‘Nadie se sube a una calesita para ir a alguna parte.
Lo hace por el simple gusto de andar, girar, andas, girar.
en fin, viajar sin legar a algin lado.
Este libro es como una calesita. Tiene cuentos'como viajes
maravillosos. Hay un caballito de madera aburrido de su vida y-que:
hard lo imposible para cambiarla ¢Podré lograrlo? Un inventor
que crea el vehiculo ms npvedoso, pero glograré ganar la carrera?
También estan Caperucita y el lobo, el inventor de las medialunas,
el perro y el gato que juegan al fiitbol en la luna, y mughps personajes
més... ) Vamos! Te estén esperando para compartir sus mharavillosas
historias, para que viajes con ellos en calesita.
FABIAN SEVILLA nacié en Mendoza, Argentina, en 1970.
Es autor de cuentos, obras de teatro y novelas para chicos. Entre sus
libros estan Triana y el ogro de todos los colores; Sapo azul: Yo quiero mi habla
tuna vez y mi colorin colorado; Vampiricasacaciones; y Teatro por tres de la
cabeza los pies
e
EdaPéugeridaProducido por: Lidico Ediciones indice
info@ludicoediciones.com.ar
www.ludicoediciones.com.ar
Texto: Fabian Sevilla
Disefio y diagramacién: Florencia Sztrum
Tlustraciones: Mey La calesita voladora
Se ha hecho el depésito que marca la ley 11.723. Sandiaarulemanes
Se prohibe la reproduccién total o parcial.
Caperucitas eran las de antes
La calesita voladora y otros cuentos de maravilla
Coleccién Rompehielos
tera. edicion
Impreso en AGI Artes Graficas Integradas
Buenos Aires, diciembre 2013
ISBN: 978-987-25661-6-6
Gero a cero
El parque de diversiones césmico
La invencién de las medialunas
El principe rano
Copyright 2013
Lidico Ediciones Una Have sin puerta
Impreso en Argentina
Sevilla, Fabii
La calesita voladora y otros cuentos de maravilla. - 1a ed. -
Buenos Aires : Ltidico Ediciones, 2012.
68 p.:iL; 19x13 cm, |
ISBN 978-987-25661-6-6
1, Narrativa Infantil Argentina. I. Titulo
CDD A863.928 2
13
a
29
37
45
53
61spuref onb ousto un opuopor uo smjona ueqep J) TO 070s
‘eqeisa ou o1ad “ensaqeo eyponbe op oyeqeo comm fo wag
‘oymueSx0 op vorsnur eussrur
¥[ 9p seurey ueqeiso sepnSenund sefoso sns A ‘ezeyd ey
ap vureroued oust fo osduiois 10a op opesuvo weiqey
as souBou sofo sng ‘opeoreut ovod un ‘opuamge vqeiss,
“sope.ni9 somo *"sopett99 somantD **"sopess99 So
-noxp wo arduais *--opuefeq ‘opuaiqns “opuefeq ‘opuarq
-ns “-opuvfeg ‘opuaiqns eqused vy 9s ‘soouoius apsop ‘K
“sepeogp vioey wxopeut uo Opel
-2) opis wiqey ‘sepeiuead] auswoUeBop serorueppp seed
sns ap van woo A seumyd ap opeoos ososoure|s um sod sep
-eU0IOD OUAIA [e SaULID ap ‘ooUEIq [20109 orGIaGos IS
-ensopeo op offeqvo un vied ounsep
Pp 59 ou ase oxag “pertaqyy uo reSyeqeo eyoNb ugWOTLy
BIOPLOA VIISITVO wTnad6 en una laguna, un avién que munca despeg6, un auto
de carreras que no sabia qué era avanzar sobre el camino
yun barco que ni idea tenia de navegar entre las olas.
Pero mientras los demas aceptaban su condena en re-
dondo, Filemén sofiaba. Un dia, alguno de los chicos
que se peleaban por montarlo se quedaré con la sortija
y as{ ganara mucho més que otra vuelta: su premio sera
el derecho de liberarlo de aquello. Y por fin, Filemén, al
trote, se ird a conocer otras partes de la ciudad o llegar
al campo. Ahi correra, saltara cercas, avanzar4 sobre
prados verdes y Ienos de flores, tomara agua o se dard
un chapuzén en algun estanque...
Y luego retomara su cabalgata, mientras que al ritmo de
su trote cantaré:
‘Trota trote que trota,
no hay caballito
con més felicidad
que el que trota trote
que trota en libertad.
Pero el suefio terminaba y otra vez, de arriba a abajo, gi-
rando, girando... de arriba a abajo, girando, girando....ns seni8 80] uoIse [g jgafered! A ezrony ozmy aus! Tz
-soueS soureSuod ‘soBture ‘sour,
-—opnd ou “ojog “eqrion anb seuos ores ap
oprpuoide viqey outos ‘omrepape wovy om £ oypuyas
um o1g, “woWOPLYy oNsIsuT— sa19Nb op uoNsans sq|—
coreg Jo goynsnf 2s—
ayoury sey oquorA [9 onb vsed oud svpaa oa ON—
‘asoreuuse 2489 sex8 J99ey soutpod sonosou ord
Seuorouny ou sojour Jy ~—osndord — vzxory souresepy—
soouaa ofep as ou MOWAT
“vanUoUT op soorey sns U9 seUTTAByy HOD
svxonteo op o1ne fp guunBaxd— gsonosou ap B98 9HE?—
“ousto [9 oipeue— opesed Jap vs09 soutos seisapeo se] —
“uomae Jo o1uouTe] 2s oxomb sou apeu eA—
‘sopepmjo ‘sopeuopuegqe ueqeisy ‘sopio
so] equymrewt sop anb oprureio Ja opueyenxe wsey A 019
-uopis wo ‘soiomb uoxomBig ‘ou oxo **“repou ‘repeu ‘te3
-onet eI0A ‘1ox109 ved soxqyy WeEIOS sUTap soy A 19 an
uo wip fp opeBoy| eiquy onb gsuod ugwopy -epered opp
-op ouanp Ja 4 ‘ensayeo ee at ap worefep sooryD soy Org
-seuref rezueae us “--opuen8 ‘opuens ‘ofeqe v vquise 9phélice. El auto de carreras hizo que sus cuatro ruedas se
movieran. Y el barco se ladeé como suponia que lo haria
sobre la marea. Filemén volvié a relinchar y tiraron, ti-
raron, tiraron... La calesita se movié en circulos, por su-
puesto, y otra vez la misica de organillo son6.
—{Con més fuerza! Un poquito mas y seremos libres de
ir adonde queramos. Piensen en el mar inmenso, en las
nubes infinitas, en la laguna profunda, en el camino in-
terminable —grit6 Filemén.
Pensar en todo eso les encanté. Tanto, que no se dieron
cuenta de que la calesita giraba cada vez més fuerte,
més rapido, mientras el ritmo de organillo se aceleraba.
Entonces, la calesita se desprendi6 del piso. Se elevd.
Salié volando.
—iVuelo! —grité el avin emocionado.
—A dénde vamos, capitan Filemén? —pregunté el
auto de carreras.
—A cualquier parte. Debe haber cientos de lugares don-
de una calesita sea bien recibida.
—Cerea de una laguna —pidié el cisne.
—Adonde haya océano, con olas y puertos de verdad
—sugirié el barco.
—iQue haya rutas, con rectas y curvas! —agregé el auto
de carreras.
—Iremos a todos esos lugares —les aseguré Filemén.
AY despues?
—Cuando nos cansemos o se aburran de nosotros, par-
tiremos nuevamente. Somos libres —dijo Filemén, que
miraba el mundo desde arriba y sonreia.+ {o10Ur ¥ souau Opor ¥ saxo UO vIOAIO WeIN,, P| IP
gxaqu9 9s opuens uoreuTuMY 9s (oysond wiqey 9s ouIstUE
BP anb oman fa exo yea) roqWaANsOY Jap sofo so ‘oso 10g
-repered fe sojqeyuoosop osod “esta vy v sopury soxp
-ua8ug ‘sofeyo8oa sounsquopuosdios uvronpoid onb owt
~isjueanxo spur oy 9p sovofur opuapeY eyatA oxtMITEC| “ON
-soerad soy ap sezad 0 exton vy] ap sopeprpunjoxd sey ap
sommpedez o sofirexeu soy ap sefirereu vows woo equunoy
-W09 98 ON] ‘ayWaENOD A reBfMA soyNOLe uN vID OU A
srenonred euiony ns uo seanno
v ero ‘vqeompop odwion spur anb oy @ A ‘ugised vxopepzan
ns ogg “syur svsoo ap ugiuoW un A eETONse ‘IuefngP
|
‘oxmryuoo ‘osofoyax “wstuojoxes ‘ofo]g28 vio omrwTEg
“squoztoy fp ua gtprad 9s wusoTeo eT
anbypur of sou perroqy x| apuop wisey oparop soure|—
-Quopuo “o}UOUT FI Ua Osa HOT jsaqnu Sey ax}UO eqespequo!
SoULUONABEIPULY | copesadsa of ap syur opuaydumo vquiso os ogons ng
al—iEs nuestra gran oportunidad!—te dijo a Renata, su es-
posa—. Con el dinero del premio daremos a conocer mis
hortinventos para hacer que jamés alguien sufra hambre
Inmediatamente, el motivadisimo hortiventor se encerr6
a crear un coche a todo menos a motor capaz de ganar
esa competencia, Buscé y estudié vegetales acrodinmi-
cos y los “cruz6” con cuanto vehiculo se le ocurri6.
Asi surgié el que bautizé Pepinotriciclo, que alcanzaba
gran velocidad pero producfa eructos a quien lo con-
ducia; luego, de su tallercito salié el Chocloaremos,
que no logré hacer flotar; y hasta el Puerroavela o el
Kiwiay
, que por esto o aquello no podia hacer fun-
cionar como lo suponia en los planos.
Sin embargo, luego de mucho intentar y fracasay, final-
mente dio con la Sandiaarulemanes. Era aquel rodado
un prototipo ideal, econémico, ecolgico y encima,
riquisimo, ZA quién no le gusta la sandia?
—Su combustible se basa en el poder vitaminico de las
semillas. ;Y pensar que resultan tan molestas, no! —le
explicé a Renata, su mujer, cuando se lo presenté con
todas las infulas y confianza.a
“opeaodsasop o8 fe 210]
-idoo,, ns v oxturpecy ouIAOFUT of — operseutap esad ay09
p o1ed ‘uspond onb of opor v west soueuromr sory —
“ex900) PIUOWUVU 9s PIPULS OT
-eypoui ¥ oraytiap20 um ‘senap A oypay
ap sopyrnuaa v joded op ormbreq un goign os ayueppy
-uorerqureo souoroysod sey vayama epund
-28 v] uo9 opueno ‘pres oosip vpored onb s0Vep—x
onidox— jugpoure onb o1od ‘soxouos ‘ugrouts 9x%!—
srvajoa 0 zedvxzop seta ezed soppuss sns sopor vis9Te
199} UeIqap SaxOINPUOD soy “eOUaNDAsUOD Ug “sepeIIII
org A seamo seypnur eyuss ood ‘o8re] wx9 ou OMAN
~erpues ef vruaa ‘empedod uarg ‘sey
-soqepad v aaqns un vmBos of “vo190 aq
“eID UEPPp PI QUI} epraNd ¥ OULTEWIGNs UE)
‘Tom90} Jo 099] uN OYIy
vqer8— juopour gnb oxod ‘soxouds “ugDoWD gr
-eysid e
asresonop ap opuewa jadon u2 uorezueae SOMOMIA SOT
oIn90] [P|
ouresq— juorefirey! “son ‘Sop ‘oun ap equano ef y— |
\qey ooodurey anb) soumy soy ap z0ad yo owos
equiogye epeBivy vy v visoad uoisuay vy oxad “eiqey soy ou
anbiod aquaureyqouas ‘sarojour soy ap umums fo eqeape
‘jopdoo outoo eqt ereuay A OutTepoa pp equTONTOD oN,
[eno | ap ‘Souvumueerpueg x] eqeouisep as soy anu
oungumt ‘o,0ur woo ‘opor ap wiqeEy “o1wur vquok asey
A esonai [es ‘onSuaxour ‘Testis xejpsap ap o sefoqe sey ap
opiquinz ja ‘sane sey ap omtred Jo ‘omuata fo ‘Jos yo zexdvo op
epeueuta uoisindosd ueqesn xo,0ur 9p zoa wo onb soypoo
soaneurey spur soy ueqeprense wstd vy a1qos «,,epesrey.,
ap ours un ofeq x “wzoxre9 vf op wIp Je oBoq{ “Uy 10g
o) A —jEmpecemos a comer! —ordené Renata, que solia te-
ner grandes ideas.
Ahi nomds ambos sacaron sendas cucharas y se abocaron
a devorarse el rojisimo interior del vehiculo.
En minutos, el bélido gané posiciones y lleg6 a ocupar la
delantera. La victoria era un hecho, y ambos ya festejaban.
En eso pensaban cuando, como salida de la nada, se les
cruzé una curva que no pudieron dominar y jse estre-
llaron contra un Arbol!
jPlafff! hizo la sandia.
‘Los rulemanes fueron a parar vaya a saber dénde.
—2Y ahora? Adiés a nuestros mejores suefios —se lamen-
taba Dalmiro.
Su esposa siguié teniendo buenas ideas. Ahi només agarr6
un manojo de semillas de sandfa y se las ofrecié a unas
golondrinas que miraban todo desde el filo de una tapia.
Las muy angurrientas se abalanzaron sobre las semillitas
que Renata, tironeando, no dejé que se llevaran.
—Subamos a lo que queda del coche —ordené y asi |
acababa de inventar la Mediasandiatracciénagolondrina.
Genial, no!“ojtono Jo wo opewaAuT weIqeYy OULD
vp9WIOD vf 9s ZAA ASO A epLA E] eLTEUOpLOd 9] OU ‘oso 10g,
~esoy ve vxeMAUT O[ OW onb aNF OOP oT SPU OgoT Te
aonb of org “eaonqy 2p esvo v ourures vqy opurens oq,
-umi [9 sopaod apooey 0 anbsoq Jop ompour uo vymbryp
vp v awsennon afqysodum vso wioye A “enfnaq eun foyer
un opepeSax wiqey 2] uamBpy “soue eroydumo vloy ei
-nrodep onb ony zoxaq oqo] je optesed opnd onb 109d oy
sayue ap se] ues seyonsedery)
“uopeares
vy 408 wopond seyesedsp spur svapr sey ‘so00n v ‘anb x.
“wouata womb ap euany vp op ayemBecay
AYENXD SYLLE O| 9p SEIN O SLINpIOA 9DaJO OpwoIoUT
0 eprampran e| uo onb soa ood ap onuop 1s anb sy
sowusied ap eupyo
2] 8 worry as ‘onnaud Jp oxoup Je uoxarqQoar sede X
“seqonos se] eqep so] ou anbrod sepefouo seupuoyo8
_se[ rod vpeaoord ‘ereuay 4 ‘erpuesespoyy ns ap artepoa fa
_s08 ts opuattos omumEc] :oyoy eT exed opanb opumun fq
|-eorao anb spur equiso epefioy| ey souoprsod opreues ony
epurserpopy ey SoMOTYDA spurap soy anu Ise opuezuEAYAhora, estaba agazapado esperdndola tras un matorral.
Mirenlo: un tenedor y un cuchillo en cada garra, una
servilleta al cuello y la lengua hasta las rodillas. Sin em-
bargo, el pobre tipo no sabfa lo que le esperaba. Al no
asistir al cumple de Caperucita ni sospechaba qué otros
regalos habia recibido ella, aparte del reloj y la brajula.
Acso de las tres de la tarde, por un camino de piedra vio
asomarse a su victima. Venia saltando.
—;Te como! —grité y, de un salto, quedé parado frente
alla. Horror.
—jSatkud mame kan tepii! —exclamé la nena mientras jun-
taba las manos como si fuera a pedir piedad por su vida.
Eso creyé el lobo. Pero no. Un primo le habia obsequiado
un curso de karate y se concentraba para la defensa.
Ellobo no entendié nada y tampoco tuvo tiempo de pre-
guntar. Una patada aqui, un
enel morro y quedé todo estrujado, victima de la doloro-
sisima lave N.° 23.
—jAjteu gjtzu! —agregé Caperucita y siguié su camino lo
més pancha.
Cuando el lobo logré desanudarse, tomé el camino massz
9180] opueng ‘ueyeu of Sep ‘seUOWANp ap uaLEMprED Jap
soquotp sopepye so] 10d opruaauarg Anus A vpepay ene ye rod
opiqnar ary onuspy ‘ofeqsax A ozod jap eo E] ost gignb
vr!
anb opuvsuad ‘eunue p 4 ‘wise ns ap offe swoes v ony
‘orpavonas ‘seureypezuey un 0 vpedso vun wprooorede
tapmiades ‘ssououg “fp ow0s opeypodsop zoxoy ogoy um
aguas expod aonb viqer yj epor uoo ow8 of — jouod ay! —
-eduren ajqupnyout ns ap saxopaparte soy goytnoap9
‘oseoe 1s sod A “soquvzoo zezeo vied vduren un orpuoy
“eunoug ‘sewed osquios 4 ep Anut ene op quell vf ‘O]
-ons Ja wa eduren wun vec “esardaos 10d ueprewio} o| ou
ZA wIs{ “Teuy adjo8 J ep v osndsxp 9s ‘oood un asrery
-sa ered souorcay s20ey ap oBany & xedvoso 9x80] Ogoy [3]
“outures ns omfis “epeu 1s owo9 “euot
‘oured ns xq “ouzvo ap ofypeoid ap winey van ue epesse9
-u9 opanb vnsoq vy oruosg “equready ‘equiaidy “equi
-ordy ‘ooruyoour a[qeredunt un wored vuru yj oxod “eq,
-e[[My “sopry sopor sod equiaxde oj anb aguas v ozadura
oqo] If “emMpeurte vy op svorom sey seysnfe A seasnl
¥ ozuawi0s £ ezeuay wun goes ‘1A of seuade onb sy
‘oursopy un opepeBar uerqvy oy ugiquiE eyonuedes) y
"p woo erorpnd anb vpeduion wuaqey on “Teaorpout
oxyeqe9 ap vmpeunre vun us opnour eIqey as ord
| 9088 2] 9pugp ap uowunaid oN spuioM ye EEA
| -uo op o1u0 ue} ary ou zon vaso X “eypo v auay opered
oo oponb ‘oyes un ap { offre joutoo ay! —
jopana un enayy! “ootoy omezeuour Pap
soroyuo so zod ajopugres oumy Jo A viqer ap sofor solo
so] euay, “omuEjape spur vpresods v osndstp as X ox109salir, accidentalmente activé la red para
apresado como mosca en la telarafia. Empez6 a dar tumbos
sin control y fue a rebotar a las esquinas, donde recibi6 tre-
mendisimas patadas de electricidad. Sobrevivi6.
Caperucita miraba todo sin poder creerlo y eso le jug6 en
contra, El lobo logré sobreponerse a semejante p:
pegé un salto hacia ella, y ya la nifia no pudo escapar.
—Te.. co... zummm... te... zzzzumm... como —le
mientras atin no se reponia de la patada de corriente. Iba
a cumplir con su amenaza, cuando la chica le mostré lo F
que habia intentado sacar de su canasta. Un oso de pe-
luche que era un primor.
—Para vos —le explicé-. Me regalaron dos. Perdonan
por no invitarte, pero perdi tu niimero de teléfono.
—Le entregé el ositoy siguié su camino rumbo a la casa de
Abuelita—. Chau, que te mejores le grité mientras se iba
por el bosque.
El Lobo Feroz miré
w mufieco y sintié que el alma le
hervia. Nuevamente Caperucita habia logrado escapar.
Pero él afin era joven, tenia tiempo. Mafiana la espe-
raria tras un arbi
y esta vez, no habria escapatoria: la“opzonsax offaq
tun 9s v gsed ‘sez0y gg vamp onb ‘reuny sats vp A “ereZ
-nu9 9f 9 UWE OWUEND as19UIO osndord as A keUNy LOOX
ap soygen sauioo ap gsueo as oye8 Jo Sexp un anb viseq |
oypued spur of erata ‘saquonp A saqapour omd ‘oyptysid 1g,
‘Bopiing
opunepy eure 9g -oxouny Soprg un dey ugiqures “yy
“soun| seqp So] op sufuvos anbsod ou vquare ype woAKs
anbiod jse sopeurey ‘Sozsuny sozeuozes so] v o1BUaH oS
[pp souoronsosiad se] owoo “enoyad ap sesoo uvsed vy
‘soared owtoo vpynmae ue so ow eu] PT
aeSnf v sezaduia op sete vruay vA “vue
eur ¥isey osreuenge epod oN “epresadso v g1UI9s 98 X
“oyjme— zoxag ogo] Jp atuauresapepzaA
2 ugmb yaqes enonsader vso ‘sepor od zaa vun og¢—
“opentaut ono fa eras “(oso [e suod vat of
0.199 & O10
se) oysfoy “9 Jo ueyeUO) A vuseo vj v AeAL e epEAUE
8%
i
!
Hl_ bien, en las noches se veia en la faz de la Luna, un ratén
seguido por un gato, a su vez, seguido por un perro.
| Adecir verdad, a los roedores alunados el gato les cau-
saba gracia, no miedo, y si bien no significaba un ver-
dadero peligro, las continuas rifias entre ambos animales
los pusieron histéricos. Es que antes del alunizaje del fe-
lino, los ratones apenas notaban la existencia del bulldog.
En cambio, ahora lo ven y sienten repehis.
Por eso, una noche lunar, que dura toda la vida, se
reunieron a buscar un modo de devolver al satélite su
hist6rica tranquilidad.
—Uno de los dos se tiene que ir —dijo un ratonazo—.
El gato o el perro, pero la Luna debe volver a estar en
silencio, ordenada y pacifica.
; 10s de Genaro, que se : . :
Se sumaron los conciertos nocturn on Propusieron miles de formas de hacerlo, pero ninguna
pont a maul cada ver que sla la Tema. Era des assess Mientras, Mawsico sguta n Gonaro 9
nado Genaro... Genaro, haciéndose el canchero, saltaba de un créter a
El perro, de costumbres més bien pacificas y carécter bo-P a burlones maullidos,
nachén, comenzb a mene a dingo nell ne forma humana gis a
el entrecejo. El otro, ni bolilla. F son lider
Siguieron grufidos, ladridos y hasta hace poco, site faba) mos a aniquilaslos con gas o encerrarlos en8
[pp seypury sono ‘oye Jap odmbo ap uvas soup “sexop
-ueq xeopuo wepey A soonuvo uBqestiosdunt anb souoye
op weqeseqau sosouiayur sesapey sns & 1oy39 un ap 1OLOIUT
P Uo oIpeaso un opeunre werqeyy “opnied op wp [> O89TT
jexony! opaprod yo £ eurepanb
9s sopeueS jg “ou |p wes opnred sound jo ‘souor
-v4 sof uvqeiadsa 0] woo |e} uoxaiquosut as soqury
~exeysojour
of apeu onb us visors v] sTuMIOp v eETIAIOA “eeyorEUL
28 oye Jo opueno onb eqesuad Sopring [9 ‘opey ns 0g
-optes8oy ved
openusouos £ opmbuen spur epreso ‘ojopugmsis oxod
puis “uoyes Ojos uN sez oprpod wiqey ou UNE U>Iq 15
anb ‘oruog ov yo vied uopeay wun any ommrord yg
“joqng 9p rear] opeuoadurery round Jo xezrue8r0 v wor
-orsnd os spuiou rye A ys Ja UOKONp ouNTEUN vIoMeMT ag |
“orepe— vu] yj op await
-o|qeure paeanar as vproid onb pq “opnyed un uo woo
-ua a8 soqure aonb souareyy “Joqnny jp sesn oBuodorg—
-sonsoziay soypnun aonb sopezipiato spur wos anb
‘soreumy souoyes So] 0109 8 uOxofip— vsoye# o vrors0d vun34
perro, ;Era todo teatro! No les importaba quién ganara. |
En el centro del estadio, Genaro y Mauricio se miraban |
con rabia. Y cuando el ratén referi hizo sonar el sitbato |
de inicio, el minino lanz6 un cafio al pichicho. El esta
dio fue una sola ovacién, mientras Genaro avanzaba solo.
hacia el arco, adonde, por supuesto, no habia arquero. |
Pero Mauricio, desesperado, puso primera y logré qui
tarsela y la mand6 al corner.
—Tiro, Tiro de esquina favorable al gato —anuncié el
locutor.
La muchedumbre enmudecid.
Genaro pens6 cémo hacer con una sola patada que la
pelota legue frente al arco, doble y sea gol. Sus neuronas
trataban de crear la magnifica jugada, cuando el perro,
bastante sucio, le sacé la pelota de un contragolpe y avan-
76 hacia el lado contrario con la rapidez de un galgo.
;Vivas, bravos, hurras de la fiel hinchada! |
El gato, indignadisimo, dio un salto lunar que de un peri-
quete lo puso frente a su arco, Las patas le temblaban al |
ver cémo el bulldog se le venfa encima.
El primer, y “ico, tiempo estaba por concluir, Habfa“
-orerede op 10s
ppp onlo fp zefodsop us seonry eqvosop— opfrue un vsorp
tod oummeg 0 s0[09 ap vreiqures oyePY souDLE Te Ig —
“eUISTUT PT IO UZTWTE} ‘sasey sns erepn anbune
onb vA ‘euny vf axdwos A ‘seyjonso seuistur sey oudurors
‘A -oidoosoja1 ns op sjaen v opp ye opuemu soypou
sv] sepor vqused as “uoysajord ns op souowesiygo 10g
josmamqe ou vxed ouigo! **-uprqurey,
“pyuoumonoppesenxe wuge as owoUONSe Jo SeOTr]
OoTuIs9d SeuOIsAaAIp op onbaed [Tq
-eurry ej 9p
aranb auan as ugmb saqes 10d oS 4 oxrad ou109 ueajad as
om un Aouad un onb ey uo axeu vun syzon aquowemsog
‘O}aD fp Wo yosng 4 o\doosoja1 un aymBasu0d ‘sgar9 aur OM Tg
“rye sod opuejogar epue eyavpoy anb moped yy 40s
gymsax uatq asrely ap o8any o1od ‘omedso yo 10d opuonma &
opuiad somoajaur soxane ztiqnosop woraKa19 soa seypnUt
anb uemSase ‘syuapy “eiopd yf opueosng snug, sod uep
ame eioye oe [p A ouad pp “YEN BI ue HeULOFUT UNBag
-vordumyo eafana e] uaxapp ‘oyta}u09 ap soypoyp ‘SouOTeI soy
-uoranted 4 ‘oyeuoodureo Jap ugmeztueB10
2] opao sof quar |qeure we onb ‘noYoo Jo uoODopesse
areuag & opumepy ‘someuoura|duioo somures oom vETeP
Fe 0198 ‘epeasnq & ueroNy anb soxopeBnf soqure v ouifins
anb of sod ofonf Jp uopmysp ws xefop wpod ow pyar TE,
“oyruyur [9 ue orprad as oyuoad 4 vqunre vey
eqefndura ef pepanes8 ap wypey eI ‘orepy “aap os A wpa
seiqoo gnared wiopad yf ‘ooqnd A sosopesnf ap oxquiose
p aie opueno “uvo Jop s0Aey [08 op oquoUTUET oxSzodPero nada extragalacticamente novedoso ocurria alla arriba
yeso le fue agriando el humor.
De ahi que nadie se acercara al observatorio, por lo cual
ademas sufria una gran soledad.
Una noche, Lucas miré por el telescopio y vio millones
de puntitos brillantes que cafan derechito hacia él.
Alllegar a cierta altura, se encendieron como brasas y -
les crecieron colas largas y luminosas.
Creyé que de tanto desear un cambio en el cielo, habia
causado que jlas estrellas se desprendieran!
Se preocupé extragalacticamente y cerré los ojos.
Sintié un ruido infernal afuera, y el suelo se movié
como si hubiera un terremoto.
Cuando volvieron el silencio y la calma, Lucas se asomé
por la ventana y frente al observatorio hallé un montén |
de piedras. |
Algunas chiquitas como guijarros, otras medianas como
osos dormidos o muy grandes y que, sin duda, pesaban
toneladas por los crdteres que habian dejado impresos al
momento del choque.
—iMeteoritos! —dijo sin equivocarse—. ¢Y ahora qué“oxqond [e ox1109 ‘onuog asinsaa 4 o20d un aszease ap ofan
ofeqen [9 opeurusa) sod op
‘oypaysnes opueno ‘opauvure anb vasey osueosop oN
saiquzope seutosid seum ua uoronstauod os A sourjod.
-uren osnd say ‘sopuoy spur soy x ‘soquany wa gUIIOJsuEN,
so] ‘sopuryord souaut soy y ‘saxo1ws9 soy ene woo ouay]
‘opedsa jap saiuensta seanod svso axqos 1aqes anb Avy
anb of opor woo giqrt9sa [9 onb soxoures g90[09 oun epe
ua £ onoaxasqo jp opuvapos osnd soy somopuead spur soy
“oAnsuoo outstur [9 onb sey
-auvsed woo one of 10d gjnouta soy A seqLsopeoso ozry sory
‘ONO [ep ope] [e OU soueAPoUT somLLODI0UT so] opotBOOW
-senueyd A soxoy “pods9o
gaquias ‘onuaq, ‘sorapuas uo oxedos anb ‘osrd ja ua
somBuyoor goreur ‘soMbmyo spur somooyour sof wor)
srefeqen v osnd as 4 o110y
-wa19sqo [op adoze# opor v oreg “seuouezzay sns O9eg
‘UETTETG oWWUTEHOY[eBENXD Vopr eUN OAN) ‘OJOS 1eIS9
vopeuapuod wyqey O| Osa OWNS 4 oduron wioey apsap or
189 UIs opuvasap epuaA aonb odsep [2 1eprosa1 ap oFawT
“guunfaud as soyjo uoo oSey,Ya muchos habian salido a hacer sus cosas. Por eso,
parado en medio de la plaza central, varios pares de |
oidos escuchar a Lucas anunciar:
—Los invito al Parque de Diversiones Césmico.
~¢Parque de Diversiones Césmico?
-Si... Hecho con meteoritos de verdad, para que todos
conozcan los secretos del universo y, ademés, se divier-
tan extragalacticamente.
jNo ms aburrimiento, mal humor ni soledad!
La propuesta debié sonar extragalécticamente entrete-
nida porque desde ese dia, el observatorio se lena de
chicos, grandes y ancianos.
Curiosos en busca de alegria caminan entre los jar-
dines marcados con los meteoritos més chicos; recor- | Cambia, se modifica.
ren el laberinto hecho con los medianos; o se plantan | También mira por la ventana del observatorio y se
frente a los mas grandes para aprender y sorprenderse.
perando a que vuelva el dia para que el Parque de Di-
siente extragaldcticamente feliz de su ocurrencia, es- |
‘También dan de comer miguitas a los peces que nadan
dentro de las fuentes-crdteres 0 se pegan un chapuz6n f etsiones Gosmico s¢ lene de gente, sorpresas y diversion.
en las piletas-créteres.
Ahora, cada noche, Lucas mira al cielo y sabe que no
siempre es igual.%
L
[oyy ap se wxony Opor Is “YY
guusonb vj ojuyns wiosoy v eIop
9] A eqt ou se sepure op zaa uo nb 10g? :syxequnBaud ay,
-seyayeS sey v sonal
-ne sof apa9ey ap wqepisfo os & sopeyqop terres 9] sau
soy ‘ued Jp eqeuronb “eqepue onb opeqoqui wei ap A
“e1osoy 9p oper
-oureua vqeyso ‘ojgand pop orapeued ja “unneyy umbeof
Svun[eIpeur Se] ep UOTOUOAUT BTSucedia que Roseta era caprichosa. A quien se le acercaba |
a pedirle que fuera su novio, lo espantaba con antojos de
lo més estrafalarios:
—Soy tu novia si me traés un pollito verde... Me caso
con vos si me conseguis una piedra rellena con choco-
late... Seré tu esposa, pero antes conseguime una naran- |
jasin semillas.
Todos imposibles de alcanzar
Y eso lo tenia mal a Joaquin Flautin. El pobre vivia con
la duda:
—Si yo fuera a pedir su mano, gqué cosas estramboticas
me pedira?
Cuando de tanto quemar el pan, hornear grisines dobla-
dos y galletitas sin agujeritos por pensar en ella, los clientes
dejaron de ir a su panaderfa, se decidié.
Una noche fue hasta Ja casa de Roseta y apenas ella abrié
la puerta, le propuso:
—Seamos novios!
Roseta mirando al cielo nocturno, dijo:
—Dale, pero antes... jtraeme una estrella!
Joaquin Flautin no se la esperaba.oF
ap offysoo8 ano vxea7| sopio sns v anb opuezadso off eqex
“nur ep fg ‘onTenSuou euNy esouLIOY vUN eIGeY eqLETE BT
: -eurquoa vy aod oppio ye opueat A eseu
¥] Wo soueUT set HOD eDop— jeuN] ve axoMb wroyy!—
“vyropeox9UE ns TwOLLLOY| B XeZUDUIOD ap wIOY B19 eA aNb sy
‘euopeued ns-v opensny any os unnepy umbeof
jomf or! ‘sey
~jona spur Sop ou vé As [2 Aop 94 Curry PI spe OW IG —
:spur oprpod
un eqepanb une o1ag “aquoystssod & soup ap seurape “0:
-vo19 wey vxONy a}UOIpUoIaAd 989 oNb OMMRDUD oT wIOSOY Y
jqosea un!
oBanuo 2] A vypeypnut ef ap wseo vf e OBI] 2s SPUIOU YY
‘esondsox
I] ONUOSUa A sadan uaID “*son ‘sop ‘eum onder oF
“poo ns v asopupsop
“opnumenu 9359 axgucns pos po amb
oyf run SoBryom Soy a4n0 J
swSnyoay Joo Cyoo augue,
omyonge ns wey 9] ‘ooryo vxo opuens anb offysooe un
9ptosar za4 eNO ‘opto ye vxejdos of 2s HoMBfe 1s OWI K
‘oquagus vyuay anb epuiog vzopead vy opuez
“fur ‘eqeiunBaid as gJog woo o8[e o8tsu0o apugcy?—
“optpad onan Ja sa0¥jsnes
owigo sesuod v odutes pe ony ‘nur ru st99p wis ‘ouopeued fy.
“Jog uoo offe sgen aur Is eAOU ny 949g —
:ofip ‘equue ype equitaq anb Aor onse ye opuepeuss
ose Jog “asmmpuai ap vo ou ‘esoypudes eotdn ow09 oxag
eur [op 0 OPP fap 1s oFEPE ou
orad ‘vyjaxiso vun oprpad erqeey ‘epyed osnd as vom ey
jreur ap vjansa vun! ofan
-ua 9] viasoy ap of B any uNNeTT uMbeof “exp ono Ty
‘ugronpos e] offey A sa9eA ua! “san ‘sop ‘eun ontdax oT
osquorua sppod au uptqueny
orurucrwutl 12 uo ayo0u ap inbuno
Stout ya ua aguas opgoey
sowange ns vey 2] ‘oon wxa opuens anb
ofgraoe un gpiosax ‘opto Te exejdos of as uamnBpe ts ow09 K
seu [p U9 epeaep BISA
Y uoo equinuzmur— geTaNsa vuN o81su09 OWOD?—
“optpad of w09
aydumo owi99 ua sesuad e eed vj v ary aquaumenst org
colos que le solia decir su abuelito, pero 0 se habja quedado
sordo o estaba empezando a perder la memoria, porque
desde su nifiez no le legaba ninguna de esas ayuditas...
Pero no se daba cuenta de que en la espera por algiin
acertijo, sin dejar de mirar a la luna menguante, le
ponfa azticar a la masa ¢ iba corténdola con la misma
forma satelital.ower u9 on AUOD ut osaq un ord
‘odiouyd un fog — ouynz -y oppruog, o18— jereg!—
‘opsrpzrourpe v vasondstp ayuardas wun garaoe af 28
opuens ‘counf'un v opezeaqe vqeiory “vane wun e ALA e
ALOIqep oUNNZ, "y O[FUIOG[ opeDwAssop [2 X Sozeqods9 SOT
goes of ‘Sopereq soy 10d snyadar eptuas anb “esooutad ey
owe uo ‘pepardod woo opueyqey “eues wo Ons
-u0o as oun, “y ofpTMOG, anbrog “soorprod uoxaTUI0D
Ssooyay WOIOLATA Tu ‘opesojoo uEIO[OD ony ONT doyd
ounz “y ofpruog adiound ye gsaq eunsIry “g BsOY B20