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PDF Degregori Sendon Sandoval No Hay Pais Mas Diverso Compendio de Antr DD
PDF Degregori Sendon Sandoval No Hay Pais Mas Diverso Compendio de Antr DD
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HAY P
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Compendio de Antropología peruana II
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IEP Instituto
Instituto de Estudios Peruanos
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No haSave
y pais mas diverso II.inAccept
db 5 All 04/05/2012 04:04:23 p.m.
Serie Perú Problema, 37
© IEP INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS
Horacio Urteaga 694, Lima 11
Telf.: (51-1) 332-6194/424-4856
www.iep.org.pe
ISBN:
ISSN: 0079-1075
Impreso en Perú
Primera edición:
1000 ejemplares
Hecho el depósito legal s o
e
en la Biblioteca Nacional del Perú: 2012-05263 o c
Registro del proyecto
proyecto editorial n p
e
r
r
en la Biblioteca Nacional: 11501131200330
Corrección de textos:
Diagramación: Silvana Lizarbe
Composición de carátula: Gino Becerra
Cuidado de edición: Odín del Pozo
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No hay pais mas diverso II.indb 6 04/05/2012 04:04:23 p.m.
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No hay pais mas diverso II.indb 8 04/05/2012 04:04:23 p.m.
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Capítulo 1
Frank Salomon
Etnología en un terreno desigual: encuentros
encuentros andinos, 1532-1985 18
1. Introducción 18
2. El testimonio de los invasores y la “gente llamada indios”, 1532-1590 21
3. “Yndios”: etnografía y dominación en las fuentes de mediados
de la Colonia, 1590-1660 28
4. La génesis de los estudios andinos en la Colonia tardía
y en las repúblicas tempranas, 1660-1900 33
5. Reexploración, redescubrimiento e indigenismo, 1900-1930 41
6. La internacionalizac
internacionalización
ión de la investigación andina, 1930-1945 48
7. La antropología y el modernismo utilitario de la post-guerra, 1945-1969 52
8. Interpretando y defendiendo “lo andino” en las décadas de 1960 y 1970 57
9. ¿Etnología de quién, para quién? 64
Capítulo 2
Pablo Sandoval
Antropología y antropólogos en el Perú: discursos y prácticas
en la repre
representación
sentación del indio, 1940-1990 98
1. Introducción 99
2. Preámbulo: la antropología peruana en el marco de América Latina 101
3. Formación de la antropología en el Perú y la construcción del “andinismo”
antropológico, 1945-1970 104
4. El indio y eell poder en eell Perú: dominación y conic
conicto
to en la ssociedad
ociedad rural
en las décadas de 1960 y 1970 107
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such as maoísmo y Sendero Luminoso, 1969-1980 109
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6. Crisis estructural y cultura nacional: lo andino como eje nodal, 1980-1990 116
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Conclusiones:
You puntos pendientes 127
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No hay pais mas diverso II.indb 9 04/05/2012 04:04:23 p.m.
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2.
3. Introducción o simplicación?
¿Encubrimiento 149
153
a. Hechos 153
b. ¿Ley consuetudinaria, vigilantismo o guerra? 154
c. Omisiones 156
d. Incredulidad 158
4. La autoridad antropológica 163
a. Los dos Perú 165
b. Perú supercial 175
5. Deconstruyendo el caleidoscopio 177
6. Farsa judicial y crítica popular 179
7. Voces ausentes 184
8. La pregunta de Zavala 186
9. Ropa, cámaras y relojes 188
Capítulo 4
Deborah Poole
La ley y la posibilidad de la diferencia: la antropología jurídica peruana
entre la justicia y la ley 200
1. Introducción 200
2. Indigenismo y el Estado tutelar 203
3. La guerra fría incaica 209
4. Historias e intervenciones 212
5. Hacia el pluralismo legal 217
6. Ley
Ley,, localidad y vida en el neoliberalismo: nuevos retos
7. para la antropología
Consideraciones jurídica
nales 223
227
a. Las rondas y el problema de los “derechos especiales” 227
b. El reto de los derechos indígenas 230
Capítulo 5
Jürgen Golte
Migraciones o movilidad social desterritori
desterritorializada
alizada 247
1. Introducción 247
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2. La territorialización forzada en el desarrollo cultural peruano:
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fronteras
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7.
8. La ocaso
El discusión sobre
de los los factores
paradigmas de lademigración
expulsión“campo-ciudad”
y de atracción 264
267
9. La migración internacional como nueva temática en los estudios de migración 268
Capítulo 6
Raúl R. Romero
Romero
Hacia una antropología de la música: la etnomusicología en el Perú 289
1. La etnomusicología como disciplina afín a la antropología 289
2. Los estudios pioneros sobre la música andina 293
3. Cuzco, la pentatonía indigenista y los primeros estudios del siglo XX 295
4. La introducción de los estudios de caso en la etnomusicología andina 298
5. Los inventarios culturales: una etnomusicología de urgencia 299
6. Analizando el contenido de los textos musicales 302
7. El nuevo enfoque etnográco: texto y contexto 306
a. La música como texto 306
b. La música como contexto 308
8. Etnografía e historia: reconstruyendo herencias culturales 313
9. La música y los nuevos movimientos sociales urbanos 315
10. La futura etnomusicología 318
Capítulo 7
Gisela Cánepa
Imagen y visualidad en la antropología peruana
1. Preliminares acerca de la antropología visual 330
2. Hacía
a. una antropología
Revisando visual enentre
la dicotomía el Perú
literacidad y oralidad para entender 332
el mundo andino 332
b. El mundo indígena y sus expresiones visuales 335
c. Representación visual e identidad: la condición colonial
y la imaginación del Otro
Otro 339
d. Nuevas tecnologías: de la reprrepresentación
esentación a la acción 343
3. La agenda pendiente 347
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Capítulo 8
Pablo F.
F. Sendón
Estudios de parentesc
parentescoo y organización social en los andes 357
1. Introducción 357
2. Teorías antropológicas sobre el parentesco entre los incas 358
a. Heinrich Cunow: El sistema de parentesco de los incas
y sus comunidades gentilicias 358
b. Floyd Lounsbury: Aproximación al sistema de parentesco inca
desde la perspectiva de los sistemas terminológicos de tipo crow-omaha 363
c. R. Tom Zuidema: Un nuevo punto de vista teórico
sobre el sistema
sistema de parentesco inca 368
3. Estudios etnohistóricos y etnográcos sobre poblaciones indígenas
y campesinas pretéritas y contemporáneas 376
a. Del modelo tribal y unilineal al modelo segmentario y de control vertical 376
b. El consenso en torno de la bilateralidad y la irrupción
de la perspectiva estructuralista 386
c. Persistencia de grupos de descendencia unilineal:
el caso de las sociedades pastoriles 396
4. Hacia el presente 398
Capítulo 9
Jean-Pierre Chaumeil
Chaumeil
Una manera de vivir y de actuar en el mundo: estudios de chamanismo
en la Amazonía 411
1. Introducción 411
2. El chamanismo amazónico bajo la mirada de Occidente 413
3. El chamanismo en cuestión 415
4. Un espacio abierto 418
5. La cuestión de los alucinógenos 421
6. Chamanismo, discurso político y reivindicación cultural 423
7. Palabras nales 425
Autores 433
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L
en un texto referencial la enseñanza antropología y las ciencias en
el Perú. Entre otras razones, quizá se deba a que es de los pocos esfuerzos editoriales
que se han preocupado por presentar un panorama del desarrollo de seis décadas de
antropología peruana y peruanista.
No hay país más diverso fue escrito en su mayoría por alumnos y profesores
de antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ( UNMSM), y se
centró en estados de la cuestión y revisiones bibliográcas que buscaban reconstruir
la relevancia de la antropología peruana en el estudio de la diversidad cultural de las
poblaciones andinas e incluso también amazónicas. Sin embargo, aquel aq uel volumen no
logró incorporar todos los temas y perspectivas vinculadas a la comprensión antro-
pológica de los Andes. Consciente de ello, Carlos Iván Degregori tomó nota como
editor de estas
tomo que ausencias
incorporara estay vez
dejólos
para más pendientes.
temas adelante retomar el proyecto
Pero pronto de un segundo
lo pendientesegund
derivóo
en necesidad, cuando en las clases de “Antropología Peruana” que él impartía en la
UNMSM se necesitaban nuevos materiales de enseñanza que organizaran las variadas
temáticas de la realidad social peruana estudiadas por la antropología.
Así fue que en 2005, con el apoyo de Carlos Contreras,
Contrer as, entonces Director de Pu-
blicaciones del Instituto de Estudios
E studios Peruanos, Degregori inicia la tarea de convocar
a un conjunto de antropólogos —todos ellos reconocidos investigadores peruanos,
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14
Personalization PABLO SANDOVAL Y PABLO
PABLO F. SENDÓN
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peruanistas y andinistas de amplia trayectoria académica— para que escriban sus res-
Save pectivos balances
Accept All de temáticas no abordadas en el primer volumen. La idea consistía
en que estos artículos no solo faciliten a los lectores nuevos recorridos bibliográcos
pertinentes y ordenados, sino que además explicaran las constantes miradas y lecturas
que antropólogos “peruanos” y “extranjeros” han desarrollado sobre los Andes.
Por distintas razones, el proyecto se aplazó hasta el 2008. Entonces Pablo San-
doval se sumó a la tarea de organizar el volumen priorizando
priorizand o tanto la actualización de
temas como la ampliación histórica y comparada sobre la disciplina. Lamentablemente,
Lamentablemente ,
dado el diagnóstico médico de Degregori, el proyecto entró nuevamente en receso.
Finalmente en 2010, se incorporó Pablo F. Sendón como tercer editor en el esfuerzo
por nalizar el proyecto editorial cuyos resultados ahora el lector tiene en sus manos.
Durante el tiempo de diseño y elaboración de este compendio nos vimos frente
a un hecho peculiar. Esto es, que entre la edición de No hay país más diverso en el
año 2000 y la publicación de este segundo volumen en 2012, se han incrementando
positivamente los esfuerzos por construir un campo de comprensión intelectual de la
antropología peruana y “andina”, cuya historia ha sido decisiva en la construcción de
imágenes del país, y que en lo fundamental,
fundament al, ha acompañado también a los principa
principales
les
cambios producidos en el Perú rural del siglo XX.
Sin pretender registrar todas las contribuciones, nos referiremos simplemente a
algunos ejemplos: el reciente compendio sobre el desarrollo de los estudios amazó-
nicos (Chaumeil et al. 2011), el análisis de las trayectorias del indigenismo peruano
y latinoamericano (Giraudo y Martín-Sanchéz 2011), la revisión crítica de la expe-
riencia de antropología aplicada en el famoso Proyecto Vicos (Bolton et al. 2010),
los balances y reexiones sobre el desarrollo de la antropología en las universidades
peruanas (Diez 2008, Montoya 2005). Asimismo, se han publicado dos compendios
sobre el desarrollo de la antropología en Perú y América Latina (Poole 2008, Degregori
y Sandoval 2008), un estudio sobre la fragmentación de la comunidad académica de
antropólogos (Degregori y Sandoval 2009), así como un conjunto de reexiones sobre
las posibilidades de crear “otras” antropologías (Ribeiro y Escobar 2008).
Sumándose a esta oleada de trabajos, este volumen tiene por objetivo ofrecer a sus
lectores, en particular
intelectuales en que sea formularon
los estudiantes de antropología,
y desarrollaron la narración
los debates y lasde los contextos
investigaciones
antropológicas en Perú. En especial, los artículos prestan atención a las formas en que
se han articulado las construcciones teóricas con las evidencias empíricas,
emp íricas, y desde esa
óptica proponen situar comparativamente las prácticas andinas contemporáneas en una
perspectiva etnográca y etnológica global. Dicho de otro modo, se busca contribuir
cont ribuir
con estos artículos a que surjan nuevas preguntas y agendas de investigación antro-
pológica, sin pagar el costo
co sto de desechar o desconocer
descono cer los avances y hallazg
hallazgos
os de los
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Marketing PRESENTACIÓN 15
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ciclos previos. Consideramos por tanto que el esfuerzo por reconstruir
rec onstruir el itinerario de
la antropología peruana debería tomar en cuenta tres elementos.
Save En primer
Accept All lugar, y visto en conjunto, podemos armar que el interés antropológico
sobre los Andes estuvo relacionado con dos coyunturas denidas. La primera de estas
coyunturas antropológicas, se hizo vigorosa particularmente entre las décadas ded e 1950
y 1980, y logró acumular un signicativo corpus etnográco alrededor del estudio
estud io de
lo
en “andino” y laslatinoamericana
la discusión poblaciones campesinas que la destacó
y extra-continental como referencia
preocupada obligada
por la situación de
tránsito de sociedades agrarias a sociedades urbanas.
urb anas. En la segunda coyuntura, desde
la década de 1990 hasta la actualidad,
actuali dad, si bien se ha incrementado la producc
producción
ión y nú-
mero de trabajos dedicados a los Andes, se ha perdido también cierta unidad temática
correspondiente a la primera coyuntura, y se maniesta así una agenda más plural y
variada. Esto ha sido así, básicamente porque el objeto de estudio (“lo andino”) se ha
diluido en múltiples referencias, se ha desplazado espacialmente de lo rural a lo urbano
y ha generado nuevas e inéditas prácticas identitarias. Quizá otro rasgo que dena la
diferencia entre un momento y otro es la casi disolución de escuelas antropológicas
“clásicas”. Es decir, difícilmente hoy algún antropólogo se identicaría plenamente
en alguna tradición antropológica (sea francesa, norteamericana o británica). Más
bien prevalece
terminado un uso híbrido
por desdibujar de enfoques
las certezas teóricasy previas.
metodologías
metodolog ías de investigación que ha
En segundo lugar, No hay país más más diverso estuvo organizado a partir de los si-
guientes interrogantes: “¿Qué pasa cuando el Otro no está en una isla lejana, una selva
impenetrable o algún desierto calcinante, sino dentro del propio país?”, “¿Qué pasa
cuando los Otros, antes objetos de estudio, se convierten ellos mismos en cientícos
sociales?”. Estas preguntas, que para el lector desprevenido podrían pasar como un mero
juego de palabras —y que en estricto rigor remiten a dos cuestiones distintas— conte-
nían en realidad las premisas a partir de las cuales sería posible resolver un problema
constitutivo a la antropología en general y a la antropología peruana en particular:
el problema del estatus y la relevancia de esta disciplina para la descripción, análisis
y comprensión de la alteridad cultural en un mundo contemporáneo crecientemente
desigual y heterogéneo.
Lo dicho entonces tiene hoy mayor relevancia pues las transformaciones de la
última década han afectado, o deberían afectar, hondamente la reexión y la práctica
antropológica. Ante una sociedad urbana más globalizada, y un paisaje rural plena-
mente recongurado por su nueva inserción desigual al mercado,
m ercado, los artículos de este
volumen proporcionan nuevos elementos de juicio para repensar el trabajo de campo,
la escritura etnográca y la elaboración teórica acerca de las prácticas y representacio
repres entacio--
nes de las poblaciones andinas. Esta reexión es aún más necesaria cuando en ciertos
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lugares —como en la amazonía— las élites de las organizaciones políticas “nativas”
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maniestan que no necesitan más de los antropólogos para construir sus propios re- re-
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pertorios culturales e intelectuales.
En tercer lugar, nalmente, como editores nos formulamos las siguientes pregun
pregun--
Save Accept All
tas: ¿Puede reconstruirse el itinerario de la antropología peruana solo por su desarrollo
endógeno? ¿Se trata meramente de hilvanar cronológicamente la evolución de teorías
y programas de investigación? La respuesta implícita en las contribuciones de este
volumen es que el quehacer antropológico adquiere sentido si se lo interpreta desde el
punto de vista de la sociedad que lo produce. Será posible apreciar este conocimiento
en la medida que se le conciba como resultado de la interacción entre experienc
experiencias
ias (et-
nografía), ideas (teorías) y sociedad (contexto). Queda claro entonces que una adecuada
historización de la práctica antropológica en el Perú no podrá explicarse únicamente
por la di
dinámica
námica interna de sus
su s propias
prop ias experiencias,
exp eriencias, teorías y parad
paradigmas.
igmas. Deberán
D eberán
considerarse también las inuencias ideológicas y las constantes tensiones que Estado
y sociedad introdujeron en la producción de sus distintas “verdades” etnográcas.
En suma, mediante el conocimiento estricto del canon académico antropológico que
lleva ya más de sesenta años de historia en el Perú, será posible construir un entorno
pertinente de debate intelectual donde se propongan nuevasnueva s pautas de investigación
que nos permitan acceder a renovados campos de indagación etnográca y etnológica.
etno lógica.
En cualquiera de los casos, la preocupación nal de este compendio es hacer
comprensible la utilidad pasada y presente de la antropología peruana en el nuevo
escenario del auge de las políticas de la identidad y las interconexiones globales. De-
seamos que este libro permita discutir el estatus y la relevancia de esta disciplina en
este nuevo paisaje global, ya que al menos tendencialmente, mientras más globales
glo bales se
vuelven los mecanismos de producción y exclusión, más se fortalecen e intensican
las identidades locales.
No quisiéramos terminar esta breve presentación sin aludir a la intención central
que Carlos Iván Degregori le imprimió a este proyecto; esto es, que la transición del
“estudio del Otro al de un Nosotros diverso”
diverso ” permita a nuestra comunidad académica
pensar críticamente
críticam ente en los aportes que puede brindar la antropología eenn la clarica
clarica--
ción de los dilemas interculturales del mundo contemporáneo. Esperamos que este
compendio contribuya a ese cometido.
Barcelona-Buenos
Barcelona-Buenos Aires,
Aires, febrero
febrero de
de 2012.
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Bibliografía
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BOLTON, Ralph, Tom GREAVES y Florencia ZAPATA (eds.)
Analytics 2010 50 años de antropología aplicada en ele l Perú. Vicos y otras experiencias.
experiencias. Lima:
Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Save Accept
CHAUMEIL All
, Jean-Pierre, Óscar ESPINOSA DE R IVERO
IVERO y Manuel CORNEJO CHAPARRO (eds.)
2011 Por donde hay soplo. Estudios amazónicos en los países andinos.
andinos. Lima:
Lima: Ins-
tituto Francés
del Perú (PUCPde Estudios
)-Centro Andinos (de
Amazónico
IFEA) Ponticia Universidad Católica
Antropología y Aplicación Práctica
(CAAAP); Centre EREA du Laboratoire d’ethnologie et de sociologie compara-
tive (LESC).
DEGREGORI, Carlos Iván y Pablo SANDOVAL
2009 Antropología y antropólogos
antropólogos en el Perú. LaLa comunidad académica de ciencias
sociales bajo la modernización neoliberal. Lima:
neoliberal. Lima: Instituto de Estudios Perua-
nos (IEP).
DEGREGORI, Carlos Iván y Pablo SANDOVAL (eds.)
2008 Saberes periféricos. Ensayos sobre la antropología en América Latina. Lima:
Latina. Lima:
Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
DIEZ, Alejandro (ed.)
2008 La antropología ante el Perú de hoy. Balances regionales y antropologías la-
tinoamericanas.. Lima: Ponticia Universidad Católica del Perú (PUCP)-Cen-
tinoamericanas
tro de Investigaciones Sociológicas, Económicas, Políticas y Antropológicas
(CISEPA).
GIRAUDO, Laura y Juan MARTÍN-SÁNCHEZ (eds.)
2011 La ambivalente historia
historia del indigenismo: campo interamericano
interamericano y trayectorias
nacionales, 1940-1970. Lima:
1940-1970. Lima: Instituto de Estudios Peruanos ( IEP).
MONTOYA, Rodrigo
2005 Elogio de la antropología.
antropología. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Mar-
cos (UNMSM)-Instituto Nacional de Cultura (Dirección Regional de Cultura de
Cusco).
POOLE, Deborah (ed.)
2008 A Companion to Latin American Anthropology
Anthropology Malden:
Malden: Blackwell.
R IBEIRO, Gustavo Lins y Arturo ESCOBAR (eds.)
2008 Antropologías del mundo. Transformaciones
Transformaciones disciplinarias dentro de sistemas
de poder . Popayán: Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research
(WGF)-Envión Editores-Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social (CIESAS).
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Analytics
1. I NTRODUCCIÓN
A por doquier pueblos con los que no están familiarizados y reexionan acerca
de su extrañeza. Pero ello en sí mismo no equivale
e quivale a la labor antropológica. ¿Cuándo
y cómo el mero encuentro se transforma en un encuentro etnográco, es decir, en
un encuentro decidido en entender la diferencia? ¿Cuándo y de qué manera la mera
reexión se transforma en teoría etnológica, es decir, en un esfuerzo coherente de
encontrar sentido en la diferencia de los extraños?
Las páginas que siguen a continuación postulan
post ulan que, por razones diversas e incluso
accidentales, viajeros y pensadores de varios siglos han realizado prolongados estudios
de campo entre sociedades quechua y aymara hablantes, y pensaron acerca de ellas
desde una perspectiva que merece el nombre de etnología: término algo anticuado pero
aún meritorio al momento de sugerir inquietudes más allá de la inmediata
inm ediata descripción
etnográca. El problema, sin embargo, no consiste en postular un único proyecto etno-
etno -
lógico duradero, sino, por el contrario, en enfatizar el hecho de que muchos proyectos
intelectuales disímiles han surgido de los esfuerzos europeos y norteamericanos por
gobernar poblaciones originarias de América. Los encuentros etnológicos fueron por
lo general esporádicos e inconexos.
¿Por qué la etnología andina es esporádica?
esporádic a? Desde cierto punto de vista, el largo
proceso colonial y postcolonial de la América andina generó un orden en el que los
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tienden a ser problemáticas: resisten todo tipo de campaña que procure ejercer sobre
ellas una carga de tipo impositivo, policial y adoctrinador. Asimismo, estas poblaciones
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tratan de mantener vínculos situacionales ventajosos conco n las poblaciones de las tierras
bajas, pero de igual forma conservan sus propios reductos. Ellas son notablemente
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difíciles de controlar militarmente. Los estados ven a las poblaciones
pobla ciones de montañas no
Save Accept
solo como un All
“otro” cultural, sino también como un “otro” recalcitrante, atrasado y
conictivo. Para los antropólogos, las poblaciones de montaña tienen un atractivo espe-
espe-
cial: ellas son ejemplos elocuentes de la amplitud
am plitud y la fuerza de la diversidad humana.
Muchas veces y en muchos lugares, los logros de la cultura de montaña se asemejan
asem ejan a
“caminos no seguidos” por las civilizaciones de los valles, las planicies y las costas.
El presente trabajo es una versión revisada y reelaborada de un artículo publicado
en 1985 y nunca traducido al castellano (Salomon
(Salom on 1985). El objetivo consiste en realizar
un abordaje de la historia de la etnología andina hasta esa fecha, y solo en Ecuador,
Perú y Bolivia. Ello deja de lado las tendencias más dramáticas experimentadas por
la etnología desde la década de 1980 hasta la actualidad.
Entre ellas destaca el impresionante y reciente crecimiento
crecimien to de estudios en lo que
hasta no hace mucho tiempo se consideraba las márgenes del “mundo andino”: Co-
lombia, Argentina y Chile. Otra, por supuesto, está relacionada con las consecuencias
intelectuales inspiradas por los levantamientos políticos “neo-indígenas” en los Andes.
Una tercera, igualmente importante y aún ponderada insucientemente, es la madura-
madura -
ción y la extensión de la lingüística andina —incluso de la sociolingüística— en la vida
académica de múltiples continentes. Al retomar este viejo artículo bajo la sugerencia
de Pablo Sendón y Pablo Sandoval, consideré la posibilidad de ampliar la temática
hasta tales realidades (2011), pero de inmediato caí en la cuenta de que ello hubiera
demandado cientos de páginas. Otros capítulos del presente volumen seguramente
cumplirán mejor este propósito. En lo que a mi respecta, me limitaré a extender mi
bosquejo original de la historia de la etnología de manera conceptual, reformulándolo
desde una perspectiva crítica más contemporánea, citando ediciones recientes (entre
las que se incluyen traducciones al castellano de publicaciones en otras lenguas) y1
tomando en cuenta la crítica post-1985 de los trabajos etnológicos previos a esa fecha.
1
Donde se cita textualmente obras publicadas exclusivamen
exclusivamente
te en inglés, la versión en castellano es
del editor y del autor.
2. EL TESTIMONIO DE LOS INVASORES Y LA “GENTE LLAMADA INDIOS”, 1532-1590
22 FRANK SALOMON
—los reclamos
y kurakas de losdeseñores
en contra étnicos
los señores en contraEndeotras
españoles. los incas, o los la
ocasiones dediscusión
dilos mismos
scusión se incas
daba
al interior de un sector social determinado cuando, por ejemplo, grupos opuestos de
españoles recogían testimonios indígenas con miras a sustentar sus respectivos reclamos
en un pleito judicial o en una disputa política. En todos los casos, el análisis político
de los testimonios resulta inextricable de su crítica e interpretación.
Existe una literatura heurística considerable. Las primeras guías a las fuentes
primarias, publicadas entre comienzos y mediados del siglo XX, tendieron a clasicar
a los autores de acuerdo con criterios simples, tales como si ellos fueran políticamente
pro-incas o devotos del absolutismo español
espa ñol (Means 1928). Aunque sus autores ca-
recían de muchas fuentes recientemente descubiertas, y por lo general eran presa de
prejuicios en contra de los testigos indígenas, algunos trabajos pioneros siguen siendo
útiles porque contienen ricos conocimientos sobre los contextos políticos y eclesiás-
ticos imperantes en España así como en América (Porras 1962, Vargas Vargas Ugarte 1959).
Hacia nales del siglo XX una crítica de fuente más sosticada vio a las “crónicas”
no como un material en crudo a ser clasicado y evaluado cualitativamente, sino más
bien como voces al interior de una conversación social más amplia. Comenzamos a
ver las “crónicas” como partes de un discurso renacentista y barroco en el contexto
1 / ETN
TNO
OLO
LOG
GÍA EN UN TE
TERR
RREN
ENO
O DES
ESIG
IGUA
UAL:
L: EN
ENCU
CUEN
ENTR
TROS
OS ANDIN
NDINOS
OS,, 1532
1532-1
-198
9855 23
24 FRANK SALOMON
Marketing Existe otro libro escrito por un conquistador que capta con sorprendente
s orprendente delidad
la auto-imagen de los incas en un momento temprano. En 1544 Juan Díez de Betan-
zos desposó a Cuxirimay Ocllo, hermana de Atahuallpa, en una unión diseñada para
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consolidar las demandas de Pizarro sobre la soberanía real inca. Siendo quechuista
Analytics
adepto, Díez de Betanzos produjo la Suma y narración de los Incas traduciendo y
Save editando la versión
Accept All dinástica enunciada por miembros del linaje al cual perteneció su
esposa. María del Carmen Martín Rubio redescubrió extensos capítulos perdidos de
esta valiosísima obra, hoy disponibles en dos ediciones recientes (1987 [1551-57],
2004 [1551-57]). Si el libro de Betanzos-Cuxirimay es de difícil lectura, lo es en una
manera buena: la prosa resulta peculiar debido a que su autor trató, como dijo, de
“guardar la manera y orden de hablar de los naturales”, forzando el español hacia la
sintaxis y la retórica del quechua (Mannheim 2008: 187).
Entre los viejos soldados hay uno que se encumbra sobre el resto. Pedro Cieza
de León vino a América siendo un adolescente en armas y luchó en lo que ahora es
Venezuela y Colombia. Su servicio principal se realizó en la expedición “pacicadora”
enviada por la Corona en 1546 con n de sojuzgar
s ojuzgar a los caudillos pizarristas rebeldes.
rebeldes .
La ruta del ejército real avanzaba desde de la periferia ecuatoriana del Tawantinsuyu
hacia su centro en el sur andino, atravesando espacios de numerosos grupos étnicos. El
joven y perspicaz soldado entrevistó a los señores nativos y cuidadosamente observó
escenas de la vida “indígena”. Llenó sus alforjas con las notas que había escrito mien-
tras los otros soldados dormían. En 1553, con solo 34 años de edad, publicó la primera
parte de su incomparable Crónica del Perú (1984). Etnográcamente astuto, el relato
de Cieza tiene el mérito singular de incorporar
incorpo rar la perspectiva desde la periferia. Cieza
había visitado de primera mano muchas de las poblaciones
poblacio nes remotas del Tawantinsuyu
Tawantinsuyu
antes de que sus ojos reposaran en la capital sagrada. Estas experiencias le permitieron
relativizar la narrativa inca como parte de una historia andina más abarcadora.
Aparte de Cieza, raras veces se encuentran descripciones sistemáticas de las
sociedades andinas en crónicas “soldadescas”. Dado el ethos de la España del si-
glo XVI, determinadas facetas prestigiosas de la sociedad —mando, guerra, culto,
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señores étnicos que se habían aliado con España en contra de los gobernantes incas en
la década de 1530, y aquellos sobre quienes España continuaba dependiendo debido a
Personalization
su pericia y competencia, no eran tímidos al momento de presentar sus demandas de
Analyticsrecompensa en la corte. Espinoza Soriano (1972), Spalding (1974), Stern (1982), y
Powers (1994) ofrecen ejemplos elocuentes de una vasta bibliografía elaborada a partir
Save de sus Accept All
testimonios. Los abogados de los kurakas brindaron a los jueces información
invalorable, no solo acerca del punto de vista andino de los eventos históricos, sino
también de detalles tales como el almacenamiento de suministros estratégicos y las
categorías empleadas en su registro durante el período inca (Murra1975: 243-254).
Desde la década de 1980 se viene acumulando una literatura muy mu y esclarecedora sobre
el mundo de los señores naturales
naturales (e.g., Caillavet 2000, Platt et al. 2006, Medinaceli
e Inch 2010).
La resistencia armada inca no estaba aún completamente derrotada en la década de
1560. Los agentes del Estado español, así como los clérigos, temían un renacimiento
de cultos nativos adversos al cristianismo y a la corona. Estos temores justicaron
investigaciones cuyos resultados proveerían claves de gran valor acerca de las primeras
etapas del conicto e hibridismo religioso andino-cristiano. Cuán extenso y efectivo
fue realmente el movimiento pan-nativista Taki Unquy de la década de 1560 es un
problema que probablemente nunca deje de ser objeto de debate (Cavero Carrasco
2001, Guibovich 1991, Millones 1967, 1990,
1990 , Mumford 1998). Lo que queda en claro
es su importancia como inicio de un pánico cultural sobre el cripto-paganismo entre los
conversos andinos, que brotaría en episodios durante más de un siglo.
s iglo. El temor sobre
la continuada adhesión a “huacas” precristianas nacía de dos fuentes: la amenaza de
presuntos sacerdocios indígenas que rivalizaran con el clero en su pugna por ingresos
y poder, y las ansias sobre creencias heterodoxas que potencialmente contaminaran
el cristianismo tridentino.
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Solo después de 1569, con la llegada del virrey Francisco de Toledo y de los
jesuitas, comenzó
comen zó la decisiva transformación
trans formación colonial
coloni al de los Andes. Profundament
Profundamentee
antiinca, el régimen toledano emprendió no solo la ofensiva militar nal contra lo
que quedaba de los bastiones de resistencia andina, sino también una ofensiva legal
dirigida a desacreditar la legitimidad de los incas en calidad de “señores naturales”. El
proyecto jurídico antiinca se destinaba a desarmar una facción española que favorecía
This website stores data such as
el mantenimiento parcial del autogobierno indígena. El montaje de la ofensiva legal
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functionality, as wellinvolucró
as marketing,gran cantidad de investigación. Los informes originales, durante mucho
personalization, andtiempo dispersos
analytics. You en múltiples libros agotados, serán prontamente publicados en forma
unicada
may change your settings at any(Julien
time y Spalding 2012). En el curso de la investigación la Corona empleó
or accept the default settings.
a varios expertos importantes en la cultura inca. Algunos de estos especialistas en
asuntos nativos fueron abogados de notable perspicacia etnográca y notable falta de
Privacy Policy escrúpulo en su aplicación.
Juan Polo de Ondegardo investigó las instituciones incaicas con la sutileza de
Marketing un detective, llegando a descubrir la estructura de líneas radiales ( ceques) que, desde
el centro del Cuzco, gobernaban la jerarquía
Personalization jerarq uía y los deberes rituales. Pudo localizar las
Analytics
momias reales incas y así eliminar un foco potencial de actividad política subversiva.
Polo se esforzó por conservar la ecacia productiva
produc tiva de los señoríos andinos al mismo
Save tiempo queAlldemolía los sustentos simbólicos del gobierno inca —no fuera a ser que
Accept
los linajes incas menos prominentes se convirtieran en rivales del poder virreinal (Polo
1990 [1571]). Se producían debates: ¿hasta qué punto el Estado debía inmiscuirse en
las instituciones incas o étnicas? Los pares de
d e Polo, magistrados tales como Francisco
Falcón (1946 [1567]) y Juan de Matienzo (1967 [1567]), produjeron un valioso corpus
acerca de los aspectos prácticos de la política económica indígena en contexto colonial.
Al igual que Polo, el visitador diocesano de Toledo, Cristóbal de Molina “el
cuzqueño”, ya se había familiarizado íntimamente con los rituales incas. Había co-
nocido en profundidad tanto las tradiciones de los linajes nobles, como las prácticas
incas que guardaban vigencia entre los segmentos plebeyos de la sociedad, cuando
los aliados del Virrey Toledo le encomendaron escribir su Relación de las fábulas i
ritos de los Ingas (1989 [c. 1576]). La obra contiene información de una riqueza única
sobre la liturgia y el calendario inca, y asimismo demuestra una familiaridad con la
ritualidad “indígena” vernácula de mediados del siglo XVI, basada en su excelente
conocimiento del quechua. No obstante la inuencia toledana, Molina nos deja sentir
su simpatía hacia los ritos incas en la medida en que pensaba ver paralelismos con la
fe verdadera. Tales
Tales especulaciones ya se generalizaban y han seguido inuenciando
inu enciando al
catolicismo andino popular y erudito hasta el presente. Lejos del Cuzco, en el remoto
obispado septentrional de Quito, el clérigo diocesano Lope de Atienza escribía en base
de su amplia experiencia en parroquias “indígenas” un libro curioso, hoy agotado y
28 FRANK SALOMON
merecedor de nueva edición. Atienza alterna entre lamentos piadosos sobre el paga-
nismo de los feligreses y viñetas simpáticas que describen
describe n la vida cotidiana en aldeas
toscas, incluso prácticas que reejan inuencias incas sobre culturas norandinas (1931
[1572-75], Schmelz 1996).
El virrey Toledo permitió a los jesuitas peruanos consolidar un creciente poder
sobre los indios. Las investigaciones de los jesuitas sobre la lengua y la cultura andinas
tuvieron una inuencia profunda en los ámbitos académicos peruanos, notablemente a
través
This website stores delsuch
data trabajo
as del padre José de Acosta. Él y sus aliados, con apoyo político, condenó
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de diabólicos a los cultos nativos, pero al mismo tiempo abogó por un compromiso
functionality, as well as marketing,
intelectual con la élite andina. Cuando el arzobispado convocó el Tercer Concilio
personalization, and analytics. You
may change your settings at any time
Limense para(más
habíasettings.
or accept the default escrito denir
nolapublicado)
política hacia las poblaciones
su tratado nativas
De procuranda
procuranda (1581- 1583),
(1581-1583),
indorum salutemAcosta ya
. La suya
era la mano oculta que redactaba los borradores de los textos para la catequesis en el
quechua ocial, así como también la que determinaba los regímenes
regím enes impositivos y de
Privacy Policy
adoctrinamiento para los nativos reubicados en reasentamientos coloniales. En 1590
MarketingAcosta culminó su Historia natural y moral de las In dias (1987). La obra maniesta
Indias
una lúcida mirada etnológica sobre la sociedad andina en general, integrada con los
Personalization
más avanzados razonamientos naturales y losócos de su tiempo. Precisamente por
Analytics
participar de los
lo s razonamientos ren
renascentistas
ascentistas sobre la antigüedad greco-romana, su
obra maniesta comparaciones engañosas con “paganos” de otros tiempos y lugares.
Save Accept All
Su contemporáneo —y posible conocido— Miguel Cabello de Valboa, de manera
similar escribió su gran historia “antártica”
“antár tica” con el objetivo de ubicar a las poblacione
poblacioness
andinas dentro
actualidad del marco de de
el universalismo la historia
Cabelloyimporta
de la geografía universal
menos que (1951 [1586]).
su detallado En la
conocimiento
de las poblaciones asentadas en las márgenes septentrionales del Tawantinsuyu: los
llamados yumbos y otros pobladores de las selvas que cubrían la vertiente occidental
de los Andes en el actual Ecuador.
3. “Y NDIOS”: ETNOGRAFÍA Y DOMINACIÓN EN LAS FUENTES DE MEDIADOS
DE LA COLONIA, 1590-1660
Con la consolidación del gobierno virreinal el Estado adquirió mayor capacidad para
coaccionar,, e incluso disolver,
coaccionar disolver, las instituciones nativas americanas. Esta tendencia hizo
disminuir la demandaLa
de los “cacicazgos”. porpalabra
investigaciones
yndio, quedetalladas sobre
alguna vez fueelsimplemente
funcionamiento interno
un término
etnográcamente vacío para designar
designa r a las poblaciones que Europa desconocía, se había
convertido hacia comienzos del siglo XVII en el nombre de un rol social denido y
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(1966 [1608]). Pero el producto más importante de la crisis local por él provocada es
el manuscrito, anónimo y sin fecha, conocido por sus primeras palabras en quechua
“Runa Yndio Niscap” (“de la gente llamada indios”), o como el Manuscrito de Hua- Hua-
rochirí . Su autor, un yndio cristiano (probablemente un tal Cristóbal Choque Casa),
Cas a), se
propuso combatir a los viejos dioses escribiendo acerca de ellos. A pesar de su ferviente
cristianismo, su vida mental se desarrolla en un mundo poblado de huacas ancestrales,
de las que nunca dejó de creer acerca de su realidad y poder diabólico. Su propósito es,
dice, escribir el libro que “los ancestros de la gente llamada indios” hubieran escrito
de haber ellos, como los españoles, conocido la escritura. La traducción de José María
Arguedas de este asombroso trabajo lo hizo famoso
fa moso bajo el título de Dioses y hombres
hombres
This website stores data such as
de Huarochirí (1966).
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(1966). La edición de Gerald Taylor (1987, republicada y revisada en
functionality, asversiones abreviadas en varias oportunidades) brinda soluciones a problemas dialec-
well as marketing,
personalization,tológicos que You
and analytics. Arguedas no pudo solucionar.
Las noticias
may change your settings de que seis décadas de proselitismo masivo habían fallado en su em-
at any time
or accept the default settings.
presa de desplazar a la religión andina escandalizaron a las élites coloniales de Lima.
Ciertos sectores de la Iglesia aprovecharon el clima de preocupación para crear aparatos
Privacy Policy especializados de persecución, semejantes a los de la Inquisición pero independientes de
clande stino en los Andes. Las campañas llamadas extirpación
ella, para atacar el culto clandestino
Marketing de idolatrías fueron autorizadas en 1610 (Gareis 2004). Se ejecutaron con rigor en las
décadas de 1620, 1640, y 1660-1670, continuando con menor energía incluso hasta
Personalization
Analytics
1710. Brigadas móviles de jueces eclesiásticos especialmente comisionados, secretarios
y traductores ejecutaron una serie de campañas para la “extirpación de idolatrías” a
Save lo largoAccept
y anchoAll del Arzobispado de Lima y esporádicamente en otros obispados. El
procedimiento a seguir en cada pueblo comenzaba con un interrogatorio
interrogator io a los infor-
mantes, continuaba con una confesión coercitiva de los recalcitrantes y culminaba
con la profanación y quema masiva de las estatuas, momias, y otros objetos sagrados.
Estas campañas dejaron un acervo de testimonios escritos, conservados en el Archivo
Arzobispal en Lima. El más destacado y original historiador de la “extirpación” (Du-
viols 1973) ha publicado un inmenso corpus de juicios (2003) al que ahora le sigue un
número importante de fuentes adicionales (Larco 2008, Sánchez 1991, Polia Meconi
1999, García Cabrera 1994, Gushiken 1993). El cuerpo exegético
exe gético sobre la extirpación
se ha hecho demasiado grande como para enumerarlo
enu merarlo (pero véase, por ejemplo, Gose
2008, Huertas 1978, Mills 1997). Muchos hombres y mujeres que nacieron naci eron cuando la
religión solar inca era solo un recuerdo,
recuerdo , recibieron, sin embargo, la vocación y entre-
namiento sacerdotal para servir a las huacas tutelares de sus grupos étnicos y grupos
de parentesco localizados. Sus testimonios sobre la experiencia visionaria, la riqueza
expendida en el culto y la reciprocidad humana-natural-divina,
hu mana-natural-divina, nos llegan a través de
una etnografía maligna que supo transcribir hasta los gemidos de los yndios torturados.
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Los escritos de nobles andinos de menor jerarquía resultan de mayor valía etno-
gráca para los etnólogos. Estos escritores practicaron una “autoetnografía”
“auto etnografía” vista por
algunas como precursora de la autoetnografía políticamente revisionista de nuestros
tiempos. Podría incluso vérselos como ejemplares de un fenómeno
fenómen o de escala mundial.
Su peculiar nicho en la vida intelectual —el del neóto étnicamente leal, pero a la
vez escolarizado por el imperio— ha propiciado independientemente la producción
de “etnografías nativas” a lo largo de varios siglos y en diferentes continentes. Tales
libros tienen muchas características en común:
com ún: cada uno de ellos, dentro de su propia
cultura, conjuga la memoria etnográca con una especie
es pecie de historia bíblica en sentido
genérico. Las narrativas comienzan con la cosmogonía mítica, integran leyendas propias
a linajes o regiones, abarcan memorias de las invasiones europeas, expresan críticas de
la conquista y proponen una futura reforma y revitalización cultural. Unos ejemplos
notablemente
This website stores data such asinteresantes entre muchos son Godfried Kolly, el chambri de Nueva
cookies to enableGuinea creador
essential site de una “Biblia Chambri” (Gewertz y Errington 1991), y el siberiano
functionality, aschukchi Yuri Rytkheu educado como funcionario de la URSS pero pensador étnico
well as marketing,
personalization,enand analytics. You
su vejez postsoviética (2011). A este tipo de libros puede denominárselos “biblias
may change your settings at any time
genéricas”, no tanto por contener sincretismos cristianos (aunque frecuentemente los
or accept the default settings.
contienen), sino debido a que su perl totalizador y su lógica interna resultan simila -
res a la Biblia canonizada por el cristianismo. El Manuscrito de Huarochirí
Huarochirí (1608?)
(1608?)
Privacy Policy también posee marcados rasgos de biblia genérica.
Marketing
La tendencia biblicadora está presente hasta cierto punto en los escritos de
Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua (1993 [Después de 1600]). Su
Personalization
expresión máxima se encuentra en la obra de Felipe Guaman Poma de Ayala (1980
Analytics
[1615]). Guaman
de un señor étnicoPoma nació probablemente
de provincia, en el tiempo
aprendió a escribir de la invasión
con la ayuda europea.
de su medio Hijo
hermano
Save mestizoAccept
y tuvoAlluna larga carrera como asistente bilingüe de varios clérigos. Con el
tiempo fue testigo de plagas, del colapso demográco y de la desmoralización cultural.
Resentido por el fracaso de su propio juicio, hizo de ello un caso propio con miras a
proveer una nueva visión andina. Guaman Poma imaginó que su obra, si solo pudiera
llegar al Virrey y a la corona, iba a inspirar grandes reformas destinadas a redimir el
destrozado Nuevo Mundo. Su vasto trabajo (1100 páginas) tiene un valor triple para
el estudioso. Contiene una etnografía retrospectiva del orden social incaico, único por
sus muchas ilustraciones así como también por su perspectiva provinciana. También
describe el escenario colonial de manera mordaz,
m ordaz, al tiempo que desarrolla una visión
milenarista de las transformaciones venideras (Adorno 1978).
Este1973,
Wachtel últimoLópez
aspecto fascinó
Baralt a los
1979), andinistas
ya que dequé
revela de la década
manerade un1970 (Ossio
intelecto 1973,
andino y
bicultural
bicultural utilizó ideas prehispánicas
prehispánicas para explicar y apropiar
apropiar la insospec
insospechada
hada existenc
existencia
ia
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de otro “mundo”: Europa. Guaman Poma no iba a ver su obra leída ni comprendida.
compren dida. En
su propio tiempo fue considerado un excéntrico. Empobrecido y anciano, llevó su libro
a Lima, pero ningún ocial español lo quiso refrendar. La olvidada Nueva corónic
corónicaa y
buen gobierno acumuló polvo hasta 1908, cuando un estudioso alemán la encontró en
la Biblioteca Real de Copenhague. Ahora elevado a un estatus canónico,
canónico , Guaman Poma
recibe atenciones exegéticas de todo tipo (Adorno 2001) y también una casi excesiva
atención mediática y online. Sin embargo el libro abunda en incógnitas. Por ejemplo
numerosas líneas escritas en quechua aún resisten la traducción. Precisamente debido a
que Guaman Poma desaó los “malentendidos útiles” de la colonia, y en lugar de ellos
tensó los límites de la inteligibilidad intercultural, las mismas idiosincrasias que di-
di -
cultaban la lectura de su obra en su propio tiempo aumentan su valor en nuestros días.
Los etnohistoriadores de la Colonia media han trabajado para apartar el velo de
la rutina colonial y crear imágenes etnográcas a partir de fuentes que en sí mismas
no se propusieron ser etnografía. Los resultados de la “etnografía analógica” son es-
This website stores data such as
pecialmente vívidos al tratar del gran sector minero indígena congregado en Huanca-
cookies to enable essential site
functionality, as wellvelica y Potosí (Carnero Albarrán 1981). Potosí en su auge fue una ciudad real como
as marketing,
personalization, andninguna otra
analytics. Youantes ni después. Su economía
economí a estalló en una opulencia enfermiza hacia
may change your settings
nes delat any time
siglo XVI, fundamentalmente gracias a los mitayos de los señores surandinos
or accept the default settings.
llevados al “cerro rico”. Durante el siglo XVIII Potosí fue conocida como el epítome
del esplendor y la corrupción colonial. En 1611, Potosí fue la ciudad más grande del
Privacy Policy Nuevo Mundo, con 160.000 habitantes de los cuales alrededor de 76.000 eran “indios”.
Carmen Salazar-Soler, etnógrafa consumada de las minas modernas, ha estudiado el
Marketing carácter híbrido de la minería colonial analizando su léxico especial (2001, 2003, véase
también Llanos 1983 [1609], Crespo 1997, Accarette 1998 [1657]). Arzans de Orsúa
Personalization
Analytics (1965 [1705-36]) y “Concolorcorvo”, seudónimo del viajero satírico Alonso Carrió
de la Vandera (1980 [c. 1775]), ambos testigos del siglo XVIII, vieron Potosí como
Save unaAccept
caricatura
All del Perú en su totalidad: una novia española podría aportar una dote
de 2,3 millones de pesos mientras su padre, dueño de una mina, apenas podíapodí a respirar
mientras dormía en un hogar sin ventilación.
4. LA GÉNESIS DE LOS ESTUDIOS ANDINOS EN LA COLONIA TARDÍA Y EN LAS R EPÚBLICAS
EPÚBLICAS
TEMPRANAS, 1660-1900
El siglo XVIII sintió los primeros intentos hacia una “ciencia” etnológica. Hasta un
grado mayor de lo que generalmente nos percatamos, sentó las bases de los estudios
andinos como tales, o sea, el intento de entender conjuntamente la humanidad andina
y su ambiente natural. Fue en este siglo que los estudiosos, los artistas y los autores
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Lector de las1991
(Condamine publicaciones de la expedición
[1748]), Hastings anotó en geodésica a América
su memorando delTíbet
sobre el Sur de
de 1735
1774
que esta “es probablemente la tierra más alta en el viejo continente,
cont inente, y esta circunstan-
cia, junto con la dicultad de acceder a ella, presenta una asombrosa analogía con el
valle de Quito, en América del Sur, que es la tierra más alta en el nuevo continente,
y cuyo clima y situación M. de la Condamine ha expuesto desde un punto de vista
sumamente interesante” (Markham 1876: 12). El destinatario de estas sugerencias,
George Bogle, no las tomó en cuenta, pero veremos más adelante una continuidad
importante en el siglo XIX.
En 1713 la Casa Borbón consolidó su gobierno sobre el imperio español. El
gobierno borbón fomentó una simpatía intermitente por la Ilustración francesa en las
ciudades virreinales. El nuevo régimen alentó propuestas
prop uestas relativas a la reorganización
de las colonias
nuevos recursos,con miras a incrementar
el mejoramiento los ingresos
en la navegación y laimpositivos, la explotación
manipul ación
manipulación de
de la economía
a través de monopolios reales y ventas forzadas. En 1735, cuando Felipe V autorizó
la expedición geodésica de la Condamine a la Audiencia de Quito, también comisionó
This website storesadatadossuch
jóvenes
as intelectuales españoles acreditados como tenientes de navío, Jorge Juan
y Antonio
cookies to enable essential sitede Ulloa. Aunque ocialmente fueron acreditados como responsables
resp onsables de los
functionality, as wellservicios
as marketing,
técnicos de la expedición, a ambos también se les encomendó que reportasen
personalization, andcondencialmente
analytics. You acerca de las costumbres y la economía de la colonia ecuatorial. El
may change your settings at any time
informe resultante alcanza en varios aspectos una perspectiva etnológica. Contiene,
or accept the default settings.
por ejemplo, una descripción
des cripción creíble del “pr
“proceso
oceso matrimonial” quechua, al cual los
etnólogos modernos solían denominar “matrimonio de prueba” (Juan y Ulloa 1990
Privacy Policy [1748]). Aparte del informe general, Juan y Ulloa también prepararon
prepararo n un libro secreto
Marketing
de “reexiones
ban bien al tantopolíticas” (1991de[1747])
del deterioro parasudamericanos.
sus reinos los ojos de los gobernantes,
Documenta con quienes esta
esta--
exactitud
Personalization
escalofriante la naturaleza y los resultados de la opresión colonial.
colo nial. El informe secreto
Analytics continúa siendo una fuente importante en materias tales como el abuso del trabajo
forzado indígena en la industria textil. Una copia clandestina se ltró a Londres. Su
Save Accept All
traducción se vendió bien entre los enemigos
enemigo s cada vez más victoriosos de los españoles.
Para los períodos de eclipse etnográco, es decir aquellos en los que se encuen-
encuen -
tran pocos trabajos análogos o precursores, es posible componer imágenes holistas
de la sociedad mediante la recopilación de diversos testimonios contenidos en los
pleitos legales. Ward
Ward Stavig los sintetizó en un mosaico complejo de la era borbónica
titulado The World of Túpac Amaru (1999), y Scarlett O’Phelan (1982) se acerca a
lo etnológico al ponderar el factor étnico en las rebeliones de la década 1780. Alcira
Dueñas
tuvo unahaclase
abierto un nuevo e interesante
de “intelectuales indígenas”debate preguntando
comparable si el virreinato
a los “cronistas tardío
nativos” del
36 FRANK SALOMON
siglo XVII. Su monografía Indians and and Mestizos in the “Lettered City” (2010) retrata
a siete hombres educados cuyos hogares se extendían desde Chuquisaca hasta Lam-
bayeque. Según ella, continuaron la tradición del argumento nativo disidente “de una
manera distinta”. El punto de vista indígena se expresa mediante géneros legalistas.
Dueñas advierte que no es apropiado aplicar a estos autores las mismas expectativas
etnográcas que guían la lectura de Guaman Poma, ya que uno de los propósitos de
estos últimos intelectuales era la deconstrucción de la misma categoría de “yndio”.
La Colonia tardía produjo un magnum opus que, al igual que la Nueva Corónica,
ensayó una aproximación visual a la diversidad humana del Perú. Entre los años 1781
y 1789, el arzobispo de Trujillo, Baltasar Jaime Martínez Compañón (1978-94, 1997
[1781-89]), con mentalidad iluminista, compuso un opus colosal ilustrado: Trujillo
del Perú, una colección de nueve volúmenes de acuarelas que ascienden
ascie nden a 1.411 imá-
genes (López Serrano 1976). Pocos ilustradores han igualado a lo que hizo Martínez
Compañón al crear una semejanza visual total de su mundo: seis volúmenes con
información sobre ora, medicina y fauna, temas que fascinaron a los lectores de su
generación, un volumen de protoarqueología y uno de mapas y dibujos que ilustran los
tipos de edicios y ciudades. El volumen
volum en 2 es el más etnográco. Contiene imágeimágenes
nes
de la gente: bailes y representaciones de disfraces, gente en el trabajo, herramientas
This website stores data such as
y técnicas, jerarquía (incluido el clero) e imágenes de la diversidad social demasiado
cookies to enable essential site
functionality, as humanas y únicas como para ser agrupadas bajo el mero epígrafe de “tipos” raciales.
well as marketing,
personalization,Aunque Martínez
and analytics. You Compañón no complementó las imágenes con un texto extenso, sus
may change your settings
tablas at any timey fragmentos de información lingüística en sí mismos suman una
estadísticas
or accept the default settings.
fuente sustancial. Un facsimilar completo fue publicado en 1978-1994, y una edición
académica abreviada en 1997.
Privacy Policy Las masivas revueltas andinas de la década de 1780, en gran medida
medi da reacciones a
las políticas borbónicas, estuvieron también relacionadas con la erosionada legitimidad
Marketing
de las aristocracias étnicas coloniales. Nuevos estudios sobre este tema clásico son
importantes para la etnología en la medida en que
Personalization qu e arrojan luz acerca de los orígenes de
Analyticsla formación social más tarde llamada comunidad . Serulnikov (2006 [2003]) sostiene
que las insurrecciones más nativistas, en Chayanta, expresaban
expresaba n el deseo de retornar a
Save formasAccept
sociales
Allmenos híbridas y más étnicas.
ét nicas. El libro de Sinclair Thomson We Alone
Will Rule (2002) propone que el desmantelamiento de los señoríos andinos largamente
establecidos en secuela de las rebeliones tuvo como efecto secundario
secunda rio el abrir oportu-
nidades para que las comunidades desarrollasen nuevas formas de autarquía. Thomson
detecta en estos procesos incipientes ideales de autogobierno que posteriormente se
hicieron centrales entre el campesinado moderno.
Durante el cuarto de siglo que precedió a la Independencia de los territorios andi-
nos, y también durante las décadas que la siguieron, los criollos ilustrados prerieron
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Marketingcarácter “mongol” de los amerindios, transformando no solo las caras andinas en las
de chinos, sino también sus casas, ropas y trastes. Marcoy es solo uno entre tantos
Personalization
otros creadores de literatura de viajes que satisfacía el romanticismo de las audiencias
Analyticsdel norte. Estos trabajos varían desde la etnografía marginal (Orton 1870, Whymper
1993 [1892]) hasta el racismo rotundo y la fantasía.
Save EnAccept All
la segunda mitad del siglo XIX algunos adeptos de la naciente “ciencia del
hombre” llegaron a los Andes, todavía con orientación prioritaria a la antigüedad
antigüe dad pero
con algunos atisbos de etnología. William Bollaert (1860: 2) atribuyó sus intereses
etnográcos a la “publicación un ‘Manual de Investigación Etnológica’ por la Aso-
Aso -
ciación Británica en 1852” y arma que lo ayudó a organizar la información andina.
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El autor victoriano que más inuyó en las ideas británicas acerca los Andes
Andes fue el
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5. R EEXPLORACIÓN
EEXPLORACIÓN, REDESCUBRIMIENTO E INDIGENISMO, 1900-1930
El comienzo del siglo XX constituyó un período oscuro tanto para las poblaciones
andinas como para los estudios andinos. Cuando en 1898 George Dorsey publicó
una bibliografía de 150 páginas sobre la antropología en el Perú, la mayoría de los
trabajos precursores y análogos conocidos en la actualidad le eran ya familiares. A
pesar de la disponibilidad de tantas evidencias, sin embargo, el campo de visión de los
etnólogos extranjeros aún no abarcaba las poblaciones andinas recientes ni modernas.
This website storesLa antropología
data such as andina cerca de 1900 signicaba, mayoritariamente, el estudio de las
“antigüedades”
cookies to enable essential site y de las “razas”. La mayoría de los observadores locales y extranjeros
functionality, as well as marketing,
personalization, andcompartían el punto de vista
analytics.deteriorados,
epígonos You criollo
incapaces dedominante
domin ante al
contribuir al ver las poblaciones
entendimiento de ladegrandeza
alturas como
inca.
may change your settings at any time
En la región cuzqueña, según Tamayo Herrera (1980: 164-165), “…el indio
or accept the default settings.
ind io era visto
como un elemento más del paisaje, sin ninguna dignidad ni importancia propia. Era
considerado como el residuo de una raza que había degenerado y para la cual no se
Privacy Policy veía ninguna esperanza de redención o mejoramiento. La explotación del indio era
Marketing
considerado como necesaria, natural e inevitable” (véase también Francke Ballvé
1978). Las obras generales destinadas a informar al público internacional sobre las
Personalization
repúblicas andinas fueron inuídas por la “ciencia racial” oreciente en los países
Analytics noratlánticos, así como por la opinión pública de sectores educados en la América
latina. El mensaje transmitido al público lector era sencillo: la población serrana no
Save Accept
importa All (véase, García Calderón
mucho Calder ón 1907, Enock 1916, 1981 [1914], Adams 1915).
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42 FRANK SALOMON
Sin embargo, el nuevo siglo fue testigo de dos desarrollos simultáneos que parecen,
retrospectivamente, signos de un cambio en la marea antiandina. El primero fue el
reconocimiento
etnología como de los Andes
disciplina por investigadores
académica que, dichocomprometidos en la formación deen
sea de paso, se institucionalizaba la
las primeras décadas del siglo XX bajo el nombre de Social Anthropology en Inglaterra,
Cultural Anthropology en los EE. UU. y Canadá, Ethnolog
Ethnologieie en Francia, y Völkerkunde
en Alemania —términos de por sí asociados con tendencias teóricas divergentes. El
segundo desarrollo consistió en un movimiento regional de autodescubrimiento por
la intelligentsia del Cuzco, y rápidamente después, por otras ciudades de provincia.
Los etnólogos pioneros, ya desde la década de 1900, encarnaban
encarnab an estilos de inves-
tigación de inuencia duradera en las antropologías ded e sus respectivos países. Adolph
Francis Alphonse Bandelier (1850-1913), nacido en Suiza, fue discípulo de Lewis
Henry Morgan y absorbió de él el evolucionismo unilineal de la incipiente etnología
norteamericana a veces llamada “preboasiana”. Bandelier fue también un académico
representativo
previos dede
estudios Norteamérica en la medida
la América nativa enyque
en norte s u investigación
su
mesoamérica. andina radicó
Sus primeros en
trabajos
de campo se realizaron en la América central (1877) y Nuevo México (1880-1889).
Bandelier al comienzo se ciñó al esquema unilineal de Morgan. Esta mentalidad no
dejó de condicionar las interpretaciones que iba formulando durante su década (1892-
1903) andina. Aunque Bandelier compartió la inclinación de Morgan por clasicar
las sociedades no-occidentales como ejemplares sobrevivientes de supuestos tipos
“antiguos”, su trayectoria pan-americana lo convirtió en un verdadero conocedor de
las culturas americanas modernas y con frecuencia supo captar matices no previstos
por el unilinealismo. En The Islands of Titicaca and Koati (1910), Bandelier presentó
un cuerpo coherente de información acerca de lo que él por vez primera denominó
“chamanismo” andino. Fue uno de los primeros intentos desde la “extirpación de
This website stores data such as
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idolatrías”
functionality, asmera
por interpretar a las creencias andinas como un sistema de ideas y no como
mezcolanza
well as marketing, de supersticiones. Evitó comparaciones burdas con el Viejo Mundo y
personalization,aspiró a denirYou
and analytics. los fundamentos culturales distintivos del Nuevo Mundo (Hodge1914).
may change your settings
Entreatlos
anyvecinos
time de Bandelier durante su estancia en La Paz, Bolivia, se encon-
or accept the default settings.
traba el pionero arqueólogo alemán Max Uhle.
Uhl e. El enorme aporte de Uhle pertenece a
la arqueología y ha sido bien apreciado por
po r varios estudiosos en una compilación bajo
Privacy Policy la edición de Peter Kaulicke (1998). Posiblemente debido a su trabajo como asistente
del etnólogo Adolph Bastian, director del Museo de Etnología en Berlín y coleccionista
Marketing
omnívoro de objetos que sustentasen sus teorías sobre la cultura material (Zimmerman
2001), Uhle adoptó un criterio amplio que permitió
Personalization per mitió cotejar la arqueología con el estu-
Analyticsdio de la cultura material moderna. Ejemplo de ello es su todavía famoso su artículo
sobre el khipu —o mensaje anudado— existente aún en la modernidad (Uhle 1940).
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Analytics
pruebas de que
promovieron unlacambio
raza despreciada de las alturas
en la conciencia eraEstos
regional. la os
Est misma razatambié
jóvenes noble nderealizaron
también los incas
investigaciones destinadas a documentar y críticar los abusos
abuso s agrarios. Así llegaron a
ser precursores de la antropología aplicada que iba a dominar la investigación peruana
medio siglo más tarde (Francke Ballvé 1978).
La moda “neo-inca” en el Cuzco alcanzó su apogeo tras las expediciones de
Yale (1913 y 1915) que publicitaron Machu Picchu y que, a través de los escritos de
sus líderes, impusieron —para bien o para mal— el tono de los estudios andinos en
los Estados Unidos durante los años subsiguientes (Bingham 1930 en arqueología,
Means 1925, 1928 en historia, Bowman 1916 en geografía). Mould de Pease (2000)
rastrea la participación de Giesecke. La expedición dejó secuelas complejas. Por un
lado, los cuzqueños estaban satisfechos por el brillante debut de la región en el ámbito
ámbi to
académico internacional pero, por el otro, estaban preocupados con la sospecha de que
la investigación foránea involucrase robos u otro tipo de abusos en lo que respecta al
sitial que los cuzqueños “cultos” ocupaban en calidad de guardianes del legado andino.
Una extraordinaria evocación del encuentro que las poblaciones quechuas y ayma-
ras vivieron con los intelectuales religiosos, reformistas y revolucionarios a comienzos
del siglo XX permanece, desafortunadamente, inédita. Se trata de la tesis doctoral de
Daniel C. Hazen The Awakening of Puno (1974). Hazen reconoce el fuerte impacto
de la campaña de alfabetización realizada por conversos adventistas, contemporánea
con el avance del indigenismo de izquierda (anarquista y comunista). En otros paí-
ses andinos, el indigenismo provinciano creció más tardíamente y de forma menos
vigorosa. De origen austro-boliviano, Arturo Posnansky (1925, 1937) había estado
visitando a las poblaciones uru-hablantes, entonces poco conocidas, del lago Titicaca y
Carangas desde 1902. Posnansky fue el primero
pr imero en promover la noción de un corredor
lacustre boliviano como zona etnográca en sí misma. Exceptuando alguna que otra
investigación de tipo histórico-cultural llevadas a cabo por un círculo de amateurs
ilustrados (e.g., Buchwald 1924), al comienzo Ecuador vio poca actividad etnográco-
This website stores data suchPero
indigenista. as en el Ecuador se produjeron imágenes fotográcas de la condición
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indígena a comienzos del siglo XX que aún asombran (Chiriboga y Caparrini 1994).
functionality, as well as marketing,
personalization,Blanca Muratorio
and analytics. You (1994) explora el signicado de la iconografía indigenista a ojos
may change your desettings
los sectores
at any urbanos
time —su trabajo merece compararse con la oreciente literatura
sobresettings.
or accept the default Martín Chambi y otros fotógrafos surandinos.
Mientras tanto, en la ciudad capital de Lima, lejos del fermento en los poblados
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quechuas asediados y lejos también de las desatendidas universidades
universidad es provinciales de la
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sierra, se estaba gestando un “indigenismo” distinto (Tord 1978, Marzal 1981: 439-504).
Por entonces Lima dominaba la vida intelectual del Perú. Para muchos de los miembros
de la “clase política” que buscaban remedios
remedio s para las aquezas que habían producido
tantos desastres durante la guerra con Chile, los millones de indígenas representaban
una carga para la modernización del país así como un defecto en lo que respecta a su
coherencia política. Antes de la I Guerra Mundial se atribuía rutinariamente
rutinariamente la situación
desfavorable de los indos a su inferioridad racial. Un círculo de pensadores liderado
por Manuel González Prada (1844-1918) propugnó la por entonces nueva idea de que
las miserias de los quechuas eran el resultado de la explotación y de la discriminación.
El título de su maniesto Nuestros indios (1905) llamó a los peruanos a reconocer a
los aborígenes como una parte de la nación peruana en lugar de un lastre perte
perteneciente
neciente
a una nación anterior. Su programa exigía la escolarización rural masiva como medio
para elevar a las poblaciones andinas al mismo nivel “moral y cultural” de los blancos.
La agenda de una asimilación benigna, pero esencialmente forzosa, se iba a convertir
en un motivo constante en el indigenismo limeño.
La “Asociación pro-indígena” liderada por Dora Mayer, por ejemplo, tuvo por
metas la investigación de los abusos y la defensa legal de los victimados. Invocó la
ciudadanía del indio, legalmente constituida pero careciente de representación ecaz,
para desarraigar
de sarraigar ab
abusos
usos tales como el encarcelamiento por deudas (1907). También
inculcó el ideal de la ciudadanía como modelo de corrección cívica incompatible
con la tradición andina. El costeño (nacido piurano) de mayor vocación etnológica,
Hildebrando Castro Pozo (1979 [1924], 1960 [1936]), fue el primero en proponer un
programa basado en el estudio concreto de las colectividades andinas
andina s y su funciona-
miento contemporáneo. Postuló que las instituciones andinas de cooperación al nivel
de los poblados constituían prototipos vivientes para una reforma rural. Idealizó a
los indios como “esta raza predestinada a enseñar a la Humanidad cómo debe vivirse
hermanablemente en el trabajo” (Marzal 1981: 450). La imagen del campesino andino
como socialista por herencia patrimonial iba a inuenciar duraderamente el indigenismo
limeño, no tanto a través de la etnografía sino mediante las inspiraciones ideológicas
de José Carlos Mariátegui.
El “asimilacionismo” y la retórica utopista algunas veces resultaron irritantes
para los escritores cuzqueños
cuzque ños más cercanos a las tradiciones rurales e interesados
intere sados en
This website storesmovilizar
data such asa sus poblaciones— tanto mestizas como indígenas. Los escritos polémicos
tempranos
cookies to enable essential site de Uriel García, y especialmente los del joven Luis Eduardo Varcárcel,
functionality, as wellestaban
as marketing,
con frecuencia dirigidos directamente a los pensadores especulativos lime-
personalization, and analytics. You
ños. El inuyente
in uyente paneto de Valcárcel
may change your settings at any time
Valcárcel Tempestad en los Andes (1927) desafía a los
or accept the defaultlectores
settings.a idealizar menos la población andina para mejor encontrarse con ella y con
su realidad conictiva. La década de 1920 vio algunos levantamientos campesinos
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6. LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN ANDINA, 1930-1945
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No hay pais mas diverso II.indb 48 04/05/2012 04:04:28 p.m.
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El trabajo
de antrión fue de mayor inuencia
el famoso internacional
volumen andino en el que
del Handbook Valcárcel
of South jugó elIndians
American papel
India ns
(Steward 1946, vol. 2). Durante la II Guerra Mundial el combate y la represión política
impusieron un hiato en la actividad académica europea. Julian Steward, etnólogo evo-
lucionista cultural norteamericano hostil a la herencia boasiana, alojó el Handbook en
en
el Instituto Smithsoniano y así pudo situarse al timón del proyecto cuyos diseñadores
originales fueron los europeos Métraux y Nordenskiöld. El personal del volumen
This website storesandino
data such as la ambición de Steward por la construcción de sistemas
reeja siste mas evolucionistas.
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En etnología, la misión “stewardiana” cayó sobre los hombros de Harry Tschopik
functionality, as well as marketing,
personalization, and(1946), Bernard
analytics. You Mishkin (1946) y Weston La Barre (1946) para el análisis de, res-
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No hay pais mas diverso II.indb 49 04/05/2012 04:04:28 p.m.
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internacionalización académica. El indigenismo de Lima —un movimiento concentrado
en los “problemas sociales” del campo indígena más que en su cultura— encajó rápi-
damente con la agenda de reforma indigenista mexicana
mexican a predicada por Manuel Gamio
y Gonzalo Aguirre Beltrán. Moisés Sáenz, socio cercano de Gamio y, en la década de
1930 embajador de México en el Perú y Ecuador, oció una conexión entre los indi-
indi -
genismos. Sus dos monografías de 1933 sobre los indígenas peruanos y ecuatorianos
y su “integración en el orden nacional”, abogaban por un esfuerzo misionero secular
dirigido a la eventual disolución de formaciones sociales “cerradas”.
Durante la década de 1930, el Ecuador generó un indigenismo asimilacionista que
se superponía con el de Lima (Jaramillo Alvarado 1936, Rubio Orbe 1946, Santiana
1948). Las dos ciudades (Quito y Lima) participaban de la inuencia mexicana. El
ejemplo mexicano inuyó en la etnografía ecuatoriana hasta bien entrado el período de
posguerra (Burgos 1970, ViVillavicencio
llavicencio 1973). La etnografía ecuatoriana encontró asilo
casi exclusivamente en instituciones formadas bajo el molde mexicano, especialmente
la Casa de la Cultura de Quito. La novela de estilo socialista Huasipungo de Jorge
Icaza sobre la servidumbre indígena ganó fama
fam a inmediata tras su publicación en 1934,
reforzando en inmediato la alianza inestable entre los comunistas y los indigenistas
personicada en la Federación Ecuatoriana de Indios (Becker 2008). Desde 2001
algunos partidarios del presidente Correa han reclamado el nombre de este grupo,
quizás por la fuerza de su impacto.
Algunos etnógrafos quiteños desarrollaron un estilo nacionalista, reivindicatorio
y reformista que poco debe a la antropología metropolitana. Algunos de ellos, como
Pío Jaramillo Alvarado y Luis Monsalve Pozo, son recordados hoy principalmente
como pensadores programáticos. Otros practicaron el trabajo de campo. Entre los de
inclinación mexicana los ecuatorianos recuerdan a Gonzalo Rubio Orbe (1956). Los
etnógrafos nacionalistas Piedad Peñaherrera y Alfredo Costales Samaniego (Costales y
Costales 2002) continúan activos en 2011. Su idiosincrásica serie monográca
mono gráca Llacta
incluye información histórica y etnográca acerca de muchas etnias nativas. En 1961
los esposos Costales comenzaron a documentar etnográcamente la población chagra
o mestizo rural, población apenas tomada en cuenta por
po r la antropología metropolitana
en aquel momento. Su revista Llacta, el mayor reservorio testimonial de etnografía
sobre los Andes septentrionales, es un caso ejemplar de aquellas “antropologías
periféricas” mantenidas a raya por los académicos metropolitanos (Romero 2008).
Otro etnógrafo inuído por la ciencia mexicana, Aníbal Buitrón (1964), trabajó con
antropólogos radicados en los EE. UU. desde 1941, siendo uno de ellos el entonces
muy joven John V V.. Murra. Posteriormente colaboró con la “Misión Andina” auspiciada
por los gobiernos de EE. UU. y el Ecuador. En un momento en el que los países del
Atlántico Norte conocían a las poblaciones andinas solo como miserables campesinos
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renamiento en los estudios de Ozzie Simmons sobre la “perspectiva criolla” (1955,
Save Muelle 1949-50),
Accept All o el de John Gillin (1947) sobre una comunidad hispano-hablante
con intrigantes antecedentes incaicos. La tipología étnica recibió atención entusiasta
y usualmente simplista por parte de los visitantes (e.g., Goins 1967). Las décadas de
1950 y 1960 experimentaron un cambio gradual desde las interpretaciones meramente
“pluralísticas” de la diversidad cultural (i.e., el tratamiento del “indio”, el “cholo” y
el “mestizo”
étnicas como como castas de
expresiones desiguales y discretas)
la estraticación porhacia
claseseleconómicas.
análisis de las divisiones
El estudio de
las dependencias y vínculos entre patrón y cliente introducido por Adams (1953),
independientemente del clasimo marxista, denió un terreno donde el investigador
pudo contemplar las desigualdades
desigualdade s sin quedar contaminado
contami nado por las asociaciones
asociacio nes iz-
quierdistas (Vázquez 1957).
En los trabajos de William Stein (1977), así como en el de algunos antropólogos
marxistas peruanos (Ugarte 1978), se ha argumentado que el análisis de clase desen-
mascara y nalmente invalida el estudio de la cultura
c ultura andina como tal. La mayoría del
trabajo internacional en estas tradiciones descansaba en poco o ningún conocimiento
de las lenguas quechua y aymara. De manera global, la literatura de posguerra resultó
sociológicamente enriquecida, más etnográcamente empobrecida, en comparación
con laFue
de solo
los etnólogos pioneros.
en el ámbito de la antropología aplicada que “la literatura andina in-
uenció lo que pasaría en el campo de manera generalizada” durante las décadas de
1950 y 1960 —o al menos
meno s ese fue el parecer de Tom Greaves en 1977. Poco después
de la II Guerra, Allan R. Holmberg,
Ho lmberg, colaborador del proyecto del Valle Virú,
Virú, movilizó
cientícos sociales de Cornell y del Perú para iniciar el “Proyecto Vicos” (Holmberg
y Vásquez 1950, Dobyns y Holmberg 1962, Doughty y Lasswell, 1971 [1966]). Un
proyecto con base en Cornell pero de menor envergadura se intentó llevar a cabo en la
sierra ecuatoriana (Maynard 1965). Vicos juntó etnólogos peruanos y norteamericanos
interesados en efectuar un “cambio dirigido” (Holmberg 1960) en lo que había sido
una comunidad campesina sujeta a la servidumbre en Huaraz. La bibliografía sobre
Vicos es enorme. Algunos piensan que supo inuenciar a los planicadores de la ley
de reforma
mero relejo agraria peruana
del espíritu de lade 1969,Los
época. mientras otros ven
antropólogos la aparente vivamente
se interesaron semblanzae en
vivament como
los
trastornos rurales relativos a la tenencia de la tierra y las relaciones de poder (Guillet
1979). Pero como observa Enrique Mayer (comunicación personal en 2010), el po-
deroso aparato que se llevó para respaldar a Vicos resultó ser no más innovador que
los cambios endógenos generados por cientos de comunidades andinas en la década
de 1960 al tomar tierras antes sujetas al sistema de hacienda. Desde una perspectiva
reciente, en 2010 Ralph Bolton, asesorado de Holmberg durante el último año de la
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56 FRANK SALOMON
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vida de éste, se unió a Greaves y a la joven antropóloga peruana Florencia Zapata
Analytics
para reexaminar el legado de Vicos, consultando a los antropólogos y recopilando los
recuerdos de los propios vicosinos. Cuarenta años después, los autores concluyen
concluye n que
Save Accept All
“el papel de Vicos como modelo de la antropología aplicada no pasó más allá de la
década de 1960” (2010: 345). Mayer (2009), testigo cercano tanto del proyecto
proy ecto V
Vicos
icos
como de la reforma agraria de Velasco, considera uno y otra como lecciones sobre la
institucionalización
instituciona
el de trabajolización de layinvestigación
(e.g., Galdo Montalvo 1964,etnográca
Galdo y en ciertos ministerios,
Samaniego, 1967). La notablemente
antropología,
si bien es cierto de manera un tanto burocrática, formó una parte institucional
institucionalizada
izada del
“Plan Nacional de Integración de la Población Aborigen” (Perú 1961 et seq.). Tales
proyectoss tuviero
proyecto tuvieronn una atracción
atracción intrínseca
intrínseca para los adeptos a los viejos indigeni
indigenismos
smos de
estilo mexicano y limeño. Una convergencia hacia la “aplicación”
“apl icación” es notable en Ecuador
(Buitrón y Salisbury-Buitrón1947), donde las bases institucion
institucionales
ales para una etnología
“pura” permanecieron débiles. En Bolivia, una oleada de agitación agraria a comienzos
de la década de 1950, y una drástica reforma agraria en 1952, puso el problema del
cambio rural fuera de las manos de los experimentador
experimentadores es en pequeña escala y forzó a
la etnografía a concentrarse en las rápidamente cambiantes comunidades
comuni dades rurales (Carter
1964, Buechler y Buechler 1971). La literatura resultante a lo largo de la década de
1960 pertenece mayoritariamente
mayoritari amente a los estudios campesinos y a la antropología política.
El gran enemigo de este tipo de antropología utilitaria fue, por supuesto, José María
Arguedas. El genio literario bilingüe brindó a los Andes un importante opus etnográco
sobre las poblaciones de altura (Arguedas 1956, 1957). Si habría h abría que escoger una obra
para representar los Andes en una antología de clásicos mundiales de la etnografía, ese
podría ser su exquisito artículo sobre el culto y el trabajo del agua en su pueblo natal
de Puquio (1956). Escondidos bajo un título banal que hace reverencia a las ciencias
sociales (“Una cultura en proceso de cambio”), se encuentran joyas etnopoéticas
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de enorme valía para acercar al lector al legado sagrado andino. Con el apoyo de la
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UNESCO, Arguedas se convirtió en el único especialista en los Andes que investigó
Analytics mediante métodos de campo los antecedentes ibéricos de las comunidades de la sierra
(1963). Los cambios culturales
cultu rales en la era post-Sendero Luminoso
Lumino so han puesto a Arguedas
Save en elAccept All de santo patrón del pluralismo “intercultural,” circunstancia que diculta
pedestal
entender su casi-exclusión del milieu de las ciencias sociales en la década de 1960.
Los indigenistas de corte modernista nunca lo entendieron: el embajador mexicano
Moisés Sáenz fue quién le aconsejó a Arguedas abandonar la idea de escribir novelas
en quechua (Murra 1978: x). A modo de recordatorio, Rochabrún (2000) re-publicó
el brutal castigo crítico que Arguedas recibió de mano de ciertos cientícos sociales
al momento de la publicación de Todas las sangres. El último libro de su amigo John
V. Murra (Murra y López Baralt 1996) esclarece los procesos mediante los cuales
los reduccionismos, tanto desarrollistas como clasistas, así como racistas, nalmente
dejaron al hombre que sería “un quechua moderno” sin donde ubicarse.
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fue explosiva. Solo la bibliografía de etnología andina durante la década de 1970 iguala
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aproximadamente la mole de todos los trabajos anteriores combinados.
combinados . Los resultados
han sido resumidos en otro artículo (Salomon 1982). En este período la investigación
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Analytics
andina buscaba alternativas a los utilitarismos, sean éstos de izquierda o de derecha.
Durante las décadas de 1970 y 1980 oreció aquello que iba a llamarse “lo an- an-
Save dino”. Accept
Este término
All hace referencia a un complejo tipo-ideal de ideas e instituciones
cuyas permutaciones, se sentía, dominaban la historia cultural andina. “Lo andino”
adquirió implicancias negativas del tipo “orientalismo” ex post facto, en una polémi-
ca nacida de desacuerdos internos a la vida académica norteamericana (Starn 1991).
Al tomar a Edward Said como su punto de referencia inicial, Starn perdió de vista el
origen histórico de “lo andino”. En su origen, “lo andino” tuvo un signicado cercano
a lo que buscó Octavio Paz cuando acuñó la expresión lo mexicano allá por 1938 en
la pionera revista Sur : no un término para designar al “otro” exóticamente distante y
lascivo, sino más bien para redescubrir y reconceptualizar la herencia “propia” con
la que el observador quiere reconciliar su modernidad (Krauze 2011: 172). Como lo
observó Hale (2008) en México, los etnógrafos extranjeros
e xtranjeros durante la década de 1970
pudieron haber simpatizado con los compromisos utópicos o antiimperialistas de sus
contemporáneos urbanos latinoamericanos, y sin embargo pensar al mismo tiempo que
una antropología construida sobre plataformas universalistas, sin fundamentarse en
creaciones culturales de pueblos particulares, sería el exacto opuesto de la etnología.
Esta misma era la actitud de Murra cuando se dirigió a sus estudiantes de un curso en
1971 con las siguientes palabras:
¿Nos llaman los sociólogos “diletantes”, “anticuarios? No importa. Nos disgusta el ca-
rácter despersonalizado del método sociológico más de lo que valoramos sus virtudes
metodológicas.
metodológica s. La [Antropología] es hija del humanismo estético en unión con las ciencias
naturales. Comenzó con un encendido sentimiento de descubrimiento en el estudio de la
cultura. Con razón se la ha caracterizado como romanticismo intelectual. Pero nunca se
la llamó estéril ni monótona. (Citado en Salomon 2009: 98)
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formas: antropomórcas (Albó 1973), dualistas (Platt 1980 [1978]), radiales o con- con-
céntrica (Vallée
(Vallée 1972, Rasnake 1989 [1988], Martínez 1976). El estructuralismo dejó
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su impronta. Pero desde que los estudios andinos obtuvieron sus lecciones en estruc-
Analyticstura de investigadores con largos recuerdos sobre los incas, el estructuralismo andino
adquirió un tinte diacrónico particular. La empresa más original y comprehensiva del
Save Accept Allcomo historiografía fue la Tesis de Estado de Nathan Wachtel (1990, y
estructuralismo
traducida en 2001) Le Rétour des ancêtres
ancêtres, un monumental estudio de campo y de “his-
toria regresiva” sobre las poblaciones uru-chipaya basado en décadas de investigación.
El viejo tema de Warren Hastings sobre la comparación de las poblaciones de
alta montaña volvió a la vida con gran vigor desde la década de 1980 en adelante. La
revista Mountain Research and Development
Development ha
ha brindado intermitentemente compa-
raciones que cubren los Alpes, los Himalayas, Etiopía y otras regiones de interés para
los andinistas. En 1985 un número especial de orientación ecológica (Orlove y Guillet
1985) incluyó la versión original del presente artículo. “Religión and Sacredness in
Mountains” (“Religión y sacralidad en las montañas”) fue el título de otro número
especial (Bernbaum 2006). Las comparaciones entre zonas montañosas se hicieron
importantes en los estudios de cuencas hidrológicas (Schreier 2001), y más tarde
incluirían problemáticas sobre la des-glaciación y los debates sobre sustentabilidad
y conservación. La adaptación corporal a los ambientes de altura, un tema clásico
que fascina porque junta la genética con la cultura, sigue arrojando nuevas sorpresas
a comienzos del siglo XXI: las adaptaciones andinas y etíopes resultaron ser muy
diferentes (Beall 2006).
Alrededor de 1970 los estudios sobre campesinado parecían omnipresentes
omniprese ntes e indis-
pensables. Análisis pos
post-chayanovianos
t-chayanovianos (Mayer 2004 [2002]), revisiones
revisiones de Wittfo
Wittfogel
gel
(Mitchell 1976) y estudios sobre comunidad de orientación ecológica (e.g., Brush 1977,
Lausent 1983) proveyeron a investigadores de inclinación culturalista de puentes hacia
las ciencias económicas o hacia la biología aplicada. Como observa Linda Seligmann
en su estupenda historia de “campesinismo” antropológico (2009: 331), la década que
comenzó en 1964 vio la fundación del Centro Internacional de la Papa, el Centro de
Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO, la primera organización
organización no gubernamental
en concebir los estudios rurales como una problemática “indígena”),
“indígena”), Mosca Azul Edi-
tores, el Centro Bartolomé de las Casas en el Cuzco y el Instituto de Estudios Peruanos
en Lima —todos ellos colaboradores importantes en los estudios sobre campesinado.
Los intentos marxistas por repensar esa “clase” campesina que Marx había deses-
timado tan desastrosamente pusieron a los izquierdistas latinoamericanos en el centro
No hay pais mas diverso II.indb 60 04/05/2012 04:04:29 p.m.
Analytics
resultó en una experiencia formativa que produjo alguna literatura
literat ura de valor duradero.
Ejemplos de una larga lista son los trabajos bolivianos de Jorge Dandler (Calderón
Save y Dandler 1986) y los estudios peruanos de César Fonseca Martel y Enrique Mayer
Accept All
(1976). Cuando el gobierno peruano promulgó una revolución agraria desde arriba,
algunos antropólogos encontraron puestos de trabajo en los ministerios. La etnogra-
fía nunca había estado tan cerca del poder: el antropólogo Mario Vázquez dirigió la
reforma agraria peruana desde 1974 hasta 1976.
A n de cuentas el “campesinismo” no era para todo el mundo. El encuentro
etnográco enfocado en comunidades, y la teoría etnológica que pretendió denir la
condición campesina como tal, dejaron mucho fuera de lado. Por ejemplo, el “cam-
pesinismo” materialista y utilitario perdió la huella de ciertos logros centrales a la
supervivencia andina. Uno de ellos es el rol del ritual como mecanismo rector —y no
solo expresión superestructural— en los sistemas vitales de irrigación (Gelles 1984).
Los estudios de campesinado fueron por lo general historicistas en un sentido wolano,
y aportaron bien a la historia socioeconómica. Pero el historicismo campesinista dejó
de lado la óptica etnográca. Rara vez captó el punto de vista local sobre el signicado
del pasado y la naturaleza del cambio, temas que resultaron fascinantes cuando fueron
estudiados con otros métodos (Ortiz Rescaniere 1973, Yánez del Pozo 1986). También
También
fallaron al minimizar el cambio innovador o utópico entre los serranos (Skar 1997
[1982]), a menos que el cambio formara parte de explícitos movimientos campesinos.
Con raras excepciones (Oré 1983, Rivera Cusicanqui 1986) sus teorías dejaron poco
lugar para la agencia individual.
Y la teoría clasista trajo aparejada una insistente ideología antietnográca (Varese
(Varese
1978, Ansión 1986). Todos
Todos los estados andinos en la década de 1970 buscaron imponer
la categoría de clase “campesino” en reemplazo de términos raciales como “indio” o
la categoría étnica “indígena”. Los cientícos sociales simpatizantes del marxismo,
al ver la persistencia de la auto-identicación andina como una cultura de la clase
despojada de poder, usualmente apoyaron propuestas homogeneizadoras
homogeneizadoras de una nación
“mestiza”. Unos pocos etnólogos
etnó logos discreparon con ello. Y
Yaa en 1970 Fernando Fuenza-
F uenza-
lida congregó a una serie de antropólogos que insistían en mantener la “indianidad”
sobre la agenda —el volumen de 2009 que recopila sus propios ensayos etnológicos
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lleva como título un epitao para lo que sería el Estado-nación. La homogeneización
personalization, and analytics. You
may change your sufrió el ataque
settings de antropólogos extranjeros quienes objetaron la desestimación de
at any time
las prácticas
or accept the default settings. quechuas y aymaras como antiprogresistas (Webster 1981). Stutzman
(1981) tildó a la plataforma de identidad “blanco mestiza” del presidente ecuatoriano
Rodríguez Lara de “ideología inclusiva de la exclusión”. El programa homogeneizador
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también encontró sus enemigos entre ciertos disidentes al interior la izquierda andina,
tales como los altamente originales ecuatorianos Ileana Almeida (1981) y Galo Ramón
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Valarezo (1988). Rodrigo Montoya, perspicaz etnógrafo peruano, quechua-hablante
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Analyticsentrenado
borrón en Francia
de las e izquierdista,
identidades quechuas al comienzo
a favor miró
de una con cierto
identidad estoicismo
de clase el pero
(1987), esperado
más
tarde realizó una espléndida investigación colectiva sobre etnomusicología quechua
Save Accept All
(Montoya et al. 1987) y en la actualidad estrecha manos con una joven intelligentsia
quechua enfáticamente “culturalista” (2006).
Más importante aún, nuevos apoyos a la investigación andina venían desde un
ámbito imprevisto: la Iglesia. El mandato
m andato del Vaticano
Vaticano II para re-evaluar las relaciones
entre el catolicismo y otras religiones, junto con
co n las demandas de la izquierda católica,
motivó la formación de centros de investigación apoyados por la Iglesia en las ciudades
del Cuzco y La Paz. En 1972 la revista Allpanchis comenzó a publicarse y en 1971
surgió la serie monográca boliviana del Centro de Investigación y Promoción del
Campesinado (CIPCA). Ambos medios diseminaron trabajos de campo de primer orden
etanto
hicieron públicas corrientes
a académicos teóricas
como a curas los —notablemente estructuralistas—
medios para entender informaciónque brindaron
mitológica y
ritual custodiada durante mucho tiempo por los folcloristas.
La investigación alineada con la Iglesia generó un cuadro de honor demasiado
extenso como para reseñar aquí. Xavier Albó fue uno de los 152 jesuitas catalanes
que a partir de 1950 viajaron a Bolivia por orden del Papa (Salcedo 2009), entre los
cuales algunos contribuyeron a las ciencias humanas. Albó hizo su disertación doctoral
sobre el Quechua cochabambino (1979) en la Universidad de Cornell, y posterior-
mente prestó su apoyo a reivindicaciones indígenas tales como el restablecimiento
de los ayllus territoriales en el período de Evo Morales. Hacia 1979, el dominico
Domingo Llanque Chana, una enciclopedia viviente de la cultura aymara, tradujo y
publicó muchos ffolletos
olletos sobre
sob re religión indígena popular. Su trabajo puede ser visto
como un ejemplo
que cobró vigenciadedespués
la “inculturación”
del papado —teoría intercultural
de Juan XXIII sobre el
(Orta 2004). Enrol del clero
Ecuador, el
padre salesiano Juan Botasso amplió la misión de su orden largamente dedicada a las
poblaciones shuar, con miras a la conversión cultural de los quiteños. La editorial y
librería salesiana, Abya Yala,
Yala, reivindicó que hasta 2011, 320 de sus autores publicados
se autoidenticaban como indígenas. La innovación católica surgió, en parte, como
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buscó abrirse un camino hacia la etnografía (1971-72). Desde la década de 1960 hasta
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1990 Yurii
Yurii Zubritski parece haber disfrutado una franquicia monopólica de los estudios
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functionality, asde
wellcampo andinos publicados en la URSS. Produjo unas pocas obras en otras lenguas
as marketing,
personalization,que
andno fueranYou
analytics. el ruso (1964). Una pequeña misión polaca, con participación mixta de
may change your settings at any
arqueólogos time
y sociólogos, y con escasos antecedentes en antropología metropolitana,
or accept the default settings.
en 1978 llegó hasta el río Huaura. Produjo una
u na obra meritoria (Posern-Zielinski 1982)
que anunció la hoy impresionante presencia de Polonia en la antropología andina.
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9. ¿ETNOLOGÍA DE QUIÉN, PARA QUIÉN?
Personalization
Analytics
Retomando la pregunta inicial acerca de cuándo y cómo el encuentro andino-europeo
adoptó conscientemente una forma intelectual, el estudio etnológico de las poblaciones
Save andinasAccept
despliega
All solamente un débil desarrollo linear continuo. En su mayor parte, el
trabajo intelectual
intelectua l a lo largo de la divisoria imperial tuvo lugar durante cort
cortas
as oleadas de
investigación intensiva que tendían a ser olvidadas antes de comenzar la siguiente oleada.
¿Qué tiene que ver esto con la situación de montaña como tal? Durante largos
períodos las poblaciones tanto de los Andes como de los Himalayas desarrollaron insti-
tuciones de montaña notablemente endógamas. El Tíbet experimentó algunos períodos
de gobierno externo, que comenzaron
comenz aron más temprano que en los Andes: una intervención
China (c. 750-821 d.C.), un gobierno mongol semiautónomo (1270-1350 d.C.) y el
dominio de la dinastía china Qing (1724-1910 d.C.). Pero durante la mayor parte de
estos períodos, el Tíbet (o al menos la región de Amdo) parece haber mantenido un
espacio de marcada autonomía cultural con instituciones sacerdotales y aristocráticas
diferentes de los estados vecinos. Solo desde 1951 el gobierno chino ha fomentado
una invasión demográca masiva, juntamente con una ingerencia política que afectó
el gobierno local e intentó extirpar la religión. En contraste, en los Andes virreinales
la intervención militar comenzó más tarde pero la dominación territorial y cultural
comenzó más temprano. En los Andes la dominación externa no tomó la forma de he-
gemonía ejercida por un Estado precapitalista o feudal, como pasó en Tíbet a partir del
siglo VIII. La intervención en los Andes fue ejercida desde el comienzo por un Estado
incipientemente capitalista y típico de la “modernidad temprana” de los siglos XVI y
XVII, con sus respectivas facetas reformistas, contrarreformistas, absolutistas e impe-
riales. Irene Silverblatt (2004) sostiene que los virreinatos americanos se convirtieron
en la fragua que dio forma a los aspectos burocráticos y raciales de la modernidad.
Como campesinos, “la gente llamada indios” fue rápidamente integrada a la
economía mercantilista transatlántica. Sin embargo, culturalmente, “la gente llamada
Indios” durante largos períodos se convirtió en una población aparte —distanciada no
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por límites territoriales, como en Tíbet, sino por mecanismos típicos de la modernidad
temprana para jar límites sociales. El cambio colonial erosionó selectivamente la
This website stores“gran tradición”
data such as andina de élites estatales y sacerdotales. La sociedad colonial y la
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república temprana erigieron fronteras invisibles. El proyecto legal de la “República de
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Indios”, aunque solo parcialmente concretado, pretendía separar a la población andina
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de la sociedad
may change your settings mercantil que ella misma sostenía económicamente. Los andinos eran
at any time
or accept the defaultespecialmente
settings. apartados en la sierra. Ellos fueron socialmente segregados mediante
estigmas contra el matrimonio entre castas y la “sangre” contaminada por mezclas
interétnicas. La separación estaba económicamente reforzada mediante deudas tribu-
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tarias, servidumbre y otras cadenas que impendían la mobilidad social horizontal o
Marketing vertical. En tiempos recientes, una frontera invisible perteneciente al reino del lenguaje
se hizo importante. El monopolio del castellano sobre el discurso autoritativo desplazó
Personalization
el quechua de la categoría de “lengua general” a lengua regional, y en algunas partes
Analytics
a lengua de un campesinado étnicamente diferenciado. Los hábitos culturales andinos
que sobrevivieron lo hicieron a través de la descentralización y la incorporación de
Save Accept All
fuertes mecanismos sociales de control de los recursos locales. Otros mecanismos
incluyeron disyuntivas simbólicas entre gente conable y q´alas foráneos, y, a veces,
la clandestinidad o privacidad cultural .
Así como la etnología de sociedades espacialmente aisladas oreció en épocas en
las que los extranjeros sentían una necesidad de extraer conocimiento más allá de las
fronteras geográcas (por cualquier razón, de expoliación o desinteresada), la etnolo-
etnolo -
gía andina y sus análogas orecieron en épocas en las que los extranjeros
extranjer os sentían una
necesidad de conocimiento sobre el e l reino del “Otro”, a través de fronteras sociales o,
cada vez más, por debajo de ellas. Ello no fue siempre así. Los encuentros tempranos
entre los conquistadores españoles y los nobles incas dan por momento la sensación de
una confrontación entre sociedades soberanas separadas. Pero desde 1550 hasta me-
diados de la Colonia, la empresa de erigir y mantener
m antener una disyuntiva entre los andinos
y las sociedades transatlánticas fue en sí misma la fuerza motriz de la investigación
administrativa. La presencia de la frontera generó tensiones y problemas que, a su
vez, requirieron de mayores expediciones hacia la sociedad indígena. Por ejemplo,
el muro creó un refugio para la preservación de religiones imperialmente proscritas,
cuya persistencia requirió de una investigación “extirpativa”. Las fallas del imperio
mercantil español al nivel de las bases andinas —despoblación, fugas, empobrec
empobrecimien-
imien-
to,
unarebeliones— periódicamente
vez que la frontera justicaban
social colonial estuvoladenida
búsqueda(desde
de mayor información.
los tiempos Pero
de Toledo
hasta mediados del siglo XVIII), la característica más sorprendente de la situación
fue el ligero grado en que el conocimiento cultural la cruzó en forma ascendente, en
comparación con el inmenso ujo de riquezas succionado a través de ella.
66 FRANK SALOMON
con políticas
el nuevo reformistas
Instituto limeñasdea través
de Etnología de variosde
la Universidad nexos, entre los Ante
San Marcos. que seaudiencias
incluyen
cercanas al centro del poder, festividades “incas”, museos, revistas y espectáculos
folclóricos proyectaron la “indianidad” como una parte nuclear de la “peruanidad”.
Décadas más tarde, cuando el gobierno revolucionario y nacionalista de Juan de
Velasco imponía un modernismo “clasista” poco simpatizante con el pluralismo, el
estudio de la narrativa “folk” adquirió una nueva connotación de contracultura. El éxito
meteórico de Gregorio Condori Mamani (traducido por Ricardo Valderrama y Carmen
Escalante Gutiérrez, 1977) ejemplica el momento. Esta elocuente autobiografía oral
doble cuenta en quechua la vida de un pobre cargador y su esposa en el Cuzco pre-
reforma agraria. El libro tuvo absortos a los lectores urbanos justo en el momento en
que el Perú estaba digiriendo la experiencia de su reforma agraria radical. Además
de las reediciones
ampliamente en castellano,
en cursos las traducciones
de universidades a otros
extranjeras. idiomas han
Al convertirse sido utilizadas
en clásico andino,
Gregorio Condori Mamani produjo un efecto paradójico: infundió en las percepciones
foráneas de los quechuahablantes el patetismo de la conmiseración, justo en el mismo
momento en el que los quechuahablantes deseaban ser considerados de otra manera.
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La etnografía andina del siglo XX también debe mucho a un segundo factor:
los intentos en países noratlánticos de exportar las ciencias sociales. El encuentro
—¿deberíamos decir desencuentro?— entre, por un lado, la antropología, politología,
sociología y económica en sus expresiones norteñas y, por el otro, los indigenismos
latinoamericanos, tuvo como propósito expreso la mejor “integración” de poblaciones
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rurales en los estados y mercados nacionales de cada país. Hacia mediados del siglo
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functionality, as wellXX las aspiraciones de los gobiernos andinos al desarrollo económico mediante la
personalization, andmodernización
analytics. You y la “integración” de las comunidades rurales (y no mediante la revo-
may change your settings
lución,atyaanyrealidad
time en Bolivia), crearon un terreno común entre burocracia y ciencias
or accept the default settings.
sociales. El relativo fracaso del capitalismo y del Estado entre poblaciones de altura
se hizo penosamente evidente en (por ejemplo) los anuarios estadísticos de la OEA y
Privacy Policy la Organización Panamericana de Salud. Por primera vez, desde la era borbónica, la
modernidad en el arte de gobierno pareció demandar una etnología ministerialmente
Marketing
organizada y capaz de informar sobre los pueblos excluidos.
Personalization De una guerra mundial nacía una antropología mundial. En el período de posgue-
Analytics rra, la antropología noratlántica expandía su alcance desde el estudio de las sociedades
“primitivas” y tribales al estudio de los campesinados
campesinad os y los proletarios nativos. Mientras
Save queAccept
los etnógrafos
All británicos ahora juzgaban como etnológicamente interesantes
interes antes a las
minas sudafricanas —así como sus pares holandeses a las plantaciones coloniales en
Indonesia— los estudiantes graduados norteamericanos recibían entrenamiento para
estudiar la “sociedad compleja” en Puerto
Puer to Rico o México. Fue un cambio fundamen-
tal: las antropologías de Malinowski, Boas, y Lévi-Strauss habían contemplado a las
poblaciones minoritarias y aisladas, pero Julian Steward, Eric Wolf, y Max Gluckman
propusieron una etnología de las poblaciones mayoritarias.
m ayoritarias. Fueron los veterano
veteranoss de
la Guerra Civil Española y de la II Guerra Mundial quienes hicieron a la antropología
tomar consciencia de los campesinos de las Américas como hacedores de historia, y
no simplemente como indígenas “asimilados”.
A medida que instituciones gigantes como la Fundación Ford o el Departamento
de Estado de los Estados Unidos abrazaron el desarrollismo, los estudios latinoame-
ricanos supieron obtener importantes fuentes de nanciamiento, notablemente des- des -
pués de 1957, cuando el pánico del Sputnik abrió las compuertas del erario federal.
Las universidades de Berkeley, Columbia, Cornell, Illinois, Pittsburgh, Wisconsin y
muchas más organizaron centros de estudios latinoamericanos por los que pasaría la
mayoría de los andinistas estadounidenses. Algunos de sus profesores, como Holm-
berg, abrazaron el meliorismo “panamericano” y otros, como Wolf y Nash, dudarondudaro n
por olfatear
olfate ar una atmósfera de Guerra Fría.
Fría . Este trasfondo político ha sido discutid
discutidoo
hasta el agotamiento en las asociaciones antropológicas durante sus épocas de cilicio
y ceniza, aproximadamente desde 1990 hasta mediados de la década de 2000.
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más cosmopolita. Resulta ser una plataforma maravillosa para practicar la etnografía.
Pero la “indianidad” en calidad de opción personal o movimiento social necesita una
dimensión imaginativa, una proyección hacia el futuro, tal vez una utopía. ¿Puede la
etnografía constituir el género adecuado para satisfacer este apetito? Como señala
Alcida Ramos (2008), los jóvenes que pintan murales y escriben páginas de Internet
“neoindianistas’ en instituciones que ya no son más racialmente exclusivas, lo hacen
sin mayores consideraciones de los cánones académicos típicos de la antropología.
El futuro papel del antropólogo en una compañía
com pañía tal aún no se dene: ¿seremos guías
críticos? ¿Proveedores de conocimiento cosmopolita? ¿Intérpretes? Resulta un enigma.
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Pero un enigma es mejor que un alejamiento. Al menos estamos en condiciones de
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functionality, asreconocer a los nuevos colaboradores no como casos especiales de etiquetas tales como
well as marketing,
personalization,“intelectual
and analytics.nativo”
You o “intelectual orgánico”, sino simplemente como intelectuales.
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Capítulo 2
ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ:
discursos y prácticas en la representación del indio, 1940-1990
Pablo Sandoval
H hombres y de pueblos [el antropólogo] ha resultado muy ecaz no sólo para orientar los
proyectos sino para establecer un trato cconveniente
onveniente con los campesinos, la mayoría de
los cuales poseen una cultura que no es la nacional u ocial [...]. (Luis E. V
Valcárcel
alcárcel 1958)
Valcárcel representa la corriente pesimista acerca del mestizo. Pero toda persona que
haya vivido en muchas ciudades y aldeas de la sierra, sabe por propia experiencia que
el mestizo no representa solo “un borroso elemento de la clase media”, sino la mayoría
y, en algunos casos, como ene n los pueblos del valle alto del Mantaro, la totalidad de la
población de estas ciudades y aldeas [...] El estudio del mestizo es uno de los más impor-
[...] El
tantes de los que la antropología está obligada a emprender en el Perú. Hasta el presente
solo se han escrito ensayos
ensayos que tienen reexiones
reexiones sobr
sobree el problema;
problema; no se ha cumplido
aún un verdadero plan de investigación en contacto con el hombre mismo.
mismo . (José María
Arguedas 1952)
El campesino que migra [a la ciudad] rápidamente accede a situaciones culturales nuevas
y a ocupaciones no agrarias. Por sus contactos continuos y cada vez más frecuentes
con el mundo urbano aprende castellano, se alfabetiza, vence etapas y supera a los
intermediarios de la dominación interna regional. Esta movilidad afecta las relaciones
con su estrato, pues lo hace pasar de un sistema familiar o de linajes a uno de clases, a
través de lo urbano [...] y lo hace participar en la sociedad nacional en diversos grados
y formas.
formas. (José Matos Mar 1970)
Privacy Policy
Dejemos que investiguen lo que quieran, aquellos que disponen de una inmensa cantidad
Marketing de recursos que se hallan lejos de nuestro alcance [...] Nosotros tenemos la obligación de
[...] Nosotros
señalar que es lo que más nos interesa.
interesa. Debemos dar prioridad a los problemas y señalar
Personalization los más urgentes e inmediatos. YaYa no es tiempo que dediquemos esfuerzos a observar las
Analytics variedades o variaciones lingüísticas, o la forma cómo se come una cebolla, antes que
explicar el problema fundamental del campo: el problema de la tierra, nuestra situación
Save actualAll
Accept económico-social y el sistema opresivo que mantiene en la miseria a todo el pueblo
pueblo..
(Osmán Morote Barrionuevo 1969)
1. I NTRODUCCIÓN
Me ha parecido pertinente proponer, para empezar este ensayo, 1 la lectura atenta de
cuatro citas que condensan los ejes necesarios para contextualizar el itinerario de la
antropología peruana. Las tres primeras se reeren
re eren a la construcción del objeto, espe-
cícamente a cómo el “indio” se fue introduciendo, deniendo y recreando como tema
de análisis antropológico. La cuarta, tiene que ver con las dimensiones explícitamente
explíci tamente
políticas de este proceso.
proc eso. Como desarrollaré a continuación, estos ejes se han super-
puesto a lo largo del desarrollo
desarro llo de la antropología
antropolog ía peruana. Precisamente es en esta
interacción (entre el desarrollo de la indagación antropológica y sus circunstancias
políticas, sociales y discursivas) donde deseo situar la comcompresión
presión de uuna
na disciplina
que se trazó desde sus orígenes la tarea de reconocer la diversidad cultural de las po-
blaciones indígenas en el Perú en el contexto de un país fragmentado y desarticulado.
De manera especíca, lo que intento es plantear cuatro puntos de reexión —en- —en-
tre otros posibles— sobre el tipo de representaciones que la antropología peruana ha
construido acerca del indio, sea en su pasado (vía la etnohistoria) como en su presente
(mediante la etnografía).2 Es decir, comprender los vínculos que se establecieron entre
el indigenismo y la antropología, en un arco temporal que se inicia en 1946 (con la
1
Las siguientes páginas buscan plantear algunas notas de discusión para futuras investigaciones.
investigaciones. No
se trata —de momento— de una investigación sustentada en archivos, ni entrevistas, y he evitado
recurrir,
ración la en la medida amazónica
antropología de lo posible,
puesa referencias bibliográcas
ha seguido un exhaustivas.
itinerario distinto. No principalmente
Me baso tomo en consideen-
mis anotaciones del curso “Antropología Peruana” que dicté el 2009 en la Escuela de Antropología
de la Universidad de San Marcos. Este breve ensayo fue escrito entre 2009 y 2010.
2
Para dicho n, esta propuesta toma como horizonte una nueva corriente historiográca
historiográca de crítica
antropológica donde se articulan el exhaustivo trabajo de archivo con la recopilación intensiva
de entrevistas y testimonios orales. Esta corriente fue iniciada por Hallowell (1974) y continuada
después por Stocking Jr. (1987, 1995), Vincent (1990), Kuklick (1992), Stolcke (1993), Schumaker
(2001) y Goody (1995), quienes han renovado nuestra comprensión histórica de la disciplina.
Marketing
antropólogos e historiadores desarrollaron acerca de la modernidad de la “cultura andi-
na”, en un contexto de profunda crisis social, debacle económica y violencia política.
Personalization
Lo que busco es poner a discusión un conjunto de temas que permita reexionar
reexiona r
Analyticscómo sus practicantes denieron entre
en tre las décadas de 1940 y 1980 lo que se de
denominó
nominó
el “problema indígena y/o campesino”; y lo más importante, ubicándose ellos mismos
Save Accept All
—en el transcurso
cientícos —y por de cambiosmorales—
momentos teóricos y de
vaivenes políticos—
sus procesos como losMe
y tendencias. intérpretes
interesa
resaltar la insistencia de estos/as intelectuales por convertirse
convertirs e en los portavoces cientí-
cos de la “cultura andina”, y problematizar los distintos diagnósticos que levantaron
sobre la diversidad cultural en los Andes, cuyo n último era inuir en el ámbito de
la cultura y la política nacional.
Adelantando una conclusión, podría decirse que en la década de 1940 buena parte
de la antropología peruana delineó su primera agenda de docencia e investigación bajo
la trama política y moral del indigenismo, patrocinada por su principal organizador
estatal y exponente intelectual, Luis. E. Valcárcel. Se vinculó una década después a
las vertientes culturales de las teorías desarrollistas y de modernización (en menor
medida a la corriente lévi-straussiana del estructuralismo), se sumó luego a las críti-
políticas delmoldear
yecto logró indigensus
indigenismo
ismointerrogantes,
en América Latina, y reexiona
reexionar
impregnar r hasta
sus debates qué punto
puntsus
e incentivar o este pro
pro--
agendas
de investigación. Pese a especicidades y diferencias nacionales, lo cierto es que la
naciente antropología en América Latina (Serje 2008) profundizó luego de la II Guerra
Mundial un nuevo ciclo en la antigua disputa —esta vez en clave etnográca— por
la representación simbólica del “indio”; como ocurría simultáneamente en África y
Asia, donde la antropología de postguerra discutía críticamente sobre las nociones de
No hay pais mas diverso II.indb 101 04/05/2012 04:04:34 p.m.
3
Especialmente en México, Brasil y Perú Sobre la formación universitaria puede consultarse, Traja-
no Filho y Lins Ribeiro (2004), Rodríguez Pastor (1985).
4
Salvo excepcionalme
excepcionalmente
nte Brasil donde los intercambios fueron más variados, especialmente con la
(Correa 1987).
tradición francesa (Correa
5
El antropólogo Humberto Rodríguez Pastor recordaría así sus lecturas formativas de la década de
1960 como estudiante de antropología en San Marcos: “Nuestras lecturas se centraban en algunos
de los clásicos de la antropología de esos años: Melville Herskovitz y su libro El hombre y sus
rescate
Personalization
comprobaretnográco que enfatizara
su persistencia las continuidades
casi inmutable ecológicas
en las actuales y rituales,
comunidades era posible
campesinas, pese
Analyticsal impacto de cuatro siglos de dominación colonial y experiencia republicana, como
a los procesos de cambio locales y nacionales (Núñez del Prado 1953, Ossio 1973).
Save Gracias
AcceptaAll
esta visión, el conocimiento indígena devino en “pensamiento andino”,
y desde ese punto de partida los etnógrafos se lanzaron al campo buscando construir
formulaciones teóricas sobre lo “andino” y la comunidad indígena como un sistema
social coherente y estable de complementariedad ecológica, reciprocidad y redistribu-
ción de “larga duración”. La apreciación de este sistema como básicamente igualitario
estaba implícita en la conceptualización misma de la reciprocidad andina (Flores Ochoa
1973, Ossio 1981). Es posible que esta antropología haya intentado seguir las pistas del
trabajo pionero de John Murra (1972, 1978), pero omitiendo las advertencias
advertenci as metodo-
lógicas y comparativas
de un máximo de pisos que éste planteó
ecológicos” al formular
(Wachtel 1973).suPese
propuesta de sido
a que ha “control vertical
criticado en
los Estados Unidos y el Perú por ser una representación “exotista” de la cultura andina,
desprovista de historicidad, inuenciada sobremanera por el estructuralismo francés, el
funcionalismo británico y la etnohistoria estadounidense (Poole 1992, Cadena 2008),
lo que importa aquí es destacar su innegable inuencia para marcar el horizonte
hori zonte y los
ánimos de investigación de las décadas siguientes (Guerrero y Platt 2000).
En efecto, vinculada en sus inicios a los
lo s conceptos de “área cultural” y “acul
“acultura-
tura-
ción” propuesta por la antropología norteamericana , esta corriente asumió rápidamente
7
una postura teórica que coincidía en sus presupuestos básicos con la del Handbook
of South American Indians. En esta, el concepto de “área cultural” relacionaba las
7
Principalmente
Principalment e por Alfred Kroeber, Melville Herskovits, Robert Redeld, Ralph Linton y Julian
el Handbook of South Ame-
Steward. En el marco de esta perspectiva entre 1946 y 1959 se publica el Handbook
rican Indians (Steward
Indians (Steward 1946-59), cuyos 7 volúmenes presentan una visión panorámica de las áreas
culturales indígenas sudamericanas. Para el área andina, destacan entre otras contribuciones las de
Miskhin, Kubler, LaBarre y Tschopik. Para un buen resumen sobre las nociones “aculturación” y
“área cultural” véanse Redeld et al. (1936)
al. (1936) y Steward (1943 a y b). Para una visión crítica de la
noción de “área cultural” véase Wallerstein (1997).
8
Igualmente queda pendiente la revisión y análisis de las revistas América Indígena, Revista del
Museo Nacional y Folklore
y Folklore Americano
Americano,, donde escribier
escribieron
on los principales protagonistas
protagonistas del indige-
nismo antropológico peruano y latinoamericano.
latinoamericano.
9
Luego del congreso indigenista de Patzcuaro realizado en México (1940), se crea en 1946 el Ins-
el Plan Nacional de Integración de
tituto Indigenista Peruano (IIP), que implementa poco después el Plan
la Población Aborigen.
Aborigen. Sobre las investigación antropológicas de este Instituto véase, Martínez
(1970) y Martínez y Samaniego (1977).
10
Por esos años es importante la presencia de fondos de investigaciones
investigacion es e intercambio cultural -
nanciados por instituciones norteamericanas como la Fundación Ford, el Social Science Research
Research
Council , la fundación Wenner Gren y el Instituto Smithsoniano.
11
En particular su tesis doctoral (1952) que resume bien el tránsito del indigenismo antropológico a
las propuestas de modernización, y que le sirven de base para su posterior participación en el diseño
e implementación de la Reforma Agraria velasquista.
12
En el caso de Arguedas es necesario un mayor análisis para comprender los cambios en sus orien-
taciones etnográcas comparadas teniendo en cuenta primero sus monografías “nacionales” (Hua- (Hua -
manga, Puquio, Valle del Mantaro, Chimbote) y el trabajo simultáneo sobre las comunidades de
España.
13
en Plan nacional
La literatura es abundante. Un listado se encuentra en Plan nacional de Integración de la Población
Aborigen (1963).
Aborigen (1963).
14
Algunos profesores norteamerican
norteamericanos
os impartieron clases en la Universidad de San Marcos, con el
apoyo nanciero de la Comisión Fulbright. Igualmente fueron importantes otros profesores visitan-
visitan -
tes como Juan Comas (España), Jean Vellard (Francia), François Bourricaud (Francia), este último
de mayor inuencia teórica en la renovación de las miradas del medio rural. Véase en especial,
Cambios en Puno. Estudios de sociología andina (1967).
andina (1967).
4. EL INDIO Y EL PODER EN EL PERÚ: DOMINACIÓN Y CONFLICTO EN LA SOCIEDAD RURAL
EN LAS DÉCADAS DE 1960 Y 197015
Aun reconociendo los intentos de la naciente antropología peruana por elaborar una
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comprensión
cookies to enable essential site más objetiva de las poblaciones andinas, pronto se verá desbordada por
functionality, as wellun
asconjunto
marketing,de procesos sociales y políticos que cambiará sustancialmente el paisaje
personalization, anddelanalytics.
poder You
rural en la década de 1960. La acelerada modernización de la sociedad
may change your settings
rural puso entime
at any tela de juicio las lecturas previas, y los antropólogos descubrían que los
or accept the default settings.
propios campesinos buscaban vías alternativas de articulación a lo
l o qque
ue entonces
e ntonces se
Analytics (Mallon 1992, Peña 1997, Palacios 2008), aconteciera una transformación cultural de
mayor densidad: la expansión del bilingüismo, la escolarización campesina, la difusión
Save de medios de comunicación masiva, el crecimiento demográco y la migración a las
Accept All
ciudades. Situados en un contexto de expansión
expansió n del capitalismo rural y de una mayor
presencia del Estado, los campesinos se constituyen en actores políticos, logran esta-
blecer una alianza estratégica
estratégica con incipientes
incipientes agrupaciones
agrupaciones de izquierda, cuyo resultado
fue la formación de un inédito movimiento social que enfrentó directamente el poder
de losEnhacendados
pocos años(Handelman 1974). tomas de tierras consiguen desequilibrar el
y mediante sucesivas
viejo sistema oligárquico de intermediación política, estraticación social y jerarqui-
jerarqui -
zación étnica que hasta entonces habían monopolizado gamonales, terratenientes y
hacendados. Mostraban de este modo que era posible derribar el viejo “triángulo sin
base”, arrinconar al gamonalismo y minar las bases de dominio de los lo s mistis. T
Toma-
oma-
dos en conjunto estos hechos socavaron la legitimidad de la estructura de dominación
tradicional entonces vigente e incitaron,
incitaron , bien o mal, a que gobiernos civiles (Belaúnde
1963-1968) y militares (Velasco Alvarado 1968-1975) declararan, por temor o con-
vicción, la necesidad de llevar adelante una profunda reforma agraria que redujera la
posibilidad de una insurrección campesina en los andes (Remy(Rem y 1990, 1995).16
15
Hago explícita alusión al libro El indio
libro El indio y el po
poder
der en eell Perú
Perú que publicara el Instituto de Estudios Pe-
ruanos (Fuenzalida et al. 1970)
al. 1970) con textos fundamentales de Fernando Fuenzalida y Enrique Mayer.
16
Un puñado de antropólogo
antropólogoss trabajaron directamente en la elaboración de la reforma agraria velas-
quista como Mario Vásquez, Carlos Delgado, Stefano Varese, Alberto Chirif, entre otros. Véase,
Mayer (2009).
Para los jóvenes antropólogos que iniciaban sus actividades de formación aca-
démica, estos eventos coincidieron con la extraordinaria coyuntura histórica de los
años sesenta. Recordemos que un conjunto de acontecimientos nacionales y mundiales
inquietaron sus ánimos políticos: las imágenes triunfantes de la Revolución cubana, los
discursos utópicos del movimiento estudiantil europeo y latinoamericano,
latinoam ericano, los retratos
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juveniles de laasRevolución cultural china, la resistencia vietnamita a los EE. UU.; y en
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el Perú, el trágico nal del intento guerrillero del Movimiento de Izquierda Revolu- Revolu-
functionality, as well as marketing,
personalization,cionaria (MIR You
) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) a mediados de los 60s. En
and analytics.
may change your este contexto,
settings at anylotime
mejor de la antropología y las ciencias sociales se dejó impactar por
estossettings.
or accept the default cambios, reorientando muchas de sus premisas, y esforzándose por sintonizar
con una realidad rural en la cual se advertía la transformación de los antiguos patrones
de adscripción étnica.
Privacy Policy
Un buen número de trabajos antropológicos tendió entonces a ubicar al “indio” en
Marketing la historia y a considerar las identidades étnicas como dinámicas y exibles, superando
en parte la esencializació
Personalization esencializaciónn indigenista de años anteriores (Degregori 1995). Consolidan
una agenda de investigación sobre “la nueva sociedad
socied ad rural”, que en el caso de Cotler
Analytics
(1968) logró ofrecer una nueva forma de entender las relaciones
relacione s políticas entre “indios”,
“mestizos” y el Estado-nacional, delineando tendencias de cambio social a mediano
Save Accept All
plazo, señalando procesos culturales claves como la cholicación y la emergencia de
nuevos actores como los movimientos campesinos.17
Situada entonces en una coyuntura de transición histórica, esta antropología se
preocupó centralmente por denir el destino cultural del indígena en su incorporación
al mundo moderno: o su asimilación total vía el mestizaje cultural o su incorporación
heterogénea en lo que entonces se denominó como el proceso de cholicación (Quijano
1980 [1964], Bourricaud 1967, Rochabrún 2000).
En cualquiera de los casos, una mirada más atenta a este periodo debería centrarse
en el análisis detallado del “Proyecto de estudio de cambios en pueblos peruanos (o
más conocido como “Proyecto de estudio de cambios en la sociedad rural-Valle de
Chancay” auspiciado por la Universidad de Cornell y dirigido por William F. Whyte
y José Matos Mar desde el Instituto de Etnología de la Universidad de San Marcos y
el Instituto de Estudios Peruanos. Aunque inicialmente el proyecto se cobijó bajo el
paraguas de la teoría de la modernización (Matos Mar y Whyte 1966), pronto los jó- jó -
venes investigadores inuenciados por otras corrientes teóricas (en particular, la teoría
de la dependencia y en menor medida el marxismo), dieron un giro a la investigación
privilegiando el estudio de la modernización rural desde el punto de vista de los nuevos
17
Un buen indicador de estas visiones se encuentra en la serie Perú Problema
serie Perú Problema publicado
publicado por el Insti-
tuto de Estudios Peruanos entre las décadas de 1960 y 1970.
Marketing Se ha dicho con razón que la historia de Sendero Luminoso ( SL) está ligada a la histo-
ria de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga ( UNSCH). Se ha armado
Personalization
además que SL fue producto del encuentro entre una élite universitaria, provinciana
Analytics
y mestiza, y una base social juvenil —también provinciana y mestiza— descontenta
ante el rumbo que tomaba un proceso de modernización regional que no traía consigo
Save Accept All
la ansiada movilidad social.
soc ial. Esto se deba quizá a un sello distintivo de Ayacucho:
Ayacucho: que
su principal movimiento social en la década de 1960 no haya sido un movimiento
campesino por tomas de tierras, como ocurría en otras zonas de los Andes, sino un
movimiento de estudiantes secundarios que luchaban
luchaba n por la gratuidad de la enseñanza
y que logró sacudir las provincias
prov incias de Ayacucho
Ayacucho y Huanta en 1969 (Degregori
(Degr egori 1990a).
Lo cierto es que reabierta en 1959 —en medio de enormes expectativas de
modernización de la educación universitaria— la UNSCH fue el principal centro de
gravitación de las aspiraciones ayacuchanas y vista como un polo y experimento de
desarrollo regional. Tuvo como misión central la de contribuir al estudio y la solución
de los problemas de su denominada “área de inuencia” (Ayacucho,
(Ayacucho, Apurímac y Huan-
Huan-
cavelica), hasta ese momento excluida de cualquier plan de desarrollo. Cuando en
19
18
Las monografías elaboradas en el marco del proyecto son numerosas, y un listado sistemático se
encuentra en Rivera Andía (2006). De entre ellas, destacan las de Olinda Celestino, Carlos Iván
Degregori, Jürgen Golte, Fernando Fuenzalida, Jaime Urrutia, Rodrigo Montoya, César Fonseca,
José Portugal, Humberto Rodríguez Pastor, Heraclio Bonilla, entre otros. Por esos mismos años,
Norman Long y Bryan Robe Roberts
rts (1984) coordinaron un profundo trabajo de campo en la la sierra cen-
cen-
tral donde captan igualmente las dinámicas de cambio ya mencionadas.
19
Para un pano
panorama
rama ideológico y polpolítico
ítico de llaa regi
región
ón ay
ayacuchana
acuchana antes de la insurrección
insurrección senderista
senderista
puede revisarse
revisarse Urruti
Urrutiaa y Glave ((2000),
2000), Mil
Millones
lones (2005) y Heilman (2010).
20
En di
distintos
stintos momentos de llaa déc
década
ada ddee 1960 tuvo entre sus pprofesores
rofesores al propio Efraín Morote Best,
así como R. Tom Zuidema, Gabriel Escobar
Escobar,, Luis Millones, Fernando Silva Santisteban, Luis Lumbre-
ras, David Scott Palmer, Julio Ramon Ribeyro, Oswaldo Reynoso, entre otros. A inicios de la década
de 1970 se suma un conjunto de antropólogos como Juan Ansión y otros de San Marcos con experien-
cia previa en el proyecto del “V
“Valle
alle de Chancay”: Jaime Urrutia, Carlos Iván Degregori, Lucía Cano,
Modesto Gálvez. El propio John Earls, egresado de la UNSCH, fue profesor entre 1977 y 1983.
21
R. Tom Zuidema dirigió un importante proyecto en la zona del río Pampas entre 1964 y 1970. Con
nanciamiento de la Fundación Wenner Gren y en convenio con la UNSCH, promueve las investi-
gaciones de un conjunto de estudiantes de antropología de esta universidad y la de Illinois donde
era profesor permanente. El resultado fue la producción de un conjunto de monografías sobre estas
comunidades tales como las de Choque Huarcaya y Huancasancos (Quispe Mejía 1969), Sarhua
(Palomino cas
problemáti Flores
problemáticas 1970),aTomanga
relativas (Pintoestructu
las categorías Ramosrales
1970),
estructurales deChuschi (Isbell
la cultura 2005
andina [1978]),
(Earls asíEl
1968). como de
propio
Zuidema escribe algunas referencias generales para la zona (Zuidema 1966, 1967, 1968).
22
Principalmente
Principalment e en el Círculo de Trabajo Intelectual José Carlos Mariátegui (CTIM 1973) donde
entre 1970 y 1972, con Guzmán a la cabeza, se sumergen en el estudio exegético de los clásicos del
no era casual. Por el contrario, señalaba con meridiana claridad que solo a través de
una alianza entre campesinos y obreros —bajo la guía del Partido Comunista por él
dirigido— podía establecerse una verdadera política de emancipación social del campo
a la ciudad (Stern 1999). Muchos de estos jóvenes serían años después protagonistas
centrales en el desarrollo de la “guerra popular” senderista.
Lo cierto es que los cientícos sociales marxistas
marxis tas que trabajaban desde/sobre los
Andes y que recurrieron en muchos casos a los modelos leninistas de diferenciación
campesina, incluyeron pocas veces temas “culturales” o “étnicos” en sus acalorados
debates sobre el campesinado clasista. Lo sorprendente, sin embargo, es la poca
This website storesatención
data suchque
as hasta el momento se le ha dado al desarrollo de la antropología y las
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ciencias sociales marxistas producida en esta universidad entre las décadas de 1960
functionality, as well as marketing,
personalization, andy analytics.
1970.23 SuYoucomprensión es de crucial importancia ya que nos puede ilustrar, por un
lado, de
may change your settings las fatales
at any time grietas que se abrirían años después entre el dogma maoísta y las
poblaciones
or accept the default settings. c ampesinas, y por otro lado, nos permitiría observar de manera precisa
campesinas,
cómo se fue produciendo un estilo radical de practicar las ciencias sociales, que en
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los casos más extremos, se dejó seducir por el dogmatismo del campesinismo maoísta
de Sendero Luminoso. Por cierto que esta relación no fue casual ni mecánica. Muy
Marketing por el contrario, respondió a un conjunto de circunstancias locales de la política e
intelectualidad universitaria huamanguina que ameritan ser exploradas con mayor
Personalization
detalle (Cavero 2005, Gamarra 2010).
Analytics
No olvidemos que hacia nes de la década de 1970 Sendero Luminoso era bási- bási-
camente una organización política anclada en la región de A Ayacucho,
yacucho, que por decisión
Save Accept All
propia se aisló
aisl ó de los movimientos sociales nacionales, y quequ e al momento de iniciar
sus acciones armadas, su núcleo político-intelectual estaba constituido
co nstituido en su mayoría
por profesores, estudiantes universitarios y maestros rurales egresados de la UNSCH.
No menos importante
im portante es el hecho de que el número dos en la jerarquía partidaria de
SL fuera el antropólogo ayacuchano Osmán Morote Barrionuevo,24 que numerosos
militantes senderistas encarcelados durante la década de 1980 hayan sido egresados
o estudiantes de antropología, y que en los años más aciagos del conicto armado,
Marketing
de la reforma agraria en las provincias de Huanta, Huamanga y Cangallo, las nuevas
dinámicas abiertas por el comercio y las ferias, así como las redes de intercambio y
Personalization
migración entre el campo y la ciudad (Huertas
(Huert as et al. 1971; Degregori et al. 1971; Díaz
AnalyticsMartínez et al. 1971; Degregori et al. 1973).
25
25
Unel Boletín
en ellistado
li Boletín
stado delIdeología (1982).
conjunto (1982).
Ideología de ttesis
esisUna
en ciencias
tesis quesociales entre discusiones
recoge estas 1964 y 1981
1981es,deGálvez
la UNSCH se encuentra
y Cano (1974).
26
Aunque en una vertiente política distinta al maoísmo de Saturnino Paredes, puede revisarse las
tipologías marxistas-antropológicas de Vizcardo (1970).
burocrático” para poder armar que los cambios en la región y el país eran aparentes o,
más precisamente, “profundizaban la semifeudalidad”. De esta forma, SL procedía a otro
tipo de esencialización del campesinado andino como “fuerza principal de la revolución”.
(Degregori 1992: 10)
Quizá los textos referenciales para comprender las coordenadas de este viraje
ortodoxo sean las tesis de bachiller (1969) y licenciatura (1971) en antropología del
propio Osmán Morote. En 1968, el joven Morote fue destacado por el Comité Regional
del Partido Comunista (Bandera Roja) a las comunidades de altura de Huanta para
realizar un diagnóstico de las comunidades de Santillana y Chaca, prototipos desde
el paradigma clasista del régimen servil de explotación feudal. Recorrió la zona y
This website storesesbozó
data nítida
más such aslas
toda una tipicación
raigambres de aquellas
feudales comunidades
de la estructura donde
agraria se mantenían
(Coronel de forma
1996). Cito solo
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a manera de ejemplo tres párrafos de su tesis de bachiller pues resume de cierto modo
functionality, as well as marketing,
personalization, andsuanalytics.
lectura You
del escenario rural ayacuchano:
may change your settings at any time
or accept the default settings.
El Perú es un país semifeudal y semicolonial. ¿Qué representa para la inmensa masa de
campesinos la situación de semifeudalidad y semicolonialidad?: opresión y servidumbre.
El carácter de semifeudadlidad explica las transformaciones le lentas
ntas que se producen en
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las zonas rurales [...]
rurales [...] El expuesto es el marco que nos permite comprender la situación de
Marketing las zonas rurales, tanto en su proceso de desarrollo y el de los fenómenos que se provocan.
(Morote 1969: 88 —subrayado del autor)
Personalization
En relación a las condiciones nacionales, el departamento de Ayacucho, junto a los de
Analytics
Cusco, Puno y Apurímac, constituye
constituye una zona de la más fuerte raigambre feudal. Sus cinco
provincias, Huamanga, Huanta, La Mar, Cangallo y Víctor Fajardo —nuestra zona de
Save Accept All tienen en el latifundio la institución económico-social que domina su actividad
estudio—
productiva, que las mantiene en el atraso, en la mi
miseria.
seria. El llatifundio
atifundio feudal y semifeudal
sostiene en la agricultura formas primitivas de trabajo, sin tecnicación, ni mecanización
meca nización
y bajísimos rendimientos (Morote 1969: 90).
[...] partiendo de la comprensión de las tareas de los cientícos sociales ante la sociedad la
orientación inevitable del análisis debe centrarse en el modo de producción, relaciones de
producción y fuerzas productivas, en la lucha de clases que se da entre las clases sociales
de la zona. Desarrollar este análisis signica observar la situación de predominio del
latifundio y la servidumbre, en el campo, del proceso
proce so de introducción del capitalismo en
la agricultura, del estado de las clases y el carácter de sus contradicciones […] (Morote
1969: 6)
Recayendo sobre esta pobre producción la voracidad del latifundista, las inmensas masas
[campesinas] de nuestra patria son desnutridas, miserablemente alimentadas y fácil pasto
de las enfermedades, masas carentes de vestidos necesarios, sin viviendas adecuadas,
adecuada s, visten
harapos y habitan chozas, faltos de los más elementales servicios de sanidad y hundidos
en profunda ignorancia; el analfabetismo y las supersticiones más burdas adormecen sus
cerebros, aumentando la opresión (Morote 1969: 9)
27
Incluso autores como Hobsbawm (1968 [1959]) y Quijano (1965), que se reivindicaban como mar-
xistas, asumían que la conciencia del campesinado organizado era prepolítica. Un balance sobre
estas discusiones puede verse en Remy (1990).
El internacionalismo [proletario]
[proletario ] debe luchar contra el nacionalismo mágico-quejumbroso,
mágico-que jumbroso,
cuyos troncos folklorizados los hemos tenido y los tenemos en el nacionalismo chauvi-
nista, cuyo promotor era nada menos que aquel escritor quien se regocijaba al declararse
dec lararse
“apolítico puro” pero que en plena época de la Segunda Guerra Mundial se ufanaba de su
bigotito hitleriano. Su nombre: José MarMaría
ía Arguedas, aplicado discípulo y animador en
el Perú de la antropología norteamericana. El contenido de los argumentos arguedianos
nos da ade
incapaz entender que ely“indio”
falta alguna; (sic)
que, por es el único
lo tanto, ser dispuesto
deberíamos aislarloaytodas las virtudes,
cuidarlo pero
para evitar su
indolia zorra inequívoca.
contaminación. He aquí la indolia zorra inequívoca. (Subrayado en el original) 28
28
Artículo rmado ‘J.C.F.’. El Diario,
‘J.C.F.’. El Diario, 9 de junio de 1988: 12. Citado en Degregori (1990a: 206).
29
Al respecto se generó una polémica en las revista Allpanchis a
revista Allpanchis a propósito de un artículo de Orin
Starn (1992). Salvo una mención de Juan Ansión, Starn y sus críticos (Deborah Poole, Gerardo
Rénique, Linda Seligmann, Mark Thurner, Frank Salomon) no hacen referencia a la producción
antropológicaa de la UNSCH.
antropológic
6. CRISIS ESTRUCTURAL Y CULTURA NACIONAL
NACIONAL: LO ANDINO COMO EJE NODAL
NODAL, 1980-199031
30
El historiador Frederick Cooper (2004) menciona igual proceso para el África posindependiente.
posindependiente.
31
Hago alusión explícita al provocador artículo de Roberto Miró Quesada (1988).
andinaQuizá el mayor
escrita avance enpor
esencialmente la investigadores
compresión de anglosajones.
los Andes provino
32 delalapregunta
Tras historia social
¿cuál
es el signicado especíco de la cultura y tradición andina? estos historiadores buscaron
distanciarse de la práctica etnohistórica y etnográca anterior pues al carecer de una
adecuada dimensión diacrónica, con frecuencia alentaban imágenes de “continuidad
andina” como opuestas a las dinámicas abiertas por el mercado y la política global. En
la búsqueda de una perspectiva temporal pertinente, esta nueva historia social propuso
una radical reconceptualización de las poblaciones andinas, situando sus experiencias
en la intersección de la historia, la economía política y la cultura, recurriendo muchas
veces a conceptos y métodos antropológicos (Stern 1988, Thurner 1998).
El objetivo era cerrar las brechas entre etnohistoria y etnografía andinas reinser-
tando a los Andes en una dinámica histórica que tomara esta vez en cuenta las agencias,
prácticas e ideologías
historia social campesinas.
fue superando Al intentar
intentardeun“lo
el estereotipo mayor realismo
realismo
andino” comohistóric
histórico,
o, esta
un núcleo nueva
cultural
excluyente y estáticamente durable en medio de tumultuosos cambios políticos y
económicos. La agenda era más o menos clara: extender su historia más allá de 1532,
otorgándole a las colectividades andinas papeles activos que uctuaran entre la coo- coo -
This website stores peración
data suchyasla intransi
intransigente
gente rebelión (Salomon 1991). Esta renovación
renovación ocurrió tanto en
cookies to enable essential site
Bolivia (Brooke Larson, Thomas Abercrombie, Tristan
functionality, as well as marketing,
Tristan Platt, Olivia Harris) como en
personalization, andPerú (Karen
analytics. Spalding, Steven Stern, Florencia Mallon) y puede encontrarse, en resumi-
You
das cuentas,
may change your settings en tres publicaciones decisivas que marcaron el derrotero de los estudios
at any time
or accept the default settings. de aquella década (Stern 1990, Moreno y Salomon 1991, Harris et al. 1987).
andinistas
En el Perú, sin embargo, estos cambios asumieron una tonalidad nacional algo dis-
Privacy Policy
tinta al de sus colegas extranjeros. Historiadores y arqueólogos marxistas peruanos que
presidida por el escritor Mario Vargas Llosa. Esta comisión, nombrada en 1983 por el
presidente Fernando Belaúnde (1980-1985), tuvo como misión investigar la matanza
de ocho periodistas en la comunidad indígena de Uchuraccay en las zonas altas de
Huanta (Ayacucho). En dicho informe, donde participan como asesores destacados
antropólogos,34 se recae sin reparos en las esencializaciones más agrantes al construir
la imagen de los comuneros quechuas de Uchuraccay desde la alteridad radical, como
culturalmente “Otros”.
El Informe causó una fuerte polémica ya que encontraba responsabilidad directa
en los campesinos como autores de la masacre. El asunto crucial fue el argumento
antropológico que sustentaba sus conclusiones: los campesinos cometieron estos
actos debido a su postergación y subordinación cultural, al estar atrapados en las
enormes distancias materiales y emocionales que los separan del “Perú ocial”. Con
estas premisas, el Informe ponía en evidencia los límites del “paradigma andinista”
para comprender las prácticas políticas
po líticas y culturales de las poblaci
poblaciones
ones andinas, pues
no solo estaban insertas desde hacía mucho en circuitos económicos de intercambio
mercantil, sino además involucradas trágicamente en un cruento conicto armado que
ya entonces conmocionaba
conmoc ionaba a la serra
serranía
nía peruana (Vargas
(Vargas Llosa et al. 1983, Comisión
de la Verdad y Reconciliación 2003c, Mayer en este volumen).35
El segundo
This website stores data such as camino se dio en un carril paralelo al esencialismo culturalista del
cookies to enableInforme Uchuracay.
essential site Esta vez historiadores y antropólogos discutieron las posibles
functionality, asrutas
well as marketing,
que tomarían las poblaciones andinas al enfrentarse, de un lado, a un proceso de
personalization, and analytics. You
conictiva modernización de la sociedad rural, y de otro, a la profunda transformación
may change your settings at any time
cultural
or accept the default que se producía en el país por la decisión de millones de campesinos de migrar
settings.
a las ciudades a lo largo del siglo XX.
Esta discusión asumió dos vectores. La primera se centró en el estudio de las
Privacy Policy
mentalidades y en la “utopía andina”, cuyo argumento central ponía énfasis en la
Marketing relación de resistencia y oposición entre los Andes (la cultura andina) y Occidente
(modernidad capitalista), entendiendo ambos polos como grandes bloques homogé-
Personalization
neos y contrapuestos. Su principal expositor fue sin duda el destacado historiador
Analyticsmarxista, Alberto Flores-Galindo, quien junto a un selecto colectivo de investigadores
e intelectuales de izquierda, logró levantar la poderosa imagen histórica del Perú de
Save Accept All
34
Estos son Juan Ossio, Fernando Fuenzalida, Luis Millones y Ricardo Valderrama.
35
De este debate académico y político participaron el propio Vargas Llosa así como los asesores
antropólogos de la Comisión, Fernando Fuenzalida y Juan Ossio. También otros antropólogos, Ro-
drigo Montoya, Jaime Urrutia, Juan Ansión, Carlos Iván Degregori, plantearon discusiones desde
publicaciones de izquierda como
publicaciones El diario de Mar
como El Marka
ka y El Caballo Rojo.
y El Rojo. Una compilación de dichas
intervenciones
intervenciones se encuentra en Juan Cristóbal (2003).
los años ochenta, como una sociedad que vivía un enfrentamiento inevitable entre el
mundo andino y el mundo occidental.
Esta imagen se plasmó en especial en los últimos
últim os capítulos de su inuyente libro
36 y en el espléndido ensayo póstumo “La Tradición Autoritaria”
Buscando un Inca
(2001 [1986]). En sus páginas, Flores-Galindo desarrolla la noción de “utopía andina”,
entendida como un elemento fundante en la identidad nacional, cuya representación
de continuidad histórica puede aún observarse en el presente. 37 La propuesta tomó
como base la revaloración de la “cultura andina” concebida a manera de modelo de
desarrollo alternativo y desde la cual era posible encontrar un camino inédito en el
Perú: una invitación a pensar lo “andino” desde nuestro propio entorno. Pero este
rescate de la “tradición”, como sostendría en un polémico prólogo (Flores-Galindo
1989), no descansaba en alguna intención romántica, pasadista o neo-indigenista,
tampoco procuraba refugiarse en las cárceles de “larga duración” y mucho menos
buscaba huir del presente.
Por el contrario, en sus páginas nos ofrece una lectura muy particular del propio
siglo XX. Sostiene que al nalizar aquel siglo, el edicio rígido y excluyente de la
sociedad oligárquica sufre una grieta irreparable, cuyo desplome permite la consti-
tución de una tupida red de actores y organizaciones sociales que logra modicar la
conciencia social de los sectores populares:
This website stores data such as
cookies to enable essentialEl movimiento
site campesino primero, los movimientos obrero, estudiantil, de pobladores
de barriadas, después, resquebrajan el edicio aparentemente tan sólido de la dominación
functionality, as well as marketing,
oligárquica.
personalization, and analytics. You La actual República trata de utilizar lo que queda de sus cimientos y paredes
may change your settings pero es ya
at any una edicación tan antigua e inoperante, como el vetusto Palacio Legislativo
time
or accept the default settings.
de la Plaza Bolívar. (Flores-Galindo 2001 [1986]: 194)
Lo andino [...] ha dejado de ser sinónimo exclusivo de términos como indígena, sierra,
Privacy Policy medios rurales. Las migraciones han generado el fenómeno sin precedentes del descenso
masivo de los hombres andinos a la costa. Ha terminado ocurriendo el vaticinio de Luis
Marketing Valcárcel pero sin sus rasgos apocalípticos. Estos hombres reclaman respuestas nuevas”
Personalization (Flores-Galindo 1987a: 365-366)
Analytics
Save 36
Accept All ha tenido varias ediciones. Usaremos aquí la editada en 1987 por el Instituto de Apoyo
Este libro
Agrario.
37
Esta propuesta fue parte de un proyecto conjunto llevado a cabo
cabo con Manuel Burga y que buscaba
verse, Nacimiento de
reconstruir el desarrollo histórico de utopía(s) en los Andes. De Burga puede verse, Nacimiento
una utopía (1988)
utopía (1988) y su propia narración sobre la gestació
gestaciónn de este proyecto en el contexto de una
profunda
Manrique renovación
(1991) para historiográca
historiográca (Burga
lecturas críticas 2005).andina
de la utopía Asimismo,
como Saignes (1990),
propuesta Urbano (1991) y
historiográca.
A pesar de que [las capas populares] formaron nuevas instituciones, como los llamados
“comedores populares”, en su fragmentación y disgregación pueden ser la masa de ma-
niobra que requiere una nueva propuesta caudillista. (Flores-Galindo 2001 [1986]: 191)
38
Entre otros investigador
investigadoreses que siguen las líneas de esta discusión, aunque con matices y diferencias,
se encuentran Manuel Burga, Rodrigo Montoya, Nelson Manrique, Pablo Macera. Sobre el contex-
libro Buscando un Inca
to intelectual del libro Buscando Inca y sus propuestas véase, Rénique (1988).
No obstante, para comprender las coordenadas de estas lecturas hay que conside-
rar un hecho crucial de las ciencias sociales de las décadas de 1970 y 1980: una vez
cancelada la hacienda y el gamonalismo como formas de poder rural, las comunidades
campesinas vienen a ocupar un mayor protagonismo en sus intereses de investigación.
Buena parte de las ciencias sociales destinan entonces sus reexiones a resaltar sus
rasgos potenciales de solidaridad y cooperación para enfrentar creativamente un con-
junto de situaciones económicas y ecológicas
ecoló gicas adversas (Plaza y Francke 1981, Torre
y Burga 1986, Grillo et al.1988, Ansión 1994). Pasaron a constituirse en aquello que
denía lo rural como distinto del resto, la base de alternativas políticas
po líticas más adecuadas
a las necesidades y potencialidades de los campesinos (Monge 1994). Destaco este
punto porque me parece especialmente importante la referencia
referenci a de Flores-Galindo a
las comunidades campesinas, tema de reexiones antropológicas por décadas:
Después de una historia clandestina a lo largo del siglo XIX [las comunidades campesinas]
volvieron a emerger en la vida política del país cuando en 1924 Leguía les devolvió el
reconocimiento que se les había negado antes por la República [...] Hoy se calcula que
es la institución más importante en la sociedad civil peruana. Ha logrado persistir no
obstante el desarrollo del capitalismo y las migraciones.
migraciones. (Flores-Galindo 2001 [1986]:
182 —subrayado del autor)
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Notablemente
cookies to enable essential site reaparece en el debate de la década de 1980 temas que ya los antro-
pólogos,
functionality, as well como el propio José María Arguedas, habían superado, al menos en parte, dos
as marketing,
personalization, anddécadas atrás:
analytics. You esto es, los límites de oponer tradición
tradic ión a modernidad, comunidad cam-
may change your settings at any time
pesina
or accept the default a modernización, cultura andina a occidente. Pese a las advertencias del propio
settings.
Flores-Galindo de que su propuesta no busca enfrentar lo “andino” a la modernidad,
reconoce que su discusión intelectual y política puede facilitar el redescubrimiento
redescubri miento en
Privacy Policy nuestra propia historia de un nuevo tipo de modernidad,
m odernidad, de rostro andino, que sería la
que corresponde al Perú de los ochenta.
Marketing
Personalization En un país como el Perú se puede hacer algo más trascendente que abrir puertas y venta-
Analytics nas a la modernidad: someterla a una crítica, desde un espacio atrasado y marginal [los
Andes], que ha debido soportar los costos de la modernización y que tiene tras de sí otras
Save
tradiciones culturales. (Flores- Galindo 1989: 11)
Accept All
[En el Perú] el margen para el consenso resulta estrecho. Para comprobarlo se puede recu-
rrir, por ejemplo, a observar la distribución del espacio en Lima [...] No hay plaza pública,
paseo o parque en los que conuyan personas de cualquier extracción social y de diverso
diverso
origen étnico. En Lima predominan las exclusiones. Los burgueses buscan edicar otros
centros de la ciudad porque los pobres han invadido la “vieja Lima” [...] Lima ha sido,
desde Pizarro, la sede de la dominación: lo occidental y moderno imponiéndose sobre el
mundo andino.
andino. (Flores-Galindo 2001 [1986]: 189 —subrayado del autor)
Se corre el riesgo de que, al elogiar la modernidad, estemos haciendo una velada defensa
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del capitalismo. Por eso resulta imprescindible introducir en la discusión la perspectiva
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socialista. ¿El socialismo es la prolongación de la modernidad o, por el contrario, su
functionality, as well as marketing,
abolición? (Flores-Galindo 1989: 10)
personalization, and analytics. You
[...] otro
may change your settings desenlace
at any time podría avizorarse si a la mística milenarista [andina] se añade el socia-
or accept the default lismo moderno con su capacidad de organizar, producir programas estratégicos y moverse
settings.
en el corto plazo de la coyuntura política. En otras palabras, si la pasión se amalgama con
el marxismo y su capacidad de razonamiento”. (Flores-Galindo 1987a: 368)
Privacy Policy
la tradición cultural andina. Por cierto que eran conscientes que este empeño intelectual
no signicaba una completa novedad a la luz de los reiterados esfuerzos indigenistas
de sintieran
se representar al “indio”
herederos de auna
lo largo del siglo
tradición
XX. Pero sí es interesante constatar que
intelectual y de pensar el país desde la pers-
pectiva del campesinado indígena (Rénique 1988) que los conectaba ideológicamente
con el proyecto del socialismo indígena de José Carlos Mariátegui, con la etapa del
utopismo radical de Luis E. Valcárcel, como con las propuestas literarias —más que
las etnográcas— de José María Arguedas.40
La segunda tendencia tomó otro rumbo. En ella se sostiene, para decirlo de algún
modo, una visión más “optimista” de las posibilidades democráticas y culturales que se
abrían a propósito del proceso migratorio
migratori o del campo a la ciudad. Más que un cataclismo
apocalíptico, la modernización rural y el crecimiento de las ciudades hacen posible
desenvolver opciones hasta ese momento inexistentes para los sectores populares.
Permiten recongurar antiguas relaciones interétnicas asimétricas y constituyen un
camino hacia un
Expuesta ennuevo orden social
su mayoría, aunquemásnodemocrático,
únicamente,nacional y popular. ligados al
por antropólogos
Instituto de Estudios Peruanos (IEP),41 esta perspectiva se centró en las poblaciones
campesinas en su nueva condición de actores migrantes, quienes en su tránsito a la
ciudad se ven obligados a redenir sus identidades
iden tidades previas y desarrollar un encuentro
conictivo con la modernidad urbana capitalista.42 Si en la perspectiva anterior, Flores-
Galindo fue el principal representante intelectual, en esta otra, será el antropólogo
Carlos Iván Degregori quien sostendrá de forma más directa esta posición. No por
casualidad, ambos se enfrascarían en un debate político e intelectual —lamentable-
mente inconcluso tras la prematura muerte de Flores-Galindo— que trazaba en líneas
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functionality, as well as marketing,
personalization, and40 analytics. Youel
De hecho
hecho el m
mismo
ismo Flores-Gali
Flores-Galindo
ndo es
escribió
cribió un pun
punzante
zante ensayo sobre los faros
faros ideológicos de su
su
may change your settings at any
propia time
generación político-intelectual
político-intelectual (1987b), adem
además
ás de una inuyente biografía de José Carlos
or accept the default settings.
Mariátegui (1980), y dejó inconclusa una biografía de José María Arguedas (1992), de la cual solo
conocemos dos breves ensayos.
41
etnográcoss en el marco del proyecto Urbanización y clases
Los cuales desarrollaron trabajos etnográco
Privacy Policy populares en Lima Metropo
Metropolitana
litana,, auspiciado por la Fundación Ford. Los principales resultados
Degregori et al. (1986)
antropológicos fueron, Carlos Iván Degregori et al. (1986) y Jürgen Golte y Norma Adams (1987
Marketing —véase también
también Golte en este volum
volumen).
en). Igualmen
Igualmente
te acompañan a est
estas
as perspectivas,
perspectivas, José Matos
Personalization Mar (1984), Marisol de la Cadena (1988), y desde otras disciplinas y ubicaciones institucionales,
Carlos Franco (1985, 1991), Guillermo Nugent (1992), Alberto Adrianzén
Adrianzén (1990), Roberto Miró
Analytics Quesada (1988, 1989), entre otros.
42
Tema ya tratado en 1956 por José María Arguedas en su trabajo titulado Estudio etnográco de la
Save Accept
feria deAll
Huancayo (1957 [1956]), y en su novela El
Huancayo (1957 novela El zorro de arriba
arriba y el zorro
zorro de abajo (1971).
abajo (1971).
No hay pais mas diverso II.indb 123 04/05/2012 04:04:36 p.m.
A diferencia
andina” de las armaciones
ya no se reproduce de Flores-Galindo,
primordialmente para
en las zonas más Degregori
rurales la “cultura
e indígenas, más
bien se desplaza a Lima y las grandes ciudades donde viene ocurriendo un acelerado
proceso de “cholicación” y “mestizaje cultural”.44 Pero este tránsito cultural tiene un
costo a asumir. Degregori minimiza las consecuencias más negativas de esta transfor-
mación cultural, y elige resaltar las posibilidades reales de integración:
El nuevo sentido de pertenencia comienza por el hecho literal de volverse propietarios [...]
de un terreno y una vivienda; continúa por la pertenencia a un barrio, una comunidad en
la cual sé es o se puede “ser alguien”. Por otro lado, pertenencia de sí mismos, se aanzan
como personas: de waqchas solitarios o independientes pasan a tener familia, lote e hijos
que los trasciendan; ya antes habían conseguido trabajo. Finalmente, pertenencia
pertenenc ia de alguna
manera también, a la capital. Ese reconocimiento como parte de un colectivo que se dene
en lucha contra un medio adverso, pero fundamentalmente en contra posición al Estado,
es el que permite el surgimiento de una nueva identidad con múltiples vectores: vecinos,
pobladores, trabajadores, ciudadanos, peruanos. (Degregori et al. 1986:
al. 1986: 111).
En otras palabras, para la solución del problema nacional no basta alcanzar una identidad
cultural “chola”. Es necesario, además, el desarrollo de un bloque nacional-popular que
transforme revolucionariamente el Estado, de modo que la sociedad se reconozca plena-
mente en él. (Degregori 1986: 55)
libros, polémicas
cookies to enable essential site e intervenciones públicas, es que las poblaciones campesinas cuando
functionality, as welldeciden
as marketing,
migrar a las ciudades, rompen con el pasado estamental y abren un nuevo
personalization, and analytics. You
horizonte histórico cuyos resultados puede avizorarse en un nuevo orden político
may change your settings at any time
or accept the default settings.
47
El propio Flores-Galin
Flores-Galindo
do criticaría así: “Lo andino, de ayer y hoy, está en debate. Curiosamente
Privacy Policy la formulación más sugerente en contra de este punto: lo andino proviene de un intelectual de
izquierda. Carlos Iván Degregori ha planteado que en la cultura popular peruana, a partir de los
Marketing años 50, se habría producido una especie de revolución mental: el mundo tradicional sustituido
sustituido por
Personalization el nacimiento de una modernidad popular. Se reere así a que ‘el viejo mito de Inkarri va siendo
reemplazado de manera creciente por otro: el mito del progreso’” (Flores-Galindo 1989: 13).
Analytics
más democrático. Elabora una propuesta en la cual las migraciones han permitido el
tránsito de una identidad étnica a una identidad nacional, y las ciudades, en especial
Lima, se convierten en un complejo crisol de democratización social.
socia l. La construcción
de las barriadas, constituyen entonces “el momento más ‘rousseauniano’ de nuestra
historia” (Degregori et al. 1986: 293), pues se establece un nuevo “contrato social”
a partir del cual se constituye una voluntad democrática general. En este contexto lo
“andino” —como sostendría en un texto aún inédito— 48 adquiere otro sentido:
Analytics
de relaciones interétnicas que se fue forjando a lo largo del siglo XX (Cadena 1990)
y de ensayar respuestas a una pregunta crucial: ¿cómo conciliar cultura andina con
modernización capitalista?49
Pese
ligados a que ambas posiciones
a universidades fueron
e instituciones de expuestas por en
investigación antropólogos e historiadores
cien cias sociales,
ciencias lo cierto
es que su inuencia se dejó sentir también en el debate público de izquierda de aquellos
años. Ello se debió a que la mayoría de sus protagonistas fueron intelectuales cercanos
al ala radical o socialdemócrata
socialdemócrata de Izquierda Unida ( IU) (Gonzales 1999). Sin embargo,
pese a las diferencias políticas y las ácidas polémicas en que se enfrascaron, ambas
vertientes vieron limitados su impacto intelectual
in telectual y político en el mediano plazo pues
sus intervenciones terminaron envueltas en la derrota cuando la propia Izquierda Uni-
da entra en una lenta agonía que la lleva a su autodisolución en 1989. Pero también
porque a nes de esa década las ciencias
ciencia s sociales ingresan en una profunda crisis de
paradigmas, pierden la fuerza
fue rza interpretativa de décadas anteriores y se debilita
debili ta hasta
casi extinguirse su inuencia en la construcción de discursos e imágenes del país.
Desde entonces
agota sus —escribiría
posibilidades años después
de intervención Degregori
pública, pierde (1995)—
referentesesta intelectualidad
sociales y políticos
y queda atrapada en medio de la debacle económica de nes de la década de 1980.
Desde entonces toda discusión sobre lo “andino” desaparece de la esfera pública,
pierde peso político y se repliega al ámbito estrictamente académico.
académic o.
7. CONCLUSIONES: PUNTOS PENDIENTES
[...] algunos antropólogos se han vuelto más y más conscientes del carácter histórico de
su disciplina. No solo los problemas y los datos de la antropología vuelven a ser vistos
como esencialmente históricos, después de medio siglo de puntos de vista básicamente
sincrónicos, sino que la antropología misma se ve, cada vez más, como un fenómeno
histórico. Para entender la importancia actual de los planteamientos [antropológicos] y
también para encontrar puntos legítimos que le permitan salir de ellos, un número cre-
ciente de antropólogos se ha vuelto a la historia de la antropología.
antropología. (Stocking Jr. 1983)
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functionality, as well as marketing,
personalization, and49 analytics. You
La historiadora Cecilia Méndez (1993: 116), polemizando en el marco de esta discusión, anotaría:
may change your settings“No at any
deja time
de llamar la atención que un grupo de intelectuales se haya propuesto diferenciar lo andi-
or accept the default settings.
no (¿de lo ‘occidental’? ¿del resto de la sociedad? ¿de sí mismos?) en el preciso momento en que
lo que muestra la realidad es un incontenible proceso de fusión cultural, en el que la migración y
las comunicaciones juegan un rol preponderante; y en el que ‘los andinos’, entendidos como los
Privacy Policy pobladores de la sierra (otrora indios o campesinos), son cada vez, y por propia voluntad, menos
diferenciables de los ‘limeños’, o de quienquiera preciarse de su background occidental”.
Marketing
Personalization
Analytics
Marketing
Personalization
Analytics
No hay pais mas diverso II.indb 128 04/05/2012 04:04:37 p.m.
Save Accept All
2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 129
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sta es una historia verídica que nadie se la creyó cuando se hizo pública. Lo
que pasó allí —y lo que se dijo sobre lo que pasó allí— constituye un evento
emblemático para la nación peruana en los
l os años 80, en que se vivía una transición
hacia la violencia política. Es un análisis de cómo se habla durante tiempos difíciles
E
en los que reinan la confusión y la incomprensión. Se crean mitos,
m itos, se difunden medias
tintas, propaganda y apasionadas posiciones intransigentes. Son tiempos en los que
se acaloran las comunicaciones. Mi contribución sigue las enseñanzas de la escuela
de crítica cultural en la antropología de los años 90. Hago una desconstrucción de los
discursos de quién dice qué y porqué lo dice y cómo es mal entendido. Es un ensayo
sobre las pasiones que nos mueven, que cuando éstas se apoderan de uno, causan la
ceguera, el desconcierto y la furia.
1
Agradezco a la Facultad del Departamento de Antropologí
Antropologíaa de la Universidad de Yale por la opor-
tunidad
semestreque me brindó de
de primavera para escribir
1991. durante elmuy
Comentarios tiempo
útilesque estuve
fueron allí como
dados profesor
por Richard visitante
Burger, en el
William
Kelly, Patricia Mathews, Irene Silverblatt, Billie Jean Isbell, Deborah Poole, Clodoaldo Soto, Janet
Dixon Keller, Juan Ossio y Helaine Silverman. Peter Johnson, César Rodriguez y Nelly Gonzáles
(los bibliotecarios latinoamericanistas de las bibliotecas universitarias de Princeton, Yale e Illinois)
me ayudaron con material bibliográco. La versión castellana contó con la gran ayuda de Carlos
Iván Degregori, Iván Rivas Plata, Pablo Sendón y Pablo Sandoval.
Analytics los antropólogos postmodernos habían fundado bajo la dirección de George Marcus. Ese
artículo fue una réplica a otro escrito por Orin
O rin Starn2 (1991, 1992a,) que se preguntaba
Save cómo era posible
Accept All que los antropólogos que trabajan en los Andes del Perú no habían
sido capaces de darse cuenta del fenómeno senderista y del descontento que alimentaba
esa subversión. Mi contribución fue matizar el contexto en el que nosotros trabajamos
tra bajamos
especicando los temas y puntos que nos motivaban, discrepando con la posición de
Starn. Usé el caso de Uchuraccay para ilustrar mis puntos de divergencia con él.
Por muchas razones yo mismo retiré varias veces mi texto traducido al español
listo paraSin
décadas. ser embargo
publicadomis
poramigos
el Instituto de no
del IEP Estudios Peruanos
han cesado duranteque
de pedirme las lo
últimas dos
publique,
2
El artículo “Missing the Revolution: Anthropolog
Anthropologists
ists and the War in Peru” arma que el romanti-
romanti-
cismo esencializante hacia los Indios de los Andes que afectaba la antropología norteamericana de
esos años es similar al “Orientalismo” de Edward Said (1979). Ese romanticismo habría impedido
a los antropólogos detectar la incursión guerrillera en el campo. Para hacer tal apreciación, Starn
se restringió a un grupo muy selecto de antropólogos dejando de lado un gran abanico de colegas
de otras disciplinas anes y de otros países. Otras airadas réplicas a Starn, que incluye la traduc -
peruana Alpanchis (Starn
ción del articulo, se encuentran en la revista peruana Alpanchis (Starn 1992b). En 1994 Current
Anthropology dio
Anthropology dio una segunda oportunidad a Starn de reiterar sus divergencias e incluye otra ronda
de comentarios por colegas (Starn 1994). William Roseberry (1995) puso en contexto histórico
el desarrollo de la disciplina con más largo aliento en reacción a la comprimida visión de que la
línea divisoria es entre la vieja y la nueva generación post Guerra de Viet Nam que Starn quería
revindicar. Starn publicó su monografía sobre las rondas campesinas en Cajamarca en 1999 donde
vuelve a tocar el tema aseverando que había exagerado en algunas armaciones, mas en el fondo, su
argumento mantenía un grado de validez, con lo cual también concuerdo parcialmente (Starn 1999).
Orin Starn y su compañera Robin Kirk contribuyeron mucho al esclarecimiento de los trasfondos
que alimentaban las corrientes de la violencia política en América Latina, pero actualmente ambos
se dedican a otros temas.
y ahora, después de una revisada autocrítica, acepté. Con el tiempo que ha pasado,
aparece aquí ya mas distanciado del debate con Starn. Aun así, esta no es una historia
de lo que ocurrió en Uchuraccay porque los historiadores Ponciano del Pino (2003a,
2003b, 2012) y Cecilia Méndez (2002, 2005) se han dedicado a ello. Tampoco es un
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análisis such as Sendero Luminoso o sus causas y efectos. El texto no ha sido actualiza-
ac tualiza-
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do, pero si en algunos casos se agregaron nuevas referencias bibliográcas
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bibliográc as de citas en
personalization,inglés que posteriormente
and analytics. You se tradujeron, o artículos que se republicaron para facilitar
may change your susettings
consulta.
consulta. Es time
at any más bien un ajuste de cuentas de nuestro quehacer antropológico en
tiempos
or accept the default difíciles, y cómo a cada uno de los intelectuales de mi generación
settings. genera ción nos tocó la
tarea de encarar el tema de la violencia, tema para el cual estábamos mal preparados.
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Al releer el artículo me doy cuenta que éste no ha perdido vigencia ni vigor.
Por eso he decidido mantener el tiempo presente en el que fue originalmente escri-
Marketing to. La manera de escribir antropología en el “presente etnográco”
etno gráco” es una táctica que
sirve para referirse a los eventos observados y relacionados
Personalization relacion ados a otras observaciones del
mismo momento aún cuando a la hora de ser publicadas ya pertenezcan al pasado. Lo
Analytics
dejo así para ilustrar la importancia del contexto
contex to en el que practiqué mi antropología.
Save
También ha de servir para comprender que los análisis de la cultura de una sociedad
Accept All
solo existen en momentos históricamente constituidos —un aspecto que es importante
para los post modernos. Mi tratamiento de los elementos de la discusión son pues un
retrato de varios debates candentes y furiosos en torno a esa matanza malhadada que
fue como un presagio de lo que iba a venir después. Carlos Iván Degregori (2000: (200 0: 47)
piensa que tanto para la antropología marxista como para la esencializada antropología
estructuralista andina, este evento marcó un momento de crisis cuando no pudo en-
frentar la violencia política de la década de los 80. Invito al lector comprobar esta idea.
Este ensayo es también un encuentro comprometido con los escritos literarios
y políticos de nuestro insigne Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y el
papel que a él le tocó jugar. Me parecía en esos tiempos, y me sigue pareciendo hoy,
que el escritor de novelas
n ovelas Mario V Vargas
argas Llosa representa las angustias
ang ustias de la sociedad
peruana mejor en sus cciones que en sus escritos políticos, sus columnas periodís periodís--
ticas, discursos o campañas electorales. Y esto es especialmente cierto de su Informe
de la Comisión Investigadora de los Sucesos de Uchuraccay (Vargas Llosa et al.
1983). Debo decir que admiré
admir é y sigo admirando la obr
obraa literaria de Vargas
Vargas Llosa, que
es fruto de un extraordinario talento y de su sentir desde las entrañas nuestra cultu-
ra y sociedad; pero que he discrepado con él en cuanto a posiciones políticas y los
análisis que él hace. Comento que la relación de Vargas Llosa con los antropólogos
peruanos es fructífera y de larga duración, y ella también ha inuido sobre los temas tema s
que el escritor toca y la manera en que los aborda. Puede también leerse este ensayo
como un intento de relacionar la práctica antropológica con la literatura, y tratar de
3
Los periodistas
periodistas asesinados fueron: Jorge Sedano del diario “La República”, Eduardo de la Piniella
y Pedro Sánchez del “Diario de Marka”, Willy Reto y Jorge Luis Mendívil del diario “El Observa-
dor”, Amador García de la revista “Oiga”; todos de medios de comunicación capitalinos, además
de los periodistas ayacuchanos Félix Galván y Octavio Infante.
4
Uso “terroristas”, “senderistas” y “Sendero Luminoso” como términos para referirme al partido po-
lítico Partido Comunista Peruano-Sendero Luminoso (PCP-SL). Sin embargo rehúso usar la denomi-
nación PCP-SL, como ellos quisieran ser designados. En un artículo crítico de los estudiosos de los
Estados Unidos del fenómeno senderista, Deborah Poole y Gerardo Rénique protestan contra el uso
de términos tales como “terroristas”, porque forman parte del distorsionante aparato intelectual con el
cual los “senderólogos” americanos han impedido nuestro entendimiento de éste y de otros fenóme-
nos políticos del Tercer Mundo. Tildar esos movimientos de “locos, terroristas, caudillos, barones de
la droga, líderes carismáticos o movimientos fundamentalistas” (Poole y Rénique 1991: 29) oscurece
más que clarica. Los autores continúan: “El PCP-SL es un partido político y debe ser tratado como
tal. No es un ‘movimiento’ ni un misterio, más bien es una organización con una racionalidad política
y militar especíca” (1991: 43). Reconozco las objeciones de Poole y Rénique. No se debe satanizar
ni misticar a los senderistas. Pero, al mismo tiempo, hay criterios mínimos que deben ser cumplidos
para ser recono
reconocidos
cidos como partid
partidoo polític
políticoo que
que eell PCP-SL elige no aceptar. No están registrados como
partidoo pol
partid político
ítico y reh
rehúsan
úsan ppartici
articipar
par co
conn las más m mínimas
ínimas reglas de la política
política electora
electoral.l. La situac
situación
ión
de partidos revolucionarios (en el sentido de Lenin) cuando entran a la clandestinidad es, por po r supues-
to, problemática cuando la legitimidad les es negada por los poderes ociales y sus miembros son
perseguidos
perseg uidos ppor
or razones
razones id
ideológi
eológicas;
cas; y tambi
también
én por ccrímen
rímenes
es cometidos
cometidos contra
contra las normas
normas legales
legales y
constitucionales que los miembros del partido niegan y recusan. En el caso del PCP-SL, son ellos los
que eligieron
decida emergerla clandestinidad y son ellos
de la clandestinidad los que
y busque declararon
alguna la “lucha
forma de armada”.con
reconciliación Hasta que el PCP-SL
la sociedad civil,
continuaré llamándoles “terroristas”, pues esa es el arma de su elección.
5
En todos los artículos de periódicos se le nombra como general Clemente Noel Moral. En su libro,
él rma como Roberto C. Noel Moral (Noel Moral 1989).
6
Algunos estudios han conrmado la manera como los pastores de las alturas han luchado para ga ga--
narse la independencia de la dominación de las comunidades de los valles, y por ello los iquichanos
tenían poca paciencia frente a los intentos de los senderistas (asociados a la gente de los valles) de
reestablecer el control sobre ellos. Véase Favre (1984).
El Informe continuó diciendo que los iquichanos son gente brava, orgullosos de
su independencia y por ello, despreciados por los agricultores del valle. Los iquicha-
nos siempre habían apoyado a los bandos equivocados: a los españoles durante las
rebeliones indígenas, a los realistas durante la Independencia. 7
En 1896 habían tomado la capital de la provincia de Huanta y habían linchado
al subprefecto, y más recientemente, habían expulsado a los agentes de la Reforma
Agraria. Una vez que los iquichanos habían declarado la guerra a los senderistas,
estaban en un estado de exaltación psicológica, pues temían un inminente ataque de
revancha por los guerrilleros: “Creen por su tradición, por su cultura, por las condi-
ciones
This website stores dataen queasviven, por las prácticas cotidianas de su existencia, que en esta lucha
such
poressential
cookies to enable la superv
supervivencia
siteivencia todo
to do vale y que se trata
tr ata de matar primero
p rimero o de m
morir”
orir” (Var
(Vargas
gas
functionality, as well as marketing,
Llosa et al.1983: 33).
personalization, and analytics. You
Vargas Llosa también propuso una serie de preguntas retóricas. ¿Es posible, se
may change your settings at any time
preguntó,
or accept the default que los comuneros puedan hacer los distingos morales, constitucionales,
settings.
jurídicos, entre el bien y el mal que implica el linchamiento o el proceso legal es-
tablecido? Es decir, ¿sabían ellos que estaban haciendo mal? Una de las respuestas
Privacy Policy fue dada por el experto en jurisprudencia, miembro de la Comisión, Dr. Fernando de
7
Originalmente reportado en Jorge Basadre, donde se establece el estereotipo de los iquichanos
como “...bárbaros residentes entre Huanta y La Mar, descendientes de los pokras, tribus de raza
chanca...” (Basadre 1947: 226). La historiadora Cecilia Méndez (2002) indica que el grupo étnico
iquichano es un invento de los intelectuales del siglo XIX.
con todo nuestro pasado prehispánico— que el Perú ocial ha desdeñado” (Vargas
Llosa et al. 1983: 36).
En suma, la Comisión concluyó que las matanzas eran resultado de un error que
surge de malentendidos culturales, de la tensión psicológica en el calor de una guerra
declarada contra su sociedad por los guerrilleros de Sendero Luminoso y provocada
por la anuencia de la Policía.
3. ¿E NCUBRIMIENTO O SIMPLIFICACIÓN?
NCUBRIMIENTO
Analytics
validez. Los comuneros de Uchuraccay dicen haber hecho juicios populares contra
personas a quienes
los periodistas; y losellos acusaron
acusados han de ser terroristas,
tenido oportunidadantes y después de
de defenderse de los
los cargos
sucesosque
de
Save Accept All
les hicieran. En cambio, a los periodistas se les trató de manera diferente.
Sin embargo, el argumento de autodefensa (“... que en esta lucha por la supervi-
vencia todo vale...”) ya mencionado tiene mayor validez. Las comunidades indígenas
se deenden colectivamente de ataques externos. Hay casos de batallas entre comuni-
comuni -
dades rivales motivadas por disputas sobre la demarcación
dem arcación de linderos y a veces corre
sangre.10 Estas acciones de violencia se basan en la toma de decisiones colectivas, la
8
Véase Pásara (1983, 1984), cuyo estudio de los Jueces de Paz no letrados letrados y su relación
relación con las
Cortes Superiores así como la aplicación de los códigos legales es importante.
9
Como lo anotan Ossio y Fuenzalida (1983: 73) en su contribución al Informe de la Comisión.
10
En al gunas áreas de los Andes, estos encuentros forman parte de la vida ritual. Los tinkuys
algunas tinkuys se
se conside-
ran exitosos si hay heridos y corre sangre (Platt 1980, Poole 1984). Véase también Remy (1991), quien
critica el excesivo sensacionalismo y la “esencializaci
“esencialización”
ón” antropológica al describir estas costumbres.
este “derecho” ha sido frecuentemente manipulado por grupos armados, promovido por
Personalization
terratenientes,
terratenient es, gangsters y caciques rurales para nes propios y para apuntalar sus bases
Analytics de poder de amedrentamiento. Los comuneros han justicado sus “rondas” en base a
la lucha contra el abigeato y también se han aprovechado del abigeato sistemático para
Save Accepta All
debilitar los hacendados, a sus enemigos y a comunidades rivales. La organización
11
Un caso notorio durante el régimen de Velasco. Como apareció publicado en los periódicos, los
comuneros de Huayanay (en el departamento
departamento de Huancavelica) habían matado colectivamente a un
abusivo ex mayordomo. Luego rmaron un documento que señalaba que habían tomado la justicia
por sus propias manos y entregaron el cuerpo a las autoridades
autoridades.. El drama de una historia en que
honestos comuneros terminan quitándole la vida a un abusivo mayordomo, quien dos veces había
comprado su libertad de la cárcel, convenció a la opinión pública y al Juez en absolver a los comu-
neros de su acto de justicia informal. Sin embargo, las investigaciones del Dr. de Trazegnies (1977,
1978) revelaron que la matanza tuvo lugar como parte de una larga pelea entre dos familias exten-
sas. Los que victimaron al mayordomo habían presionado a aquellos comuneros no comprometidos
con la matanza a rmar un acta que armaba que colectivamente la comunidad lo había matado por
abusos cometidos.
Analytics c. Omisiones
emismas.
incriminadora de las
Para ellos, la fuerzas policiales
coincidencia de uny incremento
militares, o de
de operaciones secretascontra
violencia comunera de las
los “terroristas” y el hecho que se haya establecido un nuevo comando militar en
Ayacucho con poderes especiales, era altamente indicativo de un cambio de tácticas
militares. A pesar de que la Comisión encuentra culpa en la Policía y sus métodos,
el lenguaje con el que lo hace tiende a suavizarla. Se citan factores mitigantes, como
por ejemplo, la falta
f alta de experiencia del cuerpo
cu erpo policial
p olicial en ese campo de acción, su
ineciencia y el desconocimiento de las costumbres de la gente. Otro ángulo nunca
fue explorado. Si hubiese habido mayor presencia policial en Uchuraccay el día que
llegaron los periodistas, su muerte podría quizá haber sido evitada.
Hay una paradoja en cómo la izquierda —a menudo víctima de persecución poli-
cial— está más dispuesta a asignar a las fuerzas policiales capacidades increíbles. Es
más probable que las fuerzas
más “subdesarrolladas” que lopoliciales eran enestán
que sus críticos esa época, y continúan
dispuestos a creer.hoy
Por siéndolo,
ejemplo,
Gorriti (1990: 80-93) cuenta que las fuerzas policiales de la Seguridad Nacional
habían informado correctamente a las autoridades de Lima sobre las actividades de
This website storesSendero
data suchLuminoso,
as pero nadie les dio importancia. Peor aún, los archivos despare-
cookies to enable essential site
cieron cuando el gobierno de Fernando Belaúnde asumió el poder. Las percepciones
functionality, as well as marketing,
personalization, anddeanalytics.
la ineciencia
You inicial del cuerpo policial habían llevado al gobierno de Belaúnde
a conar
may change your settings en time
at any las fuerzas militares, para que ellas se hicieran cargo de las actividades
or accept the defaultcontrainsurgentes,
settings. y éstas recién
recié n se estaban estableciendo
establec iendo en Ayacucho.
Ayacucho. Calicar a lasla s
tácticas antisubversivas de “subdesarrolladas” implica sin embargoemba rgo describir también
Privacy Policy
dentro de este cuadro de “subdesarrollo” la preferencia
prefere ncia que estos cuerpos organizados
tienen por el abuso, la tortura y el maltrato agresivo
agre sivo contra la población civil, a la que
Marketing 12
debe supuestamente
enseñanzas proteger.
de campañas Las tácticas antiterroristas
de contrainsurgencia de los
propiciadas por los militares incluyeny
Estados Unidos
Personalization
aplicadas en otros lugares de América Latina, que masivamente victiman y aterrori-
Analytics
zan a la población civil no comprometida. La persecución arbitraria es persecución
Save
arbitraria, sea ésta llevada a cabo en Perú, Guatemala, Salvador, Chile o Argentina.
Accept All
12
Véase Flores-Galin
Flores-Galindo
do (1988), en donde hay una denuncia espeluznante
espeluznant e sobre las prácticas cotidia-
nas de la policía peruana, aún antes de que el terrorismo provocara el contraterro
contraterrorismo.
rismo.
d. Incredulidad
Pero la mayor crítica al Informe se centró en la parte antropológica. Los críticos
exclamaron atónitos “¡Pero los comuneros no son así!”. En la imagen nacional de
algunos intelectuales, los comuneros no podían ser ni tan violentos,
violen tos, ni tan ignorantes,
ni tan ingenuos como los pinta el informe. Muy emblemático de este debate fue la
frase suelta del general Noel, que muy probablemente los comuneros de Uchuraccay
habían confundido las cámaras fotográcas de los periodistas con armas de fuego. Esta
declaración enfureció a los críticos y Vargas
Vargas Llosa intentó responderla
respond erla en su Informe.
Se pregunta el autor: “¿Están en condiciones los comuneros de Uchuraccay de iden-
ticar una cámara fotográca y saber para qué sirve? Algunos de ellos, por lo menos
sin ninguna duda...No es éste el primer caso de una sociedad en la que el primitivismo
y el arcaísmo culturales pueden coexistir con el uso de ciertos productos manufac-
turados modernos” (Vargas Llosa et al. 1983: 23). Meses después de la publicación
del Informe, los hechos demostraban claramente que los periodistas hablaron con los
comuneros. Dos de ellos hablaban quechua y eran conocidos en la región. Ciertamente
ellos podrían haber explicado su misión a los comuneros. Más acertadamente, en una
entrevista
This website stores posterior,
data such as Vargas Llosa especuló si las teorías de Mao o las de Mariátegui
cookies to enableeran comprensibles
essential site a los comuneros de Uchuraccay, y concluye que las exacciones de
functionality, aslos
wellsenderistas serían vistas como actos de “pura intromisión y prepotencia” (Vargas
as marketing,
personalization,Llosa
and analytics. You
1991a: 136).
may change your settings at any time
Millones (1983: 97) apuntaba que nosotros no conocíamos
or accept the default settings.
co nocíamos el discurso senderista
dirigido a los campesinos, ni cómo es que apelaban a sus simpatías. Suponer igno-
rancia campesina en cuanto a los debates ideológicos es también simplista. Pastores
Privacy Policy evangélicos predicaban su visión del mundo y su oposición contra doctrinas católicas y
Marketing comunistas. Había también reclutamiento activo por parte de federaciones campesinas
y trabajo político de los partidos en todo el departamento de Ayacucho.13
Personalization Tampoco podían aceptar
acepta r los críticos que los comuneros por sí solos fuesen capa
capaces
ces
Analyticsde realizar tan execrables mutilaciones, a pesar de las explicaciones antropológicas que
los expertos adjuntaron al Informe de la Comisión. Pero sí sabemos que los comuneros
Save han actuado
Accept cruelmente
All contra extraños. Por ejemplo, a los antropólogos
antropó logos canadiense y
peruano Lionel Vallée y Salvador Palomino (1973: 12-13), los comuneros de Manchiri
en la región de Ayacucho
Ayacucho en los años 1960 los amarraron y los tuvieron presos en una
13
El testimonio de la maestra de Uchuraccay demuestra que últimamente la comunidad había estado
sujeta a intensos esfuerzos de prédica evangelista (Ossio y Fuenzalida 1983: 63). Otra descripción
de un encuentro con predicadores evangelistas entre los Iquicha se halla en Salcedo (1984: 145).
Degregori (1990), Skar (1997 [1982]), Berg (1987), y Quintanilla (1982) describen actividades de
proselitismo
proselitismo polític
políticoo en las zo
zonas
nas rurales de A
Ayacucho
yacucho y Apurímac.
habitación toda la noche. Ellos se salvaron ya que Palomino, quien hablaba quechua,
escuchó los debates entre los comuneros de cómo es que los iban a matar, y al entender
qué es lo que se decía, gritó a sus captores que él entendía todo. Esto hizo vacilar a los
comuneros, dándoles a los antropólogos la oportunidad de escapar.
Palomi no fueron percibidos como pishtacos por los comuneros, guras
Vallée y Palomino
muy temidas, quienes en la creencia local
lo cal son gente blanca que capturan a los indíge-
nas y los decapitan para obtener grasa humana
hum ana para la fundición de buenas campanas,
para la venta en el extranjero donde se la necesita para hacer func funcionar
ionar maq
maquinaria
uinaria
muy compleja (naves espaciales, por ejemplo), o para pagar la deuda externa (Ansión
y Sifuentes 1989: 61-105). Tan difundida es esta creencia que ha motivado crímenes
verdaderos. En 1969, dos jóvenes fueron capturados por la policía cuando trataban de
vender botellas de grasa humana a un comerciante yugoeslavo de Tarma. Los jóvenes
confesaron y mostraron a la policía los cuerpos desmembrados de varias pastoras a
quienes habían asaltado en la puna, motivados por la creencia que esta actividad cri-
minal era una actividad lucrativa.
El miedo a los pishtacos se ha incrementado desde que reina la violencia política
en la sierra. En 1987 en un pueblo joven de Ayacucho, formado por refugiados de
la guerra, un pobre comerciante huancaíno fue muerto a pedradas por una turba de
vecinos enfurecidos que estaban convencidos que él era un pishtaco (Degregori 1989:
This website stores data such as
109-114).
cookies to enable essential siteEn el imaginario popular los pishtacos son la quintaesencia del afuerino.
functionality, as wellPoseen tecnología avanzada con la cual pueden perpetrar sus crímenes, cuyo propósito
as marketing,
personalization, andesanalytics.
convertir la grasa de los indios en ganancias monetarias. Son pues una expresión
You
may change your settings at any time
mitologizada muy coherente de percepciones de violencia perpetrada contra ellos, y
or accept the default settings.
contra la cual la única defensa es la furia colectiva para extirparlos (W
(Weismantel
eismantel 2001).
Quizás para los comuneros de Uchuraccay los periodistas podrían no solo haber
Privacy Policy sido representantes de la Policía, del Ejército, o de los guerrilleros, sino también pishta-
cos. Esta explicación alternativa, conocida por los antropólogos de la Comisión (Ossio
Marketing
y Fuenzalida 1983: 70) fue tan solo vagamente aludida en el Informe. El problema
Personalization
era que si se privilegiaba esta explicación, los críticos la hubiesen ridiculizado, y para
Analytics quienes los comuneros de Uchuraccay ya aparecían como salvajes, tal explicación los
hubiese condenado aún más. Los autores del Informe, y sobre todo sus críticos, son
Save ingenuos
Acceptcuando
All calican con virtudes morales y de “humildad” solo a un segmento
de la sociedad peruana, o peor aún, maniqueos, si acusan a solo un segmento de la
sociedad peruana, dividida como ésta por abismos étnicos, de ser los únicos capaces
de cometer actos de violencia racional o irracional. 14
14
El
de revés de este
masacre debatealtambién
irracional sofocaresinsurgencias.
maniqueo: presume
Durante que
todasolo las fuerzas
la década de laarmadas cometen
violencia se creíaactos
que
el número de víctimas causadas por las fuerzas armadas era mayor que las perpetradas por Sendero
Luminoso (Amnesty International 1985,1989). El Informe de la Comisión de la Verdad y Reconci-
liación (Perú: Comisión de la Verdad y Reconciliación 2004 Anexo 2: 17) desmintió eso mostrando
que cuando Sendero entró en repliegue, los senderistas fueron muy crueles con la población y el
número de muertos muy alto.
encarguen del problema, a pesar de las críticas que sus métodos han provocado repe-
tidamente.
veces, peroEl Estado
poco es lotambién ha debatido
que se puede contar la incidencia
como de la violencia
signicativo en cuantoinnumerables
a legislación,
actos de reforma, o inclusive en el campo de la política, que responda racionalmente
a este tipo de levantamiento armado. 15
Aún mayor incredulidad produjo entre los críticos del Informe, la unanimidad
con la que los comuneros admitieron los hechos. Que los comuneros nunca variaran
y que todos se ajustaran a la única versión era, para muchos, demostración de que a
ellos los habían intimidado con amenazas. De allí, se razonó, que los comuneros debían
estar encubriendo a otros, quienes habían cometido los crímenes. Lo que la oposición
al gobierno de Belaúnde quería con más fervor, era una confesión de que había sido
la policía o el ejército quienes habían perpetrado las matanzas. Los comuneros han
tenido muchas oportunidades para recontar su versión,
vers ión, y tal recticación hubiese sido
recibida
Otracon júbilo en—que
posibilidad muchos sectores
fueron de la sociedad.
los terroristas Pero nunca
de Sendero lo hicieron.
Luminoso los que obli-
garon a los comuneros a matar a los periodistas, o que ellos estaban materialmente
comprometidos— no ha sido explorada con cuidado. Esta posibilidad no es considerada
feaciente. Sendero Luminoso quería toda la publicidad posible para sus actos y matar
a aquellos que mejor se la proveerían parece ridículo. Más aún, entre los periodistas
estaban representados periódicos que, por lo menos a los comienzos, tenían opiniones
menos negativas contra Sendero Luminoso. En retrospectiva, una acción como esa,
This website storesya nosuch
data parece
as ser tan inverosímil, dado lo que ahora sabemos de ellos, como es que
utilizansite
cookies to enable essential los asesinatos, las bombas y matanzas para producir shocks psicológicos. Si
functionality, as welleso
as marketing,
era lo que buscaban, ciertamente lograron sus objetivos. 16
personalization, and analytics. You
may change your settings at any time
or accept the default settings.
En 1989 la Comisión Especial del Senado sobre las causas de la Violencia y Alternativas de Pa-
15
Privacy Policy cicación en el Perú, dedicó tres capítulos al estudio de la “violencia estructural” en la sociedad
Peruana (Comisión Especial del Senado 1989). La Comisión tipica la violencia estructural como
Marketing histórica, acumulativa: “... el mismo orden, la legalidad y la organización del poder se convierte
en expresiones de una violencia estructural que se acumula, se reproduce y tiende a perpetuarse,
Personalization impulsando bajo circunstancias concretas a comportamientos de violencia activa en sus diversas
Analytics manifestaciones” (Comisión Especial del Senado 1990: 34). Dos tendencias generales se dan como
causas de violencia estructural. Una es su acumulación gradual dada por discontinuidades histó-
ricas, el desplazamiento de la gente, la desintegración, la marginalización, la incomunicación, el
Save Accept All
autoritarismo, el centralismo y la ausencia de un proyecto nacional. La segunda se encuentra en los
patrones generalizados
generalizados de rela
relaciones
ciones social
sociales
es entre persona
personass e incluye estatus
estatus asimétrico,
asimétrico, domina-
ción, racismo y dominación de género (Comisión Especial del Senado 1989: 120-130).
16
Véase Gorriti (1990 —en particular el capítulo 9) para una consideración
consideració n acerca de cómo el lideraz-
go senderista enseña y adoctrina a sus militantes en sacarle el provecho máximo a los asesinatos.
4. LA AUTORIDAD ANTROPOLÓGICA
En su novela El Hablador (1987)
(1987) el autor/personaje ccionalizado de Mario Vargas
Llosa traza carreras divergentes entre él y Saúl Zuratas, su amigo desde los días de
universitarios en San Marcos. Zuratas escoge la carrera de antropólogo y quizás ter-
mina uniéndose a los Machiguengas en la selva peruana. Vargas Llosa llega a ser el
escritor, observador y comentarista político que conocemos.
En el transcurso de la novela, Vargas
Vargas Llosa (el personaje) y Zuratas
Z uratas sostienen un
debate sobre el papel que la antropología debe ejercer en la sociedad. En la novela,
Zuratas es el idealista
sola, y pierde el debateque argumenta
contra V
Vargas que a pero
argas Llosa, la sociedad Machigueng
Machiguenga
es éste último quien asiente
se le la
debe dejar
inmensa
tristeza de la pérdida de la identidad cultural de los Machiguenga y observa con agudeza
el producto de pacotilla que la integración a la vida nacional implica para ellos. Un
resumen de la posición de Vargas Llosa se halla también en un artículo publicado en
inglés en la revista Harpers (1990a) y en Oiga en el Perú (1990b). Y ésta no es la única
vez en la que aparecen antropólogos en las novelas de Vargas Llosa. Construida de
forma similar, en la Historia de Mayta (1984) el autor/personaje reconstruye la vida
de su compañero de colegio Alejandro Mayta, quien se volvió revolucionario. En la
novela, uno de los contactos tempranos de Mayta en esos fogososfogo sos días de la actividad
This website stores política
data suchsemiclandestina
as era un cientíco social, Moisés Barbi Leyva, a quien Vargas
Llosa entrevista
cookies to enable essential site años más tarde en las ocinas de una prestigiosa
prestig iosa institución de inves
inves--
functionality, as well as marketing,
personalization, andtigación
analytics. You para (re)construir la historia de Mayta.
social
Pero los
may change your settings at any time
antropólogos peruanos no son del todo como el ccionalizado Saúl Zura
Zura--
or accept the defaulttas. Desde los años 30, la antropología como nueva disciplina con respetables
settings. respetabl es creden-
ciales cientícas había legitimado autoridad al movimiento intelectual
intelect ual indigenista que
veía en la regeneración de los indios explotados un futuro para el país. Prominentes
Privacy Policy indigenistas habían sido antropólogos, tales como Julio C. Tello
Tello y Luis E. VValcárcel,
alcárcel,
Marketing quien había sido ministro de educación; el etnólogo, folclorista y novelista
novelist a José María
Arguedas, director del Instituto Nacional de Cultura;
C ultura; y el antropólogo Mario Vázquez,
Personalization
uno de los arquitectos de la Reforma Agraria de 1969. Los colegas pueden identicar
Analytics instantáneamente a Moisés Barbi Leyva como un prominente cientíco social de la
década de los 60 y 70 con una agenda integracionista.
Save Accept
Estos All
profesionales estaban en contra de la “preservación” de las culturas nativas.
Trabajaban arduamente para lograr nuevas maneras de integrar a los índígenas a la
No hay pais mas diverso II.indb 163 04/05/2012 04:04:41 p.m.
sociedad nacional y a revitalizar los patrones culturales andinos para hacerlos compati-
bles con un estado-nac
estado-nación
ión moderno. Todos se consideraban
consideraban progresist
progresistas
as y consideraban
que el la
como Estado era el mejor
más experta agente para
en asuntos lograrlo.
indígenas. ConLaelprofesión
profesió n está de
crecimiento también identicada
la izquierda en el
Perú, para aquellos más identicados con esas corrientes, el discurso antropológico
tendería a adquirir orientaciones más marxistas, mientras que las corrientes cultura-
listas y funcional-estructuralistas se comenzaron a asociar con posiciones políticas de
corte más conservador.
Estos elementos son parte importante del trasfondo intelectual del Perú y son
necesarios para entender el Informe de la Comisión, porque no es excepcional que en
un informe como el de Uchuraccay intervengan un prominente escritor y antropólogos,
y que se hayan utilizado tantos temas propios de la antropología. El resultado fue un
texto antropológico más que un informe que dé cuenta de los hechos. El historiador
Pablo Macera (1983) observó que como producto de una Comisión Investigdora, el
Informe
tampocotenía serias deciencias:
consignaba daba pocosdenombres
fechas, ni metodología de las personas
la investigación entrevistadas,
que pudieran ayudar a
comprender cuáles de los hechos o armaciones se podían comprobar
comp robar o descartar, etc.
La contribución antropológica le dio a la Comisión un aire de legitimidad en cuanto
a los asuntos indígenas. Y fue también a los expertos antropólogos a los que se acudió
para criticar el Informe. Así el antropólogo Rodrigo Montoya comentó amargamente
que era “... un respaldo a las tesis del gobierno”, señalando igualmente: “Para eso se
sirve de la antropología como elemento de análisis y decoración” (Montoya 1983: 7
y 1, respectivamente).
Montoya criticó el informe porque el trabajo antropológico no era serio. Luis
Lumbreras, ayacuchano, dijo que “Los comuneros de Uchuraccay no confunden a
los senderistas
This website stores data such as con demonios ni tienen miedo de que éstos les quiten un mito de la
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functionality, as cabeza.
wellgrave
un Laerror
gente
as marketing, tieneel problemas
desde de comida
punto de vista y deel linderos...
cientíco De modo
haber estudiado que ha sido
su pensamiento
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y no la realidad social en que viven” (Lumbreras 1983). Hasta los senderistas tienen
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sus antropólogos.
or accept the default settings. El segundo en la jerarquía de Sendero, Osman Morote (ahora en la
cárcel), era profesor de antropología en la Universidad de Huamanga, y numerosos
senderistas encarcelados en los primeros días, eran estudiantes de antropología.
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Lo que me interesa aquí es el discurso antropológico de este texto, ya que, des-
pués de todo, no siempre a la antropología se le concede tanta atención y es más raro
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aún que tenga el apoyo de tan prominente escritor. ¿Por qué es que este discurso fue
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rechazado por tantos, y considerado de mal gusto por muchos otros?
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Es al nivel
discurso emotivo, quecuando
antropológico es tanalude
problemático, al quefraccionada
a la naturaleza Vargas Llosade laapela mediante
nación el
peruana.
Cuando el lenguaje antropológico se ltra en un discurso político p olítico pernicioso, hay que
tener cuidado. Como se citó c itó antes, Vargas
Vargas Llosa apela al argumento de los “dos Perú”
citando como fuente impecable y respetada de la intelectualidad peruana al historiador
Jorge Basadre, quién en 1943 fue el primero que utilizó la frase “Perú profundo”. 18
Veremos que el uso que Vargas Llosa le da al concepto de Basadre es muy di-
ferente a la formulación original del historiador. Preocupado con los problemas de
la identidad nacional y la noción de peruanidad entre sus gentes, Basadre distingue
entre el Perú legal y el Perú
Pe rú profundo. Para él, la distinción entre
en tre los dos Perú es entre
el Estado (país legal) y la nación compuesta por su gente (país profundo). 19 Basadre
insiste que la historia del Perú no es solo la historia del Estado sino también la de la
nación. Continúa diciendo que las naciones existen aún cuando no exhiben unidad
de raza, territorio, lenguaje e intereses económicos entre sus habitantes. El proceso
histórico de forjar una nación es relativamente reciente en el caso del Perú, pero aún
así, está presente. Este proceso puede ser caracterizado, fechado y analizado no solo
con las ideas de sus mejores intelectuales sino sin o también en los movimientos populares
que surgieron con inmensas esperanzas de lograr transformaciones nacionales. Basa-
dre demuele la creencia popular que esta nación está compuesta por una mayoría de
indios. Cita los resultados del censo de 1940 que muestra una constante disminución
de indios en comparación con el censo anterior, y niega que hay un abismo cultural
que separe a los indios de los mestizos, o a los serranos de los costeños. Resalta el
mestizaje como el proceso cultural más importante y da una lista de peruanos ilustres
de ancestro indio, mestizo, europeo y asiático que han contribuido activamente al
proceso de forjar nación.
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posición de Basadre respecto a esta cuestión ha sido cuestionada (véase por
functionality, as wellejemplo Bourricaud 1989 [1967], Mörner 1985, Szeminski 1987). Pero es importante
as marketing,
personalization, andrecordar
analytics.que
Youestas ideas fueron formuladas durante
d urante la segunda Guerra Mundial, y que
formaban
may change your settings parte
at any timede su proyecto personal de proveer a través de sus estudios
es tudios históricos
or accept the default settings.
los instrumentos para forjar la nación, tal como él lo expresó fervientemente en uno de
Privacy Policy Vargas Llosa et al. (1983: 32), Vargas Llosa (1991a: 134). A pesar de ser popular, la frase de Ba-
18
sadre “Perú profundo” es difícil ubicarla en sus voluminosos escritos. La referencia más temprana
Marketing aparece en un ensayo titulado “1945” (reimpreso en Basadre 1978a: 489). Una discusión muy breve
Personalization aparece en el colofón de nueve páginas con el título Colofón sobre el país profundo en la edición de
su La multitud, la ciudad y el campo en la historia del Perú (1947).
1947 de su La Perú (1947).
Analytics 19 Basadre (1978a: 489) ssigue
igue al hhistoriador
istoriador y l
lósofo
ósofo francés Charles Pegúy al hacer
hacer esta distinción.
20
Esta insistencia continúa a pesar de las repetidas negaciones del supuesto aislamiento que hacen
Privacy Policy los miembros de la Comisión. Por ejemplo: “... Los campesinos de las alturas de Iquicha tuvieron,
hasta 1896 una intensa y consciente participación en la vida política regional y nacional. Su estan-
Marketing camiento, retraimiento y aislamiento no proceden del siglo XVI, sino que comienzan en el siglo XIX
y parecen asociados a la decadencia general de la vida económica y social andinas que acompañó a
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la centralización republicana...” (Ossio y Fuenzalida 1983: 49-50).
Analytics
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de vida
que mediante
borran la adopción
los últimos de formas
vestigios de un occidentales y/o socialistas;
socialist
pasado explotador. as; alvisión
En esta mismomarxista
tiempo
también todo lo que es tradicional, arcaico, no-capitalista, son aspectos de la cultura
andina, más que cualquier otro rasgo que tenga algún contenido o valoración positiva.21
El sentimiento de compasión debe provocar la responsabilidad de buscar cerrar
la brecha entre los dos Perú. Esto se logra —en estas visiones— a través de la inte-
gración, la modernización y la occidentalización. Aquellos que viven en el Perú pro-
fundo de Vargas
Vargas Llosa están condenados en última instancia a desaparecer en nombre
del progreso, quiéranlo o no: “El precio que deben pagar por esta integración es alto
—renunciar a su cultura, su lenguaje, sus creencias, sus tradiciones, sus costumbres y
adoptar la cultura de sus antiguos amos” (Vargas
(Vargas Llosa 1990b: 45). Y tanto la derecha
como la izquierda están de acuerdo que es necesario aplicar cierto grado de presión
o coerción
Huamán para imponer
22 piensan que laelbrecha
cambioseapuede
esta gente.
cerrarTanto Vargas
Vargas
con el Llosa
proceso de como el general
modernización,
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23
En William
de el mundoPrescott
anglosajón, ésta es unaDesde
(1955[1893]). tendencia muy antigua,
las guerras entre la bien
Reinareejada
Isabel I en los escritos
y Felipe II, lashistóricos
personas
de habla inglesa han sido muy prejuiciosas contra las cuestiones hispanas. ¿Qué mejor manera de
desacreditarr a los españoles hay al describir la brutal conquista y la explotación de los indios duran-
desacredita
te la colonia? Qué fácil es ver las continuidades de estas prácticas en el Perú contemporáneo. Qué
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such as debe ser poder documentar la supervivencia de las culturas indígenas casi intocadas por
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site
functionality, as well24as
marketing,
Una guía útil que le puede haber encaminado es Osterling y Martínez “Notes for a History of
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PeruvianYou
Social Anthropology” publicada en Current Anthropology (1983). Contiene además co-
may change your settingsmentarios
at any time
ilustrativos por antropólogos norteamericanos que han trabajado en el Perú. También en
or accept the default settings.
el Perú, el autoanálisis ha comenzado. Los volúmenes editados por Rodríguez Pastor (1985) y Luis
Soberón (1986) son nada más que la punta del iceberg, ni hablar del ahora absolutamente necesario
No hay país mas diverso (Degregori
diverso (Degregori 2000).
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No hay pais mas diverso II.indb 169 04/05/2012 04:04:42 p.m.
experiencias de los migrantes del pueblo de Chuschi a Lima. También omite mencio-
nar el subtítulo (“Dualismo y Reforma Agraria entre los indios Quechua de la Sierra
del Perú”) y varios capítulos que tratan sobre las invasiones de tierra, y lo
loss conictos
políticos con VVanguardia
anguardia Revolucionaria del libro
l ibro del Antropólogo noruego Harald
Skar (1997 [1982]). Starn solo cita a Skar cuando este último dice que escogió ese
pueblo para estudiar porque era “donde la cultura tradicional Quechua Quech ua parecía estar
más intacta todavía” (Starn: 1991: 69). Como estos ejemplos, el trabajo de Starn está
lleno de citas fuera de contexto y tiene la tendencia a distorsionar a los autores a quienes
cita, incluido al que escribe estas líneas.25
Starn también acusa a los antropólogos norteamericanos de retratar y representar
a la cultura Andina como estática. Aquí coincide con la crítica
c rítica que líneas arriba se hizo
contra la posición de Vargas Llosa sobre el arcaísmo. Pero en la vida real, y en las
culturas de verdad, las cosas sí cambian, algunas rápidamente, otras más lentamente,
y algunas muy lentamente, tal como lo ha propuesto
propu esto Braudel. Starn critica a Zuidema
y Quispe (1989 [1967]) porque estos autores hallan semejanzas entre los sueños de
una mujer quechua contemporánea y ciertos aspectos de la mitología Inca. Para mí,
esto es tan aceptable como lo es observar en las costumbres contemporáneas de los
norteamericanos decorar árboles de pino en la navidad y huevos en las pascuas: viejas
costumbres paganas pegadas a tradiciones antiguas judeo-cristianas que han venido
cambiando poco a poco, pero que mantienen su vigencia contemporánea. Aquellos
“gringos” que decoran sus árboles de navidad están relacionándose con las menta-
lités y hasta mythologiques de sus raíces culturales profundas; al mismo tiempo que
también pueden invertir
invert ir en W
Wall
all Street sin problemas.
pro blemas. Igual es con la cultura Andina.
Estoy de acuerdo con Starn que q ue el mundo de los Andes está hecho de grandes quiebres
y discontinuidades, pero estoy en desacuerdo con él cuando arma que no es válido
tratar de buscar junto con estas brechas, las continuidades y persistencias. Todo
Todo análisis
unilateral es sesgado. Y como lo demuestra el caso de Uchuraccay, no es tan fácil dejar
de lado el análisis de los patrones culturales andinos sin caer en error.
También es necesario contextualizar esta posición “romántica” de la que Starn
acusa a sus colegas con las condiciones políticas de los tiempos contemporáneos.
Dados los prejuicios antiandinos del argumento de los
lo s “dos Perú” (del cual la versión
de Vargas
Vargas Llosa no es más que una, en una larga secuencia entre las élites peruanas)
peruanas),,
nos parecía a nosotros, los que hacíamos trabajo de campo en los años 60 y 70, que
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Aunque la crítica que se me hace es poco importante, quisiera indicar que todas las prácticas des-
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critas en el libro de Alberti y Mayer (1974) se llevan a cabo actualmente, que son explicadas en
may change your settings at any
términos time
funcionales y en el contexto de situaciones contemporáneas, y que estos intercambios
or accept the default recíprocos
settings. son importantes y muy extendidos.
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No hay pais mas diverso II.indb 170 04/05/2012 04:04:42 p.m.
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26
Entre los estudios sobre el emergente movimiento político indianista en América Latina véase Bon-
l Batalla (1981), en Ecuador Whitten (1981, 2003), en Bolivia Albó (1987, 1991), en Guatemala
Arias
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(1990) y Smith (1990). En el Perú el movimiento Indio ha tenido poco éxito. Durante los años
de la guerra sucia, Salvador Palomino fue elegido su presidente y protestó porque los indios estaban
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como “sándwich” entre los senderistas y el ejército. Por decir eso, el general Noel lo acusó de ser
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uno de los que ayudan a la subversión (Noel 1989: 137).
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27
may change your settings Publicado inicialmente en el periódico senderista
at any time El Diario (J.C.F.
senderista El Diario (J.C.F. 1988).
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No hay pais mas diverso II.indb 171 04/05/2012 04:04:42 p.m.
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Krueger (1980), Lynch et al. (1990),
al. (1990), y Degregori (1990). La Historia de Mayta
(1990). La Mayta (Vargas
(Vargas Llosa 11984)
984)
y Conversación en la Catedral (Vargas
(Vargas Llosa 1969) tambi
también
én cubren el mismo terren
terreno.
o. La ironía con
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la que el autor caracteriza a los políticos de izquierda es una de las fuentes de diversión o rechazo
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entre lossite
lectores de Vargas Llosa. Cuando la Universidad de Piura fue capturada por el Opus Dei,Dei,
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se prohibió todo debate político. Vargas Llosa aplaudió esta reorganización.
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No hay pais mas diverso II.indb 172 04/05/2012 04:04:42 p.m.
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3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 175
Save Accept All
en una nación caótica. En una entrevista con un colegial de 17 años en Puno, éste
maniesta su desacuerdo con los senderistas, pero sin embargo, cree en la necesidad
de una revolución “completa” tanto en su colegio como
com o en el país. Se siente frustrado
por las huelgas, los días sin clases, el ausentismo de los profesores, el desorden en el
salón. Su solución: “Una cosa muy formal y ya no como ahora. Ya no puede permi-
Por ejemplo, una completa revolución en el Perú, como el gobierno de Cuba para par a la supe-
ración...Yoo digo que no tienen que haber estos ladrones, delincuentes... todos estos vicios
ración...Y
que hay... la droga... y al haber una completa revolución,
r evolución, no debe haber ter
terrorismo
rorismo nada....
Todas las fuerzas armadas deben estar en control... Por ejemplo en el departamento de
Puno diríamos que va haber una revolución: que vengan los guardias, toditos a controlar
casa por casa, no debe quedar ni uno. No tiene que andar nadie en la calle sin su licencia
de estar aptos para seguir estudiando y todos los que estén aptos para irse a la selva....
entre ricos y pobres no haiga esa diferencia y que todo sea igual: a los ricos ya se sabe
que se les van a quitar sus cosas, para que compartan todo. Y los ricos no tienen por qué
estar escogiendo comidas. Todos deben comer igual... haciendo su colita, para recibir un
mismo plato. Y toditos una misma ropa... (Portocarrero y Oliart 1989: 181-182)
b. Perú supercial
Supongamos que volvemos a sacudir los elementos que se colocan en estas dicotomías
para ver qué es lo que el caleidoscopio
caleidos copio de metáforas nos puede mostrar para obtener
una diferente lectura de la imagen de los dos Perú. Esta vez mezclemos lo andino y
lo occidental y olvidemos por un momento las valoraciones positivas o negativas.
Utilizando metáforas otra vez, supongamos que las cualidades que entran
entr an en lo que se
denomina
esta manera“profundo”
más “peso”.tienen más persistencia,
persist
Lo opuesto encia, mayor
de profundo permanencia
sería pues en ellos
“supercial”, tiempo, y de
elementos
que se colocarían en esta categoría, siendo más leves, “otarían” hacia la supercie. 29
29
Hasta el mismo Basadre se dio cuenta de las posibles permutaciones de su formulación original.
En Mentira y factibilidad
En Mentira f actibilidad del Perú
Perú hizo
hizo un llamado a que se creasen Asambleas Regionales a n
de elaborar un Plan Nacional que represente al Perú “profundo” y no al Perú “supercial” (Basadre
(Basadre
1978c: 563).
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Personalization 3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 177
Analytics
los elementos del Perú supercial. Como orquídeas que tienen raíces aéreas, es fácil
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extirparlos y sustituirlos por pasiones más profundas y por intereses económicos y
políticos de corta duración. Quimérica como sería esta formulación, por lo menos tiene
la ventaja de concordar con lo que Basadre propuso al distinguir las diferencias entre
el Perú profundo y el Perú legal.
No es necesario ir muy lejos para encontrar los límites entre el Perú supercial y
el legal. El Perú profundo se encuentra en todos
tod os los lugares, no solo en áreas remotas
como Uchuraccay. Está presente en Lima, como lo demuestra Hernando de Soto en
El otro sendero (1986, 1988), su estudio acerca de la manera como el sector informal
otro sendero
constantemente reta al Perú ocial/supercial, y que el autor haya escogido ese título
también es evidencia del clima
cli ma que se vivía en el país. Y si no fuese así, los senderistas
no podrían ni esconderse con tanta facilidad del país ocial, ni tampoco ponerlo en
jaque.
5. DECONSTRUYENDO EL CALEIDOSCOPIO
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178
Marketing ENRIQUE MAYER
Personalization
presta
Analytics atención a las vueltas que se le pueden dar al caleidoscopio, sino también a sus
transformaciones: “Las experiencias de los [de Chuschi] han sido tales que no ven el
Save mundoAccept
como algo
All externo y amenazante, y han redenido el término en conformidad
con sus experiencias… Su noción de espacio social sigue siendo concéntrica y dual,
pero la organización ha sido redispuesta” (Isbell 2005 [1978]: 224).
En este artículo también he utilizado la
l a metáfora del caleidoscopio a n de mos
mos--
trar cuántas
de que vueltas sesobre
el argumento puedelosdar
dossobre
Perúelesmismo
estéril.asunto,
Como para llegar a líneas
se demostró la conclusión
arriba,
prestar atención al argumento de los dos Perú crea tantas permutaciones posibles que
las categorías duales terminan sin validez. Aunque las metáforas sirven para escribir
bien, para dar un buen discur
discurso
so o para crear excelentes cciones,
ccio nes, en las ci
ciencias
encias so
so--
ciales son nocivas.
Si en algo sirve, se puede sugerir que otros fenómenos ópticos ayudan a analizar
el carácter emblemático de los sucesos que parten de Uchuraccay:
Uch uraccay: la polarización y la
condensación. Los eventos signicativos se comprimen de tal forma que al nal por
un proceso mental se crean versiones polarizadas y diametralmente opuestas. Y esto
implica que las personas pierdan la perspectiva. El Informe Vargas Vargas Llosa contribuyó
a que se interpreten los eventos en formas distorsionadas.
d istorsionadas. Los que estaban de acuerdo
con el Informe
dirigidos, enfatizaban
contrastándola lael
con valentía de losdecomuneros
salvajismo aunque
los senderistas. La lamentablemente
lamen
visióntablemente mal
de la oposición
buscó enfocar la atención en el salvajismo de las fuerzas armadas y policiales
polici ales contra
los civiles, y por implicancia dejó un resquicio para tildar las acciones de Sendero
como valentía (aunque también errada). El grado de inuencia mágica que ejerce esta
condensación puede verse cuando, incluso el presidente del país, Alan García Pérez, en
mayo de 1988, arenga
areng a en AAyacucho
yacucho a la juventud
juve ntud aprista al referirse
referirs e a los Senderistas
en los siguientes términos: “mística y entrega.... Esta es gente que merece nuestro
respeto y mi personal admiración
ad miración porque son, quiérase o no, militantes. ‘Fanáticos’ les
dicen. Yo
Yo creo que tienen mística y es parte de nuestra autocrítica, compañeros,
compañero s, saber
reconocer que quien, subordinado o no, se entrega a la muerte, entrega la vida, tiene
mística”. (Caretas 1988, 1013: 19 y 72). No había lugar para posiciones intermedias.
Por ejemplo,
subversión el general Noel
que necesariamente veía subversivos
implicaba comunistas
perseguir un número noporespecicado
todos lados,entre
una
los 10.000 egresados de la Universidad San Cristóbal de Humanga. Para él “...un
gran número está identicado con los postulados de la doctrina comunista y que son
ellos los elementos que al encontrarse atomizados a nivel nacional, regional, depar-
tamental y distrital en el territorio peruano, conforman las cúpulas dirigenciales de
la subversión...” (Noel 1989: 81). El general ve las acciones de la prensa de oposi-
ción como subversión. Para él, ellos son “...los autores intelectuales y materiales del
Marketing
envenenamiento
Personalization progresivo y la destrucción del país...” (Noel 1989: 21). “Fantasía
y odio” es lo que motiva a los periodistas cuando proponen hipótesis alternas sobre
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Uchuraccay, un odio motivado “...por los complejos que exhiben sus gestores contra
hombres e instituciones que solo aportan sacricio, dignidad y deseo ferviente por
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la estabilidad social, económica y política del país”. (Noel 1989: 101). Y es un odio
que él hace recíproco con gran facilidad. José María Salcedo, director de El Diario
también recuerda que: ...se había trazado una línea divisoria: el gobierno y la oposi-
ción. Manejar la hipótesis de la exclusiva responsabilidad de los campesinos era una
forma de exculpar al régimen. Cuestionarla, una manera de incriminarlo” (Salcedo
1984: 178). Hechos objetivos y testigos desaparecieron, la persona de Vargas Llosa,
el informe de la Comisión, las vidas
vi das de los comuneros de Uchura
Uchuraccay
ccay,, el dolor de las
madres y de los parientes de periodistas, de policías
policí as y de soldados muertos, todo esto
y mucho más, se utilizó como piezas en un sórdido juego por el poder.
Años después de los eventos de Uchuraccay el análisis sobre Sendero Luminoso
continúa plagado de problemas de polarización. Poole y Rénique critican severamen-
se veramen-
te los puntos de vista de los senderólogos en los Estados Unidos. Dicen los autores
que el uso de “ese modelo mecánico y universalizante omite cualquier ‘área gris’
entre los polos esencializados de violencia y democracia.... Democracia/legitimidad
y violencia/ ilegitimidad, terminan igualados absolutamente con las oposiciones de
centro-periferia, español-indio, urbano-rural. Según esta álgebra, mientras que el Perú
continúe dividido entre ‘indios’ y ‘españoles’, entre lo ‘tradicional’ y lo ‘moderno’, la
nación nunca llegará a conformarse en un ‘Estado legítimo’” (1991: 28. Traducción
del autor). A pesar de que los espejos del caleidoscopio se salpiquen con sangre ¿por
qué insistimos en continuar usándolo para seguir mirando?
6. FARSA JUDICIAL Y CRÍTICA POPULAR
Privacy Policy
judiciales y la prensa “soltaban” trozos de información (como las fotos “recientemente
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descubiertas” del reportero gráco Willy Reto) de acuerdo con conveniencias políticas
Personalization
más que en respuesta a órdenes judiciales.
Analytics Hacia nales de 1984 se inició el juicio formal contra tres comuneros de Uchu-
Uchu -
raccay —Dionisio Morales (presidente
(presid ente de la comunidad), Simeón Aucatoma y Mario
Save Accept
Ccasani— Allla presidencia del juez Hermenegildo Ventura Huayhua. El juicio se
bajo
demoraba muchos meses sin que se produzcan revelaciones
revelacione s signicativas. El general
Noel rehusó presentarse, y los testigos de los eventos de Uchuraccay habían sido ase-
sinados o desaparecieron del mapa. Nunca se supo quienes habían perpetrado estos
asesinatos. La opinión pública está dividida entre quienes asignan responsabilidad de
estas muertes a los militares para encubrir hechos que
q ue hubiesen preferido mantener en
secreto, o si estas muertes fueron perpetradas por represalia senderista.
send erista. Ninguna de estas
muertes fue seriamente investigada. Aquellos que creen que fueron los militares que
estaban comprometidos con los sucesos de los periodistas, también creen que fueron
los militares los responsables de la desaparición y muerte de los testigos. La violencia
terrorista y antiterrorista en el departamento de Ayacucho había llegado a niveles sin
precedentes, enterrando el caso de los periodistas muertos en una montaña de occisos.
Pero para preservar las formas democráticas el proceso judicial tenía que seguir.
Los únicos buenos ciudadanos que aceptaron comparecer ante la corte del juez
Ventura fueron los miembros de la Comisión, Mario Vargas Llosa y Mario Castro
Arenas. La confrontación entre Mario Vargas Llosa y el juez Hermenegildo Ventura
Huayhua tuvo lugar en noviembre de 1984. Vargas Llosa se presentó elegantemente
vestido en un traje beige. Frente a un enorme crucijo, Vargas Llosa estuvo parado
durante todas las horas de su inquisitorio frente al juez. Allí se le sometió a un seve-
ro, duro y muy agresivo interrogatorio por parte del juez y los vocales. Durante la
noche se le mantuvo incomunicado; un soldado armado fue apostado en la puerta de
su habitación del Hotel de Turistas. Muchas de las preguntas y armaciones del juez
fueron ofensivas e insultantes a la persona de Vargas Llosa (Caretas 1984a, 1985).
Abundaron las alusiones no muy sutiles de que el autor había lucrado con su versión
de los eventos publicada en la sección dominical del New YorkYork Times, de que había
usado sus dones de escritor para servir a las necesidades
n ecesidades del gobierno de Belaúnde de
encubrir los hechos, y que las acciones de la Comisión habían subvertido las capaci-
dades del Poder Judicial de llevar adelante un juicio imparcial. Uno de los scales le
preguntó a Vargas
Vargas Llosa “Cuando Usted se reere a la verdad absoluta, ¿se reere al
Perú occidental o al Perú oriental?”. Después de escuchar la respuesta
respues ta de V
Vargas
argas Llosa
le increpa: “Usted avala al Perú occidental...” (Caretas 1984b: 21-23).
La reacción de la prensa ante el tratamiento ofensivo de Vargas Llosa fue inme-
diata. La revista Caretas (1984b) sacó una durísima condena al juez V Ventura
entura Huayhua
Privacy Policy y su Corte. El pueblo, en cambio, celebró la manera cómo el juez Ventura Huayhua
le había bajado las ínfulas al aristocrático Vargas Llosa. En cantinas, en taxis, en los
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centros de trabajo y por todos lados la gente gozaba de cómo el juez se había apuntado
unos cuantos goles y desinado la compostura del elegante escritor. La popularidad
Personalization
dañar el prestigio
provincianos, del juez
fueron Ventura Huayhua.
Ventura
despechosos Escarbaron
de su aliación con en
lossus humildes
niveles bajosantecedentes
del partido
Aprista, cruelmente ridiculizaron sus ambiciones literarias y subrayaron todos los
errores gramaticales que encontraban al transcribir partes especialmente escogidas
del testimonio oral. Nada de eso, sin embargo, disminuyó la popularidad del juez.
Alegremente concedía entrevistas a periodistas izquierdistas e internacionales, re-
velando su veredicto antes de que concluyeran los procedimientos. Decía que sus
propias investigaciones muy pronto revelarían evidencia importante que modicaría
las posiciones de la Comisión. Nada de eso ocurrió. Más bien, algunos meses más
tarde se anuló el proceso, y el juez Ventura
Ventura Huayhua fue destituido del cas
caso,
o, y volvió
a sumergirse en la oscuridad de la vida provinciana
provincia na de la que con tanto esfuerzo había
tratado de sobreponerse.
En mayo
Ayacucho. de 1987Santa
El Hostal ent revisté
entrevisté
Rosa al
esjuez Ventura
Ventura
un hotel en el Hostal
de segundaHost al Santa
clase dondeRosa
tamde la ci
también
bién ciudad
seudad de
habían
alojado los periodistas asesinados, así como también representantes de las fuerzas de
seguridad, funcionarios del Estado, antropólogos,
antro pólogos, agentes viajeros y, se dice también,
senderistas. Es una casona vieja convertida en hotel con patios interiores y cuartos
adyacentes. El juez me recibió en sala principal del hostal. Esta habitación, con sus
mamparas de vidrio, sus paredes de yeso pintadas en color crema, pisos de madera
remojadas con kerosene, y con los sofás cubiertos
cubie rtos de plástico, era la misma en la cual
los periodistas habían planicado su viaje
viaj e a Huaychao. Nacido en 1930 en Acobamba,
Huancavelica, el Dr. Hermenegildo Ventura
Ventura Huayhua es sol soltero
tero y sufre de dolores
dolo res de
huesos, los que trata con dietas muy estrictas y remedios caseros recomendadas por
curanderas y curiosas locales.
30
El juez Ventura Huayhua había expuesto una debilidad de Vargas Llosa que sería explotada durante
la campaña política del autor en 1990. Esta debilidad le costó la presidencia (véase Degregori y
Grompone 1991). Durante la campaña electoral, las viudas y madres de los periodistas estuvieron
sentadas en primera la, invitados por el candidato Alberto Fujimori durante el debate televisado
entre los dos candidatos. Una de ellas, sin embargo, se declaró a favor de Vargas Llosa, lo que pro-
vocó que un periódico la acusara de ser “traidora de su clase” (Vargas Llosa 1993a: 580-1).
31
El general Noel también cree en esta historia (Noel 1989: 56, 62 y 92).
32
Juan Ossio, integrante de la Comisión VVarga
arga Llosa, circuló un petitorio que fue publicado como
comunicado pagado en un periódico limeño en el que se indicaba que era injusto juzgar a indivi-
duos por actos colectivos. También se hizo mención que muchos terroristas habían sido puestos en
libertad por el sistema judicial, y aquellos que habían sido sentenciados habían sido condenados a
períodos más cor
cortos
tos de prisión que los comuneros de Uchura
Uchuraccay
ccay (Ossio
(Ossio 1983a).
1983a). Cuando
Cuando murió
murió Si-
meón Aucatoma, Ossio publicó una nota periodística con el título “¿Es delito ser Indio en el Perú?”
Entre otras cosas dice: “En el contexto nacional la condición de indio de Simeón Aucatoma
Aucatoma lo ha
llevado, junto con sus compañeros, a convertirse en el chivo expiatorio de una sociedad que por no
querer asumir su realidad ha querido lavar su conciencia sancionando al más débil” (Ossio 1983b).
33
La obra de teatro de Lope de Vega se basa en un incidente histórico. En 1476, la gente de Fuen-
teovejuna, en España, mató al odiado Fernán Gómez de Guzmán, Comendador de la orden caba-
lleresca de Calatrava, su amo y señor. Fue asesinado por los villanos, según se alega, por el trato
brutal que él imponía en la comunidad. Cuando las autoridades reales se presentaron a investigar
el incidente, todos los villanos, aún bajo tortura, no dijeron nada más que “Fuenteovejuna lo hizo”.
Como resultado ya que no se pudo identicar al individuo culpable, nadie fue sometido a juicio
(Hall 1985:11). En el Perú se enseña Fuenteovejuna en los colegios.
34
Yo tuve la oportunidad de ver una copia de esa trascripción que está en manos del periodista Phillip
del Boston Globe.
Bennet del Boston Globe. Para que los lectores puedan entenderla mejor, los autores de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación citaron las partes en quechua de lo que dijeron los comuneros en
diálogo con Vargas Llosa. La verdad es que se trata de un documento muy hermético que no se deja
analizar ni citar con facilidad.
personalidad.
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líricos puedan ser sus intérpretes o mediadores.
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En cuanto a Sendero Luminoso, la única referencia
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refer encia a los eventos de Uchuraccay
que pude
or accept the default rastrear, fue una nota en un periódico que dijo que el 3 de junio de 1983,
settings.
miembros de Sendero Luminoso capturaron la estación de radio de Huanta y transmi-
tieron un mensaje. En él, rechazaban
rech azaban el Informe de Vargas
Vargas Llosa y apoyaban la tesis de
Privacy Policy que los responsables eran fuerzas paramilitares. El mensaje continuó
conti nuó asegurando que
MarketingSendero Luminoso se vengará de todos aquellos que habían perpetrado la muerte de
varios de sus militantes en Uchuraccay. “Las muertes de los mártires del periodismo
Personalization
no quedarán impunes, sino que los culpables
culpabl es caerán bajo la justicia popular” ( DESCO
AnalyticsResumen Semanal 1983: 7). El 3 de abril de 1983, huestes senderistas atacaron al
pueblo de Lucanamarca y asesinaron a 80 personas en la pplaza laza del pueblo. El 18 de
Save Julio deAccept
1983,All
Sendero Luminoso mató a ocho personas en Uchuraccay.
Aunque no dijo nada sobre Uchuraccay, Abimael Guzmán, el líder del Partido
Comunista Peruano SL, se expresó sobre los eventos de Lucanamarca en los siguientes
términos:
8. LA PREGUNTA DE ZAVALA
9. R OOPA
PA, CÁMARAS Y RELOJES
suponía en esos
terrible cita años podrían
de Nelson haber
Manrique quesido el número
muchos de víctimas
peruanos en 20.000,
pensaban en 1990terminé con la
que era mejor
“matarlos a todos para que podamos vivir en paz” (Manrique 1990: 37, 2002: 126).
Podría también haber agregado en ese epílogo que ese pesimismo inuyó a
Mario Vargas
Vargas Llosa, el novelista, a terminar su novela Historia de Mayta (1984) con
la descripción, en un futuro imaginado pero no muy lejano, del Perú invadido por
expediciones militares nanciadas por los Estados Unidos desde Ecuador y Bolivia
para derrocar a los insurgentes. También en esos años, después de perder las elecciones
para la presidencia fre frente
nte Alberto Fuijimori, Vargas Llosa publicó la novela Lituma
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data Andes
as (1993b) en la que la corrupción policial se mezcla con descripciones
de salvajes
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realizan rituales de sacricio humano y canibalismo ritual evocando otro
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Perú más profundo, más salvaje y más primitivo aún que sus interpretaciones sobre
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sucedido en Uchuraccay. Así era el ánimo de esos tiempos.
Las cosas cambiaron, Abimael Guzmán fue capturado vivo en 1992 en una opera-
ción detectivesca en vez de un mortal asalto militar
milita r evitando que se vuelva un mártir.
Privacy Policy Sendero Luminoso se desinó y el conicto armado rápidamente amainó. Hubo un
Marketing proceso muy turbio de “normalización”
“normalización” que duró hasta la caída del régimen de Fujimor
Fujimori.i.
Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos y Abimael Guzmán ahora están en la cárcel. cár cel.
Personalization
Se estableció la Comisión de la Verdad
Verdad y Reconciliación sobre
sob re la violencia política de
Analytics esa década durante el gobiernogob ierno interino de Valentín
Valentín Paniagua que cuando publicitó los
resultados en 2003 contó con los aplausos de una amplia gama de la sociedad. Pero
Save desdeAccept All ahora, 2011, las posiciones se han endurecido. Nuevamente a Mario
allí hasta
Vargas Llosa le tocó jugar un papel clave de mediador al ser nombrado como director
de un futuro Museo de la Memoria que un segmento de la sociedad peruana rechaza.
En 2009 en un contexto diferente el público peruano tuvo que volver a analizar
sus ideas respecto al primitivismo del Perú profundo cuando grupos de indígenas
amazónicos protagonizaron pacícos paros y manifestaciones políticas respecto a sus
derechos territoriales, que lamentablemente irrumpieron en actos de violencia en la
ciudad de Bagua. Se repite la historia: se nombran comisiones
comis iones de investigación que a
la hora de entregar sus resultados no llegan a consenso, pelea que va acompañada de
un furor mediático, esta vez amplicado por la internet, los celulares y el twitter . En
las discusiones vuelven a aorar las distinciones entre lo que es civilizado y lo que
es salvaje, qué cosa es la modernidad y qué es el atraso. Apenas pasó el temporal se
aproximan las nuevas elecciones de 2011, y los candidatos presidenciales, cada uno
alegremente vestido con cushma y coronitas de plumas, posan ante las cámaras de la
televisión para aparecer inclusivos.
Recuerdo como en 1994 fui invitado por Ponciano del Pino a Ayacucho para
asistir a una reunión en la cual líderes de Uchuraccay planicaban el apoyo quequ e se les
podría brindar para facilitar el retorno de los comuneros al lugar de donde habían huido.
Allí Elías Ccente nos mostró una antigua foto de su padre tomada por un fotógrafo
callejero en la plaza Manco Cápac de Lima cuando éste viajó para reclamar ante el
presidente Manuel Prado que ordene a que se clariquen los límites entre la comunidad
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Capítulo 4
LA LEY Y LA POSIBILIDAD DE LA DIFERENCIA:
la antropología jurídica peruana entre la justicia y la ley
Deborah Poole
1. I NTRODUCCIÓN
D
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as formación como disciplina a principios del siglo XIX, la antropología
ha site
denido su proyecto intelectual y metodológico en términos de la necesidad
de describir y explicar la variedad física y cultural que daba forma a “la raza
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Así,You
la antropología del siglo XIX se caracterizó por sus acalorados debates
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acerca de la clasicación mediante los que se intentaba explicar las relaciones genea-
genea -
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lógicas entre las sociedades humanas. Dentro de estos debates evolucionistas, la ley
de
comola ley como excluyente,
principio concepto losóco
violentosobre el que y,
y coercitivo se por
funda, por el
el otro, uncontrato
lado, la social
soberanía
con
sus presunciones de igualdad, armonía e inclusión. Es a partir de esta tensión tan bien
captada en los textos de lósofos como los de Hobbes (2009 [1651]), Locke (1960
[1690]), Rousseau (2005 [1672]) y Kant (1965 [1797]), que “la ley” se experimenta
en (y se hace parte de) la vida cotidiana estudiada por la antropología. Sin embargo, en
el caso de la antropología peruana, nuestra capacidad de reconocer esta tensión como
característica inherente a la ley, ha sido obstaculizada por las dicotomías analíticas a
través de las cuales distinguimos el derecho “formal” de los dominios “informales”
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lo consuetudinario,
site lo tradicional y lo local. Así, mientras el derecho del Estado
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well as marketing,
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a la soberanía, el derecho comunal o indígena suele
suel e ser caracterizado com
comoo
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consensual,
Uno de oral, y reconciliador.
los objetivos de este trabajo es el de comprender
compr ender el papel que el concepto
antropológico de cultura ha jugado en la creación
creac ión de esta imagen de las dos esferas de
Privacy Policy la ley. Empiezo con una breve revisión del trabajo de los indigenistas de principios
del siglo XX. Sugiero que el legado del indigenismo a la antropología jurídica con-
Marketing
siste en una visión, por un lado, del derecho como medio
m edio simbólico y, por el otro, del
Personalization
indígena como sujeto tutelar de la ley. Para los indigenistas y los antropólogos que
Analyticsles siguieron, los procedimientos administrativos que daban forma a la ley estatal en
la vida local quedaban excluidos de este modelo simbólico y consensual de la justicia
justici a
Save comunal. Como
Accept All consecuencia, el Estado y la comunidad indígena parecen ocupar
esferas culturales separadas y hasta opuestas.
Un segundo objetivo es entender en qué manera el compromiso de los antropólo-
gos con el relativismo cultural les ha impedido tomar como objeto de estudio la lucha
política que
q ue se libra cotidianamente
coti dianamente en el Perú para denir
den ir las formas eenn que la ley
construye (e impone) una visión particular
parti cular del bien moral. Con este n en la segunda
parte del artículo discuto el impacto del Marxismo
Marxism o y la Reforma Agraria en la antro-
pología jurídica, y la emergencia del pluralismo legal. Termino con un resumen de los
debates actuales y pendientes sobre las reformas neoliberales en materia de justicia
informal, titulación, y derechos indígenas.
2. I NDIGENISMO Y EL ESTADO TUTELAR
Analytics 1
Esa misma perspectiva sobre la ley y su incapacidad de traer justicia al indio es un tema que tam-
bién caracteriza
caracteriza la lliteratura
iteratura peruana (Pás
(Pásara
ara 1988a: 19-30).
Save Accept All
No hay pais mas diverso II.indb 205 04/05/2012 04:04:46 p.m.
1980, Francia 1993, Poole 1990, Trazegnies 1993b: 20-21). Para establecer si un in-
dígena merecía tratamiento especial o no, el juez debía de tomar en cuenta el grado
de su aliación con la cultura “no-occidental”. En casos que involucraran “indígenas
salvajes” (o sea, los de la Amazonía), el código penal establecía un tratamiento es-
pecial. Si la pena era de penitenciaría y prisión, esta se sustituía con “la colocación
[del sentenciado] en una colonia penal agrícola hasta un máximo de veinte años”
(República del Perú 1927 [1924]: Art. 44). El propósito de este tratamiento especial
se esclarece en la segunda cláusula del mismo artículo 44, donde se especica que
se podía conceder la libertad condicional al individuo “si su asimilación a la vida
civilizada y su moralidad lo hacen apto para conducirse” (República del Perú 1927
[1924]: Art. 44). El caso de los indígenas serranos era distinto. Por haber tenido más
contacto con la “civilización” (y menos “excusas” por ignorarla), eran clasicados
como “semicivilizados o degradados por la servidumbre y el alcoholismo” (República
del Perú 1927 [1924]: Art. 45). En tanto tales, el Código Penal los consideraba su- su-
cientemente “civilizados” como para ser enviados a cárceles “modernas,”
“mod ernas,” aunque sus
sentencias fueran reducidas. Lejos de reconocer “el pluralismo legal” —y con ello la
posibilidad de imaginar una sociedad distinta—distin ta— la criminología inindigenista
digenista terminó
por defender una visión netamente liberal del derecho como un proyecto normativo norma tivo
y moralizante, en el que las diferencias culturales (y raciales) aparecen bajo la gura
jurídica de discapacidad y/o minoría de edad. Consecuentemente, el indígena aparece
como un ciudadano de segunda clase.
Al igual que el código penal, la legislación civil impulsada por los indigenistas
también reivindicaba los derechos de los indígenas a través de un estatuto jurídico
especial. Desde su primera Constitución la República peruana desconocía a la comuni-
dad indígena como persona jurídica con capacidad de ejercer el derecho de propiedad
(considerado como un derecho fundamental para lograr la personalidad jurídica y la
ciudadanía). Este acto original abrió el paso a una serie de problemas. A medida que
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la nueva república se fue endeudando, las élites se dieron cuenta de la importan
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importancia
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welltributos. Pero ¿cómo cobrar tributos si la institución social que formaba la base
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Youla tributación (tanto en la colonia como en la época prehispánica) no
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settings any time jurídica? La historia del derecho
derech o scal y agrario del siglo XIX
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nos revela cómo este dilema ideológico operó como telón de fondo en la elaboración de
dispositivos legales y constitucionales posteriores en los que se redenía a los indíge-indíge-
Privacy Policy nas como “contribuyentes” (1827), “clase de propietarios” (1828), “raza emancipada” emancipad a”
(1854), y raza “explotada” (decreto dictatorial, 22/5/1880) (Basadre Grohmann 1985
Marketing [1937], Robles Mendoza 2002: 29-58). Por supuesto, ninguno de tales dispositivos,
decretos, o constituciones se atrevió a denir al indígena como un simple ciudadano
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—o a la comunidad como propietario colectivo. Más bien, el indígena y su comunidad