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10 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO so de Derechos Fundamentals”, Madrid, 1991. Santo Tomés: x ‘Suma Teoldgica". No se indican los Tratados Generales citados. " Obras consultadas: Alcalé Zamora y Castillo N., “La pro- teccién procesal internacional de los Derechos Humanos”, Ma- drid 1975. Atienza M., "Marx y los Derechos Humanos”, Madrid 1982. Gastan Tobefias, “Los Derechos del Hombre”, Madrid i576 Garcia Lépez, “Los Derechos Humanos en Santo Tomés le Aquino”, Pamplona 1979, Lépez Calera N., “Hegel y los De- 1 rechos Humanos”, Granada 1971. Obieta J. A. de, Se norecko Se Internacional de a Persona Humana”, Bilbao 1974 435,- Cuando estudidbamos el tema de las Personas Interna~ cionales, vimos que, en realidad, las tres categorias de tales inclu- yen a los pueblos, a la humanidad, y al propio hombre. Pero es {que 1a Humanidad no es sino el pueblo de los pueblos y el pueblo noes sino la pluralidad de sustancias humanas politicamente rela- cionadas. O sea que, detrds de la espectacularidad de Estados y ‘Organizaciones Internacionales, la realidad realmente real a ousia del Derecho Internacional es la Persona humana singular. No es que lo demés no exista, sino que se trata de accidentes, ain nece- sarios, pero a los cuales se les reconoce una dindmica gravitante 5 tan sélo para simplificar las relaciones de los verdaderos titulares de la relacién intemacional, que son las Personas humanas. Hay situaciones, sin embargo, en que la propia Persona Individual debe ejercer por si sus derechos y es ahi el momento en que se mani- fiesta la personalidad juridico internacional del hombre mismo. ‘ Elconcepto de persona humana no difiere del concepto mis- mo de persona, sino que afiade algo a dicho concepto. Magistral- mente Santo Tomis lo dice: por una parte recuerda la vieja defini- in de Boecio “persona est rationalis naturae individua subs- "!; por otra part, sefiala agudamente que la pal 10 dice a una esencia, como Ia palabra hombre, labra™perso- Arbol 0 rio; 481 Santo Tumis, Suma Teoldgicw 1,29, eee ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO dice tan s6lo la manera de ser incomunicable de ciertas esenci aquéllas dotadas de espiritualidad o sea de aptitu conioc y para optar ante alternativas por s{ mismas.jYa sabe~ mos que incomunicable no quiere decir que no pueda enviar su mensaje a otro, sino que su ser no es parte de otro. Pues bien, todo espiritu es persona, pues su manera de ser incomunicable es la de un ser inteligente y afectivo, o sea de un ser que es una totalidad, pues ese ser, y gracias a ese poder de conocimiento y amor puede a todo lo que existe. Es una totalidad. Pero mnera de ser incomunicable se da tanto en el hombre, que es un espfritu encarnado, como en un espiritu puro, sea un angel, sea Dios mismo. Pero hay algo més que puntualiza Santo Tomés: “hypostasis et persona addunt supra rationem essentiae prin dualis™®, Esto tiene particular relevancia en el caso del ser huma~ no, que no es un espfritu puro. En el espiritu su propia forma es su io de individuacién de tal suerte que, si existieran angeles, una especie total; pero en el caso del hombre su principio d vidualizacién es la materia, y Ja materia signada por la cantidad, de modo tal que todos los hombres constituyen una sola y dnica especie. Cuando decimos “persona humana’ no decimos solamente “persona” o sea esta totalidad racional, sino que incluimos en di- cha personalidad, a toda Ia realidad material, canal, biolégica, inclusive irracional del ser humano. Porque la persona humana no es una parte del ser humano: es su totalidad. De alli que la proteccién de la persona humana no se agote en sus derechos pro- piamente espirituales, sino que se extiende a toda su realidad so- cio-econémico y biol6gico afect / La tradicién judeo-cristiana ensefio al mundo el valor su- remo de la persona humana en el orden temporal: “magnae ee est a rationali natura subsistere™®, La sustancia es) 482 Santo Tomés,Ibidem, 1, 29,2. dd para conocer lo e 8 LA PERSONA HUMANA 1 al accidente, porque su existencia es gona humana tenga superior “Jalor que cualquier relacién interpersonal, que, en {@nt0, relacion, es accidente y no su a ontolégicamente superior que toda per Por eso, ni la clase, ni la naci6n, pueden invocar su ste sentido, toda relacién inter persona humana. En quia qu nacional es una relacién interperson: rior interés de las personas humanas que la viven.| ‘mana es, asi, la Persona Internacional de mayor jerarquia. Persona Internacional, porque sus derechos nanrales se imponen_ erga ommes, Estados y Organizaciones Internacionales incluidos 436.- Hemos dicho que toda persona es una entidad racio- nal; que toda entidad racional se define como tal por su aptitud ; que toda entidad racion Me 1a lo universal, puede con- para captarlounivers. cebir indefinido ntimero de altern¢ cidnde ese universal; que quien conci enire ellas; que quien tiene la facultad de optar, tiene libre albe- \ombre, por ser persona es racional; y, por ser racional, ~~ ahora bien, el ser humano no es el Ser infinito; es un ser lo, en el que debemos distinguir su actualidad y su poten- cialidad, pues el hombre es hombre desde que se une la materia y el espiritu, pero la vida del hombre es un permanente actualizar potencias. Por otra parte, el ser humano, en tanto ser, esté tenden- cialmente ordenado a la plenitud del ser; en tant dencia configuraun deber moral: todo hombre debe buscar la per- feccidn' 483. Santo Toms, ibidem, 1,29, 3. 484 Baquero Lazcano, Pedro. El Movimiento de la Historia, Cérdoba 1991, parigrafo 41 485. Baquero Lazcano, Pedro. Ibidem, parSgrafo 58, / hombre alcanzar la sin los derechos necesarios para cumplirlo, toda persona humana _ 4 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Si es el deber metafisico (por asi decirlo grificamente) del '6n, y dado que no se tiene un deber, posee tres derechos fundamentales: a ta vida, 4 Ia familia y ala libertad Belderecho aa vida derivan todos los derechos que sostic- nen a la subsistencia de 1a persona humana, 0 sea la integridad humana de perpetuar ala especie: derecho al matrimoni creaci6n, a la alimentacién de los hijos y a su educacién, etc. Del derecho a la libertad derivan para la persona humana todas las “fades fundamentales, como la de conciencia, la de cult én, la de asociaciGn y Ia de reunién, etc! No ago sta de derechos naturales del hombre, pues como antes dijimos, una cosa es el conocimiento de dichos derechos, conoci- miento siempre en crecimiento; y otra cosa son los derechos mis- ‘mos, que no dependen en su validez. de nuestro conocimiento. Pero ‘como aquel conocimiento va creciendo, la historia siempre descu- bre nuevos derechos naturales, aunque siempre reductibles a una de las tres categorias fundamentales arriba enunciadas. 437.- Dice Oppenheim**” que el hombre ha sido objeto de ) proteccién intemacional. Lo novedoso es que se trate de recono- cerlo como sujeto del derecho internacional. Mas atin, decimos nosotros, este irdnsito de la persona humana, de objeto de protec- cidn juridico internacional, a sujeto del derecho internacional, es uno de los ejes para explicar la historia internacional, como lo fue también el transito de la relacién entre pueblos, del estadio de comunidad al de sociedad. 487 Oppenheim, Tratado de Derecho Internacional Piblico, Ea. Bosch, Barcelona 1961, parégrafo 288: “El individuo ademas de ser sSbcito de su Estado vo, constituye también el objeto timo del Derecho Intemacional, por se ‘realidad de todo Derecho”. ad LAPERSONAHUMANA | 1s a Pero este largo proceso no se ha dado sibitamente, sino que ha llenado siglos de la historia universal. Podemos distinguir seis momentos hist6ricos fapla oncientizacién) de ta validez de Tos — “aojechos naturales del hombre, que tiene sus precedentes en Tx ‘propti Biblia y ain en el pensamiento pagano, pero que arranca__ desde Cristo y cubre los fos de la Antigitedad, toda Ta Edad Media.y Moderna, para set dinamizados por la Revolucién Francesd{o) La/atencion particularizadalde derechos naturales del hombre que va desde el Congreso de Paris de 1856 hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial aproximadamen tragedia de los dere imanos, que'se extiende desde 1a Pri- mera Guerra Mundial hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1914-1945)(@-Lalproclamacion universal de los derechos bu- manos en el afio decisive de 1948 €)Las garantias para derechos humanos particulares (1949 3 1966), proceso que penetra atin en nuestros dias, f) Las garantias universales de los derechos huma- (19654 yy'su proyeccién regional. ra 438.- La primera etapa est precedida por la propia tradi- cién biblica, que exalta al ser humano como rey de la creacién y le manda dominar a la naturaleza*, Bs eterna y recurrente la exhor- tacién de Yahveh al respeto debido a los derechos, bajo el reino de |, buscad lo justo, dad sus de- no. Asi, la escuela estoica afirma que domina el mundo y que se refleja también en la conciencia indivi- dual”, Cicerén, a su vez, gran introductor del pensamiento grie~ 490 Del Veechio Giorgio, Historia dela Filosofia del Derecho, Ea Bosch, Barcelona 1960, pag. 19 23. 6 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLIC go, en Roma, “observa que no todo cuanto se pone como Derecho es justo, pues en tal caso también las leyes de los tiranos serfan Derecho. El Derecho no esté fundado sobre la opinién arbitraria, sino que hay lo justo natural, inmutable y necesario, del que da testimonio la conciencia misma del hombre”. Pero es indudable que Cristo fue el foco irradiante del valor )dignidad de la persona humana. para e! hombre y no el hombre para él sabado"". En esta frase se ‘encierra (odo el sentido profundamente humanista del mensaje de Cristo. Que luego levard a uno de sus mas grandes apéstoles, a San Pablo, a proclamar que “por la obediencia de uno solo todos. serdn constituidos justos™” y que “no hay distincién entre judio y griego. pues uno mismo es el Sefior de t ‘Sin embargo, la raiz de la invasién de la conciencia huma- nnista, parte del asesinato de Cristo, producido por la corrupta rigencia judia y romana. El horror de ese crimen, habida cuenta de la inocencia evidente del Crucificado produjo un movimiento universal de repugnancia a le depresién de la persona humana. La prédica incesante de la Iglesia diciéndonos a todos los hombres, hermanos, por ser hijos de un mismo Padre y miembros del Cuer- po mistico de Cristo, fue penetrando en la conciencia universal la igualdad esencial de los seres humanos, su fraternidad universal y su dignidad sentada en la condici6n libre de la naturaleza humana. Los tres gritos de la Revolucién Francesa, libertad, igualdad y fra- temnidad, podrén haber sido expresados contra el clero de. aquella época, pero quien los ensefié al mundo y a los propios revolucio- narios, fue la Iglesia. Entre la cafda de Roma en poder de los bar- baros (y el sistema de creencias trafdo por éstos, 0 sea la desigual- dad fundada en la fuerza, la dominaci6n consiguiente del débil por el poderoso y la quiebra de la unidad universal de los seres huma- 491 Marcos 2, 27-28, 492. Romanos 5,19, 493 Romanos 10, 12. LA PERSONA HUMANA, LAPERSONA HUMANA © 9 ros, por el predominio del grupo propio) y la Revol sa, solamente se interpone la prédica constante, dominical, ténea, universal de la Iglesia, ensefiando {odos los seres humanos, por su naturalezact ibertad o libre albedrio como constitutivo de esa naturaleza; y la fraternidad universal por el Padre de todos los hombres, el mis- mo Dios proclamado incesantemente por la Iglesia. ~ 439.- El fracaso ostensible de las pol (Napoleén 1) y de equilibrio sustentada en Viena (1815) unidos a Tacrisis de Ins nacionalidades desde 1830 y la guerra ruso-otoma- mundo que, yaen ia materia especifica de dichos derech ‘os, tuvo su culminaciGn en la Conferencia Antiesclavista de Bru- selas de 1890 por Ia cual la esclavitud queda condenada como verdadero crimen internacional, y se adoptan por los Estados par- ticipantes, que habfan desarrollado previamente una politica no precisamente altruista, sino de expansién colonialista, medidas ares, econémicas y juridicas dirigidas a extirpar la practica esclavista y la vergonzosa trata de esclavos en el sufrido continen- te africano. Pero este Congreso encontraba antecedentes enel siglo XIX, pues las Provincias Unidas del Rio de la Plata habfan abolido la fas Provincias Unidas de Centro América lo habjan hecho en 1824, México en 1825, Francia para sus colonias en 1848, Holanda en 1860, Estados Unidos en 1863, Espafia y Portugal para sus colonias en.1873, a la vez que el propio Congre- jel Congo, celebrado en Berlin (1885) comprometi6 a Jas potencias coloniales participantes a luchar para suprimir la es~ clavitud y el mercado de esclavos negros. Este movimiento antiesclavista luchaba por el respeto al derecho a la libertad del em mea MAARAAOOOOOHEEE 18 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNAGIONAL PUBLICO cualquiera fuera su condici6n, sin que esto implique ol dar las interesadas razones que llevaron a las potencias colon) tas a propiciar semejante extremo. Lo que ocurte es que el de esclavos era una fuente eterna de conflictos en el continente africano, para las propias potencias coloniales. Pero unidos a és- tos intereses de estado, estaba sin duda el peso de la conciencia de a humanidad. Y semejante movimiento penetr6 en el siglo XX, firméndose el 25 de setiembre de 1926 en Ginebra la Convencién sobre la Esclavitud que entré en vigencia el 9 de marzo de 1927, y que, luego de la Segunda Guerra Mundial, fuera modificada por el Protocolo de Nueva York del 7 de diciembre. en vigencia el 7 de julio de 1955. Es destacable asimismo la Con- vencién Suplementaria sobre abolicién de la esclavitud e institu- ciones y précticas similares a Ia esclavitud, vigente desde el 30 de abril de 1957, adoptada por la Conferencia de Plenipotenciarios de Naciones Unidades convocada por el Consejo Econémico y Social ‘La Convencién de 1927/1955 define (art. 1°) ala esclavitud como “el estado o condicién de un individuo sobre el cual se ejer- citan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos”. Y_ ala trata de esclavos como “todo acto de captura, adquisicion 0 cesién de un individuo para venderle o cambiarle; todo acto de venta o cambio de un esclavo, adquirido para venderlo fico La Convencién compromete a los Estados Parte a “prevenir y reprimir la trata de esclavos” (art. 2 inc. a); a procurar legar “tan ala “supresi6n cot . 2 ine. b)s ya forzoso u obligatorio leve consigo condiciones andlogas a la es- clavitud” (art. 5). La esclavitud parte del erréneo concepto de que existen se- res humanos incapaces de elaborar una decisién racional, por lo LA PERSONA HUMANA 19 pial que necesitan a os amos que les indiquen lo que hay que hacer”. Semejante despropésito més parece un pretexto del codicioso in, terés que una sincera aunque errénea con\ La injuria ala dignidad humana consiste en tratar como medio o instrumento a una persona que, ya sabemos, siempre es un fin en si misma. La Convencién actia contra la trata de esclavos porque la esclavitud es utilizada como medio de lucro y la suerte del esclavo se vuelve particularmente adversa. Estremece pensar }os de seres humanos arrancados de sus familias, de sus patrias, de sus sociedades, transportados sin saber a qué destino y con trato inferior alas bestias. En segundo lugar, la Convencién procura la eliminacién de la condicién de esclavo, porque aun en los casos de buen hasta de carifioso trato, la mera condicién de esclavo agravia ala dignidad racional del hombre y a su consiguiente libre albedrio. “La esclavitud es un delito contra la libertad del hombre. Aqui apa- \zs ‘claramente la atencién particularizada a uno de los dere- chos del hombre. Pero la Convenci6n también fulmina al trabajo forzoso cuan- do produzca condiciones andlogas a las de la esclavitud sea sumi- siépabsoluta, gratuidad del trabajo y destino forzado. Por eso, el re o -xige que los casos de trabajo obligatorio sean excepcionales, jal obligatorio, Es tras- in del trabajo forzo- 5 de junio de 1957,en vigor desde el 17 de enero de 1959 y que Argentina aprobara por Ley 14,932159, Lo severo del caso es ver cémo nuestro mundo se desplaza vertiginosamente a resucitar esta maldita institucién, por ahoraen los hechos y sabe Dios si mafiana no lo serden el derecho. La concentracién de riqueza, por el proceso llamado de ajuste y privatizacién, y de informacién, por la revolucién tecnolégica, de- erativos y sin desplazamiento reside! el Convenio sobre Abo! 494 Vease Aristteles, La Politica y su concepeién de un supuesto tipo de esclavitud natural. 20 -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO neo jan abandonado al hombre comin, sin trabajo y en una ereciente pobreza, de tal suerte que las condiciones de trabajo sersn fijadas pot las grandes Empresas transn: 6 laboral” al proceso mundial de eliminaciGn sistemiatica de los dere- €l trabajo forzoso, aunque no podamos creerlo, y, sobre la base de los hechos consu- «in Premio Nobel de Economia ya va, Serd otra con- 440 Ap Ginebra (Sui s, hechos conirarios a la vida y a la integridad fisica de las ld de las exigencias del combate, Esta Conferen- 1a Convencion particularmente sobre proteccién de combatientes y heridos y personal sar 1a Confere cia surge Ia institucion Cruz Roja. cuyo Comité Internacional ne finalmente en Persona Internacional. La Cruz Roja pro- 6 sucesivas Conferencias cis aprueba No se trata de justificar a la guerra, pero producida ésta, se procura que no desborde en actos inhumanos, crueles 0 degradan- ‘2 crueldad, inhumanidad y degradacién del combate mismo. Esto que se lama “humanizacién de la guerra” es una penetracién profunda del espfritu de paz dentro iemno mismo de le contiende bélica, El objetivo es preservar la vida y la integridad fisica, de las venganzas y escarmientos que pueden su- ceder al combate en si 441.- El canciller ale disimiles condiciones de trabaj Bismarck comprent os diferentes Fstados del onilictos entre dichos Estados y fun- quienes pa- mundo eran una fuente de damento de una especie de desleal competencia. gaban bajo y quienes reconocian mayores derec! . de exiraiiar que la primera Conferencia para modernas derivadas del 1918) y retomar su fuerza original atin con mayor nada la conflagracién, Mis alin, en 1919 se crea la Organizacion Internacional del Trabajo (O.L. tra todo el esfuerzo internacional bajo. Numerosas convenciones aprobadas por la Organizacién ratificadas por los Estados. la proteccidn juridica del tra- iacionales del trabajo han sido. ternacional del Trabajo y, luego, Al fundamento utilitario de Bismarck, ciertamente vilido, se uni6 y lo desbords el fundament itamente afirma- do por los movimientos so amente formulado por los Papas Leén XIII y Pio XI. Este fundamento ético entiende el trabajo como Ia manera humana de actualizar a la propia esen- cia perfectible del hombre. Su producto conlleva un elemento es- piritual invalorable: la creaci6n del espiritu humano. 442.- El derecho a la en el derecho ala preser inos. Los seres hutmanos tienen el derecho de ser pre- wvidad nacional en primer ne una de sus manifestaciones id de su persona. Existe pues lo que algunos Haman el derecho a la salud y que con mejor de preservacién y defensa de la salud, 8 ne mA AAAAAAAO AO OE CEE EEE EE EES ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO interna~ Esto dio origen en el siglo pasado a un movimi ional de lucha con el objeto de defender Ia salud de las personas en las distintas regiones de la tierra, especialmente contra ciertas, enfermedades que suelen propagarse en forma de epidemia, y que cen determinados momento y en ciertas regiones han causado es- tragos. ‘A mediados del siglo XIX se celebran, en efecto, conferen- cias sanitarias intemacionales. Conferencias de cuyas deliberacio- fon una serie de tratados que fueron aunando los es- 10s estados para combatir la difusién de cier- tas enfermedades. Tenemos como primer tratado de esta clase, el de la Con- veneién Sanitaria Internacional firmada en Paris en 1852, Algu- nos afios después, en 1874, se firma una nueva Convencién en Viena. Habjan ocurrido epidemias en ciertas regiones de Europa, especialmente en las mas préximas al Cercano Oriente como el célera y se procuré aunar el esfuerzo de los Estados para luchar contra la propagaci6n de esta enfermedad. Se organiza el régimen de lazareto y de cuarentena para lograr esa finalidad. Pero los pro- ‘gresos efeciuados acerca de esa enfermedad por las ciencias médi- cas, debieron ser tenidos en cuenta algiin tiempo después, por nue- vas conferencias sanitarias. Se firman asf dos nuevos tratados: el de Venecia y la Con- vencién Sanitaria de Dresde, en 1892 y 1893, respectivamente. En estas dos convenciones sanitarias internacionales, se tie~ ne en cuenta los nuevos progresos alcanzados por la ciencia de la medicina, Teniendo en cuenta esos progresos se suprime el régi- men de clausura de las fronteras, que se habia establecido en las, convenciones de 1852 y 1874 y en lugar de ese régimen de clausu- ra completa de fronteras en caso de enfermed: sistema de inspecci6n y en su caso de desinfece: LA PERSONA HUMANA oe jos de transportes, @ los viajeros, a la mercancfa, a fis-roga8 ¥2+" transportados en esos medios de transportes. medi a los materiales ‘Ademés se establece que cada uno de los Estados signata- rios de la Convenci6n se obliga a comunicar a los otros Estados firmantes de la Convencién inmediatamente, la aparicién de cual- quier foco de Ia enfermedad en su territorio, De modo que tan pronto como ocurriera un caso de célera en el territorio de un Estado, los otros Estados debian tener conocimiento de ello para adoptar las medidas necesarias para evitar que se propagara la enfermedad. los buques son clasificados en esas convenciones, en tres clases: los limpios, los sospechosos y los infectados, segtin que hubiere ocurrido 0 no a su bordo un caso de célera. Los bu- ques limpios quedaban libros de toda medida sanitaria, Los buques sospechosos son sometidos a desinfeccién; en cuanto a los buques infectados, es decir aquellos en los que habia ocurrido algiin caso de célera, o que provenian de regiones en las que habia epidemia de esta enfermedad, no solamente eran some- tidos a medidas de desinfeccién, sino también a un régimen de cuarentena. Posteriormente, en 1894, se firma una nueva Convencién en Parfs, Esta Convencién tiene por finalidad la lucha contra el c6le- ra, pero trata de Hevar una lucha internacional contra los paises que eran considerados como focos originarios de esa enfermedad y de los cuales partfa para invadir el continente europeo. Estos paises eran los pueblos del Cercano Oriente, y en- tonces se establecié un sistema de inspeceién y de desinfeccién aplicables a los feligreses que, a veces en grandes multitudes, a las ciudades de La Meca para el cumplimiento de sus Se establecen asimismo centros sanitarios en regiones in- mediatas al Golfo de Persia. 24 TRATADO DE DEES: IACIONAL PUBLICO Se firma clonal, la Segunda Conver se extionde [a lucha intern: jonal por Ia preservacion de la salud, dose pres- a una nueva enfermeded: la peste bubsnica; estableci cripciones sas acerca de medidas de profilaxis y de desin: feccién que debian aplicarse para evitar la propsgacién de esta enfermedad. En los comienzos del siglo XX se amplia considerablemen- te esta accisn intemacional de preservaci6n de la salud, no sola~ nente con respacto a estas dos enfermedades que habjan sido ob- jeto de tratados en el siglo XIX, sino que se lleva la lucha a otras enfermedades, a le fiebre amarill, al tifus exantemstico y a la vinvela, ‘Tenemos asi una ampliacién en el objetivo de esta lucha por Ia preservacion de la salud, y al mismo tiempo se nota que toman arte en esta lucha, a partir del siglo XX, todos los Estados del Mundo, Originariamente, en las primeras convenciones, aparece un reducido ntimero de estados europeos, pero con el correr del tiern- po este ntimero se va ampliando y en el siglo XX esta lucha por la preservacién de la salud toma un cardcter universal El primer tratado del siglo XX es la Tercera Convencién Sanitaria Internacional de Parfs, firmada en el afio 1903. Se ex- tiende la lucha no sdlo al célera sino también a la peste bub6nica y se adoptan medidas muy detalladas para la destruccién del agente transmisor de esta enfermedad: la rata Se adoptan medidas de desinfecci6n, de p mo tiempo se establece la obl de los Estados la Convencién a comunicar de mantes de la misma, la aparicién de c fin de que los otros Estados tomen, con car las medidas necesa Roma, de 1908, por el cual se crea un nuevo drgano intemaci para dirigir es la OF Internacional de 8 judad de Paris. Esta oficina ten‘a principalmente funciones de estudio: debe ser en primer término un centro de reuni6n de informes de salud pablica y en especial de informes de ciertas enfermedades epid- Todos los paises adherentes a este acuerdo de Roma obligados a enviar estas informaciones que son estudiadas y cl ficadas por esta ternacional. A su vez este organismo las preservacién de la salud en sus respectivos territorios, ar medidas para la reforma y perfeccionamiento de las convenciones de preserva- cidn de la salud. En 1912 se firma una nueva Conveneién Sanitaria Interna- wedades ya citadas, se especi narilla buscando a destruccidn de su agente trans- 26 {TRETADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO En la ConvenciénS: realizada en la ciudad de Bruse- sen el ato 1924, convienen los Estados signctarios en la obliga- ibn de establecer puestos de servicios de sanidad que serdn pres- {ados gratuitamente en los diversos puertos de los Estados firman- 10s mercantes. Se prevé ademis la eventual necesi- tes a los oa En 1933 se firma la Convencién de La Haya que se refiere a Jas aeronaves y alos 2erédromos, estableciendo medidas de prof Jaxis para evitar la propagacién de ciertas enfermedades. Una vez organizads la Liga de las Naciones, este organismo toma a su cargo esta lucha internacional por la preservacién de la salud. Mientras esos esfuerzos se realizaban en el orden universal, en América se fue desarrollando una accién paralela entre los Es- tados por la preservacién de La salud, que tiene su primera mani- festacién en la Convencién de la ciudad de Rio de Janeiro realiza- daen 1887, y én la que tomaron parte Argentina, Uruguay, Para- guay, Brasil, Chile, es decir los Estados de Ia parte sur de nuestro continente. Esta Convencién fue perfeccionada y reemplazada por una nueva Convencién realizada también en Rio de Janeiro en 1904 A su vez, esta es perfeccionada por una nueva Convencién que se realiza en Montevideo en 1914. Es de advertir que desde 1902, la lucha por la defensa de la salud en nuestro continente es tomada a su cargo por la Unién Panamericana, que realiza periédicamente conferencias sanitarias panamericanas. Asi vemos que desde 1902 en que se realiza la primera Con- vencién se han Ilevado a cabo numerosas convenciones con el objeto de preservar la salud de los individuos, | i | | | i 1 ' t | 1 i UAPERSONA HUMANA ar De esas conferencias, una de las més importantes fue la Sép- tima, realizada en 1924, en la ciudad de La Habana, en ta que s aprobé el Cédigo Sanitario Panamericano, la esta decisién por todos los paises america aen los veintitin estados indepen jente americano. Al ser ratific nos este Codigo entré en dientes que ex este cédigo se establecen medidas de distinto orden. Unas se refieren a la reunién de informaciones. a su estudio y clasitica cin acerca de la salubridad, de las condiciones de salud pablica, a Jas causas de mortalidad y morbilidad en los diversos paises. Otras zzacién de la lucha para atenuar esas causas de mortali- dad y morbilidad, A este fin los Estados regidos por el Cédigo Sanitario Panamericano tienen la obligaciGn de enviarse informes bisema- cada Estado tiene la obligacin de enviar un informe bise- manal a los otros Estados y a la Oficina Panamericana Sanitaria con sede en la ciudad de Washington. En estos informes cuda Estado comunica a los otros Estados ya Washington, cual es el estado de la salud péblica en su territo- rio y en especial respecto de las enfermedades consideradas epi- démicas. Cada Estado, aparte de este informe ordinario, digamos asf, tiene la obligacién de enviar un informe extraordinario a los dems Estados y a la Oficina Sanitaria Panamericana de Washington en el momento en que aparezca en su territorio cualquiera de las enfer- medades consideradas epidémicas y entonces los otros Estados tie- nen 1a obligacién de adoptar medidas de profilaxis para evitar Ja Propagacién de esas enfermedades en su propio territorio. Ademis, se hace en este Cédigo Sanitario Panamericano una, reglamentacién de las estadisticas, relativa a la salubridad pabli- a, estableciendo normas generales para que las estadisticas se rea- licen en todos los Estados americanos de modo que puedan ser 28 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO interpretadas por los Estados. Porque uno de los inconve- nientes de las estadisticas es precisamente el que cada Estado las hace de acuerdo a su criterio propio, con una nomenelatura propia ¥y cuando es consultada por otro Estado resulta dificil entenderla. Con esta disposicién del Cédigo Sanitario Panamericano se ha tratado de uniformar ls nomenclatura respecto de las est eas de modo que puedan ser interpretadas y valoradas por todos los paises. Estas estadisticas se refieren en primer término ala mortali- dad en cada uno de los paises regidos por el Cédigo Sanitario, en segundo lugar a la morbilidad, 0 sea a las enfermedades que se manifiestan en cada uno de esos paises, o bien la morbilidad y rtalidad respecto de las enfermedades epidémicas. Adems se reglamenta todo lo relativo a la concepcién de patentes de sanidad. Se repite en este Cédigo, por otra parte, una clasificacién que ya hemos visto aparecer en uno de los tratados anteriores: los buques son diferenciados en limpios, cuando no se tha manifestado en ellos ningin caso de enfermedad epidémica; sospechosos, cuando haya indicios de algin caso; e infectadas, cuando se ban producido a bordo casos de enfermedad epidémica © cuando el buque proviene de zonas epidémicas, y de acuerdo a estaclasificacién seran las medidas que habrén de tomarse de acuer- do a las disposiciones del Cédigo Sanitario. Ademés hay en este Cédigo normas relativas a la organiza- cién de la Oficina Sanitaria Panamericana, con sede en Washing- ton y a las funciones que debe cumplir. Esta oficina no ha sido creada por la Conferencia de La Habana sino que existe desde 1905, aio en que fue establecida en la ciudad de Washington y podemos decir que es el drgano que en América estaba destinado a regir Ia lucha por la preservacién de la salud. Decfamos que al constituirse la Liga de las Naciones, ésta tomé a su cargo la accién para preservar la salud de los individuos en el orden universal. Asi, en 1923, se crea la Organizacién Sani- LAPERSONA HUMANA, 2 taria de la Liga de las Naciones, que inicia un método nuevo en la lucha por la preservacién de la salud, consistente en tomar como base para esa lucha la preservacién y observacién directa realiza- da en los distintos paises por técnicos de diversas nacionalidades. Es decir, que se procede con un criterio internacional para obviar Jas dificultades que podrfan derivarse de las diversas tendencias 0 escuelas de los distintos paises. La Liga de las Naciones organiza asimismo una Oficina Ofi- cial con sede en Singapur, para el estudio de estos informes. Dentro de la ONU hay un érgano especialmente encargado de dirigir esta accién y es el Consejo Econémico y Social que se ‘ocupa no sélo de las cuestiones econémicas, sino también de las sociales y una de las cuestiones sociales m: samente la preservacién de la salud. 443.~ La lucha por la preservacién de la salud ha tenido una de ‘sus manifestaciones més importantes en la lucha por la prevencién y represién de lo que se ha llamado la toxicomania; es decir, el consu- ‘mo vicioso de drogas estupefacientes. El vicio de la morfina, se daba fen muchos paises y habia perjudicado seriamente a la poblacién de diversos Estados, disminuyendo sus aptitudes de produccién intelec- tual y material, aparte del aspecto moral de la cuestién. Entonces los paises consideraron que es un deber dirigir tam- bign a la represién del consumo de toda clase de drogas, la acci6n internacional. En primer término, esta lucha contra el consumo de los estu- pefacientes, es decir contra la toxicomanfa, tuvo un carcter pura- mente interno. Cada Estado por medio de sus leyes, por medio de la accién poderes, traté de reprimic en su territorio la , pero bien pronto se observ que era insuti- nn meme OOO OOeee 30 TRATAOO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLIC problema era necesari acion: prima. y la preparacién & 2 prima habia alcanzado una gran im- uchos intereses y tenia una gran paises que hacen de su produccién una manifestacién muy impor- te de sus actividades econdmicas. ¥ la produecién de drogas {das de esa materia prima se realtza en paises que deben im- n25 del extranjero y elaborarlas en sus esta- Es cecir que hay’ dos industrias de por medio, la de produc- cién de materia prima y le de elsboracién de los productos quimi- cos, aparte dei comercio internacional, primero para traer la mate- productor de las drogas y después para colocar os pulses. fia prima al pi esus drogas en ios De modo que, dado el desarrollo de estas actividades econ6- micas y los intereses crezdos, hubo resistencia en todo momento frente a une politica internacional que uniera los esfuerzos de los Estados pura reprimir lz produccin de estos productos. Los Estados empezaron por ponerse de acuerdo para limitar Gn de materia prima en los paises mistna, teniends en cuenta que no era po tos extraidos de la No era p duceiéa, s6lo era drogas en cantidid superior a la req LA PERSONA HUMANA eFC ‘Al Convenio firmado en La Haya en 19: produccién de fa materia prima de la cual se ext (que dan origen a la toxicomania, fue necesario completarlo y esta tarea la tomé a su cargo la Liga de las Naciones y se celebraenton- ces en el aio 1925 en Ginebra una nueva Convene: uciosa en las medidas que los Esta meten a aceptar, Esta Convencién fue completada por una nueva Conven- sma ciudad de Ginebra en cién realizeda en la convenciones tvieron gran efi de la toxicomanfa. En esas conver cién de la produectén. ‘aon la pre Esta limitacién de la produccién de materia prima es da sobre la base de estadisticas, teniendo en cue materia prima que debe ser producida para responder a cias de la aplicacién de sus productos derivados en la medicina, 1en de permisos de exportacién. El Es- tado debe controlar no solamente la produccién de materia prima, sino también su exportacién, de modo que no se pueda realizar ningiin embarque de materia prima para el extranjero sin un pre- vio permiso de la autoridad. Aparte de esto se realiza un control en el pais de destino. No se puede importar ninguna cantidad de ma- teria pritna sin permiso de 1a autoridad del pais importador. Asimismo la entrega de la materia prima alos establecit tos que elaboran lus drogas se hace con contralor del Estado, el idades producidas ys minoristas que npre con injerencia asimnismo sev das, debe ser el motivo por el cual ha sido recet 2 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Estas reglamentaciones tuvieron éxito y se logré como re- sultado de las Convenciones de Ginebra de 1925 y 1931, una gran disminucién en el consumo vicioso de esta clase de productos la Liga de las Naciones, hubo un mo- mento de desorientacién hasta que se reestructuraron los organis- mos que debian tener a su cargo la preservacién de la salud. Pero se ha tomado esta direccién en el sentido de luchar con- tra la toxicomania, tarea que esté a cargo de la Organizacién Mun- dial de la Salud, organismo que funciona con autonomia, pero siem- pre dentro de la 6rbita jurisdiccional de los problemas sociales y econémicos del Consejo Econémico y Social 444.- Otro de los derechos de la persona humanaen el orden intemacional, es el relativo al derecho de comunicacién. El set humano es un ser eminentemente social. Vive en comunicacion con los otros hombres por impulso de su naturaleza y tambi exigencias de su vida. En el orden intemacional se plantearon con este motivo al- unas cuestiones que diei ‘ala organizacién de servicios y de uniones postales internacionales. Tenemos en primer término la cuesti6n referente al trans- porte internacional de correspondencia. En otras épocas habfa gran dificultad para el transporte in- temnacional de la correspondencia. Es decir, cuando una pieza de correspondencia debia salir del territorio en el cual se encontraba el que la enviaba, para ser entregada en un segundo o en un tercer Estado. ‘Cuando una pieza de correspondencia debfa pasar por uno 0 més Estados para llegar a destino, eran muy grandes y muchas las fcultades y tanto es asf que gran cantidad de personas prescin- dian de este medio de comunicacién con otros seres humanos. UA PERSONA HUMANA = ee En primer lugar, porque resultaba sumamente caro, habia que pagar muchas tarifas postales, tantas como Estados tuvieran injerencia en el transporte de la pieza y ademés porque cada uno de esos franqueos era sumamente caro. Habfa que pagar una tarifa postal en el pais de origen del servicio y una por cada Estado por que pasaba la pieza y por tilti- ‘mo una nueva tarifa en el pais de destino. Es decir, que imperaba el sistema de la multiplicidad de la tarifa post Contra este sistema se realiza una Conve! Caciones postales entre personas domiciliadas residentes en dis- intos patses. Crea una unién intemacional conocida con el nombie de Unién Postal Universal. La Uni6n Postal Universal tiene una ofi- ina permanente en la ciudad de Berna. Este es el érgano ejecuti- vo permanente de esta Unién Internacional. Ademés esta Unién Postal Universal actéa por intermedio de otros érganos de funcionamiento no permanente pero también de gran irhportancia, como son las Conferencias Postales Interna- cionales que se realizan de tiempo en tiempo. Una de las Conferencias mis importantes que realiz6 la Unién Postal Universal, fue la celebrada en Buenos Aires en el aio 1936. Las diversas conferencias realizadas fueron mejorando me- diante normas a la Convencién originaria realizada en la ciudad de Berna en 1874, En esta Convencién, ya hemos dicho, se adop- tan medidas que facilitan extraordinariamente el transporte inter- nacional de correspondencia. En efecto, el sistema de la multiplicidad de tarifas es reem- plazado por el sistema de la tarifa vinica y al mismo tiempo las. tarifas son reducidas considerablemente. a TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Es decir que no es necesario como era antes de la Conven- ion de 1874, pagar tantas tarifas como Estados intervengan en el transporte de la pieza. sino que se paga una sola tarifa cualquiera seal ntimero de Estados por los cuales tengan que pasar la pieza, fa tinica es pazada en el lugar de expedicidn de la pieza, . ¥ Sobre la base de este estudio realizado constantemente, van estructurando nuevas reformas que son difundidas en las con- ferencias que se realizan cada tanto. En Ia Convencién de Bema se establece también que las disposiciones de la misma no son incompatibles con acuerdos que, para facilitar el transporte de las piezas de correo, puedan celebrar dos o més Estados entre sf. De modo que aparte de la Convencién o Acuerdo General ‘puede haber acuerdos particulares, siempre que esos acuerdos par- ciales no contengan disposiciones incompatibles con las de la Convencién. Teniendo en cuenta esta disposicién se celebra un tratado que dio origen a una nueva unién postal internacional; es la Un Postal de las Américas y de Espana. Est integrada por todos los. Estados americanos e incluso Canad4, Espafa y también las Fili- pinas. Esta Uni6n Postal tiene un organismo permanente que fij6 sede en Ia ciudad de Montevideo. Las disposiciones de la Conven- cin que crea esta Unién Postal de y de Espaiia, son coincidentes con las de la Convencién de la Unién Postal Univer- sal, Es decir que se establece un sistema de tarifa inica para la correspondencia intemacional entre los paises signatarios de la Convencién, sobre la base de que la tarifa cobrada seré la misma que rija en cada pafs para el servicio interno; es decir que no se LA PERSONA HUMANA 38 hace diferencia alguna entre el servicio internacional y el servicio intemo de cada uno de los pafses. La Republica Argentina forms parte de estas dos uniones postales: Ja Uni6n Postal Universal y la Unién Postal de las Amé- ricas y de Espafia, 445.- También ha dado origen a conferencias la comunica- 7 ha dado origen 2 conferencias la comur temacional por medio del telégrafo. Dio origen a ta Con- vencion realizada en él afio 1865, que crea la mds antigua de las Uniones Internacionales con sede también en la ciudad de Berna. Jniones Internacionales con se La telecomunicacién se rigié, pues, por la Convencién ori- ginaria de 1865, mds una serie de convenciones posteriores que la hhan ido reformando. Como resultado de estas convenciones qued6 regida esta comunicacién por teléfono; 0 telégrafo, en el orden internacional, de acuerdo a las normas siguientes: 1°) Se establece que toda persona tiene derecho a este servi- cio, de modo que se trata de un servicio abierto al puiblico de todos los paises firmantes o adherentes a la Convencién. 2°) Se asegurael derecho al secreto de la comunicacién. T tindose de un Estado, este secreto va mis all4 que en el caso de los particulares, en cuanto a aquél se le permite el lenguaje cifrado, 3°) Como se considera que las comunicaciones de los Esta- dos pueden afectar intereses ms importantes que los de los parti- culares pueden ser demoradas las comunicaciones de éstos para transmitir una comunicacién de un Estado. 4°) Se establece que los paises signatarios 0 adherentes a la Convencién pueden por razones de seguridad, de mantenimiento del orden pablico, retardar o atin suprimir este servicio de comu- nicacién. 36 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 446.- La cuestién de las radiocom nes también ha sido objeto de convenciones especiales. Asi, por ejemplo, se firma en el afio 1906, la Convencién de Berlin, sobre radiocomu- nicaciones, Esta Convencién fue reemplazada en el aio 1927 por la Conv de Paris, De acuerdo 2 lz Convencién de Berlin, reformada y reem- plazada por la de Paris, de 1927, se establece lo siguiente: la liber- tad de radiocomunicaciones ya sea entre oficinas o estaciones te- jones maritimas que se encuentren abordo siempre que se trate de estaciones abiertas al servicio ciones de ser utilizado para salvaguardar vidas humanas en el ai co enel mar, en caso de accidentes. 447.- También ha sidg objeto de atencién de las cancillerias las comunicaciones cablegrdficas. Asi, se ha procurado lz conservacién de los cables submari- de reprimir cualquier Ta destruccin o dete ques de guerra para realizar el servicio de pol de que se cumplan esas disposi ones. Cuando se teng noticias 0 se su zando actos de deterioro de los cables sul t LA PERSONA HUMANA, ar LAPERSONAHUMANA, de la nave de guerra tiene la obligacién de proceder a la detencién de ese buque y conducirlo al puerto mas cercano de su pats, a fin de que los tripulantes del mismo sean sometidos a la justicia de ese Estado, Los Estados signatarios se comprometen asi las penalidades correspondientes a esta clase de delitos Estados por medio de estos tratados de asegurar a todas las personas que habitan en sus territorios 1a facilidad para las comunicaciones internacionales, ya sean posta- les, telegraficas, telefonicas, 0 radiotelefSnicas o cablegr: moa aplicar aron, - los derechos de la persona humana, debemos mencionar ef derecho de trdnsito. Los individuos humanos como un derecho esencial, pues responde a una exigencia de su naturaleza, el derecho de cambiar de residencia, el derecho de cam- biar de domicilio, de salir del territorio del Estado en el cual se encuentran y penetrar en el territorio de otro Estado, sea para pet~ manecer alli, fijando en él su domicilio o bien de trinsito pura mente. sto e$ lo que se Ilama el derecho de transito. Derecho que no debe ser desconocido por ningtin Estado porque serfa ir contra esa exigencia de la naturaleza humana pero que puede ser, y en la prictica lo es, regtamentado por cada soberania. De modo que el ide este derecho de pasar de un territorio al otro, oa través sritorio de cualquier Estado, debe set ejercido de acuerdo a legales, a las normas reglamentarias de ese derecho Es lgica que asi sea, pues el territorio y todo to que se en as, cosas muebles 0 wes emanadas de dicha iernacional de kas personas y rte de las cosas, de los equipajes de personas y de las mercaderias, han sido firmadas diversas s. Por ejemplo, debemos recordar la Convencién de ibre ferrocarriles firmada en 1890. ‘a Convencién coordiné los servicios ferroviarios en el orden internacional respecto de varios Estados europeos, de los que firmaron la Convencién en un primer momento y més tarde de los paises que se adhirieron a la misma Por esta Convencién Ferroviaria de Bema firmada en 1890, se crea en dicha ciudad un organismo que recibe el nombre de Oficina Central de Transportes Internacionales, que tiene a su car~ 20 todo Io reiativo al cumplimiento de la Convencién y al perfec- jento de la misma, mediante el previo estudio de los pro- técnicos que se fueran presentando en la aplicacién de la Convencin y en el desarrollo de esta necesidad humana de trasla~ darse de un Estado a otro. En esta Convenci6n se realiza, pues, una obra de coordina- cién de los servicios ferroviarios cuando no se limitan al interior de un Estado, sino cuando el servicio ferroviario trasciende de las fronteras de un pais y toma el cardcter internacional. Antes de la ConvenciGn habfa grandes obsticulos, muy se- mejantes a los que se oponfan al transporte internacional de correspondencia y que fueron eliminados por la Convencién de Uni6n Postal Universal. 2 transporte de mercaderias a través de porte en cada uno de los 1s paises, obtener varias ca or Jos cuales pasaha el ferrocarn La Convencidn ferroviaria de Berna de 1890, establece el carta de porte nica. De modo que el transporte de ipaje, se realiza por ferrocarril mediante nde lacarge, sistema de as mercaderias, del equi un solo documento obt documento que tiene valider in Esto facilité extraordinariamente el transporte, la circulacién de las mercader‘as por ferrocarril en el orden intemacional La Convencidn Ferroviaria de Bema fue objeto de diversas reformas, Esas reformas crearon lo que se llamé la “Unidad Téc- nica Ferroviaria”, La Unidad Técnica Ferroviaria consiste en la uniformidad de trocha de los ferrocarriles. Las trochas de los ferrocarriles no siempre son uniformes, hay trocha ancha, la media y ta tocha angosta, segiin la distancia que separa los rieles. Este detalle tiene mucha importancia porque si las trochas de los ferrocartiles son diferentes de un Estado a otro, cuando un tren Hega ala frontera hay que transbordar con las molestias con- siguientes. En cambio, si la trocha es uniforme, no es necesario transbordar de un ferrocarril a otro porque el mismo tren puede continuar haciendo el viaje, puede pasar al territorio de varios Es- tados hasta llegar a su destino. Es ésta la finalidad de 1a Unidad ica Ferroviaria, que est incorporada al régimen de los ferro- carriles internacionales. En Ginebra se firmé una nueva Convencion que perfeeciona Jade 1890 y las reformas de la misma, Esta Convenci6n de Gine- bra firmada en 1923, establece las siguientes normas: 44) Normas que mantienen la carta tnica de porte creada ya por la Convenciéa de Bema de 1890, de modo que basta siempre 40 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO —. A PUBLIC un solo documento para la remisién de mercade; rias ses firmantes 0 adherentes a esta Convencién. Sa b) Se mantiene la Unidad Técnica Ferroviaria que ha sido muy eficaz, pues ha impulsado a los pais mar 8 pa i lastrochas de los feocariles. sem pag) 50” 200tdinads los servicios ferroviais en os distin aises, por ejemplo en lo referente alos horatios, de mode qu una persona puede fécilmente calcular su viaje. “ i 4) Seestablecen normas que reglamentan las relaciones en- los usuarios de los servicios y las empresas ferroviarias, Naser a, aibleee el uso reciproco del material rodante para empresas ferroviarias; es decir que para el servicio intemacio- nal el material rodante de una empresa er y res ipresa puede ser usado por otra 1) Se da una nueva estructuracién a la Oficina Central de Transporte i 61 Trnspores Intemacionales creada ya por la Convencién de Ber- ‘Mediante estas convenciones, los Estados han procurado, y en gran parte lo han conseguido, facilitar el ejercicio de este dere- cho esencial de bumanidad que es la traslacién de las personas del territorio de un Estado al territorio de un Estado extranjero, sea ara fijar alli su domicilio, permanecer alli definitivamente o por un largo tiempo, o ya sea de trénsito puramente. ‘También se preocuparon los Estados, con esta misma finali- dad de facilitar la circulacién intemacional de las personas y de las cosas, de reglamentar la circulacién intemacional de los auto- Motores, _ Para ello se firma una Convencin en la ciudad de Paris, en 1 afio 1909, que fue reemplazada por una nueva Convencién, fir- mada en la misma ciudad de Paris en el aio 1926. LA PERSONA HUMANA Por esta Convencién de Parfs de 1926, se erea un déumen~ to especial que recibe el nombre de Certificado Internacional de icado Internacional de automéviles es un documen- to que acredita la seguridad del automévil; es decir, que el vehicu- Jo automotor se encuentra en buenas condiciones para poder set utilizado sin peligro para las personas que en él se transportan y sin peligro para terceros. Este documento puede ser expedido por cualquiera de los Estados firmantes 0 adherentes a la Convenci6n, previo examen del vehiculo por entidades técnicas dependientes de ese Estado 0 por entidades particulares autorizadas para ese fin por el Estado respectivo. La expedicién de ese documento especial, 1a posesién de ese documento respecto de un automévil por el duefio 0 usuario del mismo, se hace constar mediante un distintivo especial que se coloca en la parte posterior del automévil. De modo que la policia que cuida caminos para controlar la circulaci6n internacional de automotores, puede darse inmediatamente cuenta si el conductor de un vehiculo lleva ese documento y en su caso, saber qué Estado loha otorgado. Esta misma Convencién de Paris crea otro documento que es el Certificado de Aptitud, certificado internacional, desde lue- go, para la conduccién de automéviles. ‘Se autoriza por medio de esta Convencién a los Estados para que ellos, a su voz, autoricen a entidades privadas o mixtas a ex- pedir el Certificado Internacional de Automéviles. Sin este certi- ficado ninguna persona puede conducir automéviles en la circula- cin intemacional, Ctra de las cosas de las que se ocupa la Convencién de Paris de 1926, es la relativa a los peligros que pueden presentar los ca- rminos, peligros que son dignos de tenerse en cuenta, especialmen- eeeee: ~ a mmm eeeee 2 ‘TRATADO DE OERECHO INTERNACIONAL PUBLICO LA PERSONA HUMANA te en las montatias, con sus precipicios, sus curvas, etc. Se estable- ce en la Convencién un sistema de sefialamiento de caminos, me- diante un tipo uniforme de sefiales. Se ha adoptado el tipo triangu- lar de sefiales. Cuando un automovilista observa una seftal de és- tas en el camino, sabe que existe un peligro para su vida o para su Este sefialamiento fue perfeccionado més tarde por una nueva Convencién Se presentaba asimismo en Ia circulacién internacional de los automéviles esta cuestién: los automéviles procedentes de paf- ses extranjeros al entrar en el territorio de un Estado, debian pagar impuestos de aduana. Quedaba obstaculizada asi la circulacién internacional de los automéviles. A veces ocurria que la entrada de un automévil en el territorio de un Estado distinto de! que pro- cedia, era por poco tiempo o puramente de transito, a fin de pasar @ otro Estado con fines de turismo o con fines comerciales para retirarse poco tiempo después. Contemplada esta situacién se firma una Convencién espe- cial en la ciudad de Ginebra en el ao 1931. Es una Convencién para el régimen fiscal de los autom6viles en la circulacién interna- ional. Por esta Convencién se permit de los Estados contratantes, de automéviles procedentes del terri- torio de cualquier otro de los Estados contratantes, sin pagar nin- giin derecho de aduana o gravamen fiscal. Pero esta exenciGn dura solamente un diente derecho aduanero o los otros gravémenes que se establecen en aguel pais. Asicomo fue regiado el derecho de trénsito por ferrocarriles Y por automévil, fue reglamentada también la circulacién interna- ccional por los caminos carreteros, realizada en cualquier clase de carruaje 0 vehiculo y lo mismo respecto de la conducci6n de ani- males por esos caminos, En la Convencién de Paris de 1926, hay normas sobre esta materia. En la Convenci6n de Ginebra del afio 1931, queda regia- tnentado, asimismo, el trfico de los caminos carreteros ya sea la Ereulacién de personas, el transporte de mercaderias, la circula- ‘in de vehiculos en general y la conducci6n de animales. ‘Asimismo se adoptan normas para el sefialamiento de los peligros que pudieran existir en los caminos, normas que perfec cjonan las establecidas por la Convenci6n de Pars. En Barcelona se realizaen el afio 1921 una Conferencia para estudiar las cuestiones del trdnsito internacional, es la llamada Conferencia Internacional del ‘Trénsito, en la cual se firma la Con- ‘yencién Internacional de Transito del afio 1921. Por este tratado se obligan los estados firmantes a permitir Ja libro circulacién por sus rutas, sean terrestres © maritimas, de ‘yehfculos, carruajes 0 buques; sin ponerles dificultades derivadas de cuestiones de nacionalidad de pabellones, de diferencia de des- tino, de diferencia de procedencia. Es necesario segtin esta Con- ‘yencién dar un tratamiento igualitario en materia de trénsito a toda Jas personas, a todos los vehiculos y a todos los buques, proceden- tes de los paises firmantes de la Convencién y que tengan como destino cualquiera de los Estados que se rigen por la misma. Esta Convencion se aplica solamente en el caso de que el pasaje de personas, de mercaderias, de carruajes, vehiculos 0 na- vvios por rutas nacionales sea parte de un trayecto mayor que ha empezado fuera del territorio de ese Estado y que debe terminar también fuera del mismo. Que se trate, como lo dice el mismo texto de la Convencién, de un pasaje de transito simplemente, que no se trate de permane- cer en ese Estado, sino que ese Estado sea parte de un trayecto mayor. Cada uno de los Estados firmantes de esta Convencién se reserva el derecho de suspender su aplicacién por acontecimien- “ TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO tos graves, por razones vinculadas con el mantenimiento del or- den piblico, lo mismo que por razones de salud piiblica, 0 por razones de moralidad. Por todas estas causas un Estado puede impedir el pasaje de personas, mercaderias, veh{culos en general 0 navfos por el territorio nacional. do eT problema de Tas lamadas migraciones internacionales, es decir cormientes emigratorias teniendo en cuenta el pais de origen Estas corrientes migratorias obedecen a distintas causas. Hay Por ejemplo causas religiosas, que en la actualidad se han atenua- do por la libertad de conciencia que impera en los paises que tiene tun mipimo de libertad. Pero, en otras épocas eran frecuentes las persecuciones por odio religioso y entonces los creyentes en los dogmas de una determinada religién, no pudiendo practicar libre- mente su culto en ese pais, lo abandonaban y se radicaban en el tertitorio de otro Estado. Esta fue una de las causas que origin6 la colonizacién de gran parte del territorio de los Estados Unidos. Algunos fieles de determinadas sectas protestantes que no podian profesar libremente su culto en Inglaterra, abandonaron ese pais para radicarse en las tierras del nuevo mundo para ejercitar alli su derecho de libertad de conciencia. En otros casos han sido las guerras las que han determinado Ja formaci6n de corrientes migratorias. Esto era comin en la €po- caantigua en que los pueblos debfan abandonar sus hogares al ser invadidos por otros pueblos y buscar otras tierras para radicarse en ellas. Las guerras han continuado en los tiltimos tiempos y las dos titimas guerras mundiales han provocado el problema de in- tercambio de las personas. 45, LA PERSONA HUMANA Todavia existe el problema de los desplazados de guerra, personas que han quedado sin hogar en un pais o que quizs han sido trasladadas a otro pais en cardcter de prisioneros, 0 que han estado retenidas en campos de concentracién y que al regresar a su pais de origen se encuentran con que no tienen hogar. De la solucién de los problemas de estas personas se encar- ‘gan organismos especiales que dependen de la Organizacién de las Naciones Unidas. También han actuado como fuentes de las corrientes = cardct obiemos Litico; migratorias, las persecuciones de caracter pol 7 despéticos que no respetan el derecho de algunos ciudadanos, por Jo que éstos se ven obligados a ir a vivir al extranjero y que en algunos casos son obligados por el gobierno a abandonar el pais. Las causas politicas influyen mucho en Ia actualidad, pero la causa més importante es la causa econdmica. Las otras causas son excepcionales, y derivan de acontecimientos que no son ordi- narios. Por el contrario, la causa econémica estd actuando cons- tantemente. Asf tenemos el caso de paises que tienen una densi- dad considerable de habitantes por kilémetro cuadrado; de modo que la produccién de esos paises no alcanza para subvenir las ne- cesidades de esa poblacién. Se forman entonces corrientes emigratorias que abandonan el territorio de ese Estado, que van en busca de trabajo, en busca de una mejor perspectiva econémica con los otros Estados. Esto dio origen al problema de proteccién de los inmigrantes, segtin se trate del pais de destino o del pais de origen. Podemos recordar, entonces, la Primera Conferencia de Emigracién, realizada en Roma en el afio 1921, conferencia cons- tituida por Estados de emigraci6n, es decir, de Estados de origen de las corrientes emigratorias. Esta conferencia estudié el modo de adecuar la importancia de las corrientes emigratorias ala capa- cidad de recepcién de emigrantes o inmigrantes del pais de desti- -- = - ae mama eee eanhee 46 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO modo de adecuar las corrientes nes de recepeidn de inmigrantes del la cuestion de asegurar a los no un tratamiento moral, social y Jas bases en esta Conferenci, para un acuerdo reger a los emigrantes en el pais de respondencia, la que se +s postales entre los emi- wwe hubieran quedado en el pais creaciGn de la © y dela O de Correspondencia y ademés se estudian y se adoptan reso nes relativas con LA PERSONA HUMANA ar cidn de terras cuando se tratara de emigrantes que se trasadsban otto pais, para dedicarse a ls tareas de ageicultura y genadera; proteccidn de las leyes del trabajo; yEsta- Jas cuestiones relatives cooperacién y conciliacién de los Estados de inmigr dos de emigraci6n, Cuando se cre6 la Organizacién Internacional del Trabsjo enel tratado de Versalles, Capitulo XIH, esta organizacion consi- dro que une de sus Finalidades debia ser ocuparse de las emigra ines internacionales cuando se tratara de obreros Fue creada una comisién Permanente de Emigracién con el cbjeto de estudiar los problemas referentes ala misma Tas estu- Este organismo retine informaciones, las clas diay las comunica: alos Estados interesados. Sobre la base de esos informes, va preparando reformas a los tratados internacionales sobre este problema de emigraciones entre los Estados. 450.- A partir del Congreso de Paris (1856) comisneae! pro ceso de juridizacién del mundo que va.a. cult 5 dos aran- des Conferencias de La Hayafi800ly (i907 En este proceso se procuré atendera algunos lerechos humanos en parti tipalmente ala libertad, ala vida, a las comunicaciones y al trdn- s comunicaciones y alt sito, al trabajo, a la salud. Pero aquel proceso de juridizacién del mundo no Tieg6.atem- Jo cual es explicable porque su naturaleza le exige una pene cidn gradual en la conciencia de lahumanidad, Jocual lleva un tiempo que no se ajusta a las urgencias de la “razén de estado”. Es asi que se desencadena la Primera Guerra Mundial, con ultado de diee mi Convenciones dé La 48 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Es con esta guerra mundial que comienza el eclipse univer- ssal de los derechos esenciales del hombre, a pesat de Ta creacién de OIT, de la Sociedad de Naciones y del esfuerzo de ésta por apuntalar algunos derechos en particular. Esa depresién de los derechos humanos alcanza su momento peor en la Segunda Gue- sa Mundial (1939-1945), cuyo resultado fue mas severo atin que 1 de Ta guerra mundial anterior, le muertos, parte de el sen el combate, pero mas de llones por bombardeos, represalias, campos de concen- traci6n y la imposicién de un terror generalizado. Famosos se hi- cieron los campos de concentracion creados por el nazismo y de esa época data el asesinato masivo de judfos o su colocacién en condiciones degradantes, crueles e inhumanas de vida. 451\; Concluida la Segunda Guerra Mundial con la derrota ismo de extrema derecha, el conocimiento de los ex- _ tremos a que se habfa Ilegado en dicha conflagracién, en particu- larel descubrimiento de los campos de concentracién nazi, produ- \, Jeron en ef mundo la conviccién de que era imprescindible y ur- gente para su reconstruccién, afirmar, reconocer y proclamar los derechos esenciales de la persona humana. La III Asamblea General de 1a Organizacién de Naciones Unidas reunida en Paris, proclama el 10 de diciembre de 1948, el roclama el 10 de diciembre de 1948, ¢ reconocimiento de dichos derechos. La propia Carta Constitucio- ‘alos mas grandes pensadores y personalida- des de la época, entre otros, a Mahatma Gandhi y a Jacques 495 Oppenheim, 06, citada, parte M, cap. Il, punto 340 p.,pég. 325, T. I: “Elexter- ‘minio por Alemania, bajo el régimen nacionalsocalista, de ocho millones de b- ios y personas de nacionalidad extranjera,as{ como las pricticas andlogas de ‘otros Estados, tanto en épocas de guerra como en la paz, impulsaron a la Asam- blea General a adoptar ef Convenio sobre Prevencién y Represién de Genoci- io. .”. Mis adn la Declaracién de Derechos Humanos. = Maritain, Es pasticularmente relevante 1a breve respuesta de Gandhi, en la que sostiene que todo derecho se reconoce para el jercicio de un deber, de modo que no puede entenderse a la De- Claracién como una autorizacién para hacer lo que se quiera, sino como ia responsable autoconduccién de la vida hacia los fines naturales que Te son propios. Para Maritain, Ja Organizacién no va ‘a conceder esos derechos; ciertamente los va a reconocer, porque cllos surgen de la propia naturaleza humana. Bl estrago causado por el positivismo totalitario, que identificaba a la raz6n con el Estado, y al Estado con el Gobierno, y al Gobierno con su Jefe, habia sofocado al mundo, por contraste a una férrea posicién jusnaturalista, 1o que no quiere decir que ilustres filésofos positivistas no colaboraran en la elaboracién del venerable docu- mento. El _pdrrafo primero del Predmbulo confiesa la fil jusnaturalista del pronunciamiento: “Considerando que a justi ‘cia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrinseca y de los derechos iguales ¢ inalienables de to- dos los miembros de la familia humana. .. “Hemos de remarcar la palabra “inalienables” que significa concretamente que no se pue~ den tansferir, que perduran etemamente en la persona, 1o cual implica afirmar que integran o derivan necesariamente de su natu- raleza. Y, por tanto, que existe una naturaleza humana, 0 sea una estructura éntica y ontolégica del ser humano, que es universal y por eso los derechos reconocidos son inalienables respecto de “to- dos los miembros de la familia humana”. Basta ser hombre, para ser titular de estos derechos. Tal es lo que dice la Declaracién. ¥ por derivar de la universal naturaleza humana, los derechos pro- clamados son iguales para todos. Pero hay més: la base de la justicia y de la paz en el mundo esel reconocimiento de estos derechos. La Asamblea General en- tiende, por tanto, como necesario, en todo el rigor técnico de la expresién, el reconocimiento de los derechos esenciales del hom- bre, para la paz del mundo. Porque la experiencia vivida asf lo ——————————— 50 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Aquel primer C Ta base de Ia libertad, la justicia y la paz en el reconocimiento de estos derechos y del “reconoci seca... de todos los miembros de la fa 4 Esta dignidad a que alude la Declaracién, es universal justamente inseca 0 sea que no proviene de fuente externa al 10. Luego, deriva de su propia naturaleza. Tres terminante al respecto, pues la libertad € igualdad de todos los hombres se opera desde el comienzo mismo de la vida y se origina en Ja universal condicién natural de estar “dotados de razén y con- ciencia”. 452.- Se ha debatido largamente sobre la natural do intemacional, lo cual es advert tramitacién consuetudinaria para la elabor exhibe Ja intencién de los signatarios de asi establecerlo; autoplantea como un “ideal comin por el que todos los pueblos y 496 ppentci, Ob cid, pe, po 340m p20, 7. tnt ina ie atone pensar ue se ee era cone fn deter pron etulnconc de Car tad eens manos yeas evens Mau geaidio ew anseeon iu cama fas ose ta Sipe eso tar ln Dectn 497 Talesel cao de Opes par gin“on rego ala aman de mayor Ge os goeros que woe fvor dev dren a Deano oan sbigaona recta nbeumens”(Opperin, po 9, p30, LAPERSONA HUMANA Siieininc a Para ef jusnaturalismo la Declaracién, (e5 seftalado, tiene verdadera yobliga ‘argumento central de este pensamiento es que | son reconocidos. Jamados, no son concedidos sino ‘a naturaleza hum alguna. La hos; no su concesién, Por otra parte, las garantias son necesarias para el ejercicio de los derechos; luego, suponen la existencia de los derechos cuya garantia se pretende, Por otra parte, disposicio- . Por ‘mo, si bien no puede hablarse de “tratado” en sentido estrict en sentido amplio, pues justamente la palabra “Declaracién” utilizada correctamente para nominar al pronunciamiento, implica un verdadero acuerdo internacional en materia de principios™., 453. La Declaracién contiene una extensa lista de derechos reconocidos™, as, efectiiael tratamien- to de derechos y garantias sin distincién metodolégica, y avanza de los derechos individuales a los derechos sociales y de éstos a los derechos politicos. Contiene también deberes, en enunciacién sobria y breve. Nosotros vamos a seguir nuestra clasificacién de 498 Moreno Quintana, Tratado de Derecho Internacional, punto 537 i [Naciones Unidas, Derechos Humanos, Nueva York 1978: “La Declaracién Usi- versal de Derechos Humanos es a proclamacién intemacional bisica de los dere- cos inalienablese inviolables de todos los membros deta tamulia humana” 499

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