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1 - Gon HUA RA ISS conocimiento analftion habitual y ia aabilidad del Alinta sélo tienen / ignifieadn, on la medida en que, su receptivided cel inconscicnte deaconocide » Leapacided to alaptarne a todas las aituaciones analftiene, 1 permiten aumen— a habilidad. ene conocimionto y e: Syeul, recomendabe que el analista asumiese une actitud libre de preconceptos ;y se pornitiess quedar sorprendido por cada aspecto del anflisis. ‘Tal recomenés- sién, entra en aesacuerdo con Reich en el scntido de insistir on el anAlisis sic toniticn Sa la resistencia y, on la estricta derivocién de la técnica especial a tir Ae Ia estrnetura de onda caso. H ounatién est Como ae puede asumir wna actitud pasiva, receptiva, sin pre- sonsephos yy oi mismo tiempo, proceder de manera légica, directiva y sistemiticd? - ha respuesta ont en la habilidad del analista en encajar my rapidamente aque- Ilo eve es rorpr ondentemente nuovo en el contexto total del proceso terapéutico. Arf, tanta el asumix una sctitud sin preconceptos y analizar consistentements ln Teaintoncin, no son discordantes una de otras Si el annlista desarrollé la habilidad recomencaia por Freud, el tratamiento le la vonintencia,apareceré: autondéticamente como reaccién al proceso del pacien= te. Por otto lado, evando el material que difiere en dinfmica, es ofrecido simul Lonésmonte de varias eapas del inconsciente, el anslista escogeré espontaneemenie m plenento en Inger de otro. Sin pracisar pensar mucho, analisaf& la defenea del, sntes le los contenidos reprimidos etc.. we lueso, deste el comienze, el andlisis se desarrollé on armonfa con 1a e: tmictum: del caso yy pn la, base de lan resis noias de transferencias, si se evi t6 el error de confundir-el caso y la situacién con interpretaciones demasiado / profundns y preanturaa, entonces la incorporacién del nusvo material, ocurre de modo cnsi automitico. ve ese modo, cuando el analista comienza adar vueltas" sobre la estructura y Jos requisitos técnicos de un caso, es sefial de una de las dos situaciones, 0 es- 4& tratando eon wm tipo especialmente nuevo y poco habitual, o, su inconsciente / esté com do dr cualquier forma, al material que el: paciente ofrece. 1(2) AWALTSIS STStEMALTCU Y SU IMPORPANCIA ( ResTsrEncTA) La incorporacién casi automética del nuevo material, ocurre debido al no apo recimiento de Jos elementos potenciales de inconsoiente de manera arbitraria. / 3u ommicién es determinada por el decurso del propio anflisis; se presupone que el material analftico ( el material inconsciente de varine capas) y las rosisten cias Yustapuentas y confusas en el inicio, han sido ordenadas de manera definida. Aqué también se trata de una cuestién del ané isis sistemitico de la resisten 1(3) J GAPACTOAD DEL ANALTSTA : COMPRENSION FLEXIBLE B INTUIPIVA VEL CASO La capacidad del analista de adoptar una actitud Tlexible en ou trabajo, de / comprender el caso intuitivamente sin apegarse al conocimiento adquirido intelec tualmente, dependerd dot a) Dominar inicialmente eu tendencia t{pica de "hacer una venta" répida de su cc~ nocimiento anal{tico del caso, a partir de ah{, se establece 1a base esencial de la habilidad analftica. b) Condiciones propias de su cargoter de 1a mioma manera que 1a capacidad del e- nalisndo Jo dojarse arrastrar, es determinada px el grado en que su coraza carac terolégioa fue debilitada. I(4) Bb PROBLEMA DB LA CONTRATRANSPERENCTAs 1 problema de la contratransferencia es posible de ser reconocido a partir der 1°)- La now como ol caso avanaay si, on que droa, la actitud del analista es & fectuosn, anto es, ent perturbada por los propios problemas psicolégicos. 2°)- Bl hecho de que algunos casos 1 producen una transforencia negativa afeo- tiva, debe ser atribuide no tanto al Sloqueo del paciente, mas of al del / analista. 3°)- SL analista que no resolvié 1a represién de sus propias tendencias agresive: serk inonpaz de realizar un trabajo satiafactorio con lon pacientes yy p arf baata deaarrollar una cierta mals voluntad afootiva para formar una eva, Imneién intelectual precisa ae la importancia del andlisia de 1s transferes cin nogativas La agreaién reprimida, ilevaré al analiste a considerar como provocasi“n, la agresién que tiene quo ser despertada en el pacionte o, de- Jarh pa ar los impulsos negatives del paciente, 0, impodird de alguna forma sy manifestacién. Podr&, inclusive, reforzar la represién de 1a agresién, / con nmabilidad exagorada para con el vacient>. 4°)- Los pacientes rapidamente, presienten tales actitules por parte del analiste y pasan a explotarlas hasta el fondo, con impulaos defensivos. OBSURVACTOWs Un bloqueo o un comportamiento solfcito, en exceso, por parte del a- nalista, os la sefial mis evidente de que desvia su propia agresién. 5°) gow Y COMPROMISO EMOCIONAL DSL TERAPRUTA LAS: MANLPESPACTONSS Como consecuencia, encontramos la incapacidad caracterolégica del analista © onfrentar Ine manifoataciones sexualos del paciente, esto es, ou treneferencin / posi tiva, sin envolverse emocionalnente. Muchas veces, el propio miedo que el enalista tiene de lns manifestaciones / sexuales y sensuales del paciente, impide severamente el tratamiento, pudiendo / no ocurrir ol establecimiento de la primacia genital en el paciente. En condicio— nes analfticas normales, las exigenoias geaitales de anor que el paciente hace, / se tornan evidentes en la transferencia, Si el propio analista se ontoage~en lo que dice respsoto a aguntos sexuales, 0 no tiene, por lo menos wma orientacién / intelootual noxualmente afirmativa, su ‘zabsjo como analista, ce resiente con corteza. 1(6) CONSBCUNNCTA i LA RELACION ERAPEUMA X PACTITE LL ualidad del terapéuta: que el analista admita o niegue quo tiene que / luchar con dificultades de orden sexual, eso hace poca diferencia, porque el pa~ ciente medio, sentir 1a negacién sexual inconseiente y el rechazo del analista ¥) Consecuentemente, serd incapas de Liberarse de o 16 propias inhibiciones sexa- les. Sl analista evidentemente, tiene derecho de vivir de acuerdo con sus ideas. Pero, permanece el hecho de quo ei, inconscientonente, 61 adiere a rfgidos / Principioc morales, que el paciente presientesiompre, si, sin aaberlo, reprimié tendencias poligamicas, 0 ciertas formas del juego amoroso, s6lo conseguird tra tar muy pocos pacientes, y, estar& sujeto a considerar como “"infantiles" algunos modos naturales de comportamiento. 2~ Contratransferencia Narcisista: Los analistes que sienten las transferen~; cias de sus pacientes de una manera esencialmente narcisista, tienen tendencia a interpretar aquellas manifestaciones contemporaneas de amor, como sefiales de una relacién amorosa personal. Por la misma razon, acurre muchas voces que las criti- cas y la desconfianza del paciente, no son bien ¢: ajadas. 3 Sndiicmo del erapeutas Los analista cue no controlan suficientenente ou / propio sniismo, caen con facilidad en su conocido silencio analftico, a pesar de no haber razones satisfactorias para el. Consideren al propio paciente, en vez de consideror 1a neurosis del paciente como un enemigo que "no quiere curarse". Amenazar ae interrumpir 61 andlisis © innecesarios establecimientos de plazos, no son tanto resulbante de una insuficiencia dc la técnica andlftica, mas de una / falta de paciencia. Hsto hace que la técnica quede de este lado de aus posibili dades, 1(7) PRS-CoNDTCTON . Satisfrocidn serusl del Terapeuta - Contratransfersnoia Positive 3%! Bs innecesario decir que ea muy probable que un analista con falta de experiencia sexual seré capaz do comprender las reales ificultaies de la vida sexual del pa ciente. 51 estuinnte deberfa satisfacer, por lo menos, los mismos requisitos / gue se aplicon en los pacientes, somoterse a andlicis durante su porfodo de entre namientnt establecimiento de 1a primacfa genital y la obtoncién de una vida sex- ual entiafactoria, A menos que reprima sus propics impulnos, el analicta perturba do aoxininente o insativfecho, no serf capas de controlar su contratransferencia ponitiva, como también hallaré oada vez mie dificil luchar contra ls provocacién nue las manifentaciones sexuales del paciente hard a ous exigencias sexuales. Sin sombra de dude, quedard enredado en une poligrosa situacién neurstica. La / practica nos impone las exigencias mis severas a este respecto, y seria locura, psconlorlan o negarlas. 2- Bn cuanto a que el terapeuta sea una hoja do papel en blanco Finalmente ea un error interpretar la regla general analitica ( el analista deber ser unn"hoja de papel en blenco" en la cual el paciente escribe su transferencia) para decir us se debe, siempre y en cada ceso, asinir una actitud de momias En / tales conic: ones, muchos pacientes hallan dificil "salir de la concha" dado que tornarén necesarias modidas artificiales, y no anal{ticas. ajo de_ncnenl con ol earfotor del paciente jo evilente ne wn paciente agresivo tiene quo ser tratado de manera diferente / de 1a de un paciente masoquista, un pacients histerico sobroxcitado, diferente / lo un pecieute epresivo, el snalista molifica su actitud para con el mismo pa / cient, devendiende Jo la situacién. fn resumen, no se hace neurSticanente, lo / no une ei tiene nue soportar un elemento de neurosis en si mismo, al av} trabajo Si bien el onalists no puedo y no debe cuprimir su temperamento particular, y / debe tener onto en monte al decidir cuales de los pacientes eaté mis apto para tratar, asimiano, debemos exigirle que au individvalidad sea reprimida, que sea controlada.también debomos esperar que se obtenga una cierta floxibilidad de ca~ récter durante «1 entrenamiento analitico. un peounon, las exigencias que hacemos al enalista, son tan grandes como las dificultades que tendr& que enfrentar mis tarde.Scbre todo, el ahalista debe te~ ner enta proocupaciéns porque su actividad profesional esta en fuerte oposfisién / con la myrin de 1a sociedad convencional, ridiculizado y columniado, a no ser que prafiera hacer concesiones,a costa de sus conviecionestedricas y prioticns, a un onion social directa e inconcilinblemente opuesto a sus necesidades de le terapéutien de las neurosis

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