You are on page 1of 111
a ee ol Coleccion Static eer) CrOl EN C. Rowe Manierismo MANIERISMO Ww } Cd oO 3) ee =} ey = ) >] 0) = o an a | ° Pa] MANIERISMO Y ARQUITECTURA MODERNA Y OTROS ENSAYOS Titulo original The Mathematics of the Ideal Villa and Other Essays Versién castellana de Francesc Parcerisas ) \paee de la cubierta: Estudi Coma edicion 1978. Col. “Arquitectura y Critica” ‘edicién 1980. Col. “Arquitectura y Critica” *GG Reprints” Ninguna parte de esta publicacién, incluido ol disefo de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse de ninguna forma, ni por ningun medio, sea éste eléctrico, uimico, mecanico, éptico, de grabacién o de fotocopia, sin la previa autorizacién escrita por parte de la Editorial. La Editorial ho se pronuncia, ni expresa ni implicitamente, respecto a ta ‘exactitud de la informacion contenida en este libro, razén por la cual no puede asumir ningun tipo de responsabilidad en caso de error u omision. ©The Massachusetts Institute of Technology, Cambridge (Massachusetts) y Londres, 1976 y para la edicién castellana Editorial Gustavo Gil, SA, Barcelona, 1978, 1999 Printed in Spain ISBN: 84-252-1704-6 Deposito legal: B. 20.007-1999 Impresion: Graficas 92, SA - Rubi (Barcelona) Indice Pretacio y agradecimientos Las matematicas de la vivienda ideal Manierismo y arquitectura moderna Cardcter y composicién, o algunas vicisitudes del vocabulario arquitecté: nico del siglo XIX La estructura de Chicago Neo-«clasicismo» y arquitectura moderna 1 Neo-sclasicismo» y arquitectura moderna - Il Transparencia: literal y fenomenal La Tourette La arquitectura de la utopia Origen de las ilustraciones 35 6 9 119 197 155 179 197 27 Prefacio y agradecimientos Esta es una recopilacién de ensayos escritos hace mucho tiempo, algunos de los cuales fueron publicados en su momento; se trata, por tanto, de escritos =viejos=, € incluso los que han sido publicados més recientemente son, tan sélo, «viejos-nuevose. De no haber sido por la inercia esta recopilacién hubiera podido salir a a luz a principios de los afios sesenta; pero, aunque a veces lamento que no ccurriese asi, la tardanza no me descorazona. La mayor parte de estos ensayos contindan siendo, en cierta medida, vigentes y algunos han gozado, ciclostilados y entre estudiantes, de cierta difusion pirata, lo cual, para mi, no puede sino cons- ituir motivo de satisfaccién, Sin embargo, @ pesar de ser ésa la principal razén del presente vo- lumen, su estimulo inicial, debo afadir que ha sido gracias a la insistencia de John Entenza, hasta hace poco director de la Graham Foundation, que el libro ha sido efectivamente publicado. La Graham Foundation lo subvencioné y Entenza batallé hasta el uitimo momento. Igualmente, junto a su tiberalidad y su insisten- cia, deseo hacer constar también mi agradecimiento —en Inglaterra— a Alan Colquhoun, James Stirling, John Miller y Patrick Hodgkinson, que me presionaron en igual sentido, y —en Estados Unidos— a Fred Koetter. Péter Eisenman, Arthur Drexler y Standford Anderson, que han insinuado que los articulos aqui recopila- dos no son una extravagancia. Igualmente deseo expresar mi reconocimiento a Robert Slutzky. por sus multiples sugerencias y por permitirme incluir en esta antologia un articulo que escribimos conjuntamente. También lo hago a los edito- res de la Architectural Review, Granta, Perspecta y Oppositions, que me han auto- rizado a reproducir el material originalmente publicado en dichas revistas: agradezco a Joel Bostick sus esfuerzos dibujando los diagramas analiticos de Garches, la Malcontenta y el Palais des Nations: y, por dltimo, quiero dejar cons. tancia de mi reconocimiento para con Judith Holliday, por sus heroicos esfuerzos leyendo y corrigiendo las pruebas del manuscrito 7 . Las matematicas de la vivienda ideal* La belleza tiene dos origenes: uno natural y uno por costumbre. El natural proviene de la geometria y consiste en la uniformidad, es decir, en igualdad y proporcién. La belleza por costumbre es producida por el uso, del mismo modo que la familiaridad engendra amor por cosas que no son bellas en si mismas. En eso estriban, precisamenta, la mayorfa de errores, aunque la prueba verdadera sea siémpre la belleza natural o la belleza geométrica. Las figuras geométricas son por su naturaleza mas bellas que las irrequiares: el cuadrado y el circulo son las més hermosas, seguidas del paralelogramo y el dvalo. Las lineas rectas sdlo tienen dos posiciones bellas: la posicién perpendicular y la horizontal; todo esto deriva de la naturaleza y ¢s, por tanto, una necesidad, ya que la Unica firmeza es la posicidn enhiesta. - Sir Christopher Wren, Parentalia Como tipo ideal de edificio centralizado la Villa Capra -Rotonda de Palladia (fotografia 1] es el que mds inmediatamente salta a la imaginacion. Ma- temdtico, abstracto, cuadrangular, sin ninguna funciédn aparente y totalmente memorizable, cuenta con derivadas diseminados por todo el mundo, Cuando Pa- lladio escribe sobre él sé muestra lirico: El emplazamiento es el mas bello y agradable que hallarse pueda, pues se encuentra sobre un pequefo otero de facil acceso, regado en un costado por el Bacchi- glione, un rio navegable; y en el otro circundado por las mas hermosas colinas, que ase- mejan un gran teatro y hallanse cultivadas con excelentes frutales y viflas exquisitas; de modo que, por cualquier lado, goza de Jos mas espléndidos panoramas, algunos de los cuales son limitados, amplios otros, y unos terceros cerrados sdlo por el horizonte, debido a lo cual el edificio posee pdrticos en sus cuatro costados.! . Teniendo la mente preparada tras esta lectura, un fragmento de Pré- cisions de Le Corbusier, resultard de innegable parecido. El texto no es menos Publicado por primera vez en Architectural Review, 1947. Shee SENT Teete nT rr teers cries mE iirico y si mas explosivo, y Le Corbusier lo emplea para describir el emplazamiento de su Villa Savoye en Poissy (fotografia 2): La situacién: un enorme césped curvado como una cupula rebajada... La casa es una caja suspendida en el aire... en medio de los prados que dominan el vergel... Es un plano puro... Y encuentra su lugar iddneo en el agreste paisaje de Poissy... Sus moradores lo han elegido porque esta campifia agreste con su vida campesina era her- mosa, y ahora la contemplaran, intacta, desde lo alto de su jardin colgante o desde los cuatro costados de sus alargados ventanales. Su vida doméstica quedard inserida en un suena bucélico.? , isposicion pacios y volimenes que Se penetran mutuamente, como una emanacidn del espacio- tiempo; pero la sugestiva referencia a los suefios de Virgilio podria hacernos co- nectar con el fragmento en que Palladio describe su Rotonda. E! paisaje de Palladio es mas agricola y bucdlico, evoca menos el indomenado aspecto pastoril, emplea una escala mayor; pero el efecto de ambos fraqmentas es bastante parecido. Palladio, escribiendo en otro lugar, amplia la vida ideal de la villa. Su propietaria, desde dentro de ese fragmento de orden que ha creado, podré con- templar como maduran sus posesiones y saborear el contraste punzante entre sus campos y sus jardines; reflexionando sobre la mutabilidad, contemplard con el paso de los afos las afejas virtudes de una raza mas simple, y la ordenacion harmonica de su vida y posesiones serd una analoaia del Paraiso. Los sabias de la antighedad acostumbraban a retirarse a tales lugares, en donde eran a menudo visitados por sus virtuosos amigos y familiares, y en donde, con sus casas, jardines, fuentes y otros lugares igualmente placenteros, y especialmente gracias a su virtud, alcanzaban sin gran dificultad tanta felicidad como nos es permitida alcanzar en este mundo, Tal vez éstos sean los suefios de Virgilio, cuya libre interpreta@ldn na hecho que, en el transcurso del tiempo, se viesen engrasados con todas eas ideas de la virtud romana, la excelencia, el esplendor imperial y lacdecadencia que sirven para reconstruir imaginativamente el mundo antiguo. Tal vez Palladio se hubiese sentido a sus anchas en los paisajes de Poussin —con todo su portentoso aparato de antigledad—; y es posible que lo mds fundamental de,ese paisaje, y el sorprendente contraste entre el cubo aislado y su ubicacidn en un paisaje agreste, entre el volumen geométrico y la naturaleza aparentemente incdlume, sea lo que origine la alusidn romana de Le Corbusier. Si la arquitectura de la Rotonda sirve de escenario a una vida dptima, en Poissy actla de telén de fondo de una vida liricamente eficiente; y, aunque la pastoral contempordnea atin no haya sido aprobada por el uso convencional, la nostalgia virgiliana continda ha- llandose presente, al menos en apariencia. Desde los tocadores higiénicamente eguipados, o en una pausa al subir las rampas, el recuerdo de las gedrgicas no 10 FE Ly TT iE ri b | \ 1 | | | | & | ~ | 1 | | | | I | bo | foe fl cima ~-}—___-$—— —----9—4 Sa ' i ~ | \ | | | js = $n n= | ae 1 | 1 | | | I | 1 i 1 | ly | i \ Pf ie iY | | ! tot - i | | tant nero | | \ | | yi n | | | | i | i | LJ bce bee 45 2 (2 ig. 1. Dlagramas analiticos de Malcontenta Garshes. 4 puede por menos de interponerse; y tal vez la referencia historica sirva incluse para afadir un estimulo cuando el automdvil se pone en marcha de regreso a Pp Cds COTS Ui as Poe ds oo ene ae areare OGTOteoUO CuompParat~ 1 s-tos tejados, podemos advertir que ambos bloques poseen un volumen similar, que mide 8 unidades de longitud, por 5,5 de ancho y 5 de ii t

You might also like