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John W, Sider a gan ates wee Interpretar las parabolas Guia hermenéutica de su significado BIBLIOTEGA DE sESUS ROL M._sp_8, Sa sw Faau0 John We Sider es profesor de Lengua inglesa en Westmont College, Santa Bicbara (California). © SAN FABLO 1997 (rotasio Gomen, 1-15. 28027 Madd) TUL O1) 742.51 13.» Fax (1) 743 $7 23 - (© Zondervan Publishing House, Grand Rapid, Michigan 1995, Titulo oxiginal: Interpreting the Buables “ead por Juan Palla Moreno Disriucén: SAN PABLO, Diisis Comercial Rena taaat Mai» te 38 9578 = Fx 5052050 igt'staseose Depot eal NL 8361992 of ten Cras Coc, 28970 Humsnes Maid {fein ap Peed Spin Prélogo ‘Como la mayor parte de las empresas interdisciplinares, este libro reclama cierta explicacién, Cuando Moisés Silva pro- puso que se hiciera una guia hermenéutica de las parsbo- fas para estudiantes universitarios y seminatistas, supimos {que no seria un libro de texto convencional ni en el conte- nido ni en el método. Al acercarme al estudio ctitico de las parabolas como profesor de lengua inglesa, me encontré con luna teoria de Ia alegoria enteramente ajena a mi experien- cia con obras literarias de muy diferentes épocas y lugares. De un libro de texto bisico suele esperarse que se atenga a terreno bien conocido y que trate el tema en cuestidn des- de perspectivas familiares y siguiendo los métodos habitua- les; este libro, sin embargo, es un desaffo a la sabidurta tra dicional acerca de las parabolas, y se emplean en él métodos ‘mas comunes en las clases de literatura que en los cursos de heemenéutica biblica La experiencia de una disciplina puede ser itil en otra, aunque los estudiosos de las literaturas biblicas y los de las no biblicas tienen maneras particularmente dstintas de pen- sar y escribir. Este intento mio de tender un puente entre ambas riberas debe mucho a la ayuda de Moisés Silva y de los editores de Zondervan, James Ruark y Patti Picardi ‘Los estudiantes de Westmont College, alo largo de una década de clases de anslisis literario, me han ayudado a ddesarrollar los conceptos y métodos que aparecen en este libro; mi agradecimiento a todos ellos, y especialmente 2 Joel y Michelle Pelsue, de quienes he sido tutor en un es- tudio experimental sobre [a primera parte del libro. Mi s agradecimiento también a George V. Blankenbaker, decano dde Westmont College, por el tiempo sabstico concedidoy, a Robert Gundry, por su consejo y estimulo; a Ned Divelbiss ¥y Diane Ziliotto, por sus muchos servicios en lo tocante a fas referencias bibliogeificas; y a Zachary Taylor Ralston, por habetme presentado al cardenal Cajetan y por haber: ze introducido en la analogfa de proporcionalidad. Pero mi mayor deuda es la contralda con mi mujer, Anna Introduccién Hace una generacién, un intérprete de las parabolas de Je- sis consideraba hilarante ironia el que otro intérprete ten~ diera, a pesar suyo, a leet las pardbolas alegéricamente (Black, acerea de la pardbola de los viadores homicidas) Uno se pregunta si el Dr. Dodd, mientras pone la alegora en la calle por la puerta, no deja que se le cuele por Ia vent: fa... Se las arcegla para seevitse de Ia alegorla, negando al ‘mismo tiempo. que se trate de alegoria —se podria decir que sieve a Dios (tlicher)y al diablo (a alegoria)—» Exe «olérsele por la ventana» Ia alegorfa a Dodd era sin duda inadvertido, porque este niega rotundamente la pre- sencia de la alegoria en las pardbolas de Jesis, Aunque la mayor parte de los intérpretes eran de si misma opinién, habia también exégetas, como Baird, Brown y Hunter, que ppensaban de orto modo, En nuestros dia, son cada veo mis los intérpretes (por ejemplo, Blomberg que, con raz6n, re- chazan como insostenible la ‘antigua distincién —con un six glo de veterania— de Jilicher entre pardbola (un telato rea Hista con un punto de comparaci6n) y alegoria (un relato no realista con varios puntos de comparacion). Se puede ha- lar wna amplia confirmacién de esto revisando la literati ta antigua y moderna sobre el particular, lo que revela la hhabitwal unin de parabola y alegorfa tal como tradicio- nnalmente venia definiéndolas y distinguiéndolas la exége sis etitica de las parabola. aor qué intérpretes como Dodd o Jeremias alegorizaban 7 sin darse cuenta las pardbolas, a pesar de su adhesin a la feor'a del punto nico? Estaban respondiendo a la significa cidn real de las parsbolas, y su instinto y reflejos ticitos de intérpretes eran mis fables que la teoria que profesaban —aungue su teoria estorbaba con frecuencia Sus observacio- nes sobre el significado de las parsbolas—. Entretanto, la prictica general de los eriticos que se ocupaban de las lite- Faturas no biblicas no admit esta distincién tajante entre parabola y alegorias. ‘Una de las exzones de esta anomalfa es que los métodos ‘comunes en la interpretacisn biblica —incliyendo las ideas de Jilicher sobre la parabola y la alegorfa— se habfan im= plantado ya por el tiempo en que se difundieron e hicie- ron familiares los estudios académicos sobee las literatueas modernas, como Ia inglesa, hace poco més de una centu- fia, Durante mucho tiempo los estudios sobre las parabo~ las se hicieron précticamente al margen de la investigacién sobre la literaturas no biblicas. Una segunda razén es que {gran nimero de investigadores biblicos no han Teido la su ficiemte literatura extrabiblica como para comprobar por st mismos hasta qué punto es artificial Ia distineion entre pa~ ribola y alegoria. Ademas, la investigacin biblica reciente se ha visto obstaculizada por una mayor atencién a la te0- ria literaria que a la prictica de la critica literaria. La pric tica critica, como mas adelante veremos, seria un ejercicio mas itil que la teoria critica para la interpretacin de la Bi- blia, Por iltimo, los estudiosos de la Biblia han recibido muy ca ayuda, tanto en la feoria como en la prictica, de los estudiosos de la literatura en general (Sider 1981). Son po- «as las personas fuera del campo de la exégesis biblica que hhan publicado alguna réplica a lo que los investigadores de Ja Biblia dicen acerca de las parsbolas. 1. Teoria eritica contra practica critica Por eso, los estudiosos de la Biblia podrian desear saber cust es la opinién comin de la critica lteratia general sobre las pardbolas; pero, desgraciadamente, esta opinién comin no 8 evist, La eriien préctiea de nuestas revises literaras re Yela falta de consenso.en cuanto-a la manera en que debe tia lerse Ia Iteratra en general 0 cules su principal va- lor. ta mayor parte de os crticos practicos conscen Y aprovechan las ditintasteoriasltersris que se an ido i ein al Ingo dee ilo, peo wn aera vada ‘mente s praxis de acuerdo con cada nueva teora 81 uno ice nuestens revista en lugar de escichar las valoraciones aie suelen hacerse de las teoras, resulta evidente que la Prictica no se deja dominar por la vima teria tecien le Enda, Por consiguiente, os investigadores de la Biblia no pues den saber en qué conse de hecho nuestra critica leyendo In teoria, por mis que los que menos famiiriados extn con nuestra praxis sean probablemente fos que mis con- vencidos estén de que pueden hacerlo, Puesto que no hay onsenso, este libro no puede presntar lr perspectva lite raria de [as parabola, sino simplemente we perspctva li feraria, una cuya erediblidad depende de la evidencia de Ton texton de lt parsboas &Cémo desarolan los estudiosos del inglés y otras lene 15s modernas ss principios pricicos por io que se refire ffs literatura en general? La'mayor parte nose ineresan beatae oe xia deen comidracone fob la belleza dela forma y cl esl por mis que de: fiendan la vaiden de este sccrcamiento,fnvocan la esta Princpalmente como sn medio de cara ala historia de ls Ideas, la pscologa, a sociology I relgiin —y skimamen- te tambien en wits dela politica. ¥. lo que es mas ims portant, al igual gue los mejores exudiosos dela Bibl, ho ae tan a na Sinica teoralteratia-—nia una combina: in eeléctica-~ como instamento excasva pars todos los textos. En lugar de aplicar deductivamente a todos los tex: tos una teorn preconcebids, por madio de la obseroaciin Induct se claboran instruments especialmente adecusdos a cada texto en particule. Este espero y senibilidad hae fia el contenido de los textos literaios Caractevia a gran parte de los estudiosimerpretativos dela eit prdcten I principio de sentido comin por el que se guia el ° fabricate de nuevas herramientas para automéviles es la improvisacidn ecléctica; y lo mismo se puede decir del fisi {co que innova en las matemsticas para tratar nuevos pro- blemas. En la praxis de la critica literaria general esta improvisacién eclécrica da lugar a la creacién de un insteu- mento de trabajo de distinto tipo al de los te6ricos, un ins- trumento de trabajo que puede ser mis beneficioso de ma- nea inmediata para fa interpretacin que el, de estos. En fambas disciplinas, a literariay la bibliea, el discurso sobre los métodos esti dominado, comprensiblemente, por tedri- cos natos como Frye y Derrida, Pero estos estan menos intere sados en la interpretacién conereta de los textos que en fi- losofar sobre lo que puede hacer y ser la literatura; las obras literaria son para ellos ocasién para elaborar sus ideas filos6- ficas sobre el lenguaje. Son muchos los tedricos que no consideran como su objetivo primordial 1a interpretacién prictica, De hecho, algunos departamentos de inglés han abandonado la enseftanza de la poesfa como un corpus lite- ratio para ser leido en favor de la teorizacidn abstracta Los tesricos que pasan mis tiempo filosofando que le- yendo todo tipo de textos no son los mejores guias sobre el contenido de la lreratura. Los investigadores biblicos que Teen teoria con escasa experiencia dela literatura en su con- junto, no estan caalificados para jazgar hasta qué punto una teoria se ajusta los hechos tal como se observa. Ast, por cjemplo, Longman advierte que «las teorias seculares.., co inciden en su negacidn de la relevancia del autor». Los te6- ricos que dicen esto exageran; Ia praxis de Ia eritica es di- ferente. Muchos de los libros recientes sobre obras de Shakespeare, Milton y Spenser toman a los autores muy en serio, La prictica de los intérpretes es mejor gula para el funcionamiento de la literatura que las teorias crticas y, sin embargo, todavia no es la mejor guia disponible. Los est diosos de la Biblia deherfan dedicarse menos a los mode- los de la praxis critica y més al contacto directo, extenso y de primera mano, con In enorme y vatiada masa de as fobras literarias existentes. En siglos pasados, los intéepee- tes de la Biblia reconocieron el valor de la experiencia lite> rarla general. Lewis llamé la atenciin sobre este punto afios 10 antes de que se produjera la oleada de acercamientos declaradamenteliterarios» a las patdbolas. Desgraciads- imente, la mayor parte de estos acereamientos se basan pri Cipalmente en teorlas, mis que en el conocitmcneo ammpio. ae tenga el investigador de fa literatura en general. Los rtudiosos de [a Biblia se muestran eacios a veces a recor nocer el valor de las analogias con fa literarura no biblica, considerindolas como irelevantes pata la interpretacion de tos textos bblicos. Lo cierto es que una experiencia amplia dle Ia literatura secular es absolutamente esencal para la comprensién acertada del texto de una pardbol, 0 de otros snuchos textos de la Biblia Las teorfascrticas existentes no proporcionan un pata- digmea adecuado para las pardbolas. Crown, al buscar este paradigms, simplifia indebidamente la teora de Lewis que Uivide las metiforas en «magstrales (simples herramientas, del pensamiento preconcebido de un autor) y disipularese Gostrumentos de'exploracion, no conciusos que us el au tor en sur indagaciones). Mientras Lewis dice que la mas yor parte de las metiforas se sitdan entre estos dos extte- mos, Crossan, arbirarlamente,asegura que algunas de las pardbolas de Jess pertenecen al extremo dlscipular. Labi queda de un paradigma tedrico adecuado para las parsbo- ths lleva tambien a estucturalitas como Patte a metet por Ia fuerea Tas pardbolas dentro de categorias pensadas para telator muy diferentes —relatos que, a diferencia de las pa rabolas de Jess, no tienen et propbsito nico de funcionar como analogiae-—~. Empefado en esta misma busca, Via Sdopta la teoria de que la verdadera literatura es esttea. mente autOnoma del mundo teal, y aplica esta teoria alos textos menos apropiades para ella, porque la funcion prin- Cipal de ls partbolas de fests, como la de todas las analo- fs, es sefalar mas alld del mando de la creacin artitca, de lo que existe, se mucve y acontece en este mundo ima: inario,dirgiendo nuestra atencin a a verdad del mun do.en que vivimos Tos mas grandes exégetas de las pardbolas —como Jeremias— han cultivado un eclecticism inductivo leno de sentido comin. Han hecho uso siempre de Tos acercar a rmientos lterarios (ef partes 2 y 3), aunque sin teoriaar tan abiertamente como las recientes aproximaciones literarias a las paribolas. Sin embargo, no han llevado sus observacio nes inductivas lo suficientemente lejos como para articular el funcionamiento esencial de las parsholas como analogias. En esto consiste mi propdsito. La mayor parte de los libros, sobre las parabolas (ilicher, Hunter, Lambrecht, Stein.) fempiezan desarrollando una teoria basada en argumentos abstractos y deductivos, antes de dirigir su atencidn a las, rmismas parabolas. Pero, a lo largo de este libro, lo que se hace es extract argumentos inductivos de ejemplos concre- tos de los evangelios para apoyar la teoria que se pretende Sesareollar. En tugar de adoptar un punto de vista litera rio basado en otra literatura, sigo el planteamiento general de la critica préctica y me pregunto: éDe qué se trata? Qué es lo mis importante en estos textos? —. La imprecision de esta manera de expresarse ha llevado a muchos intérpretes a considerar errdneamente la alegoria una forma 0 género literario espectfico, en lugar de un recurso retérico que nun- «a aparece por si mismo como tal salegoria», sino siempre como figura lteraria que se presenta bajo otro nombre. En rigor, no existen las alegorias», sino sélo relatos alegoricos como The Pilgrim’s Progress — dramas, proverbios, apo- calipsis, etc, alegoricos Puesto que la alegoria puede aparece en principio en to: dos los géneros literarios, sus formas serin tan diversas como lo'son las formas lterarias. Jlicher, sin embargo, ig 14 nora esta divetsidad, definiendo la alegoria como un géne fo aparte con caractristias fis: Ia forma, earactertzada siempre por el simbolismo en todos los rasgos de semejan- za entre [a magen y cl objeto; y el contenido, constiuido Jnvariablemente por elementos irealsy absolutamente ima. inarios. Al desterrar toda Imerpretacton alegoica de las Pardbola,Jtlicherrechaza toda intenciOn alegorca en Je- fis, y define la «pardbola» como el extremo estictamente “opuiesto‘a Ia ealegoriay, ex decir, con un contenido riguro- Samente realista y con'wn Ginico punto de semtejanzay por ‘muy desareollada que esté la pardbola, sta falsadicoromtaentee In parabola y la alegorta distor: siona la percepeién de Ia alegoria literaria que tienen los exégetasPor ejemplo, cuando el Christan de Bunyan en- ucntra una sala con fanto polvo que no puede barterse a tmenos que se riegue antes con agua, evidentemente neces tamos que se nos explique el simbolismo, Pero es un error de Jones deducir de ete caso mds bien atipico que es pro- pio dela alegoria el no ser comprensible sin la clave de in- Terpretacion. Porque lo que ocutre es que acabamos de en- contrarnos can un nuevo personaje Interpreter, Bunyan hos propone un misteio para mostrar sue facultades: “La Sala es el coraadn del hombre... Como cualquier elisico popular, The Pilgrim's Progress estan claro como la Bibl Beno ter por esa falsa teora de la alegora, ningin est- dogo dita otra cos, °A pesat de la obra reciente de Boucher y Blomberg, la falsa dicotomia a que nos referimos rea también interpre- taciones distorsionadas de las parabola Muchos exegctas niegan, con Dodd, que una parabola como la del serbea~ dor tenga ningn Contenido clegérica pucsto que ea reali ta, del mismo modo que Jeremias dice dela del hilo pr6- digo que ano cs una alcgorfa, sino una historia sacada de indie 2 conclnn aie el reat dl sembrador no Suede fencr més que un punto de comparacién, y que le Elsborada inerpretacin andpica debe de ser un aad Ge los evangrlita o de sus rentes Siguicnd este mismo razonamiento, se podtfa decir también que, dado que la ale- gorfa del cuerpo de Cristo que presents Pablo (1Cor 42,14 1s 21) hace hablar, de manera muy poco relist, a los miem bros del cuerpo, cada tno de estos miembros —el pie la mano, el oldo, el ojo deberia tener consiguientemente un Soin propos sin embargo, e evdee ue abo no tetablece mds que un punto de comparacion: el bienestar {et conjunto depende de cada una dela partes. Ya a in- versa, se podria arghie igualmente que, dado que muchos Ue los eptodios de Fuerte Queene, de Spenser (vi. 1-73, Mi.1-34 Ilkixc-x.17), son perlectamente realists, estos hhan de fener un dnico punto de comparacion; sin embar- 0, todos tienen més de uno, a veces docenas. Algunos in- terpretes modernos que, con Stein, siguen resistiendose “explotar los detaes,tenden aresumit una parabola con Pleja en un lenguaje que pretendeestablecer un nico put fo de comparactn pero que en realidad esti seBalando mas de uno. Aunque Jeremias dice que sGlo en evatro pardbo- tas hay dos puntos de comparacon, sin darse event, en la parabola dela semilla que erece sola sefala, como veremos, Scho puntos, y mis adn en la del siervo despiadado, Una tirade objetiva por la retrica de la alegoria en general {incluyendo la Biblis) muestra que los puntos simbdlicos pueden ser muchos 0 pocos [ilicher no neccsitaba la teoria del punto Gnico. Las interpretaciones aleg6ricas estaban basadas en una visiGn sacramental de toda fa Escritura, que desde los tiempos Pattisticos se intepretaba de manera tan alegrica como las parabola. Podia hace atacado la exegesis alegoria cn Be- heral, reconociendo al mismo tiempo con toda libertad el complejo simbolismo figurativo de las pardbolas. (Para mis detalles de su teorfavéase el apéndice 1). ‘Algunos interpretes se encuentran incémodos con la limitacién de Tas pardbolas a un Gnico punto de compara- cidny pero sigen considerandola la nls alternativa jst ficada frente ala iterpretacion alegorica, iia y arbitra rin, de todos fos detalles. Si admitimos mis de tn panto Simbolico, se preguntan, éno seréatbitraio el trazar una I nea que impids fx invasion del simboliamo? Sin embargo, In interpretacin profana, sin dejarse Hevar por la atbitex riedad,erara la linea que separ la lectotaalegéric leat 16 1ma de los detalles simbélicos, de la alegoriracinilgitima de detalles que s6io tienen un significado literal. Lo que no Se puede es trazar esta linea estableciendo una norma tan simple como la de Blomberg. (Este sugiere que se limiten los puntos de una parabola al nimero de personajes princi pales; pero esto es una simplifcacion exeesiva de Ia ces tin. Con frecuencia sus palabras estén sefalando varios Puntos donde él pretende presentar uno solo). Los temas Iratados en la segunda y tercera parte constitayen wa red de pstas complementaras,semejantes a las que se sguen en la delimitacién del simbolismo en la literatura profana, que pueden llevar a una certidumbre raconable sobre los rasgos de las pardbolas que son figurativosy los que son so lite rales e incidentals. Estas pista son las que conducen a la interpretaign més primitiva de la parabola de los vinadores homieidas, la que fos mismos jefes de los jadfos hacen cuando sintentaban prenderlo, porgue comprendieron que la parabola iba por éllose (Me 12,12). Aqut Jess dessrrola una anslogia has- ta converte en una eomiplejaalegora. «Como detecta los jefes de os judios la correspondencia enete los arrendatse ios de la vifa y ellos mismos? Hay varias pistas que los conducen en la direccidn acertada. En primer lugar bys tacién de confrontacién con Jesis hace que experen del una réplica. Ellos lo han desafiado diteceamente (Mc 11,28): séCon qué autoridad haces todo esto? El se ha negado a comes, pero pueden saponet my bien gue exe ragico relat sea una fespuestaindizecta. En segundo Iu 21 los simbolos tradicionales que aparecen en la deserip- idn inicial de la viha sean claramente cual es ol lugar de las autoridades judias en la analog. Las primerss pale bras de Jess son prdcticamente una cita de Is 51-2, yen 5,7 se dice: «La vita del Sehor todopoderoso es el pueblo de Israels. Los vifadores arrendatarios a quienes se ha en- comendado su cuidado deben de ser Tos sumos sacerdotes, los escibas y los ancianos. En tercer gar, la estructura de la analogia aclara algunos detalles. Las correspondencias, simblieas bisicasindican que los tiados deben de ser los profetas,y el mal tato que reciben, el desprecio de las au- 7 toridades hacia la palabra profétca. Estos hombres just: ‘mente han rechazado la autoridad divina de Juan el Bau- tia) Y Jess sedala can larsmene los motivas que tienen pata acaar con st vida (patentes ya en Mc 3,6) que pac den reconocer en €lficlmenteal hi del propietario. En anrto lager, pata deshacer cualquier duda, Jess, com el Comentario qe hace, reclama pata sel price puesto en al plan de Dios, a pesar de la oposcion (Me 12,10): «La piedra que desecharon los arquitectos se ha convertdo en Fiedia angular. Las autordades comprenden el punto de comparacidn de Jesiis, y tratan de prenderlo, Thro estos oyentes originales padieron no haber com- prendido ottos puntos importantes. Aamo de fo exiados [e'fivieron en in cabera: acaso una alusién a la deeapite cio de Juan. La expresién sau hijo querido~ pede recor dar la you del cielo que oy Jesis en su bautomo (Me 111). ‘Lo echaron fuera dela ws puede referise ala crucifixion de Jestis fuera de Jerusalén (Jn 19,20). Y équé decir de la expresion sla hecenciaserd muestra? (12.7). es también Sinbolica, oes s6lo una manera de desarollar el argumen- to? Para tesponder a estas cuestiones, wn interpete riguro fo y esponsable habrd de seguir todas as pista, incluyen- do las que guian la iterpretacin de ls atoridades judas datos internos, como la estructura y el comentario (sgn: da parte), y datos externos, como Ia stuaciony lo simbo- los tradicinales (errs parte). Solo a través de un andlisis completo de la Logica analogca de Tas paabolas que cesumuimos en la formla ‘ABeat, pero que sucle ser compleja¢ imprevisblemente watiads— se puede cantar toda la extensin de lo que ee tt podiian sigifcar¥ s6lo.a través de un examen sist mitico de todos los aapectos se pede determinan, en ls tmedida en que esto es posible, lo que de hecho signifcan 3. La interpretacién de las parsbolas como analogias De la praxis de este libro se deriva una hipétesis de traba- jo que ha de ser comprobada y confirmada, o modificad, por la propia experiencia del lector. Este es ef método que sigo en mi curso de andlisisliterario en Westmont College, cn el que presento diversas técnicas de interpretacin y ayu- do a los estudiantes a examinat la préctica de un ertico de prestigio en algin extracto publicado por él, que sitva para ilustrar cada una de las eéenicas. Lucgo critica los experi rmentos de los estudiantes con una técnica determinada en tun ejereicio preliminar y les hago escribir un ensayo formal de iterpretacn en el ue se aplique dha tenis Este libro pretende guiar a los lectores a través de una serie de ejercicios pricticas dentro de la amplia gama de téc- nicas basicas que los estudiosos de la Biblia han mostrado ser tiles para las paribolas. Casi todos los temas se intro dducen a través de textos tomados de exégesis ya existentes, los «modelos interpretativoss, seguidos de un andlisis mio ccon el que trato de ayudar a los lectores a valorar los dis tintos métodos de los exégetas. Los ejercicios pricticas es tin ditigidos primariamente a estudiantes que usen estas paginas como libro de texto, con el fin de animarlos a ex: Perimentar los diferentes métodos y a hacer lo que todo buen eritico hace: mejorar los modelos y trabajos anterio: res en la medida de lo posible. En la conclusién del libro se anima a los lectores a integrar los dstintos métodos, Los modelos interpretativos expresan concepciones di- versas de lo que es una paribola y cémo funciona. Han sido clegidos por su utilidad, no necesariamente para compen- diar 0 aprobar la labor entera de su autor. No todos los exégetas aprobarfan todas y cada una de las conclusiones gue yo saco de su trabajo, ni estarfan de acuerdo con to- dos los comentarios que hago. Los modelos muestran de paso algo més: que em la practica de los exégetas respon sables esté contenida ya, aunque en su mayor parte de ma- nnera implicita, lo fundamental de una teoria literaia més completa coberente que todas las que hasta ahora se han 9 formulado para las partbolas. Es dect, que hay poco en este libro que sea nuevo para la préctica de los especialistas en la interpretacisn de las parabolas, pero mucho que hasta, ahora no ha sido descrito sistemsticamente, Las modelos estin tomados de estudios bien conocidos, pero la descripcién que hago de Ia teoria latente que subyace en ellos puede resultar poco familiar. La primera parte no son precisamente xejercicios de lectura fapida» Dedicar tiempo a los ejercicios puede ser lo més importan- te. Como en las matemsticas, estamos tratando con proce: 808 légicos, y los ejercicios son la mejor manera de com: prenderlos. Para asimilar el dlgebra, Ia mayoria de nosotros hnecesitamos hacer algo més que mirar pasivamente al pro- fesor resolver ecuaciones; pues, de igual manera, los ejer cicios sobre las pardbolas servirin tanto para desarrollar ddestrezas pricticas como para configurae una teorta litera- tia de las pardbolas. Ciertas ideas resultarin claras a primera vista; otros conceptos, aunque requieran mayor nlimero de ejercicios, pueden plantear cuestiones ficilmente aplicables 2 otras parabola En el libro se plantean cuestiones que puedan ser stiles para quienes no fengan una preparacion lieraria especiali- aada. Esto significa que se excluyen los acercamientos fstructuralistas y deconstruccionistas, asf como las lectaras freudianas, marxistas, feministas y existencialistas, y todo acercamiento demasiado semejante a una visi6n politica tunlateral, Los estudiantes necesitan una amplia experien- cia de critica prictica antes de poder discernir si una teo- ra responde a la naturaleza de gran niimero de parsbolas, de unas cuantas, 0 de ninguna. Los conceptos elementales ¥ las técnieas de Ia erttica practica son esenciales (con sus distintas aplicaciones) para cada una de estas teorias espe ciales. Para lo referente a la historia de la interpretacién de las parabolas, véanse las obras de Kissinger y Blomberg. La mayor parte de los estudiosos de los tilkimos tiempos hhan tratado de determinar las tradiciones de dichos de Je stis que preceden a los textos de nuestros evangelios, y de dlistinguir entre sus palabras auténticas (las jpsisima verba, ‘como las Haman) y la redaccién que hacen los evangelistas 20 de las parsbolas, ya que aquellas pudieran haber sido ale fadas en lay décadas que tanscurtieron entre el ministerio. de Jesis y la redaceign de los evangelion. Pero en este le bro no se trata de hacer nada de esto, Una de las razones 3 que Blomberg argumenta de manera muy convincente en favor de la autenticidad esencial de las pardbolas eal como estan en los textos evangélicos. Otra razén, por sf misma oncluyente es que los resultados de los eraditosintentos de recone sn may poco convinents yl ein ‘originale de las palabras de Jesés que presentan depende tn gran medida de [a ecucla a la que pertenece el autor aque se lee. Las distintas conjeturas acres del final dela pa ribola del jue injusto (Le 18,1-8) son un caso famos0, pero én modo alguno tinico. Los exégetas no se ponen de scuet do sobre qué datos de los textos evangelicos son afiadidos Ssecundarios alas palabras originales de Jess, porque se ven obligados a usar humerosas hipétesis con un grado de prov babilidad que en el mejor de los casos es indisino,llegan- do a conclusiones que en buena Idgica son mucho menos probables (Sider 1983). ¥ todas estas reconstrucciones se Apoyan en diferentes ereores y en ideas literarias premata Fas. El trabajo de Jeremias, por cjemplo, ess fatalmente afectado por una sete de supuestos que hoy, cada vez mss, Se consideran como insostenibles asf Blomberg): que la ale gotiay las parsbolas som incompacibles; que Jess rara vez, © nunca, usa la alegortas yen consecueneis, que la mayor Parte de los elementos alegércos que hay en las versiones Evangélicas de las pardbolas son afadidos secundarios. Hay otros supuestos literarios que son superficiales y prematu- ros. Nadi ha hecho hasta ahora wn anliss literana sufcion- fementeriguroso de la pardbols tal como este los evan- gelios, que justifigue los juiciosliterarios con loz que los intérpretes suelen detectar la obra de los evangelistas 0 de sus informadores. Enel relat del buen samaritano, pot ejemplo (Le 10,25-37), sla desconexidn entre la pregunta Ya respucsta, ala que tanta importancia da Jalchen,y t0- dos los que lo siguen, lejos de estar refida con la parabo- Ia, es esencial para el punto de comparacisns (Funk 1966). Guanto mas aprende no sobre las caractersicas livrarias a de las pardbolas en su forma evangélica, mis ambiguos pa- reeen los argumentos en favor de las distintas reconstruc ciones de las «palabras auténticas» de Jesis. Segin Norman, Perrin (1976), «cuando hablamos de la interpeetacién de las pardbolas de Jestis en la actualidad, queremos decir la Interpretacin de las parabolas tal como Jeremias las ha re- construido, bien personalmente bien por la influencia ejer- tida sobre otros que han seguido el método que él desarro- lige, Pero en el estado actual de nuestros conacimientos, las versiones de las pardbolas contenidas en los evangelios ca- nGnicos nos acercan a las «pardbolas de Jest tanto como, ros es posible. (El significado de las parabolas en el evan- gelio de Toms es incierto, debido también a la falta de con- senso en las especulaciones de los investigadores sobre sus origenes y evolucién). En rigor, el titulo de este libro de- beria ser «Interpretar las parabolas de Jesis segin los cua: tro evangelios». 2 PRIMERA PARTE La estructura argumental en las parabolas Dado que lo que hace que wna pardbola sea pardbola es la analog, es menester analiza la forma tipica de las ana logis de Jess, que es la comparacién proporcional, 9 s4 contenido invariable, que es el argumento.0 razonamien to. Empezaremos com las analogias mis simples, para pa sar después a examinar distintostipos de desarrollo. Alo Targo del camino encontraremos mumerosas evidencas de (que el desarolio natural de la analogies la alegorta. 1 Comparaciones proporcionales La I6gica que aparece en los breves dichos parabélicos de Jess consste en la analogia proporcional, tal como Jilicher sefiala. Su interpretacién de la parabola de los sietvos in- Stiles (Le 17,7-10) nos presenta la comparacién proporcio- nal en la parabola, ‘MoveLo INTERPRETATIVO Jilicher La relaci6n del disefpulo con Dios se compara a la de wn caclavo con st duefio, En este dlkimo cas, es evidente que tLesclave tiene que cumplir todas sus obligaciones sin e=- perar que le den las gracias; y el mismo principio se apli= x también como criterio Gnico en la vida expiitual Jess es tratando de hacer comprender 3 sus discfpu- los que ni el mejor hombre puede hacer mis de lo que es su obligacin, que puede exigir tanto agradecimiento por pate de Dice coma un escava hacendoso e infatigable de En el andlisis de Jalicher aparecen dos pasos esenciales para la interpretacién de cualquier parabola. En primer lugar identifica las dos cosas que se comparan en la analogia. El tema de que trata Jess, el asunto de la parabola (Sache en aleman), ¢s la relacidn del disefpulo con Dios»; $0 repre Sentacion, la expresién de la parabola (en aleman Bild), es as sla de un esclavo con su duefio». (Algunos exégetas han Ila- mado a estas dos partes de las comparaciones de Jess =pat- te real» y =parte imaginatiay; en la critica profana, sin em Dargo, suelen usarse los vocablos asunto y expresion). Asi seria [a forma proporcional de estos términos anslogos. ASUNTO EXPRESION discipulo : Dios eselavo : dueio Es decir: el discfpulo es a Dios lo que el esclavo a su due fio. Tal es la ligica de los similes y metéforas en general Levin sefala esto mismo en Macbeth, 1,7.25-28: «No ten~ fo espuca pra espolear los loos de mi Simo, sino slo! ASUNTO EXPRESION ambieién : énimo espuelas : [eaballo] En segundo lugar, Jilicher determina el punto de seme- janza: «Ni el mejor hombre puede hacer més de lo que es su obligaciéns. 2Cémo puede saber cusl de las posibles se- mejanzas entre los disefpulos y los siervos constituye Ia clave de lo que Jestis quiere decir? La pista ests en el comenta- rio final dé la parabola: «Asf también vosotros, cuando ha- yais hecho lo que se os haya ordenado, decid: “Somos siet- ‘vos iniiles; hemos hecho lo que debfamos hacer”». Para expresar este punto de semejanza, afadiremos una segun- dda linea ala formula. ASUNTO EXPRESION discipulo : Dios exclavo : duefio ‘con respecto a la imposibilidad de ir mas alld de la obligacién PUNTO DE SEMEJANZA. Esta es la dinica férmula que necesitamos para expresat la Jogica de todas las parabolas, excepto unas cuantas «his: torias ejemplarese: el buen samaritano (Le 10,25-37), el fa- riseo y el publicano (Le 18,9-14), el rico insensato (Le 26 12,13-21) y el rico epulén (Le 16,19-31) (Sider 1981). AL- ‘gunos llaman al punto de semejanza tertivom comparationis: expresidn latina gue significa «el tercer[término] de la com- pataciéns, considerando el asunco y la expresién el primer ¥y el segundo término respectivamente, ‘Como en toda analogia, Jesis va de lo conocido a lo desconocido. Ast, por ejemplo, en el pasaje del médico y el enfermo (Me 2,16-17). MovéLo INTERPRETATIVO Hunter Cuando los esribas pregunan por qué come con «publi- canos y pecadorese —es deci, hombres y mujeres de mala fama, gente que desempetaba profesiones deshonrosas 0 inmorales—, Jess replies «No tienen necesidad de médica, Tos sano, sino los enfermos». (No comprendéis por qué admito a estos marginados en mi compaia?TEstin enter- mos y necesitan ayuda!). Y afade, en uno de esos dichos ten Tos que revela el secreto de su presencia en el mundo: No he venide a lamar a ls justos, sino alos pecadoress. Hunter no tiene que decir, a la manera de Jilicher, que la relacién de los marginados con Jesis se compara ala de un tenfermo con el médico. Sus lectores comprenden perfects ‘mente la analogia, Pero las palabras de Jess implican que los marginados son a Jestis Io que el enfermo al médico. ASUNTO, EXPRESION. marginados : Jess = cenfermo : médico ‘con respecto a la necesidad de ayuda PUNTO DE SEMEJANZA. Las siguientes analogias de Shakespeare siguen también muy de cerca esta forma proporcional. En la primera se des- cribe a un actor aficionado recitando mal su texto; la se~ 7 ‘gunda expresa nuestra subordinaci6n a los planes de Dios; fen cuanto a la tercera, no necesita explicaci6n, 0) ASUNTO EXPRESION ‘Nerdaderamente, hs interpretado el prélogo como un nif sobee su caranillo: nora, pero sin compése, PUNTO DE SEMEJANZA. (El seo de wna noche de verano 5.1). ASUNTO EXPRESION actor torpe recitando nifto inexperto tun prélogo : su texto, el catamillo en To que se refiere ala emision de sonidos incoherentes. PUNTO DE SEMEJANZA. e ASUNTO EXPRESION ‘El cielo hace en nosotros Jo que nosotros hacemos de las antorchas, ‘que no las encendemos para ella misma. PUNTO DE SEMEJANZA. (Medi por medida 1.1, ASUNTO EXPRESION Dios : hombres Fy gghombtes + antorchas ‘con respecto a las intenciones, PUNTO DE SEMEJANZA. 8) ASUNTO EXPRESION Como las moscas pata los nifos joguetones somos para los diosess PUNTO DE SEMEJANZA. (El ry Lear 4.0, 26 ASUNTO, EXPRESION los hombres : los dioses = as moscas: los nirios con respecto al placer que encuentran en matat. PUNTO DE SEMEJANZA, En el cercer ejemplo, exceptuando la inversién gramati- cal del sujeto y el complemento, el lenguaje de Shakespeare cequivale exactamente a la manera en que nosottos expre- samos la proporcién: «Somos para los dioses como las mos teas para los nifios traviesose. Pero la logiea subyacente de Ta analogia se expresa de formas muy distintas en la super- ficie retorica, que casi nunca aparece de manera tan mani= fiestamente proporcional como en estos versos de Shakes- peare. Los ejemplos (1) y (2) son algo distintos,y los textos dde la mayor parte de las analogias —inclayendo la de los sietvos initiles y Ia del médico y el enfeemo— se alejan ‘mucho mis todavia de la formula, En la perfcopa del médico y el enfermo, ef significado cs tan simple y evidente que no necesitamos la formula para valorar la interpretacidn de Hunter; pero en muchas pars bolas el significado no resulta tan patente. Los intérpretes pueden coincidir, por ejemplo, acerca de lo que constituye Ja analogia bisica de la parabola del sembrador (Me 4,3- 8), pero estar en desacuerdo sobre cual es el punto de se mejanza. Mowry describe la parsbola como «na sosegada dobservacidn de que las desgracias son inevitables», porque «asf como el agricultor debe esperar distintas recompensas dde su trabajo, asf tambign Dios en el momento del juicio finale, Henry insiste en el bien y el mal: «La palabra de Dios se dispensa a todos sin distincidn», del mismo modo que Dios hace llover sobre justos ¢ injustos. Wilson dice que la interpretacién de Marcos subraya la contraposicién de las respuestas y, por tanto, «la responsabilidad de los oyentes Montefiore considera que el punto principal esta en el he- cho de que la semilla crece rpidamente en rerreno de pie ddras y zarzas, mientras que los buenos frutos necesitan si tiempo; de donde se deduce que la parabola sugiere, no la inminencia de la escatologta, sino wla recepeién gradual de 29 la enseianza [de Jess] por un mundo tardo y reticentes [La formula proporcional puede servirnos aqui para aclarar ‘estas divergencias de interpretacidn y decidir qué lectura (0 Teceuras) son preferibles. ASUNTO EXPRESION foyentes receptivos : = semilla que cae en tierra fyentes no receptivos ‘buena : semilla que cae fen mala tietea con respecto a (i) la diferencia de cantidad (Mowry) (2) la diferencia de calidad (Hleney) (G) la diferencia en la respuesta (Wilson respecto a Marcos) (4) ha diferencia en el tiempo (Montefiore). PUNTOS DE SEMEJANZA. Exceptuando ef manojo de historias ejemplares a que ya nos hemos referido, todas las parabolas de Jestis encierran festa légiea de la comparacién proporcional. En la pericopa del ladrén (Le 12,39-40; of Mr 24,43-44) la expresién (0 imagen) ests en el. 39: «El duefo de la casa [no sabe] a {qué hora va a venir el laden». El asunto (0 tema) se ex presa en el v. 40: -Vosotros [tampoco sabéis] cuindo ven- dd el Hijo del hombres; asf como el punto de semejanza: ‘sEstad preparados» ASUNTO. EXPRESION los diseipulos : la venida = el duefio de la casa del Hijo del hombre Ta venida del laden ccon respecto a la alerta frente a lo inesperado, PUNTO DE SEMEJANZA. Otro modelo interpretative ‘itil puede verse en Heard acerca de la parsbola del administrador infiel (Le 16,1-13). 30 Evencicio alas de la higuera que rebrota (Mec Ejercicios sobre las pare 13,28-29) y el siervo despiadado (Mt 18,23-35). 1, Determinad el significado fundamental del sejemplo de la higuera» (Me 13,285 -analogtar seria la mejor tea dluccién de parabole) seRalando el asunto y la expesin Segin el esquera cuatriparito de la proporcién mate- mitica, y colocando en una segunda linea el punto de Semejanza, fal como hemos hecho en los ejemplos ante- Flores. Colocad primera los dos terminos del astnto (a ia inquierds), haciendo del tema de Jess la primera parte del sujeto gramatical,y los dos términos de la expresin dlespues (en la derecha). Hay siempre mis de una ma- neta de straducite las pardbola de Jess a estos esque- ‘mas analdgicos. Esto servirs de ayuda para experimen far distintas posibilidades. Una vee determinada la ‘Grmula, comparadia con la de la pagina 201 2. Los relatos mas largos de Jesis también utiizan analogias proporcionales, a veces mis de una. Usando el mismo es {quema proporcional, sefalad la anslogia expresada en el punto central de fa parabola del siervo despiadado. Com- parad luego el resultado con la f6rmula de la pagina 69. La transcripeién rigurosa de la f6rmula puede ayudarnos ‘a determinat el auténtico significado del texto. Sin embar- 80, en su forma final, un comentario exegético sobre una parabola es mejor que se exprese en un lenguaje menos me Ccinico y mas legible, como hacen Jilicher y Hunter en los comentarios antes citados. La formulacién de la proporcién es sélo el principio, por supuesto. Nos plantearemos otras muchas cuestiones que pueden modificar esta presentacién bisica de la analogia, En toda pardbola, desde las simples afirmaciones hasta los relatos elaboradas, se deberia empezar por identificar esta analogfa basica. Las parsbolas mis largas de Jess son como las breves semejanzas de los siervos initles o el mé- 31 dico y el enfermo, en cuanto que el punto central consiste fn una analogia proporcional. Jesis usa muchas maneras de hablar en sus parabolas —preguntas, narraciones, prover: bios, ete—, pero estos distintos modos de expresarse en- cierran una sinica forma de pensamniento. La analogia es la principal nota literaria comin a todos los dichos de Jesis conocidos como parabola. Ninguna otra cosa justifica el que se metan en un mismo género materiales tan diversos: desde el proverbio de tres palabras de Le 4,23 hasta el re lato de veintidés versiculos del hijo prédigo (Le 15,11-32). Un dicho de Jests es una «pardbolav no porque exprese 0 implique un zelato, sino porque supone una comparscidn por analogia. 2 2 Elipsis retéricas A diferencia de los tres ejemplos tomados anteriormente de Shakespeare, el lenguaje de Jess en las parsbolas nunca expone [a femula proporcional de manera tan express, Nunca dice: «Vosotros, discipulos, sois a la venida del Hijo del hombre lo que el duefo de una casa al ladeén: es me- nnester que estéis alertar. En la mayor parte de las parbo- las hay tna elipsis (a omisiSn) de términos. Parte de a ana- logfa se sobrentiende. 1. Blipsis del asunto En la parabola de los siervos instiles, Jess menciona sélo cexpresamente la mitad del asunto (Le 17,10): «Asf también ‘yosottos... decid: "Somos siervos inatles; hemos hecho lo ‘que debamos hacer"». Podia haber dicho también la otra parte del asunto: ssiervos initles de Dios»: pero se sobren- tiende con bastante claridad. el diseipulo : (Dios) el esclavo : su duefio con respecto a la imposibilidad de ir més alla de la obligacién. Lo mismo ocurre con la parébola de los viadores ho- imicidas (Me 12,1-12; Me 21,33-46; Le 20,9-19): aunque Jestis nunca menciona el asunto, los sumos sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos comprendieron todos que «la pardbola iba por ellos» (Me 12,12). 3 arrendatarios de la visa: propietario con respecto al erimen y al castigo. liefes de Israel : Dios] = Pignsese en Ia novela de Orwell Rebelién en la granja, en Ia que nunea se menciona el asunto, 3, sin embargo, st caracteristca combinacién de «personajes» y situaciones no puede referirse mis que a Rusia durante [a revolucién, El contexto de una conversacién puede explicar tambien bas- tante bien el asunto de que se trata. En tna ocasin le pre- sguntaron a Paul McCartney: «Por qué no vuelven a -unir- se los Beatles?s, y este respondié: «No se puede recalentar un soutfflé, sin necesidad de explicar las correspondencias centre su imagen y el asunto de la pregunta. Sin embargo, después de ofr el relato del sembrador, los dliscipulos no acertaban a determinar el asunto de la ana- logia por sf mismos (Me 4,10): «Cuando se quedé a solasy los doce y los que estaban a su alrededor le preguntaron el significado de las parsbolass. Para explicar Ia del sembra dor, Jess va enumerando las correspondencias: «El sembra- dor siembra la palabra...» Ipredicador] : palabra = sembrador : semilla con respecto a la diferente acogida segtin los diferen- Las versiones de la pardbola de la levadura (Me 13,335, Le 13,20-21) no explicitan enteramente el asuntos tenemos gue adivinar parte de él Moveo ivTERPRETATVO Kistemaker EL punto de compsracisn de la parshola esté en que la levadura, una ver sfadida a la harina, cala en toda la mast Yy afecta'a todas las partiulas. La levadura est oculta & 4 | vista y, sn embargo, sus efectos son vsibles para todos. Asies como el reino de Dios manifiesta su poder y su pre= sencia en el mundo de hoy ‘Todos los clementos esenciales de esta interpretacién estin explicitos en el texto del evangelio, a excepcin de uno: «el mundo». Otros intérpretes han completado Ia analogia de ‘manera distinta; pero, dados los términos de la imagen y lo que dicen los evangelios acerca del Reino, se puede con siderar que Kistemaker ha hecho una buena eleccién. Reino : [el mundo} = a levadura : la masa con respecto a la capacidad de impregnacién. Con frecuencia, mentalmente, «ellenamos los huecos» de las parabolas sin pensar en nuestras elecciones. Esto puede admitirse en la lectura ordinaria de un texto, cuando nues- ‘to estado mental es espontineo, imaginativo y muy poco rellexivo. Pero el proceso de interpretaciin de un texto debe ser una prolongacién retrospectiva de la simple leetura de este. En este segundo momento uno trata de descubrit aque- los aspectos en que la leetura no era correcta, lo que sin drse cuenta habia interpretado mal o pasado por alto, lo {que habia lefdo erréneamente en cl texto, Aunque este se- sgundo proceso en cierto modo ha de seguir siendo esponté- neo € imaginativo, debe ser mas calculador, consciente y racional que la mera slectura», ‘Asi, por ejemplo, con la simple lectura de una parsbola ‘spontineamente intuimos la estructura de la analogia. Pero Para averiguar si nuestras intuiciones son correctas y com- pletas, necesitamos volver sobre esta experiencia de lectn- 1a, adoptando un método mas reflexivo: la interpretacion. En este segundo proceso, el punto de partida es la {érmula expresa de la proporcidn. Esta esquematizacion hace mis facil detectar las elecciones técitas que hacemos cuando intutivamente identificamos los términos de la analogia de jess —, sleyendo entre linease, reponemos todos los te Tinos omitdov= Le oemula hos Puede ayudar ambien 3s 1 dar razén de otras posibilidades que acaso no nos hayan venido a la mente en el acto de a lectura espontinea. Tratemos de aplicar la formula en una segunda lectura de la parabola de la levadurs, ‘Movevo inTERPRETATIvO Jeremias He aht la levadura, un trozo pequefio, que casi desaparece nla gran cantidad de harins la mujer amasa, lo cubre con lin palo deja estar Ia mezcla toda la noche y euando view ne por Is mafiana toda la masa ha fermentado... [Dice Je Sst] Con Ta misma seguridad con que de Is pequefa se- nilla de mostaza se produce el gran arbusto y del pequetio ttozo de levadura la masa fermentada, el milagro de Dios conveitté mi pequefia grey en el pueblo de Dios del tiem- po dela salvacion, que abareats 4 todos los pueblos. En lugar de usar las palabras de Jesis «el reino de Dios» para identificar el asunto, Jeremias especifica dos notas del Reino: los primeros diseipulos y el conjunto de todos los creyentes. Y como punto de semejanza elige un rasgo diss tinto de Ia expresidn: el contraste entre los comienzos y la plenitud Ipequetia grey] : todo el pueblo Tevadura 1 la masa [con respecto al crecimiento espectacular en el tiem: ol. Ipequefio trozo de) En la f6rmula se hace patente que Jeremias deduce mu cchas mas cosas del cexto. La interpretacién de Kistemaker dde la scapacidad de impregnacidns esté autorizada por la ‘expresion shasta que fermenta toda la masa», que aparece en el texto; puede justificar Jeremias la lectura que hace entre lineas del contraste en el tamafio? No podemos dar por supuesto que la mejor interpretacién es Ia que afade 36 menos al texto. Porque si Jesis hubiera tendo en la mente el punto de comparacién que propone Jeremias, podria ha- ber usado exactamente las mismas palabras que enconta: mos en Mateo 0 en Lucas En muchas pardbolas, como esta de la levadura, apare- cen varios significados posibles, Por eso, una interpretaign Figurosa debe tener en cuenta todos los aspectos de ls pa- rbolas de que se tata en la segunda y tereera parte. Cual- aquiera de estos aspectos podria determinar que version de tina analogia es la més apropiada, o cunts de estas ver Sones forman parte del sentido que Jesis le da. Jeremias justfica la Tectura que hace de la parabola apelando a dos {de estos aspectos. Uno de ells es fn afinidad de la ardor {a com otras pardbolas (véase cap. 19), en este caso la de la semilla de mostra. Fs esta la més pequesa magnitud que eLojo humano puede percibr: Cada palabra [de Mc 4,316} ilustea To pequefa que es 3, cuando ha nacido, es “la mayor de codas las horalizas y echa trandes ramas, de modo que las aves del cielo pueden anidar 25a sombra” (&. 32); cada palabra describe el tamaio del arbusto, que en el lago de Genesaretalcanza una altura de dos Yyimedio a tres mettose Jeremias deduce de aqui que el contraste de tamafio, ex- plicito en la paribola de la semilla de mostaza, es tambien el punto de comparacién en la de la levadura. El segundo aspecto se refiere a los simbolos tradiciona- les (véase cap. 17): «El drbol que abriga a los psjaros es una imagen corriente de un reino poderoso que offece protec ign a sus sibditos, y la masa (Rom 11,16) es una imagen del pueblo de Dios». Al sefialar que las imagenes que pro- pone Jesis de la masa y del arbol que abriga a los péjaros tienen un valor simbslico corriente teferido a grandes gru- pos de gente, Jeremias estéjustficando la identifieacién que hhace del asunto con la «pequefia grey» y stodo el pueblo», cen lugar de identificarlos simplemente con el »Reino», como sugiete Kistemaker. El texto de la parébola de la higuera estéril (Le 13,6-9) 37 solo presenta la expresién de la analogia. Se trata de un re lato muy corto que, como todas las expresiones de Jess, crea ese efecto pictérico concreto al que llamamos imagen. En este caso, hay que averiguar enteramente el asunto, MoveLo wreRPRETaTIVO Blomberg, La de la vifa era una metéfora comin en Israel, por lo que resulta natural consderar aqui la higuera como represent ‘in de al menos una parte de los judios. El sentido de a testerlidad es evidente por si mismo. Ala luz de la conde nacin espectfica que hace Jesis en otros lugares de las coreompidas autoridades jadi, la higuera podria muy bien Simbolizar a los jefes religisos de Israel, aunque el prin Eipio del uicio de os que no se arrepienten evidentemente Se'apliea de manera univers. Blomberg identifica todos los elementos de la analogia bi- Dios : corrompidas autoridades judias = propierario de la vita: higuera estéril con respecto a la inmineneia de su destruceién. Para interpretar los simbolos, Blomberg se orienta por dos pistas externas a la parsbola: otros pasajes del NT (por lo que se refiere a la condenacién de Jess de las autorida- des judias) y la tradici6n del AT (por lo que se refiere a la vitla_de Israel), Se pueden encontrar otros modelos inter- pretativos en el libro de Blomberg (donde trata de la pari: bola de los viadores homicidas) #8 Esercicio jercicio sobre la parabola de los nifios sentados en la plaza (Me 11,16-19; Le 7,31-35).. Determinad el asunto omitido por medio de la fSrmula de dos lineas que venimos usando. (Qué palabras de Jesis, deberian tomarse para los cuatro términos de la propor cidn? 2Qué términos se dan por supuestos y ha de dedu cirlos el lector? Al elegir los términos, tened muy en cuen- ta el contexto anterior (Me 11, 1s; Le 7,18ss). Comparad, las formulas con las de Ia pigina 134. 2. Elipsis del punto de semejanza En algunas versiones de las parabolas se especifican el asun~ to y la expresidn, pero no el punto de semejanza. Pueden ser dificiles de interpretar cuando hay més de un aspecto de la expresion que pueda ser el punto de semana, como ‘ocurre en Ia siguiente tira (ier) TRUDE verdad necesita levar esas glasses (gafas 0 vas0s—), Chumey? Mie lo explicaré as (era 2) "Slo que es paca teu pata de pao. sm parse mis glaze itera 3) "Sr ts gases para llevar tw booze (borachera, bebida alco: haticay? 39 lasses (gafas, vasos] : Clumsy = pata de palo : Wiley on respecto a (1) la utilidad para llevar la booze [bo~ trachera, bebida alcohslica] o (2) su utilidad para las funciones fsieas ordinarias. Del mismo modo que Clumsy no dice em qué sentido sus slasses son como la pata de palo de Wiley, asi tampoco Je ‘sis nos dice en qué sentido la imagen del tesoro del amo de Ia casa (Me 13,51-52) se parece al Reino. Lo Gnico que os ees ques parecen.¢En qué consist pues el panto fe semejanza? Moveto InTERPRETAnIVO Hunter ‘Quiad I breve paribola del amo de la casa sea la espuest [de Jesis} aun escriba que lo hubiera reconocido y px to en lsu confianza, pero se pregunta si lo que habia prendido «bajo Ia Ley» seria de'alguna wrilidad en fa alta empresa del Reino. Fl escriba que se convierte en disetpulo mmfo, dive Je- ss, ene que ser capaz de casar la sabidueia del orden an- tiguo con las verdades del nuevo orden, Para Hunter, el punto de comparacién no esté ni en el amo de la casa ni en el tesoro. Quiz dejéndose guiar por las paribolas del vestido remendado y de los odres de vino (Me 2,21-22; Me 9,16-17; Le 5,36-38), se fija en el contraste {gue aparece en la paribola entre lo nuevo y lo antiguo. [sabidurfa del orden) antiguo : [verdades del nuevo orden] nuevo = tesoro antiguo : tesoro En qué sentido se parece esta imagen al Reino? Hunter tiene que hacer una conjetura partiendo de los datos que pose. 40 [sabiduria del orden} antiguo : [verdades del nuevo orden] nuevo = tesoro antigua : tesoro nuevo Icon respecto a la compatibilidad}. El tesoro antiguo y el nuevo se parecen al antiguo y all nuevo orden también en ottos sentidos: ambos son muy valiosos, son fécilmente accesible, etc. (Qué es lo que muc- ve a Hunter a hacer esa eleccién? Una buena razén es el contexto (vase cap. 19) del énfasis que pone Mateo en este tema (por ejemplo, 5,17-20): «No penséis que he venido a derogat a ley yl profes no he vendo a derogara, sno a perfeccionarlas. Véase también Stein respecto a la semi- Hla de mostaza y la levadura (Mt 13,31-33; Me 4,30-32; Le 13,18-21). Exercicio Ejercicio sobre la parabola del constructor sensato (Mt 724-27), Jesiis esté diciendo claramente en esta parabola: «No 0s li mitéis a escuchar mis palabras; cumplidlass. Pero, Zen qué sentido se acomoda la imagen del constructor sensato con teste tema? (Aqui estaria el punto de semejanza). Usad la £6 mula de la analogia para representar el sentido de las pa- labeas de Jesis, leyendo entre lineas los términos que sean necesatios. Se pueden encontrar més posibilidades de las {que son aceptables; es menester justficar las opciones que se toman. Comparad la formula resultante con la de la pi gina 152. a 3 Variedades comparativas La Logica de las comparaciones que usa Jess en las pa bolas tiene a veces un aspecto distinto al de las analogias que hemos estado analizando, En todas ellas, a compara: cién era simplemente una ecuacién; pero en algunas pari bolas la comparacidn no se establece entre dos cosas igua- les, en ocasiones, lo que se establece de hecho es un Argumentos a fortiori En la mayor parte de las parabolas de Jens se establece una igualdad, pero en otras, como en la del hijo que pide a su padre (Me 7,9-11; Le 11,11-13), lo que se establece es un ontraste ene el mis y el menos Mooeto wwTeRPRETATIVO Hunter El argumento eel siguiente: «Ningin padre human 30 que el mejor de todos esarfa muy lejos de la perfec cidn— gastaeia una broms de tan mal gusto a st hij, into menos vuesteo Padee celestial Hunter no dice que la probabilidad de esta «broma de mal jgustor sea la misma pata Dios que para un padre humano, 2 sino que, en Dios, la probabilidad es mucho menor. Para Tepresentar esto en términos proporcionales, habrs que sus tituir la expresidn «ser igual a» (=) pot «see menor que> (<). vuestro Padre celestial : (los que piden} < un «maby padre : el hijo que le pide con respect ala probablidad de una respuesta de ‘mal gusto, Jess exclama: «iCusnto més...». un «mal» padre : los hijos que le piden con respecto a fa amabilidad de la respuesta. La imagen de Jesis va por un camino y su comentario por otro; la perspicaz exégesis de Hunter los incluye a am- bos. El punto principal («Dios es bueno» o «Dios responde a las oraciones») se expresa de maneta dual en dos compa- raciones complementarias a fortiori; la positiva es explicita y la negativa esté incluida en Ia imagen. El interés que Dios tiene por los hombres es mucho mis esmerado que el evidente interés que muestra por los cuer- vos y los lis (Mt 6,25-30; Le 12,22-28) y los gorriones (Me 10,29-31; Le 12,6-7) y va mucho més alli de la acti- tud del que s¢ levanta a medianoche a darle tees panes a su amigo (Le 11,5-8); tres buenas parabola, por cierto, para hacer ejercicios practicos sobre la argumentacidn a fortion. En realidad es muy dificil establecer analogias respecto a Dios sin que aparezca de algin modo el sicusnto mas..1s. 8 Eveacicio Para interpretar los vw. 8 y 11, elaborad {6rmulas de pro- porcionalidad distintas que expresen al menos dos compara iones, que no sean ecuaciones, usando > y <. Compirense Juego con Ia férmula de la pigina 160. La parabola del amo. calumniado (Mc 10,24-25) es también buena para un ejer- 2. Comparaciones negativas Cuando la analogia se basa en un contraste mas que en una semejanza, la comparacidn negativa requiere un tratamien- to especial. El punto de semejanza de la parabola de las se~ ales del tiempo (Le 12,54-56) consiste en un contrast. MoveLo wwreRPRETATIVO Hunter Nosotros, iracitas —dice Jestis—, echils una mirada al Cielo tof Bis en la dieccion del viento, y podéie desir fl tiempo que va a hacer. Pero Dios ests en medio de st puch, wayendo benavenrana yj, yno pds ve Hunter, con gran maestia capa el mecanismo de esta ana logia més bien inusual, cuya ecuacidn no es positva, sino negativa signos de los tiempos : presencia de Dios # sefales del tiempo : tiempo con respecto a la evidencia de la conexisn, 44 Compérese con Ia analogia de la madre olvidadiza que se encuentra en el libro de Isafas (49,14-15): «Si6n decia: El Sefor me ha abandonado, el Sefior Se ha olvidado de mi ‘Puede acaso una mujer olvidarse del nifio que cria, no te nner compasion del hijo de sus entrafias? Pues aungue ella lo olvidara, yo no me olvidaria de ti. Dios : Sién # madre olvidadiza : hijo con respecto al abandono. Lo mismo ocurre con as parsbolas de las raposas y tas aves (Mr 8,19-20; Le 9,57-58), de lo puro y lo impuro (Me 7,17-23; Me 15,10-20) y del vino afejo y el nuevo (Le 5,39: cf Jeremias 129). (1) Jess # las raposas y las aves ‘con respecto a la posesién de una casa (2) malos pensamientos + corazén # alimentos legal- mente impuros: estémago con respecto a st capacidad de ensuciar. (a) hombre : vino afejo # judios : Epoca antigua con respecto a la valoracién, (Bb) vino afejo : vino nuevo # época antigua : épo- con respecto a su valor relativ. Un procedimiento interpretative habitual consiste en descubrir los aspectos del mensaje de Jesis que se encierran en las compataciones negativas, En el mismo punto en que tuna analogéa se agota, un autor ingenioso puede explotar la diferencia del mismo modo que la semejanza, 4s Exercicio jercicio sobre la parabola del juez injusto (Le 18,1-8). Elaborad una formula que exprese la comparacién negati va de la parabola del juer injusto. 2Bs el punto central una comparacién positiva, negativa o a fortiori? 46 4 Series analégicas En el desarrollo dela predicacion 0 de Ia converscin de Jesis pueden fancionar jntas dos © més analogias. Guan- dh dot o tes analogas suceivas esablecen el eismo pur ta bie de comparacin por eempls a ova Perdde moneda perdiday el hijo prouigo en Le 13) se puede hablar de dobleteo trno (et 1,6). En otros casos, 8 ana- logins en serie pueden encerrar ditintos paso de a argu mentacion de Jess. La seenencia puede se discus 0 na- rata 1. Secuencias discursivas A veces ocurre que Jesis elabora un discurso entero a base de analogias, bien en sus lineas generales (como pasa, por ejemplo, en largos fragmentos del sermén del monte) bien en su totalidad (como en una ocasién en que Marcos ob- serva que «no decfa nada sin usar parabolase: 4,34). Todo el discurso de Me 4 consiste en analogias: el sembrador, la luz en el candelero, Ia semilla que erece sola y la semilla de mostaza. Marcos incluye aqui dentro de la denomina~ cidn de «parsbolas» analogtas breves, como la de la limpara en el candelero. Amplias secciones del sermén del monte y otros discursos, son también parabélicos. Hay imagenes sucesivas que parecen metforas mezcla- das (como ocurre en Mt 7,15-16): «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestido de oveia y por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréise. Se a” supone que hay que separar mentalmente las dos imagenes con claridad y de manera sucesiva. (1) apariencia de los falsos profetas : verdadera na tutaleza = vestido de ovela : Iobos ccon respecto al peligro que supone el engafio. (2) falsos profetas : sus obra frutos con respecto a la evidencia de su verdadera natura- leza, Grbol malo + malos Las transiciones repentinas pueden ser incluso tan sua- ‘ves que el lector apenas se dé cuenta. La analogia metaférica ‘de Macbeth representa, en la misma imagen verbal, la am- bicién de dos maneras diferentes MoveLo INTERPRETATIVO Blomberg El hombre que no es capaz de acabar la construccién de luna torre corre el riesgo solo de quedae en ridfculo ante Ta comunidad y, acaso, de perder el dineto que babta invertido, El que en una batalla no se da cuenta de que el 80 ‘enemigo lo supera ampliamente en nimero, corre l res: igo de perder su reino, sus soldados y sy vida. Esta dif Fencia supiere que el pasaje est ordenado en una secuen- ‘ia progresiva y explica por qué la conclusion de Jess parece todavia mis revera: «El que de vosotros no ren ie a todos sus bienes, no puede ser mi discipulos (. 33). El efecto que describe Blomberg es ret6rico, no se trata de tan nuevo punto de semejanza. éHabria que aceptar la interpretacién de Hunter, dla de Blomberg?; éambas? La segunda y la tercera parte nos ayudarin a decidie en estas ‘Se puede encontrar otro modelo interpretativo en la exposicin de Bowie y otros sobre la parabola de la mone da perdida (Le 15,8-10) Esencicio jercicio sobre las parabolas del tesoro escondido y Ia per la (Me 13,44-46) Reconsiderad la interpretacién de la parabola del tesora es condido (pagina 63) a la Iuz de su pateja, la parabola de Ia perla, Haced una lista con los asgos comunes a las dos imagenes, y los peculiares a cada una de ellas, incluyendo personajes, cosas, acciones y acontecimientos. En cules de ellos se basa la cleccién de lo que seria el sentido que tiene para Jests? éPor qué? Seialad el punto o los puntos prin- cipales de semejanza en el doblete y justificad la elecci6n Compatad el resultado con las paginas 96-97. Las parabolas pueden asociarse en grupos mis amplios ue los dobletes. El rerno de Le 15 forma parte de una se- Fle difusa de pardbolas en las que se defiende el ministerio de Jess entre los marginados y los «pecadores» frente a las critieas de los fariseos. Juntas contienen més datos y jucios los que podrian contener por separado: hay ya bastan- at tes en la parébola de la oveja perdida; en Ia de la moneda perdida Ia disposicién de los elementos varia ligeramentes la del hijo prddigo se centea en los fariseos; y la del gran banquete (Le 14,15-24) tiene su centro de gravedad propio, con su propia seleccién de puntos, como han reconocido muchos exégetas (por ejemplo, Hunter) Dios : los que se profesan religiosos = amo + los pri- rmeros invitados: con respecto a la eleccién de los que han sido distin- ‘guidos con una invitacién, los que se profesan religiosos : Jess invitados : siervo con respecto al rechazo de la invitacién, = los primeros Dios : pecadores y gentiles = amo : los que andan por las calles y caminos con respecto a la nueva invitacién. La pardbola del gran banguete subraya la perversdad de los que se sicnten moralmente superiores ante el mensaje de Jess en otras parabolas se resaltan otros aspectos del contlicto de Jess con ls actitadesfarisicas. Entre ells hay ‘que citar a parabola del médico y el enfermo (Me 2,16- Me 9,11-125 Le §,30-32), la de los abreros de la via (Mt 20,1-16), la de los dos hijos (Me 21,28-32), Ia de los dos deudores (Le 7,41-47) y la del faristo y el publicano (Le 18,9-14). (Esta lima, al igual que otros tes relatos ejem- plares —el del buen samatitano {Le 10,25-37], el del rico insensato [Le 12,13-21} y el del rico epulén [Le 16,19-31}—5 representa wn tipo de analogia distineo al del conjunto de las parabolas narratives de Jess (Sider). En algin lugar de este grupo de parabolas, Jess establece Tos siguientes pun- tos de comparacién, En cada pardbola aparecen al menos varios de ellos. Dada la finalidad que pretendo, no he es- tnblecido estos puntos con exeesivo rigor. La mayor parte de ellos han sido sefalados por slgin intérprete como el Snico panto de semejanea de ua wotea parabola 82 y 2) 3) 4) 5) 7 8) 9) 10) 4) 12) 13) 14) 15) 16) 17) 18) 19) 20) 21) 22) 23) 24) 2s) 26) Los «pecadorese se han rebelado contra Dios. Por consiguiente, tienen necesidad de mucha ayu- da, Saben que necesitan ayuda espiritual. Estin arrepentidos. Se sienten indignos de la gracia de Dios. Pero, de todos modos, buscan a Dios. ‘Aceptan su gracia con alegria. Su agradecimiento y amor @ Dios es consiguien- temente muy grande, Los fariseos se han esforzado mucho en complacer 4 Dios. Se sienten orgullosos de su esfuerzo Sienten poca o ninguna necesidad de arrepenti- ‘miento y perdén, Su agradecimiento y amor a Dios es consiguien temente muy pequefo. Consideran a los pecadores como indignos del fa vor de Dios. Los desprecian y se sienten superiores a ellos. Se resisten ala idea de que Dios se muestre imisericordioso con los «pecadoress. Esta resistencia pecaminosa los aparta de Dios. Pero ellos no reconocen la necesidad que tienen de ayuda espiitual. Dios perdona a los pecadores que se arrepienten de corazén, Sa misericordia para con ellos es just. Esta sobrepasa sus expectativas Dios se complace en su salvacion Y espera que los sjustos» hagan lo mismo, recono- ciendo su propia menesterosidad, Dios los acepta si se comportan ast Pero rechaza a los que se consideran moralmente superiores. De hecho, son espiritualmente inferiores a los «pe- cadores» arrepentidos. El juicio de Dios sobre ellos va ms alls de todas sus expectativas 8 En cada una de las parsbolas, Jestis usa varias ideas distintas para producie un dnico efecto. Interpretar una parabola significa, en primer lugar, preguntarse acerca de su funcionamiento como analogia. 2QuE punto (0 puntos) de comparacién establece? 2Qué panto, o puntos, han de considerarse como los principales? Qué ecuacidn, o ecuaciones —positivas, negativas 0 a fortiori—, afirma o implica? Qué puntos de semejanza ‘—expresos 0 implicitos— corresponden a cada ecuacién? eQué detalles —de la imagen, del discurso de Jestis 0 del contexto— parecen no indicar ninguna ecuacién 0 punto de semejanza? Sin embargo, una parabola inclaye también todos los aspectos que tratamos en la segunda y tercera par- te. Por consiguiente, os intentos de interpretacién y las fr ‘mulas provisionales que hemos establecido hasta ahora de- bern ser completados, modificados, verficados y segin los «casos, confirmados 0 fechazados, a tenor de lo que en di chos capitulos aprendamos. a4 Tr 7 Definicién de una parabola Hasta aqui, la extensién que hemos dado a las «parabolase de Jesis ha sido, en rigor, demasiado amplia y demasiado restringida al mismo tiempo. Por un lado, hemos admitido demasiado poco hasta exa- rminar las parabolas historicas de Jesis. Antes de ocuparnos de ellas, es menester notar, por otro lado, que hemos in- cluido demasiado dentro del smbito de las parabolas, ater iendo en nuestto anslisis a simples metéforas y simile. Estos han de distinguirse de las «parabolas», si queremos set fieles al uso que hacen los evangelistas del vocablo pardbo- Ja. Los evangelists reservan la expresién para analoglas mis ‘© menos puestas al servicio de la argumentacién. Cuando iis elaborada es una imagen, més importante suele hacer- se la funcién del argumento racional. No ocurre lo mismo on las meras comparaciones de uso comin —similes y ‘metéforas—, como llamar a una persona haleén 0 paloma, © serpiente acechante, Estas suelen apelar sobre todo a los sentidos, a las emociones, a la imaginacién. Cuando Jesis, dice refiriéndose a Herodes: «Id y decid a ese zorro: Hoy ¥y mafana seguiré echando demonios..» (Le 13,32), el efecto {que se provoca es intuitivo, y tan rapido que uno apenas Piensa en el argumento racional implicito. Las formas de ‘comparacién mas elaboradas pueden tener también fuerza intuitiva, pero sdlo ellas se presentan a si mismas como un argumento racional. Hay excepciones y casos ambiguos; hhemos visto cémo la frase: «Médico, cirate a ti mismor puede ser abreviarura de un argumento elaborado. Sin em- bargo, la distincién funcional ha justificado el que desde antiguo los exégetas estudien las pardbolas sin tener en ‘uenta todos los similes y metaforas de Jesis. 1. Una definicién funcional Todo lo queen los evangelios se denomina como pardbola Contene mis de un punto de semejanes o mis de una eeus- tion, Los textos nos super l siguiente defincinfuneio- fal de lo que es una pardbola: ma anclogtadiscursioa 0 harnatva dl servicio den argumento moral oexpiritua. Esta defincin ignora aunque no niega en absolut, la imponente fuerza ineuitiva de las pardbols (et cap. 16). A unos intérpretes miimizan esta dimension extarracional Guliche, Linnemann, Kable) otros scoden 2 olvidar todo lo dems (Crossan, Funk, féSee y Peri), Sin mbar fo, solo los téminos puramentetéenicor pucden evita la onnotacinyy slo cro po de lenge poetio, may pe- Cali, trata de huie de a denotacién. El confinamiento de Is pcos de Jenner de xo hemileio de Tengusie puede ser un intento de extract mis de sis pal bras, pero el resultado final acaba sien siempre tna te dhuctibn. Es hoy en dia un logar comin cl que la percep tion inultiva de cettos mensajes smblcos puede inicar fl camino hacia su verdadero fuerza racionaly ero lo con- traio es gualmene certo. La percepion de ls pardbolas Como argumentos puede abrir nuevas posblidades ala res 2. Paribolas hist6ricas Esta definicién de las paribolas incluye las analogias que Jesis saca de los acontecimientos de la vida de su tiempo ¥ de la historia del AT. Aunque Beare habla de «la parsbo- fa del diluvio» y Jeremias usa también un lenguaje similar, las analogias dela lista que presentamos a continuacién tara ver son consideradas como pardbolas, acaso porque ninguna de ellas es denominada asi en los evangelios, 0 quiz’ por 86 {que la mayor parte de los dichos que los evangelistas cata- Togan como parabolai parecen ser hipotéticos o fictcios, en Ingar de historieos. Sin embargo, hay buenos exégetas que yen en ellas el mismo tipo de argumentacién —Moorman, tn los acontecimientos recientes mencionados en Le 13,1- 5, los galileos asesinados y las wietimas de la torre de Siloé, Yy Ridderbos en la historia de David y los panes de la pro= posicién (Mr 12,1-8; ef Me 2,23-28; Le 6,1-5)—. Y hay precedentes en la profecia del AT (Is 54,9-10; Er 14,12-14), Entre las analogias que Jess saca de [a historia estin tam- bien las siguientes: y Bisco ‘Sodom, Tio y Sidén (cf Ee 28) 112024 | ro,1245 ‘Los sacerdotes en ef temple 12,1256 1 [1129.30.33 Jonis y Ninive Salomin y la reina el sur na | nat Los tiempos de Noé | 2437-39 {os tiempos de Lot 172830 [a mujer de tor | ee | Moisés y la serpiente 3615 a "7 3. Las paribolas en Juan Las funciones de Ia analogia atafien tanto al cuarto evan gelio como a los sindpticos, aunque los estudios sobre las arabolas han solido descuidar las del evangelio de Juan. Sélo es verdad en parte el que en Juan eel uso de simbolos acunados para determinadas ideas abstractas —la luz, el ‘agua, el pan, ete.— pertenezea a una forma de pensamien- to distinta de Ia observacin realista de la naturaleza y de Ia vida humana que aparece en los materiales de las pard- bolas sindpricass (Dodd). Jests, ocasionalmente, usa tam= bign esta «forma de pensamiento distinta» en los sinépticos (pot ejemplo, Jeremias, acerca de la parabola de la higuera que rebrota), ¥, aunque las metéforas josnicas introducidas con las palabras de Jesis «yo soy» no se encuentran en Mateo, Marcos y Lucas, en los sin6pticos Jestis, por un simbolismo implicit, aparece también a veces como el su jeto de la parabola: pot ejemplo, en la parabola del sem- brador (Lambrecht); en la del gean banquete, como eriado (Hunter); en la de los vifadores homicidas, como hijo (eremias). La mayor parte de las analogias del evangelio de Juan, cuando menos, se parecen a algunas de las pars- bolas sinépticas en los elementos esenciales: el contenido de las imagenes (la cosecha, el crecimiento de semillas y plantas, las ovejas, el novio..) la estructura anal6gica del pensamieno (py en Ia paola del buen pastor) ¢ in cluso ciertas estructaras retGricas. Es un t6pico entte los exégetas Ia afirmacién de que si Jesis hablo tal como aparece en los sin6pticos, no pudo hablar como se Je hace hablar en el evangelio de Juan. Sin ‘embargo, las afinidades retéricas existentes entre las pars bolas de Juan y ciertas parabolas de los sinépticos son muy significativas. Hay numerosos ejemplos en Dodd, y dos mas en Drury: Hay también un paralelismo importante entre la parabola de la vid y los sarmientos (Jn 15,-8) y la de la Iz del mundo (Mt $,14-16). Ambas analogias son diseur- sos basados en una descripcién literal de las responsabili= dades de los disefpulos, salpicados de metiforas (tal como sefalamos en el cuadro que aparece a continuaci6n), que 88 crean una imagen pietérica coherente. Algunas afirmacio- hes (entte paréntesis) claboran esta imagen sin ninguna fe- ferencia literal a los diseipulos. Y la imagen mundana ast claborada se relaciona con el asunto del discurso literal de Jesis por medio de términos explicitos de comparacién (en cursiva). Mateo 514-16 Juan 1558 Sitmacisn bésica Vosotros sois Ia aluz» del | Yo soy Ia «vids; vosoteos smundo. sois Ios «sarmientor, Consecuencia potencialmente positiva (oa ciudad en 1a cima de | Si uno permanece sens mi lun monte no se puede escon- | y yo wen» cl, ward mucho den Seruion, Consecuencia potencialmente negativa (Nadie enciende una lampa- | sin mi no podéis hacer nada fa para meterla dentro de | El que no permancce wen» tina vas). inj, es como un sarmiento (Ge fo echa fuera, como a los satmientos, que se 10s amon: tona, se secan y se les prem Ge feo pat ave se Consecuencia potencialmente positiva (Por et contari, se coloca en el candelero, para que lumbre'a les que estin en Ia casa), Del mismo modo, sbrille vuestra tur» delante de los hombtes, que. vean Yuestras buenas obras. y lorifiquen a vuestro Pade, ‘Que estéen los cielos ‘Si permaneeéis en» mf y mis ensefanzas permanccen cen vosotros, pedid todo 10 ‘que querdis y se 0s eonce: Mi Padre es glorifca i edaise mucho «frutor Y sols mis dscipuls, 89 Las diferencias son evidentes: los elementos apacecen en seovencias algo distintas In estructura de las frases eambiay Ia ecuncign inca de juan es dobley la de Mateo sencilla; 1 dad co a cia del mont parece en Mate (a imagen independiente que forma doblete conta dela Iim- pars en cl cindelero) fo dene paralelo en el lenguse de Juan; y Jn 15,5-8 es una repeticién (con alteraciones) de 15,1-4 —pasae que no viene anslogo en el lengusie de Mareo—, Sin embargo, las semejanaasbastan para mostar «qe el método que Jan tsa aga no es tnicoven los evan gelios (cf también Jn 3,14 y Mr 12,40, ast como Jn 2,18- Soy Le 24850), Una ver que hemos comprendido que las parabolas de ‘Jesiis, en primer lugar y sobre todo, son analogias, y des- pes de haber aalizdo el funcionamiento basco de ln ana- Togia, que se desarolla focmando alegorias, resulta evidente aque a principal tarea del imeepreteysu principal feto esti Sn determinar, en la medida de fo posible, qué aspectos de tina pardbola son simbicos y cuales no- Dejaremos, sin tmbargo, paral conclusion da iro la cuestion dela ede limitation dela alegorfan, ya que la mayor parte de ls r= cursos de que dsponemos sobre el particular est todavia por explorar. En la segunda parte consideraremos las pis fos que se pteden encontrar en los aspectosinternos de ls pardbolas;y en la tereera parte, ls pista que pueden en: Eontrarse en las consiraciones externas. En toda inter: pretaciinrigarosa de ana parabola no se deberis dee pe- {ira sn remover, porgie un aspecto que ena patabola resute deisvo puede no ser itl en otra, Cada uno de los temas que vamos a teatar en fa segunda ytereera pare puc- AE proporcionar lana pista valida para estblecer el en- tido que le da Jenis 3 ont pardbola deverminada %0 rr Resumen de la primera parte 1 En casi todas las parsbolas de Jestis el sentido reside en tuna analogia, que puede expresarse en una o mis ecuaciones proporcionales; p. e., pecadores : Dios = el hijo perdido = su padre (Le 15,11-32). (La excepcién son centro relatos efemplares) . El autor de la parabola establece, a través de Ia analo- gia, una comparacion entre un asunto (p. ej. los peca- lores y Dios) y determinada expresin (p. e. el hijo per- dido y su padre); la expresion consiste en una imager cconcreta y viva —a veces simplemente visual (p. ej. en [a parsbola de la higuera que rebrota, Mc 13,28-29)—, peto con frecuencia desarrollads, con personajes yaccio= nes, constituyendo una verdadera narracion o relato. Un aspecto conereto de la imagen puede ser un simbolo independiente (p. ej. Dios = el padre del hijo perdido). El significado de la comparacion depende de determi ddos puntos de semejanza entre el asunto y la expresiOn; P.€is pecadores : Dios = el hijo perdido : su padre, con respecto a la grave ofensa comet. La comparacion de la parsbola puede consisir de hecho cen un contvaste (#); 0 puede ser una proposicién de ddesigualdad (<) 0 (>), . Las paribolas pueden presentarse en parcjas 0 series, cuando Jests pasa de un tema a otto de su predicacisn (p-¢j. ea Me 4); 0 en dobletes y ternos, cuando usa mis de una parabola pata subrayar 0 desarrollar un teria conereto de sui mensaje (p. ej, en las parsbolas de la ove~ ja perdida, de la moneda perdida y del hijo prédigo, Le 15,1-32). Las pardbolas pueden ser analogias desarolladas. Pueden es- tablecer mis de un punto de semejanz3; p. ej, pecadores: Dios = el hijo perdido : su padre, con respecto a (1) la gra ve ofensa cometida, (2) la esperanza de miseticordia, ete. (© pueden consistr en mis de una ecuacida proporcional . €hy (1) pecadores + Dios = el hijo perdido : su padres (@) fariseos : Dios = el hijo mayor + padre; (3) farseos: pecadores = el hijo mayor : el hijo perdido. ” 8. Segiin el uso que hace de ellas Jesis, una pardbola se puede definir como una analogéa discursiva 0 narrativa al servicio de un argumento moral o espiritual. Esta definicién se puede aplicar a dichos de Jesus que gene- falmente no se reconocen como parabolas: las parabo- las historicas (p. ej, la de Elias y Eliseo, Le 4,24-27) y los dichos parabélicos de Juan (p. ej, el de la vid y los sarmientos, 15,58). 9. Las analogias desarrolladas son alegdricas. Para determi- nar los limites del simbolismo alegérico en una parsbo- la, los intérpretes deben analizar todos los aspectos concurrentes —tanto internos (segunda parte) como ex- ternos (tercera parte)— 92 SEGUNDA PARTE Aspectos internos de las parabolas Gada uno de los aspetosinternos de wna pardbola —el len aj, el argumento, los personajes el didlog, a ambienta ibm, el punto de vista, elton pueden iteresar alle tor por si mismos; en esto reside el arte de la creacion de Imagenes viuae y de la narra, Pero el principal ters ddl mterprete debe centrarse en cémo estos aspectos pueden “ayudarnos a determinar cules para Jess e punto central de comparacin,y cdma pute guiarnos ala ora de sra- serve de separa los detales ue ene levancia simbdlicay los que no la tienen. Empecaremos con Toe elementos ms simples, las palabras y frases concretas, 8 Lenguaje ‘Una imagen puede valer més que mil palabras, pero lo cier to es que Jess a veces las crea con muy pocas. Con fre- ccuencia el significado de una parabola recae en una 0 dos palabras. Con el tétmino lenguaje queremos indicat la elec- ign conereta de palabras que hace el autor. Denotacién Al analizar el lenguaje, lo normal es fijarse en primer lugar én el contenido racional de las palabras, en su denotacion. Las palabras exactas que usa Jesis en la expresisn de la pa rabola de la Tevadura (Me 13,33) pueden ayudarnos a de- cidir entre las distintas versiones de st asunto, MoveLo inTERPRETATIVO Gundry Es curioso que en el texto se dice que la mujer «oculta» fa levaduts en la hatina, como sa gran eantidad de tina envolviera una cantidad de levadurs tan pequefia (et la pequetier de la semilla de mostaza) 2A qué se debe Ia eleceién tan chocante de esta palabra? Lo peculiar del Jenguaje de Jestis nos invita a renunciar a la ‘apacidad de impregnacién como punto de comparacion (cf Kistemaker) 9s reino : [el mundo] = levadura : masa con respecto a la capacidad de impregnacién. EI uso del verbo socultar» nos inclina ms bien a prefe ric el contraste entre la pequefez de los comienzos del Ret no, 0 su oscuridad y ocultacién, y la grandeza de los resul- tados. (1) [comienzos del Reino : culminacién del Reino) levadura : masa fermentada ‘con respecto al [contraste de tamafio] (implicto en el verbo socultae»), (2) {comienzos del Reino : culminacién del Reino) = levadura : masa fermentada con respecto a la oscuridad (explicita en «ocular>). Cada matiz.de las palabras puede casi proporcionarnos: orientaciones de gran valor a la hora de optar entre las dis tintas interpretaciones posibles, al modo que hemos visto en este ejemplo, Exercicio Ejercicio sobre la paribola de la perla (Mt 13,45-46). Segin Stein, «se trata de un mercader que busca perlas pre- ciosas, El vocablo griego que traduce la palabra “mercader” «3 emporos e indica que el personaje de la parabola no es tun tendero sino un mayorista que se dedica a la compra” venta de perlas, Si este mercader es un comerciante de per las y no un coleccionista, équé implica la denotacién de la palabra emporos en relacién con Ia venta de todos los bie nies con el fin de poseer aquella siniea perla? Si aquest la clave del punto principal de comparacién para Jess, Zeusl de las siguientes alternativas lo express mejor? 96 el nuevo creyente : el reino = el mercader : a perla ‘con respecto a (1) la alegrfa del hallazgo (2) la exclusividad del objetivo (G) habilidad para valerse por si mismo. Se pueden ver otros modelos de interpretaciin centra- dos en la denoracién en Scott y Talbert, acerca de la pard- bola del hijo prédigo; en Stein, acerca’de la parsbola del administrador infiel; en Linnemann, sobre la del fariseo y el publicano; y en Kilgallen, sobre la de la casa vacia. 2. Connotacién En el significado de una pardbola, sin embargo, hay algo mis que la argumentacin ldgca dela analogia, Por eso no basta determinar la denotacion racional de las palabras de Jess 0 de los evangelists, sino que, en su caso, habed que tener en cuenta el contenido emotivo, 0 connotaciin, que el auditorio asocia a dichas palabras. En la parabola del hijo prédigo (Le 15,11-32), por ejempio, sel “pecador” tiene Una connotacidn que va mas ala de huestea interpretacién ‘oralista habitualeineluye una posicin social de mala re- Putaciéne (Taber). Hemos de afta la superioridad social eos fariseos a su reprobacién moral para apreciar todo cl aleance de su desprecio por algunas de las compaias de Jas que se rodeaba Jess, y la réplica que suponfan las pa- bolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo prédigo. El extracciGn social del auditorio de Jesis deter mmina las connotaciones de palabras como =pecadores» 0 ‘siervor (Beare) en la pardbola del criado con aucoridad (Me 24,45-51; Le 1241-48), y el lenguaje repulsivo usado en {a parabola de la’higuera estéil (Le 13,6) 7 MoveLo WWTERPRETATIVO Bailey La palabra sestiéreols(Loprion) aparece s6lo agui en el NT. No es el tipo de vocabulavio que sueleusarse en los jem: pls religiosos. Fl vilador pod haber propuesto ech tierra nueva, 0 regr la higuera todos os dias, 0 poda Sila higuera representa a los escribas ya los sumos sacer. dotes, la parabola habla de la necesidad de echarle un poco de estiercl, ex que estamos ante un caso claro de lo, {ve los eSmicos llaman «humor irreverentens, La actitad de ligera irteverencia hacia los poderosos es algo que un piblico popular suele agradecer. En estos detalles, la vi ‘vera y sal de la pardbola sirven para condimentar su cae eter incisiv. El frecuente uso de Ia ironia que hace Jess —del que se trata en el capitulo 10 de esta segunda parte— hace vero simi el argamento de Bailey. Para captar toda la fuerza de las parabolas, es menester imaginar el efecto emocional del lengusje de Jesis en su auditor. Ta connotacién puede referirse a otros aspectos, como cocurre en las caracterizaciones y relaciones que encontra- ‘mos en la parsbola del hijo peddigo (Le 15,11-32). MoveLo INTERPRETATIVO Stein ‘Alo largo de la parsbola se vienen wsando vocativos hase ta este punto [15,27.29]. Por eso llama poderosamente la atencign el que ef hijo mayor, al diigiese al padre, no use Vocativo de cortesa. EI hijo mayor, 2 pesar de su preter dida sumisién las Grdenes del padee (15.29), no fo erata con la amabilidad y respeto que merece, Estd mis intere ado en las Grdenes de su padre que en su padre mismo, Sin dda Jesis en esta descripein piensa eh esos fans ‘osc, qe complen hasta la altima wide y coma de fo que 3 «los ren que es la ley de Dios y cuyos corazones, sin em= bargo, estin muy lejos de dl. Por ultimo, es menester no- tar cémo el hermano mayor habla de su hermano ms jo ven" como «ese hijo tuyo» (15,30)... Bl hermano mayor simplemente no reconoee al hijo prddige como sv herm. no. Una vez mis Jess capta y describe maravillosamente la acttad de sus oponentas, los esribasy fariseas, que se niegan rotundamente a aceptar a los publicanos y pecado- Fes, compatriotassuyos, como hermanos. Agu Stein apela ala connotacin de ls formas de cortesia al dirigirse a alguien —y la ausencia de dichas formas — ara seta [a actitad poco respetuosa del hijo mayor fhontrar la tension existente en la rclacion de ete hi con 5 padre, Stein scfala también el lenguaje elsivo que cx Tacteriza el frfo desprecio que siete por su hermano. Es- tes connoracionss, contrbuyendo-a lr caracteriaciOn del Personaje, aportan nuevos datos en la comprension del sunto, tal como se expresa en las eres formulas que sigue. AAs Stein, al tiempo que hace notar la importancia secun daria de la relacidn del padve con el hijo menor (1), sta él punto central de la parabola en la tensa relacion del hilo ‘mayor const padre (2)y considera que esta centslidad se fevela precisamente en las connotaciones del lenguaje que te el hijo mayor al refertsea su hermano (3) (1) Dios : recaudadores de impuestos y pecadores = pa- dre : hijo menor ‘con respecto al perdén gratuito, (2) Escribas y faiseos : Dios = hijo mayor : el padre con respecto a la incomprensién del perdén gratuito, (@) Escribas y fariseos : recaudadores de impuestos y pecadores = hijo mayor : hijo menor con respecto al frio desdén. 99 Evercicio Ejercicios sobre las pardbolas del hijo prédigo (Le 15,11 32), los obreros de la vfia (Me 20,1-16) y el buen sams tano (Le 10,25-37). 1. En la pardbots del hijo prédigo, segtin algunos manus- ctitosantiguos, el w 16b seria eenta gas de ena si estmago com las algarrobas que comtan los cerdos. En ambioy en ottos manuseritos se dice: «de alimentarse den, (Que diferencia hay en la signifcacion de ambas expresiones respecto a fos sentimientos del hijo prédic go? eEn qué sentido los oyentes de Jess reciben una Jnnpresion emotiva distin? Que diferencia, aunque sea sul, establecen ambasinterpretaciones en cuanto a las ideas de la paribola? 2. En la pardbola de los obreros de la vida, Zqué nos dice In ausencia de voeativo de cortesfa cuando hablan fos que fabian estado trabajando toda Ia jornada (M& 20,12) de su actitad ante el amo? En cambioy zque revela la fore ma amable que tiene cl amo de dirigirse ellos en la respuesta (20,13)? En qué sentido puede repercutir esto nla determinacién del ssunto de la pardbola? Con el fin de ser rigurosos forralad ls conchsiones en la ana- logias proporcionales que sean menester 3. En la parabola del buen samaritan, 2qué nos revelan acerca de las cusivas palabras del doctor de la ley «El que se compadecié de él» (Le 10,37)? ¢En qué sentido Sirve este matiz para dererminar las exigencias que Jess ‘uere proponet en esta parabola, y qué da a entender Seerea de In respuesta del doctor dela ley? 3. Efectos sensoriales A qué se debe que ciertas palabras estimulen de una ma- rnera particular la imaginacién con impresiones visuales, sO notas, tctiles, etc.? Por qué determinadas personas respon den con mayor intensidad que otras a un-mismo Tenguaie 100 vy sensorial? El poder de las palabras para estimular los sen~ fidos es tan personal y subjetivo que rara vez aparece en las efiniciones lexicales. Para captar estos matices es necesa~ rio saber mucho més griego y hebreo del que hace falta para aptar Ia denotacién e, incluso, la connotacién de textos como el del buen samaritano (Le 10,25-37). Faltando esta preparacién, uno puede acudie a expertos como Bailey, que fos habla del impacto producido por determinadas palabras. MoveLo InTERPRETATIVO Bailey La rae de la palabra griega que tradcimos por scompade- cexseo, slanchnizoma, e splanchnon, que sgaficawentea- fase. Setata de un vocablo muy fuerte en el léxico gre 40 y semitico.. El samaritan tiene una honda ereaceiin fenttaable» ante aquel hombre herido. La antigua version ‘ria refleja In intensidad de estas palabras traduciendo: ‘Se compadecid de é y le mosteé misericordiae, con lo que ‘usa dos verbos fuertes, El samaritano no es un gent Ets sometido a la misma Tord, que le dice también ques pr6= jimo es su paisano y su pariente. Se encuenta Vajando por Judea, por lo que cesulta menos evidente para él que pata el sacerdore y el levita que aguel herido anénimo sea su Préjimo. ¥, sin embargo, es el que acta En las traducciones se conservan muchos efectos sensoria les. Porque en las lenguas biblicas, como ocurre en nuestro idioma, el lenguaje conereto estimula la imaginacidn sen- sorial mis que el lenguaje abstracto (p. ej, abrazar versus amar); y lo mismo se puede decir del lenguaje particular tespecto del general (p. ¢)., hombre > judio > fariseo > Nicodemo}. Por eso, el atavfo del hijo prédigo no es s6lo lun simbolismo social; el mejor trae, el anillo las sanda- lias hacen del hijo menor el mejor efecto visual de todo el relato —con una intencién obvia—. Comparese con los efectos acristicas de sla misica y los bailes» (Le 15,25). 101 Exencicio Ejercicio sobre las pardbolas del hombre fuerte que guar- da la casa (Le 11,19-22; cf Me 3,26-27), el gran banguete (Le 14,15-24; ef la del banquete de bodas, Mt 22,1-14) y los dias de Noé y Lot (Le 17,26-30; ef Mt'24,37-39). Las versiones de Lucas son més ricas, por diversos detalles, que la pintuea de Marcos o las escenas de Mateo (ef Le 11,21-22 con Me 22,10), especialmente la escena afadida, cargada de detalles, de Le 17,28-29. ‘Cues son las dife- Fencias visuales? éCémo acentian estos detalles el impacto del mensaje que Jess quiere transmitic? Exercicio Ejercicio sobre las parabolas del vaso y el plato, y los sepuk ‘ros blanqueados (Mt 23,25-28). Algunos de los ejemplos del lenguaje més vivaz de Jess se pueden encontrar en comparaciones breves como estas Articulad los efectos sensoriales (y connotativos) de: a) un vvaso y un plato que parecen limpios hasta que no mira dentzo, y b) del contraste entze el interior y el exterior de ‘una tumba palestina. 7Cémo realzan estos efectos el punto de comparacisn de Jess? La estructura gramatical de las oraciones griegas puede ser una pista tan valiosa como el lenguaje. Pero, dado que Ia significaci6n de la gramética en las parabolas se distin- gue poco de su signifiecién en otros lugares del NT, se pue= den aplicar a fas pardbolas los principios analiticos que se encuentran en los manuales genetales de hermenéutica, 102 9 Estructuras retéricas A voces se nos recuerda que «lo que decimos» —a denotacién y la connotacién— puede no ser més importante que sla manera que tenemos de decitlo» —el efecto de la retrica— ‘Los recursos de la ret6rica son sorprendentemente nume- tosos y variados (entre ellos hay que incluir la alegoria), pero dl paralelismo y la repeticidn son estructuras ret6ricas espe- cialmente importantes en las parsbolas. A. Repeticién La repetcin de palabras y frases puede ser clave para el significado de und parabola. En la parabola del siervo des- piadado (Me 18,23-38) Donahue sefala una repeticicn de Erricrer retérico —lasoliitd de un plazo para pagar—, gue aray ln semsnacee an sao Lay ee {0s producidos por el parlco son la caracteriacion del pr mer servo como extremadamente«despisdado, el fem de la ironia moral, y el hacer que el primer siervo pierda to- das nuestros simpatias. No Solo som signfcaivs las Seme- fanzas que se eatablecen ene amas svaciones, sino eam: bien lav irénicos diferencias: la exigencia de pago eh cl Segundo caso era prictica y realista; lo que es mis importante, el perdén del primer caso no tene replica el segundo, 103 Exencicio Ejercicios sobre las parsbolas del hijo prédigo (Le 15,11- 32) y el juezinjusto (Le 18,1-8). 1, (Qué revela la repeticin de las palabras del padre en los vw. 24 y 32 sobre su caricter, su relacién con cada uno de los hijos y el desenlace de la historia? Sefialad todas las diferencias y semejanzas. 2. La repeticiin de cierta frase en la parsbola del juez injus- to crea la misma incongruencia que cuando, con inten- cidn cémica, se saca de su contexto ret6rico una frase comiin. Dentro de una retérica convencional, Le 18,2 firma que el juez «no temia a Dios ni respetaba a los hhombress. Qué es lo que resulta raro cuando esta frase Ja pone en boca del juez? éQué podria sugerir esto acerea de'la caracterizacin que hace Jestis del uez? Suponien- do que la siguiente férmula exprese el principal punto dde comparacisn de la parabola Dios : sus elegidos > el juez : la mujer con respecto a la prontitud en hacer justicia Qué podria significar la repeticién en relacién con este punto? 2. Paralelismo Dos afirmaciones se pueden construir en paralelismo esca Tonado, con wna correspondencia consecutiva entre sus par tes, como en la parsbola de los dos constructores (ME 7,24 23. AI que escucha mis palabras By las pone en practica ‘Cse patece a un hombre sensato D que ha construido su casa sobre roca, 104 tL E Cayé la lluvia, se desbordaron los rios, soplaron los vientos y se echaron sobre ella; F pero la casa no se cay, porque estaba cimentada sobre la roca AY todo el que escucha mis palabras B y no las pone en préctica ‘Cse patece a un hombre insensato 'D que ha construido su casa sobre arena E Cayé la lluvia, se desbordaron los ros, soplaron los vientos y se precipitaron sobre ella, Fy la casa se cayé y se arrainé totalmente, El paralelismo de A y E puede llamarse sinnimo, ya que las feases que corresponden a estas letras son idénticas 0 sinénimas. En cambio, al paralelismo de los pares B, C, D y Ren los que aparecen elementos de contradiccién {p. ej» pone en prictica/no pone en préctica, no se cayélse cay) {© contaste (p. ej Sensatofinsensato, Foca/arena), lo llama- remos antitetico En la conclusién se rompe el paralelismo, pero no se destruye, Porque el ritmo de las correspondencias, fuerte mente afianzado por los seis elementos paralelos, crea (quiz s6lo de manera subliminar) la expectacién de que la segun= da sentencia acabari con =porque estaba cimentada sobre la arena». El texto de Mateo explota esta expectacidn ope- rando una sustitucién inesperada (Gundry). En primer lux gar, sla renuncia a decir que la segunda casa estaba cimen= tada en Ia arena... daa entender que la arena no puede califiearse como fundamento». En segundo lugar~#En vez de dar la razén de Ia caida de la segunda casa (al igual que fen el v. 25 da [a razén de por qué no se eay6 la primera asa), Mateo insiste en el desastre ocasionado... Lo grave de Ia caida esté en el carécter otal de la ruina, La parsbo~ la acaba pues con una seria advertencia» ‘Una serie de elementos paralelos pueden crear también, 105 un anticlimax intencionado, como ocurre en la parsbola del sembrador (Me 4,3-8; Mt 13,3-9). ‘MoveLo inTERPRETATWO Gundry Los mimeros de Marcos —teinta, sesenta, cien— esta: blecen una progresiGn ascendente; Mateo, en cambio, invierte este orden con el fin de poner el sciento por unos ‘oma el mejor ejemplo. El iento por uno conteasta con tl rendimiento menos deseable del sesentay el teint i troducidos ambos por la particula adversativa 8, en lu- fat del xav de Marcos. La partcula adversaiva subraya flcaricter menos deseable de esta menor productvidad ‘Tanto en la parabola de los dos constructores como en Ia del sembrador, las semejanzas nos preparan para un con- traste final. Este recurso se basa en una diferencia significa: tiva en un fondo general de semejanza. Exercicio Ejercicio sobre la paribola de los dos hijos (Mt 21,2832). Para el siguiente ejercicio prescindiemos de las variantes textuales (ef The Greek New Testament, ed. de K. Aland y otros, Sociedades Biblicas Unidas, 1975). La primera pat- te puede descomponerse en los siguientes elementos: A Qué 0s parece? Un hombre tenia dos hijos; Bise acete6 al primero Cy le dijo: Hijo, vete a trabajar hoy a la via, DY el respondis: ENo quiero. F Pero después se arrepintis y fue. 106 vv escomponed tambign el v, 30 en elementos, con sus le~ tras correspondientes, con el fin de mostrar su paralelismo Con los vv. 28-29. éQué parejas serfan paralelismos sinéni= hos? éCusles paralelismos antiéricos? Qué letras de los vx. 3$-29 no tendrian paralelo en el x. 30? ¢En qué parte de fos versiculos siguientes podriamos encontrar un paralelo para este, 0 estos, elementos? Suponiendo que la siguiente Formula representa el punto central de la parabola, équé implica la repeticin al respecto? publicanos y prostitutas : sacerdotes y ancianos = se~ gundo hijo : primer hijo con respecto a la verdadeta obediencia Dos sentencias (0 estructuras més amplias) pueden construitse tambicn formando un paralelismo invertido, de modo que los elementos de la primera parte corcespondan en orden inverso con los elementos de Ia segunda. Asi ocu- rre, por ejemplo, en la parabola de los dos amos (Mt 6,24). Nadie puede servir a dos amos, A porgue odiaré 2 uno By amard sl otto, B o bien se apegats al otro Ay despreciaes al peimeto. No pods servir a Dios yal dinero. Al esquema ABBA se le llama quiasmo, debido a que la forma de la letra griega X (ji —qui—) representa la corres- ondencia de los elementos cuando los pares invertidos son puestos en paralelo: porque odiara a uno y odiard al otto A B x B A covbien se apegaté al otro despreciard al primero Esto puede parecer mas un recurso estilistico que una) 107 verdadera indicacién acerca del significado, pero la forma fo que hace es conlirmar el sentido, porque el asunto se des- taca tanto al principio como al final: «Nadie puede servir dos amos... No podéis servie a Dios y al dinero». Las estructuras paralelas pueden afectar tambien a uni- ddades mis amplias que meras frases 0 sentencias, como ocu- rre en la pardbola del buen samatitano (Le 10,25-37). ‘Movevo inTERPRETATIO Bailey Reducido a los motivos principales, rodo el didlogo se po- dria tesumie como sigue Tt yt tbr (2) Jess (pregunta 2): «Qué esta escrito en la ley?», Seu serie: El (el doctor de la ley), queriendo justif- carey i, (6) Doctor de fa ley (pregunta 3): «£Quién es mi préj (6) Jess (pregunta 4): Un hombre baja de Jenuss- én... Quién de los tres te parece que fue el projimo?- (7) Doctor de la ley (cespuesta a 4): sEl que se compadecié de él (6) Jess (respuesta a 3): «Anda y hast ko mismo. Hay un buen nimero de detalles importantes que unen los dos dslogos. (1) En ambos casos hay dos preguntas ¥ dos respuestas, (2) En ambos también el doctor dela ley {sel primero en pregunta, pro Jess, en lugar de respon ddr a su pregunta, hace otra pregunta. (3) En ambas se- ties el doctor dela ley responde a esta segunda pregunta, 108 (4) Las dls series acaban con la respuesta de Jess la pi: ‘mera pregunts.. (3) El primer didlogo se centraen la ees fidn de qué hay que hacer para heredar Ia vida eterna. Si se examina bien, fo mismo ocurre en el segundo, Siel doc tor de a ley pregunta quign es su projimo, es porque quiere Istificarse, Se tata, evidentemyente, de ota manera de pre ‘qué es menester hacer para lograr Ia vida eterna. nbas series comienzan con una exposicin de los mo" tivos del doctor de la ley. En la primera se nos dice que ‘queria tentat a Jess. En la segunda, que queria jusiiearse, GO) Al final de las dos series se dan insieuciones sobre lo que hay que hacer. Una larga serie de monivos entreaza dds revel claramente, por tanto, que las dos partes del di logo constitayen dos momentos paralelos dela misma dis casio Las cuatro preguntas con sus correspondientes respuestas se articulan sega el esquema ABBA CDDC. El paso de Bailey del andliss formal ala interpretaciOn es instructivo. Sus cua- to primeros puntos estin en relacién con la forma: con la ordenacién simétrica de las preguntas y respuestas que se cruzan mutuamente. Y estas consideraciones formales sugie~ zen otras observaciones acerca del contenido: los motivos del doctor de la ley y «lo que hay que hacer» para conse- air la vida eterna, En todo ansliss retérico habria que pre guntarse: 2qué nos dice la forma acerca del significado? ‘Ningén conjunto de normas para el andlisis puede dar cuenta y razén de la diversidad del lenguaje. Los lugares destacados, por ejemplo —el comienzo, la mitad y el final— albergan a veces el punto central de la analogia de Jests; pero no siempre. La necesatia creatividad de la exégesis su pone dejar que cada texto plantee sus propios problemas de interpretacién. Cuanto més amplias y complejas son las uunidades retéricas, mis subjetivos son los juicios que se ha- cen pata distinguir sus partes consttutivas. Asi, Lambrecht oftece un analisis de Me 4 y Donahue otro distinto. Uno puede encontrar poderosas razones para inclinarse a favor de cualquiera de los dos. Se podrian imaginar otros. Aun sin decidienos por cusl de ellos corresponde con la inten 109 cin de Jess 0 de Marcos, cada uno tiene algo que ensefar- Exencicio Ejercicios sobre las parabolas del rico epulén (Le 16,19-31) y las ovejas y las cabras (Mt 25,31-46). 1. Bl preludio narrative que antecede al dislogo entre el rico epulén y Lézaro muesta un paralelismo invertide de sitwaciones basicas, formando cada par de elementos A (19) El rico goza de todos los bienes fen abundancia, B (wx. 20-21) Lézaro, desde su miseria, Jo mira expectante C(« 22a) Lézaro muere y se lo Mevan los angeles. C (x 22b) Muere el rico y es enterrado, B (235) B io, desde su desgraca, lo mira expectante ‘A (v 23b) Lizaro goza de todos los consuelos en el seno de Abrahin, Disponed el texto de los vv. 19-23, usando el mismo re- curso de las letras, de manera que Se haga patente el p: talelismo invertide del lenguaje en toda su extensi6n. Te- ned en cuenta que, como en la poética del AT, el paralelismo esta configurado por las ideas (en este caso, las situaciones y los personajes) tanta como por las pala- bras. éQué aspectos de las palabras son puestos de re- lieve especialmente por el paralelismo?, 2qué aspectos de las situaciones?, éeusles de los personajes? , La ordenacién de fos momentos crficos de una narra cin tiene un interés especial, En a parabola del sembro- dor (Me 43-8), es importante cual de los cuatro terrenos menial la, Amiaos y moderos Pot igual eperan un elma al final de una serie narrativa, como senala Hunter en las sticesivascomisiones de I parabola de fos obreros de la vida (Me 20,1-16). Esta pacdbola es un ejemplo excelente dela “cela de la ten- Si6n final, porque toda la arencin se centra en la sorpren 134 dente generosidad del pated pata con los jornaleros de dit tna hora, lo que provecs ia indignacion y la protesta de los aque han estado trabajando todo el das. El punto de semejanza de [a parabola gira en torno all ccontraste entre la paga de los obreros que han trabajado toda la jornada y los que han sido contratados a sltima hora. Nada en absoluto se dice de la reaccién de los que fueron contratados a lo largo del dia; estos se incluyen en parte para hacer mis verosimil la contratacién de los obre- fos de la dltima hora, pero sobre todo para crear la pro- gresidn que da lugar al climax y la sorpresa final: los que han trabajado menos reciben tanto como los que més han trabajado, Segiin Hunter, slos relatos se hacen més eficaces cuan- do siguen ciettas reglas bisicas.. [como] “la regla de tes", gue prescribe tres personajes principales en la historia (“un Inglés, un irlandés y un escocés..")». Y muestra cémo en la parabola de los talentos (Mr 25,14-30) el climax ests pre- parado por una serie de tres personajes y tres episodios. ‘MoDeLo INTERPRETATIVO Hunter En partholas de tes personajes como ests, la atencién, por Ia regla de la stensiGn final» se centea en el tercer per- sonaje dela historia: es dei, en el siervo que no hizo nada com su dinero, En quién pensaba Jess cuando hablaba del riado inde? (Los owos dos, cgase muy en cuenta, e& tin ahi s6lo como contraste y en fancin de este). Quien tes ete wsietva malo y holgazins,cuya excesiva precaucin provoca ls clera de xs amo? La respuesta es que repre- Senta al fariseo piadoso que esconde en un refupo la luz que Dios le ha dado (la Ley) y se guards para silo que taba destiado ala humanidad, Este comportamiento de tegolsmo exclusivista no produce intereses al capital de Bios, lo que equivale a cometer un fraude yen consecen- 135 ia, merece castigo. Y el momento de rendir events se eats scereando, Para Hunter, el punto de comparacién de Jess esté en la situaci6n del ilsimo de los personajes. A veces, sin embar- 0, lo que cuenta, mis que los personajes, son los episo- dios. Scott observa que, aunque en la parabola del siervo despiadado (Me 18,23-35) s6lo tenemos dos personajes, hay tes episodios distintos de culpa y juicio que crean un cle max de honda tensi6n: (1) se pronuncia sentencia contra el primer siervo, pero es revocada; (2) se pronuncia senten- cia conta el segundo siervo y es ejecutada; en consecuen- cia, (3) se confirma y ejecuta también la sentencia contra el primer siervo. Exercicio Bjercicio sobre la parsbola del ri epulén (Le 16,19-31), Si nos dejamos guiar por la regla de la tensién final, cus serfa el punto principal de comparacién en esta parabola? El contexto anterior (16,14-17), aavorece esta conelusi6n © la comteadice? La expectativa del climax narrative, en lugar de satis- facerse sin mas, puede explotarse, como ocurre en las pa rabolas del banguete de bodas (Mt 22,1-14) y el gran banguete (Le 14,15-24). Dice Scott: «Dado que las excusas forman una triada, el oyente espera que la tercera invita- cidn sea aceptada... Esta violacion de la expectativa trisdica subraya el cardeter total del rechazo». Esta regla de tres nos hhace esperar una tercera parte, como en la historia de los tes cerditos, Ricitos de oro o los tres osos. Pero agut se tra ta de una tercera parte en la que no viene nadie; Jestis hace {que sus oyentes no sélo sepan, sino sientan también, lo que significa rechazar la llamada de Dios. También el climax de la parsbola del buen samaritano (Le 10,29-37) es inesperado. 136 vy (MoELo INTERPRETATO Seott La aparicién del samaritano en la historia es realmente soprendente, porque la triada que uno se espera es un s cerdote, un levita yun isralita., la tiple division del pu blo judio... 12 Mishnd pone de’ manifesto el carscte fe leauico de la fem: Un sacerdote esté por delante de un Tevta, un le- vita por delante de us israclita, un ieacita por de- lante de un bastardo, un bastardo por delante de un nathin, un nathin por delance de tn proséito, ¥ un prosélio por delante de un libero, Esto se splica Euando fen lo demas] todos son iguales; pero sun bastardo esti instruido en la Ley y un sumo sacer- dote la desconoce, el bastardo intraida en la Ley precede al sumo sacerdote que la ignoran En este ejemplo la triple formula recoge las principa- les divisiones de la sociedad jndia respetable, De manera similar en cierto moda a nuestra pardbola, se introduce wna ‘compatacin escandalosa: un sumo sacerdoteignorante es considerado menos que un bastaedo instrido, Los oyentes de Jestis se esperan en el tercer personaje un contrast entre cltgosy Inco él ls sorprene sn em- bargo con un contraste de otro orden. La pregunta: «

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