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esta manera, los casos patolégicos de los que habla Kretschmer, ¥ la primora lista de rasgos de personalidad utilizada por Sheldon, constituyen los marcos en los que deberdn necesariamerte vemaes las dimensiones del eardcter quo estos autores podran desing alguna vez". Lo mismo hemos setalado respecte de lee de, claborados por el anilisis factorial (véase supra, pig. 49). Eee ua de Tas razones por las que todas nuestras Opicionce selina cl gbjeto complejo que es la personalidad son, por el memene Ruy fragmentarias, Esta es también la explicaciin. profueds dc} hecho de que las dimensiones deseublertas por diferentes sronce Filo se eubren parclalmente, y se oponen o se completan a wn de 1s gazin, también, no adoptanes, en materia de esters lo Ia personalidad, ninguna actitud oxclusiva en favor gual eafoaue, Cada uno de clos puede, en efec, avehav alg? luz sobre este tema que se nos escapa alin en gran porte 3" Recordimos que todas lat aalciones que hieo Sheldon, Eder miners Nite do rages (cs pig. 14) team ener ee arormant, Shr Gt ges etens on feprine hoa” Setgg CT eee pre et vl el campo mismo que se explora, ee 190 8 LA ESTRUCTURA YO-MUNDO. Bosquejo de una teoria relacional de Ia personalidad Vimos hasta ahora que existe un conjunto de relaciones mis © menos estables -es decit, uma estructura 0 una organizaciin- entre las diferentes actividades y funciones constitutivas de la personalidad. Ese conjunto de relaciones no existe ‘uicamente dentro de la actividad psiquica, sino que tiende a incluir, en una z uunidad mayor, los rasgos somaticos al mismo tiempo que los psf quicos, como las tipologias de Kretschmer y de Sheldon, entre otras, lo han evidenciado. En este viltimo capftulo, que trata de la personalidad en su aspecto general, més que diferencial (cf. supra, pag, 25), deseariamos demostrar que la estructura funcional de la personalidad va més alld de esa unidad intrapsiquica, y atin més allé de la organizaciOn somatopsiquica. Una personalidad _ 4.4, ¢s un modo de funcionamiento que engloba esencialmente-dos po-~ “l/4, los: el yo! y el mundo. El yo es el conjunto de las funciones y _ de las potencialidades psiquicas del individuo; el mundo es su ag Ch? abjeto intrinseco, En efecto, el funcionamiento psiquico la per- ealt te cepcién y el comportamiento en general, como también la motiva- cién= comprende necesariamente un objeto como témino intrin- seco del mismo proceso. Ese fumcfonamiento sélo puede situarse, en consecuencia, en una estructura que suponga una referencia + Tomamos aqui ol yo en su més amplio sentido: eomprende el conjnto de ls funcianes que intervienea en el eomportamiento, 191 intrinseca y activa del yo a un mundo de objetos. Por lo tanto, ese mundo de los otzos y de los objetos no sclamente se encuentra frente al yo, sino que también constituye el contenido mismo de la vida psiquica personalizada. Es decir que, funcionalmente, ‘una personalidad sélo puede existir en el marco de una estricturs que va més allé del organism somatopsiquico, en otras palabras, en una estructura Yo-Mundo. 5 ‘Tratemos de bosquejar las Hincas generales de esa estructura, ¥ de ver obmo se sitian, las caracteristicas esenciales de Ia perso. nalidad y de sus dinamismos, en una red de interacofones y de ‘comunicaciones con el mundo. I. LA PEnsoNaLipap ¥ EL MUNDO COMO ESTRUCTURA BIPOLAR En primer lugar, debemos precisar en qué sentido conviene concebir la personalidad como constituida funcionalmente* por ‘una red activa y una poteacialidad dindmica de relaciones con el mundo, Bs evidente, en efecto, que para establecer una red de interacciones debe haber “elementos” que entren en comunicacién, L Al nivel del razonamiento légico, se diré que toda relacién entre el yo y el mundo presupone el yo y el mundo como preexistentes @ esa relaciénaY, no obstante, desearlamos subrayar que seria inexace to considerar la personalidad y el mundo como dos realidades, existentes originariamente como tales, que entran luego en relacién vuna con la otra. yLa personalidad sélo existe funcionalmente en una red activa de interacciones acttales y potenciales con un mundo que, igualmente, s6lo existe, al nivel psicolégico, gracias 8 esa actividad, jEsto significa que la estructura preezistente, que coasttuye el nidcleo de la personalidad funciond] es decir, del fineionamiento psiquico personalizado-, es una exigencia y una 7 Al agrotae funcionalnente, entendemes subrayar ue no consideramos avi el problema Hloséfico de le personalidad come subatoncl. Care nants fomos selalado (cf. svpre, pég. 24), In persoalided no signifies toro ergna const, ing au, ate nosotros, una cones, centiics ‘riinads ea el eso del comportament, que es el Rinconamlcsts de 192 potencialidad activa de ciertos tipos de interaceién y de comuni- eacién con el mundo, 4KEn cualquier momento de su desarrollo que se considere -en el estado de dvulo fecundado o de nifio recién nacido, por ejem- plo-, esa estructura precxistente ya es, por una parte, el fruto de una red de interacciones con su mundo (0 “biosfera”) y, por otra, su existencia actual consiste en un esquema de relacionos actuales y potenciales de una complejidad creciente. Esto equivale a decir que aun la estructura preexistente no puede ser concebida sin una referencia intrinseca a esas comunicaciones 0, como se.lo expresa a veces, sin esa “apertura” psicofisiolégica al mundon La realidad de la que se debe partir en psicologia como de un dato ‘bésico mo es, puss, Ia personalidad o el organismo, sino e] esquema de interacciones concretas o virtuales, en uno'u otto nivel de com- plejidad, entre los dos polos de la biosfera psicofisiolégica: el yo y el mundo, o el organismo y el medio, En euanto al segundo polo de las interacciones, el mundo, con- viene sefialar que tampoco existe -al nivel psicolégico 0 compor- ‘tamextal- sino en cl marco mismo de esa red de interacciones. El mundo, tal como existe para la personalidad ~es decir, para y en el comportamiento-, es la resultante de la interaccién (cozio obje- to de percepeién, por ejemplo). La estructura preexistente de ese mundo comportamental se sitia en otro nivel de interaceién, que no nos interesa aquf, a saber, el de la actividad fisico-quimica, Lo“] ue importa aqu{ es que también el mundo comportamental es una entidad que sélo existe como polo del proceso de interaccién. gE dato inicial de Ia psicologia no es, pues, lo repetimnos, Ia persona- lidad frente al mundo, sino el proceso comportamental’, es decir, ‘esa estructura bipolar en la que la personalidad y ef mundo coctis- ten como sesultantes y potencialidades activas de interaccién. ¢ _y EI papel esencial y activo del mundo en ese proceso se mani- fiesta claramente cuando advertimos que constituye el conéenido mismo de los procesos psiquicas: como “valencias” de las interac- ciones dindmicas y como “objetos” de toda actividad perceptiva © cognoscitiva. También aqui es necesario advertir que la peroop- ® Debemos recordar que, para nosotros, el proceso comportamental com- tprcade tanto los procesos cognosctives y dindmeor camo Tos mecanismos Ge eacciin motriz (ef. supra, pag. 19). 193 por una parte, y'el mundo “personal”, o el mundo como contenido Y parte integrante de la personalidad, por la otra. JE] mundo objetivo y social es el conjunto de las situaciones a las que “res- ponde” nuestro comportamiento, Este muado es construido por nuestra actividad psiquica, la que parte de los estimulos fisioos. Aunque penetrado de significacién y de proyeccién subjetivas, ese mundo es para nosotros lo “dado”. Es “objetivo”, puesto que com- prende los objetos y las situaciones que “se nos presentan”, y es 4 le Oe también “piblico”, pues es, para m{ como para los demés, el lugar derek * secant ce las personas entre si, wee Elman pei | Phone / ! ‘personal, por su parte, constituye un mundo parcial- mente privado, pero también transparente hasta cierto punto. ‘Como forma parte de la personalidad, interviene en la constituciéa de los actos y en sus formas expresivas. Par este motivo es, como el propio comportamiento, comprendide por lo menos parcial- mente- por los demés. Constituye la interioridad de una personali- dad, y también toda la riqueza personal que una persona puede comunicar a otra (véase infra, las estructuras intimas do la per- sonalidad, pag, 200). En resumen, la personalidad como vida ps{quica personalizada incluye el mundo, como elemento esencial, en cuanto es el mundo de mi comportamiento, En otras palabras, mi comportamiento y mi experiencia en general intervienen en la constitucién de mi per~ sonalidad, y ese comportamiento, 0 esa experiencia, implica, como tmo de los polos del proceso concreto, el mundo tal como fue objeto de mi actividad, De esta manera, nuestros padres y nuestros hijos, nuestra fébrica o nuestro ambiente de trabajo, todo el mundo de nuestra actividad y de nuestros afectos positives o negativos, forman parte de nuestra personalidad en cuanto constituyen su contenido, En este sentido, la personalidad posee su mundo como arte integrante de lo que ella es. 7 Sendo esto cierto respecto de todas las personas, se puede afir- mar que los hombres que viven en un medio objetiva y social- mente més 6 menos idéntico, tendrin un contenido de vida psi- ‘aniea (y, por lo tanto, el aspecto, “material” de su personalidad) parcialmente semejante, Comprobamos as{ que se ascmejan més, ¥ se comprenden mejor, que otros que viven en una civilizacién y en una situacién de vida completamente diferentes. No. obstante, sabemos que un medio “objetivamente idéntico” puede formar si- 196 tuacfones psicolégicas muy variadas para las diferentes personas que en él viven, Por este motivo, la semejanza entre los elementos “materiales” de las personalidades que viven juntas es atin muy relativa. A causa de su integracién en la personalidad y el com- portamiento, ese mundo no es ya, de ninguna manera, esa “plaza iblica” en Ta que se desarrolla la vida de la comunidad. Cons- {ituye, por el contrario, la interioridad ~y eventualmente’ la inti- midad- de la personalidad, segin se site a uno u otro nivel de la personalidad social o de la personalidad intima’. Modificar ese mundo interiorizado_ intimo, que comprende el eonjunto de los objetos (actuales y pasados) de sus preocupaciones, opiniones, afectos y proyectos, es modificar lo que el hombre experimenta y considera como el nicleo mismo de su personalidad. La ausencia de sus objetos crea una vida insoportable. Una persona que, en tuna sesién de psicoanélisis, habia puesto en duda todo ese mundo de sus preocupaciones y conflictos anteriores y que lo habia visto disiparse como un fantasma, se quejaba de “que no tenfa ya per- sonalidad”. La desaparicién de todos esos objetos, que constituian su mundo, le provocaba el sentimiento de no tener mas un pasado ni una historia y, en consecuencia, ningiin contenido ni consistencia interna: tenfa la impresién de no ser ya alguien, de ser un aparato vaclo, y eso es lo que expresaba al decir que no tenia ya perso- nalidad. Todo esto nos demuestra en qué medida es el mundo una parte esencial de la personalidad. La pers en efecto, no, es simplemente un aparato que funciona, tampoco esté simple- mente “abjerta” al mundo, sino -lo repetimos- es un mundo y tiene su mundo, tomado del mundo objetivo y social, pero conver- tido en “mio” y en parte integrante del yo, a causa de que constitu yo el término intrinseco de mis actividades psiquicas. La persona- Mdad esté, asi, “lena” del mundo. No s6lo el hecho de ser vaciado del propio. mundo personal trastorna profundamente la personalidad; un cambio del mundo objetivo y social puede también ser Ia causa de desérdenes pstqui- 005. As, el emigrante que pasa de un mundo cultural a otro en el S Es evidente que, al hablar de personalidad intima, designamot procise- ‘mente ese elemento “material” “mundano” que interviene en el funciona: tmiento psiquico. Lo que hace fatima un pensamiento, tn afeeto o tm pro. ‘yeeto, os ou objeto y In situacién de este obleto en el conterto del mundo slobal del sujeto y de los: demi, 197 Am que las situaciones comportamentales, los usos, las opiniones, las actitudes y las normas differen de su mundo anterior, se halla “desarraigado”, en el sentido de que le es arrancada la “materia” misma de su comportamiento y de su funcionamiento psiquico y debe ser reemplazada por otra en la que atin no se ha incarporado Este cambio no crea solamente una desorientacién de orden exter- no, sino una real perturbacién interna en la personalidad como estructura Yo-Mundo, Se ha sefialado, como indice de esos des- Gerramientos intemos de la estructure de la personalidad, una cantidad considerablemente acrecentada de suicidas entre esas personas desarraigadas. Para reconstruir una “nueva” personalidad, €8 necesario un proceso de reestructuracién que se denomina acul. turacién. El concepto de la personalidad. que aqu! exponemos muestra la naturaleza y el aleance profundos de ese proceso. ‘Todo esto nos hace comprender que tanto el mundo de nuestra vida psiquica como el factor hereditario construyen nuestra per- sonalidad -y, entre ‘otros, ese aspecto que la antropologia cultural hha denominado personalidad bésica (supra, pig. 21)- puesto que tanto uno como el otro intervienen en su, constitueién, 'EL ASPECTO COGNoSCITIVO DE LA ESTRUCTURA Yo-mUNDO* 1 [TEA PaRSENGRK “cocwoSCiFIvA,! La caracteristica esencial del modo do funcionamiento que es'la personalidad’-a saber, el hecho, de.no ser un funcionamiento en vacfo- corresponde a la natiraleza cognoscitiva de_las relaciones que constituyen la estructura Yo. Mundo. Los procesos cogndscitivos que fundamentan esas rela £ Bmpleamos aqul el témino cognositioe on sa sentido més amplio, Las fuaciones cognosciivas 20 comptenden solamente les scliidades Ze Te iste ligencs, sino también la percepelin, el reconvcimiento Y la memoay 1a ne. {gheciéay Ia rpretentacién. En importante sealer, sobve toto, que i actipa dk as fuinciones cognoncitives no'se lita a ln comdicta conscemte, De ie snisma manera que eh inconsciogto dindmico no existe sino is sees ioe capsoes de conciencia, las funciones cognosctivas compunctran le proces ey Ve some Oe ean liners csi deh Ere, £3 gl Journal of Peraonality, 1085, ‘el.'22, pags S2-41; What conitoatons ‘right cognitive leaning theory make to our understanding of potsonaios 198 ciones han alcanzade en el hombre un grado de evolucién elevado, que se” aracteriza por lo que denomiuainos ‘concte Esta couciencia no sefiala como lo pensaban la psicologia intros Peccionista y también el conductismo clésico~ una vida psiquica encerrada en si misma; ella es, ante todo, el funcionamiento cog- noscitivo en cuanto éste nos coloca en presencia de un mundo o de una situacién comportamental. Esta “presentacién” cognoscitiva ‘implica que el sujeto no “percibe” solamente el estimulo en el sen- tido de que experimenta su accién en cuanto éste provoca una reaccién motriz. Se trata de una reaccidn.o respuesta cognoscitioa del sujeto a la acciéi del estimulo, respuesta cognoscitiva que con- siste en una percepcién en la que-el yo y el objeto yo, como situados uno delante del “str. Esta presencia comma’: citioa del objéte frente al yo implica, para el yo, una cierta pose- sién cognoscitiva de si mismo, y una posibilidad de tomar posesién del objeto como tal. Tal percepcién del objeto crea la “distancia” necesaria que permite a la personalidad percibirse como sujeto que percibe el mundo, sin coineidir con este acto. Este tipo de funcionamiento cognoscitivo es el que permite a Ja personalidad no solamente experimentar el mundo como un estimulo que provoca las reacciones comportamentales, sino tam- ‘bién situarse frente a él y entrar en comunicacién con él ‘para explorarlo, trabajarlo y emplearlo poniendo asi en accidn sus pro- pias funciones y potencislidades. Esta forma consciente de acti- Vidad cognoscitiva hace pues existir, para nosotros, el mundo obje- tivo y social en su propia realidad, lo que nos permite entrar en comunicacién con él, En otras palabras, gracias a la presencia del hombre ante si mismo y ante el mundo existe el fenémeno come portamental de Ia cultura y gracias a ella, también, se han desa- rrollado una’ problemética cientifica y una actividad educativa. Gracias, igualmente, a esa conciencia, la comunicacién de la personalidad con el mundo -es decir, el comportamiento— no se conserva solamente en nosotros en forma de “reacciones” aprendi- das, coms tienden a creerlo ciertas teorias del aprendizaje; nuestra comunicacién con el mundo se acumula en beast a una riqueza siempre creciento de experiencia y de \idos cognescitivos que es lo repetimos~ una caracteristica esencial de Ja personalidad, Ese contenido, o “mundo personal”, crea en la personalidad esa dimensién nueva de interioridad y de intimidad 199 y forma, con la apertura al mundo, ese dualidad de aspectos que caracteriza a Ja estructura Yo-Mundo de la personalidad: estruc- tura esencialmente abierta y, al mismo tiempo, interioridad par. Glalmente impenetrable, ‘Tanto esta apertura como esa impenetrabilidad estin zelacio- nadas, como acabamos de verlo, con el aspecto cognoseitive del funcionamiento psiquico y con el contenido o “mundo personal” de la personalidad y, no obstante, también tienen significaciones importantes para el aspecto dindmico de ese funcionamiento y para la integracién de la personalidad 2. Esrrvcrunas ixtmas ¥ Esravcrunas: sociaLrs, La impe- netrabilidad del mundo de la personalidad es relativa, La perso: nalidad, en efecto, no solamente esté abierta al mundo en el sentido activo; también las formas expresivas que adoptan nues- tras opiniones, nuestras actitudes y, sobre todo, nuestras motiva- ciones son percibidas y comprendidas hasta cierto punto por las Personas que nos rodean. Algunos de ess. contenidos estén efoc. tiv ‘0 otros no lo estén, vamente destiaados_, la comunicacion. py Conviene situar aqui un confunta de subestructurag de la pér lidad, que se forman dentro de la estructura Yo-Mutdo, en funcién del hecho de que clertos contenidos de la personalidad no estén destinados.a ese mundo de los otros, 9 sic son adlnitidos por Ge ‘Exte, en efecto, un_ de inamismos de Ja misma personalidad (éase infra); ea relacién con esta tensién intraindividnal Waabién se desenvuelve uit conflicto entre la Personalidad tal como ella se Gesarrella y se construye al nivel del mundo social y tal como ella es a los ojos de su propia autoconocimiento. Esto erea, dentro de la estructura Yo-Mundo, una variodad de capas de intimidad ¥ de “publicidad”: la personalidad, tal como es vivida y se com Porta al nivel més intino de Js eonciencia, no coincide exactamente _ on. Ja, personalidad tal como se.manifiesta y se comunica en el Plano social y_pitblico. oe “EI conjunto de los contenidos que pertenecen al nivel intimo 20 forma tna confuse amalgama de elementos, sino un todo mis © menos integrado, es decit, una cierta manera de ser y de com. Potarse de la misma personalidad. La manera de funcionar (pen. 200 1 Gp Sentiz, ete.) 0 de comportarse, tal como fue construida por ef rose#o de séclalizacién y por los “roles” desempefiados en la vida, && la personalidad que existe al nivel “publico” de Ig estructura. Xo-Mundo; es_una_périona —etimolégicamente ‘unacméscara—)que también se ha convertido en mua forma conereta del yor Ea nifiesta en I contacto con los demés, sino también la que s9- 7iBs_y experimentamos en nosotros mismos al nivel de ‘muestra vida social., Para Ia personalidad bien. intograda, Ia coriviventia de Te Tagen fntimoa_y.de Ja imagen “ lica” de Ta personalidad 2 Gauss problemas especiales: el individuo se slente oimodo @'su Personalidad “publica’-y.puede aceptar para si, al mismo BeEipo, su yo fatimo. Para otros, por el contrario, la forma intima de la Rersonalidad se encuentra inal “protogida” on. el contacto social,” amenaza, a cada instante, traspasar rsond, 0 bien se siente | descubierta a los ofos.de los demés a través de’ ina personalidad social mas o.menos labil. Aqui es donde se sitian ciertas emoci ‘RES como Ja vérgiiGnea y ciertas formas dela timides " Sucede a veces que la tensibn conflictiva, que caracteriza ci tas relaciones de le estructura Yo-Mundo, impide la construccion de una personalidad intima suficientemente amplia y aceptada en Ja imagen total de si mismo. En lugar de ser relegados al nivel {ntimo, ciertos contenidos son entonces simplemente rechazados y expulsados como absolutamente inaceptables, y construyen asi una capa menos accesible de la personalidad, a saber, la del incons- ciente No intentaremos examinar aqui las diferentes especies de con- tenidos que, normalmente, forman parte de la personalidad intima, ni los procesos que motivan esas subestructuras". La estnictura y la génesis del inconsciente son aim mis complicadas (véase, en especial, Freud y Jung). -Seiialeinos, no obstante, que la esfera fatima de la personalidad no encierra solamente el contenido so" 1 BI gator ba desarrollado algunas ideas acerca de los contenidoe de la essonalidad intima en un eapfeubo sobre el tenia “intomcy” and sian 42 dynam structure of personality, publicado en Riractns, Feeling aad enovions, Nuova York, MeGraw Hil, 1850, plum. 94-350, como tamisen ne £8 obra Pavckanalyse ot conception sirtualete de Phawmna. Barly Pectin Nauvtelars, 1062, pegs. 200-232.” (Tred eatellanaPacoundisie'y nes ii esprtaalta del hombre. Madi, Biblotece Nueva: Novae Ue Sena sia Cencral'y Aptieada, 1956.) 201 Lee galmente imacoptable de, Ja personalidad, sing también lo que hay of nosotros de mas original y espontineo, lo que no se puede Gxbresar adecuadarente en las estructuras esterectipicas constrat, inagotable en esa intimidad siempre tenovada, Las estructuras que acabamos de bosqucjar deben ser relax Cotadas con el hecho de que-el auundo de la personalidad corn rend, “objetos: de un tipo especial, a saber, otias personne tania abiere® al mand aed sujeto, Esta presencia de otras” Persoriis'Wa le extructuia Yo-Mundo de cada individeo wee ca Pleiidad nueva qué aliora' debemos examinar brevemente. { 8. La RECIPROCIDAD PERSONAL. LA FRESENCIA RUCIPROCA DE Las sens a estructura Yo-Mundo no esté adecuadamente repre. {iRtsde por ef modelo Hsico de la teoria del campo, aplicada por Gin a lt psicologia (field theory)®, Tl modelo del campo pone fo Nene suficientemente en cuenta un rasgo esencial, a sabe, due los objetos principales que ocupan ese campo las diferente: Drrsonalidades- existen una para la otra. Conviene tefialas, on efecto, que la estructura relacional entre personalidades preeure cide una de las personalidades no es solamente, en exe campo, - elemento que actia sobre los otros y experimenta su influencs, = lugar, mantiene consigo misma una relacién nueva, en eF sentido de que “se posee” en un acto cognosciti dae dese {Acres de ls nocones estructurles y topolgicas de K. Ley, vésee Papuan ‘de vaio de ux taba en of exmpe dn By tee Eacholcie dynamique” Base, PUR, 1898 Dor sti eee CL eacovn The. tie du champ et personnalité, Bull. de Psychologie, 1964, 17, pigs. 708-720, Jacalte Cay MoOULN, ‘Lex modbles Sale pesonnsing 872, Bue, Cale de Fastociation de Prtchelge Seambunen TOPE Etmdice (Lisi, 1064), "Convene sedan: ao thant, Lamaue imagines svete actual dl camp en canis ete eee riente, queen lv estrcture mis o menos etable de ky ee 202 mimamos‘"conciencia de sj Al mismo tiompo que el sveto se ercibe, los demés estén alli igualmente para dl y frente a al. EL s pereibe, ademas, en el marco de esa presencia “de los ‘demas, £20 81 estuviera igualmente para los demds. En otras palabras, 4a persona que esta frente a mi no es simplemente un estimate o og objeto que actia sobre mi, sino que Ia pereibo como um alter exo. 5 que me percibe como yo la percibo. Ne Pastis Pues, con describir ia estructura Yo-Mundo como tuna red de interacciones en la que eada objeto actia sobre el cra } experimenta la influencia del conjunto. No basta tampoco con decir que yo percibo el objeto, que él constituye eventealinente una valencia para mi, que entre él y yo existen barreras, ete. A._ causa de que mi ambiente incluye a otras personas, la interaccion, pose, al nivel cojnoseitivo; unk earacteristica especial. “A cause “de que yo percibo al otro como a alguien que, @ su Vez, me per- ibe, no infroduzco solamente al otro en mi mundo peicoldgicn, sino que él entra en este mundo como alguien que me introduce a} :. mismo tiempo en su propio mundo: come, alguien que me toma, 4 mil, como objeto de sus opiniones, actitudes y afectos positives & ewarivos, Bs sta ina dieieniia esencial entre Ta peroopeit de xin objto'y ef “enéueitro” de und petsoua. Se trath en sete ‘iso de un tips aio de intericcién ue es'dé la mayor importancia Para el estudio ‘del comportamiento y de la personalidad. Las es. {tucturas de la personalidad intima y de la personalidad piblica ‘nos han proporcionado un ejemplo de esa interaccin, 3 gel hecho de que mi comportamiento entre, conmigo mismo, en el mundo personal de la persona que encuentro, ejerce una pro: | funda influencia sobre ese comportamiento. Varias conductas son j Provocadas, inhibidas o guiadas por Ia imagen que deseames que {1 otto se forme, 0 que sabemos que se forma, de nosoteos Asi ‘mismo, el concepto que alguien se forma de si mismo (self-concept) est determinado, en parte, Bor el concepto que é piensa que los fits se Forman de 8, es decs, por su idea de Ia Matefa en que dos demés lo perciben. Podemos afirmar, ea general, que él how. bie se-conduce diferentementeen presenela de una persona que ‘en presencia de'un objeto. "Pero.es interesante pare la investigacin comprobar que existen diferentes grados de esa presencia de une ersona._.La presencia de un nifio de tal o cual edad, de una per. {! Sona ensjenada o profundamente retrasada, de un sordomudo, de i 208 \ una persona completamente desconocida, ete., constituyen grados |) diferentes de presencia Personal y, en consecnencia, de presencia \V teciproca y de influencia sobre e! comportamiento de los sujetos. Deben hacerse ain, dentro de este marco de ideas, interesantes studios. positives. Ura de las motivaciones profundas del hombre parece estar git relacién con ese hecho de existir en el mundo personal del otro. ‘Tanto el hombre indi se prédetifian mucho por i iinente facil iGual como los grupos sociales y. los. pueblos r la manera ea qué existen en Ia conciencia démds. “En nuestro mindo de comunicaciones muy intensas comprobar Ia importaneis: enorme de esa mativacién. Uno de los medios ands poderosos para influir en las ‘acciones, al nivel social ® internacional, es apelar a esa manera de existir on In mentalidad de los demés®. Ademis, todas las necesidades y motivaciones de la personali- Gad al nivel social deben ser concebidas en ese marco de las rela. clones cognoscitivas rectprocas que existen entre las personas. La necesidad de despliegu we de,Ja personalidad, la necesidad de ser digsien 5, uite todo, iin, deseo de existi, en una forma determi nada, en la vida psiquica de los demis. La necesidad de contacto psigiilés,” por su parts iste precisamente en esa presencia Tecfproca en cuanto ésta es indispensable para el buen funciona, miento de la personal sonas, en efecto, es ain objetos, ‘i Pos {For otra parte] nuestros comporta idad. La presencia recfproca de las per--} més indispensable que la presencia de los: los|respecto de los otros Tnspirados, eu gran parte, por la manera en que esos otros | existen para nosotros, es decir, por la imagen cognoseitiva y afee- er que tenemos de sus sentimientos, actitudes y opiniones res- to de nosotros. El comportamiento de un. adulto en relacién con su madre, por ejemplo, esté inspirado en gran parte por In ‘conciencia de lo que esta persona ha sentido hacia él. oEl mecanismo de esas motivaciones también es objeto de investigecio- ene Rp AGmIAles. Asi, nosotros estamos ectudlando le Telcién que Saree Ene el hecho de menospreciar a um grupo Sinico y el heche de Teri s8€ mismo grupo como ai sntiera desprecio haa aowoeon 4. y sus proyectos. Exe contenido interviene en mi personalid \'Eg resumen,|la experiencia consciente de nosotros mismos, de los_otF6e"7."Fe todo, de Ios otros como poieedorés. también,” de conciencia de nosotros, da al ‘campo ortamental de la per. soil ructura relacional “gui” genet) Ee experieneta de Tos otros ‘como personas que “me condcen”,-que “tienen sent imientos hacia m{’, ete., constituye un elemento importante en el funcionamfento de Ia personalidad. Seria muy inadecuado descr bir esa estructura como una relacién “parte-todo", diciendo sim. plemente que Ia personalidad es una parte de ese campo total. (3s virtud, precisamente, de la presencia cognoseitiva y consciente de! mundo, y de la presencia reciproca de las personas, la perso- nalidad no es un modo de funcionamiento puramente formal o “en vacio".. El contenido cognoscitivo -al mismo tiempo afectivo y dindmico— que completa, en el transcurso del tiempo, ese funcio- namiento, es conservado en él, no sélo, una vez més, en forma de esquemas reaccionales aprendidos, sino como “experiencia” de Ja vida o Ia “materia” misma con la que se construye progresiva- mente la personalidad concreta con sus opiniones, sus actitudes esta; Dblesiendo en ella VarlaS subestructuras que forman Iu base’ de la gnalidad intima, como también de la persona al iivel social” umentable que, con démasiida frecuencia, los “modelos” de Ja personalidad construidos por la psicologia no prevean ningéin “Ingar” para funciones tan importantes en-el comportamfento’como Ja presencia cognoscitiva reciproca de las personas. Esa presencia reciproca no significa solamente que yo estoy presente para el otro: como él esté pr ‘para mi; implica también que/yo percibo al otto como a alguien que me percibe:| ee IV. Et AsPEcTO DINAMICO DE LA ESTRUCTURA YO-MUNDO. Lo que acabamos de exponer muestra que la apertura.al mundo abjetivo y social es, para la ‘personalidad, una real insercién en ese mundo, De él, én efecto; extrae su materia el mundo personal; que constituye el contenido miso de la personalidad. Podemos afirmar, por to tanto, que cada uno de ellos interviene en el 205 gto, Este hecho capital seré el punto de partida de nuestra nocién indmica de la personalidad. Siendo la personalidad y el mundo (objetivo y social), en efecto, dos realidades que se compenetran, forman una estructura global, algunas de cuyas relaciones funcio. nales parecerén esenciales para el buen funcionamienta de la personalidad. 1 Teoria ReLACtoNAL Dz Las NpcesnapEs. Las teorfas de la motivacién 0 de las necesidades tienden a partir del “interior” Gel individuo. El deseo de definir las necesidades en funcién de lun substrato fisiolégico tangible ha tenida como éfecto que los Psicélogos insistieran demasiado exclusivamente en el aspecto in- traorginico de la necesidad. Segiin esta idea, toda necesidad de naturaleza social es forzosamente utia necesidad “secundaria” en relaeién eon las necesidades ligadas diréctamente a las condiciones oradnicas. ASS, ch’ €l"sistenia freudiana; omo"también en psico- logia aiimal, la motivacién y la necesidad se identifican préctica- mente con ciertas caiegorias de est{mulos intérnos y ciertas condi- siones fisioligicas. Se trata, én ose caso, del estudio del aspecto Aisiologice de,las necesidades." El punto de vista psicalégico ~punto de vista que no niegs de ninguna manera la impartancia del as- (4 Recto fisiolégico— nos invita, en cambio, a estudiar las necesidades en Sus formas comportamentales. |Para mésotros,)]a_cecesidad es iucho més una exigencia de ciertas formas de ‘contacto compor- tamental eon el medio que un estado intraorginico. Concreta. mente, Ja necesidad del animal hambriento, colocado delante de un Taberinto 0 en cuslquier situacién de su vida normal, es entrar en contacto comportamental con su medio en tal o cual forma de. terminada: buscar algo para devorar, encontrar la salida de una habitacién, recorrer el camino del Iaberinto, ete. Decir simple- mento que esa nccesidad del animal es un estado fisiolégico rela- cionado con su metabolismo, apenes nos indiea su aspecto compor. tamental; afirmar que es una necesidad de alimento es una manera © sbstracta y poco pricolégica de expresarse. Como lo afirma Chau. vin, To que ve el etélogo cuando un animal siente hambre no es el acto de comer, sino un comportamiento de caza, un comporta- imiento de captura, un comportamiento de transporte de la. presa \ hasta la guarida, ete. El acto de comer forma parte de un conjunto, 206 gn el que sélo esth representado, quizis, a razin del 181, Por onsiguiente, desde ol punta de vista del comportamiento, conviene yer el organismo.en su totalidad psicofisiolégica, situado en 30 mundo y buscando ciettas formas de relaciones comportimentales” CO e86 initndo, Este punto de vista se impone a fortior! cuando sé” trate do las necesidades psicosociales y de las necesidades especi- ficamente humanas, La necesidad de consideracién social, por ejemplo, es una necesidad de ciertas relaciones © interacciones comportamentales con el mundo de los hombres y de las situa ciones sociales. La necesidad de encontrar un sentido a la propia vida es la bisqueda de una manera conereta de concebir las rela- ciones que mantenemos con cl mundo en su conjunto o el universo. En una palabra, la necesidad tiene por objeto las relaciones entre | al organismo y su medio: constituye una fuerza que tiende a esta- { blecer o a mantener una estructura determinada de relaciones de | gs tipo. En su punto de_partida, la necesidad fo tiene normal- mente un objeto conereto, pero es ya tina tendencia a encontrar el tipo_de insercién en el muido es deci®. ef contacto compo mental con.un.objeto- que establezca la rélacién exigida pat buen funcionamiento del psiquismo. : Este concepto balla sui fundamento tedrioo en el concepto de la personalidad que antes hemos expuesto y, més especialmente, en la estructura que la constituye, Partimos del hecho observable do que el organisino psicofisiolégico que es la persona humana fun- | ciona mal cuando ‘ciertos tipos de relacién con el medio, 0 con el gnundo, no pueden ser establecidos o mantenidos, Ya el nifo se ‘siente~menos bien, psiquicamente, cuando no logra establecer clertas relaciones comportamentales, que calificamos de ajectivas, con ciertas personas. La psicologfa clinica y la psicoterapia nos . ensefian que las anomalias ‘del funcionamicnto psiquico se ori nan én Ia ausencia de ciertos tipos de felaciones con’ personas y objetos determinados. La curacién consistir’, esencialmente, én deseubrir ciertas formas auevas de comunicacién con ese mundo objetivo y social. Esa nueva red de interaccién y de comunicacién cambia progresivamente el mundo personal y el funcionamiento de la misma personalidad. 31 Vinge R. Cxiacvry, en Ja obra colectiva La motivation, Paris, Presses Universitaires de France, 1859, ef. pig. 167 207 Sobre_Ip base de estos hechos, podomas afirmar que la ei “Sonalidad’tiene necesidad de ciertas formas o de clertos tipos GE interdcoién con su medio, Decit que la personalidad tiene necesidad de ellos no es otra cosa que expresat la comprobacién hecha de que la personalidad funciona mal, y termina eventual- mente por perecer psiquicamente, si ese tipo de relaciones no es establecido, Eg: aDebno legamos “Jnuestr’s definicién. “relacio- nal” de las necesidades: und aiecesidads considerad Sel6gI6s 6 comportamental,” cori del organismo o de le personalidad con el medio, tipos de rela eién que son indispéiisables para el buen funcionamiento psicofi siolégico de Js personalidad y que, en consecuencia, deben ser considerados como elementos esenciales de su estructura Yo-Mun- 0.1 Una necesidad determinada deriva, on tltimo andlisis, del ‘ho de que le personalidad esté constituida por tal o cual forma de insercién potencial en el mundo". Ciertas formas de interae- cién_con Ja madre son realmente una “neco: ~Para_el_nifjo, porgue el crganien ea personalidad psicofisiolégica del nifio es. Funcionalmente constituida "por tna red" potencial de inter, Giones comportamentales que incluyé ese tipo’ detetmifiads FElglones entre madre’s hijo:¥, La estrictuia Yo-Mundo patesical que “Constifuye Ta personalidad del niéo, se torna funcional en el Comportamiento reciproco de los dos polos del proceso (el niio y la madre). El ipreamien RAED 8 Pretsamente le mae nera activa eh que Ja personalidSacttaliza su tnsercién poten. Gial@it el. mundo, La dinimica altima de esta interaccién com- ortamental no es distinta de la actividad misma de la vida. La Widad vital er fuente dindmica de comportamientos que actua- lizan la insercién especial en el mundo de tal o cual ser vivo, de Ja misma manera que produce las autorregulaciones biclégicas 1 $0 podria, ques, compara ete cencento con al dels Cesar se, tatpnign Su inspec a el ceed Serna i reniie (Saar r e EeTar ele Beacon ore an, Se acaba ee otra tet a yea Vase Gena thay’ of moira ca Nobask Soetoaen Se Fema The nc, Cie of Mabe ema Segoe 18 Tw real penal eo pret ec forma de necsdad nies no e+ sculizade on ol Stpramiesen es fom de noesidad 208 ue mantienen otras formas de intoraceién necesaria al nivel bio- quimico. Para Hogar ahora a las: diferentes necesidades fundamentales, debemos definir de manera mas precisa el mando que intervierié en Ia red de interacciones de la personalidad. La complejidad de ese mundo se define en razén del grado de complejided de las interacciones entre los dos polos “yo-mundo” u “organismo-medio" EI mundo de un ser vivo es precisamente, en efecto, el conjunto de esas interacciones actuales y potenciales*, Se observa que, para ciertas especies inferiores de seres vivos, la red de interaccio- nes se limita practicamente al nivel de los intereambios bioqui- micos. Aquello que, en el medio, actiia sobre ellos y aquello a Jo que ellos reaceionan son ciertas categorias de elementos fisicos ¥ quimicos. Su forma de vida esté constituida, por lo tanto, or ese tipo clemental de interacciones. Se advierte también que ; eiertas formas de esas interacciones son indispensables para un determinado ser vivo; constituyen las necesidades de ese organis- mo: Distinguimos entre ellas las actividades que tienden a man- tener las diferencias entre el medio interno del organismo y las propiedades del medio cizcundante. Cuando no se realizan los intercambios necesarios para mantener esa “individualidad biolé- ‘gica” del organismo respecta del medio, se comprueba que el indi- viduo como tal perece y desaparece en la masa de los elementos circundantes. Pero el organismo resiste, iniciando varias activide- des de adaptacién y de regulacién en esa nivelacién que significa su desaparicién como individuo vivo. Al lado de este tipo de actividades, que tienden a mantener y a desplegar Ia individuali- dad biolégica del organismo, se observa una necesidad no menos imperiosa de permanecer en contacto y en interaceién bioguimica ‘eon clertos elementos del medio. Esos intercambios indispensables, que constituyen una especie de necesidad de contacto y de inter aceién, estén intimamente ligedas a la necesidad de mantener la propia individualidad. Las caracterfsticas propias del medio inter- no del organismo pueden mantenerse, en efecto, por esos contactos Y por esos intercambios. 3 Véase a nociéu de Umwelt en J. vox Usxxtut, como tambiéa en B, Borns, Traté de pschologle animale, Pas, Pests Universiaites ‘de France, 19: 209 Comprobamos que esos tipos de actividades entre el organis- ‘mo y el medio son igualmente indispensables para la persona hu- mana; constituyen las necesidades bioquimicas del individuo. Estas nocesidades bioguimicas de los tejidos (tissue needs) se manifies- tan, h_ cuanto son registradas_al nivel de la_activided psiqitiéa, on forma de hambre, de sed, ets) y originan no solamente contrac- ciones del estdmago y otros mecanismos biolégicos, sind también comportamientos globales. Por est# motivo, las consideramos como necesidades en el estudio del_comportamiento. ‘Feroila personalidad esta constituida también por otros tipos de interaccién de naturaleza muy diferente. La accién del medio fisico sobre el organismo psicofisiolégico del hombre origin elaboracién de los estimulos y una “respuesta” que crea, para él siujeto, el mundo de las situaciones sigmificantes, es dééit, el mundo ‘Ge cmportamiento psicosocial. La interaccién con este mundo de 1és oimbies y de las situaciones significantes interviene como ele- mento esencial en la estructura funcional de la personalidad. La, personalidad existe y funciona coneretamente por y en ese tipo de Interaccioiés con el mundo, omo se ha dicho antes. Dado que Goncebimos las necesidades fuidamentales como esqueinas genera- les de interaceién que se revelan, en realidad, indispensables para el funcionamiento del ser vivo, se debe esperar que el estudio de Ja personalidad nos revele también ciertos tipos de relaciones con ‘ese mundo psicosocial, relaciones de las que el individuo no puede Prescindir sin alterar profundamente su funcionamiento psiquico. Recordamos aqui, a modo de ejemplo, el tipo de interacciones entre madre ¢ hijo, del que antes hemos hablado. A primera vista, ‘Parece que las dos grandes formas de actividades que hemos en- contrado al nivel de los intercambios bioguimicos se vuelven a hallar aqui: el individuo se esfuerza por realizar el tipo de inter- acciones con’el’mtindo que mantengen y desplieguen su indivi- dijalidad psicosocial, y se siente mal cuando lo amenaza su desa- Paricién en la masa anénima del mundo social, cuando ya no es “alguien” ni considérado como tal.| Por otra parte, ciertas formas de. contacto psicosocial parecen igualinente Indispensables: en ese — contacto psicosocial, y por él, Ia personalidad escépa de la inani- ciéa psfquica (Ia angustia) y adquiere esa consistencia interna que constituye el despliegue de su individualidad psicosocigl. “Bs innegable que la vida psiquica de la personalidad excede 210 Jos limites det mundo psicosocisl y que comprende también una Ted Ge FehucioneT coienOscitivas Y COREBVAS Con“ALjelos” que tas det iivestra posibilidad de experienctardirecta:"Pensatios: PO ejemplo, en la actividad humans’ que intent dar'un sentido al tmiverso o a Ia oristonnia en general © fntagrarso oi aps orden lbichit6. Tanto las civilizaciones de los pueblos primitivos, como 1a5"AS Oriente y de Occidente, nos enfrentari con el hecho inne~ gable y capital do que la personalidad se plantea problemas acer- ca de la existencia misma. “Una gran cantidad de conductas y de realizaciones humanas se sitian en el contexto de ese mundo tras- cendente. No se trata de examinar agu{ Ia realidad objetiva de ‘ese mundo, sino simplemente de comprobar la existencin de una red de interacciones psiquicas con un mundo que excede las situa- ciones concretas del medio psicosocial. Una vez mas, somos tes- tigos de comportamientos\que indican que el hombre trata de man. tenerse y de desplegarse en ese orden de la existencia absoluta, esforzdndose, por: ejemplo, en, averiguar qué ¢3 él realmente. La idea de su retorno a la materia universal y eterna, como asimisiio la de su superviyencia personal, son respuestas comportamientales a Ta necesidad de “realizarsé” a si mismo al nivel de ese mundo absoljGé,” Sos aafuerzor por proditarse wma lugar en ese univerzo, coi ef fin de dar un sentido 2 su vida, manifiestan la necesidad do una relacién de contacto y de integracién, Esta répida resefia -que hemos expuesto en detalle en otra obra'*— nos muestra que ciertos,tipos. de interaceién se encuentran /. al nivel de Jos tres mundos de la. personalidad. En cuanto esos =p tipos generales de relaciones son necesarios para el buen Funcio- namiento del organismo psicofisiolégico, se inician -en el marco mismo de la actividad vital- miltiples actividades destinadas a establecer, mantener ¢ intensificar esas interacciones. Sin querer reducir todas las necesidades humanas a los esque- ‘mas que acabamos de deseribir, parece que esos tipos geverales de rdacién pertenecen-a la estructura fundamental de la unidad Yo Mundo y ocasionan una gran variedad de motivaciones concretas. 18 Véase J. Norms, Pe et conception spritualixe de Thome. Loyanara bd 3 elpe pls pS ln Fe andlis v concopcién expituaise del hombre. Madeld, Revista de Psicologia General "Aplicada, 1956.) 21 « Este modelo dol aspecto dindmico del functonamiento de la ‘personalidad permite poner en su lugar las necesidades espoci- ficas de la persona humana. Sabemos que otros modelos no pue- den aceptar como nevesidades primarias sino, tinicamente, a las nevesidades fisiolégicas, y que califican de secundarias 0 de deri- | Yadas a todas las necesidades que caracterizan a la personalidad [como tal. De la misma manera en quo sesfa poco adecuado estu- dias, en psieologia, las funciones perceptivas, mneménicas e inte- lectuales como derivaciones del metabolismo, asi también es poco esclarecedor considerar las necesidades de consideracién, de afec- to, de exploracién cientifica, etc., como dinamismnos secundarios y derivados que se originan en nocesidades fisiolégicas. Esto no excluye, evidentemente, la existencia de vinculos internos entre esos diferentes niveles de funcionamiento. No cbstante, esos vineu- 4os no permiten inferir una simple derivactén ni, aiin monos, una reduecién. Heros considorado las necesidades como los tipos generales do interaccién de los que el organismo no puede prescindir sin «an esequilibrio funefonal. Por ello deben ser consideradas como los elementos esenciales de la insercién, funcional del yo en el mundo ¥ reciben, en consecuencia, de la actividad vital misma, el poder de establecerse, de mantenerse y de desplegarse. En es0 consiste su aspecto dindmico, es decir, lo que les da su cardcter de acti- vaciéa y de direccién del comportamiento,, No obstante, se trata aqui de “tipos generales” de interaccién o de relacién; en otras palabrasflo que denominamos nocesidad de alimento o niedesidad de considéiacién es un esquema abstracto que, al nivel de la realidad concrota, existe en una variedad infinita de comporta- iientos dinémicos especificosjLa motivacién concreta que, en jan momento dado, activa y dirige el comportamicnto, es una es ‘fuctura dindmica de interaccién bien determinada con el medio. Esta forma conereta es adquirida o aprendida sobre la base de Jas méltiples circunstancias en las que se desarrollaron, en el pasado, las interacciones de tal individuo con tal medio. No obs- tante, en esa gran variedad de interacciones coneretas se puede deseubrit uno 0 varlds esquiemas generales sobre la base de una idéntidad de funcién o de significacién existente en esa multitud 212 de comportamientos*. A esos esquemas genetales les damos el tiombre de necesidades furidamentales}", Lo aprendido,,en le mo- tivaciéa, son las formas. concretas en Ins qué existen y actian en el hombre Jas necesidades fundamentales; los tipos 0 esquemas generales de interaccién, por el contraris, sou innatos, Las vias por las que se realizan, al nivel bioquimico, las inter- aeciones entre el organismo y el medio estin preformadas en ol propio organismo. El aporte de alimento y de oxigeno, ast como las diferentes forimas de excrociéa, sélo pueden hacerse por las vias fisiolégicas innatas. Las formas comportamentales que reali. zan_ los intercambios biogufmicos estén, en consccuencia, mis o manos ligadas a esas vias conerétas préestablecidas, aunque la Bisqueda del alimento, ‘por ejemplo, pueda adoptar formes mauy variadas. Las necesidades especificaménte humanas, por eco trarlo (la necesidad de consideracién, por ejemplo), no estin ligadas a tales estructuras orgénicas. Dependeré sobre todo del Goncepto que nos formamos de nosotros mismos, y del papel que nos atribuimos, el que la “consideracién” que buscamos ‘adopte tal o cual forma conereta. [sas necesidades, por lo tanto, podrén ‘manifestarse en formas tan variadas que seré a. menudo dificil descubrir la identidad de significacién © de funcién que las une ‘como expresiones de una misma necesidad fundamental, La ven- taja que presenta el descubrimiento de esa identidad motivacional de los comportamientos consiste en el hecho de que nos brinda uaa comprensién més profunda y mas exacta de la conducta. El hecho de reducir la actividad del mono que busca mueces y el comportamiento del carnivoro que caza a otros animales, a una misina “necesidad de alimento”, agrega algo a nuestro conoci- miento y a nuestra comprensién de esas conductas. En otras pala- bras, nuestro conocimiento serfa menos adecuado si no viéramos ninguna unidad funcional en esas formas muy diferentes de inter- accién con el medio, Tenemos la impresién de que algunos psicé- 16 Véase, acerca de este tema, J. Norra, Orgines et développement des rat, an 'Le edtaion Pure roses Chiveaes ‘de Pesce 1088 igs. 190-195 y"le2-160, 17 1 gificacién del términe “esguema” podkia sex commpaada con la que Piaget da esta Dalabra en ol eampo co Is actividad tntelectual como también ‘con el mismo térmiap emploado por F.C. Barua en su obra Remembering Combnidge, 1990, 218 logos prefieren permanecer en un nivel de incoherencia completa, en el campo de las motivaciones espectficamente humanas, antes que buscar la unidad de una necesidad més fundamental que subtienda una gran eantidad de motivaciones coneretas. 2., gLA PERQONALIDAD ES UN DIVAMISMO DE ACTUALIZACION 0 DE apaptaciéy? Después de haber expuesto el aspecto dinimico de las relaciones que unen @ la personalidad con sy medio, debeinog exaiminar el dinamismo de la personalidad desde un punto de vista complementario. La exposicién precedente, en efecto, no aclara y. la direccién de esa interaccién. “Bajo la iiiy la teorfa de Ja adaptacién del organismo a su medio, li psicologia actual considera el camportainiento ¥ Ja actividad de la persona humana en general como un proceso de re-accién y de adaptacién, en el que el medio toma, por asi decirlo, la iniciativa y el papel director. La accién a la que re-acciona el organismo emana del medio, y el hombre se adapta Si¢-fiedio~ Bite’ riodlelo es tomado del estudio de un funcio- iiamiento biolgico que difiere en varios aspectos del funciona- miento que caracteriza a la personalidad. Antes que contentarnos con una ligera modificacién de ciertos modelos tomados de las ciencias fisicas 0 biolégicas, es conveniente que, al estudiar la personalidad, nuestros esquemas de pensamiento se inspiren en el comportamiento especifico de ese tipo muy especial de fun- cionamiento™, Considesado en esta perspectiva, el psicblogo se sorprende por 1 hecho de que el hombre parece ser el nico sex vivo que, ex una gran escala, impone su ley propia al medio que Jo i. El hombre adapta el medio a Sus propias necesidades y a sus prop propésités, més*de lo” qlié $e adapta al medio. O, més bien, su manera de adaptarse al medio consiste, en gran medida, en adap- tar el medio a sus propios proyectos.” A ello se debe el hecho Impresionarite Hecho quid aus Ta psigologia cientifica no deberia ignorar- de que la personalidad, o el comportamiento humano. 18 No obstante, convene sefilar que también Ip biologi nor muestee 41 genie erg Sonn, Ss fous mente ie Scualcacén de tna estructura recnstente. Lox, “orgaeadores” de fos ae tbls La erbrisioga imponen sey interna nla necon del medio ) ls staboractin’ de las ileencas experience 214 ha transformado la “naturaleza” en “cultura” y en civil Si bien hemos insistido antes en la estructura '¥o-Mfunds joomo en un dato bisico, ello no excluye de ninguna thanera qué cada uuno de Ios dos polos de esa unidad funcional posea su propia estructura interna, Esta estructura interna impone sus leyes las {° “ntéfaccionés que une a ambos. Ahora bien, la ley fundamental de todo organismo vivo parece exigit, a ciertos elementos selec- cionados del medio, que se presten a los procesos de reconstruc- cién (catabolismo y anabolismo) propios de ese determinado orga-it- nismo. Muchos organismos se satisfacen con una reestracturacin Jos elementos absorbidos del medio al nivel bioquimico. Al reestructurar asi esos elementos seleccionados, el organise man- tiene y despliega sus propias estructuras vitales. De la misma manera, la actividad psiquica que constituye la personalidad com, a2 2i:. siste ex una elaboracién sut,generfS, dg, Ips.elementos del" medio, oa” elaboracién que conduce primeramente a la construccién de un ® “mundo” de situaciones y de objetos significantes, y luego a una obra de exploracién y de construccién sin fin, en la que el hombre se realiza, no ya al solo nivel bioquimico, sino en funcién de un concepto dindmico de si mismo y del mundo, que emana de sus propias fuerzas creadoras, Esta realizacién creadora es su manera , propia de reaccionar al medio, H La necesidad de ciertos tipos de interaccién con el mundo ~necesidad a la que antes nos hemos referido- no coloca pues a Ja personalidad en una situacién pasiva respecto del mundo obje- tivo; se podria afirmar que la personalidad tiene necesidad del ‘imundo porque es una fuerza de reestructuracién y porque, para reestructurar, necesita una materia que se preste a ello. Por este motivo, tanto nuestras funciones perceptivas y cognoscitivas como suestras posibilidades afectivas y nuestros dinamismos de trabajo ~es decir, nuestra personalidad en su funcionamiento efectivo~ Henen necesidad de objetos. En esto consiste la importancia de las multiples experiencias que muestran cémo se trastorna la per- sonalidad cuando las funciones cognoscitivas no tienen ya objetos Por percibir'* o cuando nuestras capacidades de afecto 0 de devo- 29 Véanto cietas experencas sobre a privaciin sensvial en BEXTON, Hanox y Scorr, Effects of decreased variation iy the sensory em¥ronteat, Canad. J. Paychol, 1954, 8, poss, 10-76. 215 ci6n no encuentran ningtin “objeto” que las roquiera. El psiquismo no solamente re-acciona a la estinmalacién del objeto, sino que lo busca activamente, o bien sufre su ausencia. Empero, una vez delante del mundo de los objetos o de Ias personas, su actividad no es Ja de una mera re-accién, ni la de una adaptacién; la per- sonalidad impone de una u otra manera la Jey de su propia estric- tura dinémica al objeto que ella encuentra. No esti adaptada a ese objeto, os decir, la interaccién que mantiene con ese objeto no conduce a un efecto satisfactorio sino cuando esas relaciones activas adoptan Jas formas generales a las que antes dimios el nombre de necesidades.. El concepto funcional de la personalidad como red dé iiteracclones con el mundo, y la nocién de necesidad en razén de las relaciones con ese mismo mundo, no se oponen de ninguna manera, por lo tanto, a la teoria del dinathismo psf- uico como autoactualtzactén??, No obstante, dada la complejidad del “si mismo” que tiende a actualizarse, el despliegue de la personalidad puede realizarse segiin orlentaciones muy diferentes, es decir, segin diferentes as- pectos de insercién en el mundo. Esto nos conduee a otro aspecto esencial del dinamismo de la personalidad, a saber, su caricter conflictivo. 8, 'Pensonatupan ¥ conriicro.{Entendemos aguf por conflicto Ja oposicién qué’ nace, dentro mismo del dinamismo, a causa de la incompatibilidad entre diferentes lineas de despliegue, es decir, entre diferentes valores a los que el sujeto esti sensibilizado,}No nos detendremos en los diferentes modelos de conflicto; nos basta examinar sucintamente el origen y el aleance’ del conflicto en el inamismo humano. Sabemos quo el conflicto es, desde siempre, una nocién central en el conocimiento del hombre por s{ mismo, pero fue Freud quiea lo desoubri6, por asi decirlo, y quien lo puso en evidencia’ como causa de trastorns" pslquicos. No obstante, a causa del marco teGrico de la doctrina freudiana en general, ciertos aspectos esen- 2° La subordinaciou al objeto on el deseo de coancimicnto objetivo, 0,gn el amor, es, con le mist razin que las formas aparenterente Tis acd. vas del comportamiento, una forma de actualizgcin de si mismo. 216 Vv ciales del conflicto no han sido aclarados por ella®. ‘Freud: ha eselavéeido muy bien el hecho de que el conilisto, én el nif, sitia en el marco do las interacciones o comunicaciones aire padres ¢ hijos. Las normas y las exigencias de los pades son las que constituirian, por introyeceién, la conciencia del sujeto. -La funciéa de ese supery6 podria entonces oponerse a ciertas pul: siones de Ta Hbido, por ejemplo, y ser asf fundamento de un conflicto. Debemos hacer dos observaciones al respecto. Nos parece que 1 origen del conflicto se encuentra, como lo hemos mencionado antes, en a estructura compleja de la personalidad, y no tinica- mente en la oposicién entre ciertas tendencias en el nifio y las personas adultas. En efecto, sien la sociedad de los adultos se conistruyeron progresivamente normas, ideales ¢ inhibiciones que se oponen a los impulsos, eso'se debe, en tiltimo andlisis, a que la personalidad misma del individuo posee algunas tendencias que se oponen a otras. [La sociedad no puede crear una norma, ni un ideal, cuya fuente no se remonte, en tiltimo andlisis, al dinamismo | i de la personalidad. Del hecho de que ciertas aspiraciones'se ma- nifiestan més tarde que otras en el desarrollo individual deriva tuna discrepancia en el tiempo. Por este motivo, los adultos cuidan de comunicarlas a los nifios. Pero eses normas o ideales comuni- cados por los adultos no podrian ser “introyectados” i posteriormente en una conciencia personal, si ninguna potencia- lidad dindmifea respondiera a ellas en Ja personalidad del nifio. Es necesario, por lo tanto, remontarse a un conflicto més funda- mental, y esto es lo que Freud, igualmente, hizo. Pero en el marco de su teorfa, ese conflicto fundamental se reduce en primer Ingar a la posicién entre Ia tendericia al placer y el temor al desplacer. E] miedo del sentimiento de culpabilidad es también un tenior al desplacer. En otzos términos, se:trata.de.una oposicién entre 1 impulso instintivo (que tiende hacia Ia descarga) y el temor del “desplacer asociado, eventualmente, a esa satisfaccién. Los * Process que se oponen a la descarga son atribuidos, sobre todo, a las funciones del yo (los mecanismos de defensa del yo). Al nivel de los misinos dinamismos, es decir, al nivel del si mismo 71 Véose, acecoa de cote toms, anesteo astcile: La. grande logon de Freud, Tapparellprychique ot in thtore du confit, La Table rondo 1064. 217 denomina personalidad y que no coineide -lo hemos sefialado més arriba~ con el individuo eonereto tal como se nos manifiesta, Pa. rece, por otra parte, que al nivel social y fenoménico, la identidad de la personalidad soporta cambios fisicos muy radicales (des- Pués de accidentes 0 de pperaciones quirtrgicas, por ejemplo). La~ identidad del contenido psiquico de la personalidad las opiniones, actitudes, afectos, y el comportamiento en general es més impor tante quo la ideatidad fisica fenoménica. Miltiples investigeciones cuantitativas y cualitativas han de- mostrado los cambios muy reales que se producen en todos los sectores de la personalidad: tanto en el campo del cardcter, como en el de Ia inteligencia y de las aptitudes especiales. ‘También se ba podido demostrar que esos cambios y oscilaciones se sittan dentro de limites relativamente estrechos. Otros estudios, que de- nominames longitudinales, han seguido el desarrollo del individuo durante ailos, ya sobre zo u otro punto ~véase el follow-up reali- zado durante més de 40 afios por Terman sobre un grupo de Sujetos intelectualmente muy dotados**, ya sobre el conjunto de raszos de la personalidad, como los estudios longitudinales del equipo de Berkeley?*, Subemos, por otra parte, que ciertas teorias ~como las de Freud y de Adler, por ejemplo~ consideran las estructuras afectivo-dini- micas de la personalidad como pricticamente establecidas durante Jos primeros afios de Is vida del individuo, En general, se admite “ que la maleabilidad de la personalidad es mayor al comienzo de Je vide, cuando las formas psiquicas estin atin poco diferenciadas ¥ apenas ha comenzado {a insereién en el mundo. Durante los ww aie A rt ens ie eriodos posteriores, Ia personalidad permaneceria més idéntica mao? a sf misma, late ‘Conocemos también la oposicién entre las teorfas que consid. gm OZ o # Jo MPracax, Genetic studies of genius, 5 volimenea publcados 4 par de’ 1045, "Stanford, Univenity Fret. Respeco def aeab trees igs eel gsm, angi ena binos de conta ‘edad cx 8. i Chardteren ‘Bera, Huber, 1957, 177 pigs. pears saa 4 CE HL E, Jones y Naney Bacusy, The Bekele study, Child Decco, Lik i, Baga ris wp MLE TS te Cm sprceldas nosterormenie; vate tambien el igtercante mtudle Wate seal Lols Monruy, The ident o Nueva York, Bast #5 wo widening world of childhood. ‘Nueva York, Basie 220 ran ala personalidad como una tabla rasa, en la que se puede jnscribir lo que se dese (maleabilidad al infinito, segiia Watson, cf. supra, pag. 36) y las concepeiones que admiten una estructura preexistente, hereditariamente trasmitida y relativamente inalte- rable (importancia de los factores hereditarios o constitucionales en el temperamento, la inteligencia, etc.) Todos estos hechos y todas estas concepciones tedricas no ha- cen més que subrayar y precisar ol hecho innegable de la identi- dad y de la unidad refativas de la personalidad a través del cam- bio, Nuestra finalidad, en estas paginas, es dnicamente mostrar eémo esa unidad y esa identidad deben ser concebidas en el marca de la estructura Yo-Mundo que constituye la personalidad. E] desarrollo de la personalidad en el tiempo se realiza, al nivel psicolégico, por una insercién progresiva en el mundo & tra- vés del comportamiento, Esta insercién, comportamental no es puramente motriz. Como lo hemos sefialado antes, sc trata de un contacto cognoscitive y dinémico a la vez, que produce, ademas de los hébitos motores, opiniones, actitudes, valores, etc. En efecto, ‘cada comunicacién comportamental con el mundo no sucede sim- plemente a la precedente y no se reemplaza, sin més, por la que le sigue. Cada interacciéa esta ya virtualmente comprendida en Jos cambios precedentes, 0 es, al menos, activamente preparada por ellos, y es incorporada ~aunque en grados diferentes— en una “memoria” que conserva sus elementos, tanto materiales como for- males, Esa “memoria” 0 “mneme” -el aprendizaje en sv sentido mds general permite la extensién y la continuidad en el tiempo de esa unidad de funcionamiento que caracteriza al comparta- riento, y transforma la sucesién de las interacciones con el mundo en una insercién progresiva y estable en el mundo, Cada comuni- cacién con el mundo no se limita, por lo tanto, al momento tem- poral en el que se eecuta efectivamente; procede de elementos construidos progresivamente en el pasado y viene a interarse, a su vez, en ese mismo depésito, que constituye el equipo activo (cardcter, inteligencia, etc.) y el “mundo personal” de la perso- nalidad del que antes hablamos. Lo que acabamos de decir no se aplica solamente los con- tactos con ef mundo objetivo y social, ino también @ esa coma \cién cognescitive del sujeto consigo mismo y con su mind parona, Sooanienitn oe ee te Gerace 221 del mundo y también en presencia de si misma, De esta manera, esa presencia de la personalidad pare si no se resuelve tempoco cen una sucesisn de estados, sino que establece una continuidad y una identidad cognoscitivas. Un elemento esencial de ese identidad consigo misma es la identidad relative del “mundo personal”, es decir, del contenido de la personalidad, tal como el sujeto lo vuelve a encontrar al re- gtesar a si mismo. En efecto, la identidad de la estructura proexis. tente, como potencialidad de contacto, no basta para erear la identidad de la personalidad, como tampoco basta para constituir la misma personalidad: no es inés que su elemento “formal”, El elemento “material” del mundo, que transforma la comunicacién potencial en interaccitn efectiva, es un elemento indispensable de {a personalidad en su funcionamiento conereto y también, en con. secuencia, en su identidad a través del tiempo. En otras palabras, tainpoto la identidad es una identidad “en vacio", como la perso. nalidad no es un funcionamiento en vacio (cf. supra, pig. 195) Esa identidad en funeién de la consistencia y de la unidad Gel “mundo personal” encuentra naturalmente su prolongacién, su sostén y también, de alguna manera, su fuente, en la identidad social. Por identidad social de la personalidad, entendemos aqui Jo que Erikson?" deseribié como In solidaridad que siente un indi- vviduo con los ideales y los valores de un mismo grupo. La relacién entre la identidad personal y la identidad social es andloga a la | complejidad de la personaiidad intima y de la personalidad al nivel social y “piblico”. La identidad social, al nivel de la per- sonalided fatima, puede consistir en una solidaridad con otros valores y con otros grupos que al nivel de la personalidad “pabli- ca’, Esta escision puede provocar un estado de crisis y tuna ame. piv Bera la identidad y la unidad personales, La identidad y 4a unidad pueden ser reemplazadas entonces por una “alienaciOne Tespeeto de si mismo, alienacién cuya psicopatologia presenta va- vias formas y de la que podria ser un ejemplo el desdoblamiento te la personalidad. Se puede prosentar un problema andlogo de "Bak H. Ramon, Identity ond the Me col (selected papers), Nueva York, International Universes ies, 1856 Vee Lee nS 222 identidad y de unidad vacilantes cuando la oposicién no se produ- ce simulténeamente en los diferentes niveles de la personalidad, sino a lo largo de la evolucién en el tiempo. Algunas transforma clones profundas y relativamente bruscas en las actitudes y el sistema de valores de una personalidad pueden iniciar una crisis de Ia identidad, tanto personal como social. Agreguemos, finalmente, que la identidad no es solamente un ‘hecho o un dato en el funcionamiento de la personalid bién el objeto de un dinamismo profundo. En comuni tun mundo de situaciones.y de personas continuamente cambiantes, sometida en su comportamiento a experiencias de éxito y de fra- caso, la personalidad tiene a menudo alguna dificultad en man- tener su identidad psiquica como su concepto de si (self-concept). De la misma manera que cl “medio interno” del organismo —que constituye, por as{ decirlo, su identidad e individualidad biolégi- ‘cas- tiende a mantenerse a pesar de las més diversas condiciones externas, gracias @ mecanismos de autorregulacién, asi tambiéw la personalidad pone en marcha procesos que protegen y mantienen ‘su consistencia interna y su concepto de sf misma, : Hemos tratado de explicar, mediante procesos de este tipo, algunos de nuestros resultados experimentales concernientes a las Aistorsiones en la “percepcién” de los fracasos y de los éxitos per- sonales**. Pudimos establecer, en efecto, que una gran cantidad de sujetos tienden a “ver” sus fracasos y sus tos en focién de i reexistente, Esto parece ser una tendons Footsean’ Mentos mimo, ea bats a concepto que uno se ha formado de si mismo. Sabemos que la misma tondncia a la onsen so mafic al nivel del arptio corporal del self-concept, a.saber, la imagen del cuerpo o el es- quema coor Basta pensar aqui en el bien conocido fené- meno de los miembros-fantasmas, 2° Vente J. Noriey, Tdche, route ot dchec; thoi dela cute hs sane, “ovata, Publications Univaes de Lowa. (Stade Poin. Bony 10053 oh BHD pp. Ch pn UOT Arwen el orga fave de ein tcndencia 2 fh coictctla comigh ingio, Sat erties EPEnaes, Sol Sondteny, «Seon of Mecha Fork, Toad a vy del interesante articulo sinté— 1% Véae, acerca de I imagen de cuerpo, un A. Kiumkemans, Acerca del esquema ral, 0 de la experiencia y SS cama al pops sea (on Kapa Basic), See tat 223 cidn no es una actividad que existe como tal y se ditige, por tanto, hacia un objeto. El objeto provoca la percepeién tanto como éste establece el objeto como tal. La realidad funcional bisica es, una vez més, el proceso bipolar de interacciéa, La percepcidn, rome la personalidad ~que es el conjunto estructurado de todas las fun. ciones psiquicas y psicofisiolégicas~ sélo existe efectivamente por ¥ en una relacién activa con un objeto, objeto que también cela. bora activamente para constituir ese proceso. La persona funciona solamente al nivel del organismo biolégico micntras es incapaz de interacciones con un “objeto” al nivel psicalégico 0 psico. fisioldgico. En resumen, el tipo de funcfonamiento psiquico que denomina- mos personalidad consiste en una potencialidad activa de interac. cién 0 de comunicacién con el mundo de los objetos. Esa “aper. tura al mundo” es una dimensién fundamental de su estructura funcional, dimensién que hemos pisesto de manifiesto al hablar de pis estructura Yo-Mundo, y que es una forma especial del esquema bipolar de interaccién “organismo-medio” que eatacteriza, # dife. Tentes niveles de organizacién, todo nticleo de actividad vital, /AL nivel de Ja personalidad, se trata aquf de una “apertura al mundo” © de una orientacién activa hacia el objeto, que tiene como efecto introducir ol mundo de los otros y de los objetos dentro del psi. Guismo personalizado. Ese mundo, en efecto, constituye de alguna “manera el contenido de la personalidad, y el contenido de la seth vidad psiquica constituye un elemento esencial de esa activided, Por este motivo, conviene decir que la personalidad no esté sim, plemente sttuada en un mundo y abierta a él, sino que ese mundo ‘nteroiene, como elemento integrante, on la propia personalidad eDe qué manera conviene comprender esta tesis? ca iGvigiase aue l termina “apertura” no express de meneca adccuada la red de setuales y potenciales que constituye cl enlace ents ol de Sacred, tal como intentamos evidensiarlo aqui,’ En comes atch de interacciones al ivel biolipio, véase L. Vox Buxtatansre, The theory of ‘pen systems in physics and biology, Science, 1050, vol. ms, pigs, 28-98" 94 . LU. EL Mundo COMO PARTE INTEGRANTE DE LA PERSONALIDAD El mundo de las situaciones y de las personas que nos rodea se nos presenta, al nivel psiquico 0 comportamental, como lo que se distingue de nosotros mismos: como lo que se opone, como objeto, a nuestra personalidad. No obstante, no es menos cierto Que uno de los elementos que me constituyen como personalidad ~¢s decir, como vida psiquica personuelizada- es el hecho de tener ‘mis opiniones, mis planes y mis proyectos, mis actitudes y afectos ¥, en general, mis experiencias de la vida. Llamo a todo esto con~ fenido de mi vida psiquica personalizada. No existila como per- sonalidad, en el sentido psicolégico y funcional, si no tuviera nin. tin objeto de experiencia actual o pasada, ningin contenido de cognicién o de afecto. Pues bien, gen qué consisten eses opiniones, esos afectos, esas actitudes y esas experiencias en general? Ellas son el residuo de mi vida de relacién con el mundo, y consisten en ese conjunto de relaciones, de personas y de cosas en cuanto han sido el objeto de mi comportamiento en el sentido més amplio del término: el objeto de mis expectaciones y de mis planes, de mi én y de mi reflexién, de mis esfuerzos y de mis actos. La Personalidad concebida como conjinto de aptitudes y de, poten. Cialidades puramente formales slo es un esquema vacio, que uo constituye de ninguna manera un modelo real del funcionamiento Psiquico personalizado.Una personalidad no es precisamente un sistema de funcionamiento “en vacio”,}fsta es, por cierto, una de las caracteristicas esenciales del psiquismo personalizado. En tér. minos coneretds, una personalidad no es solamente una aptitud para pensar, sino también un conjunto estructurado de opiniones, Ge actitudes, ete. Por otra parte, lo que soy para mi mismo y para los demas ~mi self-concept y 1 concepto que los demés se forman de mi- tiene también como contenido un conjuato de relaciones que he mantenido con el mundo, es decir, lo que hice y dije en tuna serie de situaciones, y las reacciones que los demas tuvieron respecto de esas’ maneras de actuar de mi parte. E Distinguimos pues, junto al mundo fisico y a la realidad nou: menal, do la que no hablamos aqui, el mundo social de los hombres ¥ de los objetos (que denominamos aqui mundo objetivo y social), 195 VI. Et PROCESO DE INSERCION DEL YO EN EL MUNDO Debemos decir algunas palabras, para terminar, del proceso ‘mismo por el que el Yo Hega a insertarse progresivamente en el Mundo. Este proceso no es otro que el desarrollo progresivo del Comportamiento, visto en sus aspectos cognoscitivos, dinémicos y “cjecutivos” o xeaccionales, y relacionado eon el desarrolio de la personalidad. Con demasisda frecuencia, la psicologia experimen- tal del aprendizaje ha separado al comportamiento de la personali- dad, al dividielo en segmentos estimulo-respuesta. Estos segmentos eaccionales lograrian establecerse en cl organismo ~es decir, lo- grarian ser aprendidos~ gracias a Ia accién automitica de facto- res como la “recompensa” o Ia reduccién de la necesidad. El com- portamiento ulterior consistiria entonces, en gran parte, en volver 4 poner en accién esas reacciones aprendidas, como sucede con la rata colocada, por enésima yez, en la entrada del laberinto y que, Juna vez més, recorre el camino aprendido que conduce al ali- mento quo necesita. La insercién en el mundo, edquirida as{ por el animal, es una insercién muy “pobre”, semejante a la que poseen ciertos’anima- les inferiores gracias a Jos mecanismos innatos del comportamniento instintivo. Este tipo de insercién on el anundo es propio del ser vivo cuyo dinamismo sc limita a algunas, necesidades fisiolégicas, Estas necesidades renacen periddicamente con formas idénticas, y ‘el comportamiento consiste, en consecuencia, en una aplicaciéa de algunas “téonicas reaccionales”, innatas o adquiridas, que ponen Al animal en contacto con tal 0 cual sector del mundo que puede ~satisfacer sus necesidades. El hecho caracteristico del comportamiento del hombre, es decir, de su comunicacién con el mundo, no es la repeticién o la no repeticién de una reaccién aprendida o innata, sino la realiza- cién de proyectos, de tareas o de planes que exigen, cada vez, ‘nuevas formas de insercién en el mundo., Los segmentos com Cnroedkunde, 1064, 9, pigs, ITI-186. Respecto de las diferencia socisles 4 este catmpo, vénse la obin de J. Sroxrant, La poychologie sociale. (Pars, 1268) Chay trad. castellma) que reserva un logar importante al problema de wpewonalidad, como tambien O. Kumsoenc, Prychologie sociale. Paris, 1087 1859 (2 vol.); véase sobre todo ol volumen ut: Bersonnalié st interaction 224 Portamentales ~aprendidos anterformente- sélo pueden servir, eventualmente, como piedras ya labradas que se utilizan en una ‘construcciéa, nueva, Fste comportamiento, se presenta lo hemos sefialado més aniba- como una realizaciin de si mismo ene mundo: wna realizacién que, en sus manifestaciones més constrwe= tivas, adopta Ia forma de una exploracién y de una conquista del mundo, lo que gntes hemos denominado “la adaptacién de! inimds nuestros propios proyectos”, es decir; ‘Ia civilizacién humana, Contrariamento a Jo que se comprueba en muchos organisniog inferiores, la insercién del hombre en el mundo no esta fijada, ni Preestablecida, desde su nacimiento por algunas de las formas innatas de comportamiento de las que acabamos de hablar. En el momento de su nacimiento, el hombre esta tan pobremente equipado que le es imposible, por sus propios medios, realizar las formas de comunicacién con el mundo que le sen necesarias para mantenerse vivo, Esta ausencia casi total de insercién proestable- ceida es lo que se podria denominar la condicién biolégiea de su libertad y de su personalidad individual. Gracias a esa ausencia, en efecto, ol hombre esti destinado a construir por si misma lag formas comportamentales que constituirén su insercién en el mun- do y, en consecuencia, su propia personalidad. Otro efecto importante de esa indigencia psicoldgica del recién nacido es la necesidad de contactos humanos repetidos y casi permanentes que, normalmente, le son prodigados con profusién. Gracias esos contactos, el nifio realiza sus primeras formas de insercién en-el mundo de los hombres, insercidn afectiva de tal importancia que repercutiré sobre el esquema general de los con- tactos ulteriores. Para comprender ahora los procesos “microscépicos” compren- didos en esa forma global de insercién progresiva del hombre en el mundo, es importante observar que nuestro conocimiento del ‘mundo, ast como nuestras motivaciones concretas, se construyen progresivamente en funcién del contacto comportarental continuo con ese mundo, o 1. Pereibir o conocer una pequetia parte del, mundo como un objeto significante -como* una sillg) un teléfono o un pueate, por ejemplo- 0 el fruto de una. comunicaci6n comportamental con el mundo que nos rodea. Cada uno de eso¥ objetos es, para n0so- 5 soe. Tet & Murke Ge Gam. CompoiekOt _,, Sox ght Crse, rretilo, 1 tel core A Sba4ake! tros, el punto de éntersecoién de un conjunto de comportamientos en los que hemos “participado” al comprender la funcién o el papel que ellos cumplian en el marco de las necesidades humanas. Un puente es esa porcién del medio que desempefia el papel bien determinado de permitirse atravesar el agua cuando deseo ir de aqui a aquella otra parte de la ciudad. Aun el arbol y el sol se definen, primordialmente, como objetos, en cuanto desempefian tal © cual papel en el comportamiento 0 en la satisfaceién de las necesidades. De esa manera, el objeto conocido esté constituido, Por asi decirlo, por “cristalizaciones”, “depdsitos” “residuos” de telaciones comportamentales ejecutadas 0 percibidas. La silla, co- tho tal, e6 esa parte del muixido que se luserta en tal o cual tipo de relaciones virtuales o actuales con el medio. El mundo mismo, como objeto de nuestro conocimiento practice, no es tanto algo que se encuentra “delante” de nosotros como un especticulo; antes bien, constituye, en cada una de sus partes, una pieza funcional en el conjunto de nuestras relaciones comportamentales actuales © posibles. Nuestra ‘conducta cotidiana -o mestra participacién perceptiva en la conducta de los demis- es la que, desde’ el thaci- miento, construye progresivamente ese miitido comio’ objeto de ‘eonocimiento. Cada pieza es una cristalizacién de formas compor- tamientales del_ pasado” y” wna pasibilidad, incluso una solicita: sién, de comportamientos actuales. Por lo tanto, : solamente un estimulo o un iniciadof de” comportaimiento, sino, en primer lugar -y como objeto significante-, comportamiento cristalizado. pra “Considerado este dngulo, el objeto puede ser comparado con el rasgo de personalidad. También el rasgo es, en ultimo andlisis, el punto de partida y el residuo de un conjunto de com- ~ portamientos potenciales de un tipo determinado (véase supra, Pag. 34)4-Podemos afirmar, por lo tanto, que el objeto en el mundo, como el rasgo en la personalidad, son lo que, en cada uno de los dos polos de la estructura Yo-Mundo, queda como residuo de comportamientos anteriores y como iniciador de nue- vas conduetas._ fA causa de que el conocimiento de los objetos 0 del mundo se construye con el material de las reluciones comportamentales, se puede admitir que los “vestigios” psicofisiolégicos que el orga- nismo conserva de toda reaccién comportamental se confunden 226 con el substrato orginico del conocimiento prictico del mundo, Nuestro conocimiento del mundo y el equilibrio comportamental adquirido por Ia personalidad constituyen, pues, adguisiciones esencialmente semejantes de nuestro organismo psicofisiclégico, Los “vestigios" que forman su substrato no son otra cosa que la misma personalidad psicofisiolégica del hombre en cuanto es mo- dificada de manera duradera por la experiencia cognoscitioa y comportamental del pasado (aprendizaje cognoscitive y motor) 2 Cuil es, ahora, el proceso que determina que ciertas formas de relaciones cognoscitivas, dindmicas y comportamentales con el mundo s¢ conseroen en la personalidad (0 en el organismo psico- fisiolégico). En otras palabras, geémo se construye, progresiva- mente, ese arsenal de experiencias coguoscitivas, de motivaciones ¥ de orientaciones concretas, y ese dispositivo reaccional, que inter vvienen como elementos materiales y formales en el fncionamiento de la personalidad? Este es el problema del aprendizaie, concebi- do como proceso general del desarrollo de la personalidad en funcién de la experiencia y de la condueta anteriores, es decir, ‘como enriquecimiento y perfeccionamiento progresivos, Nos contentaremos con resumir aqui un concepto basado en tun conjunto de resultados experimentales que pudimos exponer mis extensamente en otra parte". Sus puntos esenciales son los siguientes: 2) Giertas relaciones comportamentales con el mundo atravie~ san el psiquismo, por asi decirlo, sin dejar huellas-en @_o sin agregarle algo duradero; otras, en cambio, son asimiladas y”apro- piadas y el organismo las hace suyas integrindolas a su propio funcionamiento; contribuyen, de manera mis o menos duraders, 4 construir el, comportamiento ulterior de Ia. personalidad. Esta asimilaéién se produce en la medida en que Ias relaciones compor- tamentales son incorporadas en una orientaciin afectiva y dind- ‘mica, es decir, en un sistema de compromiso personal, de interés, de necesidad, de proyecto 0 de tarea por cumplir. Nuestros resul- 8° Véase el capitulo 1 y, en especial, el capitulo 1 de oucstra obra Tiche, réussite et échec; théone de la condutte Lovaina-Paris, Editions Béatrice-Nauwelaerts, 166] (29 ed.) En ella se encontrara expuests también, con ‘mis pomenores, la concepeiéa del objeto en funeiin de comportamientos, 27 ‘tados experimentales nos demostraron que se conserva mejor lo ue es incorporado en un sistema de tensién (op. cit, pigs. 343- 351). Como lo expresa Allport, con una imagen sugestive: la orientacton afectiva y dindmica (el interés) es como una esponja; todo Jo que se relaciona con él, todd lo que es “pertinente”, es absorbido (dentro de los limites de las capacidades actuales y de las aptitudes del sujeto) 4) Por otrs parte, las necesidades se realizan y se precisan rogrésivainente en formas de relaciones con el mundo. Las nece- .Sidades, en efecto; tales como las hemos di ezigencies de insercién en el mundo de ‘eaigenclas esthn tos tipos de relaciones. Estas necesidades se convierten progre- sivamente en motivaciones respeoto de objetos concretos, merced al hecho de, que ciertas relaciones coneretas con objetos determi- nados han logrado establecer el tipo de insercién “exigido”; es de- cir, que ciertas formas de comportamiento han satisfecho sidad_Las ‘necesidades “éxigencias vagas y no determinadas al comienzo- se canalizan asi en formas comportementales concretas se multiplican a medida que, con la edad y con la civilizacién, {a insercién en el mundo adopta. nuevas formas®, También estas relaciones con el mundo serdn asimiladas y quedarén integradas en la personalidad. Por el contratio, las uc realizan formas de contacto 0 de insercién, que no corresponden con la estructura “exigida’, podrn pasar sin dejar ninguna huella o bien, a veces, {i Hablamos regularmente de una inserciéa progresita de la. persons {idad en el mimdo, pero es evidente que después de una fase ascendente on, 1a que Ia personalidad extiende la red de sus connicaciones cou el monde, ‘gsiste tuna fase descendente en la que la red de sus communicacioncs se Coating ¥ ol hombre se separa progresivamente de los miltiples sectores el mundo a Jos aie partcipaba (cl, entre otras, la obra de’ Ch, Bemura aceren de site proceso: Der menschliche Lebenslaut als peyehologisches Problem. Leip. 216, Hirzel, 1953)..'Lo misino sucode con las necesidades y les motivacicner: 4 diferenciaa y se mulkiplican durante la fase ascendente y el Gesarvllo de la ivilizactén, pero se zeducen a medica que la Provocar heridas profundas y, en consecuencia, ser registradas én el sistema dinémico de la personalidad y contribuir a modeler el comportamiento ulterior, Este esquema nos da una idea del proceso por el cual la per= sonalidad se construye progresivamente, asimilando sus propios comportamientos y el mundo que es objeto de éstos. En efecto, el mundo es intogrado a la personalidad por el conjunto de las relaciones comportamentales que, tanto por su objeto como pot sus formas reaccionales, dejan en ella sus huellas en la medida en que afectan la orientacién dindmica del sujeto. E. ¢9 precisamente la apertura dinimica de Ja personal do: esa capacidad y esa ex esta tipos especiales de comunicacién, 8. El proceso de esa entrada efectiva en comunicacién com Portamental con el mundo consiste en la evocacién o la aplicacién de las “disponibilidades” comportamentales, tales como ellas exis- ten en un momento determinado. Esa utilizacién no serd casi znunca una evocacién pura y simple de una comunicacién anterior con el mundo, comunicacién que fue integrada en la personalidad gracias a los procesos antes descriptos. La situacién actual y las erspectivas futuras exigirn una reestructuracién més 0 menos ereadora de las formas adquiridas, a fin de construir un compor- tamfento adaptado. No obstante, lo que Ia personalidad bard en ese momento, es decir, ol com nto_tal come serd ejecutado, esté “prefigue_ Ninguna conducta es conitruida por completo en él ihomento ac. tual. Gracias a'los procesos de canalizacién y de incorporacién de los que herds hablado, ciertas respuestas comportarentalesy ciertas construcciones cognoicitivas han entrado en la misma per sonalidad, Estas respuestas y estas construeciones son Jas. que se ictualizaFn ‘cuando se activen los sistemas dinamicos en los que se integraron, Esa motivacién, o evocacién, puede producirse des.” de ciialquiéra de los dos polos de la estructura Yo-Mundo, que Participa de este proceso. En otras palabras, la evocacién puede Partir del yo (del organism psico-fisiologico) en cuanto una mo- tivacton cualguter proyecto ¢ en accién, Y Puede paitir también del objeto en el mundo cuya percepelén, 229 despierta un “interés” o un dinamismo latente. Como siempre, estos dos puirlos de partida no podrin ser nunca, en realidad, sep. rados completamente, pueo que’ s¢ tata’ dé Tos dos polos de tit proceso de interaccidn ininterrumpida. Subsiste, iin’ embargo; a hecho de que, en la Biisqueda de tin objeto determinado, nuestra comunicacién con el mundo puede seguir de repente caminos im- Previstos, al ser incitada por un objeto que no intentabamos seguir, Dero que se nos present5 casualmente, Su presencia misma baste Para eyocar en nosotros dinamismos y, en consecuencia, compor- tamientos, que no entraban en el proyecto original. La razén por la que decimos que el objeto evoca dinamismos latentes, y no solo reipucttas Taide oo oaths is de que TH eT Objet Gus evo Tas ‘espuestag at Tas ‘evocidas, Son “inditercates” es decir, ~ ng relacionadas cor mes dinimicas de Ia personalidad. Asi, el objeto provocard, en ana persona, Tespwestas aire "| sivas 0 destructivas y, en otra, comportamientos cognoscitivos de \exploraci6n atenta, ete. En todo caso, Ja. Tas orientaciones dindmileas del pasado son tainblen TS que aye daron a determinar cudles serfan los objetos y situaciones frecuen- tados y lo que se conservaria de ellos. Conviene, pues, sefialar los limites de la autonomia de la personalidad:* Esta autonomia ‘est limitada, ‘no solamente por Ia insercién del orgai Diosfers, sino tambien’ por Ta insercida Comportamental ques pio. sresivamente, da tina fornia concreta aa caucus YoMNRIS, ies en conse ibitidades comunicacién ulterior. La‘ autonomia tanto, en la perspectiva “histBrica”™ a dad: a Ta vez que orienta més 0 menos su actualizacién progresiva, Ja personalidad construye modalidades de funcionamiento cada vez mas concretas y espectficas que, aunque Vimitan las posibili- dades absolutas, perfeccionan también la eficacia: del comporta- miento al servicio de la ejecucién de los proyectos personales. La autonomfa de la personalidad no reside ante todo en una posi- Dilidad ilimitada de formas comportamentales, sino en una clerta fidelidad a la linea de desarrollo, 0 de insercién progresiva, tal como Ia personalidad se la construye en interaccién con los facto- res miltiples de la estructura Yo-Mundo. CONCLUSION Después de haber bosquejado las ideas y las investigaciones de algunos autores acerca de la estructura intrapsiquica y somato- eiguica de la personalidad, hemos ereido necesario completar ese cuadro mediante una exposicién que mostrara que todas esas es- ‘ructuras no constituyen, en suma, miés que uno de les polos del funcionamiento de la personalidad. El rasgo més esencial de este funcionamiento consiste, en efecto, en el hecho de que se sita en tun marco més amplio: el de la estructura Yo-Mundo. Esta estruc- tura no puede describirse sin una referencia a ciertas interrelacio- nes acticas, lo que hace a la exposicién més laboriosa que una deseripcién de la personalided en términos estiticos. La personalidad se nos manifiesta como un conjunto estructu- rado de potencialidades de interaccién especifica con nosotros mismos y con el mundo, El esquema tipico de esas potencialida- des permanece relativamente idéntico a s{ mismo y esté ligado a tuna estructura orgdnica igualmente estable. El contenido es mis tialeable y es fundamento de profundos cambios en la persona- lidad. Por sus funciones cognoscitivas, dindmicas y motrices, el comportamiento construye el mundo de las situaciones significan- tes y hace entrar ese mundo en la personalidad, de la misma manera en que la personalidad ~gracias a esa misma actividad- se inserta en el mundo, actualizando asi, de manera creadora y x0 sin conflictos, las potencialidades dinimicas comprendidas en su estructura bipolar Yo-Mundo. Ese comportamiento, que constituye el funcionamiento propio de la personalidad en su comuniecacién con el mundo, presenta varias caracteristicas que hemos analizado. En virtud de su ele- vado nivel de actividad cognoscitiva, la personalidad se ve con- frontada con el mundo y consigo misma. Esta confrontacién y esta presencia eognoscitivas y conscientes dan a la comunicacién 281

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