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mH Victor J. Seidler N . ' a" LA SINRAZON La sinrazon masculina MASCULINA — Masculinidad y teoria social Centro de Investigaciones “yestudos Supero’s | ) oiginal: Unreasonable Men, Masculinity and Social Theor ado en inglés por Routledge, Londtes, 1994 ccidn: Isabel Vericat én dela taduecién: Laura Manciques a sncia a acién idm, 2000 2 guosamente prohbidas sn a atric sta dos seaaes del scoptighe bao fons exalts en see, epreducei oe o pid dees aba por culquer 2 proseiniento, comprenthot aero yl cient norco, ya die Fpeeelie dleeinkdvlere reams pb. © 2000 Universidad Nacional Autdooma de México Programa Universitari de Escudo de Genero dad Universitaria, 04510 México, D.E © 2000 Editorial Psidde Mericana, S.A., Rubén Davo 118, col. Modemna, 03510 México, D.E Tel, $579.5113, fn: 5590-4361; Ediciones PuidésIbévea, SA. Mariano Cubf 92, 08021 Bareelons y EuiorelPidés, SAICR, Defensa 599, Buenos Aires tan: Programa Univenitario de Estudios de Género, UNA; Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Anttopologts S y Editorial Paidés Mexicana, S.A. 968-859-454-4 so en México-Printed in Mexico Ex lo que se refier a les aruntos humans, ni reir mi Hort, i indgsarse, sino comprender Baruch Spinoza Lit raxdn ha existido siempre, pero 10 siempre de forma razanable, Karl Marx Se necerina tiempo para absorber una experiencia hasta que se entienda no slo con la cabeza, sino también ‘on el corazdin Janusz Korczak 4 1, INTRODUCCION: MASCULINIDAD, MODERNIDAD ¥ TEOR{A SOCIAL La ILUSTRACION ¥ LA TeORIA SOCIAL, La sociologia nacié como hija de la Iustracién y ha buscado sus ancestros en las formas de pensar y sentir que caraetevizaron el pensamiento ilusttado; sin embargo, «en parte ha sido también una reaccidn al racionalisma que supuestamente dio origen alos extiemos de la Revolucién francesa.’ Es menos comin refleionat sobre la tt0= ria social reniendo en mente la identificacién particular que estableié la Husteacién entre la nasculinidad, la azdn y la idea de que habfa que hacer de la socieda in “orden de larazdn’, pensanda en que la sociedad debia teestractararsey rehacerse imagen de los hombres”, Esto significa poner al descubierto una relacién particular centre la masculinidad y las formas de teoria social y politica que heredamos. # ‘Hay tna idea reciora de la Ilustacién que ha contribuido a configurar nuestea concepciin de la modeznidad: Ia idea de que s6lo a través de la raz6n podemos gular yy controlar nuesras Vidas. La idea de que a raz6n lega a definir nuestra humanidad y de que nuestra humanidad se commrapone « nuestra nacuraleza “animal” tiene una importancia fundamental. Tanto Descartes como Kant definen la razén como una A rf faculrad independiente que se contrapone a nucstra naturaleza animal ‘Asi es como la relacién de la teorfa social con la masculinidad que se apropia dela razbn para hacerla su propia cualidad definitoria sid digada ala relacién de ly teoria social con la “naturalera". La teorfa social se ha de convertir en un aspecto de los intentos de la civilizacién por definirse como un rasgo de la modernidad y de ssu lucha contra la naturaleza, De este modo, con Ia influencia orientadora de Kat "Ye alguns discusiones ies que exarecen lo coaeious ene a Uscin yo Aires vaicones de era sail pla en Hawthorie 1976, Giddens 197, Ze 1968, Go [Nisbet 196, Matec 1986, y Hulme y Jonlnora 1990, 24 Lasinrasdn masculina en los escrtos tanto de Durkheim como de Weber, la teori social se ha de definir en relacién antagénica con una “naturalera interior", y se conectars ierevocablemente con una idea de que el “progreso” y la “evilizacidn’ deben idensiicarse con la domi- nacidn del mundo natural a Tluscracién establecié una distincién tajante entre cxzdn y natutaleza, y este antagonismo con lo “natural” sigue siendo central para la ceorfa social contempors- nea qu se configura conforme al estructuralismo. sta s© hace eco de otra dstincién predominante entre “cultura” y “naturaleza” que se ha establecido como parte del sentido comiin de las ciencias humanas.* Tanto Durkheim como Lévi-Strauss se ba- saron en lt distineién entre naturaleza y cultura, con la idea de que la nacuraleza se pede identificar con lo “dado” e “inmurable” Como la naturaleza es lo que supuestamente tenemos en comin, no puede con- crbuir a explicar los rasgos caracteristicos de las diferentes sociedades. Al parecer, la idea es que la naturaleza es esencialmente ahist6rica y poco creativa; puede ser de interés para el bidlogo, pero poco tiene que ensefara las ciencias humanas. Ast como supuestamente nuestra humanidad puede identificarse con una facultad de la razén que nos separa del mundo animal, ast cl lenguaje como expresi6n de la razén se considera el rasgo definitorio de la cultura y la sociedad. Esto ha situado el kenguaje entre los temas de mayor interés. Kant es una figura clave en la Ilustacién y contribuyé a crear las condiciones para que Durkheim y Weber influyeran en la sociologla clisica. Fue Kant quien, siguiendo a Descartes, establecé la rn como ana facultad independiente opuesta alla nacuralera. Esto contribuyé a poner una concepcién fragmencada de la persona en el nicleo cle la sociologia csi; y defini ala persona como esencialmente cgois- ta cuando queda abandonada a sus propios recursos. La idea dl individuo como un ser infinitamente codicioso y eternamente insavisfecho se situd en el centeo de la teorfa socal Coma individuos no podriamos conocer la realizacién; slo la satisfaccién tem- poral y efimera. Segin la imagen que Weber presenta en La dria del protestantismo y at expiieu del eapitalsm, nuestro destino es esforzaraos sin exja. Estariamos conti- nuamente con [os nervios de punta puesto que tendriamos que luchar contra una sensacién de inepritud para superar nuestros limites. Si bien éste era uno de los rasgos que Weber identificaba con el capialismo, también fue consagrado como un rasgo positivo de la modernidad.* Supuestamente, ésta era una de las virtudes de la * Aguas eflesioncs ile abel elaine cars ymaualns qu oman em cues lepers auc ee laine de neo apareen en MacCormickySrathers LDS, y Geis 1980. Vian también Sherty 8 Orne “a Rel o Male at Nature Iso Ceewe", en MZ. Rosado yL. Lamphere 1974) P Brows 7 il. fonda, *Oppsve Dihovemis: the Nasu/Calare Debae', Cambridge Wome Studies Group. YB Mle 1981 sore siamo di dels lacs de Wehr com nasa concneone de mee. dad. Véase tabi lat dicsiones del bra de Weber en 0. Macre (1977, Pk 198, Suammer 1971, Lash y Whiner 1987, Brabscker 1964 y Momsen 197, ¥ Masculinidad, modernidad y teria social 25 modernidad cuando se la comparaba con las sociedades tradi acusaba de no estar preparadas pera desarrollarse. Duikheim habia heredado de Kant esta visién dualista de la naruraleza humana, ayo egofsmo Ie preocupaba porque incufa que silos individuos insistfan en perse- {gi sus incereses egofstas, entonces no habria fuentes de cohesién ni solidaridad Social, Durkheim es un tedrico del orden social en el sentido de que acept6 los crite= rios establecidos por Auguste Comte y Saint-Simon para crear las condiciones de solidaridad social y asi evitar las divisiones que habian caractetizado la Revolucién francesa‘ Durkheim reconocié que et idealismo de la Revolucidn tuvo fallas porque condujoa a violencia y a un suftimiento sin precedentes; y ste era un precio que él no estaba dispuesto a pagar. Durkheim bused otros mecanismos de transformacién social que atenuaran y mejoraran les conflictos y las luchas de clase antes de que estallaran en una guerta abierta ‘Al mismo tiempo, Durkheim reconocf las falas de Ia teontautiitarsta que se otierta con cue de ueidad: No sa ray sec Cee ae restringido y con su visién de los intereses materiales como tema rector en la vida de Ja gente,y queria concebir el bicnestar humano en un marco més amplio que el de la utilidad. Durkheim queria que la gente aprendiera a identificarse con algo més am- plic qucella misma, y asf fuc como acepté cl reto de Kant al utilitarismo. Kant elevés cl deber a la posicidn de algo que pudigramos discemnir mediante la facultad de la saan, Se wataba de una paste superior de nosotros mismos y por ello proposcionaba una posibilidad de escapar de los intereses egofstas. Durkheim adopts esta visién dualista ce la persona como propia aunque eam- bié sus trminos. Encontr6 una manera de bsindarnos una retrica de la moralidad aunque hasta cietto punto debilitando el sentido de la moralidad mediante la identi- ficacién de lo moral con lo “social”. Para Durkheim, la sociedad exa la fuente de Ja moralidad, y ocupaba el lugar que el deber tenia en la concepcién kantiana de la moral, Sapuestamente, la sociedad puede ofrecemos una idea més elevada de noso- ‘oS mismos, una via de escape a las demandas de una naturaleza egofstas pero esto significa poner la moralidad esencialmente afeera del individuo ¥y, en cierta medida, dada por la sociedad. La moralidad se exteriorize como una cuestién de sanciones y normas conforme se pierde el contacto con el reconocimiento dela interoridad que ain formaba parte de la concepcién protestante kantiana, Segin Kant, la moralidad tenia que ver con la key moral y.si ésta se mantenia ‘como algo esencialmente externo, era-a través de la interioridad de Ja razn como supuestamentellegban cer los deberes que nos imponfa.® En la concepeidn oncles, a las que se ‘Sauna a Duin sm comes indy au perce Ch 197 Lake 1980 Tren 98, Ne 96 eT » Seidler 1986 oftece wna intsoduccin a la ériea de Kant que explic algunas de sus implicaclon (M4 sco Vee tn Ti Rat Treen 199 p 3-97 7 an Fre Soa ipl E a 26 Lasinsazén marculina ckaneiana de la Iluseracién era importante que la luz interna de la razén nos colocara cen oposicibn a las relaciones tradicionales de poder y autoridad. A medida que nos fugramos alejando de la oscuridad de las relaciones tradicionales aprenderfamos a confiar en la autoridad de nuestra propia raz6n; aprenderiamos a pensar por noso- tros mismos y escarfamos dispuestos ae las autoridades tradicionales de la Iglesia y la aristocracia tenfan que transformarse para escar en coincidencia con la razén. bb Pepe e eral MMaene aie que la sociedad tenia que reorganizarse de acuerdo con las exigencias de la razdn. Paradjicamente, también preparé el terreno paca la identifcacin funesta entre raz6n y libertad, como si de alguna manera se pudiera obligar a las personas a ser libres siempre que de algin modo se siga la razén. / Para la Llustracién, la razén siguid siendo un concepto esencial que puso en tela de juicio las relaciones tradicionales de poder y autoridad; ¢ insistié en que la aucoridad tenia que estar dispuesta a justiicase, Habie un impalso democrético que ponia el <énfasis en que las personas eran agentes morales igualmence racionales, pero también habia otra corriente que trataba de legitimar la autoridad de la razén, Esta es la que se relaciona con la autoridad de una “masculinidad racional”, como si los hombres pensaran en fa razén como algo propio y asf legitimaran la organizacidn de la vida privada y publica a su propia imagen. En parte, en esca resuena la falta de inceriori- dad y de vida incerior que caracesza las formas dominantes de la masculinidad, Parece come si los hombres hubiesen aprendido a usar la raz6n para definir qué ‘es lo mejor tanto para ellos como para los demas. Los hombres solemos tomar como misién particular averiguar qué es lo mejor. Ya que hablamos con la autoridad de la razén, es facil iciar a Jos demas. Como hombres, aprendemos a establecer los crite- »-rfos segyin los cuales otros pueden hablar. Asi, para Kant, era sélo en relacién con el “Vhomlbre como supuestamence la mujer podia escapar s su naruralea y busenr la ula ‘Ae Ia tardn, La suroridad de la razén estaba claramente vinculada con la auroridad patriarcal del hombre. Las mujeres y los nifios tenfan que existir en funcién de los hombres, no como personas por derecho propio. En la medida en que el concepto ea sees eearnntano tocense ain es EE ibealey deerad ¢ ee dad, estas concepciones siguen obedeciendo a los criteris impuestos por los hom- bres. Eso explica en parte por qué la teria ferinistafinalmente tuvo que cuestionar las concepciones liberales de los derechos como expresién idénea de la libertad y la igualdad.' E] movimiento de liberacidn de Ja mujer aprendié a hablar de opresién y “liberacién como una manera de establecer sus propias bases para [a participacién en, el mundo piiblico de los hombres. ~Plancear un anilisis de la razén en tétminos definidos por al género puede con- tribute a enfocar de qué manera el concepto de razén de la llustracidn fue decisivo y emo no lo fue, Ensefié a los hombres a confar en su propio razonamiento, pero all “Ais frinas dex concen liberi de libra, igulda y derechoe a eploren con provecho en Moller Okin 1981, Kennedy y Merdas 1957, Jag 1983, Geis 1986 y Ekin 1981 Masculinidad, modernidad y teorfascial 27 mismo tiempo mostré que las respuestas se encontrarfan en ua terreno aparte y aude nomo, que Aer make Kant queda claro que por medio de la raz6n y de la voluntad pura podemos aprender a actuar de acuerdo con la ley moral. Incluso si se trata de una ley que supuestamente nos damos 2 nosotros misinos, éta ex pendientemente de nuestra vida social cotidiana, / Esto ere importante para Kant, a quien le inceresaba poner en duda el ernpirismo cde Hume, en particular Ia idea de que la moralidad es relativa a la ley y las costum= bres de cada sociedad. Kane queria cuestionar el relativismo que poco antes se habla convertido en el sentido comiin de las ciencias humanas. Segin Kant, esto equivale a reducir los poderes de la razén y hacerlos relativos 2 una sociedad o una cultura particalares, Para Kant era fundamental que la razén proveyera un rasgo exicrno ¢ independiente desde el cual sc pudieran evaluar costumbres y leyes particulares: Ja razén iba a convertirse en soberana. 5 hemos aprendido a identificar la modernidad con la soberania de la razén en las discusiones recientes en torno a los rasgos de la posmodernidad, renemos que set cautos al dscernir ls virtudes del reto de Kane a un reativismo que se ha yueho dematiado comiin. Si queremos huir de los criterios de discusién tal como fueron establecidos por la Hustracidn, a saber, entre un objetivismo racionalista por una parte, y un relativismo pluralista por la otra, entonces tenemos que cxaminar con, mas cuidado las maneras como fue conceptuada la raxéin, Esto cucstiona los crieerios segein los cuales se plancean los andliss sobre Iz modernidad y la posmodernidad.? in lugar de centrarnos en la distincién encre una concepcién cartesiana unifica- dda dela razSn y una visién plutalista fragmentada de razones y recionalidades divere ss, hemos emperado a investigar algunas de ls implicaciones de la ran6n establecida Grcontapodti ala nasal lo planiea de inmediar a eb ‘cuestiones del género y In etniidad, porque reconoce cmo las mujeres, los ness, los judios, los ae y las lablatat ivabaa exclulos rodoe de maa rente, del circulo magico de la humanidad; se consideraba que estaban mis cereanos la maturaleza, Si acaso tenfan alguna voz, no era una vor que se pudiera off en el ambito de la razén.* / ‘Ahora bien, antes de explorar estas cuestiones es importante reconocer el papel que ha desempefiado la sociologta, sobre todo en sus versiones positivists, al acallar a vor critica de la razén. Aun cuando fuera una vox masculina, podia ser criti¢ay ‘como Jo fue por ejemplo en la respuesta de Hegel a la Ilustracién, Hegel se neg a 1 Se pucden encom ude inwoucvn lesen oro ls dcinions ene mode pounolerin en Fores 96, ysen 1986, Basan 199 y 19 Lb 1990 Bern 1983 "En Te tpt nf Suni 0), ro sa gal cacti Jean eetidaly pn leo een ener desi, ee SOOT SSILGIe eel tte blair cme ee Mena popan Vn nie Gifin 180 —donde eater alg elle ‘sm i" (ut de gies yea pra cen dello de arvres eigy depes YM 71950 Jn 1980 Par 1974 La sinrann mascalina egitimar las relaciones sociales existences como “racionales” porque eran “reales”. En ina cultura postivista estamos tan acostumbrados a tldar de romdnticos y sofedo- cs a los que estén dispuestos a imaginar una realidad diferente 0 a vivir relaciones iferentes con los demés, que puede resular dificil escuchar lo que Hegel dice. ‘Hegel insiste en que no tenemos que confinar nuestro pensamiento a lo que xiste, y de este modo permite que la razén quede fijada por realidades cxissentes. ‘enemos que estar dispucstos 2 reconocer la irtacionalidad de las relaciones existen- cs de manera que éstas tienen que ser negadas si se quiere hacerlas “racionales”, Asi cr ejemplo, no hay manera de justifica la escavitud,y el hecho de que exista como astitucidn no la vuelve racional, Tal como Simone Weil penseba al respecto, la opre- in es una negacién de la dignidad humana; es bastante ersbneo decie que es relativa las costumbres y pricticas de una sociedad. Esto es lo que la remonta 2 Kant; ambién es lo que hace que Aristételes, quien pensaba que se podifa defender le escla- itud, sea tan objerable para ella.” Hegel se inclinaba @ pensar que la gente lucharéa contra las condiciones de ex- lotacida y opresién, que desafiaria instituciones y relaciones que negaran su huma- idad. Esta era la fuente dela dialéctica histérica para Hegel, pues significaba que la ente negatfa sus condiciones hasta que finalmente se cransformaran en la expresiin e sti humanidad, Esto es lo que permite a Hegel pensar en la historia como una icha por la libertad y la justicia. El creia que el proceso histérico constituia una orma de sujeto histérico cuyo cometido era establecer un régimen de razdn y liber- id a medida que se realizaba, Lo anterior concribuy6 a que Marx pensaca en el proleratiado como sujeto hist6- co; Marx, como la Tustracibn, también crea en la idea de la ez y el progreso, tal omo fue transformada por Heegel en una visién histérica. En este sentido, el marxis- 20 coincidia con el liberalismo en su confianza en el eardeter progresista del proceso trico. Aunque ambos tuvieron ka herencia de la Tustracién, ha sido dificil discer- irestainfluencia en la obra de Marx, pues si bien compartia sus aspiraciones univer. les sus suefios de emancipacién, también se opuso a mucho de lo que la Tusa ién representaba La crisis de Ia modernidad se caracteriza, en parte, por la pérdida de confianza n esta visidn del progreso y en los términos universales en los que se expres6, En sus iferentes versiones, estos suefios parecen ya no eonvencernos del todo, Si hemos stocedido hasta la Llustracién, no es ni a su confianza histérica ni a su fe en el rogreso, sino a su escepticismo, Cada ver desconfiamos mis de sus grandes preten- 2 Bans que hac Simone Wel de a prey ln digidad os no dls temas de Blum y Seidler 1984, ps 45 Vane en pric slguns de rime omadacones de Wells ea cuesonezen Weil 197R, cs au cao posters “Human Petonaly” (We 1962), Hebert Marcuse explors algunos de eos tease ron de ua radii de rot rica (L986 tse unninerpieacin lo dee de Hegel Tl 1978 yen veri seins: Hegel onl Modern rey 11929), ‘ “| Masculinidad, modernided y eorfasocial 29 siones y hasta de sus promesas de tansformar la vida. Ene sentimiento tiene races especialmente profundas en Europa oriental y central, Vaclay Havel en “An Anatomy of Reticence” habla del torr as mites a odo lo exagsads, csi, rico, patio o exesinamente eo Gees imepanble de nase cine eps (-) Prece que ene contra de Fun Shea Toa lemme ene ura manta paclarmente tensa de mec con lo me Simca, Pare qu psa la nein van, ene sen Toman lige, logue coe « mura preoepaconc y action precise (Shi xc de ered samara, Noe oe Fane Kala ina dele tres mee ‘San y mds tigjene dee sig al ise emp, an humor! [Fave 1947, p18 Havel reconocia que “el entusiasmo emocional y el utopismo racionalista suclen set dos cares de la misina moneda” (1987, p. 181]. Simone Weil se habria identficado con ese sentir, aunque también podia set muy seria y podia parecerle dificil expresar sus preocupaciones en alga tipo de perspectiva; pero su escepticismo sobre la histox tia y el progreso hace que su vor sea sumamente pertinente, aun cuando todavia no se la ha escuchado lo suficiente. Difiere de Foucault y del postestructuralismo en It intensidad de su concepeién moral ‘Well no acepta cl relativismo moral ni las ideas de que la moralidad es un efeceo de discarso, que se expresan conrinuamente en términos diferentes. Este tipo de telatiyismo hace imposible que se rechace el fascismo de manera inequtvoca. Ella ‘misina -endié a tomar una posicién absolutista: adopté un lenguaje religioso y s° identified cada vez més con un Ambito de absolutos morales. En sus iltimos esctitos ctstianos destaca la importancia de que la verdad, la bondad y la belleza existieran fuera de la historia. Desconfié de cualquier sociologia positivista que excluyera una discusién de los valores, y nos ayuda a reconocer que parte del dao de la herencia ds la Tlustracin fue la maneza en que ésta separé cl conocimiento y la moral, los hechos y los va ores, a cienciay las humanidades. Para ella, se rataba de un punto debill en tuna tradicidn humanist. Sus scritos ofrecen muchos aspeceos de interés para que nes desean explorar maneras de volver a.conectat la moral con la teorfa social, auni= {que rechacemos algunas de las posiciones a las que a fin de cuentas legs. Simone Weil reconocié las consecuencias trigicas que implicaba la divisién tre las cienciss las humanidades"' La Thistraciin estaba moldeada por esta oposi- cién dererminante, que formaba parte integral de la herencia cartesiana, aunque sts ® Sone nnn ena ana on iid ae cx Th ed or ov We 1988, tm ingetnte pan lic nai eo gue be alia Sse Roecea pense ico pe tac loque hac que ction dlc desta: Al mimo en, race puso sui el temas eae a ues deve si cone alone dea Rela Hana RE tice de Wl wn stra npn pa meer pos Wel contbye poet en Judas mata eee eden cone a mole ys oom 30 La sineszdn maseulina Jimplicaiones pra tora scl y poltica siguen ineplorads, El mundo natura sEaapabs como un mundo de furs eis por yes pclae ge pole dese: mando empirio dele ceca eal mun de ls de libertad y la einen Devro del mc asin, nate al dale de consi ‘camo alg oginic y vivo, para converse en algo muenoy sla extent ens ew eit ls rx, Ia cenia lg disci ls lye de la naturales, Con ‘eaten dt edi ura isquts eljos, pcr anno cnc scene tuna prfctcalaica que intentaba susttur las explcaciones trascendenvele ner capicacions bazaar en ls cuss natures Feo tabi Ine desone er ln, lutiones cients del siglo xt hayan concebido la cenca como una prdctica ‘masculinista, como parte del desarrollo de una nueva flosofla masculina tl cane Francis Bacon lo penta a inca debla ser una actividad objeia que nc tra on lye imparcias, Ax como las emecionesy lor senimienton no debian Soumoveal hombre en su aon, anpoc ala cen que eat ced (Con Descartes tenemos una concepeién mec concepcién mecanicista del univeso en la que sito fez cuna lo ques aly obj, 51 Wal ene rn, ee sign entre la vsién de la ciencia conectada com habilidades manvales que Decry shes logue leg sconce dl carsanino, que tenes lone umn profndseinslabe ence el wabjo menial y in” Bl teanismo reprsen: taba Ja distincign categorica entre mente y materia que tanto ba pene ea leone zacién dence posturassobe la mode nos dejScom una conezpcin dla dla persona que estaba atrapada ene las determinsiones del mundo fico, en maida en que somes sees fico, yel mundo mental en el qu podemos sri y Lo anterior se refejarn en la division preval waa hisiba prevaleciente entre las cencias y las huma- nia by om consi pede tie, Mae ene mcurleza interior como del mundo natural en el que vivimos. En gran piven Bis bs condiciones par mest yadiciones de wore seal ite a bea en buena medida exprsin dels tensiones de un aed suum medi cxrin dis esore dean tn lstada dela oad Leaps qu en Simene Weide Desc que vas Descartes, que fc su tema de tess encuentta ca Meh one en tela de juicia| a nh i nos ipi e u e nara Das ie! ke als teed Dewar 97 Key Sy Wil 4 " ‘Msculinidad, modernidad y teorta socil SI RAZON YNATURALEZA Descartes sentd las bases para la oposici6n entre razén y nacuraleza. Asi como la mente x¢contrapuso a a materia, la razbn se contrapuso a la naturalezay era median- te la razén como podiamos liberamos de las dererminaciones de la naturaleza, Cuan cdo Descattes dice cagito, ergo sum, pone cl énfasisen el pensamiento como gaeana dela existencia. Es como si slo pudiéramos cxistic como individuos en la medida en ‘que aprendemos 2 pensar por nosotros mismos. Peco nuestro pensamiento esté esencialmente descorporalizado y desconectado de puesta vida emocional, la cual tiene su fandamento en la vida del cuerpo, pues nuestro cuerpo es parte de la navuraleza, Estamos destinados a una relaci6n-exeeieni- zada con nuesttos cuerpos porque ést0s no pueden tener conexién con nuestra iden~ tidad de seres racionaes. Pero esta visién de! ser racional tambign ha sido decsiva en la formacién de las concepeiones modernistas de la masculinidad, Son los hombres quienes han aprendido a reclamar que la raz6n es suya. En el esquuema cartesano no hay mucha cabidla para lo social, Fue Kant quien cexplicé que en tanto sexes racionales podiamos vivir como agentes morales, Recono- id que vivimos en mundas diferentes y, en la medida en que somos sexes empiricos, nuestra conducta no es libre y esta determinada. Pero en la medida en que podemos susttaernos y elevarnos por encima de nuestra natucaleza animal, en est medida po- demos ser libres y autodecerminemnos. Es en tanto que seres inteligibles como pode- mos ser agentes morales. Estavisign de la libertad y la moral estableci las bases tanto para Durkheim como para Weber, aunque de diferentes maneras. Las primeras obras de Durkheim plantean tuna visién posicivista en la que aprendemos a tratar los hechos sociales como cosas Y at explorar las formas en que la conducta de las personas esté regida por leyes sociales, Al contiaponerse al psicologismo, esta postura pone en duda las explicaciones que de ‘otro modo los individuos podrian dar de su conducta en té:minos de intenciones y totivos; pero sitia la moralidad mds ali del lcance del individuo para identficasla con los derechos y ls obligaciones que la sociedad extablece. Si nuestas obligaciones y nuestros deberes cambian, sto obedece en gran parte ala divisidn del erabajo. Son las condiciones contractuales de una solidatidad orgénica las que enfocan con mayor claridad las operaciones de la razén en el tetreno socal, Duukheim hereda la atitud despectiva de Kant hacia lo natural. Si se dejara que la gentese las acreglara por sf misma, seguiria simplemente sus intereses egoistas; es lt sociedad la que ofrece alos individvos una visién mas elevada de ellos mismos. Por 50 es importante cucstionar las hipétessliberales que contrapondfan la individit= lidad a ls reglas y sanciones de la sociedad, ‘Mii bien, como lo pone en claro Durkheim, la sociedad cs la que hace posible tuna forma mas elaborada y desarrollada de individualidad. Durkheim sesponde de ht siguiente manera al intento de M. Brunschwig de definir el progreso de la civilians 32 La Sneandn masculina cin en funcién de as libertades individuales qu “ enc func ds ibertades indviduses que se pueden cere “concralaextu- 1Los derechos y iberrades del individuo mo son como tl Anaad In consteucign er tga dl cul balls ives sardcer ha sido superpucsto por la ha hecho del hombre algo ree sco Nia Tabara tay sitchen examen ad ec b erulncan rial aie santa as nal uu haconapalod nds ee i Laemcpas prgesiaclindtidee rene Bin nan cl vinclo soci Elindbdue nosestbe soncibe y lo quiere de otro modo distinto ieee ae ae ea co dino luc loconciaana unkioa Doe a Mediante la sociedad, los individ “den ¢s it pao | los individuos pueden escapar de las determinaciones de i leza. Porque, como dijo Durkheim: “Es a la sociedad a la que le debemos ig imped ae las cos sas parte de nuestro dominio, Es la sociedad 4 que nos libera de la naturaleza” [Durkheim 1951, p. 203 (1974, )). De m que hay que defnis a sociedad en oposicign ala naman YP 2)" De modo Neo resulta ligico, por lo tanto, que nos la fowotosy del cual procedeimos? En consecuencis, se expicaquc cuando Ie soiedad not redama cos saris, aq o grandes, que constuyen la rama dela vide moral. not nemosrespetuosos ane ella (Durkheim 1951, p, 203 (1974, p. 73) presentemas como un ser psiquico superior « ston sca exigedftentsscificios de fs hombres y de Is mujete, as se Fenemos que aprender a cxaragradecidos por ls cargas parculares que sopor, Imes, En exe context, diel deaf lo cletvo, pon su “aordad mon tuna realidad psiquica, una conciencia mis clevada y ats ha que la nec io dela cual experinientamos scuibledependenca (Burin 95140909 snuesra indiseuible dependencia [Durkheim (1974, p. 73)). Se trata de una versién laica Santi eigen sian sieda la fuente de aucoridad en lo colectiva, ms alld de nuestro ser individuals CE] sreyente se inclina ante Dios, porque es de Dios de donde cre le viene su snc cialmene su ser mental, ala, Nosotros tenemos las misma rzones para espe Ientareste sentimiento con respecto la colecividad” im 1951, pels par pecto ala colectividad” [Durkheim 1951, p-203 Esto contribuye a explicar por qué para Durkheim “el : para Durkheim “el individuo se sometea la foci yea sumisin ls condi de sues”, Hleapioe ean ron ero Acres sus props visions de sutoridad, porque a Hbertad se conclbe amo Reulado de una lucha inerminable contra a natrler de modo que ss maging qe la mujer exté ms ceca dea naturale, enances, como lo panteé Kant ders Fhe ncn, seen ene ptdntes rte wheres pte pnd las pina lcci en ingéque cha " " Masculinidad, modemnidad y ceorfasocial 35 de de la mujer someterse de manera similar ala autoridad del hombre como condi- cidn para su “liberacibn”. Duscheim acata ticitamente la concepcién masculinista dela libertad como resultado de una lucha contra Ia naturaleza; busca en la sociedad liberacién y proteccién contra ls fuerzas dela nacuraleza. Invocando imégenes forja- das en ia Tlustracién y conocidas para Kane, Durkheim dice que “libertarse e, as para l hombre superar las fueres fsicas que lo dominan, fuerza cegas eirracionales; pero ne puede alcanzar tal iberacién sine opaniendo a esas fuerzas ura gran poten cia intelectual y quedando luego a su amparo” [Durkheim 1951, p. 201-202 (1974, p72). ‘Cuando estas imigenes se exteriorizan, se aplican con facilidad a la amenaza que planeeaa las mujeres ala autoridad de los hombres. Forma parte de la gran cadena del ser que el hombre aprenda a ejercerautoridad en relacién con la mujer que, por f estar mis cerea de la nacuralera, estd ms somerida a sus “fuerzasflsicas [.} fueraas ciegas ¢ inracionales’. Ast como el hombee se ha de someter a la aucoridad.de la © sociedad, la mujer tiene que aceptar Ia autoridad del hombre. Como dentro de este squema supuestamente todos estamos subordinados —cada quien de manera dite tinta—, no hay casi nada que objetar en cuanto a igualdad. Como dice Durkheim: “Colecindose e! hombre, pues, al abrigo de la sociedad, se pone en cierta medida bajo su dependencia, pero esta dependencis s liberadora, No hay en ello contadie- cidn alguna” [Durkcheim 1951, p. 202 (1974, p.72)}. Slo si somos ciegos a la sabi- Guia de lo colectivo, podemos supuestamente discemnir algo objetable cn ello, Durkheim se sina en contra de una forma parcicular de individualismo liberal confia en que la sociedad “es a un tiempo la fuente y a asiento de todos los bienes intelecuales que consticuyen la eivilizacién” [Durkheim 195], p. 203 (1974, p. 73)), y que “x de la sociedad de donde nos viene todo cuanto de mds esencial tiene nuestra ‘ida mental” [Durlhsim 1951, p.203 (1974, p. 73)]. Durkheim da razones en con~ tra de lt opinién de que hay més en fa mente del individuo que en la sociedad més perlecta y compleja al confesat lo siguiente: “en cuanto a mi, es lo contraio preclsa~ mente lo que me parece evidente” (Durkheim 1951, p. 192 (1974, p. 67)]. Bsid convencido de que “el conjunto de bienes intelectuales y morales que constituye la civilizacién en cada momento de la historia tiene por asiento la conciencia de 1a colectividad y no la del individuo” [Durkheim 1951, p. 192 (1974, p. 67)] Se tata de una idea crucial que ha contribuido a formar fa teorfa estructualis cen manos tan diversas como las de Althusser, Lacan y Lévi-Strauss." Nos abre los ‘ojos sobre la importancia de las estructuras del lenguaje, el mito y las costumbres, las que nacen los individuos y que coadyuvan a organizar sus subjetividades. Nos ‘enseia una humildad particular ante ess estructuras a medida que aprendemos & valorarhasta qué punto ayudan a formar y organizar nuestra individualidad y nue tra experiencia, Las ideas de Durkheim siguen siendo una fuente de inspiraciin © ee as nreduciones seal ermal conse rancid poner Mark Poser 1575, Desombes 180, Jamison 1972, Havas 1877, Surock 1975, enton 1988 Ea ; 34 Lasinrazdn masculina aside ara el “colectvsma™ implicto que ha sido el fandamento de a wai Ta tradicién racionalsta de la Thusracién que contrapone categéricamente la ‘arin I aturalera es sostenida por una main eatururla Funcene gar definic la cultura en oposicién fundamental a la naturale, pues mientras que la naturaleza es esencialmente algo dado y ahistérico, la culeara se concibe en buena ‘medida como un fendmeno lingistico, Hemos aprendido a pensar en la razén como tana facultad auténoma, como fa cualidad que nos separa de los animales y. de esa manera, define nuestra humanidad. En la teorfa social del siglo xx, en gran parte dlebido a la influencia de Jakobson y Saussure, hemos apfendido a pensat en el len. Buaje en estos términos auténomos. Pero el lenguaje no simplemente ha ocupado el espacio que fue definido para la zaa6n, pues tambicn est clato que si bien aprendemos a pensar en la razdn como una facultad individual que permite alos individuos definir su individualidad al apren- der a pensar por s! mismos, también aprendemos a tratar el enguaje como un recur, $0 colectivo que ayuda a formar y articular nuestra experiencia y nuestras identidades 4 través de las categorfas que nos brinds. H lenguaje se a desplazado a una posiciin de prioridad, pues se ha aceptado que Jos signos que nos brinda el lenguaje son los férminos en los que se clasifica el mundo social. Como se supone que la naturaleza es algo dado, las mancras en que estd ordenada nos as proporciona el lenguaje. Si bien cas pinion se puede ientficar con Durkcim y aust, fe cuestionada funda mentalmente por Wiugenscein en sus ultimas obras, pues, como seguitemos explo. tando, propone una rlacin diferente entre el lenguajey la experiencia, Durkheim ha sido importante para quitare énfisis a una concepeién de la razén propia dela lastacin. Hl pone en cle lo siguiente: Exel reing worl como cy coos las tos eines de a atrale lab del invidua no tiene pivilepos en tanco que rain del individuo, La soa tan por la cual es posible ee smamente reividicar en cualquier parce el derecho a intervenicy'a elevarse porencima dela reldad moral hire, con mis reformat, noes mi ran na vaca sin la raz tumana, impersonal, ran que no se verifia veraderamente sino en eleampo de a ciencla [Durkheim 1951, p. 189 (1974, p. 65) a indo Kant habla de una facultad de la razén, no se refiere a “mi razén o la ‘ues’ sino a una coneepcién universal de la razén que contrasta con mis intereses egolstas privados. Pero Kant ain quertia habla de larazén como una facultad moral Y.ssto esa lo que Durkheim se opone porque lo coniidera una forma de apriorismo, Como Durkh apie f Sis tds por oh ge rad por msc neal inet, nid suorth en eyas concone lead pods debe poeta eure tel prea ar Isto eels mont de hai enone ans jue ee apna er a ascii abi contac po eda os hathor conocido COundene 195, (1974, p 6) . pa os Masculinidad, mocernidad y eortasocial 35 1 este aspecto, Durkheim se opone a la ilosofia moral de Kant." EI reconoce «ie “la ambici6n de los fildsofos ha sido, bien por el contrari, construr una moral tnuevn” [Durkheim 1951, p. 207 (1974 p. 75)] y “nunca esta especulacisn ha tenido por ebjeto traducirfilmente, sin agregarle ni quitarle nada, una realidad moral de« veernnada” [Durkheim 1951, p. 206 (1974, p. 75]. En lo que se refiere a Durkheim, «llo: nos ensefan lo que pasa en la mente piblica de una époce en particular y por lo tanto dan raaén de ella’: pero, por otra parte, Durkheim reconoce “que existe y que ha de existr siempre una realidad moral fuera de las conciencias de los fildsofos «jue aatan de explicarl” [Durkheim 1951, p. 208 (1974, p. 76)]. El admite lo si ootros cod pacticamos esa moral sin cuidamosen Jo minim aceca de las rzanes que an fos filésofes para jst, La prueba ert en la scuacdn cetamente embaroat «nese nos creara bien a menudo s s¢ nos pidiese una racionaly sida justiicacin de a rormas morals que przticamos [Durkbeim 1931, p. 209 (1974, p. 77 Tero, asu manera, esto significa resting los téminas dela critica moral, Refverza un 1éimen de obediencia y subordinacién, si bien no ala manera que adopta hoy la sociedad, sal menos alo que esté empezando a ser. Esto deerumba cualquier sentido manxista de que la sociedad podria estar organizada en interés de los que son ricos y poderosos, y que las concepciones morales legitiman en gran parte ese poder, Tami- rinimiza el grado en que se puede reconecer que la sociedad funciona en inte- 1 de los hombres, reforzando la subordinacidn de las mujeres. Su racionalismo implttco tiende 2 fomentar la idea de que las normas de la sociedad estén de alguna manera organizadas en torno alos inteteses més elevados de todos. Esto corrobora cl universlismo de la Tastracién que defiende una concepeida uunificada de la “sociedad. $i hay incresessectoiales, é5t0s son “Funcionales” dentro deste todo. De modo que si de alguna manera se puede mostrar que las desigualda~ des sen en interés de todos, se las puede legiimar. Esto se contiapone a una visién due dice que la sociedad podria ser juzgada a tavés de las formas que tine de concee= der dignidad y respeto a sus ciudadanos menos favorecidos, como los ancianos, los enfermos o los que padccen trastornos mentales, Porque esto significa centeatse et It calidad de vida de los individuos de una manera que llega set excrafameate inad- ‘misible. El centro de arcneién de esas formas racionalistas de la ceorfa social etd en ‘otra patte, en la orgenizacién racional del todo que se considera interés exclusivo de la razin, Ln punto débil que surge del racionalismo holstico de Durkheim es Ia dificl- tad que crea para cvaluar la calidad de las vidas individuales. Es como si $6 108 ptivata de los eriterios para evaluar formas particulares de relaciones socials y petioe ay lgno sists abel li de Din con Kut res wo vid drier vs gor cep Les 98, Wel om) 96, Bla 986 7 36 Lasinraxén masculine nales, Lo que a Kant fe importa es la valia moral que el individuo puede adquitie si actia de acuerdo con Ia ley moral; sin embargo, este sentido de la vida moral no ‘existe para Durkheim, aunque ambos se basan en una distinciSn tajante entre azn y naturaleza, Kant y Durkheim adopran una estructura de la teorla moral que esté limvitada or una distincién entre egoismo y altruismo, y ambos suponen que silos individuos Siguieran sus inclinaciones y deseos se verfan irremediablemente arrastrados al egols- mo, Sila ley moral exé ahi para redimir a los individuos de una nacuraleza ego's, de la misma manera la sociedad representa, segiin Durkheim, una vie para que los individuos escapen de las exigencias desu nacuralea. Para ambos, estéen su lugar la negacin protestante del desco natural por considerarlo algo intxinsecaments posta ¢ interesazo, Conforme creccmos, tenemos que a aprender a mirar mAs alld de noso~ ‘ras mismos para despreciar nuestra naturaleza. Es asombroso cémo la teoria social ha permanecido leal a estas suposiciones protestantes, hasa tal punto que mucho de lo que se dice recientemente del desco cn 4a teoria postestructuralista puede resular vaco y rewrico, Esto no ¢s muy sorpren- dente pues, a menos que estemos dispuestos a enfientar esas esttucturas protestantes de negacién, es dificil hablar significativamente de deseo, y menos ain de amor, Solemos quedar atrapados en una oposicién estructuralista enere una vision esencialista de a naturaleza humana y una idea de que la experiencia, como la individualidad, tienen que verse por ello como “algo sociale histdricamente construida’, Esco vuelve dificil explorar los procesos técivos de esas hipdtesis protestantes en. tuna supuesta cultura moral secular Enfrentamos un dilera eacfanalsta, el cual, pa- radéjicamente, nos deja a una distancia considerable del yo; nos deja afuera y aleja- dos de nosotros mismos, incapaces de dar el primer paso hacia un contacto més pleno con nosotros mismos. Nos quedamos con el rono huieeo de los diseusos que hasta cierto punco se sypone que son capaces de liberar nucstrasidentidades en todas sus complejidades viva. Estas son expresiones diferentes dela distincién predomtinante de la Tlustraciga entre main y navuraleza, porque como la naturalera es algo dado, la forma que adop~ @ Ia proporcionan las categorfas de la mente. Nuestras emociones, nuestros senti- mientos y deseos, como parte de una natutalezairredenta, aprenden a guardar slen- cio. Quedan denigrados como fuentes de conocimiento o como maneras de desarcollar tun contacto mas pleno con nosottos mismo. Porque como seres racionales aprendemos que sélo podemas conacernos a tra- vés de la razén y que la razén cs la tinica via que puede orientar nuestras vidas, Aprendemos a silenciar nuestra naturaleza y asf cambién nos volvemos sordos a los igfitos de otros: aprendemos a tratarlos como “emocionales” o “subjetivos*. El vincu- lo entre racionalismo y las concepciones protestantes de la naturaleza humana sigue siendo parte de las estructuras més profundas de las teor(as sociales que, como las de Durkheim y Weber, encuentran inspiracién particular en Kant. Macculinidad, modernidad y teoriasocial 57 lengracin de ls naturaleza va ala par con Ia denigracién de la mujera quien Fs Ase mis cercana a a natura. También se conecta con la denigracién de nuesita vida emocional intima, que no se trata propiamente como fuente de conoci- miento, Mucho de esto se ha dejado implicito en las dualidades —por ejemplo, entre al holism y el individualismo, la estructura y la accién, el significado y la causi— ‘que han dominado las formas contemporineas dela seorta soa 4 Enon significa que los dives rts del seo fein as icone del positivism, el marxismo y la fenomenclogia hayan sido ampliamence desatendi- dos porque no eros legado a apreiar el nivel ene que fancionan, No se wala simplemente de que las teorias sociales hayan tendido a esclarecer la experiencia de los homes no lade tues tno que bien han servido para legiimar una tel aperon dete dca fos de cork enna bn cen supuesto Fandamenales qu han estructura una moderna que, en buena me ica, s ba configura sobre ls bases provisas ora Ihsan. Al pone en dda Ia distincén convencional que hacemos entre raz6n y emocién, ha subvertido la idea dele aroma que ha sd a imagen rectors d denial personal Ha funciona cdo pata rehabilitar diferentes formas de conocimiento, y con ello ha puesto en tela de inicio los métodos tanto positivistas como interprecativos. vee tl ha arid pa lndea ta parcliad cl conocinicmo tancas son desfavorables pasa ell. Dero los nifos de clase obscra que van a cscucls donde asisten nifios con mas recursos también se pueden sentir desconcertados por cier> sentido de la diferencia que munea llega desaparecer. Es como si no encajara en exe medio, por més que lo intenten. Bs posible que terminen sintiéndose ineptos y aisados, incapaces de explicarse por que sus familias viven en casas tan pobres ¥ ef condiciones tan precarias. Gramsci cree que de esta experiencia de diferencia puede surgir una idea de la coneiencia de case.” En una ética de mercado, a pobrena est vinculada a cierto sentido del fracaso, de modo que los nifos a veces aprende & sentie vergiienza de sus padres, y buscan el éxito del que parece que se es ha prvado, Este sentimiento de verguenza y de ineptitud parece existr como una sonia de la optesidn, Gramsci, al igual que Simone Weil, reconocié lo importante cue en Ja gente sentir respeto por si misma; si debfa aprender “quign” eray ten{a que {peetder de nde prowele, Deets mane, ener una ea de hi 2 deus de "Grama habla ob cme puede ug cats emia cel nace de ae al Aiereaciaeo The Prion Notebook, "The Seudy of iosophy [Grane 1971, pp. 323

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