de mirar” en la con- diga siendo docente, nunca llegamos a aprender de
fluencia de varios senderos trazados. El cruce de cami- nuestros maestros tanto como de quienes tenemos
nos resultante mantiene una equidistancia con algu- al lado. A juzgar por las innumerables referencias,
nas de las más importantes escuelas de las ciencias en mis publicaciones resulta sencillo adivinar que el
sociales y humanas para permitir la aplicación de sus caso de la profesora Sarah Pink resulta particular. Las
planteamientos no tanto en su homóloga, la teoría colaboraciones no son tantas como hubiera deseado
cinematográfica, sino más bien en los medios audiovi- por un problema de distancia geográfica, sin embar-
suales como herramienta. Nos servimos de lo visual go, el nivel de coincidencia en los planteamientos en
para desarrollar un conocimiento de lo social sin olvi- antropología visual con esta antropóloga no he
dar que éste es nuestro objetivo; y no tanto el desarro- logrado alcanzarlo con ninguna otra persona.
llo técnico mediático. Los medios son, precisamente, Conocí a la doctora Pink en la Facultad de Ciencias
eso: medios para conseguir el fin de la comprensión de Políticas y Sociología de la Universidad Complutense
unos grupos sociales, y, por ende, de la sociedad en su de Madrid, mientras me encontraba cursando los
conjunto, desde una perspectiva claramente idiográfi- estudios de doctorado en el departamento de
ca y microsociológica. Las perspectivas que más influ- Antropología Social, en el curso 1992-93. Desde
yen en mi forma de practicar la antropología visual entonces, mantenemos una comunicación virtual,
son: la Escuela de Chicago, la Escuela de Palo Alto, el incluso anterior al acceso cotidiano a la Red. La pro-
Interaccionismo Simbólico y, sobre todo, los Estudios ducción de Sarah Pink, prominente cuantitativa y
Culturales, en tanto plantean un modo de reflexión en cualitativamente hablando, me ha permitido mante-
coherencia conceptual y metodológica con mi manera ner innumerables charlas sobre aspectos de la antro-
de entender y ver lo social en lo visual. Perspectivas pología visual que nos interesan a ambas. Cada vez
que, unidas a los planteamientos de la denominada que tenemos un encuentro presencial surge la oca-
Escuela de Sociología Cualitativa de Madrid, constitu- sión de recapitular los puntos coincidentes y contro-
yen el modelo integrado por defecto que guía mi prác- vertidos hallados desde el proceso de recepción en
tica investigadora en antropología visual. la lectura. Algunas de las líneas que siguen guardan
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relación con esta forma de comunicación mixta, pre- social no puede ni debe ser pasado por alto y es por
sencial y virtual, que tanto estimula la reflexión. ello que me asaltan las dudas. Con sólo introducir
Parece que el término antropología visual se atri- estas herramientas de registro audiovisual, ¿ya esta-
buye a Margaret Mead cuando en los años sesenta mos haciendo antropología visual? Puede que nues-
trataba de encontrar un concepto que incluyera la tro máximo logro radique en llevar a cabo una antro-
información que en etnografía obtenemos mediante pología en sentido estricto con una metodología
la comunicación no verbal, (no olvidemos que la adecuada a los objetivos de la investigación. Lo cual,
publicación original del libro homónimo de Flora por lo demás, es cuanto cabe esperar de un plantea-
Davis es de 1971). Pink propone (2006: 131), revi- miento epistemológico y metodológico correctos en
sando la idea de Jay Ruby de antropología de la investigación social. Dado que lo visual está cultural-
comunicación visual, unir ambos términos para mente enfatizado en Occidente, ¿acaso no estare-
repensar la identidad de la propia disciplina, precisa- mos introduciendo una perspectiva de análisis etno-
mente, en su relación con otras áreas de las ciencias centrada de partida y no trasladable a otras culturas?
sociales y humanas. Incluso debiéramos plantearnos Por seguir ahondando, al ampliar el análisis aplican-
si no sería oportuno hablar, como ya iniciamos en do un gran angular que abarque todos los sentidos,
una serie editorial en 1996, de una antropología de ¿ya estamos eliminando el sesgo etnocentrista o sim-
los sentidos que aglutinara experiencias sensoriales plemente lo estamos desplazando? Si los medios son
no tan centradas en lo visual, y por tanto, abriendo asumidos como mensaje desde MacLuhan, ¿actúan
el enfoque hacia culturas donde otras prácticas sen- también como mediadores sociales que transmiten y
soriales resultan predominantes (Howes, 2005). Por conectan? Me pregunto asimismo: ¿tenemos que
un lado, nos situamos ante una antropología que revisar la definición de los medios, sobre todo desde
relaciona lo visual con otras formas de percepción y la aparición de Internet, y asegurarnos de que su
conocimiento; pero también, estamos hablando de papel en la sociedad no sea un esquema de funcio-
un ejercicio de la antropología que combina la infor- namiento válido para otros momentos históricos?
mación audiovisual en la producción y en la recep- La representación antropológica visual, en gene-
ción de los textos antropológicos. Tendríamos que ral, parece ser decodificada de modo menos abe-
hablar, entonces, de una antropología de los medios, rrante (Martínez, W., 1996) que la de la antropolo-
(medianthro se llama la red de antropología visual de gía escrita; lo cual no significa que la primera pueda
la EASA, www.media-anthropology.net en la que verse trastocada en favor de una nueva antropología
participamos) que aunase la aplicación de las nuevas con unos métodos de análisis y producción visuales.
tecnologías a la investigación social tanto como la Si esta integración de la antropología visual en otros
producción audiovisual de carácter antropológico. campos nos lleva a la desintegración como subdisci-
No pretendo una revisión teórico-metodológica plina coherente, el objeto de prestar atención a lo
de la antropología, sin embargo, el debate que sus- visual se habrá logrado. A propuesta de Sarah Pink,
cita la incorporación de los medios a la investigación la antropología visual del futuro tiene la tarea enco-
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mendada de conformar de un modo distinto tres defensa de un concepto de cultura plural y dinámi-
aspectos. Por un lado, si se trata de una forma reno- co. Apareció publicado en la Red (consultado en
vada de antropología comparada; por otro, si pre- febrero) un Manifiesto de antropólogos, cuyo conte-
tende apostar por la responsabilidad social de los nido en líneas generales suscribo, para abogar por
antropólogos; y finalmente, si se configura, casi, partir de las similitudes, convivir desde las diferen-
como la única posibilidad de unas ciencias sociales cias e integrar la especificidad de las prácticas cultu-
interdisciplinares (Pink, 2006). rales en cada colectivo y en cada momento históri-
Con respecto al primer aspecto, la antropología co. Al hacer antropología visual ya estamos estable-
comparativa de hoy trabaja con unos informantes ciendo una comparación, aunque sea implícita,
capaces de desarrollar innumerables propuestas de entre los protagonistas y la cultura de un “nosotros”
cultura visual: somos más prolíficos y estamos más espectador que puede permitirse la contradicción de
conectados que nunca en la historia de los poblado- ser narrador omnisciente. De ahí se deriva nuestra
res de este planeta. Al vernos obligados a repensar apuesta por la historia oral filmada: al servirnos del
la antropología comparada por esta nueva situación método biográfico en los documentales etnográfi-
sociocultural, estamos otorgando un nuevo estatus cos realizados, estamos asumiendo que, dentro de
a la antropología visual en sociedades cada vez más una misma cultura, existen posicionamientos indivi-
mediáticas (y mediatizadas). La antropología hoy se duales equiparables en tanto que integran catego-
sirve más que nunca del relativismo metodológico rías antropológicas equivalentes. Como bien dice
para obtener un análisis a partir de un extrañamien- Sarah Pink: “el futuro de la convergencia o diver-
to de lo familiar y una simultánea aproximación a lo gencia entre la antropología visual y la antropología
ajeno. En segundo lugar, los antropólogos tenemos dependerá de que el film etnográfico sea postantro-
el encargo o la responsabilidad de abrir el análisis pológico y de que la antropología devenga postcul-
social de forma que quede enmarcado en el ámbito tural” (2006: 133, traducción propia).
de la cultura con el fin de constituir unos pactos por
la diversidad y la reciprocidad entre los pueblos y los 4. Cómo y por qué hacer documentales etno-
actores. Al fin, la antropología visual, tal y como la gráficos
entiendo, no es ni más ni menos que una investiga- Filmar la vida de una persona o de un colectivo es el
ción participativa que, a través del modelo de los fin último de quienes investigan lo social utilizando
grupos de tarea formación, actúa en pro de un aná- medios y técnicas audiovisuales. Tarea que, por lo
lisis social interdisciplinar e intersubjetivo. demás, nunca puede realizarse de modo individual;
En la campaña electoral de las últimas Elecciones más bien al contrario, requiere la participación de, al
Generales, en marzo de 2008, surgió el debate ante menos, tres grupos: los investigadores sociales, los
la propuesta de “Contrato de inmigración” del técnicos audiovisuales y los sujetos-objeto investiga-
Partido Popular. Pensé en la pertinencia de escribir dos (a los que hay que añadir un cuarto grupo for-
una reseña desde la antropología que practico en mado por los receptores o destinatarios de la investi-
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gación-producto audiovisual). El rodaje de una pelí- ra definir la Gran Vía. Terminamos representando 24
cula documental guarda relación directa con la expe- formas de vivirla, 24 recorridos concatenados no
riencia del trabajo de campo en investigación social. equivalentes a un día en la vida de la calle sino a un
Podríamos acercarnos a la idea de rodaje acudiendo estilo de calle por la que transitar.
al concepto de cronotopo formulado por James En menos de dos años teníamos editada la pelí-
Clifford: “una configuración de indicadores espacia- cula de unos jornaleros que siguen el modo de tra-
les y temporales en un escenario ficticio donde (y bajo de unos viejos anarquistas para cosechar la
cuando) tienen lugar ciertas actividades e historias” aceituna en el Valle del Guadalquivir. A buen común
(1995: 279). En efecto, en un rodaje (como en un (1999) no cuenta la vida de esos jornaleros nóma-
trabajo de campo) se produce el encuentro entre das, cuyo nivel de precariedad laboral impide la esta-
observadores y observados en el espaciotiempo de la bilidad; la película da noticia de un estilo de vida en
ficción y con la particularidad de la mediación del ojo peligro de extinción, la crónica de una muerte anun-
sin párpado de la cámara (Cerezo, M., Martínez ciada (Camas Baena, V. 2005). En este desesperado
Pérez, A. y Ranera, P., 1996). Sin duda, se trata de “canto de cisne”, descubrimos a los protagonistas
una experiencia apasionante y de gran valor práctico- en el dilema entre el amor a una tierra que no les
teórico que ningún investigador social (al menos, pertenece y el desgaste por un esfuerzo ímprobo
quienes están en formación) debería perderse, pues- que los está matando poco a poco.
to que en ella se condensan tanto la presentación En el año 2000 se celebraba el veinticinco aniver-
como la re-presentación de los acontecimientos sario del Movimiento Feminista en España, con este
sociales que estudiamos: cómo se manifiestan y motivo acordamos con sus organizadoras, las asocia-
cómo queremos decir que se manifiestan. ciones de mujeres de Córdoba, realizar un documen-
En el contexto del trabajo de campo de mi tesis tal que narrara la vida de una serie de mujeres
doctoral sobre la Gran Vía de Madrid, pude conocer “heroicas”. Con la colaboración de promotoras por
a un gran número de profesionales de la imagen, la igualdad y otras militantes del feminismo, entrevis-
desde fotógrafos a arquitectos, con el común deno- tamos a seis mujeres que, cuando tuvieron ocasión
minador de considerarse a sí mismos enamorados de conformar su retrato, optaron por destacar su
de la calle que yo estudiaba. Coincidía con todos faceta de madres. Nada más alejado de lo “política-
ellos en que la Gran Vía era una condensación de la mente correcto”. En el contexto de la inauguración
ciudad de Madrid y, por momentos, incluso de la de las Jornadas Feministas, con un auditorio de
idea de ciudad misma. El día 11 de abril de 1997 nos 4.000 militantes del movimiento por la igualdad
reunimos en la azotea del hotel Gran Vía y filmamos entre géneros, resonaba el discurso de unas mujeres
los viajes de una hora de duración de 24 fotógrafos que reivindicaban y anteponían su condición de
urbanos —profesionales y amateurs— retratando la madres a cualquier otro aspecto de su identidad,
calle: las 24 horas de la Gran Vía. Queríamos obte- incluido el hecho de ser mujer. La recepción de la
ner una secuencia, un Cronotopo, que nos permitie- audiencia nos mantuvo en vilo hasta que, terminado
revistavalencianad’etnologia 69
el visionado, se levantó el auditorio en pleno a gritar: tados no querían ver… Y es que, ¿a quién no le cues-
“Viva la lucha de las mujeres”. Felizmente, casi nada ta encarar esa faceta de la identidad que quisiéramos
funcionó según lo previsto y el “retablo de mujeres desterrar para siempre? Cuanto más si se nos pide
heroicas”, como empezamos llamando al proyecto, conservar la imagen que, por efecto de una emulsión
se convirtió en la pancarta realizada por unas muje- mágica, resulta susceptible de volverse contra noso-
res que aseguran no saber qué es eso del feminismo tros en cualquier momento.
para la reivindicación política de otras identificadas Por último, en el acontecer de un documental
plenamente con esa faceta. más reciente, Al compás de los sueños (2003), ocu-
Conocíamos un lugar con el verde húmedo del rre una situación semejante. Acordamos con el
norte y la luz intensa del sur, en la confluencia entre Ayuntamiento de Córdoba retratar la forma de
Málaga y Cádiz, un lugar al que nos gusta llamar intervención en ámbitos de exclusión social que lleva
“paraíso”. El Parque de los Alcornocales es la última a cabo junto con una asociación de trabajadores
selva de Europa, ya no hay más, y allí la gente vive en sociales. La vida en los barrios marginales transcurre
una armonía serena con su medio ambiente que según los parámetros que cabe imaginar desde las
recuerda las pretensiones utópicas y ucrónicas del múltiples representaciones de la pobreza urbana dis-
desarrollo sostenible. La piel del monte (2001) quiso ponibles en los medios. Córdoba acabó con los
ser la historia de vida de esos seres privilegiados habi- poblados chabolistas hace años; sin embargo, pervi-
tantes de un edén que mantiene su condición desde ve la problemática de la infravivienda de los núcleos
el anonimato. La vida “rur-urbana” de los jimenatos degradados construidos por las distintas administra-
(naturales de Jimena de la Frontera, Cádiz) encuentra ciones. La vida de estos barrios discurre entre los
en la cosecha del corcho de cada verano la conden- espacios públicos de interacción social por excelen-
sación simbólica de su relación con el medio natural: cia: grandes descampados al abrigo de la candela y
el monte les da su bien preciado y ellos cuidan un los locales de reunión propios del culto evangelista y
monte que nunca se quema. Sin embargo, la cerca- el cante flamenco. Estaba en funcionamiento, cuan-
nía de los núcleos urbanísticos de desarrollo costero do llegamos al “campo”, un Taller de compás donde
del Campo de Gibraltar supone una presión constan- la gente joven y los niños y niñas representan ese
te sobre este rincón privilegiado, y los naturales del “arte que llevan en la sangre”, según les ha sido
lugar no viven ajenos a esta contradicción. Cuando la narrado por sus mayores. En torno a la vida soñada,
cámara reveló este desajuste feroz entre el ideal de por medio de los sueños nocturnos y los más pro-
vida armónica y la depredadora amenaza del capital pios de la vigilia, construimos una representación de
inmobiliario, los protagonistas no quisieron que la la historia de vida de estas gentes.
película fuera vista por sus paisanos: había una parte Nuestro último documental llevado a cabo a buen
de su historia que no les permitía encajar las piezas común empezó siendo un proyecto cercano a un
de una vida idealizada. La cámara, una vez más, encargo, retomando esa diferenciación que estable-
había revelado la parte de realidad que los represen- cemos entre los trabajos según demanda y los nego-
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ciados en la coautoría con los informantes. Se cele- guión porque resulta imposible planificar algo tan
braban los cincuenta años de la fundación de un cole- impredecible como la vida de otros. No vale enfocar
gio mayor universitario, el Isabel de España, que había cerrando el ojo, que no es objetivo, porque la visión
sido el lugar de residencia de muchas de las primeras del sujeto-cámara sólo puede ser subjetiva. En nues-
mujeres que llegaron a estudiar a la Universidad tro purismo, sólo la mirada panóptica resulta estar
Complutense de Madrid. Esta institución por su tra- entrenada para enfocar sobre la marcha. La cámara
yectoria se había ido constituyendo en una suerte de al hombro. El cine-ojo como única posibilidad de
metonimia de la incorporación de las mujeres a la vida registro. El balance de blancos sobre la camisa impo-
universitaria y profesional. En los primeros contactos luta del entrevistado. Informante implicado en el
con el equipo directivo del centro surgió la posibilidad relato, protagonista-autor, narrador narrado.
de narrar esta historia a partir de los testimonios de Al llegar a la mesa de edición con un guión cerra-
quienes habían vivido allí unos años de su vida, sin do que, a buen seguro, tendremos que abrir, experi-
duda, fundamentales. Para Umbrales de libertad mentamos el vértigo de no tener asideros frente a un
(2006) diseñamos un guión de entrevistas puesto que todopoderoso ingenio capaz de cortar y pegar hasta
la escaleta venía determinada por la gradación en el infinito. Al fin, el documental etnográfico se acer-
importancia de los dos tipos de imágenes: los testi- ca más al estilo de vida de los protagonistas que a su
monios, primero, que habrían de ser ilustrados por propia vida, objeto imposible de retratar para ser
unos recursos, en segundo lugar. Cada entrevista conservado sin que lleguemos a arrepentirnos. Se
sigue el esquema de propuesta, respuesta y apuesta, representa la visión del mundo, pero no el mundo; la
de tal modo que todas las entrevistadas responden a cultura del trabajo que no el trabajo. “No es tanto
una pregunta trama, que en algunas ocasiones se ve cómo conseguir las identidades de su elección y
acompañada de unos comentarios o narración de cómo hacer que las reconozcan los que están alrede-
anécdotas personales que dan ritmo al discurso. dor, cuanto qué identidad elegir y cómo mantenerse
Y así ocurre que no nos permitimos licencias alerta y vigilante para que sea posible hacer otra elec-
propias de la divulgación masiva por la pretensión ción si la identidad anteriormente elegida es retirada
grandilocuente de hacer filmes importantes para del mercado o despojada de su capacidad de seduc-
que luego venga la única realidad susceptible de ser ción” (Bauman, Z. 2001: 169).
representada según los protagonistas y nos ajuste Los espectadores visionamos a la persona antes
las cuentas y los sentidos. Así reza nuestro decálogo- que al personaje de ficción o al informante de la rea-
dogma. No al uso de la voz en off: el narrador lidad porque vivimos el proceso de identificación con
omnisciente no tiene papel en la conjunción de rea- alguna de las facetas de identidad (nunca con todas)
lidades inventadas que es un documental etnográfi- del protagonista. Sin embargo, la cámara —en la
co. La historia de vida de cada cual sólo puede ser producción— y la pantalla —en la postproducción—
contada por quien ha tomado la opción vital de pro- actúan unas veces como espejo y otras como más-
tagonizar y narrar su historia. Asimismo, no sirve el cara, parafraseando a Borges; de tal suerte que se
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elevan como una alambrada fronteriza por la que se decir, toma decisiones por sí mismo en tanto realiza-
puede ver pero no pasar. El protagonista —autor de dor y no sólo como cámara que espera directrices.
su propia historia— aparece ante la cámara con El ayudante de cámara sirve de informador para
todas sus contradicciones: ese maldito artefacto nos el contraste de imagen que el cámara necesita: corri-
traiciona cuando refleja la distancia entre lo dicho ge la luz, el brillo, el foco, el encuadre. Estudia desde
(palabras) y lo no dicho (gestos). La imagen hace el monitor de campo las panorámicas, los barridos
patente lo latente cuando es espejo: por eso nos de la cámara, y está atento a sus movimientos, de tal
ayuda a desvelar lo oculto. La contrariedad de la modo que define cuándo hay que repetir una toma.
representación visual tiene que ver con la función de Cumple funciones de realización en sentido estricto
máscara, puesto que cuando la realidad que perma- debido a que la visión del monitor siempre resulta
necía velada se visualiza, el personaje se hace perso- más nítida que la del mejor de los visores de una
na y siempre resulta más complejo encarar la vida cámara, de ahí que si el presupuesto queda reduci-
preñada de las contradicciones que nos atraviesan. do unifiquemos las funciones del realizador con las
Las funciones dentro del equipo de trabajo a del ayudante de cámara.
buen común tienden a ser precisas pero, al mismo El observador contraste y script es un personaje
tiempo, las personas pueden ejercer una o varias que observa, dentro del equipo de rodaje, el desarro-
funciones dependiendo de la realidad concreta con llo del trabajo, al mismo tiempo que elabora el diario
la que nos encontramos en cada momento. Así de cámara, una variante específica del diario de
pues, daremos cuenta del reparto de tareas y funcio- campo antropológico que recoge el código de tiem-
nes en el equipo de rodaje durante la segunda y pos de cada cinta y las escenas. No hay una excesiva
central fase de producción. Cada equipo de rodaje implicación del narrador en el diario de cámara por-
(en nuestros documentales suele haber dos) consta que sobre todo se trata de un índice de las escenas
de un cámara, un realizador, un ayudante de cáma- grabadas. Sin embargo, el observador, al margen de
ra, un técnico de sonido, un ayudante de sonido, un recoger las escenas sobre el papel y el camino reco-
observador contraste (script), y un entrevistador. rrido durante la investigación de campo, nos sirve
La especificidad del camarógrafo lo hace insusti- para perfilar las futuras jornadas, siendo voz de
tuible: se ocupa de todo lo relativo a la cámara, a la espectador que dará a conocer a los integrantes de
luz, al enfoque, adoptando cierta libertad creativa un equipo el trabajo desarrollado por el otro. Se trata
para aprehender elementos de la realidad o de la de una función muy recomendable de cara al entre-
persona entrevistada que se sitúan en el ámbito del namiento, es decir, trabajar como observador con-
aquí-ahora. El cámara se halla contrastado perma- traste en un rodaje constituye una oportunidad
nentemente, mediante la imagen transmitida a un inmejorable en el proceso de formación en antropo-
monitor, por el realizador-ayudante de cámara y tam- logía visual, al margen de significar una experiencia
bién por el observador contraste y el entrevistador. de tránsito o rito de paso profesional. Por último,
Trabaja con “los dos ojos y los dos oídos abiertos”, es cuando las restricciones económicas así lo requieren,
72 revistavalencianad’etnologia
el observador contraste se ocupa del sonido y sostie- vistar, al tiempo que sugiere localizaciones de exte-
ne la pértiga del micrófono de ambiente en momen- riores, de marcos para las entrevistas, como conoce-
tos de entrevista o de grabación sobre el terreno, dor del terreno. Se trata, por tanto, de un coautor
tarea normalmente asignada al ayudante de sonido. del documental, y sin su conocimiento y mediación
El entrevistador es un personaje centrado en el sería imposible realizar el trabajo.
atender y escuchar a las personas o grupos entrevis- Ya he hecho referencia a la idea de que el traba-
tados. Su principal función es conectar desde la rela- jo a buen común implica un reparto en la responsa-
ción interpersonal con la persona o grupo a entrevis- bilidad de las tareas a realizar. Entre las labores de
tar. Está dedicado al contacto humano, aunque tam- preproducción está la elaboración de un plan de
bién participa de las decisiones de encuadre y posi- rodaje. Aún así, el mismo ha de ser modificado
ción de cámara. Es un personaje muy cercano al sobre la marcha dependiendo de la disposición de
desarrollo del guión, la mayoría de las veces estos los grupos y personas a entrevistar. Por tanto, duran-
dos papeles coinciden; y, según su doble rol, decide te el trabajo de campo continuamente reelaboramos
el orden y el tono de las preguntas a realizar. Las el plan de rodaje para adecuarlo a las circunstancias.
entrevistas en profundidad, que pueden durar dos Esto mismo sucede con la escritura del guión, que
horas, llevan un ritmo y una cadencia muy importan- comienza antes de cualquier fase de rodaje y culmi-
tes de medir. El entrevistador ha de guiar al entrevis- na con el visionado de los materiales y el posterior
tado poco a poco hacia los objetivos perseguidos trabajo de postproducción.
por la investigación: mantener una escucha atenta y Durante la fase de rodaje, cada jornada termina
negociar mediante la comunicación verbal y no ver- con una reunión de seguimiento y evaluación de
bal los términos de la entrevista. Buscamos, a través todo el equipo de trabajo. Estas reuniones de pues-
de la cámara, un máximo acercamiento a los seres ta en común tienen una primera función de infor-
humanos, al relato sincero y llano de sus experien- mación, una segunda de análisis de lo ocurrido y
cias, a veces de sus vivencias más profundas. Pero una tercera de planificación de las jornadas sucesi-
ello no es posible sin una implicación del mismo vas. El análisis más profundo que se realiza en las
talante por parte del grupo de investigadores/reali- reuniones de seguimiento y evaluación trata sobre el
zadores. No podemos lograr que nadie se desnude proceso mismo de trabajo del grupo investigador, de
ante nosotros si nosotros no nos desnudamos a la los errores, olvidos, de las dificultades de coordina-
par. Solo así puede surgir un único grupo que no ción encontradas entre ambos equipos, lo cual nos
establece diferencias entre investigadores e investi- lleva a realizar un trabajo más preciso en las siguien-
gados, esa es la mejor manera que entendemos para tes jornadas. Así mismo, el contacto con nuestros
intervenir en el medio social y cultural. informantes y la implicación que algunos de ellos
La figura del informante clave cumple la función traban con el proyecto de investigación resulta
de ser, a la vez, contactador y ayudante de dirección, imprescindible para la buena marcha del trabajo de
en tanto media entre las personas y grupos a entre- campo, así como para la elaboración del guión.
revistavalencianad’etnologia 73
La doble implicación (de los investigadores/reali- En este sentido, desde la versatilidad de estas
zadores en la vida de los protagonistas y de éstos en propuestas, resultan válidas para las clases de socio-
el proceso de investigación/realización) se concreta logía en las titulaciones de comunicación
en una situación singular de trabajo en equipo. El (Periodismo, Publicidad o Comunicación Audiovisual)
proceso se produce de forma dialógica, mediante tanto como para los procesos de enseñanza-aprendi-
una constante negociación de los presupuestos teó- zaje en torno a la realidad social. Siempre teniendo
ricos, las pretensiones particulares y los elementos en cuenta que prestamos especial atención a la rela-
que van a constituir el producto final. Al mismo tiem- ción entre la comunicación y el análisis social, enfo-
po, esta negociación, a través de las distintas fases que que como hemos visto resulta acertado para un
del proceso de realización del documental, constitu- contexto cultural occidental que prioriza la visualidad
ye, en sí misma, una dinámica de grupo que se diri- por encima de cualquier otra información. Desde el
ge, desde la propia integración de elementos hetero- punto de vista del desarrollo de competencias, y
géneos y dispares, hacia la constitución de un grupo dado que ya no evaluamos según contenidos teóri-
autogestionado (aunque no siempre autofinancia- cos, nos interesa incrementar la capacidad de análisis
do), como vemos en cada uno de estos ejemplos. y síntesis partiendo del entorno sociocultural del pro-
pio estudiante y tomando como punto de partida su
5. Formación en/desde antropología visual. experiencia. Para mi modo de entender el aprendiza-
En la formación en ciencias sociales se da la circuns- je del análisis sociocultural resulta trascendental apli-
tancia idónea para utilizar medios audiovisuales, car el relativismo metodológico como una herra-
según esa máxima otras veces referida de que lo ver- mienta didáctica más, de tal suerte que el objetivo
daderamente importante es que una imagen provo- establecido en el contrato estudiante-docente, pasa
que las palabras del informante, en este caso estu- por familiarizarnos con lo extraño y extrañarnos de lo
diante y receptor. Las propuestas didácticas de antro- familiar. Este aspecto, unido al hecho de que el plan-
pología visual conforman un catálogo de posibles teamiento del constructivismo social en pedagogía
aplicaciones para el análisis de lo social en/de lo facilita el aprendizaje del entorno sociocultural del
visual (Martínez Pérez, A., en prensa). Utilizo estas estudiante, permite una feliz convergencia de intere-
dinámicas en la docencia de grado o postgrado en ses, por lo demás, nada casual.
educación superior, pero también me he servido de El uso del cine como herramienta didáctica que
ellas en talleres para grupos de tarea formación en el anima la reflexión en los estudiantes de comunica-
contexto de los diferentes colectivos o activistas de ción no resulta nada nuevo. En mi caso, suelo partir
movimientos sociales con los que tengo oportunidad de la elocuencia de alguna de las escenas que ha
de colaborar (grupos de madres y padres, colectivo dado el cine para desembocar en el artículo o infor-
de profesores universitarios o personal de administra- me que permite ver la aplicación del concepto teóri-
ción y servicios, miembros de asociaciones ecologis- co analizado. A veces basta con hacer referencia a
tas, grupos de mujeres feministas, sindicatos, etc.) estas secuencias cinematográficas, en especial cuan-
74 revistavalencianad’etnologia
do pertenecen al imaginario colectivo; al mencionar- Mi hermosa lavandería, Stephen Frears.
las, o en el mejor de los casos visionarlas de nuevo, Las cartas de Alou, Montxo Armendáriz.
se facilita la claridad de los términos de la teoría
estudiada. Ofrezco, a modo de propuesta, una fil- LA DESIGUALDAD
mografía temática que puede ser utilizada como Los santos inocentes, Mario Camus.
herramienta didáctica para un análisis social a tra- Mar adentro, Alejandro Amenábar.
vés del cine. Después de cada tema, figuran tres títu- Tomates verdes fritos, John Avnet.
revistavalencianad’etnologia 75
Direcciones electrónicas [Revisadas en 2008] de varios países integrada en la EASA, que actualmente
Aire Comunicación: http://www.airecomun.com/ AIRE es una reúne a los interesados bajo la denominación de
asociación formada por profesionales de la comunicación y Antropología de los Medios de Comunicación (medianth-
profesores de diversos niveles educativos que trabajan ro@easaonline.org) http://www.media-anthropology.net
desde hace 10 años en un campo que podríamos llamar La próxima reunión tendrá lugar en Barcelona, en la
“alfabetización en medios”. Entre sus líneas de trabajo Universitat Oberta de Catalunya, en noviembre de 2008,
está la producción de materiales audiovisuales y multime- bajo el título “Prácticas mediáticas y productores cultura-
dia, la formación y la investigación. les”, http://www.uoc.edu/symposia/easa/eng/index.html
Antropodocus (Realidad y Ficción): Festival Internacional de Cine y Video Documental “Doxa”
http://www.antropodocus.com/ Largometrajes, cortome- (Canadá): http://www.doxafestival.ca/
trajes, documentales, películas acerca de temas humanos y Festival Internacional del Cine Pobre (Cuba): http://www.cuba-
sociales. cine.cu/cinepobre/ Cine de restringida economía que se
Antropología Visual: http://www.antropologiavisual.org/ ejecuta tanto en los países de menos desarrollo o periféri-
Artículos y documentales. Antros visuales es una producto- cos, así como también en el seno de las sociedades recto-
ra que apoya, mediante recursos visuales, investigaciones ras a nivel económico-cultural, ya sea dentro de programas
científicas y distintos proyectos. de producción oficiales, ya sea a través del cine indepen-
Aracne (Universidad de Barcelona). Recursos para la docencia: diente o alternativo.
http://www.ub.es/geocrit/arac-43.htm Dispone de una Forum Qualitative Social Research: http://www.qualitative-rese-
relación de lugares en Internet donde el docente e investi- arch.net Revista multilingüe en la red para la investigación
gador en ciencias sociales puede obtener materiales audio- cualitativa, creada en 1999. FQS publica tres volúmenes al
visuales de interés. año. En 2007 dedicó un número especial de Etnografía vir-
Banco de Imágenes: http://www.bancoimagenes.com/ tual: http://www.qualitative-research.net/fqs/fqs-s/inhalt3-
banco.php?LangID=es&adv=1 Stock Imágenes S.L. dispo- 07-s.htm
ne de un archivo fotográfico integrado por más de Fotografía: Las páginas de fotografías de Joan Brossa, Chema
500.000 imágenes de los temas más diversos, para uso Madoz o Montserrat Soto resultan útiles para llevar a cabo
publicitario o documental. experiencias didácticas de asociación entre imágenes y
Recursos didácticos y Banco de Imágenes y Sonidos del palabras. http://www.fundaciojoanbrossa.cat
Ministerio de Educación: http://recursos.cnice.mec.es/ban- http://www.chemamadoz.com
coimagenes4/ Fotolog: http://www0.fotolog.com/ Servidor de blogs de foto-
Center for Digital Arts (John Bishop @ UCLA): grafías. El usuario cuelga una fotografía diaria con su des-
http://www.wac.ucla.edu/bishop/ cripción. Después se comentan.
Como el propio autor indica, un website algo caótico, pero Gazeta de Antropología: http://www.ugr.es/~pwlac/ Revista de
con información interesante, galería fotográfica y varios Antropología de Granada, edita un número anual.
recursos más. Graduate Association of Visual Anthropology Temple University:
Clipart: http://www.clipart.com/es/se/photos 6 millones de imá- http://astro.ocis.temple.edu/~stakarag/gava.html Una aso-
genes descargables por suscripción. ciación creada completamente por estudiantes de la
Documentary Educational Resources: www.der.org/films es una Universidad de Temple.
página web donde encontrar documentales para comprar, Haddon (the on line catalogue of Archival Etnographic Film
alquilar, etc. Footage): http://www.rsl.ox.ac.uk/isca/haddon El proyecto
Desarrollo antropológico :http://www.geocities.com/busque- HADDON pertenece al Institute of Social and Cultural
da36/bibliografias.html Difusión de la antropología y tra- Anthropology de la Universidad de Oxford. Contiene infor-
bajos realizados. mación de aproximadamente 1.500 películas.
Documenta Madrid: http://www.documentamadrid.com/ ICE. Universidad Autónoma de Madrid. María Luisa Ortega,
Festival Internacional de Documentales de Madrid. Manuel Salido y Yolanda Valcárcel. Servicio de Medios
Docúpolis: http://www.docupolis.org/2007/2007-cas.htm VII Audiovisuales. Recursos para la docencia:
Festival Internacional Documental de Barcelona. Luisa.ortega@uam.es Manuel.salido@uam.es
Espiello. Muestra de Documental Etnográfico de Sobrarbe: Institut für den Wissenschaftlichen Film (Alemania):
http://www.espiello.com/ En 2008, VI Muestra. http://www.iwf.gwdg.de Una de las instituciones más impor-
European Association of Social Anthropologists. Visual tantes en la producción y distribución de cine científico para
Anthropology Network: http://www.iwf.de/easa/easa.html investigación y enseñanza superior. Su catálogo cuenta con
La Red de Antropología Visual de la EASA surgió en el 5.000 títulos producidos por el Institut y 1.800 títulos de
Seminario de Antropología Visual que el Taller de otros productores que cubren todas las áreas de conocimien-
Antropología Visual organizó en 1996 en la U. to. Sus fondos están disponibles en préstamo y en venta.
Complutense de Madrid. La primera reunión de la VAN fue International Visual Sociology Association (IVSA): Página inter-
en ese mismo año en Barcelona. Es una red de miembros disciplinar de ciencias sociales, organizan el congreso mun-
76 revistavalencianad’etnologia
dial bianual, el próximo a celebrar en Buenos Aires, Máster en Documental de Creación de la Universitat Pompeu
Argentina http://www.visualsociology.org/conf_2008/ En Fabra http://www.idec.upf.edu/es/seccions/oferta_formati-
este contexto, recientemente se ha constituido en Annecy va/masters_programes/curs/curs.php Se trata de la forma-
(Francia) durante la celebración del Seminario ción de mayor prestigio teniendo en cuenta los numerosos
“Metodologías visuales y sensoriales de investigación y premios de las producciones realizadas en el Máster en sus
representación de prácticas hipermedia y virtuales” la red seis ediciones. Los participantes optan al final de su forma-
Eye Screen - European Virtual Cultures Network. ción por uno de los tres documentales que se realizan cada
Intervention Press: http://www.intervention.dk/indexip.htm año para productoras independientes. Títulos como En cons-
Catálogo de libros y vídeos de antropología visual. trucción (de José Luis Guerín) o El cielo gira (de Mercedes
Inversa. Revista de Estudiantes de Antropología: http://www.inver- Álvarez) han salido del máster de la U. Pompeu Fabra.
sa.unal.edu.co/index.html Publicación semestral editada por Mediaciones. Antropología de los Media: http://eardevol.word-
los estudiantes de pregrado del Departamento de press.com/ Este blog está editado por Elisenda Ardèvol,
Antropología de la Universidad Nacional de Colombia, sede profesora en los Estudios de Humanidades y Filología de la
Bogotá, cuyo objetivo es convertirse en un espacio de divul- Universitat Oberta de Catalunya. Es un blog personal sobre
gación de los trabajos e investigaciones desarrolladas por los su práctica antropológica y sus intereses de investigación.
estudiantes de pregrado, postgrado y exalumnos, con el pro- El colectivo Mnemocine tiene una página web en torno a la cual
pósito de construir un espacio de discusión y reflexión de las queda configurada una red social para desarrollar proyec-
problemáticas referentes a la disciplina. tos de periodismo ciudadano y documentales etnográficos
Invisible Culture (an Electronic Journal for Visual Culture): realizados por jóvenes de ambos lados del Estrecho de
http://www.rochester.edu/in_visible_culture/ivchome.html Gibraltar, Tánger y Tarifa. http://www.colectivomnemoci-
Revista electrónica que edita un número anual monográfi- ne.blogspot.com
co. Proyecto El Parche: http://www.caucanet.net.co/nf/mc/
Jupiter Images: http://www.jupiterimages.es/ji/default.aspx mcweb/ini.html Investigación social realizada con jóvenes
Buscador de imágenes, ordenadas por galerías, de gran pandilleros de Popayán, Cauca, Colombia y la película rea-
calidad. lizada con ellos.
Laboratorio de Antropología Visual (Universidad Autónoma Resources for Visual Anthropology: http://www.usc.edu/dept/
Metropolitana de México, División de Ciencias Sociales y elab/urlist/index.html Más de trescientos recursos de antro-
Humanidades, Departamento de Antropología): http:// pología visual, seleccionados por Peter Biella (Center for
www.uam-antropologia.info/visual.html Visual Anthropology, University of Southern California), en
Laboratorio de Investigación Visual: http://www.artliv.org/ Liv es inglés.
una asociación de artistas visuales, constituida en Revista Chilena de Antropología Visual: http://www.antropologiavi-
Barcelona y gestionada por colaboradores profesionales, sual.cl/index.htm Es una publicación de carácter semestral
voluntarios, asesores en artes visuales y gestión cultural. (Junio-Diciembre), de difusión científica en formato electróni-
Making on line news: http://www.makingonlinenews.net/ co, realizada por el Núcleo de Antropología Visual (NAVISUAL),
Utilización de métodos etnográficos en periodismo. de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano desde el
Máster en Antropología Visual (Universitat de Barcelona): año 2001. Su principal objetivo es reunir y publicar trabajos e
http://www.ub.es/antropo/visual/Visual_Castella.pdf Una investigaciones vinculados a la Antropología Visual, tanto a
de las motivaciones principales para la organización de nivel nacional como latinoamericano. Se privilegian trabajos
este máster ha sido impulsar el conocimiento y el desarro- que aporten desde una mirada crítica y reflexiva sobre la
llo de la producción audiovisual sociológica y antropológi- importancia de los medios audiovisuales en la cultura.
ca, la cual ha tenido en los últimos años una extraordina- Seminario Taller I. Investigación Visual (Universidad del Museo
ria expansión. El objetivo final del curso es la realización en Social Argentino. Lic. en Artes Visuales):
equipo de un documental de calidad (60 minutos) que será http://www.umsa.edu.ar/downloads/programas/artes/06/1
el resultado de la investigación, la práctica y la crítica 4.pdf Dirigido por Marina Rothberg y Corina Krüger que
audiovisual que se desarrollará durante el curso. consideran que el arte antes que todo es idea, la idea de
Máster en Teoría y Práctica del Documental Creativo que la imagen artística revela realidades insospechadas e
(Universidad Autónoma de Barcelona): imaginaciones realizables, capaces de generar nuevas
http://antalya.uab.es/edfc/programes/documental-creati- ideas. Los encuentros del taller parten de la metodología:
vo/presentacion.htm El Máster de Documental Creativo es placer- acción- discusión- reflexión.
una entidad pionera en el campo de la docencia del docu- Sights. Visual Anthropology Forum: http://cc.joensuu.fi/sights/
mental dentro del ámbito de la revolución que este sector Es el sitio del Centre for Cross-Cultural Research de la
ha experimentado durante los últimos años. Es considera- Universidad Nacional de Australia.
do uno de los Másters universitarios en el área audiovisual Turismo y Antropología: http://www.culturacanaria.com/turis-
más prestigiosos de los que se imparten en el territorio mo/pagina1.htm Página desarrollada por la Universidad de la
español. Laguna.
revistavalencianad’etnologia 77
Universidad de Lomonósov, Moscú: http://www.msu.ru/ BOURDIEU, P.
Organiza un festival Internacional de Antropología Visual (1997) Sobre la televisión. Anagrama, Barcelona.
en el que participan películas de todo el mundo. Su objeti- (2006) Autoanálisis de un sociólogo. Anagrama,
vo es el fomento del diálogo entre las culturas y las religio- Barcelona.
nes a través del cine. BREA, J.L. (Comp.) (2004). Estudios Visuales. La epistemología
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deias.org.br/abertura/index.html Este proyecto hace 14 BUBNOVA, T. (1996) “Bajtin en la encrucijada dialógica” en
años que promueve el encuentro de los indios con su ima- Zavala, I.M. (Comp.) Bajtin y sus apócrifos. Anthropos,
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expresión de su identidad, para reflejar su visión de sí CAMAS, V.
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80 revistavalencianad’etnologia
EL CINEMA ETNOGRÀFIC
I L’ENCONTRE CULTURAL
ELISENDA ARDÉVOL*
Paraules clau: Cinema etnogràfic, encontre cultural, comprensió intercultural, representació audiovisual, antropologia.
This paper explores the anthropological gaze in La proposta d’aquest article és discutir quines poden
relation with the audiovisual representation of ser les bases d’una mirada antropològica cap a la
cultural diversity emphasising the cultural producció cinematogràfica, i més concretament, des
encounter as the key to interpret the spectator d’on podem construir un model que orienti la nostra
engagement with the images for experiencing anàlisi de la producció del cinema etnogràfic i docu-
anthropological knowledge and affording inter- mental que ens serveixi, al mateix temps, com a guia
cultural comprehension. per a la recerca etnogràfica amb mitjans audiovisuals.
Per això, cal preguntar-nos sobre la representa-
Keywords: etnnographic cinema, cultural meeting, ció audiovisual com a forma de coneixement antro-
intercultural comprehension, audio-visual representa-
pològic. De com responguem a aquesta pregunta
tion, anthropology
dependrà la utilització del potencial de les tecnolo-
gies de la imatge i el so en la investigació antropolò-
gica. La doble qualitat de la imatge audiovisual com
a producte cultural i com a eina de recerca fa que
sigui necessària una doble estratègia: per una
banda, cal desenvolupar eines d’anàlisi de les
pel·lícules i documentals com a productes culturals,
i d’altra banda, cal plantejar com els investigadors
poden utilitzar les eines audiovisuals per a construir
les seves dades i per presentar els seus resultats.
revistavalencianad’etnologia 81
que pot tenir una pel·lícula, i a més a més de la què és l’aplicació del mitjà audiovisual en la creació
seva contextualització en la història del cinema o de coneixement antropològic.
de la seva lectura política en un determinat Les preguntes sobre com valorar una pel·lícula
moment històric, podem preguntar-nos que ens des d’una perspectiva antropològica també ens
pot aportar una anàlisi crítica des de l’antropolo- porta a considerar com construïm la imatge etno-
gia. La qüestió que es tracta d’esbrinar és com gràfica; es a dir, com utilitzem la producció audiovi-
podem mirar antropològicament una producció sual de des de l’antropologia (Grau, 2000a). L’anàlisi
audiovisual i preguntar-nos sobre quins elements d’un producte audiovisual no es pot formular inde-
ens aporta per a la comprensió del què significa ser pendentment de com es construeix la imatge etno-
humà. Es tracta d’apuntar algunes pistes sobre gràfica, sobre les imatges que crea la pròpia ciència
com analitzar una pel·lícula des d’una perspectiva antropològica, i parteix en bona mesura de pregun-
del coneixement antropològic, indagar què busca tar-nos autoreflexivament sobre la pròpia mirada.
la mirada antropològica, en què es fixa i per a què. Conseqüentment, hem d’atendre a les produccions
Molts autors que ens parlen de cinema i antropo- realitzades a partir de recerques etnogràfiques i con-
logia han analitzat les pel·lícules com a narratives siderar-les també com a productes culturals.
audiovisuals que ens poden donar pistes per a la Per a aquesta exploració partirem d’una aproxi-
comprensió dels valors i pautes culturals de la mació al cinema documental etnogràfic en el trac-
societat que les ha produïdes. Per exemple, el tre- tament d’un tema comú i que és central en la refle-
ball de Jordi Grau sobre el parentiu en les pel·lícu- xió antropològica, com és el tema de l’encontre cul-
les de ficció espanyoles des dels seus inicis fins als tural, i de tres eixos que penso que són rellevants en
anys 90 (Grau, 2002b); l’anàlisi de Joan Frigolé la interpretació antropològica d’un film des d’a-
sobre la pel·lícula “Como agua para el chocolate” quests perspectiva i que són: a) com tracta la qües-
(Frigole, 1997); el treball de Alberto Cardin sobre tió de la comprensió de la diferència cultural en l’es-
“Pequeño Gran Hombre” o “Rashomon” (Cardin, pècie humana; b) com s’estableixen les relacions
1988); Manel Delgado sobre la producció docu- interculturals entre els subjectes representats i l’es-
mental de Jacinto Esteva (Delgado, 2000) o el pectador; i c) què ens pot dir una pel·lícula sobre la
mateix Gregory Bateson sobre “Hitlerjunge Quex” variabilitat cultural, el relativisme i la cerca d’univer-
als anys 50 (Bateson a Mead i Metraux, 2000) on sals culturals.
intentava aplicar la seva aproximació a l’anàlisi Per això ens centrarem en aquelles produccions
mitològica de la producció audiovisual durant el documentals que de forma directa o indirecta plan-
nazisme. Aquests i altres autors han realitzat una tegen aquestes qüestions, i per tant, enllacen d’una
anàlisi en clau antropològica del cinema de ficció o forma clara amb el coneixement antropològic. No
documental, però en la majoria dels casos es fa obstant, caldrà també abordar el significat de la pro-
una clara distinció entre el què és la producció ducció audiovisual en les nostres societats contem-
cinematogràfica com a producte d’una cultura del porànies i com donem sentit a les imatges. Per això
82 revistavalencianad’etnologia
Fig. 1: Fotograma del documental First Contact (1984)
revistavalencianad’etnologia 83
amb els objectes i en l’espai. Ens permet una expe- reix una representació del món i mèdia la nostra
riència visual que el nostre ull nu no pot captar. experiència. Segons Victor Turner, el cinema, com la
Aquest accés mediat a l’experiència d’altres és una dansa o el teatre o qualsevol altre ritual o art plàsti-
forma d’expandir els nostres sentits i ens acosta al ca, pot entendre’s com a una “performance cultu-
flux de les vides d’altres d’una manera estètica i ral” (cultural performance) (Turner, 1986) i des d’a-
reflexiva. Des d’aquesta segona perspectiva, com a questa perspectiva, no nomé podem intentar com-
registre aleatori de moviments i situacions, el seu prendre el sentit de les imatges per la gent que les
poder d’abstracció de la vida social és la seva vàlua ha produïdes, sinó també interpretar-les en el con-
més evident per un antropòleg (Delgado, 1999). Es text de la teoria antropològica.
a dir, com a subjectes culturals, podem també com Com a “representació cultural” les pel·lícules no
antropòlegs i antropòlogues extreure sentit de l’ob- són un simple reflex de l’ordre social o de la configu-
jecte audiovisual, podem reconèixer la seva utilitat ració cultural, sinó que són un acte creatiu, una
com a registre de sons, cossos i objectes en movi- actuació en l’ordre social, en el sentit de que s’esce-
ment i aquesta qualitat cinematogràfica pot ser útil nifica davant d’un públic i que aquesta actuació és
per a la construcció de coneixement sobre els objec- sempre una creació d’ordre simbòlic que pot intro-
tes d’estudi de l’antropologia. duir una reafirmació o una crítica de la vida social,
En tercer lloc, també sabem que una seqüència una avaluació normalitzadora o innovadora, i fins i
d’imatges amb so i moviment té un sentit per a qui tot el rebuig de l’ordre social que es representa
l’ha produïda i que hi ha una selecció en la tria i (Turner, 1986:22) i per tant, té conseqüències efec-
muntatge d’aquestes imatges, un sentit narratiu. La tives i reals sobre com entenem el món i actuem en
càmera no només enregistra el so i la imatge en ell. Segons Turner, les pel·lícules són productes refle-
moviment, també hi ha una mirada que la guia, i per xius de la ment humana que poden entendre’s dins
tant, ens ofereix una història, ens vol explicar alguna l’àmbit de la producció simbòlica i ritual, i per tant,
cosa. La imatge és una construcció de la mirada. El poden analitzar-se al mateix nivell que altres rituals i
seu autor ens està volent explicar alguna cosa i al productes culturals, com per exemple, els que cauen
fer-ho posa en joc esquemes narratius, valors cultu- dins l’esfera de la religió o del mite, però també dins
rals i ordres socials, i això ens pot donar pistes sobre de la producció d’altres ordres, com ara el coneixe-
com aquest autor orquestra una determinada visió ment científic. Singer, citat per Turner, entén que les
del món. El cinema, com a forma cultural, construeix representacions culturals són excel·lents unitats d’a-
narratives que legitimen o desautoritzen comporta- nàlisi per l’estudi antropològic de la cultura, ja que
ments, relacions, emocions, conflictes, posiciona- constitueixen un conjunt d’experiències pautades
ments polítics, i en definitiva, ens proporciona infor- constituïdes per el què ell anomena “mitjans cultu-
mació valuosa sobre com imaginem i donem sentit rals” (cultural media). Aquests mitjans són modes de
al món i a les nostres accions. Podríem dir que el comunicació que inclouen no només el llenguatge
cinema com a producte simbòlic i acte ritual ens ofe- verbal, sinó també mediacions no lingüístiques com
84 revistavalencianad’etnologia
la música, la dansa, l’actuació teatral i altres arts grà- trant-nos la seva arbitrarietat. De la mateixa mane-
fiques i plàstiques (Singer a Turner, 1986:23). ra, també hi ha pel·lícules que “criden” a la sensibi-
D’aquesta manera, podem dialogar amb aquestes litat antropològica per la seva estandardització d’es-
narratives i situar la producció audiovisual en el con- tereotips i desenllaços tan previsibles que per força
junt de produccions simbòliques. Llavors, podem ens porten a l’anàlisi mitològica dels seus herois cul-
formular teories sobre la seva funció en la cultura turals.
humana en general, i en concret, en la societat estu- Podríem dir doncs, que l’anàlisi de les pautes
diada, obrint pas a la possibilitat d’una comparació culturals i els hàbits socials és un dels elements clau
intercultural. en la lectura antropològica d’un film. Cal tenir en
Segons aquest argument i seguint de nou a de compte però, que les “pautes culturals” no estan
Brigard, qualsevol producció audiovisual pot ser implícites en el film, ni tampoc es tracta de realitzar
objecte d’una anàlisi antropològica com a objecte i una exegesis hermenèutica. Les pautes culturals no
com a forma cultural. Com a forma cultural perquè són autoevidents ni estan allà per ser trobades.
en la seva estètica i en la seva lògica narrativa, en el “Estan” en la representació creativa de l’ordre social
registre que fa, en el relat que construeix i en les en el film i “són” una construcció analítica de l’ob-
convencions que segueix, podem “trobar” patrons servador, i poden ser formulades a partir de la seva
culturals, que és un dels objectius cabdals de recer- observació i anàlisi de l’obra en el seu context de
ca en la nostra disciplina. No obstant, de Brigard producció i d’exhibició. No ens podem quedar
també ens diu que hi ha pel·lícules que li resulten només en la descripció de les accions que veiem
més “reveladores” que altres perquè, segons aques- reflectides en una pel·lícula, com els gestos quoti-
ta autora, hi ha produccions més reflexives, es a dir dians i els objectes retratats, també hem de tenir en
que “mostren” amb més claredat les pautes cultu- compte el seu caràcter de “performance”, d’esceni-
rals que altres donen per descomptat. Al construir ficació d’aquestes accions i de la seva articulació en
una narrativa crítica amb l’ordre social i cultural que una estructura narrativa.
descriuen, els realitzadors han d’intentar “desvelar” La mirada antropològica es una mirada discipli-
al públic quines són les pautes que persegueixen nada. No és una mirada ingènua. Aprenem a “tro-
amb la seva crítica i les escenifiquen i recreen amb bar pautes culturals” com aprenem a analitzar
més contrast que una pel·lícula que no les qüestio- “rituals”. El sentit antropològic de la imatge no es
ni. Així, podríem dir que hi ha pel·lícules que en la troba en la imatge, sinó en la relació que establim
seva narració prenen relleu aspectes contradictoris amb la imatges i les preguntes que li fem. En les
dels patrons i convencions culturals que altres narra- imatges no hi ha “pautes culturals”, no trobem la
tives donarien per descomptat i posen en evidència descripció d’una “cultura”, però podem preguntar-
certes pautes i recurrències formals de les nostres nos si ens diuen alguna cosa sobre “la cultura” de la
maneres de fer que despullen el nostre sentit comú gent representada i de la gent que l’ha produïda. I
o capgiren el sistema de valors que descriuen, mos- això val especialment pel cinema documental, que
revistavalencianad’etnologia 85
proposa una narrativa més semblant a l’anàlisi ment rellevant, així com l’anàlisi d’allò que un docu-
antropològica en tant que explora el comportament mental ens proposa sobre la comprensió d’aquest
social i ens proposa un assaig, un argument sobre encontre dins de les convencions del gènere. En
els conflictes i les relacions humanes, els costums concret, la història del cinema etnogràfic recull
socials o els valors culturals. El cinema documental diverses formes de representar l’alteritat cultural
construeix la seva narració en indicatiu; és una des- (Jure, 2000) i diferents autors i teòrics del cinema
cripció d’un estat de coses i ho fa a partir de la selec- etnogràfic s’han esforçat per aprofundir en el tema
ció i muntatge d’escenes de la vida quotidiana, amb del coneixement de la cultura d’un poble o comuni-
un propòsit exploratiu o de crítica social, però en tot tat a través de la imatge (Ruby, 2000). Com es repre-
cas, amb un objectiu d’incidir sobre el nostre conei- senta la diversitat cultural al cinema documental i
xement sobre el món. I dins del cinema documental, etnogràfic té molt a veure amb com s’entén la fun-
trobem productes que presenten directament un ció del cinema en la construcció i transmissió del
argument sobre la diversitat de formes de vida coneixement antropològic.
humana. En aquest cas ens podem preguntar de Cal indicar que no hi ha un consens ferm sobre
forma legítima quines propostes ens fan sobre com el què és o no és “cinema etnogràfic”, ja que sota
entendre la vida social, les maneres de fer i de pen- el mantell de “cinema etnogràfic” s’acull una gran
sar de determinada gent, i més si la forma de vida diversitat de produccions audiovisuals, algunes pro-
que es descriu no comparteix amb l’autor el mateix duïdes per antropòlegs, altres, realitzades en
marc cultural de referència, ja que en aquest últim col·laboració entre cineastes i antropòlegs, i altres,
cas estem davant d’un tipus de producció que apun- exclusivament produïdes per cineastes que, sense
ta directament a la comprensió transcultural. necessàriament tenir una formació antropològica,
produeixen documentals que tenen com a tema
El cinema etnogràfic com a encontre cultural central la descripció d’algun aspecte o punt de vista
Els fonaments de l’antropologia parteixen de la sobre les condicions de vida i formes socials d’un
cerca del què és comú i diferent en l’espècie huma- grup social –independentment de que el realitzador
na per donar una explicació de la seva variabilitat o el seu públic pertanyin a la cultura representada-
social i cultural. Podríem dir, d’una forma simplifica- (Eidheim, 1991:379 citat per Douglas, 2004). Així,
da, però anant al cor de la disciplina, que aprenem el cinema etnogràfic es pot entendre com un gène-
a interpretar les produccions humanes en funció de re híbrid entre el cinema científic i el cinema docu-
la cerca d’un coneixement dins d’un marc que té en mental que té per objecte de representació les dife-
compte la variabilitat i les similituds de l’experiència rents formes de vida dels homes i dones en societat;
humana. Per tant, podem cercar com tracten un tema central en el desenvolupament de la teoria
aquests temes les produccions audiovisuals i quin antropològica. El terme “etnogràfic” fa referència al
tipus de coneixement ens proposen. En aquesta mètode principal de l’antropologia i ens remet a la
direcció, el tema de l’encontre cultural és especial- descripció holística de la forma de viure de un grup
86 revistavalencianad’etnologia
humà, generalment, un poble o una ètnia. ta categoria participen d’una mirada nostàlgica de
Actualment, la identificació d’un poble amb uns l’home modern cap a les societats “primitives”,
trets culturals homogenis i invariables no es pot categoria que es construeix en contraposició a la
mantenir, ja que s’entén la variabilitat cultural com “civilització mecànica” en paraules de Jean Rouch
el producte d’un procés dinàmic de la interacció (en la seva producció “Les Maîtres Fous”, 1955, citat
entre pobles i individus, però l’etnografia neix com a a Rouch,1995) i que va acompanyada d’una mirada
mètode de l’etnologia –l’estudi d’una ètnia o poble- nostàlgica al temps passat, als móns que desaparei-
i, en els seus orígens, la cultura s’entenia com un sis- xen, al sentiment de pèrdua d’un món màgic i de
tema complet i coherent. Per extensió, anomenem comunió amb la natura al qual es contraposa el pro-
“cinema etnogràfic” al que té com a eix temàtic una grés tecnològic i la racionalitat.
proposta d’ampliar el nostre coneixement sobre les El cinema etnogràfic de principis del segle XX
formes de vida humanes. Certament, el cinema mira cap allò que “vam ser” abans de ser
etnogràfic no es limita a la temàtica del encontre “moderns” i per tant, traça una línia divisòria entre
cultural, però d’alguna manera, la qüestió de la el passat i el futur, entre la “civilització” i el món
identitat i de la diferència cultural hi és present en la “salvatge”, entre cultura i natura. Al mateix temps,
mesura que el cinema etnogràfic –documental o és també una mirada romàntica cap aquest món
científic- es caracteritza per l’exploració audiovisual perdut de costums ancestrals i de temps immemo-
de la diversitat de les formes de vida de les societats rial, i una mirada il·lustrada que vol comprendre des
humanes contribuint al coneixement sobre el què de la raó allò que per la raó no és comprensible: exo-
significa ser humà, i per tant, al nostre coneixement tizar el simbolisme religiós, el saber tradicional, les
antropològic. Com hem dit abans, no és una cate- festes populars, la superstició i la màgia. La mateixa
goria estable ni fora de polèmica, però ens és útil ciència antropològica neix d’aquesta divisió dels
per demarcar una problemàtica específica: aquella móns: la sociologia s’ocuparà de les societats com-
relacionada amb la producció d’objectes de coneixe- plexes, modernes, urbanes, industrials; l’antropolo-
ment on la qüestió sobre l’alteritat i la identitat cul- gia de les societats simples, primitives, rurals, pre-
tural esdevé central. capitalistes. És una mirada que ordena el món i que
El cinema etnogràfic pot considerar-se com un legitima el nou poder polític europeu (Guarner,
producte de la modernitat, vinculat al mateix pro- 2006). La imagineria europea del segle XX projecta
grés tecnològic que el fa possible i al naixement de sobre el seu propi passat, sobre el seu propi món
la ciència antropològica. És fruït d’una època indus- rural, però sobre tot, sobre els pobles colonitzats,
trial i urbana, de l’expansió colonial europea que es metàfores que els homogeneïtzen com a “dife-
proposa com a una acció civilitzatòria i que suposa rents” i “altres”. La tasca de l’antropòleg serà mos-
l’abandonament de la tradició i els antics règims trar les bases socioculturals de les desigualtats racials
polítics en bona part d’Europa i Amèrica. Les prime- i la preservació taxidermista d’allò que està en vies
res produccions que podem classificar dins d’aques- d’una inevitable extinció davant l’avenç del progrés.
revistavalencianad’etnologia 87
Fig. 3: Fotograma de First Contact, 1983
88 revistavalencianad’etnologia
Fig. 4: Fotograma de First Contact, 1983
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Fig. 5 i 6: Fotograma de Cannibal Tours
segle XX. Recordem, per exemple, les sèries de tele- bles. Es tracta d’una mirada voyeur que s’instal·la en
visió com “Un món que desapareix” (Disappearing l’estranyament i que juga amb l’espectador per a
World) de gran èxit d’audiència als anys 70 i 80 o la mostrar-li allò que vol veure: realitats i costums de
sèrie “Otros pueblos”, de Televisió Espanyola, realit- llocs insòlits. L’encontre cultural s’escenifica a partir
zada a finals dels 80 i amb noves edicions que van del contrast entre dos móns separats, entre el món
des dels anys 90 fins a l’estrena de la seva undècima explicable i donat per descomptat del cineasta-
temporada l’any 2006, quan es presenta amb el espectador i el món que s’ha de descobrir, explicar,
subtítol “Encuentros”; perquè segons els realitzador interpretar i traduir del subjecte “insòlit” represen-
“encara que ho portis tot preparat, sempre pots tro- tat.
bar-te amb alguna cosa inesperada i meravellosa Però el cinema etnogràfic també té mirades crí-
quan descobreixes altres pobles” (RTV, 2006). Són tiques. La mirada cap a les “altres cultures” també
sèries documentals en les quals hi ha sovint la parti- serveix per criticar la pròpia i mostrar l’absurd d’a-
cipació directa d’antropòlegs o que es basen en un questes classificacions i estereotips reduccionistes.
discurs antropològic i en les quals es tendeix a fer Un recurs narratiu utilitzat per aconseguir aquest
“desaparèixer” els aspectes visibles del contacte cul- efecte és senzillament, donar la volta a la truita i
tural. Els “altres” són representats com cultures contraposar la bona educació del “salvatge” davant
autònomes que s’han preservat allunyades, quasi “l’incivilitzat home blanc” o el profund saber del
miraculosament, del contacte amb el món occiden- pagès davant l’estultícia de l’home urbà. No cal més
tal. Els “altres” són representats amb simpatia, la que invertir els tòpics per experimentar el seu cinis-
seva cultura és revaloritzada des d’aquest punt d’e- me i simplicitat, alhora que aconsegueix un efecte
xotisme nostàlgic, cultures recuperades des d’una còmic i ridiculitzador. Ho va fer servir Buñuel en el
mirada romàntica. El primitiu perillós o el noble sal- seu documental sobre Las Hurdes “Tierra sin pan”
vatge és substituït als anys 80 i 90 per l’ecologista (1933) per aconseguir un efecte de crítica social
avant-la-lettre, però els estereotips d’animalització, demolidora, i també ho comenta Manel Delgado
naturalització i infantilització tan ben exemplificats sobre el documental de Jacint Esteva “Lejos de los
per Shoat i Stam per descriure les representacions de árboles” (1972), analitzant com el cineasta utilitza el
l’altre al cinema de ficció (2002) perduren també en recurs de fer estrany allò familiar al mimetitzar l’estil
el cinema documental en les seves formes més ama- del documental científic per mostrar com a la ciutat
90 revistavalencianad’etnologia
Fig. 7: Fotograma de The Hunters Fig. 8: Fotograma de !Nai The Story of a !Kung Woman
moderna i cosmopolita s’agiten les mateixes forces vestimentes de “Coronel Tapioca” dels turistes i en
d’allò diferent i incalculable que pretén exiliar més les representacions que els vilatans fan per a ells, dis-
enllà de les seves muralles (Delgado, 2001). Aquest fressant-se de “primitius”, posant per la càmera
corrent crític tindrà el seu moment més àlgid a mit- (figura 4), i finalment, pintant les cares dels turistes
jans i finals dels anys 80 del passat segle, amb l’a- amb les seves pintures rituals de les calaveres dels
nomenada crisi de la representació i el qüestiona- difunts (figura 5).
ment crític de la modernitat. Hem posat l’exemple Un altre exemple és el treball de John Marshall
de “First Contact”, però un altre exemple paradig- sobre els !kung san. L’obra d’aquest autor és exten-
màtic és “Cannibal Tours” (1987) de Dennis sa i recull filmacions des de principis dels anys 50 fins
O’Rourke. Aquest realitzador tracta precisament i a finals dels 80 del segle XX. Tota una vida dedicada
directa el tema de l’encontre cultural des d’un punt a la documentació audiovisual d’aquest poble que
d’ironia en el seu documental en el qual la cita ini- queda atrapat entre els fronteres dels estats
cial ens diu que “no hi ha res més estrany en un país moderns de Sud-Àfrica i Namibia. Les seves primeres
estrany que el estrany que el visita”. Aquest docu- filmacions etnogràfiques com “The Hunters” (1957)
mental planteja una etnografia del turista europeu i es basen en mostrar la vida tradicional d’aquest
nord-americà a Nova Guinea, el comportament del poble de caçadors-recolectors (fig.7), però als anys
qual és l’estrany i el que ha de ser explicat, més que 80 realitza un documental que per primer cop intro-
no pas la vida del nadiu de les vores del riu Sepik, el dueix la vida actual dels !kung san en les reserves del
discurs del qual és racional, realista i coherent com- govern de Sud-Àfrica mostrant el procés de sotme-
parat amb l’activitat i explicacions dels turistes timent, sedentarització i urbanització d’aquest poble
(Ardévol, 2006). La juxtaposició d’imatges i narrati- a partir de la veu de la seva protagonista principal
ves en el muntatge documental mostra –revela- a N!ai (fig.8).
l’espectador com l’encontre cultural que experimen- El documental “N!ai, The Story of a !Kung
ten els turistes està encara mediatitzat per les re- Woman” (1985) és un clar contrapunt a la pel·lícula
presentacions colonials i l’imaginari modern de ficció de gran èxit comercial “Los dioses deben
(MacCannell, 1992). L’encontre cultural es comercia- estar locos”(1984) de Jamie Uys, filmada per la
litzat a partir d’aquest imaginari que es recreat en les mateixa època i que encara planteja l’encontre cul-
revistavalencianad’etnologia 91
transcendental com qualsevol conversa de cafè a
París. La única diferència és la presència tranquil·la
del bestiar enlloc del soroll dels cotxes, que per cert,
és el tema d’una de les seves converses.
La tria del retrat íntim en lloc d’una veu explica-
tiva i d’una descripció distanciada i neutral genera
Fig. 9: Fotograma de “The Gods must be Crazy”
un allau de crítiques dins el petit món de l’antropo-
logia visual sobre quin ha de ser l’estil del cinema
tural a partir de la representació dels !kung san com etnogràfic i la seva relació amb la descripció rigoro-
poble “primitiu” autònom i no contaminat per la sa i científica. El documental de MacDougall ens
cultura occidental i la urbanització amb la qual entra informa molt poc o gens de com s’organitzen els jie,
en contacte per atzar, al caure al poblat una botella no els classifica, ni els ordena, ni ens diu si són patri-
de Coca-cola (fig.9). El documental mostra un lineals o matrilineals, però la filmació de la seqüèn-
moment del rodatge d’aquesta pel·lícula on els cia, situada la mirada de la càmera al mateix nivell
!kung san contractats s’escenifiquen a sí mateixos visual que un més en la conversa, ens diu molt de la
vivint en harmonia amb la natura, sense cap contac- seva experiència vital, dels seus gestos, de la seva
te amb la resta del món, recreant el tipus de vida, relació corporal amb el món que els envolta i amb
objectes i vestits tradicionals que Marshall va docu- els altres homes, de la seva forma d’argumentar i de
mentar als anys 50. pensar sobre les coses. I sobre tot, els fa pròxims a
El cinema etnogràfic, al mirar el que és estrany l’espectador respectant la seva singularitat. Aquest
per a la modernitat, també qüestiona el patró que documental trenca amb l’estereotip de l’altre com a
marca la diferència. David MacDougall és un altre estrany i separat, i això enllaça amb un altre tema
bon exemple de documentalista etnogràfic que fonamental de l’antropologia que és la unitat huma-
planteja de cara el tema de l’encontre cultural. Els na com a espècie i la possibilitat d’universals cultu-
primers intents de MacDougall és fer familiar allò rals.
que ens pot resulta estrany, fer pròxim allò separat i El projecte del cinema etnogràfic de MacDougall
presentat com a llunyà (1998). Fer-lo tan explicable i es desenvolupa tant en les seves filmacions com en
donat per descomptat com és el món urbà d’un els seus escrits sobre cinema transcultural (1998)
espectador europeu. En el seu documental sobre els capaç de creuar els límits culturals i expressar la sin-
jie, “Under the men’s tree” (1970), no pretén expli- gularitat a partir de la similitud i no de la diferència,
car la seva cultura pastoral, sinó senzillament, fer o sobre la corporalitat de la imatge (2006) que es
partícip l’espectador de les escenes quotidianes. De perfila com un intent d’arribar a la comprensió de
manera tan natural com qui es pren un cafè a la l’alteritat cultural a partir de compartir, a través de la
terrassa d’un bar, els jie conversen animosament a imatge, l’experiència sensible, corporal, d’una situa-
l’ombra dels arbres, i el que diuen és tan banal o ció determinada. No es tracta de reduir la diversitat
92 revistavalencianad’etnologia
Fig. 10: Fotograma de SchoolScapes
cultural a una natura bàsica comuna, sinó d’expres- pretatives d’un drama cultural, i al fer-ho, el situa
sar la diversitat cultural a partir d’una una experièn- fora de la cultura representada i en relació amb ella.
cia que pot ser compartida. El que proposa aquest La última producció de MacDougall
autor és considerar l’encontre cultural com un efec- “SchoolScapes” (2007) és precisament un docu-
te de representació, es a dir, tenir en compte des mental sobre una escola de la Índia rural, on presen-
d’on mirem i en quina posició de subjecte ens situa ta una sèrie d’escenes quotidianes de l’escola, sense
el film. Per a MacDougall, el cinema etnogràfic sem- traducció ni subtítols, filmades en una sola seqüèn-
pre tracta de forma explícita o velada de l’encontre cia i amb un enquadrament fix que varia de posició
cultural. De forma explícita quan l’encontre cultural i de durada segons cada escena triada. Inspirat en el
forma part de la narrativa fílmica, com en els exem- cinema dels Lumière i les idees del pensador indi
ples de “First Contact” o “Cannibal Tours”. De Krishnamurti, l’autor explora amb la mirada aquesta
forma velada quan l’encontre cultural no està explí- escola progressista del Sud de la Índia. L’absència
cit en les imatges o en la narració audiovisual, però d’una narració verbal que expliqui des dels concep-
s’estableix a partir de la relació entre la mirada de la tes antropològics el què està passant no implica que
càmera i la mirada de l’espectador. L’encontre cultu- no hi hagi en la mirada de la càmera una forta argu-
ral és un tema recurrent en allò que hem decidit mentació antropològica sobre com mirar l’alteritat
anomenar com a “cinema etnogràfic”. Fins i tot en cultural. Un espectador qualsevol podria argumen-
el cas d’obres com “Trance and dance in Bali” tar que “no veu” la sustentació teòrica de la imatge,
(1954) de Mead y Bateson on l’encontre cultural es perquè no està articulada a partir d’un discurs verbal
situa en un punt cec, el documental en la seva narra- i no presenta una argumentació antropològica explí-
ció verbal i visual dona a l’espectador les claus inter- cita. A la imatge no hi ha “societat”, ni trobem “cul-
revistavalencianad’etnologia 93
tures”, menys encara “teories” sobre la cultura. transcultural; es a dir, com el coneixement que pot
L’espectador, només “veu” un muntatge d’imatges transcendir el relativisme cultural i fer intel·ligibles a
concatenades i en moviment a les quals ha de donar les cultures entre sí a partir de la cerca d’universals.
sentit. El sentit que aconsegueixi assolir dependrà de En els exemples de “First Contact” i “Cannibal
la relació entre el què veu i el què sap. El què sap és Tours” l’encontre cultural es mostra com a un con-
parcial i prové de la seva experiència cultural, per tacte intercultural desigual. En “First contact” el
això el ritme pausat de les imatges permeten d’esta- contacte és conflictiu i l’encontre està marcat per
blir un diàleg entre la mirada de la càmera i la mira- l’estranyament mutu, on cada cultura redueix l’altre
da de l’espectador. En aquest cas, el documental, al als seus termes per fer-la comprensible. No hi ha
negar-se a donar les claus interpretatives, situa a bases comunes i universals per a un context
l’espectador en l’experiència sensorial d’una altre d’intel·ligibilitat intercultural, sinó interseccions i
realitat cultural. La proposta és situar a l’espectador tangents, mecanismes d’interacció i intercanvi
al mateix temps “a dins” de l’experiència sensorial i mediats per representacions simbòliques de poder,
“a fora” de la representació cultural, per poder quan no directament per l’exercici de la força. En els
“dialogar” sobre l’encontre cultural a través de guiar dos documentals, l’encontre cultural com a com-
l’experiència estètica de l’espectador (figura 10). prensió intercultural només es produeix en la repre-
Si fem una lectura del cinema etnogràfic a partir sentació audiovisual, amb la contraposició de les
de com planteja el diàleg sobre l’encontre cultural, narratives sobre aquest encontre. Quan l’espectador
veurem que té molt a veure en com els antropòlegs pot veure i escoltar les diferents versions de la reali-
i realitzadors han entès la qüestió de la comprensió tat de l’encontre s’adona de la incompatibilitat de
intercultural (Catalán Eraso, L. 2006). En el cas de les experiències culturals i justament de la contrapo-
Bateson i Mead, per seguir amb els mateixos exem- sició obté la possibilitat de transcendir-les. En
ples que hem presentat, l’encontre cultural es plan- aquests exemples, el coneixement antropològic no
teja a un nivell d’abstracció diferent al de la realitat està en el discurs verbal ni en la reducció de l’expe-
concreta. Lluny dels avatars i desigualtats del con- riència en conceptes universals; l’argument sobre la
tacte cultural “real”, l’encontre cultural entre els dificultat de l’encontre cultural es construeix a partir
balinesos i els espectadors a “Trance and dance in del muntatge de les imatges i de les narratives dels
Bali” es produeix a partir de la traducció cultural; propis actors socials i només es completa en l’expe-
l’antropòloga fa una descripció i ofereix una inter- riència de l’espectador. Només quan podem contras-
pretació del ritual balinès en termes que siguin com- tar les experiències dels diferents actors podem rela-
prensibles per a l’espectador i situant-lo dins d’un tivitzar-les i assolir una certa comprensió transcultu-
marc teòric generalitzador, en el qual el ritus és una ral (que transcendeix o es capaç d’ampliar els propis
escenificació d’un tema cultural que pot considerar- límits culturals de l’espectador).
se universal: la lluita entre el bé i el mal. En aquesta En “SchoolScapes” la proposta de realització de
direcció, l’antropologia es proposa com el pont l’encontre cultural es fa exclusivament a partir de la
94 revistavalencianad’etnologia
mirada de la càmera, es a dir, de l’experiència estè- i com es dirigeix la mirada estètica de l’espectador.
tica que el realitzador vol compartir amb l’especta- Tan mateix, el debat sobre com s’ha d’incorporar la
dor. És per tant, una proposta immersiva i impressio- càmera en la recerca etnogràfica no sempre ha tingut
nista. L’encontre cultural no es representat en les en compte aquestes problemes de representació, sinó
imatges ni explicitat en les paraules, sinó que és més aviat en com adaptar la càmera en la producció
constitueix com una experiència de l’espectador. de coneixement antropològic prenent com a model
L’absència de traducció no és un impediment per a els cànons de la producció científica en antropologia;
l’encontre cultural perquè no hi ha cultures que des- es a dir, la descripció etnogràfica i la interpretació de
criure. La proposta de MacDougall és arribar a un les dades culturals en el marc d’una teoria formulada
coneixement antropològic sensible, no conceptual. en termes verbals i explícits.
No es tracta de fer una descripció d’una cultura o de Per a Karl Heider (1976) el cinema és el mitjà i l’et-
d’oferir un marc interpretatiu, sinó d’explorar l’expe- nografia la meta, de manera que la càmera s’ha d’a-
riència social utilitzant les estructures expressives del daptar al procés de recerca etnogràfica; a la mirada
mitjà audiovisual més que no pas els derivats de la detallada i minuciosa de l’etnògraf o de l’etnògrafa, a
prosa expositiva, del raonament propi de les ciències les seves posicions teòriques i metodològiques, a la
naturals o de l’argumentació filosòfica. Per a seva manera de fer treball de camp i de relacionar-se
MacDougall, el gir cap a una antropologia dels sen- amb els subjectes que intervenen en el seu estudi.
tits implica també obrir les formes del coneixement Crec, sense gaire por d’equivocar-me, que pràctica-
antropològic a l’experiència estètica. ment tots els antropòlegs coincidirien amb aquest pri-
mer supòsit. Tan mateix, hi ha posicions contraposa-
Antropologia i cinema etnogràfic des. Hi ha autors, com Fadwa el Guindi (2004), que
La introducció de la noció d’encontre cultural per ana- consideren que primer, abans d’introduir la càmera,
litzar el cinema etnogràfic ens ha permès una aproxi- s’ha de fer un treball de camp previ i després, un cop
mació simètrica entre les produccions documentals i sabem el què volem explicar i com, podem procedir a
científiques, es a dir, no haver de fer distincions entre un rodatge, amb un petit equip i procurant que el
autors especialistes o no en antropologia, sinó cen- context de la recerca no es converteixi amb un plató.
trar-nos en els efectes de representació de la produc- Des d’aquesta posició, la càmera contribueix a cons-
ció audiovisual de la diversitat cultural sobre l’espec- truir una narració audiovisual orientada antropològi-
tador. Des d’aquesta perspectiva, podem concloure cament que compleixi amb el rigor científic i que arri-
que tant els documentals científics com els realitzats bi a un espectador “normal”, de manera que hi ha
per cineastes poden transcendir o no els estereotips dos nivells de lectura: el argument antropològic i la
de la modernitat per presentar l’encontre cultural trama narrativa del muntatge audiovisual. La càmera
d’una forma més o menys complexa que ens perme- no intervé en el procés de recerca, ja que tot el pes del
ti avançar en la comprensió intercultural. I que en mitjà audiovisual està posat al servei de la representa-
bona mesura, depèn de com es construeix la narració ció del coneixement antropològic.
revistavalencianad’etnologia 95
igual al territori); que les accions humanes estan
organitzades linealment (concatenació causa-efec-
te) i que la imatge no distorsiona el comportament
(no tenir en compte els efectes de la representació i
de la mediació específica d’aquesta tecnologia).
Són trampes que interfereixen en la correcta anàlisi
Fig. 11: Fotograma de “The Gods must be Crazy”
de les imatges com a dades audiovisuals, però que
també són la base per l’elaboració de les conven-
Altres, com Postma i Crawford (2006) o cions narratives del cinema.
Claudine de France (1995), proposen la càmera La incorporació de la càmera en el treball de
com a instrument. Per a de France, es tracta de des- camp etnogràfic suposa que haurà de moure’s en
envolupar un metodologia explorativa, en la qual la funció d’un enfocament holístic i de la contextualit-
càmera actua com a mediadora durant el treball de zació detallada dels objectes, esdeveniments,
camp, contribuint a la recerca etnogràfica i apor- accions i persones. Caldrà incorporar la càmera en el
tant dades essencials per a la comprensió cultural, joc de l’observació participant, i això implica recollir
ja que la càmera proporciona la possibilitat de fixar la mirada dels subjectes, sense diluir-la en la norma-
la nostra mirada en un objecte reproduïble, que pot litat o construir-la des de l’alteritat; es a dir, treballar
aportar-nos material molt valuós sobre la unitat del sobre el concepte d’encontre cultural i sobre els
gest i de l’acció humana, diferent i complementari efectes de representació. Per tant, no es tracta d’una
a la descripció verbal i teòrica, i que ens permetrà adaptació de la càmera al treball de camp, sinó una
tornar a examinar-lo repetidament, en un procés transformació en la manera de plantejar la recerca,
d’observació diferida. En aquest cas, la importància tenint en compte com s’introdueix la càmera en el
de la imatge és teòrica i metodològica, però els context de recerca i com establim la col·laboració
resultats no són necessàriament vàlids per a la entre la càmera i els subjectes. Això vol dir haver de
generació d’un documental. La càmera és fona- decidir sobre com s’integren els actors en les deci-
mental pel procés de recerca, però la imatge és com sions sobre què filmar, quan i com, i quines mesures
l’equivalent a una ecografia, difícilment serà un ètiques s’han de prendre en relació amb el muntat-
producte que pugui organitzar-se en un format ge i el context d’exhibició, pel que fa al control dels
narratiu, propi del gènere documental. En aquest efectes de representació i de com aquests efectes
cas, el resultat de les filmacions pot ser interessant construiran la relació entre l’espectador i els subjec-
per altres antropòlegs o especialistes, però no pel tes representats; es a dir, com es guiarà l’experiència
públic en general. El que hem de tenir en compte, de l’encontre cultural de l’espectador.
llavors, són les trampes de la representació visual: el Els criteris d’avaluació d’un producte audiovisual
pensar que el cinema o el vídeo capta en tota la antropològic han de ser conseqüents amb els crite-
seva integritat el comportament humà (el mapa ris generals de la producció antropològica, però
96 revistavalencianad’etnologia
tenint en compte que el producte audiovisual no és
un producte textual, i per tant, que s’haurà de valo-
rar en funció de la seva especificitat. Això vol dir que
el producte audiovisual no està subjecte a les matei-
xes convencions formals que una etnografia textual,
i per tant, estem parlant del desenvolupament de
Fig. 12: Bob Connolly y Robin Anderson filmant Black Harvest,
formes de coneixement antropològic que no depe-
la continuació de First Contact, 1990.
nen dels principis del mètode científic per la seva
validesa (MacDougall, 2006:271). El cinema etno- de comprensió del treball de recerca. En tot cas, no
gràfic és també una “representació cultural” (cultu- hi ha contradicció en treballar en diferents formats i
ral performance) i per tant no es pot concebre com oferir informació complementària, ja sigui textual o
una “traducció cultural”, sinó com a una narració a audiovisual. Això no implica que el producte audio-
partir de la presentació d’objectes i recreació d’expe- visual no pugui ser autònom, sinó que per a la seva
riències que performen un coneixement sensible en correcta valoració necessitem una informació que no
el seu diàleg amb l’espectador. Aquest moviment té perquè està inclosa de forma explícita en el docu-
cap a l’expressivitat del mitjà audiovisual ha estat un mental, que com ja hem esmentat abans, pot estar
dels grans temors per a la plena acceptació del mitjà creat per a dirigir-se a un públic ampli i no necessà-
audiovisual en el desenvolupament de l’antropolo- riament acadèmic. Tan mateix, la informació sobre el
gia com a ciència. Per això l’èmfasi en separar la ins- “making of” és imprescindible per a valorar un pro-
trumentalització del cinema com a eina metodològi- ducte audiovisual en termes acadèmics, ja que cal
ca del cinema com a mitjà performatiu; el cinema conèixer el seu context de producció per valorar la
antropològic del cinema etnogràfic, per utilitzar la seva adequació al procés d’una recerca etnogràfica
terminologia de Jay Ruby (2000). El manteniment o antropològica. La possibilitat d’incloure aquest
d’aquestes fronteres impedeix fins a cert punt la document complementari on es presenta la fona-
transformació de la pràctica etnogràfica amb les mentació teòrica i el procés del treball de camp alli-
noves tecnologies i l’experimentació amb altres for- bera al producte audiovisual d’haver de subjectar-se
mes de coneixement, malgrat l’existència de posi- als cànons de representació d’una etnografia escrita
cions heterodoxes i la creixent teorització del que o a les convencions narratives i cinematogràfiques
ara s’anomena les ciències socials performatives del gènere documental. Lluny de continuar amb la
(Pink, 2006). polèmica entre què és més important, el text o la
Una posició intermèdia seria acceptar la trans- imatge, el què necessitem és crear vincles significa-
formació de la pràctica etnogràfica per l’aplicació tius entre textos i imatges. Només d’aquesta mane-
reflexiva dels nous mitjans tecnològics i combinar els ra el cinema etnogràfic entra de ple dret en la pràc-
elements textuals i audiovisuals en un format hiper- tica antropològica per experimentar amb noves for-
mèdia que permeti la presentació de diferents nivells mes de coneixement.
revistavalencianad’etnologia 97
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98 revistavalencianad’etnologia
LA SEMIOSIS ALEGÓRICA
EN TEXTOS VERBOVISUALES
GONZALO ABRIL*
When analitically considered, a text is an assembalge En las páginas siguientes me referiré a algunas pro-
of pieces able of get articulated in a common visual piedades que caracterizan a la alegoresis, la semiosis
experience. This article focusses on how to use alegórica, en los textos visuales1, aun sabiendo que
semiotic forms considered allegorical as pretexts to
el fenómeno de la alegoría no está siempre bien
ilustrate the integration of asthetic, cognitive, moral
delimitado, ni parece haberlo estado a lo largo de la
and pratical aspects into visual texts, as those known
as “mass culture” historia. Para ilustrar esta deficiente delimitación,
recordaré que conforme a la definición clásica pro-
Key words: semiosis, allegory, verbovisual text, puesta por Goethe (1993), en sus Máximas y refle-
semiotic, narrative. xiones, y que tanta influencia ejerció sobre la estéti-
ca romántica, la alegoría consiste ni más ni menos
que en una imagen que remite a un concepto, una
idea que viene a coincidir pasmosamente con la
definición genérica de signo propuesta por Saussure
(1978: 98) en el Curso de Lingüística General: exac-
tamente la relación entre una imagen (“acústica”,
pues en el Curso se trata del signo lingüístico) y un
concepto. Es fácil, quizá demasiado, inferir que, o
bien la definición goetheana de alegoría prefigura
revistavalencianad’etnologia 99
una concepción moderna del signo en general, o Así que para establecer una genealogía de las
bien la noción estructuralista del signo hace suyo el formas textuales visuales de la modernidad hay que
contenido de la alegoría clásica y lo generaliza como prestar atención a los jeroglíficos, emblemas, loci
fenómeno semiótico igualmente general. mnemotécnicos, empresas, lemas, caligramas y
Pero esta discusión de carácter histórico no es lo otros muchos textos alegóricos que conformaron la
que aquí me interesa. Lo que quiero sobre todo es cultura verbovisual del barroco. Todos ellos propicia-
servirme de la alegoría y de las formas de semiosis ron una profunda interpenetración y mutua traduc-
habitualmente consideradas alegóricas como pre- ción de los códigos visuales y los códigos lingüísticos
textos que me permitan ilustrar cuán profundamen- y favorecieron la contaminación entre los elementos
te se integran los aspectos estéticos, cognitivos y icónicos y los del discurso escrito. Por ejemplo, era
moral-prácticos en los textos visuales más comunes, frecuente que las imágenes visuales funcionaran
como aquellos que se suelen decir propios de la como ideogramas o unidades de una escritura jero-
“cultura de masas”. glífica, mientras los enunciados verbales desempe-
ñaban también una función icónica, caligramática.
Alegoría: imágenes de conceptos El moderno discurso de la publicidad, y otras
Aun asumiendo tradiciones medievales de la praxis formas textuales contemporáneas, le deben mucho
de la imagen, durante el renacimiento y aún con a esa cultura verbovisual, y por eso recurren frecuen-
mayor intensidad en el siglo XVII, en la era barroca, temente a los mismos procedimientos semióticos del
se desarrollaron las condiciones (y entre ellas, desta- jeroglífico y, en general, de la contaminación de los
cadamente, la tecnología de la imprenta) de una cul- registros semióticos icónico y simbólico que ya eran
tura visual propicia a un tratamiento analítico del característicos de la iconografía barroca.
texto, es decir, a producir el texto como un conjun- Como hemos adelantado, Goethe, 1993, propu-
to de piezas o fragmentos funcionales susceptibles so el antagonismo entre las expresiones de la semio-
de integrarse en una experiencia visual común, a un sis alegórica y las de el “símbolo poético”: mientras
mismo nivel de significatividad estética y cognitiva, éste último expresa sólo lo particular, y así se man-
pero también aptos para ser descompuestos y even- tiene vivo, abierto a las fulguraciones de lo concreto
tualmente recontextualizados. y de los sentidos subjetivos, en el texto alegórico las
representaciones de lo particular sólo se valoran
Estos fragmentos funcionales recibirán la denomi- como ejemplos de lo general, o en otros términos, el
nación más precisa de lexias en S/Z, una obra en sentido de la imagen sirve sólo a la expresión cir-
que Barthes (1980), se distingue, entre otros méri- cunscrita, cerrada y completa de un concepto; no es
tos, como precursor de la teoría del hipertexto sino una imagen conceptual cuyo significado ha sido
(Landow, 1995), por haber anticipado esa concep-
blindado por una convención perfectamente grama-
ción del texto como un conjunto de “bloques”
ticalizada. Goethe afirma que quien capta el
susceptibles de enlazarse e interrelacionarse.
momento particular del símbolo «de forma viva,
100 revistavalencianad’etnologia
recibe al mismo tiempo lo general, sin darse cuenta un significado conceptual igualmente cerrado: es la
o no advirtiéndolo sino más tarde». (Goethe, 1993, representación de una prudencia política extrema, la
párrafo 279, 70-71) Se presupone, pues, que la ale- de quien no quiere deber nada a otro ni deberse a
goría no opera «de forma viva». Al transformar el él (“nec a quo nec ad quem”) y se muestra replega-
fenómeno en un concepto, y el concepto en una do sobre su propia fuerza y sus propios intereses,
imagen, ésta circunscribe, completa y expresa el conforme al sistema de valores políticos barrocos
concepto de modo permanente (Ibíd., párrafo 1112, que analiza R. de la Flor (2005).
233), repetitivo y como entumecido. Ya se trate, pues, del arte del pasado o del texto
Las imágenes conceptuales, vehículos de ideas verbovisual masivo contemporáneo,
abstractas, deben quizás una parte de su fuerza cul-
la alegoría no encuentra un sentido pleno más
tural al ars memoriae, que para apoyar la memoria
que en la proposición que le entrega su clave. Sin
de manera lógica se sirvió desde la antigüedad de la
la equivalencia valorizante del discurso con su
técnica de montaje de imágenes, asociándolas y
imagen no descifraríamos, en esa mujer con el
organizándolas espacialmente (Wunenburger,
pecho al aire en medio de una riña, los rasgos res-
2005: 18). Así la imagen conceptual se desarrolló
plandecientes de la libertad conduciendo al pue-
históricamente al servicio de prestaciones mnemo-
blo a las barricadas. Del mismo modo, las patatas
técnicas. Pero sirvió también a la reproducción y al fritas que vuelan sólo existen gracias a la liviandad
reforzamiento de los sistemas de organización del de la Végetaline.
saber y de los imaginarios imperantes, ya se tratara,
antaño, de la economía simbólica del poder político Así cotejaba Lagneau (2003: 251), el sentido
barroco, con sus características “pasiones frías” (R. alegórico del célebre cuadro de Delacroix con el de
de la Flor, 2005), o de otras más cálidas y moder- un anuncio de margarina. También Barthes (2000)
nas, en la economía del deseo movilizada por el dis- alude al carácter alegórico de la fotografía periodís-
curso publicitario. tica cuando habla de que sus objetos son inductores
En cierto anuncio de una bebida alcohólica, a de asociaciones fijas entre ideas (biblioteca=intelec-
finales del siglo XX, la imagen de la serpiente apare- tual, por ejemplo, en ciertos retratos de prensa) y
ce como una alegoría de la tentación, o del peligro que en este sentido componen un auténtico léxico
tentador, y es de suponer que ningún espectador estable, incluso formalizable en una sintaxis. Pero
contemporáneo la tomaría por un símbolo de la una alegoresis semejante a la de los discursos visua-
regeneración del universo, como podría ocurrir en el les masivos está presente también en las prácticas
contexto de la mitología hindú, o de la medicina, privadas de la fotografía familiar. Es muy típica la
como acaecería en otros contextos culturales. fotografía en la que se adivina al turista, “punto
En una de las Empresas políticas de Diego minúsculo agitando el brazo, ante el Sagrado
Saavedra Fajardo (1640), la serpiente desempeña Corazón y que, como sucede frecuentemente, ha
también una función alegórica, y por tanto propone sido hecha de lejos porque se quería captar el monu-
revistavalencianad’etnologia 101
Publicidad como ejemplo de texto verbovisual
102 revistavalencianad’etnologia
cia pronominal ‘Yo’ cuyo objeto es, junto, a otros bién se superpone metonímicamente al espacio
probables, ese producto/marca”. figurativo del bolso (donde supuestamente se guar-
La línea roja de la cenefa del paquete, que se pro- da el tabaco). Y, sobre todo, por el hecho de presen-
longa debajo del enunciado del eslogan, es también tarse arrugado y ya abierto remite a acciones y acon-
un claro objeto conceptual: icónica en tanto que tecimientos anteriores, al “se ha fumado” de un
forma parte de la imagen de la cajetilla, se transforma tiempo cualificado de la seducción.
en índice metalingüístico en tanto que subrayado, Segundo ejemplo de charnela: el pronombre “I”
pero es sobre todo el índice visual de la función pre- se asocia al personaje de la muchacha rubia por su
dicativa que hemos descrito en el párrafo precedente. composición oblicua y paralela al cuerpo de ese per-
Esta clase de espacios semióticos, enraizados en sonaje, y es así atraído al universo del relato, tanto
la tradición del jeroglífico y la alegoría barroca, han metafóricamente, por la posición, cuanto metoními-
sido descritos como “espacios mentales que las fuer- camente, por la proximidad espacial. Por el carácter
zas conceptuales materializadas en las figuras produ- “caligráfico” de su tipografía el pronombre de pri-
cen a través de su relación” (Català Doménech, mera persona aparece como indicador de expresión
1993: 200). Se trata de un ámbito visual que ha de o identidad personal (un efecto de “firma”), y sugie-
leerse como “marco mental analítico”, como una red re la atribución de esa función autoafirmativa del yo
de nexos entre conceptos virtuales. al personaje mismo (y, por cierto, también el uso del
inglés en el eslogan tiene una función alegórica).
La alegoría en la narración El espacio alegórico-conceptual puede ser, en
Pero sólo en una primera mirada. Pues según avan- suma, involucrado como un ingrediente de la narra-
zamos en el análisis percibimos que la significación ción. Y esto ocurre sobre todo por relación a los tres
alegórica se aplica también a un momento o a un componentes fundamentales de la diégesis: la repre-
segmento de la narración. La significación concep- sentación de los “momentos narrativos” que expre-
tual y la narrativa no son paralelas, sino complemen- san acontecimientos del relato, la de los personajes
tarias. Hemos llamado “charnelas” (metáfora que o sujetos de las acciones narrativas y la de los espa-
remite a la juntura entre las conchas de los bivalvos) cios o escenarios. Dicho de otra forma: tanto la
a los signos o elementos textuales a través de los selección de los momentos-eventos cuanto la perso-
cuales los dos planos semióticos entran en intersec- nificación y la espacialización de la acción pueden, y
ción y establecen interacciones. Por ejemplo, en el aun suelen, adquirir un sentido alegórico.
anuncio de Lucky Strike, el paquete de tabaco repre- Deleuze (1984: 17) denomina “instantes privile-
senta conceptualmente el producto, la marca y una giados”, o “poses”, a aquellos “elementos formales
función de objeto predicativo, como hemos dicho; trascendentes” que determinan la naturaleza de un
pero a la vez, en relación al espacio narrativo, descri- movimiento, por oposición a los “momentos cuales-
be pliegues paralelos a las curvas de la muchacha quiera”, o “cortes”, que expresan sin más elemen-
rubia, proponiendo una metáfora plástica, y tam- tos materiales inmanentes. El “instante privilegiado”
revistavalencianad’etnologia 103
había sido denominado “momento más pregnante” tiempo deportivo. La equitación es antes que nada
por Lessing (1766), en el capítulo XV de su tratado una alegoría del arte del gobierno, según la analogía
estético Laocoonte, para referirse al momento más que establece: dominar un caballo es como dirigir un
favorable o expresivo para representar una acción. estado, el príncipe es como un jinete. En ese mismo
Como bien señala Aumont (1992: 245), la selección horizonte simbólico, la postura del equino, “en cor-
de ese instante, en la historia del arte visual, ha remi- veta”, no es una figura estética que pretenda captar
tido siempre a determinadas “codificaciones retóri- deleitablemente el dinamismo del movimiento hípi-
cas”, como, por ejemplo, los cinco estado de ánimo co, sino sobre todo una expresión conceptual del
de la Virgen durante el episodio de la Anunciación. control sobre sí mismo y sobre cuanto queda bajo el
En distintos ejemplos puede advertirse la referen- dominio del príncipe (Sancho, 2000), pues no por
cia diferenciada a alguno de esos momentos pasiona- casualidad el valido pretende competir con la majes-
les codificados según el relato de San Lucas. En suma, tad de los mismos reyes. Incluso como posición ram-
y tal como sugiere la categoría de “pose” de Deleuze, pante, codificada por la heráldica, la postura del
se trata de momentos alegóricos que condensan la caballo podría venir a connotar esta competición
significación del acontecimiento en relación a ciertas simbólica. En fin, el campo de batalla que aparece
representaciones prototípicas o estereotipadas en un como escenario representa su gran poder militar y la
contexto cultural determinado. Es por ello por lo que supremacía imperial de la España de los Austria, y no
los motivos figurativos, en la representación de tipo alguna de las batallas reales que el valido impulsó, y
pose, adquieren un espesor conceptual particular: en en ninguna de las cuales estuvo presente.
la pintura histórica, el puñal, en el momento de cer- Volviendo a nuestro ejemplo contemporáneo, el
nerse sobre la víctima, no sólo designa el aconteci- anuncio de cigarrillos, el conocimiento del cine norte-
miento de una amenaza particular sino que puede americano y de algunos de sus géneros más populares
simbolizar la solemnidad ritual y transhistórica del (como el thriller y/o el cine negro) nos permite recono-
magnicidio; en la ilustración moral de finales del XIX, cer en el estilo gestual, el peinado, la mirada y la expre-
el instante espasmódico del proletario borracho sim- sión de la boca de la muchacha morena los indicado-
boliza para el lector burgués la amenaza colectiva del res iconográficos de la femme fatale (Sánchez Leyva,
vicio, y de las clases populares que lo practican, etc. 2005) y el motivo de la seducción a la vez irresistible y
Pero junto a la alegorización de los aconteci- peligrosa que ese estereotipo narrativo representa.
mientos, decíamos, aparece en segundo lugar la de También en este ejemplo puede percibirse, por
los personajes: un retrato ecuestre como el del último, la sobredeterminación alegórica del espacio
Conde Duque de Olivares, pintado por Velázquez en el relato: la noche, las afueras de una discoteca,
hacia 1634, no muestra la práctica de la equitación se presentan indiscutiblemente como ámbitos de la
según una pauta “costumbrista”: sería un anacronis- seducción y el erotismo.
mo pensar que el retrato representa al valido de En fin, si agregamos los tres componentes que
Felipe IV en el momento en que disfruta de un pasa- hemos mencionado: el momento temporal, la perso-
104 revistavalencianad’etnologia
nificación, la espacialización, y los conceptualizamos (polo ideológico) se encuentran ideas, valores y nor-
conjuntamente bajo la figura del cronotopo con que mas que atañen a la organización social y moral.
Bajtin (1989) se refería a la “conexión esencial de las Estas relaciones semánticas hacen posible también la
relaciones temporales y espaciales asimiladas artísti- interconexión analógica de los significados, en tér-
camente” y siempre vinculadas a una determinada minos de traslaciones metafóricas; por ejemplo, la
“imagen humana”, habremos de admitir que la cro- nutrición del lactante puede metaforizar el aprendi-
notopía, como matriz narrativa, es en sí misma un zaje y la aculturación: “el miembro de la tribu bebe
enclave de intersección entre componentes acciona- de los pechos de la costumbre tribal” .
les y conceptuales, entre la diégesis y la alegoresis. Los usos alegóricos de las representaciones
visuales, tanto en el pasado como en la modernidad,
La alegoría como “polarización simbólica” pueden ser interpretados a la luz de estos mecanis-
El antropólogo Victor Turner (1980), en La Selva de mos simbólicos, más allá del marco de una retórica
los símbolos, explicó el funcionamiento de los “sím- de la imagen. Las formas retóricas de la alegoría son,
bolos rituales”. Su ejemplo paradigmático es el pro- antes que trasuntos visuales de las figuras literarias,
ceso de simbolización del mudyi, “árbol de la expresiones de procesos simbólicos básicos que
leche”, en la cultura de los Ndembu: debido a su acaecen en prácticas sociales diversas, desde los
látex lechoso este árbol sirve como significante de rituales religiosos a la enseñanza escolar, desde la
la leche materna. Pero siguiendo un proceso de construcción privada de una identidad personal a la
sucesiva asociación y “condensación”, va adqui- construcción de las imágenes de las instituciones y
riendo significados cada vez más complejos y abs- los personajes públicos. Yendo aún más lejos, la
tractos: el amamantamiento, la relación materno- definición de Turner de la polarización/condensación
filial, la matrilinialidad, el conjunto de la organiza- simbólica viene de nuevo a recubrir la propia noción
ción y de la continuidad social Ndembu y, finalmen- de signo tal como, recordábamos al principio, fue
te, la identidad misma de este pueblo centroafrica- propuesta por Saussure. Ahora la que llamábamos
no: el mudyi, en palabras de un nativo, es como la “pasmosa” coincidencia conceptual entre la alego-
“bandera” de los Ndembu. ría de Goethe y el signo de Saussure puede verse a
Junto a esta “condensación de muchos signifi- la luz de una teoría antropológica que hallaría en el
cados en una forma única”, Turner habla de la lenguaje una expresión más, aunque ciertamente la
“polarización del sentido” que los mismos adquie- fundamental, de la arquitectura de lo simbólico,
ren: en un polo del proceso simbólico ritual (el polo dentro de la cual los “tropos” y otros mecanismos
sensorial) se hallan significados que remiten a fenó- retóricos no son usos derivados o desviados, sino la
menos naturales y fisiológicos, o más bien cualida- trama misma que la constituye. Lo que nuevamente
des sensoriales, elementos figurativas y/o comporta- le daría razón al Nietzsche que afirmaba: “No hay
mientos dramáticos, estrechamente relacionados ninguna «naturalidad» no retórica del lenguaje a la
con la forma externa del símbolo. En el otro extremo que se pueda apelar: el lenguaje mismo es el resul-
revistavalencianad’etnologia 105
tado de artes puramente retóricas”, el lenguaje es inconfundiblemente del lado de los intereses del
retórica, y es doxa mucho antes de poder servir a asesino. Y parece cierto que los espectadores nos
una episteme (Nietzsche, 2000: 91-92). sentimos aliviados cuando el coche vuelve a hundir-
se hasta desaparecer en el lodo negro. La función
La alegoría enunciativa crítica de la alegoría enunciativa vendría justamente
Zizek ha propuesto una nueva modalidad de la del hecho de poner en evidencia un mecanismo de
semiosis alegórica: si en la alegoría tradicional o con- identificación en que, en virtud del propio proceso
ceptual, “el contenido diegético es alegórico de de enunciación, se delata la perversidad de la mira-
alguna entidad trascendente” (como ocurría con la da y lo inconfesable de nuestro deseo. Un mecanis-
serpiente que representa la tentación, o con la equi- mo que, por lo demás, es habitualmente ocultado.
tación que remite al arte de gobernar), en el espacio El mecanismo alegórico-enunciativo descrito por
narrativo moderno “el contenido diegético es postu- Zizek ha dado, antes y después de las películas de
lado y concebido como la alegoría de su propio pro- Hitchcock, excelentes rendimientos dentro de un
ceso de enunciación” (Zizek, 1994: 160). Esta idea discurso visual crítico. Terminaré mi exposición con
de alegoría reflexiva, vuelta sobre el propio discurso, dos ejemplos muy eminentes del arte del siglo XX.
supone sin más un potencial crítico-ideológico que La Condición humana de Magritte ofrece la ima-
el filósofo esloveno halla ejemplarmente realizado gen de un cuadro superpuesto a una ventana sobre
en algunas secuencias del cine de Hitchcock, que un paisaje que, supuestamente, coincide exacta-
lograba denunciar en muchas ocasiones la “natura- mente con el representado en la pintura. La obra de
leza ambigua y escindida del deseo del espectador”. Magritte puede leerse como alegoría temática o
En el filme Psicosis (1960) encontramos un exce- conceptual: el cuadro, en tanto que ilusionístico,
lente ejemplo: Norman, que ha asesinado a Marion parece delatar la falacia, el enmascaramiento, la
y ha introducido su cadáver en el maletero, escruta falta de verdad que acompaña a toda representa-
con aparente indiferencia, sin dejar de masticar, el ción figurativa (al estilo de lo que ocurre en su cono-
lento y borboteante hundimiento del coche en la cido tema “Esto no es una pipa”). Pero en la medida
ciénaga, donde quiere hacerlo desaparecer. Cuando en que La Condición humana alude también a nues-
el coche se detiene unos momentos, Norman mira tra mirada, ubicándola en el locus enunciativo que
hacia los lados y nos hace imaginar, y sobre todo hace posible el trampantojo (trompe l’oeil), delata el
temer, otras posibles presencias. La incomodidad simulacro del punto de vista y de la perspectiva
moral de la escena procede del hecho de identificar- como una operación de descubrimiento/ encubri-
nos con un psicópata, no sólo por el procedimiento miento (o “enmascaramiento”, que decía el pintor)
formal de la “cámara subjetiva” que nos presenta de lo representado, que puede leerse como alegoría
varios planos desde el lugar virtual de su mirada, enunciativa de toda mirada.
sino sobre todo porque la inquietud ante la presen- El otro ejemplo notable es la película Film, con
cia de un posible testigo nos ha puesto sutil pero guión de Samuel Beckett, interpretación de Buster
106 revistavalencianad’etnologia
Keaton y dirección de Alan Schneider (1965). En su Bibliografía
ABRIL, G., 2003: Cortar y pegar. La fragmentación visual en los
guión, Beckett (2001), que dice querer ilustrar la orígenes del texto informativo. Madrid. Cátedra.
tesis “esse est percipi”, ser es ser percibido, del filó- ABRIL, G., 2007: Análisis crítico de textos visuales. Mirar lo que
nos mira. Madrid. Síntesis.
sofo irlandés Berkeley, propone una doble mirada: la
AUMONT, J, 1992: La imagen. Paidós. Barcelona.
del personaje, O (de “Objeto”), y la de un sujeto BAJTIN, M., 1989: Teoría y estética de la novela. Taurus. Madrid.
BARTHES, R., 1980: S/Z. Madrid. Siglo XXI.
enunciativo, E, el ojo de la cámara que en todo
BARTHES, R., 2000: “El mensaje fotográfico”, en Lo obvio y lo
momento persigue a O. En la secuencia final, dentro obtuso. Imágenes, gestos, voces. Paidós. Barcelona.
BECKETT, S., 2001: Film. Barcelona. Tusquets.
de una habitación, ambas miradas se diferencian
BOURDIEU, P., 2003: Un arte medio. Ensayo sobre los usos
sutilmente por la “calidad de la imagen”, según sociales de la fotografía. G. Gili. Barcelona.
dicta el guión; más exactamente, los objetos que se BRUNER, J., 1991: Actos de significado. Más allá de la revolu-
ción cognitiva. Madrid. Alianza.
presentan a través de la mirada de O aparecerán CATALÀ DOMÉNECH, J. M., 1993: La violación de la mirada. La
desenfocados. Al final de la película E mirará de imagen entre el ojo y el espejo. Fundesco. Madrid.
DELEUZE, G., 1984: La imagen-movimiento. Estudios sobre cine
frente a O (su rostro no se ha mostrado al especta- 1. Paidós. Barcelona.
dor hasta ese momento) y O verá finalmente a E, GOETHE, J. W. von, 1993: Máximas y reflexiones. Barcelona,
Edhasa.
que resulta ser el mismo personaje, igualmente LANDOW, G. P., 1995: Hipertexto. La convergencia de la teoría
interpretado por Keaton. Hay, pues, una sutil tema- crítica contemporánea y la tecnología. Barcelona. Paidós.
LAGNEAU, G., 2003: “Efectismo y engaño”, en Bourdieu, P.,
tización de la problemática del desdoblamiento, 2003: 235-255.
pero sobre todo, una alegoría enunciativa que seña- LESSING, G. E., s.f. (1766): La Poesía y las Artes Plásticas
(Laocoonte). Madrid. La España Editorial.
la a la mirada subjetiva y a sus ambigüedades, al
METZ, Ch., 1979: Psicoanálisis y cine. El significante imaginario.
lugar invisible de la cámara y a su función enuncia- G. Gili. Barcelona.
NIETZSCHE, Friedrich, 2000: Escritos sobre retórica (Edición y
tiva. Y sobre todo que apunta a cuestionar la “iden-
traducción de Luis Enrique de Santiago Guervós). Madrid:
tificación primaria” con la propia mirada como locus Trotta.
R. DE LA FLOR, F., 2005: Pasiones frías. Secreto y disimulación
abstracto, esa identificación ya plenamente ideológi-
en el Barroco hispano. Madrid. Marcial Pons Historia.
ca que teorizó Christian Metz (1979). SÁNCHEZ LEYVA, Mª J., 2005: “Chooseando”, exposición
introductoria al Taller de semiótica discursiva “Leer la cultu-
Frente a textos como el anuncio de cigarrillos,
ra de masas”, Casa Encendida, Madrid, 21 de febrero 2005
donde precisamente se promueve una identificación (inédito).
naturalizada con el voyeurismo masculino y su asun- SANCHO, J. L., 2000: Guía del Museo del Prado. Madrid.
Aldeasa.
ción aproblemática como mirada abstracta, los SAUSSURE, F. de, 1978 (1911): Cours de linguistique générale
ejemplos que hemos comentado proponen distintas (publicado por Ch. Bally y A. Sechehaye, edición crítica de
Tullio de Mauro). París. Payot.
estrategias críticas: la de denunciar que toda mirada TURNER, V., 1980: La selva de los símbolos. Siglo XXI. Madrid.
es equívoca (Magritte), que toda mirada es malévo- WUNENBURGER, J.-J., 2005: “Racionalidad filosófica y figuras
simbólicas”, Escritura e imagen (UCM) 1: 13-24.
la (Hitchcock), que toda mirada es incierta y hasta ZIZEK, S., 1994: “En su mirada insolente está escrita mi ruina”,
impredicable, in-objetable (Beckett). en Zizek, S., comp., Todo lo que usted siempre quiso saber
sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntarle a Hitchcock.
Pero que en todo caso, en tanto que seres semió- Buenos Aires. Manantial: 155-203.
ticos, somos esa mirada, sus poderes y sus límites.
revistavalencianad’etnologia 107
MISCEL·LÀNIA
TRANSHUMANCE IN SARDINIA:
AN ETHNOARCHAEOLOGICAL VIEW
ON TRANSHUMANT PASTORAL ECONOMIES
This article argues that a social perspective offers interesting possibilities to detect and interpret
archaeologically transhumant patterns of pastoral mobility in the past. My contention is that archae-
ological remains of transhumant pastoral economies are largely determined by socio-economic and
socio-political relationships between pastoral groups, and with other (rural) groups such as farmers,
large landowners and merchants. Landownership and (inter)national markets for pastoral products
are crucial to understand productive strategies and the materially tangible engagement of pastoral
groups in rural landscapes.
Aquest article planteja que la perspective social oferix INTRODUCTION: DEFINING TRANSHUMANCE IN
posibilitats interesants a l’hora de detectar i interpreter THE MEDITERRANEAN
arqueològicament patrons transhumants de mobilitat The notion of transhumance appears thus far to be
pastoral en el passat. Les meues hipótesis són que les rather loosely used to refer to various types of
restes arqueològiques relacionades amb economies
mobility especially among rural communities, which
trashumants estan determinades en bona mesura per
predominantly relied and still rely on animal
les relacions de tipus socio-econòmic i socio-polític
entre grups pastorals, i amb altres (rurals) grups com husbandry. For southern Europe the most
llauradors, grans propietaris de terra i comerciants. renowned historical examples of pastoral
Propietaris de terra i mercats (inter)nacionals per a pro- economies featured by transhumant patterns of
ductes pastorals són fonamentals per entendre les mobility are the Mesta in Spain (since the 13th
estratègies productives i la vinculació material dels century) and the Dogana delle Pecore in the region
grups pastorals als espais rurals.
of Puglia, southern Italy (since the 15th century)
(Braudel, 1972: 89 and 91; cf. Barker, 1989: 9;
Paraules clau: Sardenya, transhumància, etnoar-
queologia, economia pastoril. Delano Smith, 1979; Halstead, 1987: 81). These
pastoral economies were highly specialised and
characterised by transhumant kinds of sheep
* Archeologisch Centrum - Faculteit der Letteren
herding. They were heavily sponsored by state
Vrije Universiteit Amsterdam
De Boelelaan 1105 organisations and principally produced wool for an
1081 HV Amsterdam - The Netherlands
revistavalencianad’etnologia 109
(inter)national market. A considerable number of pastoral mobility both from a geographic and
historical studies have also looked into temporal point of view and the absence of fixed
transhumance routes, i.e. the cañadas on the places of residence (Chang, 1993: 700-701; Cribb,
Spanish Mesta and the tratturi in Puglia, southern 1991: 15-20; Khazanov, 1983: 15 and 17).
Italy (e.g. Aitken, 1945). Returning to the large-scale transhumant
Transhumance is regarded as the periodic pastoral economies of the Mesta in Spain and the
(often seasonal) migration of shepherds and their Dogana delle Pecore in Puglia (southern Italy) it is
herds between fixed winter and summer pastures interesting that they have featured prominently in
(Chang, 1993: 700-701; Goldschmidt, 1979). archaeological debates on patterns of pastoral
However, currently most ethnographers, historians mobility. These debates centre principally on the
and archaeologists working in the Mediterranean question if transhumance should be considered a
agree that transhumance stands for varied response to the natural environment in the
patterns of pastoral mobility (Chang, 1993: 698- Mediterranean or to certain historical conditions, i.e.
699; Doorn and Bommeljé, 1990). Looking at state organisations and markets for pastoral
historical and recent cases of pastoral economies products. In particular, the question of the historical
in southern Europe like the Vlach and shepherd context for the development of transhumant
communities in southern France and Italy (e.g. pastoral economies has some relevance for the
Brisebarre, 1978; Clearly, 1986, 1987 and 1988; argument presented in this article.
Halstead, 1990 and 1996), as well as the islands of Various studies consider transhumance as a
Corsica and Sardinia (Lewthwaite, 1981 and highly-effective ecological adaptation towards the
1984), transhumant patterns of pastoral mobility Mediterranean environment (Barker, 1990: 39-40;
seem to imply that the migratory circle holds Doorn and Bommeljé, 1990). Regular movements of
minimally one fixed area of residence for pastoral livestock over considerable regional distances
communities. between lowlands and uplands are presumed
This fixed area of residence means that parts of necessary given the topographic and climatic
the pastoral community have a sedentary life in a conditions of the Mediterranean (Frayn, 1984: 12
certain settlement like a village or farmstead. These and 46; Skydsgaard, 1974: 7). The lowlands are
are often women or aged people who are at most characterised by mild and relatively wet winters but
casually involved in pastoral work, whereas the prolonged dry and hot summers critically lowering
shepherds themselves constantly move with their the nutritive value of grazing land (Geddes, 1983:
herds even if this is within a clearly defined 52; Halstead, 1996: 21; Matley, 1968: 250). The
geographical area like a village territory. This particular mountains, on the contrary, have cold winters with
view on transhumant patterns of pastoral mobility temperatures often below zero centigrade
makes it possible to distinguish it, for example, from accompanied with snow on the highest peaks, but
nomadism, which appears to concern high degrees of other seasons offer excellent pasture (Barker, 1989:
110 revistavalencianad’etnologia
1; Barker, 1990: 39; Halstead, 1987: 77). As a The socio-economic and socio-political contexts
consequence, transhumance is regarded in these will be looked at again after reviewing various types
studies as an ecological response to the substantial of transhumant patterns of pastoral mobility in the
annual fluctuations in the Mediterranean climate at Mediterranean and Sardinia specifically during
different altitudes. modern history.
The premises of this model have been criticised by
various archaeologists, i.e. the ecological determinism VARIOUS PATTERNS OF PASTORAL MOBILITY IN THE
of patterns of pastoral mobility, and the notion of an MEDITERRANEAN AND ON THE ISLAND OF
unchanging Mediterranean environment since early SARDINIA (ITALY)
prehistory (about the 6th millennium BC) (Cherry,
1988: 14). Large-scale and transhumant pastoral Patterns of pastoral mobility in the Mediterranean
economies need vast pasture areas in both lowlands Currently most archaeologists, historians and
and uplands. The extensive grazing lands so common ethnographers agree that various types of
in the recent history of rural southern Europe are the transhumance can be distinguished. Medieval and
result of the clearance of large tracts of lowland and recent historical examples in the Mediterranean show
upland woods and the regular use by herds to prevent that transhumance includes both vertical and
the regeneration of forest vegetation. For prehistoric horizontal movement of shepherds and their herds.
Greece, for instance, no botanical and pollen Vertical transhumance refers to the migration of
evidence exists, which does indicate any extensive livestock between mountains or highlands and valleys
form of wood clearance (Edwards et al., 1996; Willis or plains (Garnsey, 1988: 202). This pattern can be
and Bennett, 1994). subdivided in so-called ‘normal’ transhumance in
A second and more interesting angle of critique which case the places of stable residence are located
can be illustrated with the claim that ‘transhumance in the lowlands, and ‘inverse’ transhumance referring
was not “naturale”, “un fenomeno geografico”: it to pastoral communities based in the mountains or
was manmade, the product of social, economic and highlands but using seasonally grazing lands in the
political conditions specific to particular historical lowlands (Barker, 1986: 57-58; Barker and Grant,
processes’ (Garnsey, 1988: 204). Probably most 1991: 16; Braudel, 1972: 86-87). Horizontal
archaeologists, historians and geographers see transhumant migration in the Mediterranean appears
nowadays the rise and existence of specialised and to have been less common and merely related to very
transhumant pastoral economies in southern Europe large-scale, specialised types of pastoral economies
largely in the framework of broader economic and (cf. Barker, 1989: 1).
political contexts of (urban) markets and state Another distinction is that between long- and
societies in medieval and post-medieval times (e.g. short-distance transhumance (Barker, 1989: 3;
Chang, 1993; Cherry, 1988: 22; Delano Smith, Barker, 1990: 44-45). Barker argues for instance that
1979; Lewthwaite, 1981 and 1984). due to the abundant textual evidence of large-scale
revistavalencianad’etnologia 111
Figure 1. The island of Sardinia (Italy). Places and regions Figure 2. Transhumance routes on the island of Sardinia.
mentioned in the text.
and specialised types of pastoral economies in have demonstrated elegantly that there existed a
medieval and post-medieval times the (probably) larger variety of patterns of pastoral mobility
important role of short-distance transhumance in between the various regions of the island of Sardinia
prehistoric and classical Italy has been neglected in than merely ‘inverse’ transhumance (e.g. Le Lannou,
archaeology. However, the problem is where to put 1979: 171-176). Accordingly a distinction can be
the limit(s) in terms of distance to distinguish made between the regions of the Barbagia, the
between short- and long-distance transhumance. Ogliastra, and the valleys and plains like the Arborea
in south-western Sardinia (Figures 1 and 2).
The island of Sardinia and transhumant patterns of The pastoral communities of the northern part
mobility of the Barbagia (e.g. the villages of Orani, Sarule
On the island of Sardinia the so-called ‘inverse’ and Olzai) moved their flocks during winter and
transhumance has been considered the dominant early spring over approximately 15 to 20 kilometres
type of pastoral mobility during recent history, at to the northern side of the mountain chain of the
least as far as the interior mountain region is Marghine. In the eastern part of the Barbagia and
concerned (Caltagirone, 1986: 29). Various the Ogliastra transhumance took place to the
geographic and ethnographic studies, however, eastern valleys and coastal lowlands of the
112 revistavalencianad’etnologia
Tyrrhenian Sea bridging distances between 30 and
60 kilometres. Le Lannou, who made a study of
pastoral and agricultural life in Sardinia during the
early 1940s, defined these patterns of pastoral
mobility as short-distance transhumance. The
pastoral communities in the western part of the
Barbagia, and in particular the villages of Fonni,
Ovodda, Gavoi, Desulo and Ollolai, travelled with
their flocks to the south, mainly the Campidano
plain and the valleys of the Iglesiente, and the west,
for example the Arborea, over distances of about
150 kilometres. Therefore, the movement of
shepherds with their flocks from the western part of
the Barbagia could be considered as long-distance
transhumance. However, other researchers talk
about distances between 60 and 100 kilometres
from the same region (e.g. Delano Smith, 1979: 30). INSERT: Figure 3. Transhumance routes between the village
This demonstrates that absolute distances bridged community of Fonni (interior mountain region) and various
(coastal) lowlands in Sardinia.
by shepherds with their flocks of sheep differed
considerably for the single pastoral communities in
the central mountainous areas, but also inside the information is available showing that the rural
individual rural communities and between economy was predominantly characterised by a
successive years. Therefore, short and long-distance specialised form of pastoral production (mainly
transhumance is not a useful distinction in the sheep cheeses) directed to (inter)national markets at
Sardinian context. least since about the last 200 years. Shepherds from
Fonni with their flocks travelled annually distances
AN ETHNOHISTORIC VIEW ON TRANSHUMANT of 50 to 150 kilometres between the mountains and
PATTERNS OF PASTORAL MOBILITY WITHIN THE various lowlands such as the Campidano plain, the
COMMUNITY OF FONNI IN CENTRAL SARDINIA Altopiano di Abbasanta, the Nurra and the region
(ITALY) around Ozieri during winter and early spring
The rural community of Fonni in the central (December - April/May) (Figure 3) (cf. Ortu, 1988a:
mountainous region was one of the most renowned 159). The common type of pastoral mobility at Fonni
examples of a transhumant pastoral economy in can thus be defined as ‘inverse’ transhumance.
Sardinia based principally on the herding of sheep The annual cycle characteristic of the pastoral
(Figure 1). Abundant historical and ethnographic economy of Fonni will be discussed here and in
revistavalencianad’etnologia 113
and their flocks did not need to pass the village
centres, although local shepherds and farmers used
more frequently these roads. As such in Sardinia
routes have rarely been laid out during recent history
for the specific purpose to facilitate the transhumant
movement of shepherds and their flocks of sheep.
Nevertheless it appears that the intermediate
village communities attempted to control the
movement of shepherds with their flocks of sheep
by leading them along those field roads distant from
the village centres and also the cultivated fields.
Moreover, the intermediate village communities
appointed voluntary corps of country guards to
watch the transhumant shepherds with the flocks of
sheep crossing their village territories and to levy
fines in the case of damage to cultivated plants (cf.
Figure 4. Transhumance between Fonni and Solarussa. Caltagirone, 1986: 40-41). The general picture is,
therefore, that the potential for conflicts between
particular the one between Fonni and Solarussa, a local village communities and transhumant
rural community in the north-western part of the shepherds was always there.
Campidano plain (Figure 4). To the contrary, direct relations with the farming
The term transhumance does not exist in the local population in the lowlands were seen as moderately
dialect of Fonni, although nowadays shepherds know friendly, and contractual agreements for renting
the meaning of the word. Instead the word in viaggiu land to shepherds and their flocks of sheep were
(translatable as ‘travelling’) was used to indicate the manifold (cf. Caltagirone, 1986: 36).
seasonal movement of shepherds with their flocks of The transhumance between the interior
sheep. The journey between Fonni and Solarussa took mountains of Fonni and the lowlands took place
between two-and-a-half and three days. Shepherds during specific periods of the year within the annual
mostly travelled through the countryside. As a rule cycle of pastoral production. The start of the pastoral
field roads (called utturu), which had field walls on year was September, called capudanu in the local
both sides, were followed. But open field roads dialect, which literally means the ‘head of the year’.
(called camminu) and secondly animal/cart tracks This was the month with the lowest pastoral
through the fields (called andelas) were also used as production, since the sheep were not giving any milk.
transhumant routes. Generally field roads in village Transhumance to the lowlands took place at the
territories were laid out in such a way that shepherds end of November and the beginning of December. In
114 revistavalencianad’etnologia
this period the most important productive period of on different pasture and the daily separation of the
the pastoral year started. The flock had to be lambs from the sheep was looked upon as a difficult
separated into various parts. The principal groups task for which more persons were needed (cf.
were: (1) the sheep, which already weaned their Meloni, 1982: 158). The burden of pastoral work
lambs (called sas argasas); (2) the sheep, which suckle during the winter and early spring season, therefore,
lambs (sas anzonadas); (3) the group containing the generally made co-operation between shepherds
non-productive sheep including infertile sheep, sheep necessary. Forms of pastoral collaboration were often
less than one year old, which have not yet lambed, extensive involving about seven or more shepherds.
the lambs weaned, and the rams (group called sa Finally at the end of April and the beginning of
laghinza). Lambs of the fertile sheep older than one May shepherds returned with their flocks of sheep
year needed to be weaned. For most of the male to the territory of Fonni.
lambs this lasted between 20 and 30 days after which The main period of milk production and cheese-
they were slaughtered and sold on the urban markets making lasted from January until June. In the
of the lowlands, mostly around the period of lowlands milk was ceded to the milk factories for the
Christmas. After this moment the milk of the sas production of cheese of the Pecorino Romano type,
argasas, i.e. sheep, which had male lambs, was which was and still is marketed (inter)nationally. At
entirely used for the production of cheese. The female Fonni instead shepherds produced their own
lambs continued to be weaned until about March. cheeses called Fiore Sardo or Kasu Sardu. The latter
The tactics were to shorten the daily periods in which were traded locally, although some were sent to
the female lambs stayed with the sheep by putting mainland Italy. In summer, i.e. the month of July,
the female lambs in a separate pen during the night milk-production was decreasing until the month of
and by pasturing the latter separately for parts of the September, when sheep became non-productive. At
day in order to accustom them to plant nourishment. that point (month of September) the new pastoral
The purpose was to use as soon as possible the milk year started again.
of the sas anzonadas, i.e. sheep suckling the (female)
lambs, for cheese-making. The non-productive sheep, DETECTING ARCHAEOLOGICALLY TRANSHUMANT
in particular the rams, were kept apart to prevent PATTERNS OF PASTORAL MOBILITY: THE SARDINIAN
disturbance of the milk-producing sheep. A second CASE STUDIES
motive for the division of the flock was to reserve the
best pasture for the milk-giving sheep and the Introduction
remaining land for the non-productive animals (for Undoubtedly it is difficult to recognise
Greece cf. Halstead, 1996: 25). archaeologically transhumant pastoral economies,
It is also evident that the winter and early spring especially if detailed (ethno)historic evidence is
season was the most labour-intensive period of the absent. In Sardinia, for instance, it is almost
year. The various parts of the flock had to be herded impossible to distinguish materially transhumance
revistavalencianad’etnologia 115
routes from the general infrastructure in the rural classification into pastoral, agricultural and other
landscape, which was evidently used by several (rural) types of rural structures is misleading.
groups. Hence a first archaeological problem with Nonetheless, it is also clear that the transhumant
regard to the study of transhumant pastoral organisation of pastoral production has major socio-
economies evolves from the fact that the economic and socio-political consequences for
engagement of shepherds in their rural surroundings pastoral groups. These socio-economic and political
can rarely be separated from other kinds of land use, consequences have both ephemeral and enduring
principally agriculture and horticulture. Different material correlates.
forms of exploitation of the landscape were related Arguably the most materially-visible pastoral
materially, spatially and socio-economically. Before structures in the rural landscape are sheep
the mid-20th century zones of crop cultivation and enclosures together with shepherds’ huts (cf.
pasturing alternated regularly, often on an annual Caltagirone, 1989: 50). The sharp distinction made
basis, within the framework of a crop rotation system. by various ethnographic studies on Sardinian
Moreover arable land and pasture occurred within the pastoralism between pastoral structures in the zones
same enclosed fields at Fonni, mainly depending on of winter pasture in the lowlands and on the other
locally varying soil qualities. Also socio-economically hand in the zones of summer pasture in the
the relations between pastoralism and agriculture mountains appears to be a useful difference from a
could be flexible. Farmers and shepherds collaborated functional-material point of view (e.g. Angioni,
frequently on a contractual basis in everyday rural 1975: 386-389; Angioni, 1989: 102-114).
production, and rural workers could change from an For instance, in the zones of summer pasture in
agricultural to a pastoral occupation or vice versa the region of the Ogliastra pastoral settlements
between consecutive seasons. Various inhabitants of consisted of one, open round or rectangular
Fonni described how shepherds and farmers, men enclosure (called su passiali) constructed of walls of
and women, depending on the seasonal activities dry piled stones and/or branches in which the flock
during the pastoral and agricultural annual cycle, sheltered from bad weather, and used also to milk
used the same huts and other rural structures. For the sheep. In other parts of the central mountain
example, a hut not far from the village of Fonni was region this kind of enclosure was often called sa
used to shelter from bad weather by various people mandra (Caltagirone, 1988: 67). Pastoral settlements
during chestnut gathering in autumn, although it was in the zones of winter pasture in the lowlands
usually occupied by a shepherd pasturing his sheep consisted of more enclosures. A round or rectangular
on the surrounding land. It follows that there is no enclosure called sa korti also constructed of stone
simple one-to-one relationship between practices and walls and/or wooded fences functioned to round up
typological categories of rural structures, as already the flock during the milking (sometimes it was
demonstrated for field roads in relation to covered by a roof of branches). A small covered and
transhumance routes. A strict archaeological rectangular enclosure (called s’aili) with a surface of
116 revistavalencianad’etnologia
approximately two by three metres and built of stone pinnetta had in principle a circular foundation of dry
and wood was used to shelter the new-born lambs. piled stones and a conical roof of branches covered
Another round enclosure (sa cirra) constructed of by clumps of grass, although the materials used
wooden fences and sometimes covered by a roof of could vary. The domizhedda had a rectangular plan
branches functioned to wean the new-born lambs. with walls of stone and a flat or shelving roof of
And finally a fourth round enclosure of stone and/or branches or tiles. The only fixed structure in the hut
branches was constructed in some cases (also called was the hearth mostly in the shape of a pit in the
su passaili like the enclosures at pastoral settlements ground encircled by stones. Other objects in the hut
in the zones of summer pastures) to shelter the flock were related to the everyday needs of the shepherd
during the night and bad weather. Probably the latter and the fabrication of cheeses, and were often
enclosure was sometimes added to the corral, made of organic materials such as cane and cork.
because the one used for the milking had to be kept Also topographically a distinction can be made
as clean as possible. between pastoral settlements in the zones of winter
The difference between pastoral settlements in pasture and summer pasture according to the
the zones of summer and winter pasture and ethnographic studies on Sardinian pastoralism.
especially the layout of pastoral settlements in the Pastoral settlements on the summer pasture were
zones of winter pasture is commonly explained by located near to occurrences of water such as springs
the composition of the flock of sheep in relation to and streams, and in such a position that all the
the productive annual cycle. As mentioned above, pasture land could be overlooked (e.g. Caltagirone,
winter and early spring was the most important 1989: 54-55). Pastoral settlements in the zones of
productive period, i.e. lambing started in December winter pasture on the other hand needed to have
in the lowlands and the flock had to be divided in sufficient protection against cold winds and bad
various parts, which had to be kept separately on weather, which in practice meant that they were
the pastoral settlement. The extensive layout of often located on slopes with a south-eastern
pastoral settlements in the zones of winter pasture, direction and good drainage.
therefore, has to be considered (partly) as the result Following the existing ethnography on Sardinian
of functional-productive strategies, which were pastoralism a first step to recognise transhumant
predominantly directed to reach the highest amount patterns of pastoral production would be the
of milk production during the winter and early difference between pastoral settlements in the
spring season. zones of summer and winter pasture. At least the
Ordinarily, inside or more often adjacent to the suggestion is made that the extensive layout of
sheep enclosures both in the zones of summer and pastoral settlements in the lowlands is related to the
winter pastures was a hut to accommodate the productive practices of transhumant shepherds.
shepherd(s). Principally two types of huts can be The problem is, however, that according to the
distinguished called pinnetta and domizhedda. The ethnographic information sheep enclosures and
revistavalencianad’etnologia 117
a manner that entire pasture zones were covered to
create a good grass cover for the following year. The
location of sheep enclosures from the previous year
was often recognisable by exceptionally high growing
vegetation. As a result animal enclosures made of dry
piled stone walls were exceptional under these
conditions, although did occur in the recent past.
The ethnographic studies on Sardinian
pastoralism suggest thus a picture of pastoral
structures built of perishable materials, which
evidently do not last visible archaeologically after
long periods of abandonment. The pastoral
Figure 5. Village territory of Solarussa with main topographic structures constructed of organic materials observed
features and study area. in the study areas in Sardinia, therefore, most likely
post-date the Second World War.
shelters were made of organic materials. Sheep The general ethnohistoric view shows an image
enclosures were predominantly built of wooden of (transhumant) shepherds providing themselves in
branches cut from stiff scrub vegetation (the so-called opportunistic ways with the material means
Mediterranean macchia) and tied together in bundles essential for their pastoral practices. Commonly
with ropes or metal wire. It was important to press organic materials such as scrub, cane and cork
the wooden bundles tightly in order to protect the directly available in the surrounding were used to
flocks against cold side-winds, which was vital construct pastoral settlements and utensils.
especially when shepherds were staying in the flat As a consequence the stone bases of shepherds’
lowlands during winter and early spring. The use of huts would be the only material remains visible in
wooden branches and/or cane is also closely bound the field. These constitute insufficient archaeological
up with the need to move constantly the various evidence to identify transhumant shepherds, and to
sheep enclosures after one or several weeks and distinguish them from local (sedentary) shepherds
sometimes even days depending on weather and even other (rural) groups such as farmers.
conditions. The swift heaping up of sheep excrement
made the interiors of enclosures filthy especially Pastoral structures in the village territory of
during rainy days, eventually obstructing pastoral Solarussa
work and undermining the health of sheep. The village territory of Solarussa in the north-
Moreover, sheep droppings were and still are an western part of the Campidano plain will be
excellent type of fertiliser to manure pasture and presented as a case study to elaborate on the issue
consequently animal enclosures were replaced in such of the archaeological visibility of transhumant
118 revistavalencianad’etnologia
patterns of pastoral production (Figure 5). The
territory of Solarussa has topographically a flat to
undulating character rising gently from south to
north. Heights vary between 12 metres above sea
level near the River Tirso (the southern edge of
Solarussa’s territory) and about 170 metres above
sea level at a basalt plateau called the Altopiano di
Abbasanta. The southern part of the territory
Figure 6. Distribution of shepherds’ huts (stone foundations) in
consists of a flat alluvial plain, which is used for northern part of village territory of Solarussa.
intensive agricultural production such as cereals and
orchards until the present-day (Chechi Paba, 1978:
9; Seuffert, 1970: 73). The central part consists of consisting of stone enclosures and various types of
so-called pediments. These are colluvial deposits in huts could be identified as related to cattle husbandry.
the transitional zones from plateaux to plains. They These settlements are mostly concentrated in the
usually have a concave form and consist of coarse south-western zone of the studied area, where the
stony material (Seuffert, 1970: 16-19; Dommelen, landscape abruptly changes to one of mainly open
1998: 44). The northern part finally is a plateau with fields. Archival figures - i.e. land registries - on
many basalt rock outcrops and generally thin soils. agricultural land use reveal that of a total number of
The northern part of the village territory of 70 enclosed fields studied, 14 were arable land before
Solarussa is featured by fields enclosed by dry-piled 1850 and 10 from the 1930s (Vecchio & Nuovo
stone walls, which on the basis of the historical Catasto; Archivio di Stato, Oristano). In terms of area
information can be dated to the 19th century. The the second and last land registry of Solarussa (circa
enclosed fields are mostly the material result of 1930s) indicates that of the 776 hectares surveyed 74
national policies towards land reforms and land were used as arable land, which is approximately 10
privatisation, which started in the first half of the 19th % of the total area studied. As a consequence the
century (e.g. Clark, 1996; Pungetti, 1996). The other cultivation of cereals and horticulture appears to have
parts of the territory of Solarussa are characterised by been negligible during the 19th and 20th centuries.
open land or fields enclosed by hedges, for example, This suggests that the area was used as pasture
of prickly pear or currently barbed wire. during approximately the last 200 years.
Historical and also archaeological evidence A number of archaeological remains, i.e. stone-
suggests that the northern part of the territory of built structures, indicate that the studied area should
Solarussa was characterised partly by cattle also have been used for grazing sheep in addition to
husbandry in relation to agricultural production. Oxen cattle. The stone foundations of in total seven
were used for ploughing and traction in relation to shepherds’ huts have been identified (Figure 6). As a
cereal cultivation. A number of rural settlements rule these shepherds’ huts are located on higher and
revistavalencianad’etnologia 119
strategic points in the landscape, either on upper
slopes or the edge of the basalt plateau. This was
exemplified by shepherds’ huts and pastoral
settlements generally next to Nuraghi. These are
monumental Bronze Age towers dating
approximately to 1800-1500 BC. Shepherds
conceive of these Bronze Age towers primarily in
Figure 7. Location of pastoral settlement at Nuraghe Meddaris
terms of their strategic location and furthermore in northern part of village territory of Solarussa.
their inter-visibility. As a consequence, the location
of shepherds’ huts at Solarussa relates to the crucial A possible explanation for the extensive layout
importance of visual control of flocks of sheep by of the pastoral settlement at Nuraghe Meddaris is
shepherds in order to prevent predation by wild the composition of the flock during winter and early
animals or theft, implying further the need to spring. However, this implies that the other pastoral
oversee other shepherds’ movements and if possible settlements at Solarussa also should have an
their pastoral settlements. In short, tight social extensive layout. This is possible if the adjacent
control and in an everyday context often strained sheep enclosures and possibly other huts were
relationships between both local and transhumant constructed of organic materials and therefore
shepherds would have been the norm. currently completely vanished.
Evidently it is not possible to determine if these But why are these structures at the pastoral
seven huts were used by local shepherds or settlement at Nuraghe Meddaris built of stone walls?
transhumant shepherds from the central mountain A better explanation has to be sought in the socio-
region during winter and early spring. Hence the economic and socio-political organisation of
remains of the shepherds’ huts are clearly insufficient specifically transhumant patterns of pastoral
archaeological evidence for transhumant patterns of production. The pastoral settlement was most
pastoral production. They merely suggest pastoral probably (until fairly recent times) seasonally, i.e.
land use in the northern part of the village territory during winter and early spring, occupied by a large
of Solarussa during approximately the last 200 years. group of transhumant shepherds. It is uncertain if
One pastoral settlement in the northern part of these shepherds came from Fonni, but the relatively
the village territory of Solarussa, however, evidently large number of shepherds from Fonni residing in the
differs from these shepherds’ huts, and is located territory of Solarussa from the 1940s until the
next to the well-preserved Nuraghe Meddaris present-day, according to the archival material, is
(Figures 7, 8 and 9). This pastoral settlement is remarkable in this respect. They probably operated as
exceptional given its extensive layout, i.e. four huts ‘self-sufficient’ units since before the Second World
and six sheep enclosures, and its overall construction War, which means that they tended to seclude
of dry-piled stone walls. themselves socially and economically from the rural
120 revistavalencianad’etnologia
Figure 8. Layout (four huts and six sheep enclosures) of pastoral Figure 9. General picture of pastoral settlement at Nuraghe
settlement at Nuraghe Meddaris in the northern part of the Meddaris in the northern part of the territory of Solarussa.
territory of Solarussa.
communities in the lowlands. Spatially this is often This is exemplified by the toponym is Orgolesus
visible in the seasonal dwelling of transhumant inside the territory of the predominantly agricultural
shepherds in the peripheral zones of the village community of Sinnai in the vicinity of the city of
territories in the lowlands (cf. Murru Corriga, 1990). Cagliari (Masia, 1989: 53) (Figure 1). This toponym
This applies also to the pastoral settlement at refers to the pastoral community of Orgoloso
Nuraghe Meddaris, about halfway between the located in the eastern part of the central mountain
villages of Solarussa and Paulilatino further to the region. Moreover, a second crucial point was that
north. As such it is possible to view spaces in which extensive forms of pastoral collaboration was a
transhumant shepherds operate in the lowlands as necessary tactic to appropriate vast pasture zones in
‘enclaves’, i.e. localities extending from the home the lowlands mainly in the control of large
places in the central mountain region and mirroring landowners, including cheese factories, which were
a lack of social integration with the local set up in the Sardinian lowlands by large companies
communities in the lowlands (cf. Caltagirone, 1989: from mainland Italy since the end of the 19th
48). Significant in this context are the related and century (cf. Caltagirone, 1986: 36). A good example
interchangeable Sardinian words s’isverrare (‘to is found in the zone of Salto di Cirras in the territory
hibernate’) and s’istrangiare (‘going among of Santa Giusta (Figure 1). It was said that one
unknown people’) (Murru Corriga, 1990: 29). person from Fonni leased this zone from a rich
It is also important to realise that the outer family residing at Cagliari in the decades around the
zones of the local territories in the lowlands were Second World War, and in turn seasonally sub-let
held by the local town-councils or absentee large pasture to transhumant shepherds. The area was
landowners and rarely by small landholders among divided in five separate sectors of which each could
the local farmers and shepherds. Often leasing large sustain about 2000 sheep, compelling transhumant
estates - mostly of a low soil quality from an shepherds to collaborate in order to deliver the
agricultural perspective - to groups of non-local (i.e. demanded amount of milk to the primary lessee,
transhumant) shepherds was a long-term strategy. who controlled a cheese factory in the zone.
revistavalencianad’etnologia 121
In short, extensive collaboration between
shepherds was a necessary strategy to strengthen
their position towards large landowners and cheese
factories in the lowlands. Changes in the market for
sheep cheeses since the end of the nineteenth
century are the underlying causes. In the 1890s
cheese factories were set up in the lowlands of
Figure 10. Location of rural settlement in the zone of
Sardinia to satisfy the growing demand from Italian Zinnuredda in the northern part of the village territory of
migrants in the United States of America and Solarussa.
122 revistavalencianad’etnologia
Figure 11. Layout (three huts and three enclosures) of rural Figure 12. Inscription of ‘C.P. Ollolai 5-3-1964’ in the cement
settlement in the zone of Zinnuredda in the northern part of the render of the largest hut at the rural settlement in the zone of
territory of Solarussa. Zinnuredda in the northern part of the village territory of Solarussa.
landownership prior to the 19th century invited local Meddaris and importantly its enduring material
inhabitants and entire village communities to have character exemplified especially by the robust stone
recourse to customary rights by speaking of da construction of the huts and sheep enclosures can
tempo immemoriale signifying that things belonged be connected to strategies by groups of
‘since time immemorial’ to them or their village (Lai, transhumant shepherds geared to the continuance
1988: 193). For instance, shepherds had to constantly of access to pasture inside large private estates.
establish rights on common land by use of pastoral Furthermore, a second rural settlement in the
settlements and the surrounding pasture on a daily, northern part of the village territory of Solarussa
seasonal, yearly, life-time and also generational basis. reinforces the idea of the use of large pastoral
Generally rights to use grazing areas and certain settlements and the construction in enduring stone
pastoral settlements were tightly related (cf. Meloni, material with the purpose to secure access to
1984: 106-107). As a consequence the cessation of grazing areas. The rural settlement in the zone of
use on common land by a shepherd or group of Zinnuredda has been built originally for the
shepherds even for a brief period could allow others rounding up of cattle, which were used in
to take ‘possession’ of the abandoned pastoral agricultural production until approximately the
settlement and the disused grazing area(s). Moreover, 1950s, i.e. before the large-scale introduction of
it is illustrative in this context that certain pastoral sites tractors in Sardinia (Figures 10 and 11). Both
were used by more shepherds, but that the one who archaeological and archival information indicates
built the pastoral settlement had the first right to use that the settlement pre-dates the 19th century and
it, after which others could follow. was located next to agricultural fields (Abbozzi di
This suggests that a critical element in obtaining Delimitazione, Provincia di Cagliari, Comune di
rights to grazing areas was the construction and Solarussa; Archivio di Stato, Oristano). Again the
actual use of pastoral settlements and pasture by construction of the huts and enclosures in robust
one or more shepherds. The exceptional extensive stone walls is striking. Exceptional in this sense is the
layout of the pastoral settlement at Nuraghe central, large and circular enclosure. However, this
revistavalencianad’etnologia 123
settlement shows some features of re-use after the landscapes in pastoral, agricultural and other types
Second World War by transhumant shepherds in the is an inadequate approach from an archaeological
form of concrete fodder-troughs and two additional point of view. Instead rural landscapes have to be
pigsties. The re-use of this settlement by studied holistically with the idea that recognising
transhumant shepherds after the Second World pastoral material culture is primarily a matter of
War, when agriculture and especially cattle interpretative distinction a posteriori (i.e. after data
husbandry declined dramatically in the territory of collection) instead of selective recording in the field
Solarussa, was also supported by the inscription ‘C.P. (cf. Baker, 1999: 102).
Ollolai 5-3-1964’ in the added cement render on the The central argument was that types of
outside wall of the largest hut (Figure 12). Ollolai is transhumant patterns of mobility are importantly
a village located near to Fonni in the central influenced by socio-economic and socio-political
mountain region and equally renowned for its conditions in terms of the access to pasture in
mainly sheep-based pastoral economy (Figure 1). It relation to landownership and markets for pastoral
appears that transhumant shepherds had decided to products. Large-scale transhumant pastoral
re-use this rural settlement as a pastoral one (partly) economies such as the medieval and post-medieval
due to its extensive layout and its endurable Mesta in Spain and Dogana delle Pecore in southern
characteristics in terms of stone construction Italy are certainly the product of economic and
materials. Similarly it is implied that a large group of political conditions particular to certain historical
transhumant shepherds collaborated at this contexts. Transhumant patterns of pastoral mobility
settlement to manage their flocks of sheep and to as such are more determined by historical processes
secure access to the surrounding pasture. than functional-ecological conditions. In this context
it has been shown that transhumant patterns of
CONCLUDING REMARKS: LOOKING AT pastoral mobility can vary significantly both through
TRANSHUMANCE ARCHAEOLOGICALLY historical time and geographically.
Evidently there exist some major problems in In relation to the case studies on the island of
studying archaeologically transhumant patterns of Sardinia (Italy) the historical argument concerning
pastoral mobility. From historic and ethnographic landownership and markets for pastoral products has
information it is clear that pastoral material culture been further elaborated. It was made clear that the
often had an ephemeral character. Moreover, amount of land available and the modes of access to
shepherds with their flocks of sheep acted pasture in combination with an (inter)national
opportunistically in terms of mobility and use of the market for sheep cheeses were important factors in
rural landscape. As such it is difficult to single out transhumant patterns of pastoral mobility and types
the engagement of shepherds in their rural of material culture. The focus was on particular
surroundings and to separate this from other kinds pastoral settlements in the lowlands, which were
of land use. Therefore, simply categorising rural used during winter and early spring by transhumant
124 revistavalencianad’etnologia
shepherds with their flocks of sheep originating from ANGIONI, G. (1989): I pascoli erranti: antropologia del pastore
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Acknowledgements
dissertation, Columbia University), New York.
This article is based in part on my PhD research into BOSCOLO, A., BULFERETTI, L. e L. DEL PAINO (1962): Profilo
storico economico della Sardegna: dal riformismo
the ethnoarchaeology of pastoral landscapes and
settecentesco al ‘Piano di Rinascita’, Padova.
communities on the island of Sardinia (Italy). My BRAUDEL, F. (1972): The Mediterranean and the Mediterranean
world in the Age of Philip II, volume I, London.
study was made possible financially and practically
BRISEBARRE, A.M. (1978): Bergers des Cevennes: histoire et
by the University of Wales, Lampeter. In particular I etnographie du monde pastoral et de la transhumance en
Cevennes, Paris.
want to thank my former supervisor Dr. Mark
CALTAGIRONE, B. (1986): “Lo studio della transumanza come
Pluciennik for his help during these years. Moreover, dispositivo di analisi del mondo pastorale”, Etudes Corses,
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I would like to thank Dr. Maria-Beatrice Annis, Dr.
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introducing me to Sardinia and all other support. I
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also want to express my gratitude towards the CALTAGIRONE, B. (1989): Animali perduti: abigeato e scambio
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people of Fonni and Solarussa, who have kindly
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126 revistavalencianad’etnologia
“UNA COSA MÁS BIEN MUERTA”:
LA MODERNIZACIÓN DE LA TRADICIÓN
Y EL MUSEO DE LA SEMANA SANTA MARINERA
DE VALENCIA
PEDRO GARCÍA PILÁN*
A través del caso del Museo de la Semana Santa Marinera de Valencia se trata el proceso de patrimo-
nialización de la cultura en la modernidad avanzada, que debe entenderse en el seno del debate sobre
el papel de la tradición. Se analiza el museo como lugar de política, de identidad y de reconocimien-
to. Se destacan las paradojas resultantes del mantenimiento de viejos cultos en el marco moderno y
secularizado del museo.
Through the case of the Museum of Semana El objetivo del presente artículo es contribuir al estu-
Santa Marinera of Valencia is the process of patri- dio del estatus de la tradición en las sociedades de
monial culture in advanced modernity, which la modernidad avanzada, tema que viene siendo
must be understood within the debate on the
objeto de controversia entre los científicos sociales
role of tradition. We analyze the museum as a
durante los últimos años. Al respecto, y aunque no
place for politics, identity and recognition. It
procede aquí ofrecer una exposición detallada de las
highlights the paradoxes resulting from the
maintenance of old cults in the context of exposiciones que, al respecto, han venido mante-
modern and secular museum. niendo los distintos autores, sí que resulta conve-
niente recordar que, a grandes rasgos, podemos
Keywords: Heritage, Tradition, Museum, dividir a los protagonistas de tal controversia entre
Secularization, Semana Santa Marinera los que, como Ulrich Beck (1998) y Anthony Giddens
(1997), defienden la “destradicionalización” de las
sociedades de la modernidad avanzada y los que,
como John B. Thompson (1996), defienden un “rea-
rraigo” de la tradición en dichas sociedades.1
Tampoco está de más recordar, con vistas a concre-
tar de qué hablamos cuando nos referimos a la tra-
dición, posturas como las mantenidas en su día por
1 Puede seguirse el debate a través del volumen colectivo editado por Heelas, Lash y Morris (1996). Ver también, desde una pers-
pectiva antropológica, el volumen editado por Grimaldi (1997). Una síntesis de la bibliografía más relevante, con una propuesta
propia, puede verse en Ariño (1999).
revistavalencianad’etnologia 127
que hace de la tradición un requisito transtemporal, es la Casa-Museo de la Semana Santa Marinera de
ineludible de toda sociedad. Shils insiste en el carác- Valencia, inaugurado en el año 2000 y ubicado en el
ter consensual de la recepción de la tradición, con valenciano barrio de El Grau. Se comenzará, previa-
un énfasis en la intertemporalidad que convierte a la mente, con unas pinceladas acerca de la evolución
misma en un mecanismo de anclaje del presente en histórica de esta fiesta, que nos sirvan para mejor
el pasado, que proporciona modelos de conducta y contextualizar el momento actual para, después,
actúa así como principio regulador de la vida social. pasar al análisis de algunas de las paradojas que
Habría que añadir, siguiendo de nuevo a Giddens, plantea el proceso de reconversión de la tradición
que la tradición tiene un carácter vinculante, sirve religiosa en patrimonio cultural.2
para organizar la memoria colectiva, está custodiada
por guardianes, e implica el ritual; cuatro rasgos, en 1. La Semana Santa Marinera de Valencia
definitiva, que invalidarían el suelo de posibilidad de En una ciudad como Valencia, cuyo universo festivo
la tradición en la actual fase de radicalización de la aparece claramente dominado por las omnipresen-
modernidad. tes Fallas, tres barrios de su Distrito Marítimo repre-
Hay que advertir que las posturas de sociólogos sentan lo que bien podríamos calificar como una
como Giddens presentan, al menos, un problema: “anomalía festiva”: en El Cabanyal, El Canyamelar y
¿de qué manera esa “destradicionalización” no se El Grau, la Semana Santa es un ritual que, tanto en
contradice con la “revitalización” de rituales festivos términos de recursos humanos como de significa-
destacada hace ya años por antropólogos como ción simbólica, es perfectamente equiparable a la
Boissevain (1992)? y, desde el polo opuesto, lo que Antonio Ariño (1992) llamó la “fiesta unánime”
mismo podría decirse para autores como Thompson de los valencianos.
(1996), quien defiende que el ya mencionado “rea- Lo primero que hay que tener en cuenta a la
rraigo” de la tradición vendría vinculado a una “des- hora de explicar tal fenómeno es que nos encontra-
ritualización” de la sociedad que la simple observa- mos ante unos barrios que, hasta 1897, no fueron
ción de los hechos a toda luz desmiente. incorporados al municipio valenciano: El Cabanyal y
Para intentar avanzar en esta problemática, el El Canyamelar formaban las dos mitades principales
estudio del patrimonio cultural se revela un objeto de Poble Nou de la Mar, mientras que el actual Grau
privilegiado, especialmente si lo que observamos es constituía la Vila Nova del Grao. Cabe recordar tam-
el proceso de patrimonialización de las fiestas habi- bién que la anexión no se realizó sin resistencias, y
tualmente consideradas como tradicionales. Aquí, y no supuso ni mucho menos, la pérdida de un senti-
sin perder nunca de vista la problemática enunciada, miento de identidad diferenciada: todavía hoy, y
se procederá al análisis de un caso concreto, como especialmente en El Cabanyal-Canyamelar, es fre-
2 La metodología de investigación empleada para la elaboración de este artículo ha sido la combinación de técnicas como la observa-
ción participante, la entrevista (en profundidad y semiestructurada) y el análisis documental. En la reproducción de fragmentos de entre-
vistas no se identifica a los informantes, aunque sí la hermandad de la Semana Santa Marinera en la que se ha recogido la información.
128 revistavalencianad’etnologia
Fachada de la Casa-Museo de la Semana Santa Marinera de Valencia. Fotografía: Pedro García Pilán
cuente escuchar expresiones como “me’n vaig a Ferrer, lo cierto es que prácticamente nada podemos
València” para indicar un desplazamiento hacia el decir sobre ella con anterioridad al siglo XIX, y aún
centro de la ciudad. Y es que el aislamiento físico de así, para dicha centuria, nos tenemos que conformar
estos barrios-pueblos era bien patente hasta hace en gran medida con textos literarios, como el capí-
muy pocos años; al mismo tiempo, también su com- tulo V de la novela Flor de Mayo, publicada por
posición social ayudaba a la construcción de una Blasco Ibáñez en 1895. De la abigarrada procesión
identidad propia, pues se trataba de barrios forma- descrita por éste retendremos un detalle importan-
dos de manera mayoritaria por pescadores y traba- te: ya en esas fechas, Blasco ofrece una contraposi-
jadores portuarios. 3
ción fundamental entre un Cabanyal exótico y primi-
Aunque, como en el caso de muchas otras cele- tivo y una civilizada Valencia, que se expresa a nivel
braciones de Semana Santa, la Marinera pretende simbólico precisamente a través de la Semana Santa,
remontar sus orígenes a la acción de Sant Vicent pues según el escritor, los pocos que se acercaban
3 Puede profundizarse en el conocimiento histórico, geográfico y antropológico de estos barrios a través de Sanchis Pallarés
(1997, 1998, 2005), Boira (1987), Boira y Serra (1994), Santamarina (dir.) (2007).
revistavalencianad’etnologia 129
de la ciudad a ver las procesiones lo hacían con el semanasantero de los barrios marineros: como al
objetivo de burlarse, lo que despertaba las iras de los respecto opinaba El Mercantil Valenciano el 13 de
locales (Blasco Ibáñez, 1999: 140). Esta contraposi- abril de 1929, las fiestas de Semana Santa consti-
ción se hace más explícita unos años más tarde en la tuían “algo que está ligado al espíritu y la idiosincra-
pluma de otro erudito, el cabanyalero Morales San sia propia del pueblo y no hay que intentar siquiera
Martín, quien en 1907 confesaba preferir “la trasplantarlo a otro sitio que no sean las castizas
Semana Santa de la ciudad, silenciosa, austera, barriadas marítimas”.
huraña, á la Semana Santa grotescamente bulliciosa Las procesiones desaparecen durante el período
de mi pueblo”, para acabar no obstante reconocien- republicano, para retornar de la mano del nacional-
do que las fiestas “verdaderamente típicas” eran las catolicismo. Los años cincuenta constituyen lo que
segundas. podríamos definir como la etapa clásica de la
Tras un período de crisis, y coincidiendo con la Semana Santa Marinera -denominación que surge
dictadura de Primo de Rivera (1923-1931), mientras ahora-, fiesta grande de unos barrios aislados de la
el centro de Valencia pierde sus procesiones peniten- ciudad a la que pertenecen. Nos encontramos, pues,
ciales, las de sus Poblados Marítimos asisten a una ante unas devociones locales fuertemente arraiga-
espectacular revitalización: se reorganizan las cofra- das, que sirven a su vez para activar la reproducción
días ya existentes y se fundan quince nuevas, alcan- de identidades bien delimitadas. No obstante, y a
zándose la cifra de veintiuna. Se producen profun- pesar de que las mejoras materiales del desarrollismo
das transformaciones, como la aparición de un de los años sesenta permitieron la creación de nue-
comité Central de Fiestas de Semana Santa, que vas cofradías, la propia evolución económica, social y
comienza a organizar actos en los que participan religiosa del país (con el proceso de secularización y
conjuntamente los tres barrios. Nace entonces la la adopción de nuevos hábitos culturales) actuó en
voluntad de construir una fiesta turística, lo que contra de la fiesta, que entra en una profunda crisis
supone la adopción de diversas medidas que contri- durante los años setenta, pese a ser declarada de
buyen a engrandecer su vistosidad, así como su pro- Interés Turístico en 1975. Sin embargo, como ha
moción mediante reclamos publicitarios: irrumpe sucedido en otras localidades, la Semana Santa
ahora en las procesiones el paso escultórico, se Marinera conoce una espectacular revitalización
adoptan llamativas túnicas de raso y terciopelo, apa- durante la década siguiente, con un notable incre-
recen carteles, programas oficiales, reportajes de mento del número de cofrades y la creación de nue-
prensa, etc. Incluso se fletan tranvías y trenes espe- vas hermandades, en las que las mujeres ingresan
ciales para facilitar a los foráneos la asistencia a las como miembros de pleno derecho. La fiesta entra en
procesiones, llegando a plantearse la posibilidad de una nueva fase: se complejiza tanto el sujeto cele-
trasladarlas al centro para fomentar el turismo, pre- brante como el objeto celebrado, y resulta claro que
tensión que suponía ignorar el profundo componen- ya no nos encontramos exclusivamente ante la fiesta
te identitario que se escondía detrás del estallido local de unos barrios pobres y aislados (García Pilán,
130 revistavalencianad’etnologia
2007). Pero lo que más interesa destacar aquí es que ceptualizarse como un “país extraño cuyas caracte-
este proceso de revitalización viene acompañado de rísticas están configuradas de acuerdo con las predi-
una evidente patrimonialización de la fiesta, proceso lecciones actuales; su rareza está domesticada por la
que implica determinadas paradojas, al tiempo que forma en que conservamos sus vestigios”
sirve para iluminar el suelo de posibilidad de la tradi- (Lowenthal, 1998: 8). Así, de entre la multiplicidad
ción en la modernidad avanzada. de dimensiones desde la que debe ser comprendido
este proceso, destaca –y de manera especial para los
2. La patrimonialización de la fiesta objetivos del presente trabajo- la que observa el
Como se ha puesto de relieve durante los últimos patrimonio cultural como una de las maneras
años, lo que se ha podido calificar como “patrimo- modernas de relacionarse con la tradición.
nialización de la cultura” se ha revelado como una Antes de seguir adelante, debemos dejar claro
de las más significativas transformaciones culturales que “tradición” y “patrimonio” no son, en absolu-
de la modernidad avanzada (Ariño, 2000, 2002a, to, términos equivalentes: hay tradiciones que no se
2002b). Tal proceso debe ser comprendido desde consideran patrimonio (el trabajo de los niños en
una perspectiva de larga duración, como la culmina- determinadas sociedades del Tercer Mundo, por
ción de un movimiento conservacionista que ha ejemplo), y existen determinadas producciones con-
arrancado al Estado el papel monopolizador de lo sideradas patrimonio cultural que en nada se recla-
que acabaría conviniéndose en llamar “patrimonio man tradicionales, como pudiera ser el arte postmo-
cultural”. También es imprescindible entender tal derno. Con todo, resulta evidente la posibilidad de
fenómeno desde la moderna reflexividad social, sostener que el patrimonio es una de las formas de
como algo capaz de proporcionar identidad cultural modernización de la tradición en condiciones de
y estabilidad temporal (certeza de pasado y perspec- modernidad avanzada, una de las posibles y más
tiva de futuro) dentro de la llamada por Beck (1998) dinámicas formas de relacionarse con la misma. Así,
“sociedad del riesgo”, amén de constituirse como resulta evidente que autores de la relevancia de
un fenómeno ilustrativo de la globalización, caracte- Lombardi Satriani se equivocaron al afirmar en su
rizado por procesos tales como una creciente com- día que el recurso a la tradición es siempre un recur-
plejidad social (pluralización y multiplicación de so para bloquear “lo nuevo” (1978: 103); muy al
agentes), hibridación cultural, desterritorialización y contrario, y como se ha expuesto con claridad en
desarrollo del turismo, entre otros (Hernàndez, otro lugar:
2004, 2005a, 2005b, 2008). Tampoco debe perder-
“La tradició popular, ànima de la cultura popular
se de vista el hecho de que, en situación de moder-
premoderna, quimera i desig de la modernitat cul-
nidad, el patrimonio se construye socialmente (Prats,
tural, es transmuta en patrimoni, objectivació de la
1997; Moncusí, 2003, 2008), pues, desde la plena
cultura i expressió d’una tendència a la retradiciona-
consciencia de que lo que único que nos queda del lització paradoxal, com a compensatòria d’un món
pasado son ruinas (Gross, 1992), éste pasa a con- cada volta més destradicionalitzat. D’aquesta
revistavalencianad’etnologia 131
manera, el patrimoni cultural apareix com a nou i etnológicos locales (Aguilar, 2006; Cruz,
actualitzat contenidor de la cultura popular tradicio- Doménech y Llamas, 2006). No deja, desde este
nal i dirigeix les seues pràctiques a la gestió racional
punto de vista, de resultar ilustrativa la ilustración
de la tradició” (Hernàndez, 2001: 53).
de uno de los antropólogos posmodernos por exce-
lencia, como es James Clifford. Para él, en las trans-
También debe tenerse en cuenta que, uno de formaciones museísticas a las que actualmente
los rasgos más novedosos del proceso de patrimo- asistimos intervienen varios factores estrechamente
nialización de la cultura, es que ésta no se ciñe sólo entrelazados, ya que “en ello intervienen la aptitud
a los aspectos monumentales o estrictamente tan- para articular identidad, poder y tradición”
gibles de la misma: antes al contrario, se ha recono- (Clifford, 1999: 268). Así, en la actualidad, una
cido la existencia legítima –es decir, se ha estableci- amplia variedad de actividades vernáculas, como la
do la política cultural o identitaria- de un patrimo- recolección de material, la exhibición de lo expues-
nio inmaterial, en el que tienen cabida, por ejem- to e incluso el mero entretenimiento, tienen lugar
plo, fenómenos musicales tradicionales, manifesta- en torno a una institución de orígenes social y cul-
ciones de religiosidad popular o, lo que aquí más turalmente elitistas, como es, al fin y cabo, el
nos atañe, rituales festivos. Como ejemplos particu- museo.
larmente notables de esta última tipología pode- Centrándonos de nuevo en el caso que nos
mos recordar la declaración por parte de la UNES- ocupa, cabe advertir que son múltiples las maneras
CO de la Fiesta del Misteri d’Elx como Patrimonio desde las que la tradición festiva es susceptible de
de la Humanidad, fenómeno que se ha repetido ser abordada desde la perspectiva del patrimonio
posteriormente con otras fiestas reconocidas pre- cultural. Encontramos, en primer lugar, ese ejercicio
viamente de Interés Turístico Internacional. Sin de reflexividad que supone la creciente preocupa-
embargo, no es necesario el reconocimiento oficial ción por la propia historia, y que se ha plasmado en
de la UNESCO para ser considerado patrimonio, diversos libros publicados más o menos reciente-
sino que tal consideración entra precisamente de mente por diversas hermandades o por la Junta
lleno en el aludido proceso de patrimonialización organizadora de la fiesta (la Junta Mayor de la
cultural, hasta el punto que la fiesta ha podido ser Semana Santa Marinera), evidentemente preocupa-
definida como un “condensador patrimonial” das por realizar un notable ejercicio de memoria
(Hernàndez i Martí, 2001).4 (Martorell, 1997a; 1997b; 1999; Díaz, 2001; Chiner,
Uno de los fenómenos que mejor ilustran lo 2001). Preocupación por una historia (confundida a
que se pretende poner de relieve es la proliferación menudo con memoria, con todas las implicaciones
de museos festivos durante los últimos años, muse- míticas que este conlleva) que tiene como objetivo
os que forman parte de una amplia red de museos autentificar un pasado y que sirve también –aunque
4 Ver por ejemplo, para la Semana Santa de Sevilla, Escalera (1998), Moreno (2000).
132 revistavalencianad’etnologia
Vista interior del Museo de la Semana Santa Marinera.
Fotografía: Pedro García Pilán
de desbordar lo local, admitiéndose como propio lo tado con el asesoramiento de una gran conocedor
Afligidos, que viene implantando con tenacidad en él se apela explícitamente a la innovación como
también versiones del “Cant de la Carxofa” durante medio para recuperar tradiciones, así como al aseso-
los últimos años, es un buen ejemplo de ello. Otra ramiento del saber experto, un saber que está pues
hermandad, preocupada por la incorpración del muy lejos de esa “verdad formular” legitimada por
“Cant Valencià” en su procesión de los “Siete los viejos guardianes de la tradición (Giddens, 1997).
Dolores” es explícita tanto en sus intenciones como Pero no es ésta, ni mucho menos, la única actividad
5 Cf. Las Provincias, 11-4-1925, p.1; Fiestas de Semana Santa. Poblados Marítimos. Programa 1928, s.p. 6 Semana Santa Marinera
de Valencia. Libro oficial 2004. Valencia: Junta Mayor de la Semana Santa Marinera, 2004, p.115. 7 Semana Santa Marinera de
Valencia. Libro oficial 2004. Valencia: Junta Mayor de la Semana Santa Marinera, 2004, p.115.
revistavalencianad’etnologia 133
nio cultural común de los valencianos queda reloca- 3. La Casa-Museo de la Semana Santa Marinera
lizado en el ámbito de la Semana Santa Marinera. Se 3.1. Una reivindicación
trata de un fenómeno que no hay que perder de Uno de los hitos principales en el periodo más
vista, pues, como veremos, el proceso de patrimo- reciente de la historia de la fiesta es la consecución
nialización también actúa en sentido contrario: lo de un museo propio, en tanto que éste viene a san-
local se convierte en patrimonio valenciano. En todo cionar de manera simbólica una nueva fase, propia
caso, la actividad patrimonializadora dista de termi- de lo que hemos dado en llamar segunda moderni-
nar aquí: por ejemplo, las controversias en torno a la dad o modernidad avanzada. Cabe advertir que
supuesta “autenticidad” de los personajes bíblicos éste ha sido, en primer lugar, fruto de una larga rei-
(centrales en la puesta en escena del ritual de la vindicación, exigencia que ha distado mucho de
Semana Santa Marinera), con la creación de una resultar atendida con presteza: como se ha puesto
comisión de Personajes Bíblicos que intenta garanti- de manifiesto en otros estudios, la petición a las
zar una ortodoxia basada en criterios de “autentici- autoridades locales de un museo de la Semana
dad”, lo que supone que la estética predominante Santa arranca al menos del año 1969 (Chiner,
desde los años sesenta, basada en películas de la era 2001, I: 413), dándose la circunstancia además de
del peplum va siendo reemplazada por una estética que el emblemático edificio de las Atarazanas ha
más austera, que se refleja en films más recientes,8 sido reivindicado en numerosas ocasiones como el
muestran una actitud que sería inconcebible en más adecuado para servir a este fin, ya que, en
otros contextos más tradicionales, ya que en ellos se palabras de un cofrade, “al llevar el nombre de
apela a las dos posibles autenticidades: la tradición Marinera ¿qué mejor edificio que uno donde el
local frente a la veracidad histórica. Podríamos mar esté unido a su historia?” (citado en Chiner,
seguir acumulando ejemplos, que demostrarían en 2001, I: 414).9 No es necesario aquí entrar en los
todo caso la escalada de reflexividad y las paradojas entresijos burocráticos y administrativos que,
implícitas en este proceso. Nada sirve para ilustrarlo, durante años, mantuvieron las sucesivas juntas de
sin embargo, de manera más clara que la creación gobierno de la Semana Santa Marinera y las insti-
de un museo propio para la fiesta, pues, como se ha tuciones pertinentes –tarea que, por otra parte, ha
afirmado en otro lugar, “la creación de museos es sido sacada a la luz con todo lujo de detalles en la
una de las formas predilectas para activar el patri- magna obra de Chiner (2001, I: 413-418)-. Baste
monio partiendo del valor simbólico referencial” destacar que, ante las sucesivas negativas de los
(Moncusí Ferré, 2005: 112). Se procederá al análisis políticos municipales, la Junta Mayor recurrió a
de los significados del mismo después de describir su entidades privadas que dispusiesen de algún patri-
proceso de formación. monio arquitectónico de relevancia en el Distrito
Marítimo, como RENFE u otras, con nulos resulta-
8 Se ha estudiado este divertido y nada anecdótico proceso en García Pilán (2007). 9 Era éste un edificio destinado a la construc-
ción de embarcaciones desde su creación en la Edad Media.
134 revistavalencianad’etnologia
dos. Más allá de la mera anécdota, es pues desde “Los productos generados por las clases populares
esta perspectiva desde donde se comprende mejor suelen ser más representativos de la historia local
y más adecuados a las necesidades presentes del
la cesión, por parte del Consistorio Municipal, de
grupo que los fabrica. Constituye, en este sentido,
un espacio para albergar el tantas veces solicitado
un patrimonio propio. (...) Pero tienen menor posi-
museo: con todo, pese a que, el enorme éxito de la
bilidad de realizar varias operaciones indispensa-
exposición realizada en otoño de 1997 sobre “El
bles para convertir estos productos en patrimonio
Rostro de la Semana Santa Marinera”,10 parecía res- generalizado y ampliamente reconocido” (García
paldar a las codiciadas Atarazanas como el marco Canclini, 2001: 188).
más adecuado, el poder político parece no conside-
rar que la categoría de la fiesta merezca un monu- Habría, pues, según este autor, una desigualdad
mento de tal rango. Sin embargo, la evidencia de estructural que impediría reunir a todos los grupos
las dimensiones que el fenómeno festivo va alcan- por igual esos “requisitos indispensables para inter-
zando convierten la reivindicación en algo insosla- venir plenamente en el desarrollo del patrimonio en
yable: así, se decide destinar un inmueble, de pro-
11
las sociedades complejas” (García Canclini, 2001:
piedad municipal, construido a principios del siglo 188), lo que equivale a afirmar que se producen des-
XX, cuyo antiguo uso había sido un molino de igualdades sociales en las formas de apropiarse de
arroz –todavía albergado en su seno-, 12
como su herencia cultural (García Canclini, 1999: 17).
museo de la Semana Santa Marinera. Visto así, habría que recordar, en primer lugar, las
Este proceso sirve muy bien para ejemplificar características sociales, económicas y urbanísticas de
cómo, tras una exigencia de tipo cultural, pueden unos barrios sobre los que pesa una fuerte carga de
latir conflictos más o menos soterrados: como se estigmatización social, y, en segundo, la escasa con-
nos ha advertido en otro lugar: “la determinación ciencia que hasta hace poco las instituciones políti-
de qué es o no patrimonio depende del grado de cas pertinentes tenían de la magnitud, en términos
legitimidad y plausibilidad de que gocen las distin- humanos y simbólicos (hoy, patrimoniales), de una
tas definiciones de la realidad” (Ariño, 2002b: 245). fiesta como la Semana Santa Marinera. Por otra
Y es que, lejos de operar con la neutralidad que parte, el hecho viene a ejemplificar una de las prin-
aparentan, los distintos usos y apropiaciones de cipales manifestaciones de la patrimonialización de
patrimonio pueden venir marcado por un fuerte la cultura en la modernidad avanzada: los sectores
contenido en términos de clase social, como postu- dominantes han perdido, en buena medida, la hege-
la García Canclini: monía para decidir sobre qué debe ser conservado
10 Cf. El Rostro de la Semana Santa Marinera. Exposición iconográfica. Reales Atarazanas de Valencia, 24 de octubre – 21 de
noviembre 1997. València: Diputació de València- Junta Mayor de la Semana Santa Marinera – Bancaixa, 1997. 11 Como afirmó
en su momento el concejal de turno en el momento de concesión, “era una deuda con nuestra segunda fiesta” (Levante-EMV, 27-
III-1999, suplemento “Semana Santa”, p.12). 12 De hecho, el mismo edificio se destina a dos museos independientes: el Museo
de la Semana Santa Marinera y el Museo del Arroz.
revistavalencianad’etnologia 135
en un museo (García Canclini, 1999: 18), de mane- ellas divergentes, cuando no contradictorias. Así, no
ra que tal determinación ya no procede exclusiva- falta quien, al margen de la más o menos sentida
mente de las altas instancias políticas, sino que necesidad cultural de tener un museo, veía éste de
puede ser, y de hecho es, una exigencia de comuni- manera meramente instrumental, como un gigan-
dades de intereses surgidas de las clases populares. tesco contenedor para guardar las imágenes duran-
Es por esto que, con todas las dificultades vividas te todo el año (debe tenerse en cuenta al respecto
durante el proceso negociador, algunos protagonis- que, muchas imágenes, con sus respectivos tronos-
tas de la fiesta no dejan de ver la creación del museo anda, eran guardadas en garajes y plantas bajas
como el fin de una injusticia histórica: alquilados al efecto). Así, el museo se convertía, en
un primer lugar, en un alivio económico para una
“Y es un logro histórico, porque nuestra Junta de situación cada vez más insostenible, tanto por el
Semana Santa, antes de que existiera la Junta desembolso económico requerido como por la cada
Central Fallera nosotros ya existíamos como junta. vez más apretada situación del mercado inmobilia-
Somos de las juntas o cabildos, que también se lla- rio. Con todo, esta razón estrictamente instrumental
maban, más antiguos de España. Y eso pa nos- no es incompatible con la percepción de las posibili-
otros pues… sobre todo pa la gente que hemos
dades del museo como núcleo simbólico fundamen-
luchao por este proyecto, porque realmente éste
tal de los festeros, la “casa del cofrade”, como afir-
ha sido un proyecto de gente que ha estao
ma el siguiente testimonio:
muchos años, no solamente nosotros, sino los más
viejos ya hablaban de tener… pero ha sido en el
“...era una vergüenza que con tantos años ningu-
momento adecuao cuando hemos podido pues
na autoridad no hiciera... y tuviéramos las andas
hemos podido…” (Cofradía de Jesús en la
en almacenes, que las andas estaban en almace-
Columna, El Cabanyal).13
nes, y tiene que ser un dinamizador y un núcleo de
reunión importante, es la casa del cofrade, la casa
Logro histórico que, como podríamos afirmar, de la Semana Santa se dice también, la casa donde
siguiendo a Featherstone (2000: 28), supone una Junta Mayor tiene su sede...”(Hermandad del
alteración en el equilibrio de poder de los grupos Santísimo Cristo de los Afligidos, El Canyamelar).
implicados en la producción y clasificación de bienes
culturales. Reparado, pues, en buena medida el agravio
Antes de seguir adelante, hay que advertir que, mediante la consecución del museo, se pasará a
como sucede con el ritual,14 también en torno al analizar éste desde la perspectiva del aludido proce-
museo se aúnan múltiples narrativas, algunas de so de patrimonialización de la cultura.
13 Al ser proporcionado el local, el entonces presidente de la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera se expresaba para la
prensa en términos muy similares: “Es un logro de todos lo semanasanteros (...) Es un logro conseguido con el esfuerzo final de
la junta que ahora presido e inicial de todos los semanasanteros” (Levante-EMV, 27-III-1999, suplemento “Semana Santa”,
p.12.). 14 Ver al respecto García Pilán (2007).
136 revistavalencianad’etnologia
Trono-anda de la Real Hermandad de ls Santa Faz, obra de Mariano Benlliure. Fotografía: Pedro García Pilán
3.2. Un lugar de política largo del presente apartado, toda práctica patrimo-
3.2.1. Un reparto de poderes nial presenta sus paradojas: una de ellas es que, en
El proceso de negociación descrito en el apartado tanto que es parte de la política cultural, el patri-
anterior convierte al museo en una realidad políti- monio está legislado (García García, 1998: 19).
ca, en la que se configuran de manera dinámica Esto produce la circunstancia de que, en una fiesta
cuotas de poder: el Ayuntamiento es el propietario secularizada, donde la jerarquía eclesiástica es
de un edificio cuyo usufructo ostentan los cofra- incapaz de controlar, no ya la moralidad, sino inclu-
des. Además, el Consistorio costeará las réplicas de so las ortodoxia de las prácticas y creencias más
las imágenes necesarias para completar el museo 15
elementales de los cofrades en relación al ritual
en idénticas condiciones: la propiedad recae sobre (García Pilán, 2007), el poder político sí que goza
el poder político, pese a que es la sociedad civil (las de la capacidad de administración acerca de esa
cofradías) quien dispone con bastante libertad del peculiar objetivación que de las mismas representa
mismo. Ahora bien, y como se irá repitiendo a lo el museo.
revistavalencianad’etnologia 137
3.2.2. Una política cultural Otra cuestión muy distinta es que, si el papel de
El museo se convierte así en un nudo más de la red los expertos es menor en este museo que en otros
de la política cultural de las administraciones locales, considerados de mayor entidad, sea por su calidad
al ofertarse la visita a la Casa-Museo en el Área de artística, por su interés turístico, o por su rentabili-
Educación de la Generalitat Valenciana, al incluirse dad económica, ello se debe a una decisión política
en ciclos de excursiones para la Tercera Edad, o al que otorga, desde cualquier perspectiva, menor
incorporarse a determinadas guías turísticas,16 apar- legitimidad para el empleo de este tipo de especia-
te de a la red de museos de la Diputación de listas aquí que en otros casos. Pero, lo que importa
Valencia. 17
Ello opera como un primer factor de aquí es que, conseguido el museo, no cesan las rei-
“desterritorialización” cultural, sobre el que volvere- vindicaciones respecto al mismo, lo que constituye
mos más adelante. Más interesa de momento desta- un claro indicador de la presencia de nuevos agen-
car que, la propia dinámica del museo, reclama la tes patrimoniales operando dentro de la fiesta desde
necesidad de nuevos expertos, que gestionen el seno de la sociedad civil.
correctamente y den a conocer al mismo con cono-
cimiento de causa al público visitante. Burocracia y 3.2.3. Nuevos activadores patrimoniales
carisma se dan así la mano en la modernidad avan- Ante todo, hay que aclarar que no son cofrades y
zada, como escuchamos de la boca de esta cofrade: políticos los únicos activadores de la política patrimo-
nial que el museo de la Semana Santa Marinera supo-
“Yo recuerdo que estando aquí... no sé quien ne: en su momento, un acuerdo a tres bandas entre
venía, que estábamos en el museo y estábamos ambas entidades y la Universidad Politécnica de
esperando entró una excursión de... de un centro Valencia, dejaba al conocimiento experto multiplicar
de jubilaos y nos entraron ganas de decirle a la
las lógicas de los actores implicados.18 Ahora bien, la
guía ‘anda siéntate, siéntate que nosotros les
“reflexividad técnica” dista mucho de anular las posi-
explicaremos’, porque vamos, decía de barbarida-
bilidades de acción de la “reflexividad social” o
des, pero por eso, porque es gente que explica la
“etnociencia”, por utilizar expresiones caras a Lamo
fiesta y no tiene ni idea de la fiesta ¿no?... pero
de Espinosa (2001: 91-93): convenientemente dise-
lógico cuando tú llegas a un museo es que tengas
ñados los aspectos técnicos (reparto del espacio, res-
un guía, que ese guía sea alguien que verdadera-
tauración y condiciones de conservación de las imá-
mente conozca y sepa de qué va. Esos son cosas
genes, señalización, etc.), la mayoría de las iniciativas
que también se está luchando para conseguir, el
que el museo tenga un director. El museo tiene el nacen de la propia Junta Mayor de la Semana Santa
personal de... los bedeles, pero que los bedeles Marinera: exposiciones fotográficas sobre los oríge-
tampoco conocen la fiesta.” (Hermandad de la nes de la fiesta o sobre determinados aspectos de
Crucifixión del Señor, El Canyamelar). ésta, charlas, concursos de carteles, etc., convierten a
16 Levante-EMV, 22-X-2005, p.21. 17 Cf. Cruz / Doménech / Llamas (2006: 38). 18 Ver Semana Santa Marinera de Valencia. Libro
Oficial 2006. Valencia: Junta Mayor de la Semana Santa Marinera, 2006, p.21; Levante-EMV, 8-IV-2000, p.49.
138 revistavalencianad’etnologia
la burocracia cofrade en una parte más de esos agen- Barcelona, de Valladolid y tal, y que vengan histo-
tes activadores patrimoniales que, desde la sociedad riadores, eso debe de ser el foco principal de... que
civil, caracteriza a las sociedades de la modernidad los estudiantes, hacer tesis de doctorado sobre la
avanzada,19 y que permiten definir al museo como “el Semana Santa, que tengan... así como van a hacer
una tesis doctoral sobre arte y van al Museo San
espacio cultural de la ‘festa’”.20 Espacio que podría,
Pío V, que vayan al museo de Semana Santa, por-
por otra parte, ser catalogado desde perspectivas pos-
que ahí tienen... deben de tener la documentación.
modernas, ya que en él las barreras entre el gran arte
Y así se hace cultura, como verás, nosotros quere-
(por ejemplo, un paso tallado por Benlliure) y el arte
mos siempre llevar a la persona a la cultura, yo creo
popular (antiguos vestidos de cofrades, fotografías
que la Semana Santa tiene mucho de... de religio-
familiares de tiempos pasados, emblemas locales, sidad popular y también mucho de cultura, o sea,
títulos o medallas de cofradías en vitrinas) se difumi- no somos... y que nadie se ofenda, no somos una
nan;21 máxime en un lugar caracterizado en general falla que se quema y tal” (Hermandad del
por una imaginería de alto capital simbólico para los Santísimo Cristo de los Afligidos, El Canyamelar).
locales, pero de escaso valor artístico para los visitan-
tes (a diferencia de otros museos de otras localidades, Desde esta perspectiva, no deja de tener razón
aquí no hay, por ejemplo, pasos del Barroco, salidos García Canclini, cuando afirma que, así como el
de la mano de grandes maestros). La postura que patrimonio ha sido un recurso para legitimar diferen-
reclama al museo como lugar privilegiado de dinami- cias sociales, también puede serlo para reducir éstas,
zación cultural ha sido recogida de manera explícita a través precisamente del “activacionismo participan-
durante las entrevistas, como demuestra el fragmen- te” (1999: 24-25) que supone esa democratización
to siguiente, cuyo discurso unifica la posibilidad de cultural a la que, de manera más o menos explícita,
realizar eruditas tesis doctorales con prácticas tradi- se viene aludiendo. Ahora bien, tal “activacionismo”
cionales de religiosidad popular. sólo puede asentarse sobre el suelo de posibilidades
ofertado por la cultura posmoderna: lejos de inculcar
“El museo tiene que ser el dinamizador total de la
el conocimiento del canon artístico o del dogma teo-
Semana Santa... (...). y yo creo que aparte de la
lógico, el museo transmite a lo sumo la sensación, la
reforma que se ha hecho del Ayuntamiento para
experiencia, derribando cualquier jerarquía simbólica
mantener un sitio con mucha historia del barrio, el
que las mismas imágenes pudieran tener en el ámbi-
antiguo molino de arroz, yo creo que es importan-
to de la iglesia.
tísimo eso... y tiene que ser un dinamizador y un
También desde esta perspectiva pueden verse
reunirse gente para hablar de Semana Santa. Ahí...
tiene que ser... y hacer un foro, una biblioteca de la
estos nuevos activadores patrimoniales: no sólo se
Semana Santa, una biblioteca de la Semana Santa han secularizado respecto a la iglesia, sino que,
en la cual haya, no los libros de aquí, sino... de como diría Featherstone, también han socavado la
19 Cf. Albert (2005). 20 Levante-EMV, Suplemento “Semana Santa 2006”, p.14. 21 Para esta visión postmoderna del arte en que
las barreras se difuminan, ver Craimp (2006).
revistavalencianad’etnologia 139
autoridad del conocimiento científico, “incapaz de Religiosidad y tradición, una tradición concebida
sostener la autoridad de su conocimiento en los como memoria intemporal (“el legado histórico más
equilibrios de poder cotidianos que implican repre- preciado de nuestros ancestros”) caminan pues unidas
sentaciones de personas” (2000: 112). indisolublemente –y si se permitiese el oxímoron, hasta
podríamos hablar de una memoria inmemorial, ya que
3.3. Un lugar de identidad la anamnesis que transmite el museo no se vincula a
Convertido pues en “un contenedor cultural bien fechas concretas, sino a los míticos “ancestros”-, de
equipado”, según expresión quizás demasiado manera que se esencializa una identidad, de la que el
triunfalista de la prensa, 22
el museo se configura mar representa el otro elemento indispensable:
como un “recopilador activo del pasado”,23 un lugar
“La Semana Santa Marinera de Valencia tiene el
de memoria, que propicia y refuerza una reactiva-
apelativo de Marinera por su íntima relación con la
ción identitaria, vehiculada a través de un sentimien-
mar, pues los iniciadores de estas manifestaciones
to de tradición vinculado a una comunidad imagina-
públicas de fe en la Pasión, Muerte y Resurrección
da: “los museos adquieren sentido en un contexto
del Señor, fueron pescadores y marineros.”25
global donde la identidad colectiva se ve cada vez
más representada por la posesión de una cultura (un Con tales alusiones al viejo mundo pescador, el
modo distintivo de vida, tradición, forma de arte o pasado de penurias (y peligros) se convierte en una
artesanía)” (Clifford, 1999: 269). La primera impre- marca de distinción, un motivo de orgullo, una clave
sión al entrar al museo no puede ser más explícita al que permite revertir positivamente el estigma social
respecto, pues en el primer cartel que nos encontra- que pesa sobre estos barrios:
remos, podemos leer:
“Una Semana Santa a la que se añade el apelativo
“El Museo de la Semana Santa Marinera de de Marinera porque se celebra aquí, junto al mar.
Valencia es una muestra del recorrido de la Pasión, Nacida del espíritu y fervor de unas gentes sencillas
Muerte y Resurrección de Jesús que cada año, con que tenían en el mar su principal sustento.”26
la llegada de la Primavera, interpretan por las
calles del Marítimo miles de devotos que conside- Pasado marinero que mantiene su espíritu alen-
ran esta celebración como el legado histórico más tando idealmente las celebraciones, como se ha
preciado de sus ancestros. Una sincera y sencilla visto en otra investigación previa (García Pilán,
expresión de Fé, devoción, piedad, arte, bañados 2007). Por otra parte, también contribuye a cons-
de mediterraneidad. Así es la Semana Santa truir tal identidad, en las entrevistas realizadas, el
Marinera de Valencia: una muestra luminosa del
hecho de otorgar al museo un carácter de represen-
amor de un pueblo hacia la figura de Jesucristo.”24
tación permanente de la fiesta:
22 Levante-EMV, 22-10-05, p.21. 23 Levante-EMV, Suplemento “Semana Santa 2006”, p.12. 24 Casa-Museo de la Semana
Santa Marinera de Valencia. 25 Casa-Museo de la Semana Santa Marinera de Valencia. 26 Casa-Museo de la Semana Santa
Marinera de Valencia.
140 revistavalencianad’etnologia
“Porque es el carácter permanente de la organiza-
ción de la fiesta en general, a ver si me entiendes. O
sea, el museo no … el poder reunir en un local todo
lo que es nuestra Semana Santa, no todo, porque
todo no está, evidentemente todos los enseres, todo
lo que sale en Semana Santa no está, pero… es una
representación de lo que sale en Semana Santa.”
(Cofradía de Jesús en la Columna, El Cabanyal).
revistavalencianad’etnologia 141
Finalmente, se añadirá que, pese a que la mito- Y es que el reconocimiento del exterior es, qui-
logía festiva actúa con una lógica independiente de zás, el punto de mayor consenso de las representa-
la autoridad científica, tal como se ha visto en repe- ciones de los cofrades acerca de su museo. De
tidas ocasiones, en tiempos de reflexividad genera- nuevo, podemos recurrir a James Clifford para inter-
lizada, los criterios de autentificación acaban pretar las opiniones recogidas a nuestros entrevista-
haciendo mella: la reciente desaparición de San dos, cuando afirma que las identidades suponen un
Vicente Ferrer de los carteles explicativos del museo público externo que, aunque no sea siempre el prin-
como fundador de la fiesta (antes sí que estaba), es cipal, no puede nunca estar del todo ausente:
tan significativa como la alusión que ahora se hace
de un texto no hace mucho recuperado de “Cuando una comunidad se exhibe por medio de
tantes un descubrimiento de una parte de la ciu- celebra? ¿en abril? Pues en abril nos acercaremos’.
dad y también el de una imaginería ignorada por la Sí que es importante de cara a darle publicidad a la
142 revistavalencianad’etnologia
conocen, ya te he dicho antes.” (Hermandad de el Museo sea capaz de dar a conocer la Semana Santa
María Santísima de las Angustias, El Cabanyal)” 31
durante todo el año: últimamente, incluso durante los
días de fiesta, el museo permanece abierto, “con el
El tema dista de ser baladí, pues, la demanda de
objetivo de ser un espacio de visita obligada a quienes
reconocimiento es, como ha puesto de manifiesto
se acerquen a ver las diferentes procesiones”.32
Honneth (1997), una forma privilegiada de restañar
Pero esto hace también del museo un espacio de
una subjetividad herida (y la que nos ocupa lo es).
hibridación cultural, no sólo porque es susceptible de
Aunque, lógicamente, no sólo de Valencia se espera
ser visitado por grupos sociales ajenos al mismo,
el reconocimiento: gracias al museo, de todos lados
poseedores de un capital cultural que obliga a los loca-
pueden venir a conocer al menos algo de la Semana
les a un proceso de reapropiación forzosa (Hernàndez,
Santa Marinera. El ejemplo siguiente es particular-
2004: 43), sino porque, gracias a la existencia de este
mente ilustrativo, ya que se recurre al ejemplo más
tipo de museos (al margen del que nos ocupa), el uni-
paradigmático de Semana Santa, es decir, Sevilla:
verso festivo de la Semana Santa ha conseguido un
“Sí, le aporta... yo qué sé, desde fuera, a lo turís- mejor conocimiento de sí mismo, de manera que en
tico, de que venga alguien de fuera, yo qué sé, de cada localidad el cofrade interesado puede saber algo
(...) o de Sevilla, por ejemplo, que vengan y digan de cómo es la fiesta en otros lugares, con lo que eso
‘hay un museo de Semana Santa’, la gente... yo implica de mezcla y aprendizaje mutuos:
creo que le interesa... les interesaría verlo”
(Cofradía de Jesús en la Columna, El Cabanyal.) “...al estar todas las imágenes ahí expuestas, es un
espacio que el que tenga interés podrá acercarse y
Llegados a este punto, se hace evidente la cone- ver la Semana Santa... fuera de contexto, o sea fuera
xión entre la reivindicación del museo como patrimo- de la procesión, y puede ser que le atraiga luego a
nio cultural, y la demanda por parte de los organiza- venir a ver la procesión. Y luego pues aquella gente
dores de la fiesta del reconocimiento oficial de un que viene de otras poblaciones, de otra ciudad, que
mayor rango como fiesta de interés turístico, tema tienen su Semana Santa, igual que yo no veo la
que se ha tratado en otro lugar (García Pilán, 2001). Semana Santa de Palencia porque me quedo aquí,
Se trata de un fenómeno estrecha e indisolublemente porque es lo que comentamos siempre los cofrades,
conectado a los procesos de globalización de la cultu- Semana Santa si hay cincuenta y dos provincias ten-
ra, de los que la patrimonialización de la misma cons- dría que ser Semana Santa en cada una una semana
distinta del año en España para poderlas ver todas,
tituye una vertiente esencial. Y no se trata sólo de que
31 También es muy reveladora esta otra opinión de una cofrade: “Hombre, el museo yo creo que para dar a conocer la fiesta al
resto de la ciudad, bueno al resto de la ciudad y a la gente en general es lo más importante. Lo que pasa es que hasta ahora no
reunía las condiciones adecuadas. Ahora esperemos que empiece ya la gente a concienciarse de que... porque están hechos ya la
mayoría de facsímiles, que antes no estaban, porque [da un nombre] tiene mucho interés en que esto sea un poquito más, que sea
un museo dinámico y no estático como hasta ahora... y entonces es una forma de que entre en el circuito de museos y se pueda
dar más a conocer que hasta ahora...También queremos que se hagan visitas guiadas que hasta ahora no se hacían.” (Hermandad
de la Crucifixión del Señor, El Canyamelar). 32 Levante-EMV, 4.IV-2006, p.31.
revistavalencianad’etnologia 143
pues... yo creo que sí, que los museos de Semana comporta vitalmente y que están ellos mismos conde-
Santa que están en auge ahora no sólo en Valencia, nados a muerte” (Adorno, 1962: 187). Aunque
sino en otros laos, son una buena manera de poder dejando al margen que, en buena medida, es la posi-
conocer otras semanas santas” (Hermandad del bilidad que el museo proporciona de ver obras de arte
Santísimo Ecce Homo, El Cabanyal). a las denostadas masas lo que inquieta a Adorno, hay
que reconocer que éste no deja de plantear una cues-
Evidentemente, en el desarrollo de este proceso tión a la que no podemos sustraernos:
también ha sido de gran eficacia la generalización
del uso de Internet (García Pilán, 2007). En todo “En tales dificultades se dibuja algo de la fatal
caso, patrimonio cultural y nuevas tecnologías se situación de lo que se llama tradición cultural. En
dan la mano indisolublemente en la modernidad cuanto que ésta deja de poseer una fuerza sustan-
globalizada (Hernàndez i Martí, 2004). cial y captadora y sólo se apela a ella porque es
bueno tener una tradición, lo que aún pudiera
3.5. El museo y la tradición: el patrimonio como un quedar de ella se desprende del fin y queda en
zombi de la modernidad 33 mero medio” (Adorno, 1962: 188).
33 La idea del patrimonio cultural como “zombi de la modernidad” proviene de Hernàndez (2008).
144 revistavalencianad’etnologia
en las vitrinas de un museo, estamos sancionando la (al fin y al cabo, albergan imágenes), lo que hace
incapacidad de la tradición religiosa para jugar un aplicable a éstas las mismas consideraciones que
papel estructurante en la vida cotidiana, más allá de hemos hecho para el museo propiamente dicho.
servir de legitimación para la ejecución del ritual.
Como afirma Warnier, convertir el lugar de una anti- “... a mi me parece perfecto, me parece una inicia-
tiva perfecta el museo, pero bueno, que no tiene
gua práctica en un museo es “un modo de hacer duelo
nada que ver, o sea... que no necesitamos un museo
por el pasado sin destruirlo” (2002: 74). Lugar de la
como fiesta religiosa, porque yo no creo que...
modernidad por excelencia, el museo es susceptible de
bueno, la iglesia porque está ahí y tiene sus imáge-
albergar un cadáver al que todos quieren seguir vien-
nes y en cierta forma es un museo, pero el museo...
do vivo. Esto no deja de provocar cierta perplejidad en
es muy bonito y está muy bien, y tal, y bueno, reco-
las representaciones de algunos cofrades, que asocian,
rres España y casi todas las Semanas Santas tienen
no sin razón –como hizo Adorno- el concepto de patri-
museo, con lo cual... deben ser importantes.”
monio como algo muerto, en contraste con una fiesta
(Hermandad del Santo Cáliz, El Cabanyal).
cuya vitalidad experimentan cotidianamente:
importante ese patrimonio humano que el patri- tos (zombis, según Gil-Manuel Hernàndez), lo que,
monio cultural de la fiesta… Y que es verdad que en opinión de algunos entrevistados, niega repre-
yo creo que una de las misiones de las hermanda- sentatividad al museo, que nunca podrá ser capaz
des es crear patrimonio que perdure en el tiempo, de transmitir ese “sentimiento en la calle” que
pero…” (Hermandad del Santo Cáliz. El Cabanyal). transmiten las procesiones:
La afirmación de que la fiesta se haría igual sin “Hombre, representativo, hombre representativo
museo se ha recogido en diversos informantes. Una si la has visto, pero si no la has visto no, porque no
variante de la misma es la que añade que éste es estás viendo lo que es realmente la Semana Santa
innecesario, dado el carácter religioso de la fiesta. que es un sentimiento en la calle, o sea realmente
Con todo, lo más significativo de esta postura extre- la Semana Santa es un sentimiento en la calle. Y
en un museo pues ese sentimiento ya no está, o
ma es la identificación de las iglesias como museos
revistavalencianad’etnologia 145
sea son figuras, son tal... realmente es que no lo hecho perder el “aura” de las originales;34 es que, en
puedes vivir igual, es como... yo no conozco la ocasiones, durante la procesión, puede no saberse
Semana Santa de Sevilla pero iré a ver un museo y delante de cuál se está, pues cada cofradía opta
será ya distinto porque ya sé más o menos porque libremente por sacar a la imagen de la iglesia (con lo
lo has visto por la tele lo que supone ¿no? ya lo que se rige por criterios de autenticidad) o por sacar
has visto por la tele y ya sabes lo que supone, el
a la copia del museo (criterio de conservación del ori-
sentimiento que hay, pero si viene aquí y lo ven es
ginal). También debe tenerse en cuenta que, en ese
que realmente no saben el sentimiento que tiene
paso de lo cultual a lo cultural, no deja de haber una
esta Semana Santa... o sea, sin conocerla de nada
cierta “iconoclastia simbólica” (Bourdieu, 1994: 74),
no es lo mismo” (Hermandad del Santísimo Cristo
que sólo las disposiciones estéticas y culturales de
del Salvador, El Cabanyal).
muchos de los agentes patrimonializadores impiden
La clave de esta enorme paradoja, que conduce vivir en términos de conflicto: aún en los casos en
a determinados festeros a adoptar posturas que no que no se perciban contradicciones entre las lógicas
dejan de translucir una cierta perplejidad, es que en del campo religioso y del artístico, a ningún devoto
un museo se produce siempre una traslación de obje- del Cristo del Salvador (una de las imágenes de
tos de un campo de significación a otro. Pero la situa- mayor tirón popular del Cabanyal) se le ocurrirá arro-
ción es más compleja en el caso de un museo festi- dillarse delante de su réplica en el museo, aunque se
vo, pues no es lo mismo exponer en un museo etno- acerque a orarle con mayor o menor frecuencia en el
gráfico una hoz que ya no se usa porque ha sido des- camarín que lo alberga en la iglesia de Nuestra
plazada por las segadoras mecánicas, que exponer Señora de los Ángeles, o aunque acuda con sincero
imágenes que salen en procesión una vez al año. Tal fervor a tocarlo o a pasar un pañuelo por su imagen
paradoja llega a su punto álgido en el caso de las durante los días de Semana Santa.
imágenes a las que se rinde culto en las iglesias, pues Quizás sea para intentar escapar a esta sensa-
de ellas ha habido que hacer réplicas, para que se ción de algo muerto por lo que, de manera retórica,
contemple en el museo una imagen exactamente desde la prensa se ha calificado a la procesión del
igual que la que se puede ir a ver en una iglesia situa- Santo Entierro como un “museo ‘andante’”,35 expre-
da a escasos metros, y que dista de haber dejado de sión que nos permite enlazar con las reflexiones de
cumplir una serie de funciones en la vida ordinaria de Agamben acerca de los museos como las ruinas de
los devotos. No se trata sólo de que la célebre algo que ya hemos perdido irremediablemente: “La
“reproductibilidad técnica” benjaminiana haya museificación del mundo es hoy un hecho consuma-
34 Cf. Benjamin (2004). Frente a esta postura, Freedberg asegura que aunque ante un objeto de museo “sentimos enormemente
su aura y su enorme fuerza”, sensación no exclusiva del “are con mayúsculas” (1992: 479). La verdad es que Freedberg no aporta
pruebas que permitan aprobar su postura; en todo caso, no parece que sea una cuestión de “aura”, sino de valoración de la “auten-
ticidad”, estrechamente ligada a “valor simbólico del patrimonio” (Prats, 1997: 54). Según Prats, en criterios patrimoniales, la meto-
nimia siempre es superior a la metáfora en las representaciones de los agentes, en tanto que ésta última “tiene una capacidad de
evocación auxiliar, pero jamás alcanza a legitimar por sí misma un repertorio patrimonial”, mientras que la primera evoca “autenti-
cidad” (1997: 55). 35 Levante-EMV, 14-IV-2001, p.26.
146 revistavalencianad’etnologia
Réplicas de tallas de Crucificados expuestas en el Museo. Fotografía: Pedro García Pilán
do. Una tras otra, de modo progresivo, las potencias “El Museo ocupa exactamente el espacio y la fun-
espirituales que definían la vida de los hombres (...) ción que en otro tiempo estaban reservadas al
se han ido retirando dócilmente hacia el Museo”, Templo como lugar de sacrificio. A los fieles del
advierte el filósofo italiano, que entiende por tal “la Templo (...) corresponden hoy los turistas, que via-
dimensión separada a la que se transfiere aquello jan sin tregua por un mundo extrañado en
Museo” (Agamben, 2005: 110-111).
que en el pasado fue percibido como verdadero y
decisivo, y ya no lo es.” En definitiva, “hoy todo Y lo cierto es que, por exagerada que nos parez-
puede volverse Museo, porque éste denomina sim- ca la postura del filósofo italiano, lo cierto es que,
plemente la exposición de una imposibilidad de usar, cuando en la Semana Santa del año 2005 la
de habitar, de experimentar” (Agamben, 2005: Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos inició
110). Pero Agamben llega más lejos, y pretende una procesión saliendo, no de su Iglesia de Nuestra
establecer una relación entre capitalismo y religión Señora del Rosario, sino de la Casa-Museo de la
que, a través del museo, se vuelve evidente: Semana Santa Marinera, parecía darle la razón plena-
mente a Agamben, pues la transferencia de sacrali-
revistavalencianad’etnologia 147
dad hacia un espacio secularizado se realizaba plena- esconden luchas por la legitimidad cultural, en las que
mente. O, como diría Giner (2005), la consagración
36
el recurso a la tradición actúa como una poderosa
de lo profano y profanización de lo sagrado se dan la herramienta de reconocimiento y de construcción iden-
mano en situaciones de modernidad avanzada. titaria. Por otra parte, el museo se refiere a una tradi-
ción local, tradición que, sin embargo, se ve necesaria-
4. Reflexiones finales mente resignificada por el propio hecho de la exposi-
A la luz de lo expuesto, podemos volver a la proble- ción de objetos cultuales a los que el visitante foráneo
mática acerca de la tradición esbozada al principio no podrá ver con los mismos ojos que los devotos de
del presente trabajo. Parece claro que Giddens carac- los viejos Poblados Marítimos. El vigor de los símbolos
teriza con acierto a nuestra sociedad al calificarla religiosos locales, que representan atributos claramen-
como “postradicional”, pero no acaba de articular te reconocibles por la comunidad local, se diluye nece-
en sus explicaciones qué es lo que se esconde en rea- sariamente en el marco de un museo cuya difusión pre-
lidad tras esa evidente “retradicionalización” que, tende ampliarse todo lo que sea posible. Del culto reli-
asociada a la acción ritual, caracteriza a las socieda- gioso se pasa pues a la cultura secularizada, susceptible
des de la modernidad avanzada, retradicionalización también de activar significados religiosos -Freedberg
que se entiende mucho mejor desde la perspectiva (1992: 479) reivindica la capacidad del museo como
propuesta en su día por Raymond Williams, quien espacio capaz de conmover-, pero mucho más débiles
hablaba del carácter necesariamente selectivo de y difusos que los propiamente “tradicionales”.
cualquier recurso a la tradición (2003: 51-77). Visto En definitiva, espacio de lo vivo y de lo muerto a la
desde esta perspectiva, el proceso de patrimonializa- vez, espacio de la hibridación, tanto espacial (turistas,
ción de la cultura y de la religiosidad de las clases otras semanas santas), como temporal, (se alternan los
subalternas de la modernidad es claramente identifi- trajes antiguos y las devociones más arraigadas con las
cable como parte fundamental de tal esfuerzo de nuevas tecnologías audiovisuales, que permiten ver
retradicionalización selectiva, que no es, en definiti- procesiones a lo largo de todo el año), lugar de trasla-
va, otra cosa que la modernización a la carta de una ción de la sacralidad religiosa (imágenes de culto) a la
tradición mediada por un proceso de secularización estética (réplicas de las mismas), el museo se configu-
complejo y que requiere de múltiples matices para su ra como un lugar ambiguo, un condensador de símbo-
correcta comprensión, pero cuya trascendental diná- los y significados, un activador de la memoria de una
mica no se puede perder nunca de vista. sociedad que ya, decididamente, no va a volver pero,
La proliferación de museos festivos se convierte, a la vez, un activador de identidad, muy poderoso a la
así, en un importante indicador de las transformaciones hora de construir una comunidad imaginada. Hay que
religiosas y culturales de la modernidad avanzada. El insistir en que no por ello el museo pierde su dimen-
caso que nos ocupa muestra cómo tras el museo se sión ritual, mítica o, en definitiva, religiosa: Carol
36 A lo largo del trabajo de campo he asistido a debates en los que se discutía si debía potenciarse el museo tomándolo como
punto de salida procesional de manera más frecuente.
148 revistavalencianad’etnologia
Duncan (2007) ha mostrado con lucidez cómo los Navarro Sustaeta (eds.), ¿Más allá de la modernidad? Las
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BLASCO IBÁÑEZ, V. (1999): Flor de mayo. Madrid: Cátedra (1ª ed.
algo que, de alguna manera está en peligro, choca
1895).
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150 revistavalencianad’etnologia
L’ASSOCIACIONISME AL SEGLE XX:
DE LES ASSOCIACIONS CULTURALS
A LA CULTURA DE L’ASSOCIACIÓ
GIL-MANUEL HERNÀNDEZ I MARTÍ*
MARIA ALBERT RODRIGO*
Un dels aspectes més significatius dels canvis socials ocorreguts al si de les nostres societats durant el
segle XX és l’emergència de les associacions, protagonistes de grans canvis en la seua composició,
objectius i accions desenvolupades al llarg del segle. Aquest marc general permet destacar el paper
realitzat per un tipus d’associació específic, les culturals, principal objecte d´estudi d´aquest article.
1 Cal aclarir que la globalització és un llarg procés històric no exclusiu de la segona modernitat, sinó que es dona amb ante-
rioritat tot i que no amb la mateixa intensitat. D’acord amb Hernàndez i Martí (2005) es caracteritza per una constant intensifi-
cació de la connectivitat complexa, materialitzada en una xarxa de interconnexions i interdependències, de ràpid creixement i
densitat creixent, que caracteritza a la vida social moderna a escala global. La intensificació de la globalització genera, al ser
percebuda, una progressiva presa de consciència reflexiva que porta a considerar el món com una totalitat interdependent.
revistavalencianad’etnologia 151
agents històrics que són, han estat protagonistes de superar les greus insuficiències que aquest nou
profunds canvis en la seua composició, els seus model produïa i lentament s’anà configurant com
objectius i les accions desenvolupades al llarg del un agent actiu de les societats modernes capaces
segle, a l’hora que han protagonitzat bona part dels d’incidir en els canvis que s’hi produïen. Així, prolife-
canvis socials abans esmentats. A continuació realit- ren les societats obreres, els centres recreatius, cul-
zarem un breu repàs històric de les característiques turals (casinos, cercles i ateneus) i musicals que com-
principals de les diferents associacions existents al binen la vida associativa, la instrucció i l’esbarjo amb
territori valencià durant el segle XX. Aquest marc un activisme polític més o menys soterrat.
general ens permet destacar el paper realitzat per un Al territori valencià trobem diverses formes d’as-
tipus d’associació específic, les culturals, entre les sociacionisme cooperatiu – de producció, de con-
que s’inclou un amplia i heterogènia gamma de les sum i societats de socors mutu- que intenten suavit-
mateixes, de les que tractarem de donar compte en zar la mala situació econòmica dels obrers (Alvárez,
aquest article. E, 1968) i que es caracteritzaven per la seua capaci-
Per a abordar les associacions que ens trobem tat plurifuncional. A més a més, a les ciutats impor-
durant el segle XX, donades les característiques tants, proliferen durant les tres primeres dècades del
estructurals i específiques d’aquest període tant al segle XX multitud de centres i activitats col·lectives:
territori valencià com a la resta de l’Estat espanyol, diverses agrupacions es desenvolupaven al voltant
hem de distingir una sèrie d’etapes ven diferencia- de la “Liga Católica”, confraries i germandats orga-
des. Així, per una banda, diferenciarem l’associacio- nitzaven festes de carrer i de barri, associacions més
nisme existent a l’entrada del segle XX i que es des- o menys esotèriques treballaven per la llibertat de
envolupa durant les seues tres primeres dècades; pensament i el progrés, etc. (Cucó, J. 1991:34)2.
d’altra, el que “perdura” durant l’etapa franquista i, Tanmateix, el formidable teixit associatiu que
finalment, el que es desenvolupa a partir del boom distingeix la societat valenciana no només quedarà
associatiu de finals del segle XX. paralitzar durant la guerra civil sinó que “el franquis-
me, com una immensa piconadora, va arrasar per
1.- La trajectòria històrica de l’associacionisme complet la xarxa associativa preexisten, convertint-la
El pas de segle XIX al XX es caracteritza per un pro- en un immens erm on únicament quedaren dem-
cés d’afirmació de l’Estat, la consolidació d’un peus unes poques associacions, aquelles que esta-
model de producció industrial i el creixement urba- ven fora de qualsevol sospita” (Cuco, J. 1991:16).
nístic de les ciutats. Sobre aquesta base va florir un Així, el control i l’autoritarisme del règim franquista
associacionisme que en bona mesura tractava de limità la llibertat d’associació mitjançant el control
2 J.V. Castillo, afirma que entre 1888 –data en que entra en vigor la primera llei d’associacions de l’Estat espanyol- i el 1903 es
comptabilitzen un total de 1895 associacions legalitzades, el que permet estimar un índex d’associativitat de 235 associacions
per 100.000 habitants. Vuitanta-cinc anys més tard, és a dir, en 1988, el nombre d’associacions legalment registrades s’eleva a
5.491, que suposen una taxa d’associativitat de 264 per 100.000 habitants (Cucó, J. 1991).
152 revistavalencianad’etnologia
Activitat a la seu de l’Associació de Vela Llatina de Catarroja.
tant de la constitució i el funcionament de les enti- que reconeix el dret d’associació4 i que fa desapa-
tats com dels nomenaments dels seus càrrecs direc- reixer el control polític estatal sobre les associacions.
tius . En el cas valencià, el resultat d’aquest període,
3
A partir d’aquell moment comencen a formalitzar-se
tal com afirma Cucó, “en els 27 anys que transco- tot un seguit d’associacions que venien actuant de
rren entre 1936 y 1964 únicament es legalitzen 290 manera clandestina (associacions de veïns, políti-
associacions, que representen tan sols un 3% del ques, etc.), i també tot una sèrie d’organitzacions
total de les censades en l’actualitat” (1991:35). La noves, fruit de el nou marc de drets i llibertats5. Per
llei d’associacions de 1964, aprovada encara sota la al cas català, S. Sarasa ho explica així: al llarg d’a-
dictadura franquista, suposà una obertura, encara quests anys es forjà una nova cultura cívica, encara
que tèbia, del dret d’associació, ja que va permetre que moltes vegades clandestina i que era la manifes-
la legalització i la aparició d’associacions esportives, tació de noves formes societàries, les arrels de les
de defensa d’interessos comuns i recreativo-cultu- quals cal cercar-les en el canvis estructurals de la
rals. Però el que definitivament marcarà un punt societat catalana i la incapacitat del règim polític per
d’inflexió va ser la Constitució Espanyola de 1978, gestionar-los (1998:987).
3 Restriccions que se estableixen des del Decret de 25 de gener de 1941, que regula el dret d’associació. Posteriorment i de
manera més moderada ho farà la Llei de Associacions 191/1964, de 24 de desembre. 4 Al artícle 22 en el que es converteix en
inconstitucional el control preventiu (Arts. 3 a 5) regulat per la citada llei d’associacions de 1964. 5 En el cas català, durant
aquest període són les associacions de veïns i les de pares d’alumnes les que es legalitzaren amb major freqüència, encara que
també cal destacar la vitalitat relativa de les associacions estudiantils, doncs quasi una quarta part de les actualment registrades
es van crear entre els anys 60 i 70 (Sarasa, S. 1998:987).
revistavalencianad’etnologia 153
Des de llavors, el creixement i la diversitat associa- L’ampli ventall d’associacions en el que ens trobem
tiva marcarà la tònica dominant fins que a l’última al territori valencià es defineix per la seua especialitza-
dècada del segle XX es produeix una vertadera eclo- ció funcional. Així, d’acord amb Albert (2004), podem
sió associativa6 i participativa acompanyada d’un nou distingir entre els següents tipus d’associacions: les
llenguatge referent al voluntariat i a la solidaritat que dedicades a la Sociabilitat (Llars de jubilats, ateneus,
expressa noves sensibilitats socials. Segons els etc.), les Esportives (tota mena de clubs esportius), les
Registre Autonòmic d’Associacions de la Comunitat Festeres (falles, comissions festeres, etc.), les Culturals
Valenciana a data 14 de juliol de 2008 tenim un total (bandes de música, teatre, patrimoni, etc.), les de Medi
de 41.365 registres associatius . Des de 1918 fins al
7
Ambient (ecologistes, proteccionistes, etc.), Solidaritat
1989 apareixen 11.144 registres, entre 1990 i 1999 Internacional (Ajuda humanitària, desenvolupament
s’enregistraren un total de 16.019 de nova creació i humà, etc.), Defensa Cívica (Defensa dels drets
des de l’any 2000 fins l’actualitat 14.162. Desglossant humans, contra el racisme i la xenofòbia, etc.) a les
les dades per províncies tenim que a València n’hi ha que la literatura especialitzada anomena
un total de 23.961 registres –dels quals, 8.908 s’han Organitzacions No Governamental de Desenvolu-
creat durant la dècada dels 90 i 7.498 des d’ençà de pament (ONGD), les dedicades a la Salut (malalties,
l’any 2000-, seguida d’Alacant amb 11.783 – 5.166 addicions, etc.), als Serveis Socials (pobresa, minusvà-
durant la dècada dels 90 i 4.168 d’ençà de l’any lids, immigració, etc.) i al Desenvolupament i Promoció
2000- i Castelló amb 5.621, dels quals 1.945 foren Comunitària (Treball, Protecció Civil, etc.).
registrats als anys 90 i 2.502 a la dècada actual. En
certa manera, aquest impuls associatiu ha tingut el 2.- Les associacions culturals
seu reflex en el desenvolupament legislatiu que s’ha 8
La tipologia suggerida ens dona una idea de l’hetero-
donat durant les últimes dècades tant a escala estatal geneïtat associativa en la que ens trobem actualment
com autonòmica i que es la manifestació més visible i un dels camps a destacar, per la seua tradició histò-
del procés d’institucionalització en el que l’associacio- rica, per la seua capacitat d’adaptació i per la seua
nisme actual es troba immers no només a nivell legis- diversitat és en el camp cultural. Diversos estudis rea-
latiu, sinó també a nivell de gestió i organització de litzats al territori valencià (Cucó (1991; 1992); Cucó i
òrgans supra-associatius. altres (1993); Ariño, (1999); Ariño i altres (1999);
6 A la tesis M. Albert, 2004 podem trobar l’anàlisi dels diferents factors estructurals que expliquen aquesta eclosió associativa. 7 En
tot moment parlem de registres associatius i no d’associacions per que el Registre contempla les diferents associacions donades d’al-
ta amb les seues diferents activitats i subactivitats. Tot i que la majoria de casos no estan més que registrades en un activitat i/o suacti-
vitat, n’hi ha casos que apareixen doblades, triplicades, etc. segons el nombre d’activitats i/o subactivitats en les que s’han apuntat.
Totes les dades que apareixen al present article han utilitzat com a referència el Registre Autonòmic d’Associacions de la Comunitat
Valenciana a data 14 de juliol de 2008. 8 Aquesta efervescència del moviment associatiu, fa que comencen a promulgar-se una sèrie
de normes (lleis, decrets, etc. estretament vinculades al mateix i que acaben concretant-se en la Llei Orgànica 1/2002, de 22 de març,
reguladora del dret d’associació. Aquesta llei també contempla la possibilitat de crear consells sectorials d’associacions (art. 42), amb
la finalitat d’assegurar la col·laboració entre les Administracions públiques i les associacions, per tal de canalitzar la participació ciuta-
dana en assumptes públics com organs de consulta, informació i assessorament en àmbits concrets d’actuació), que deroguen la llei
de 1964 i amplien profundament les capacitats d’organització, de gestió i d’acció de les associacions.
154 revistavalencianad’etnologia
Un esmorzar a l’aire lliure.
Associació de Vela Llatina de Catarroja
9 Segons les dades del Registro Nacional de Associacions, l’any 1997 hi havia a Espanya 64.772 associacions “culturals i ideo-
lògiques”, que representarien el 36,87 % de les associacions registrades, sent clarament el sector més nombrós (Mota, 1999).
10 Com és el cas de les Cases Regionals ubicades en la categoria de Participació Social. 11 Tant la magnitud de les associa-
cions dedicades a la festa com la de les dedicades a la cultura fa que habitualment es tracte com a camps diferenciats pels
autors citats en aquest article.
revistavalencianad’etnologia 155
lització, on es desenvolupa l’efervescència per l’inte- parició o desintegració. Els protagonistes d’aquesta
rès del patrimoni cultural. nova concepció són col·lectius formats per minories
Així, cal destacar que són moltes i diverses les cíviques que realitzen, directa o indirectament, una
constants amenaces a les que l’actualitat obliga a fer gran activitat de defensa, restauració i protecció del
front. Des dels perills que pateix l’entorn, espècies patrimoni. De manera què, aquest associacionisme
animals i vegetals que estan en perill d’extinció, la s’ha convertit, junt amb els especialistes i experts, en
salut humana, malalties que no coneixen fronteres i un dels principals agents activadors de bens patrimo-
finalment, les que atempten sobre la diversitat cultu- nials. Es tracta d’un associacionisme, generalment
ral; és a dir, la pèrdua de les identitats locals com a format per les èlits locals, que gaudeix d’una gran
conseqüència de la homogeneització i del imperialis- legitimitat social en les seues accions i propostes. La
me cultural. Estem davant del que Beck (1998), fa seua màxima és la conservació, recuperació i restau-
ja alguns anys, anomenà la societat del risc, la qual, ració del patrimoni local i/o comarcal. L’objectiu fona-
que a més del repartiment dels riscos implica, tal mental compartit d’aquestes associacions és unàni-
com assenyala aquest autor, una tendència imma- me: mantenir la tradició i salvar el patrimoni. Per
nent a la globalització, ja que cap de nosaltres esta poder acomplir-lo s’enfronten fonamentalment a dos
lliure de poder patir-los. Aquesta percepció del risc qüestions: el pas del temps i el progrés.
davant la pèrdua (o ràpida transformació) de l’en- D’una banda, el pas del temps deteriora i pot aca-
torn i de les seues formes de vida (tradicions, cos- bar amb els bens patrimonials. Es fa necessari, doncs,
tums, etc.) ha generat la proliferació de tot tipus de realitzar una tasca de rehabilitació i de conservació.
iniciatives ciutadanes, associacions i col·lectius què, Així, las associacions es plantegen com a objectiu
preocupats per la pèrdua de les seues arrels, con- denunciar la deixadesa i reivindicar davant les adminis-
flueixen en el que s’ha denominat com moviment tracions i la societat la seua conservació. D’altra
social conservacionista, el qual abandera una lluita a banda, el que entenem com a progrés, ja siga la pres-
dos fronts: la protecció del medi ambient i la protec- sió urbanística davant de determinats monuments,
ció del patrimoni cultural. Aquestes associacions són com el risc de desaparició de la llengua, els costums,
portadores i pretenen fer extensiva una consciència les festes, etc., converteix a aquestes associacions en
de salvaguarda d’aquells elements que com a sím- vertaders nuclis de resistència que formen part d’un
bols de identitat són dignes de ser conservats i que vertader moviment social modern de caràcter conser-
ens retornen i connecten amb el nostre passat. vacionista patrimonial, que es manifesta com una nova
En general, expressen la consciència d’una pèr- veu social i política que expressa una nova sensibilitat
dua i l’existència de un greu risc: el tresor que s’iden- patrimonialitzadora de la cultura i una forma de prac-
tifica com tradició o patrimoni està en perill de desa- ticar i entendre la participació cívica i la ciutadania12.
12 Alguacil (2002) assenyala les noves perspectives de la ciutadania entre les que destaca una quarta generació de drets que han
emergit durant l’últim quart del segle XX, com els drets que tenen els ciutadans al patrimoni natural, a la diversitat cultural, al patri-
moni històric, al patrimoni econòmic i a un medi social exempt de violència.
156 revistavalencianad’etnologia
Al voltant de la taula. Associació de Vela Llatina de Catarroja
revistavalencianad’etnologia 157
socis censats, activitats programades anuals, estatuts la dimensió patrimonial cultural de les quals acaba
oficials, exercicis econòmics comptables, reglamenta- sent redimensionant-la per mitjà de les celebracions
ció d’activitats, recerca d’espònsors comercials i reco- rituals de la festa.
neixement institucional en un registre regularitzat Cal subratllar que actualment les associacions
d’associacions orientat a l’atorgament de subvencions festives tenen un caràcter formal, amb socis perma-
i el control de moviments. Es tracta d’un procés gene- nents, que estableixen els seus propis fins estatutaris
ral que té lloc a tota Europa i en el conjunt de l’Estat, i dicten les seues normes de funcionament per mitjà
que significa la plena introducció de la festa en la lògi- d’assemblees generals, encara que han d’atenir-se a
ca de la racionalitat burocràtica, del turisme i del mer- les exigències del ritual públic en què participen, con-
cat capitalista. dicionades per la seua llarga trajectòria històrica. Les
La singularitat de les associacions festives, tan lli- confraries de Setmana Santa, per exemple, tenen el
gades a les transformacions del vell calendari cristià seu origen en l’Edat Mitjana, amb les confraries
en un calendari secularitzat, les predisposa a conver- parroquials d’obreries, societats de joves, confraries
tir-se en instàncies que aglutinen els diversos nivells a professionals i de penitents. De forma semblant, les
través dels quals s’expressen els sentiments locals de comparses i filades de Moros i Cristians emergeixen
pertinença. Això és possible en la mesura que consti- a partir de les antigues companyes de milícies urba-
tueixen un privilegiat espai públic de relació social, nes o soldadesques que al sud del país encetaren les
basat en el contacte directe i en la comunicació social desfilades en l’Edat Moderna. Així mateix, els altars
intensa. D’aquesta manera, a través de les associa- vicentins enfonsen les seues arrels en la mateixa
cions festives els individus poden viure d’una manera època gremial i les comissions falleres són les conti-
privilegiada i reflexiva la seua pròpia localitat i el patri- nuadores de les arcaiques colles informals de veïns
moni festiu que ajuden a preservar dinàmicament, que cap a la meitat del segle XVIII cremaven trastos
obtenint a canvi un nivell més fort d’integració local i vells la vespra de sant Josep. Si ens referim a altres
certa seguretat existencial en uns temps marcats per festes valencianes, com el Sexenni de Morella, els
la incertesa i la volatilitat de les relacions socials. bous de carrer de les comarques del nord o els cen-
La celebració de la festa en la majoria dels tenars de festes patronals, observem que gremis,
pobles i ciutats valencianes comporta una vertebra- penyes i comissions festeres tenen llargues arrels
ció del subjecte social a través d’agrupacions de temporals que alhora que els atorguen una indiscuti-
sociabilitat específicament festiva, l’objectiu prefe- ble dimensió patrimonial, paradoxalment les porten
rencial de les quals és participar en la festa mitjan- a transformar-se en entitats modernes multiactives i
çant la pràctica lúdicoritual de la convivialitat, la plenament inserides en l’espai cibernètic i comunica-
comensalitat, les deambulacions simbòliques i la tiu. Tot seguit repassarem l’evolució associativa expe-
donació altruista, entre altres pràctiques. Les asso- rimentada en el cas de cinc grans festes valencianes:
ciacions festives s’integren, igualment, en l’estructu- les Falles, les Fogueres, sant Vicent Ferrer, els Moros i
ra urbana històrica de les seues respectives localitats, Cristians i la Setmana Santa.
158 revistavalencianad’etnologia
Celebrant el triomf després d’una regata.
revistavalencianad’etnologia 159
ques, el que genera una gran massa de fallers i falle- una estructura interna similar a la estàndard de qual-
res articulada en una vasta xarxa de comissisons sevol associació (presidència, junta directiva i assem-
falleres i juntes locals, cadascuna de les qual té al blea), però a més introdueixen delegacions i càrrecs
voltant la seua demarcació, els seus símbols identita- específicament relacionats amb les tasques de la
ris i una intensa sociabilitat que va més enllà d’allò festa i molt especialment amb la seua representació
estrictament festiu, doncs expressa un valencianisme simbòlica femenina, com és el cas de la fallera major,
temperamental acusadament emocional i molt vin- la bellesa del foc o les diverses reines honorífiques.
culat a llaços familiars i d’amistat (Ariño, 1992; D’altra banda, les festes de sant Vicent Ferrer
Hernàndez i Martí, 1996). celebrades a València exemplifiquen el tipus d’asso-
Quelcom semblant ocorre amb les comissions de ciacionisme festiu vinculat a celebracions tradicio-
districte foguerils i de barraca a Alacant, les festes de nals de carrer que han evolucionat des de l’Edat
les quals es van instaurar en 1928 per importació de Mitjana fins a convertir-se en marcadors d’una iden-
les Falles de València. A Alacant el districte ve a ser titat de barri vell sotmès en ocasions a agressius
com la demarcació fallera i el racó foguerer com el processos de modernització. És el cas de les nom-
casal faller, és a dir, un centre de sociabilitat festera broses festes de carrers de viles i pobles, cadascuna
i en no poques ocasions veïnal. Els districtes també d’elles amb les seues comissions menys o menys
apareixen coordinats per una Comissió Gestora estables què, com ocorre en el cas vicentí, s’han
suprassociacional provista d’un reglament de la constituït en associacions que desenvolupen tota
festa. No obstant, en ser la festes de sant Joan al una activitat cultural anual. A València, els altars de
juny, el carrer s’ofereix a delimitar una àrea festiva sant Vicent Ferrer disposen també de la seua
molt estricta, oberta a l’aire lliure, mentre que a demarcació territorial, els seus locals socials i una
València l’àrea del carrer que és una prolongació del sèrie d’actes i càrrecs al voltant de la figura del sant
casal està tancada o destacada en la carpa fallera. i dels miracles que es representen en la seua memò-
També a Alacant s’observa un gran creixement de ria. Així mateix, des de 1943 funciona una Junta
les associacions foguerils i barraqueres, que ultra- Central Vicentina, també dependent de
passen les 90 i agrupen més de 10.000 persones. l’Ajuntament, atès que hi ha més d’una dotzena
Cal afegir que l’associacionisme festiu faller i fogue- d’altars en la ciutat i el seu extrarradi.
rer es completa amb les associacions gremials d’ar- En el cas de la festa de Moros i Cristians, festa
tistes constructors de falles i fogueres (existeixen els que es remunta al segle XVII, es repeteix l’esquema
de València, Alacant i Borriana), que ja compten dels xicotets territoris vinculats a les comparses, amb
amb una antiguitat de decennis, però que en els centres de reunió com càbiles i locals socials sem-
últims anys busquen convertir-se en col·lectius pro- blants, i on l’acció itinerant, amb la desfilada de les
fessionals de tall modern amb projecció en un mer- comparses i filaes, marca els espais i remarca nova-
cat de treball altament competitiu. També cal fer ment un espai sacre comú, amb les entrades dels res-
notar que tant comissions de falla i foguera tenen pectius exèrcits moro i cristià, les batalles per la presa
160 revistavalencianad’etnologia
Foto de germanor dels membres de l’Associació de Vela Llatina
de Catarroja
revistavalencianad’etnologia 161
2006). Només a València, la Setmana Santa mobilit- tat festiva, projecta una sèrie d’identitats, que a
za vora 4.000 persones de manera directa, xifra molt vegades se superposen i acaben reforçant una
més elevada si parlem de les 43.000 persones cen- identitat superior. Cadascun d’aquests grups, amb
sades en la Junta de Germandats de la Setmana estatus d’associació cívica voluntària amb una fina-
Santa de la Diòcesi de València, o pensem en les litat ludicofestiva, i que es compten per centenars
vora 100.000 censades en els centenars de celebra- al llarg i ample del País Valencià, posseeixen un
cions que tenen lloc per tot el País Valencià (Brosel, espai sacre i exclusiu, on té lloc el gros de la
2002), xifra a la qual caldria afegir quasi 40.000 per- seqüència ritual pròpia. Com a trets comuns a les
sones més lligades a l’associacionisme del tambor festes assenyalades, podem observar l’existència
setmanasanter (Varea, 2002). d’un territori bàsic que manté una forta correspon-
D’aquesta manera, ja ens trobem a València, dència amb l’associació festera (comissió, altar,
Alzira, Sagunt, Oriola o Alacant, la territorialitat de comparsa) i que en el seu interior conté un nucli de
la confraria, germandat o corporació, el seu capital sociabilitat com el casal faller, el racó i la barraca
simbòlic, la seua expressivitat identitària i diferencia- fogueril, el local vicentí i la cabila. Posteriorment
da dels altres grups festius, reforça lligams interns. ens trobem amb un territori intermedi, que es
El territori festiu bàsic es vincula amb un fragment correspon amb associacions festeres (agrupacions
del barri o amb tot un barri, els territoris intermedis falleres, sectors fogueriles, bans moro i cristià), i
amb grups de barris i el territori ritual únic, pel seu finalment territoris rituals únics, que són compar-
caràcter convergent, amb espais generalment cèn- tits per totes les associacions festives. En última ins-
trics o simbòlicament aglutinants. La identificació tància, la profunda relació entre associacions festi-
dels subjectes directament festius - i inclús dels que ves, rituals festius, espais cerimonials i territoris
no ho són - amb el territori, fa que aquest siga per- identitaris no fa més que redimensionar el caràcter
cebut com una unitat real pels seus habitants, de de la festa com a patrimoni cultural dinàmic en
manera que es pot aventurar que dit territori opera continua reapropiació social.
com una espècie de nexe sociològic entre l’individu En síntesi, el recorregut realitzat per l’univers de
i l’espai realment viscut de pertinença. És així com el l’associacionisme valencià en el segle XX ens mostra
desenvolupament de microidentitats col·lectives una evolució marcada pel procés d’heterogeneitza-
diferenciades per la festa, genera una major cons- ció de les associacions valencianes i el continu crei-
ciència d’identitat col·lectiva en l’àmbit de la locali- xement de les mateixes. D’aquesta manera, ben be
tat, produint-se una translació visible de la identitat es pot afirmar que al llarg del segle XX s’ha anat
local, de la microidentitat, a la identitat col·lectiva passant del predomini de les associacions de caire
(Hernàndez i Martí, 1999). cultural a la cultura de les associacions, és dir, a la
En línies generals, intrínsecament lligat al grup centralitat del fenomen associatiu per al teixit cultu-
festiu es troba el territori que li serveix de suport ral i social del País Valencià.
material i simbòlic, on el grup, a través de l’activi-
162 revistavalencianad’etnologia
Navegant per l’Albufera. Associació de Vela Llatina de Silla
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BETNO 5717 Incluye la reproducción fotográfica de 1619 postales.
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76. García Molina, Adolfo
La fira de Xàtiva / [fotografies], Adolfo García Molina; 83. Guzmán Madrigal, Antonio
[autor dels textos, Agustí Ventura i Conejero]. - [Xàtiva]: Memoria gráfica de las danzas / Antonio Guzmán
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Abril, Gonzalo … … … … … … … … … … … 5
222.Taylord, Paul Michael Adellac Moreno, Mª. Dolores … … … … … … 172, 173
Interpreting Eduardo Masferré’s photographs from Afable, Patricia O. … … … … … … … … … … 174
Highland Luzón / Paul Michael Taylord
Aguilar Civera, Inmaculada … … … … … … … 6
EN: Anales del Museo Nacional de Antropología / Museo
Agulló, Jessica … … … … … … … … … … … 7
Nacional de Antropología. - Madrid: Dirección General
Alexa, Noémi … … … … … … … … … … … … 175
de Bellas Artes y de Conservación y Restauración de
Bienes Culturales, 1994-. Almerich, José Manuel … … … … … … … … 10
ISSN 1135-1853. Antoine, Jean-Philippe … … … … … … … … 176
N. 5 (1998), p. 139-158 ; Arazo, María Ángeles … … … … … … … … … 14
BETNO PP 0294 Ardèvol, Elisenda … … … … … … … … … … 15, 177
Asch, Timothy… … … … … … … … … … … … 178
Bailhé, Claude … … … … … … … … … … … 20
223.Theye, Thomas Billeter, Erika … … … … … … … … … … … … 23
Photographie, ethnographie und physische anthropolo- Blasco, Ricard … … … … … … … … … … … … 24
gie im 19. Jahrhundert: ein Überblick für den deutschen Blot, Jacques … … … … … … … … … … … … 25
Sprachraum / Thomas Theye Bouchy, Anne … … … … … … … … … … … … 179
Perspectivas en antropología visual / edición a cargo de
180 revistavalencianad’etnologia
Brandes, Stanley ………… … … … … … … 180 Llueca Úbeda, Emilio … … … … … … … 100, 101, 102
Brisset Martín, Demetrio E. … … … … … … 181, 182 Lobato, Xurxo … … … … … … … … … … … 103
Buxó Rey, Mª Jesús ……… … … … … … … 183 López Mondéjar, Publio … … … … … … … … 105, 106
Calpe, Isabel …………… … … … … … … 184 Makos, Christopher … … … … … … … … … 107
Calvo Calvo, Luis … … … … … … … … … … 185 Marín, Alfons …………………………… 109
Campos Vilanova, Javier … … … … … … … 29 Meseguer Folch, Vicente ………………… 208
Canevacci, Massimo … … … … … … … … … 186 Miralles i Sabadell, Ferran ……………… 119
Carasco, Raymonde … … … … … … … … … 187 Mistretta, Vincenzo … … … … … … … … … 209
Careri, Giovanni ………… … … … … … … 188 Moleres, Fernando ……………………… 120
Carneiro, Eugénio Lapa … … … … … … … … 32 Mora Carbonell, Francisco ……………… 122, 123
Carrasco Marqués, Martín … … … … … … … 33 Muñoz Borrás, Donis … … … … … … … … … 124
Castellanos Herrero, Elena … … … … … … … 189 Naranjo, Joan … … … … … … … … … … … 210
Cerdá, Manuel … … … … … … … … … … … 35 Olmo Pintado, Margarita del … … … … … … 211
Choza, Jacinto … … … … … … … … … … … 42, 43 Otero Prieto, Juana … … … … … … … … … 130
Colinas, Antonio … … … … … … … … … … 46 Pancorbo, Luis … … … … … … … … … … … 212
Collier, John, Jr. … … … … … … … … … … … 47 Pavâo, Luis … … … … … … … … … … … … 132
Copans, Jean …………… … … … … … … 190 Pérez Corral, Mati ……………………… 133
Cortés Latre, Antonio …… … … … … … … 48 Pérez García, Carmen …………………… 134
Crespo, José Ramón … … … … … … … … … 49 Pérez González, Carmen ………………… 135
Delgado, Lola … … … … … … … … … … … 52 Pérez i Balaguer, Joan Baptista … … … … … 136
Díaz Barrado, Mario P. … … … … … … … … 191 Pérez Tolón, Luis … … … … … … … … … … 213
Edwards, Elizabeth ……… … … … … … … 192 Perrin, Michel … … … … … … … … … … … 214
Engelbrecht, Beate ……… … … … … … … 193 Piault, Marc Henri ……………………… 138
Esteva, Jordi … … … … … … … … … … … … 57 Pino Díaz, Fermín del …………………… 215
Fernández, Amalio ……… … … … … … … 63 Prévost, Bertrand … … … … … … … … … … 216
Figueroa-Saavedra, Fernando … … … … … … 194 Queralt Diana, José … … … … … … … … … 140
Flores Rivas, Luís Higinio … … … … … … … 66 Remuñán López, Jacobo ………………… 141
Font i Ten, Josep V. ……… … … … … … … 68 Riviére, Thérèse ………………………… 142
García Molina, Adolfo … … … … … … … … 76 Roemer, Danielle M. … … … … … … … … … 218
García Rodero, Cristina … … … … … … … … 77, 78, 79 Roger Martínez, Ismael … … … … … … … … 143
Gardi, René … … … … … … … … … … … … 80 Román del Cerro, Juan Luís ……………… 144
Garrigues, Emmanuel … … … … … … … … … 195 Rouget, Gilbert … … … … … … … … … … … 219
Gili, Marta … … … … … … … … … … … … … 196 Royo Martínez, José … … … … … … … … … 146
Grau Rebollo, Jorge … … … … … … … … … 197 Rubio, Eduardo … … … … … … … … … … … 147
Guilabert Requena, Jerónimo … … … … … … 82 Rudenko, S. I. …………………………… 148
Guy, Emmanuel … … … … … … … … … … … 198 Rulfo, Juan … … … … … … … … … … … … 149
Guzmán Madrigal, Antonio … … … … … … 83 Sánchez Calvo, Nicolás … … … … … … … … 152
Hainard, Jacques … … … … … … … … … … 84 Sánchez, Gervasio ……………………… 153, 154
Heider, Karl G. … … … … … … … … … … … 85 Santla, Sase … … … … … … … … … … … … 155
Heusch, Luc de … … … … … … … … … … … 199 Schütz, Ilse … … … … … … … … … … … … 156
Huguet, Jesús … … … … … … … … … … … 86 Severi, Carlo …………………………… 220
Imbert, Claude … … … … … … … … … … … 201 Sisternes Alacot, José Manuel …………… 158
Jamin, Jean … … … … … … … … … … … … 202, 203 Soler Molina, Abel ……………………… 159, 160
Jarque, Francesc ………… … … … … … … 90 Taylor, Anne Christine …………………… 221
Julián Ferrando, Amparo … … … … … … … 204 Taylord, Paul Michael …………………… 222
Karadimas, Dimitri ……… … … … … … … 205 Theye, Thomas … … … … … … … … … … … 223
Küchler, Susanne … … … … … … … … … … 206 Tormo, Moises … … … … … … … … … … … 224
Lagrange, Marie-Salomé … … … … … … … 93 Vert, Xavier … … … … … … … … … … … … 225
Laoust-Chantréaux, Germaine … … … … … 94 Vidal Vidal, Luis ………………………… 169
Laporta (familia) … … … … … … … … … … 95 Vidal, Denis … … … … … … … … … … … … 226
Latorre Zacarés, Ignacio … … … … … … … … 96 Weiss, Florence … … … … … … … … … … … 171
Lichtblau, Albert … … … … … … … … … … 207
Llobregat Conesa, Enrique A. … … … … … … 97
Lloréns Barber, Ramón … … … … … … … … 98
Llorens Gilabert, Joan Josep … … … … … … 99
revistavalencianad’etnologia 181
Normes per a la presentació d’originals
1. Els originals s’hauran d’enviar a la seguente adreça: Revista aquest s´ordenaran de menor a major i s´ acompanyaran d´
Valenciana d’Etnologia, Consell de Redacció, Museu Valencià una lletra en ordre alfabètic. Cas de que es cite un llibre
d’Etnologia, C/Corona 36, 46003, València. L’enviament es sense autor aquest figurarà a la bibliografia ordenat per la
farà en suport informàtic amb la redacció original, escrita amb primera paraula del títol.
el tipus de lletra Times New Roman del cos 12; a més, s’hau-
rà d’indicar el processador de textos i el sistema utilitzats Exemples: Llibre:
(preferentment Word o compatible). També se n’haurà d’ad-
juntar una còpia en paper (A-4) per una sola cara, amb un ALMELA, F. (1960): La vivienda rural valenciana, Valencia,
interlineat senzill, amb marges suficients, sense sagnies ni 91 p..
tabulacions i amb numeració a les pàgines.
2. Tots els articles hauran d’estar encapçalats pel títol, autor o BAR-YOSEF, O Y KHAZANOV (eds) Pastoralism in the
autors i l’adreça o les adreces postals i/o electròniques com- Levant (Archaeological Materials in Anthropological per-
pletes, que hi hauran de figurar a manera de nota al peu de spective). New York.
la pàgina. Els treballs hauran d’incloure un resum en la llen-
gua de l’article i en anglés. Necessàriament aquest resum no Articles:
superarà els 425 caràcters amb espais. Així mateix, haurà ACOVITSIÒTI-HAMEAU, A. (1985): “Les glacières de
d’incloure’s un glossari amb un màxim de cinc paraules clau. Provence”, Archeologia, 206, 60-71.
3. Les notes numerades a peu de pàgina es podran utilitzar per a
explicar o ampliar alguna qüestió. També podran ser utilitzades ÀLVAREZ, I., TORREGROSA, S. (1983): “Els pous de neu de
per citar la procedència de material d´arxiu, però no per referèn- la muntanya”, El Teix, Alacant, 1, sense paginar.
ciar la bibliografia citada al text. 5. El text s´ha de presentar sense subratllats o altres marques al
4. Per a les referències bibliogràfiques incloses en el text, s’hau- text.
rà d’utilitzar la citació entre parèntesis de l’autor en minúscu- 6. Les figures hauran de ser originals a tinta o amb impressió de
la, any de publicació i pàgines de referència, si és procedent. qualitat làser. Les taules i els quadres poden figurar amb una
numeració independent de les figures. Les fotografies, con-
Exemples: (Almela,1960: 32-38) trastades i de qualitat, podran incloure’s formant làmines. En
tots els casos, aquestes il·lustracions, etc., s’hauran de presen-
(Àlvarez i al., 1992: 40;Cebrián, 1994; tar numerades al dors amb números aràbics correlatius. El text
Gregori, 1985). dels peus corresponents a cada figura, taula, quadre o làmina
Cas de que es faça una cita de cita, caldrà seguir la s’haurà de redactar en suport informàtic (a continuació de la
següent normativa: bibliografia del treball) i s’adjuntarà imprés en un full a part.
Per al muntatge d’originals amb la grandària de pàgina, es
Exemples: (Almela,1960,: 32-38, en García, 1980: 35) tindrà en compte la proporció de la caixa de la revista: 23,5
cm x 16,8 cm.
De la bibliografia citada en el text se’n farà una llista 7. Tant per a les figures, com per als quadres, taules i fotografies,
alfabètica al final de l’article, en la qual figurarà el nom dels se n’haurà d’especificar la situació dins del text. Les figures es
autors, seguit de l’any de publicació entre parèntesis i les citaran en el text entre parèntesis seguint l’exemple: (fig. 1).
dades d’aquesta, tal com apareix en els exemples adjunts. (fig. 2,1). (fig. 4-6). Les làmines s’hauran de citar en el text
Les referències d’un mateix autor es col·locaran cronològica- entre parèntesis i seguint l’exemple: (làm. 1). (làm. 6-8).
ment de menor a major i en totes aquestes se citarà l’autor. 8. Els treballs originals s’hauran d’enviar al Museu València
En el cas dels articles de revista, les pàgines que el compre- d’Etnologia abans de la data fixada pels editors. La Direcció de
nen han d’ apareixer al final de la referència. Cas de que el la Revista, atenent a l’avaluació del Consell de Redacció,
treball tinga editors, aquesta circumstància és farà constar. respondrà en el termini d’un mes a l’admissió o el rebuig del
Si un autor té publicats més d´un treball en un mateix any, treball. Els originals, publicats o no, seran tornats als autors.
revistavalencianad’etnologia 183
Normas para la presentación de originales
1. Los originales se enviarán al del Museu Valencià d’Etnologia trabajo en un mismo año, estos se ordenarán de menor a mayor
a la siguiente dirección: Revista Valenciana d’Etnologia, Consell y se acompañarán de una letra en orden alfabético. En el caso
de Redacció, Museu Valencià d’Etnologia, C/Corona 36, 46003, de que se cite un libro sin autor, este figurará en la bibliografía
Valencia. El envio se hará en soporte informático con la redac- ordenado por la primera palabra del título.
ción original, tipo de letra Times New Roman cuerpo 12, indi-
cando el procesador y el sistema utilizados (preferentemente Ejemplos: Libro:
word o compatible). Se acompañará copia en papel (A-4) por
una sola cara, interlineado sencillo, con márgenes suficientes, ALMELA, F. (1960): La vivienda rural valenciana, Valencia,
sin sangrías ni tabulaciones y con numeración en las páginas. 91 p..
2. Todos los artículos estarán encabezados por el título, autor o
autores y la dirección o las direcciones postales y/o electrónicas BAR-YOSEF, O Y KHAZANOV (eds) Pastoralism in the
completas, que figurarán a modo de nota al pie de la página. Levant (Archaeological Materials in Anthropological per-
Los trabajos incluirán un resumen en la lengua del artículo y en spective). New York.
inglés. Necesariamente, este resumen no superará los 425
caracteres con espacios. Así mismo, deberá incluirse un glosario Articulos:
con un máximo de cinco palabras clave. ACOVITSIÒTI-HAMEAU, A. (1985): “Les glacières de
3. Las notas numeradas se podrán utilizar para explicar o ampliar Provence”, Archeologia, 206, 60-71.
alguna cuestión. También podrán ser utilizadas para citar la pro-
cedencia de material de archivo, pero no para referenciar la ÀLVAREZ, I., TORREGROSA, S. (1983): “Els pous de neu de
bibliografia citada en el texto. la muntanya”, El Teix, Alacant, 1, sin paginar.
4. Para las referencias bibliográficas incluidas en el texto, se uti- 5. El texto se ha de presentar sin subrayados ni otras marcas de
lizará la citación entre paréntesis del autor en minúscula, año de texto.
publicación y páginas de referencia, si procede. 6. Las figuras serán originales a tinta o con impresión de cali-
dad láser. Las tablas y cuadros pueden figurar con una numera-
Ejemplos: ción independiente de las figuras. Las fotografías, contrastadas
(Almela,1960: 32-38) y de calidad, podrán incluirse formando láminas. En todos los
casos, estas ilustraciones, etc., se presentarán numeradas al
(Àlvarez y al., 1992: 40;Cebrián, 1994; dorso correlativamente con números arábigos. El texto de los
Gregori, 1985). pies correspondientes a cada figura, tabla, cuadro o lámina se
En el caso que se realice una cita de cita, se seguirá la redactará en soporte informático (a continuación de la
siguiente normativa: Bibliografía del trabajo) y se adjuntará impreso en hoja aparte.
Para el montaje de originales a tamaño de página, se tendrá en
Ejemplo: (Almela,1960,: 32-38, en García, 1980: 35) cuenta la proporción de la caja de la revista: 23,5 cm x 16,8 cm.
7. Tanto para las figuras, como para los cuadros, tablas y foto-
De la bibliografía citada en el texto se hará una relación grafías se especificará su situación dentro del texto. Las figuras
alfabética al final del trabajo, en la cual figurará en mayúscula se citarán en el texto entre paréntesis y siguiendo el ejemplo:
el nombre de los autores, seguido del año de publicación entre (fig. 1). (fig. 2,1). (fig. 4-6). Las láminas se citaran en el texto
paréntesis y de los datos de la misma, tal como aparece en los entre paréntesis y siguiendo el ejemplo: (lám. 1). (lám. 6-8).
ejemplos adjuntos. Las referencias de un mismo autor se colo- 8. Los trabajos originales se remitirán al Museu Valencià
carán cronológicamente de menor a mayor citando, en todas d’Etnologia antes de la fecha fijada por los editores. La
ellas, al autor. En el caso de los artículos de revista, las páginas Dirección de la Revista, atendiendo a la evaluación del Consejo
que comprenden el mismo deben aparecer al final de la referen- de Redacción, responderá, en el término de un mes, la admisión
cia. En el caso de que el trabajo tenga editores estos se harán o el rechazo del trabajo. Los originales, publicados o no, serán
constar. En el caso de que un autor tenga publicados más de un devueltos a los autores.
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