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Presentacién fas. Necesidad de combatirlas (15-19). Samar plan de la obra (20-26) Conclusién. Saplica a Dios (37-38) pee 1. Al tratar de averiguar cual es el destino proy vida humana conforme con la voluntad de Dios, que que brote de la misma naturaleza, bien porque haya sido des- cubierto por los esfuerzos de los sabios, pudicra alcanzarme algo digno del don divino que se le ha coneedido para conocer, se me offcefan muchas cosas que en la opinién comin parecen hacer la vida titil y deseable; y, sobre todo, aquellas que, ahora mpos pasados, se han tenido jos morta- les como las mejores, a saber, el ocio junto con le riqueza, pues una de estas cosas sin la otra es causa de mal mis que ocasién de bien. En efecto, el ocio, acompafiado de la carencia de bie- LIBER I IPL 10,25) 1. dn oti ot opulentia non est it baling flicttas —Circamspicienti mii proprium humange vitae ae zel iosum officium, quod vel a natura ma- profectum, dignum feo que en agua de Disqueda de lar causns te que le permite fiamarfa (Le slacon pr ls fe io, se han de consis ilsis detenido de este prologo y ‘oNon, Hii de Patrs anon Veil 1Oss, ct ambigm MEYRRING, Hii of Patan” nes, es considerado casi com: in destierro de la misma vida, y la inquietud en Ja opulencia Heva consigo tanta mayor desgrar cia cuanto mayor es la decepcidn con que se echa de menos aquello que con un deseo mas vehemente se aspira a disfrutar. Pero aun cuando estas cosas (el ocio y la riqueza) encierren en sf los mayores y mejores encantos de la vida, no parecen ser muy distintas de aquello con que los animales acostumbran a Tecrearse, pues cuando vagan por parajes boscosos y muy ricos en pastos estén a salvo de la fatiga y tienen alimento hasta saciarse, Por lo tanto, si consideramos que el mejor y mas per- fecto goce de la vida humana es estat ocioso y abundar en bicnes, necesariamente este deseo ha de ser comin, segia la naturaleza de cada uno, a nosotros y a todos los animales irra- cionales; a todos éstos provee la naturaleza, con toda abundan- ia y seguridad, de bienes hasta rebosar, para que gocen con llos sin la preocupacién de obtenerlos. 2. Pero me parece que la mayor parte de los hombres han rechazado para si y han censurado en los otros este modo de vida insensato y propio de animales por la tinica razén de que, movidos por la misma naturaleza, pensaron que es indigno del hombre creer que habian nacido sélo para el servicio del mire y de Ja indolencia ®, o considerar que no habfan sido ‘aidos a esta vida para esforzarse en realizar alguna hazafia 0 Para ocuparse en algtin trabajo noble, o que esta misma vida no fos ha sido concedida para que sea un camino hacia la ‘quanto maiore indige me et optata ct quaesita sunt ad utendum. quam in se summa quibus in saltuosa loca ac maxime pabulis laeta evagantibus, adsit et securitas a labore, et satietas ex pascuis. Nam si hic optimus et absoliutis: simus vitae humanae usus existimabitur, quiescere et abundare; necesse est hune cumdem, secundum sui cuiusque generis sensum, nobis atque universis rationis expertibus beluis esse communem: quibus omnibus, has {ura ipsa in summa rerum copia et securitate famulante, sine cura haben. di copia redundat utendi. 2. Ad alia natos se senterunt plerigue homines.—Ac mihi plerique morta- ium non ob liam quidem [27] causam hanc ineplae a¢ beluinae vitae consustudinem et reepuisse a se, et voarguinse in alls videntur, quam quod, natura ipsa auctore impul sse cxistimaverunt, in officium se ventris tantum et inertiae natos arbitrari; et in hane fee Mable cita de Salusio (De cami, Gt. 1); ef Dolavon,0.¢ 108; 1, Lactate cone ‘Sella. En ol petlogo desi obra Hilario rellja principe de la moral eveieg cnceneg fen su temp, Libro T 31 cternidad; pues, si asf fuera, no habria duda de que no se la deberia considerar un don de Dios, ya igida por tan grandes miria a sma desde la ignorancia de la infan- cia hasta los delirios de la vejez. Por ello se han entregado a las virtudes de la ps de la continencia y de la clemencia con las palabras y las obras, con lo que pensaban obrar y juz~ gar bien; en una palabra, vivir bien; han creido que la vida no es dada por el Dios inmortal sélo para la muerte, ya que no puede pensarse de un buen dador que conceda cl muy alegre niento de la vida con objeto de que suftamos el tris miedo de la muerte. 3. Yo no pensaba que fuera inapropiada nde quienes creen que se ha de conservar la conciencia bre de toda culpa y que todas las molestias de la vida huma- na han de ser previstas con prudencia, evitadas con reflexion o soportadas con paciencia; pero, con todo, no me parecfan suficientemente idéneos para ensefiar a vivir bien y pues establecfan sélo criterios generales y con- cordes con cl humano sentir. No entender estas enscitanzas es propio de los animales, pero no ponerlas en practica, una vez conocidas, me parecia superar la crueldad de las bestias fero- ces, Mi alma se apresuraba no sélo a hacer aquello cuya omi- sién hubiera sido totalmente criminal y dolorosa, sino a cono- cer a Dios, autor de don tan grande, al que toda entera se fon ob sliqua praeclari facinoris aut bonae artis studia esse deduct hranc ipsam vitam non ad aliquem profeetum este aeternitats in quam profecto non ambigeretur munus Dei non este reputandurm, cum tantis aflictata angoribus, et tot molesi’s impedita, sese ipsa atque intra ne usque ad sence iquas se patientiae et continentiae et placabi doctrina et opere transtulsse, quod bene agere atque intlligere, id de- sc opinabantur: vitam autem non ad mortem tanta ‘bul existimandam; cum boni largitoris non esse ii jucundissimum sensurn ad tristssimum metuin ti 3. ccorum esse sententiam atque i culos liberam,conservare, ¢t omnes humanae vitae moles Ferre pa 1¢ beateque vivendum # Lat aBene beateque vivendums; ea 73. Pr. 216 (481: sbene honesteque vi sendam debia y con cuyo servicio pensaba que se ennoblecfa; en el que apoyaba toda su esperanza, en cuya bondad descansaba, como eh puerto muy seguro y conocido, entre las grandes desgracias de las preocupaciones presentes, Mi alma ardfa con afan inflamado en deseos de entenderlo 0 de conocerlo. 4. Pero muchos de aquellos maestros afirmaban la exis- tencia de numerosas fami dioses indeterminados *, juz- gaban que en la naturaleza divina habfa. un sexo masculino y otro femenino, decfan que los dioses nacen y descienden unos de otros. Otros ensefiaban que hay dioses mayores y menores, diferentes segiin su poder. Algunos decian que no existe gin Dios, y vencraban sélo aquella naturaleza que consiste en movimientos y encuentros fortuitos °. La mayor parte afirma- ban, segiin la opinién comin, que Dios existe, pero lo presen- taban como negligente y despreocupado de las cosas humanas. Algunos ° adoraban incluso las formas corporales y visibles de las eriaturas en los elementos terrenos y celestes. Algunos, por Ultimo, consideraban como sus dioses imagenes de hombres, de animales, de fieras, de aves y de serpientes, y encerraban al Sefior del universo y padre de la infinitud en Ia estrechez del 1, de la picdra y de la madera. No era, por consiguiente, digno que se creycran maestros de la verdad aquellos que, bus- cando las cosas ridiculas, vergonzosas ¢ irreverentes, disentian, beluinae immanitats esse rabiem videretur. Festinabat autem animus, non hace tantummodo agere, quae non egisse, et criminum esset plenum, et dolorum: sed hune tac muneris Deum parentemque cognoscere, cul se totum ipse deberet, cui famulans nobilitandum se existimabat, ad quem ‘omnem spei suae opinionem referret in cuius bonitate inter tantas prae- sentium negotiorum calaimitates, tamquam tutissimo sibi port familiar que requiesceret. Ad hune igitur vel ntelligendum, vel cognoscendum, stu- dio flagrantissimo animus accendebacae. Varia antiguorum de Des opinones. Hilario non orobantur, pro cris hax enti Deum ron esse nisi umon—Namque plures corun numerosas incerto- deoram famifias i et virilem ac muliebrem sexum in us ac successiones ex dlls deorum ‘ac minores et diferentes pro pot um omnino Deum esse iquid exsisteret ur. Plerigue vero Deum quidem esse opinione pi 4 CF, sobre este capitulo Dotovon, o.¢,"1t0« Hilario se opone a los dioses de ta ‘itglogis grea y ab politeamo en general a de los tomes cle Bpicura (oF. Tr. Pa 7 [24] jue sobre el Dias ecoso. CY. taubién pura la alse ideas Libro 1 38 , en sus opiniones acerca de creencias tan insensatas. Pero en medio de todo esto, mi alma estaba inquieta, esfor- zandose en seguir el camino necesario y util para el conoci- miento de su Seior; pensaba que no es digna de Dios la indife- rencia respecto de las cosas que él mismo ha creado, y enten- dia que su naturaleza, podcrosa e incorruptible, no era compa- tible con el sexo de los dioses y la sucesién de generaciones y nacimientos. Tenia ademés por cierto que lo divino y eterno ho puede ser mas que uno ¢ indiferenciado ’, porque aquello que es el fundamento de su propio ser no puede haber dejado. fuera de si nada mas excelente que lo que es suyo; y asi pensa- ba que la omnipotencia y la eternidad no pueden estar mas que ‘en un mismo ser, porque no seria congruente que en la omni- hubiera algo mas fuerte y algo mas débil, y en la eternidad algo posterior y algo anterior, pues cn Dios no sc ha de venerar mas que la eternidad y la potencia, 5. Mientras meditaba internamente estas cosas y otras ‘opecé con aquellos libros que, segtin la hebrea, habjan sido escritos por Moisés y los profetas. En ellos se encontraba lo siguiente en boca del quebantur, sed hune cumdem incuriosum rerum humanarum ac negligen- tem pronuntiabant. Aliqui autem ipsas illas ereaturarum corporeas con- spicabilesque formas in clementis terrenis et coelestibus adorabant. Postre- mo quidam in simulacris hominurn, pecudum, ferarum, volucrum, ser- pentum, deos suos collocabant, et univessitatis Dominum atque inf wentem intra angustias metallorum et lapidum et ent. Sed inter haec animus sollcitus, ‘cessaria ad cognitionem Domini sui via nitens, cum neque incuriam Deo gnam esse arbitrateiur, neque naturae potenti tae competere sexus deorum, et successiones satorum atque ret: porro autem divinum et aeternum nil Ha id quod sibi ad id quod esset ‘est extra se quod sui esset itatemque non nisi penes unurn es {quia neque in omnipotentia validius infizmiusque, neque in acternitate posterius anteriusve Congrueret: in Deo autem nihil nisi acternum potens- jue esse, venerandum. SOB Serpe dc ui ot Das; quod aremas—Hie. alia eiusmodi cum animo reputans, incidi in eos libros, quos a Moyse atque a prophetis scriptos esse Hebraeorum religio tradebat: in quibus " Por el razonamiento filwsico, Hilasio parce legar ya In anicidad de Dios. Pero ‘este principin de la nided ¢ indferenciacién de Ia nataralers divina va a tener reperci- ‘Sioues on la tenlogia wintaray el Padre y ef Hijo no som dos dioses, son una sala cosa. propio Dios creador, que daba testimonio de si mismo *: Yo soy el que say (Ex 3,14); y de nuevo: Esto dirds a los hijos de Israel: «El que es me ha enviado a vosotros» (Ex 3,14). Me quedé admirado no haya nada mas propio de Dios que el ser, porque el ser mismo no es propio de quien alguna vez acabaré ni del que ha empezado. Pero aquello que es eterno en el poder de su fel dad incorruptible, ni ha podido ni podra alguna vez no existir, Pues todo lo que es divino no est sometido ni a la destruceién nial comienzo. Y como nada falta en si misma a la eternidad infinitud, pero teniamos que entender la obra de su magnificencia y de su poder. Pues siéndole propio el «ser», porque permanece siem- pre y no ha comenzado a existir alguna vez, sc ha de él esta palabra, digna del Dios cterno e incorruptible: El que sostiene el cielo con la palma de su mano, y la tierra con su puto (Is 40,2); y también: BY cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis ies. Qué casa ne edificartis 0 cuil send el lugar de mi descanso? ;Aca- 40 no hizo esto mi mano? (Is 66,18). Todo cuanto hay cn el cielo ipso creatore Deo testante de se, haec ita continebantur: go sum, pui sem; et rursum: Have dies filis Israel, Mist me ad vos is gui est. Admnivatus Sum plane tam absolutam de Deo significationem, quae maturae divinae in- comprehensibilem cognitionem aptissimo ad int mone loqueretur. Non ionem incorruptae suae aeter smenie copi nequit—Et ad hanc quidem infinitatis sig- icentis: Ego sum qut sum, videbatur: sed nobis opus intelligen{29}dum. Nam- non etiam aliquando incorrupti Dei dignus de se hic rarsum au tenet codum palma, et trram pugillo; et rurstam: Coelum “, erra autem scabiltum pedum meorens. Quam domum mai aedificabit focus ert requitionis meat? Nome manus mea feit haec? Universitas coel Libro 1 $9) esta sostenido por la mano de Dios y todo lo que hay en la tierra se encierra en su puiio, Pero la palabra de Dios, aunque aprovecha para ta recta inteligencia de la fe, tiene, con todo, una mayor significacién cuando se medita con el entendimien- to que cuando se percibe con el ofdo, pues el cielo, encerrado en la palma de su mano, es, a su vez, el trono de Dios, y la tierra misma, que se contiene en su pufio, es cl escabel de sus pies. Cuando se habla del trono y del escabel, no podemos entender ta extensién de una forma corpérea en la posicién de quien esté sentado, pues lo mismo que le sirve de trono y de escabel, Io abarca aquella misma potente infinitud al encerrar- Jo en la palma y el putio, sino que con la comparacién sacada de todas estas criaturas se ha de reconocer a Dios como inma- nente y wascendente a ellas, lo que mas las sobrepasa y lo que les cs més interior, a la vez, lo que todo lo abatca y todo lo penetra, Con la palma de la mano y el pufio con que todo lo contiene se muestra su poder sobre la naturaleza exterior, y el trono y el escabel manifiestan que las cosas exteriorcs estan sometidas a aquel i tro de las cosas ext abarca todo lo que esta dentro y fitera de él; como infinito, no estd Iejos de nada, ni nada hay que no esté dentro de es infinito. Dei tenetur, et universitas terrae pugillo conclu iamsi ad 0} i cationis introspectus sensu contine!, quam exceptus a pala cet ren Da throm ese era uae pug et scabelum pedurs eius est: ne in throno et scabello, secumdum hal sidentis, protensio speciei corporeae posset intelligi, cum id, quod sibi thronus et scabellum est, rursum ips ens palma ac pus apprehendente concluderet; sed ut in his cunctis origi Deus intra extraque, et supereminens et internus, id est infusus in omnia nosceretur, cum et palma pugillusque continens potesta- tem naturae ‘ostenderet; ac thronus et seabellum substrata esse ut interno exteriora monstraret, cum exteriora sua interior insidens, ipse rur- na concluderet: atque ita totus ipse intea extraque se ye, un num esse Deo arbitrabatur, quam ita eam ut in quantum se ad al Con estos piadosos pensamientos acerca de Dios se deleita- ba mi alma, ocupada en el esfuerzo por alcanzar lo verdadero. ¥ no consideraba nada como digno de Dios, a no ser el decir que él esti mas allé de nuestra posibilidad de conocimiento de las cosas, de modo que en Ia misma medida en que la mente infinita se extienda hasta el limite de alguna idea, aunque sea s6lo una conjetura, igualmente la infinitud de la cternidad. sin limites sera superior a toda infinitud de la naturaleza que pre- tenda abarcarla. Y aunque nosotros podamos con reverencia entenderlo, nos lo confirma de modo manifiesto el profeta ®, cuando dice: ¢Adinde iré lejos de tu espiritu 0 adénde huiré de tu sem Plante? Si subiera al cielo, ti estis allt; i bajara al infierno, alli estds presente; si tomara mis plumas antes de la aurora y habitara en el extre- ‘mo del mar, también alld me llevaria tu mano y mie sostendrta tu diestra (Sab 138,7-10). No hay ningiin Jugar sin Dios ni que no esté Dios. Estd en los cielos, esta en mds alld de los mares. Esta dentro de todo como algo interior, todo lo trasciende como exterior. Del mismo modo que contie- he es contenido; no hay ninguna cosa en la que esté sin estar en todas, Aunque el alma se gozara en el sentimiento de esta magi ble comprensién, ya que veneraba en su Padre y Creador la infinitud de la eternidad inmensa, no obs- tante, con un affin todavia mas intenso buscaba la misma vi- 6 i y eterno, hasta el punto de pensar que sién de su Seftor infini nnem persequentis se naturae infinita- excederet. Quod cum a nobis pie ‘amen a propheta haec ita dicente manifeste confirmabatur: tu two, aut a facie tua quo fugiam? Si adscendero in coelum, ta illic 453 oi descendero in infernam, et ii ades. Si surepsero pen{8O]nas meas ants lucem, et Aabitavero in postremis mari: enim illue manus tua deduce 7a tua. Nuilus sine Deo, neque inferno est, a ciem quaerebat, ut incircuniseriptam immens intelligentiae esse opinaretur omata. Tn quibu: 95 sects, por Sn, no tee i fon due sn anu ecorcmente ale autre Yo Sos CF Fatt Bek (199); Jacob tuvo el esptita para «profetisars ‘ Te Ps. 310 Lipo L % la inmensidad incircunscrita '' se debia contener en alguna ‘expresin que permitiera conocer su hermosura. Y cuando mi 'u cteyente sc encerraba en estas cosas por el error de su incapacidad, aprendié de la voz de los profetas esta sentencia acerca de Dios ': Por la grandeza de las obras y la her- ‘mosura de las creaturas se reconoce como consecuencia al Craador de las generaciones (Sab 13,5). El Creador de las cosas grandes est en Tas mayores y el autor de las cosas mas hermosas en ellas esta. Y si su obra rebasa ya nuestra capacidad, necesariamente el autor de la misma ha de superar, con mucho, todo pensa- miento. Por lo tanto, hermoso ¢s cl cielo, el aire, la tierra, el mar y el universo entero, que, a causa de su belleza, parece llamarse con propiedad, como les gusta también a los griegos, cosmos, es decir, mundo. Nuestra mente, por su instinto innato, capta esta belleza de las cosas, de tal modo que, como sucede tam- bién en ciertas clases de aves y animales, no puede expresar con palabras lo que entiende, ya que la palabra queda por debajo del pensamiento; mientras, por otra parte, toda palabra de la mente, y ésta se habla a sf misma con compren- i esto es asi, gno es preciso que el Seftor de esta misma belleza sea considerado mas hermoso que toda ella? Y aunque la manifestacién de su eterna hermosura escape a la eapacidad de tod: igencia, ¢no permite su belleza que nos formemos, con nuestra eapacidad de entender, una opinin acerca: de ella? Por lo tanto, se ha de afirmar que Dios es la absoluta suae concluderetur errorem, hune de Deo pulcherrimae 1é modum_propheticis vocibus apprehendit: De magnitudine enim operan, ef pulcritudine creaturaram, consequenter generaionim Magnorum creator in maxi rimis est. Et cum sensum ipsum egrediatur oper lucrum ac pecudum acc! sententiam sermo est, sensus tamen id ipsum. quod tamen rursum, dum sermo omnis ex sensu quatur intelligens: tonne huius ipsius pulchri cst totius pulchritudinis esse pulcherrimum Cita conlorme a los LXX, peso no sequin la Vulgata belleza, de tal manera que su comprensién rebasa nuestra ca~ pacidad, pero no queda fuera de nuestras posibilidades de en- tenderla, 8. Mi alma, absorta en el esfuerzo por llegar a estos dosos pensamientos y doctrinas, descansaba como en un rado lugar de observaci6n de estas bellisimas ideas. Y vefa con claridad que su naturaleza no le habia ofrecido ninguna otra cosa con la que pudicra prestar a su Creador un servicio y un homenaje mayor que éste: reconocer solo que su ser es tan grande que se le puede creer, pero no se le puede entender, ya que la fe ineluye ia comprensién de la verdad sobre Dios que le 3 necesaria, pero la inlinitud del poder eterno desborda toda inteligencia ', 9." En la base de todas estas cosas innato, segin el cual ali ta esperanza cn una felicidad incorruptible, que Ia creencia irreprochable acerca de Dios y las buenas costumbres mere- cfan como recompensa de una campafia victoriosa, Pues no hubiera significado ninguna ventaja el pensar bien acerca de Dios en el caso de que la muerte hiciera perecer toda concien- cia humana y la aniquilara el ocaso de la naturaleza que se desmorona. Por io demés, la misma raz6n me persuadia de que no era cosa digna de Dios haber traido al hombre a esta vida y haberle hecho parti luria y de la pruden- cia con Ia seguridad de que iba a dejar de vivir y morir por la tus sui species sensun intelligentiac omnis eff tclligentiae sensus non relingu: est confitendus: ut neque pinionem tamen in: ulcherrimus Deus igertiam sentendt (31] 8. Deus intetligentiam cxcedens fide attingendis.—His itaque pine ‘opinions atque doctrinae studiis animiss imbutus, in secessu quodam ac specula pulcherrimac huius sententiae requiescebat, non sibi relictum quidquam aliud a nacura sua intelligens, in quo maius,officium pracstare Conditori suo minusve posset, quam ut eternae potestatisexcedit, Hane ratio ipsa ei suaded —Sub- erat autem omnibus his naturalis adhue sensus, ut pietatis professioncm spes aliqua incorruptae beatitudinis aleret, quam sancta de Deo opinia et boni mores quodam victricis militiae stipendio mererentur. Neque enim fructus aliquis eet, Bene de Deo opinart cum omer sensum tors per= imeret, et oceasus quidam naturae déficientis aboleret. Porro sutem non esse hoc dignum Deo ratio ipsa suadebat, deduxisse eum in hane partici- La permite al hombre cscapar 2 i6m de su ented Dios y escuchar su palabra, llega donde fiarse de do jams, eternidad; de esta mancra aquel que no existia seria traido al mundo sélo para dejar de pero solamente puede entenderse como raz6n de ser de nucstra creacién el que empezara a existir lo que no era, no el que dejasc de ir lo que habia empezado a ser. 10, Pero mi alma se inquietaba, en parte por el temor por ma, en parte por el del cuerpo. Conservaba su firme con- viecién acerca de Dios con confesin de fe y tenia, a la vez, un cuidado ansioso por si misma y por el cuerpo en el que habitaba, destinado, segiin crefa, a perecer con ella; pero des- pués de haber conocido ia ley y los profetas, conocié del mismo modo los principios de la doctrina evangélica y apostélica: En al principio existia ta Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y ta Palabra era Dios. Ella estaba en el principio jurto'a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella y sin ella nada fue hecho, Lo que se ‘ha hecho en ella es vida '*, y la vida era la luz de las hombres, la lue luce en las tinieblas, y las tinieblas no la acogieron, Habla un hombre enviado por Dios cuyo nombre era Juan. Este vino para dar lestimonia,- ara que diera testimonio de la luz. No era él la luz, sino que debia das testimonia de la luz. (La Palabra) era ta luz werdadera que ilumina a ‘odo hombre que viene a este mundo. Estaba en el mundo, y el mundo fue ‘echo por medio de ella, y el mundo no la convcis. Vino @ lo suyo, las syns na la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de foannis Evangelium. Was, partim suo, partim corporis metu. Qui cum tentiam suam pia de Deo professione retineret, et sollicitam de se atque hhoc occasuro secum, ut putabat, habitaculo suo curam recepisset, post ‘cognitionem legis ac prophetarum i 18 modi quoque doctrinae evangeli- dn principio eval Verbum, ef Verbum testimeninum perkibe lux, sed ut te lomine. Erat tux vera, quae iléominat omnem horainem venientem in hunc mundum. Lt undo erat, et mundus per tum factus est, et mundus eura non cognocit. In sua benit, et sti eum on receperint. Quotguot cuter receperunt tum, dedit eis potestatem flies Dei fer, is qui credunt im nomine eins; qui nam ex sanguine, neque ex volntale vir, converlirse en hijos de Dios, a todos aquellos que creen en su nombre; |s cuales no han nacido de la sangre ni de voluntad de varén, sino de Dios. ¥ la Palabra se hizo carne y habité entre nosotros; y hemos visto su gloria, gloria como de unigénito det Padre, leno de gracia y de verdad in_1,1-14). yu La ae va més alld de lo que se puede comprender con Jas facultades naturales y se le ensefia acerca de Dios mucho més de lo que suponfa, Aprende que su Creador es Dios de Dios 15, Escucha que la Palabra es Dios y que estaba al princi- pio junto a Dios. Entiende que es la luz del mundo que perma- nece en el mundo y que no ha sido reconocida por el mundo. Conoce que no ha sido recibido por los suyas cuando ha veni- do a lo suyo y que los que le reciben han llegado a ser Dios como recompensa a su fe; y que éstos no han abrazo carnal, ni de la generacién de la sangre, ni del placer corporal, sino de Dios. Conoce, por tiltimo, que la Palabra se hha hecho-carne y ha habitado entre nosotros y que su gloria ha sido contemplada; la cual, siendo la del Hijo Gnico del Padre, es perfecta con gracia y verdad 11, Aquila mente '® temerosa y ansiosa encuchtra ya mas esperanza de lo que ereia. En primer lugar se prepara para el conocimiento de Dios Padre. Y lo que antes pensaba acerca de la eternidad, infinitud y bellcza de su Greador por su capaci- dad natural, lo comprende ahora como propio también del EX Ferbum caro facture est et et plus de ex Deo discit: Verbum Deum, et apud Deum in princy Mundi lumen in mundo manens, et a mundo non tecognitum Venientem quoque in sua, a suis non receptum: recipientes autem sub fidei suae m rofecisse cognoscit; non ex complexu carnis, neque ex corporum volun natos. Deinde (supple, cogt nobis, ct gloriam conspectam ius, quae tamquam uni fecta ‘cum gratia et veritate, i ‘mens trepida et anxia plus spei invenit, quam exspectabat. Ac primum ad sm Dei patris imbuitur. Et quod antea de Creatoris sui rai sensu opinabater, hic nune proy 12 GE ta explicacién del prdlogo de Jn de Now. Se ha hablado hasta ahora de axinis. Aqui empiees El cambio se produce em el momenta tm que se comienea iamente cristiano de Dias: Dias Padre del Hijo unig Dios unigénito; y ello sin ensanchar la fe como si fuese en dos dioses, porque oye que es Dios que procede de Dios; sin cacr en la afirmacién de diversidad de naturaleza en el Dios que procede de Dios, pucsto que ha aprendido que el Dios de Dios est leno de gracia y verdad; y sin considerar al Dios de Dios como posterior, porque esté seguro de que en el principio era Dios junto a Dios. Comprende después que es muy rara la fe €n este conocimiento salvador, pero que constituye el mayor beneficio posible, porque los suyos no lo recibicron, y los que lo recibieron han sido clevados a la dignidad de hijos de Dios no por el nacimiento carnal, sino por el de la fe. Que el ser hijos de Dios no es una necesidad, sino una po que, una vez quc el regalo de se obtiene a causa de la condicién de los padres, voluntad lo aleanza como recompensa. Y para q dad que a todos se da de ser hechos hijos de Dios no fuera obstaculizada en alguno a causa de la debilidad de su fe vaci- lante —ya que es de por si dificil esperar angustiosamente lo que se desea mas que se cree—, el Dios Palabra se ha hecho carne para que, por medio del Dios Palabra hecho carne, la carne se clevara '” hasta ser Dios Palabra. Y para que se diera a conocer que la Palabra hecha carne no era una cosa distinta del Dios Palabra y que tampoco dejaba de tener la carne de nuestro cuerpo, habit6 entre nosotros; y al habitar entre noso- tros no es una cosa distinta de Dios, micntras que, a su vez, cl non in deos fidem laxans, quia ex Deo turae diversitatem in Deum ex Deo decedens, quia Deum ex Deo dist; neque pracposterum ex Deo in aliq tatem acgerrime speret r: Verbum Deus caro faclum est, in Deum Verbum, iq ‘aut non nostri corporis caro esset, habitavit in nobis: ut dum habitat, now ailiud quam Deus mancret; dum autem habitat in nobis, non aliud quam proficezet, «Proficeres, eprfeetass son los fee rminos que asa Hiario para loria dela vesurrec- ‘aquf con una idea que sin dejar de ser carne, pa Tins que se ha hecho came no se ha convertido en nada distin- to de nuestra carne; en su condescendencia de asumir la carne no queda privado de lo suyo, ya que, como unig leno de gracia y de verdad, es perfecto en lo suyo y verdadero en lo nuestro Mi mente recibié con alegria esta ensefianza del rerio de Dios al elevarse a Dios por medio dc la carne; por mado a un nuevo nacimi ne su Padre y Creador, pensa- ba que no habia de ser reducido a la nada por aquel mismo por el cual habia venido a ser de la nada lo que que estas cosas estan més alla de la capacidad de cia humana, porque el entender los designios divinos, y piensa que sdlo tiene existen- ia lo que por sf mismo puede entender 0 lo que por si puede probar, Pero las acciones de Dios, en la magnificencia de su poder cterno, no las hacia depender de la propia experiencia, sino de la infinitud de la fe; de modo que no porque no lo entendiese dejaba de creer que Dios estaba en el principio jun- to a Dios y que la Palabra hecha carne habia habitado entre és bien se daba cuenta de que podria entenderlo si Y para que no fuera impedido por ningiin error de la hostrae carnis Deus caro factus esset; per dignationem assumptae carnis hon inops suorum, quia tamquam unigenitus a Patre plenus gratiae et is sui Creatorisque cognoscens vans, per quem in hoe ipsum ula ine gentiag humanae ‘etiens Sensum, quia ratio communiury opiaionum consilit eoeles ppax, hoe solum putet in natura reram esse, quod aut intra se in Aut praestare possit ex sese. Dei autem virtutes secundum maguillecntiam acternae potestatis, non sensu, sed fide in io apud Deurn esse, ie parece famosa femula de Sax Le0s MaGN9, Tom. af Flan. (DS. 298) prudencia mundana para la profesin creyente de esta fe firms ima, fue ensefiado por 1a palabra de Dios expresada por el Mirad que nadie os despoje mediante la filosofia y el vano engatio, segtin la tradicién de los hombres, segtin ls elementos del mundo no segiin Cristo; porque en a habita corporalmente toda la plenitud de divinidad. En el cual también habéis sida circuncidados con wna cir- cuncisién no hecha con la mano, con el despojo de vuestro cuerpo carnal, ino con la circuncisién de Cristo; sepultados com él en el bautismo, en el cual también habéis resucitado por la fe en ta accién de Dios, que lo resucitd de entre los muertos. Y a vosotros que estabais en vwestros pecados y en la incircuncision de vuesira carne, os vivificé con él, os ha perdonado todos ‘estros pecados, destruyendo La declaracién de culpa con sus prescrpcio- nes contra nosotros, que nos era adversa, y la suprimié clavéndola en la cruz cuando fue despojado de su came; y exkibid pudblicamente las potes- fades y triunfé sobre ellas con ta confianza en sé mismo (Col 2,815) Una fo perseverante rechaz6 las cuestiones capciosas litiles de la filosofia, y asi la verdad no se oftecié falsedad, sucumbiendo ante los engaiios d mana. La fe no quiere encerrar a Dios en los puesto que en é esta la infinitud del oder eterno, la potencia de la eterna infinitud sobrepasa todo que una meate terrena puede abarcar. Cristo, al atraernos a cmnis principals et potsttis: in quo et citrus ests, icumcsione non mar facta in exspoliaione corporis cari, sed civeancisine Christi, comput efi bap tismate, in quo el resurexists per fidem operations Del, qui : v0, cum esetis mortu im dlctis et pragputitione cars vesrae vvificctt cm Hla, doatisvobis omnibus dei delens quod senientis, quod erat contrarium nobis: ipsum ‘zutes carom, et potestatesestenta fect, rumphal Respuit constans, neque humanarum ineptiarum spolium se praebet veritas fas ligentiae Deum re decernens, in quo tas aeternae in €0 est potestatis, omnem terrenae men ‘estas acternae infinitais excedal: qui nos ad trahens, non etiamnum corporali praeceptorum observatione di uumbram ad solemnia desecandae carnis (id ed ut omnem naturalem corporis [35] neces ‘cumcisus & vitiis spiritus criminum emundatione purgareti cuius morti S.Hilariede Piers ‘ A su naturaleza divina, no nos encerré en la observancia de los preceptos carnales ni nos Ia ley para el ritu quiso que nuestro espiritu, circuncidado de los por la Purificacién de los pecados, nos liberase de los impulsos pro- ios de nuestro cuerpo. Desea que seamos sepultados con él en: su muerte en el bautismo para que volvamos a la vida de la eternidad *!; y puesto que la regeneracién para la vida eterna es la muerte a esta vida y muriendo a los vicios renacemos a l inmortalidad, él mismo murié por nosotros, sicndo inmortal, para que a partir de la muerte fuéramos levantados, juntamen. te con él, ala inmortalidad. Asumié la carne de pecado ® para perdonarnos los pecados en la asuncién de nuestra carne, ya que se hizo participe de ella al asumirla, no por el pecado, Destruy6 con su muerte la sentencia dadas las maldiciones de nuestra condenacién terrena. Pade- cid, por dltimo, en su humanidad para humillar a las potesta- des enemigas; pues, segin las Escrituras, tenia que morir como Dios para que también scbre estas potestades triunfase la con- fianza en si mismo del vencedor; al ser inmortal y no poder ser derrotado por la muerte, murié por dar la vida eter- na a los mortales. Todas estas cosas que Dios ha hecho, que sobrepasan la inteligencia de la naturaleza humana, no pueden ser entendi- ‘consepeliremur in baptismo, ut in acternitatis vitam rediremus; dum rege- neratlo ad vtam mors east ex vita, ct morientes Vitis immortal o> hasecremur; ipso pro nobis ex immortalitate moriente, ut ad immortalita. tem una cum eo excitaremur ex morte. Carnem enim peceati recepit, at assumptione nostrae carnis delicta donazet, dum eius fit particeps as: ‘bite ores dann al eaae ae ae Ahonestare dm Dew ecm Sepa ponte a ee Us nn Bia thumpharc dum sae ae ese ® Ce al ver BCE Rom 63:5 © GE Rom 2. © GE Gal 35, Heb 8155 © CC, crud se permistens. * COL, configeres haya hecho hombre, el ¢ x sido sepultado, cae fuera del orden de la inteligencia, son he- chos excepcionales del poder de Dios; y, a su vez, no es cucs- in de buen juicio humano, sino de la fuerza divina, que Dios provenga del hombre”; cl inmortal, del que ha muerto; el jerno, del sepultado. En virtud de su muerte, somos conresu- isto por Dios. ¥ puesto que en Cristo habita la lenitud de la divinidad, tenemos, por una parte, una referen- a Dios Padre, que nos resucita en el que ha muesto, y a risto Jess, que ha de ser confesado como Dios en la plenitud inidad. jritu descansaba alegre en su esperanza en este reposo consciente de su seguridad, hasta el punto de que no temia la venida de la muerte, pues la consideraba como cami- no para la cternidad. No juzgaba molesta ni penosa su vida cn este cuerpo, sino que la comparaba a lo que para los nifios cs formacién, la medicina para los enfermos, el nadar para los educacion para los adolescentes, la rancia de lo presente, que tiene que 2 idad feliz. Mas atin, estas cosas que él creia para iam a Deo gesta non succumbunt rursum naturalibus treatin pensbus quis inf operatio infinitam metiendi gat opinionem ut-cum Deus homo, cum immortalis morluus, cum aeternus sepaltus est, non sit intelligentiae ratio, sed potestatis excep\ rursum e contrario non sensus, sed ut Deus ex homine, immortalis ex mortuo, ut aetermus in Christo per mortem cius, Sed du habemus et significationem Dei pat ‘liud quam Deum in di 1am, quod naulragis iam esse crederet im, |, ad pracmium beatae imm % Que Dios provenga dt hombre sgion que Ia humana de Crist es ic mare be bat divin to cho oe inci caba también a los demés en virtud del ministerio sacerdotal que se le habia confiado, y asi extendia su funcién hasta pre- ocuparse por la salvacién de todos ®, 15, Pero entretanto ® surgieron algunos espiritus de im- pia temeridad, sin esperinza para si mismos y crucles con los demas; de aquellos que reducen Ia poderosa naturaleza de Dios a los limites de la debilidad de la suya. No querfan ele- varse hasta el infinito para juzgar acerca de las cosas infinitas, sino que encerraban lo que no su pensamienta; qué sf mismos loz jueces sobre la fe, cuando el ejercicio de la religion es asunto de obediencia 2”, No se acordaban de lo que ellos mismos eran, despreciaban las, cosas de Dios, querian enmendar sus preceptos. 16. Y para no hablar de los restantes esfuerzos de los herejes, acerca de los cuales, cuando el orden de nuestro discurs. algunos falsifican de tal modo el mi que, basdncose en que ortodoxa, niegan el nacimicnto del Dios unigénito “, como si hubiera una extensién hacia el hombre del ser divino y no quod sibi credcbat, tamen per ministerium impositi sacerdotii etiam cae- teris praedicabat, munus suum ad officium publicac salutis extendens. Hazreticorem ingeniam.—Sed inter haec emerserunt desperata in se- 40, et saeva in omnes impie temeritatis ingeni jnurm), poten tem Dei mitate moderantium: neque ut ipsi tis rebus emerg i essentque sibi arbi icium; sui immemores, pus ober negligentes, praeceptorum emendatores, 16, Hacreses duae praccipuae de Ciiristo, Sabelli et Arii,—Nam ut de cacte= ris haereticorum stultissimis studi sileam, de quibus tamen, sic ubi occay sm sermonis ratio praebebit, non tacebimus; quidam ita evangelicac rumpunt sacramentum, ut sub unius Dei pia tantam professione nativitatem unigeniti Dei abnegent; ut protensio sit in hominem, tbiogratica y pasa a on sidad de exponen Ia vend Ja gue Miao o refed can cuenta a lo ‘costa la unidad de Dios, y por ello niega 4 distincion de personae. Por esta razin cl Padve dette nombee se wextinde» hasta Maria para encarmarse: no ex tambien sobre el sabeliansmho, sein el propio Hl Prixeas, Noe : , 108 ya_no ton adversrios directs de Hilario, pero tiene ‘que distanciarse de ellos para no dar pie a Ia acusacign arvana de que el meat ess eb una forma de sabelisniamo, seve ln propiedad de eate nombre) or cansiguient, In Trinidad, Ch 1un descenso, y aquel que fue Hijo del hombre segin la carne asumida en el tiempo no hubiera sido antes siempre y fucra ios; no ha tenido lugar en él un nacimiento de que el Padre se ha extendido a s{ mismo como Virgen, de modo que la sucesién que leva de Dios tal en si mismo hasta la came permita mantener la fe inviolable en el Dios uno. Otros, por el contrario —puesto que no hay ninguna sal- vacidn sin Cristo, que al principio, junto a Dios, era et Dios Palabra *°—, niegan su nacimiento y confiesan cin, ya que el nacimiento significa aceptar que Cristo es ver- dadero Dios, mientras que .a creacién supone que no lo es verdaderamente. Con ello sc fingia la fe al afirmar un solo en su esencia, mientras no se cxclufa a Cristo del misterio ®!. Pero sustituyen el verdadero nacimiento por la palabra y la fe en la creaci6n, y asi separan (a Cristo) del tinico Dios verda- dero, pues una criatura subordinada no puede pretender para i la perfeccién de la divinidad que no le ha otorgado el verda- secundum tempora assump- jus Dei varpinem Par proensus, pee sbi natu wit in lium. Ali'vero (qin sas Mia sine Christo "principio apud Deum erat Deus Verbum), fam profes sunt ne natvitas vera: Jardin, el arvianismo en sus diversas formas sigus siendo problema 2 lo largo del igi llaman a Cristo, Dios, pero no Dios verdadero. Ci. el capitulo siguien- ‘gta solucion arsiana es silo verbal, pues en realidad excluyen a Cristo del mistrio humanos, a contar entre las criaturas al Espiritu de Dios que tenemos que recibir como prenda de inmortalidad y para lle- gar a la comunién con la naturaleza divina ¢ incorrupt 37. Soy consciente, Dios Padre omnipotente ™, de que tengo el deber, como tarea principal de mi vida, de que toda mi palabra y mi pensamiento hable de ti, porque el uso de la palabra que ti me has concedido no me puede traer ningdn beneficio mayor que el de servirte dando testimonio de ti y darte a conocer como ti eres, es decir, como Padre del tanto al mundo, que lo ignora, como a los herejes, que lo niegan. ¥ solamente en esto consiste el propésito de mi voluntad. Por lo demas, es necesario que te pida el don de ta misericordia y de tu auxilio para que con el soplo de tu Es tu llenes la vela de nuestra fe y de nuestra confesién desplega- da para ti y nos impulses en el curso de la predicacién que hemos iniciado, pues no serd inficl el que nos ha hecho esta promesa: Pedid, y se os dard, buscad, y hallaréis; Uamad, y se as abrird (Le 11,9) Nosotros, en nuestra miseria, te pediremos aquello que ne- csitamos, levaremos al examen de las palabras de tus profe- tas y apéstoles un interés constante y lamaremos a todas las puertas que tienen cerrada la inteligencia de la verdad. Pero te corresponde a ti conceder lo que se pide, hacer que esté presen- te lo que se busca, que se abra la puerta a que se ha llamado, pues nos ticnc paralizados una especie de aturdimiento perezo- so de nuestra naturaleza y la debilidad de nuestra inteligencia inerel: neque iam per sensus humani sententiam Spisitum Dei inter quisquam auderet referre, quem ad immortalitatis pignus, et ad inae incorruptaeque naturae consort Sermo meus et sensus loquatur. Neque eni ullum aliud maius praemium hie jj thi a te concessus loquendli teque quod es, pattem, aut ignoranti saeculo, aut neganti haeretico quidem tantum voluntatis meae protessio cextensa * © confessionisque yela flatu S; pleas, nosque in wrsum_pracdica jonsionis istius auctor est, dicens: Pe 06's; qu noents: pulsate, et opeiaur et quibus egemus precabimur. gentiae aditus pulsabimus: sed tuum est et oratum tribuere, et quacsi "Hilario cierra con est hella oraciin et primer libro de su ob, ios encierra en una ignorancia invencible para conocer tus misterios. Pero el interés por penetrar en tu ensefianza nos dis- pone al conocimiento de la verdad divina y la obedicncia a la fe nos hace sobrepasar la capacidad de nuestra naturalezi. 38, Esperamos, por consiguiente, que ti des vigor a los principios de esta obra que emprendemos con temor, que la confirmes en su progresivo crecimiento y que nos llames a la comunién del Espiritu de los profetas y de los apéstoles para que entendamos sus palabras en el mismo sentido en que ellos las dijeron, y no en otro, y respetemos el significado real de cada una de ellas. Tenemos que hablar de lo que ha sido anun- ciado por ellos como un misterio que no podemos abarcar: que ta eres el Dios eterno, Padre del eterno Dios unigénito; que ti eres el que no ha nacido y que el dnico Sefior Jesuc que de ti procede en su nacimiento eterno no puede conside- rarse como un Dios diverso, ya que ha de ser reconocido como engendrado de ti, que eres el tinico Dios; y lo hemos de confe- sar como Dios verdadero, nacido de ti, verdadero Padre. Danos, por lo tanto, recta comprensiGn del significado de las palabras, luz en la inteligencia, dignidad en nuestra expre- sién, fe en la verdad. Y concédenos que podamos proclamar aquello que creemos, es decir, que aquellos que por los profe- tas y los apéstoles te conocemos a ti, tinico Dios Padre, y al nico Sefor Jesucristo, seamos capaces de exaltarte como Dios, pero no como solitario, y de proclamarlo también a A como Dios, pero no como un dios faiso. adesse, et patere pulsatum. Torpemus enim quodam upore, et ad laturae nostrae pi- s twas intelligendas intra ignorantiae necessitatem eohibemur: sed doctrinae tuae studia ad sen- junt, ct ultra naturalem opinionem fidet ia provehit |. Exspectamus ergo ut trepidi huius coepti exordia incites, et pro- feetu accrescente confirmes, et ad consortium vel peophetalis vel apostolict spiritus voces: ut dicta eorum non alio quam ipsi focuti su prehendamus, verborumgue proprietates iisdem rerum significarionibus exsequamur. Locuturi enim sumus, quae ab iis in sacramento praedicata fe aeternum Deum, Dei patrem: scentibus, nunc adversum negantes hae- ebrare, ne solum; et cum praedicare, ne falsum.

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