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486 "TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 1961. Iilanes Fernander, Javier: El Derecho del Mar y sus pro- blemas actuales, Buenos Aires 1974. Sosa, Félix Augusto: “El La extensién del Mar territorial se precisa mediante el limite imerior y el limite exterior. Para fijar cual sea el Iimite interior se Ullizan G9 principales sistemas, que son: uno el de la linea de la mis baja marea, o sea desde los jugares que, al retirar el mar sus aguas, quedan al descubierto. El otro sistema es el de las /ineas rec- tas de base, por el cual se toman puntos apropiados de Ja mis baja ‘area y se Jos une por lineas imaginarias rectas, Para fijar el imite exterior se utilizan también dos métodos: el de Jas Iineas paralelas, © sea aquella linea cada uno de cuyos puntos dista del punto més 564 Colon Ob. cada 86 punto 142 reconce ac derechos js ‘oie naes, plc anal aise, derechos pesto, een LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 473 pr6ximo de la linea de base, una distancia igual ale anchura del mar territorial; y el del trazado de arcos de circulo, tomando puntos sa- lientes de la costa como centro del trazado legando la circunferen- ide se extienda el radio del circulo. cia hasta donde se extienda el radio CACO ‘Siel Mar territorial asegura la defensa de la tierra, es I6gico que el Estado fije Ia extensién del Mar territorial. Ast lo hace ver la Corte Internacional de Justicia, en el caso de las Pesquerias en- tre Gran Bretafia y Noruega, afirmando que este tiltimo pais tenfa Derecho de aplicar su propio sistema de fijacién de las lineas de base para determinar el ancho de su Mar Territorial. La Conven- cidn de Ginebra de 1958 sobre Mar territorial y Zona contigua establecfaen su art. 1°, inciso 1° que “Ia soberanfa de un Estado se extiende, fuera de su territorio y de sus aguas interiores, a una zona de mar adyacente a sus costas, designada con el nombre de mat territorial”. Y por el inciso 2° se extendia tal dominio al espa- cio aéreo suprayacente al mar territorial y también se extendfa di- cho dominio al lecho y subsuelo de dicho mar. Adviértase que, si la Convencién Internacional reconoce al Estado soberanfa sobre el mar territorial y no fija su extensi6n, es implicito que atribuye su fijaci6n al propio Estado, pues de lo contrario estarfa recono- ciendo un Derecho sin que pudiera ejercerse, lo cual es una mane- rade negarlo, ‘La Convencién vigente de Montego Bay 1982 reconoce Derecho del Estado (art. 3) aunque le impone severa limitacién: 12 millascomo méximo. Los Estados fueron adoptando distintas extensiones para st Mar territorial. Asf, para el afio 1978, 27 Estados lo determinaban centres millas marinas, entre los que se destacaban los dos Estados alemanes anteriores a su unificacién, Estados Unidos, Inglaterra, y Polonia, Habia 60 Estados que lo fijaron en doce millas, entre ‘otros Unién Soviética, Espafia, México, Arabia Saudita y Francia. Doce Estados lo tenian fijado en doscientos millas, como Argenti- na, Brasil, Uruguay, Ecuador y Panamé, Noruega lo habia fijado 474 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO sinea, Bissau y Senegal, en ciento cin- llas siempre marinas. Es indudable que la diversidad de ae de los mares territoriales creaba dificultades internacio- rules, pero lampoco puede negarse que no hay ds costes iguaes i los iguales. En ese sentido la Convencién de Montego ly acierta al reconocer a los Estados e] Derecho de fijar la exten- sin del Mar territorial, imponiendo un parar mares territoriales dé doscientas o ciento cincuenta millas qué; por imperio de la Convencion, deben bajar a menos de un diéz por ciento. Es indudat és de Tas grandes poteiicias por reducir el] mar territorial, porque ello agranda Alta Mar y las idades de explotacién de esos Estados duefios de una supe- et }ecnologfa e industria, Un criterio racional hubiese sido no far més all de un cincuenta por ciento, la anchura més amplia e es la de doscientas millas, por lo que la extensi6n del mar terri- torial hubiese quedado con el limite maximo de cien millas mari- nas, suficientemente amplio para recoger las necesidades geogra- i y de seguridad variables de los Estados, y suficientemente : a y acotado para evitar cuestiones intemacionales. Pero la ae de Montego Bay opt6 por la extrema reduccién y busc6 ympensar con una extensiGn més amplia para la Zona Econ6mi- ‘a exclusiva, como més adelante veremos, pero no advierte que el lominio del mar pr6ximo no es una cuestién puramente econémi- ca sino también y principalmente politica, de imperio, de mando. a Shs La Linea de base normal establecida por la Conven- je Ginebra 0 sea el limite interior del mar territorial, es 1a misma que en Montego Bay o sea “la Ii i de cows al come agree matcaa en as carn saan sal ala seemnocias oficialmente por el Estado riberefio” (art, 3 Ginebra) ‘Convencién Montego Bay afiade la expresiGn “tal como apare- Los AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 475 ce marcada mediante el signo apropiado en cartas 2 B64 scala pnoeidas oficialmente por el Estado ribereiio” (art. 5 Montee® Bay). Es indudable que se busca una abjetivided que excluyacual- qqier argumento de interés de Jos Estados que sea elusivo para las normas internacionales. Fl limite exterior es la nea paralelao sea, como antes dij- mos y como Io afirma tanto Ginebra (art. 6) como Monteg® Bay (art. 4) aquella linea cada uno de cuyos puntos dista del punto més nea de base, una distancia igual a la anchura del ite exteriot no se modifica en su concepto, ¢ admite situaciones proximo de mar territorial. El porque cambien la linea de base; es ésta la qu excepcionales. 603. La linea de base excepcional (por eso se lama “nor- mat” ala de la mas baja marea) comprende diversas bipotesis*: 2) linea de base recta 0 sea, como antes dijimos, la linea imagina- ria que une los puntos apropiados de la costa en baja mar, en for- art. 7 de Montego Bay establece una regulaci6n bas~ ‘al efecto, -y lo justifica en la existencia de costas on "profundas aberturas y “escotaduras” oen las que haya “una franja de islas a lo largo de la costa situada en su proximidad inmediara”” (art. 7, inc. 1°). Los Estados quedan facultados, aun- que no obligados, a adoptar el método de las ineas de base rect. Sigue gravitando el tema fisico y, casi ‘metafisico, de Ja relacién de la tierra firme y el mar. Los extremos geogréficos denunciados como supuestos para la facultad de adopein de Ta Linea recta de base, implican una presencia intensa de la tierra en el mar, Sea porque aparece emergiendo como islas, sea porque envuelve al Thar como abertura o escotadura, sumando esa presencia de tierra, '565. Moreno Quintana: "Tratado de Derecho Internacional”, obra ctada, puto 51%: A etimitacién por medio de lineas paralelas ala costa fue ceeonocida impract vShie en las cost aceidentadas.. De aba que, ademas de. método cléico det cae se delineas rigurosamente paralels, dos os métodos haya sido utlizades: vat wazado de azeos de circu y el del tazado de ines rectas de base”. a8. “TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLIC a lapropia de la masa firme. b) En el caso de las bahtfas 0 sea “toda escotadura bien determinada cuya penetracién tierra adentro, en relacién con la anchura de su boca, es tal que contiene aguas.cer- cadas por la costa y constitiye algo més que una simple inflexién de ésta” (art. 10, inc. 2, Montego Bay, igual al art. 7, inciso 2 de Ginebra). Pero el texto normativo traduce este concepto en térmi- nos matemiticos, pues si se toma como diémetro una extensién igual a la boca de entrada a la bahfa, la superficie de ésta no debe set inferior ala de un semicfrculo que tenga dicho diémetro. Esto impone que la bahia tenga suficiente profundidad, pues las sim- ples inflexiones de la costa no satisfacen tales extremos. Por otra Parte, el art. 1, inciso 1° de Montego Bay (art. 7, inc. 1 de! Ginebra) regula solamente el caso de bahias cuyas costas pertenecen aun 610 Estado, y su inciso sexto excluye a las bahias historicas 0 sea a la doctrina Drago en la materia, que atribuye la soberanta del Estado adyacente, la totalidad de una bahia, cuando las posea des- de tiempo inmemorial y sean necesarias para su defensa. Tal eral aso del Rio de la Plata cuya soberanfa “in totum” correspondia a Argentina, hasta el Tratado de 1973. Finalmente sobre el tema de Jas bahias, la Convencién Montego Bay precisa en su art. 10, incisos 4 5, que, sila distancia entre los puntos naturales de entrada, de la linea de bajamar de la costa, es superior a 24 millas marinas, puede trazarse una linea de base recta intemnéndose en la bahia hasta encontrar Puntos apropados para una recta de 24 mila marinas, que encierren la mayor superficie de agua que sea posi- ble con una linea de esa longitud: si, por el contro quella dis tanciano excede 24 ‘millas marinas, la linea de base recta uniré los ‘Buntos naturales de entrada de la costa en bajamar. Lo que queda al interior de la nea de base recta en uno y otro caso, interiores*. La razén es bien clara: ‘5 tua juifica que ae clara: el predominio de interiores y, ¢s aguas s tierra sobre aguas internas a la linea de base recta sean Por tanto, bajo pleno dominio del Estado adyacente, 66. Colombos, cada, aticipa ‘ Joao at cpa al slats al pun 197: "Los derechos de ‘ie ue ane yb eta on am Los AaIT0S PARTIOULARES DE DOMINIO’ de base recta serd la linea de base del mar ‘de bahias cuyas costas pertenecen a mas ( ; es patclares, Ia costumbre os principio: ass Conese prc tal exten a la Corte de Tusicia Cen ten El Salvador, Honduras y Nicaragua, la Core de SNC Tet troamericana, en 1917, acept6 la inivisin vi en tas aguas entre os tres Estados, pero no hay que vives ht ANT buy6 a dicho accidente geografico cardcter de bahi. Satie cual como antes viros, se define mis formalmente por trai hist6rica que por la geografia misma. c) En cuanto a puertos y radas alos efectos de delimitar el mar territorial, 1a Convencién de Montego Bay (art. 11, art. 8 de Ginebra) atribuye a los primeros al cardcter de costas, si sus instalaciones son permanentes. Para las radas, construcciones utilizadas normalmente para carga, des- carga y fondeo de buques, quedarin siempre comprendidas en el mar territorial (art. 12 de Montego Bay y 9 de Ginebra). d) Islas y elevaciones en bajamar son consideradas distintas en ambas Con- venciones, la vigente de Montego Bay y su antecesorade Ginebra. antigua Convencién de Ginebra, en su art. 10, inciso 1°, lamaba isla a “una extensién natural de tierra, rodeada de agua, que se encuentra sobre el nivel de ésta en pleamar”. En cambio, la elevacién que emerge en bajamar es la extensién de tierra rodeada de agua, que se encuentra sobre el nivel de ésta en bajamar, pero noen pleamar, quedando ah{ sumergida. La Convencién Montego Bay, con buen criterio, no necesita decir dada su obviedad, que las islas propiamente tienen la determinaci6n de su mar territorial, en los mismos términos que las masas continentales. Y por eso se limita a regular el caso de elevaciones en bajamar, para las cuales prevé dos casos: si distan del continente o de una isla una exten- sin superior a la anchura del mar territorial, carecen de mar terri- torial; pero sila distancia es igual o menor que la anchura del mar ‘Asf, pues, dicha linea territorial. Si se tratare territorial, la linea de bajamar de la elevaci6n podré ser utilizada * como Ifnea de base para medir la anchura del mar territorial. Una vez més, la relacién fisica, y casi metafisica, entre tierra mar. La 478 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO prevalencia del mar, le quita, en el primer caso, a la elevaci6n, mar Ja proximidad de la tierra, en el segundo caso, le permi- te a la tierra aprovecharla para extender su imperio en el mar. e) Los rios que desembocan en el mar: -a de base del mar tern- de la desembocadura (art. 9 Montego Bay, y art. 13 de Ginebra). Esta Tinea marca el frente maritimo 604.- El limite exterior encuentra una. regulacién particular en el caso de Estados cuyas costas sean adyacentes 0 se encuen- ®, y dicha regulacién (art. 15 Bay, y art. 12 Ginebra) prevé que, salvo coe pear cine territorial no podra extenderse més all4 de una linea medit puntos sean equidistantes de los puntos més préximos de de base a partir de los cuales se mida la anchura del mar té! de cada uno de esos Estados. Se toma auf, pues lasuperficie, y, si bien el texto normativo /expresame no se aplicaré cuando existieren derechos hist6ricos, I ca una extensién de la Doctrina Drago sobre las bahias histéricas, el Tratado Argentino-Uruguayo de 1973 aplicé dicho criterio, dej6 de lado la bahfa histrica,y solamente reconoci6, como antes vi- mos, algiin aspecto histérico, como en el caso de Ia Isla Martin Garcfa. 605.- Las Ineas delimitatorias deben figurar “en cartas a escala o escalas adecuadas para precisar su ubicacién” (art. 16 Montego Bay) o sea que puedan ser sustituidos por coordenadas _geogréficas (meridianos y paralelos, de longitud y latitud apropia- ddas) que precisen su ubicaciGn. Hay una tendencia saludable en la normativa més contemporinea a evitar cualquier ambigtiedad, para alejar la posibilidad de conflicts intemacionales. Las lineas de base rectas, a su vez, se trazarén dé tal suerte que no se aparten de manera apreciable de la direcci6n general de LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 479 la costa, y afiade el art. 7, inciso 3 que “las zonas de mar situadas del lado de tierra de esas lineas han de estar suficientemente vin- culadas al dominio terrestre para estar sometidas al régimen de las aguas interiores”. Aqui se manifiesta en toda su claridad la rela- cién tierra-mar, pues las aguas serén 0 no interiores, segin el imperium terrestre. Por otra parte, el art-7 4° solamente autoriza a su trazado desde hacia o desde elevaciones que emerjan de bajamar, solamente cuando se hayan construido sobre ellas faros o instala- cciones que siempre estén sobre el nivel del agua. La referencia final del inciso que analizamos es innecesario, pues siendo los pueblos quienes formulan el Derecho, es claro que los reconoci- mientos intermacionales prevalecen en la materia. 606. En lo que podrfamos llamar las bahias econdmicas, el art. 7 inciso 5° de Montego Bay, autoriza para el trazado de Iineas Ge base rectas previsto para las costas con profundas aberturas © escotaduras, la valoracién de los “intereses econémicos propios » de la regi6n de que se trate cuya realidad e importancia estén cla- ramente demostradas por un uso prolongado”. Se impone, pues, el interés presente y la prueba histérica del uso prolongado de la bahia. 607. Aguas interiores son todas las aguas situadas terior de 1a Tinea de base o limite interior del mar territori ni ‘cuales quedan sometidas al_mismo {que latierra firme, con la inicaexcepcién que, cuando as{resultaren jnteriores por aplicacién de la normativa del art. 7 de Montego Bay sobre bahias, a pesar de que antes no se consideraban aguas interiores, la soberania en dichas aguas interiores admitiré una excepcién debiendo permitirse el paso inocente, al que enseguida nos referiremos (art. 8 Montego Bay, inciso 2°). Por cierto que. en el caso de Estados Archipeldgicos, la: ‘onvencién prevé un 480 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO régimen con sus propias particularidades (Parte IV de la Conven- cién referida). 608.fflpaso inocentelaparece bien cign de Montego Bay, con el significado de una y otra palabra, de “paso” (art. 18) y d ie” (art. 19). La Convencidn de Gine- bra (art. 14) establecia una regulacién no diferenciada por articu-: lado™, El_paso es “el hecho de navegar por el mar territorial con el fin de atravesarlo’, salir, de sus aguas interiores o dirigirse a ellas, o hacer escalas o salir de radas y puertos, pero siempre que el paso sea ininterrumpido con la velocidad Sptima razonablemente adecuada a las necesida- des de la nave, y a las circunstancias de tiempo, lugar y modo en que se cumple la travesfa, El paso es ininterrumpido cuando no hay detencién de la nave, salvo fuerza mayor, dificultad grave, necesidad de la navegacién, o auxilio a otros en peligro o dificul- tad grave. Fuerza mayor quiere decir cualquier agente exterior a la propia conducci6n de la nave, que la detenga. Dificultad grave ¢s peligro para la seguridad de Ja nave, de su tripulacion o de sus bienes transportados. Necesidad de la navegaci6n es el control téc- nico dela nave, el fondeo o cualquier otra circunstancia que altere de manera severa el desplazamiento de la nave. Auxilio a otros, haves, personas, o bienes por ellas transportados, implica el cum- plimiento del principio de solidaridad humana e internacional que hace compartir la empresa de superacién del obstaculo. Este tiene Que ser grave o sea que abra la posibilidad de deterioro tot arcial pero en aspecto esencial de la nave, las personas o bienes Por ellas transportadas. 567, Diez de Velasco: “Instituci ” Instuciones..", Ob. citada, parte I, cap. XXM, punto 4, ap. Ag. 299: este ator vincula el paso inocente con el principio de libertad del mar, rdpido{E| paso es rdpido cuando se cubre * LOS AMBITOS PARTICULARES DE DONNIE buen orden nila seguridad del Estado riberefio. La paz, antes lo Gijimos, es una situaci6n juridica-politica que excluye el uso de la fuerza armada. Ella se refiere a Jas relaciones entre los Estados. En cambio el orden es el control por el Gobierno del Estado de su propia sifuacién interna. La seguridad es el control de la subsis- tencia de las actuales condiciones de existencia del Estado. El propio art, (de Montego Bay enuncia, en enumeracion ejemplificativa y no taxativa, situaciones o actividades que se pre- Sumen juris et de jure, que enervan Ia inocencia del paso(j ame- yazao uso de la fuerza (inciso 2 apartado a), del art. 19 Montego Bay) debiendo entenderse que se alude a la fuerza armada, previ- sign que también atrapa a la prdctica con armas (el ejercicio con armas es una manera de la prictica con armas), tal cual lo puntua- liza el art. 19 Montego Bay en su inciso 2, apartado b); al lanza- miento, recepcién o embarque de dispositivos militares (apartado (2) Actos de intencionalidad maliciosa para obtener informa- cidn (apartado ¢); o para realizar propaganda (apartado d); 0 para perturbar servicios 0 instalaciones del Estado riberefio (apartado 0 para producir grave contaminacién (apartado h). 3) Actos extrafios a las necesidades del paso (apartado 1), incluso lanza- miento, recepeion 6 embargue de acronaves (apartado e). 4) Actos violatorios de la legislacin del Estado riberefio mediante el em- barco o desembarco de persona, moneda o producto (apartado g). 5) Actos de aprovechamiento del mar territorial, sea mediante la pesca (apartado i), sea mediante la investigaciGn o levantamientos hidrograficos (apartado j). 609.- La Convencién de Montego Bay distingue entre naves o bugues de guerra (art. 29), buques del Estado destinados afines no comerciales (art. 31), buques mercantes y buques de Estado destinados a fines comerciales (arts. 27 y 28). La Convencién de inebra, con mayor encomiable simplicidad distinguta buques 492 “TRATADO DE DEREGHO INTERNACIONAL PUBLICO mercantes (art. 18 a 20), buques estatales (arts. 21 y 22) y buques de guerra (art. 23) remitiendo a las disposiciones regulatorias de ‘buques mercantes, lo relacionado con los buques de Estado con fines comerciales (art. 21)**. En realidad hay una profunda divisién de categorfas de bu- ques, segiin la finalidad a que son ordenados: fines comerciales y ‘fines politicos y sociales. Los primeros son mercantes y, en ver- dad, van portando el mercado, més allé de su origen pablico o privado. Los segundos se cifien directamente a los fines del Esta- do. Aquéllos satisfacen finalidades relativas que se vuelven instru- mentales de los fines de las naves politico-sociales. Por eso, tanto ‘en Montego Bay (Subseccién B de la Seccién Ll de la Parte II) cuanto en Ginebra (art. 21) las reglas relativas a buques mercan- tes se extienden a los navtos estatales comerciales. Mas dificil es hacer un tratamiento comin para buques de guerra y raves estata- Tes no comerciales. En efecto, la causa final, que es la causa de las causas, es la misma en buques mercantes y buques estatales con fines comerciales; en cambio, los buques de guerra tienen como finalidad exclusiva y excluyente a la defensa de su Estado, en tan- to todos los otros fines (sociales, incluido los culturales, politicos, humanitarios) son absorbidos por Ja categoria de buques estatales no comerciales. Aqui, lo comtin es la causa eficiente mediata del Duque, que es el Estado y un fin genérico por exclusién de lo mer- cantil. De alli la mayor dificultad antes aludida. Por eso Ginebra hace un tratamiento diferenciado (arts. 22 y 23) y Montego Bay se cencarga de definir tan s6lo al buque de guerra (art. 29) haciéndolo ppor sus requisitos: pertenencia del buque a las fuerzas armadas, ccon signos de tal, conduccién por oficial de escalafén y disciplina militar de su dotacién, Pero tanto en Montego Bay (arts. 17 a 26) como en Ginebra (arts. 14 a 17) se establecen normas comunes al paso inocente de 568 Véase la valiosfsima obra de ROMERO BASALDUA, “Derech cidn”, Ed. Lerner, Cordoba, 1996, * ee cualquier bugue. Ya vimos 10 LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO ivo al concepto de “paso”, al de nr calificacién como “inocente™, y a sus limitaciones. sucalificacion Oe El Estado ribereio tiene derecho a dictar normas regla~ El Estado ribereho Nene < _normas Fé mentarias del paso inocente (art. 17 Ginebra y 21 de Montego Bay), debiendo esas normas ordenarse a garantizar que el paso sea realmente “mocente”, de modo tal que la propia materia de presunciones normativas de Montego Bay sobre no inocencia, aparece como materia apta para la reglamentacion del Estado riberefio (véase los arts. 19 y 21 de Montego Bay). La norma i tespacional le exige publicitar la normativa reglameniatia (at. 21, inciso 3° Montego Bay), no desvirtuar por via reglamentaria fl derecho al paso inocente (art. 24 Montego Bay) y no.imponer gravdmenes (an. 26 Montego Bay) salvo contraprestaciones por Servicios prestados a un buque extranjero. El Estado riberefio puede, para seguridad de la navegacién, fijar vias maritimas y dispositivos de separacién del tréfico en su mar territorial (art 22 Montego Bay), lo cual es logico, pues si se protege la seguri- dad de la navegacién, se esta protegiendo el mismo derecho de - paso inocente del buque extranjero. El paso inocente se hace en superficie con bandera enarbo- Jada, pues el desplazamiento submarino se vuelve _clandestino como la omision de bandera (art. 20 de Montego Bay y 14,, de Ginebra). Lo menos que puede exigir un Estado cuyo mar soberd rno se atraviesa es saber la existencia del desplazamiento, la natw: By raleza del navio y su bandera. ee 610.- La jurisdicci6n del Estado riberefio respecto al buque extranjero comercial que pase por su mar territorial es limitada. En materia civil, no est4 permitido al Estado riberefio sobre dicho navio e, incluso, las medidas de ejecucién o cautelares, 0 sea las més fuertes pues en un caso el derecho del accionante esté reconocido y, en el otro, en nada afecta a los derechos del acciona- do, esas mismas medidas solamente pueden adoptarse en dos ca- 484 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO sos: a) detencién del buque en él mar territorial o procedencia de sus aguas interiores, lo cual también tiene su rafz.en la relacién tierra-mar, pues la hipétesis prevé un afincamiento aunque fuere breve, en el territorio local. Ademés, es claro que si el paso ino- cente es desplazamiento por el mar territorial no hay tal en aguas interiores ni aparece en su detencién en el mar territorial. O no hay mar territorial 0 no hay desplazamiento. Luego, no hay.paso ino- cente. b) Obligaciones o responsabilidades contraidas 0 asumidas “durante su paso por las aguas del Estado riberefio 0 con motivo de ese paso” (art. 28, inc. 2° Montego Bay). ‘En materia penal no corresponde la jurisdiccién del Estado riberefio por los delitos de bordo de Tos buques mercantes o estata- oconsular del Estado extranjero riberefio, lo cual también oourre Si se altera el “buen orden en el ‘mar territorial”; 0 si el delito tiene consecuencias en dicho Estado Tiberefio; o si se trata de reprimir el tréfico ilfcito de estupefacien- tes, por ser delitos de naturaleza peligrosa para la paz del Estado tiberefio™. 611.- La Repiblica Argentina establecfa, en su art. 2340 del Cédigo Civil un mar territorial de una legua marina o sea tres mi- llas marinas medidas desde la més baja marea. Esta norma fue modificada por la ley 17.71/68 que remitié a la legislaci6n espe~ cial (art. 2340, inc. 1° Cédigo Civil en su texto ordenado po, 11.711), Pero la legislaci6n especial ya existia, pues la leyf17.094] de 1967 habfa establecido para el mar territorial una extensidn de ‘569. Dicz de Velasco: “Insttuciones...”, Ob, citada, tomo I, parte IM, cap. XII, punto 4.2p.c,pég. 300 las precisa como cuatro, pero dos se subsumen en las otras dos. ‘Asi, la afectacién dela paz del Estado riberefio subsume lilfcito con consecuen- ‘jas en dicho Estado y la peticion de la conduccién del barco, cGnsul o ajuste iplomitico del caso, supénense que se da para combat al narcotrfico, Los AMBaITOS PARTICULARES DE DOMINIO pe 200 millas marinas, desde Ja linea de baja mar, salvo en los golfos San Matias, San Jorge y Nuevo, cuyas Iineas de base son las que ‘unen los cabos de sus bocas (art. 1). aley 17.094 establecia, en su art 3 una extrafia di josicion etl cual “la libertad de navegaci6n y aeronavegaci6a no se afectaba" No cabe otra interpretaci6n que el reconocimiento, cier~ tamente innecesario, por la ley local, del derecho al paso inocente por buques 0 aeronaves de otros Estados. ¥ decimos que no cabe otra interpretacién, porque el mar territorial integra al territorio de Repiiblica, a tal punto que para la propia ley argentina (art. 2340 inc. 1° Cédigo Civil) es materia del dominio ptiblico. La ley 17.500 de octubre de 1967 establecié que eran del Estado Argentino los recursos del mar territorial y s6lo podian ser explotados por embarcaciones de pabellén nacional hasta una ex- tensién de doce millas marinas. Otra extrafia disposicién, pues entonces pareceria que, mas all de doce millas marinas, 0 sea hasta las 200 millas marinas del mar territorial, podian aprovechar las riquezas de la zona buques extranjeros, lo que es inadmisible por contrariar el principio de Derecho Pablico de Soberania esta- lecido por el art. 28 de la Constitucién Nacional. El Decreto 8802 * del 24 de noviembre de 1967, reglamenta la explotacién de tales riquezas. La ley 18.502/69 establecié la jurisdicci6n provincial hasta tues millas marinas, y, desde ahi hasta el limite externo del mar territorial (en 1969 era de doscientas millas) a la Nacién. Laley 23.968 finalmente estable millas marinas, determinando en su art. 7 que entiende por milla inatina la milla nautica internacional, equivalente a 1852 metros. ‘(a extenisién del mar territorial argentino termina asf coincidiendo con la méxima posible extensi6n del mar territorial establecidta por la Convencién de Montego Bay, como antes vimos, en su art. 3. Dicho mar se mide desde la linea de baja marea, salvo los Gol- fos de San Matias, San Jorge y Nuevo, como Ios lugares detalla- 488, “TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 4 también el Ambito de las Islas exterior del Rio de la Plata, En tanto sobre Antértida Argentina, las lineas de base serdn esta- blecidas por una ley especial. 612.- La zona contigua es también un concepto juridico no geogréfico, pues no aparece determinado por la Naturaleza, ‘Sino por libre arbitrio humano, ya sea por via de Convencion, ya $ea}por via de Costumbre Internacional. Podemos definirla como “el espacio maritimo lindante al Mar Territorial donde el Estado ribereo ejercita medidas de fiscalizacion reventivas o defer vas ante infracciones a le de politica cometidas en su terri rio 0 en su Mar Territorial”™®, El derecho de soberania impli mar territorial se ejerce a pleno ese derecho en su doble dimen- si6n, entendida en sentido amplio. En la zona contigua se ejerce Unicamente el derecho de policia, por lo que yano cabe sefialar un real derecho de soberania. De lo que se trata es de crearun mbito spacial maritimo, inmediato al territorio del Estado ribereffo, te- itorio que también se integra con el mar territorial, para evitar vViolaci6n a las leyes de policfa en Ambito aduanero, fiscal, sanita- Hoo de inmigracién. Es interés de la Sociedad Internacional el Hoo de inmigracién. Ng Sociedad Internacional el mantenimiento del orden legal en cada Estado. LaConvencién de Montego Bay establece en su art. 33 que dicha zona es “una zona contigua a su mar territorial, designada con el nombre de zona contigua”, en la que el lo ribereiio Podré tomar medidas de fiscalizacién para “prevenir infr de sus leyes y reglamentos aduaneros nig senitarios (Gat 33, in 370. Carini, Dela Beanz: Ob, ctada, pig. $3, LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 487 de esas leyes y reglamentos cometidas en su territorio oen su mar teritral” (art 33, incis 1" apartado b de ‘Montego Bay). La Convencién de Ginebra consideraba a la Zona contigua como in- tegrante de Alta Mar, pues su art. 24 inc. 1° decfa que era “una zona de alta mar contigua a su mar territorial...” Montego Bay no Ja determina como parte de Alta Mar, pero como en el art. 55 esta- blece que Ia Zona Econémica Exclusiva es adyacente al Mar Te- rritorial, “surge que la Zona Contigua es parte de la Zona Econ6- mica Exclusiva y por consiguiente cambia sustancialmente el en- cuadre juridico con que la analizamos en la Convencién de Gine- bra. Resulta aqui que en la Zona Contigua se pueden ejercer todos los derechos-y se contraen todas las obligaciones por el Estado riberefio, fijados para la Zona Econémica Exclusiva, més los que ri jinados, ut supra, en el concepto para aquélla. Ri- jodas las dems prescripciones de la Zona Econ6- Si bien la Zona Contigua protege el ejercicio de un poder esencialmente juridico-politico, como lo es el poder de policfaes- tatal, y la Zona Econémica Exclusiva protege el derecho patrimo- nial del Estado adyacente, ambas finalidades no son excluyentes, por lo que pueden convivir en un mismo 4mbito espacial. contigua no podré extenderse mas alld de 24 millas marinas conta- das desde las lineas de base a partir de las cuales se mic ra del mar territorial”. Aqui se ve con claridad la diversa finalidad eZona Contigua y Zona Econémica Exclusiva, politica la prime- ray econémica la segunds, To que se proyecta sobre Ta extension de unay de otra. El poder de policta queda satisfecho con el mbi- to inmediato al Mar Territorial; el interés patrimonial del Estado riberefio, no, ‘S71, Carubini, Delia Beatriz: Ob, citada, pigs 58 y 59. 488, “TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO [Za relacién tierra-mar, la condicién terricola del ser huma- no, hace tomar siempre como extremo de referencia a la tierra. Desde allf se mide e] Mar Territorial (art. 3 Montego Bay), pero también desde allf se mide la anchura de la Zona Contigua (art. 33; inc. 2° Montego Bay) y también desde allf se mide la anchura de la Zona Econémica Exclusiva (art. 57 Montego Bay). Los derechos de] Estado en el Mar, constituyen la penetracién del hombre en ui mbito espacial extraiio y, por eso, se miden desde tierra, su habitat naturalZ] 613.-El Cédigo Civil Argentino, en su art, 2340, establecfa originalmente un 4mbito espacial sin nominacién, en que el Esta- do ejerefa el der icfa. Decfa el texto del Codigo en su 195 Estados particulares: 1) los mares adyacentes al territori Repéblica, hasta la distancia de una legua marina, medida desde fa para obje- 1¢a de la mas baja marea, pero el derecho de policia pi tos concemientes a la seguridad del pais y ala observancia de las Marinas medidas de la misma manera”. O sea que, al Mar Territo- rial de una legua o sea tres millas marinas, le segufa una Zona Contigua que se extendia tres leguas mAs 0 sea nueve millas mari- nas més. En realidad, el Cédigo fijaba cuatro leguas 0 sea doce millas marinas para esa Zona innominada que no es otra que la Zona Contigua, pero como en el Mar Territorial de la primera le- gua el Estado ejerce los derechos de soberanfa, que incluyen al derecho de policia, la previsién del Codificador cobra efecto itil para las tres leguas finales o nueve millas marinas, LaReforma Borda (ley 17.711/68) dio otra rédacci6n al culo 2340, que es la actualmente vigente: “ Quedan compre! entre los bienes pablicos: 1) los mares tercitoriales hasta la distan- cia que determine la legislacién especial, independientemente del poder jurisdiccional sobre la zona contigua”. Ya se lanomina, pero LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO. 489 Ia legislacién especifica estaba dictada con anterioridad, y era la ley 17.094/67, estableciendo un Mar Territorial de 200 millas ma- rinas, por lo que la Zona Contigua quedaba en situaci6n oscura, pues por una parte era expresamente establecida por el texto del Cédigo Civil, y, por otra parte, al extenderse mas allé del Mar Territorial, parece que debfamos considerar a 1a zona como parte del Mar ulterior al Territorial, aunque la ley 17.094/67 no precisa- ba su limite exterior. La ley 23.968 sobre Espacios Maritimos ex- tiende a la Zona Contigua “més allé del limite exterior del Mar Territorial hasta una distancia de 24 mm. desde la Ifnea de base”. Pero como la linea de base es la misma que para el Mar Territorial, resulta que la Zona Contigua cubre en su especificidad 12 millas marinas, pues las primeras 12 millas marinas quedan absorbidas y subsumidas en los mayores derechos del Estado riberefio sobre el Mar Territorial. 614.-La Zona Econémica Exclusiva establecida en la Parte Vela Convencién Montego Bay resulta el fruto de un largo pro- “de Mar Patrimonial, alentado por Estados aftics iberoamericanos. Detectada la inmensa riqueza alimentaria del mar, intensificada la tecnologia de las grandes potencias y su consi- guiente apetito para apoderarse de aquélla, los paises en vias de desarrollo fueron promoviendo el derecho soberano a la explota- cién de estas riquezas, que, ya sea por continuidad de la platafor- ‘ma continental, ya sea por la contigidad, aparecfan vinculadas a la tierra firme del Estado riberefio. La Convencién de Ginebra de 1958 no traté la Zona Econmica Exclusiva, pero en la Conferen- cia que le dio origen, hubo propuestas que abrieron el debate. Es- tados Unidos propuso un Mar Territorial de 6 millas marinas de anchura, y un derecho de pesca en otras 6 millas, reconociendo a Jos buques de cualquier Estado este mismo derecho de pesca, si habfan practicado la actividad en los cinco afios anteriores. Tal proyecto norteamericano no fue receptado y el pais del Norte in-

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