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Bert Hellinger Después del conflicto, la paz Titulo origins “Der grosse Konflikt* Die Antwort GOLDMANN ARKANA Wilhelm Goldmann Verlag, Miinchen in der Verlagsgruppe Random House GmbH Primera edicién 2005 ISBN 3-4442-33734-8 Traduccién del alemdn: Rosi Steudel Correcciones: Diana Zermoglio Disefio: Andy Sfeir Coordinaci6n: Graciela Lauro Primera edicién en espaol: Editorial Alma Lepik, Buenos Aires, julio de 2006 Impreso por: Look impresores s.r. Reservades todos los derechos parla editorial. Est libro no puede reproducise total ni parcalmente, En cualquier forma que sea, electrénica o mecénica, Sin autorizacén esrita de los autres y/o la editorial. Hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina ISBN-10: 987-21003-8-2 ISBN-13: 978-987-21003-8-4, Alina Lepik Quito 4233, Buenos Aires editorialalmalepik@fibertel.com.ar www hellingerargentina.com.ar & 8 Es indice Prétogo INTRODUCCION Y RESUMEN El gran conflicto El deseo de aniquitar Eldesplazamiento del deseo de aniquilar Lajusticia La conciencia Lo nuevo como amenaza Lo rechazado internalizado Elcampo Campo y conciencia Eldelirio Resumen La gran paz Elamor Elintercambio Laconciencia La impotencia El triunfo La comprensién La paz interior La percepcién {a otra conciencia Elotro amor LAZOS DEL DESTINO Comentario Preliminar El otro destino 13 YW 7 8 19 20 a 22 23 24 25 26 27 27 27 27 28 28 29 29 30 31 33, 37 38 Ejemplo: Madre e hijo La soluci6n Elalma éQuién o qué tiene la culpa? Ejemplo: Sacrificar nifios Injusticia negada Historia: El amor Movimientos del alma Terapia y politica Soldados sobrevivientes Alfinal todos son victimas Ejemplo: Checos y alemanes Elbien y el mal Ejemplo: Nifio Inquieto ‘Su abuelo era miembro de las Fuerzas Armadas de Seguridad (5S) La forma de proceder La otra moral Elotro Dios Perpetradores y victimas Destino y Gracia Historia: La libertad FUNCIONAMIENTO DE LA CONCIENCIA Comentario preliminar Conciencia como destino La conciencia que une Las distintas conciencias La conciencia de compensacién La conciencia colectiva 39 40 42 4B 43 4h 48 49 49 50 52 52 58 60 64 66 67 68 69 70 73 74 7% 74 76 7 Nadie puede ser excluido La moral La prioridad de los miembros anteriores El final de las tragedias Conciencia y alma fl conflicto entre las conciencias Los movimientos del alma Ejempto SIDA Conciencia y enfermedad Salud y conciencia Enfermedad y conciencla Enfermedad y conciencia buena 0 tranquila El amor ciego La felicidad Agradecer y pasar a otros Dos tipos de inocencia Conciencia y conflictos La tranquilidad de conciencia (la buena conciencia) y la mala conciencia Los mitos Conciencia y grupo El temor a la conciencia La conciencia inconsciente El mismo derecho a pertenecer Anteriores y posteriores, El aspecto tragico Satidas La sintonia La evolucién de ta conciencia La conciencia espiritual El mal ‘Las fuerzas opuestas 78 79 79 80 81 81 81 82 84 84 84 85 85 86 88 ot on 92 92 93 94 94 95 96 97 7 98 100 100 El bien El gran bien JUDIOS Y ALEMANES Comentario pretiminar El judaismo en nuestra alma Elegidos y rechazados (Condenados) Jesis y el Cristo El mismo Dios Alemanes y judios La reparacién Historia: La vuelta (El regreso) El duelo compartido El perdén La dignidad Israel y tos palestinos La reconcitiacién El regreso de lo rechazado Ejemplo: El duelo compartido por nifios asesinados Las imagenes de Dios Viernes Santo en Buenos Aires Ejemplo: “Yo soy uno de vosotros” La Jerusalén sagrada RUSOS Y ALEMANES Comentario preliminar 102 103 107 108 108 110 an 13 126 116 119 119 120 120 122 122, 123 125 127 129 134 37 Ejemplo: Honor a los muertos Ejemplo: “Ahora soy una rusa” Conferencia en Mosca Lo que nos separa y lo que nos reconcilia Psicoterapia cientifica y fenomenol6gica Historia: Dos tipos de conocimiento Niveles de la conciencia Las distintas conciencias, Paz en la fa Paz entre los pueblos Historia: El circulo Ejemplo: “Yo soy un ruso” Los destinos EL PRESENTE Comentario preliminar Elamor a los seres humanos La paz comienza en las almas “Yo soy como ti” La purificacion La reverencia Ejemplo: “Mami, voy para alla” Crecimiento interior Hijos felices 37 140 4 144 144 147, 150 151 152 153 156 157 160 165 166 167 168 170 m 173 74 176 Ejemplo: El hijo se convierte al istamismo La otra mirada Lo mas préximo Lo ajeno La fuente de la vida El trauma Ejemplo: Nifio agresivo Qué significa psicosis? Perpetradores y victimas Tomar y soltar La reconciliaci6n Ejemplo: El campo de batalla La paz La plenitud Extrafia religion La culpa El sacrificio La compensacién Expiaci6n y reparaci6n Perdonar y olvidar Ejemplo: Incas y espafioles La despedida La libertad La paz del corazén 7 180 380 181 183 185 187 189 189 191 192 194 194 195 195, 196 197 198 200 202 205 207 208 Lie La serenidad Ejemplo: Polacos y ucranianos Implicaci6n de familias en los conflictos irresueltos entre pueblos Reflexiones acerca de la paz Paz para los muertos Bendicién y maldicién Amor también a los perpetradores Elfinal de la venganza El espiritu y lo espiritual El Gltimo lugar Epilogo: ta conciencia consciente 209 209 212 21g 214 215, 217 219 220 224 222 PROLOGO Los conflictos son un tema cotidiano para nosotros. Surgen alli donde debemos imponernos. Estén al servicio del creci- miento, de la mejor solucién, de la superacién de nuestras limitaciones; en definitiva: estan al servicio de la seguridad y de la paz. Hablamos aqut de los pequefios conflictos. Nos son familiares. Sin embargo, ademas de los mencionados, existen conflictos de indole completamente distinta. En ellos actGa un deseo de aniquilacién, en ellos se llega hasta el extremo, se trata de vida o muerte, de sobrevivir o perecer. Estos serfan los gran- des conflictos. Este libro se refiere, mas que nada, a los grandes conflictos. Hay quienes opinan que este tipo de conflictos tienen poco que ver con ellos, que ocurren lejos, en otro lugar. Pero siesta- mos en contacto con nuestros sentimientos mas profundos, reconocemos répidamente cuando deseamos que al otro le vaya mal. Es lo que ocurre con ciertos delincuentes, por ejem- plo, o con alguien que nos ha hecho dafio. En esos casos, con frecuencia les deseamos lo peor desde nuestro coraz6n. De este modo, en nuestra alma se manifiesta et mismo movimien- to que, en otro contexto, lleva a la guerra 0 a controversias que enfrentan a los otros para hacerles dafio, o para arruinarlos. Es decir, aunque tal vez no queremos que sea asf, quiz los grandes conflictos no estén tan lejos de nosotros. Este libro trata, sobre todo, de los movimientos del alma que se perciben detras de los grandes conflictos. Es extrafio, pero precisamente los mismos movimientos que, a menudo, noso- tros consideramos los mas valiosos, los mejores. Es que detras de los grandes conflictos actaa la conviccién de tener B raz6n. Dicho de otra manera: detras de los grandes conflictos actiia ta conciencia tranquila, la buena conciencia. Cuando tenemos en cuenta que en un conflicto homicida intervienen dos partes y que, al hacerlo, ambas partes tienen la concien- cia tranquila, deducimos cun peligrosa puede ser esa tran- quilidad de conciencia. Ademas, muchas veces ocutre que la energia para intervenir en un conflicto proviene, precisamen- te, de esa tranquilidad de conciencia, En este libro me dedico a los movimientos de la conciencia tranquila, tanto a los buenos como a los peligrosos. Para ello me baso en la comprensi6n y las experiencias de las conste- laciones familiares. A través de ellas, sale a ta luz la manera en que, paso a paso, nos podemos liberar de las miltiples implicaciones a las que frecuentemente nos lleva nuestra conciencia tranquila. Por lo tanto, este libro esta pensado, en primer lugar, como ayuda vital para aquellas personas que se consideran expuestas a este tipo de conflictos que a mf, personalmente, tampoco me son ajenos. A través de muchos ejemplos, el libro muestra cmo podemos mantener la paz en el propio corazén, 0 cémo volver a encontrarla, Esta paz en el corazén nos permite ser verdaderamente humanos, estar-abiertos frente a los demas y unidos a ellos, con respeto y amor. En definitiva, gracias a esta paz logramos encontrar nuestra feli- Cidad verdadera, nuestra mas profunda y preciada felicidad. Bert Hellinger 14 INTRODUCCION Y RESUMEN EL GRAN CONFLICTO Deseo de aniquilar Todo conflicto grande busca apartar algo del camino y llegar aaniquilarlo. Detras de estos conflictos actia el deseo de ani- quilar. éCuales son las fuerzas 0 temores que alimentan ese deseo? Se alimenta, por sobre todo, del deseo de sobrevivir. Cuando nuestra vida se ve amenazada, reaccionamos huyen- do-es decir huimos para evitar que otro nos aniquile-, o ata- camos -es decir que intentamos aniquilar al otro, o al menos obligarto a huir~. Quitar de nuestro camino a otra persona, 0 a un obstaculo que se interpone, es el punto maximo del deseo de aniquilar. En tales momentos, por lo general no sélo se trata de matar al otro, sino también de incorporarlo, tanto a él como a Jo que le pertenece. También eso sirve para sobrevivir. Es ver- dad que el canibalismo nos espanta, pero sélo en apariencia, Porque, aun hoy, existen personas que, en ciertas situacio- nes, se aseguran la supervivencia a costa de los otros. Con frecuencia es inevitable que, para poder sobrevivir, incorpore- mos a nosotros mismos aquello que hemos aniquilado. Es verdad que también nos alimentamos con lo que la naturale- 2a nos ofrece por su propia voluntad —sus frutos, por ejem- plo—. Pero, en otras ocasiones, primero debemos matar, para luego poder incorporar aquello a nosotros. Eso ocurre, sobre todo, con los animales. éSon tan inhumanos estos conflictos? Me estoy refiriendo en especial a los conflictos mortales. En una situacién de maxima necesidad no podemos escapar de ellos, Por un lado, los conflictos aseguran la supervivencia mien- tras, por el otro, la amenazan. Es por esto que, desde el comienzo, el hombre también ha intentado solucionar sus conflictos en forma pacifica. Por ejemplo, ha establecido acuerdos y definido fronteras; ha formado grupos mas peque- 17 ios que se rigen por leyes y comparten la conducci6n. De este modo, un orden legal mantiene a los conflictos mortales den- tro de ciertos limites, en especial mediante el monopolio del poder de un gobernante quien limitard la accién de individuos © subgrupos cuando éstos busquen solucionar tos conflictos de forma violenta. Este orden es externo, Se basa, por un lado, en un acuer- do. Especialmente se basa en el temor al castigo maximo: la exclusi6n del grupo y la pena de muerte. Es decir: este orden se impone por la fuerza y, por lo tanto, constituye, al mismo tiempo, un conflicto y una lucha. Sin embargo, este conflicto responde a un orden que esté al servicio de la supervivencia, del grupo y de cada uno de sus miembros, Por consiguiente, el orden legal pone limites al deseo indi- vidual de aniquilar y, cuando éste se desborda, la persona y el grupo quedan protegidos por el orden legal. Si estos limites no son respetados, como ocurre en la guerra 0 cuando colap- sa el orden legal —en caso de revolucién, por ejemplo—, entonces el deseo primario de aniquilar estalla, y sus conse- cuencias son desastrosas. El desplazamiento del deseo de aniquilar En grupos donde el orden legal protege al individuo de los efectos del deseo de aniquilar —propio y ajeno—, hay veces en que el deseo de aniquilar queda desplazado a otros nive- les. Por ejemplo, se desplaza al campo de la politica y tam- bién a muchas disputas cientificas e ideolégicas. En todos los casos en los que se abandona el plano de la objetividad queda a la vista, con frecuencia, el hecho de que en esos campos también opera un deseo de aniquilar. En lugar de encarar una béisqueda conjunta hacia la mejor solu- cin y una observacién y un examen conjuntos basadas en el tema a tratar, los representantes del otro partido o de otra tendencia son difamados a nivel personal, muchas veces con 18 calumnias e injurias. Las agresiones que se abren paso aqui se diferencian poco del deseo de aniquilacién fisico. Como éste aspiran desde el sentimiento y desde la intencién a ani- auilar al otro, por lo menos en el aspecto moral, dectarando- lo enemigo del grupo ~con todas las consecuencias que ello supone. ePuede el individuo protegerse ante esto? No. Queda a merced de este conflicto aunque no se involucre. Como res- puesta a este tipo de agresiones corre el peligro de sentir, en Su interior, et mismo deseo de aniquilar, y también de no Poder evitar ser tomado por este deseo. La justicia La energia que sustenta estas controversias no proviene sola- mente del deseo de sobrevivir, también surge de una necesi- dad comin a todos los seres humanos: la biisqueda de com- Pensar lo que dan y lo que toman, la tendencia a equilibrar ganancias y pérdidas. Algo que también conocemos como ta necesidad de obtener justicia. S6lo nos tranquilizamos una vez lograda la compensacién. Por ello la justicia para noso- tros es un bien muy preciado. éPero lo es en todos los casos? £0 lo es solamente en un marco limitado, cuando se trata de compensar por via pacifi- ca? Porque la necesidad de obtener justicia tiene consecuen- cias completamente distintas cuando se trata de compensar dafio y pérdida, explicaré mediante un ejemplo. Cuando una persona nos perjudica, buscamos venganza. También nosotros quere- mos hacerle dafio, como una manera de compensar. En nues- {ro interior surgen el deseo de sobrevivir y el de aniquilar. En parte debido a la necesidad de compensar-en este caso bus- cando justicia-. Queremos evitar que el otro nos vuelva a hacer dafio, a lastimarnos, Por ello, cuando nos vengamos, con frecuencia vamos mas allé de la necesidad de compensar 19 y hacer justicia. Queremos que sufra mas que lo que hemos sufrido nosotros por su causa. Entonces también el otro busca justicia y venganza, y el conflicto entre nosotros nunca acaba. En este caso, hacer justicia es un pretexto para vengarse. El deseo de aniquilar vuelve a abrirse paso, esta vez en nom- bre de la justicia, La conciencia Hay algo mas que enardece el conflicto. Es algo que llamamos “bueno” y que en realidad, a pesar de eso, provoca algo malo. Es la conciencia buena o tranquila. Tal como sucede con lo de hacer justicia, a menudo se usa a la conciencia tranquila como caballito de batalta para el deseo de aniquilacion. Y es que siempre que alguien se considera mejor en comparacién con otros y que por ello esta justificado todo lo que les cause, acttia bajo la influencia de su conciencia “con la conciencia tranquila”. 2Se trata realmente de su conciencia? Lo que hace posible que sobreviva es la conciencia de (a familia y la del grupo. Mediante el deseo de aniquilar, la conciencia de un grupo se asegura ta supervivencia cuando entra en conflicto con otros grupos. Muchas personas opinan que esta conciencia es algo sagrado y santifican los ataques -e incluso la aniquilaci6n— en contra de personas de creencias o actitudes diferentes a las de ellos. Entonces, en las “guerras santas”, tanto en el campo de batalla como dentro de tos grupos, aquellos que piensan y actéan diferente son percibidos como una amenaza para la unidad del propio grupo. Ast como sucede en la gue- fra, en este caso todos los medios para lograr ese fin son jus- tificados y santificados por la conciencia tranquila 0 buena. Por esa raz6n, toda apelacion a la conciencia de ese tipo de agresores oa su imparcialidad no tiene eco y cae al vacfo, No se trata aqui de que ellos sean malos, sino de que tienen una 20 conciencia tranquila y con: buena causa. Ala inversa: aquél que considera que puede apelar a su conciencia actiia asi desde otra conciencia, desde su con- ciencia tranquila. Por lo tanto corre peligro de recurrir, siem- pre siguiendo lo que le dicta su propia conciencia tranquila 0 buena, a los mismos medios que los agresores. Por ello resulta inGtil tratar de encontrar soluciones para los gran- des conflictos a nivel de la justicia y la conciencia buena 0 tranquila. jeran estar luchando por una Lo nuevo como amenaza La conciencia experimenta como una amenaza todo aquello que sacude el orden convencional, tanto en el plano de la con- ciencia individual como en la conciencia de su grupo -supo- niendo que se pueda establecer una diferencia entre ambas-. Porque, en definitiva, cada conciencia es la conciencia de un grupo. Lo nuevo amenaza su adhesién y con ello la supervi- vencia bajo las pautas conocidas. Es que si un grupo diera lugar a lo nuevo se disolveria, o deberia volver a organizarse de una nueva manera. Muchas ideologias han colapsado por esta raz6n, luego de un tiempo. A la larga no pudieron mantenerse firmes ante la realidad practica. Por ejemplo: la ideologia comunista. El colapso sélo ocurrié luego de que, en pos de la supervivencia de los grupos que segufan esa ideologta, muchos de los que habfan llamado la atenci6n sobre lo ilusorio de esa ideologia fueran ejecutados o quedaran a merced de las hambrunas [sobrevenidas como consecuencia del intento de conservar el sistema comunistal. S6lo cuando tos grupos que se forman en base a nuevas comprensiones son lo suficientemente fucrtes como para proteger a sus miembros ante el deseo de aniquilacién de los grupos anteriores, sus adeptos tienen la vida asegurada. 21 Aquél que osa adelantarse antes de tiempo esta en peligro. Muchos herejes y otros divergentes dieron su testimonio de alerta. éPero, eran malos aquéllos que crucificaban a los herejes © los quemaban pablicamente en la hoguera por actuar de esa manera? Luchaban por la supervivencia de su grupo y, en consecuencia, luchaban por sobrevivir. Su deseo de aniquilar estaba al servicio de sobrevivir, segufan las indicaciones de una conciencia tranquila, una buena conciencia, El rechazo internalizado Siuna persona rechaza a otra bajo la influencia de su concien- cia tranquila -cualesquiera sean las razones- también debe cederle un lugar en su alma, a consecuencia de la presin que ejerce sobre ella otra instancia del alma, Esto queda a la vista cuando, de repente, vive en carne propia algo que ha rechaza- do en el otro, por ejemplo: su agresién, Pero el objeto de la agresi6n fue transferido, La agresién no se dirige a las misma persona que la det perpetrador, a quien rechaz6, sino a otras personas que ha vinculado con el perpetrador, quizas sin que eso sea verdaderamente asi. Por ello, para esa persona per- manece oculto el hecho de que en su caso se trata tan sélo de un desplazamiento, pero que el impulso sigue siendo el mismo. Sin embargo, mediante un modo extrafio y compensador, una instancia interna oculta hace que ta conciencia tranqui- la, y al mismo tiempo ciega, caiga en su propia trampa y fra- case, En este contexto hay una transferencia mas. Lo que noso- tros personalmente rechazamos, y negamos, es combatido, no en nuestro interior sino en otra persona, tal como Freud lo describe en sus tratados sobre las proyecciones. Una transferencia adicional se demuestra mediante el hecho de que los hijos encaman en sus actitudes aquello que 22 uno de sus padres rechaza. Eso se ve, por ejemplo, en muchos casos de radicalismo de derecha. A menudo, a través, de su extremismo honran al padre techazado 0 despreciado por parte de la madre. Pero también lo vemnos en muchos de los que combaten a los radicales de derecha. Lo hacen con la misma agresividad y aplicando los mismos medios. Pero todos con la conciencia tranquila o buena. El campo Logramos comprender mejor estas conexiones si las obser- vamos desde la imagen del campo. Rupert Sheldrake habla aqui de un campo mental o de una mente expandida (amplia- da). En inglés: “extended mind”. El observé que: entre los seres vivos existe una comunicacién que s6lo se puede com- prender si suponemos la existencia de un campo mental, dentro del cual permanecen y se mueven. éDe qué otro modo se explicaria el hecho de que un animal se oriente justamen- te hacia la planta que necesita para aliviar una molestia de ‘su cuerpo? 20 que un perro sepa cuando su amo emprende el camino de regreso al hogar? Lo mismo ocurre con los fené- menos que se observan en las constelaciones familiares y tis resultan comprensibles partiendo de la suposicién de ese tipo ae .mno compartido. Por ejemplo: que cuando los representantes de ciertos miembros de una familia ocupan una posicién en relacién con otros, repentinamente sienten como las personas que representan, aunque no sepan nada sobre ellas. En ese campo, todos estdn en resonancia con todos los demas. Nada ni nadie puede caer fuera de ese campo. incluso lo pasado y los muertos contindan presentes y actuando. Por lo tanto, todo intento de excluir a alguien ~o deshacerse de él 0 ella- estd condenado al fracaso. Por el contratio, lo excluido, rechazado 0 eliminado adquiere mas poder dentro de ese campo precisamente a causa del inten- 2B to de deshacerse de ello, Cuanto més fuerte sea el deseo de deshacerse de algo, tanto mas fuerte sera su accién. El campo estaré intranquilo y desordenado hasta que lo recha- zado sea reconocido y ocupe el lugar que le corresponde dentro de ese campo. Campo y concien: Las formas en que actta la conciencia se vuelven mas com- prensibles para nosotros si tas consideramos en relacién con los campos mentales. Alli se pone de manifiesto que nos movemos en campos diferentes. Por ello, en los distintos campos, también tenemos distintas conciencias. Las reaccio- nes de la conciencia nos permiten interpretar cémo actia ese campo, a quignes abarca y a quiénes ~0 a qué- desplaza o excluye. El campo se polariza por la influencia de la conciencia buena o tranquila. Eso significa que s6lo una parte del campo © ~aplicando este concepto a las relaciones interpersona- les-una parte de las personas pertenecientes a ese campo son reconocidas como que pertenecen, En el idioma de la concienicia, aquéllos a tos que se les permite pertenecer son los buenos. Sin embargo, buenas -en el sentido de la con- iencia- s6lo son aquellas personas que, al-mismo tiempo, rechazan y excluyen todo lo diferente, Como lo desplazado y excluido no llega a salir del campo sino que, por el contrario, gana fuerza dentro de éste, lo desplazado pondré en un aprie- to cada vez mayor a quienes son considerados “buenos”. Eso se manifiesta en el hecho de que continuamente se ven obli- gados a defenderse de to supuestamente malo en su propia alma y en su entorno. La lucha contra la sombra de su propia luz los va consumiendo hasta que sus fuerzas decaen y tam- bién ellos, en su interior, conceden un espacio a lo malo o caen presa de ello. Eso si, sin respetarlo, con una sensacién de derrota y con mala conciencia, 24 iCual es entonces el gran conflicto? Es el conflicto entre la conciencia tranquila o buena y la mata conciencia. A partir de aqui se originan los conflictos més implacables (crueles) entre los grupos y en ta propia alma. El delirio Bajo la influencia de la tranquilidad de conciencia y la irresis- tible necesidad de pertenecer surge un movimiento fervoro- so y ciego. Por un lado, provoca una sensacién de éxtasis, el éxtasis de la inocencia, de la conciencia tranquita y de la per- tenencia que, sin embargo, al mismo tiempo se dirige con ira ciega en contra de otros. Conduce a los individuos hasta el punto de estar dispuestos a matar, en conjuncién con un deseo de aniquilar a otros, sin que la mirada considere a esos otros como seres humanos. Para aumentar anénima- mente esa sensacién de éxtasis son arrojados, como cebo, ante un fdolo ciego y asesinados para él: Por lo tanto, ese conflicto grande y sin sentido extrae su fuerza de un delirio como éste. Existen, por supuesto, distintos grados de este delirio, pero el movimiento basico es el mismo. En ese movimiento, et si mismo se disuelve en el Yo colectivo del grupo que esta seducido por la tranquilidad de conciencia-ta buena concien- cia, y ha llegado a sentirse superior a los demas aunque, en otros aspectos permanece en el anonimato. Ese movimiento es el mismo que lleva al entusiasmo. También en el caso del entusiasmo la percepcién es reducida y adquiere rasgos deli- rantes o, en ocasiones, queda suprimida. Quien se retira de la masa de entusiastas, y vuelve en si, deja de ser étil para el gran conflicto, No se deja seducir en su favor. Pero aiin estd en riesgo de caer victima de ese conflicto porque los entusiasmados pueden volverse en contra suya y considerarlo un traidor. 2Por qué? Porque ya no tiene la misma conciencia buena o tranquila que los demas. 25 Resumen Los grandes conflictos comienzan en el alma bajo la influencia de la conciencia buena o tranquila. A ese tipo de conflicto a menudo se le sacrifica tanto la propia vida como la de otros. De esa manera, en el alma, los grandes conflictos se vuelven algo sagrado, incluso algo divino, algo a lo que voluntariamente se le ofrece como sacrificio incluso to mas alto y lo Gltimo. Pero Gnicamente al Dios propio. Por consiguiente, los grandes con- flictos son conflictos al servicio de ese Dios. Eles el que los ini- ciay el que los recompensa. éDe qué manera? Sobre todo des- pués de la muerte. Porque ta vida aquf es el alimento que se le oftece continuamente mediante sacrificios, que lo enaltece dentro del grupo y que garantiza su dominio dentro del mismo. éTenemos alguna salida de esto? Busco encontrarla en el préximo capitulo. 26 LA GRAN PAZ El amor Ala par de los contflictos que surgen, en gran medida desde la conciencia tranquila, y del deseo de supervivencia, entre las personas existe también un movimiento hacia los otros, el anhelo de unirse a ellos y la curiosidad, el deseo de conocer- se més. El comienzo de este movimiento lo constituye el amor entre el hombre y la mujer cuando ambos provienen de fami- lias distintas. A través de la nueva pareja, también ambas fami- lias se acercan y forman un clan en cuyos limites reina ta paz. El intercambio La otra forma en que familias y grupos diferentes se acercan yabandonan el temor recipraco, es el intercambio: el dar y el tomar. Como esta forma ofrece ventajas para ambas partes, las une atin mas. A veces, luego de un tiempo, también se fusionan ante la amenaza por parte de otros grupos y, juntos, aseguran sus probabilidades de supervivencia. Cuando en un conflicto se necesitan aliados, éstos se unen en contra de un enemigo comin de afuera. De esa forma hacen més intenso el intercambio y ta adhesién entre si. De esta manera, la amenaza externa y el enemigo externo contri- buyen (sirven) a la paz interior. La conciencia Al mismo tiempo, este grupo desarrolla una conciencia comin, bajo cuya influencia los miembros ponen un limite frente a aquellos que se encuentran fuera de su grupo. Bajo la influencia de la conciencia se sienten mejores que los demés y los menosprecian. Todo aquello que sirve al grupo propio, y lo que éste exige como condicién para poder perte- 27 nnecer, es recompensado por la conciencia con una sensacion de ser bueno o ser mejor. En este contexto, la conciencia acepta y premia todo que va en contra de los que estan fuera del grupo; también premia lo que sirve para delimitar y prote- ger, incluso los sentimientos de agresién que intensifican la disposicién a crear conflictos y luchar contra otros. Tanto la paz en el interior del grupo como la conciencia buena (tran- quila), que la consolida, son condiciones previas pata supe- rar, con éxito, los conflictos externos. La impotencia Entonces: Cémo se logra la paz entre grupos que ya estuvie- ron en conflicto? Por lo general, esto ocurtiré cuando ambas partes ya no puedan seguir luchando y sus fuerzas estén ago- tadas. Siempre y cuando ambos grupos hayan estado en pari dad de fuerzas y admitan que continuar enfrentados sélo sig- nificarfa pérdidas. En ese momento hacen las paces. Deter- minan nuevas fronteras que los dos grupos respetan; algtin tiempo después comienzan a intercambiar -ambos toman y dan-, Quizé lleguen a unirse para formar un todo mayor. El triunfo éPero qué ocurte si un grupo derrota al otro y lo somete luego de haber intentado aniquitarlo? El grupo triunfador pierde la unidad interna después de triunfar. Asi, el grupo sometido vuelve a tener autoridad después de la derrota. La disolucién del grupo triunfador, y su ocaso, comienzan a par- tirdet triunfo. 28 La comprensién Aquilo he descrito en general, ya grandes rasgos. Como ocu- rre en la vida, esta generalizacién no abarca la diversidad de matices de lo concreto. Pero tampoco se trata de eso. Visto desde afuera, la guerra y la paz parecen un destino inevitable, con sus cambios y su mutua dependencia, Y realmente lo son, hasta tanto no tomemos conciencia de las conexiones mas profundas entre la guerra y la paz que tienen lugar en nuestra alma y, por lo tanto, permanezcamos inaccesibles a tas com- prensiones esenciales. Una de las comprensiones es que, al final, todo gran con- flicto fracasa, 2Por qué debe fracasar? Porque niega lo eviden- te y traslada afuera algo que sélo se puede solucionar en la propia alma. No pretendo decir que todos los conflictos se pueden solu- cionar de esta manera; tampoco digo que podemos vivir sin conflictos. Los conflictos son una parte necesaria en el desa- rrollo del individuo y de los grupos. Pero teniendo en cuenta las comprensiones esenciales, los conflictos se pueden solu- cionar de otra manera, con mas prudencia y reconociendo las distintas necesidades y los limites que las soluciones conjun- tas imponen. Porque, en definitiva, toda paz se alcanza mediante una renuncia. La paz interior En su interior, cada individuo vive continuamente el conflic- to entre distintos sentimientos, necesidades e instintos. Es cierto que cada uno de ellos es importante, pero solamente logran imponerse y alcanzar sus objetivos en la medida en que se toman en consideracién y logran armonizarse entre sf. Asf ganan algo y, al mismo tiempo, deben renunciar a algo teniendo en cuenta al todo mayor. Si estén compensa- dos entre si, nosotros nos sentimos bien y en paz. Pero 29 mientras existan conflictos, y sus limitaciones y posibilida- des atin no hayan sido delimitadas, nosotros nos sentimos molestos, quizés también incitados y a veces enfermos y exhaustos. La pregunta es: ése trata aqui sélo de un conflicto interno, 0 se trata de un conflicto de afuera que hemos trasladado al interior? Se trata de un conflicto interno que hemos traslada- do hacia afuera. Como para comprender mejor esta concor- dancia que se da entre afuera y adentro vuelvo a referirme a los campos mentales. La paz en un campo mental presupone que todos aquellos que pertenecen a él sean reconocidos como pertenecientes en igualdad. Esto se logra recién cuando los denominados buenos han podido descubrir lo malo y lo peligroso de su con- ciencia tranquila. Recién entonces pueden ir mas alla de los limites de la conciencia tranquila, si bien con una sensacién de culpa y de una mala conciencia. Recién entonces pueden conceder un lugar de pares dentro de este campo a lo recha- zado, en especial a otra persona rechazada. La percepcién Dentro del campo, la percepcién de los miembros es limitada. Dentro de un campo se repiten los modelos, también los modelos de actitud de tas personas. Sobre todo porque to rechazado y las personas rechazadas también rechazan, con ta conciencia tranquila, a quienes los rechazan a ellos. De manera que el conflicto entre ellos no es mas que un conflic- to entre conciencias tranquilas; buenas conciencias que se enfrentan entre si. Ambas son limitadas, detiran, imaginan que podran derrotar al otro de una vez por todas, y podran deshacerse de él. Gira la rueda del conflicto, buenos y malos se alternan. Los que antes eran buenos ahora son malos, los que antes eran malos ahora son buenos. 30 Rupert Sheldrake observé que un campo sélo puede modi- ficarse cuando un impulso externo lo pone en movimiento. Ese impulso es mental. Proviene de una nueva comprensién. Al comienzo, el campo se defiende ante esta comprensién intenta sofocarla. Pero si una cantidad suficiente de sus miembros quedan convencidos y aceptan la nueva compren- sin, también el campo como un todo- comienza a moverse. Puede abrirse a nuevas comprensiones, Puede dejar atrés algo superado y actuar de otra manera. Tal comprensién seria, por ejemplo, percibir que los gran- des conflictos se originan en las conciencias tranquilas o bue- nas, y de ella extraen sus energias agresivas. De las constelaciones familiares y de su protongacién ~el fluir con los movimientos del alma- surgié otra nueva com- prensién. Se demostré que: En una constelacién familiar, cuando los representantes tienen tiempo suficiente y logran centrarse sin intervenciones externas, repentinamente son tomados por un movimiento que siempre va en la misma direcci6n. Unifica, en un nivel superior, lo que estaba separa- do. Los movimientos del alma nos llevan de una comprensién a otra, por un camino que termina donde los grandes conflic- tos pierden su encanto y raz6n de ser. Estos movimientos van més alla de los limites de la conciencia tranquila y, asi, van mas alla de los limites del propio grupo. Unen lo que estaba separado para conformar una unidad mayor que enriquece a ambas partes y les ayuda a avanzar. La otra conciencia En el nivel de los movimientos del alma actda otra conciencia. Percibimos como un sentimiento aquello que identificamos como culpa 0 inocencia. Lo mismo ocurre con la conciencia que nos lleva mas alla de los limites de nuestro grupo, nos sin- toniza con algo mayor y une, a un nivel més elevado, aquello que antes estaba en posiciones opuestas. Esto sucederé cuan- 34 do hayamos transitado una parte del camino que nos tleva mis allé de nuestra conciencia habitual. Tal conciencia podr manifestarse como tranquilidad o intranquilidad, serenidad en uilibrio o sensaci6n de haber perdido el rumbo, de persecu- ion y de no saber como seguir adelante. Esto ocurre aunque no tengamos en cuenta que, al perder nuestro centro, volve- mos a quedar hechizados por la tranquilidad de conciencia, 0 Por su opuesto: la mala conciencia, Estar en sintonia significa estar en contacto con muchas cosas. En realidad significa que estoy en contacto con todo y, por lo tanto, quiere decir que no soy enemigo de nadie. Pero la tranquilidad de conciencia (la buena conciencia) me muestra unido a una de las partes y en conflicto con la otra ~hasta desear aniquilarla-. Pero entrar en el hecho de la otra conciencia significa dejar atrds las imagenes de oposicién (de enemistad). También en este lugar existen los conflictos ~necesariamente son parte del crecimiento y el desarrollo- pero aqui no estan presentes las imagenes de enemistad ni el deseo de aniquilar, Por sobre todo, aqui no hay entusiasmo y tampoco fervor. Entonces, édénde comienza la gran paz? Alli donde se ha extinguido el deseo de aniquilar al otro, donde no importan las justificaciones, y donde el individuo admite que las perso- nas no son mejores ni peores. Cada una a su manera, todas ellas estén implicadas y, por lo tanto, tan comprometidas como nosotros. En este sentido, todos somos iguales. Si reconocemos y aceptamos esto, si reconocemos que a causa de nuestra conciencia no somos libres, podremos acer- carnos sin soberbia. Respetando los limites establecidos, podremos mirar més allé de nuestra habitual tranquilidad de conciencia; podremos ir més alla y encontrarnos en algo mayor. Alli comienza la gran paz. 32 El otro amor Otro amor prepara el camino hacia esta paz, es un amor que nos lleva mas alla de los limites de la tranquitidad de concien- cia (de la buena conciencia). Jestis describié ese camino al decir: “Sean misericordiosos, como mi Padre que esta en el cielo. El permite que el sol brille sobre los buenos y los malos. Permite que la lluvia caiga sobre justos y pecadores.” Es amor por todos, tal como son, es el otro amor, el gran amor ~el amor que esta més alla del bien y del mal; el amor que esta més alla de los grandes conflictos-. 33 LAZOS DEL DESTINO COMENTARIO PRELIMINAR Cuando en mis cursos sobre constelaciones familiares salia a {a luz algo especial, a menudo los participantes esperaban que yo comentara las comprensiones que llevaban a ello, también las comprensiones resultantes. Asf fueron surgiendo reflexiones relacionadas con muchos temas. En este capitulo presento este tipo de reflexiones relacionadas con el tema del destino y las amplio mediante algunos ejemplos. Las reflexiones fueron como descansos, en los que des- pugs de una constelacién nos tomabamos un respiro y podia- ‘mos concentrar nuestras fuerzas para lo que segufa a conti- huacién, En ellas vibra lo que precedié a ese momento, y se va anunciando lo que nos va a ocupar seguidamente. Por esa raz6n, también, esas reflexiones no estén preparadas. Se fue- fon dando casi por sf solas, como resultante de lo vivido. Fluyen, en ocasiones repiten algo, permanecen incompletas y, sin embargo, de una manera especial sintetizan, porque en ellas muchos aspectos aparecen s6lo como una insinuacién. Giran en torno del tema de este libro, a veces mas de cerca, otras de mas lejos. Pero cada vez la vibracién trae algo nuevo y contacta el alma de manera diferente. 37 EL OTRO DESTINO Cuando conozco una persona més de cerca, ella se vuelve destino para mf y yo para ella. Ninguno de nosotros puede evitar que esto ocurra. Estamos entrelazados en tantos aspectos, que nos movemos como en una red de destinos personales, y debemos movernos asi: A veces, si alguien trata de huir de su destino, o de su culpa, algin otro se hace cargo en su lugar, y acta como si se tratara de su propio destino. Queda implicado en el destino de otro. Si esta implicacién sale a la luz, por ejemplo durante las constelaciones familia tes, hasta cierto punto es posible que-la-persona'deje de implicarse. Viviré esto como una liberacién. Las implicaciones de este tipo son ineludibles, Hay quie- nes permanecen presos de elas durante casi toda su vida. De un modo u otro, todos somos prisioneros de estas implicacio- nes; no obstante, algunos las viven de un modo especialmen- te tragico. La pregunta es: ZEste conflicto es s6lo interno, o se trata de un conflicto externo que hemos trastadado a nuestro interior? ds grave estar implicado de esa forma? £Quién nos dice que tenemos derecho a liberarnos de estas implicaciones?

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