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de tomar en cuenta,el modo en que se ejecuten ciertes funciones por parte de la tnstitucton), Al respecto, cabe recordar la primara paradoja, ¥ no sélo cuando se trate de un chico extremadamente pequeno, .. Esta enumerneién no es clasificatoria, pero nos cul- daremos mucho de no puntuar estos nivelas, y cual pa- rece ser el prioritario, en In rolacidn analitica, Por de- formaciones de ta jormactcn, es caracteristico, por 0j., ®l colega entrensdo para ‘escuchar Haipo y nada mis, se trate de lo que se trate. Cierro esto capitulo volviendo a anudar tos dos ejes del anterior @ través de muevas transformaciones de In Progunta inicial, vesignificadas por los desarrollos em- preadidos en este. Las considero proguntes que deben formar parte de nuestra atencion flotante, es decir pro- ducirse espontneamente frente a un material. Entre tantas obras: jproduce sus as imagos? (a auienes 2e lee pode recor dav tanta ‘adlosiones & la TV" en latentes'y adclescem tes) iesté consituln extosamnente Ta agresilda? goo ha destetado? yen gus tipo ae espacio prepansarae snente vive? yexsten los extrafos some cetagorla? resis tea categoria padre? on To sexnal geo limita a clrcporse conto ‘complement’ ce Ouro? gua degato a doatonve 4p ol saber a los padres? gplesdo el Suorpo cane engustia o qué obra cost? geree en la dusonni,ecme Todo det ser? zedmno retorna algo: dosde To Tea, some repritido? eter oe 134 El bricoleur de si mismo Hemos acompafiado al sujeto temprano en sus pe- ripecias estructurales para darse citerpo, sexualicad, I~ gar para vivir. Paso a paso, también, procuramos pun- tuar ol estado y estatuto de Ia funoiones que hacen a la estructuracion psiquica, Pero falta un ultimo giro, una resignificactén clave, todo esto hay que hacerlo desem- ‘boar en esa columna vertebral que es el jugar. Toda ese pléyade de mitos, operaciones simbélicas, transfor- macionas subjetivas, no son nada, no son sino abstrac- clones, de no encarnarse en el jugar. A tal punto que nos seri Ifcito decir que jugar es to serio que hay. Pero (a qué nivel tomaremos el jugar? Pare. empe- zar, en su dimensién de préctica Sgie. ligada a “lo in. forme’ (Winnicott), campo del stn-sentido que el yoru baio como puro trazo, puro haver, més acd del ediligo, espontaneidad en accion, llustra tan exactamente, El ga- yabato: matriz de toda geometria posible. EI Ine. estd estructurado como un garabato, propongo pensar, para- ddjicemente. De este modo, escapamos al lugar comin qua tiende 2 ver el jugar como jugar con... y aqui apa- recen los juguetes estructurados por ei discurso-Amo. Poro jugar no es es0, o es mucho mAs que eso, y con: cebirlo asi no despela su esencia. Antes que juguetes, jugar es producir el fuguete como tal pero esto ya es una situacién mds recublerta, cuando toma los quo ya vienen significados como tales, Tneluso y sobre todo, porque algo no sa convierte ea juguete més que después de haber sido inventado y bautiendo 136 por la préctica del chico, Los pstcoanalistas sabemos mejor que nadie do tantos sujeios quo estan rodencos Ge 10 que ‘oticlalmente’ se conoce como juguetes, sin oder hacor nada con todo o20, ¥ si un dia pueden ba- cerlo, sera al margen de esa masa que los aplasta. Del mismo modo, no es que el nific tenga un cuerpo y ‘con él” se ponga a jugar, en un lugar mas 0 menos establecido, dt jugar se hace un cuerpo y conguisia xn lugar. Las operaciones simbélicas, cuslescitiera sean, 5 hacen jugendo, Y de ningune otra manera, De le misma forma mas adelante so dard un soxo, un ospacio axiza. farailiar, e:e, Juego, soy. (Inmediatamente debemos em- las funcionos lo ayudan a jugar, te). @onde era et mito (cierpo matemo), el sujeto nir. Sa posihilidad es hacerlo jugando. Por de pronto es decisivo enriquecer esta consideraciin con Ja pareja conceptual Sgtes. del sujeto /Sgtes. de] Superyo (¥, Lefort), Para ser, el sueto debe encontrar (tendria que haber dicho ol ‘aiin no sujsto’, por el momento, solo espontaneiiad) Sgtes. que lo representen (v. supra uno do estos, claro que tomado en anélisis tardfamente y cuando ya empezaba a generar inconvenientes: ol “aus lindo que sos”), ¥ la winica forma de eno inventarlos, producirlos, aunque en otro sent allf. Tercera paraioja: algo solo puede ser usado post tivamente por el sujto si se lo ofrecemos de manera tal que le permite inventarlo, ereario ¢), El caso de una Interpretactén, por 9f., que do otro modo se reduco a un adoctrinamiento... y muy Derticwlarmenté en la Clinica ‘oon nifios y adoleseentes), Dicho de forma distixta, acaso mas rotunda: para poder vivir, no hastan les rroteinas, hay que agarrarse de elgtin Sei enjambre). Tada el problema contra aqui, Primera tarea vite presenten, que lo sujeten bion. Se supone que ol norabse va a ser uno de ellos (v. Leclalre). Pero veamos lo ue Je 136 sticede a Luciano: al zespecto, un chiste del padre. Espe- raban una nifia, el nombre To refleja, pues es “Tareia no", Ejemplo trégico pero magistral para introducir in vivo el otro término, Sgte. del Superyo. Aqui, on ol lugar mismo que esperébamnos el advenimienio de un Sete, pars Luciano, se encuentra un Sgto. quo lo aplasta a Luciano, Podriantos tambien reournir @ otro chista, lmdanta con el humor rogro osta vos, quo bautiza a cierto manicomio como ‘ILI’ porque ‘empieza con tno, sigue con uno y aca- ‘ba con uno’, Imposible definir mojor este tipo de Sste, ‘Tomo atin el material de una peciente adulta: en una fase suicida se presentifica, hasia en la forma de aluct- nacidn olfativa, el gas, Ia idea de matarse con gas, Hasta que salta a la luz que se trata ce Jas iniciales de su pa- dre, ,. Padre suicida efectivo, por lo demés. Donde iba «1 Ser el sufeto, adviene el Supervo Cv. Klein, Fairbairn, Lacan, y toda In problomitica on PSA, a partir do cosas tales como Ia reserién terapéutica negativa, de los nive- les arodléos, “premorales” de aquel) y por ende el jugar traessa, Una inflexién muy particular de esto, pienso, 0 da en la perversién. Introduzeo como hipstesis si en ella caballo do Ia renegacién y de la ambigiledad qua ésta, permite, no es postble pensar en una ‘fotactén’ entre Sgtes, del sujeto y Sgtos. dol Suporyo que suspends su oposicién. Hl goce perverso se caracterizaré entonces por tratar un Sgte. del Superyo como si fuera un Sete. del Sujeto.” (Bn todo esto me baso en le eoncepoién de Sete. tal como Ia desarrollé en lo fumdarnental J. Lacan. Rectier- do brevemente les notes espectficas del concepto: repe- tirso, su cardoter trans-individual, su cardctor de produc- cion de sentido, especialmente de produccicn de algo ‘nnevo (cardetor de acontecimionto do un Sete, cuando ‘adviene), el hecho de que conduce al suieto hacia algin jugar, malo o bucno, st smprevisibilidad (no puede re: jarso de antamano ni ‘por decreto’ qué va a funcionar mo Sgle,), su componerse en cadenas, cadena de 137 ‘Setes, Mi acento en algunas de estas notas diverge del ae Lacan), Entonces porlemos redefinir et jugar, penséindolo come produeir Stes. que Io representen, por parte del sujeto que juega, Y esta es une praciica que se sostiene atravesando todas las edades que hemos estado consi- derando (y atin mas alli, si vamos a dejar que el PSA en nuestro campo fecunde al PSA en adult sammie én los materiales, cambiar el ‘contenido’ nica, aquello a 1o que apunte el Sgte, det recesidad ée tal préctica es una invariante. Es un Ne- ‘ademas central que el snaierial para fabricar Sgtes, hha de ir @ buscarlo ol eujoto a alguna parte. ¥ que hasta, Ja adolescencia, con esto damos otra noia distintiva de Esta, ese material elo puede extraerse del mito familiar. ‘ixtraer, dije. Extraer, arrancar, para dejar marccs que representen, en las que pueda bien reconocerse, ‘bien ir desplegando, la deriva de un camino. He aquf a nuestro pequefio Midas, Midas a la inverse: todo lo que toca lo convierte en juguete (hay una manera sencilla de ver esto en el contlicto potencial oon ol adulto que s¢ fandla, en quo el nifio toca y hace ‘ehiche’ aquelles cosas ‘que aquel no pensd como tales, eon aquello con 1o quo tho se juego’, frace univorsal de todo Oro en posicién do educador) desde lo mas insignificanie y desechable yhasta aquello que ‘los grandes’ tenemos mas sacralizado. x por Ja mano del nifio, 0 por su boca, ¢ por (0 més adelante por su palabra, el objeto re une metamorfasis: pasa de Reat ¢ Syte, JO una cosa en Ia boca, saca de alli, bautizado con sit saliva, un significante, ‘un chiche’. ‘xtraer, arrancar, y dejar marcas, Hequoma basico que so ropite diferencialmente a través co una vaste gama de fenémenos. Lo podemos yer primero en su forma més sencilla (pero por eso mismo wna que solo el PSA pudo iluminar) en el bedé acclonando sobre el cuerpo del Otro, tan pronto dispone de movimientos: 138 es un universal, y por eso mismo si no ocurre feme:nos por algo tan grave como un retraso profunde oun ae ‘famonte dispuestos, chupar, arrancar con le mirade (f0%- Sax menos evidente pero No menos esencial), pollizcary frotar, en es culerpo materno primordial en CUO espAclo Vive. Nos pase desspercibido que no se trata de caprichos gnarquicos de’ wn ser ain inmaduro sine wm verdadero trabajo, con més ttalos para Tlamarse asi que tants o> Uivigndes sociaimente sencionadas con ese hombre, ta ugando con e505 Dedazos & 10s que s© SB ‘Setes, clue le den un Miger entre Jos horn: pres, a esa edad fundamentalmente que le den cusrp0- Mug alojado de esto en el orden desoriplixo, pero obs deciendo 8] mismo principto regulador, veamos @ un Gide mucho mayor 0 a un adolescente cuando srzance Gel discurso familiar, inguiriendo, cuestionando, ceser- 08, Suntioutas de mitos, desechando lo que $2 1¢ D seante on tanto ‘oficial pare revalorizer 10 que estabe seiterto de polvo 0 de selios dofensives. Vemos asi él terpo tualerno,,cl mito familiar, como 10 cue és: 98 seerese avehind, win “cuerpo sin Srganos” (v. ANtA ear poro no un archivo que debiéramos conoebht ome Pade wadlen, aujetos a una egoblante inmovilldad, in wunere da una TV encendidc, Y ask s2 Va P toda tina serie de objetos singalares, obte- areeuds ose actividad extrnetiva y de marcaje, 108 que AISA teorizn como transictonales 0 peyustios a. “Hay que dacirio ahora, tal eerie eonelarne tie registro, ol del amor, registro narcisist e’tormacin de un Ego y dol objeto nar ein pusion, que conscierne al flgn dol cuerpo come gran collage de S00 gonna, En el ortice de este Coble Teglstro apre poaminos al suoto. Y, de nuovo, no hay que petsar esto 139 clastticatoriamente: el mismo pequefio trozo resultante 16 del Otro puede servir al montaje del tos pulsionales, mito, no hace al stjeto. £2 oxjeto se adona un cuerpo, un'ser, a sé mismo a través del fugas, apoyado, e50 si, en mito, qu por su parte estinnule 6 loquea, produce facilitaciones 0 constriociones, (De Ta dal alls) Un eiemplo malta) aue tang voces ‘oer tramos: ests casas donde nada oe puede tach, ort solemente en el plano de “as cosas’ eanereae (i as roto fener equ no dite ese re eto lle 0 later, ay que Ser mantenida como estd, QUO que no toler sor agujeroado, Se trate agu de un Otro que no da lugur al ugar. tant tal dimonsion eh lara es elemental para In posiciou del woes, Bf oe deeldinios a penser ‘en ésto como tn ofertater Ge hges io eu os el masino de amor posible, ast come el oxla Puede ser definido # partir de im no don de sos que como tna maguine de tnterprewr epost ‘huchisimo ‘més ‘portant que last saranectee swore “teas antes voces apenes ina mala rele illzacién de “poquofing Goren rullzacion de “pequetas dtforensias” (iy cud eqns ‘odo esto plantoe mushos problemas en’euan as en ‘cuanto a Ia relacién entre sujeto y mito familiar. Partiowlarmente, on es9 producto eminente de éste que es el cuerpo ims, ginado, Con demasiada faeilidad nos tmagiaaines laoién como demasiado patra: el stieto red! ‘uerpo, se instalarfa en éi y punto. Pero lo que la clfntoe lemuostre es uma gama de situaciones harta mas com, lejas, como cuendo el sujeto entabla una larga disc. 140 sién con ese cuerpo imaginado, procura transformario siguiera en una minima, pero significante, escala, Otra cuestién pendiente: 1a ‘composicién interna’ de ese cuer- po, las paries de Gl que presentan ‘blancos’ en cuanto a la ‘simbolizacién asf como sus deformaciones, aberra- ciones y ambigiledades, Materia de investigecién futura. "Tampoco hay quo recaer en uns concepcién clasifi- catoria de los dos tipos de Setes, que hemos opuesio: no tienen realidad éntica, son un corte metodoldgico. Los Sgtes. del sujeto conciernen a “efectos de estructura: ida” y los Seles, del Superyo a “efectos de mandaraien: ‘Lefort), pero un elemento cualesquiera puede cru- zar Ja frontera de uno a oiro y/o generarse toda clase ejemplos. Lo elerto-es que a partir de esto podemos dis- criminar dos taroaa del analisto, sogtin se trata de ays dar a un sujeto a producir (muchas veces por vez pri- mera) Sgtes, que lo representen (psicosis) o de ayudar- erarse de-un Syte. que lo representa demasiado j6n en Sgte, del Superyo.” Por otra parte la tension conflictiva de este pareja dopende do le posicién preeminente en rue el mito fa- 2) como falo. El caso més favorable on evanto & la ‘numenizacisn’ del aninalito atin no sujeto. Aqut 1 de- eisivo es 1 ese investimiento féllco, tan fundamentel pa. tra alejer Ia alternativa psiedtiea, eae a tiempo, particu larmente en ese pasafe edfpico del sor al tener ya consi: dorecio. b) como sintoma: sintoma de algo como retorno 6 reprimido que hace a un conflict de los padres (jv. Ta ‘febricacién’ de snuréticos en muchas familias, indice de una impasse en el doseo de la pareja). ©) como fartasmo: el caso Inicieno es tun buen eX ponente. aqui el nifio es negado en sx éiforenoia, en su partivularidad como sujeto, tiende a ser manipulaco uw por y para el goce del Otro. Por lo tanto, su posibilidad dosigual hey un pod jeto conserva irent ‘ya hemos rovado: ol do su espontaneidad, la capacidad inconsclentemente determinada de dat lugar 2 10 smupre- ‘visto y a lo impredecible (que es tan fundamental tam: ign tespetar en el endlsie, ce ea inberente a nuestra edndose Ta hors. de concluir, expondré nul pro- pla articulacidn, por lo derads en trémite y muy tentetiva, de como se van puntuando las funciones del jugar y que nos proponemos tretar mds exhauslivamente cxtando estudiamos formaciones cliniess particulares. Hn ésta me aparto de la concepcién mas o menos clisica desde que Freud realigara su observacién princaps del juego el carretel, en la cual el fort/da es considerado como fuego inaugural, inauguracién del jugar, mii parte propongo (apoyandome en los Lefort, , ¥ ea mi propia exporion jon de superficies: tas pricticas donde 5 mao seneillo localizaria son los numerosos juegos da embadurnamiento 2 [os cue se entrega el bebé apanes se hace de un par de manos. Poro no hay que pensar que sdlo concierna a éstas, otro tanto se reallza con la Lo cierto es que encontramas al bebs enérgicar dedicado a embadurnar, con esa concentracién cehtari- ua na y persistente propia, de! latido creador. La hora de comer es el mejor ejemplo: lo veremos untarse, untar fal Otro, untar su sillita_y en general todo 10 que le ro- Gea, Lo encontreremos ademas renuente absolutamente ‘a quo co Ie saque de encima, lo que en algun momento hay que haver, ese pegado que le ba quedado eneiia ‘como una segunda piel. Muy entendibie si reflexionamos fen que después de todo el cuerpo misino no 6 en ot fondo mas que wn pegado. Mis tarde, cusndo descubra el agtia, se apasionard en desplegar grandes extensiones de ella. Pero ademés, y no lo ignoxan los majores pedia- tras, toda esta Spoca esta caracterizada por “continu dades existenclales” (Winnicott): superticies lisas de horarios, de ritmos, constitucién de rutinas sin las cue les lo informe puede degenerar en cadtico. Y atin, en torno, ol “zumbido” (Lacan) del discurso, al que et pst céticn desesperedamente apelaré. Pero no bay que pen sar que Ja fabricacién do ostas superficies tenga algo que ver con un ‘ jos todavia de eso. Lo que y ls mejor forma hasta el momento de representarla os “ qnedante la banda de Moebius, donde Io ininterrunipido ‘ebaen largamente In ms tradicional distinct cearas. Y si pasamos de lo cotidiano 0 Ins ospe ahora no conozco excepeton, los textos, al hecho de qt de un proceso psicdtico temprano so inioia por juegos _ Ge cnibadurnamionto exasperados (1m hermoso ejemplo fen el caso Laurie de Bettelhelm, donde el juego do 1a interminables bandas de papel evoca por si ia topologia Iacaniana) y otro tanto ocurxe con Fetrasaios en anélisis: eon cualquier materia prima, mocos, exerementos, saliva, Pero también son evocebles fl dittujo del contorno del cuerpo en ‘flecos’, asto es, con una grave alteracién de la continuidad, en el nifio psieotice de més edad y las envolturas suplementariss 43. (a propia suena dol cuerpo, inate) de of depresivo (po lo dma, de toda eta), er eer. Plo abrigindese de miso incrustindcos on la mass se aie ae slenta (contute que ne deteciagy en wares ion Gan depesién), in sintoi, la derma primera Ge hacer ns unlactn corporal eb través do urn tapers nm EIR, por tanto sin ninguna discc a 1 cuerpo del Otro, me ) Bebriacion de so tubo: et primer J tbe sugasm es aucho tempe solo A poco aniaa, sole comtiehunicn sone unig par ern Ba erty ae es ae or enh praca cetera 2 oe ne inthe Doce utara ert 8 ae pace cen ae a ee eer rec eserves ean orm ee ee ee Seatac eget a sin ningiin tipo de medtacién necesaria st ha. Beleeege ng ete ee ee tempoco ahora hay que pensar apresuredamente en un See oe Sree eee oe conan ee instrumentos mds tradioionales 0 més inapropiadas, M. Klein go paso la vida dlclendo: esto que’ oenraa ob a ae ee a es Giferencie es abolible) © desenvolviendo eso vi 6 niieleos fontesmiticns donde alguien es tragado por aquellos, ave al unisono, devora. Ci analista de nifios puede abundar en ejemplos de esia clase, Se trata de una pa- raddjiea interloridad sin volumen, bidimensicnal, cue ua se reproduciré luego en tantos ‘intiemos’ de la relacién objetal, ““Tuve un sueho abt... en las Malvinas”, dice un adolescente durante una crisis peiedtien, No dice: s0fé ‘oon’ Las Malvinas, lo que ublese sido un lenguaje rie~ rotieo. ¥ tampoco se trata de un lapsus, “Las Malvinas’ son algo donde puade quedar apresado (es uno ce 103 desencadenantes del delirio, el muchacko tenia cor on viedo e Ja.guorra) a Ia vea que un elemento ‘dentro’ de su cabeza como suleho, Si fracase la constitucién de este tubo, como sucode en docursos psledticos, el sujeto 0 ‘pion funciona como pura superficie anexada al Otro o bien se vivencia como agujereado a la manera det split. ting (Bion), Ademés, aumnqtte no se egue a una destin clon de este tipo, la futura separacién primorcie! del querpo materno (represién originaria) s8 ve muy per- turbada si la madre no ha podido ser retenide como Jo cual es condicién necesaria para in produc: agos que durante el segundo semestze empic- ozarse, ) Fabrieacién de un espacio tridimensional: s6lo quiero marear Jo sigifente: el viraje que se iinprime shora a los Sgtes. del sujeto, a pequerios a como el céle- bre carretel del nieto de Freud, osté destinado a inven. * un espacio otro del cuerpo materno, Pues serie muy sto decit que el pequefio arroja cosas afuera: an- iL arvojar, con la mano y también con la pale bra, produce por primera vez un afuera que no existia. Correlativo e esto el jugar se despliega shorn en poner nombres, inventando asi los nombres. Funcién esenciel tamblen al for+/da, si nombrar algo es to de los modos pera Hberarse de él en cuanto cosa cue se ebalanse, ‘Aqui si la distinclén interno/extemo cobra sentido, lon- tamonte, ieiones senuates: (que 4) Fabricacion de ident! fumelonerdn como tn sopos los dispositivcs pulsio- ). No voy @ abundar en esto, pues se trata de lo lero que en el campo del jugar descubris el PSA’ 145 desde Ia prictica de posiciones soxuales fentaseadas Guegos ai pep, a Ia mamé, con muiiecns, soldados, eto.) hasia la claboraciom por él jugar ce teorfas sexuales, fngustias de castract6n, ambivalencias ligadas a la six suacida edipica, etc, Sin olvidar las a veces di tuaciones relacionadas con ol “complejo éo intrusisn”, Jusiamente Jo signitieativo reside aqui en esa transfor mnelén de lo Reat do la pulai6n on Sgte., por eso misino Ja condicion para que el juego siga es que la erotizacion ‘mediaia se mantenga reprimide, 5) Fabricacion de un nuevo espacio transictonal: tras la Jaienoia, cuya noia distintiva serd el incorporar el jugar al proceso secundario (del garebato a las re. slas) y por olra parle —algo que no deja de tener que ver con el poco atractivo qite, desde Klein en adelante, el nifo en esta fase para el PSA— practicar olerta destalicizacién del sujeio, algo del encanto dol bebé que eve (época en que en clevtas madres recrucece un deseo 4e hijo), un replantoamionto muy importante del jugar acasce durante te adolescencla, replanteamiento al. que todavia ol PSA no se dedles 1o bastante, y que involuera el espacio transicional en st conjunto. (NO es un azar que el enalista que ha escrito los trabajos més impor- tantes sobre el adolescente sea Winnicott). Puede decir. se que se da una ampliacion sustanclal de los materi. Jes titilicables como Sges. del sujeto, incluyendo Ia po- tuto); ol fort/da se rocrea sobre. un nuevo eje, de im- portancia fundemental: 1o famillar/lo extrefamiliar, Las formaciones de euperticie y de continente/contenido so recrean soore el nuevo despedazamicnto del cuerpo y , para no hablar del pro- muestionamienio de 1a sexutlidad, Ahora bien: es esencial calibrar Ia importancia y extensién de los 146 juegos en la adolescencia, sin to cual los analistas (y hho s6lo ellos) hen Ilogado’a ver actings outs, perversio- nos y hasta psicotizacién donde sdlo hebfa jugares. .. Es sustanciel comprender que el terreno s9 desplaza ha- cia lo ‘psicodramético’: se Juzera con IGeologias siempre tomadas tan en serio (por Io mismo que se trata de précticas idieas) con metamorfosis sextsles, con pse ‘oadicciones, hasta con Sgtes. del Superyo. Por eso Ia verdadera patologia adolescente reencuentra 1a del nifio pedtieno, apenas asoma la impostbilided veridica do ju gar, Se ugard al adulto, sobre todo y por sobre todo, muchas veoes, por ejemplo, psicoanalizéndose @ 1a ma rere del adulto y engafiando asi al analista. Trénsito ® través del cual Jo que ¢l analiste acompaia seré en ge neral més valioso que lo quo pretenda decir. Acompane fa la espera, Porque aun resta una carta decisiva pare €l futuro: gse podré investir o] ‘trabajo’, an su dimension social coma juego o habré que practicar una disociacioa? Problemitica tan importante como aquella en que el PSA encuentra el amor disyunto del deseo. Pues alll donde no se puede jugar el sujeto ests pordido, ‘Be lo que restiena en Ia pesadilla de un pequello Pldclente de ¢ atios, pactente algo en impasse como fclo le uma madre con franoos rasgos obsesivos, y afectado de una cierta demanda que, por ejemplo, a fuerce do pecir juguetes nuevoe lo ostorba el jugar. Consiste pric- ifeamente en una frase, més Ja sensacidén de engustio: los Juguetes, en su ouarto, so guardan solos. Se. Recor dat 2 Tegendre al respecto analiza de este forma ‘gramatical como prototipo de un discurso-Amo (v. tam- jbién “So pega, ..”). Los Sgtes. del Superyo han ganedo ie partida, Extraviado en un espacio yeoio, ol sujeto no puede con el retorno de su angustie. RICARDO_RODULFO Ostubre 1985 ut

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