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vw www wyuwuwuwuevuevves VEE wwe EwWWUUUL 698, TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO De Ia Barra, Francisco Leén: “La Méditation et la Conciliation Internationale”, pig. 566, en Recueil des Cours, afio 1923, tL Gonzéilez, Joaquin V: “La Argentina y sus amigos", pags. 83 a 88, 103 a 120, 184 2 209, Buenos Aires 1910. Lleras, Alberto: “Informe sobre la Novena Conferencia Internacional America- na”, pags. 39, 47 a 52 (en “Anales de la Organizacién de los Esta- dos Americanos”, 1949, vol. 1, N° 1. Olivart Marqués de: “Tra- tado de Derecho Internacional Piblico”, tl, pag. 5, Madrid 1903. Paredes, Angel Modesto: “La Carta de las Naciones Unidas”, pags. 177 a 185, Buenos Aires. Richet, Charles: “El Pasado de la Guerra y el Porvenir de la Paz”, Paris 1908, pags. 323 a 337. Ruiz Moreno, Isidoro: “Manual de Derecho Internacional Pbli- 0”, Buenos Aires 1943, pég. 294. Sanchez de Bustamante y Sirven, Antonio: “La Segunda Conferencia de la Pa 1908. Teixeira Seares: “Conferencia Internamericana de Bogo- 14” en Boletim da Sociedade Brasileira de Direito Internacional, niimero 8, afio 1948, pag. 46. ‘Obras consultadas: Bobbio, N.: “E! problema de la gue- ray las vias de la paz”, Barcelona, 1982. Del Vecchio, G.: “El Derecho Internacional y el problema de la paz”, Barcelona, 1959. Herrero de la Fuente, A.: “Seguridad Colectiva y Arreglo Pai fico de Controversias. Dos sitemas en presencia: O.N.U. y O.E.A. Valladolid, 1973. Soluciones Pacificas de Conflictos Internacionales 695.- Elconflicto internacional'se configura por laconfluen- cia de tres elementos: pluralidad de sujetos intemacionales, dad de objeto y pretensionesexcluyentes de aquellos sujetos sobre dicho objeto. El conflicto | ‘originalmente, clasicamente solo se con- cebia entre Estados, pero el desarrollo de otras Personas Interna- cionales exigen, hoy en dia, utilizar un concepto mas genérico que ‘el de Estado y aludir a Personas 0 Sujetos Internacionales, con la distincién oportunamente efectuada sobre éstos (ver pardgrafo 107). Los procedimientos internacionales son los actos que s¢ Or- denan ala superacién del conflicto. El conflicto no se supera sito por llegar a pretensiones coincidentes. Es decir, de 1a pluralidad conflictiva de las voluntades internacionales, se llega. auna_ volun- tad comin sobre el objeto en cuestién. ‘ Pero hay tres maneras de Negara la voluntad comin: 1a rimera es por el esclarecimiento y la negociaci6n reciproca que ‘mita a las partes formar una voluntad comin. La segunda ma- nnera es Thediante Ta coacci6n sobre la voluntad de una de Tas par- tes, para que acepte la pretensién contraria. La tercera es la domi- arc TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO. nacién del adversario para que la expresién de su voluntad coinci- da con la del sujeto vencedor. La primera manera da lugar a las soluciones pactficas pro- (art. 33 Carta O.N.U. y art, 23 Carta O.E.A). La segunda manera da lugar a las soluciones c vveces no son licitas y que, en principio, estan reservadas ala Orga- nizacign Intemacional mundial oregional (ver art. 41 Carta O.N.U. y art. Jel Tratado Interamericano de Asistencia Reeiproca, con ‘excepcién del empleo de fuerza’ armada, al cual mis adelante nos referiremos). Latercera maneraes lafiuerra)que hace pasar del estado de paz al estado de guerra, con inmediata aplicaci as que regulan Ta guerra y con efectos juridicos precisos que mis adelante estudiaremos. 696.- El estudio pacfficas de los confli bidurfa y rigor por el ico y siempre actual de las soluciones internacionales ha sido expuesto con sa- faestro y a 61 nos remitimos en este punto™, Antes digamos que dichas soluciones pueden llegar ala vo- luntad comiin por esclarecimiento directo de las partes (negocia- iones directas) o remiti nin de un tercero. Si ictamen no es obligatorio, es lamediacién. Stel dictamen es obli- gatorio el tercero puede ser constituido por las partes (arbitraje) 0 ser preexistente a ellas (solucién judicial). Sn ee + 620 Baquero Lazcano, Emilio: “Soluciones Pactficas de os Conflicisnternaciona- les", El Universidad Nacional de Cirdobs Leb a, Cérdoba 1950 ai del Libertador | SOLUCIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES oat 697.- Refiriéndose a las negociaciones directas, dice : “Entre Jos medios de soluci&n pacifica de Tos ii rimer lugar a las negociaciones diréctas entre las xesadas". Podemos definirlas diciendo que son el conjun- to de gestiones realizadas ¢: procurando la sol cignrenunciamos Tos sujetos, el contenido y Ia finalidad de las ne Glaciones directas: Sujetos son Gnicamente los Estados 6 partes en Conflicto; su contenido consiste en gestiones o trémites entre estos Estados; su finalidad es el arreglo pacifico de la cuestién. 698.- La gran mayorfa de los internacionalistas las conside- rade naturaleza politica y diplomatica. Para nosotros son de natu- raleza jurfdica ver: juridica porque estén regladas por el derecho y pueder a porque forman parte de Ta conducta intemmacional de los Es en conflicto y pueden conducir a soluciones que consulten princi- palmente las conveniencias e intereses de los mismos. 699.- Sus Ventajas resultan del hecho de que no hay injeren- cia de terceros. Louter* as enuncia de este modo: seneillez, rapi- dez, mayor facilidad de comprensin y eficacia. Es el medio aque _ acudén con més frecuencia los Estados y en muchos casos los lle- arora solucionar pacificamente conflictos graves y complicados que pudieroa interrumpir la paz, por ejemplo en nuestro continen- in del Acre entre Brasil y Bolivia, en 1903, 0 la limites entre Argentina y Bolivia en 1889, y otras cues- tiones de limites entre diversos Estados americanos. 2 621. Accioly, Hz Ob. yt cit, pig. 4. “Tratado de Derecho Internacional bli ‘Ro de Janeiro 1945, pg. 4 det T. 3. tae (622. Ruiz Moreno, 1: “Manual de Derecho Internacional Piblico”, Buenos Aires 1943, °~ pig. 294. e42 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 700.- Respecto de la forma de las negociaciones directas dice Accioly: “Esas negociaciones se realizan por el cambio de notas de Gobierno a Gobierno, o de un Gobiemo al representante dé otro, o bien por explicaciones verbales, entre los representantes, autorizados de los gobienos en divergencia’ -de cuestiones de importancia menor, Cuando la forma empleada cs lacscrita, se procede mediante el intercambio de notas diplo- izandose en algunos casos el memorandum, que es un documento impersonal, no firmado, que venientes que podrian derivar del olvido de los hechos o concep- tos fijados en el documento. En cambio, si la forma de las nego- ciaciones es verbal se procede por medio de las llamadas notas verbales, y exposiciones de viva voz o conversaciones dialogadas fen una 6 en varias conferencias, en las que la negociacién se va desarrollando. A poco que se prolongue y complique la negocia- ., se acude al empleo del memorandum o del protocolo, con- sistiendo este 10 €n el acta que se levante de lo expuesto ver- balmente en cada reunién y de Jos resultados a que se fuere arri- bando, en caso pertinente. 701.- Dada la igualdad jurfdica de los Estados, los represen- tantes de cada Estado usan su propio idioma, valiéndose de los servicios de intérpretes 0 acudiendo al uso del francés 0 del inglés, voluntariamente, en algunos casos, cuando el propio idioma resul- ta muy exético para el Estado con el cual se tramita la cuestiGn, Sabido es que no hay idioma internacional obligatorio, pero queen la diplomacia se difundié la costumbre de utilizar en cada €poca algiin idioma determinado: hasta firies del siglo XVII, por ejemplo, era de uso generalizado redactar en latin los documentos 623. Accioly, H: Ob. yt. cit, pig 4. ‘SOLUGIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES, 643 diplométicos, siendo en cambio muy generalizado el empleo del francés durante los siglos XVIII y XIX, Actualmente el francés y cl inglés comparten esta utilizaci6n, agregdndose el espafiol y el portugués como idiomas oficiales en las conferencias interame- ‘canas, y el espafiol también en las asambleas 0 reuniones de la " habiendo sido el espafiol idioma auxiliar en las reuniones de la Liga de las Naciones. 702.- La gesti6n diplomitica directa debe empezar por fijar con toda precision Ta cuestién en debate. Debe controverti ono serio y amistoso, qué no es incompatible con la defensa enér- gica de Tos derechos nacionales, Las exaltaciones patrioteras, que hacen agresivo el lenguaje y destruyen la serenidad diplomatica, son perjudiciales y dificultan la soluci6n pacifica de las cuestiones ernacionales. El debate debe hacerse exponiendo verbalmente en conferencias 0 reuniones, o por escrito, en notas diplomaticas, Jas razones que cada parte crea tener en apoyo de sus pretensiones y comunicindose los documentos y razones en que se fundamen- tan los derechos que pretenden. 703.- Sobre la publ Fauchille sostiene lo siguient Estado las acompajian, las hacen preceder o seguir de un llamado (6n publica. Esta opinin informada y excitada por la pu- blicacién de diversos documentos, pesard con toda su influencia sobre los gobiernos y sobre el espiritu de los representantes de los Estados, de los negociadores. Pero el arma es peligrosa. La prensa puede servir para equivotar el espiritu pubblico y desorientarlo. El principe Bismarck demostré una habilidad extraordinaria para ser- virse de la prensa y de todos los paises... para equivocar la opi- nién piblica y tomarla favorable a sus designios”*'. Fauchille 2d- 624 Fauchlle, Paul: “Traité de Droit International Public". 1, 3* parte, pés. $16 (1926, Rousseau & Cia, Editeur) (Pats). ead TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO mite, pues, la publicidad de las negociaciones directas, si bien Ila: ma la atenci6n sobre sus peligros e inconvenientes. Otros autores sefialan como norma general obligatoria la conservacién del secreto de las negociaciones, por los inconve- nientes de la publicidad de las mismas, que, al trasladarlas a un ambiente menos sereno que el de la diplomacia, pueden determi- nar su fracaso, dificultando las conc rios contradictorios o diferentes. Tal es la opini6n, por ejemplo, de Podesté Costa, quien afirma la obligacién estricta de guardar el secreto de las negociaciones como norma, general, do que las partes pueden, mediante acuerdo pre municados, durante la ge iformando al pueblo de su desa- rrollo y estado, o si la gestién hubiere terminado, o se hubiere suspendido, del resultado que se alcanz6. ¥ afiade Podesta Costa que cuando se rechaza la diplomacia secreta ello no implica re- cchazar como norma general la obligacién de guardar secreto de las negociaciones diplomticas, salvo acuerdo en contrario, sino que aquella repulsa se refiere al rechazo de los tratados secretos, que -generalmente han sido tratados de alianza, instrumentos politicos diidos contra determinados Estados, que, segtin ampliamente lo acre it vocando guerras entre los pueblos. Por nuestra parte, consideramos normas intemacionales so- bre este punto las siguientes: __1*) como norma general, ninguno de los Estados en conflic~ toni de los negociadores puede dar publicidad, unilateralmente, al Sstado 0 resultado de las negociaciones, mientras éstas no hayan terminado; 625 Pocesth Costa,L. A: “Derecho Internacional Pablico”, Buenos Aires 1979 SOLUCIONES PACIFICAS DE CONFLIGTOS INTERNACIONALES. 645, 2°) los Estados en cuestién deben dar publicidad a las ne- gociaciones 0 a sus resultados, previo acuerdo de los mismos, siempre que esta publicidad no pueda traer inconvenientes para el buen desarrollo de las negociaciones en caso de que éstas de- ‘ban continuar; 3°) terminadas las negociaci on dében dar publicidad a los result do al respecto, o aun sin acuerdo previo si éste no se realizare después de un tiempo prudencial; 4°) cuando el conflicto se agrave, o surjan serias dificultades ‘que se opongan al éxito de las negociaciones, o las retarden grave- mente, cada uno de los Estados en cuesti6n tiene el derecho de dar publicidad a Jas gestiones efectuadas y a sus resultados, por su propia cuenta, sin necesidad de previo acuerdo para ello con los otros Estados en conflieto. ‘A veces, en efecto, cuando los conflictos debatidos en las negociaciones directas acrecen sus fades o su gravedad, los Estados en conflicto, pi eralmente, cada uno por su cuenta, suelen dar pul sea publicando comunicados a las pertinentes notas diplomaticas, © libros diplomaticos, o suelen dirigir notas a sus agentes diplo- séticos acreditados en el extranjero, historiando el conflicto y fun- dando los derechos que se invocan, afin de que sean publicados y leguen estos antecedentes a los gobiernos y a los pueblos extran- |jeros: esto tiende a convencer a los demés Estados de Ia justicia ‘con que se procede y a ganar, para la causa que se defiende, la opinién pablica internacional. 704. Cuando las negociaciones directas han conducido ala solucién pacifica del conflicto, esta soluci6n se hace constar, ya sea en un tratado que pone término a la cuestién, ya sea en un {intercambio de notas diplométicas, idénticas en lo pertinente, 0» 2848. “TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO bien es costumbre redactar un acta 0 protocolo en el cual se inclu- ‘ye una sintesis del conflicto y de las negociaciones, especificdndose las soluciones alcanzadas. Los autores suelen hacer clasificacions un areglo amistoso una renuncia 9 desistimi®n bien a unaftransacci Riquelme diferencia el arreglo amistoso de la transaccién del siguiente modo, refiriéndose como ejemplo al conflicto que originé la guerra entre Mgjico y los Estados Unidos por el territo- fio de ‘Tejas: “Sabido es, expresa, que-el origen de Ja guerra que afligié a las Repiblicas de los Estados Unidos y Méjico procedié de la incorporaci6n de la provincia de Tejas. Sila Reptiblica Meji- cana, deseosa de transigir sus desavenencias con su vecina sin apelar al recurso extremo de la guerra, hubiese cedido esta provi cia a los Estados Unidos, habria usado de un arreglo amistoso. itado a ceder una parte de Tejas, conservando Enel arreglo amistoso, pues, hay la renuncia a todo el dere- cho que se invocaba por una de las partes: en Ia transacci6n sélo hay la renuncia parcial, obteniéndose el reconocimiento de la otra parte del derecho controvertido, logrindose el acuerdo por conce- siones reciprocas. Entre el areglo amistoso y la renuncia propia- mente dicha, o desistimiento, no hay més diferencia que ésta: que en el primero hay una renuncia disimulada podriamos decir, en forma de cesién de derechos, y en el segundo, en cambio, la re- nuncia es directa y no disimulada. <5. Margi de Ova: “Tao de Derecho Ieraconal blo” (1903 Liber Genel de Vite Sen Math SOLUGIONES PAGIFICAS OE CONFLICTOS INTERNACIONALES ten cuanto al reconocimiento unilateral de derechos es 1a aquiescencia que uno de los Estados otorga alas pretensiones sus- tentadas por el otro Estado en cuestiGn. ino a la cuestion, 0 Jas notas sntercambiadas,o el acta en que fueron registrados los resultados de las negociaciones nos pe conocer en cada caso, me- tee consulta, qué clase de solucién fue I que abtuvieron las wyés de ous negociaciones directas. ¥ a veces resultaré eatin las circunstancias, clasificar en forma neta Ie 2: que puede ser una cuestién de hecho y 1, saber, por ejemplo, si la solucién a arestosa obtenida en un conflicto determinado es un ds to reciproco o si es una renuncia unilateral. El tratado que puso té1 algo di solucién alcanzada, col recta para la 705.- Hay una forma es) yecial de negociacién di i6n pactfica de los ‘conflictos internacionales: so Internacional. Este medio se ractica cuando: ‘on varios los Estados participes del conflicto y se busca una solu- ion pacifica directamente entre Tos Estados en. cuestion. A estos Congresos 0 Conferencias suelen ser invitados, @ veces, atin los Estados indirectamente interesados en el asunto. 1Los Estados que participan en la Conferencia estén repre- sentados en ella por delegados plenipotenciarios, pero nada obsta a que sean representados por los respectivos Ministros de Rela- ciones Exteriores o Jefes de Estados, noes esto iiltimo Jo que se practica, por norma general. 706. Laexacta y precisa fijacién del conflicto que debe con- siderar el Congreso es conveniente como punto de partida de su funcionamiento, como lo es también de las iegociaciones direc 627 Pauchille, P: Ob, ty part cit, pg. S16. es “TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO jas, que se tramitan de’Cancilleria a Cancillerfa, 0 con el representante diplomatico del Estado extran- jero. Fijada exactamente la diferencia en su contenido y alcance, ferencia y a considerar las normas del Derecho Internacional Pi lico que deben aplicarse para resolverlo, ya se trate de reglas con- Vencionales o consuetudinarias, ya se trate de principios jurfdicos. tenjendo, a su vez, en cuenta los casos precedentes y las solucio- nes que tuvieron.. 707.- No son raros en la Historia los casos de Congresos Intemnacionales que lograron dar solucién pacifica alos conflictos para cuya consideraci6n fueron convocados, evitando con ello gra- ‘ves perturbaciones en las relaciones exteriores de los Estados. Fauchille® sostiene que los Congresos Internacionales son muy recomendables por su eficacia para la solucién pacifica de los con- flictos entre los Estados interesados, dando como explicacién de sueficacia el argumento de que acudir a la reunién de un Congre- so, para buscar solucién pacifica a un conflicto determinado, es apartara éste del plano de la arbitrariedad y de la fuerza para colo- carlo en el plano de la razén y del Derecho, que permiten debatir el conflicto en un ambiente de mutuo respeto y cortesia y en forma atropellos, y que se esfuerzan por no doblegarse ante las prepotencias de la arbitrariedad y de la fuerza injusta, no suelen ‘poner, en cambio, tanta resistencia a someterse a las exigencias de la razén y del Derecho porque este sometimiento, lejos de hu- millar, enaltece y dignifica. Y asf vemos, agrega*® que los Con- s1es0s convocados para tratar conflictos internacionales general- 628 Fauchille, P: Ob. ty port. cit, pig. 516, 629 Pauchille,P: Ob. s citados, pig. S17. ‘SOLUCIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES. a9 llegan a soluciones equitativas, pues cuando la soluci6n es iesde el punto de vista del Derecho Internacional Pablico 10 se logra, por lo menos, celebrar una transaccién, pref ble a la guerra. 708.~ Hasta principios del siglo XIX, los Congresos Interna cionales eran celebrados para tratar la paz, a fin de poner termino ‘alguna guerra, siendo lo normal que asistieran a los mi S Jefes de los Estados en conflicto. Como Congresos de Paz cijare- mos, por ejemplo, los de Minster y Osnabriick, generalmente.de- “nominados Congreso de Westfalia, del que result6 en 1648 el Tra- “ado de Pazde Westfalia, que puso término ala.guesrade los rein: ta afios; en 17) ‘Congreso que aprobé el Tratado de Paz. de Tirecht, que finaliz6 la guerra de sucesi6n de Espafia; en 1815, Gespuds de la caida de Napoledn, el Congreso de Viena aprobé el tratado de paz respectivo; sucediéndose después de éste, a impul- 0s de la politica de la Santa Alianza, una serie de Congresos In- temnacionales, como los de Troppau, Laybach, Aix-la-Chapelle y Verona: En 1855 la Conferencia de Viena fue reunida para evitar la guerra ruso-turea, participando de este Congreso Rusia, Tur- quia, Austria-Hungrfa, Francia y la Gran Bretafia. En 1856 fue aprobado el tratado de Paris en el Congreso realizado en dicha ciudad, En 1871 la Conferencia de Londres, referente al Mar Ne~ gro y ala aplicacién de la cléusula reus sic stantibus solucioné esta cuestién, Tuvieron también éxito los Congresos de Berl 1878 sobre la cuestién de los Balcanes, y de 1885 sobre ocupacio- nes territoriales en el Continente Africano. En 1906, Ja couferen- cia de Algeciras solucion6 el conflict alema tea Marmuccos. En 1913 la Conferencia de Embajadores de las Gran- des Potencias, reunida en Londres, logré prepara la conclusion de la paz entre Turquia y los Estados de los Balcanes e hizo posible mantener la paz entre las Grandes Potencias, evitando grandes peligros de perturbacién intemacional Y al aio siguiente, e126 de julio de 1914, el Ministro inglés de Negocios Extranjeros, Sir E. ~ "630 Astokolew, Daniel: “Tratado de Derecho iniernacionat -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO sor eee Grey, después del asesinato del Archiduque Francisco Fernando, imétum del Imperio Austro-Hiingaro a 1¢ evidenciaba la gravedad de la situaci6n internacional, proyect6 la reunién de una Conferencia Internacional en la ciudad de Londres, de Ia cual participarian cuatro Grandes Potencias eu- -ropeas, que eran Francia, Inglaterra, Alemania e Italia, com la fina- lidad de solucionar el conflicto y evitar la guerra: pero este pro- ecb logré aceptaci6n y se produjo la conflagracién de 1914 a ___ Después de esta fecha, fueron celebradas otras muchas confe- eiicias que solucionaron diversas diferencias 0 conflictos interna- cionales y que seria largo enumerar. Recordaremos Gnicamente la ‘importante Conferencia de Washington, de 1921 a 1922, que se ocupé del conflicto de China y que evit6 grandes dificultades en Ia deno- minada cuesti6n, del Pacifico, al lograr 1a conciliaci6n de los Esta- > dos interesados en este asunto, estableciendo al mismo tiempo limi- taci6n, equivalencia y vacaciones, en materia de armamentos nava- les. ¥ recordaremos, igualmente, la VIX Conferencia Panamericana "que se ocupé, entre otros asuntos, del conflicto del Chaco entre las Repablicas de Bolivia y del Paraguay, siendo uno de los anteceden- tes que influyeron en Iasolucién de aquel conflicto™. de uno o mas Estados u Organizaciones Internacionales en un con- a cooperar Con Sus consejos a fin de ~ 305 (938, Libera y Eton “La Facad”, Buenos Ais); Ruiz Mo Ob. cit. pg. 294; ob. yt cit., pag. 5. i SOLUCIONES PACIFICAS DE CONFLIGTOS INTERNACIONALES 6st porejemplo, Torin Tos casos, acereando a los Estados en confi hubjeren distanciado. En este sentido, el tercer Estado desempehe ainyos buenos oficios un papel meramente pasivo, en cuanto al fondo de] conflicto,restringiendo su amistosa injerencia alas cues- tiones de tramit “711 Por su naturaleza constituyen, pues, los buenos oficios ‘una injerencia amistosay, por lo tanto, nocoactiva, de quien Ia ejet= cits, waiéndose exclusivamente del prestigioe influencia moral, de Consejos, indicaciones u ofrecimientos, que se refieran siempre s6lo ee Jones formales y no al fondo de la cuestidn, Los buenos ofi- ‘Glos son, ademds, de naturaleza politica y juridica a la vez 712.- Los derechos y deberes de quien ejerce los buenos of- cios son consecuencia légica de las funciones implicadas en éstos, de naturaleza amistosa, politica y juridica a la vez, y de su finali- dad. Aquellos derechos y deberes pueden ser expresados del si- i muien ejerce los buenos oficios tiene el derecho de tomar injerencia, exclusivamente, en las dificultades de tramita- cciGn, o formales, que surjan en la negociacién directa de los ‘Esta- dos en conflicto, o que impidan iniciar estas negociaciones; tiene derecho de ser infornnado de tales dificultades formales y de ofte- cer consejos, ayudas, o facilidades para solucionarlos. En cuanto a sus deberes son: proceder con toda discreci6n y habilidad, procs, rando no lesionar susceptibilidades ni despertar desconfianzas de inguna de las partes en conflicio; ayudar a éstas a solucionat las cuestiones de trémite por medio de consejos 0 facilidades, abste-" tiéndose de entrar al fondo del asunto, abstenerse de pretender ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 652. coaccionar a ninguna de Jas partes en conflieto para imponer solu- Giones; abstenerse de ejercer sobre los Estados en cuestién, 0 so- bre alguno de ellos, cualquier presién, salvo la puramente moral y esponténea de su prestigio, de su conducta de pais amigo y de la finalidad pacifica a que los buenos oficios se dirigen. En todo caso, tiene el deber de proceder con la més estricta imparcialidad, en forma igualmente amistosa para con cada uno de los Estados en conflicto. 713~ La oportunidad para el ejercicio de los buenos ofi- cios puede presentarse tanto en situaci6n de paz entre los Esta- dos en cuestién como cuando el conflicto que sostienen los ha ja guerra: en el primer caso para e* enel segundo pera facilitar su terminaci6n. Estén en paz o en guerra los Esta- dos en conflicto, puede presentarse, por tanto, la oportunidad de los buenos oficios siempre que haya dificultades formales que se opongan al i6n, prosecucién o reanudacién de las nego- ciaciones directas encaminadas a dar soluciones pacificas a los conflictos entre los Estados. 714.- Los buenos oficios pueden ser solicitados os Estados en conflicto, o por uno solo de ellos; pero generalmen- te son ofrecidos por un tercer Estado, amigo de los Estados en “cuiesti6n, quienes son libres de aceptar 0 no, sin que su ofreci- ‘miento o sud aceptacion puedan ser considerados nunca como actos de caricter inamistoso. A veces puede ser obligatorio acudir alos buenos oficios de algun tercer Estado amigo: ello ocurre cuan- do esa obligacién ha sido establecida en algin tratado. También puede ocurrir que en algiin tratado se establezca Ja obligacién de ofrecer los buenos oficios, o de aceptafios, como ocurtia, en deter- minadas condiciones, respecto del Conseja de la Ligas de las Na- ciones, de acuerdo al Pacto de esta organizaciGn, 0 como prescri- ben el Art. 1° del tratado del 28 de abril de 1894 firmado entre ca de Colombia, 0 Jas Conventions’ 48 10 de 1899 y del 18 de octubre de 19% -mnacionales. La obligaci6ni Espafia y la Repil Hayadel 29 d recurrir ala guemta, figura igualmente en los Tre 30 de marzo de 1856, de paz.en la guerra en la americana con el Paraguay en 1876, y en el de Berlin, firmado el 26 de febrero de 1885. 715.- En los tratados citados han sido incluidas algunas nor- mas, que sof en consecuencia reglas convencionales, respecto de Jos buenos oficigs, que sélo rigen, desde luego, entre los Estados obligados por el tratado. En efecto, en las mencionadas conven- ciones de La Haya, de 1899 y de 1907, ha sido convenido: 1°) Que, en caso de conilicto, no se acudiré a las armas sin surrir previamente a los buenos oficios, en cuanto To permitan “Js circunstancias. Esta regla, contenida en el Art. de ambas con- ~“VencTones, que son casi idénticas, habia sido incluida ya en algu- nos tratados anteriores a las Convenciones de La Haya, figurando enel Art, 8 del Tratado de Paris de 1856, en el Art. 21 del Tratado de Paz qué siguié a la guerra de Argentina, Brasil y Uruguay con el Paraguay y en el Art. 12 del Tratado de Berlin de 1885; 2°) Los Estados en conflict se obliganaaceptar los oficios de un Estado amigo: asf est4 convenido, por ejemplo, enel Art. [del Tratado del 28 de abril de 1894, firmado entre Espafia y la, aunque no estuviera ex: convenida, debe considerarse implicita, en nuestro con- cepto, en todo tratado en que Tas partes se obliguen a recurrir alos \cién pacffica de sus conflictos. A esta sgicamente, interpretando con buena fe 631 Fauchille, PB Ob. & y part. pigs. 305 y 306. ic, pigs. 520 y $21; Antokole, Danie: ob, y& 654 “TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO es0s tratados, si se tiene en cuenta la finalidad que persiguen: pre- la guerra y facilitar la solucin pacifica de los conflictos en- tre los Estados contratantes, mediante la utilizacién de-los buenos oficios de terceros Estados; 39) Es util y conveniente que una o més Potencias extrafias alconflicto ofrezcan sus buenos oficios a los Estados en cuestion si las circunstanci Gitadas Convenciones de La Haya y los Arts. 27 de la de 1899 y 48 de Ja de 1907. Dicho ofrecimiento debe considerarse un deber no s6lo moral y de ‘conveniencia sino juridico, segiin la finalidad de dichas convenciones y Taregla del Art. 27 de la primera y 48 dela segunda de estas convenciones. Del Pacto de la Liga de las Nacio- nes resultaba también ese deber para el Consejo de la Liga, en ciertos casos, como asimismo de Ia Carta de San Francisco para el Consejo de Seguridad o para la Asamblea de la O.N.U.; 4°) El ofrecimiento de los buenos oficios a los Estados en conflicto nunca puede ser tenido por acto inamistoso, pues és el ejercicio de un derecho de los Estados extrafios al conflicto (Art. 3, Convenci6n de La Haya). 5°) Los buenos oficios pueden ser ofrecidos 0 solicitados. ‘Asf resulta de los tratados anteriormente citados y, especialmente; del Art. 6 de las Convenciones de La Haya de 1899 y de 1907; 6°) Los buenos oficios “tiene exclusivamente el cardcter de ‘conseigs, no implicando ninguna fu igatoria” (Art. 6. Con- venciones de La Haya); 7°) Pueden ser ofrecidos “hasta durante el transcurso de las hostilidades” (Art, 3°, Convencién de La Haya). > ‘Son ventajas de los buenos oficios su sencillez, falta de coac- ci6n y mayor facilidad para remover los obstéculos formales, opues- tos a la negociacién, Sencillez, porque la injerencia del tercer Es- tado se limita a lo puramente formal; falta de coaccién, porque es SOLUCIONES PAGIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES, de cardcter amistoso, por igual, para los Estados en conflicto; faci- a la solucidn de dificultades formales, haciendo posible que pro- sigan las gestiones sobre el fondo del conflicto™. 716. Buenos oficios y mediacién estén claramente diferen- ciados en la teorfa; en cambio:en la prictica suele,@ veces, con- fundirse ambas expresiones, utilizéndolas como sinénimas, incon venientemente. El empleo de buenos oficios y mediacién como siténimos se nota, por ejemplo, en el Tratado de Paris de 1856, en el voto consignado en el Protocolo 23 del Congreso de Paris y en el Trata~ do de Paz con el Paraguay de 1876. Esto rios lleva a expresar que Jos términos “buenos oficios” suelen ser empleados en dos senti- dos; uno estricto, expresivo de su verdadero concepto, tal como se Ie da en Ia teorfa; otro amplio, que abarca buenos oficios, propia- mente dichos, y mediaci6n, o solamente mediaci6n. En este sentido amplio es empleada Ja expresi6n “buenos oficios”, evidentemente, en el Tratado de Paris de 1856, y en el de paz con el Paraguay, de 1876. En el primero, los representantes de ‘Austria, Inglaterra, Francia, Rusia, Turquia y Cerdefia convinie- ron en que “los Estados entre los cuales surja una discusién seria reourriesen, antes de apelar a las armas y hasta donde Jas cireuns- tancias lo admitiesen, a los buenos oficios de una Potencia ami- ga”. Enel Tratado con el Paraguay se establece en el Art. 21, “que si sobreviniese entre las partes contritantes alguna desinteligencia, antes de Iegar a la guerra, solicitarén y admitirén los buenos ofi- cios de una o més naciones amigas”. 111- La diferencia de buenos oficios y mediacién es bien clara en la teorfa: en ésta se ofrece a los Estados en conflicto (632. Podesté Costa,L. A. Ob, cit, Fauchille,P: Ob, ty part cit. pis. 18. 6 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLIC 6 CC TRATADOEDERECHONE—eeer sérmula concreta de soluci6n, que contempla el fondo del asunto; Sacambio en los buenos oficios, el tercer Estado que Tos ejerce no ambio en los buenos once 5 Jeonseja ninguna solucion conereta sobre el fondo de la cuestin, mente, aceroandolas y cultades formales e inicien o continden la negociacién, Los bue- nos oficios son en consecuencia menos amplios que la mediacién. 718.- Los buenos oficios se diferencian de la intervencién en que éstaes coactiva e inamistosa, por los menos para alguno de Ios Estados en conflicto, mientras que los buenos oficios son siem- pre amistosos y no hay en ellos nunca coaccién. 719.- La mediacién es Ia injerencia amistosa, solicita oftecida y aceptada, de uno o mas terceros, en un co) omés Estados, para aconsejarles una solucién de Ja cuestién. 720.-Por su naturaleza, es una injerencia amistosa y por tanto no coactiva; es juridita y politica simulténeamente, por estar re- glada por el Derecho, hacer posible la mas amplia consideracién de los interéses de tas partes, ser una expresién de la conducta internacional del Estado y poder Ilevar a soluciones pacificas de Derecho, de conveniencia, o ambas-a la vez... 721.- La mediacién puede ser oftecida o talmente es solicitada, lo que se explica por la amplitud de Tas funciones y derechos del mediador. En todo caso debe tener Ia conformidad de todos los Estados en conflicto. Su ofrecimiento 0 su no aceptaci6n nunca, ‘SOLUCIONES PAGIFICAS DE CONFLIGTOS INTERNACIONALES, 722.-Sujetos activos de la mediacién pueden ser un Estado ‘un grupo de Estados, que actiien en.conjunto; Organizaciones Tntemacionales que acttien por medio de sus 6rganos o represen- tantes, como la O.N.U., 0, la, Organizaci6n Internacional de los. Estados Americanos, por ejemplo; 0 particulares designados al efecto, segiin lo establece el tratado sobre buenos oficios y.media~ cién firmado en Buenos Aires, en 1936, en la Conferencia Intemna- cional de Consolidacién de la Paz. 723.- Existe el deber moral de de conflicto que implique peligro de guerra, si las circunstancias Jo hacen posible y no es factible solucionarlo pacificamente por ‘otros medios®. Por nuestra parte, opinamos que en el caso men- cionado es un deber juridico ut sla mediacién, desde que, en- la guerra y siempre se debe ensayar medios pacificos para solucionar el conflicto respectivo. La obligacién de ofrecer, aceptar 0 pedir la mediacién puede tener cardcter convencional. Esta obligacién ha sido pactada, por ejemplo, en el Tratado de Paris de 1856 y en el Tratado de Paz. de 1876 con el Paraguay. La mediacién era también obligatoria en el caso previsto por el Art. 15 del Pacto de la Liga de las Naciones, en presencia de conflictos que implicaran peligro de ruptura y no sometidos a arbitraje 0 solucién judicial, existiendo disposiciones andlogas-en Ja Carta de San Francisco, de 1945, 724.- Ademés de 1a mediscién comin w mediaci6n especial o extraordinaria, a que se refieren las Conven- clones de La Haya, de 1899 y de 1907, en su Art. 8, idéntico en amas, qué dispone lo siguiente: “Las Potencias contratantes, se hallan de acuerdo para recomendar la aplicaci6n en las circunstan- bali ig. 121. ( Espafia Modema”, Madrid); Marques de Olivart: Ob. yt ci, pi. 7.~ 658, -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO cias que lo permitan, de una mediacién especial bajo la forma si- guiente: en caso de diferencia grave, que comprometa Ia paz, Tos conffan la mision de entrar en relaciones directas con la Potei “hes pacificas. Mientras dure esta misi6n, cuyo término no puede exceder de treinta dfas, salvo estipulacién contraria, los Estados io suspenden toda relaci6n directa con respecto al conflic- sual se considera como diferido éxclusivamente a las Poten- cias mediadoras. Estas deben aplicar todos sus esfuerzos al arre- glo de la diferencia. En caso de ruptura efectiva de las relaciones pactficas, estas Potencias se hallan encargadas de la misi6n co- main de aprovechar toda ocasién para establecer la paz” 725.- La mediacién ejercida por organismos internacionales tiene una forma bien diferenciada cuando est a cargo de Comisio~ nes Intemacionales, entre las que es posible distinguir Comisiones ‘de Encuesta o de Investigacién y Comisiones de Conciliacién, Las Comisiones de Inve i6n o de Encuesta tienen por finalidad, como su denominacion yao i nes, datos, noticias relativos al conflicto de que se ocupan, en una palabra, hacer investigaciones al respecto, para que sus informa- iones y elementos de juicio sirvan de base y faciliten la concilia- cién, que,es una de las formas de Ta mediacion [Desde fines del siglo pasado, las Comisiones de InvestigaciOn acrecentaron mu- cho su importancia, investigaron dificiles conflictogfy acumularon al respecto valiosos datos ¢ informaciones que facilitaron la con- (on, y asi vemos que aquellas comisiones, que en las Con- venciones de La Haya de 1899 y 1907 tenfan un lugar muy secun- dario al lado del procedimiento del arbitraje, legaron a ser consi- deradas en la Liga de las Naciones como,uno de los medios més conducentes a la solucién pacifica de los conflictos entre Jos Esta dos; en cambio, algunos afios antes, en Ia segunda Conferencia de SOLUCIONES PACIFIGAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES 659 La Haya de 1907, no consigui el delegado Martens que fuera aprobada su propuesta de hacer de las Comisiones de Encuestas, instituciones internacionales permanentes y obligatorias. El fracaso de la proposici6n de Mates retard6 indudable- mente el desarrollo de las Comisiones de Encuesta y de Cor cin, como instituciones intemacionales dirigidas a facilitar Ia so- a de las diferencias entre los Estados, mediante la’ forma de mediacién que ponen en actividad; pero, pasado algén tiempo después de aquel fracaso, realizaron aquellas instituciones: progresos répidos ¢ importante, como demostracién de los cuales recordaremos algunos tratados y la resolucién aprobada por la “Asamblea de la Liga de las Nacionés él 22 de setiembre de 1922. En efecto, el 26 de marzo de 1920 es celebrado el Tratado ‘Sueco-Chileno por el cual es creada, modeléndola sobre el tipo de Jas Comisiones de Bryan, una Comisién de Investigaci6n, Exa- men y Conciliacién para actuar y mediar en toda diferencia inter- nacional que le fuere presentada por cualquiera de los Estados contratantes, siempre que no hubiere alcanzado soluci6n por otros medios pacificos y que no hubiere sido sometida al arbitraje ni a solucién judicial. EI 3 de diciembre de 1921 se realiza el tratado germano- suizo sobre arbitraje y conciliacién, en cuyo articulado son inclui- das reglas muy acertadas*™ que coordinan los procedimientos de Iaconciliaci6n y del arbitraje: El 22 de setiembre de 1922 la Liga de las Naciones, por intermedio de su Asamblea’ General de Delegados, adopta sobre esta materia una importante resolucién que en sus antecedentes, en su contenido y en sus efectos es estudiada por Visscher en su valioso trabajo titulado “El Procedimiento de Conciliacién ante la 634 De la Bara, Francisco Leén: “La Médiation et la conciliation Intemationales”, pg. 566. (1925, Librairie Hachette, Paris; en“Recuil des Cours" dela Acedémi¢ 4 Droit Interatioal;T, 1, abo 1923). 60 TAATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO ge0___TRATADO.DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Sociedad de las Naciones”. Como antecedentes inmediatos de aque- Ila resolucién, dos posibles soluciones fueron consideradas por la ‘Asamblea de la Liga, propuesta una de ellas en el despacho de la respectiva Comisin. El primero de esos dos proyectos, no acon- sejado por la Comisién y no aprobado por la Asamblea, con: en lacreacién de un Organo Central de Conciliacién, como ins tucién dependiente de Ia Liga, para tratar de encontrar y aconsejar soluciones pacificas, mediante el ejercicio de la mediacién, a los conflictos entre los Estados. La raz6n decisiva para la no acepta- cién de este proyecto fue la de que su aprobacién originarfa una ica e inconveniente superposicién de érganos y funciones al rgano Central de Conciliacién de la Liga, desde que por el Art. 15 del Pacto de la Liga eran atribuidas al Consejo de ésta, en las circunstancias que dicho articulo establece, las funciones que se pretendian otorgar al proyectado Organo Central de Conci- liacién: no habia, pues, para que crear un Organo nuevo en la Liga ‘para curnplir las mismas funciones encomendadas por el Pacto a tun érgano ya existente: el Consejo de la Organizacién. El segundo proyecto que traté la Asamblea fue el contenido en el despacho de la Comisin, que, aprobado en lo esencial por aquella, se transfor- m6 en la resolucién de la Asamblea del 22 de setiembre de 1922. ‘Tuvo parcialmente su origen en proposiciones de Noruega y de Succia, que fueron defendidas por el delegado Lée, de Noruega, quien hacfa notar que si bien era exacto que el Art. 15 del Pacto encomendaba al Consejo funciones de mediador, en determinadas Circunstancias, no era menos cierto que el Consejo de la tun cuerpo de naturaleza sumamente politica, lo que podria traer inconvenientes para el buen cumplimiento de su funcién de me- diador. Se pens6 que, en vista de ello, era muy deseable crear nue- Vos érganos de conciliacién, bajo las auspicios de la Liga pero fuera de su jurisdiccién, a fin de no superponer estos nuevos Srga- a a ena Liga con el Consejg y su funci6n de media- Grane Cee gt. rechaxéndose la idea de crear en la Liga un lose dal 7 de leat ser eae ese mbre de 1922 sobre la base del despacho SOLUGIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES 661 de la Comisi6n, que aconsejaba: 1°) Que los Estados firmaran tra~ tados particulares que crearan Comisiones de Cor (én para que mediaran entre ellos en caso de diferencias 0 conflictos a fin de buscar y aconsejar para éstos soluciones de paz; 2°) que lacrea- cién y funcién mediadora de las Comisiones de Conciliacién de~ bia ser hecha y reglada en los tratados particulares bajo reserva de Jos derechos y deberes establecidos por el Pacto de la Liga en su ; 3°) que los Estados signatarios de estos tratados estable- cerfan de comtin acuerdo determinadas reglas esenciales de proce- dimiento para la mediaci6n; 4°) que si el diferendo 0 conflicto no pudiera ser resuelto pacificamente mediante la accién mediadora los Estados en conflicto llevarian sus diferencias al Consejo, de conformidad con el Art. 15 del Pac- tode la Liga, Ademds en el prembulo de la resolucién de la Asam- Dlea se expresa que era previsible y deseable que la prictica de estos tratados particulares de conciliacién llevara a los Estados a corto plazo a Ja celebraci6n de un tratado general de conciliaci6n con la cldusula de apertura a la adhesin de todos los Estados. Es de advertir, por lo dems, que este movimiento en favor de las pricticas de la mediacién no ha sufrido ningiin retroceso con la extincién de la Liga de las Naciones, pues se continta en laO.N.U., encontrando en la Carta de San Francisco las més amplias posibi- lidades. 726.- La mediaci6n, en todas sus formas, lo mismo que los ‘buenos oficios, encuentran su oportunidad en presencia de contlic- tos que las partes no han podido solucionar por otros medios pacifi- cos, y tiene su lugar o antes de la guerra, para evitarla, o durante Ja ‘guerra para terminarla y facilitar la firma del tratado de paz. 635 Dela Barra, FL: Ob, cit, pig. 565. 52 -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 727-En logica juridica estricta nada se opone a que puedan practicarse, simulténeamente, respecto de un mismo conflicto, dos ‘mediaciones, independientes entre sf, a cargo cada una tos mediadores, que cumplirfan actividades separadas, s ‘caminadas hacia un mismo fin: Ia soluci6n pacifica de la diferen- cia. Tampoco habria incompatibilidad, desde un punto de vista ‘a estrictamente juridico, en que se desarrollara la mediacién JIténeamente con otros medios pacfficos de solucién, desen- en busca de 8 volviéndose cada uno por cuerda separa‘ terminacién de un mismo conflicto. Peto si Jo es menos que esta superposicién de mediaciones, o de medios ppacificos de solucién, aunque se desenvuelvan separadamente unos de otros, presentan el riesgo de crear dificultades précticas y com- plicaciones, lesionando susceptibilidades de los diversos agentes activos de las distintas mediaciones, 0 medios pacificos de solu cin ejercitados, alejando en lugar de facilitar la solucién buscada al enervarse miituamente. Por ello, estas superposiciones de me- diaciones 0 medios pacificos de soluci6n de un mismo conflicto hhan sido consideradas inconvenientes e inaceptables por la VIT Conferencia Panamericana, que aprob6 una resolucién que esta~ blece que dichas superposiciones no deben ocurrir, ya que son in- admisible por inconvenientes. 728.-Los derechos y deberes del. mediador son consecuencia directa de la finalidad y de la naturaleza de la mediacién. EI media- dor actiia como amigable componedor en el conflicto, afin de acon- sejar a las partes una formula de pacifica soluci6n. Por lo tanto los nes preseatadas por las partes, los hechos, derechos y pruebas que invocaron. El mediador tiene, por ejemplo, el derecho de pedir se le Comuniquen, los documentos relativos al asunto para examinarlos, SOLUGIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES, o sus copias,y también Jas negociaciones referentes al mismo reali- zadas anteriormente; que las negociaciones se hagan con su partici- pacién directa y regular; estudiar el asunto, presentar formulas de arreglo y dar buenos consejos para su soluci6n; y tiene el derecho de firmar, como mediador, el protocolo, acuerdo, tratado o convenio que solucione el conflicto. FI mediador tiene Jos siguientes deberes: obrar con impar- cialidad, tratar de allanar las dificultades que se presenten, estu- jar el conflioto con el fin de arribar a alguna formula de Soluci6n, participar en Tas negociaciones, proceder en forma amistosa v des= de ejercer coaccién sobre ninguna de las Jos conflictos predominantemente politicos, que mal res no estrictamente juridicos hacen sumamente complejos, y, en general, cuanto més dificil sea el asunto, es cuando més debe ex- Yiento de sus deberes el mediador, actuando con discrecién y habilidad a fin de armonizar lades y en general los opuestos factores que dan al conflicto su complejidad, extraordinaria en esos casos. 729.- Generalmente, cuando se llega a un acuerdo sobre 1o principal cesa la mediaci6n, salvo que se pida que ella contintc ppara el arreglo de las cuestiones de detalle, Cuando se llega a la solucién del conflicto, el acuerdo suele hacerse constar en un do- comento, que puede ser un protocolo, una declaracién, 0 un trata- do. Cesa también la mediaci6n cuando ésta fracasa; al:no ser acep- tadas las bases de solucién aconsejadas por el mediador: asi lo dispone el Art.5 de las Convenciones de La Haya de 1907 para el arreglo pacifico de los conflictos internacionales. vifico de los conflicts intemnsc’ 730.- Son numerosos Jos casos de mediacién que han tenido éxito en las relaciones intemacionales. Citaremos tinicament 664. TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO siguientes, recordando principalmente aquellos en que tuvo parte, ya sea como Estado en conilicto, ya sea como mediador, la Repti- blica Argentina: el 29 de agosto de 1825 se firmé el tratado de paz xy amistad entre Brasil y Portugal, reconociéndose Ia independen- ciadel Brasil, como resultado de la mediaci6n de Inglaterra entre ambos paises; pocos afios més tardefa mediacién de Inglaterra entre la Repiblica Argentina y el Imperio del Bra traban en guerra por la cuestin de la Banda Oriental del Uruguay, condujo a la firma entre los Estados beligerantes de la Conven- ci6n Preliminar de Paz, del 27 de agosto de 1828) que puso térmi- no a Ja guerra y reconocié al Uruguay como Estado soberano ¢ independienteJen 1881, la cuestidn de limites entre la Repablica Argentina y Chile quedé en gran parte solucionada pacificamente en virtud de la mediaci6n de los Estados Unidos de Norte Améri- a; en 1885, el Pontifice romano Ledn XIII ejercit6 con pleno éxi- to la mediacién entre Espafia y Alemania, que mantenfan un grave conflicto disputando la soberania sobre las Islas Carolinas; en abril de 1914, en un conflicto entre Méjico y los Estados Unidos se realizé, también con todo éxito, la mediacién del A-B.C., es decir Axgentina, Brasil y Chile, firmdndose el Acuerdo de Niagara, en junio del mismo afio; mediacién también de mucho éxito e impor- tancia fue la que, para poner término a la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, realizaron en 1935, Argentina, Brasil, Cl Estados Unidos, Pend y Uruguay, lograndose como resultado ¢ isticio de Buenos Aires, del 12 de junio de 1935, que termin6 jades entre los Estados beligerantes, cuya paz definitiva fue firmada en julio de 1938, también como resultado de la accién de los mediadores, cuya gestién alcanz6 de este mado su éxito completo; la mediacién argentina en’el Hamado indebidamente “bloqueo de Berlin” y la mediacién de la O.N.U., que puso térmi- ‘no ala guerra de Palestina. Mas reciente, e] Papaen la cuestién del Beagle (Argentina y Chile). . ‘SOLUGIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES, 665, 731.- El procedimiento de la consulta consiste en un inter- cambio de opiniones entre Estados interesados en una cuestién intemacional para adoptar medidas uniformes, y, si se trata de un ‘onflicto, acordar una proteccién comiin y tender a un solucién pacifica del mismo. Por lo tanto, Ia consulta no siempre se refiere a conflictos internacionales sino que, segdin la resolucién aproba- daen Lima, én 1938, por la VIII Conferencia Interamericana, pue~ de tener por objeto cualquier cuestidn de interés comtin para los Estados en consulta. es esencialmente amistosa y deliberativa, a en cuanto a su naturaleza, por las mis ‘mas razones que expresamos al tratar de Ja naturaleza de los bue- nos oficios y de la mediacién. 733.- El procedimiento de la consulta, que tanta importan- cia ha tomado en América, tiene antecedentes extracontinentales. En efecto, ha sido aplicado en Europa entre Estados aliados, 0 unidos por ententes o politicas internacionales especialmente amis- tosas entre sf o coincidentes. Enel Tratado de Washington, de 1921, sobre posesiones te- itoriales, en el Art. 1°, se establece la consulta como gestién pre~ paratoria de una Conferencia de los contratantes, eri la que éstos buscarfan la solucién pacifica de las diferencias surgidas entre ellos. sobre cuestiones regladas por el tratado. Andloga disposicién fi- gra en el Tratado de las Nueve Potencias, reférenté a China, fir- mado en Washington, en 1922, En 1936, en Buenos Aires, en la Conferencia Interamericana de Consolidacién de la Paz y en la VIII Conferencia Interamericana, realizada en Lima en 1938, fueron también firmados tratados, 0 aprobadas resoluciones 0 declaraciones, que establecen y reglan el procedimiento de la consulta entre los Estados americanos para ~ wee ee ee Se ee oe ee ee ee we wow rrr t 666 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO uniformar medidas entre éstos respecto de asuntos de interés co- ‘iin para todos ellos, y para acordar medidas de asistencia y de- fensa comin, y de cooperacién a fin de alcanzar soluciones pacifi cas en presencia de cor América 0 en otros continentes, pero susc caso de llegar a perturbar la paz de las Repti -as Americanas™®, 734.- En ejercicio del procedimiento de las consultas, han sido realizadas en América, después de la VIII Conferencia Interamericana de 1938, tres reuniones de consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de Estados Americanos, a saber: la de Panamé, del 23 de setiembre al 3 de octubre de 1939; la de La Habana, desde el 21 al 30 de junio de 1940; y la de Rio de Janeiro, que se extiende desde el 15 al 28 de enero de 1942. En la reunién de consulta de Panamé (1939) fue aprobado un conjunto de reglas dirigidas a preservar la neutralidad de los Estados de América en frente de la guerra europea y a evitar la propagacién de la guerra a nuestro continente. En la reunién de La Habana (1940) se aprobaron resolucio- nes que contienen nuevas reglas sobre e] procedimiento de con- sulta. Asfen la resolucién N° XVI se dispone que el Estado ame- ricano que quiera iniciar una consulta, en los casos previstos en tratados, resoluciones o declaraciones precedentes, presentard su iniciativa al Consejo Directivo de la Unién Panamericana, que onganizaré la reunién de consulta, estableciendo su fecha y su pro- .grama, previas comunicaciones al respecto con los demés Estados de América. En la reuni6n de La Habana fue aprobado igualmente a “declaracién sobre asistencia reefproca y cooperacién defensi- va de las naciones americanas”, que dispone que seré tenido como acto de agresién contra todos los Estados firmantes de la declara~ cién todo ataque de Estado extracontinental contra cualquiera de 636 ‘Accioly, H. Ob. yt cit, pigs. 1618 y 19221, respecivamente, 'SOLUGIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES 67 Jos Estados americanos, en cuyo caso los Estados firmantes de la declaracién se consultardn métuamente sobre las medidas que de- ben adoptar, Lareuni6n de consulta de Rio dé Janeiro (1942) fue motiva- da por el ataque sorpresivo quie con fuerzas de aire y mar lanz6 el Jap6n contra los Estados Unidos, el 7 de diciembre de 1941, en- ccontréndose ambos Estados en situaci6n jurfdica de paz, agresion {que fue completada con la declaracién de guerra que alos Estados Unidos hicieron los Gobiernos 9s de Alemania y de It como aliados del Imperio del Japén; la reunién de Rio de Ji consider6, el 23 de enero de 1942, que aquella agresion dis contra Estados Unidos afectaba, como tal agresi6n, a todos los Estados de América, en virtud de la Declaracién de La Habana, de 1940; y resolvié que debia organizarse la cooperaciGn de estos Estados para su reciproca defensa, adoptando diversas medidas para la proteccién de los Estados de América®” 735.- ELarbitraje consiste en someter convencionalmente un litigio entre dos o més Estados a un Tribunal unipersonal 0 ‘mas del Derecho Internacional Piblico, pudiendo los Estados en conflicto pactar reglas especiales para ser aplicadas por e] Tribu- nal en Ia sentencia. bitraje. Consiste en un acuerdo de Tos Estados en conflicto, por el cual éste queda sometido a fallo de juez o jueces arbitrales. En nuestro concepto, es un verdadero tatado, que requiere para te- ner valor juridico la concurrencia de todos los requisitos que el Derecho Internacional Pablico exige para la validez de los trata- dos. Puede ser un tratado complementario de algin tratado pre- 637 Accioly,H: Ob y tit, pigs. 16218 y 19221, respectivamente. 068. ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO existente de arbitraje, al que tiende a dar aplicacién en un con- flicto concreto surgido entre dos o més firmantes de este tratado preexistente. El compromiso arbitral debe contener/(T} Ja clara fijacién total o parcialmente (5) extensién de los poderes de los arbitros; @en muchos casos, en el compromiso, oa veces en algin tatado especial, los Estados en litigio convienen y enuncian determina- que el Tribunal debe aplicar en su sentencia las reglas y principios del Derecho Internacional Pablico cuya aplicacién al litigio fuere procedente; 7°) el compromiso arbitral suele contener generalmente io. Cuando asi no ocurriere, os Arbitros pueden dirigirse a iéndoles que suplan dicha omisi6n y esta- blezcan el procedimiento a seguir. El Tribunal puede, también, suplir él mismo la referida omisi6n y establecer el procedimiento a seguir, siempre que no omita las formas esenciales del procedi- ento, que son la audiencia y 1a prueba, salvo, desde Iuego, que esta tltima no sea necesaria por no haber ninguna discrepancia en los hechos, 0 por tratarse de una cuestién puramente de Derecho; Ofprs cléusulas que el compromiso arbitral suele contener se Yeflgren a la sede del Tribunal, al plazo en que debe ser dada la sentencia, y, si fuere necesario, al idioma utilizable en la tramita- cién del litigio y otras condiciones relativas al litigio, que las par- tes resolvieren acordar.] 'SOLUCIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES 669 Ja de 1899 en su Art. 31, la 52 y 53, contienen disposiciones sobre el compromiso arbitral eoincidentes en su mayor parte con los prin- cipios y reglas relativos al mismo que dejamos enunciados™. 737. Se da el nombre de cléusula compromisoria® a una diferencias de interpretacién compromisoria puede ser una de las formas revestidas por el com- promiso arbitral, lo que s6lo parece exacto en el caso de que aque- Ila cldusula indique concretamente cual es la cuestién contenga los demés acuerdos indispens: compromiso arbitral y que se ha dejado explicados preceden- temente. En anélogo caso puede ocurrir también que el tratado de arbitraje se confunda con el compromiso arbitral. La importancia de éste es bésica en materia de arbitraje, pues sobre el compro’ so reposa la designacién, constitucién y poder del Tribunal, la o gaci6n de las partes de someterle su pleito y de cumplir la sei cia y, en general, las facultades y obligaciones del drbitro y los derechos y deberes de los Estados litigantes y de sus representan- tes ante el Tribunal, 638. Fiore, Pasquale: “Tratado de Derecho Internacional Piblico”,t. 111, pgs. 303.0 305. (1894, Centro editorial de Géngora, Madrid; tatu. de la 3* edic. Italiana: Marqués de Olivar: Ob, t. cit, pigs. 12 a 17; Podesté pigs. 1217; Podests Costa, L. A. Ob. cit, pigs, 249, 250; Accioly, H: Ob yt cit i 639 Ruiz Moreno, I: Ob, cit, pigs. 300 y 301; Podesta Costa, L.A: Ob. cit, pe. 250; Accioly, H.: Ob. yt cit. 670 -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL. PUBLICO 738.{]La extincién del compromiso arbitral se produce en or el fallecimiento, demencia 0 “Gin del término fijado para la sentencia, sin que hubiere sido dic- tada; por desaparicién de la cosa, objeto del juicio arbitral; por renuncia aceptada del drbitro; por recusacién, probada la causa de Ia recusacion. La recusacién del arbitro puede efectuarse, por ejem- plo, cuando se probare interés directo y personal del arbitro en la cuesti6n, 0 en otra andloga, o enemistad personal con los aboga- dos de la parte litigante que lo recusa, 0 con su Jefe de Estado, 0 representante diplomatico, o para con el Estado mismo. Se ha sostenido que el compromiso arbitral puede concluir por su revocaci6n hecha por alguna de las partes, antes del fallo desde luego, pero no es ésta una buena doctrina. El compromiso arbitral es obligatorio para las partes, como cualquier otro conve- nio, y no puede, por lo tanto, ser revocado por voluntad de una sola de las partes, salvo que las partes se hayan reservado expresa- mente Ia facultad de revocarlo o dejarlo sin efecto. Ahora, cree- ‘mos que, en Ia prictica, manifestando uno de los litigantes que enuncia 0 revoca su compromiso arbitral, lo més posible es que no habré sentencia porque lo més seguro es que en ese caso ocurri- rélarenuncia de los arbitros, ante esa falta de confianza sospechable ‘en una de las partes interesadas. Pero si los arbitros no renuncia- ran y fallaran, la sentencia seria vélida y plenamente obligatoria™®. 739. El Tribunal de Arbitraje puede ser unipersonal 0 cole- SOLUCIONES PACIFICAS DE CONFLICTOS INTERNACIONALES, ert inconveniente por las influenci as emergentes de la posi- “eign del drbitro, Gaando es un Jefe de Estado, En este caso el nom- ‘bramiento es impersonal, es decir se tiene en cuenta no la persona 10 sino el cargo que desempefia. Por ello, habiendo cesado causa el Jefe de Estado, es reemplazado sin necesidad de nueva designaci6n, por el sucesor legal en el cargo. » ” El Tribunal colegiado puede estar constituido por un Tribu- nal o Corte de Justicia, por una Corpor fica 0 por varios inte: as, generalmente en ntimero impar para evitar el empate en el pronunciamiento del Tribunal._7 Los érbitros son elegidos libremente por las partes en cues- ti6n, ya sea en el compromiso arbitral, o en otro acto especial. Las partes litigantes pueden dejar a un tercero la designaci6n del érbi- tro. A veces el Tribunal arbitral se forma por arbitros designados en mimero igual por cada uno de los Estados interesados y un ter~ cer drbitro elegido por un tercer Estado, 0, por los érbitros ya de- signados. Esto se hace, desde luego, cuando asf lo convinieron las partes interesadas. La tendencia actual es preferir los Tribunales colegiados al unipersonal™. Como Tribunales colegiados permanentes podemos citar: 1°) el Tribunal Permanente de Arbitraje, que fue creado en la I* Con- ferencia de La Haya, Se forma una lista de internacionalistas, de- signados en niimero de cuatro como maximo por cada Estado natario. De esta lista las partes eligen los que deben fallar el litigio como arbitros. El Tribunal tiene una Secretaria permanente, bajo Ia direccién de un Consejo Administrativo formado por el Minis- to de Relaciones Exteriores de Holanda, como Presidente, y los Ministros diplométicos que representan a los Estados firmantes 641 Fauchile, P: Ob. « y part. cits pigs. 546 y 547; Accioly, H.: Ob. y& ct, pags. 28 230, 72 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO de la Convencién de La Haya (Art. 7, Convencién de 1907) ante el Gobiemo holandés*. como Tribunales Colegiados, Debemos recordar, tam! la Corte Centroamericana de Ar Intemacional de la disuelta Liga de las Naciones y de la actual ‘Organizaci6n de las Naciones Unidas“, 740.- El arbitro no puede delegar sus poderes ni el estudio de 1a cuestién cuando ha sido elegido en virtud de su prepara- fica y autoridad moral, que es lo que ocurre cuando se in cambio los Jefes de Estados, elegidos politico de su cargo oficial, generalmente dele- ‘gan en juristas el estudio de la cuesti6n, pero aquellos firman la sentencia*. 741.-Lacompetencia de los drbitros esté indicada en el com- promiso arbitral, Pero puede haber dificultad para fijar el alcance de la misma, ya sea por defectos de redaccién del compromiso, ya sea respecto de cuestiones surgidas entre los Estados litigantes después del compromiso y vinculadas con Ia principal. Ello plantea esta interrogacién: zpueden los rbitros interpre- tar el compromiso y decidir sobre su propia competencia? Dos niones opuestas se manifiestan ante esta cuestiGn: 1°) Ia de aquellas 642 Sénchez de Bustamante y Sirvén, Antonio: “La Segunda Conferencia dela Paz. reunida en La Haya en 1907”, «11, pigs. 191 a 195, 261 a 266, (1908, Librerfa General de Victoriano Suérea, Madrid); Antokoletz, D: Ob. yt. cit, pégs. 310 a 316; Accioly, H: Ob. yt ci, pigs. 30, 31. 643 Ruiz Moreno, L: Ob, cit, pg. 47. (644, Pardes, Angel Modest: “La Carta de las Nacines Unidas” pigs. 177 a 185. (GiF, Bitorial Guillermo Krskt Lida, Buenos Aires); Ruiz Moreno, I: Ob, et, pags. 10 y ML, AS. Marqués de Otivar: Ob yt cit, pag 16, SOLUGIONES PACIFICAS DE CONFLIOTOS INTERNACIONALES 673 que niegan a los drbitros competencia para resolver su propia com- petencia, opini6n sostenida por internacionalistas como Rivier, Visscher y otros. Algunos de éstos, fundan su opinién en la rechazada por Visscher, de que los drbitros son simples mandatarios \erpretar su mandato fijando su contenido y sus limites, sino que en caso de duda deben pedir a sus mandantes que resuelvan y aclaren de comin acuer- do la cuesti6n; 2") Otros intemacionalistas, entre los que debemos mencionar a Bluntschli, de la Pradelle, Bevilaqua y Hoijer, sostie- nen que los &rbitros no son mandatarios sino jueces y que, en conse~ cuencia, tiene competencia para decidir sobre su propia competen- cia, en aplicacién del conocido principio, que recuerda Hoijer, de que el juez de la accién es juez de la excepcién. ‘Nos pronunciamos a favor de esta tesis, que es, por lo de- que adopt6 en 1875, en el proyecto sobre procedimiento ternacional, el Instituto de Derecho Internacion: es también la que adoptaron las Convenciones de La Haya, la de 1899 ensu Art. 48, y lade 1907 en su Art. 73. Pero, dado el origen convencional de su competencia, los drbitros deben ser muy pru- Gentes al resolver acerca de la misma, 742.- Las funciones, obligaciones y derechos de los dbitros resultan de la taturaleza de la misién que desempefian. Son jueces; tiene pues, en gerieral,facultades y funciones judiciales. Escuchan Ja demanda, la contestacién y los alegatos de las partes, reciben y exigen pruebas, documentos, declaraciones testimoniales, etc. y de oficio diligencias judiciales para mejor proveer; por ejemplo, si es una cuestién de limites el objeto del litigio, pue- den nombran peritos que examinen el tertitorio discutido, a fin de conocerloen todos sus accidentes y detalles geogréficos, confrontar Pi Ob. ty part. cit, pag, $48; Accioly, H: Ob. yt cit nn NN A oe

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