EL DESARROLLO HUMANO
por
Juan Detvat
D servi
“ally de Formacién
=p Docente Continua
Ministerio de Cultura y Educacién de la NaciénIm Dag
Desde el punto smiento, Paget (1924) sefials
el pot de vita del stonamiento, Piaget (19 aves
‘ea edad los nifes no hacen ni un razonamiento inductivo ni un razon,
‘Bren dedectivo, sino que lo denominé etrnsducciéno, que es un paso de
To singular al singular, sn eneralizacin.
{AS OPERACIONES CONCRETAS
lo sete aossproximadament,sinician una serie de cambios
Nee See es eno del nto Ee leanca formas de orpanizacion
EE conduc or son my superiors a ls anteriores en cuance sen
pions cpm co un ent aecte que hasta cones perece,
oy inconcxn + eto hace que muchas de a cractersicas gue hen
deseo ca aap preopertorsdesparezcn, como, por ejemplo
slaidal se conaticcon Lo progress en la orizadion deh sence ee
1 gue etc macho mejor lv wansformacionesy que los eae
din omen clas En ae, lo extados no seria mis ue cee,
cue aren ae i ranomacone queen cnet: Semen
Vamos 2 comenzar voliendo a examinar mis detenidamente las noco-
‘263 de conservacin ye establecimiento de invariantes,
‘Las nociones de conservacin: la conservacién de la sustancia
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S mis pequefias, podemos hervit
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ido carboizad. En ete caso cl ascarid en
iis sustancias distinas dela primera. Algunas nag P8 sformade en
bles, es decir, que podemos volver ala stuacion neo 0 reve
$Bfcctones de a forma dela masa de pun G2 £020 en sn
nvertir en una barra alargada y luego poder ‘una bola se puede
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tes coce el pan). Ora en cambio, on reverisy eee
rar el azcar a partir del carbén que nos he quedado on chs
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Ia caratrinico de todas ls tarsformacione ye! mundo ev an
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Informa de a nde pan omni een el psn
cin quimica 0 el mismo cla, lo mismo suede ede en clases « conjuntos con las
ost que son semejantes v establecer parentescos entre ellas, lo gue supone
Jas relaciones de inciusion de unas clases en otras, Las clasificacic-
una serie de propiedades ldgicas que los suieros van construyende
de su desarroli. Lee nifios var siendo capaces de resoiver proble-
rsa compicjidad, de compr
Et desaroio de le expacided de pemsmtento 333
La técnica que se utiliza para estudiar las clasificaciones consiste en darle
al sujeto un montén de figuras geométricas que se diferencian por la forma
(cuadrados, circulos, triéngulos, rectingulos), el tamaiio (grandes y pequetios)
yl color (rojos, amarillos y azules). Las consignas que se dan son intencions-
damente ambiguas, como «poner juntas las cosas que son parecidas», «junta
lo que tiene que estar junto» u otras semejantes (Inhelder y Piaget, 1959;
puede verse un resumen en Piaget ¢ Inhelder, 19632).
Se pueden distinguir facilmente tres niveles en las conductas de los suje-
tos. En un primer nivel los sujetos realizan lo que Inhelder y Piaget denomi
nan colecciones figurales, es decir, que el nifio agrupa los elementos de
acnerdo con razones variadas, que no tienen necesariamente que ver con la
biisqueda de uno o-varios rasgos para establecer una clasificacién. Por ejem-
plo, coloca un triéngulo sobre un cuadrado y dice que es una casa, 0 coloca
cuadrados y rectingulos unos 2 continuacién de otros sefialando que se trata
de un tren, o pone unas figuras a continuacién de otras en forma de circulo,
cerrando el espacio. La colocacién de una figura al lado de otra puede estar
determinada por una semejanza entre ellas pero variando de criterio a lo lar.
0 de la clasificacién. El nifio coloca una figura redonda y roja y a continua
cidn un cuadrado rojo, porque ambos son rojos, después un cuadrado azul,
porque los dos son cuadrados, y asi va variando el criterio aunque mante.
niendo une semejanza entre cada par de figuras, pero variando el aspecto en
ue son semejantes.
Si en ver de tatarse de figuras geométricas utilizamos animales de plist
0, ¥ otro tipo de material, los nifios realizan la clasificacién también con cri.
terios semejantes, por ejemplo, poniendo varios animales juntos porque son
amigos, pero sin realizar propiamente una clasificacion.
En.un segundo nivel los sujetos son capaces de formar colecciones con
los objetos de acuerdo con sus semejanzas, poniendo juntos por un lado los
cxadrados, por otro los circulos, por otro los rectingulos,¢ incluso pudiendo
subdividir el conjunto de los cuadrados en grandes y pequefos, etc. Pero
aunque consiga eso todavia no puede hablarse propiemente de clases, sinc
de colecciones no figurales, porque la conducta del sujeto presenta algunas
limitaciones. Por ejemplo, el sujeto no logra cambiar de crterio de clasifice.
ion una vez realizada (por ejemplo, basarse en el color en vez de en la for.
ma) y tampoco puede comparar cuantitativamente une coleccién, como la
clase de los cuadrados con otra que estd incluida dentro de ella, como la de
4os euadrados rojos, como veremos més adelante.
Finalmente los sujetos son capaces de consiruir auténticas clases, pudien-
do cambiar los criterios de clasificacién y realizando clasificeciones ascen
dentes v descendentes y ademés resuelven otros problemas que implican rer,
rinos como «todos y «algunos», denominados «cuantificadores»,
Pareceria que pare realizar uns clasificacién materialmente el sujeto tie-ne que disponer de un modelo mental de la clasficacién en el cual unas cla-
ses estén subordinadas 0 incluidas dentro de otras. Por ejemplo, la clase de
los dogos esti incluida dentro de la clase de los perros, que a su vez esté
incluida dentro de la clase de los mamiferos, que se incluye dentro de la cla-
se de los animales, que se incluye en la de los seres vivos, etc. Una clasifics-
cin constituye una especie de arbol invertido, en el que las clases mas gene-
rales se van dividiendo en otras més restringidas. Un sujeto que sabe
clasificar conoce muchas propiedades de esa clasificacién como que las cla
ses que estin situadas en la parte inferior tienen menos elementos que las
que estén incluidas en la parte superior. Sin embargo, se observa que los
nifios tienen dificultades para realizar muchas de esas actividades hasta que
consiguen disponer del modelo de la clasificacién. Una de las tareas que po-
ne esto de manifiesto es lo que se denomina la cuantificacion de Ia inclusion.
Un sujeto que domina la clasificaciGn entiende un enunciado como «todos
los madrilefios son espafioles» indicando que la clase de los madrilefios esté
incluida dentro de la clase de los espafioles, lo cual quiere decit que si un in
dividuo es madrileio entonces también es espatiol, pero que lo contrario no
tiene por qué ser cierto. Se puede, por ello, afirmar que algunos espafioles
son madrilefios y también que algunos espafioles no son madrilefios. Esto
quiere decir igualmente que hay mas espafioles que madrileiios. A su vez los
espafioles estarian incluidos en la clase de los europeos lo que implica que
Jos madrilefos a su vez estarian incluidos en la clase de los europeos, etc. Sin
embargo, los nifios pequefios tienen dificultades con todas estas relaciones,
como se pone claramente de manifiesto preguntindoles sobre elas.
‘Una experiencia tipica realizada por Inhelder y Piaget (1959) es la
siguiente. Se presentan al nifio una serie de cuentas de madera y se hace
que compruebe que todas son de madera, De.ellas dos son rojas y ocho
son amarillas y se pregunta chay mds cuentas de madera o més cuentas
amarillas? Luego se le dice que dos nifias quisieron hacer un collar con las
cuentas, la primera hizo un collar con las cuentas amarillas, luego se deshi-
zo el collar y se volvieron a poner todas las cuentas juntas; la segunda hizo
fentonces un collar con todas las cuentas de madera. La pregunta es «cual
de las dos se pudo hacer un collar més largo?». Se pueden realizar otras
preguntas para cerciorarse de la comprensién del nifio como si quedarén
cuentas en la caja cuando se toman todas las cuentas de madera, etc. El
problema se puede plantear igualmente con otros materiales, como con flo
res de plastico de las cuales dos son rosas y ocho son margaritas, y se pre-
gunta a la nifia/o cual seria el ramo més grande, planteando problemas se-
mejantes a los anteriores. En el cuadro 14.10 se recogen los resuktados de
esta prueba gue, como se ve, no se resuelve hasta los nueve afios (Piaget €
Inhelder, 19654). Hasta ese momento no puede decirse que el sujeto haya
dominado la clasificacién.
‘conoo 14.10. Exitos totales de Jas swetos en la cuantficaci de la inclusion en por
centaje) .
cuentas 7 rr) 60 70
Flores 10 2 86430 B
Exito en ambos 3 3 30 50 a
‘Tomado de Piaget e Inhelder (19636),
Las pruebas referentes al manejo de los cuantificadores, «todos» y «alga:
nos», arrojan resultados semejantes y muestran los distintos pasos y los obs-
ticulos que hay que salvar para llegar a construir la clasificaci6n.
La seriacion
Las cosas pueden agruparse de acuerdo con sus seméjanzas pero también
pueden ordenarse de acuerdo con sus diferencias, y se trata de una opera”
Gién igualmente basica de clasificacién, Por ejemplo, objetos de diferente
tamafio pueden ordenarse de acuerdo con su tamafio creciente. Puede estu-
diarse cl desarrollo de esta capacidad de seriacién sirviéndose de un conjun-
to de varllas de madera que presentan pequefas diferencias de tamatio, del
orden de imedio centimetro 2. Se le dan al sujeto diez varillas que se colocan
desordenadas sobre una mesa y se le pide que las ordene 0 que haga con
ellas una escalera desde la mis pequefia a la més grande.
‘Aunque parece que se tata de una tarea muy simple los sujetos peque-
fios tienen grandes dificultades y se pueden distinguir tres niveles. En un
principio no son capaces de realizar una serie con todas las varillas sino que
se limitan a ordenar dos 0 tres elementos, poniendo une varilla grande y otre
pequeia y luego volviendo a empezar con otro par. En un segundo nivel son
ya capaces de realizar la serie completa, pero utilizando un método empirico
por ensayo y error en el cual toman una varilla y la colocan sobre la mesa,
después toman otra y la sitéan a le derecha 0 @ la izquierda, segiin que sea
7 Sc uaan un materi qve difere poco en el mato para gue lattes no seven faite percept
‘amen Subere que dexds el Baal de priodo sesoriomoror el nto puede encsarcubos de distinto
lumafo sbiernan por una de sus caras Pero en ese caso el material simplifica l resolucién de Ie tae
Que adle se pocde realizar de una manera. De lo que se trata ex de ver cémo la retuelve cuando lp
‘cepein no ayuda al soluedn de la tres,336 Jar Dell
mas grande o més pequefa, luego toman una tercera y van probando en dis-
tintos lugares hasta que la colocan en orden, y asi proceden sucesivamente
hasta agotar todas las varillas. Si, después de haber terminado la serie, se le
roporciona al sujeto algune varilla més, de tamatio intermedio entre otras
dos, y se le pide que la coloque tiene de nuevo que ir probando en distintos
Jugares hasta poder colocarla adecuadamente, o incluso prefiere deshacer la
serie y volver a empezar.
CUADRO 14.11, Porcentae de sujetos en cada nivel de respuestasen la prucha de seria
a
Fdades
Aafos Sahos Gahos 7ahos Banos
Consrmucciow OE LA Sen:
0. Ningiin ensayo de seriacion 53 18 7 - -
|. Pequefias series a7 6 34 2 =
|. Ensayo y error - 2 25 6 5
IM, Eto sistemético - 3 ue 8 s
Intencacacones:
0. Ningiin ensayo 6 6 6 - -
1. Ensayos infructuosos 20 16 2 = =
At. Exito parcial 20 32 5 7 5
UL Exito por interealackén = 8 EJ 8 8
Finalmente los sujetos utilizan un procedimiento sistemitico en el cual
toman Ja mas pequefia de las varillas, luego la mas pequefia de las que
quedan y asi sucesivamente. Si se les da una nueva varilla la colocan sin di-
ficultad sin tener que volver a empezar toda la serie como sucedia en los
sujetos del nivel anterior. Los resultados de esta pruebe se recogen en el
cuadro 14.11.
Pareceria como que los sujetos més pequefios no pudieran manejar
todos los elementos y tener en cuenta esas relaciones, en este caso «mayor
quer 0 «menor que» y el cardcter transitivo de esa relacién. En cambio, los
del nivel mt es como si tuvieran un modelo de la serie en la cabeza, sabiendo
que la serie es transitiva (si a propio veep SEG mente wanpora seneh
coloca otra a la altura de la base a transy 4
aoe también utiliza partes de su propio cuerpo para tratar de es.
be spo ene procedimiento esl muy imprecso emplena« liza
un abjeto exterior, como puede set construir otra torre para levala desde fe
copa al modelo o se sieve de una vasila de alu exactamente gud! it 6
su torre. Esta utilizacién de un término medio supone comprend er al een 7
manera la traniivdad, es decir, que si la torre A es igual al érmino most
My date es igual al modelo B, entonces A es igual « B. Pero se trata rodavis
de una medicién muy rudimentaria en la cual el intermedio tiene q\
al elemento que se quiere comparar. : :
oS Teague nivel l nifo utiliza una varilla més lara y sel sobre
cla el tamafo que corresponde asu torre para masladaria basa el mode,
& Enel eexto nivel, inalment, el sujeto es capaz de uslizar euslavicr
tipo de elemento intermedio, aunque sea més pequefo, aplicindolo un det.
to miimero de veces « la torre copia y reelizando el mismo tipo de mer
sobre la torre modelo. Esto suele realizarse hacia los siete y ocho afios (Pia-
get e Inhelder, 19630)
i x reali-
La posibilidad de descubrir esta forma de medida, cosa que parece re
zarse espontineamente y con poca influencia directa de la ensefinzaceolr
supone ser capaz de dividir el tamafo tora en un cierto niimero ds pares,
teniendo en cuenta que estas partes pueden encajarse en un to es st 0p
racién de «paricién» se corresponde con la inclusén de clases, Pero, ade:
mis, hay que ser capaz de ordenar la serie espacial de partes, lo qus corres
ponderia a la seriacién. Finalmente hay que construit una unidad eliiendo
tina parte y desplazndola sucesivamente, lo que constizuye une sintesis de fe
particién y del desplazamiento semejante a le sintesis que el ntimero cons
tuye de la inclusion y de la seriacién.
otra prueba referente también al espacio, que ha senido una an
influencia en estudios posteriores, se refiere a ls coordinacion de potspes
vas de un observador que ve un pissje desde distintas posiciones (Piaget ¢
Inhelder, 1947, capitulo 8)Es conocida tambien como le prucbe ds alts ues
montafias» porque se le presente al sujeto una maqueta de I m’ sol ; ae a
hay tres montafias de 12 a 30 cm de altura. Desde la posicion ‘gue 7
‘ocupa (véase la figura 14.13) delante de Ia maqueta tene a su dereche une
montafa verde, péquetia, coronada por una cast, a Ia zquierds una mona
marrén con na cruz roa en la cima, y dewrds le mas alta de las wes ponte,
fas, de color gris con la cima cubierta de nieve. Lo que se trata de esm340 Juan Delo
es cOmo se representan los nifios las distintas perspectivas desde las que pue-
den verse las montafias cuando cambia la posicién del observador. Para esto
se sitta una mufiequita de madera frente a los distintos lados de la maqueta
y se pregunta cémo ve la muiieca las montaiias desde su posicién. Con la
mutieca situada frente a cada una de las caras, empezando por A y siguiendo
por C se le pide al sujeto que con tres cartones semejantes a las montaiias
construya la perspectiva que ve la mufieca; luego se le dan diez dibujos que
representan el paisaje visto desde distintas perspectivas y se le pide que se-
leccione el que esta viendo la mufieca. El tercer procedimiento empleado es
el inverso del anterior: se le da un dibujo y se le pide que indique desde
dénde esté viendo la mufieca el paisaje,
FIGURA 14.13. La coordinactin de perspectivas. En esta prueba, conocida como las tres
montafias, el nfo, que esta situado en A, tiene que decir cémo ve el paisaje un mu-
fieco que se coloca en B,C 0 D (tomada de Piaget ¢ Inheldes, 1947)
Cien nifios/as de cuatro a doce aiios realizaron Ia prueba, Sin entrar en
Jos detalles de los resultados podemos sefialar que los nifios més pequefios
hhacen coincidir el paisaje que ve la mufieca con lo que estin viendo ellos
mismos, es decir, que toman como privilegiado su propio punto de vista
Sélo a partir de los nueve-diez afios los nifios resuelven correctamente el
problema. Entremedias los sujetos van progresivamente siendo capaces de
comprender la relatividad de los puntos de vista, a través de una serie de pe
sos que Piaget ¢ Inhelder (1947) describen detalladamente.
El fracaso en esta tarea ha sido considerado como una manifestacién del
egocenttismo», es decir, de la dificultad para adoptar otros puntos de vista
Le experiencia ha sido reproducida infinidad de veces por numerosos auto-
rez. v ha side modificads y simplificada. Algunos autores han encontrado
El desir de le capcidad de poamiento on
que los nifios pueden resolver el problema mucho antes, pero generalmente
se trata de versiones simplificadas de la tarea (véase una discusin del pro-
blema en Donaldson, 1978, capitulo 2).
Esos progresos en el pensamiento se manifiestan también en la construc-
cin de otras nociones cientificas que le permiten igualmente organizar la
realidad, relativas al tiempo, a la comprensién del azar, ala velocidad, a pro-
blemas de tipo bioldgico, social, histérico, etc. En todos los casos, el mifio va
pasando desde una concepcién muy centrada sobre si mismo y sobre su pro-
pia actividad a una descentracién en la que las nociones se van haciendo ca-
da vez mas objetivas. Pero todavie son nociones formadas por generalizacién
a partir de la experiencia y no nociones puramente abstractas e hipotéticas,
que no se podrén construir hasta el siguiente periodo, el formal
Las estructuras del pensamiento
A lo largo de la resolucién de todos estos tipos de tareas vemos los progresos
que van realizando los sujetos en la creacién de modelos que permiten orge-
nizar el mundo y, en definitiva, comprenderlo,
Piaget sostiene que durante la etapa preoperatoria las acciones sensorio-
motoras pasan a realizarse en el plano de la representacion, es decis, mental-
mente, lo cual las hace mucho mas flexibles, répidas y eficaces. Pero esa tra-
duccién no es directa e inmediata sino que exige un largo trabajo de recons-
‘wucci6n. Saber realizar una accién de forma préctica no supone representarsela
adecuadamente. Inicialmente las acciones estén centradas en el propio cuer-
po y en la actividad propia y sdlo poco a poco el nitio va logrando descen-
arse y construir un universo objetivo en el que las cosas que suceden no
son simplemente el resultado de la actividad del sujeto sino que hay relacio-
nes objetivas ¢ independientes de nuestra intervencién.
La traduccién mental de la actividad en acciones interiorizadas da lugar
4 acciones patciales y no conectadas entre si. Sélo a partir de los siete-ocho
aos, en la etapa de las operaciones concretas, esas acciones interiorizadas
empiezan a conectarse entre ellas, dando lugar a lo que Piaget ha denomins-
do «operaciones». Por ejemplo, la posibilidad de encontrar semejanzas entre
objetos permite reunitlos, material o mentalmente, de acuerdo con su pareci-
do, pero también se pueden separar y volver a reunir de acuerdo con otra
caracteristica distinta, estableciendo una nueva clasificacién. Dentro de une
categoria se pueden 2 su ver formar subcategorias, que pueden compararse
con las categorias superiores en las cuales estén incluidas. Asi, no puede he-
blarse de une clase aislada sino de sistemas de clases o también de sistemas
de relaciones. Todas éstas son las operaciones que hemos descrito més arti-ba. Al ir orgenizindolas en sistemas, el nifio va descubriendo que las accio-
nes se pueden componer entre si, y que la aplicacién de dos acciones sucesi-
vas da lugar a otra accién; que existen acciones que invierten el resultado
obtenido, y que son acciones inversas o reciprocas; que hay acciones que no
cambian un resultado, y que pueden considerarse nulas. El nifio va descu-
briendo propiedades de las cosas y de su propia accién, Por ello, Piaget afir-
ma que las operaciones son acciones interiorizadas o interiorizables, reversi-
bles y coordinadas en estructuras de conjunto,
Piaget encuentra que hay una estructura comin en las operaciones que
se realizan en el terreno concreto y esta estructura es lo que denomind un