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Carlos Iván Degregori, Pablo F. Sendón & Pablo Sandoval


Editores

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HAY P
PAÍS
AÍS MÁS DIVERSO
Compendio de Antropología peruana II

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No hay pais mas diverso II.indb 4 04/05/2012 04:04:22 p.m.


 
Frank Salomon
Pablo Sandoval
Enrique Mayer 
Deborah Poole
Jürgen Golte
Raúl R. Romero
Gisela Cánepa
Pablo F. Sendón
Jean-Pierre Chaumeil

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 IEP  Instituto
 Instituto de Estudios Peruanos
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No haSave
y pais mas diverso II.inAccept
db 5 All 04/05/2012 04:04:23 p.m.
 
Serie Perú Problema, 37

© IEP INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS
  Horacio Urteaga 694, Lima 11
  Telf.: (51-1) 332-6194/424-4856
  www.iep.org.pe
 
ISBN:
ISSN: 0079-1075
  Impreso en Perú

  Primera edición:
1000 ejemplares
  Hecho el depósito legal   s  o
  e
en la Biblioteca Nacional del Perú: 2012-05263   o  c
  Registro del proyecto
proyecto editorial   n  p
  e
    r
  r
en la Biblioteca Nacional: 11501131200330

Corrección de textos:
Diagramación: Silvana Lizarbe
Composición de carátula: Gino Becerra
Cuidado de edición: Odín del Pozo

Prohibida la reproducción total o parcial de las características gráficas de este libro


 por cualquier medio sin permiso de los editores.

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 A la memoria de Carlos
Carlos Iván Degr
Degregori
egori

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CONTENIDO

Capítulo 1
 Frank Salomon
Etnología en un terreno desigual: encuentros
encuentros andinos, 1532-1985 18
1. Introducción 18
2. El testimonio de los invasores y la “gente llamada indios”, 1532-1590 21
3. “Yndios”: etnografía y dominación en las fuentes de mediados
de la Colonia, 1590-1660 28
4. La génesis de los estudios andinos en la Colonia tardía
y en las repúblicas tempranas, 1660-1900 33
5. Reexploración, redescubrimiento e indigenismo, 1900-1930 41
6. La internacionalizac
internacionalización
ión de la investigación andina, 1930-1945 48
7. La antropología y el modernismo utilitario de la post-guerra, 1945-1969 52
8. Interpretando y defendiendo “lo andino” en las décadas de 1960 y 1970 57
9. ¿Etnología de quién, para quién? 64
Capítulo 2
 Pablo Sandoval 
Antropología y antropólogos en el Perú: discursos y prácticas
en la repre
representación
sentación del indio, 1940-1990 98
1. Introducción 99
2. Preámbulo: la antropología peruana en el marco de América Latina 101
3. Formación de la antropología en el Perú y la construcción del “andinismo”
antropológico, 1945-1970 104
4. El indio y eell poder en eell Perú: dominación y conic
conicto
to en la ssociedad
ociedad rural
en las décadas de 1960 y 1970 107
This website stores5. data Antropología,
such as maoísmo y Sendero Luminoso, 1969-1980 109
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6. Crisis estructural y cultura nacional: lo andino como eje nodal, 1980-1990 116
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Conclusiones:
You puntos pendientes 127
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Capítulo 3
 Enrique Mayer 
Uchuraccay y el Perú profundo de Mario Vargas Llosa 146
1. Prólogo 146

2.
3. Introducción o simplicación?
¿Encubrimiento 149
153
a. Hechos 153
b. ¿Ley consuetudinaria, vigilantismo o guerra? 154
c. Omisiones 156
d. Incredulidad 158
4. La autoridad antropológica 163
a. Los dos Perú 165
b. Perú supercial 175
5. Deconstruyendo el caleidoscopio 177
6. Farsa judicial y crítica popular 179
7. Voces ausentes 184
8. La pregunta de Zavala 186
9. Ropa, cámaras y relojes 188
Capítulo 4
 Deborah Poole
La ley y la posibilidad de la diferencia: la antropología jurídica peruana
entre la justicia y la ley 200
1. Introducción 200
2. Indigenismo y el Estado tutelar 203
3. La guerra fría incaica 209
4. Historias e intervenciones 212
5. Hacia el pluralismo legal 217
6. Ley
Ley,, localidad y vida en el neoliberalismo: nuevos retos

7.  para la antropología
Consideraciones jurídica
nales 223
227
a. Las rondas y el problema de los “derechos especiales” 227 
b. El reto de los derechos indígenas 230
Capítulo 5
 Jürgen Golte
Migraciones o movilidad social desterritori
desterritorializada
alizada 247
1. Introducción 247
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2. La territorialización forzada en el desarrollo cultural peruano:
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fronteras
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3. La desterritorializac
desterritorialización
ión cultural y territorial de las poblaciones peruanas 253
4. La reorganizac
reorganización
ión de los principios organizativos del lugar de origen
en función de las jerarquías en los lugares de llegada 258
5. El pragmatismo en la reorganiza
reorganización
ción cultural lingüística y de conocimientos 260
6. Traspa
Traspaso
so de fronteras locales, regionales y nacionales 262

7.
8. La ocaso
El discusión sobre
de los los factores
paradigmas de lademigración
expulsión“campo-ciudad”
y de atracción 264
267
9. La migración internacional como nueva temática en los estudios de migración 268
Capítulo 6
 Raúl R. Romero
Romero
Hacia una antropología de la música: la etnomusicología en el Perú 289
1. La etnomusicología como disciplina afín a la antropología 289
2. Los estudios pioneros sobre la música andina 293
3. Cuzco, la pentatonía indigenista y los primeros estudios del siglo XX 295
4. La introducción de los estudios de caso en la etnomusicología andina 298
5. Los inventarios culturales: una etnomusicología de urgencia 299
6. Analizando el contenido de los textos musicales 302
7. El nuevo enfoque etnográco: texto y contexto 306
a. La música como texto 306 
b. La música como contexto 308
8. Etnografía e historia: reconstruyendo herencias culturales 313
9. La música y los nuevos movimientos sociales urbanos 315
10. La futura etnomusicología 318
Capítulo 7
Gisela Cánepa
Imagen y visualidad en la antropología peruana
1. Preliminares acerca de la antropología visual 330

2. Hacía
a. una antropología
Revisando visual enentre
la dicotomía el Perú
literacidad y oralidad para entender 332
el mundo andino 332
b. El mundo indígena y sus expresiones visuales 335
c. Representación visual e identidad: la condición colonial
 y la imaginación del Otro
Otro 339
d. Nuevas tecnologías: de la reprrepresentación
esentación a la acción 343
3. La agenda pendiente 347

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Capítulo 8
 Pablo F.
F. Sendón
Estudios de parentesc
parentescoo y organización social en los andes 357
1. Introducción 357
2. Teorías antropológicas sobre el parentesco entre los incas 358
a. Heinrich Cunow: El sistema de parentesco de los incas
 y sus comunidades gentilicias 358
b. Floyd Lounsbury: Aproximación al sistema de parentesco inca
desde la perspectiva de los sistemas terminológicos de tipo crow-omaha 363
c. R. Tom Zuidema: Un nuevo punto de vista teórico
 sobre el sistema
sistema de parentesco inca 368
3. Estudios etnohistóricos y etnográcos sobre poblaciones indígenas
y campesinas pretéritas y contemporáneas 376
a. Del modelo tribal y unilineal al modelo segmentario y de control vertical 376
b. El consenso en torno de la bilateralidad y la irrupción
de la perspectiva estructuralista 386
c. Persistencia de grupos de descendencia unilineal:
el caso de las sociedades pastoriles 396
4. Hacia el presente 398
Capítulo 9
 Jean-Pierre Chaumeil 
Chaumeil 
Una manera de vivir y de actuar en el mundo: estudios de chamanismo
en la Amazonía 411
1. Introducción 411
2. El chamanismo amazónico bajo la mirada de Occidente 413
3. El chamanismo en cuestión 415
4. Un espacio abierto 418
5. La cuestión de los alucinógenos 421
6. Chamanismo, discurso político y reivindicación cultural 423
7. Palabras nales 425
Autores 433

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PRESENTACIÓN
 Pablo Sandoval y Pablo F. Sendón

a idea de este libro nació apenas fue publicado


pu blicado No hay
hay país más diverso. Com-
 pendio de antropología
antropología peruana
peruana en el año 2000. Para sorpresa del editor y sus
su s
autores, el libro ha
en tenido hasta 2011
de lacuatro reimpresiones, y se ha sociales
convertido

L
en un texto referencial la enseñanza antropología y las ciencias en
el Perú. Entre otras razones, quizá se deba a que es de los pocos esfuerzos editoriales
que se han preocupado por presentar un panorama del desarrollo de seis décadas de
antropología peruana y peruanista.
 No hay país más diverso fue escrito en su mayoría por alumnos y profesores
de antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ( UNMSM), y se
centró en estados de la cuestión y revisiones bibliográcas que buscaban reconstruir
la relevancia de la antropología peruana en el estudio de la diversidad cultural de las
 poblaciones andinas e incluso también amazónicas. Sin embargo, aquel aq uel volumen no
logró incorporar todos los temas y perspectivas vinculadas a la comprensión antro-
 pológica de los Andes. Consciente de ello, Carlos Iván Degregori tomó nota como
editor de estas
tomo que ausencias
incorporara estay vez
dejólos
para más pendientes.
temas adelante retomar el proyecto
Pero pronto de un segundo
lo pendientesegund
derivóo
en necesidad, cuando en las clases de “Antropología Peruana” que él impartía en la
UNMSM se necesitaban nuevos materiales de enseñanza que organizaran las variadas
temáticas de la realidad social peruana estudiadas por la antropología.
Así fue que en 2005, con el apoyo de Carlos Contreras,
Contrer as, entonces Director de Pu-
 blicaciones del Instituto de Estudios
E studios Peruanos, Degregori inicia la tarea de convocar
a un conjunto de antropólogos —todos ellos reconocidos investigadores peruanos,

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14
Personalization PABLO SANDOVAL Y PABLO
PABLO F. SENDÓN

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 peruanistas y andinistas de amplia trayectoria académica— para que escriban sus res-
Save  pectivos balances
Accept All de temáticas no abordadas en el primer volumen. La idea consistía
en que estos artículos no solo faciliten a los lectores nuevos recorridos bibliográcos
 pertinentes y ordenados, sino que además explicaran las constantes miradas y lecturas
que antropólogos “peruanos” y “extranjeros” han desarrollado sobre los Andes.
Por distintas razones, el proyecto se aplazó hasta el 2008. Entonces Pablo San-
doval se sumó a la tarea de organizar el volumen priorizando
priorizand o tanto la actualización de
temas como la ampliación histórica y comparada sobre la disciplina. Lamentablemente,
Lamentablemente ,
dado el diagnóstico médico de Degregori, el proyecto entró nuevamente en receso.
Finalmente en 2010, se incorporó Pablo F. Sendón como tercer editor en el esfuerzo
 por nalizar el proyecto editorial cuyos resultados ahora el lector tiene en sus manos.
Durante el tiempo de diseño y elaboración de este compendio nos vimos frente
a un hecho peculiar. Esto es, que entre la edición de  No hay país más diverso en el
año 2000 y la publicación de este segundo volumen en 2012, se han incrementando
 positivamente los esfuerzos por construir un campo de comprensión intelectual de la
antropología peruana y “andina”, cuya historia ha sido decisiva en la construcción de
imágenes del país, y que en lo fundamental,
fundament al, ha acompañado también a los principa
principales
les
cambios producidos en el Perú rural del siglo XX.
Sin pretender registrar todas las contribuciones, nos referiremos simplemente a
algunos ejemplos: el reciente compendio sobre el desarrollo de los estudios amazó-
nicos (Chaumeil et al. 2011), el análisis de las trayectorias del indigenismo peruano
y latinoamericano (Giraudo y Martín-Sanchéz 2011), la revisión crítica de la expe-
riencia de antropología aplicada en el famoso Proyecto Vicos (Bolton et al. 2010),
los balances y reexiones sobre el desarrollo de la antropología en las universidades
 peruanas (Diez 2008, Montoya 2005). Asimismo, se han publicado dos compendios
sobre el desarrollo de la antropología en Perú y América Latina (Poole 2008, Degregori
y Sandoval 2008), un estudio sobre la fragmentación de la comunidad académica de
antropólogos (Degregori y Sandoval 2009), así como un conjunto de reexiones sobre
las posibilidades de crear “otras” antropologías (Ribeiro y Escobar 2008).
Sumándose a esta oleada de trabajos, este volumen tiene por objetivo ofrecer a sus
lectores, en particular
intelectuales en que sea formularon
los estudiantes de antropología,
y desarrollaron la narración
los debates y lasde los contextos
investigaciones
antropológicas en Perú. En especial, los artículos prestan atención a las formas en que
se han articulado las construcciones teóricas con las evidencias empíricas,
emp íricas, y desde esa
óptica proponen situar comparativamente las prácticas andinas contemporáneas en una
 perspectiva etnográca y etnológica global. Dicho de otro modo, se busca contribuir
cont ribuir
con estos artículos a que surjan nuevas preguntas y agendas de investigación antro-
 pológica, sin pagar el costo
co sto de desechar o desconocer
descono cer los avances y hallazg
hallazgos
os de los

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Marketing PRESENTACIÓN 15

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ciclos previos. Consideramos por tanto que el esfuerzo por reconstruir
rec onstruir el itinerario de
la antropología peruana debería tomar en cuenta tres elementos.
Save En primer
Accept All lugar, y visto en conjunto, podemos armar que el interés antropológico
sobre los Andes estuvo relacionado con dos coyunturas denidas. La primera de estas
coyunturas antropológicas, se hizo vigorosa particularmente entre las décadas ded e 1950
y 1980, y logró acumular un signicativo corpus etnográco alrededor del estudio
estud io de
lo
en “andino” y laslatinoamericana
la discusión poblaciones campesinas que la destacó
y extra-continental como referencia
preocupada obligada
por la situación de
tránsito de sociedades agrarias a sociedades urbanas.
urb anas. En la segunda coyuntura, desde
la década de 1990 hasta la actualidad,
actuali dad, si bien se ha incrementado la producc
producción
ión y nú-
mero de trabajos dedicados a los Andes, se ha perdido también cierta unidad temática
correspondiente a la primera coyuntura, y se maniesta así una agenda más plural y
variada. Esto ha sido así, básicamente porque el objeto de estudio (“lo andino”) se ha
diluido en múltiples referencias, se ha desplazado espacialmente de lo rural a lo urbano
y ha generado nuevas e inéditas prácticas identitarias. Quizá otro rasgo que dena la
diferencia entre un momento y otro es la casi disolución de escuelas antropológicas
“clásicas”. Es decir, difícilmente hoy algún antropólogo se identicaría plenamente
en alguna tradición antropológica (sea francesa, norteamericana o británica). Más
 bien prevalece
terminado un uso híbrido
por desdibujar de enfoques
las certezas teóricasy previas.
metodologías
metodolog ías de investigación que ha
En segundo lugar, No hay país más más diverso estuvo organizado a partir de los si-
guientes interrogantes: “¿Qué pasa cuando el Otro no está en una isla lejana, una selva
impenetrable o algún desierto calcinante, sino dentro del propio país?”, “¿Qué pasa
cuando los Otros, antes objetos de estudio, se convierten ellos mismos en cientícos
sociales?”. Estas preguntas, que para el lector desprevenido podrían pasar como un mero
 juego de palabras —y que en estricto rigor remiten a dos cuestiones distintas— conte-
nían en realidad las premisas a partir de las cuales sería posible resolver un problema
constitutivo a la antropología en general y a la antropología peruana en particular:
el problema del estatus y la relevancia de esta disciplina para la descripción, análisis
y comprensión de la alteridad cultural en un mundo contemporáneo crecientemente

desigual y heterogéneo.
Lo dicho entonces tiene hoy mayor relevancia pues las transformaciones de la
última década han afectado, o deberían afectar, hondamente la reexión y la práctica
antropológica. Ante una sociedad urbana más globalizada, y un paisaje rural plena-
mente recongurado por su nueva inserción desigual al mercado,
m ercado, los artículos de este
volumen proporcionan nuevos elementos de juicio para repensar el trabajo de campo,
la escritura etnográca y la elaboración teórica acerca de las prácticas y representacio
repres entacio--
nes de las poblaciones andinas. Esta reexión es aún más necesaria cuando en ciertos

No hay pais mas diverso II.indb 15 04/05/2012 04:04:24 p.m.


 
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PABLO F. SENDÓN

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lugares —como en la amazonía— las élites de las organizaciones políticas “nativas”
Personalization
maniestan que no necesitan más de los antropólogos para construir sus propios re- re-
Analytics
 pertorios culturales e intelectuales.
En tercer lugar, nalmente, como editores nos formulamos las siguientes pregun
pregun--
Save Accept All
tas: ¿Puede reconstruirse el itinerario de la antropología peruana solo por su desarrollo
endógeno? ¿Se trata meramente de hilvanar cronológicamente la evolución de teorías
y programas de investigación? La respuesta implícita en las contribuciones de este
volumen es que el quehacer antropológico adquiere sentido si se lo interpreta desde el
 punto de vista de la sociedad que lo produce. Será posible apreciar este conocimiento
en la medida que se le conciba como resultado de la interacción entre experienc
experiencias
ias (et-
nografía), ideas (teorías) y sociedad (contexto). Queda claro entonces que una adecuada
historización de la práctica antropológica en el Perú no podrá explicarse únicamente
 por la di
dinámica
námica interna de sus
su s propias
prop ias experiencias,
exp eriencias, teorías y parad
paradigmas.
igmas. Deberán
D eberán
considerarse también las inuencias ideológicas y las constantes tensiones que Estado
y sociedad introdujeron en la producción de sus distintas “verdades” etnográcas.
En suma, mediante el conocimiento estricto del canon académico antropológico que
lleva ya más de sesenta años de historia en el Perú, será posible construir un entorno
 pertinente de debate intelectual donde se propongan nuevasnueva s pautas de investigación
que nos permitan acceder a renovados campos de indagación etnográca y etnológica.
etno lógica.
En cualquiera de los casos, la preocupación nal de este compendio es hacer
comprensible la utilidad pasada y presente de la antropología peruana en el nuevo
escenario del auge de las políticas de la identidad y las interconexiones globales. De-
seamos que este libro permita discutir el estatus y la relevancia de esta disciplina en
este nuevo paisaje global, ya que al menos tendencialmente, mientras más globales
glo bales se
vuelven los mecanismos de producción y exclusión, más se fortalecen e intensican
las identidades locales.
 No quisiéramos terminar esta breve presentación sin aludir a la intención central
que Carlos Iván Degregori le imprimió a este proyecto; esto es, que la transición del
“estudio del Otro al de un Nosotros diverso”
diverso ” permita a nuestra comunidad académica
 pensar críticamente
críticam ente en los aportes que puede brindar la antropología eenn la clarica
clarica--
ción de los dilemas interculturales del mundo contemporáneo. Esperamos que este
compendio contribuya a ese cometido.

 Barcelona-Buenos
 Barcelona-Buenos Aires,
Aires, febrero
febrero de
de 2012.

No hay pais mas diverso II.indb 16 04/05/2012 04:04:24 p.m.


 

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Bibliografía
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BOLTON, Ralph, Tom GREAVES y Florencia ZAPATA (eds.)
Analytics   2010 50 años de antropología aplicada en ele l Perú. Vicos y otras experiencias.
experiencias. Lima:
Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Save Accept
CHAUMEIL All
, Jean-Pierre, Óscar ESPINOSA DE R IVERO
IVERO y Manuel CORNEJO CHAPARRO (eds.)
2011  Por donde hay soplo. Estudios amazónicos en los países andinos.
andinos. Lima:
 Lima: Ins-
tituto Francés
del Perú (PUCPde Estudios
)-Centro Andinos (de
Amazónico
IFEA) Ponticia Universidad Católica
Antropología y Aplicación Práctica
(CAAAP); Centre EREA du Laboratoire d’ethnologie et de sociologie compara-
tive (LESC).
DEGREGORI, Carlos Iván y Pablo SANDOVAL
  2009  Antropología y antropólogos
antropólogos en el Perú. LaLa comunidad académica de ciencias
 sociales bajo la modernización neoliberal. Lima:
neoliberal. Lima: Instituto de Estudios Perua-
nos (IEP).
DEGREGORI, Carlos Iván y Pablo SANDOVAL (eds.)
  2008 Saberes periféricos. Ensayos sobre la antropología en América Latina. Lima:
Latina.  Lima:
Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
DIEZ, Alejandro (ed.)
2008  La antropología ante el Perú de hoy. Balances regionales y antropologías la-
tinoamericanas.. Lima: Ponticia Universidad Católica del Perú (PUCP)-Cen-
tinoamericanas
tro de Investigaciones Sociológicas, Económicas, Políticas y Antropológicas
(CISEPA).
GIRAUDO, Laura y Juan MARTÍN-SÁNCHEZ (eds.)
  2011  La ambivalente historia
historia del indigenismo: campo interamericano
interamericano y trayectorias
nacionales, 1940-1970. Lima:
1940-1970. Lima: Instituto de Estudios Peruanos ( IEP).
MONTOYA, Rodrigo
  2005  Elogio de la antropología.
antropología. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Mar-
cos (UNMSM)-Instituto Nacional de Cultura (Dirección Regional de Cultura de
Cusco).
POOLE, Deborah (ed.)
  2008  A Companion to Latin American Anthropology
Anthropology Malden:
 Malden: Blackwell.
R IBEIRO, Gustavo Lins y Arturo ESCOBAR  (eds.)
  2008  Antropologías del mundo. Transformaciones
Transformaciones disciplinarias dentro de sistemas
de poder . Popayán: Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research
(WGF)-Envión Editores-Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social (CIESAS).

No hay pais mas diverso II.indb 17 04/05/2012 04:04:24 p.m.


 

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Save Accept All Capítulo 1


ETNOLOGÍA EN UN
encuentros TERRENO
andinos, DESIGUAL:
1532-1985
 Frank Salomon

1. I NTRODUCCIÓN

lgunas veces los antropólogos se preguntan si la antropología en sí misma


 podría ser una actividad universal. Seguramente las sociedades encuentran

A  por doquier pueblos con los que no están familiarizados y reexionan acerca
de su extrañeza. Pero ello en sí mismo no equivale
e quivale a la labor antropológica. ¿Cuándo
y cómo el mero encuentro se transforma en un encuentro etnográco, es decir, en
un encuentro decidido en entender la diferencia? ¿Cuándo y de qué manera la mera 
reexión se transforma en teoría etnológica, es decir, en un esfuerzo coherente de
encontrar sentido en la diferencia de los extraños?
Las páginas que siguen a continuación postulan
post ulan que, por razones diversas e incluso
accidentales, viajeros y pensadores de varios siglos han realizado prolongados estudios
de campo entre sociedades quechua y aymara hablantes, y pensaron acerca de ellas
desde una perspectiva que merece el nombre de etnología: término algo anticuado pero
aún meritorio al momento de sugerir inquietudes más allá de la inmediata
inm ediata descripción
etnográca. El problema, sin embargo, no consiste en postular un único proyecto etno-
etno -
lógico duradero, sino, por el contrario, en enfatizar el hecho de que muchos proyectos
intelectuales disímiles han surgido de los esfuerzos europeos y norteamericanos por
gobernar poblaciones originarias de América. Los encuentros etnológicos fueron por
lo general esporádicos e inconexos.
¿Por qué la etnología andina es esporádica?
esporádic a? Desde cierto punto de vista, el largo
 proceso colonial y postcolonial de la América andina generó un orden en el que los

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may change your settings at any time
or accept the default settings.
sistemas de conocimiento se interpenetraban
interpenetraban de manera desigual. Metafóricamente uno
 piensa en una membrana selectivamente permeable, que permite el pasaje de cierta ciertass
Privacy Policy
moléculas y bloquea otras. Desde los comienzos del siglo XVII poderosos elementos
Marketing  burocráticos tanto eclesiásticos como virreinales buscaron perfeccionar un sistema
en el que el imperio no necesitaría conocer  etnológicamente,
Personalization
  etnológicamente, sino preferentemente
absorber “moléculas” andinas administrativa y rutinariamente procesadas. Durante
Analytics largos intervalos aquellos que conocieron mejor la América indígena tuvieron pocos
incentivos para escribir acerca de ella.
Save Accept All
Desde otro punto de vista, debido a que la sociedad quechua-hablante
quechua-ha blante fue empujada
hacia las periferias de la autoridad, la sociedad rural respondió a ello reformulando
algunos de sus propios sistemas de conocimiento y adaptándolos a las murallas del
apartheid cognitivo colonial. “La gente llamada indios” aprendió mucho de la minoría
gobernante, en parte a través del adoctrinamiento forzado, y en parte también a través
de un aprendizaje político práctico. Cuando la “gente llamada indios” se dirigía a los
segmentos más encumbrados de la sociedad, lo hacía hablando en un registro lingüístico
lingü ístico
limitado y obligatorio (en pleitos judiciales, mayoritariamente), que eliminaba particu-
larmente su propio conocimiento. A lo largo de los siglos, tales murallas institucionales
 probaron tener un alto precio. Lo que la historia de la etnografía deja al descubierto es
el malestar periódico de las élites ante la opacidad autoconstruida de América.
Pero debe existir alguna razón subyacente que explique por qué la etnología
andina no forma una tradición continua. Como nos lo ha recordado James C. Scott
recientemente (2009), las poblaciones que habitan regiones de montaña son, por lo
general, disidentes problemáticos ante los grandes proyectos
proyect os sociales que se reivindi-
can como la corriente dominante de la historia. Los casos himalayo y andino destacan
al respecto, pero aquellos relativos al sudeste asiático, los kurdos, los afganos, los
etíopes, los habitantes de los Apalaches y muchos otros también han llamado la aten-
ción de los investigadores con orientación geográca. Durante largo tiempo, quizás
desde el Neolítico, las montañas tienden a ser lugares donde tecnologías mayores de
agricultura, comunicaciones e industria se desarrollan pobremente o demandan gastos
extremos. La relativamente escasa conexión de los asentamientos
asentami entos de montaña con las
redes metropolitanas fomenta creaciones culturales distintivas. Las montañas imponen
dicultades especiales en lo que respecta a cuestiones tales como el control del agua,
la conservación del suelo, la adquisición de energía y la vivienda, pero asimismo
coneren ventajas especiales en lo que respecta al acceso a determinados recursos.
Los medios de subsistencia se encuentran especializados en términos altitudinales.
Las actividades derivadas de las relaciones ecológicas son generalmente idiosincrá-
sicas: desde la dieta al vestido y a la metafísica. En lo que respecta a la religión, los
habitantes de elevadas regiones altitudinales por lo general conservan cultos locales

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o enfocados en los ancestros
or accept the default settings.
que son ignorados por las “religiones mayores”, sacer-
dotales, teológicas y centralizadas.
En resumen, las montañas son sitios en los que las sociedades humanas crean
Privacy Policy adaptaciones inusuales y poderosos compromisos locales. Las poblaciones de montaña

Marketing
tienden a ser problemáticas: resisten todo tipo de campaña que procure ejercer sobre
ellas una carga de tipo impositivo, policial y adoctrinador. Asimismo, estas poblaciones
Personalization
tratan de mantener vínculos situacionales ventajosos conco n las poblaciones de las tierras
 bajas, pero de igual forma conservan sus propios reductos. Ellas son notablemente
Analytics
difíciles de controlar militarmente. Los estados ven a las poblaciones
pobla ciones de montañas no
Save Accept
solo como un All
“otro” cultural, sino también como un “otro” recalcitrante, atrasado y
conictivo. Para los antropólogos, las poblaciones de montaña tienen un atractivo espe-
espe-
cial: ellas son ejemplos elocuentes de la amplitud
am plitud y la fuerza de la diversidad humana.
Muchas veces y en muchos lugares, los logros de la cultura de montaña se asemejan
asem ejan a
“caminos no seguidos” por las civilizaciones de los valles, las planicies y las costas.
El presente trabajo es una versión revisada y reelaborada de un artículo publicado
en 1985 y nunca traducido al castellano (Salomon
(Salom on 1985). El objetivo consiste en realizar
un abordaje de la historia de la etnología andina hasta esa fecha, y solo en Ecuador,
Perú y Bolivia. Ello deja de lado las tendencias más dramáticas experimentadas por
la etnología desde la década de 1980 hasta la actualidad.
Entre ellas destaca el impresionante y reciente crecimiento
crecimien to de estudios en lo que
hasta no hace mucho tiempo se consideraba las márgenes del “mundo andino”: Co-
lombia, Argentina y Chile. Otra, por supuesto, está relacionada con las consecuencias
intelectuales inspiradas por los levantamientos políticos “neo-indígenas” en los Andes.
Una tercera, igualmente importante y aún ponderada insucientemente, es la madura-
madura -
ción y la extensión de la lingüística andina —incluso de la sociolingüística— en la vida
académica de múltiples continentes. Al retomar este viejo artículo bajo la sugerencia
de Pablo Sendón y Pablo Sandoval, consideré la posibilidad de ampliar la temática
hasta tales realidades (2011), pero de inmediato caí en la cuenta de que ello hubiera
demandado cientos de páginas. Otros capítulos del presente volumen seguramente
cumplirán mejor este propósito. En lo que a mi respecta, me limitaré a extender mi
 bosquejo original de la historia de la etnología de manera conceptual, reformulándolo
desde una perspectiva crítica más contemporánea, citando ediciones recientes (entre
las que se incluyen traducciones al castellano de publicaciones en otras lenguas) y1
tomando en cuenta la crítica post-1985 de los trabajos etnológicos previos a esa fecha.  

1
  Donde se cita textualmente obras publicadas exclusivamen
exclusivamente
te en inglés, la versión en castellano es
del editor y del autor.

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functionality, as well as marketing,
Para elYou
personalization, and analytics. lector que necesite profundizar en las materias referidas, existen dos obras de
envergadura
may change your settings publicadas después del año 2000. La primera de ellas es un compendio en
at any time
or accept the default settings.
tres volúmenes titulado Guide to Documentary Sources for Andean Studies, 1530-1900  
(2008) preparado bajo la dirección de Joanne Pillsbury (con contribuciones editoriales de
Privacy Policy Kenneth J. Andrien, Eric Deeds y la recientemente fallecida Catherine Julien). El trabajo
traba jo
involucrado en la identicación de las fuentes andinas más importantes, y sus respectivas
Marketing ediciones, hacen de este compendio una guía de gran ayuda para entender dónde y de
qué manera las fuentes antiguas contienen información etnográca.
Personalization etnográ ca. Actualmente se está
Analytics  preparando una edic
edición
ión en castellano del compendio
compendio
tengo en mente fue publicada en español por razonesenmás
cuestión.
cuestión. L
Laa segunda
imperiosas.segunda obranion
que
 A Companion
Compa
Save to Latin
AcceptAmerican
All Anthropology, editado por Deborah Poole (2008), reorienta a los
investigadores fuera de Iberoamérica hacia un milieu antropológico cuyos centros de
gravedad se sitúan más y más en países “latinos”. La profunda cobertura bibliográca
del Companion, así como su perspectiva sintética, constituye un material de gran ayuda
 para el lector de cualquier sitio —especialmente aquellos que esperan brindarle a la
tradicionalmente intensa consciencia regional de los países andinos una perspectiva
continental más abarcadora. Una orientación bibliográca más completa se encuentra
disponible en las entradas anotadas del acequible, y por añadidura gratis, Handb
 Handbook
ook of
Online (http://lcweb2.loc.gov/hlas/mdbquery
 Latin American Studies Online (http://lcweb2.loc.gov/hlas/mdbquery.html).
.html).

2. EL TESTIMONIO DE LOS INVASORES Y LA “GENTE LLAMADA INDIOS”, 1532-1590

En aquellas partes del presente ensayo relativas a la etnología predisciplinar


pred isciplinar se distingue
entre “precursores de etnología” y “análogos de etnología”. El término “precursor”
denota los intentos de describir sociedades o culturas como totalidades sistemáticas
llevados a cabo antes de la elaboración de las teorías y métodos mediante los cuales la
etnología académica lo hace actualmente (las fechas relevantes, por supuesto, varían
de país en país). El término “análogo” alude a aquellos trabajos de investigación ins-
 pirados en otros propósitos que los involucrados
involucr ados en la descripción sistemática. Estos
trabajos, sin embargo, ofrecen resultados sucientemente similares a los alcanzados
en la empresa etnológica y por lo tanto han sido exitosamente analizados mediante
métodos etnológicos.
del surgimiento de los Eventualmente,
precursores, los un mejor yentendimiento
análogos los etnólogos de las circunstancias
pioneros podría con-
tribuir a la interpretación de las peculiares relaciones
relacion es existentes entre las poblaciones
de altura y las ciencias desarrolladas por culturas dominantes en diversos continentes.
El dominio español no solo legó una rica bibliografía de crónicas escritas por los
vencedores —diseñadas para satisfacer el hambre europeo de noticias sobre nuevos

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reinos— site también una inmensa acumulación de registros burocráticos derivados
sino
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de las tareas cotidianas involucradas en la administración y el establecimiento de
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may change your misiones.
settings atEnanycierto
time sentido, estos registros burocráticos resultan más valiosos para
la etnología
or accept the default settings. que las crónicas más conocidas ya que se incrustan en ellos miles de
 páginas de testimonios enunciados por las propias poblaciones andinas —no solo
testimonios de la élite incaica, cuyas tradiciones fueron registradas por los cronistas,
Privacy Policy
sino también testimonios de los señores de menor jerarquía, quienes representaban a
Marketinglos grupos étnicos conquistados por los incas, e incluso expresiones de la gente del
Personalization
común,
 por que nuncaa abandonaba
funcionarios sus poblados
caballo. La cantidad en las montañas
de testimonios resultapero que era visitada
abrumadora. De he-
Analyticscho, el volumen del registro, y no la falta de él, constituyó el motivo principal para
desacelerar el progreso de la reconstrucción etnológica del pasado andino. Pero si la
Save
leyendaAccept
negraAll
que retrata la conquista como etnográcamente ciega resulta falsa, no
es menos cierto que la conquista y sus efectos condicionaron profundamente todo lo
que fue visto y escrito. La conquista española
esp añola siguió a la expansión inca solo en uunas
nas
 pocas décadas, y la conquista inca a su vez fue la sucesora de al menos dos
d os olas más
tempranas de expansión imperial. Las ocasiones en las que se recogían los testimonios
eran por lo general momentos de conicto y controversia derivados de las múltiples
capas de conicto político, pasado y presente.
Algunas veces la discusión involucraba el conicto entre diferentes regímenes

 —los reclamos
y kurakas de losdeseñores
en contra étnicos
los señores en contraEndeotras
españoles. los incas, o los la
ocasiones dediscusión
dilos mismos
scusión se incas
daba
al interior de un sector social determinado cuando, por ejemplo, grupos opuestos de
españoles recogían testimonios indígenas con miras a sustentar sus respectivos reclamos
en un pleito judicial o en una disputa política. En todos los casos, el análisis político
de los testimonios resulta inextricable de su crítica e interpretación.
Existe una literatura heurística considerable. Las primeras guías a las fuentes
 primarias, publicadas entre comienzos y mediados del siglo XX, tendieron a clasicar
a los autores de acuerdo con criterios simples, tales como si ellos fueran políticamente
 pro-incas o devotos del absolutismo español
espa ñol (Means 1928). Aunque sus autores ca-
recían de muchas fuentes recientemente descubiertas, y por lo general eran presa de
 prejuicios en contra de los testigos indígenas, algunos trabajos pioneros siguen siendo
útiles porque contienen ricos conocimientos sobre los contextos políticos y eclesiás-
ticos imperantes en España así como en América (Porras 1962, Vargas Vargas Ugarte 1959).
Hacia nales del siglo XX una crítica de fuente más sosticada vio a las “crónicas”
no como un material en crudo a ser clasicado y evaluado cualitativamente, sino más
 bien como voces al interior de una conversación social más amplia. Comenzamos a
ver las “crónicas” como partes de un discurso renacentista y barroco en el contexto

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This website storesde la such


data América
as indígena (Araníbar 1963, Pease 1988, Rowe 1965, Bravo Guerreira y
González
cookies to enable essential sitePujana 1992). Inclusive, los esfuerzos de los propios cronistas por explicar la
functionality, as wellreligión, la política y la economía incaica han devenido en sí mismos temáticas fértiles
as marketing,
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 para los historiadores (Thurner 2011, MacCormack 1991, Villarías
Villarías Robles 1998a).
may change your settings at any time
Hacia mediados del siglo XVI, a medida en que los señores de la guerra españoles
or accept the default settings.
reconocían, y después invadían, el imperio incaico, una forma preferida de docu-
mentación fue la crónica “soldadesca”; es decir, una narrativa de la guerra repleta de
Privacy Policy novedades y con fuertes tintes ideológicos escrita por testigos presenciales. En las
Marketing
manos de un escritor talentoso, el género “soldadesco” podía superar con mucho la
mera narrativa de maravillas y glorias. Las noticias más tempranas que leyeron los
Personalization
europeos acerca de los Andes fueron, para bien o para mal, de tipo “soldadesco”.
Analytics El ataque de los hermanos Pizarro en 1532 al rey
re y divino Atahuallpa, junto con sus
consecuencias caóticas, dio lugar a una conversación que se extendió tanto como las
Save Accept
vidas de losAll“Hombres de Cajamarca” (Lockhart 1986 [1972]). Su tema es Perú como
com o
una épica de armas. Los invasores tendieron a ver a los incas a través de la simetría
ilusoria de la animadversión, o a través de los estereotipos de la “reconquista”. Pero
al verlos, lo hicieron de cerca, y en verdaderas situaciones de contacto primigenio. En
un primer momento los gestos de violencia constituyeron
const ituyeron un drama de comunicación
a medias. Las percepciones eran incipientes, con atisbos de sorpresa etnográca. Los
esfuerzos ex post facto por reinterpretar e ideologizar estas primeras incursiones es-
 pañolas como epopeya providencial, o por justicarlas ante la crítica
críti ca pro-indigenista
lascasiana —la cual comenzaba justo antes de la invasión de Pizarro— tiñen la mayoría
de los relatos “soldadescos”. En algunas ocasiones los viejos combatientes organiza-
ron sus memorias con propósitos de refutar
refu tar acusaciones de atrocidad o deslealtad a la
corona. Otros buscaron pensiones y títulos.
Incluso aunque tales argumentaciones retrospectivas taparon rápidamente sus
 percepciones iniciales, los mismos soldados que irrumpieron en el T Tawantinsuyu
awantinsuyu con
la ayuda de sus alabardas, en algunas ocasiones escribieron testimonios de una frescura
asombrosa. Antes de que los españoles hubieran puestopu esto un pie en el Tawantinsuyu, el
 piloto Bartolomé Ruiz interceptó una balsa a vela en plena navegación de altamar altamar.. El
memorándum resultante proveyó una descripción fundacional para los estudios del
comercio prehispánico (Relación Sámano 1985 [1527-28]). Pedro Pizarro había apenas
desembarcado en la playa de Tumbes cuando se percató de la presencia de ociales
incas que empleaban los registros de cuerda anudados para documentar los bienes
saqueados por los misteriosos asaltantes de ultramar. Pasaron casi cuarenta turbulentos
años antes de que Pizarro escribiera su narración (1986 [1571]),
[15 71]), pero sus recuerdos de
ese momento permanecieron frescos. Asimismo muchos otros viejos soldados sold ados aún nos
hablan elocuentemente del incario en sus momentos nales. Entre ellos, por ejemplo,

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24 FRANK SALOMON

destacan Cristóbal de Mena quien, en 1534, dio a Europa su primer e inuyente in -


forme publicado (1987), y Miguel de Estete, un ocial y viajero incansable quien vio v io
This website stores data such as
el saqueo español al gran santuario y ciudadela pre-inca e inca de Pachacámac (1987
cookies to enable essential site
functionality, as [1533]). Por casualidad sorprendente, el registro judicial conserva el testimonio de un
well as marketing,
personalization,viejo combatiente
and analytics. You presente en la fatídica emboscada de Cajamarca como soldado del
may change your Inca. Él era
settings at Yaku
Yakutime
any Wilka, más tarde bautizado S
Sebastián,
ebastián, y fue ent
entrevistado
revistado en calidad
or accept the default settings.
de testigo en un juicio que involucraba a otros veteranos de 1532 (Guillén Guillén
1976). Según YakuYaku Wilka, los soldados incas dudab
dudaban
an que seres de cuerpo tan hirsuto
Privacy Policy  pudieran realmente constituir una amenaza.

Marketing Existe otro libro escrito por un conquistador que capta con sorprendente
s orprendente delidad
la auto-imagen de los incas en un momento temprano. En 1544 Juan Díez de Betan-
zos desposó a Cuxirimay Ocllo, hermana de Atahuallpa, en una unión diseñada para
Personalization
consolidar las demandas de Pizarro sobre la soberanía real inca. Siendo quechuista
Analytics
adepto, Díez de Betanzos produjo la Suma y narración de los Incas traduciendo y
Save editando la versión
Accept All dinástica enunciada por miembros del linaje al cual perteneció su
esposa. María del Carmen Martín Rubio redescubrió extensos capítulos perdidos de
esta valiosísima obra, hoy disponibles en dos ediciones recientes (1987 [1551-57],
2004 [1551-57]). Si el libro de Betanzos-Cuxirimay es de difícil lectura, lo es en una
manera buena: la prosa resulta peculiar debido a que su autor trató, como dijo, de
“guardar la manera y orden de hablar de los naturales”, forzando el español hacia la
sintaxis y la retórica del quechua (Mannheim 2008: 187).
Entre los viejos soldados hay uno que se encumbra sobre el resto. Pedro Cieza
de León vino a América siendo un adolescente en armas y luchó en lo que ahora es
Venezuela y Colombia. Su servicio principal se realizó en la expedición “pacicadora”
enviada por la Corona en 1546 con n de sojuzgar
s ojuzgar a los caudillos pizarristas rebeldes.
rebeldes .
La ruta del ejército real avanzaba desde de la periferia ecuatoriana del Tawantinsuyu
hacia su centro en el sur andino, atravesando espacios de numerosos grupos étnicos. El
 joven y perspicaz soldado entrevistó a los señores nativos y cuidadosamente observó
escenas de la vida “indígena”. Llenó sus alforjas con las notas que había escrito mien-
tras los otros soldados dormían. En 1553, con solo 34 años de edad, publicó la primera
 parte de su incomparable Crónica del Perú (1984). Etnográcamente astuto, el relato
de Cieza tiene el mérito singular de incorporar
incorpo rar la perspectiva desde la periferia. Cieza
había visitado de primera mano muchas de las poblaciones
poblacio nes remotas del Tawantinsuyu
Tawantinsuyu
antes de que sus ojos reposaran en la capital sagrada. Estas experiencias le permitieron
relativizar la narrativa inca como parte de una historia andina más abarcadora.
Aparte de Cieza, raras veces se encuentran descripciones sistemáticas de las
sociedades andinas en crónicas “soldadescas”. Dado el ethos  de la España del si-
glo XVI, determinadas facetas prestigiosas de la sociedad —mando, guerra, culto,

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ley— se estimaban jerárquicamente por encima de la procreación, la producción y


el intercambio. Consecuentemente en la mayoría de los casos el intento consciente
de describir la sociedad amerindia casi automáticamente dejaba de lado los hechos
This website storesque datamás
suchinteresan
as a los etnólogos. Si es que en las fuentes más tempranas destellan
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chispazos etnográcos, esto se debe a que todo to do aquello que los escritores observaban
functionality, as wellresultaba
as marketing,
problemático y curioso.
curioso . A medida que avanzaban las décadas de la Colonia,
personalization, and analytics. You
un sistema de “malos entendidos útiles” interculturales rápidamente se superpuso a
may change your settings at any time
or accept the defaultlassettings.
conversaciones iniciales y vitales del contacto.2 Este proceso típicamente imperial
oscurece cada vez más el panorama etnohistórico
etnohistóric o a medida que se pasa del estudio del
virreinato toledano al postoledano.
Privacy Policy En los primeros años del virreinato los mejores
m ejores informes acerca de las sociedades
Marketing andinas al nivel de la base fueron registrados no por los precursores
precursor es de la etnología, sino
 por funcionarios cuyos informes
inform es administrativos, en su conjunto,
conjunto , forman un registro
Personalization
análogo a la etnografía. Lo son en lo que respecta al grado de detalle (descripciones
Analytics casa por casa) y su enfoque parejo tanto en el análisis de las prácticas a nivel de la
cúspide social como en los ámbitos doméstico y familiar. Los mejores registros de
Save esteAccept All las visitas, o estudios de campo administrativos, hechos por jueces su-
tipo son
 brogantes. Las visitas se llevaron a cabo frecuentemente desde 1549 154 9 en adelante con
el propósito de averiguar qué recursos productivos y humanos existían bajo el control
de los señores andinos, así como para poder
po der jar tasas tributarias que no resultasen en
la destrucción de la base económica. Los jueces viajaron a innumerables comunidades
acompañados de secretarios y traductores. Allí ellos entrevistaron a nobles y comu-
neros andinos, transcribieron información demográca desde los khipu —o registros
nativos de cuerdas anudadas— y establecieron registros de cada unidad doméstica.
En sus cuadernos se detallaba desde el último huérfano hasta la viuda discapacitada,
 personas cuya existencia no habríamos conocido de otra forma. También documenta-
ron padrones de residencia, entidades sociales como los ayllus, deberes económicos
y estatus políticos. En las visitas más tempranas, la mayor parte de esta información
fue compilada utilizando aproximadamente las mismas categorías empleadas por los
gobernantes nativos. Entre las más reveladoras se encuentran aquellas dedicadas al
área de Quito en las márgenes septentrionales del imperio (Salomon 2011 [1980],
Mosquera y San Martín 1990 [1559]), los “reinos lacustres” del lago Titicaca (Díez
de San Miguel 1964 [1567]), el área de Huánuco en el Perú central (Ortiz de Zúñiga
1967-72 [1562]), Collaguas cerca de Arequipa en el sur peruano (Pease G.Y. 1977
[1591]) y Cajamarca (Rostworowski y Remy 1992 [1571-72]).
2
  Por “malos entendidos útiles” quiero decir simplicacion
simplicaciones
es inauténticas,
inauténtica s, resemantizaciones
resemantizacio nes y glo-
glo-
sas etnocéntricas útiles para establecer engranajes entre las estructuras de poder impuestas y las
endógenas.

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26 FRANK SALOMON

Algunas de estas mismas ventajas también se encuentran presentes en los registros


de pleitos legales de los que eran parte individuos o comunidades andinas. En una época
cuando parecía impracticable estudiar los estados yunkas o costeños debido a su tem-
 prana destrucción durante el proceso imperial, María Rostworowski logró un progreso
notable
This website stores data al descubrir
such as litigios sobre sus tierras (Rostworowski 1977). Se aprendió una
cookies to enablelección: es fácil
essential site sobreestimar el impacto inmediato de la invasión española. Es cierto, la
functionality, asinvasión europea trajo consigo una serie de epidemias que disminuyó drásticamente la
well as marketing,
personalization, población
and analytics. You Pero en varios aspectos, durante las primeras cuatro décadas de la era
nativa.
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colonial los Andes estaban lejos de ser hispanizados. Los españoles constituyeron una
or accept the default settings.
diminuta minoría étnica y lingüística, incapaz de administrar directamente a las masas
andinas. En gran medida dependían del gobierno indirecto, que empleaba funcionarios
Privacy Policy incas y señores étnicos para implementar un gobierno híbrido colonial-andino. Los

Marketing
señores étnicos que se habían aliado con España en contra de los gobernantes incas en
la década de 1530, y aquellos sobre quienes España continuaba dependiendo debido a
Personalization
su pericia y competencia, no eran tímidos al momento de presentar sus demandas de
Analyticsrecompensa en la corte. Espinoza Soriano (1972), Spalding (1974), Stern (1982), y
Powers (1994) ofrecen ejemplos elocuentes de una vasta bibliografía elaborada a partir
Save de sus Accept All
testimonios. Los abogados de los kurakas brindaron a los jueces información
invalorable, no solo acerca del punto de vista andino de los eventos históricos, sino
también de detalles tales como el almacenamiento de suministros estratégicos y las
categorías empleadas en su registro durante el período inca (Murra1975: 243-254).
Desde la década de 1980 se viene acumulando una literatura muy mu y esclarecedora sobre
el mundo de los señores naturales
naturales (e.g., Caillavet 2000, Platt et al. 2006, Medinaceli
e Inch 2010).
La resistencia armada inca no estaba aún completamente derrotada en la década de
1560. Los agentes del Estado español, así como los clérigos, temían un renacimiento
de cultos nativos adversos al cristianismo y a la corona. Estos temores justicaron
investigaciones cuyos resultados proveerían claves de gran valor acerca de las primeras
etapas del conicto e hibridismo religioso andino-cristiano. Cuán extenso y efectivo
fue realmente el movimiento pan-nativista Taki Unquy de la década de 1560 es un
 problema que probablemente nunca deje de ser objeto de debate (Cavero Carrasco
2001, Guibovich 1991, Millones 1967, 1990,
1990 , Mumford 1998). Lo que queda en claro
es su importancia como inicio de un pánico cultural sobre el cripto-paganismo entre los
conversos andinos, que brotaría en episodios durante más de un siglo.
s iglo. El temor sobre
la continuada adhesión a “huacas” precristianas nacía de dos fuentes: la amenaza de
 presuntos sacerdocios indígenas que rivalizaran con el clero en su pugna por ingresos
y poder, y las ansias sobre creencias heterodoxas que potencialmente contaminaran
el cristianismo tridentino.

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Solo después de 1569, con la llegada del virrey Francisco de Toledo y de los
 jesuitas, comenzó
comen zó la decisiva transformación
trans formación colonial
coloni al de los Andes. Profundament
Profundamentee
antiinca, el régimen toledano emprendió no solo la ofensiva militar nal contra lo
que quedaba de los bastiones de resistencia andina, sino también una ofensiva legal
dirigida a desacreditar la legitimidad de los incas en calidad de “señores naturales”. El
 proyecto jurídico antiinca se destinaba a desarmar una facción española que favorecía
This website stores data such as
el mantenimiento parcial del autogobierno indígena. El montaje de la ofensiva legal
cookies to enable essential site
functionality, as wellinvolucró
as marketing,gran cantidad de investigación. Los informes originales, durante mucho
personalization, andtiempo dispersos
analytics. You en múltiples libros agotados, serán prontamente publicados en forma
unicada
may change your settings at any(Julien
time y Spalding 2012). En el curso de la investigación la Corona empleó
or accept the default settings.
a varios expertos importantes en la cultura inca. Algunos de estos especialistas en
asuntos nativos fueron abogados de notable perspicacia etnográca y notable falta de
Privacy Policy escrúpulo en su aplicación.
Juan Polo de Ondegardo investigó las instituciones incaicas con la sutileza de
Marketing un detective, llegando a descubrir la estructura de líneas radiales ( ceques) que, desde
el centro del Cuzco, gobernaban la jerarquía
Personalization jerarq uía y los deberes rituales. Pudo localizar las
Analytics
momias reales incas y así eliminar un foco potencial de actividad política subversiva.
Polo se esforzó por conservar la ecacia productiva
produc tiva de los señoríos andinos al mismo
Save tiempo queAlldemolía los sustentos simbólicos del gobierno inca —no fuera a ser que
Accept
los linajes incas menos prominentes se convirtieran en rivales del poder virreinal (Polo
1990 [1571]). Se producían debates: ¿hasta qué punto el Estado debía inmiscuirse en
las instituciones incas o étnicas? Los pares de
d e Polo, magistrados tales como Francisco
Falcón (1946 [1567]) y Juan de Matienzo (1967 [1567]), produjeron un valioso corpus
acerca de los aspectos prácticos de la política económica indígena en contexto colonial.
Al igual que Polo, el visitador diocesano de Toledo, Cristóbal de Molina “el
cuzqueño”, ya se había familiarizado íntimamente con los rituales incas. Había co-
nocido en profundidad tanto las tradiciones de los linajes nobles, como las prácticas
incas que guardaban vigencia entre los segmentos plebeyos de la sociedad, cuando
los aliados del Virrey Toledo le encomendaron escribir su  Relación de las fábulas i
ritos de los Ingas (1989 [c. 1576]). La obra contiene información de una riqueza única
sobre la liturgia y el calendario inca, y asimismo demuestra una familiaridad con la
ritualidad “indígena” vernácula de mediados del siglo XVI, basada en su excelente
conocimiento del quechua. No obstante la inuencia toledana, Molina nos deja sentir
su simpatía hacia los ritos incas en la medida en que pensaba ver paralelismos con la
fe verdadera. Tales
Tales especulaciones ya se generalizaban y han seguido inuenciando
inu enciando al
catolicismo andino popular y erudito hasta el presente. Lejos del Cuzco, en el remoto
obispado septentrional de Quito, el clérigo diocesano Lope de Atienza escribía en base
de su amplia experiencia en parroquias “indígenas” un libro curioso, hoy agotado y

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28 FRANK SALOMON

merecedor de nueva edición. Atienza alterna entre lamentos piadosos sobre el paga-
nismo de los feligreses y viñetas simpáticas que describen
describe n la vida cotidiana en aldeas
toscas, incluso prácticas que reejan inuencias incas sobre culturas norandinas (1931
[1572-75], Schmelz 1996).
El virrey Toledo permitió a los jesuitas peruanos consolidar un creciente poder
sobre los indios. Las investigaciones de los jesuitas sobre la lengua y la cultura andinas
tuvieron una inuencia profunda en los ámbitos académicos peruanos, notablemente a
través
This website stores delsuch
data trabajo
as del padre José de Acosta. Él y sus aliados, con apoyo político, condenó
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de diabólicos a los cultos nativos, pero al mismo tiempo abogó por un compromiso
functionality, as well as marketing,
intelectual con la élite andina. Cuando el arzobispado convocó el Tercer Concilio
personalization, and analytics. You
may change your settings at any time
Limense para(más
habíasettings.
or accept the default escrito denir
nolapublicado)
política hacia las poblaciones
su tratado nativas
 De procuranda
procuranda (1581- 1583),
(1581-1583),
indorum salutemAcosta ya
. La suya
era la mano oculta que redactaba los borradores de los textos para la catequesis en el
quechua ocial, así como también la que determinaba los regímenes
regím enes impositivos y de
Privacy Policy
adoctrinamiento para los nativos reubicados en reasentamientos coloniales. En 1590
MarketingAcosta culminó su Historia natural y moral de las In dias (1987). La obra maniesta
Indias
una lúcida mirada etnológica sobre la sociedad andina en general, integrada con los
Personalization
más avanzados razonamientos naturales y losócos de su tiempo. Precisamente por
Analytics
 participar de los
lo s razonamientos ren
renascentistas
ascentistas sobre la antigüedad greco-romana, su
obra maniesta comparaciones engañosas con “paganos” de otros tiempos y lugares.
Save Accept All
Su contemporáneo —y posible conocido— Miguel Cabello de Valboa, de manera
similar escribió su gran historia “antártica”
“antár tica” con el objetivo de ubicar a las poblacione
poblacioness
andinas dentro
actualidad del marco de de
el universalismo la historia
Cabelloyimporta
de la geografía universal
menos que (1951 [1586]).
su detallado En la
conocimiento
de las poblaciones asentadas en las márgenes septentrionales del Tawantinsuyu: los
llamados yumbos y otros pobladores de las selvas que cubrían la vertiente occidental
de los Andes en el actual Ecuador.

3. “Y NDIOS”: ETNOGRAFÍA Y DOMINACIÓN EN LAS FUENTES DE MEDIADOS 
DE LA COLONIA, 1590-1660

Con la consolidación del gobierno virreinal el Estado adquirió mayor capacidad para
coaccionar,, e incluso disolver,
coaccionar disolver, las instituciones nativas americanas. Esta tendencia hizo
disminuir la demandaLa
de los “cacicazgos”. porpalabra
investigaciones
 yndio, quedetalladas sobre
alguna vez fueelsimplemente
funcionamiento interno
un término
etnográcamente vacío para designar
designa r a las poblaciones que Europa desconocía, se había
convertido hacia comienzos del siglo XVII en el nombre de un rol social denido y

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uniforme. El estatus de yndio denió ecazmente al sujeto colonial como campesino


vasallo. Aunque la diversidad étnica normal en la América prehispánica era todavía
importante para “la gente llamada indios”, ella no parecía importar a la burocracia
ocial. Palabras tales como “Andajes”, “Cañaris” o “Collas” pasaron ahora a designar
 paquetes demográcos de tributarios, y no a poblaciones concebidas como diversas en
lo que respecta a sus fueros o costumbres. Después de 1600, el “malentendido útil”,
estandarizado y coercitivo, echó un velo aún más grueso sobre la visión etnográca.
Pero en tres aspectos la nueva situación sí generó escritos etnológicamente útiles.
This website stores data El primero
such as fue el área de los estudios de lenguas. Alrededor de 1600 un ejército
de curassitecatequistas y misioneros germinaba en los seminarios. Los eclesiásticos
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 —especialmente
functionality, as well as marketing, los jesuitas— vieron la necesidad de mejorar los textos empleados en
personalization, andlosanalytics. You
requeridos cursos de quechua. Y Yaa en 1560, el gran
gr an activista dominico y “lobbista”
may change your settings at any time
 proandino, Domingo de Santo Thomas, había escrito un diccionario quechua (2006)
or accept the default settings.
y una gramática (1995 [1560]) que describía la muy difundida variedad de quechua
llamada lengua general . La facción del padre Acosta empujó la lexicografía jesuítica
Privacy Policy hacia otros canales, fomentando un dialecto más erudito y aristocrático, afín al cuz-
Marketing
queño, supuestamente mejor adecuado a los temas sagrados (Durston 2007, González
Holguín 1952 [1608]). Los trabajos de González Holguín (diccionario y gramática),
Personalization
así como las obras paralelas elaboradas para la lengua aymara por Ludovico Bertonio
Analytics (1993 [1612]), se ajustaron a la agenda jesuítica, pero lograron mucho más que eso.
Avanzaron más allá de las necesidades del catecismo par paraa explorar un opulento léxico
Save Accept All
de palabras y frases que denominaban relaciones abstractas (tales como los conceptos
concept os
de simetría y jerarquía), valores centrales, normas estéticas, cualidades de la personali-
dad, parentesco y reglas de organización social relevantes a la cultura andina. A veces
uno casi oye al lexicógrafo riéndose junto con su informante nativo mientras ambos
rivalizan en captar la cascada vertiginosa de derivativos nacidos de un simple verbo.
La lología jesuítica demuestra esfuerzos innovadores al ingeniar explicaciones para
rasgos lingüísticos nunca vistos dentro del clásico paradigma greco-romano. Junto
con obras similares consagradas a las lenguas del Paraguay, México, Chile, etc., los
diccionarios y gramáticas jesuíticas del Perú ocupan los anaqueles más elevados de
la erudición humanística en su época.
La segunda manera en la que la Colonia media generó una literatura análoga a
la etnología fue a través de la persecución religiosa. Este legado a la vez triste y cen-
surable también es en gran parte jesuítico. En 1697 el cura diocesano Francisco de
Avila, furioso ante la resistencia de sus feligreses indígenas frente a sus exacciones,
contraatacó haciendo pública su adhesión clandestina a muchos santuarios de culto y
sacerdocios no-cristianos. Avila
Avila iba a publicar más tarde algunos ddee sus descubrimientos
en un tratado dedicado a los “errores, falsos dioses y supersticiones”
supersticion es” de sus feligreses

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30 FRANK SALOMON

(1966 [1608]). Pero el producto más importante de la crisis local por él provocada es
el manuscrito, anónimo y sin fecha, conocido por sus primeras palabras en quechua
“Runa Yndio Niscap” (“de la gente llamada indios”), o como el  Manuscrito de Hua- Hua-
rochirí . Su autor, un yndio cristiano (probablemente un tal Cristóbal Choque Casa),
Cas a), se
 propuso combatir a los viejos dioses escribiendo acerca de ellos. A pesar de su ferviente
cristianismo, su vida mental se desarrolla en un mundo poblado de huacas ancestrales,
de las que nunca dejó de creer acerca de su realidad y poder diabólico. Su propósito es,
dice, escribir el libro que “los ancestros de la gente llamada indios” hubieran escrito
de haber ellos, como los españoles, conocido la escritura. La traducción de José María
Arguedas de este asombroso trabajo lo hizo famoso
fa moso bajo el título de Dioses y hombres
hombres
This website stores data such as
de Huarochirí  (1966).
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 (1966). La edición de Gerald Taylor (1987, republicada y revisada en
functionality, asversiones abreviadas en varias oportunidades) brinda soluciones a problemas dialec-
well as marketing,
personalization,tológicos que You
and analytics. Arguedas no pudo solucionar.
Las noticias
may change your settings de que seis décadas de proselitismo masivo habían fallado en su em-
at any time
or accept the default settings.
 presa de desplazar a la religión andina escandalizaron a las élites coloniales de Lima.
Ciertos sectores de la Iglesia aprovecharon el clima de preocupación para crear aparatos
Privacy Policy especializados de persecución, semejantes a los de la Inquisición pero independientes de
clande stino en los Andes. Las campañas llamadas extirpación
ella, para atacar el culto clandestino
Marketing de idolatrías fueron autorizadas en 1610 (Gareis 2004). Se ejecutaron con rigor en las
décadas de 1620, 1640, y 1660-1670, continuando con menor energía incluso hasta
Personalization

Analytics
1710. Brigadas móviles de jueces eclesiásticos especialmente comisionados, secretarios
y traductores ejecutaron una serie de campañas para la “extirpación de idolatrías” a
Save lo largoAccept
y anchoAll del Arzobispado de Lima y esporádicamente en otros obispados. El
 procedimiento a seguir en cada pueblo comenzaba con un interrogatorio
interrogator io a los infor-
mantes, continuaba con una confesión coercitiva de los recalcitrantes y culminaba
con la profanación y quema masiva de las estatuas, momias, y otros objetos sagrados.
Estas campañas dejaron un acervo de testimonios escritos, conservados en el Archivo
Arzobispal en Lima. El más destacado y original historiador de la “extirpación” (Du-
viols 1973) ha publicado un inmenso corpus de juicios (2003) al que ahora le sigue un
número importante de fuentes adicionales (Larco 2008, Sánchez 1991, Polia Meconi
1999, García Cabrera 1994, Gushiken 1993). El cuerpo exegético
exe gético sobre la extirpación
se ha hecho demasiado grande como para enumerarlo
enu merarlo (pero véase, por ejemplo, Gose
2008, Huertas 1978, Mills 1997). Muchos hombres y mujeres que nacieron naci eron cuando la
religión solar inca era solo un recuerdo,
recuerdo , recibieron, sin embargo, la vocación y entre-
namiento sacerdotal para servir a las huacas tutelares de sus grupos étnicos y grupos
de parentesco localizados. Sus testimonios sobre la experiencia visionaria, la riqueza
expendida en el culto y la reciprocidad humana-natural-divina,
hu mana-natural-divina, nos llegan a través de
una etnografía maligna que supo transcribir hasta los gemidos de los yndios torturados.

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De hecho la malignidad es un leitmotiv frecuente a mediados de la Colonia. En


el recién recuperado  Memorial  (1588)
  (1588) de Bartolomé Alvarez uno puede apreciar la
amargura político-religiosa de un hombre inmerso en la mentalidad toledana pero
 privado de los privilegios concedidos a los jesuitas. Álvarez catequizó largamente
entre las poblaciones de lengua uru y aymara del Alto Perú y luchó en vano en contra
de su “idolatría”. Etnográcamente está bien informado pero mantiene una ideología
de casta proto-racial hostil a los yndios: “bestias, bellacos, sucios, torpes”, “un pueblo
articulado y ajeno” (Villarías 1998b). El enojo de Alvarez con respecto a la persistencia
de la “idolatría” indígena respondía a un período cuando, según Saignes (1999), los
kuraka coloniales estaban construyendo nuevas e inextricables estructuras de legiti-
midad dentro de los pueblos yndios, precisamente debido a que el ensanchamiento de
This website stores data such as
las distancias
cookies to enable essential de casta abría un nuevo espacio para maniobrar.
La site
tercera vía por la que la Colonia media propició una literatura cuasi-etnológica
functionality, as well as marketing,
fue a través de textos escritos por andinos alfabetizados. La primera generación de no-
personalization, and analytics. You
 bles andinos
may change your settings anatdinos na
nacidos
cidos después
any time después dede la invasión europea fue esc
escolarizada
olarizada para sservir
ervir ccomo
omo
or accept the defaultagentes
settings.de lo que los constructores del imperio británico llamarían más tarde “gobierno
indirecto”. Pero con los años algunos de ellos emplearon su conocimiento para otros
 propósitos, incluida la reivindicación
reivindicación de las demandas étnicas. El li
litigio
tigio era eell proc
procedi-
edi-
Privacy Policy
miento usual. Algunos pocos eligieron como herramienta de polémica la prosa. Garcilaso
Marketing Inca de la Vega, hijo de un conquistador y de la princesa inca Isabel Suárez Chimpu
Ocllo, emigró a España a los veinte años de edad. Publicó los Comentarios reales de los
Personalization
 Incas cuarenta y ocho años después. La mirada es retrospectiva, y el propósito refutar
Analytics la literatura antiinca toledana (1991 [1609]). Favorito entre los lectores del siglo
XVIII,
Save Garcilaso
Accept inculcó
All ampliamente en el imaginario europeo una imagen utópica (o totali-
taria, otros dirían en el siglo XX) del gobierno inca. Inspirado en parte por los Diálogos
de amor de León Hebreo (Judah Leon Abravanel, 1465?-1523)
1465?-1523),, Garcilaso fomentó la
noción neoplatónica de la religión inca como
co mo una percepción del Dios verdadero a través
de la razón natural. Otra parte de su inspiración se puede atribuir al jesuita Blas Valera,
Valera,
también medio inca por el lado materno. Su perdida  Historia Occidentali
Occidentaliss sobrevive
solo en las largas citas que Garcilaso insertó en sus Comentarios reales. 
Los estudiosos se preguntan si existen obras comparables provenientes de otras
 partes del Tawantinsuyu
awantinsuyu.. A mediados
mediados del siglo XVII Fernando de Montesinos incrustó en
el segundo tomo de su crónica (por otro lado mediocre) un texto curioso que él dijo haber
comprado. Le atribuye un origen quiteño, y en efecto algunos capítulos muestran conoci-
mientos excepcionales
excepcion ales sobre los connes norteños del Tawantinsuyu. Ha sido republicado
con
2007,elSalazar
título  Man
 Manuscr
uscrito
2008) to.seVarios
ito de Quito
Qui
sostienen que estudiosos
trata de (Barraza
la obra de Lescano
un quiteño 2003, Hyland
“indígena”, escrita
en el siglo XVI, siendo posiblemente su autor el clérigo mestizo Diego Lobato de Sosa.

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32 FRANK SALOMON

Los escritos de nobles andinos de menor jerarquía resultan de mayor valía etno-
gráca para los etnólogos. Estos escritores practicaron una “autoetnografía”
“auto etnografía” vista por
algunas como precursora de la autoetnografía políticamente revisionista de nuestros
tiempos. Podría incluso vérselos como ejemplares de un fenómeno
fenómen o de escala mundial.
Su peculiar nicho en la vida intelectual —el del neóto étnicamente leal, pero a la
vez escolarizado por el imperio— ha propiciado independientemente la producción
de “etnografías nativas” a lo largo de varios siglos y en diferentes continentes. Tales
libros tienen muchas características en común:
com ún: cada uno de ellos, dentro de su propia
cultura, conjuga la memoria etnográca con una especie
es pecie de historia bíblica en sentido
genérico. Las narrativas comienzan con la cosmogonía mítica, integran leyendas propias
a linajes o regiones, abarcan memorias de las invasiones europeas, expresan críticas de
la conquista y proponen una futura reforma y revitalización cultural. Unos ejemplos
notablemente
This website stores data such asinteresantes entre muchos son Godfried Kolly, el chambri de Nueva
cookies to enableGuinea creador
essential site de una “Biblia Chambri” (Gewertz y Errington 1991), y el siberiano
functionality, aschukchi Yuri Rytkheu educado como funcionario de la URSS pero pensador étnico
well as marketing,
personalization,enand analytics. You
su vejez postsoviética (2011). A este tipo de libros puede denominárselos “biblias
may change your settings at any time
genéricas”, no tanto por contener sincretismos cristianos (aunque frecuentemente los
or accept the default settings.
contienen), sino debido a que su perl totalizador y su lógica interna resultan simila -
res a la Biblia canonizada por el cristianismo. El  Manuscrito de Huarochirí 
Huarochirí  (1608?)
  (1608?)
Privacy Policy también posee marcados rasgos de biblia genérica.

Marketing
La tendencia biblicadora está presente hasta cierto punto en los escritos de
Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua (1993 [Después de 1600]). Su
Personalization
expresión máxima se encuentra en la obra de Felipe Guaman Poma de Ayala (1980
Analytics
[1615]). Guaman
de un señor étnicoPoma nació probablemente
de provincia, en el tiempo
aprendió a escribir de la invasión
con la ayuda europea.
de su medio Hijo
hermano
Save mestizoAccept
y tuvoAlluna larga carrera como asistente bilingüe de varios clérigos. Con el
tiempo fue testigo de plagas, del colapso demográco y de la desmoralización cultural.
Resentido por el fracaso de su propio juicio, hizo de ello un caso propio con miras a
 proveer una nueva visión andina. Guaman Poma imaginó que su obra, si solo pudiera
llegar al Virrey y a la corona, iba a inspirar grandes reformas destinadas a redimir el
destrozado Nuevo Mundo. Su vasto trabajo (1100 páginas) tiene un valor triple para
el estudioso. Contiene una etnografía retrospectiva del orden social incaico, único por
sus muchas ilustraciones así como también por su perspectiva provinciana. También
describe el escenario colonial de manera mordaz,
m ordaz, al tiempo que desarrolla una visión
milenarista de las transformaciones venideras (Adorno 1978).

Este1973,
Wachtel últimoLópez
aspecto fascinó
Baralt a los
1979), andinistas
ya que dequé
revela de la década
manerade un1970 (Ossio
intelecto 1973,
andino y
 bicultural
 bicultural utilizó ideas prehispánicas
prehispánicas para explicar y apropiar
apropiar la insospec
insospechada
hada existenc
existencia
ia

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de otro “mundo”: Europa. Guaman Poma no iba a ver su obra leída ni comprendida.
compren dida. En
su propio tiempo fue considerado un excéntrico. Empobrecido y anciano, llevó su libro
a Lima, pero ningún ocial español lo quiso refrendar. La olvidada  Nueva corónic
corónicaa y
buen gobierno acumuló polvo hasta 1908, cuando un estudioso alemán la encontró en
la Biblioteca Real de Copenhague. Ahora elevado a un estatus canónico,
canónico , Guaman Poma
recibe atenciones exegéticas de todo tipo (Adorno 2001) y también una casi excesiva
atención mediática y online. Sin embargo el libro abunda en incógnitas. Por ejemplo
numerosas líneas escritas en quechua aún resisten la traducción. Precisamente debido a
que Guaman Poma desaó los “malentendidos útiles” de la colonia, y en lugar de ellos
tensó los límites de la inteligibilidad intercultural, las mismas idiosincrasias que di-
di -
cultaban la lectura de su obra en su propio tiempo aumentan su valor en nuestros días.
Los etnohistoriadores de la Colonia media han trabajado para apartar el velo de
la rutina colonial y crear imágenes etnográcas a partir de fuentes que en sí mismas
no se propusieron ser etnografía. Los resultados de la “etnografía analógica” son es-
This website stores data such as
 pecialmente vívidos al tratar del gran sector minero indígena congregado en Huanca-
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functionality, as wellvelica y Potosí (Carnero Albarrán 1981). Potosí en su auge fue una ciudad real como
as marketing,
personalization, andninguna otra
analytics. Youantes ni después. Su economía
economí a estalló en una opulencia enfermiza hacia
may change your settings
nes delat any time
siglo XVI, fundamentalmente gracias a los mitayos de los señores surandinos
or accept the default settings.
llevados al “cerro rico”. Durante el siglo XVIII Potosí fue conocida como el epítome
del esplendor y la corrupción colonial. En 1611, Potosí fue la ciudad más grande del
Privacy Policy  Nuevo Mundo, con 160.000 habitantes de los cuales alrededor de 76.000 eran “indios”.
Carmen Salazar-Soler, etnógrafa consumada de las minas modernas, ha estudiado el
Marketing carácter híbrido de la minería colonial analizando su léxico especial (2001, 2003, véase
también Llanos 1983 [1609], Crespo 1997, Accarette 1998 [1657]). Arzans de Orsúa
Personalization

Analytics (1965 [1705-36]) y “Concolorcorvo”, seudónimo del viajero satírico Alonso Carrió
de la Vandera (1980 [c. 1775]), ambos testigos del siglo XVIII, vieron Potosí como
Save unaAccept
caricatura
All del Perú en su totalidad: una novia española podría aportar una dote
de 2,3 millones de pesos mientras su padre, dueño de una mina, apenas podíapodí a respirar
mientras dormía en un hogar sin ventilación.
4. LA GÉNESIS DE LOS ESTUDIOS ANDINOS EN LA COLONIA TARDÍA Y EN LAS R EPÚBLICAS
EPÚBLICAS 
TEMPRANAS, 1660-1900

El siglo XVIII sintió los primeros intentos hacia una “ciencia” etnológica. Hasta un
grado mayor de lo que generalmente nos percatamos, sentó las bases de los estudios
andinos como tales, o sea, el intento de entender conjuntamente la humanidad andina
y su ambiente natural. Fue en este siglo que los estudiosos, los artistas y los autores

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34 FRANK SALOMON

comenzaron a pensar acerca de la región como un lugar donde la relación entre la


naturaleza y la humanidad era extraordinaria o extrema, desconocida y, debido pre-
cisamente a ello, iluminadora. Mencionaremos dos raíces de los estudios andinos: la
historia natural de la Ilustración, con sus enredos criollos en la autoestima “nacional”,
y el reformismo borbónico, que reformuló el problema de la pobreza india en términos
de modernización y desarrollo económico.
Las aspiraciones hacia una historia natural comprehensiva, que trazara épocas
sucesivas de la humanidad —como había sido propuesto de diversas maneras por teó-
ricos escoceses y franceses de mediados del siglo XVIII —  — conducían a un programa
p rograma
intelectual antes anticuario que etnográco. La vasta History of America de William
Robertson (1840 [1777]) dedica dos volúmenes a la América hispánica, poniendo un
énfasis considerable en el Tawantinsuyu. Para este autor el caso de los incas demos-
traba que los estadios más elevados de civilización se alcanzaban exclusivamente a
través de la sociedad política. Los indígenas contemporáneos carecían de interés por
la razón opuesta, es decir, por su supuesta nulidad política. Muchos, o la mayoría,
This website stores data
de los such as del siglo XVIII aceptaron sin cuestionar la idea de que los indígenas
viajeros
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contemporáneos eran degenerados, afeminados y racialmente exhaustos. Opiniones
functionality, as well as marketing,
similares eran vertidas sobre los sectores mestizos e incluso los criollos urbanos.
personalization, and analytics. You
Las aspiraciones
may change your settings at any time de la Ilustración para una “historia natural” tuvieron un acento
decididamente
or accept the default settings. geográco-determinista, así como otro especulativamente evolucionista.
Los patrocinadores de los exploradores extranjeros autorizados a explorar las Indias
españolas tuvieron motivos bastante concretos: esperaban informarse de infraestruc-
Privacy Policy
turas tales como rutas comerciales, puertos de navegación y forticaciones navales
Marketing (Frézier 1982 [1714]). Los expedicionarios sin embargo mostraron interés por asuntos
cientícos
Personalization tales como la por entonces controversial naturaleza de los volcanes. Casi
todos se ocuparon con la supuesta relación entre climas y “temperamento” raciales.
Analytics
El más inuyente de los “viajes losócos” fue la famosa investigación geodésica de
la expedición de Charles de la Condamine a través de la Audiencia de Quito (1941
Save Accept All
[1778]). La expedición produjo “etnografía incidental”
incidental” en la medida en que la conducta
de los “indígenas” arrojaba luz sobre los problemas de la historia natural. Por ejemplo,
en 1735 la Condamine documentó la técnica de pesca indígena mediante el uso del
curare (barbasco). Pero sus breves vistazos etnográcos, ligeros y pocos sistemáticos,
eran seguidos por grandes saltos de razonamiento especulativo (“losóco”), tenden-
tenden-
cia que sugiere poco interés en el conocimiento directo de los indígenas americanos.
Fue el entusiasmo del siglo XVIII por la historia natural el factor que dio lugar
al esfuerzo más temprano para caracterizar a la civilización andina en términos de
humanidad y de altura. Aparentemente la primera persona que propuso comparaciones
entre los andinos y los himalayos
himalay os fue W
Warren
arren Hastings, gobernador
goberna dor británico de la India.

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Lector de las1991
(Condamine publicaciones de la expedición
[1748]), Hastings anotó en geodésica a América
su memorando delTíbet
sobre el Sur de
de 1735
1774
que esta “es probablemente la tierra más alta en el viejo continente,
cont inente, y esta circunstan-
cia, junto con la dicultad de acceder a ella, presenta una asombrosa analogía con el
valle de Quito, en América del Sur, que es la tierra más alta en el nuevo continente,
y cuyo clima y situación M. de la Condamine ha expuesto desde un punto de vista
sumamente interesante” (Markham 1876: 12). El destinatario de estas sugerencias,
George Bogle, no las tomó en cuenta, pero veremos más adelante una continuidad
importante en el siglo XIX.
En 1713 la Casa Borbón consolidó su gobierno sobre el imperio español. El
gobierno borbón fomentó una simpatía intermitente por la Ilustración francesa en las
ciudades virreinales. El nuevo régimen alentó propuestas
prop uestas relativas a la reorganización
de las colonias
nuevos recursos,con miras a incrementar
el mejoramiento los ingresos
en la navegación y laimpositivos, la explotación
manipul ación
manipulación de
de la economía
a través de monopolios reales y ventas forzadas. En 1735, cuando Felipe V autorizó
la expedición geodésica de la Condamine a la Audiencia de Quito, también comisionó
This website storesadatadossuch
jóvenes
as intelectuales españoles acreditados como tenientes de navío, Jorge Juan
y Antonio
cookies to enable essential sitede Ulloa. Aunque ocialmente fueron acreditados como responsables
resp onsables de los
functionality, as wellservicios
as marketing,
técnicos de la expedición, a ambos también se les encomendó que reportasen
personalization, andcondencialmente
analytics. You acerca de las costumbres y la economía de la colonia ecuatorial. El
may change your settings at any time
informe resultante alcanza en varios aspectos una perspectiva etnológica. Contiene,
or accept the default settings.
 por ejemplo, una descripción
des cripción creíble del “pr
“proceso
oceso matrimonial” quechua, al cual los
etnólogos modernos solían denominar “matrimonio de prueba” (Juan y Ulloa 1990
Privacy Policy [1748]). Aparte del informe general, Juan y Ulloa también prepararon
prepararo n un libro secreto
Marketing
de “reexiones
 ban bien al tantopolíticas” (1991de[1747])
del deterioro parasudamericanos.
sus reinos los ojos de los gobernantes,
Documenta con quienes esta
esta--
exactitud
Personalization
escalofriante la naturaleza y los resultados de la opresión colonial.
colo nial. El informe secreto
Analytics continúa siendo una fuente importante en materias tales como el abuso del trabajo
forzado indígena en la industria textil. Una copia clandestina se ltró a Londres. Su
Save Accept All
traducción se vendió bien entre los enemigos
enemigo s cada vez más victoriosos de los españoles.
Para los períodos de eclipse etnográco, es decir aquellos en los que se encuen-
encuen -
tran pocos trabajos análogos o precursores, es posible componer imágenes holistas
de la sociedad mediante la recopilación de diversos testimonios contenidos en los
 pleitos legales. Ward
Ward Stavig los sintetizó en un mosaico complejo de la era borbónica
titulado The World of Túpac Amaru (1999), y Scarlett O’Phelan (1982) se acerca a
lo etnológico al ponderar el factor étnico en las rebeliones de la década 1780. Alcira
Dueñas
tuvo unahaclase
abierto un nuevo e interesante
de “intelectuales indígenas”debate preguntando
comparable si el virreinato
a los “cronistas tardío
nativos” del

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36 FRANK SALOMON

siglo XVII. Su monografía Indians and and Mestizos in the “Lettered City” (2010) retrata
a siete hombres educados cuyos hogares se extendían desde Chuquisaca hasta Lam-
 bayeque. Según ella, continuaron la tradición del argumento nativo disidente “de una
manera distinta”. El punto de vista indígena se expresa mediante géneros legalistas.
Dueñas advierte que no es apropiado aplicar a estos autores las mismas expectativas
etnográcas que guían la lectura de Guaman Poma, ya que uno de los propósitos de
estos últimos intelectuales era la deconstrucción de la misma categoría de “yndio”.
La Colonia tardía produjo un magnum opus que, al igual que la Nueva Corónica,
ensayó una aproximación visual a la diversidad humana del Perú. Entre los años 1781
y 1789, el arzobispo de Trujillo, Baltasar Jaime Martínez Compañón (1978-94, 1997
[1781-89]), con mentalidad iluminista, compuso un opus colosal ilustrado: Trujillo
del Perú, una colección de nueve volúmenes de acuarelas que ascienden
ascie nden a 1.411 imá-
genes (López Serrano 1976). Pocos ilustradores han igualado a lo que hizo Martínez
Compañón al crear una semejanza visual total de su mundo: seis volúmenes con
información sobre ora, medicina y fauna, temas que fascinaron a los lectores de su
generación, un volumen de protoarqueología y uno de mapas y dibujos que ilustran los
tipos de edicios y ciudades. El volumen
volum en 2 es el más etnográco. Contiene imágeimágenes
nes
de la gente: bailes y representaciones de disfraces, gente en el trabajo, herramientas
This website stores data such as
y técnicas, jerarquía (incluido el clero) e imágenes de la diversidad social demasiado
cookies to enable essential site
functionality, as humanas y únicas como para ser agrupadas bajo el mero epígrafe de “tipos” raciales.
well as marketing,
personalization,Aunque Martínez
and analytics. You Compañón no complementó las imágenes con un texto extenso, sus
may change your settings
tablas at any timey fragmentos de información lingüística en sí mismos suman una
estadísticas
or accept the default settings.
fuente sustancial. Un facsimilar completo fue publicado en 1978-1994, y una edición
académica abreviada en 1997.
Privacy Policy Las masivas revueltas andinas de la década de 1780, en gran medida
medi da reacciones a
las políticas borbónicas, estuvieron también relacionadas con la erosionada legitimidad
Marketing
de las aristocracias étnicas coloniales. Nuevos estudios sobre este tema clásico son
importantes para la etnología en la medida en que
Personalization qu e arrojan luz acerca de los orígenes de
Analyticsla formación social más tarde llamada comunidad . Serulnikov (2006 [2003]) sostiene
que las insurrecciones más nativistas, en Chayanta, expresaban
expresaba n el deseo de retornar a
Save formasAccept
sociales
Allmenos híbridas y más étnicas.
ét nicas. El libro de Sinclair Thomson We Alone
Will Rule (2002) propone que el desmantelamiento de los señoríos andinos largamente
establecidos en secuela de las rebeliones tuvo como efecto secundario
secunda rio el abrir oportu-
nidades para que las comunidades desarrollasen nuevas formas de autarquía. Thomson
detecta en estos procesos incipientes ideales de autogobierno que posteriormente se
hicieron centrales entre el campesinado moderno.
Durante el cuarto de siglo que precedió a la Independencia de los territorios andi-
nos, y también durante las décadas que la siguieron, los criollos ilustrados prerieron

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contemplar problemas de gobierno y de ley centrales, atribuyendo poca importancia al


estudio empírico de las poblaciones rurales.
rural es. El siglo XIX temprano es por consecuente
el período más etnográcamente opaco de toda la historia andina. Como nos lo recuer -
da Méndez (2004), probablemente existen datos etnográcos en informes relativos al
ejército en sus contactos con campesinos. Durante las guerras de Independencia y las
subsecuentes luchas entre caudillos, el quechua gura como lengua política interét- interét -
nica. Debe haber habido combatientes capaces de interactuar con los indígenas. Pero
Walker (1999: 168-171) considera que la hostilidad republicana contra con tra la monarquía,
 junto con el temor ante los campesinos levantados, tapó el legado incaico co como
mo un
tema para la Independencia. Por el momento, tenemos que depender de los informes
de extranjeros que visitaron las áreas andinas. Afortunadamente, como señala Jorge
Cañizares (2008) en su indispensable guía para navegar “el mar de los informes de
viajeros”, el libro de Estuardo Núñez Viajes y viajeros extranjeros por el Perú  (1989)
amplía signicativamente el acceso a la etnografía del siglo XIX.
La “literatura de viajes” es un gran costal en el que caen libros muy diversos:
memorias de balleneros, comerciantes, misioneros, naturalistas y burócratas. El relato
de Flora Tristán de 1838 traducido del francés como  Peregrina ciones de una paria 
 Peregrinaciones
(2003) podría ponderarse en este contexto. Empleando una noción actualizada de la
etnografía, o sea una etnografía que
q ue abarca a lo “nuestro” como a lo “otro”, la obra de
This website storesTristán
data such
se as
aprecia como vista etnográca de la Arequipa y la Lima criollas. Los viajeros
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educados en la tradición enciclopédica francesa, y consecuentemente interesados en
functionality, as well as marketing,
las “costumbres” humanas como parte de la “historia natural”, ofrecen información
personalization, and analytics. You
fragmentaria
may change your settings sobre las culturas analizando la interacción geográco-humana. En el
at any time
or accept the defaultmomento
settings. “poscolonial” crítico, los escritos de Alexander von Humboldt (1816), basa-
dos en sus viajes por Sudamérica entre 1799 y 1804, sufrieron cierta degradación.
deg radación. La
Privacy Policy fusión entre metodologías cientícas e intuiciones románticas tipica su obra, y le dio
fama de ser un observador con amplias simpatías humanas. Pero según Mary Louise
Marketing Pratt su prosa más bien ejemplica la representación ajena de América, vista por “ojos
imperiales” como una civilización incompleta (Pratt 2008 [1992]: 109-140). Dieciséis
Personalization
años más tarde Cañizares (2008: 303-305), aunque simpatizante con Pratt, sin embargo
Analytics
le atribuye a Humboldt el crédito de separar el estudio de los incas de las engañosas
comparaciones con la antigüedad greco-romana. Alcides d’Orbigny,
d’Orbigny, estudiante de Cu-
Save Accept All
vier y admirador de Humboldt, compartió con la mayoría de los “viajeros losócos”
una orientación prioritaria hacia la naturaleza y la antigüedad. Su narrativa en nueve
volúmenes ilustrados describe, entre otros sitios, el altiplano boliviano (2002 [1835-
47]), y ofrece preciosas observaciones e imágenes etnográcas. En 2002 el Instituto
Francés de Estudios Andinos publicó en un volumen bajo la edición de René Arze
Aguirre donde se reúnen las apreciaciones de varios bolivianistas sobre d’Orbigny.

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38 FRANK SALOMON

El interés británico en la hegemonía comercial de los dominios andinos rebeldes,


y prontamente independientes, llevó a varios ociales de marina ingleses hacia el Perú.
Uno de ellos, William Bennett Stevenson, peleó en la guerra chilena de Independencia,
y vivió durante veinte años en varios sitios de América del Sur occidental. Su Historic
 Historical
al
and Descriptive Narrative ([1825], traducida en 1994) resulta una joya etnográca,
especialmente para los ecuatorianistas, tanto por sus ingeniosas ilustraciones como
 por la manera inteligente y amistosa
am istosa en la que
qu e Stevenson
Stevens on exami
examinó
nó a las ssociedades
ociedades
indígenas y criollas.
Sir Clements Markham, geógrafo británico, también visitó el Perú en calidad de
ocial de marina. Aunque le atraía más la antigüedad que la etnología, su libro de 1856
sobre el Cuzco descansa en buena parte sobre su conocimiento de la cultura andina
contemporánea. Uno de sus contemporáneos interesantes fue el austriaco Friedrich
Hassaurek, refugiado después de la derrota de las revoluciones de 1848. Hassaurek
fue nombrado
Ecuador. A pesarpordeAbraham Lincoln
estar teñida por loscomo embajador
estereotipos de los
raciales Estados
de si tiempo,Unidos en el
su memoria
registra con sensibilidad el estado de la sociedad rural de los Andes del norte (1993
[1867] —la edición en español es una versión abreviada).
Muchos de los libros de viajes del siglo XIX tienen ilustraciones grabadas. Como
sostiene Deborah Poole en su inuyente Visión, raza y modernidad  (2000   (2000 [1997]),
la proliferación de géneros ilustrados creó un canon de diferencias humanas que
conectó
This website stores la “ciencia
data such as racial” con iconografías europeas de clase, sexualidad, estética y
cookies to enablenación. “Paul
essential site Marcoy” (un seudónimo) dominó tempranamente el género de viajes
functionality, asilustrados,
well as marketing,
viajando por el Perú en varias oportunidades desde 1840 (2001 [1862-67]).
personalization,Poole
and analytics.
(2008) Youconsidera de gran valor su testimonio etnográco porque viajó pueblo
may change your settings at any time
 por pueblo
or accept the default settings.a través del campo cuzqueño y arequipeño en e n un período cuando la etno-
grafía era escasa.
en cuanto revelanPero Poole también
los imaginarios observa(2008:
raciales” q ue los
que grabados
378), que en“son de mayor
lo que interés
respecta a la
Privacy Policy etnografía visual. El grabador de Marcoy, Riou, tomó al pie de la letra el supuesto

Marketingcarácter “mongol” de los amerindios, transformando no solo las caras andinas en las
de chinos, sino también sus casas, ropas y trastes. Marcoy es solo uno entre tantos
Personalization
otros creadores de literatura de viajes que satisfacía el romanticismo de las audiencias
Analyticsdel norte. Estos trabajos varían desde la etnografía marginal (Orton 1870, Whymper
1993 [1892]) hasta el racismo rotundo y la fantasía.
Save EnAccept All
la segunda mitad del siglo XIX algunos adeptos de la naciente “ciencia del
hombre” llegaron a los Andes, todavía con orientación prioritaria a la antigüedad
antigüe dad pero
con algunos atisbos de etnología. William Bollaert (1860: 2) atribuyó sus intereses
etnográcos a la “publicación un ‘Manual de Investigación Etnológica’ por la Aso-
Aso -
ciación Británica en 1852” y arma que lo ayudó a organizar la información andina.

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El autor victoriano que más inuyó en las ideas británicas acerca los Andes
Andes fue el

marinero-geógrafo sir Clements


trajo al Perú entre 1848 Markham.
y 1849, la carrera deComenzando
seis décadascon el servicioennaval
de Markham que de
calidad lo
explorador, geógrafo, historiador diletante y organizador de expediciones cientícas
 británicas se centró en el Perú. Sin
Sin embargo, poco después
después de su viaje al Cuzco entre
1852 y 1853, Markham entró al servicio civil y “se le encargó la recolección de jóvenes
árboles y semillas de quina en los bosques de los Andes orientales y su respectiva acli-
matación en la India” (Smith 1927: 367-368). Markham concluyó
conclu yó que las colinas Nilgiri
cerca de Madrás, no los Himalayas, ofrecían el medioambiente análogo más cercano a
la quina original del hábitat de los Andes orientales. Su libro Travels in Peru and India
(Viajes en Perú e India) (1862) ofrece apenas información de oídas acerca de Sikkim
y los Himalayas. Al editar los escritos de sir George Bogle, Markham tuvo la idea de
reanimar el tema iniciado por Warren
Warren Hastings acerca de la civilización de montaña:

La analogía entre el territorio


te rritorio de los incas y la altiplanicie del Tíbet puede seguir amplián-
dose (más allá de la comparación de carácter geomorfológico). En ambos sitios el producto
 principal ese s la lana, proporcionada por llamas, alpacas y vicuñas en e n Perú y por ovejas
y cabras en el Tíbet. En ambas regiones las bestias de carga son las llamas u ovejas que
necesitan una extensa área de pasturas, y consecuentemente numerosos pasos de montaña
 para sus viajes, con miras a generar un comercio rentable con las poblaciones de tierras
 bajas. En ambos lugares abundan metales preciosos. En ambos sitios la gente cultiva ce-
reales resistentes, y especies de chenopodium
chenopodium,, llamada quina en Perú y battu battu en
 en el Tíbet.
This website stores data Lasuchgente,
as también, tiene muchas creencias y costumbres en común, incluida aquella que
cookies to enable essentialconsisten
site en amontonar grandes pilas de piedras en las crestas de los pasos de montaña;
y el tibetano comparte el mismo sentimiento cuando murmura su Om mani padmi hum 
functionality, as well as marketing, hum 
con elYou
personalization, and analytics. peruano que, al pasar cerca de la pila de piedras, hace una reverencia y exclama
may change your settings at any time
 Apachicta muchhani!  La analogía apuntada por Warren Hastings, acerca de la cual me
muchhani! La
or accept the default settings.
aventuré a ir un poco más lejos, indica de manera sorprendente la importancia de adoptar
una perspectiva comprehensiva acerca de problemas tales como aquellos que involucran
la estructura física de las grandes cadenas de montañas, o el de los medios más adecuados
Privacy Policy
 para establecer relaciones comerciales entre los habitantes de una altiplanicie elevada
Marketing de difícil acceso y aquellos de los valles tropicales separados por picos nevados. Si los
aterradores desladeros de los Andes no impidieron a los incas intercambiar productos de
Personalization la sierra por la coca de las montañas
montañas,, no hay nada que una sabia política no pueda superar
Analytics que impida que los lamas del Tíbet y los gobernantes
goberna ntes de la India establezcan interc
intercambios
ambios
amistosos de productos provenientes de las altiplanicies elevadas de los primeros y de los
Save fértilesAll
Accept valles tropicales de los segundos. (Markham 1876: xli-xlii)

Aquí, nuevamente, el proyecto de una


un a comparación directa entre los Andes y los
Himalayas llegó a su n por un tiempo. Si las investigaciones culturales pioneras en las

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40 FRANK SALOMON

dos regiones se inuenciaron mutuamente, lo fue probablemente


probablem ente de manera indirecta
y desapercibida. Es posible, por ejemplo, que la tendencia de los exploradores jesuitas
del Tíbet de los siglos XVII y XVIII a ver en el clero lama una parodia o un caso similar
al de la iglesia católica, estuviera condicionada por ideas similares a las expresadas
en informes más tempranos sobre el Perú. Sería interesante saber si, por ejemplo, el
 padre Antonio Andrade había tenido acceso a una literatura andina tal como la Historia
natural y moral de las Indias del padre José de Acosta (1987 [1590]), antes de sus
viajes al Tíbet en 1625. Podría existir un paralelo con el siglo XX, en sentido inverso.
Los intelectuales cuzqueños de 1900 fueron estimulados por la investigación índica
de Max Müller donde Müller compara la religión inca con co n las religiones sacerdotales
del Viejo Mundo (Valcárcel
(Valcárcel 1981: 151).
Desde la década de 1840, investigadores venidos de países germano-hablantes
hicieron contribuciones sustanciales a la investigación andina. El naturalista suizo Johan
Jakob von Tschudi (estudiante de Agassiz) pasó seis años en el Perú principalmente
dedicados a investigaciones biológicas y arqueológicas, pero al mismo tiempo su na-
rrativa ilustrada (2003 [1846]) contiene buena cantidad de “etnografía incidental” de
las regiones centrales del país. Tschudi también fue un quechuista importante: publicó
una gramática meritoria (1853), y hasta incursionó en lo que más tarde se llamaría
la antropología lingüística reconstruyendo las categorías de conocimiento incaicas a
través de la lexicografía quechua (1891). Unos años a ños después, el médico alemán Ernst
Middendorf, como Tschudi,
Tschudi, se apartó de su original vocación de ciencia para aplicar la
 poderosa lología académica alemana del siglo XIX a temas americanos. Middendorf
se embarcó al Perú como un médico de barco. Residió en el Perú durante un cuarto
This website stores data such
de siglo. as
El resultado de sus extensos viajes fue un informe de tres volúmenes. Sus
cookies to enable essential site
observaciones arqueológicas, precisas para su época, van acompañadas por más de
functionality, as well as marketing,
personalization,trescientas ilustraciones
and analytics. You (1973-74 [1893-95]). Al igual que Tschudi, Middendorf se
may change your apasionó
settings por el time
at any quechua. Su gramática (1970 [1890-92]) aún es bien considerada por
los lingüistas. Middendorf también fue una de las pocas personas lingüísticamente
or accept the default settings.
eruditas que escuchó y describió el muchic como lengua viva. Bischof (2008: 419)
observa que estos logros resultan aún más impresionantes
impres ionantes cuando uno toma en cuenta el
Privacy Policy
hecho de que Middendorf solo recibió entrenamiento lingüístico en el colegio. Liberal
Marketing y disidente ante el giro germano hacia la monarquía autoritaria, Middendorf produjo
“el primer reconocimiento integral del
Personalization d el Perú con un énfasis en el pasado recient
recientee en los
eventos contemporáneos” (Bischof 2008: 419 —citando a Estuardo Núñez).
Analytics
En los Estados Unidos el linaje cientíco de los estudios
estudio s andinos comienza a tomar
forma con la obra de Ephraim George Squier. Squier en su juventud se fascinó con
Save Accept All
las tribus aborígenes de América del Norte (especícamente, los montículos prehis- prehis-
tóricos cerca de su residencia en Ohio). Mediante los escritos del historiador William
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Hickling Prescott y la temprana arqueología maya, los lectores estadounidenses en


aquellos años por primera vez iban conociendo las “altas civilizaciones” de la América
nativa. Fue bajo el encanto de Prescott que Squier comenzó sus investigaciones sobre
las antigüedades de América central. En 1860 una comisión diplomática le permitió
viajar al Perú. Su libro Un viaje por tierras incaicas: Crónica de una expedición ar-
queológica (1974 [1877]) pertenece a la prehistoria de la etnología. Conceptualmente
es menos etnológico que muchos trabajos del siglo XVI. Esencialmente, Squier se
 propuso escribir un libro similar
simil ar a otras narrativas de viajes, pero aspira
aspiraba
ba a mejorar
las técnicas en el mapeo y la descripción de antigüedades. Mould de Pease (2008:
653) sugiere que las difamaciones antihispánicas de Squier lo postergaron entre sus
contemporáneos peruanos, y su libro permaneció durante mucho tiempo sin traducir.
Pero para muchos lectores norteamericanos su libro dio un paso decisivo: por primera
vez ellos comenzaron a reconocer a los Andes como parte de los estudios, más que
hispánicos, americanos.

5. R EEXPLORACIÓN
EEXPLORACIÓN, REDESCUBRIMIENTO  E INDIGENISMO, 1900-1930

El comienzo del siglo XX constituyó un período oscuro tanto para las poblaciones
andinas como para los estudios andinos. Cuando en 1898 George Dorsey publicó
una bibliografía de 150 páginas sobre la antropología en el Perú, la mayoría de los
trabajos precursores y análogos conocidos en la actualidad le eran ya familiares. A
 pesar de la disponibilidad de tantas evidencias, sin embargo, el campo de visión de los
etnólogos extranjeros aún no abarcaba las poblaciones andinas recientes ni modernas.
This website storesLa antropología
data such as andina cerca de 1900 signicaba, mayoritariamente, el estudio de las
“antigüedades”
cookies to enable essential site y de las “razas”. La mayoría de los observadores locales y extranjeros
functionality, as well as marketing,
personalization, andcompartían el punto de vista
analytics.deteriorados,
epígonos You criollo
incapaces dedominante
domin ante al
contribuir al ver las poblaciones
entendimiento de ladegrandeza
alturas como
inca.
may change your settings at any time
En la región cuzqueña, según Tamayo Herrera (1980: 164-165), “…el indio
or accept the default settings.
ind io era visto
como un elemento más del paisaje, sin ninguna dignidad ni importancia propia. Era
considerado como el residuo de una raza que había degenerado y para la cual no se
Privacy Policy veía ninguna esperanza de redención o mejoramiento. La explotación del indio era
Marketing
considerado como necesaria, natural e inevitable” (véase también Francke Ballvé
1978). Las obras generales destinadas a informar al público internacional sobre las
Personalization
repúblicas andinas fueron inuídas por la “ciencia racial” oreciente en los países
Analytics noratlánticos, así como por la opinión pública de sectores educados en la América
latina. El mensaje transmitido al público lector era sencillo: la población serrana no
Save Accept
importa All (véase, García Calderón
mucho Calder ón 1907, Enock 1916, 1981 [1914], Adams 1915).
No hay pais mas diverso II.indb 41 04/05/2012 04:04:27 p.m.
 

42 FRANK SALOMON

Sin embargo, el nuevo siglo fue testigo de dos desarrollos simultáneos que parecen,
retrospectivamente, signos de un cambio en la marea antiandina. El primero fue el
reconocimiento
etnología como de los Andes
disciplina por investigadores
académica que, dichocomprometidos en la formación deen
sea de paso, se institucionalizaba la
las primeras décadas del siglo XX bajo el nombre de Social Anthropology en Inglaterra,
Cultural Anthropology en los EE. UU. y Canadá, Ethnolog
 Ethnologieie en Francia, y Völkerkunde 
en Alemania —términos de por sí asociados con tendencias teóricas divergentes. El
segundo desarrollo consistió en un movimiento regional de autodescubrimiento por
la intelligentsia del Cuzco, y rápidamente después, por otras ciudades de provincia.
Los etnólogos pioneros, ya desde la década de 1900, encarnaban
encarnab an estilos de inves-
tigación de inuencia duradera en las antropologías ded e sus respectivos países. Adolph
Francis Alphonse Bandelier (1850-1913), nacido en Suiza, fue discípulo de Lewis
Henry Morgan y absorbió de él el evolucionismo unilineal de la incipiente etnología
norteamericana a veces llamada “preboasiana”. Bandelier fue también un académico
representativo
 previos dede
estudios Norteamérica en la medida
la América nativa enyque
en norte s u investigación
su
mesoamérica. andina radicó
Sus primeros en
trabajos
de campo se realizaron en la América central (1877) y Nuevo México (1880-1889).
Bandelier al comienzo se ciñó al esquema unilineal de Morgan. Esta mentalidad no
dejó de condicionar las interpretaciones que iba formulando durante su década (1892-
1903) andina. Aunque Bandelier compartió la inclinación de Morgan por clasicar
las sociedades no-occidentales como ejemplares sobrevivientes de supuestos tipos
“antiguos”, su trayectoria pan-americana lo convirtió en un verdadero conocedor de
las culturas americanas modernas y con frecuencia supo captar matices no previstos
 por el unilinealismo. En The Islands of Titicaca and Koati  (1910), Bandelier presentó
un cuerpo coherente de información acerca de lo que él por vez primera denominó
“chamanismo” andino. Fue uno de los primeros intentos desde la “extirpación de
This website stores data such as
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idolatrías”
functionality, asmera
por interpretar a las creencias andinas como un sistema de ideas y no como
mezcolanza
well as marketing, de supersticiones. Evitó comparaciones burdas con el Viejo Mundo y
personalization,aspiró a denirYou
and analytics. los fundamentos culturales distintivos del Nuevo Mundo (Hodge1914).
may change your settings
Entreatlos
anyvecinos
time de Bandelier durante su estancia en La Paz, Bolivia, se encon-
or accept the default settings.
traba el pionero arqueólogo alemán Max Uhle.
Uhl e. El enorme aporte de Uhle pertenece a
la arqueología y ha sido bien apreciado por
po r varios estudiosos en una compilación bajo
Privacy Policy la edición de Peter Kaulicke (1998). Posiblemente debido a su trabajo como asistente
del etnólogo Adolph Bastian, director del Museo de Etnología en Berlín y coleccionista
Marketing
omnívoro de objetos que sustentasen sus teorías sobre la cultura material (Zimmerman
2001), Uhle adoptó un criterio amplio que permitió
Personalization per mitió cotejar la arqueología con el estu-
Analyticsdio de la cultura material moderna. Ejemplo de ello es su todavía famoso su artículo
sobre el khipu —o mensaje anudado— existente aún en la modernidad (Uhle 1940).
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Los etnólogos escandinavos de esa época compartieron el interés de Uhle en la


cultura material. El barón Erland von Nordenskiöld (1877-1932) fue americanista de
toda la vida, y en muchas oportunidades colaborador de destacados
destacado s investigadores de
campo (incluidos Kroeber, en Berkeley en 1926 y, más tarde, Alfred Métraux). Fue
el más académicamente cosmopolita de los “sud-americanistas” tempranos; trabajó
con colegas franceses, alemanes, suizos, norteamericanos, panameños y peruanos. No
menor fue el alcance de su labor etnográca, que incluye, investigaciones extensivas
entre las poblaciones del Gran Chaco,
Chaco , el norte de Bolivia y los kuna de Panamá. Nor-
denskiöld amplió el enfoque en la cultura material ensanchándolo con una sensibilidad
abierta a la mitología y cosmología “folk” (Lowie 1933). Estos temas están presentes
en sus informes tempranos (1906) sobre la cuenca del lago Titicaca y resuenan en
trabajos posteriores como, por ejemplo, los tableros de juego y los dispositivos de
apuestas de los rituales funerarios (Nordenskiöld 1918, 1930).
A nes del siglo XIX y comienzos del XX ya nacían propuestas para una “ciencia
de la sociedad” independiente de las premisas de raza y de evolución unilineal. Tal
disciplina fue proyectada por Émile Durkheim o, en otro sentido, por Max Weber e,
incluso en otro sentido más, por Franz Boas. Pero aún el estudio in situ de las socie-
dades llamadas “primitivas” no se había separado por completo
comple to de las teorías raciales.
En París de los 1860 adelante los académicos autoidenticados como anthropologistes 
fueron estudiosos de la raza y de la “sionomía” de Lombroso. En 1861, la Sociedad
de Antropología de París, liderada por Paul Broca, envió un cuestionario parcialmente
etnológico a sus correspondientes peruanos, pero los resultados, si hubo alguno, no han
salido a la luz (Comas 1961). Los discípulos de Broca tendieron a fusionar la antropo-
logía física con lo que sería la ciencia de la antropometría criminológica y a prescindir
del estudio etnográco. Arthur Chervin envió a Bolivia una expedición
ex pedición cientíca para
aplicar tal ciencia a la población americana. Su producto principal,  Anthro pologie 
 Anthropologie
 Bolivienne (Chervin 1908) tipicó la tendencia de “explicar… la estraticación social
This website storesen data such as raciales” (Zamorano 2011:451). Sujetos bolivianos quechuas, aymaras y
términos
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mestizos guraron como “especimenes” de “tribus” cuyas cráneos darían los índices
functionality, as well as marketing,
personalization, andmensurables
analytics. Youde sus destinos como mineros, salvajes, peones o criminales
criminale s insurrectos.
Tendencias
may change your settings at anysimilares
time eran fuertes
fu ertes en América del Norte durante el auge ddee la “ciencia
or accept the defaultdesettings.
la raza,” coincidente con la nueva legislación destinada a aislar y marginar a la
 población recién liberada de la esclavitud.
Privacy Policy
A pesar de la orientación racial de Chervin y sus colegas, fue en Francia que los
estudios andinos con base en el extranjero adoptaron por primera vez una postura
Marketing etnográca en el sentido actual de la palabra. Esto se debió enteramente al trabajo de
Paul Rivet (1876-1958). Desde su arribo al Ecuador como médico de una misión cien
Personalization cien--
tíca francesa en 1901, hasta la publicación de su titánica Bibliographie des Langues
Langues
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44 FRANK SALOMON

 Aymara et Kichua (1951-56, coeditada con el mismo Georges Créqui-Montfort quien


 Aymara quie n
se había embarcado en la mencionada expedición francesa a Bolivia en 1903), Rivet
edicó de manera rme y constante no solo un conocimiento único acerca de la len- len -
gua andina, sino también una estructura institucional de alcance internacional para la
apoyar investigación sobre los Andes. El trabajo de Rivet se centró en el  Musée de
l´Homme —en la actualidad incorporado al Musée du Quai Branly Branly — el cual dirigió,
y en la Sociedad de Americanistas de París, la cual presidió largamente.
La monografía de Rivet (1903) sobre los hablantes quechua de Riobamba marca el
debut de la etnología formal en Ecuador, donde trabajó casi solo durante varias décadas
(Rivet 1905, 1926). Rivet estuvo entre los primeros en oponerse a la denigración racista
de las poblaciones andinas. Rivet fue asimismo enemigo del nacionalismo académico.
Se hizo de muchos enemigos entre los patriotas franceses al mantener sus vínculos
académicos con Theodor Koch-Grünberg, etnógrafo alemán especialista en Venezuela,
Venezuela,
durante la I Guerra Mundial (Kraus 2010). Pagando el precio de sus convicciones se
vio obligado a refugiarse en Colombia durante la II Guerra Mundial y la ocupación
alemana de Francia (Harcourt 1958: 9). Durante su exilio Rivet trabajó de manera cer-
cana con Gregorio Hernández de Alba, Gerardo Reichel-Dolmatoff y otros fundadores
de la antropología colombiana. También
También se amistó con antropólogos en Norteamérica,
entre ellos Franz Boas, y con compatriotas exiliados tales como Claude Lévi-Strauss,
entonces alojado en la New School for Social Research
Research de Nueva YorkYork (Lauriè
(Laurière
re 2010).
A través de los museos que dirigieron —o enriquecieron— estos andinistas
internacionales alentaron a sus compatriotas hacia los estudios andinos. Pero pocos
 buscaron, o encontraron, discípulos en los países andinos. La decisión de estudiar
etnográcamente las culturas aborígenes fue tomada por ciertos miembros de las élites
nacionales y provinciales hispano-hablantes por razones distintas. Las raíces locales
de la etnografía, raíces crecidas en el contexto de los debates acerca del “problema
del indio”, se convirtieron en un tema central de la historia intelectual, por ejemplo en
la exploración de Roel Mendizábal (2000) acerca del  folclore o los muchos trabajos
meritorios
This website stores sobre
data such as el indigenismo tales como los de Tamayo Herrera (1980), Deustua
cookies to enabley Rénique (1984) y Carlos Iván Degregori y Pablo Sandoval (2008). Marisol de la
essential site
functionality, asCadena
well as marketing,
(2004 [2000]) traza con lujo de detalle los orígenes del indigenismo cuzqueño
personalization, and analytics. You
en la política cultural de las élites provinciales.
provinciale s. Una literatura igualmente interesante,
may change your settings at any time
aunque
or accept the default menos voluminosa, existe para Bolivia (e.g., Salmón 1997) y Ecuador (e.g.,
settings.
Ibarra 1999). Las páginas que siguen no harán más que mencionar algunos temas
desarrollados más detenidamente en las obras mencionadas.
Privacy Policy Alrededor de 1900 augurios de crisis en la región empobrecida y negada del Cuz-
Marketing co motivaron a unos pocos periodistas e intelectuales provincianos a exigir un nuevo
examen de la realidad quechua y a realizar un u n escrutinio más tajante que el que había
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hecho la literatura anticuaria o romántica heredada del siglo anterior. La sospecha de


una crisis inminente surgió en parte de ciertas consecuencias que el boom del caucho en
la Amazonía tuvo sobre la sierra. En 1903 un grupo de caucheros extranjeros presionó
ahacia
algunos trabajadores
el oriente andinosAlgunos
cordillerano. a transportar por tierra
murieron una empresa.
en dicha embarcación de aluminio
El incidente del
“barco asesino” se convirtió en un punto de unión. Pero los intelectuales cuzqueños
también reconocieron el carácter amenazante de los conictos
conict os agrarios, especialmen
especialmen--
te el uso de tropas armadas para fortalecer la mano de los terratenientes en su cada
vez más agresiva campaña de expropiación de las tierras comunales indígenas. Ideas
 positivistas y “spencerianas” que llegaban al Cuzco a través de libros académicos
 provocaron una toma de conciencia de hechos sociales —en contraposición a hechos
“raciales”— y la nueva perspectiva sociológica animó a los críticos del antiguo or-
den agrario. Los productos más tempranos de la agitación local fueron estudios de
campo peculiares y provinciales, pero decididamente etnológicos. En 1900 Fortunato
L. Herrera presentó a la Universidad San Antonio Abad del Cuzco una tesis titulada
“Ensayo
Chinchero.Etnográco de los
Precediendo unatrabajos
rama de(más
la Raza
no laQuechua” dedicada
investigación) a la reexploradores
de varios comunidad de
extranjeros, podría decirse que la tesis de Herrera es el primer trabajo de etnología
andina moderna (Tamayo Herrera 1980: 165-74, Valcárcel
Valcárcel 1981: 132). Otros estudios
e studios
siguieron la senda inaugurada por él.
La elevación de estos esfuerzos a un nivel cientícamente contemporáneo, sin
embargo, fue un fenómeno internacional y no local, en el sentido de haber sido esti-
mulado mediante el contacto con colegas extranjeros.
ex tranjeros. En 1910 el presidente Augusto
Leguía, amigo de conceptos modernistas importados, autorizó a una delegación de
los Estados Unidos (la misión Bard) para asesorar a su ministro de educación. Uno
de los asesores, Albert Giesecke, fue nombrado rector de la Universidad
Unive rsidad San Antonio
Abad del Cuzco a pesar de tener menos de treinta años de edad (Gade 2006). Ayudó
aciaredirigir en 1909
una reforma la revuelta
intelectual másestudiantil
sustancial.enGiesecke,
contra deeducado
los sátrapas
en la académicos
Universidadha-
de
Pennsylvania, Berlín y París, estaba familiarizado con la ciencia social de Pareto así
This website stores data such as
como con
cookies to enable essential sitetemáticas geográcas y comerciales fundamentales para su carrera básica-básica-
functionality, as wellmente gerencial y directiva. Intensamente sensible
as marketing, sensibl e hacia los asuntos locales, Giesecke
personalization, andenseñó a los
analytics. Youestudiantes cuzqueños el empleo de la observación directa y el uso de
may change your settings at any en
estadísticas time
el campo. “Nos hizo voltear los ojos hacia nuestra realidad”, recuerda
or accept the default settings.
Valcárcel, uno de los estudiantes de Giesecke y más tarde la gura gu ra más inuyente en
la institucionalización de la antropología peruana (Valcárcel 1981: 140).
Privacy Policy Los jóvenes intelectuales cuzqueños aplicaron el empirismo cientíco que
aprendieron de Giesecke a una agenda política regionalista: la reivindicación de los
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46 FRANK SALOMON

intereses de la sierra (por supuesto encarnados en oligarquías provinciales) en contra


de tendencias costeñas y centralistas. En las revistas cuzqueñas la etnología jugó un
 papel especia
especiall desde el comienzo (e.g., Delgado Zamalloa 1912, Ordóñez 1919-20)
1919-20).. Las

 pruebas de que
 promovieron unlacambio
raza despreciada de las alturas
en la conciencia eraEstos
regional. la os
Est misma razatambié
jóvenes noble nderealizaron
también los incas
investigaciones destinadas a documentar y críticar los abusos
abuso s agrarios. Así llegaron a
ser precursores de la antropología aplicada que iba a dominar la investigación peruana
medio siglo más tarde (Francke Ballvé 1978).
La moda “neo-inca” en el Cuzco alcanzó su apogeo tras las expediciones de
Yale (1913 y 1915) que publicitaron Machu Picchu y que, a través de los escritos de
sus líderes, impusieron —para bien o para mal— el tono de los estudios andinos en
los Estados Unidos durante los años subsiguientes (Bingham 1930 en arqueología,
Means 1925, 1928 en historia, Bowman 1916 en geografía). Mould de Pease (2000)
rastrea la participación de Giesecke. La expedición dejó secuelas complejas. Por un
lado, los cuzqueños estaban satisfechos por el brillante debut de la región en el ámbito
ámbi to
académico internacional pero, por el otro, estaban preocupados con la sospecha de que
la investigación foránea involucrase robos u otro tipo de abusos en lo que respecta al
sitial que los cuzqueños “cultos” ocupaban en calidad de guardianes del legado andino.
Una extraordinaria evocación del encuentro que las poblaciones quechuas y ayma-
ras vivieron con los intelectuales religiosos, reformistas y revolucionarios a comienzos
del siglo XX permanece, desafortunadamente, inédita. Se trata de la tesis doctoral de
Daniel C. Hazen The Awakening of Puno (1974). Hazen reconoce el fuerte impacto
de la campaña de alfabetización realizada por conversos adventistas, contemporánea
con el avance del indigenismo de izquierda (anarquista y comunista). En otros paí-
ses andinos, el indigenismo provinciano creció más tardíamente y de forma menos
vigorosa. De origen austro-boliviano, Arturo Posnansky (1925, 1937) había estado
visitando a las poblaciones uru-hablantes, entonces poco conocidas, del lago Titicaca y
Carangas desde 1902. Posnansky fue el primero
pr imero en promover la noción de un corredor
lacustre boliviano como zona etnográca en sí misma. Exceptuando alguna que otra
investigación de tipo histórico-cultural llevadas a cabo por un círculo de amateurs
ilustrados (e.g., Buchwald 1924), al comienzo Ecuador vio poca actividad etnográco-
This website stores data suchPero
indigenista. as en el Ecuador se produjeron imágenes fotográcas de la condición
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indígena a comienzos del siglo XX que aún asombran (Chiriboga y Caparrini 1994).
functionality, as well as marketing,
personalization,Blanca Muratorio
and analytics. You (1994) explora el signicado de la iconografía indigenista a ojos
may change your desettings
los sectores
at any urbanos
time —su trabajo merece compararse con la oreciente literatura
sobresettings.
or accept the default Martín Chambi y otros fotógrafos surandinos.
Mientras tanto, en la ciudad capital de Lima, lejos del fermento en los poblados
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quechuas asediados y lejos también de las desatendidas universidades
universidad es provinciales de la

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sierra, se estaba gestando un “indigenismo” distinto (Tord 1978, Marzal 1981: 439-504).
Por entonces Lima dominaba la vida intelectual del Perú. Para muchos de los miembros
de la “clase política” que buscaban remedios
remedio s para las aquezas que habían producido
tantos desastres durante la guerra con Chile, los millones de indígenas representaban
una carga para la modernización del país así como un defecto en lo que respecta a su
coherencia política. Antes de la I Guerra Mundial se atribuía rutinariamente
rutinariamente la situación
desfavorable de los indos a su inferioridad racial. Un círculo de pensadores liderado
 por Manuel González Prada (1844-1918) propugnó la por entonces nueva idea de que
las miserias de los quechuas eran el resultado de la explotación y de la discriminación.
El título de su maniesto Nuestros indios (1905) llamó a los peruanos a reconocer a
los aborígenes como una parte de la nación peruana en lugar de un lastre perte
perteneciente
neciente
a una nación anterior. Su programa exigía la escolarización rural masiva como medio
 para elevar a las poblaciones andinas al mismo nivel “moral y cultural” de los blancos.
La agenda de una asimilación benigna, pero esencialmente forzosa, se iba a convertir
en un motivo constante en el indigenismo limeño.
La “Asociación pro-indígena” liderada por Dora Mayer, por ejemplo, tuvo por
metas la investigación de los abusos y la defensa legal de los victimados. Invocó la
ciudadanía del indio, legalmente constituida pero careciente de representación ecaz,
 para desarraigar
de sarraigar ab
abusos
usos tales como el encarcelamiento por deudas (1907). También
inculcó el ideal de la ciudadanía como modelo de corrección cívica incompatible
con la tradición andina. El costeño (nacido piurano) de mayor vocación etnológica,
Hildebrando Castro Pozo (1979 [1924], 1960 [1936]), fue el primero en proponer un
 programa basado en el estudio concreto de las colectividades andinas
andina s y su funciona-
miento contemporáneo. Postuló que las instituciones andinas de cooperación al nivel
de los poblados constituían prototipos vivientes para una reforma rural. Idealizó a
los indios como “esta raza predestinada a enseñar a la Humanidad cómo debe vivirse
hermanablemente en el trabajo” (Marzal 1981: 450). La imagen del campesino andino
como socialista por herencia patrimonial iba a inuenciar duraderamente el indigenismo
limeño, no tanto a través de la etnografía sino mediante las inspiraciones ideológicas
de José Carlos Mariátegui.
El “asimilacionismo” y la retórica utopista algunas veces resultaron irritantes
 para los escritores cuzqueños
cuzque ños más cercanos a las tradiciones rurales e interesados
intere sados en
This website storesmovilizar
data such asa sus poblaciones— tanto mestizas como indígenas. Los escritos polémicos
tempranos
cookies to enable essential site de Uriel García, y especialmente los del joven Luis Eduardo Varcárcel,
functionality, as wellestaban
as marketing,
con frecuencia dirigidos directamente a los pensadores especulativos lime-
personalization, and analytics. You
ños. El inuyente
in uyente paneto de Valcárcel
may change your settings at any time
Valcárcel Tempestad en los Andes (1927) desafía a los
or accept the defaultlectores
settings.a idealizar menos la población andina para mejor encontrarse con ella y con
su realidad conictiva. La década de 1920 vio algunos levantamientos campesinos
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48 FRANK SALOMON

andinos y movimientos de políticas revolucionarias a nivel nacional. El indigenismo


cuzqueño se escindió enconadamente ante ant e las propuestas de adoptar o no una postura
revolucionaria. Los debates que lo agrietaron
agrietaro n tuvieron efectos de mayor alcance. Uno
de ellos fue el inducir a la intelligentsia a pensar en los “indios” como miembros de
una categoría de pueblos oprimidos a escala mundial, y no solamente un problema
meramente regional. Mariátegui, durante su estancia formativa en Italia, estuvo en-
tre los primeros en reconocer la semejanza entre la constelación social andina y las
condiciones de las poblaciones más
má s recientemente colonizadas de África y Asia. Este
 período vio el comienzo de un debate que aún hoy continúa entre clase versus “india-
nidad” (entonces llamada de manera casi intercambiable “raza”) como paradigmas
 para denir la realidad andina.

6. LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN ANDINA, 1930-1945

El primer gran constructor institucional en el ámbito de la arqueología,


arqueo logía, así como en la
formación
en dede
las sierras museos
Lima.peruanos, fue Julio
El intelectual C. ganó
precoz Tellouna
(1890-1947), un joven de en
beca de investigación Huarochirí
Harvard
y desde allí inició su camino hacia la primera carrera completamente internacional
en la antropología peruana. Su trabajo errático pero frecuentemente brillante arrojó
hipótesis que aún generan controversias productivas tocantes, por ejemplo, a la unidad
subyacente de las culturas amazónicas y andinas (Rowe 1947, Lothrop1948, Carrión
Cachot 1948).
Tello no fue etnólogo. Pero su convicción enraizada sobre la unidad de la tradición
cultural andina a lo largo del tiempo y del espacio lo llevó a organizar una publicación
de corta vida,  Inca (1923), con miras a unir distintas subdisciplinas pertenecientes
a la antropología. Tello fue fuerte defensor del siempre controversial método de la
“analogía etnográca”, es decir, el empleo de información etnográca para encontrar
ocentro-andina
interpretar elWallallo,
registro arqueológico. En un
Tello y Próspero
Tello notable
Mira
Miranda y extenso
nda (1923) artículo
conjugan la sobre la deidad
arqueología, la
mitología y la etnohistoria de la irrigación
irriga ción en San Pedro de Casta, mezclando confusa-
mente observaciones de eras diferentes pero ensamblando una totalidad que aún arroja
luz sobre el complejo cultural en torno al riego. Aunque su nueva biografía lo anuncia
como “el primer arqueólogo indígena de América” (Burger 2009), la investigación
This website stores data such as
 biográca (Daggett 2009) no esclarece si él realmente sabía el quechua como lo han
cookies to enable essential site
functionality, assupuesto sus admiradores. Tello se apoyó mucho en el talentoso provinciano quechua-
well as marketing,
personalization,hablante Toribio
and analytics. You Mejía Xesspe (1923, 1931), cuyos escritos demuestran familiaridad
may change your consettings at any time
el ambiente rural.
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En 1930 Luis E. Valcárcel reemplazó a Tello como director de museo. Desde


el momento en que supo conciliar el “indigenismo radical” y las simpatías por la
sierra con los recursos académicos de la capital, produjo un cambio trascendental. La
enorme autobiografía de Valcárcel (1981, ahora disponible en formato digital a través
del Instituto institucional
crecimiento de Estudios Peruanos) constituye
de la antropología el testimonio
peruana. Pero unocular mása los
vistazo ricoprimeros
sobre el
números de la  Revista del Museo Nacional , que Valcárcel dirigió, revela quizás con
mayor inmediatez de qué manera la etnología adquirió prominencia en lo que había
comenzado como un milieu  predominantemente arqueológico. El cambio hacia el
estudio de campo de poblaciones andinas modernas comienza de manera bastante
abrupta en 1938. Por primera vez, la crónica
crónic a del editor sobre la investigación vigente
vigent e
ubica a la etnología en primera plana: “La… cruzada indianista ha conquistado: ya
nadie duda que el indio de hace mil años creó
cre ó pujantes y seguidas civilizaciones en la
vasta área cultural de los Andes. Y son muy pocos los recalcitrantes que hablan todavía
de la‘degeneración’ de la raza indígena”
in dígena” (Valcárcel
(Valcárcel 1938: 7).
Valcárcel (1981: 319) iba a proponer más tarde
t arde otras justicaciones para la inves-
inves -
tigación etnológica,
lejos de perecer peroera
en 1532, la primera
aún partey del
dominante
presenteera demostrar
y de futuro delque la cultura
Perú. El vigorandina,
con el
que Valcárcel
Valcárcel se pronunció sobre este tema en 1938 tiene que ver con la llegada al Perú
de una serie de etnólogos extranjeros excepcionales (Valcárcel
(Valcárcel 1947a). Valcárcel
Valcárcel había
retornado recientemente del primero de sus tours a universidades norteamericanas.
Había sido gratamente impresionado por el vigor institucional de la etnología derivada
de las tradiciones boasianas, smithsonianas y de la propia Universidad de Harvard. En
su viaje también conoció al etnólogo suizo Alfred Métraux. Aunque Métraux (1935)
no fue principalmente andinista, promovió la orientación lingüístico-antropológica de
Rivet tanto en Francia como en los Estados Unidos, y alentó a una serie de académicos
franceses (Vellard 1949-50, Wachtel 1978) que contribuyeron al duradero enfoque
francés sobre los asentamientos lacustres del altiplano boliviano (Salazar-Soler 2008).

El trabajo
de antrión fue de mayor inuencia
el famoso internacional
volumen andino en el que
del Handbook Valcárcel
of South jugó elIndians
American papel
India ns 
(Steward 1946, vol. 2). Durante la II Guerra Mundial el combate y la represión política
impusieron un hiato en la actividad académica europea. Julian Steward, etnólogo evo-
lucionista cultural norteamericano hostil a la herencia boasiana, alojó el Handbook  en
 en
el Instituto Smithsoniano y así pudo situarse al timón del proyecto cuyos diseñadores
originales fueron los europeos Métraux y Nordenskiöld. El personal del volumen
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data such as la ambición de Steward por la construcción de sistemas
reeja siste mas evolucionistas.
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En etnología, la misión “stewardiana” cayó sobre los hombros de Harry Tschopik
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analytics. You Mishkin (1946) y Weston La Barre (1946) para el análisis de, res-
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50 FRANK SALOMON

 pectivamente, la etnografía aymara, quechua y uru-chipaya. Tschopik (1915-1956)


emprendió su trabajo de campo en el lago Titicaca en 1940 bajo la dirección de Clyde
Kluckhohn siendo por entonces un estudiante graduado. La versión más completa
de su publicación (1951) muestra la inuencia de Kluckhohn en lo que respecta a la
magia como factor revelador “de la congruencia entre la personalidad y el patrón cul-
tural” (Rowe, 1958: 134). Pero el interés más profundo de Tschopik
Tschopik no era la escuela
de “cultura y personalidad”, y su huella más duradera en la primera generación de
etnógrafos profesionales peruanos consistió en los rigurosos métodos de campo que
enseñó. Bernard Mishkin, estudiante de Boas y Ruth Benedict en Columbia, llegó al
 pueblo de Kauri, Perú, en 1937 (Mishkin 1940). Su corta bibliografía difícilmente
registra el impacto total de su trabajo: siendo hábil administrador (y más tarde en su
vida un hombre de negocios), Mishkin “tuvo una inuencia peculiarmente efectiva
en el desarrollo de la etnología en las universidades y museos peruanos” (Wagley
1955: 1033). Weston La Barre ya había preparado su famoso trabajo sobre el culto
norteamericano del peyote (1938) cuando viajó al país aymara en 1937 en calidad de
Stirling Fellow de Yale. Su etnografía sobre los aymaras (1948) fue originalmente
supervisada por el africanista George Peter Murdock, y también reeja la inuencia
del antropólogo-lingüista Edward Sapir.
La etnología internacional en Ecuador comenzó con Rivet, pero se hizo presente en
la academia de habla inglesa gracias a la personalidad
person alidad singular de Elsie Clews Parsons
(1875-1941). Su larga trayectoria se extendió
extend ió desde la primera hasta las últimas fases de
la antropología boasiana (Spier 1943, Kroeber 1943). Mujer acaudalada que nunca quiso
ni necesitó de una carrera académica, Parsons trabajó larga
l arga y prolícamente sobre las
tribus “pueblos” del sudoeste norteamericano bajo la tutela de Franz Boas. Gran parte
de su trabajo maduro concierne a los indígenas mexicanos. La campaña ecuatoriana
fue su última investigación. Una súbita enfermedad culminó con ella abruptamente y
no pudo ver su trabajo publicado. Su contribución ecuatorianista (Parsons 1940, 1945)
no ha sido lo sucientemente apreciada como expresión pionera de la perspectiva fe- fe-
menina sobre la organización social. Uno podría caracterizar a su etnografía
etno grafía Peguche
como obra de autoría dual femenina, ya que en su mayoría contiene lo que Parsons
aprendió de su talentosa asesora quichua Mama Rosa Lema. A través de su conexión
con el presidente latifundista ecuatoriano Galo Plaza Lasso, Lema se convirtió más
tarde en la primera representante de un pueblo andino ante la recientemente formada
 Naciones Unidas. En su vejez ganó cierta fama como matriarca étnica renombrada
hasta la era del post-Quinto Centenario.
Mientras que la red de Valcárcel
Valcárcel predominó durante la creación de la antropología
 peruana
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internacionalización académica. El indigenismo de Lima —un movimiento concentrado
en los “problemas sociales” del campo indígena más que en su cultura— encajó rápi-
damente con la agenda de reforma indigenista mexicana
mexican a predicada por Manuel Gamio
y Gonzalo Aguirre Beltrán. Moisés Sáenz, socio cercano de Gamio y, en la década de
1930 embajador de México en el Perú y Ecuador, oció una conexión entre los indi-
indi -
genismos. Sus dos monografías de 1933 sobre los indígenas peruanos y ecuatorianos
y su “integración en el orden nacional”, abogaban por un esfuerzo misionero secular
dirigido a la eventual disolución de formaciones sociales “cerradas”.
Durante la década de 1930, el Ecuador generó un indigenismo asimilacionista que
se superponía con el de Lima (Jaramillo Alvarado 1936, Rubio Orbe 1946, Santiana
1948). Las dos ciudades (Quito y Lima) participaban de la inuencia mexicana. El
ejemplo mexicano inuyó en la etnografía ecuatoriana hasta bien entrado el período de
 posguerra (Burgos 1970, ViVillavicencio
llavicencio 1973). La etnografía ecuatoriana encontró asilo
casi exclusivamente en instituciones formadas bajo el molde mexicano, especialmente
la Casa de la Cultura de Quito. La novela de estilo socialista  Huasipungo de Jorge
Icaza sobre la servidumbre indígena ganó fama
fam a inmediata tras su publicación en 1934,
reforzando en inmediato la alianza inestable entre los comunistas y los indigenistas
 personicada en la Federación Ecuatoriana de Indios (Becker 2008). Desde 2001
algunos partidarios del presidente Correa han reclamado el nombre de este grupo,
quizás por la fuerza de su impacto.
Algunos etnógrafos quiteños desarrollaron un estilo nacionalista, reivindicatorio
y reformista que poco debe a la antropología metropolitana. Algunos de ellos, como
Pío Jaramillo Alvarado y Luis Monsalve Pozo, son recordados hoy principalmente
como pensadores programáticos. Otros practicaron el trabajo de campo. Entre los de
inclinación mexicana los ecuatorianos recuerdan a Gonzalo Rubio Orbe (1956). Los
etnógrafos nacionalistas Piedad Peñaherrera y Alfredo Costales Samaniego (Costales y
Costales 2002) continúan activos en 2011. Su idiosincrásica serie monográca
mono gráca Llacta 
incluye información histórica y etnográca acerca de muchas etnias nativas. En 1961
los esposos Costales comenzaron a documentar etnográcamente la población chagra 
o mestizo rural, población apenas tomada en cuenta por
po r la antropología metropolitana
en aquel momento. Su revista  Llacta, el mayor reservorio testimonial de etnografía
sobre los Andes septentrionales, es un caso ejemplar de aquellas “antropologías
 periféricas” mantenidas a raya por los académicos metropolitanos (Romero 2008).
Otro etnógrafo inuído por la ciencia mexicana, Aníbal Buitrón (1964), trabajó con
antropólogos radicados en los EE. UU. desde 1941, siendo uno de ellos el entonces
muy joven John V V.. Murra. Posteriormente colaboró con la “Misión Andina” auspiciada
 por los gobiernos de EE. UU. y el Ecuador. En un momento en el que los países del
Atlántico Norte conocían a las poblaciones andinas solo como miserables campesinos
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y mineros oprimidos, Buitrón colaboró con el fotógrafo Collier para retratar a Otavalo
como una cultura indígena exitosa (1949). Poco a poco, se comenzó a cuestionar si
“el problema indígena” era realmente un problema.
El indigenismo del Cuzco en la misma época se comprometió con el mundo
académico norteamericano a través de los esfuerzos de John Howland Rowe, un
especialista en del
la Universidad los incas
Cuzcoque enseñó losdeprimeros
a comienzos cursos
la década modernos
de 1940 de etnología
y dio forma en
a los con-
tenidos del Handboo
 Handbook k  relativos
 relativos a los incas (Rowe 1946). Con el apoyo de la Wenner
Gren Foundation autodidactas e intelectuales cuzqueños recibieron entrenamiento
 por parte de de varios antropólogos extranjeros y peruanos. El resultado a corto plazo
fue la transformación de la investigación de estilo folclórico
f olclórico (e.g, Cornejo Bouroncle
1945), y las ya entonces desarrolladas vetas locales de estudios médico-tradicionales
y “quechuológicos” (Lastres 1943, Lira, 1946, 1949), en una comunidad de investi-
gación más comprehensiva (Núñez del Prado 1948). Jorge Flores Ochoa obtuvo sus
grados universitarios en el Cuzco. Hacia 1977 Flores Ochoa era reconocido como
distinguido etnógrafo del pastoreo de camélidos altoandino. Fue beneciario de una
 beca Guggenheim e invitado en calidad de profesor a la facultad de aantropología
ntropología en
Berkeley, California.
A largo plazo, el indigenismo cuzqueño procuró el desarrollo de especialistas y
maestros con fuertes compromisos locales y un número
n úmero de “tendencias” diversas con
vínculos internacionales y preferencias teóricas también diversos (Tamayo Herrera
1980: 309-317). Los resultados no se corresponden del todo a los “ismos” auspiciados
 por las escuelas de teoría etnológica francesa, norteamericana, británica y soviética,
sino más bien eran productos de discusiones bajo la luz
lu z de diferentes agendas locales:
ecológicas, crítico-sociales, eclesiásticas y demás. El sentido historicista de la intelec-
tualidad serrana inuyó. Desde la década de 1960 y a lo largo de la década de 1980 los
etnohistoriadores —John V. V. Murra, R. Tom Zuidema y John H. Rowe— inspir inspiraron
aron la
gran mayoría de las hipótesis productivas para el estudio de sociedades contemporá-
neas. La continuidad de las culturas incas y modernas propuesta por Valcárcel había
adquirido
Cuzco comounaunmística
portal propia: el gran
único hacia público en muchos
la autenticidad países
del Nuevo comenzaba a ver al
Mundo.

7. LA ANTROPOLOGÍA Y EL MODERNISMO  UTILITARIO DE LA POSGUERRA, 1945-1969

El nal de la II Guerra Mundial trajo un extraordinariamente renovado interés en la


investigación social andina, surgido de movimientos convergentes dentro y más allá
de los países andinos. En América del Sur, tanto los movimientos de derecha como

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de izquierda convencieron a sus respectivas audiencias de que el “subdesarrollo” de


América Latina iba a dar lugar una fase decisiva de modernización. Se suponía que la
“modernización” necesariamente
necesariamente implicaría presión asimilativa sobre las comunidades
andinas e impulsaría su “integración” en las instituciones nacionales. La etnología se
convirtió en un estudio orientado al futuro. Incluso Valcárcel, originalmente inmerso
en continuidades inca-moderno, por la década de 1950 reorientó su polémica para
enfatizar el valor de la antropología al interpretar la asimilación, “elevando el están-
dar de vida de los grupos menos favorecidos”, y ajustando la agenda del desarrollo
a las realidades peruanas (Valcárcel 1950, 1981: 319). Mientras tanto en los EE. UU 
la guerra mundial había impulsado las aspiraciones a una antropología desarrollista
también mundial. Surgieron alianzas entre el establishment  antropológico
 antropológico de Lima e
instituciones norteamericanas tales como el Instituto Smithsoniano y la Viking Fund  
(precursora de la Fundación Wenner-Gren). En 1945 Gabriel Escobar publicó en Lima
un maniesto de dos páginas que pronosticó con exactitud el tono de la etnología de
la década de 1950. Allí propuso un alejamiento de la historia cultural hacia “el estu-
dio de las condiciones actuales en sí mismas”. En lugar de tratar a las comunidades
andinas como partes o ejemplos de una cultura andina duradera, los especialistas
debían considerarlas sincrónicamente, como totalidades completas y coherentes que
descansan sobre bases funcionales que se visibilizarían a través de la participación
observante prolongada.
Una serie de subsidios externos hizo posible a los etnólogos
etnólogo s extranjeros y peruanos
expandir la modesta estrategia de muestreo de comunidades originalmente prevista
hacia una estrategia de grandes estudios regionales. Estas empresas estuvieron
es tuvieron asocia-
das al surgimiento de institutos de investigación etnológica en el Museo Nacional de
Lima y en la universidad insigne peruana, San Marcos. Los creadores del  Handboo Handbook k  
y los investigadores aliados al Instituto Francés de Estudios Andinos (fundado en
1948) tomaron como compañeros a un buen número n úmero de estudiantes peruanos. La tesis
sanmarquina de Gabriel Escobar sobre Sicaya (1973 [1947]), una comunidad cerca de
Huánuco, fue la primera etnografía producto de este tipo de colaboración.
colab oración. Entre aquellos
que ejercieron inuencia sobre la nueva generación estaban Tschopik del American
 Museum of Natural History y Jorge C. Muelle (1945, 1948, 1949-50), un estudiante
 peruano del primer Ph. D. de Boas, Alfred Kroeber. El proyecto regional del valle de
Virú, organizado a través del Instituto de Investigación Etnológica de San Marcos, y
generalmente recordado como la cuna de los estudios
estud ios andinos de posguerra (Greaves
1977: 1), fue notable no solo por la convergencia de talentos de las más importantes
universidades de los Estados Unidos, sino también por la conuencia largamente
 postergada de la tradición
t radición indigenista
i ndigenista del Cuzco,
Cu zco, encarnada
encarna da en la pers
persona
ona de Óscar
 Núñez del Prado, con grupo de Lima (V (Valcárcel
alcárcel 1981: 366-367). Hacia 1949, José

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Mar, másAll tarde devenido empresario de la investigación social peruana cuando
fundó y dirigió el Instituto de Estudios Peruanos, se encontraba
encontrab a estudiando con Jehan
Vellard (del IFEA) en un proyecto de equipo en la comunidad kauki-hablante
kauki-h ablante de Tupe
(Matos Mar 1949, Avalos de Matos 1952). Otros proyectos de equipo, cada vez más
 bajo la dirección peruana, se iban a multiplicar en los años subsiguientes (Matos Mar
et al. 1959).
Durante veinte años una ideología modernizante, anodina e insensiblemente cen-
trada en el Estado formó las bases —sin examinar— de la “ciencia social”. Greaves
(1977) ha señalado algunos de los énfasis característicos de la etnografía durante la
década de 1950, entre ellos la preponderancia de los estudios de comunidad con un
ojo puesto en la “marginación” o la “integración” indígena vis-à-vis las instituciones
nacionales. El estudio de Richard Adams sobre Muquiyauyo, aunque publicado mu-
cho más tarde (1959), descansa en un trabajo de campo realizado entre 1949 y 1959.
Originalmente Adams intentó investigar el “progresivismo”, es decir, la orientación
mercantil de la comunidad. La “modernización”, el cambio cultural y la aculturación
o la asimilación son los temas dominantes en la mayoría de las etnografías en inglés
de la era. Desde 1950 en adelante, las demandas de las agencias nancieras en busca
de conocimientos que apoyen el progreso, sin apoyar la revolución, transformaba la
antropología latinoamericana de etnografía indigenista a etnología del campesinado
como tal. La noción de “comunidad”, revivida de modelos mexicanos, resultó axiomá-
tica para observadores extranjeros con sus agendas desarrollistas tales como Doughty
(1968) o Dobyns (1964), pero también para el inuyente equipo peruano organizado
 por José Matos M Mar,
ar, de inclinación
inclinació n más mexicana, para
par a ejecutar trabajos de campo
intensivos en Huarochirí (1969). Estas temáticas disfrutaron de una larga carrera en las
editoriales académicas norteamericanas (Stein 1961, Beals 1966, Doughty 1968). En
los Estados Unidos diputados del Congreso “internacionalistas” (tanto republicanos
como demócratas) aprobaron bajo las presidencias de Truman y Eisenhower el esti-
 pendio de fondos estatales para la realización de trabajos de campo, con la esperanza
de que las ciencias sociales produjeran un modelo del desarrollo rural que resistiese
el avance del comunismo. La manipulación táctica de las ciencias sociales fue menos
transcendental que el utilitarismo insípido típico del “ boom  del sputnik” después
de 1957. Contrariamente a lo que se acostumbra pensar, la antropología fue solo un
objetivo tangencial en el intento de la CIA durante la década de 1960 de inltrarse en
el trabajo de campo en Sudamérica. Las ciencias políticas y la sociología fueron los
objetivos principales.
La antropología del desarrollo no era un bloque monolítico. Los lentes teóricos
a través de los cuales los extranjeros percibían la “modernizació
“modernización”
n” en los Andes dife-
rían considerablemente. El estudio de los “valores”, observa Greaves, alcanzó algún

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renamiento en los estudios de Ozzie Simmons sobre la “perspectiva criolla” (1955,
Save Muelle 1949-50),
Accept All o el de John Gillin (1947) sobre una comunidad hispano-hablante
con intrigantes antecedentes incaicos. La tipología étnica recibió atención entusiasta
y usualmente simplista por parte de los visitantes (e.g., Goins 1967). Las décadas de
1950 y 1960 experimentaron un cambio gradual desde las interpretaciones meramente
“pluralísticas” de la diversidad cultural (i.e., el tratamiento del “indio”, el “cholo” y
el “mestizo”
étnicas como como castas de
expresiones desiguales y discretas)
la estraticación porhacia
claseseleconómicas.
análisis de las divisiones
El estudio de
las dependencias y vínculos entre patrón y cliente introducido por Adams (1953),
independientemente del clasimo marxista, denió un terreno donde el investigador
 pudo contemplar las desigualdades
desigualdade s sin quedar contaminado
contami nado por las asociaciones
asociacio nes iz-
quierdistas (Vázquez 1957).
En los trabajos de William Stein (1977), así como en el de algunos antropólogos
marxistas peruanos (Ugarte 1978), se ha argumentado que el análisis de clase desen-
mascara y nalmente invalida el estudio de la cultura
c ultura andina como tal. La mayoría del
trabajo internacional en estas tradiciones descansaba en poco o ningún conocimiento
de las lenguas quechua y aymara. De manera global, la literatura de posguerra resultó
sociológicamente enriquecida, más etnográcamente empobrecida, en comparación
con laFue
de solo
los etnólogos pioneros.
en el ámbito de la antropología aplicada que “la literatura andina in-
uenció lo que pasaría en el campo de manera generalizada” durante las décadas de
1950 y 1960 —o al menos
meno s ese fue el parecer de Tom Greaves en 1977. Poco después
de la II Guerra, Allan R. Holmberg,
Ho lmberg, colaborador del proyecto del Valle Virú,
Virú, movilizó
cientícos sociales de Cornell y del Perú para iniciar el “Proyecto Vicos” (Holmberg
y Vásquez 1950, Dobyns y Holmberg 1962, Doughty y Lasswell, 1971 [1966]). Un
 proyecto con base en Cornell pero de menor envergadura se intentó llevar a cabo en la
sierra ecuatoriana (Maynard 1965). Vicos juntó etnólogos peruanos y norteamericanos
interesados en efectuar un “cambio dirigido” (Holmberg 1960) en lo que había sido
una comunidad campesina sujeta a la servidumbre en Huaraz. La bibliografía sobre
Vicos es enorme. Algunos piensan que supo inuenciar a los planicadores de la ley
de reforma
mero relejo agraria peruana
del espíritu de lade 1969,Los
época. mientras otros ven
antropólogos la aparente vivamente
se interesaron semblanzae en
vivament como
los
trastornos rurales relativos a la tenencia de la tierra y las relaciones de poder (Guillet
1979). Pero como observa Enrique Mayer (comunicación personal en 2010), el po-
deroso aparato que se llevó para respaldar a Vicos resultó ser no más innovador que
los cambios endógenos generados por cientos de comunidades andinas en la década
de 1960 al tomar tierras antes sujetas al sistema de hacienda. Desde una perspectiva
reciente, en 2010 Ralph Bolton, asesorado de Holmberg durante el último año de la

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vida de éste, se unió a Greaves y a la joven antropóloga peruana Florencia Zapata
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 para reexaminar el legado de Vicos, consultando a los antropólogos y recopilando los
recuerdos de los propios vicosinos. Cuarenta años después, los autores concluyen
concluye n que
Save Accept All
“el papel de Vicos como modelo de la antropología aplicada no pasó más allá de la
década de 1960” (2010: 345). Mayer (2009), testigo cercano tanto del proyecto
proy ecto V
Vicos
icos
como de la reforma agraria de Velasco, considera uno y otra como lecciones sobre la

 primacía de las consecuencias


La antropología no deseadas.
aplicada tuvo antecedentes
antecedentes peruanos así como norteamerica
norteamericanos.
nos.
Ya desde mediados de la década de 1940, el viajero mé
médico
dico Maxime Kuczynski-G
Kuczynski-Godard
odard
(1944, 1948) ofreció recetas para la intervención de orientación antropológica. En
1947 Valcárcel publicó una severa crítica sobre la mala adaptación de las instituciones
educativas a su milieu quechua-hablante, argumentando que “el etnólogo precede al
maestro” (Valcárcel 1947b: vi). Hacia 1957 los herederos del indigenismo cuzqueño,
liderados por Óscar Núñez del Prado, se embarcaron en un proyecto aplicado indepen-
diente diseñado para liberar a las poblaciones de Q’ero y Kuyo Chico de su servidum-
 bre (Núñez del Prado 1973). Los investigadores graduados de la posguerra temprana
 buscaron inuenciar a las instituciones
instituciones estatales
estatales mediante
mediante la publicación de antolo
antologías
gías
sobre sociedades andinas para el uso de maestros practicantes, así como a través de la

institucionalización
instituciona
el de trabajolización de layinvestigación
(e.g., Galdo Montalvo 1964,etnográca
Galdo y en ciertos ministerios,
Samaniego, 1967). La notablemente
antropología,
si bien es cierto de manera un tanto burocrática, formó una parte institucional
institucionalizada
izada del
“Plan Nacional de Integración de la Población Aborigen” (Perú 1961 et seq.). Tales
 proyectoss tuviero
 proyecto tuvieronn una atracción
atracción intrínseca
intrínseca para los adeptos a los viejos indigeni
indigenismos
smos de
estilo mexicano y limeño. Una convergencia hacia la “aplicación”
“apl icación” es notable en Ecuador
(Buitrón y Salisbury-Buitrón1947), donde las bases institucion
institucionales
ales para una etnología
“pura” permanecieron débiles. En Bolivia, una oleada de agitación agraria a comienzos
de la década de 1950, y una drástica reforma agraria en 1952, puso el problema del
cambio rural fuera de las manos de los experimentador
experimentadores es en pequeña escala y forzó a
la etnografía a concentrarse en las rápidamente cambiantes comunidades
comuni dades rurales (Carter
1964, Buechler y Buechler 1971). La literatura resultante a lo largo de la década de
1960 pertenece mayoritariamente
mayoritari amente a los estudios campesinos y a la antropología política.
El gran enemigo de este tipo de antropología utilitaria fue, por supuesto, José María
Arguedas. El genio literario bilingüe brindó a los Andes un importante opus etnográco
sobre las poblaciones de altura (Arguedas 1956, 1957). Si habría h abría que escoger una obra
 para representar los Andes en una antología de clásicos mundiales de la etnografía, ese
 podría ser su exquisito artículo sobre el culto y el trabajo del agua en su pueblo natal
de Puquio (1956). Escondidos bajo un título banal que hace reverencia a las ciencias
sociales (“Una cultura en proceso de cambio”), se encuentran joyas etnopoéticas

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de enorme valía para acercar al lector al legado sagrado andino. Con el apoyo de la
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UNESCO, Arguedas se convirtió en el único especialista en los Andes que investigó
Analytics mediante métodos de campo los antecedentes ibéricos de las comunidades de la sierra
(1963). Los cambios culturales
cultu rales en la era post-Sendero Luminoso
Lumino so han puesto a Arguedas
Save en elAccept All de santo patrón del pluralismo “intercultural,” circunstancia que diculta
pedestal
entender su casi-exclusión del milieu de las ciencias sociales en la década de 1960.
Los indigenistas de corte modernista nunca lo entendieron: el embajador mexicano
Moisés Sáenz fue quién le aconsejó a Arguedas abandonar la idea de escribir novelas
en quechua (Murra 1978: x). A modo de recordatorio, Rochabrún (2000) re-publicó
el brutal castigo crítico que Arguedas recibió de mano de ciertos cientícos sociales
al momento de la publicación de Todas las sangres. El último libro de su amigo John
V. Murra (Murra y López Baralt 1996) esclarece los procesos mediante los cuales
los reduccionismos, tanto desarrollistas como clasistas, así como racistas, nalmente
dejaron al hombre que sería “un quechua moderno” sin donde ubicarse.

8. I NTERPRETANDO Y DEFENDIENDO “LO ANDINO” EN LAS DÉCADAS DE 1960 Y 1970


 NTERPRETANDO

Si el “desarrollo” conrió a los estudios andinos de posguerra cierta unidad temática,


temá tica,
ella se desmoronó hacia nes de la década de 1960. Las razones son diversas, pero
entre ellas se incluye el fracaso de las políticas dirigidas a corregir
corregi r el “subdesarrollo”
mediante reformas internas a la órbita nacional. Entre 1963 y 1969, el diagnóstico de
José Matos Mar sobre las causas de la miseria andina cambió de la debilidad estructural
interna del Perú (“dualismo” de economía, etc.) hacia la “dominación internainte rna y exter-
na” (Matos Mar 1969: 30). La dominación económica y la dependencia internacional
iban a convertirse en temas del pensamiento socioeconómico del Perú drásticamente
reformista del régimen de Velasco
Velasco Alvarado (1969-1975), y no menos en las conside-
rables contribuciones que hicieron antropólogos peruanos a su programa de reforma
agraria. Immanuel Wallerstein y Eric Wolf proponían ciencias sociales de alcance
global. Por doquier el cambio en la escala “macro”, y no local, devino primordial.
Resultó oportuno pensar las temáticas andinas como ejemplar de las problemáticas de
cualquier campesinado en un sistema mundial. Hacia nes de la década de 1960, las
 preocupaciones políticas
p olíticas absorbieron mucha de la energía quequ e antes había nutrido a
la antropología de orientación desarrollista. Los campesinos sindicalistas, proletarios,
migrantes y mineros acapararon el foco de atención. La mayoría de las investigaciones
consagrada a ellos fue realizada por sociólogos y politólogos.
Pero en aquellos momentos adversos a la antropología desarrollista los estudios
andinos adquirieron una vitalidad sin precedentes desde otras tendencias. La expansión

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58 FRANK SALOMON

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fue explosiva. Solo la bibliografía de etnología andina durante la década de 1970 iguala
Marketing
aproximadamente la mole de todos los trabajos anteriores combinados.
combinados . Los resultados
han sido resumidos en otro artículo (Salomon 1982). En este período la investigación
Personalization

Analytics
andina buscaba alternativas a los utilitarismos, sean éstos de izquierda o de derecha.
Durante las décadas de 1970 y 1980 oreció aquello que iba a llamarse “lo an- an-
Save dino”. Accept
Este término
All hace referencia a un complejo tipo-ideal de ideas e instituciones
cuyas permutaciones, se sentía, dominaban la historia cultural andina. “Lo andino”
adquirió implicancias negativas del tipo “orientalismo” ex post facto, en una polémi-
ca nacida de desacuerdos internos a la vida académica norteamericana (Starn 1991).
Al tomar a Edward Said como su punto de referencia inicial, Starn perdió de vista el
origen histórico de “lo andino”. En su origen, “lo andino” tuvo un signicado cercano
a lo que buscó Octavio Paz cuando acuñó la expresión lo mexicano allá por 1938 en
la pionera revista Sur : no un término para designar al “otro” exóticamente distante y
lascivo, sino más bien para redescubrir y reconceptualizar la herencia “propia” con
la que el observador quiere reconciliar su modernidad (Krauze 2011: 172). Como lo
observó Hale (2008) en México, los etnógrafos extranjeros
e xtranjeros durante la década de 1970
 pudieron haber simpatizado con los compromisos utópicos o antiimperialistas de sus
contemporáneos urbanos latinoamericanos, y sin embargo pensar al mismo tiempo que
una antropología construida sobre plataformas universalistas, sin fundamentarse en
creaciones culturales de pueblos particulares, sería el exacto opuesto de la etnología.
Esta misma era la actitud de Murra cuando se dirigió a sus estudiantes de un curso en
1971 con las siguientes palabras:
¿Nos llaman los sociólogos “diletantes”, “anticuarios? No importa. Nos disgusta el ca-
rácter despersonalizado del método sociológico más de lo que valoramos sus virtudes
metodológicas.
metodológica s. La [Antropología] es hija del humanismo estético en unión con las ciencias
naturales. Comenzó con un encendido sentimiento de descubrimiento en el estudio de la
cultura. Con razón se la ha caracterizado como romanticismo intelectual. Pero nunca se
la llamó estéril ni monótona. (Citado en Salomon 2009: 98)

En ese momento, el humanismo etnográc


etnográcoo supo orecer más entre los historiado
historiado--
res que entre los antropólogos. Consecuentemente, no resulta un hecho accidental
acci dental que
generaciones de estudiantes
estudi antes entrenadas por etnoh
etnohistoriadores
istoriadores como John V.
V. Murra, John
H. Rowe, Hermann Trimborn, Udo Oberem, y R. T Tom
om Zuidema fueran, o regresaran, a
los países andinos con realzada conciencia de la tradición cultural andina en el mismo
momento en que tanto los marxistas como los desarrollistas empezaban a olvidarla.
Entre los estudiantes de Zuidema,
Zuidema , fue Gary Urton quien empleó de manera más creativa
las enseñanzas del estructuralismo holandés.
holandés . Para Urton, “cultura andina” no signica
ni ideología ni organización social, sino hábitos de razonamiento construidos sobre

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esquemas y categorías no occidentales. Sus ricas etnografías tratan de la lógica como


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labor cultural encarnada en la astronomía vernácula, la historia popular, y el arte de
Marketing los khipus (2004 [1990], 2006 [1982]). Otras variantes del estructuralismo también
generaron etnografía andina (e.g., Martínez 1976). Como veremos abajo, hasta el
Personalization
estructuralismo menos historicista, el de Lévi-Strauss, adquirió una faceta historicista
Analytics al aplicarse a los Andes.
Otro factor inuyente en la reformulación de “lo
“l o andino” fue el estudio histórico
Save Accept All
de los sistemas
Brownrigg económicos
(1973: 106) habíaandinos liderado
notado que por John de
la unicación V. las
Murra. Ya en 1973
perspectiva
perspectivas Leslie
s ecológicas
derivadas de Murra con las aproximaciones estructuralistas derivadas de Zuidema se
había convertido en una meta común. Las dos etnografías más inuyentes sobre los
Andes en las aulas de habla inglesa durante la década de 1980 fueron los trabajos de
doctorandas de Zuidema que no aceptaban el estructuralismo en su totalidad, sino
que buscaron fusionarlo con una perspectiva ecológica. La etnografía de Billie Jean
Isbell sobre Chuschi (Ayacucho), se concentró en un área en la que Zuidema y sus
estudiantes habían realizado investigaciones para la Universidad Nacional San Cris-
tóbal de Huamanga en su apogeo presenderista como laboratorio de desarrollo rural
(2005 [1978]). Cuando Catherine Allen (2008 [1988]) estudiaba uno de los pueblos del
área del Cuzco — zona que Núñez del Prado ya había elevado al estatus de “cultura
canónica”
Turner a undel sur-andino—
famoso ella
escenario extrapolóAntoinette
“vertical”. la etnografía simbólico-literaria
Fioravanti-Molinié de Victor
también ela-
 boró su etnografía sobre el “valle sagrado” de Yucay (1982) aplicando la noción de
escalonamientos superpuestos.
La visión “ecológica” (en rigor “geográco-cultural”) conformó en todos lados
una nueva “línea de saque”. El neozelandés Steven Webster (1981) desarrolló una
interpretación socioorganizacional y “vertical” del mismo
m ismo lugar descrito por Allen en
 La Coca Sabe. Las etnografías de Olivia Harris sobre el Norte de Potosí combinaron
una perspectiva cercana al marxista-malinowskiano
marxista-malinowskiano Max Gluckman con dos ingredien-
tes más: por un lado, las ideas ecológicas de su amigo Murra y, por el otro, las ideas
estructuralistas desarrolladas en diálogo con sus interlocutores franceses, en particular
con los etnohistoriadores Thérèse Bouysse-Casagne y Thierry Saignes. Harris ganó
 por
tronosusenartículos sobre Bolivia
la antropología social (2000) la cátedra establecida por Malinowski,
británica. Malin owski, un alto
Repetidas veces el intento de lograr una síntesis “ecológica” que sea a la vez
“culturalista” adoptó la forma de una gran homología: una estructura formal abstraí-
da mediante métodos estructurales es aplicada a varios dominios de la acción y del
 pensamiento, algunos de los cuales son de orden ecológico (como el escalonamiento
vertical de zonas productivas), y otros de orden ritual o simbólico (tales como los sitios

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ceremoniales). La misma congruencia estructural de varios dominios
dom inios (Earls 1973) fue
tomada en sí misma como una demostración del orden, consciente o subconsciente,
Privacy Policy subyacente a la organización andina. Las estructuras aducidas adoptaron muchas

Marketing
formas: antropomórcas (Albó 1973), dualistas (Platt 1980 [1978]), radiales o con- con-
céntrica (Vallée
(Vallée 1972, Rasnake 1989 [1988], Martínez 1976). El estructuralismo dejó
Personalization
su impronta. Pero desde que los estudios andinos obtuvieron sus lecciones en estruc-
Analyticstura de investigadores con largos recuerdos sobre los incas, el estructuralismo andino
adquirió un tinte diacrónico particular. La empresa más original y comprehensiva del
Save Accept Allcomo historiografía fue la Tesis de Estado de Nathan Wachtel (1990, y
estructuralismo
traducida en 2001) Le Rétour des ancêtres
ancêtres, un monumental estudio de campo y de “his-
toria regresiva” sobre las poblaciones uru-chipaya basado en décadas de investigación.
El viejo tema de Warren Hastings sobre la comparación de las poblaciones de
alta montaña volvió a la vida con gran vigor desde la década de 1980 en adelante. La
revista Mountain Research and Development 
Development  ha
 ha brindado intermitentemente compa-
raciones que cubren los Alpes, los Himalayas, Etiopía y otras regiones de interés para
los andinistas. En 1985 un número especial de orientación ecológica (Orlove y Guillet
1985) incluyó la versión original del presente artículo. “Religión and Sacredness in
Mountains” (“Religión y sacralidad en las montañas”) fue el título de otro número
especial (Bernbaum 2006). Las comparaciones entre zonas montañosas se hicieron
importantes en los estudios de cuencas hidrológicas (Schreier 2001), y más tarde
incluirían problemáticas sobre la des-glaciación y los debates sobre sustentabilidad
y conservación. La adaptación corporal a los ambientes de altura, un tema clásico
que fascina porque junta la genética con la cultura, sigue arrojando nuevas sorpresas
a comienzos del siglo XXI: las adaptaciones andinas y etíopes resultaron ser muy
diferentes (Beall 2006).
Alrededor de 1970 los estudios sobre campesinado parecían omnipresentes
omniprese ntes e indis-
 pensables. Análisis pos
post-chayanovianos
t-chayanovianos (Mayer 2004 [2002]), revisiones
revisiones de Wittfo
Wittfogel
gel
(Mitchell 1976) y estudios sobre comunidad de orientación ecológica (e.g., Brush 1977,
Lausent 1983) proveyeron a investigadores de inclinación culturalista de puentes hacia
las ciencias económicas o hacia la biología aplicada. Como observa Linda Seligmann
en su estupenda historia de “campesinismo” antropológico (2009: 331), la década que
comenzó en 1964 vio la fundación del Centro Internacional de la Papa, el Centro de
Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO, la primera organización
organización no gubernamental
en concebir los estudios rurales como una problemática “indígena”),
“indígena”), Mosca Azul Edi-
tores, el Centro Bartolomé de las Casas en el Cuzco y el Instituto de Estudios Peruanos
en Lima —todos ellos colaboradores importantes en los estudios sobre campesinado.
Los intentos marxistas por repensar esa “clase” campesina que Marx había deses-
timado tan desastrosamente pusieron a los izquierdistas latinoamericanos en el centro

 
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de debates
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time sobre la población rural mundial. En ese mismo momento
or accept the default settings.
el marxismo campesinista alcanzó el centro de la escena política. 1969, el año en
que Eric Wolf publicó Luchas campesinas
campesinas del siglo XX  (1987),
 (1987), fue también el año en
Privacy Policy el que las noticias sobre la masacre de My Lai Vietnam desacreditaron a segmentos
campesinistas de la academia conectados con la política norteamericana. Para una
Marketing generación de antropólogos con base en los Andes, el colapso del viejo orden agrario
(Guerrero 1983), junto con la participación en los conictos y las reformas agrarias,
Personalization

Analytics
resultó en una experiencia formativa que produjo alguna literatura
literat ura de valor duradero.
Ejemplos de una larga lista son los trabajos bolivianos de Jorge Dandler (Calderón
Save y Dandler 1986) y los estudios peruanos de César Fonseca Martel y Enrique Mayer
Accept All
(1976). Cuando el gobierno peruano promulgó una revolución agraria desde arriba,
algunos antropólogos encontraron puestos de trabajo en los ministerios. La etnogra-
fía nunca había estado tan cerca del poder: el antropólogo Mario Vázquez dirigió la
reforma agraria peruana desde 1974 hasta 1976.
A n de cuentas el “campesinismo” no era para todo el mundo. El encuentro
etnográco enfocado en comunidades, y la teoría etnológica que pretendió denir la
condición campesina como tal, dejaron mucho fuera de lado. Por ejemplo, el “cam-
 pesinismo” materialista y utilitario perdió la huella de ciertos logros centrales a la
supervivencia andina. Uno de ellos es el rol del ritual como mecanismo rector —y no
solo expresión superestructural— en los sistemas vitales de irrigación (Gelles 1984).
Los estudios de campesinado fueron por lo general historicistas en un sentido wolano,
y aportaron bien a la historia socioeconómica. Pero el historicismo campesinista dejó
de lado la óptica etnográca. Rara vez captó el punto de vista local sobre el signicado
del pasado y la naturaleza del cambio, temas que resultaron fascinantes cuando fueron
estudiados con otros métodos (Ortiz Rescaniere 1973, Yánez del Pozo 1986). También
También
fallaron al minimizar el cambio innovador o utópico entre los serranos (Skar 1997
[1982]), a menos que el cambio formara parte de explícitos movimientos campesinos.
Con raras excepciones (Oré 1983, Rivera Cusicanqui 1986) sus teorías dejaron poco
lugar para la agencia individual.
Y la teoría clasista trajo aparejada una insistente ideología antietnográca (Varese
(Varese
1978, Ansión 1986). Todos
Todos los estados andinos en la década de 1970 buscaron imponer
la categoría de clase “campesino” en reemplazo de términos raciales como “indio” o
la categoría étnica “indígena”. Los cientícos sociales simpatizantes del marxismo,
al ver la persistencia de la auto-identicación andina como una cultura de la clase
despojada de poder, usualmente apoyaron propuestas homogeneizadoras
homogeneizadoras de una nación
“mestiza”. Unos pocos etnólogos
etnó logos discreparon con ello. Y
Yaa en 1970 Fernando Fuenza-
F uenza-
lida congregó a una serie de antropólogos que insistían en mantener la “indianidad”
sobre la agenda —el volumen de 2009 que recopila sus propios ensayos etnológicos

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62 FRANK SALOMON
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lleva como título un epitao para lo que sería el Estado-nación. La homogeneización
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may change your sufrió el ataque
settings de antropólogos extranjeros quienes objetaron la desestimación de
at any time
las prácticas
or accept the default settings. quechuas y aymaras como antiprogresistas (Webster 1981). Stutzman
(1981) tildó a la plataforma de identidad “blanco mestiza” del presidente ecuatoriano
Rodríguez Lara de “ideología inclusiva de la exclusión”. El programa homogeneizador
Privacy Policy
también encontró sus enemigos entre ciertos disidentes al interior la izquierda andina,
tales como los altamente originales ecuatorianos Ileana Almeida (1981) y Galo Ramón
Marketing
Valarezo (1988). Rodrigo Montoya, perspicaz etnógrafo peruano, quechua-hablante
Personalization

Analyticsentrenado
 borrón en Francia
de las e izquierdista,
identidades quechuas al comienzo
a favor miró
de una con cierto
identidad estoicismo
de clase el pero
(1987), esperado
más
tarde realizó una espléndida investigación colectiva sobre etnomusicología quechua
Save Accept All
(Montoya et al. 1987) y en la actualidad estrecha manos con una joven intelligentsia
quechua enfáticamente “culturalista” (2006).
Más importante aún, nuevos apoyos a la investigación andina venían desde un
ámbito imprevisto: la Iglesia. El mandato
m andato del Vaticano
Vaticano II para re-evaluar las relaciones
entre el catolicismo y otras religiones, junto con
co n las demandas de la izquierda católica,
motivó la formación de centros de investigación apoyados por la Iglesia en las ciudades
del Cuzco y La Paz. En 1972 la revista  Allpanchis comenzó a publicarse y en 1971
surgió la serie monográca boliviana del Centro de Investigación y Promoción del
Campesinado (CIPCA). Ambos medios diseminaron trabajos de campo de primer orden
etanto
hicieron públicas corrientes
a académicos teóricas
como a curas los —notablemente estructuralistas—
medios para entender informaciónque brindaron
mitológica y
ritual custodiada durante mucho tiempo por los folcloristas.
La investigación alineada con la Iglesia generó un cuadro de honor demasiado
extenso como para reseñar aquí. Xavier Albó fue uno de los 152 jesuitas catalanes
que a partir de 1950 viajaron a Bolivia por orden del Papa (Salcedo 2009), entre los
cuales algunos contribuyeron a las ciencias humanas. Albó hizo su disertación doctoral
sobre el Quechua cochabambino (1979) en la Universidad de Cornell, y posterior-
mente prestó su apoyo a reivindicaciones indígenas tales como el restablecimiento
de los ayllus  territoriales en el período de Evo Morales. Hacia 1979, el dominico
Domingo Llanque Chana, una enciclopedia viviente de la cultura aymara, tradujo y
 publicó muchos ffolletos
olletos sobre
sob re religión indígena popular. Su trabajo puede ser visto
como un ejemplo
que cobró vigenciadedespués
la “inculturación”
del papado —teoría intercultural
de Juan XXIII sobre el
 (Orta 2004). Enrol del clero
Ecuador, el
 padre salesiano Juan Botasso amplió la misión de su orden largamente dedicada a las
 poblaciones shuar, con miras a la conversión cultural de los quiteños. La editorial y
librería salesiana, Abya Yala,
Yala, reivindicó que hasta 2011, 320 de sus autores publicados
se autoidenticaban como indígenas. La innovación católica surgió, en parte, como

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 pentecostales
functionality, as well as marketing, y mormonas— pero, hasta 1985, solo unos pocos investigadores vieron
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estas religiones como sucientemente importantes como para ser etnográcamente
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consideradas (Muratorio 1982).
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Seligmann atribuye la merma de la antropología “campesinista” después de 1985
en gran medida al agrupamiento irreexivo de formas de vida andinas que resultaron
Privacy Policy ser mucho más diversas y cambiantes de lo previsto. Entre las áreas insucientemente
Marketing
apreciadas bajo la rúbrica “campesino” se incluyen los grupos de pastores de altura
(Orlove 1977, Flores Ochoa 1968, Palacios Ríos 1977, Medinaceli 2010: 25-54),
Personalization
los mineros (Nash 2008 [1979], Godoy 1990 [1983]) y los sectores urbanos andinos
Analytics (Buechler 1980). Otras áreas de investigación que resultaron ser más importantes de lo
que previó el “campesinismo” fueron el parentesco y el matrimonio
matri monio (Mayer y Bolton
Save 1980Accept All los roles de género (Bourque y Warren 1981), la política a nivel local
[1977]),
(McEwan 1975), las instituciones económicas que interactúan con el mercado nacional
o el Estado (Mayer y Alberti, 1974) y los ujos de recursos en sistemas productivos
de altura (Baker y Little 1976).
Los antropólogos de la década de 1970 participaron
participar on en algunos debates políticos
como testigos expertos en defensa de los intereses cultuales andinos. Los temas incluían
la crítica a los programas que descuidaban las tecnologías andinas (Forman 1978) o
 buscaban reemplazar los cultivos locales por variedades importadas mal adaptadas, la
defensa de las tradiciones andinas en el cultivo y consumo de la hoja de coca (Carter
y Mamani 1978, América Indígena 1978), la ocialización de los idiomas quechua y
aymara (Albó 1979) y la modicación de las prácticas de la Iglesia ante las demandas
de los feligreses andinos (Marzal 1973). Una aplicación de la antropología admira-
 ble fue (y lo sigue siendo) el
e l esfuerzo de Verónica
Verónica Cereceda
C ereceda al aliar a los tej
tejedores
edores
del área de Sucre con un museo y una tienda cooperativa, con el propósito de hacer
remunerativos los tejidos andinos de gran calidad. Antes de 1985 muchos etnógrafos
entendieron que la migración urbana y la creación de barriadas andinas en ciudades
criollas estaban creando una órbita andina que excedía el universo agrícola (e.g., Matos
Mar 1977 [1957], Golte y Adams 1987, Lobo 1984, Oliart 1984).
Menos estudiado, y probablemente graticante para la investigación futura, es
el ingreso de investigadores de países que anteriormente no habían mostrado gran
interés en América Latina. La participación del Japón al comienzo
comien zo se concentró en el
estudio arqueológico, pero hacia 1985 el grupo de Shozo Masuda incluyó antropólogos
socioculturales uno de los cuales, Hiroyasu Tomoeda, continuaría produciendo varios
volúmenes editados en asociación con Luis Millones (1992). El Seminar für Völkerkun-
de, en la ciudad alemana de
d e Bonn, heredó de Max Uhle y Hermann Trimborn un fuerte
sesgo hacia la antropología histórica, pero entre sus miembros, Roswith Hartmann

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64 FRANK SALOMON

 buscó abrirse un camino hacia la etnografía (1971-72). Desde la década de 1960 hasta
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1990 Yurii
Yurii Zubritski parece haber disfrutado una franquicia monopólica de los estudios
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functionality, asde
wellcampo andinos publicados en la URSS. Produjo unas pocas obras en otras lenguas
as marketing,
personalization,que
andno fueranYou
analytics. el ruso (1964). Una pequeña misión polaca, con participación mixta de
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arqueólogos time
y sociólogos, y con escasos antecedentes en antropología metropolitana,
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en 1978 llegó hasta el río Huaura. Produjo una
u na obra meritoria (Posern-Zielinski 1982)
que anunció la hoy impresionante presencia de Polonia en la antropología andina.
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9. ¿ETNOLOGÍA DE QUIÉN, PARA QUIÉN?
Personalization

Analytics
Retomando la pregunta inicial acerca de cuándo y cómo el encuentro andino-europeo
adoptó conscientemente una forma intelectual, el estudio etnológico de las poblaciones
Save andinasAccept
despliega
All solamente un débil desarrollo linear continuo. En su mayor parte, el
trabajo intelectual
intelectua l a lo largo de la divisoria imperial tuvo lugar durante cort
cortas
as oleadas de
investigación intensiva que tendían a ser olvidadas antes de comenzar la siguiente oleada.
¿Qué tiene que ver esto con la situación de montaña como tal? Durante largos
 períodos las poblaciones tanto de los Andes como de los Himalayas desarrollaron insti-
tuciones de montaña notablemente endógamas. El Tíbet experimentó algunos períodos
de gobierno externo, que comenzaron
comenz aron más temprano que en los Andes: una intervención
China (c. 750-821 d.C.), un gobierno mongol semiautónomo (1270-1350 d.C.) y el
dominio de la dinastía china Qing (1724-1910 d.C.). Pero durante la mayor parte de
estos períodos, el Tíbet (o al menos la región de Amdo) parece haber mantenido un
espacio de marcada autonomía cultural con instituciones sacerdotales y aristocráticas
diferentes de los estados vecinos. Solo desde 1951 el gobierno chino ha fomentado
una invasión demográca masiva, juntamente con una ingerencia política que afectó
el gobierno local e intentó extirpar la religión. En contraste, en los Andes virreinales
la intervención militar comenzó más tarde pero la dominación territorial y cultural
comenzó más temprano. En los Andes la dominación externa no tomó la forma de he-
gemonía ejercida por un Estado precapitalista o feudal, como pasó en Tíbet a partir del
siglo VIII. La intervención en los Andes fue ejercida desde el comienzo por un Estado
incipientemente capitalista y típico de la “modernidad temprana” de los siglos XVI y
XVII, con sus respectivas facetas reformistas, contrarreformistas, absolutistas e impe-
riales. Irene Silverblatt (2004) sostiene que los virreinatos americanos se convirtieron
en la fragua que dio forma a los aspectos burocráticos y raciales de la modernidad.
Como campesinos, “la gente llamada indios” fue rápidamente integrada a la
economía mercantilista transatlántica. Sin embargo, culturalmente, “la gente llamada
Indios” durante largos períodos se convirtió en una población aparte —distanciada no

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 por límites territoriales, como en Tíbet, sino por mecanismos típicos de la modernidad
temprana para jar límites sociales. El cambio colonial erosionó selectivamente la
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data such as andina de élites estatales y sacerdotales. La sociedad colonial y la
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república temprana erigieron fronteras invisibles. El proyecto legal de la “República de
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Indios”, aunque solo parcialmente concretado, pretendía separar a la población andina
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de la sociedad
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settings. apartados en la sierra. Ellos fueron socialmente segregados mediante
estigmas contra el matrimonio entre castas y la “sangre” contaminada por mezclas
interétnicas. La separación estaba económicamente reforzada mediante deudas tribu-
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tarias, servidumbre y otras cadenas que impendían la mobilidad social horizontal o
Marketing vertical. En tiempos recientes, una frontera invisible perteneciente al reino del lenguaje
se hizo importante. El monopolio del castellano sobre el discurso autoritativo desplazó
Personalization
el quechua de la categoría de “lengua general” a lengua regional, y en algunas partes
Analytics
a lengua de un campesinado étnicamente diferenciado. Los hábitos culturales andinos
que sobrevivieron lo hicieron a través de la descentralización y la incorporación de
Save Accept All
fuertes mecanismos sociales de control de los recursos locales. Otros mecanismos
incluyeron disyuntivas simbólicas entre gente conable y q´alas foráneos, y, a veces,
la clandestinidad o privacidad cultural .
Así como la etnología de sociedades espacialmente aisladas oreció en épocas en
las que los extranjeros sentían una necesidad de extraer conocimiento más allá de las
fronteras geográcas (por cualquier razón, de expoliación o desinteresada), la etnolo-
etnolo -
gía andina y sus análogas orecieron en épocas en las que los extranjeros
extranjer os sentían una
necesidad de conocimiento sobre el e l reino del “Otro”, a través de fronteras sociales o,
cada vez más, por debajo de ellas. Ello no fue siempre así. Los encuentros tempranos
entre los conquistadores españoles y los nobles incas dan por momento la sensación de
una confrontación entre sociedades soberanas separadas. Pero desde 1550 hasta me-
diados de la Colonia, la empresa de erigir y mantener
m antener una disyuntiva entre los andinos
y las sociedades transatlánticas fue en sí misma la fuerza motriz de la investigación
administrativa. La presencia de la frontera generó tensiones y problemas que, a su
vez, requirieron de mayores expediciones hacia la sociedad indígena. Por ejemplo,
el muro creó un refugio para la preservación de religiones imperialmente proscritas,
cuya persistencia requirió de una investigación “extirpativa”. Las fallas del imperio
mercantil español al nivel de las bases andinas —despoblación, fugas, empobrec
empobrecimien-
imien-
to,
unarebeliones— periódicamente
vez que la frontera justicaban
social colonial estuvoladenida
búsqueda(desde
de mayor información.
los tiempos Pero
de Toledo
hasta mediados del siglo XVIII), la característica más sorprendente de la situación
fue el ligero grado en que el conocimiento cultural la cruzó en forma ascendente, en
comparación con el inmenso ujo de riquezas succionado a través de ella.

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66 FRANK SALOMON

Posteriormente, a lo largo de la era borbónica, las debilidades económicas y los


estallidos políticos nacidos de esta constelación, junto con la búsqueda de soluciones
técnicas, motivaron los permisos para investigar concedidos a individuos no-americanos
y a peritos
This website stores data suchespañoles.
as Entre los muchos a quienes se les asignó la tarea de investigar
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recursossite
explotables de América, Juan y Ulloa fueron los más dispuestos a defender
functionality, aslos
well“recursos
as marketing,
humanos” del imperio. Otros observadores extranjeros y peninsulares
personalization,seand analytics. You
inclinaron, por el contrario, a ver a la población serrana del virreinato tardío como
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lo opuesto a un recurso. Para los ojos extranjeros la gloria de los Andes, a diferencia
or accept the default settings.
de la de los Himalayas, era remota en el tiempo así como en el espacio. A nes de la

Privacy Policy Colonia y durante el siglosobre


glesas y norteamericanas  laspoblaciones
XIXlas pioneras investigaciones francesas,
andinas resultaron alemanas, in-
predominantemente
Marketing
anticuarias. La relevancia de la “degenerada raza indígena”
ind ígena” a los esplendores arcaicos
se consideró marginal.
Personalization
El surgimiento de una perspectiva etnológica moderna
mode rna en las décadas posteriores
Analyticsse debió, en parte, al descontento de las élites provinciales hacia el hipercentralismo.
Los intelectuales del Cuzco alrededor de 1900 se irritaban ante los límites tácitos que
Save AcceptaAll
acordonaban la sociedad andina fuera de la respetabilidad intelectual, ya que la de-
valuación del Perú nativo formaba parte de un paquete de ideas que también impedía
la reivindicación de sus urgentes y legítimas demandas regionalistas.
La antropología capitalina tiene otra raíz. Durante el período de la II  Guerra
Mundial, Valcárcel buscaba conectar las preocupaciones indigenistas provinciales

con políticas
el nuevo reformistas
Instituto limeñasdea través
de Etnología de variosde
la Universidad nexos, entre los Ante
San Marcos. que seaudiencias
incluyen
cercanas al centro del poder, festividades “incas”, museos, revistas y espectáculos
folclóricos proyectaron la “indianidad” como una parte nuclear de la “peruanidad”.
Décadas más tarde, cuando el gobierno revolucionario y nacionalista de Juan de
Velasco imponía un modernismo “clasista” poco simpatizante con el pluralismo, el
estudio de la narrativa “folk” adquirió una nueva connotación de contracultura. El éxito
meteórico de Gregorio Condori Mamani (traducido por Ricardo Valderrama y Carmen
Escalante Gutiérrez, 1977) ejemplica el momento. Esta elocuente autobiografía oral
doble cuenta en quechua la vida de un pobre cargador y su esposa en el Cuzco pre-
reforma agraria. El libro tuvo absortos a los lectores urbanos justo en el momento en
que el Perú estaba digiriendo la experiencia de su reforma agraria radical. Además

de las reediciones
ampliamente en castellano,
en cursos las traducciones
de universidades a otros
extranjeras. idiomas han
Al convertirse sido utilizadas
en clásico andino,
Gregorio Condori Mamani produjo un efecto paradójico: infundió en las percepciones
foráneas de los quechuahablantes el patetismo de la conmiseración, justo en el mismo
momento en el que los quechuahablantes deseaban ser considerados de otra manera.

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La etnografía andina del siglo XX  también debe mucho a un segundo factor:
los intentos en países noratlánticos de exportar las ciencias sociales. El encuentro
 —¿deberíamos decir desencuentro?— entre, por un lado, la antropología, politología,
sociología y económica en sus expresiones norteñas y, por el otro, los indigenismos
latinoamericanos, tuvo como propósito expreso la mejor “integración” de poblaciones
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rurales en los estados y mercados nacionales de cada país. Hacia mediados del siglo
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as,marketing,
functionality, as wellXX las aspiraciones de los gobiernos andinos al desarrollo económico mediante la
personalization, andmodernización
analytics. You y la “integración” de las comunidades rurales (y no mediante la revo-
may change your settings
lución,atyaanyrealidad
time en Bolivia), crearon un terreno común entre burocracia y ciencias
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sociales. El relativo fracaso del capitalismo y del Estado entre poblaciones de altura
se hizo penosamente evidente en (por ejemplo) los anuarios estadísticos de la OEA y
Privacy Policy la Organización Panamericana de Salud. Por primera vez, desde la era borbónica, la
modernidad en el arte de gobierno pareció demandar una etnología ministerialmente
Marketing
organizada y capaz de informar sobre los pueblos excluidos.
Personalization De una guerra mundial nacía una antropología mundial. En el período de posgue-

Analytics rra, la antropología noratlántica expandía su alcance desde el estudio de las sociedades
“primitivas” y tribales al estudio de los campesinados
campesinad os y los proletarios nativos. Mientras
Save queAccept
los etnógrafos
All británicos ahora juzgaban como etnológicamente interesantes
interes antes a las
minas sudafricanas —así como sus pares holandeses a las plantaciones coloniales en
Indonesia— los estudiantes graduados norteamericanos recibían entrenamiento para
estudiar la “sociedad compleja” en Puerto
Puer to Rico o México. Fue un cambio fundamen-
tal: las antropologías de Malinowski, Boas, y Lévi-Strauss habían contemplado a las
 poblaciones minoritarias y aisladas, pero Julian Steward, Eric Wolf, y Max Gluckman
 propusieron una etnología de las poblaciones mayoritarias.
m ayoritarias. Fueron los veterano
veteranoss de
la Guerra Civil Española y de la II Guerra Mundial quienes hicieron a la antropología
tomar consciencia de los campesinos de las Américas como hacedores de historia, y
no simplemente como indígenas “asimilados”.
A medida que instituciones gigantes como la Fundación Ford o el Departamento
de Estado de los Estados Unidos abrazaron el desarrollismo, los estudios latinoame-
ricanos supieron obtener importantes fuentes de nanciamiento, notablemente des- des -
 pués de 1957, cuando el pánico del Sputnik abrió las compuertas del erario federal.
Las universidades de Berkeley, Columbia, Cornell, Illinois, Pittsburgh, Wisconsin y
muchas más organizaron centros de estudios latinoamericanos por los que pasaría la
mayoría de los andinistas estadounidenses. Algunos de sus profesores, como Holm-
 berg, abrazaron el meliorismo “panamericano” y otros, como Wolf y Nash, dudarondudaro n
 por olfatear
olfate ar una atmósfera de Guerra Fría.
Fría . Este trasfondo político ha sido discutid
discutidoo
hasta el agotamiento en las asociaciones antropológicas durante sus épocas de cilicio
y ceniza, aproximadamente desde 1990 hasta mediados de la década de 2000.

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68 FRANK SALOMON

La etnología es teoría de la diversidad


diversida d o es nada. Pero la diversidad apenas cabía
en los modelos de desarrollo de los años 1945-1990. Lo mismo se puede decir acerca
de las teorías de revolución. Por lo tanto el contacto entre la etnología y la política
resultaba a veces poco mejor que un diálogo de sordos. Durante las décadas de 1970
y 1980, los etnógrafos que llegaban del extranjero y aquellos con sede en los Andes
 parecían encaminados a diferentes rumbos. AquellosAqu ellos antropólogos extranjeros que
This website stores datasido
habían sucheducados
as en la antropología aplicada, funcionalista y desarrollista, se en-
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contraron en compañía de una generación de colegas andinos igualmente economicista,
functionality, as well as marketing,
 pero dirigida por certezas marxistas-nacionalistas. Aquellos que pretendían infundi
personalization, and analytics. You
infundirr
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la etnografía andina la coherencia cerebral del análisis estructuralista, o a brindar
at any time
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la rica pátina cultural de la etnografía boasiana, se encontraron sentados con teóricos
de la dependencia y marxistas quienes cuestionaban cada vez más la importancia e
incluso la realidad de una cultura andina. Como joven etnohistoriador en el Ecuador
Privacy Policy
durante la década de 1970, este autor sintió que los diálogos teóricos de oídos sordos,
la polarización internacional y la aliación política partidística hacían improductiva
Marketing
la discusión teórica. La generación de mis compañeros ecuatorianos pensaba que yo
Personalization
estaba haciendo trabajo de campo por malas razones. Yo pensaba que ellos tenían
Analytics
malas razones para no hacerlo.
A nes de la misma década, la crisis de los pueblos amazónicos ante la “coloni -
Save Accept All
zación” hacía a otros etnólogos sentir la urgente necesidad de oponerse públicamente
al desarrollismo utilitario. En varios países el desengaño con proyectos dirigistas
motivó una antropología que pronto iba a autodenominarse comprometida
comprom etida . IWGIA,
sigla del International Working Group Indigenous Affairs con sede en Dinamarca,
Group on Indigenous
fue fundado en 1968 como respuesta a esta crisis. En Inglaterra, a partir de 1969  Sur-
vival International  respondió
  respondió a los informes sobre atrocidades en Brasil, utilizando
libremente el vocablo genocide para despertar la consciencia de quienes recordaban
recordab an el
nazismo. En 1972 el antropólogo amazonista David Maybury-Lewis organizó Cultural
Survival International , entre cuyo personal guraron ex voluntarios del Cuerpo de
Paz. En 1974 nueve obispos con diversas sedes
s edes en la Amazonía auspiciaron en el Perú
el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP). Todas estas
entidades publicaron meritorios estudios de casos que en su conjunto comenzaban a
verse como la etnología de un “cuarto mundo.”
Durante los años subsiguientes —años cuya intrincada historia de “antropología
comprometida” no cabe en estas páginas— el paradigma asociado con tales entida-
des alcanzó gran inuencia incluso en las provincias altoandinas. Cundió en secto-
secto-
res del cristianismo protestante como en los sectores católicos, en las asociaciones
 profesionales antropológicas, en innumerables ONG y en la ONU. El trabajo de campo
etnográco se denía cada vez más como un contrato bilateral entre el investigador

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y la comunidad: contrato cuyos términos se volvían controversiales en la medida en


que divergían de la clásica postura académica.
El discurso de los derechos de los grupos aborígenes se convirtió en un foro a
nivel global. Entidades civiles con bases en los países andinos comenzaron a per-per -
larse internacionalmente sin que la “clase política” tradicional las mediatizaran. La
agitación sociopolítica de la época movió las mismas fronteras sociales que habían
formado las líneas de referencia para todas las etnografías. Y aquí es donde ocurrió
This website storesalgo
data verdaderamente
such as nuevo. Quizás por vez primera en el Nuevo Mundo, una tradición
culturalsite
cookies to enable essential de montaña se convirtió en cosmopolita. Como parte de este fenómeno, y para
functionality, as wellgran
as marketing,
sorpresa de los mismos etnólogos, las variadas prácticas y retóricas etnográcas
etno grácas
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esbozadasat anyen
time
las líneas
efectos imprevistos,
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queanteriores resultaron
trascendieron tener poderosos
sus propósitos efectos
académicos. en sí mismos:
A mediados de la
década de 1980 una generación de campesinos e hijos de campesinos (principalmente en
Colombia, Ecuador y Bolivia) se familiarizaba con la antropología. Pronto la juventud
Privacy Policy conectada con turismo, ONG, cristianismo progresista, etc., adquirió la perspectiva y
Marketing el lenguaje de la antropología de corte “comprometida” (Rappaport 2005). Durante
el levantamiento indígena ecuatoriano de 1990 y en las protestas antiquintocentenario
Personalization
en 1992, los líderes de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Analytics Ecuador) demandaban “cultura” con la misma vehemencia con la que los sindicatos
campesinos y los partidos de izquierda reclamaban “revolución”. El colapso de la
Save Acceptde
izquierda Allorientación soviética y del maoísmo peruano dejó pocos rivales en pie.
Después de la segunda mitad de la década de 1980 la etnografía adquirió otro centro
de gravedad.
idioma Personas
aceptable para nacidas
articularen
esu
n los Andes absorbieron
“otredad” la discusión
antes denida etnológica
por la raza, la nacióncomo
y la
clase social. ¿Cuáles personas? Aparentemente, la actitud autoetnográca cundió entre
gente cuya relación con el legado andino divergía del habitus rural. Se trata de personas
cuyo arraigo andino se había complicado: se había vuelto diaspórico, multilingüe o
relativizado. Para la generación que se adueñaba del concepto etnológico de la cultura,
resultó posible tratar “lo andino” como un legado a interiorizar opcionalmente. Uno
 piensa en la observación de Clifford Geertz en Islam Observed , pequeño libro acerca
de la variable inserción del Islam en Marruecos y en Indonesia (1971: 17): hay gran
diferencia entre el sujetar una cultura y el estar sujeto a ella. En algunas universidades
 provincianas la subcultura académica expresa fuertemente una suerte de antropología
y arqueología populares que sujeta “lo andino”.
Para los ex campesinos
terculturalidad”, y susproclamada
ya ocialmente hijos que acceden
por losaministerios
la educación
desuperior, la “in-
varios estados,
genera un marco conceptual más útil de lo que lo fueron los conceptos de la nación,
la clase y la raza: marco más orientado hacia el agente, más libre, menos jerárquico y

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70 FRANK SALOMON

más cosmopolita. Resulta ser una plataforma maravillosa para practicar la etnografía.
Pero la “indianidad” en calidad de opción personal o movimiento social necesita una
dimensión imaginativa, una proyección hacia el futuro, tal vez una utopía. ¿Puede la
etnografía constituir el género adecuado para satisfacer este apetito? Como señala
Alcida Ramos (2008), los jóvenes que pintan murales y escriben páginas de Internet
“neoindianistas’ en instituciones que ya no son más racialmente exclusivas, lo hacen
sin mayores consideraciones de los cánones académicos típicos de la antropología.
El futuro papel del antropólogo en una compañía
com pañía tal aún no se dene: ¿seremos guías
críticos? ¿Proveedores de conocimiento cosmopolita? ¿Intérpretes? Resulta un enigma.
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Pero un enigma es mejor que un alejamiento. Al menos estamos en condiciones de
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well as marketing,
personalization,“intelectual
and analytics.nativo”
You o “intelectual orgánico”, sino simplemente como intelectuales.
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UAL:
L: EN
ENCU
CUEN
ENTR
TROS
OS ANDIN
NDINOS
OS,, 1532
1532-1
-198
9855 97
Marketing
Personalization
WHYMPER , Edwin
Analytics   1993 Viajes a través de los majestuosos Andes del Ecuador. Quito: Ediciones Abya
Yala.. [1892]
Yala
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Capítulo 2
ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ:
discursos y prácticas en la representación del indio, 1940-1990

 Pablo Sandoval 

a entrado el Perú en una nueva etapa de su política indigenista. Concurren a


la iniciación de este período [...]  el Estado, los servicios y agencias de ayuda
[...] el
técnica-internacional y los institutos especializados, con el consciente apoyo de
los directamente beneciados, los pueblos campesinos [...]  La presencia del conocedor de
[...] La

 H hombres y de pueblos [el antropólogo] ha resultado muy ecaz no sólo para orientar los
 proyectos sino para establecer un trato cconveniente
onveniente con los campesinos, la mayoría de
los cuales poseen una cultura que no es la nacional u ocial [...]. (Luis E. V
Valcárcel
alcárcel 1958)
Valcárcel representa la corriente pesimista acerca del mestizo. Pero toda persona que
haya vivido en muchas ciudades y aldeas de la sierra, sabe por propia experiencia que
el mestizo no representa solo “un borroso elemento de la clase media”, sino la mayoría
 y, en algunos casos, como ene n los pueblos del valle alto del Mantaro, la totalidad de la
 población de estas ciudades y aldeas [...]  El estudio del mestizo es uno de los más impor-
[...] El
tantes de los que la antropología está obligada a emprender en el Perú. Hasta el presente
 solo se han escrito ensayos
ensayos que tienen reexiones
reexiones sobr
sobree el problema;
problema; no se ha cumplido
aún un verdadero plan de investigación en contacto con el hombre mismo.
mismo . (José María

Arguedas 1952)
 El campesino que migra [a la ciudad] rápidamente accede a situaciones culturales nuevas
 y a ocupaciones no agrarias. Por sus contactos continuos y cada vez más frecuentes
con el mundo urbano aprende castellano, se alfabetiza, vence etapas y supera a los
intermediarios de la dominación interna regional. Esta movilidad afecta las relaciones
con su estrato, pues lo hace pasar de un sistema familiar o de linajes a uno de clases, a
través de lo urbano [...] y lo hace participar en la sociedad nacional en diversos grados
 y formas.
formas. (José Matos Mar 1970)

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2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 99

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 Dejemos que investiguen lo que quieran, aquellos que disponen de una inmensa cantidad
Marketing de recursos que se hallan lejos de nuestro alcance [...] Nosotros tenemos la obligación de
[...] Nosotros
 señalar que es lo que más nos interesa.
interesa. Debemos dar prioridad a los problemas y señalar
Personalization los más urgentes e inmediatos. YaYa no es tiempo que dediquemos esfuerzos a observar las
Analytics variedades o variaciones lingüísticas, o la forma cómo se come una cebolla, antes que
explicar el problema fundamental del campo: el problema de la tierra, nuestra situación
Save actualAll
Accept económico-social y el sistema opresivo que mantiene en la miseria a todo el pueblo
pueblo..
(Osmán Morote Barrionuevo 1969)
1. I NTRODUCCIÓN

Me ha parecido pertinente proponer, para empezar este ensayo, 1 la lectura atenta de
cuatro citas que condensan los ejes necesarios para contextualizar el itinerario de la
antropología peruana. Las tres primeras se reeren
re eren a la construcción del objeto, espe-
cícamente a cómo el “indio” se fue introduciendo, deniendo y recreando como tema
de análisis antropológico. La cuarta, tiene que ver con las dimensiones explícitamente
explíci tamente
 políticas de este proceso.
proc eso. Como desarrollaré a continuación, estos ejes se han super-
 puesto a lo largo del desarrollo
desarro llo de la antropología
antropolog ía peruana. Precisamente es en esta
interacción (entre el desarrollo de la indagación antropológica y sus circunstancias
 políticas, sociales y discursivas) donde deseo situar la comcompresión
presión de uuna
na disciplina
que se trazó desde sus orígenes la tarea de reconocer la diversidad cultural de las po-
 blaciones indígenas en el Perú en el contexto de un país fragmentado y desarticulado.
De manera especíca, lo que intento es plantear cuatro puntos de reexión —en- —en-
tre otros posibles— sobre el tipo de representaciones que la antropología peruana ha
construido acerca del indio, sea en su pasado (vía la etnohistoria) como en su presente
(mediante la etnografía).2 Es decir, comprender los vínculos que se establecieron entre
el indigenismo y la antropología, en un arco temporal que se inicia en 1946 (con la

1
  Las siguientes páginas buscan plantear algunas notas de discusión para futuras investigaciones.
investigaciones. No
se trata —de momento— de una investigación sustentada en archivos, ni entrevistas, y he evitado

recurrir,
ración la en la medida amazónica
antropología de lo posible,
puesa referencias bibliográcas
ha seguido un exhaustivas.
itinerario distinto. No principalmente
Me baso tomo en consideen-
mis anotaciones del curso “Antropología Peruana” que dicté el 2009 en la Escuela de Antropología
de la Universidad de San Marcos. Este breve ensayo fue escrito entre 2009 y 2010.
2
  Para dicho n, esta propuesta toma como horizonte una nueva corriente historiográca
historiográca de crítica
antropológica donde se articulan el exhaustivo trabajo de archivo con la recopilación intensiva
de entrevistas y testimonios orales. Esta corriente fue iniciada por Hallowell (1974) y continuada
después por Stocking Jr. (1987, 1995), Vincent (1990), Kuklick (1992), Stolcke (1993), Schumaker
(2001) y Goody (1995), quienes han renovado nuestra comprensión histórica de la disciplina.

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SAN DOVAL
AL
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fundación del departamento de antropología, en la Universidad Nacional Mayor de San


Privacy Policy Marcos) y culmina en la década de 1980 con el intenso debate político e intelectual que

Marketing
antropólogos e historiadores desarrollaron acerca de la modernidad de la “cultura andi-
na”, en un contexto de profunda crisis social, debacle económica y violencia política.
Personalization
Lo que busco es poner a discusión un conjunto de temas que permita reexionar
reexiona r
Analyticscómo sus practicantes denieron entre
en tre las décadas de 1940 y 1980 lo que se de
denominó
nominó
el “problema indígena y/o campesino”; y lo más importante, ubicándose ellos mismos
Save Accept All
 —en el transcurso
cientícos —y por de cambiosmorales—
momentos teóricos y de
vaivenes políticos—
sus procesos como losMe
y tendencias. intérpretes
interesa
resaltar la insistencia de estos/as intelectuales por convertirse
convertirs e en los portavoces cientí-
cos de la “cultura andina”, y problematizar los distintos diagnósticos que levantaron
sobre la diversidad cultural en los Andes, cuyo n último era inuir en el ámbito de
la cultura y la política nacional.
Adelantando una conclusión, podría decirse que en la década de 1940 buena parte
de la antropología peruana delineó su primera agenda de docencia e investigación bajo
la trama política y moral del indigenismo, patrocinada por su principal organizador
estatal y exponente intelectual, Luis. E. Valcárcel. Se vinculó una década después a
las vertientes culturales de las teorías desarrollistas y de modernización (en menor
medida a la corriente lévi-straussiana del estructuralismo), se sumó luego a las críti-

cas que dependentistas


modernidad) y marxistas
de la estructura social hicieran a la interpretación
latinoamericana, dualista
y en las dos últimas(tradición ha 
décadas, vs.
 participado de las discusiones sobre las posibilidades de un proyecto de desarrollo
intercultural (Cadena 2008).
Sin embargo, este proceso intelectual no ha seguido un camino lineal ni evolutivo.
Por el contrario, pese a las diferencias teóricas e ideológicas de sus practicantes, la
disciplina ha perseguido en el tiempo una agenda común en la reiteración de su tema
de estudio: esto es, el estudio de la “cultura andina”, logrando acumular en pocos años
un amplísimo corpus etnográco sobre su principal forma de organización social: la
comunidad campesina (Pajuelo 2000, Urrutia 1992, Mossbrucker 1991, Peña 2001).
Usualmente esta simbiosis entre indigenismo y antropología ha sido tomada como
obvia y natural; sin embargo, es necesario situarla en el contexto de las inquietudes

 políticas delmoldear
yecto logró indigensus
indigenismo
ismointerrogantes,
en América Latina, y reexiona
reexionar
impregnar r hasta
sus debates qué punto
puntsus
e incentivar o este pro
pro--
agendas
de investigación. Pese a especicidades y diferencias nacionales, lo cierto es que la
naciente antropología en América Latina (Serje 2008) profundizó luego de la II Guerra
Mundial un nuevo ciclo en la antigua disputa —esta vez en clave etnográca— por
la representación simbólica del “indio”; como ocurría simultáneamente en África y
Asia, donde la antropología de postguerra discutía críticamente sobre las nociones de

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or accept the default settings. tribal” y “sociedad de castas”, diseñadas anteriormente por la antropología
“sociedad
 británica y francesa (Asad 1993, Mafeje 1971, 1976, Feierman 1993, Appadurai 1986,
Privacy Policy Said 1989, Lienhardt 1976, Cooper 2004).
Marketing
Personalization 2. PREÁMBULO: LA ANTROPOLOGÍA PERUANA EN EL MARCO DE AMÉRICA LATINA
Analytics
Quizá un buen punto de partida sea asumir que la historia de la antropología en Perú y
Save América
AcceptLatina
All debe ser comprendida como
co mo el desarrollo de un “saber periférico”, si
 bien bajo ciertas particularidades. No fue una disciplina que dependió exclusivamente
de los vaivenes teóricos de las corrientes euroamericanas; aunque tampoco elaboró
“autónomamente” sus propias teorías y paradigmas (Krotz 1993, 1996, Cardoso de
Oliveira 1996, 2000). Una perspectiva historiográca
historiográc a más detallada precisaría más bien
que fue una antropología “heterogénea”; vale decir, una comunidad académica que
estuvo siempre conectada a las diversas redes de intercambio intelectual euroamericano,
aunque tensionada constantemente
constantemente tanto a sus necesidades políticas como a sus propias
tradiciones intelectuales,
intelectuales, en particular con el indigenismo. Fue bajo la inuencia de ésta
corriente ideológica que la antropología se conectó pronto con los dilemas nacionalistas
de construcción e integración estatal, que enmarcaron las políticas modernizadoras y
 populistas de buena parte del siglo XX latinoamericano (Jimeno 2005).
Lo cierto es que el indigenismo latinoamericano diseñó e institucionalizó la ideo-
logía racial del mestizaje, permitiendo que las élites usaran ese lenguaje para justicar
su presencia hegemónica identicándose como “mestizas” y deniendo al “Otro”, al
indio, como objeto de su intervención.
intervenci ón. Visto
Visto así, la tarea del indigenismo fue integrar,
in tegrar,
sacando de su aislamiento y sus formas premodernas, a la población indígena. La
antropología vino a ocupar entonces un lugar destacado en la ejecución de políticas
 públicas y en la elaboración de un nuevo discurso moral de construcción nacional,
 pues se le asignó la tarea de promover y facilitar la necesaria integración cul cultural
tural y
 política del indio, históricamente postergado de la nación (Baud 2003, Davies 1974).
Para ello se propuso implementar una nueva forma de conocimiento cientíco
aplicado. La oportunidad política se presentó con las necesidades estatales del México
 post-revolucionario (Dawson 1988), pero desbordó pronto ese territorio y en muchas
 partes de América Latina se articuló a otras propuestas
propuestas estatal
estatales
es de “revoluc
“revolución
ión cultural”
cultural”
que buscaban modernizar la mentalidad, los hábitos
há bitos y el modo de vida de la población
indígena. En lo esencial, esta “revolución cultural” aspiraba a formar un “hombre
nuevo”, racialmente mestizo, culturalmente nacionalista y políticamente ciudadano.
En cualquiera de los casos, la antropología indigenista representó en América Latina
una formulación no-india del “problema indígena”, una visión urbana sobre lo rural,

 
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tanto fue un time
at any esfuerzo intelectual citadino por imaginar la modernidad desde sus
márgenes
or accept the default nacionales y desde la ubicación periférica de los pueblos indígenas (Knight
settings.
1990, Kristal, 1991, Coronado 2009).
Sin embargo, como señala Stavenhagen (2010), entre las décadas de 1950 y 1980,
Privacy Policy
esta incipiente antropología indigenista fue modicando sus planteamientos y también
sus vínculos con el Estado. Su enseñanza se institucionalizó y profesionalizó en las
Marketing
universidades latinoamericanas,3 y se fue abriendo paso en las ciencias sociales de la
Personalization
región otros enfoques alternativos y críticos al indigenismo, como la teoría de la depen-
depen -
Analytics
dencia, el marxismo y el estructuralismo de la CEPAL, transformando la comprensión de
las relaciones de poder existentes entre el
e l Estado y las poblaciones indígenas. Aunque
Save Accept All
la recepción de estos nuevos enfoques tuvo dimensión
dim ensión latinoamericana, ello no quiere
decir que no hayan asumido ritmos y particularidades nacionales como en México,
Perú y Brasil. Por ejemplo, vía la tesis del colonialismo interno cuyo impacto fue
importante en México (Lomnitz 2007, Hewitt de Alcántara 1984), o la propuesta de
las “fricciones inter-étnicas” que consolidó una escuela etnográca signicativa en
Brasil (Correa 1987, Melatti 1982, Viveiros de Castro 1999, Pacheco de Oliveira 2005,
Peirano 1991), como también por una antropología histórica de orientación marxista
que se interesó por las interconexiones históricas de los campesinos con el capitalismo
y el sistema mundial (Kearney 1996, W Wolf
olf 1955, 1966, 1987, Mintz 1985, Roseberry
1989, 1995a, 1995b, y para el Perú, Smith 1989).
Pero de
 populista simultáneamente a la emergencia
integración nacional que sostuvode
al estas propuestas,
indigenismo el propio
ingresa modelo
a una profunda
crisis, minando la legitimidad de la antropología aplicada que en su versión de la
“aculturación” era promovida por antropólogos internacionalmente inuyentes como
los mexicanos Manuel Gamio y Gonzalo Aguirre Beltrán, cuyas propuestas se irradia-
ron por toda América Latina a través del trabajo de difusión del Instituto Indigenista
Interamericano (Giraudo 2006). Esta coyuntura facilitó el declive de la hegemonía que
hasta entonces poseía la tradición culturalista en la formación de los departamentos
de antropología de la mayoría de universidades de América Latina,4 y que tanto había
inuenciado en lecturas, planes de estudio, proyectos de investigación, intercambios
culturales y libros de texto.5 

3
  Especialmente en México, Brasil y Perú Sobre la formación universitaria puede consultarse, Traja-
no Filho y Lins Ribeiro (2004), Rodríguez Pastor (1985).
4
  Salvo excepcionalme
excepcionalmente
nte Brasil donde los intercambios fueron más variados, especialmente con la
(Correa 1987).
tradición francesa (Correa 
5
  El antropólogo Humberto Rodríguez Pastor recordaría así sus lecturas formativas de la década de
1960 como estudiante de antropología en San Marcos: “Nuestras lecturas se centraban en algunos
de los clásicos de la antropología de esos años: Melville Herskovitz y su libro  El hombre y sus

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2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 103


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Al tiempo que se renovaban los estilos de enseñanza e investigación antropológica
personalization, andenanalytics.
AméricaYou
Latina6, se inicia también en la región el distanciamiento entre la agenda del
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indigenismo antropológico y la agenda (ya no tan oculta ni incipiente) de los propios
or accept the default settings.
actores indígenas. Aun cuando este proceso se inicia muy temprano en la década de
1960, solo logra consolidarse veinte años después, instaurándose una situación que
Privacy Policy Bruce Albert (1997) ha denominado acertadamente como “post-malinowskiniana”.
Marketing Esto es, un escenario donde los antropólogos al perder el monopolio en la represen-
tación etnográca de los pueblos indígenas, logran reubicarse luego como testigos,
Personalization

Analytics acompañantes o activistas


deenden los derechos de aliados —en unaysuerte
las poblaciones de antropología
organizaciones colaborativa—
indígenas que
(Turner 2004,
2006). Éstas, por su parte, luego de un lento camino de aprendizaje lograron reinventar
Save sus Accept
propiosAlldiscursos históricos e imágenes etnográcas, elaboradas esta vez por sus
 propias élites intelectuales (algunos de ellos antropólogos), levantando así nuevas
demandas étnicas y estableciendo inéditas alianzas políticas (Martínez Novo 2009,
Warren y Jackson 2002, Yashar 2005, Rappaport 22007).
007).
Sin duda, este cambio radical ha acompañado la emergencia de movimientos
étnicos en países como México, Bolivia, Brasil, Ecuador o Guatemala y ha coincidido
con un contexto de profundas transformaciones globales que ha posibilitado la pro-
ducción de nuevas maneras de representar la alteridad del “Otro” indígena (Trouillot
1991, Rita Ramos 1998, Cadena y Starn 2010 [2007], Comaroff y Comaroff 2009).

nudosPero volvamos aque


problemáticos nuestro cauce inicial.
nos permitan Pongo
sugerir entonces
posibles pistasendeconsideración
investigacióncuatro
y en-
cuadrar una narrativa posible de la antropología peruana.

obras, Ralph Linton y su Estudio


obras, su Estudio del Hombre
Hombre, Clyde Kluckhohn y su Antropología
su Antropología,, y por supuesto
Margaret Mead y Ruth Benedict. Teníamos además una obra de cabecera que ayudaba mucho: La
Guía Murdock que nos facilitaba la clasicación de la información etnográca de campo. Y en esos
su  Antropología de la pobreza y
años hizo su aparición Oscar Lewis con su Antropología pobreza y varios libros suyos que
 biograaban a pers
personajes
onajes representa
representativos
tivos mexicanos” (2004: 269). Un relatorelato igualmente
igualmente contextual
 puede encontrarse
encontrarse en llas
as memori
memoriasas de Luis E. V Valcárcel
alcárcel ((1980).
1980).
 
6
Simultáneamente en Estados Unidos se daba un proceso de renovación crítica y radical de la disci-
 plina ejempl
ejemplicada
icada en llaa pu
publicaci
blicación
ón ddee un libro con el título
título emblemático
emblemático de  Reinventingg Anthrop
de Reinventin Anthropo-
o-
logy editado por Dell H. Hymes (1972). Un balance contextualizado
contextu alizado respecto a esta renovación de la
antropología norteamericana puede verse en Roseberry (1996), Darnell (1998) y Vincent (1990).

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104 PABLO SANDOV


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3. FORMACIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA EN EL PERÚ Y LA CONSTRUCCIÓN  DEL “ANDINISMO”
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Desde at any time universitaria en 1946, la antropología peruana nació inevitablemen-
su fundación
or accept the default settings.
te ligada al indigenismo y contribuyó
contr ibuyó a la construcción de la noción de lo “andino”.
“and ino”. Para
ello escogió a las pasadas y presentes “culturas indígenas”
indígenas ” como su objeto de estudio
Privacy Policy y representación etnográca. Planteaba que las prácticas de lo “indígena” podían ser
rastreadas en la documentación etnohistórica, y desde allí, mediante una operación de
Marketing

rescate
Personalization
comprobaretnográco que enfatizara
su persistencia las continuidades
casi inmutable ecológicas
en las actuales y rituales,
comunidades era posible
campesinas, pese
Analyticsal impacto de cuatro siglos de dominación colonial y experiencia republicana, como
a los procesos de cambio locales y nacionales (Núñez del Prado 1953, Ossio 1973).
Save Gracias
AcceptaAll
esta visión, el conocimiento indígena devino en “pensamiento andino”,
y desde ese punto de partida los etnógrafos se lanzaron al campo buscando construir
formulaciones teóricas sobre lo “andino” y la comunidad indígena como un sistema
social coherente y estable de complementariedad ecológica, reciprocidad y redistribu-
ción de “larga duración”. La apreciación de este sistema como básicamente igualitario
estaba implícita en la conceptualización misma de la reciprocidad andina (Flores Ochoa
1973, Ossio 1981). Es posible que esta antropología haya intentado seguir las pistas del
trabajo pionero de John Murra (1972, 1978), pero omitiendo las advertencias
advertenci as metodo-

lógicas y comparativas
de un máximo de pisos que éste planteó
ecológicos” al formular
(Wachtel 1973).suPese
propuesta de sido
a que ha “control vertical
criticado en
los Estados Unidos y el Perú por ser una representación “exotista” de la cultura andina,
desprovista de historicidad, inuenciada sobremanera por el estructuralismo francés, el
funcionalismo británico y la etnohistoria estadounidense (Poole 1992, Cadena 2008),
lo que importa aquí es destacar su innegable inuencia para marcar el horizonte
hori zonte y los
ánimos de investigación de las décadas siguientes (Guerrero y Platt 2000).
En efecto, vinculada en sus inicios a los
lo s conceptos de “área cultural” y “acul
“acultura-
tura-
ción” propuesta por la antropología norteamericana , esta corriente asumió rápidamente
7

una postura teórica que coincidía en sus presupuestos básicos con la del  Handbook
of South American Indians. En esta, el concepto de “área cultural” relacionaba las

7
  Principalmente
Principalment e por Alfred Kroeber, Melville Herskovits, Robert Redeld, Ralph Linton y Julian
el Handbook of South Ame-
Steward. En el marco de esta perspectiva entre 1946 y 1959 se publica el Handbook
rican Indians (Steward
Indians (Steward 1946-59), cuyos 7 volúmenes presentan una visión panorámica de las áreas
culturales indígenas sudamericanas. Para el área andina, destacan entre otras contribuciones las de
Miskhin, Kubler, LaBarre y Tschopik. Para un buen resumen sobre las nociones “aculturación” y
“área cultural” véanse Redeld et al. (1936)
al. (1936) y Steward (1943 a y b). Para una visión crítica de la
noción de “área cultural” véase Wallerstein (1997).

No hay pais mas diverso II.indb 104 04/05/2012 04:04:34 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 105

nociones de territorio y cultura como ámbitos equivalentes:


equiv alentes: una cultura se apropia de
This website storesun data such as y se reproduce en su interior. Así, los límites culturales coincidían con
territorio
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sus fronteras
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entre bloques homogéneos: el área cultural andina con la mesoamericana, por ejemplo
personalization, and analytics. You
(V
(Valcárcel
may change your settingsalcárcel
at any1947).
time
Este “andinismo” se conectó pronto con redes y nanciamientos de investigación
or accept the default settings.
de alcance regional (Nugent 2010). Patrocinada por el Estado peruano, sus primeras
instituciones fueron el Museo de Cultura Peruana (1945), la revista  Perú Indígena
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(1948),8 el Instituto de Etnología y Arqueología de la Universidad de San Marcos
Marketing (1946) y la sección peruana del Instituto Indigenista Interamericano (1946). 9  En
las siguientes dos décadas esta generación de antropólogos/as logró convertirse en
Personalization
una comunidad establecida, conectada a redes de peruanistas —principalmente de
Analytics
EE. UU.— 10 y conocedora en el terreno de un “área
“ár ea cultural”, rivalizando incluso con
la antropología mexicana y opacando en sus inicios el desarrollo de la disciplina en
Save Accept All
los países vecinos —Bolivia, Ecuador, Chile y Colombia— (Cadena 2008).
Por su importancia crucial en la conformación moderna de las ciencias sociales
en el Perú, una mirada atenta a este periodo fundacional debiera tomar en conside-
ración el conjunto de la obra antropológica de personajes claves como el indigenista
Luis E. Valcárcel, e inuyentes antropólogos como José Matos Mar, Efraín Morote
Best, Allam Holmberg, Mario Vázquez,11 Héctor Martínez, John Murra y José María
Arguedas,12 cuyas obras etnográcas e intervenciones públicas y literarias —en el caso
del último de los mencionados— marcaron fuertemente la agenda de investigación

8
  Igualmente queda pendiente la revisión y análisis de las revistas  América Indígena, Revista del
 Museo Nacional  y Folklore
 y Folklore Americano
Americano,, donde escribier
escribieron
on los principales protagonistas
protagonistas del indige-
nismo antropológico peruano y latinoamericano.
latinoamericano.
9
  Luego del congreso indigenista de Patzcuaro realizado en México (1940), se crea en 1946 el Ins-
el  Plan Nacional de Integración de
tituto Indigenista Peruano (IIP), que implementa poco después el Plan
la Población Aborigen.
Aborigen. Sobre las investigación antropológicas de este Instituto véase, Martínez
(1970) y Martínez y Samaniego (1977).
10
  Por esos años es importante la presencia de fondos de investigaciones
investigacion es e intercambio cultural -
nanciados por instituciones norteamericanas como la Fundación Ford, el Social Science Research
Research
Council , la fundación Wenner Gren y el Instituto Smithsoniano.
11
  En particular su tesis doctoral (1952) que resume bien el tránsito del indigenismo antropológico a
las propuestas de modernización, y que le sirven de base para su posterior participación en el diseño
e implementación de la Reforma Agraria velasquista.
12
  En el caso de Arguedas es necesario un mayor análisis para comprender los cambios en sus orien-
taciones etnográcas comparadas teniendo en cuenta primero sus monografías “nacionales” (Hua- (Hua -
manga, Puquio, Valle del Mantaro, Chimbote) y el trabajo simultáneo sobre las comunidades de
España.

No hay pais mas diverso II.indb 105 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

106 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

de la antropología andina entre las décadas


d écadas de 1940 y 1970. Si hacemos un re repaso
paso de
los tópicos académicos que se asumió en esta primera etapa, nos encontramos con un
conjunto
This website stores de temas
data such as que permanecerán vigentes décadas después,
des pués, aunque bajo lecturas
cookies to enableteóricas y etnográcas
essential site distintas: el rescate del folclore andino, las posibilidades del
functionality, asmestizaje
well as marketing,
cultural, las ambivalencias culturales entre tradición y modernidad, la mi-
personalization, and analytics. You
gración del campo a la ciudad, la ecología andina y la etnohistoria como una manera
may change your settings at any time
de reescribir
or accept the default settings. el pasado histórico prehispánico.
Una comprensión más precisa de esta etapa, debe prestar atención a la inuencia
in uencia
que tuvo el indigenismo mexicano y el culturalismo antropológico norteamericano
norteameric ano en
Privacy Policy
la formación de las primeras promociones de antropólogos en la Universidad de San
Marcos (Martínez 1990). Este inujo se dejó sentir en los proyectos que desarrolló el
Marketing
Instituto de Etnología de San Marcos en el valle de Virú (1948-1951), en la cuenca
Personalization
de Cañete (1948-1950), pero especialmente en el proyecto que realizó entre 1952 y
Analytics1955 en las comunidades de Huarochiri (Matos Mar 1958); también en el denominado
“Plan Nacional de Integración de la Población Aborigen” llevado a cabo por el Instituto
Save Accept
Indigenista All
Peruano; 13 pero en especial en las investigaciones etnográcas realizadas

en el mundialmente famoso “Proyecto Vicos de antropología aplicada” (1952-1966).


Este proyecto fue una ambiciosa propuesta de modernización y “cambio cultural” de
las poblaciones indígenas dirigida por la Universidad de Cornell y el Instituto Indige-
Indig e-
nista Peruano y que se implementó en el marco de las preocupaciones norteamericanas
en el delineamiento de la guerra fría en América Latina y el tercer mundo (Bolton et
al. 2010). Dedetodas
conuencia las experiencias
un selecto iniciales, fuenorteamericanos
grupo de antropólogos ésta la que más yimpacto tuvo en la
el entrenamiento
de un signicativo número de estudiantes de antropología de la Universidad de San
Marcos.14 Sin duda, fue en su momento el intento más ambicioso por superar las lec-
turas indigenistas de las poblaciones indígenas y ofrecer por el contrario una “teoría
cientíca” sobre el cambio cultural de los indígenas de la serranía peruana.

13
  en Plan nacional
La literatura es abundante. Un listado se encuentra en Plan nacional de Integración de la Población
 Aborigen (1963).
 Aborigen (1963).
14
  Algunos profesores norteamerican
norteamericanos
os impartieron clases en la Universidad de San Marcos, con el
apoyo nanciero de la Comisión Fulbright. Igualmente fueron importantes otros profesores visitan-
visitan -
tes como Juan Comas (España), Jean Vellard (Francia), François Bourricaud (Francia), este último
de mayor inuencia teórica en la renovación de las miradas del medio rural. Véase en especial,
Cambios en Puno. Estudios de sociología andina (1967).
andina  (1967).

No hay pais mas diverso II.indb 106 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 107

4. EL INDIO Y EL PODER  EN EL PERÚ: DOMINACIÓN Y CONFLICTO EN LA SOCIEDAD RURAL 
EN LAS DÉCADAS DE 1960 Y 197015

Aun reconociendo los intentos de la naciente antropología peruana por elaborar una
This website stores data such as
comprensión
cookies to enable essential site más objetiva de las poblaciones andinas, pronto se verá desbordada por
functionality, as wellun
asconjunto
marketing,de procesos sociales y políticos que cambiará sustancialmente el paisaje
personalization, anddelanalytics.
poder You
rural en la década de 1960. La acelerada modernización de la sociedad
may change your settings
rural puso entime
at any tela de juicio las lecturas previas, y los antropólogos descubrían que los
or accept the default settings.
 propios campesinos buscaban vías alternativas de articulación a lo
l o qque
ue entonces
e ntonces se

Privacy Policy denominaba


delineando el“sociedad
rumbo delnacional”. Enparticular,
cambio, en pocos
part años,
icular, una serie dedel
la ampliación acontecimientos fueron
mercado interno y la
vertiginosa urbanización e industrialización de las ciudades, abriendo de este modo
Marketing
nuevas opciones económicas en la serranía peruana.
Personalization Esta situación provocó que en Perú, como en otros países de América Latina

Analytics (Mallon 1992, Peña 1997, Palacios 2008), aconteciera una transformación cultural de
mayor densidad: la expansión del bilingüismo, la escolarización campesina, la difusión
Save de medios de comunicación masiva, el crecimiento demográco y la migración a las
Accept All
ciudades. Situados en un contexto de expansión
expansió n del capitalismo rural y de una mayor
 presencia del Estado, los campesinos se constituyen en actores políticos, logran esta-
 blecer una alianza estratégica
estratégica con incipientes
incipientes agrupaciones
agrupaciones de izquierda, cuyo resultado
fue la formación de un inédito movimiento social que enfrentó directamente el poder
de losEnhacendados
pocos años(Handelman 1974). tomas de tierras consiguen desequilibrar el
y mediante sucesivas
viejo sistema oligárquico de intermediación política, estraticación social y jerarqui-
jerarqui -
zación étnica que hasta entonces habían monopolizado gamonales, terratenientes y
hacendados. Mostraban de este modo que era posible derribar el viejo “triángulo sin
 base”, arrinconar al gamonalismo y minar las bases de dominio de los lo s mistis. T
Toma-
oma-
dos en conjunto estos hechos socavaron la legitimidad de la estructura de dominación
tradicional entonces vigente e incitaron,
incitaron , bien o mal, a que gobiernos civiles (Belaúnde
1963-1968) y militares (Velasco Alvarado 1968-1975) declararan, por temor o con-
vicción, la necesidad de llevar adelante una profunda reforma agraria que redujera la
 posibilidad de una insurrección campesina en los andes (Remy(Rem y 1990, 1995).16

 
15
Hago explícita alusión al libro El indio
libro El indio y el po
poder
der en eell Perú
Perú que publicara el Instituto de Estudios Pe-
ruanos (Fuenzalida et al. 1970)
al. 1970) con textos fundamentales de Fernando Fuenzalida y Enrique Mayer.
16
  Un puñado de antropólogo
antropólogoss trabajaron directamente en la elaboración de la reforma agraria velas-
quista como Mario Vásquez, Carlos Delgado, Stefano Varese, Alberto Chirif, entre otros. Véase,
Mayer (2009).

No hay pais mas diverso II.indb 107 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

108 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

Para los jóvenes antropólogos que iniciaban sus actividades de formación aca-
démica, estos eventos coincidieron con la extraordinaria coyuntura histórica de los
años sesenta. Recordemos que un conjunto de acontecimientos nacionales y mundiales
inquietaron sus ánimos políticos: las imágenes triunfantes de la Revolución cubana, los
discursos utópicos del movimiento estudiantil europeo y latinoamericano,
latinoam ericano, los retratos
This website stores data such
 juveniles de laasRevolución cultural china, la resistencia vietnamita a los EE. UU.; y en
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el Perú, el trágico nal del intento guerrillero del Movimiento de Izquierda Revolu- Revolu-
functionality, as well as marketing,
personalization,cionaria (MIR You
) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) a mediados de los 60s. En
 
and analytics.
may change your este contexto,
settings at anylotime
mejor de la antropología y las ciencias sociales se dejó impactar por
estossettings.
or accept the default cambios, reorientando muchas de sus premisas, y esforzándose por sintonizar
con una realidad rural en la cual se advertía la transformación de los antiguos patrones
de adscripción étnica.
Privacy Policy
Un buen número de trabajos antropológicos tendió entonces a ubicar al “indio” en
Marketing la historia y a considerar las identidades étnicas como dinámicas y exibles, superando
en parte la esencializació
Personalization esencializaciónn indigenista de años anteriores (Degregori 1995). Consolidan
una agenda de investigación sobre “la nueva sociedad
socied ad rural”, que en el caso de Cotler
Analytics
(1968) logró ofrecer una nueva forma de entender las relaciones
relacione s políticas entre “indios”,
“mestizos” y el Estado-nacional, delineando tendencias de cambio social a mediano
Save Accept All
 plazo, señalando procesos culturales claves como la cholicación y la emergencia de
nuevos actores como los movimientos campesinos.17
Situada entonces en una coyuntura de transición histórica, esta antropología se
 preocupó centralmente por denir el destino cultural del indígena en su incorporación
al mundo moderno: o su asimilación total vía el mestizaje cultural o su incorporación
heterogénea en lo que entonces se denominó como el proceso de cholicación (Quijano
1980 [1964], Bourricaud 1967, Rochabrún 2000).
En cualquiera de los casos, una mirada más atenta a este periodo debería centrarse
en el análisis detallado del “Proyecto de estudio de cambios en pueblos peruanos (o
más conocido como “Proyecto de estudio de cambios en la sociedad rural-Valle de
Chancay” auspiciado por la Universidad de Cornell y dirigido por William F. Whyte
y José Matos Mar desde el Instituto de Etnología de la Universidad de San Marcos y
el Instituto de Estudios Peruanos. Aunque inicialmente el proyecto se cobijó bajo el
 paraguas de la teoría de la modernización (Matos Mar y Whyte 1966), pronto los jó- jó -
venes investigadores inuenciados por otras corrientes teóricas (en particular, la teoría
de la dependencia y en menor medida el marxismo), dieron un giro a la investigación
 privilegiando el estudio de la modernización rural desde el punto de vista de los nuevos

17
  Un buen indicador de estas visiones se encuentra en la serie Perú Problema
serie Perú Problema publicado
 publicado por el Insti-
tuto de Estudios Peruanos entre las décadas de 1960 y 1970.

No hay pais mas diverso II.indb 108 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 109

 patrones de movilidad social, la diferenciación interna de las comunidades campesinas


y la emergencia de nuevas de estructuras de poder, dominación y dependencia. Se
convirtió en central el estudio de las comunidades como parte de una sociedad rural
que interactuaba con una acelerada dinámica nacional de cambio. 18 
Pero con este proyecto no solo se anaron los lentes con que se interpretó la so -
ciedad rural. Se consolidó además una nueva etapa en la formación
formaci ón y la investigación
This website storesantropológica
data such as en el Perú, ya que se internacionaliza académicamente, muchos reali-
zan sus site
cookies to enable essential doctorados en universidades inglesas, norteamericanas y francesas, y logran
functionality, as wellconectarse
as marketing,a una amplia red de nanciamientos (es el inicio del boom de ONG en el
personalization, andPerú)
analytics. You
y discusiones antropológicas en América Latina y EE. UU., por ejemplo, vía las
may change your settings at any time
or accept the default settings.
redes intelectuales del indigenismo o la teoría de la dependencia.
5. A NTROPOLOGÍA, MAOÍSMO Y SENDERO LUMINOSO, 1969-1980
Privacy Policy

Marketing Se ha dicho con razón que la historia de Sendero Luminoso ( SL) está ligada a la histo-
ria de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga ( UNSCH). Se ha armado
Personalization
además que SL fue producto del encuentro entre una élite universitaria, provinciana
Analytics
y mestiza, y una base social juvenil —también provinciana y mestiza— descontenta
ante el rumbo que tomaba un proceso de modernización regional que no traía consigo
Save Accept All
la ansiada movilidad social.
soc ial. Esto se deba quizá a un sello distintivo de Ayacucho:
Ayacucho: que
su principal movimiento social en la década de 1960 no haya sido un movimiento
campesino por tomas de tierras, como ocurría en otras zonas de los Andes, sino un
movimiento de estudiantes secundarios que luchaban
luchaba n por la gratuidad de la enseñanza
y que logró sacudir las provincias
prov incias de Ayacucho
Ayacucho y Huanta en 1969 (Degregori
(Degr egori 1990a).
Lo cierto es que reabierta en 1959 —en medio de enormes expectativas de
modernización de la educación universitaria— la UNSCH fue el principal centro de
gravitación de las aspiraciones ayacuchanas y vista como un polo y experimento de
desarrollo regional. Tuvo como misión central la de contribuir al estudio y la solución
de los problemas de su denominada “área de inuencia” (Ayacucho,
(Ayacucho, Apurímac y Huan-
Huan-
cavelica), hasta ese momento excluida de cualquier plan de desarrollo.  Cuando en
19

18
  Las monografías elaboradas en el marco del proyecto son numerosas, y un listado sistemático se
encuentra en Rivera Andía (2006). De entre ellas, destacan las de Olinda Celestino, Carlos Iván
Degregori, Jürgen Golte, Fernando Fuenzalida, Jaime Urrutia, Rodrigo Montoya, César Fonseca,
José Portugal, Humberto Rodríguez Pastor, Heraclio Bonilla, entre otros. Por esos mismos años,
 Norman Long y Bryan Robe Roberts
rts (1984) coordinaron un profundo trabajo de campo en la la sierra cen-
cen-
tral donde captan igualmente las dinámicas de cambio ya mencionadas.
19
  Para un pano
panorama
rama ideológico y polpolítico
ítico de llaa regi
región
ón ay
ayacuchana
acuchana antes de la insurrección
insurrección senderista
senderista
 puede revisarse
revisarse Urruti
Urrutiaa y Glave ((2000),
2000), Mil
Millones
lones (2005) y Heilman (2010).

No hay pais mas diverso II.indb 109 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

110 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

1962 el reconocido antropólogo Efraín Morote Best llegara al rectorado, la universidad


consiguió reclutar a un interesante grupo de jóvenes académicos extranjeros y nacio-
nales que le dio a esta casa de estudios un dinamismo intelectual
int electual inédito en la región.
Por sus aulas transitarían personas, ideas y corrientes de pensamientos
pensamient os muy variados20 
y sería el propio Morote Best quien se encargara de fortalecer institucionalmente las
carreras de antropología, historia y arqueología, plasmando un antiguo proyecto de
estudio de las poblaciones indígenas. Bajo su tutela se llegó a producir un importante
corpus de conocimiento etnográco e histórico del entorno regional, como muestran
This website stores data such as
los trabajos coordinados por Luis Lumbreras, Lorenzo Huertas y especialmente R.
cookies to enable essential site
functionality, asTom Zuidema
well as marketing,en la zona del río Pampas. 21
personalization, and Pese a estos
analytics. You esfuerzos, desde muy temprano la UNSCH se vio tensionada entre la
may change your apertura
settingsyatelany
enclaustramiento.
time Aun cuando queda mucho por investigar, el hecho es
or accept the default settings.
que hacia nes de la década de 1960 un sector de profesores y estudiantes de la UNSCH,
ligados a la “fracción roja” del Partido Comunista, se radicaliza rápidamente e inten-
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tan dar el salto político al querer controlar sin éxito la dirección de la Confederación
Campesina del Perú (CCP). Pero logran poco después dirigir con relativa facilidad
faci lidad los
Marketing gremios de docentes y estudiantes, así como las instancias administrativas decisivas
de la universidad. Como se sabe, el líder de la “fracción roja” del Partido Comunista
Personalization
ayacuchano fue el profesor de losofía Abimael Guzmán, quien consiguió reclutar a un
Analytics
selecto grupo de jóvenes de la élite intelectual ayacuchana,
ayacuchana , en su mayoría estudiantes
Save
y egresados de carreras de ciencias
Accept All
cie ncias sociales, educación, trabajo social y agronomía. A
estos les propuso una lectura inédita de la realidad ayacuchana en cuyas conclusiones
destacaba la necesidad de construir una rígida organización partidaria capaz de destruir
el viejo orden agrario semifeudal.22 Que esta salida asumiera una perspectiva armada

20
  En di
distintos
stintos momentos de llaa déc
década
ada ddee 1960 tuvo entre sus pprofesores
rofesores al propio Efraín Morote Best,
así como R. Tom Zuidema, Gabriel Escobar
Escobar,, Luis Millones, Fernando Silva Santisteban, Luis Lumbre-
ras, David Scott Palmer, Julio Ramon Ribeyro, Oswaldo Reynoso, entre otros. A inicios de la década
de 1970 se suma un conjunto de antropólogos como Juan Ansión y otros de San Marcos con experien-
cia previa en el proyecto del “V
“Valle
alle de Chancay”: Jaime Urrutia, Carlos Iván Degregori, Lucía Cano,
Modesto Gálvez. El propio John Earls, egresado de la UNSCH, fue profesor entre 1977 y 1983.
21
  R. Tom Zuidema dirigió un importante proyecto en la zona del río Pampas entre 1964 y 1970. Con
nanciamiento de la Fundación Wenner Gren y en convenio con la UNSCH, promueve las investi-
gaciones de un conjunto de estudiantes de antropología de esta universidad y la de Illinois donde
era profesor permanente. El resultado fue la producción de un conjunto de monografías sobre estas
comunidades tales como las de Choque Huarcaya y Huancasancos (Quispe Mejía 1969), Sarhua
(Palomino cas
 problemáti Flores
 problemáticas 1970),aTomanga
relativas (Pintoestructu
las categorías Ramosrales
1970),
estructurales deChuschi (Isbell
la cultura 2005
andina [1978]),
(Earls asíEl
1968). como de
propio
Zuidema escribe algunas referencias generales para la zona (Zuidema 1966, 1967, 1968).
22
  Principalmente
Principalment e en el Círculo de Trabajo Intelectual José Carlos Mariátegui (CTIM 1973) donde
entre 1970 y 1972, con Guzmán a la cabeza, se sumergen en el estudio exegético de los clásicos del

No hay pais mas diverso II.indb 110 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 111

no era casual. Por el contrario, señalaba con meridiana claridad que solo a través de
una alianza entre campesinos y obreros —bajo la guía del Partido Comunista por él
dirigido— podía establecerse una verdadera política de emancipación social del campo
a la ciudad (Stern 1999). Muchos de estos jóvenes serían años después protagonistas
centrales en el desarrollo de la “guerra popular” senderista.
Lo cierto es que los cientícos sociales marxistas
marxis tas que trabajaban desde/sobre los
Andes y que recurrieron en muchos casos a los modelos leninistas de diferenciación
campesina, incluyeron pocas veces temas “culturales” o “étnicos” en sus acalorados
debates sobre el campesinado clasista. Lo sorprendente, sin embargo, es la poca
This website storesatención
data suchque
as hasta el momento se le ha dado al desarrollo de la antropología y las
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ciencias sociales marxistas producida en esta universidad entre las décadas de 1960
functionality, as well as marketing,
personalization, andy analytics.
1970.23 SuYoucomprensión es de crucial importancia ya que nos puede ilustrar, por un
lado, de
may change your settings las fatales
at any time grietas que se abrirían años después entre el dogma maoísta y las
 poblaciones
or accept the default settings. c ampesinas, y por otro lado, nos permitiría observar de manera precisa
campesinas,
cómo se fue produciendo un estilo radical de practicar las ciencias sociales, que en
Privacy Policy
los casos más extremos, se dejó seducir por el dogmatismo del campesinismo maoísta
de Sendero Luminoso. Por cierto que esta relación no fue casual ni mecánica. Muy
Marketing  por el contrario, respondió a un conjunto de circunstancias locales de la política e
intelectualidad universitaria huamanguina que ameritan ser exploradas con mayor
Personalization
detalle (Cavero 2005, Gamarra 2010).
Analytics
 No olvidemos que hacia nes de la década de 1970 Sendero Luminoso era bási- bási-
camente una organización política anclada en la región de A Ayacucho,
yacucho, que por decisión
Save Accept All
 propia se aisló
aisl ó de los movimientos sociales nacionales, y quequ e al momento de iniciar
sus acciones armadas, su núcleo político-intelectual estaba constituido
co nstituido en su mayoría
 por profesores, estudiantes universitarios y maestros rurales egresados de la UNSCH.
 No menos importante
im portante es el hecho de que el número dos en la jerarquía partidaria de
SL fuera el antropólogo ayacuchano Osmán Morote Barrionuevo,24 que numerosos
militantes senderistas encarcelados durante la década de 1980 hayan sido egresados
o estudiantes de antropología, y que en los años más aciagos del conicto armado,

marxismo-leninismo, especialmente de las obras de José Carlos Mariátegui y sus interpretaciones


sobre la realidad peruana. Allí forjan la línea política de Sendero Luminoso.
23
  Véase el artículo de Degregori et al. (1971)
al. (1971) —entonces profesores de antropología de la UNSCH —
 para un esbozo
esbozo de estos desarrollos
desarrollos..
24
  Luego de un corto periodo como profesor en la UNSCH, Morote fue contratado como profesor
auxiliar de antropología entre 1977 y 1978 en la Universidad del Centro de la ciudad de Huancayo,
donde dictó cursos como “Introducción a las Ciencias Sociales”, “Historia de la Ideas Políticas” y
“Antropología General”. (Comisión de la Verdad y Reconciliación 2003a).

No hay pais mas diverso II.indb 111 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

112 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

antropólogos e historiadores de la UNSCH fueran percibidos por las fuerzas de segu-


ridad como sospechosos cuando no ideólogos de la subversión.
 No obstante que un buen
bue n número de las ciencias
cienc ias sociales marxistas que se pro-
ducían en Lima y en provincias manejaban un puñado de preocupaciones comunes
 —como la diferenciación interna de las comunidades o la reproducción del modo
 producción feudal— en Ayacucho esta agenda adquirió una tonalidad propia y se
tradujo en un corpus de investigaciones que tomó como referente principal su propia
realidad regional. Por ejemplo, entre 1968 y 1969, Efraín Morote Best coordinó desde
el Departamento de Ciencias Histórico-Sociales un intenso trabajo de campo inter-
disciplinario con un grupo de jóvenes profesores y estudiantes. Estos recorrerían las
zonas
This website stores desuch
data Pampas,
as Tambo, Socos y Huanta, registrando en sus monografías
mono grafías y tesis (35
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en total) un sinnúmero de tensiones y conictos latentes entre campesinos y terrate -
functionality, asnientes en plena apertura de la reforma agraria velasquista.
well as marketing,
personalization, and Poco
analytics. You en 1970, se inicia otra etapa de investigaciones antropológicas que
después,
may change your settings at any time
en sus rasgos generales coincidía con buena parte de la agenda de la izquierda y las
or accept the default settings.
 preocupaciones de los ideólogos de la reforma
ref orma agraria. El objetivo era muy preciso:
advertir los rasgos con que el capitalismo se incrustaba en el paisaje rural ayacucha-
Privacy Policy no. Especícamente se estudiaron los latifundios, las consecuencias de la aplicación

Marketing
de la reforma agraria en las provincias de Huanta, Huamanga y Cangallo, las nuevas
dinámicas abiertas por el comercio y las ferias, así como las redes de intercambio y
Personalization
migración entre el campo y la ciudad (Huertas
(Huert as et al. 1971; Degregori et al. 1971; Díaz
AnalyticsMartínez et al. 1971; Degregori et al. 1973).
25

Pese a estos esfuerzos, las discusiones intelectuales en la universidad se tiñeron


Save Accept All
 pronto
SenderodeLuminoso
una fuertellegaron
carga dea ortodoxia id eológica.
ideológica.
caracterizar Los rural
a la sociedad núcleos maoístas
como cercanosse-a
estrictamente
mifeudal, y los conictos culturales entre
ent re los otrora señores, mistis e indios (Arguedas
1958) se transformaron pronto en irresolubles antagonismos de clase entre campesinos
y terratenientes (Paredes 1969).26 Carlos Iván Degregori, por entonces profesor de
antropología en Huamanga y militante de uno de los partidos de izquierda maoísta
que actuaba en la universidad, recordaría así este viraje:
Mientras los núcleos no-senderistas abandonábamos la caracterización
caracter ización del Perú como se-
mifeudal, por entonces tema de encendidas polémicas, SL se empeñaba en que la realidad
encajara dentro de su modelo estático y sacaba de bajo la manga la categoría “capitalismo
“c apitalismo

25
  Unel Boletín
en ellistado
li Boletín
stado delIdeología (1982).
conjunto (1982).
Ideología de ttesis
esisUna
en ciencias
tesis quesociales entre discusiones
recoge estas 1964 y 1981
1981es,deGálvez
la UNSCH  se encuentra
y Cano (1974).
26
  Aunque en una vertiente política distinta al maoísmo de Saturnino Paredes, puede revisarse las
tipologías marxistas-antropológicas de Vizcardo (1970).

No hay pais mas diverso II.indb 112 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 113

 burocrático” para poder armar que los cambios en la región y el país eran aparentes o,
más precisamente, “profundizaban la semifeudalidad”. De esta forma, SL procedía a otro
tipo de esencialización del campesinado andino como “fuerza principal de la revolución”.
(Degregori 1992: 10)

Quizá los textos referenciales para comprender las coordenadas de este viraje
ortodoxo sean las tesis de bachiller (1969) y licenciatura (1971) en antropología del
 propio Osmán Morote. En 1968, el joven Morote fue destacado por el Comité Regional
del Partido Comunista (Bandera Roja) a las comunidades de altura de Huanta para
realizar un diagnóstico de las comunidades de Santillana y Chaca, prototipos desde
el paradigma clasista del régimen servil de explotación feudal. Recorrió la zona y
This website storesesbozó
data nítida
más such aslas
toda una tipicación
raigambres de aquellas
feudales comunidades
de la estructura donde
agraria se mantenían
(Coronel de forma
1996). Cito solo
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a manera de ejemplo tres párrafos de su tesis de bachiller pues resume de cierto modo
functionality, as well as marketing,
personalization, andsuanalytics.
lectura You
del escenario rural ayacuchano:
may change your settings at any time
or accept the default settings.
El Perú es un país semifeudal y semicolonial. ¿Qué representa para la inmensa masa de
campesinos la situación de semifeudalidad y semicolonialidad?: opresión y servidumbre.
 El carácter de semifeudadlidad explica las transformaciones le lentas
ntas que se producen en
Privacy Policy
las zonas rurales [...]
rurales [...] El expuesto es el marco que nos permite comprender la situación de
Marketing las zonas rurales, tanto en su proceso de desarrollo y el de los fenómenos que se provocan.
(Morote 1969: 88 —subrayado del autor)
Personalization
En relación a las condiciones nacionales, el departamento de Ayacucho, junto a los de
Analytics
Cusco, Puno y Apurímac, constituye
constituye una zona de la más fuerte raigambre feudal. Sus cinco
 provincias, Huamanga, Huanta, La Mar, Cangallo y Víctor Fajardo —nuestra zona de
Save Accept All tienen en el latifundio la institución económico-social que domina su actividad
estudio—
 productiva, que las mantiene en el atraso, en la mi
miseria.
seria. El llatifundio
atifundio feudal y semifeudal
sostiene en la agricultura formas primitivas de trabajo, sin tecnicación, ni mecanización
meca nización
y bajísimos rendimientos (Morote 1969: 90).
[...] partiendo de la comprensión de las tareas de los cientícos sociales ante la sociedad la
orientación inevitable del análisis debe centrarse en el modo de producción, relaciones de
 producción y fuerzas productivas, en la lucha de clases que se da entre las clases sociales
de la zona. Desarrollar este análisis signica observar la situación de predominio del
latifundio y la servidumbre, en el campo, del proceso
proce so de introducción del capitalismo en
la agricultura, del estado de las clases y el carácter de sus contradicciones […] (Morote
1969: 6)

Bajo esta perspectiva se fue construyendo de manera progresiva una agenda


 político-antropológica que
qu e necesitaba levanta
levantarr un nuevo sujeto de análisis.
análisi s. Para ello

No hay pais mas diverso II.indb 113 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

114 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

debían distanciarse de la imagen del “indígena pasivo”


pasiv o” descrito en decenas de mono-
grafías indigenistas  y construir por el contrario a un nuevo actor que recogiera las
27

tendencias de la lucha de clases. Ocurrió entonces una transformación semántica en


el universo discursivo de estos antropólogos: el “indio” devino en campesino clasis-
ta, las tradicionales comunidades indígenas se transformaron en núcleos de opresión
semifeudal, y el “andinismo” derivó en teoría maoísta de la revolución.
Sin embargo, aunque el lenguaje clasista de Sendero Luminoso rechazara de
manera virulenta cualquier elemento étnico o indigenista en su discurso político, y
que silenciara las categorías y el análisis racial explícito —aun cuando se refería a
ellos alusivamente— los sentimientos raciales seguían siendo importantes y estaban
 presentes en sus escritos (Cadena 1999). La estrategia para eludir cualquier evocación
indigenista fue muy directa: decían poseer un conocimiento cientíco prestigioso (la
teoría marxista-leninista) y una educación superior (los estudios universitarios), que
This website stores data such asen los verdaderos portavoces de la disidencia y en los únicos capaces
los convertían
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 para plantear salidas objetivas al entrampamiento semifeudal de la estructura agrariaagra ria
functionality, as well as marketing,
personalization, peruana. Esta You
and analytics. contundencia prolongaba,
prolo ngaba, en parte, una antigua “tradición radical” de
may change your oposición deany
settings at intelectuales
time provincianos contra el histórico centralismo limeño (Rénique
2007).
or accept the default Pero más allá de cualquier valoración teórica, lo cierto es que esta interpretación
settings.
ofrecía un inédito relato antropológico de corte maoísta acerca
acer ca del conictivo proceso
Privacy Policy
de modernización que ocurría en la sociedad rural de aquellas décadas. En ella, las
 poblaciones campesinas fueron reducidas
red ucidas a sus ataduras semifeudal
semifeudaleses y su “cultura”
Marketing fue catalogada como atrasada y supersticiosa.
Personalization Recurro nuevamente a un par de citas que pueden ilustrar esta situación. La primera
es una referencia aprobatoria que hace Osmán Morote a un documento de la Primera
Analytics
Convención Regional de Campesinos de Ayacucho (1969) organizada y dirigida por
Save
la “fracción roja” de Guzmán:
Accept All

Recayendo sobre esta pobre producción la voracidad del latifundista, las inmensas masas
[campesinas] de nuestra patria son desnutridas, miserablemente alimentadas y fácil pasto
de las enfermedades, masas carentes de vestidos necesarios, sin viviendas adecuadas,
adecuada s, visten
harapos y habitan chozas, faltos de los más elementales servicios de sanidad y hundidos
en profunda ignorancia; el analfabetismo y las supersticiones más burdas adormecen sus
cerebros, aumentando la opresión (Morote 1969: 9)

27
  Incluso autores como Hobsbawm (1968 [1959]) y Quijano (1965), que se reivindicaban como mar-
xistas, asumían que la conciencia del campesinado organizado era prepolítica. Un balance sobre
estas discusiones puede verse en Remy (1990).

No hay pais mas diverso II.indb 114 04/05/2012 04:04:35 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 115

La segunda, es un extracto de una editorial que el vocero ocioso de SL, El Diario,


realiza en 1987, donde alude sarcásticamente al “nacionalismo mágico quejumbroso”
quejum broso”
de José María Arguedas, reproduciendo el reduccionismo clasista que desdeña la
dimensión étnica y desestimando cualquier revaloración cultural andina calicándola
calicándol a
como simple “folclore” o manipulación burguesa:

El internacionalismo [proletario]
[proletario ] debe luchar contra el nacionalismo mágico-quejumbroso,
mágico-que jumbroso,
cuyos troncos folklorizados los hemos tenido y los tenemos en el nacionalismo chauvi-
nista, cuyo promotor era nada menos que aquel escritor quien se regocijaba al declararse
dec lararse
“apolítico puro” pero que en plena época de la Segunda Guerra Mundial se ufanaba de su
 bigotito hitleriano. Su nombre: José MarMaría
ía Arguedas, aplicado discípulo y animador en
el Perú de la antropología norteamericana. El contenido de los argumentos arguedianos
nos da ade
incapaz entender que ely“indio”
falta alguna; (sic)
que, por es el único
lo tanto, ser dispuesto
deberíamos aislarloaytodas las virtudes,
cuidarlo pero
para evitar su
indolia zorra inequívoca.
contaminación. He aquí la indolia zorra  inequívoca. (Subrayado en el original)  28

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Años después, se comprobaría que por su carácter vertical, su desdén por las
functionality, as well as marketing,
personalization, andorganizaciones
analytics. You campesinas y su diagnóstico ideologizado
ideologi zado de la sociedad rural, SL op-
taría por
may change your settings desarrollarse
at any time en aquellas zonas donde se combinaban rezagos gamonalistas y
or accept the defaultdébiles estructuras organizativas campesinas (Comisión de la Verdad
settings. Verdad y Reconciliación
2003b). La lectura senderista era inequívoca: las zonas campesinas más “atrasadas” y
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“feudalizadas” favorecen la expansión de las “bases de apoyo”, benecian al desarrollo
de la “guerra popular” y permiten sentar los núcleos de poder de lo que denominaban
Marketing la República de Nueva Democracia.
Personalization
y casiLopor
máslos
resaltante
mismosesaños
que setenta
so bre estas
sobre dondemismas zonas “feudalizadas”
“feudalizad
se implementaba as” de A
una profunda Ayacucho,
yacucho,
reforma
Analytics
agraria, tanto antropólogos cercanos a Sendero Luminoso como una vertiente de la
Save
antropología
Accept All
“andinista”, desarrollaron su trabajo de campo etnográco y redactaron
un buen número de monografías.29 A estas alturas no resulta casual comprobar que
aquellas comunidades campesinas de las provincias de Cangallo, Vilcashuaman y
Víctor Fajardo estudiadas, por ejemplo, por Osmán Morote en los años setenta, se
convertirían años después en el teatro principal de las operaciones armadas de SL en
Ayacucho (Coronel 1996).

28
  Artículo rmado ‘J.C.F.’.  El Diario,
‘J.C.F.’. El Diario, 9 de junio de 1988: 12. Citado en Degregori (1990a: 206).
29
  Al respecto se generó una polémica en las revista  Allpanchis a
revista Allpanchis  a propósito de un artículo de Orin
Starn (1992). Salvo una mención de Juan Ansión, Starn y sus críticos (Deborah Poole, Gerardo
Rénique, Linda Seligmann, Mark Thurner, Frank Salomon) no hacen referencia a la producción
antropológicaa de la UNSCH.
antropológic

No hay pais mas diverso II.indb 115 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

116 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

Se podría sostener entonces que buena parte de la antropología peruana transitó


entre las décadas de 1950 y 1970 del indigenismo
ind igenismo al campesinismo, y del culturalismo
al clasismo revolucionario. Sin embargo, más allá del marco
m arco teórico o político en que
se narraron estas interpretaciones (sea el “problema indígena” o “campesino”), lo cierto
es que en todos los casos se compartió un mismo paradigma homogenizador: los indí-
genas debían ser primero modernizados o liberados, y solo después, reubicados en un
nuevo y autentico proyecto de refundación nacional,
na cional, sea este capitalista o proletario. 30

6. CRISIS ESTRUCTURAL Y CULTURA  NACIONAL
 NACIONAL: LO ANDINO COMO EJE  NODAL
 NODAL, 1980-199031

La redenición de las prioridades de investigación antropológica peruana en la década


de 1980 tuvo su raíz en tres situaciones históricas. La primera fue consecuencia de
las políticas autoritarias de modernización rural y reforma agraria que llevó a cabo el
régimen militar (1968-1975) que buscó acabar con la persistencia de la pobreza rural
e instaurar un nuevo proyecto nacional de integración campesina. La segunda fue la
consolidación
This website stores data such asde las grandes migraciones del campo a las ciudades costeñas que ter-
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minaron transformando el rostro demográco
demog ráco y cultural del país. La tercera ocurrió a
functionality, as well as marketing,
nivel político, con la transición democrática
democr ática luego de doce años de gobierno milmilitar,
itar, la
personalization, and analytics. You
may change your llegada alatpoder
settings en 1985 de un histórico partido populista ( APRA), la emergencia un
any time
vigoroso
or accept the default movimiento de izquierda nacional (Izquierda Unida), y la irrupción armada
settings.
en 1980 de Sendero Luminoso.
Visto en conjunto, estos acontecimientos terminaron por redenir la forma en
Privacy Policy
que las ciencias sociales peruanas interpretaron las rutas culturales que tomaron las
Marketing poblaciones andinas en un proceso de modernización, que, po porr cierto,
cierto , fue tomando
rumbos inesperados. En esta etapa se replantea el antiguo “problema indígena”, se
Personalization
vuelven cada vez más porosas las fronteras interétnicas entre indios, mistis y criollos,
Analyticsy en particular, se fue desdibujando lo que hasta ese momento se interpretaba desde
cierta mirada antropológica como la oposición cultural entre “Andes” y “Occidente”
Save Accept All
(Degregori 1995). En perspectiva, en este nuevo escenario
esce nario se modicó el rol que se le
asignó a la antropología como una disciplina encargada de investigar las dimensiones
tradicionales de la cultura andina y se pasó revista a los lentes interpretativos
sobre los pueblos indígenas.

30
  El historiador Frederick Cooper (2004) menciona igual proceso para el África posindependiente.
posindependiente.
31
  Hago alusión explícita al provocador artículo de Roberto Miró Quesada (1988).

No hay pais mas diverso II.indb 116 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 117

andinaQuizá el mayor
escrita avance enpor
esencialmente la investigadores
compresión de anglosajones.
los Andes provino
32 delalapregunta
 Tras historia social
¿cuál
es el signicado especíco de la cultura y tradición andina? estos historiadores buscaron
distanciarse de la práctica etnohistórica y etnográca anterior pues al carecer de una
adecuada dimensión diacrónica, con frecuencia alentaban imágenes de “continuidad
andina” como opuestas a las dinámicas abiertas por el mercado y la política global. En
la búsqueda de una perspectiva temporal pertinente, esta nueva historia social propuso
una radical reconceptualización de las poblaciones andinas, situando sus experiencias
en la intersección de la historia, la economía política y la cultura, recurriendo muchas
veces a conceptos y métodos antropológicos (Stern 1988, Thurner 1998).
El objetivo era cerrar las brechas entre etnohistoria y etnografía andinas reinser-
tando a los Andes en una dinámica histórica que tomara esta vez en cuenta las agencias,
 prácticas e ideologías
historia social campesinas.
fue superando Al intentar
intentardeun“lo
el estereotipo mayor realismo
realismo
andino” comohistóric
histórico,
o, esta
un núcleo nueva
cultural
excluyente y estáticamente durable en medio de tumultuosos cambios políticos y
económicos. La agenda era más o menos clara: extender su historia más allá de 1532,
otorgándole a las colectividades andinas papeles activos que uctuaran entre la coo- coo -
This website stores peración
data suchyasla intransi
intransigente
gente rebelión (Salomon 1991). Esta renovación
renovación ocurrió tanto en
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Bolivia (Brooke Larson, Thomas Abercrombie, Tristan
functionality, as well as marketing,
Tristan Platt, Olivia Harris) como en
personalization, andPerú (Karen
analytics. Spalding, Steven Stern, Florencia Mallon) y puede encontrarse, en resumi-
You
das cuentas,
may change your settings en tres publicaciones decisivas que marcaron el derrotero de los estudios
at any time
or accept the default settings. de aquella década (Stern 1990, Moreno y Salomon 1991, Harris et al. 1987).
andinistas
En el Perú, sin embargo, estos cambios asumieron una tonalidad nacional algo dis-
Privacy Policy
tinta al de sus colegas extranjeros. Historiadores y arqueólogos marxistas peruanos que

Marketing trabajaban en elpolíticos


en los debates “remoto contemporáneos
pasado prehispánico
prehispánic o y colonial”,
buscando se vieron
encontrar atraídosdel
la vigencia a participar
racismo
y la opresión postcolonial en las prácticas cotidianas de la década de 1980. Pese a las
Personalization
diferencias de perspectivas, todos compartían una agenda común: la reexión sobre
Analytics
la identidad y el redescubrimiento del mundo andino (Flores-Galindo 1988, 1989).33
Save
Esta discusión tomó dos caminos. La primera, con el “debate Uchuraccay”,
Accept All
 protagonizadoo a propósito del Informe elaborado por una comisión investigadora
 protagonizad
32
  En dialogo con historiadore
historiadoress peruanos como Nelson Manrique, Cristine Hunefeldt, María Isabel
Remy, Luis Miguel Glave, preocupados por la historia rural del siglo XIX.
33
  Sin querer agotar nombres y propuestas, los más destacados son: Pablo Macera, Luis Lumbre-
ras, Alfredo Torero, Manuel Burga, Nelson Manrique, Alberto Flores-Galindo y Wilfredo Kapsoli.
Como muestra de las sensibilidades historiográcas de ese momento es necesario revisar las impor -
tantes entrevistas de Carlos Arroyo (1989).

No hay pais mas diverso II.indb 117 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

118 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

 presidida por el escritor Mario Vargas Llosa. Esta comisión, nombrada en 1983 por el
 presidente Fernando Belaúnde (1980-1985), tuvo como misión investigar la matanza
de ocho periodistas en la comunidad indígena de Uchuraccay en las zonas altas de
Huanta (Ayacucho). En dicho informe, donde participan como asesores destacados
antropólogos,34 se recae sin reparos en las esencializaciones más agrantes al construir
la imagen de los comuneros quechuas de Uchuraccay desde la alteridad radical, como
culturalmente “Otros”.
El Informe causó una fuerte polémica ya que encontraba responsabilidad directa
en los campesinos como autores de la masacre. El asunto crucial fue el argumento
antropológico que sustentaba sus conclusiones: los campesinos cometieron estos
actos debido a su postergación y subordinación cultural, al estar atrapados en las
enormes distancias materiales y emocionales que los separan del “Perú ocial”. Con
estas premisas, el Informe ponía en evidencia los límites del “paradigma andinista”
 para comprender las prácticas políticas
po líticas y culturales de las poblaci
poblaciones
ones andinas, pues
no solo estaban insertas desde hacía mucho en circuitos económicos de intercambio
mercantil, sino además involucradas trágicamente en un cruento conicto armado que
ya entonces conmocionaba
conmoc ionaba a la serra
serranía
nía peruana (Vargas
(Vargas Llosa et al. 1983, Comisión
de la Verdad y Reconciliación 2003c, Mayer en este volumen).35 
El segundo
This website stores data such as camino se dio en un carril paralelo al esencialismo culturalista del
cookies to enableInforme Uchuracay.
essential site Esta vez historiadores y antropólogos discutieron las posibles
functionality, asrutas
well as marketing,
que tomarían las poblaciones andinas al enfrentarse, de un lado, a un proceso de
personalization, and analytics. You
conictiva modernización de la sociedad rural, y de otro, a la profunda transformación
may change your settings at any time
cultural
or accept the default que se producía en el país por la decisión de millones de campesinos de migrar
settings.
a las ciudades a lo largo del siglo XX.
Esta discusión asumió dos vectores. La primera se centró en el estudio de las
Privacy Policy
mentalidades y en la “utopía andina”, cuyo argumento central ponía énfasis en la
Marketing relación de resistencia y oposición entre los Andes (la cultura andina) y Occidente
(modernidad capitalista), entendiendo ambos polos como grandes bloques homogé-
Personalization
neos y contrapuestos. Su principal expositor fue sin duda el destacado historiador
Analyticsmarxista, Alberto Flores-Galindo, quien junto a un selecto colectivo de investigadores
e intelectuales de izquierda, logró levantar la poderosa imagen histórica del Perú de
Save Accept All

34
  Estos son Juan Ossio, Fernando Fuenzalida, Luis Millones y Ricardo Valderrama.
35
  De este debate académico y político participaron el propio Vargas Llosa así como los asesores
antropólogos de la Comisión, Fernando Fuenzalida y Juan Ossio. También otros antropólogos, Ro-
drigo Montoya, Jaime Urrutia, Juan Ansión, Carlos Iván Degregori, plantearon discusiones desde
 publicaciones de izquierda como
 publicaciones  El diario de Mar
como El Marka
ka y  El Caballo Rojo.
 y El Rojo. Una compilación de dichas
intervenciones
intervenciones se encuentra en Juan Cristóbal (2003).

No hay pais mas diverso II.indb 118 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 119

los años ochenta, como una sociedad que vivía un enfrentamiento inevitable entre el
mundo andino y el mundo occidental.
Esta imagen se plasmó en especial en los últimos
últim os capítulos de su inuyente libro
36 y en el espléndido ensayo póstumo “La Tradición Autoritaria”
 Buscando un Inca
(2001 [1986]). En sus páginas, Flores-Galindo desarrolla la noción de “utopía andina”,
entendida como un elemento fundante en la identidad nacional, cuya representación
de continuidad histórica puede aún observarse en el presente. 37 La propuesta tomó
como base la revaloración de la “cultura andina” concebida a manera de modelo de
desarrollo alternativo y desde la cual era posible encontrar un camino inédito en el
Perú: una invitación a pensar lo “andino” desde nuestro propio entorno. Pero este
rescate de la “tradición”, como sostendría en un polémico prólogo (Flores-Galindo
1989), no descansaba en alguna intención romántica, pasadista o neo-indigenista,
tampoco procuraba refugiarse en las cárceles de “larga duración” y mucho menos
 buscaba huir del presente.
Por el contrario, en sus páginas nos ofrece una lectura muy particular del propio
siglo XX. Sostiene que al nalizar aquel siglo, el edicio rígido y excluyente de la
sociedad oligárquica sufre una grieta irreparable, cuyo desplome permite la consti-
tución de una tupida red de actores y organizaciones sociales que logra modicar la
conciencia social de los sectores populares:
This website stores data such as
cookies to enable essentialEl movimiento
site campesino primero, los movimientos obrero, estudiantil, de pobladores
de barriadas, después, resquebrajan el edicio aparentemente tan sólido de la dominación
functionality, as well as marketing,
oligárquica.
personalization, and analytics. You La actual República trata de utilizar lo que queda de sus cimientos y paredes
may change your settings  pero es ya
at any una edicación tan antigua e inoperante, como el vetusto Palacio Legislativo
time
or accept the default settings.
de la Plaza Bolívar. (Flores-Galindo 2001 [1986]: 194)

Lo andino [...] ha dejado de ser sinónimo exclusivo de términos como indígena, sierra,
Privacy Policy medios rurales. Las migraciones han generado el fenómeno sin precedentes del descenso
masivo de los hombres andinos a la costa. Ha terminado ocurriendo el vaticinio de Luis
Marketing Valcárcel pero sin sus rasgos apocalípticos. Estos hombres reclaman respuestas nuevas”
Personalization (Flores-Galindo 1987a: 365-366)
Analytics

Save 36
  Accept All ha tenido varias ediciones. Usaremos aquí la editada en 1987 por el Instituto de Apoyo
Este libro
Agrario.
37
  Esta propuesta fue parte de un proyecto conjunto llevado a cabo
cabo con Manuel Burga y que buscaba
verse, Nacimiento de
reconstruir el desarrollo histórico de utopía(s) en los Andes. De Burga puede verse, Nacimiento
una utopía (1988)
utopía (1988) y su propia narración sobre la gestació
gestaciónn de este proyecto en el contexto de una

 profunda
Manrique renovación
(1991) para historiográca
historiográca (Burga
lecturas críticas 2005).andina
de la utopía Asimismo,
como Saignes (1990),
propuesta Urbano (1991) y
historiográca.

No hay pais mas diverso II.indb 119 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

120 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

Sin embargo, esta democratización que derivó, por ejemplo,


ejem plo, en la democracia del
sindicato, las asambleas
correlato efectivo comunales
en la vida o de clubes
política nacional. de provincianos,
A este no logró encontrar
proceso de ampliación un
democrática
le faltaban vasos comunicantes que articularan Estado y sociedad. Incluso esta carencia
de puentes más sólidos podría tornarse en una nueva experiencia corporativa pues:

A pesar de que [las capas populares] formaron nuevas instituciones, como los llamados
“comedores populares”, en su fragmentación y disgregación pueden ser la masa de ma-
niobra que requiere una nueva propuesta caudillista. (Flores-Galindo 2001 [1986]: 191)

Pero la conclusión es aún más contundente:

La ruptura entre Estado y sociedad es en realidad, la expresión política de un país donde


las solidaridades
colectivos. son escasas,
Ser peruano es unanoabstracción
existe una que
imagen común,
se diluye ennicualquier
se comparten proyectos
calle entre ros-
tros contrapuestos y personas que caminan “abriéndose paso”.
paso” . (Flores-Galindo 2001
[1986]:189 —subrayado del autor)

 No era esta, por cierto, la interpretación solitaria


solitar ia de un historiador marxista re-
cluido en la cátedra universitaria. Al contrario, fue un sentido común compartido esos
años por un amplio sector de intelectuales de izquierda que encontró en Flores-Galindo
a sudata
This website stores mássuch
destacado
as representante (Aguirre 2007). Sin embargo, lo que aquí importa
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destacar es el modo en que Flores-Galindo sitúa en este escenario a las poblaciones
functionality, asandinas.
well as marketing,
Desde su propuesta —la de cuestionar la historia desde el derrotero que se
personalization, and analytics. You
le impuso en siglo XVI —
may change your settings at any time
 — la “cultura andina” se encuentra
encu entra amenazada por el avance
arrollador
or accept the default de la modernización capitalista, que le impone límites para encontrar su
settings.
 propio modelo de desarrollo cultural, y le impide al Perú convertirse denitivamente
en “nación”.38 La disyuntiva histórica es clara: o resisten o quedan relegadas a la su-
Privacy Policy
 pervivencia frente al avance irrefrenable de la modernidad capitalista:
capita lista:
Marketing
El Perú de nes de los años ochenta vive en medio de un nuevo enfrentamiento entre el
Personalization
mundo andino y occidente que, en este caso, equivale a modernidad, capitalismo, pro-
Analytics greso [...] Este desencuentro se produce en [...] un momento en el que la cultura andina
aparece ubicada nalmente a la defensiva, en una situación precaria [...] por la tendencia
Save Accept All

38
  Entre otros investigador
investigadoreses que siguen las líneas de esta discusión, aunque con matices y diferencias,
se encuentran Manuel Burga, Rodrigo Montoya, Nelson Manrique, Pablo Macera. Sobre el contex-
libro Buscando un Inca
to intelectual del libro Buscando Inca y sus propuestas véase, Rénique (1988).

No hay pais mas diverso II.indb 120 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 121

a la “uniformización” que el mercado interno y el capitalismo buscan siempre imponer.


(Flores-Galindo 1987a: 365)

 No obstante, para comprender las coordenadas de estas lecturas hay que conside-
rar un hecho crucial de las ciencias sociales de las décadas de 1970 y 1980: una vez
cancelada la hacienda y el gamonalismo como formas de poder rural, las comunidades
campesinas vienen a ocupar un mayor protagonismo en sus intereses de investigación.
Buena parte de las ciencias sociales destinan entonces sus reexiones a resaltar sus
rasgos potenciales de solidaridad y cooperación para enfrentar creativamente un con-
 junto de situaciones económicas y ecológicas
ecoló gicas adversas (Plaza y Francke 1981, Torre
y Burga 1986, Grillo et al.1988, Ansión 1994). Pasaron a constituirse en aquello que
denía lo rural como distinto del resto, la base de alternativas políticas
po líticas más adecuadas
a las necesidades y potencialidades de los campesinos (Monge 1994). Destaco este
 punto porque me parece especialmente importante la referencia
referenci a de Flores-Galindo a
las comunidades campesinas, tema de reexiones antropológicas por décadas:

Después de una historia clandestina a lo largo del siglo XIX [las comunidades campesinas]
volvieron a emerger en la vida política del país cuando en 1924 Leguía les devolvió el
reconocimiento que se les había negado antes por la República [...] Hoy se calcula que
es la institución más importante en la sociedad civil peruana.  Ha logrado persistir no
obstante el desarrollo del capitalismo y las migraciones.
migraciones. (Flores-Galindo 2001 [1986]:
182 —subrayado del autor)
This website stores data such as
 Notablemente
cookies to enable essential site reaparece en el debate de la década de 1980 temas que ya los antro-
 pólogos,
functionality, as well como el propio José María Arguedas, habían superado, al menos en parte, dos
as marketing,
personalization, anddécadas atrás:
analytics. You esto es, los límites de oponer tradición
tradic ión a modernidad, comunidad cam-
may change your settings at any time
 pesina
or accept the default a modernización, cultura andina a occidente. Pese a las advertencias del propio
settings.
Flores-Galindo de que su propuesta no busca enfrentar lo “andino” a la modernidad,
reconoce que su discusión intelectual y política puede facilitar el redescubrimiento
redescubri miento en
Privacy Policy nuestra propia historia de un nuevo tipo de modernidad,
m odernidad, de rostro andino, que sería la
que corresponde al Perú de los ochenta.
Marketing
Personalization En un país como el Perú se puede hacer algo más trascendente que abrir puertas y venta-
Analytics nas a la modernidad: someterla a una crítica, desde un espacio atrasado y marginal [los
Andes], que ha debido soportar los costos de la modernización y que tiene tras de sí otras
Save
tradiciones culturales. (Flores- Galindo 1989: 11)
Accept All

Sin duda, la interpretación de Flores-Galindo es variada y compleja. En su prosa se


entremezclan la historia con el dato etnográco,
etnográ co, la literatura y las imágenes plásticas,

No hay pais mas diverso II.indb 121 04/05/2012 04:04:36 p.m.


 

122 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

la sociología con el psiconoanálisis. En ocasiones sus armaciones resultan contra-


contra-
dictorias, aunque revestidas en una poderosa trama metafórica y un robusto trasfondo
argumental. Pero en la mayoría de los casos, en especial cuando se sumerge en la
segunda mitad del siglo XX, sus conclusiones adquieren un tono pesimista cuando
cu ando no
 preñadas de fatalismo. Este ánimo desesperanzado
desesperanzad o es aún más re
relevante,
levante, si conside-
ramos que en aquella década se vivía una coyuntura de acelerados cambios políticos
y —al menos desde la perspectiva de dos sociólogos de izquierda involucrados en
estas discusiones (Ames 1985, López 1990)— emergían nuevos actores populares
y movimientos sociales que pujaban por ensanchar los espacios de democratización
estatal. Rescato un ejemplo entre otros posibles:

[En el Perú] el margen para el consenso resulta estrecho. Para comprobarlo se puede recu-
rrir, por ejemplo, a observar la distribución del espacio en Lima [...] No hay plaza pública,
 paseo o parque en los que conuyan personas de cualquier extracción social y de diverso
diverso
origen étnico. En Lima predominan las exclusiones. Los burgueses buscan edicar otros
centros de la ciudad porque los pobres han invadido la “vieja Lima” [...]  Lima ha sido,
desde Pizarro, la sede de la dominación: lo occidental y moderno imponiéndose sobre el
mundo andino.
andino. (Flores-Galindo 2001 [1986]: 189 —subrayado del autor)

Quizá la solución, desde su lectura, sea repensar la problemática de la modernidad


y la democracia desde otra óptica: la de su encuentro con una revolución social de
orientación socialista y raíces andinas, como sugiere en dos de sus ensayos:

Se corre el riesgo de que, al elogiar la modernidad, estemos haciendo una velada defensa
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del capitalismo. Por eso resulta imprescindible introducir en la discusión la perspectiva
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socialista. ¿El socialismo es la prolongación de la modernidad o, por el contrario, su
functionality, as well as marketing,
abolición? (Flores-Galindo 1989: 10)
personalization, and analytics. You
[...] otro
may change your settings desenlace
at any time podría avizorarse si a la mística milenarista [andina] se añade el socia-
or accept the default lismo moderno con su capacidad de organizar, producir programas estratégicos y moverse
settings.
en el corto plazo de la coyuntura política. En otras palabras, si la pasión se amalgama con
el marxismo y su capacidad de razonamiento”. (Flores-Galindo 1987a: 368)
Privacy Policy

Marketing En esta perspectiva, es comprensible la insistencia de esta corriente de historiado-


res y antropólogos (como Rodrigo Montoya en La cultura quechua hoy —1987)39 por
Personalization
encontrar las rutas que posibiliten el encuentro entre la tradición socialista occidental y
Analytics

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39
  Véase también sus intervencio
intervenciones en Problema nacional, cultura y clases sociales (
nes en Problema sociales (DESCO 1981) y
posterior De la utopía andina al socialismo mágico (Montoya
su posterior De mágico (Montoya 2005).
No hay pais mas diverso II.indb 122 04/05/2012 04:04:36 p.m.
 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 123

la tradición cultural andina. Por cierto que eran conscientes que este empeño intelectual
no signicaba una completa novedad a la luz de los reiterados esfuerzos indigenistas
de sintieran
se representar al “indio”
herederos de auna
lo largo del siglo
tradición
XX. Pero sí es interesante constatar que
intelectual y de pensar el país desde la pers-
 pectiva del campesinado indígena (Rénique 1988) que los conectaba ideológicamente
con el proyecto del socialismo indígena de José Carlos Mariátegui, con la etapa del
utopismo radical de Luis E. Valcárcel, como con las propuestas literarias —más que
las etnográcas— de José María Arguedas.40 
La segunda tendencia tomó otro rumbo. En ella se sostiene, para decirlo de algún
modo, una visión más “optimista” de las posibilidades democráticas y culturales que se
abrían a propósito del proceso migratorio
migratori o del campo a la ciudad. Más que un cataclismo
apocalíptico, la modernización rural y el crecimiento de las ciudades hacen posible
desenvolver opciones hasta ese momento inexistentes para los sectores populares.
Permiten recongurar antiguas relaciones interétnicas asimétricas y constituyen un
camino hacia un
Expuesta ennuevo orden social
su mayoría, aunquemásnodemocrático,
únicamente,nacional y popular. ligados al
por antropólogos
Instituto de Estudios Peruanos  (IEP),41 esta perspectiva se centró en las poblaciones
campesinas en su nueva condición de actores migrantes, quienes en su tránsito a la
ciudad se ven obligados a redenir sus identidades
iden tidades previas y desarrollar un encuentro
conictivo con la modernidad urbana capitalista.42 Si en la perspectiva anterior, Flores-
Galindo fue el principal representante intelectual, en esta otra, será el antropólogo
Carlos Iván Degregori quien sostendrá de forma más directa esta posición. No por
casualidad, ambos se enfrascarían en un debate político e intelectual —lamentable-
mente inconcluso tras la prematura muerte de Flores-Galindo— que trazaba en líneas
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functionality, as well as marketing,
personalization, and40 analytics. Youel
De hecho
hecho el m
mismo
ismo Flores-Gali
Flores-Galindo
ndo es
escribió
cribió un pun
punzante
zante ensayo sobre los faros
faros ideológicos de su
su
may change your settings at any
 propia time
generación político-intelectual
político-intelectual (1987b), adem
además
ás de una inuyente biografía de José Carlos
or accept the default settings.
Mariátegui (1980), y dejó inconclusa una biografía de José María Arguedas (1992), de la cual solo
conocemos dos breves ensayos.
41
etnográcoss en el marco del proyecto Urbanización y clases
  Los cuales desarrollaron trabajos etnográco
Privacy Policy  populares en Lima Metropo
Metropolitana
litana,, auspiciado por la Fundación Ford. Los principales resultados
Degregori et al. (1986)
antropológicos fueron, Carlos Iván Degregori et al. (1986) y Jürgen Golte y Norma Adams (1987
Marketing  —véase también
también Golte en este volum
volumen).
en). Igualmen
Igualmente
te acompañan a est
estas
as perspectivas,
perspectivas, José Matos
Personalization Mar (1984), Marisol de la Cadena (1988), y desde otras disciplinas y ubicaciones institucionales,
Carlos Franco (1985, 1991), Guillermo Nugent (1992), Alberto Adrianzén
Adrianzén (1990), Roberto Miró
Analytics Quesada (1988, 1989), entre otros.
42
  Tema ya tratado en 1956 por José María Arguedas en su trabajo titulado  Estudio etnográco de la
Save Accept
 feria deAll
Huancayo (1957 [1956]), y en su novela El
Huancayo (1957 novela El zorro de arriba
arriba y el zorro
zorro de abajo (1971).
abajo (1971).
No hay pais mas diverso II.indb 123 04/05/2012 04:04:36 p.m.
 

124 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

generales la politización de las ciencias sociales inuenciada por sus compromisos


de izquierda (Gonzales 1999).43 

A diferencia
andina” de las armaciones
ya no se reproduce de Flores-Galindo,
primordialmente para
en las zonas más Degregori
rurales la “cultura
e indígenas, más
 bien se desplaza a Lima y las grandes ciudades donde viene ocurriendo un acelerado
 proceso de “cholicación” y “mestizaje cultural”.44 Pero este tránsito cultural tiene un
costo a asumir. Degregori minimiza las consecuencias más negativas de esta transfor-
mación cultural, y elige resaltar las posibilidades reales de integración:

Es indudable que la escuela, las migraciones y el proceso de modernización en general,


han tenido efectos etnocidas brutales especialmente en el nuevo mundo urbano: la lengua y
las vestimentas tradicionales, los dos principales signos exteriores por los cuales los indios
resultaban fácilmente reconocibles y además despreciados [...] Ese parece
desprec iados [...] Ese parece ser el costo de
la modernización.
modernización. En palabras de Franco: la transformación de su identidad cultural fue
el precio que debieron pagar las masas culturalmente indígenas para ocupar las ciudades.
(Degregori 1986: 52 —subrayado del autor).
A pesar de los aspectos etnocidas [de la migración], es posible armar que los efectos
de ese tránsito han sido principal y profundamente democratizadores e integradores en
la sociedad peruana.
peruana. La lucha por la tierra [...]
[ ...] golpeó de muerte el poder político de los
gamonales, resquebrajó las barreras estamentales subsistentes en el campo y conquistó
la ampliación de la ciudadanía. Pero quisiéramos regresar a las grandes migraciones y
la lucha de las poblaciones andinas por conquistar un espacio geográco y social en las
ciudades. (Degregori 1986: 53 —subrayado del autor)45

Por contraste, en la propuesta de Degregori se diluye el dilema Andes/Oc


Andes/Occidente
cidente y
se rompe la dicotomía tradición/modernidad.46 Al contrario, se resalta la fermentación
de un “protagonismo popular” capaz de construir nuevas identidades sociales que
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essential
sentimientos a amplios
sitemás los campesinos desde sus
de pertenencia limitadas
nacional. El experiencias
argumento eracomunales hacia
simple aunque
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may change your settings at any time
or accept the default
43 settings.
  Estas posiciones académicas y políticas pueden también encontrarse en revistas, diarios y suple-
como: El Caballo Rojo, Diario
mentos culturales más políticos como: El Diario de Mark
Marka,
a, Revista Marka,
Marka, 30 Días,
Unicornio, Sociedad y Política, El Zorro de Abajo, Márgenes, Tarea, Quehacer ;
Quehacer ; y más académicos
Privacy Policy  Revista Andina, Allpanchis,
como: Revista
como: Allpanchis, Páginas, Socialismo y Participación,
Participación, entre otros.
44
  Ante este desplazamient
desplazamiento,o, Flores-Galin
Flores-Galindo
do replicaría; “[para] muchos cientícos sociales —en par -
Marketing
ticular del gremio de antropólogos—, lo andino ha dejado de interesarles. No quieren salir al cam-
 po. Preeren
Personalization Preeren la ciudad
ciudad”” (1989: 13)
13)..
45
  Sobre educación, cultura andina y modernidad, véase también Degregori (1989, 1990b).
Analytics
46
  Este tema había sido discutido anteriormente por Golte (1980, 1981).
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No hay pais mas diverso II.indb 124 04/05/2012 04:04:36 p.m.
 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 125

irrefutable: las sucesivas oleadas migratorias fueron delineando un nuevo protagonista,


aquel que transita de campesino a ciudadano. En efecto, en el periplo del migrante
andino es posible atestiguar la formación de una nueva identidad moderna:

El nuevo sentido de pertenencia comienza por el hecho literal de volverse propietarios [...]
de un terreno y una vivienda; continúa por la pertenencia a un barrio, una comunidad en
la cual sé es o se puede “ser alguien”. Por otro lado, pertenencia de sí mismos, se aanzan
como personas: de waqchas solitarios o independientes pasan a tener familia, lote e hijos
que los trasciendan; ya antes habían conseguido trabajo. Finalmente, pertenencia
pertenenc ia de alguna
manera también, a la capital. Ese reconocimiento como parte de un colectivo que se dene
en lucha contra un medio adverso, pero fundamentalmente en contra posición al Estado,
es el que permite el surgimiento de una nueva identidad con múltiples vectores: vecinos,
 pobladores, trabajadores, ciudadanos, peruanos. (Degregori et al. 1986:
al. 1986: 111).

Así, en sintonía con las propuestas de cambio de la izquierda marxista, la or-


ganización popular
desarrollando vendría
caminos generando prácticas
más autónomos políticas
en su relación con ajenas al clientelismo
el Estado. En el marcoy
de esas luchas sociales se estaría articulando en el tejido social cotidiano una nueva
identidad política, que diluiría las identidades étnicas y locales para dar paso a una
nueva identidad nacional-popular en pos de construir su hegemonía, entendida en
términos gramscianos.

En otras palabras, para la solución del problema nacional no basta alcanzar una identidad
cultural “chola”. Es necesario, además, el desarrollo de un bloque nacional-popular que
transforme revolucionariamente el Estado, de modo que la sociedad se reconozca plena-
mente en él. (Degregori 1986: 55)

Más allá de adolecer un claro tinte lineal y evolucionista para comprender la


This website storesconstrucción
data such as de las identidades sociales,  la idea que reitera en diversos artículos,
47

libros, polémicas
cookies to enable essential site e intervenciones públicas, es que las poblaciones campesinas cuando
functionality, as welldeciden
as marketing,
migrar a las ciudades, rompen con el pasado estamental y abren un nuevo
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horizonte histórico cuyos resultados puede avizorarse en un nuevo orden político
may change your settings at any time
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47
 
El propio Flores-Galin
Flores-Galindo
do criticaría así: “Lo andino, de ayer y hoy, está en debate. Curiosamente
Privacy Policy la formulación más sugerente en contra de este punto: lo andino proviene de un intelectual de
izquierda. Carlos Iván Degregori ha planteado que en la cultura popular peruana, a partir de los
Marketing años 50, se habría producido una especie de revolución mental: el mundo tradicional sustituido
sustituido por
Personalization el nacimiento de una modernidad popular. Se reere así a que ‘el viejo mito de Inkarri va siendo
reemplazado de manera creciente por otro: el mito del progreso’” (Flores-Galindo 1989: 13).
Analytics

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No hay pais mas diverso II.indb 125 04/05/2012 04:04:37 p.m.
 

126 PABLO SANDOV


SAN DOVAL
AL

más democrático. Elabora una propuesta en la cual las migraciones han permitido el
tránsito de una identidad étnica a una identidad nacional, y las ciudades, en especial
Lima, se convierten en un complejo crisol de democratización social.
socia l. La construcción
de las barriadas, constituyen entonces “el momento más ‘rousseauniano’ de nuestra
historia” (Degregori et al. 1986: 293), pues se establece un nuevo “contrato social”
a partir del cual se constituye una voluntad democrática general. En este contexto lo
“andino” —como sostendría en un texto aún inédito— 48 adquiere otro sentido:

Si el fortalecimiento de lo andino pasa generalmente por la modernización es porque


ésta no es sólo sinónimo de uniformización sino, vista desde el punto de vista de las po-
 blaciones andinas, también es democratización. El capitalismo
capitalismo resquebraja los muros de
los guetos culturales en los cuales se había arrinconado a la cultura andina en el período
feudal-colonial. Por supuesto que lo hace para imponer nuevas formas de dominación.
 Pero ante ellas la cultura andina no permanece inmóvil como estatua de sal. Responde
Responde……
 La modernidad no convierte a los portadores de la cultura andina en individuos atomiza-
dos e inermes.
inermes. Por el contrario, tanto la familia extensa como la comunidad
c omunidad se modican
 para hacer frente a los nuevos retos. Y a ellas se suman nuevas organizaciones gremiales,
 políticas, culturales, religiosas, regionalistas. (Degregori 1988: 30 — subrayado del autor)

Si bien es cierto que lo “andino” pierde las inocentes esencializaciones de décadas


 pasadas, no dejaba de ser la l a matriz
matr iz básica
bás ica (nacional-popular)
(na cional-popular) bajo la cu
cual
al se dene
el rostro de la ciudad, incluso del país. Dicho de otra manera: la sociedad peruana de
la década de 1980 asiste al alumbramiento de una “modernidad endógena popular”
(Franco 1985, Ansión 1988), que nace de su historia reciente y se conecta a nuevos
 procesos de articulación nacional e internacional. Subsiste entre líneas un antiguo
dilema intelectual, aquel que iniciaron los indigenistas a inicios del siglo XX y que se
extendió después en las prescripciones de los cientícos sociales: ¿desdé qué bases y
 protagonistas es posible imaginar la refundación de la nación peruana: desde el campo
indígena o desde la ciudad chola y mestiza? Si desde el punto de vista “andino”, la
historia del siglo XX fue sobre todo la del esfuerzo incesante de dejar de ser indios,
This website stores data such as
cookies to enable¿signicaba entonces que habían dejado atrás todo rastro de indigeneidad y quedados
essential site
functionality, asengullidos en el crisol cultural de la cholicación? En el fondo lo que estaba en dis-
well as marketing, dis-
personalization, puta (desde losYou
and analytics. dilemas políticos de la década de 1980) era la interpretación del ujo
may change your settings at any time
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48
  Se trata del ensayo  Del mito
ensayo Del mit o mariateguista a la utopía andina
andina (1988)
 (1988) escrito entre 1987 y 1988,
Privacy Policy
 poco después de la aparición
aparición del lib
libro
ro de Flores
Flores-Galindo, Buscando un Inca.
-Galindo, Buscando Inca. El objetivo era conti-
nuar la polémica que ambos venían sosteniendo en distintas publicaciones, pero tras la enfermedad
Marketing de Flores-Galindo, la polémica quedó trunca y el texto quedó inconcluso. Hasta el momento solo
ha circulado entre estudiantes de Antropología de la Universidad de San Marcos.
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No hay pais mas diverso II.indb 126 04/05/2012 04:04:37 p.m.


 

2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 127

de relaciones interétnicas que se fue forjando a lo largo del siglo XX (Cadena 1990)
y de ensayar respuestas a una pregunta crucial: ¿cómo conciliar cultura andina con
modernización capitalista?49 
Pese
ligados a que ambas posiciones
a universidades fueron
e instituciones de expuestas por en
investigación antropólogos e historiadores
cien cias sociales,
ciencias lo cierto
es que su inuencia se dejó sentir también en el debate público de izquierda de aquellos
años. Ello se debió a que la mayoría de sus protagonistas fueron intelectuales cercanos
al ala radical o socialdemócrata
socialdemócrata de Izquierda Unida ( IU) (Gonzales 1999). Sin embargo,
 pese a las diferencias políticas y las ácidas polémicas en que se enfrascaron, ambas
vertientes vieron limitados su impacto intelectual
in telectual y político en el mediano plazo pues
sus intervenciones terminaron envueltas en la derrota cuando la propia Izquierda Uni-
da entra en una lenta agonía que la lleva a su autodisolución en 1989. Pero también
 porque a nes de esa década las ciencias
ciencia s sociales ingresan en una profunda crisis de
 paradigmas, pierden la fuerza
fue rza interpretativa de décadas anteriores y se debilita
debili ta hasta
casi extinguirse su inuencia en la construcción de discursos e imágenes del país.
Desde entonces
agota sus —escribiría
posibilidades años después
de intervención Degregori
pública, pierde (1995)—
referentesesta intelectualidad
sociales y políticos
y queda atrapada en medio de la debacle económica de nes de la década de 1980.
Desde entonces toda discusión sobre lo “andino” desaparece de la esfera pública,
 pierde peso político y se repliega al ámbito estrictamente académico.
académic o.

7. CONCLUSIONES: PUNTOS PENDIENTES

 [...] algunos antropólogos se han vuelto más y más conscientes del carácter histórico de
 su disciplina. No solo los problemas y los datos de la antropología vuelven a ser vistos
como esencialmente históricos, después de medio siglo de puntos de vista básicamente
 sincrónicos, sino que la antropología misma se ve, cada vez más, como un fenómeno
histórico. Para entender la importancia actual de los planteamientos [antropológicos] y
también para encontrar puntos legítimos que le permitan salir de ellos, un número cre-
ciente de antropólogos se ha vuelto a la historia de la antropología.
antropología. (Stocking Jr. 1983)
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La historiadora Cecilia Méndez (1993: 116), polemizando en el marco de esta discusión, anotaría:
may change your settings“No at any
deja time
de llamar la atención que un grupo de intelectuales se haya propuesto diferenciar lo andi-
or accept the default settings.
no (¿de lo ‘occidental’? ¿del resto de la sociedad? ¿de sí mismos?) en el preciso momento en que
lo que muestra la realidad es un incontenible proceso de fusión cultural, en el que la migración y
las comunicaciones juegan un rol preponderante; y en el que ‘los andinos’, entendidos como los
Privacy Policy  pobladores de la sierra (otrora indios o campesinos), son cada vez, y por propia voluntad, menos
diferenciables de los ‘limeños’, o de quienquiera preciarse de su background occidental”.
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No hay pais mas diverso II.indb 127 04/05/2012 04:04:37 p.m.
 
128 PABLO SANDOV
SAN DOVAL
AL

  La antropología peruana, como en otros países de América Latina, se inició


como disciplina en función de las necesidades de la política indigenista, la misma
que le imprimió sus orientaciones teóricas, le impuso sus problemáticas y le asignó
su identidad. Denió desde sus primeros años que su principal preocupación sea la
reconstrucción histórica y etnográca de las poblaciones andinas. Sin embargo, queda
mucho por comprender del peso del indigenismo en la construcción de estas agendas
de investigación. Necesitamos situar las rupturas y continuidades de esta herencia y
repasar los distintos rumbos que tomó en la segunda mitad del siglo XX.
 Nos preguntábamos en un trabajo anterior, qué tenían en común antropólogos
“estructuralistas” limeños con antropólogos “marxistas-leninistas” provincianos (De-
gregori et al. 2001). O para plantearlo en palabras de la historiadora Brooke Larson
(1998): cómo fue posible que en la misma comunidad académica conviviera una
corriente que descifraba las prácticas andinas de parentesco y los verdaderos pará-
metros conceptuales del ayllu, con otros antropólogos marxistas que debatían sobre
los modos de producción y el lugar que ocupaba el campesinado en la transición al
capitalismo. ¿Por qué y cómo se abrió esta brecha? ¿Cuáles fueron las consecuencias
en la comprensión del “mundo andino”?
Para buscar respuestas a dichas paradojas quizá sea necesaria una agenda de
investigación que vaya más allá de un ordenamiento cronológico o genealógico de
la antropología. No se trata de redescubrir autores negados o hacer rivalizar teorías
y escuelas etnográcas, ni decretar precursores fundacionales. Tampoco de ensalzar
héroes culturales o personajes canónicos. Se trata más
má s bien de elaborar una historia de
la antropología que explore las narrativas, las prácticas intelectuales e institucionales,
desde un enfoque reexivo y contextualizado como reclamaba Enrique Mayer (1983)
ya hace más de 20 años. Se requiere volver a conectar las ideas (antropológicas) con
su tiempo.
Lo que he querido sugerir en estas notas para la investigación,
investiga ción, es que hacia nes
de la década de 1980 se cierra un ciclo histórico abierto a mediados del siglo XX,
cuando la antropología de inspiración indigenista —en su afán por edicar una nueva nue va
representación intelectual de las poblaciones indígenas— buscaba levantar en la arena
 pública un nuevo sentido común y nueva imagen del Perú donde los pueblos andinos
sean esta vez los verdaderos protagonistas de la historia.
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En esesitecamino, las movilizaciones campesinas y las migraciones a la ciudad
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functionality, as —para mencionar solo dos procesos entre otros— le proporcionaron al antropólogo el
well as marketing,
personalization,contexto
and analytics. You
y la agenda capaz de transmitir su palabra “cientíca”
“cien tíca” en el espacio público.
may change your settings at any time
Tenían lectores y oyentes, escribían libros y daban conferencias, elaboraban diag-
or accept the default settings.
nósticos y diseñaban propuestas de modernización. Ofrecían sus saberes al Estado o
 participaban en su contra desde sus aliaciones
aliaci ones partidarias,
partidar ias, la mayoría de las veces
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2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 129

de izquierda. Era una sociedad pre y posoligárquica movilizada en la que reinaba la


 palabra impresa que les aseguraba una audiencia más amplia. Con este soporte social,
las ciencias sociales pudieron transmitir
transmitir —bien o mal— una hoja de ruta a una sociedad
en constante transición. Pero todo ello entró en crisis en la convulsa década de 1980. Al
diluirse los puentes sociales para seguir llegando a un gran público, las interconexiones
entre antropología, política y “nación” perdieron sus referentes. Desaparece entonces
la gura del intelectual (antropólogo) público que hablaba desde y para lo “andino”.
Leído desde el presente, este itinerario nos muestra el ocaso de una época: aquella
donde los intelectuales formados en las ciencias
cienci as sociales se ocupaban de encontrar los
vínculos entre política y cultura. Más allá de diferencias teóricas o ideológicas, toda esta
antropología nos ofreció una nueva perspectiva
persp ectiva de los Andes como aquel espacio que
transitaba del “colonialismo interno” a una “modernidad andina”. Todos compartieron
la certidumbre que desde las huellas de la “andino” podía
pod ía construirse un proyecto que
 buscara democratizar la sociedad peruana e hilvanar un discurso alternativo de nación.
Si algún aporte ofrece este ejercicio de reconstrucción
reconstru cción histórica, es que nos permite
 pensar en esestos
tos antropólogos
antro pólogos —con sus diagnósticos
diag nósticos y procl
proclamas—
amas— como aaquellos
quellos
intelectuales que nos empujaron a tomar conciencia de la fragmentación social y di-
versidad cultural de la sociedad peruana. Este quehacer convirtió a los antropólogos
en aquellos personajes capaces de “inventar tradiciones” de la nación, si tenemos en
mente a quienes quizá encarnan mejor esta circunstancia: Luis E. Valcárcel y José
María Arguedas. En denitiva, es posible que con la comprensión académica de sus
utopías, biografías y prácticas intelectuales podamos acercarnos a los esfuerzos más
 persistentes que se hicieron en el siglo XX por instituir una antropología que intentara
devolver a los “andes” y al “hombre andino”
andin o” un lugar preponderante en la conciencia
histórica colonial y republicana.

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2 / ANTROPOLOGÍA Y ANTROPÓLOGOS EN EL PERÚ 131

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1982 “A Etnologia das Popolacoes Indígenas do Brasil, nas duas ultimas décadas”.
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Antropológico 80:
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Capítulo 3
UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO
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DE MARIO VARGAS LLOSA1
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1. PRÓLOGO

sta es una historia verídica que nadie se la creyó cuando se hizo pública. Lo
que pasó allí —y lo que se dijo sobre lo que pasó allí— constituye un evento
emblemático para la nación peruana en los
l os años 80, en que se vivía una transición
hacia la violencia política. Es un análisis de cómo se habla durante tiempos difíciles

E
en los que reinan la confusión y la incomprensión. Se crean mitos,
m itos, se difunden medias
tintas, propaganda y apasionadas posiciones intransigentes. Son tiempos en los que
se acaloran las comunicaciones. Mi contribución sigue las enseñanzas de la escuela
de crítica cultural en la antropología de los años 90. Hago una desconstrucción de los
discursos de quién dice qué y porqué lo dice y cómo es mal entendido. Es un ensayo
sobre las pasiones que nos mueven, que cuando éstas se apoderan de uno, causan la
ceguera, el desconcierto y la furia.

1
  Agradezco a la Facultad del Departamento de Antropologí
Antropologíaa de la Universidad de Yale por la opor-

tunidad
semestreque me brindó de
de primavera para escribir
1991. durante elmuy
Comentarios tiempo
útilesque estuve
fueron allí como
dados profesor
por Richard visitante
Burger, en el
William
Kelly, Patricia Mathews, Irene Silverblatt, Billie Jean Isbell, Deborah Poole, Clodoaldo Soto, Janet
Dixon Keller, Juan Ossio y Helaine Silverman. Peter Johnson, César Rodriguez y Nelly Gonzáles
(los bibliotecarios latinoamericanistas de las bibliotecas universitarias de Princeton, Yale e Illinois)
me ayudaron con material bibliográco. La versión castellana contó con la gran ayuda de Carlos
Iván Degregori, Iván Rivas Plata, Pablo Sendón y Pablo Sandoval.

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3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 147

Todo esto porque un 26 de enero de 1983 ocho periodistas fueron cruelmente


matados por una turba de comuneros quechua hablantes en las alturas de Huanta, en el
departamento de Ayacucho,
Ayacucho, porque los periodistas
periodist as fueron confundidos por miembros
m iembros
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na ción. A quien le tocó contar la historia del por-
may change your settings at any había
qué y cómo time ocurrido esa matanza fue al escritor Mario Vargas
Vargas Llosa —a pedido
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de un aturdido presidente Fernando Belaúnde Terry— quien le encargó encabezar una
comisión para investigar los hechos ocurridos.
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Cuando publiqué
corresponsal de guerraeste trabajopara
haciendo en inglés
ingl
miséscolegas
(Mayeren1991 y 1992)
Estados me sentía
Unidos como uun
un reportaje den
Marketing
como mi país estaba en un proceso de deterioro. Usé el título Peru in Deep Trouble Trouble
(“Perú en profundos problemas”) y salió en Cultural Antropology, la nueva revista que
Personalization

Analytics los antropólogos postmodernos habían fundado bajo la dirección de George Marcus. Ese
artículo fue una réplica a otro escrito por Orin
O rin Starn2 (1991, 1992a,) que se preguntaba
Save cómo era posible
Accept All que los antropólogos que trabajan en los Andes del Perú no habían
sido capaces de darse cuenta del fenómeno senderista y del descontento que alimentaba
esa subversión. Mi contribución fue matizar el contexto en el que nosotros trabajamos
tra bajamos
especicando los temas y puntos que nos motivaban, discrepando con la posición de
Starn. Usé el caso de Uchuraccay para ilustrar mis puntos de divergencia con él.
Por muchas razones yo mismo retiré varias veces mi texto traducido al español
listo paraSin
décadas. ser embargo
publicadomis
poramigos
el Instituto de no
del IEP Estudios Peruanos
han cesado duranteque
de pedirme las lo
últimas dos
publique,

2
  El artículo “Missing the Revolution: Anthropolog
Anthropologists
ists and the War in Peru” arma que el romanti-
romanti-
cismo esencializante hacia los Indios de los Andes que afectaba la antropología norteamericana de
esos años es similar al “Orientalismo” de Edward Said (1979). Ese romanticismo habría impedido
a los antropólogos detectar la incursión guerrillera en el campo. Para hacer tal apreciación, Starn
se restringió a un grupo muy selecto de antropólogos dejando de lado un gran abanico de colegas
de otras disciplinas anes y de otros países. Otras airadas réplicas a Starn, que incluye la traduc -
peruana  Alpanchis (Starn
ción del articulo, se encuentran en la revista peruana Alpanchis  (Starn 1992b). En 1994 Current
 Anthropology dio
 Anthropology  dio una segunda oportunidad a Starn de reiterar sus divergencias e incluye otra ronda
de comentarios por colegas (Starn 1994). William Roseberry (1995) puso en contexto histórico
el desarrollo de la disciplina con más largo aliento en reacción a la comprimida visión de que la
línea divisoria es entre la vieja y la nueva generación post Guerra de Viet Nam que Starn quería
revindicar. Starn publicó su monografía sobre las rondas campesinas en Cajamarca en 1999 donde
vuelve a tocar el tema aseverando que había exagerado en algunas armaciones, mas en el fondo, su
argumento mantenía un grado de validez, con lo cual también concuerdo parcialmente (Starn 1999).
Orin Starn y su compañera Robin Kirk contribuyeron mucho al esclarecimiento de los trasfondos
que alimentaban las corrientes de la violencia política en América Latina, pero actualmente ambos
se dedican a otros temas.

No hay pais mas diverso II.indb 147 04/05/2012 04:04:39 p.m.


 

148 ENRIQUE MAYER 

y ahora, después de una revisada autocrítica, acepté. Con el tiempo que ha pasado,
aparece aquí ya mas distanciado del debate con Starn. Aun así, esta no es una historia
de lo que ocurrió en Uchuraccay porque los historiadores Ponciano del Pino (2003a,
2003b, 2012) y Cecilia Méndez (2002, 2005) se han dedicado a ello. Tampoco es un
This website stores data sobre
análisis such as Sendero Luminoso o sus causas y efectos. El texto no ha sido actualiza-
ac tualiza-
cookies to enable essential site
do, pero si en algunos casos se agregaron nuevas referencias bibliográcas
functionality, as well as marketing,
bibliográc as de citas en
personalization,inglés que posteriormente
and analytics. You se tradujeron, o artículos que se republicaron para facilitar
may change your susettings
consulta.
consulta.    Es time
at any más bien un ajuste de cuentas de nuestro quehacer antropológico en
tiempos
or accept the default difíciles, y cómo a cada uno de los intelectuales de mi generación
settings. genera ción nos tocó la
tarea de encarar el tema de la violencia, tema para el cual estábamos mal preparados.
Privacy Policy
Al releer el artículo me doy cuenta que éste no ha perdido vigencia ni vigor.
Por eso he decidido mantener el tiempo presente en el que fue originalmente escri-
Marketing to. La manera de escribir antropología en el “presente etnográco”
etno gráco” es una táctica que
sirve para referirse a los eventos observados y relacionados
Personalization relacion ados a otras observaciones del
mismo momento aún cuando a la hora de ser publicadas ya pertenezcan al pasado. Lo
Analytics
dejo así para ilustrar la importancia del contexto
contex to en el que practiqué mi antropología.
Save
También ha de servir para comprender que los análisis de la cultura de una sociedad
Accept All
solo existen en momentos históricamente constituidos —un aspecto que es importante
 para los post modernos. Mi tratamiento de los elementos de la discusión son pues un
retrato de varios debates candentes y furiosos en torno a esa matanza malhadada que
fue como un presagio de lo que iba a venir después. Carlos Iván Degregori (2000: (200 0: 47)
 piensa que tanto para la antropología marxista como para la esencializada antropología
estructuralista andina, este evento marcó un momento de crisis cuando no pudo en-
frentar la violencia política de la década de los 80. Invito al lector comprobar esta idea.
Este ensayo es también un encuentro comprometido con los escritos literarios
y políticos de nuestro insigne Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y el
 papel que a él le tocó jugar. Me parecía en esos tiempos, y me sigue pareciendo hoy,
que el escritor de novelas
n ovelas Mario V Vargas
argas Llosa representa las angustias
ang ustias de la sociedad
 peruana mejor en sus cciones que en sus escritos políticos, sus columnas periodís periodís--
ticas, discursos o campañas electorales. Y esto es especialmente cierto de su Informe
de la Comisión Investigadora de los Sucesos de Uchuraccay (Vargas Llosa et al. 
1983). Debo decir que admiré
admir é y sigo admirando la obr
obraa literaria de Vargas
Vargas Llosa, que
es fruto de un extraordinario talento y de su sentir desde las entrañas nuestra cultu-
ra y sociedad; pero que he discrepado con él en cuanto a posiciones políticas y los
análisis que él hace. Comento que la relación de Vargas Llosa con los antropólogos
 peruanos es fructífera y de larga duración, y ella también ha inuido sobre los temas tema s
que el escritor toca y la manera en que los aborda. Puede también leerse este ensayo
como un intento de relacionar la práctica antropológica con la literatura, y tratar de

No hay pais mas diverso II.indb 148 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 149

responder a la inquietud de si una obra literaria es una mejor representación cultural


que un trabajo etnográco o un informe escrito para un gobierno de turno. No tengo
conocimiento sobre qué opinión Mario Vargas Llosa tenga sobre mi artículo, pero sí
sé que ha dicho, con toda razón, a la hora de publicarse los resultados de la Comisión
de la Verdad
Verdad y Reconciliación en 2004, que se conrmó todo lo que él había armado
This website storesen 1983.
data such¿Por
as qué entonces ese Informe fue tan mal recibido?
cookies to enable essential site
functionality, as well as marketing,
personalization, and analytics. You 2. I NTRODUCCIÓN
may change your settings at any time
or accept the default settings.
[…] Instructivo, fascinante. Condensada en unas cuantas imágenes y objetos efectistas,
hay en él un ingrediente esencial, invariable, de la historia de este país, desde sus tiempos
Privacy Policy más remotos: la violencia. La moral y la física, la nacida del fanatismo
fa natismo y la intransigencia,
de la ideología, de la corrupción y de la estupidez que han acompañado siempre al poder
Marketing entre nosotros, y esa violencia sucia, menuda, canalla, vengativa, interesada, parásita de
Personalization la otra. (Vargas Llosa: 1984: 123-124)
Analytics
En enero de 1983 ocurrieron una serie de sucesos que conmovieron al mundo,
Save en una remota
Accept All comunidad andina de la sierra del Perú. Una versión apareció en la
sección de revistas de la edición dominical del New York Times bajo el titulo “Inquest
York Times
in the Andes” (“Investigación en los Andes”) —en español “Historia de una matanza”  
(Vargas Llosa 1983, 1990c). En ella, el prominente escritor peruano Mario Vargas
3
Llosa, describió
las punas cómo ocho
para investigar periodistas, seis
informaciones quede Lima y dos
señalaban de los
cómo Ayacucho,  viajaron
comuneros de unaa
 pequeña comunidad llamada Huaychao habían matado a siete “terroristas”, miembros
del Partido Comunista Peruano, comúnmente conocido como Sendero Luminoso
 —nombre tomado de una frase del ensayista peruano José Carlos Mariátegui, según la
cual, solo el marxismo-leninismo proveería el sendero
se ndero luminoso de la revolución. 4 La

3
  Los periodistas
periodistas asesinados fueron: Jorge Sedano del diario “La República”, Eduardo de la Piniella
y Pedro Sánchez del “Diario de Marka”, Willy Reto y Jorge Luis Mendívil del diario “El Observa-
dor”, Amador García de la revista “Oiga”; todos de medios de comunicación capitalinos, además
de los periodistas ayacuchanos Félix Galván y Octavio Infante.
4
  Uso “terroristas”, “senderistas” y “Sendero Luminoso” como términos para referirme al partido po-
lítico Partido Comunista Peruano-Sendero Luminoso (PCP-SL). Sin embargo rehúso usar la denomi-
nación PCP-SL, como ellos quisieran ser designados. En un artículo crítico de los estudiosos de los
Estados Unidos del fenómeno senderista, Deborah Poole y Gerardo Rénique protestan contra el uso
de términos tales como “terroristas”, porque forman parte del distorsionante aparato intelectual con el
cual los “senderólogos” americanos han impedido nuestro entendimiento de éste y de otros fenóme-
nos políticos del Tercer Mundo. Tildar esos movimientos de “locos, terroristas, caudillos, barones de

No hay pais mas diverso II.indb 149 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

150 ENRIQUE MAYER 

noticia de las acciones de


d e los comuneros había sido recibida con júbilo en Ayacucho,
Ayacucho,
la capital del departamento, donde la insurgencia senderista
senderist a estaba ya en su tercer año;
especialmente contento estaba el general Roberto Clemente Noel Moral jefe militar de
la zona de insurgencia5 y el Presidente
Pre sidente del Perú, Fernando Belaúnde Terry
Terry,, quién en llaa
televisión había felicitado a los comuneros e instó a otros a tomar acciones similares
 para limpiar al país de los criminales terroristas.
Sin embargo, las cosas salieron mal.
This website stores data such as
m al. Tal
Tal como lo narra Vargas
Vargas Llosa, los ocho pe-
cookies to enableriodistas llegaro
llegaron
essential site n a Uchuraccay, una de las comunidades del grupo étnico de los Iquicha
functionality, asen camino
well a Huaychao. Allí tuvieron un diálogo con la gente local, pero luego fueron
as marketing,
personalization,cruelmente masacrados
and analytics. You con piedras, palos y hachas. Los cuerpos de los periodistas
may change your settings at any time
fueron
or accept the default horriblemente
settings. mutilados y luego enterrados boca a bajo, dos en cada fosa, en
excavaciones superciales ubicadas en una pampa lejos del cementerio del pueblo.
El testimonio de los expertos antropólogos describió estas mutilaciones y forma de
Privacy Policy enterrar a los muertos como prácticas típicas
típ icas de los lugareños para con sus enem
enemigos.
igos.
A la patrulla policial que llegó dos días más tarde en búsqueda de los periodistas, los
Marketing
comuneros declararon que habían matado a ocho senderistas.
La reacción a este giro de los acontecimientos en Ayacucho y Lima fue rápida
Personalization
 pero dividida. En los círculos conservadores de Lima, estos ev
Analytics eventos
entos conrmaron los
más profundos prejuicios que tenían contra los indios: en verdad éstos eran unos
Save salvajes. La oposición
Accept All izquierdista no creía en la historia y sospechaba algún tipo de
encubrimiento por parte de las fuerzas militares.
El sacudido presidente Belaúnde nombró una Comisión Investigadora y pidió al
novelista Mario Vargas
Vargas Llosa que la encabezase. El jurista Abraham Guzmán Figueroa

la droga, líderes carismáticos o movimientos fundamentalistas” (Poole y Rénique 1991: 29) oscurece
más que clarica. Los autores continúan: “El PCP-SL es un partido político y debe ser tratado como
tal. No es un ‘movimiento’ ni un misterio, más bien es una organización con una racionalidad política
y militar especíca” (1991: 43). Reconozco las objeciones de Poole y Rénique. No se debe satanizar
ni misticar a los senderistas. Pero, al mismo tiempo, hay criterios mínimos que deben ser cumplidos
 para ser recono
reconocidos
cidos como partid
partidoo polític
políticoo que
que eell PCP-SL elige no aceptar. No están registrados como
 partidoo pol
 partid político
ítico y reh
rehúsan
úsan ppartici
articipar
par co
conn las más m mínimas
ínimas reglas de la política
política electora
electoral.l. La situac
situación
ión
de partidos revolucionarios (en el sentido de Lenin) cuando entran a la clandestinidad es, por po r supues-
to, problemática cuando la legitimidad les es negada por los poderes ociales y sus miembros son
 perseguidos
 perseg uidos ppor
or razones
razones id
ideológi
eológicas;
cas; y tambi
también
én por ccrímen
rímenes
es cometidos
cometidos contra
contra las normas
normas legales
legales y
constitucionales que los miembros del partido niegan y recusan. En el caso del PCP-SL, son ellos los
que eligieron
decida emergerla clandestinidad y son ellos
de la clandestinidad los que
y busque declararon
alguna la “lucha
forma de armada”.con
reconciliación Hasta que el PCP-SL
la sociedad civil,  
continuaré llamándoles “terroristas”, pues esa es el arma de su elección.
5
  En todos los artículos de periódicos se le nombra como general Clemente Noel Moral. En su libro,
él rma como Roberto C. Noel Moral (Noel Moral 1989).

No hay pais mas diverso II.indb 150 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 151

y el periodista Mario Castro Arenas también conformaron


confor maron la Comisión. Vargas
Vargas Llosa
 pidió ayuda a un grupo
grup o prominente de expertos antropólogos,
a ntropólogos, abogados, psicólogos,
lingüistas y fotógrafos. La Comisión Vargas Llosa viajó a Ayacucho a investigar las
matanzas.
El Informe de la Comisión Investigadora Uchuraccay (Vargas
Investigadora de los sucesos de Uchuraccay
Losa et al. 1983), estableció una jerarquía de causas que explicaron el trágico evento.
eve nto.
La Comisión sostuvo que tenía absoluta seguridad de lo siguiente:

This website stores data 1.such Que


as las comunidades de la región habían decidido en asambleas comunales,
cookies to enable essential sitematar a “terroristas de Sendero Luminoso”, ya que estaban exasperados por
los abusos, exacciones y robos; así mismo del asesinato de dos pastores de
functionality, as well as marketing,
personalization, and analytics. You
may change your settings at any ovejas
time por los senderistas.
2. Que al haber tomado tal decisión, los comuneros se sentían autorizados a
or accept the default settings.
hacerlo por las autoridades, representadas por los sinchis (el temido pero
altamente entrenado batallón antisubversivo de la policía) quienes les habían
Privacy Policy dicho —según el testimonio de la gente de Uchuraccay— que “... si venían
Marketing terroristas a Uchuraccay debían defenderse y matarlos...” (Vargas Llosa et
al. 1983:20).
Personalization
3. Que los comuneros confundieron a los periodistas con una patrulla de sen-
Analytics deristas. Ellos creían que los senderistas iban a venir a buscarlos para cas-
tigarlos, porque habían linchado a dos subversivos en la misma comunidad
Save Accept All
hacía unos cuantos días.
4. Que esta masacre tuvo lugar sin la participación de las fuerzas policiales.
Como telón de fondo que inuenció estos sucesos, la Comisión anotó que Sendero
Luminoso tenía seguidores o algún grado de control entre las comunidades de agricul-
tores de los valles, pero no entre los pastores de la puna iquichana. Allí las guerrillas
no habían tenido mucho éxito en inltrarlos o controlarlos, porque los agentes de
Sendero Luminoso que se aparecían en las alturas, eran identicados con la gente del
valle, sus tradicionales explotadores y rivales. 6
Los iquichanos también acusaron a los senderistas
senderista s de robarles su ganado y de haber
matado a dos personas. También se oponían a la prohibición que había sido impuesta
 por los senderistas de participar en las ferias y mercados regionales. Esta prohibición
era parte de la campaña senderista de sitiar a las ciudades por hambre.

6
  Algunos estudios han conrmado la manera como los pastores de las alturas han luchado para ga ga--
narse la independencia de la dominación de las comunidades de los valles, y por ello los iquichanos
tenían poca paciencia frente a los intentos de los senderistas (asociados a la gente de los valles) de
reestablecer el control sobre ellos. Véase Favre (1984).

No hay pais mas diverso II.indb 151 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

152 ENRIQUE MAYER 

El Informe continuó diciendo que los iquichanos son gente brava, orgullosos de
su independencia y por ello, despreciados por los agricultores del valle. Los iquicha-
nos siempre habían apoyado a los bandos equivocados: a los españoles durante las
rebeliones indígenas, a los realistas durante la Independencia. 7
En 1896 habían tomado la capital de la provincia de Huanta y habían linchado
al subprefecto, y más recientemente, habían expulsado a los agentes de la Reforma
Agraria. Una vez que los iquichanos habían declarado la guerra a los senderistas,
estaban en un estado de exaltación psicológica, pues temían un inminente ataque de
revancha por los guerrilleros: “Creen por su tradición, por su cultura, por las condi-
ciones
This website stores dataen queasviven, por las prácticas cotidianas de su existencia, que en esta lucha
such
 poressential
cookies to enable la superv
supervivencia
siteivencia todo
to do vale y que se trata
tr ata de matar primero
p rimero o de m
morir”
orir” (Var
(Vargas
gas
functionality, as well as marketing,
Llosa et al.1983: 33).
personalization, and analytics. You
Vargas Llosa también propuso una serie de preguntas retóricas. ¿Es posible, se
may change your settings at any time
 preguntó,
or accept the default que los comuneros puedan hacer los distingos morales, constitucionales,
settings.
 jurídicos, entre el bien y el mal que implica el linchamiento o el proceso legal es-
tablecido? Es decir, ¿sabían ellos que estaban haciendo mal? Una de las respuestas
Privacy Policy fue dada por el experto en jurisprudencia, miembro de la Comisión, Dr. Fernando de

Marketing Trazegnies. Su explicación alude a un tema favorito en la antropología: la existencia


de la ley consuetudinaria, diferente a las de la nación “.... la existencia junto al sistema
Personalization
 jurídico occidentalizado y ocial,
o cial, que
qu e en teoría regula la vida de la nación, de otr
otroo
Analyticssistema jurídico, tradicional, arcaico, soterrado y a menudo en conicto con aquél al
cual ajustan su vida y costumbres los peruanos de las alturas andinas como Huaychao
Save Accept All
y Uchuraccay” (V
(Vargas
argas Llosa et al.1983:32) —supuestamente esta ley de la costumbre
 prevé la pena de muerte por linchamiento contra abigeos, después de juicios públicos.
La segunda respuesta a la pregunta retórica que Vargas Llosa se hace, también
se apropia de temas antropológicos favoritos. Reza así: los Iquichanos son un grupo
social especial por estar aislados. Pertenecen a una cultura separada, que ha sido
objeto de abusos y explotación por siglos. Sus miembros no entienden los asuntos y
las complejidades del sector moderno de nuestra sociedad. Así lo dice Vargas Llosa:
“Son parte de esa ‘nación cercada’, como la llamó José María Arguedas, compuesta
 por cientos de miles —acaso millones— de compatriotas, que hablan otra lengua,
tienen otras costumbres, y que, en condiciones a veces tan hostiles y solitarias... han
conseguido preservar una cultura —acaso arcaica, pero rica y profunda y que entronca

7
  Originalmente reportado en Jorge Basadre, donde se establece el estereotipo de los iquichanos
como “...bárbaros residentes entre Huanta y La Mar, descendientes de los pokras, tribus de raza
chanca...” (Basadre 1947: 226). La historiadora Cecilia Méndez (2002) indica que el grupo étnico
iquichano es un invento de los intelectuales del siglo XIX.

No hay pais mas diverso II.indb 152 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 153

con todo nuestro pasado prehispánico— que el Perú ocial ha desdeñado” (Vargas
Llosa et al. 1983: 36).
En suma, la Comisión concluyó que las matanzas eran resultado de un error que
surge de malentendidos culturales, de la tensión psicológica en el calor de una guerra
declarada contra su sociedad por los guerrilleros de Sendero Luminoso y provocada
 por la anuencia de la Policía.

3. ¿E NCUBRIMIENTO O SIMPLIFICACIÓN?
 NCUBRIMIENTO

Debe haber sido fascinante para un escritor asignar


asigna r la causa de tan horrenda tragedia a
This website stores data such as
cookies to enable essential site
un malentendido. Si el contexto no fuese tan morboso, encontraríamos
encontr aríamos en el lenguaje
de Vargas Llosa explicaciones aceptables que contextualizan las circunstancias y a
functionality, as well as marketing,
personalization, andlos actores.You
analytics. Sin embargo, muchos críticos y escépticos dijeron que el escritor había
may change your settings
logradoat una
any time
vez más narrar una excelente historia. Para otros, e inclusive para mí, las
or accept the default settings.
obras de cción de Vargas
Vargas Llosa reejan mejor la realidad que este informe. Aquí los
 puntos por los cuales fue criticado el Informe.
Privacy Policy
a. Hechos
Marketing
Personalization
Después de las investigaciones de la Comisión, y por un lapso de más o menos tres
Analytics años, la prensa peruana se abocó al juego detectivesco de buscar nuevos hechos que
desvirtuaran los argumentos del Informe Vargas
Vargas Llosa. Periodistas y comentaristas
comentarist as de
Save Accept All
televisión ávidamente propugnaban explicaciones alternativas y buscaban contradic-
ciones con los hechos conocidos, para apoyar otras teorías con igual sensacionalismo
y morbo tales como las que en los Estados Unidos los medios de comunicación y la
Comisión Warren,
Warren, trataron de explicar
exp licar los hechos del asesinato del presidente John F.
Kennedy y Lee Harvey Oswald. A pesar de que a la Comisión de Vargas Llosa solo
se le proporcionaron algunas de las fotografías del periodista Willi Reto, otras “apare-
cieron” después, y estas últimas alteraron algunas
alg unas de las aseveraciones iniciales de la
Comisión. Sin embargo, hasta hoy no han aparecido nuevos hechos que signicativa-
signicativa -
mente puedan alterar la lógica
lógic a de la historia contada por V
Vargas
argas Llosa y su Comisión.
Ha habido, sin embargo, numerosas muertes y desapariciones de testigos, lo que lleva
a sospechar que evidencia potencialmente incriminadora pudo haber sido eliminada.
Cualquier testigo que se hubiese atrevido a declarar, corría el riesgo de muerte segura.
Tampoco ha habido conversaciones honestas con los policías y militares directamente
dir ectamente
involucrados, lo que nos deja aún hoy con sospechas de que habría más por saber de
lo que la policía y los militares decidieron hacer público.

No hay pais mas diverso II.indb 153 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

154 ENRIQUE MAYER 

b. ¿Ley consuetudinaria, vigilantismo o guerra?

Si a los comuneros se les da el privilegio de ejercer sus leyes consuetudinarias, ¿qué


debemos hacer cuando los senderistas exigen el mismo derecho revolucionario?
Cuando los senderistas “liberan” comunidades campesinas,
campesin as, ellos llevan a cabo ejecu-
ciones públicas en nombre de la “justicia popular”.
pop ular”. A veces ajustician abigeos a quienes
ni la acción de los comuneros ni la corrupta justicia ocial han sido capaces
capa ces de capturar.
Todo esto es, sin embargo, más complejo. Tenemos que distinguir, en primer
lugar, las prácticas de la ley consuetudinaria del vigilantismo: es decir, cuando los
comuneros se deenden colectivamente de ataques externos. Desde su creación en
épocas coloniales, a las comunidades indígenas se les ha otorgado cierta autonomía
 paradata
This website stores manejar
 jerarquía sus asuntoselegidas
such as
de autoridades administrativos y jjudiciales.
y nombradas;udiciales.
algunasHay en ccada
ada co
ocialmente comunidad
munidad unay
reconocidas
cookies to enable essential site
functionality, asotras no,marketing,
well as como los varayoq, presidentes, comisionados, agentes municipales, tenientes
personalization,gobernadores, etc., que regulan muchos aspectos de la vida judicial en las comunidades. 8 
and analytics. You
Pero atlaany
may change your settings leytime
peruana es muy estricta en su insistencia de que las autoridades
or accept the default settings.
comunales solo traten casos menores, y los comuneros conocen esta restricción a su
autonomía.9 Los casos de homicidio deben ser referidos a las autoridades superiores.
Privacy Policy Sabemos que los comuneros conversaron con los periodistas en Uchuraccay, pero
no fueron sometidos a ningún proceso de acusación, ni encontrados culpables. Más
Marketing
 bien las
la s fotos muestran qu
quee fueron víctimas de
d e un ataque sorpresivo.
s orpresivo. De modo qu
quee
la apelación que hace la Comisión Vargas Llosa a la ley consuetudinaria carece de
Personalization

Analytics
validez. Los comuneros de Uchuraccay dicen haber hecho juicios populares contra
 personas a quienes
los periodistas; y losellos acusaron
acusados han de ser terroristas,
tenido oportunidadantes y después de
de defenderse de los
los cargos
sucesosque
de
Save Accept All
les hicieran. En cambio, a los periodistas se les trató de manera diferente.
Sin embargo, el argumento de autodefensa (“... que en esta lucha por la supervi-
vencia todo vale...”) ya mencionado tiene mayor validez. Las comunidades indígenas
se deenden colectivamente de ataques externos. Hay casos de batallas entre comuni-
comuni -
dades rivales motivadas por disputas sobre la demarcación
dem arcación de linderos y a veces corre
sangre.10 Estas acciones de violencia se basan en la toma de decisiones colectivas, la

8
  Véase Pásara (1983, 1984), cuyo estudio de los Jueces de Paz no letrados letrados y su relación
relación con las
Cortes Superiores así como la aplicación de los códigos legales es importante.
9
  Como lo anotan Ossio y Fuenzalida (1983: 73) en su contribución al Informe de la Comisión.
10
  En al gunas áreas de los Andes, estos encuentros forman parte de la vida ritual. Los tinkuys
algunas tinkuys se
 se conside-
ran exitosos si hay heridos y corre sangre (Platt 1980, Poole 1984). Véase también Remy (1991), quien
critica el excesivo sensacionalismo y la “esencializaci
“esencialización”
ón” antropológica al describir estas costumbres.

No hay pais mas diverso II.indb 154 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 155

completa participación de todos los miembros de la comunidad y los esfuerzos mu-


chas veces inútiles de evitar que las autoridades ejerzan represalias judiciales sobre
individuos expresamente seleccionados. Este tipo de acciones colectivas han sido
utilizadas ecazmente por los comuneros en ocupaciones de tierras y levantamientos
contra autoridades y hacendados abusivos. Tanto los comuneros como la nación saben
que estas acciones son ilegales, pero ciertos círculos de intelectuales, ocasionalmente
les dan la razón moral y la justicación histórica como el último recurso contra la
explotación y el abuso. La historia peruana está repleta de rebeliones indígenas que
fueron salvajemente reprimidas (Kapsoli 1987, O’Phelan 1988, Stern 1987).
Estas rebeliones son estudiadas con esmero por los historiadores,
historiado res, celebradas por
los escritores y gloricadas en la cultura popular. El derecho “moral” de defenderse
es una de las tantas armas que los débiles (Scott 1986) esgrimen y manipulan, y lo
conocemos con el término popular de “hacerse justicia”.
jus ticia”. Hacerse justicia o defender-
This website storesse es,such
data sin as
embargo, una acción moral o política. No tiene que ver con algún aspecto
 jurídicosite
cookies to enable essential de la fuerza de la ley nacional ni de la ley consuetudinaria.
functionality, as well as marketing,
Entre estos dos extremos, el tratamiento que los comuneros dicen dar a los abigeos
personalization, and analytics. You
es ambiguo y remite a aspectos de ambos. Primordialmente porque el abigeato tiende a
may change your settings at any time
or accept the defaultocurrir más allá de las fronteras de una comunidad y porque es más difícil de controlar.
settings. controlar.
Los comuneros a veces tratan muy severamente a los ladrones de ganado que logran
atrapar. Y colectivamente han defendido el derecho de hacerlo cuan cuando
do todos los otros
Privacy Policy intentos de colocar a los abigeos bajo
b ajo el fuero judicial han fallado, como en el fafamoso
moso
Marketing caso de Huayanay.
H uayanay.  Además, como lo demuestran Poole (1988) y Orlove (1990 [1980]),
11

este “derecho” ha sido frecuentemente manipulado por grupos armados, promovido por
Personalization
terratenientes,
terratenient es, gangsters y caciques rurales para nes propios y para apuntalar sus bases
Analytics de poder de amedrentamiento. Los comuneros han justicado sus “rondas” en base a
la lucha contra el abigeato y también se han aprovechado del abigeato sistemático para
Save Accepta All
debilitar los hacendados, a sus enemigos y a comunidades rivales. La organización
 
11
Un caso notorio durante el régimen de Velasco. Como apareció publicado en los periódicos, los
comuneros de Huayanay (en el departamento
departamento de Huancavelica) habían matado colectivamente a un
abusivo ex mayordomo. Luego rmaron un documento que señalaba que habían tomado la justicia
 por sus propias manos y entregaron el cuerpo a las autoridades
autoridades.. El drama de una historia en que
honestos comuneros terminan quitándole la vida a un abusivo mayordomo, quien dos veces había
comprado su libertad de la cárcel, convenció a la opinión pública y al Juez en absolver a los comu-
neros de su acto de justicia informal. Sin embargo, las investigaciones del Dr. de Trazegnies (1977,
1978) revelaron que la matanza tuvo lugar como parte de una larga pelea entre dos familias exten-
sas. Los que victimaron al mayordomo habían presionado a aquellos comuneros no comprometidos
con la matanza a rmar un acta que armaba que colectivamente la comunidad lo había matado por
abusos cometidos.

No hay pais mas diverso II.indb 155 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

156 ENRIQUE MAYER 

colectiva contra el abigeato poco a poco se ha transformado en la base de grupos de


defensa antisenderista. Comenzaron en el departamento de Cajamarca y poco a poco
se han difundido por toda la sierra (Taylor1983, Brandt 1987, Starn 1999).
Existe la posibilidad de que los comuneros de Uchuraccay
Uchuracca y o la misma Comisión
Vargas Llosa buscaron equiparar el ataque contra los afuerinos con el supuesto tra-
tamiento contra abigeos por parte de los comuneros. Así, el Informe dice “..., en la
reunión de cabildo abierto con la Comisión, designaron siempre con el apelativo de
‘terrorista sua’  (terrorista
  (terrorista ladrón)” (Vargas Llosa et al. 1983: 34). Esta explicación
 parece ser demasiado tramada.
Por otro lado, el Informe arma que los iquichanos decidieron colectivamente dar
 batalla a los senderi
senderistas,
stas, y procedieron
procedieron a emboscar,
emboscar, golpear,
golpear, linchar y ejecuta
ejecutarr a persona
personass
que identicaron como miembros de Sendero Luminoso. Por cuenta del mismo Vargas Vargas
Llosa, los iquichanos arman haber dado muerte a 25 personas antes del incidente
con los periodistas. Esta es la posición
posi ción de los comuneros, y la Comisión V Vargas
argas Llosa
apoya esta visión. El jurista Dr. Fernando de Trazegnies, tan enamorado del lenguaje
This website stores data such as
cookies to enable antropológico,
essential site dice: “Los comuneros de Uchuraccay manifestaron a la Comisión ser
functionality, as partidarios de Belaúnde y del Gobierno... Eran más bien declaraciones de una tribu o
well as marketing,
personalization,nación que decide
and analytics. You raticar su alianza con otra nación o tribu que se encuentra envuelta
may change your ensettings at anyDe
una guerra. timeahí que ellos espontáneamente sientan
s ientan que tienen la obligación para
or accept the default settings.
con su aliado ‘Señor Gobierno’ de capturar a los enemigos de éste y de neutralizarlos,
 por los métodos y usando las estratagemas tribales” (Trazegnies 1983: 145).
Privacy Policy En el informe de la Comisión se usan las tres argumentaciones. Cada una de ellas
excluye a la otra, y cada una tiene diferentes
diferente s consecuencias legales o morales sobre la
Marketing
culpabilidad o la inocencia de los comuneros.
Personalization

Analytics c. Omisiones

Save Accept All


Una relectura del Informe y las críticas que provocó, deja claro que hay una serie de
cabos sueltos. Por ejemplo, hasta donde yo sé, nunca se investigaron
in vestigaron las 25 muertes de
“terroristas” que los comuneros de Uchuraccay y las demás comunidades iquichanas
supuestamente perpetraron. ¿Quiénes fueron las víctimas? ¿De dónde eran? ¿Cómo y
con el apoyo de quién fueron capturados? ¿Cómo fueron sentenciados y ejecutados?
¿Por qué se hizo tanto esfuerzo para esclarecer las circunstancias de la muerte de ocho
 periodistas y no preguntarse lo mismo sobre la muerte de otras veinticinco
veinticin co personas,
supuestamente asesinadas en circunstancias similares, por la misma gente y en un
contexto semejante?
Para muchos del espectro izquierdista, hay fallas en el info
informe
rme de VVargas
argas Llosa,
 por no investigar más a fondo las posibilidades de una participación
participación más comprometida

No hay pais mas diverso II.indb 156 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 157

emismas.
incriminadora de las
Para ellos, la fuerzas policiales
coincidencia de uny incremento
militares, o de
de operaciones secretascontra
violencia comunera de las
los “terroristas” y el hecho que se haya establecido un nuevo comando militar en
Ayacucho con poderes especiales, era altamente indicativo de un cambio de tácticas
militares. A pesar de que la Comisión encuentra culpa en la Policía y sus métodos,
el lenguaje con el que lo hace tiende a suavizarla. Se citan factores mitigantes, como
 por ejemplo, la falta
f alta de experiencia del cuerpo
cu erpo policial
p olicial en ese campo de acción, su
ineciencia y el desconocimiento de las costumbres de la gente. Otro ángulo nunca
fue explorado. Si hubiese habido mayor presencia policial en Uchuraccay el día que
llegaron los periodistas, su muerte podría quizá haber sido evitada.
Hay una paradoja en cómo la izquierda —a menudo víctima de persecución poli-
cial— está más dispuesta a asignar a las fuerzas policiales capacidades increíbles. Es
más probable que las fuerzas
más “subdesarrolladas” que lopoliciales eran enestán
que sus críticos esa época, y continúan
dispuestos a creer.hoy
Por siéndolo,
ejemplo,
Gorriti (1990: 80-93) cuenta que las fuerzas policiales de la Seguridad Nacional
habían informado correctamente a las autoridades de Lima sobre las actividades de
This website storesSendero
data suchLuminoso,
as pero nadie les dio importancia. Peor aún, los archivos despare-
cookies to enable essential site
cieron cuando el gobierno de Fernando Belaúnde asumió el poder. Las percepciones
functionality, as well as marketing,
personalization, anddeanalytics.
la ineciencia
You inicial del cuerpo policial habían llevado al gobierno de Belaúnde
a conar
may change your settings en time
at any las fuerzas militares, para que ellas se hicieran cargo de las actividades
or accept the defaultcontrainsurgentes,
settings. y éstas recién
recié n se estaban estableciendo
establec iendo en Ayacucho.
Ayacucho. Calicar a lasla s
tácticas antisubversivas de “subdesarrolladas” implica sin embargoemba rgo describir también
Privacy Policy
dentro de este cuadro de “subdesarrollo” la preferencia
prefere ncia que estos cuerpos organizados
tienen por el abuso, la tortura y el maltrato agresivo
agre sivo contra la población civil, a la que
Marketing 12
debe supuestamente
enseñanzas proteger.
de campañas  Las tácticas antiterroristas
de contrainsurgencia de los
propiciadas por los militares incluyeny
Estados Unidos
Personalization
aplicadas en otros lugares de América Latina, que masivamente victiman y aterrori-
Analytics
zan a la población civil no comprometida. La persecución arbitraria es persecución
Save
arbitraria, sea ésta llevada a cabo en Perú, Guatemala, Salvador, Chile o Argentina.
Accept All
12
  Véase Flores-Galin
Flores-Galindo
do (1988), en donde hay una denuncia espeluznante
espeluznant e sobre las prácticas cotidia-
nas de la policía peruana, aún antes de que el terrorismo provocara el contraterro
contraterrorismo.
rismo.

No hay pais mas diverso II.indb 157 04/05/2012 04:04:40 p.m.


 

158 ENRIQUE MAYER 

d. Incredulidad 
Pero la mayor crítica al Informe se centró en la parte antropológica. Los críticos
exclamaron atónitos “¡Pero los comuneros no son así!”. En la imagen nacional de
algunos intelectuales, los comuneros no podían ser ni tan violentos,
violen tos, ni tan ignorantes,
ni tan ingenuos como los pinta el informe. Muy emblemático de este debate fue la
frase suelta del general Noel, que muy probablemente los comuneros de Uchuraccay
habían confundido las cámaras fotográcas de los periodistas con armas de fuego. Esta
declaración enfureció a los críticos y Vargas
Vargas Llosa intentó responderla
respond erla en su Informe.
Se pregunta el autor: “¿Están en condiciones los comuneros de Uchuraccay de iden-
ticar una cámara fotográca y saber para qué sirve? Algunos de ellos, por lo menos
sin ninguna duda...No es éste el primer caso de una sociedad en la que el primitivismo
y el arcaísmo culturales pueden coexistir con el uso de ciertos productos manufac-
turados modernos” (Vargas Llosa et al. 1983: 23). Meses después de la publicación
del Informe, los hechos demostraban claramente que los periodistas hablaron con los
comuneros. Dos de ellos hablaban quechua y eran conocidos en la región. Ciertamente
ellos podrían haber explicado su misión a los comuneros. Más acertadamente, en una
entrevista
This website stores posterior,
data such as Vargas Llosa especuló si las teorías de Mao o las de Mariátegui
cookies to enableeran comprensibles
essential site a los comuneros de Uchuraccay, y concluye que las exacciones de
functionality, aslos
wellsenderistas serían vistas como actos de “pura intromisión y prepotencia” (Vargas
as marketing,
personalization,Llosa
and analytics. You
1991a: 136).
may change your settings at any time
Millones (1983: 97) apuntaba que nosotros no conocíamos
or accept the default settings.
co nocíamos el discurso senderista
dirigido a los campesinos, ni cómo es que apelaban a sus simpatías. Suponer igno-
rancia campesina en cuanto a los debates ideológicos es también simplista. Pastores
Privacy Policy evangélicos predicaban su visión del mundo y su oposición contra doctrinas católicas y

Marketing comunistas. Había también reclutamiento activo por parte de federaciones campesinas
y trabajo político de los partidos en todo el departamento de Ayacucho.13
Personalization Tampoco podían aceptar
acepta r los críticos que los comuneros por sí solos fuesen capa
capaces
ces
Analyticsde realizar tan execrables mutilaciones, a pesar de las explicaciones antropológicas que
los expertos adjuntaron al Informe de la Comisión. Pero sí sabemos que los comuneros
Save han actuado
Accept cruelmente
All contra extraños. Por ejemplo, a los antropólogos
antropó logos canadiense y
 peruano Lionel Vallée y Salvador Palomino (1973: 12-13), los comuneros de Manchiri
en la región de Ayacucho
Ayacucho en los años 1960 los amarraron y los tuvieron presos en una
13
  El testimonio de la maestra de Uchuraccay demuestra que últimamente la comunidad había estado
sujeta a intensos esfuerzos de prédica evangelista (Ossio y Fuenzalida 1983: 63). Otra descripción
de un encuentro con predicadores evangelistas entre los Iquicha se halla en Salcedo (1984: 145).
Degregori (1990), Skar (1997 [1982]), Berg (1987), y Quintanilla (1982) describen actividades de
 proselitismo
 proselitismo polític
políticoo en las zo
zonas
nas rurales de A
Ayacucho
yacucho y Apurímac.

No hay pais mas diverso II.indb 158 04/05/2012 04:04:41 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 159

habitación toda la noche. Ellos se salvaron ya que Palomino, quien hablaba quechua,
escuchó los debates entre los comuneros de cómo es que los iban a matar, y al entender
qué es lo que se decía, gritó a sus captores que él entendía todo. Esto hizo vacilar a los
comuneros, dándoles a los antropólogos la oportunidad de escapar.
Palomi no fueron percibidos como pishtacos por los comuneros, guras
Vallée y Palomino
muy temidas, quienes en la creencia local
lo cal son gente blanca que capturan a los indíge-
nas y los decapitan para obtener grasa humana
hum ana para la fundición de buenas campanas,
 para la venta en el extranjero donde se la necesita para hacer func funcionar
ionar maq
maquinaria
uinaria
muy compleja (naves espaciales, por ejemplo), o para pagar la deuda externa (Ansión
y Sifuentes 1989: 61-105). Tan difundida es esta creencia que ha motivado crímenes
verdaderos. En 1969, dos jóvenes fueron capturados por la policía cuando trataban de
vender botellas de grasa humana a un comerciante yugoeslavo de Tarma. Los jóvenes
confesaron y mostraron a la policía los cuerpos desmembrados de varias pastoras a
quienes habían asaltado en la puna, motivados por la creencia que esta actividad cri-
minal era una actividad lucrativa.
El miedo a los pishtacos se ha incrementado desde que reina la violencia política
en la sierra. En 1987 en un pueblo joven de Ayacucho, formado por refugiados de
la guerra, un pobre comerciante huancaíno fue muerto a pedradas por una turba de
vecinos enfurecidos que estaban convencidos que él era un pishtaco (Degregori 1989:
This website stores data such as
109-114).
cookies to enable essential siteEn el imaginario popular los  pishtacos son la quintaesencia del afuerino.
functionality, as wellPoseen tecnología avanzada con la cual pueden perpetrar sus crímenes, cuyo propósito
as marketing,
personalization, andesanalytics.
convertir la grasa de los indios en ganancias monetarias. Son pues una expresión
You
may change your settings at any time
mitologizada muy coherente de percepciones de violencia perpetrada contra ellos, y
or accept the default settings.
contra la cual la única defensa es la furia colectiva para extirparlos (W
(Weismantel
eismantel 2001).
Quizás para los comuneros de Uchuraccay los periodistas podrían no solo haber
Privacy Policy sido representantes de la Policía, del Ejército, o de los guerrilleros, sino también pishta-
cos. Esta explicación alternativa, conocida por los antropólogos de la Comisión (Ossio
Marketing
y Fuenzalida 1983: 70) fue tan solo vagamente aludida en el Informe. El problema
Personalization
era que si se privilegiaba esta explicación, los críticos la hubiesen ridiculizado, y para
Analytics quienes los comuneros de Uchuraccay ya aparecían como salvajes, tal explicación los
hubiese condenado aún más. Los autores del Informe, y sobre todo sus críticos, son
Save ingenuos
Acceptcuando
All calican con virtudes morales y de “humildad” solo a un segmento
de la sociedad peruana, o peor aún, maniqueos, si acusan a solo un segmento de la
sociedad peruana, dividida como ésta por abismos étnicos, de ser los únicos capaces
de cometer actos de violencia racional o irracional. 14

14
  El
de revés de este
masacre debatealtambién
irracional sofocaresinsurgencias.
maniqueo: presume
Durante que
todasolo las fuerzas
la década de laarmadas cometen
violencia se creíaactos
que

No hay pais mas diverso II.indb 159 04/05/2012 04:04:41 p.m.


 

160 ENRIQUE MAYER 

Por cierto, aún antes de los sucesos de Uchuraccay, la violencia colectiva ha


sido utilizada por los comuneros en la sierra en circunstancias en las que eran o se
 percibían amenazados desde afuera, y a veces, esta violencia rebasó aquella
aquel la estricta-
mente necesaria para lograr los objetivos propuestos; ya que también ha incluido en
algunos casos atrocidades cometidas contra extraños. Hay en estas argumentaciones
las dimensiones escondidas de una doble falacia. Un lado ignora actos irracionales
de violencia aún cuando el contexto y las circunstancias las explican, aunque no las
condenen. La otra cara de esta falacia consiste en mostrar mediante evidencia histórica,
actos de crueldad, sanguinarismo y rituales violentos, utilizando la iconografía pre-
hispánica, textos históricos, mitos, cuentos y relatos
re latos que aseguran ser verídicos, como
demostración de la “naturaleza violenta” del indio ya sea como rasgo psicológico o
como herencia racial. El grupo étnico que no tenga historias de violencia que tire la
 primera piedra. La única posición correcta es encarar los hechos de cada caso en su
contexto y cuidarse de no ser llevados por la repugnancia etnocéntrica o peor aún ser
atraídos morbosamente por ellos.
Tampoco es tan simple contraponer en términos morales la violencia física co-
metida por campesinos o marginados y la “violencia estructural” cometida por “el
sistema” contra ellos como justicación de actos de violencia campesina o terrorista.
En el Perú, “violencia estructural” se le ha venido
ven ido a llamar a la pobreza, al abuso des-
 piadado, a la indiferencia, a los actos de discriminación, al racismo, a la arbitrariedad
This website stores
y/o adata such as
la indiferencia del Estado que impide las acciones potenciales que un individuo
cookies to enable essential site
 pudiese querer
que rer tomar. En debates cotidianos,
functionality, as well as marketing,
cotid ianos, en la televisión, o en casa, la reacción
personalization,común frente You
and analytics. a la indignación contra los actos terroristas ha sido contraponerla con
may change your ejemplos deany
settings at violencia
time estructural para explicarla. Discusiones de esta naturaleza son
or accept the default settings.
estériles pues no llevan a soluciones. Confunden causas con justicaciones morales,
y confunden casos de culpabilidad individual con culpa colectiva. La única salida es
Privacy Policy
considerar la violencia estructural como causa de la violencia política, y luego decidir
hacer algo para corregir la primera. Ambos tipos de violencia existen —indudable-
Marketingmente— y quizás la una pueda explicar la otra, pero la una no justica la otra. Desde
Uchuraccay poco, muy poco, puede decirse qué se ha hecho para corregir la incidencia
Personalization
de la violencia estructural y con ello haber disminuido las posibilidades de violencia
Analytics
 política. La sociedad civil ha dejado, en gran medida, que las fuerzas armadas se
Save Accept All

el número de víctimas causadas por las fuerzas armadas era mayor que las perpetradas por Sendero
Luminoso (Amnesty International 1985,1989). El Informe de la Comisión de la Verdad y Reconci-
liación (Perú: Comisión de la Verdad y Reconciliación 2004 Anexo 2: 17) desmintió eso mostrando
que cuando Sendero entró en repliegue, los senderistas fueron muy crueles con la población y el
número de muertos muy alto.

No hay pais mas diverso II.indb 160 04/05/2012 04:04:41 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 161

encarguen del problema, a pesar de las críticas que sus métodos han provocado repe-
tidamente.
veces, peroEl Estado
poco es lotambién ha debatido
que se puede contar la incidencia
como de la violencia
signicativo en cuantoinnumerables
a legislación,
actos de reforma, o inclusive en el campo de la política, que responda racionalmente
a este tipo de levantamiento armado. 15
Aún mayor incredulidad produjo entre los críticos del Informe, la unanimidad
con la que los comuneros admitieron los hechos. Que los comuneros nunca variaran
y que todos se ajustaran a la única versión era, para muchos, demostración de que a
ellos los habían intimidado con amenazas. De allí, se razonó, que los comuneros debían
estar encubriendo a otros, quienes habían cometido los crímenes. Lo que la oposición
al gobierno de Belaúnde quería con más fervor, era una confesión de que había sido
la policía o el ejército quienes habían perpetrado las matanzas. Los comuneros han
tenido muchas oportunidades para recontar su versión,
vers ión, y tal recticación hubiese sido
recibida
Otracon júbilo en—que
posibilidad muchos sectores
fueron de la sociedad.
los terroristas Pero nunca
de Sendero lo hicieron.
Luminoso los que obli-
garon a los comuneros a matar a los periodistas, o que ellos estaban materialmente
comprometidos— no ha sido explorada con cuidado. Esta posibilidad no es considerada
feaciente. Sendero Luminoso quería toda la publicidad posible para sus actos y matar
a aquellos que mejor se la proveerían parece ridículo. Más aún, entre los periodistas
estaban representados periódicos que, por lo menos a los comienzos, tenían opiniones
menos negativas contra Sendero Luminoso. En retrospectiva, una acción como esa,
This website storesya nosuch
data parece
as ser tan inverosímil, dado lo que ahora sabemos de ellos, como es que
utilizansite
cookies to enable essential los asesinatos, las bombas y matanzas para producir  shocks psicológicos. Si
functionality, as welleso
as marketing,
era lo que buscaban, ciertamente lograron sus objetivos. 16 
personalization, and analytics. You
may change your settings at any time
or accept the default settings.

 
En 1989 la Comisión Especial del Senado sobre las causas de la Violencia y Alternativas de Pa-
15

Privacy Policy cicación en el Perú, dedicó tres capítulos al estudio de la “violencia estructural” en la sociedad
Peruana (Comisión Especial del Senado 1989). La Comisión tipica la violencia estructural como
Marketing histórica, acumulativa: “... el mismo orden, la legalidad y la organización del poder se convierte
en expresiones de una violencia estructural que se acumula, se reproduce y tiende a perpetuarse,
Personalization impulsando bajo circunstancias concretas a comportamientos de violencia activa en sus diversas

Analytics manifestaciones” (Comisión Especial del Senado 1990: 34). Dos tendencias generales se dan como
causas de violencia estructural. Una es su acumulación gradual dada por discontinuidades histó-
ricas, el desplazamiento de la gente, la desintegración, la marginalización, la incomunicación, el
Save Accept All
autoritarismo, el centralismo y la ausencia de un proyecto nacional. La segunda se encuentra en los
 patrones generalizados
generalizados de rela
relaciones
ciones social
sociales
es entre persona
personass e incluye estatus
estatus asimétrico,
asimétrico, domina-
ción, racismo y dominación de género (Comisión Especial del Senado 1989: 120-130).
16
  Véase Gorriti (1990 —en particular el capítulo 9) para una consideración
consideració n acerca de cómo el lideraz-
go senderista enseña y adoctrina a sus militantes en sacarle el provecho máximo a los asesinatos.

No hay pais mas diverso II.indb 161 04/05/2012 04:04:41 p.m.


 

162 ENRIQUE MAYER 

Muchos senderólogos también encuentran que la narración de los eventos en


Uchuraccay es poco creíble. Siguiendo las enseñanzas
e nseñanzas de Mao, a los senderistas se les
ha enseñado a no antagonizar con el campesinado. Gustavo Gorriti, Gor riti, el más respetado,
describe cómo Sendero es muy selectivo y estratégico en sus asesinatos. Ellos tienen
que aprender a matar en forma sistemática y despersonalizada, al mismo tiempo que
tienen que estar preparados a sacricar sus propias vidas. Las matanzas deben ser
cuidadosamente calibradas para provocar la furia ciega del Estado. Cuánto mayor el
exceso de la reacción, más fácil es transferir la culpa al Estado. Por eso sus principales
objetivos han sido las obras y los representantes del Estado y sus autoridades (torres
de electricidad, puentes, la policía, empleados de gobierno, proyectos de desarrollo,
autoridades locales, comerciantes y transportistas, etc.). Se ganan la aceptación ini-
cial de los pueblos con juicios sumarios (populares) de malos comerciantes, maridos
adúlteros, explotadores abusivos, a quienes ajustician en las plazas. T También
ambién intimidan
a la población con amenazas de matar a soplones y a colaboradores. Además las tres
reglas de Mao y las ocho amonestaciones de cómo debe actuar un revolucionario entre
los campesinos eran claramente indoctrinadas a los cuadros. 17 El patrón de matanzas
y de robos que aparecen
aparec en en el Informe de V Vargas
argas Llosa diverge de otras acciones que
se sabe habían sido instigadas por Sendero en Ayacucho.
Ayacucho. Sin embargo, hay que hace
hacerr
el distingo entre lo que se les enseña a los senderistas y lo que ellos hacen.
Ya hay suciente evidencia acumulada que los eventos en Uchuraccay coincidieron
con una verdadera guerra desencadenada entre los comuneros de las partes altas de
la zona y los senderistas, y que en esos días los senderistas y los comuneros estaban
cometiendo atrocidades, y este patrón se ha repetido en otras regiones del país (Perú:
This website stores data such as
cookies to enableComisión
essentialdesitela Verdad y Reconciliación 2003: 130-31). De modo que el desacato de
functionality, aslas
wellreglas de comportamiento de cómo los senderistas debían imponer su autoridad en
as marketing,
personalization,las
andcomunidades
analytics. Youpuede muy bien
b ien darle razón a los comuneros de
d e Uchuraccay, quienes
may change your settings at any time
or accept the default settings.
17
 
“Las ‘Tres Reglas’ son las siguientes en la traducción senderista:
• Obedecer las órdenes en ttodas
odas las acciones.
Privacy Policy
• No tomar de las masas nnii una so sola
la aguja, ni una sola hebra de hilo.
Marketing
• Entregar todas las cosas capturadas.
Las ‘Ocho Advertencias’ son:
Personalization• Hablar con cortesía.
• Pagar con honradez lo qque ue ssee compre.
compre.
Analytics • Devolver todas las cocosas
sas ssolicitadas
olicitadas en pr
préstamo.
éstamo.
• Indemnizar por todo objeto dañado.
Save • Accept Allni injuriar a la gente.
No pegar
• No estropear los cultivos.
• No tomarse libertades con las mujeres.
• No maltratar a los prisioneros” (Gorriti 1990: 174).

No hay pais mas diverso II.indb 162 04/05/2012 04:04:41 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 163

armaron que los terroristas efectivamente estaban matando y robando y haciéndose


odiados por los comuneros. Pintar a los senderistas como matones que cometen actos
de pillaje también es una parte conveniente de la agitprop del gobierno.

4. LA AUTORIDAD ANTROPOLÓGICA

En su novela El Hablador  (1987)
 (1987) el autor/personaje ccionalizado de Mario Vargas
Llosa traza carreras divergentes entre él y Saúl Zuratas, su amigo desde los días de
universitarios en San Marcos. Zuratas escoge la carrera de antropólogo y quizás ter-
mina uniéndose a los Machiguengas en la selva peruana. Vargas Llosa llega a ser el
escritor, observador y comentarista político que conocemos.
En el transcurso de la novela, Vargas
Vargas Llosa (el personaje) y Zuratas
Z uratas sostienen un
debate sobre el papel que la antropología debe ejercer en la sociedad. En la novela,
Zuratas es el idealista
sola, y pierde el debateque argumenta
contra V
Vargas que a pero
argas Llosa, la sociedad Machigueng
Machiguenga
es éste último quien asiente
se le la
debe dejar
inmensa
tristeza de la pérdida de la identidad cultural de los Machiguenga y observa con agudeza
el producto de pacotilla que la integración a la vida nacional implica para ellos. Un
resumen de la posición de Vargas Llosa se halla también en un artículo publicado en
inglés en la revista Harpers (1990a) y en Oiga en el Perú (1990b). Y ésta no es la única
vez en la que aparecen antropólogos en las novelas de Vargas Llosa. Construida de
forma similar, en la Historia de Mayta (1984) el autor/personaje reconstruye la vida
de su compañero de colegio Alejandro Mayta, quien se volvió revolucionario. En la
novela, uno de los contactos tempranos de Mayta en esos fogososfogo sos días de la actividad
This website stores política
data suchsemiclandestina
as era un cientíco social, Moisés Barbi Leyva, a quien Vargas
Llosa entrevista
cookies to enable essential site años más tarde en las ocinas de una prestigiosa
prestig iosa institución de inves
inves--
functionality, as well as marketing,
personalization, andtigación
analytics. You para (re)construir la historia de Mayta.
social
Pero los
may change your settings at any time
antropólogos peruanos no son del todo como el ccionalizado Saúl Zura
Zura--
or accept the defaulttas. Desde los años 30, la antropología como nueva disciplina con respetables
settings. respetabl es creden-
ciales cientícas había legitimado autoridad al movimiento intelectual
intelect ual indigenista que
veía en la regeneración de los indios explotados un futuro para el país. Prominentes
Privacy Policy indigenistas habían sido antropólogos, tales como Julio C. Tello
Tello y Luis E. VValcárcel,
alcárcel,
Marketing quien había sido ministro de educación; el etnólogo, folclorista y novelista
novelist a José María
Arguedas, director del Instituto Nacional de Cultura;
C ultura; y el antropólogo Mario Vázquez,
Personalization
uno de los arquitectos de la Reforma Agraria de 1969. Los colegas pueden identicar
Analytics instantáneamente a Moisés Barbi Leyva como un prominente cientíco social de la
década de los 60 y 70 con una agenda integracionista.
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Estos All
profesionales estaban en contra de la “preservación” de las culturas nativas.
Trabajaban arduamente para lograr nuevas maneras de integrar a los índígenas a la
No hay pais mas diverso II.indb 163 04/05/2012 04:04:41 p.m.
 

164 ENRIQUE MAYER 

sociedad nacional y a revitalizar los patrones culturales andinos para hacerlos compati-
 bles con un estado-nac
estado-nación
ión moderno. Todos se consideraban
consideraban progresist
progresistas
as y consideraban
que el la
como Estado era el mejor
más experta agente para
en asuntos lograrlo.
indígenas. ConLaelprofesión
profesió n está de
crecimiento también identicada
la izquierda en el
Perú, para aquellos más identicados con esas corrientes, el discurso antropológico
tendería a adquirir orientaciones más marxistas, mientras que las corrientes cultura-
listas y funcional-estructuralistas se comenzaron a asociar con posiciones políticas de
corte más conservador.
Estos elementos son parte importante del trasfondo intelectual del Perú y son
necesarios para entender el Informe de la Comisión, porque no es excepcional que en
un informe como el de Uchuraccay intervengan un prominente escritor y antropólogos,
y que se hayan utilizado tantos temas propios de la antropología. El resultado fue un
texto antropológico más que un informe que dé cuenta de los hechos. El historiador
Pablo Macera (1983) observó que como producto de una Comisión Investigdora, el
Informe
tampocotenía serias deciencias:
consignaba daba pocosdenombres
fechas, ni metodología de las personas
la investigación entrevistadas,
que pudieran ayudar a
comprender cuáles de los hechos o armaciones se podían comprobar
comp robar o descartar, etc.
La contribución antropológica le dio a la Comisión un aire de legitimidad en cuanto
a los asuntos indígenas. Y fue también a los expertos antropólogos a los que se acudió
 para criticar el Informe. Así el antropólogo Rodrigo Montoya comentó amargamente
que era “... un respaldo a las tesis del gobierno”, señalando igualmente: “Para eso se
sirve de la antropología como elemento de análisis y decoración” (Montoya 1983: 7
y 1, respectivamente).
Montoya criticó el informe porque el trabajo antropológico no era serio. Luis
Lumbreras, ayacuchano, dijo que “Los comuneros de Uchuraccay no confunden a
los senderistas
This website stores data such as con demonios ni tienen miedo de que éstos les quiten un mito de la
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functionality, as cabeza.
wellgrave
un Laerror
gente
as marketing, tieneel problemas
desde de comida
punto de vista y deel linderos...
cientíco De modo
haber estudiado que ha sido
su pensamiento
personalization, and analytics. You
y no la realidad social en que viven” (Lumbreras 1983). Hasta los senderistas tienen
may change your settings at any time
sus antropólogos.
or accept the default settings. El segundo en la jerarquía de Sendero, Osman Morote (ahora en la
cárcel), era profesor de antropología en la Universidad de Huamanga, y numerosos
senderistas encarcelados en los primeros días, eran estudiantes de antropología.
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Lo que me interesa aquí es el discurso antropológico de este texto, ya que, des-
 pués de todo, no siempre a la antropología se le concede tanta atención y es más raro
Marketing
aún que tenga el apoyo de tan prominente escritor. ¿Por qué es que este discurso fue
Personalization
rechazado por tantos, y considerado de mal gusto por muchos otros?
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No hay pais mas diverso II.indb 164 04/05/2012 04:04:41 p.m.
 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 165

a. Los dos Perú

Es al nivel
discurso emotivo, quecuando
antropológico es tanalude
problemático, al quefraccionada
a la naturaleza Vargas Llosade laapela mediante
nación el
peruana.
Cuando el lenguaje antropológico se ltra en un discurso político p olítico pernicioso, hay que
tener cuidado. Como se citó c itó antes, Vargas
Vargas Llosa apela al argumento de los “dos Perú”
citando como fuente impecable y respetada de la intelectualidad peruana al historiador
Jorge Basadre, quién en 1943 fue el primero que utilizó la frase “Perú profundo”. 18
Veremos que el uso que Vargas Llosa le da al concepto de Basadre es muy di-
ferente a la formulación original del historiador. Preocupado con los problemas de
la identidad nacional y la noción de peruanidad entre sus gentes, Basadre distingue
entre el Perú legal y el Perú
Pe rú profundo. Para él, la distinción entre
en tre los dos Perú es entre
el Estado (país legal) y la nación compuesta por su gente (país profundo). 19 Basadre
insiste que la historia del Perú no es solo la historia del Estado sino también la de la
nación. Continúa diciendo que las naciones existen aún cuando no exhiben unidad
de raza, territorio, lenguaje e intereses económicos entre sus habitantes. El proceso
histórico de forjar una nación es relativamente reciente en el caso del Perú, pero aún
así, está presente. Este proceso puede ser caracterizado, fechado y analizado no solo
con las ideas de sus mejores intelectuales sino sin o también en los movimientos populares
que surgieron con inmensas esperanzas de lograr transformaciones nacionales. Basa-
dre demuele la creencia popular que esta nación está compuesta por una mayoría de
indios. Cita los resultados del censo de 1940 que muestra una constante disminución
de indios en comparación con el censo anterior, y niega que hay un abismo cultural
que separe a los indios de los mestizos, o a los serranos de los costeños. Resalta el
mestizaje como el proceso cultural más importante y da una lista de peruanos ilustres
de ancestro indio, mestizo, europeo y asiático que han contribuido activamente al
 proceso de forjar nación.
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posición de Basadre respecto a esta cuestión ha sido cuestionada (véase por
functionality, as wellejemplo Bourricaud 1989 [1967], Mörner 1985, Szeminski 1987). Pero es importante
as marketing,
personalization, andrecordar
analytics.que
Youestas ideas fueron formuladas durante
d urante la segunda Guerra Mundial, y que
formaban
may change your settings parte
at any timede su proyecto personal de proveer a través de sus estudios
es tudios históricos
or accept the default settings.
los instrumentos para forjar la nación, tal como él lo expresó fervientemente en uno de

Privacy Policy Vargas Llosa et al. (1983: 32), Vargas Llosa (1991a: 134). A pesar de ser popular, la frase de Ba-
18
 
sadre “Perú profundo” es difícil ubicarla en sus voluminosos escritos. La referencia más temprana
Marketing aparece en un ensayo titulado “1945” (reimpreso en Basadre 1978a: 489). Una discusión muy breve
Personalization aparece en el colofón de nueve páginas con el título Colofón sobre el país profundo en la edición de
su La multitud, la ciudad y el campo en la historia del Perú (1947).
1947 de su La Perú (1947).
Analytics 19  Basadre (1978a: 489) ssigue
igue al hhistoriador
istoriador y l
lósofo
ósofo francés Charles Pegúy al hacer
hacer esta distinción.

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No hay pais mas diverso II.indb 165 04/05/2012 04:04:41 p.m.
 

166 ENRIQUE MAYER 

sus seminales trabajos tempranos,  Perú problema


problema y posibilidad  (1978b).
 (1978b). Consciente
de su propia habilidad de crear frases aptas que resumen ideas, Basadre remarcó ma-
liciosamente que ese celebrado ensayo suyo era mejor conocido por su título que por
su contenido, hasta convertirse en verdadero mito (Basadre 1978b). Este mito atrapó
a Vargas
Vargas Llosa, pues con el correr del tiempo, la frase Perú profun
profundodo se ha vuelto muy
 popular en el mundo académico (siempre con atribución a Basadre) y poco a poco ha
llegado a signicar las raíces históricas de lo indígena como componente del sentido
de nación peruana. En México, Guillermo Bonl Batalla (1987) adoptó esta frase como
título de su último libro que realza la identidad indígena de su país.
Solo cuando Vargas Llosa se reere al Estado que conforma parte del “Perú
ocial” y solo cuando hace referencias a la distancia entre el Estado y el pueblo es
congruente en el uso con la formulación original de Jorge Basadre. Para Basadre, los
aspectos profundos del sentido de nación se encuentran en todas sus gentes y secto-
res de la población. En ninguna parte de sus escritos reserva el término “profundo”
 para referirse exclusivamente a los aspectos de la cultura indígena, su identidad,
identidad , o el
sentido propio de nación indígena. De hecho, en el colofón agregado años después,
lo niega rotundamente: “Por otra parte, ¿dónde está la conciencia nacional indígena?
¿Quién será capaz de acoplar a las ‘nacionalidades’ quechuas y aymaras, a los chancas,
huancas y demás razas y subrazas que existen al mismo tiempo, sin contar a las tribus
del Oriente?” (Basadre 1947: 273). En cambio, para Vargas Llosa la sociedad civil
de habla hispana y sus ociales son miembros del “Perú ocial”, mientras que para
Basadre todos en la nación encarnan el aspecto profundo de la nacionalidad.
Pero para Vargas
Vargas Llosa sí hay dos Perú, uno ocial y el otro profundo, separados
 por una enorme brecha que tiene sus orígenes en la brutal conquista de las poblaciones
indígenas y que mediante mecanismos de dominación se las continua manteniendo
separadas del resto de la nación. Los dos Perú están separados en el tiempo y el espa-
cio.20 Vargas Llosa dijo en una entrevista: “El que haya un país real completamente
separado
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del país ocial es, por supuesto, el gran problema peruano. Que al mismo
datavivan
such as
tiempo en el país hombres que participan del siglo XX y hombres como los co-
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muneros de Uchuraccay y de todas las comunidades iquichanas que viven en el siglo
functionality, as well as marketing,
and, analytics.
personalization,XIX para no decir
You en el siglo XVIII. Esa enorme distancia que hay entre los dos Perú
may change your está detrásatde
settings latime
any tragedia que acabamos de investigar” (Vargas Llosa 1991a: 146).
or accept the default settings.

20
 
Esta insistencia continúa a pesar de las repetidas negaciones del supuesto aislamiento que hacen
Privacy Policy los miembros de la Comisión. Por ejemplo: “... Los campesinos de las alturas de Iquicha tuvieron,
hasta 1896 una intensa y consciente participación en la vida política regional y nacional. Su estan-
Marketing camiento, retraimiento y aislamiento no proceden del siglo XVI, sino que comienzan en el siglo XIX 
y parecen asociados a la decadencia general de la vida económica y social andinas que acompañó a
Personalization
la centralización republicana...” (Ossio y Fuenzalida 1983: 49-50).
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No hay pais mas diverso II.indb 166 04/05/2012 04:04:41 p.m.
 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 167

Establecer polaridades y oposiciones duales se presta, sin embargo, a que existan


ambigüedades, múltiples signicados y apropiaciones disputables de conceptos. La
metáfora de lo “profundo” resulta atractiva a los intelectuales, como por ejemplo en
 psicoanálisis, en donde se recurre a las profundas corrientes del inconciente colec-
tivo; o en la antropología cultural, cuando Geertz (1973) se sirve de conceptos tales
como “juego profundo”. En la literatura parece existir un consenso relativo al hecho
de que un entendimiento profundo de las corrientes que subyacen a las condiciones
 personales o sociales es precondición para la buena literatura. Incluso más, eexisten
xisten
apelaciones más populares del tipo de las realizadas por Alex Haley (1978) cuando
deriva la metáfora hacia la botánica y cambia “profundo” por “raíces”, hecho que se
ha generalizado en America Latina (existe un grupo musical folclórico en Los Angeles,
Estados Unidos, cuyo nombre es  Raíces Peruanas & Inca Peruvian Ensemble, que
capta perfectamente toda esta ambigüedad). Este juego es, sin embargo, peligroso.
Conceptualizaciones dualísticas amontonan sin matices las valorizaciones y llevan a
la creación de estereotipos. El lenguaje metafórico permite la expresión de prejuicios.
prejuici os.
Cuando Vargas Llosa usa la metáfora “Perú profundo” se reere a un Perú indígena.
Para Vargas Llosa el Perú profundo es “arcaico”, “primitivo”, económicamente
atrasado, con pocos recursos. Las comunidades de las alturas de Huanta “...representa
acaso el conglomerado humano más miserable y desvalido” (Vargas (Vargas Llosa et al. 1983:
36). Perú profundo se dene por negativos y por necesidades: “Sin agua” (es decir ca- ca-
ños), “sin luz” (es decir, las que se pueden prender y apagar mediante uido eléctrico),
“sin atención médica, sin carreteras que los unen al resto del país...” (Vargas Llosa
et al. 1983: 36). Las gentes que viven en el Perú profundo están aisladas,
aislad as, mal nutridas
(“condenados a sobrevivir con una dieta exigua de habas y papas”), y no pueden leer,
ni escribir (en castellano, una lengua que ellos no hablan). “...La lucha por la existencia
ha sido tradicionalmente algo muy duro, un cotidiano desafío en el que la muerte por
hambre, enfermedad, inanición o catástrofe natural acechaba a cada paso […] solo las
expresiones
recaudador del mástributo
odiosas: Laramalazos
o los explotación
dedel
losgamonal,
motines ylas
lasexacciones y engaños
guerras civiles” del
(Vargas
This website storesLlosa et al.as 1983: 36). El Perú profundo no conoce
data such co noce el progreso: “La noción misma
mism a de
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superación o progreso debe ser difícil de concebir o adoptar un contenido patético para
functionality, as wellcomunidades
as marketing, que, desde que sus miembros tienen memoria, no han experimentado
personalization, and analytics. You
mejoraatalguna
may change your settings any timeen sus condiciones de vida sino, más bien, un prolongado estancamiento
or accept the defaultcon periódicos retrocesos” (Vargas Llosa et al. 1983: 36). Aún así el Informe de la
settings.
Comisión hace notar que Uchuraccay —otrora parte de una hacienda— ha recibido
tierras de la Reforma Agraria (Ossio y Fuenzalida 1983: 64).
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El contraste es claro. Modernidad, educación, civilización y la existencia de otras
Marketing leyes y costumbres caracterizan al “otro” Perú, el “ocial” hispanizado y occidentalizado.
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No hay pais mas diverso II.indb 167 04/05/2012 04:04:42 p.m.


 

168 ENRIQUE MAYER 

Todas las valoraciones positivas


positiva s llenan el compartimiento del Perú ocial; las negativas
son las propiedades que se reservan al otro compartimiento. El Perú profundo provoca
compasión, compasión que los miembros del d el Perú ocial deben tener hacia los que están
en
vo el
quePerú
los profundo.
miembrosCompasión que es necesaria
del Perú profundo para neutralizar otrotengan
—quizás justicadamente— sentimiento
contranegati-
los del
Perú ocial: el resentimiento.
rese ntimiento. Cuando V Vargas
argas Llosa fue preguntado
preguntad o por Alberto Bonilla
en una entrevista, sí mencionó aspectos positivos para las culturas indias. Pero estos son
sus adjetivos: “hay allí una cultura que ha sido preservada, que puede ser arcaica, pero
que ha permitido a esos compatriotas nuestros —primitivos y elementales— sobrevivir
en condiciones de una dureza extraordinaria” (Vargas Llosa 1990e: 154).
Esta visión es compartida por algunas facciones de la extrema izquierda y no-
tablemente por Sendero Luminoso. El lenguaje es diferente, pero en su esencia es lo
mismo. Condiciones semifeudales de los campesinos, tienen en el lenguaje marxista
las mismas connotaciones de distanciamiento en el tiempo y en el espacio, y ambos
lenguajes enfatizan la necesidad de evolucionar y progresar para llegar a mejores formas

de vida
que mediante
borran la adopción
los últimos de formas
vestigios de un occidentales y/o socialistas;
socialist
pasado explotador. as; alvisión
En esta mismomarxista
tiempo
también todo lo que es tradicional, arcaico, no-capitalista, son aspectos de la cultura
andina, más que cualquier otro rasgo que tenga algún contenido o valoración positiva.21
El sentimiento de compasión debe provocar la responsabilidad de buscar cerrar
la brecha entre los dos Perú. Esto se logra —en estas visiones— a través de la inte-
gración, la modernización y la occidentalización. Aquellos que viven en el Perú pro-
fundo de Vargas
Vargas Llosa están condenados en última instancia a desaparecer en nombre
del progreso, quiéranlo o no: “El precio que deben pagar por esta integración es alto
 —renunciar a su cultura, su lenguaje, sus creencias, sus tradiciones, sus costumbres y
adoptar la cultura de sus antiguos amos” (Vargas
(Vargas Llosa 1990b: 45). Y tanto la derecha
como la izquierda están de acuerdo que es necesario aplicar cierto grado de presión

o coerción
Huamán para imponer
22 piensan que laelbrecha
cambioseapuede
esta gente.
cerrarTanto Vargas
Vargas
con el Llosa
proceso de como el general
modernización,

This website stores data such as


21
  Sobre “semifeudalida
“semifeudalidad” d” véase Mariátegui (1971), Díaz Martínez (1969), J.C.F. (1988). Sobre las
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relaciones predominantemente capitalistas véase Montoya (1974, 1980), Claverías et al.  al.  (s.f.) y
functionality, as well as marketing,
Caballero (1980).
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may change your  settings
El general
gene
atral Adrián
time Huamán Centeno sustituyó al gene
general
ral Noel Moral en la jefatura del ejército
ejército en
22
any
Ayacucho
or accept the default settings. a la cabeza del Comando Político Militar. Hacia el nal de su período, el general Centeno
se convirtió en una especie de héroe de los grupos progresistas
progresistas porque había declarado que la única
solución al problema de Sendero era el trabajo de desarrollo. Por sus críticas abiertas al gobierno
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fue relevado del cargo. Pocos, sin embargo, mencionan que fue bajo el comando de este general que
se cometieron los más serios abusos contra los derechos humanos.
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No hay pais mas diverso II.indb 168 04/05/2012 04:04:42 p.m.
 
3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 169

aplicando proyectos de desarrollo. La convicción de Sendero Luminoso es la misma,


 pero primero es necesaria la revolución violenta.
Otra lectura de los mismos puntos de vista nos da otra visión. En un artículo
aparecido en una revista de los Estados Unidos, el antropólogo norteamericano Orin
Starn (1991) acusa a sus colegas en su país de estar tan enamorados en el estudio de
“lo andino” que la guerra de Sendero les pasó frente a sus narices sin que se dieran
cuenta. Starn asocia la fascinación que los antropólogos norteamericanos tienen por
“lo andino” a la misma falacia que Said (1979) ha llamado “Orientalismo”. Andeanis
 Andeanism m 
(para no decir “Andinismo” que es un deporte) es una representación que retrata a
los campesinos contemporáneos de la sierra, como si estuvieran fuera del ujo de la
historia (Starn 1991: 64).
Mirado fuera de contexto, Starn parece acusar a sus colegas norteamericanos de
aceptar la dicotomía
dicotomí a de Vargas
Vargas Llosa del Perú profundo (indígena)
(ind ígena) versus el Perú ocial
(hispánico), pero invirtiendo los signos. Es decir, que ellos aceptan la dicotomía pero
valoran lo andino positivamente, y lo hispano negativamente.23 La misma crítica que
se aplica a Vargas
Vargas Llosa es aplicable a esta visión
vis ión “romántica” de la sociedad andina,
y Starn la hace muy bien. Estoy de acuerdo. La sociedad y cultura andina no es ni
estática, ni aislada, ni tampoco restringida a áreas “remotas”; más bien es un com-
 ponente “profundamente” entretejido del ropaje nacional. Pero el intento de Starn de
demostrar que los antropólogos norteamericanos
norteamericanos pecaron de “romanticism
“romanticismo”o” es fallido.
 No es aceptable la lectura
lec tura sumamente ligera y supercial que Starn hace acerca
del papel de la antropología norteamericana sobre los lo s Andes y el Perú.24 También hay
que objetar la manera como Starn selecciona arbitrariamente citas y cómo presenta
a los autores, a quienes acusa de cometer los errores de caer bajo la inuencia de la
representación “andinista”. Por ejemplo, Starn al analizar los trabajos de Billie Jean
Isbell (2005 [1978]) omite mencionar todo un capítulo de su libro que trata de las

23
 
En William
de el mundoPrescott
anglosajón, ésta es unaDesde
(1955[1893]). tendencia muy antigua,
las guerras entre la bien
Reinareejada
Isabel I en los escritos
y Felipe II, lashistóricos
personas
de habla inglesa han sido muy prejuiciosas contra las cuestiones hispanas. ¿Qué mejor manera de
desacreditarr a los españoles hay al describir la brutal conquista y la explotación de los indios duran-
desacredita
te la colonia? Qué fácil es ver las continuidades de estas prácticas en el Perú contemporáneo. Qué
This website stores data graticante
such as debe ser poder documentar la supervivencia de las culturas indígenas casi intocadas por
cookies to enable essential lo Ibérico.
site
functionality, as well24as
  marketing,
Una guía útil que le puede haber encaminado es Osterling y Martínez “Notes for a History of
personalization, and analytics.
PeruvianYou
Social Anthropology” publicada en Current Anthropology (1983). Contiene además co-
may change your settingsmentarios
at any time
ilustrativos por antropólogos norteamericanos que han trabajado en el Perú. También en
or accept the default settings.
el Perú, el autoanálisis ha comenzado. Los volúmenes editados por Rodríguez Pastor (1985) y Luis
Soberón (1986) son nada más que la punta del iceberg, ni hablar del ahora absolutamente necesario
 No hay país mas diverso (Degregori
diverso (Degregori 2000).
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170 ENRIQUE MAYER 

experiencias de los migrantes del pueblo de Chuschi a Lima. También omite mencio-
nar el subtítulo (“Dualismo y Reforma Agraria entre los indios Quechua de la Sierra
del Perú”) y varios capítulos que tratan sobre las invasiones de tierra, y lo
loss conictos
 políticos con VVanguardia
anguardia Revolucionaria del libro
l ibro del Antropólogo noruego Harald
Skar (1997 [1982]). Starn solo cita a Skar cuando este último dice que escogió ese
 pueblo para estudiar porque era “donde la cultura tradicional Quechua Quech ua parecía estar
más intacta todavía” (Starn: 1991: 69). Como estos ejemplos, el trabajo de Starn está
lleno de citas fuera de contexto y tiene la tendencia a distorsionar a los autores a quienes
cita, incluido al que escribe estas líneas.25
Starn también acusa a los antropólogos norteamericanos de retratar y representar
a la cultura Andina como estática. Aquí coincide con la crítica
c rítica que líneas arriba se hizo
contra la posición de Vargas Llosa sobre el arcaísmo. Pero en la vida real, y en las
culturas de verdad, las cosas sí cambian, algunas rápidamente, otras más lentamente,
y algunas muy lentamente, tal como lo ha propuesto
propu esto Braudel. Starn critica a Zuidema
y Quispe (1989 [1967]) porque estos autores hallan semejanzas entre los sueños de
una mujer quechua contemporánea y ciertos aspectos de la mitología Inca. Para mí,
esto es tan aceptable como lo es observar en las costumbres contemporáneas de los
norteamericanos decorar árboles de pino en la navidad y huevos en las pascuas: viejas
costumbres paganas pegadas a tradiciones antiguas judeo-cristianas que han venido
cambiando poco a poco, pero que mantienen su vigencia contemporánea. Aquellos
“gringos” que decoran sus árboles de navidad están relacionándose con las menta-
lités y hasta mythologiques de sus raíces culturales profundas; al mismo tiempo que
también pueden invertir
invert ir en W
Wall
all Street sin problemas.
pro blemas. Igual es con la cultura Andina.
Estoy de acuerdo con Starn que q ue el mundo de los Andes está hecho de grandes quiebres
y discontinuidades, pero estoy en desacuerdo con él cuando arma que no es válido
tratar de buscar junto con estas brechas, las continuidades y persistencias. Todo
Todo análisis
unilateral es sesgado. Y como lo demuestra el caso de Uchuraccay, no es tan fácil dejar
de lado el análisis de los patrones culturales andinos sin caer en error.
También es necesario contextualizar esta posición “romántica” de la que Starn
acusa a sus colegas con las condiciones políticas de los tiempos contemporáneos.
Dados los prejuicios antiandinos del argumento de los
lo s “dos Perú” (del cual la versión
de Vargas
Vargas Llosa no es más que una, en una larga secuencia entre las élites peruanas)
peruanas),,
nos parecía a nosotros, los que hacíamos trabajo de campo en los años 60 y 70, que
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  Aunque la crítica que se me hace es poco importante, quisiera indicar que todas las prácticas des-
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critas en el libro de Alberti y Mayer (1974) se llevan a cabo actualmente, que son explicadas en
may change your settings at any
términos time
funcionales y en el contexto de situaciones contemporáneas, y que estos intercambios
or accept the default recíprocos
settings. son importantes y muy extendidos.

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3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 171

era políticamente correcto y válido investigar y representar en nuestros escritos,


ejemplos de una cultura andina viviente y que no se trataba “rezagos” de un pasado
ya muerto. Billie Jean Isbell analizó el simbolismo de las estas de Chuschi, algo que
Starn ridiculiza. En su lugar, nos dice, deberíamos haber centrado nuestra atención
en el hambre, la
menospreciar explotación
esos y la lucha
puntos, debemos de los
anotar quepobres por mejorar
las estas
 estas sus
su s condiciones.
continuaron Sin
en Chuschi aún
cuando el pueblo estaba ocupado por Sendero Luminoso. De hecho este pueblo es
simbólicamente importante porque fue allí donde se inició la insurgencia Senderista
con la quema de las ánforas en las elecciones presidenciales el 17 de mayo de 1980.
Los chuschinos incluso obligaron a los senderistas
sender istas a bailar con ellos y con eso sentían
que habían ganado una gran victoria moral sobre los terroristas (Isbell 1991). Quizás es
cierto que los antropólogos “Andinos” hasta cierto punto sobreenfatizaron lo que que-
rían decir y trazaron las líneas demarcatorias demasiado fuerte. Pero me parece que la
experiencia fue valiosa como contrapeso a la ideología nacional peruana prevaleciente.
Pero lo que es más interesante, y esto no es tocado por Starn, es el hecho de que
los jóvenes senderistas, quienes participan de la vida tradicional andina y de la expe-
riencia migratoria
indio, mestizo, modelimaco
modernizante,
cholo, rnizante,
conyfacilidad—
—quienes pueden entrar
rechacen y volver a salir del
tan profundamente susstatus de
propias
raíces andinas. ¿Por qué el “Occidentalismo”, el “Evangelismo”, o el “Maoísmo” (para
un creciente número de fervientes seguidores del Presidente Gonzalo) son tanto más
atractivos para la mayoría de jóvenes hombres y mujeres peruanos que la idealización
de la cultura andina? Esto tiene que ser explicado. En Ecuador, Guatemala, Bolivia,
México, Irán, Palestina, Europa del Este, en los Estados Unidos y en muchos lugares
más, jóvenes revolucionarios han asumido con fanático entusiasmo la defensa de sus
identidades étnicas y a través de esos movimientos de revitalización han logrado mo-
dicar los términos del discurso hegemónico.26 No ocurre así con Sendero Luminoso.
Los senderistas vehementemente rechazan la cultura andina. Se reeren a ella
como el “nacionalismo mágico quejumbroso”.27 José María Arguedas, el indigenista
 peruano más coherente
coherente es atacado en el periódico
periódico de Sendero en los siguien
siguientes
tes términos
términos::

26
 
Entre los estudios sobre el emergente movimiento político indianista en América Latina véase Bon-
l Batalla (1981), en Ecuador Whitten (1981, 2003), en Bolivia Albó (1987, 1991), en Guatemala
Arias
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(1990) y Smith (1990). En el Perú el movimiento Indio ha tenido poco éxito. Durante los años
de la guerra sucia, Salvador Palomino fue elegido su presidente y protestó porque los indios estaban
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como “sándwich” entre los senderistas y el ejército. Por decir eso, el general Noel lo acusó de ser
functionality, as well as marketing,
uno de los que ayudan a la subversión (Noel 1989: 137).
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27
may change your settings  Publicado inicialmente en el periódico senderista
at any time  El Diario (J.C.F.
senderista El Diario (J.C.F. 1988).
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172 ENRIQUE MAYER 

[…] el internacionalismo debe luchar contra ele l nacionalismo mágico-quejumbroso, cuyos


troncos folclorizados los hemos tenido y los tenemos en ele l nacionalismo chauvinista, cuyo
 promotor era nada menos que aquel
a quel escritor quien se regocijaba al declararse “apolítico
 puro” pero que en plena época de la 2da. Guerra Mundial se ufanaba de su bigotit
bigotitoo hitle-
riano. Su nombre: José María Arguedas, aplicado discípulo y animador en el Perú de la
antropología norteamericana.
El contenido de los argumentos arguedianos nos dan a entender que, el “indio” (sic) es el
único ser dispuesto a todas las virtudes, pero incapaz de falta alguna; y que, por lo tanto,
deberíamos aislarlo y cuidarlo para evitar su contaminación. He aquí la indolia zorra,
(J.C.F.. El Diario:
inequívoca […] (J.C.F Diario: 6 de septiembre. Citado en Degregori [1990: 206])

¡Otra vez la imagen de Zuratas!


 No creo qque
ue a los antropólogos
an tropólogos interesados en lo an
andino
dino ssee les haya pasado la
guerra por delante de las narices. En esos años la guerra ideológica se libraba
librab a también
en las universidades, y jóvenes marxistas nos atacaban por nuestro romanticismo idea-
lizador cuando presentábamos nuestras ponencias. Se imponían el análisis clasista y
los modos de producción con vehemencia. La atmósfera era desaante y agresiva. 28 
Pero el por
tiempos qué
sí da nuestra
mucho queposición
pensar. no encontró eco entre los jóvenes activistas de esos
Y el último giro en el debate nos lleva al punto de partida. ¿Es que en última
instancia el fenómeno senderista es una rebelión indígena más en la historia de nues-
tra patria? Así lo creen algunos analistas extranjeros. Por ejemplo: “Los objetivos de
Sendero en el establecimiento de su ‘Nueva Democracia’ puede sucintamente decirse
que consiste en la expulsión del país del hombre blanco y sus aliados mestizos y todo
lo que representan, para imponer la sociedad primitiva autárquica y paternalista ba-
sada en la agricultura que existía en los tiempos incaicos” (Anderson 1987: 60). Esta
es la comparación con Camboya y Pol Pot. Por otro lado, algunos se preguntan si el
fenómeno de Sendero constituye la violenta reimposición
reim posición del poder local por una pe-
queña minoría de mestizos venidos a menos,
menos , quienes buscan restablecer su poder local
a punta
 por de de
mistis fusil. Por ejemplo:
pueblo arraigado“El liderazgo
en el sistema de Sendero
señorial siempre(Degregori
andino...” ha sido conformado
1991: 12,
2011). Creo que un análisis de esta naturaleza tuvo validez en los primeros días de
Sendero en Huamanga. Hoy, cuando ya sabemos más sobre el liderazgo PCP-SL nos

28
Krueger (1980), Lynch et al. (1990),
  al. (1990), y Degregori (1990).  La Historia de Mayta
(1990). La Mayta (Vargas
(Vargas Llosa 11984)
984)
y Conversación en la Catedral  (Vargas
 (Vargas Llosa 1969) tambi
también
én cubren el mismo terren
terreno.
o. La ironía con
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la que el autor caracteriza a los políticos de izquierda es una de las fuentes de diversión o rechazo
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lectores de Vargas Llosa. Cuando la Universidad de Piura fue capturada por el Opus Dei,Dei,
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se prohibió todo debate político. Vargas Llosa aplaudió esta reorganización.
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3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 173


enteramos que prominentes limeños de clase media también están comprometidos,
incluso Sybila Arredondo, la viuda de José María Arguedas; y que Sendero cuenta
con grupos de apoyo entre maoistas europeos y estadounidenses, a quienes también se
les calica de ser románticos. Un video recientemente capturado muestra a la cúpula
de Sendero en confortables ambientes de la clase media alta en Lima. La obsesión
de ser guerrillero es típica de la clase media alta y baja urbana, y es prominente en
el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y en los escuadrones de la muerte del
Movimiento “Rodrigo Franco”, como lo fue también en los movimientos
movim ientos guerrilleros
de 1965 inspirados por la experiencia guevarista (Béjar 1973).
José Luis Rénique (1991, 2003) describe lo que hasta hace
ha ce poco fue muy traumá-
tico para peruanos de clase media urbana: una visita a las prisiones para conversar con
los presos senderistas. El contraste entre los pabellones caóticos, sucios y corruptos de
los presos comunes y de los narcotracantes, con los limpios, ordenados y autodisci-
autodisci -
 plinados pabellones de los senderistas
s enderistas era impresionante. Rénique cita lo que cuenta
uno de ellos, “Paco”: “Nosotros no hemos perdido nuestra condición de soldados en
el ejército popular. Aprendemos a discutir, como explicar la línea del partido
partid o sin hacer
concesiones, como ser claro pero rme, practicamos la beligerancia oral y física” (2003:
20). “Paco”, el amigo de Rénique que dijo esto, había sido izquierdista en los años
70, marihuanero en la época de Woodstock, activista político en los 80, empresario
empres ario de
conciertos de rock, y hasta 1990 fue prisionero en Canto Grande, cantando en unísono
con sus compañeros “Todo menos el poder es ilusión”. Rénique también conoció al
camarada “Perez... rayando por los treinta años, quien hablaba con fuerte dejo quechua,
 pero estaba muy al tanto de la línea política del partido y sobre los eventos mundiales.
 No sabía leer, y para participar en los debates pedía a alguien quequ e lea una y ootra
tra vez
los documentos para retener cada detalle en su mente” (2003: 19).
Una comparación del perl sociológico de los sentenciados por crímenes comunes
y los sentenciados por delitos de terrorismo en el Juzgado de Lima nos da una idea
de quiénes son los soldados de la revolución en el Perú. Chávez de Paz (1989) en-
cuentra que el 76% de los sentenciados por terrorismo provienen de las zonas rurales,
y de ellos, el 60%, de las zonas más empobrecidas de la sierra del Perú. Son todos
mayormente jóvenes (43% entre las edades de 21 a 25 años), solteros, y con mejores
niveles de educación que los criminales comunes. Mientras que los criminales comu-
nes mayormente no han terminado su secundaria (46%), el 30% de los sentenciados
 por terrorismo han seguido estudios universitarios (24% indican
ind ican como profesión ser
estudiantes). Solo 2% de los sentenciados comunes tienen algún grado de educación
superior, y el 6% resulta ser estudiante. De manera abrumadora los sentenciados por
terrorismo declaran ocupaciones que contradicen tajantemente sus logroslog ros educativos.
This website storesEl 11%
data suchseasdedica a la agricultura, el 22% se desempeña como obreros, el 10% se
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174 ENRIQUE MAYER 
dedica al comercio informal y el 15% está constituido por profesionales técnicos o
 burocráticos. La mitad de ellos se ganan la vida en categorías de ocupación que generan
ingresos bajos y en condiciones de precariedad. En términos económicos hay similitud
con los sentenciados comunes. El 44% de estos últimos tiene ocupaciones proletarias,
el 11% trabajos informales y el 23% tiene ocupaciones técnicas o son empleados.
Los terroristascon
socialmente, sonmejores
en su mayoría jóvenes,
niveles de altamente
educación, móviles de
provincianos tanto geográca
origen como
y trabajan en
ocios que les proporcionan menos ingresos y más precarios de lo que sus niveles
educativos les habían llevado a vislumbrar. Es este segmento social el que mayores
tasas de desempleo sufre, y es también el que mayor recorte de ingresos ha vivido en
las sucesivas crisis económicas por las que atraviesa el país.
Un alto porcentaje de los sentenciados por terrorismo son mujeres (16%), y de
ellas el 50% han pasado por la universidad, en comparación con solo el 28% de los
hombres. Las mujeres tienen papeles prominentes en las organizaciones guerrilleras:
dirigen grupos de comando y han planicado asaltos audaces. Se cuenta que María
Parado dirigió el asalto a la cárcel de Ayacucho el 7 de marzo de 1982 que liberó a
cientos de prisioneros (Andreas 1990: 21). Edith Lagos era comandante senderista
cuando
En fue
un asesinada por losen
libro publicado militares y se haUnidos,
los Estados convertido
CarolenAndreas
heroína popular.
(1985) muestra
simpatía por lo que los senderistas dicen hacer por las mujeres. En zonas liberadas,
los comandos senderistas deponen a las autoridades y las sustituyen por “Comités Po-
 pulares”. Andreas dice que “en estos comités las mujeres juegan un papel prominente.
En efecto, esto ha signicado el derrocamiento de gobiernos dominados por hombres
y el establecimiento de estructuras dominadas por mujeres, lo que ha permitido que
las mujeres ‘arreglen cuentas’ a su propia manera con los hombres y que organicen
la vida en las maneras que ellas juzguen como más equitativas” (Andreas 1990: 21).
A Andreas también le parece bien el sistema de justicia de Sendero Luminoso: “Los
cuadros locales parecen tener bastante latitud contra quienes llevan a cabo sus ajusticia-
mientos, a veces con pena de muerte, contra aquellos
aquello s que son considerados enemigos,
espías
muchaso mujeres,
traidoresque
del quizás
movimiento,
tienen incluyendo
cuentas quea arreglar
hombrescontra
acusados de violación.
los hombres, A
no les
 parece mal este procedimiento” (Andreas 1990: 27). Aparte de reejar una agenda
muy particular de la autora, será necesario ver si esta propaganda senderista también
se lleva a la práctica.
Arreglar cuentas, imponer autoritariamente y proponer soluciones extremas son
actitudes que abundan en el pensar de los jóvenes peruanos. Gonzalo Portocarrero
y Patricia Oliart (1989) estudiaron las actitudes políticas de jóvenes educandos en
secundaria, y encontraron que ellos admiran la mano dura para restablecer el orden
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3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 175
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en una nación caótica. En una entrevista con un colegial de 17 años en Puno, éste
maniesta su desacuerdo con los senderistas, pero sin embargo, cree en la necesidad
de una revolución “completa” tanto en su colegio como
com o en el país. Se siente frustrado
 por las huelgas, los días sin clases, el ausentismo de los profesores, el desorden en el
salón. Su solución: “Una cosa muy formal y ya no como ahora. Ya no puede permi-

tirse, por ejemplo,


debe venir: ‘¿Usteda por
un alumno
qué estáque andeypor
aquí?’, si ellasalumno
calles en
no horas de clase.
tiene una razón,Un
dosguardia
días a
la comisaría” (Portocarrero y Oliart 1989: 169). Él también ha intentado liderar una
huelga para lograr una revolución “completa” en su colegio, con el n de rehabilitar
el laboratorio de química, para así poder estudiar mejor:

Por ejemplo, una completa revolución en el Perú, como el gobierno de Cuba para par a la supe-
ración...Yoo digo que no tienen que haber estos ladrones, delincuentes... todos estos vicios
ración...Y
que hay... la droga... y al haber una completa revolución,
r evolución, no debe haber ter
terrorismo
rorismo nada....
Todas las fuerzas armadas deben estar en control... Por ejemplo en el departamento de
Puno diríamos que va haber una revolución: que vengan los guardias, toditos a controlar
casa por casa, no debe quedar ni uno. No tiene que andar nadie en la calle sin su licencia
de estar aptos para seguir estudiando y todos los que estén aptos para irse a la selva....
entre ricos y pobres no haiga esa diferencia y que todo sea igual: a los ricos ya se sabe
que se les van a quitar sus cosas, para que compartan todo. Y los ricos no tienen por qué
estar escogiendo comidas. Todos deben comer igual... haciendo su colita, para recibir un
mismo plato. Y toditos una misma ropa... (Portocarrero y Oliart 1989: 181-182)

b. Perú supercial 

Supongamos que volvemos a sacudir los elementos que se colocan en estas dicotomías
 para ver qué es lo que el caleidoscopio
caleidos copio de metáforas nos puede mostrar para obtener
una diferente lectura de la imagen de los dos Perú. Esta vez mezclemos lo andino y
lo occidental y olvidemos por un momento las valoraciones positivas o negativas.
Utilizando metáforas otra vez, supongamos que las cualidades que entran
entr an en lo que se
denomina
esta manera“profundo”
más “peso”.tienen más persistencia,
persist
Lo opuesto encia, mayor
de profundo permanencia
sería pues en ellos
“supercial”, tiempo, y de
elementos
que se colocarían en esta categoría, siendo más leves, “otarían” hacia la supercie. 29

29
  Hasta el mismo Basadre se dio cuenta de las posibles permutaciones de su formulación original.
En  Mentira y factibilidad
En Mentira f actibilidad del Perú
Perú hizo
 hizo un llamado a que se creasen Asambleas Regionales a n
de elaborar un Plan Nacional que represente al Perú “profundo” y no al Perú “supercial” (Basadre
(Basadre
1978c: 563).

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En este collage el Perú profundo sería tanto indio como mestizo. Incluiría resisten-
cia indígena y represión mestiza; y necesariamente habría que agregar los sentimientos
de resentimiento y de odio. Tal conceptualización tendría que describir los muchos
ciclos de rebelión y represión de la historia peruana como arcaicos, brutales y salvajes.
Tanto la modernidad como el subdesarrrollo
sub desarrrollo también están profundamente
profundamen te enraizados
en el Perú profundo. La brutalidad de la policía y del ejército, las matanzas indiscri-
minadas, las fosas comunes con las caras y los dedos tan mutilados que es imposible
identicar los cuerpos, también pertenecen
pertenec en a la etnografía de la muerte en nuestro paí
paíss
 profundo. La capacidad de actuar salvajemente
salvajemen te no se limita a matanzas perpetradas
 por campesinos, sino también debe incluir asesinatos masivos perpetrados contra
campesinos por el ejército, la marina, la policía y las huestes senderistas. Reaccionar
violentamente hasta ablandar a personas, de tal forma que se vuelvan tan sumisas
que pierdan toda semblanza de su propia personalidad.
personalida d. Ello también es parte del Perú
 profundo, como lo es el iimponer
mponer la voluntad
volunta d en comunidades campesinas y pueblos
pu eblos
 jóvenes, fábricas y colegios, mediante
median te el terror calculado, el sabotaje, el ddinamitazo,
inamitazo,
o el asesinato selectivo. El Perú profundo incluye un sistema judicial kafkiano y a es esoo
lo llama “administración de justicia”, que sistemáticamente empapela y embrolla a
monolingües quechua-hablantes en procedimientos surrealistas. El Perú profundo ha
creado juntamente con otras naciones de América Latina un nuevo verbo transitivo,
desaparecer  (a
 (a alguien), para poder obviar su propio sistema judicial inoperante. Esto
es el Perú profundo porque estos comportamientos están hondamente “enraizados”
“enraizado s” en
la cultura de esta nación. Es profundo porque, aparentemente, estas costumbres son
difíciles de “erradicar”.
El Perú supercial incluiría entonces los aspectos más débiles en esta sociedad,
tales como el pleno ejercicio de la ley, pero no su manipulación. En esta quimérica
situación nos podemos imaginar, por ejemplo, un Estado que asegure a todos los ciu-
dadanos el respeto que se merecen, sin distingos de raza, religión o convicción política.
Una sociedad civil que asegure que no existan relaciones económicas expoliadoras y
que dé oportunidades de restitución legal para aquellos que han sido damnicados; y
el castigo para aquellos que han quebrado la ley. La lista es larga: el derecho de or-
ganizarse en defensa de sus propios intereses sin correr el riesgo de ser reprimidos ni
destruidos por acciones terroristas; el acceso igualitario a los pocos benecios que la
sociedad puede ofrecer sin discriminaciones ni privilegios;
p rivilegios; la vigorosa adhesión a los
métodos “civilizados” de llegar a consensos e implementarlos
implemen tarlos y a transar cuando hay
desacuerdos sin socavar al otro; la conducción de campañas políticas “limpias” para
los que están en el gobierno como también para los que se encuentran en la oposición;
la incorporación de aquellos elementos de la cultura hispánica y la cultura andina que
alientan a una sociedad civil con una Cultura peruana con “C” mayúscula. Estos son

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Personalization 3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 177

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los elementos del Perú supercial. Como orquídeas que tienen raíces aéreas, es fácil
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extirparlos y sustituirlos por pasiones más profundas y por intereses económicos y
 políticos de corta duración. Quimérica como sería esta formulación, por lo menos tiene
la ventaja de concordar con lo que Basadre propuso al distinguir las diferencias entre
el Perú profundo y el Perú legal.
 No es necesario ir muy lejos para encontrar los límites entre el Perú supercial y
el legal. El Perú profundo se encuentra en todos
tod os los lugares, no solo en áreas remotas
como Uchuraccay. Está presente en Lima, como lo demuestra Hernando de Soto en
 El otro sendero (1986, 1988), su estudio acerca de la manera como el sector informal
otro sendero
constantemente reta al Perú ocial/supercial, y que el autor haya escogido ese título
también es evidencia del clima
cli ma que se vivía en el país. Y si no fuese así, los senderistas
no podrían ni esconderse con tanta facilidad del país ocial, ni tampoco ponerlo en
 jaque.

5. DECONSTRUYENDO EL CALEIDOSCOPIO

Como instrumento óptico que es opaco en uno de sus extremos, el caleidoscopio es


una metáforaContiene
con claridad. singularmente inepta
chucherías depara convencer
vidrio, pedazos cuando
de papeluno quiere ver
coloreado, las cosas
botones, etc.,
que se reejan múltiples veces en los espejos intersectantes y que están montados a
lo largo del tubo creando así imágenes que se transforman innitas veces
v eces en patrones
simétricos cuando se los mira por el otro extremo. La metáfora del caleidoscopio
impone una estática recombinación de imágenes en la que los mismos elementos se
reejan una y otra vez, y en la que el dualismo se reproduce dependiendo del número
de espejos y el ángulo en el que se cortan. Para tomar la metáfora en serio, es necesa-
rio prestar más atención a la posición de los espejos que a las diáfanas imágenes. Su
ecacia como metáfora radica en el hecho de que los pocos elementos que se colocan
en la pantalla producen muchas imágenes.
Como tal, el caleidoscopio ha sido utilizado como metáfora apta por Billie Jean
Isbell para enfatizar
organización social enque, no importa
el pueblo desde los
de Chuschi, quemodelos
ángulo se observen
tienden las formas
a revelar de
un patrón
invariable de simetría y de asimetría que ordenan las formas de pensamiento social
y cosmológico: “Utilizo la metáfora de la ‘mirada a través de un caleidoscopio an -
dino’ debido a los procesos de mis propias reexiones, a medida que construía una
 presentación ordenada
orden ada de mis datos” (Isbell 2005 [1978]: 47). Los temas que Isbell
resalta son: simetría, asimetría y polarización entre los que dominan externamente y
la resistencia de los miembros de la comunidad (Isbell
( Isbell 2005 [1978]: 48). Isbell no solo

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 presta
Analytics atención a las vueltas que se le pueden dar al caleidoscopio, sino también a sus
transformaciones: “Las experiencias de los [de Chuschi] han sido tales que no ven el
Save mundoAccept
como algo
All externo y amenazante, y han redenido el término en conformidad
con sus experiencias… Su noción de espacio social sigue siendo concéntrica y dual,
 pero la organización ha sido redispuesta” (Isbell 2005 [1978]: 224).
En este artículo también he utilizado la
l a metáfora del caleidoscopio a n de mos
mos--
trar cuántas
de que vueltas sesobre
el argumento puedelosdar
dossobre
Perúelesmismo
estéril.asunto,
Como para llegar a líneas
se demostró la conclusión
arriba,
 prestar atención al argumento de los dos Perú crea tantas permutaciones posibles que
las categorías duales terminan sin validez. Aunque las metáforas sirven para escribir
 bien, para dar un buen discur
discurso
so o para crear excelentes cciones,
ccio nes, en las ci
ciencias
encias so
so--
ciales son nocivas.
Si en algo sirve, se puede sugerir que otros fenómenos ópticos ayudan a analizar
el carácter emblemático de los sucesos que parten de Uchuraccay:
Uch uraccay: la polarización y la
condensación. Los eventos signicativos se comprimen de tal forma que al nal por
un proceso mental se crean versiones polarizadas y diametralmente opuestas. Y esto
implica que las personas pierdan la perspectiva. El Informe Vargas Vargas Llosa contribuyó
a que se interpreten los eventos en formas distorsionadas.
d istorsionadas. Los que estaban de acuerdo
con el Informe
dirigidos, enfatizaban
contrastándola lael
con valentía de losdecomuneros
salvajismo aunque
los senderistas. La lamentablemente
lamen
visióntablemente mal
de la oposición
 buscó enfocar la atención en el salvajismo de las fuerzas armadas y policiales
polici ales contra
los civiles, y por implicancia dejó un resquicio para tildar las acciones de Sendero
como valentía (aunque también errada). El grado de inuencia mágica que ejerce esta
condensación puede verse cuando, incluso el presidente del país, Alan García Pérez, en
mayo de 1988, arenga
areng a en AAyacucho
yacucho a la juventud
juve ntud aprista al referirse
referirs e a los Senderistas
en los siguientes términos: “mística y entrega.... Esta es gente que merece nuestro
respeto y mi personal admiración
ad miración porque son, quiérase o no, militantes. ‘Fanáticos’ les
dicen. Yo
Yo creo que tienen mística y es parte de nuestra autocrítica, compañeros,
compañero s, saber
reconocer que quien, subordinado o no, se entrega a la muerte, entrega la vida, tiene
mística”. (Caretas 1988, 1013: 19 y 72). No había lugar para posiciones intermedias.
Por ejemplo,
subversión el general Noel
que necesariamente veía subversivos
implicaba comunistas
perseguir un número noporespecicado
todos lados,entre
una
los 10.000 egresados de la Universidad San Cristóbal de Humanga. Para él “...un
gran número está identicado con los postulados de la doctrina comunista y que son
ellos los elementos que al encontrarse atomizados a nivel nacional, regional, depar-
tamental y distrital en el territorio peruano, conforman las cúpulas dirigenciales de
la subversión...” (Noel 1989: 81). El general ve las acciones de la prensa de oposi-
ción como subversión. Para él, ellos son “...los autores intelectuales y materiales del

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envenenamiento
Personalization progresivo y la destrucción del país...” (Noel 1989: 21). “Fantasía
y odio” es lo que motiva a los periodistas cuando proponen hipótesis alternas sobre
Analytics
Uchuraccay, un odio motivado “...por los complejos que exhiben sus gestores contra
hombres e instituciones que solo aportan sacricio, dignidad y deseo ferviente por
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la estabilidad social, económica y política del país”. (Noel 1989: 101). Y es un odio
que él hace recíproco con gran facilidad. José María Salcedo, director de  El Diario 
también recuerda que: ...se había trazado una línea divisoria: el gobierno y la oposi-
ción. Manejar la hipótesis de la exclusiva responsabilidad de los campesinos era una
forma de exculpar al régimen. Cuestionarla, una manera de incriminarlo” (Salcedo
1984: 178). Hechos objetivos y testigos desaparecieron, la persona de Vargas Llosa,
el informe de la Comisión, las vidas
vi das de los comuneros de Uchura
Uchuraccay
ccay,, el dolor de las
madres y de los parientes de periodistas, de policías
policí as y de soldados muertos, todo esto
y mucho más, se utilizó como piezas en un sórdido juego por el poder.
Años después de los eventos de Uchuraccay el análisis sobre Sendero Luminoso
continúa plagado de problemas de polarización. Poole y Rénique critican severamen-
se veramen-
te los puntos de vista de los senderólogos en los Estados Unidos. Dicen los autores
que el uso de “ese modelo mecánico y universalizante omite cualquier ‘área gris’
entre los polos esencializados de violencia y democracia.... Democracia/legitimidad
y violencia/ ilegitimidad, terminan igualados absolutamente con las oposiciones de
centro-periferia, español-indio, urbano-rural. Según esta álgebra, mientras que el Perú
continúe dividido entre ‘indios’ y ‘españoles’, entre lo ‘tradicional’ y lo ‘moderno’, la
nación nunca llegará a conformarse en un ‘Estado legítimo’” (1991: 28. Traducción
del autor). A pesar de que los espejos del caleidoscopio se salpiquen con sangre ¿por
qué insistimos en continuar usándolo para seguir mirando?

6. FARSA JUDICIAL Y CRÍTICA POPULAR  

Después del furor que engendró


engend ró el Informe de la Comisión Vargas
Vargas Llosa, comenzaron
los procesos judiciales en Ayacucho
Ayacucho para señalar a los culpables y dictaminar la senten-
cia de aquellos responsables de la muerte de los ocho
o cho periodistas. Las investigaciones
 preliminares fueron encomendadas
encomendada s al scal Juan Flores. Estas demoraron
demo raron más de un
año, durante el cual reinó el sensacionalismo. Se organizaron manifestaciones masivas
en Lima demandando mayor celeridad en los procesos y había acusaciones de que se
estaban demorando las cosas a propósito. Se continuó debatiendo el caso más en los
 periódicos que en las cortes. Altos jefes militares, periodistas y testigos ignoraban las
órdenes del Fiscal de comparecer y declarar. Al scal Flores se le negaron facilidades
 para viajar a Uchuraccay para hacer indagaciones. Y el ejército, altas autoridades

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 judiciales y la prensa “soltaban” trozos de información (como las fotos “recientemente
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descubiertas” del reportero gráco Willy Reto) de acuerdo con conveniencias políticas
Personalization
más que en respuesta a órdenes judiciales.
Analytics Hacia nales de 1984 se inició el juicio formal contra tres comuneros de Uchu-
Uchu -
raccay —Dionisio Morales (presidente
(presid ente de la comunidad), Simeón Aucatoma y Mario
Save Accept
Ccasani— Allla presidencia del juez Hermenegildo Ventura Huayhua. El juicio se
bajo
demoraba muchos meses sin que se produzcan revelaciones
revelacione s signicativas. El general
 Noel rehusó presentarse, y los testigos de los eventos de Uchuraccay habían sido ase-
sinados o desaparecieron del mapa. Nunca se supo quienes habían perpetrado estos
asesinatos. La opinión pública está dividida entre quienes asignan responsabilidad de
estas muertes a los militares para encubrir hechos que
q ue hubiesen preferido mantener en
secreto, o si estas muertes fueron perpetradas por represalia senderista.
send erista. Ninguna de estas
muertes fue seriamente investigada. Aquellos que creen que fueron los militares que
estaban comprometidos con los sucesos de los periodistas, también creen que fueron
los militares los responsables de la desaparición y muerte de los testigos. La violencia
terrorista y antiterrorista en el departamento de Ayacucho había llegado a niveles sin
 precedentes, enterrando el caso de los periodistas muertos en una montaña de occisos.
Pero para preservar las formas democráticas el proceso judicial tenía que seguir.
Los únicos buenos ciudadanos que aceptaron comparecer ante la corte del juez
Ventura fueron los miembros de la Comisión, Mario Vargas Llosa y Mario Castro
Arenas. La confrontación entre Mario Vargas Llosa y el juez Hermenegildo Ventura
Huayhua tuvo lugar en noviembre de 1984. Vargas Llosa se presentó elegantemente
vestido en un traje beige. Frente a un enorme crucijo, Vargas Llosa estuvo parado
durante todas las horas de su inquisitorio frente al juez. Allí se le sometió a un seve-
ro, duro y muy agresivo interrogatorio por parte del juez y los vocales. Durante la
noche se le mantuvo incomunicado; un soldado armado fue apostado en la puerta de
su habitación del Hotel de Turistas. Muchas de las preguntas y armaciones del juez
fueron ofensivas e insultantes a la persona de Vargas Llosa (Caretas 1984a, 1985).
Abundaron las alusiones no muy sutiles de que el autor había lucrado con su versión
de los eventos publicada en la sección dominical del  New YorkYork Times, de que había
usado sus dones de escritor para servir a las necesidades
n ecesidades del gobierno de Belaúnde de
encubrir los hechos, y que las acciones de la Comisión habían subvertido las capaci-
dades del Poder Judicial de llevar adelante un juicio imparcial. Uno de los scales le
 preguntó a Vargas
Vargas Llosa “Cuando Usted se reere a la verdad absoluta, ¿se reere al
Perú occidental o al Perú oriental?”. Después de escuchar la respuesta
respues ta de V
Vargas
argas Llosa
le increpa: “Usted avala al Perú occidental...” (Caretas 1984b: 21-23).
La reacción de la prensa ante el tratamiento ofensivo de Vargas Llosa fue inme-
diata. La revista Caretas (1984b) sacó una durísima condena al juez V Ventura
entura Huayhua

No hay pais mas diverso II.indb 180 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

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Privacy Policy y su Corte. El pueblo, en cambio, celebró la manera cómo el juez Ventura Huayhua
le había bajado las ínfulas al aristocrático Vargas Llosa. En cantinas, en taxis, en los
Marketing
centros de trabajo y por todos lados la gente gozaba de cómo el juez se había apuntado
unos cuantos goles y desinado la compostura del elegante escritor. La popularidad
Personalization

Analytics de Hermenegildo Ventura


Ventura Huayhua era inmensa. Los serranos en especial gozaron la
incomodidad que uno de sus paisanos había provocado en tan distinguido limeño. 30
Save La prensa
Accept All limeña, sin embargo, se abocó a una campaña igualmente sucia de

dañar el prestigio
 provincianos, del juez
fueron Ventura Huayhua.
Ventura
despechosos Escarbaron
de su aliación con en
lossus humildes
niveles bajosantecedentes
del partido
Aprista, cruelmente ridiculizaron sus ambiciones literarias y subrayaron todos los
errores gramaticales que encontraban al transcribir partes especialmente escogidas
del testimonio oral. Nada de eso, sin embargo, disminuyó la popularidad del juez.
Alegremente concedía entrevistas a periodistas izquierdistas e internacionales, re-
velando su veredicto antes de que concluyeran los procedimientos. Decía que sus
 propias investigaciones muy pronto revelarían evidencia importante que modicaría
las posiciones de la Comisión. Nada de eso ocurrió. Más bien, algunos meses más
tarde se anuló el proceso, y el juez Ventura
Ventura Huayhua fue destituido del cas
caso,
o, y volvió
a sumergirse en la oscuridad de la vida provinciana
provincia na de la que con tanto esfuerzo había
tratado de sobreponerse.
En mayo
Ayacucho. de 1987Santa
El Hostal ent revisté
entrevisté
Rosa al
esjuez Ventura
Ventura
un hotel en el Hostal
de segundaHost al Santa
clase dondeRosa
tamde la ci
también
bién ciudad
seudad de
habían
alojado los periodistas asesinados, así como también representantes de las fuerzas de
seguridad, funcionarios del Estado, antropólogos,
antro pólogos, agentes viajeros y, se dice también,
senderistas. Es una casona vieja convertida en hotel con patios interiores y cuartos
adyacentes. El juez me recibió en sala principal del hostal. Esta habitación, con sus
mamparas de vidrio, sus paredes de yeso pintadas en color crema, pisos de madera
remojadas con kerosene, y con los sofás cubiertos
cubie rtos de plástico, era la misma en la cual
los periodistas habían planicado su viaje
viaj e a Huaychao. Nacido en 1930 en Acobamba,
Huancavelica, el Dr. Hermenegildo Ventura
Ventura Huayhua es sol soltero
tero y sufre de dolores
dolo res de
huesos, los que trata con dietas muy estrictas y remedios caseros recomendadas por
curanderas y curiosas locales.

30
  El juez Ventura Huayhua había expuesto una debilidad de Vargas Llosa que sería explotada durante
la campaña política del autor en 1990. Esta debilidad le costó la presidencia (véase Degregori y
Grompone 1991). Durante la campaña electoral, las viudas y madres de los periodistas estuvieron
sentadas en primera la, invitados por el candidato Alberto Fujimori durante el debate televisado
entre los dos candidatos. Una de ellas, sin embargo, se declaró a favor de Vargas Llosa, lo que pro-
vocó que un periódico la acusara de ser “traidora de su clase” (Vargas Llosa 1993a: 580-1).

No hay pais mas diverso II.indb 181 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

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Me interesaba saber por qué el juez había escogido el camino de popularidad
Privacy Policy
instantánea al mofarse mordazmente de una personalidad famosa en vez de cubrirse
de gloria perdurable si hubiese conducido un juicio ejemplar. El juez lo tenía todo.
Podía haber intentado falsicar los resultados de la Comisión de Vargas
Marketing Vargas Llosa, y si eso
resultaba imposible, si investigaba más a fondo la complicidad policial o militar en los
Personalization
eventos su popularidad nacional hubiese sido incomparable. Había tantos aspectos que
Analytics
quedaron oscuros y que él hubiese podido esclarecer. Aún si su fallo hubiese encon-
Save
trado circunstancias
Accept All
atenuantes que exoneraban
exonerab an a los tres acusados de Uchuraccay, su
actuación hubiese sido apreciada. En vez de esto, el juez decidió irse a pique y antes
de ahogarse vivir un breve momento de gloria popular. ¿Por qué?
La revista  Caretas  (1984b, 1985) interpretó en estos actos oscuras maniobras
del partido Aprista que buscaba avergonzar al gobierno. En defensa del juez Ventura
Huayhua, la revista Quehacer  insinuó
 insinuó que había dicultades y obstruccionismo ocial
en el proceso, e incluso hizo una referencia velada a que el poder judicial en Aya-
cucho tendría que cuidarse de las posibles reacciones de Sendero Luminoso (Rubio
Correa 1984). En nuestra conversación el juez comparaba los pocos recursos con los
que él contaba, con los helicópteros, facilidades y expertos puestos a disposición de
la Comisión Vargas Llosa en su investigación. ¿Había obstruccionismo como el juez
me lo quería hacer creer, o simplemente incompetencia? Expertos
Expe rtos legales en el bando
de Vargas Llosa se deleitaban en indicar una serie de defectos de procedimientos en
la conducción del juicio. Pero también es necesario recordar que testigos clave, tales
como el general Noel y el Capitán de la Policía que llegó primero a Uchuraccay, nunca
se presentaron en la Corte del juez Ventura Huayhua.
El juez Ventura
Ventura es un intelectual de provincia muy excéntrico. El cuento que me
narró, era por cierto muy extraño y demoró más de tres horas en contármelo. Es que,
igual que Mark Lane (el abogado que todavía cree en la inocencia de Lee Oswald),
todo el argumento tenía que ser armado con una serie de supuestos circunstanciales.
En esencia lo que dijo era que los periodistas habían sido tentados de salir de Ayacucho
Ayacucho
 por miembros de Sendero Luminoso (algu (algunos
nos de los cuales se alojaban en el mismo
Hostal Santa Rosa) bajo el pretexto de que les iban a enseñar algo muy importante.
Para poder salir de
de A
Ayacucho
yacucho sin despertar sospecha, los periodistas dijeron que iban
a Huaychao para investigar las matanzas de los senderistas 31. Una vez que salieron de
la ciudad, los periodistas se encontraron con los senderistas quienes les mostraron “ese
algo” que era tan tremendo, tan espantoso y tan dañino para el gobierno, que el ejército
que se dio cuenta, y no tuvo más opción que matar a los periodistas y luego achacar
los cuerpos y la culpa sobre los comuneros de Uchuraccay. Si “ese algo” se hubiese

31
  El general Noel también cree en esta historia (Noel 1989: 56, 62 y 92).

No hay pais mas diverso II.indb 182 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

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or accept the defaultllegado a conocer públicamente,
settings. públi camente, caía el gobierno de Belaúnde. El juez V
Ventura
entura Huayhua
no podía por supuesto saber qué es lo que los periodistas vieron, pero él supuso que
seguramente eran unas instalaciones supertecnicadas
supertecnicadas puestas allí bajo auspicios de los
Privacy Policy Estados Unidos. ¡La
¡L a nave de Darth
D arth Vader
Vader había aterrizado
aterriz ado en las pu
punas
nas de AAyacucho!
yacucho!
Marketing El juez Ventura
Ventura Huayhua ha relatado varias versiones de esta historia
his toria a corresponsales
extranjeros. En ellas el inmencionable secreto resulta ser: “...‘Centros de tortura de
Personalization
la Infantería de Marina’, ‘Centros de Comunicaciones’ (sic) o ‘Testimonios sobre el
Analytics adoctrinamiento a que estaban siendo sometidos los campesinos para que eliminaran
a todo sospechoso de colaborar con los guerrilleros’” (Vargas Llosa 1990d: 221).
Save Accept
Lo queAlltambién era aparente durante la entrevista era el profundo resentimiento
que el juez tenía contra la persona de Vargas Llosa, el escritor. Quizás, en última
instancia, era la frustración del intelectual de provincia, impotente de convertir sus
cciones en historias creíbles, que envidiaba al otro cuentista sus éxitos.
éxit os. Isbell (1991)
observa, que entre los campesinos, los eventos de esta guerra son instantáneamente
convertidos en una “mitohistoria” que tiene sentido en el contexto local, y esto también
 puede ser verdad para las versiones del juez y todas las otras versiones del incidente
inci dente
de Uchuraccay
Uchuracca y.
Hubo un tercer juicio de los comuneros de Uchuraccay. Fue conducido muy ca-
lladamente en Lima en 1986. Los mismos tres acusados fueron encontrados culpables
 por el mero hecho de ser miembros de la comunidad. Durante todos los procedimientos
ellos esencialmente se mantuvieron silenciosos. Igual
Igu al que en la Corte de V
Ventura
entura Hua-
yhua (Trazegnies 1984), los acusados contestaban las preguntas
pregunta s pero frecuentemente se
contradecían y ajustaban sus testimonios a lo que ellos pensaban que sus inquisidores
quisieran que dijesen. Los tres comuneros fueron sentenciados con diez, ocho y seis
años de prisión en marzo de 1987. Al general Noel se le obligó a comparecer. Llegó
a Lima expresamente desde Washington donde desempeñaba el cargo de Agregado
Militar en la Embajada peruana. Su testimonio tampoco agregó nada nuevo. El fallo
 judicial que sentenciaba a los tres comuneros también obligó a la scalía de Huanta a
abrir instrucción contra el general Noel y siete ociales militares, acusándolos de ser
los autores intelectuales de los asesinatos y de obstruir los procesos judiciales.
En Julio de 1989, dos comuneros de Uchuraccay fueron amnistiados por el pre-
sidente Alan García como parte del programa de amnistía presidencial que se acos-
tumbra en estas patrias. El 32comunero
comu nero más anciano, Simeón Aucatoma había muerto
de tuberculosis en la cárcel.

32
  Juan Ossio, integrante de la Comisión VVarga
arga Llosa, circuló un petitorio que fue publicado como
comunicado pagado en un periódico limeño en el que se indicaba que era injusto juzgar a indivi-
duos por actos colectivos. También se hizo mención que muchos terroristas habían sido puestos en

No hay pais mas diverso II.indb 183 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

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Con todo el furor, el debate, la publicidad, las opiniones y las réplicas, la voz propia
de los comuneros de Uchuraccay no se ha escuchado una solaso la vez. Sus puntos de vista
Privacy Policy siempre fueron mediatizados
mediatizado s por traductores, intérpretes y expertos. A pesar de que el
testimonio que los comuneros dieron en Uchuraccay a los miembros de la Comisión
Marketing
ha sido cuidadosamente grabado, trascrito y traducido, ni una sola oración completa
Personalization
de este testimonio ha sido reproducida en el informe nal. Hay solo tres palabras de
Analyticslos comuneros que Vargas Llosa cita directamente: “terrorista sua” (terrorista ladrón),
“señor gobierno” e “ignorante” y en la única cita de una oración incompleta, no se
Save atribuye quiénAll
Accept d ijo qué (V
dijo (Vargas
argas Llosa et al . 1983: 10).
La autenticidad del testimonio es garantizada por Vargas Llosa. Él dice que los
comuneros admitieron las matanzas: “Lo hicieron con naturalidad, sin arrepentimiento,
entre intrigados y sorprendidos de que viniera gente desde tan lejos y hubiera tanto
alboroto por una
u na cosa así” (V
(Vargas
argas Llosa et al. 1983: 10). No hay manera de evaluar
si es que habían voces que disentían, no se citan variaciones que dicen lo mismo de
diferentes maneras,
manera s, y no hay oportunidad para buscar más allá del mensaje mediatiza
mediatizado
do
que se publicó en el informe de la Comisión. La gente de Uchuraccay solo existe en
tercera persona y lo que dice aparece en lenguaje indirecto. Lo peligroso de imputar
identidades colectivas a todos los comuneros es demasiado obvio si se considera que
la policía y el ejército persistentemente han actuado bajo el supuesto de que si hay
una sola pinta anónima pro Sendero en una pared, entonces todos los pobladores son
senderistas.
Las circunstancias del careo entre los miembros de la Comisión y los comuneros
también fueron extraordinarias. Los miembros de la Comisión llegaron en helicóptero
y ordenaron a los comuneros
comunero s reunirse. VVargas
argas Llosa (asesorado por los antropólogos)
antrop ólogos)
distribuyó coca, y así comenzó el interrogatorio. Un grupo de extraños con cámaras,
grabadoras y equipo moderno se acuclillaron en semicírculo a un lado del corral, los
hombres de la comunidad en asamblea al otro. Las mujeres
m ujeres sentadas a la distancia. La
 policía y el ejército por doquier.
doquier. Se dice que algunos de ellos habían llegado la noche
anterior para asegurar que todo estuviera en orden para los miembros de la Comisión.

libertad por el sistema judicial, y aquellos que habían sido sentenciados habían sido condenados a
 períodos más cor
cortos
tos de prisión que los comuneros de Uchura
Uchuraccay
ccay (Ossio
(Ossio 1983a).
1983a). Cuando
Cuando murió
murió Si-
meón Aucatoma, Ossio publicó una nota periodística con el título “¿Es delito ser Indio en el Perú?”
Entre otras cosas dice: “En el contexto nacional la condición de indio de Simeón Aucatoma
Aucatoma lo ha
llevado, junto con sus compañeros, a convertirse en el chivo expiatorio de una sociedad que por no
querer asumir su realidad ha querido lavar su conciencia sancionando al más débil” (Ossio 1983b).

No hay pais mas diverso II.indb 184 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 185

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Aparte de los expertos en lingüística, ninguno de los miembros de la Comisión hablaba
functionality, as well as marketing,
personalization, andquechua.
analytics.Todo
You tenía que ser traducido en ambas direcciones.
may change your settingsLa atunanimidad
any time del testimonio es preocupante y encuentra un precedente histórico
or accept the defaultliterario
settings.en la obra
o bra de Lope de Vega (1982) “Fuenteovejuna”.33 Esta misma unanimi-
dad impresionó a más de un participante, no solo por su semejanza
semejan za con la trama de la
 pieza de Lope de Vega, sino también por la teatralidad de la actuación. Como lo anota
Privacy Policy
Millones: “...El encuentro que tuvimos alcanzó las características de pieza dramática
Marketing en la que las autoridades hacían de apuntadores de un libreto, que aunque fuera algu-
nas veces rebasado por las declaraciones, se constituyó en un marco que explicitara
Personalization
claramente la solidaridad frente al delito cometido y el acuerdo previo de repetir una
Analytics versión reconocida como conveniente para todos” (Millones 1983: 88).
El testimonio antropológico generalmente se basa en períodos largos de trabajo
Save Accept All
 para permitir
per mitir ampliar las oportunidades
oportun idades de interacción en divers
diversos
os contextos con la
gente. En este caso, el trabajo de campo duró solo medio día. Hay más información
sobre Uchuraccay proveniente de la maestra de escuela Alejandrina de la Cruz, que
de los comuneros. Las transcripciones de la grabación con los comuneros no fueron
 puestas a disposi
disposición
ción del juez Ventura
Ventura Huayhua
Hua yhua hasta después de la compa
comparecencia
recencia
de Mario Vargas Llosa, y cuando éstas le fueron entregadas, él las descartó (Caretas
1984c) .34 Durante los dos juicios la actuación de los abogados defensores fue tan inepta
y poco interesante que ni la prensa ni yo pudimos encontrar un solo testimonio, que de
alguna manera, pueda ser representativo de la voz de los comuneros de Uchuraccay.
Durante los juicios la traducción era unidireccional, del quechua al español, y solo
cuando algún ocial monolingüe en español quería preguntar algo, se traducía a los
monolingües quechuahablantes. Los comuneros acusados ni siquiera entendieron los
 procesos judiciales llevados contra ellos.
Aquí, nuevamente, se maniestan aspectos del “Perú profundo”. A pesar de
ser ciudadanos del país, los comuneros rara vez tienen una voz propia y menos aún

33
  La obra de teatro de Lope de Vega se basa en un incidente histórico. En 1476, la gente de Fuen-
teovejuna, en España, mató al odiado Fernán Gómez de Guzmán, Comendador de la orden caba-
lleresca de Calatrava, su amo y señor. Fue asesinado por los villanos, según se alega, por el trato
 brutal que él imponía en la comunidad. Cuando las autoridades reales se presentaron a investigar
el incidente, todos los villanos, aún bajo tortura, no dijeron nada más que “Fuenteovejuna lo hizo”.
Como resultado ya que no se pudo identicar al individuo culpable, nadie fue sometido a juicio
(Hall 1985:11). En el Perú se enseña Fuenteovejuna en los colegios.
34
  Yo tuve la oportunidad de ver una copia de esa trascripción que está en manos del periodista Phillip
del Boston Globe.
Bennet del Boston Globe. Para que los lectores puedan entenderla mejor, los autores de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación citaron las partes en quechua de lo que dijeron los comuneros en
diálogo con Vargas Llosa. La verdad es que se trata de un documento muy hermético que no se deja
analizar ni citar con facilidad.

No hay pais mas diverso II.indb 185 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

186 ENRIQUE MAYER 

 personalidad.
This website stores data such asYa es tiempo de proveerles con los medios de ejercer su derecho de libre
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essentialensitesus propios términos, no importe cuan antropológicamente legitimados
functionality, asowell as marketing,
líricos puedan ser sus intérpretes o mediadores.
personalization, and analytics. You
En cuanto a Sendero Luminoso, la única referencia
may change your settings at any time
refer encia a los eventos de Uchuraccay
que pude
or accept the default rastrear, fue una nota en un periódico que dijo que el 3 de junio de 1983,
settings.
miembros de Sendero Luminoso capturaron la estación de radio de Huanta y transmi-
tieron un mensaje. En él, rechazaban
rech azaban el Informe de Vargas
Vargas Llosa y apoyaban la tesis de
Privacy Policy que los responsables eran fuerzas paramilitares. El mensaje continuó
conti nuó asegurando que
MarketingSendero Luminoso se vengará de todos aquellos que habían perpetrado la muerte de
varios de sus militantes en Uchuraccay. “Las muertes de los mártires del periodismo
Personalization
no quedarán impunes, sino que los culpables
culpabl es caerán bajo la justicia popular” ( DESCO 
AnalyticsResumen Semanal 1983: 7). El 3 de abril de 1983, huestes senderistas atacaron al
 pueblo de Lucanamarca y asesinaron a 80 personas en la pplaza laza del pueblo. El 18 de
Save Julio deAccept
1983,All
Sendero Luminoso mató a ocho personas en Uchuraccay.
Aunque no dijo nada sobre Uchuraccay, Abimael Guzmán, el líder del Partido
Comunista Peruano SL, se expresó sobre los eventos de Lucanamarca en los siguientes
términos:

Frente al uso de mesnadas y la acción militar reaccionaria le respondimos


r espondimos contundentemente
con una acción: Lucanamarca, ni ellos ni nosotros la olvidamos, claro porque ahí vieron
una respuesta que no se imaginaron, ahí fueron aniquilados más de 80, eso es lo real, y lo
decimos, ahí hubo exceso... en algunas ocasiones, como en esa, fue la propia Dirección
Central la que planicó la acción y dispuso las cosas, así ha sido. Ahí lo principal es que
les dimos un golpe contundente y los sofrenamos y entendieron que estaban con otro tipo
de combatientes del pueblo, que no éramos
ér amos los que ellos antes habían combatido, eso es
1988. El Diario:
lo que entendieron […] (Guzmán 1988. El Diario: 24 de julio)

8. LA PREGUNTA DE ZAVALA

Santiago Zavala es el personaje


perso naje principal de la novela de Var
Vargas
gas Llosa Conversación
en La Catedral  (1969).
 (1969). En las primeras páginas de la novela, Zavala se pregunta a sí
mismo “¿En
la novela quécual
en la momento se jodió
se describe el Perú?”,
la vida pregunta
en Lima, que se convierte
las actividades en leitmotiv
de ociales
o ciales  de
corruptos
del gobierno junto con la desilusión de Zavala de los asxiantes
asxi antes años 50. La pregunta
de Zavala se ha convertido en una frase popular. En 1990 Carlos Milla Batres editó
un libro titulado con la pregunta ¿En qué momento se jodió el Perú?  en el cual dis-
tinguidos intelectuales escribieron ensayos que intentaban contestarla (Milla Batres

No hay pais mas diverso II.indb 186 04/05/2012 04:04:43 p.m.


 

3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 187

1990). La mayoría de las respuestas ofrecidas se remontan hasta Francisco Pizarro y


el periodo colonial. Los autores mencionan arraigadas actitudes
This website stores data such as
actitud es racistas que perduran
 por siglos
cookies to enable essential sitey jan la culpa en el comportamiento irresponsable de las élites como cau- cau-
functionality, as wellsas
as principales.
marketing, ¿Es esta salida una manifestación de un escapismo depresivo hacia el
personalization, and pasado, enYou
analytics. momentos en los que el país pasa por la peor crisis económica, política
p olítica y
may change your settings
social at
deany time
su historia? ¿Es que el echarle la culpa a eventos que ocurrieron
oc urrieron en el remoto
or accept the default settings.
 pasado sería indicativo de la incapacidad de encarar los problemas del país de ahora?
Personalmente, no creo que sea necesario remontarnos siglos para atrás para saber
Privacy Policy cuándo es que el Perú se jodió. Lo que pasó en Uchuraccay y toda la secuela fácilmente
Marketing  puede demostrar que se trató de uno de esos momentos. La incapacidad de la socie-
dad peruana de entender el fenómeno senderista y su inhabilidad de confrontarlo en
términos realistas se hallan en la médula de los sucesos emblemáticos
Personalization em blemáticos que ocurrieron
Analytics después del incidente de Uchuraccay.
El gobierno de Fernando Belaúnde no tomó en serio el levantamiento senderista
Save  probablemente
 probablemen
Accept Allte porque a nadie en la Lima sosticada
sosticada le
le importa lo que rea
realmente
lmente pas
pasaa
en las remotas provincias serranas. Algunos sectores de la intelectualidad izquierdizante
también tienen la culpa por no denir claramente su posición frente a las desviaciones
de los senderistas, por no llamar la atención sobre el peligro que ello signicaba, y por
tratar de aprovecharse políticamente de las ventajas que el caos senderista implicaba. La
anticuada y terrible estrategia antisubversiva
antisub versiva de los militares es otro factor. Mediante sus
métodos de persecución, tortura y desapariciones, ellos crearon situaciones en las que
el miedo y el terror de la represión militar sobrepasaban
sobrepasaba n las amenazas de los senderistas
sobre la población civil. Que los militares rehusaron cualquier colaboración con la so-
ciedad civil en contener el levantamiento y de ajustarse a las mínimas reglas de apertura
con la prensa (presumiblemente porque sí tenían cosas que esconder)
esco nder) son los principales
motivos que dan cuenta de un deterioro en las relaciones entre ellos y la sociedad civil.
Un sistema judicial que no es más que una farsa, ha cerrado las posibilidades de
resolver conictos a través de mecanismos legalmente establecidos, y ha llevado a
todos los sectores sociales a buscar maneras de traspasarlos. El gobierno de Belaúnde
investigando los sucesos de Uchuraccay prerió una “Comisión Investigadora”
Investig adora” antes
que el sistema judicial, los militares mostraban puro desdén ante las Cortes, la oligarquía
descargó su despreció sobre abogadillos provinciales, los jueces se volvieron actores
de circo, la prensa condujo los juicios en sus propias páginas, y los comuneros nunca
se defendieron ante la justicia.
A la prensa nacionalista y voyeurista y a los portavoces impresos de la izquierda
les interesó más excitar los morbosos instintos de sus lectores y apuntarse porotos para
 poner en dicultades al gobierno de turno que en establecer la verdad o entender las
causas de los sucesos. La prensa derechista tildó cualquier crítica antigobierno como

No hay pais mas diverso II.indb 187 04/05/2012 04:04:44 p.m.


 

188 ENRIQUE MAYER 

falta de patriotismo o de reejar actitudes pro senderistas.


senderista s. Los intelectuales, incapaces
de sobreponerse a los viejos y gastados clichés a los que se habían acostumbrado,
construyeron explicaciones implausibles, las que llevaron al escepticismo y cinismo
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en lugar such as
entendimientos. La tendencia generalizada de buscar “expertos” que hablen
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en nombre de otros, en vez de dejar que la gente se exprese, produjo un torrente de
functionality, as well as marketing,
personalization,conceptos medio
and analytics. Youcocidos
cocido s y frases que ofuscan en lugar de claricar las causas y carácter
may change your desettings
esta insurgencia
at any timearmada. Informes muy bien escritos pero pobremente investigados,
 produjeron
or accept the default settings.críticas literarias en lugar de una confrontación seria con los hechos.
hec hos.
Un golpe militar de carácter progresista había dirigido un proyecto muy amplio de
Privacy Policy reformas solo oportunidades
12 años antes que Sendero declare la guerra al sistema. Estas reformas
habían creado a muchos jóvenes hombres y mujeres cuyas aspiraciones
y esperanzas se vieron frustradas drásticamente cuando la economía del país prácti-
Marketing
camente llegó a naufragar. Los gobiernos posvelasquistas cerraron sus ojos ante las
Personalization
crecientes aspiraciones de estos nuevos sectores sociales. Las élites los marginaron a
Analytics
medida que la prosperidad declinaba.
Save
ElAccept
Perú seAlljodió porque una temprana acción de combatir ecazmente a Sendero
Luminoso en cooperación con los comuneros de las áreas rurales no se llegó ll egó a efecti-
vizar sino muy tarde. En vez de eso, los comuneros fueron reprimidos por un sistema
autoritario que les negó rotundamente cualquier validez a sus esfuerzos. La sociedad
 peruana no podía reconocer la importante contribución que estos aliados, empobreci-
dos, analfabetos y que se expresan de otra forma ofrecían al gobierno en medio de un
levantamiento
neutralizar a losviolento y feroz. LaQuizás
revolucionarios. sociedad
sea civil
ya muyno tarde.
desarrolló medios ecaces para

9. R OOPA
PA, CÁMARAS Y RELOJES

En la versión original de este trabajo, terminé con un epílogo muy deprimente, en el


que detallaba que Uchuraccay había sido abandonado y su población andaba refugiada
y dispersa. Describía escenarios
escenar ios escabrosos de los años 80 y 90 como los coches-bomba
en Lima, el bombardeo aéreo del Frontón para sofocar un levantamiento de presos
 políticos. Hablaba sobre la inuencia
in uencia del narcotráco
na rcotráco en nanciar
nanciar la su
subversión,
bversión, la
corrupción e impunidad de las fuerzas del orden. Haciendo un resumen de lo que se

suponía en esos
terrible cita años podrían
de Nelson haber
Manrique quesido el número
muchos de víctimas
peruanos en 20.000,
pensaban en 1990terminé con la
que era mejor
“matarlos a todos para que podamos vivir en paz” (Manrique 1990: 37, 2002: 126).
Podría también haber agregado en ese epílogo que ese pesimismo inuyó a
Mario Vargas
Vargas Llosa, el novelista, a terminar su novela Historia de Mayta (1984) con

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3 / UCHURACCAY Y EL PERÚ PROFUNDO DE MARIO VARGAS LLOSA 189

la descripción, en un futuro imaginado pero no muy lejano, del Perú invadido por
expediciones militares nanciadas por los Estados Unidos desde Ecuador y Bolivia
 para derrocar a los insurgentes. También en esos años, después de perder las elecciones
 para la presidencia fre frente
nte Alberto Fuijimori, Vargas Llosa publicó la novela  Lituma
This website storesen lossuch
data Andes
as  (1993b) en la que la corrupción policial se mezcla con descripciones
de salvajes
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as marketing,
realizan rituales de sacricio humano y canibalismo ritual evocando otro
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Perú más profundo, más salvaje y más primitivo aún que sus interpretaciones sobre
may change your settings at any time
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sucedido en Uchuraccay. Así era el ánimo de esos tiempos.
Las cosas cambiaron, Abimael Guzmán fue capturado vivo en 1992 en una opera-
ción detectivesca en vez de un mortal asalto militar
milita r evitando que se vuelva un mártir.
Privacy Policy Sendero Luminoso se desinó y el conicto armado rápidamente amainó. Hubo un
Marketing  proceso muy turbio de “normalización”
“normalización” que duró hasta la caída del régimen de Fujimor
Fujimori.i.
Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos y Abimael Guzmán ahora están en la cárcel. cár cel.
Personalization
Se estableció la Comisión de la Verdad
Verdad y Reconciliación sobre
sob re la violencia política de
Analytics esa década durante el gobiernogob ierno interino de Valentín
Valentín Paniagua que cuando publicitó los
resultados en 2003 contó con los aplausos de una amplia gama de la sociedad. Pero
Save desdeAccept All ahora, 2011, las posiciones se han endurecido. Nuevamente a Mario
allí hasta
Vargas Llosa le tocó jugar un papel clave de mediador al ser nombrado como director
de un futuro Museo de la Memoria que un segmento de la sociedad peruana rechaza.
En 2009 en un contexto diferente el público peruano tuvo que volver a analizar
sus ideas respecto al primitivismo del Perú profundo cuando grupos de indígenas
amazónicos protagonizaron pacícos paros y manifestaciones políticas respecto a sus
derechos territoriales, que lamentablemente irrumpieron en actos de violencia en la
ciudad de Bagua. Se repite la historia: se nombran comisiones
comis iones de investigación que a
la hora de entregar sus resultados no llegan a consenso, pelea que va acompañada de
un furor mediático, esta vez amplicado por la internet, los celulares y el twitter . En
las discusiones vuelven a aorar las distinciones entre lo que es civilizado y lo que
es salvaje, qué cosa es la modernidad y qué es el atraso. Apenas pasó el temporal se
aproximan las nuevas elecciones de 2011, y los candidatos presidenciales, cada uno
alegremente vestido con cushma y coronitas de plumas, posan ante las cámaras de la
televisión para aparecer inclusivos.
Recuerdo como en 1994 fui invitado por Ponciano del Pino a Ayacucho para
asistir a una reunión en la cual líderes de Uchuraccay planicaban el apoyo quequ e se les
 podría brindar para facilitar el retorno de los comuneros al lugar de donde habían huido.
Allí Elías Ccente nos mostró una antigua foto de su padre tomada por un fotógrafo
callejero en la plaza Manco Cápac de Lima cuando éste viajó para reclamar ante el
 presidente Manuel Prado que ordene a que se clariquen los límites entre la comunidad

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190 ENRIQUE MAYER 

y la hacienda de Uchuraccay. En la foto el delegado de Uchuraccay vestía con todo


orgullo el atuendo de bayeta típico de un comunero de la puna de Huanta, porque po rque iba
al palacio a reclamar sus legítimos derechos como indígena que era. En cambio, el
delegado a la reunión de Ayacucho
Ayacucho venía vestido como cualquier humilde en las calles
de nuestras ciudades: ropa comprada barata, gastada y remendada, casaca con cierre
y gorra tipo militar. Le pregunté porqué no se vestía con la ropa tradicional tal como
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ancestrositeen la foto. Me respondió que esa es buena para
p ara la puna donde hace frío, y
functionality, asaquí enmarketing,
well as la ciudad hay que vestirse como la ciudad
ciud ad manda. Y que si volvieran al pueblo,
personalization,seguramente
and analytics. volverán
You a usar la bayeta, a condición de que obtengan buenos carneros
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 para la lanaat any time
y que las personas no se hayan olvidado las técnicas de hilar y tejer.
or accept the default settings.
Pensé que esa foto era la respuesta mas clara a la frase suelta del general Noel
que los comuneros habían confundido la cámara por el fusil. Al releer la sección sobre
Privacy Policy Uchuraccay en el informe de la Comisión de la V Verdad
erdad y Reconciliación, se mencionan
aparte de las cámaras fotográcas, también relojes, botas, y ropa extraña al atuendo
Marketing
típico que aparecen en las fotografías. Esta vez se trata de las fotos de Willy Reto.
Personalization
Resulta que los comuneros habían ocultado los efectos personales del reportero gráco
Analyticsque fueron encontrados durante la inspección del scal Juan Flores (Comisión de la
Verdad y Reconciliación 22004: 004: 150 nota 120, 164). Las fotos que Reto tomó
t omó hasta que
Save lo mataron,
Accept revelaron
All que los periodistas habían hablado con los comuneros; y como
eran tomas de muy cerca, esas imágenes sirvieron a aquellos que querían achacar la
matanza de los periodistas a elementos del ejército inltrados entre los comuneros
 para armar que su camuaje era deciente. Decían los opositores a la versión V Vargas
argas
Llosa, que esas fotos revelaban relojes, aspectos de ropa occidental y botas, que los
indígenas de Uchuraccay no podrían haber estado usando. ¿Pueden —parafraseando
a Vargas
Vargas Llosa— los comuneros de Uchuraccay ser falsos comuneros si usan reloj relojes?
es?
Los comuneros con sus relojes han vuelto a la comunidad. Hoy todos los de
Uchuraccay son evangélicos y leen la Biblia. El gobierno
g obierno de Fujimori les proporcionó
unas casitas bonitas pintadas de blanco que los comuneros encuentran no muy útiles
 para el tipo de vida que llevan en las frígidas alturas, aunque
a unque tengan agua con
c on caños
que se pueden abrir y cerrar. Tienen
Tienen una carretera y hasta computadoras rega
regaladas
ladas por
el dadivoso presidente.
También hay un monumento en homenaje a los ocho periodistas caídos hacia el
cual los deudos de los mártires del periodismo hacen un peregrinaje en una romería
anual. Allí los comuneros de Uchuraccay son tratados con cierto desdén, porque no
se les ha perdonado totalmente. En la ocasión en que Kimberely Theidon y Enver
Quinteros (2003) observaron el evento en 2003, reportan que el presidente de la co-
munidad interrumpió la ceremonia para insistir que también se reciten los nombres de
los 135 comuneros de Uchuraccay que habían sido muertos a causa de la violencia.

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No hay pais mas diverso II.indb 199 04/05/2012 04:04:45 p.m.
 

Capítulo 4
LA LEY Y LA POSIBILIDAD DE LA DIFERENCIA:
la antropología jurídica peruana entre la justicia y la ley

 Deborah Poole

1. I NTRODUCCIÓN

D
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as formación como disciplina a principios del siglo XIX, la antropología
ha site
denido su proyecto intelectual y metodológico en términos de la necesidad
de describir y explicar la variedad física y cultural que daba forma a “la raza
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Así,You
la antropología del siglo XIX se caracterizó por sus acalorados debates
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acerca de la clasicación mediante los que se intentaba explicar las relaciones genea-
genea -
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lógicas entre las sociedades humanas. Dentro de estos debates evolucionistas, la ley

Privacy Policy ocupaba


como Lewisun sitio
Henry privilegiado en la explicación
Morgan (1877), Henry Mainede(1861),
la diversidad
y unas humana. Antropólogos
décadas después Ém ile
Émile
Marketing
Durkheim (1993 [1893]) empezaron a articular una alternativa
alternativ a al determinismo biológi-
co de la antropología racial. Aunque estos teóricos del siglo XIX buscaban los orígenes
Personalization
de la ley en las formaciones sociales mas “simples” que precedían la formación del
AnalyticsEstado, argüían que la emergencia de la ley como una autoridad
autorida d universal y coercitiva
solo ocurrió en compañía de los otros dos atributos denitivos de la “civilización”: la
Save escritura y la propiedad
Accept All privada. Como veremos,
vere mos, son estos mismos dos atributos a loloss
que la antropología peruana sigue recurriendo para establecer las diferencias entre el
derecho “moderno” y el consuetudinario.
Hacia principios del siglo XX, antropólogos estadounidenses y europeos em-
 pezaron a alejarse
a lejarse de las teorías evolucionistas en las que “la ley” se restringía a las
sociedades con escritura y propiedad privada. En su lugar aparecieron el funciona-
lismo, el particularismo histórico y el concepto de la cultura. Dentro de estos nuevos

No hay pais mas diverso II.indb 200 04/05/2012 04:04:45 p.m.


 

4 / LA LEY Y LA POSIBILIDAD DE LA DIFERENCIA 201

 paradigmas dominados por el sincronismo y el “holismo,” se debatía si era posible


extender el concepto de “ley” hacia las sociedades que no contaban con un Estado. Para
algunos antropólogos
antropólogo s como Malinowski (1926), Gluckman (1965) y Hoebel (1954), las
tradiciones y normas culturales que hacían posible la supervivencia de una sociedad,
eran equivalentes a “la ley” porque ejercían una fuerza coercitiva —y por lo tanto,
“legal”— sobre los deseos y comportamientos de las personas. Para otros teóricos, sin
embargo, la designación de “legal” solo se podía extender a las sociedades donde las
autoridades gozaban del poder discrecional para interpretar y resolver los conictos.
Para diferenciar este tipo de poder coercitivo —y para reforzar la jerarquía colonial en
la que el poder de las autoridades locales o nativas siempre quedaba subordinado
sub ordinado a la
ley “universal” del Estado colonial— se utilizaba el concepto de “derecho consuetu-
dinario”. Mientras este término tenía el mérito de reconocer el carácter legal o jurídico
en que se fundan las sociedades no-estatales, también servía para revalidar la idea de
que las autoridades, prácticas y conceptos jurídicos que los antropólogos observaban
en las sociedades “primitivas” no tuvieran ninguna relación con los sistemas legales
de los estados coloniales y europeos en los que vivían los “primitivos”.
A partir de las décadas de 1970 y 1980, los antropólogos empezaron a desconar
de estas teorías culturalistas y funcionalistas que pintaban a los grupos locales como
entidades que existían fuera de la historia. Bajo la inuencia de los movimientos an- an -
ticoloniales y marxistas, los temas de articulación,
articulaci ón, dependencia, identidad, discurso y
This website stores práctica
data suchreemplazaron
as a los de funcionalidad, cul
cultura,
tura, sentido simbólico y tradición;
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y en las ciencias sociales en general se empezó a celebrar la diversidad misma ya no
functionality, as wellcomo
as marketing,
la supervivencia de una época anterior, sino como producto y característica
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distintiva de las formaciones sociales modernas. La antropología peruana no ha sido
may change your settings at any time
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excepción al interior de esta tendencia general. De hecho, tal como el título de este
libro sugiere,
no solo los antropólogos
del hecho, sino tambiénperuanos han argumentado
de las ventajas consecuentemente
de la diversidad en tanto aspectoen favor
central,
Privacy Policy
y hasta decisivo, de la modernidad peruana.
Marketing La ley y las cuestiones jurídicas, sin embargo, ocupan un reducido espacio en la
nueva antropología de la diversidad. En su reseña de la antropología jurídica
jur ídica peruana,
Personalization
 por ejemplo, Guevara Gil lamenta la pobreza de d e los trabajos y su resistencia a tomar
Analytics como tema propiamente antropológico el papel de la ley en “la constitución de la trama
social” (Guevara Gil 1998: 349). De hecho, la mayoría de los trabajos sobre cuestio-
Save
nesAccept All
jurídicas han sido realizados por abogados o por académicos con formación en
derecho, y no por antropólogos (Guevara Gil Gi l 1998: 333, Yrigoyen et al. 1994). Como
consecuencia de esta división disciplinaria, el estudio del derecho en el Perú parte de
una posición fuertemente normativa en la medida en que la meta de los abogados y
 profesionales en derecho es facilitar y mejorar la administración de justicia. Sin negar

No hay pais mas diverso II.indb 201 04/05/2012 04:04:45 p.m.


 

202 DEBORAH POOLE

la importancia de tal proyecto, es también importante preguntarse: ¿Cuál es la imagen


de
dellarelativismo
justicia quey pluralidad
anima ese proyecto normativo
que distinguen y qué tan
al proyecto compatible esEscon
antropológico? los valores
precisamente
en la distancia que separa el proyecto jurídico del proyecto antropológico e histórico
en donde podemos encontrar la clave para entender por qué la antropología, cuando
no ha guardado un silencio
silen cio total respeto a la cuesti
cuestión
ón de la ley, sigue apreciándola en
los mismos términos con que Maine, Morgan y Durkheim distinguieron la justicia
de los “civilizados” de las practicas consuetudinarias en las sociedades “primitivas.”
En este trabajo sugiero que el desafío para los antropólogos del presente es el
de reevaluar la presencia hegemónica de la ley del Estado dentro de las sociedades y
culturas campesinas y nativas, y su papel en la conformación de las múltiples formas de
subordinación, explotación, discriminación y resistencia que atraviesa la tan mentada
“diversidad” cultural en el Perú. Para lograr este n, hay que reconocer la doble cara

de
comola ley como excluyente,
principio concepto losóco
violentosobre el que y,
y coercitivo se por
funda, por el
el otro, uncontrato
lado, la social
soberanía
con
sus presunciones de igualdad, armonía e inclusión. Es a partir de esta tensión tan bien
captada en los textos de lósofos como los de Hobbes (2009 [1651]), Locke (1960
[1690]), Rousseau (2005 [1672]) y Kant (1965 [1797]), que “la ley” se experimenta
en (y se hace parte de) la vida cotidiana estudiada por la antropología. Sin embargo, en
el caso de la antropología peruana, nuestra capacidad de reconocer esta tensión como
característica inherente a la ley, ha sido obstaculizada por las dicotomías analíticas a
través de las cuales distinguimos el derecho “formal” de los dominios “informales”
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lo consuetudinario,
site lo tradicional y lo local. Así, mientras el derecho del Estado
functionality, as encarna las propiedades de la coerción, la inscripción (la escritura) y la parcialidad
well as marketing,
personalization, propias
and analytics. You
a la soberanía, el derecho comunal o indígena suele
suel e ser caracterizado com
comoo
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consensual,
Uno de oral, y reconciliador.
los objetivos de este trabajo es el de comprender
compr ender el papel que el concepto
antropológico de cultura ha jugado en la creación
creac ión de esta imagen de las dos esferas de
Privacy Policy la ley. Empiezo con una breve revisión del trabajo de los indigenistas de principios
del siglo XX. Sugiero que el legado del indigenismo a la antropología jurídica con-
Marketing
siste en una visión, por un lado, del derecho como medio
m edio simbólico y, por el otro, del
Personalization
indígena como sujeto tutelar de la ley. Para los indigenistas y los antropólogos que
Analyticsles siguieron, los procedimientos administrativos que daban forma a la ley estatal en
la vida local quedaban excluidos de este modelo simbólico y consensual de la justicia
justici a
Save comunal. Como
Accept All consecuencia, el Estado y la comunidad indígena parecen ocupar
esferas culturales separadas y hasta opuestas.
Un segundo objetivo es entender en qué manera el compromiso de los antropólo-
gos con el relativismo cultural les ha impedido tomar como objeto de estudio la lucha

No hay pais mas diverso II.indb 202 04/05/2012 04:04:45 p.m.


 

4 / LA LEY Y LA POSIBILIDAD DE LA DIFERENCIA 203

 política que
q ue se libra cotidianamente
coti dianamente en el Perú para denir
den ir las formas eenn que la ley
construye (e impone) una visión particular
parti cular del bien moral. Con este n en la segunda
 parte del artículo discuto el impacto del Marxismo
Marxism o y la Reforma Agraria en la antro-
 pología jurídica, y la emergencia del pluralismo legal. Termino con un resumen de los
debates actuales y pendientes sobre las reformas neoliberales en materia de justicia
informal, titulación, y derechos indígenas.

2. I NDIGENISMO Y EL ESTADO TUTELAR 

Luego de retornar al Perú desde su exilio en Alemania, el intelectual y activista piurano,


Hidelbrando Castro Pozo, publicó el que es quizás su trabajo más conocido. En su
libro Nuestra comunidad
comunidad indígena (1924), Castro Pozo describe el vasto ensamblaje
de ocinas comunales, trabajo reciproco, formas familiares y prácticas religiosas que
observara mientras se desempeñó como jefe de la “Sección de Asuntos Indígenas”
durante el gobierno de Augusto B. Leguía, y como organizador de los Congresos Indí-
genas Tahuantinsuyo.
Tahuantinsuyo. Como si se tratara del ensayo
ens ayo de la presentación de los principales
principale s
temas de una etnografía andina que aun no había nacido, Castro Pozo describe en
 Nuestra Comunidad
Comunidad Indígena un mundo en los márgenes territoriales y civilizatorios
civilizatorio s
del Estado-nación moderno. En estas comunidades donde rigen la superstición y la vida
familiar, la ley gura como un vínculo importante, aunque profundamente
pro fundamente defectuoso,
entre los indios y el Estado-nación. De hecho, Castro Pozo describe la experiencia
indígena con la ley como un círculo vicioso de dependencia en el que el indígena se
This website storescorrompe en el mismo acto de ejercer sus derechos de ciudadano:
data such as
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La falta de títulos en que estén precisados los linderos… y la suspicacia y hasta mala fe de
personalization, and analytics. You
may change your settingsuna at any
sado timecomunidades
especie
a unas de zángano social
contraque denominan
otras tinterillo
por la posesión deen muchas
unas tierrascomarcas,
de pastos,hacercos
impul-
o
or accept the default settings.
chacaritas que no valen ni la tercera parte de lo que se lleva gastado en un juicio que dura
muchos años y, sobre todo, las desgracias personales que estos pleitos han ocasionado.
Privacy Policy Entonces es de ver a la comunidad vencida, aún cuando sea la promotora [de la pelea]
trasladarse en masa —varones y mujeres— a la capital de la provincia en demanda de
Marketing garantías. El tinterillo o el señor doctor los preside y conduce donde el Sub-prefecto a
Personalization quien expone los acontecimientos por los informes que le han dado aquellos, da todos los
 pasos, corren todos los trámites, presentan los memoriales y querellas ante la autoridad
Analytics competente y, y, sobre todo, es seguido tenazmente a donde va, por este abigarrado grupo que
no se separa de él hasta que no queda convencido de que ha salido la gendarmería hacia
Save Accept
el lugarAllde los acontecimientos y que es preciso ir a su pueblo para recibir dignamente al
gobernador o Sub-prefecto e informarlo de los lugares en que pueden estar escondidos
los cabecillas… del bando opuesto.

No hay pais mas diverso II.indb 203 04/05/2012 04:04:45 p.m.


 

204 DEBORAH POOLE

Se apresa a los que se creían


cre ían solo promotores, se traslada y recoge a los heridos
her idos y muertos
en la refriega, se llora y entierra a estos, se sigue otro juicio criminal y, por último, como
el
enPoder Judicial
disputa, no haseresuelto
los ayllus nada
aprestan respecto apara
nuevamente la propiedad
la lucha, de losdepastos,
a n aguasarrebatar
no dejarse o tierras
lo que consideran de su exclusivo patrimonio […]
Así han degenerado entre los indios, los conceptos de lo legal y justo, y muchas parcia-
lidades aconsejadas por estos succionadores de la vitalidad comunal han llegado hasta
el sacricio de vender sus propiedades para sostener un juicio que, a la larga, han salido
 perdiendo. (Castro Pozo 1924: 36-39)

Escrito durante una época en que los hacendados


hace ndados de Puno, Cusco y otras regiones
serranas recurrían a maniobras legales (e ilegales) para arrebatar tierras a los indígenas,
el libro de Castro Pozo llama la atención por la imagen que nos pinta de la ley como
fuente de conictos en el ayllu andino.
andin o. Esta imagen se sostiene en una dicotomí
dicotomíaa casi
absoluta entre “comunidad” y “ley.” De forma muy clara, en la visión de Castro Pozo
la “ley” pertenece a la esfera no-comunal del Estado, con sus autoridades, funcionarios
e intermediarios inescrupulosos (abogados y tinterillos), mientras que la comunidad,
o parcialidad, es localizada a una distancia tanto cultural como físicafísi ca de dicho mundo
legal. De hecho, en las páginas que siguen, Castro Pozo contrasta el mundo conictivo
de la ley con los valores pacícos de la reciprocidad y la cooperación que, según él,
caracterizan a la comunidad indígena: “Hay, sin embargo, otros muy hermosos actos
de compañerismo y mancomunidad... cuya naturaleza es el del contrato múltiple de
trabajo” (Castro Pozo 1924: 39). Para Castro Pozo, las mingas y el ayni constituían la
médula de lo que era “nuestra comunidad indígena”, y entre este mundo del colecti-
vismo y la cooperación, y el de la ley, se estableció una distancia, y hasta una brecha,
This website stores
que data such as podría ser cerrada. Si “el indio, en general y la parcialidad por su
difícilmente
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 parte llevan en sí el espíritu del leguleyo de mal
functionality, as well as marketing,
malaa fe” (Castro Pozo 1924: 39), no era
personalization, por
andsu inclinación
analytics. You “natural”, sino por su “degeneración” proveniente de su contacto
may change your con la ciudad,
settings at anylos mestizos y la ley.
time
or accept the default Como
settings.texto fundacional tanto para la antropología andina como para la política del
socialismo en el Perú, Nuestra Comunidad
Comunidad Indígena abre algunas pistas importantes
Privacy Policy  para el estudio
es tudio de la antropología jurídica. En primer lugar,
lu gar, y como ya hhemos
emos visto,
Castro Pozo ubica la gura de “la ley” como un elemento completamente foráneo al
Marketing mundo de la comunidad y la cultura indígenas. Según él, el pecado original que da
origen a las disputas al interior de la comunidad consistía en el hecho de haber recu-
Personalization
rrido a abogados y tinterillos para resolver sus conictos. De no ser por esta intrusa
Analytics
 presencia del Estado, estos conictos comunales
comu nales se habrían arreglado por medio de
Save
las difusas normas y prácticas que constituían la reciprocidad. En segundo lugar, en
Accept All
el texto de Castro Pozo “la ley” gura no como algo que regulara o garantizara la
No hay pais mas diverso II.indb 204 04/05/2012 04:04:45 p.m.
 

4 / LA LEY Y LA POSIBILIDAD DE LA DIFERENCIA 205

normatividad o el marco institucional de lo que era la comunidad o sus autoridades,


sino como una “fuerza mayor” que solo se hacía visible o patente cuando ocurrían
disputas
Otrosentre comuneros
indigenistas de olaconictos
époc a —en
época violentos entre
particular comunidades.
cusqueños como Luis E. Valcárcel
Valcárcel
(1973 [1945], 1972 [1927]), Uriel García (1973 [1930]), Atilio Sivirichi (1946) y
Francisco Ponce de Léon (1946, 1953)— nos hablan de esta misma dicotomía entre
“derecho” y “costumbre” (o la comunidad) en defensa de sus argumentos de que la
idea de justicia se encontraba encarnada en los valores naturales de la comunidad
andina. Así, por ejemplo, en su ensayo “Ensañamiento”, Valcárcel escribió sobre un
caso ocurrido en el Cusco, en el que un grupo de indígenas dio muerte a un gamonal
abusivo (Valcárcel
(Valcárcel 1972 [1927]: 65-67). En el relato, Valcárcel
Valcárcel intenta demostrar cómo
la ley peruana era inútil para los indios no solo por el hecho de que ésta les impedía
obtener justicia, sino también porque al nal, y pese a que la propia hija del gamonal
reconoció que su padre merecía ese destino horroroso, toda la comunidad fue encar-
celada
íntegrapor
del un juezdelque
ayllu que“incapaz de sentir
había salido [sic]noblemente, mandó
los vengadores. prendermujeres,
Hombres, a la población
niños
fueron encerrados por largos meses en las cárceles” (Valcárcel 1972 [1927]: 67). En
este relato, el indio se encuentra doblemente excluido de la ley: no solo por el hecho
de que la ley es incapaz de reconocer la existencia del indio en su condición de víctima
de los crímenes recurrentes del gamonal, sino también por el hecho de no reconocer
al indio como individuo, preriendo en cambio imponer el castigo sobre una colec -
tividad indiferenciada.1
Al igual que Castro Pozo, los indigenistas cusqueños —muchos de los cuales eran
abogados— también consideraban a la ley como fuente de degeneración del indio y
de su forma “natural” de vida. Al mismo tiempo, sin embargo, consideraban que la
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such aspodía ser mejorada a través de reformas —conducidas por legisladores y
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functionality, as wellabogados
indioindigenistas—
deaslomarketing, quesocial
en tanto sujeto tuvieran en consideración
y cultural las2008,
(Bunt 2006, características “especiales”
Poole 1990). De esta
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proyecto legalista de los indigenistas no solo permitiría la protección del
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indígena, sino también el perfeccionamiento de la ley, y por tanto, el de su propia
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sociedad “moderna” y liberal.
Durante los gobiernos de Augusto B. Leguía (1919-1930) y Luis M. Sánchez
Privacy Policy Cerro (1930-1936), los indigenistas lograron poner
po ner en marcha varios de sus proyectos
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legislativos (Davies 1974, Varallanos 1947). El Código Penal de 1924, por ejemplo,
reconoció la cultura indígena como factor atenuante para las sanciones penales (Ballón
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  Esa misma perspectiva sobre la ley y su incapacidad de traer justicia al indio es un tema que tam-
 bién caracteriza
caracteriza la lliteratura
iteratura peruana (Pás
(Pásara
ara 1988a: 19-30).
Save Accept All
No hay pais mas diverso II.indb 205 04/05/2012 04:04:46 p.m.
 

206 DEBORAH POOLE

1980, Francia 1993, Poole 1990, Trazegnies 1993b: 20-21). Para establecer si un in-
dígena merecía tratamiento especial o no, el juez debía de tomar en cuenta el grado
de su aliación con la cultura “no-occidental”. En casos que involucraran “indígenas
salvajes” (o sea, los de la Amazonía), el código penal establecía un tratamiento es-
 pecial. Si la pena era de penitenciaría y prisión, esta se sustituía con “la colocación
[del sentenciado] en una colonia penal agrícola hasta un máximo de veinte años”
(República del Perú 1927 [1924]: Art. 44). El propósito de este tratamiento especial
se esclarece en la segunda cláusula del mismo artículo 44, donde se especica que
se podía conceder la libertad condicional al individuo “si su asimilación a la vida
civilizada y su moralidad lo hacen apto para conducirse” (República del Perú 1927
[1924]: Art. 44). El caso de los indígenas serranos era distinto. Por haber tenido más
contacto con la “civilización” (y menos “excusas” por ignorarla), eran clasicados
como “semicivilizados o degradados por la servidumbre y el alcoholismo” (República
del Perú 1927 [1924]: Art. 45). En tanto tales, el Código Penal los consideraba su- su-
cientemente “civilizados” como para ser enviados a cárceles “modernas,”
“mod ernas,” aunque sus
sentencias fueran reducidas. Lejos de reconocer “el pluralismo legal” —y con ello la
 posibilidad de imaginar una sociedad distinta—distin ta— la criminología inindigenista
digenista terminó
 por defender una visión netamente liberal del derecho como un proyecto normativo norma tivo
y moralizante, en el que las diferencias culturales (y raciales) aparecen bajo la gura
 jurídica de discapacidad y/o minoría de edad. Consecuentemente, el indígena aparece
como un ciudadano de segunda clase.
Al igual que el código penal, la legislación civil impulsada por los indigenistas
también reivindicaba los derechos de los indígenas a través de un estatuto jurídico
especial. Desde su primera Constitución la República peruana desconocía a la comuni-
dad indígena como persona jurídica con capacidad de ejercer el derecho de propiedad
(considerado como un derecho fundamental para lograr la personalidad jurídica y la
ciudadanía). Este acto original abrió el paso a una serie de problemas. A medida que
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la nueva república se fue endeudando, las élites se dieron cuenta de la importan
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importancia
cia de
functionality, as los
welltributos. Pero ¿cómo cobrar tributos si la institución social que formaba la base
as marketing,
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Youla tributación (tanto en la colonia como en la época prehispánica) no
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settings any time jurídica? La historia del derecho
derech o scal y agrario del siglo XIX 
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nos revela cómo este dilema ideológico operó como telón de fondo en la elaboración de
dispositivos legales y constitucionales posteriores en los que se redenía a los indíge-indíge-
Privacy Policy nas como “contribuyentes” (1827), “clase de propietarios” (1828), “raza emancipada” emancipad a”
(1854), y raza “explotada” (decreto dictatorial, 22/5/1880) (Basadre Grohmann 1985
Marketing [1937], Robles Mendoza 2002: 29-58). Por supuesto, ninguno de tales dispositivos,
decretos, o constituciones se atrevió a denir al indígena como un simple ciudadano
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 —o a la comunidad como propietario colectivo. Más bien, el indígena y su comunidad

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