You are on page 1of 51
—Proyecto sEncierta ccasién pansé que unIbro sobree! tema delaulocono: ‘mlento resutaria indi. i por supuosto que, i a algun ‘ovat Sele preguntase:",Te canoces reaiment ati miso?” la reepuoeta soria."/S¥F De mode que empscé a pregunta la ‘gente: “jTe congees a ti mismo?” ¥, sorprondontomont, as Tespuesias oran"Sdw parcialmonte...No muy bien. .Algo.." Pot ‘tanto conclu que la mayorla estamos preparados para la pregunta“, Quien soy yoresimento?” Por aco docilescrbi stale, en la esperanzade compat cone! lectorloquehe aprerdido ale largodel camino de mipropka i. Y entre las cosas quo creo haber aprercido se enctialfan los problemas me comunes que bloqueen nuesto auloconod! ‘miento. No imporla el empefa que pengamas en Hegar 2 con {emos mojor anosoboe misrras: s on of camino hay absiculos, formalments haremos peo e ningtn pregreso, ambit Iv) ‘prencido a raconocery respetar el poder dal pasado y ol modo {en que afecta a nuestro compotarvento presents. Esta intiion ‘ne ha permitido formarma una teorla que me ha ayudado a {entenderrse mejor mi mismo. ‘Cuando lagarvos 2 eonacernos mejor a nosotros mismo, Inavitablomenta encontramos partes ce nosolios que H0 san ‘sanae, sino bastante destuctives, Yompozamos ahacurnas una Sele do proguniae soarca del cambio: "zPued> cambiar? "Quiero raslmenta hacero?"" {Coma emprender el eambio” Avatar de responder a esies preguntas, nos vers foraioa ‘2botdar la Soluodn de los problemas ue bloquoan midsiro ‘aulocanacimlento, Finaiyente, ere0 que Ae dado con modos do incorporar a nuesttas vidas Ia prdctca det crocimionto on el ‘autodescubrimiant. ISA JN. (Slade) | | | 2508 son: ve2es.120.1 eases Pec SIVO [Ska omeke. aL El enigma del yo Guia del autoconocimiento Coleceién «PROYECTO» John Powell El enigma del yo Gufa del autoconocimiento 3+ eicieny Editorial SAL TERRAE Santander ‘inl de original en ingles: Saving the Rae of the Self © 105 by John Powel “Thanas Mom, division of RCL Eee ne 200 Bethany Drive Allen, Texas 75002 (USA) Trades Mita Arad Mier © 1998 by Bair Sal Tose Polgono de Raos,Parcela M1 "39600 Melia (Cana) an: 92 396201 Ema sakense@ rales Tatpves salons: Con as debi enc Ingres on Epi. Printed Spe ISBN: 54293-12501 Dep Legal: BE-135-05, Fotccomposicia: Sal Tere» Santander Inprestin y exundennci: “Galo, S.A. Bilbao {indice Protege ° Fl problema: Tos principales obstculos al autoconocimiento. «13 La tor: rest pasado como prilogo . . . « {La coafiemacisn msiante ejemplos reflej del pasado. snes e+ La solucin: ‘samira propia responsabilidad ot 1a précica: ‘el uulocorscimienta mediante la eci6n 8s Prélogo En libros y articulos previos he tratado de com- partir algunas de las cosas que me han ayudado ppersonalmente, pues no hhe escrito nada que no haya ensayade y comprobado en el laboratorio de mi propia vida, La mis reciente de mis preocupaciones perso- nales respecto de la ayuda es el atecanocimien to, Fn Jo que a mi respeeta,parsce un hecho que ‘610 me conozco parcialmente y que sélo muy Jentamente estoy logrando conocer mi verdadero ‘yo, porque ese proceso, al menos en lo que a mi ime atafe, es gradual y durard toda la vida. Se trata de un proceso que unas veces resulta dolo- oso, y otras £07030, pero que siempre merece In pena. En cierta ocasion pensé que un libro sobre este tema resultarfaindtil. Di por supuesio que, si a alguno de nosotros s¢ le preguntase: «Te cono- ‘ees realmente a ti mismo?», Ia respuesta seria ‘ Incluso Hegué a pensar gue diria: «{Claro ‘que me conozco a mi mismol», y haste podria sentrse un tanto perplejo por la propia pregunta, Me figuré que la mayorla de nosotros pensaria: 0 HL ENIGMA DEL. YO «Si yo no me conozco a mf mismo, entonces ‘equién me conoce?» De modo que empecé a preguntarle a la gente: 4cTe conoces a ti mismo? y, sorprendentemen- te, las respuestas eran: ¢S6io parcialmente... No muy bien... Algo...» Por tanto, decid que ta mayorfa (incluido yo mismo) estamos prepara- dos para afrontar la siguiente pregunta: «jQuign soy yo realmente?» Estamos incluso dispuestos a admitir que algunas veces los demas nos eonocen mejor de lo que nosotros. nos conocemos. De hecho, a veces pienso que la ilkima persona a la que se llega a conocer bien es uno mismo. Du- inte muchos aiios me he preguntado por qué ocurte esto. Si hemos estado realmente tanto tiempo con nosotros mismos, ,por qué nos eono- cemos tan poco? Y durante estos afios de cues- tionamiento he aprendide muchas cosas que me han resultado sumamente stiles. Por eso deciaf escribir este libro, en Ia espe~ ranza de compartir con el lector lo que he apren- dido a lo largo del camino de mi propia vida La pregunta mas inquietante de estos afios de ‘cuestionamiento era la siguiente: «;Quién soy yo realmente?» Entre Tas cosas que creo haber aprendido se encuentran los problemas mas ‘comunes que bloquean nuestro autoconacimien- ‘o, No importa el empefio que pongamos en lle~ gr a conocemos mejor a nosotros imismas: si en 1 camino hay obsticulos, normalmente haremos rot0co u poco o ningtin progreso. También he aprendido a Feconocet y respetar el poder del pasado y el mo. do en que afecta a nuestro comportamiento pre- sente, Esta intuicién me ha permitido formarme tuna teoria que me ha ayudado « entenderme mejor a mi mismo, He llegado a percibir algunas de las pautas de mi vida, porque dichas pautas de ‘eomportamiento eran claras en muchos cjemplos dde mi propia vida y de las de otros que me han hecho purlicipe de las mismas. ‘Cuando Hlegamos a conocernos mejor a n0so- tros mismos, inevitablemente encontramos partes de nosoiras que no son sanas, sino bastante des- tructivas. Por tanto, empezamos a hacernos una serie de preguntas acerca del cambio: «;Puedo cambiar?» <{Quicro realmente hacerlo?» «{CO- ‘mo emprender el cambio?»... Al tratar de respon- der aestas preguntas, nos vemos forzados a abor- dar la solucién de los problemas que bloquean nuestro autoconocimiento, Finalmente, creo que hhe dado con modos de incorporar a nuestras vi das la prictica del © to en el autodescu- brimiento. Consiguientemente, este libro esté dividido en cinco partes; 1) problema; 2) la teorfa; 3) gjem- plos; 4) Ia solucidn; y 5) la préetica. Espero que To que ha sido stil para maf también le resulte stil al lector. Abordemos abora la Primera parte: el pro biema. 1 El problema: Jos principales obstaculos al autoconocimiento La mayoria de nosotros nos preguntamos a veces quiénes somos realmente, Y no se tata de wn problema meramente especulativo y abstract, sino que, de hecho, hay momentos én que hace- ‘mos tna pausa reflexiva para preguntamos qué cestamos haciendo y qué nos impulsa. {Por qué instintivamente nos gustan ciertas cosas e ins- tintivamente también evitamos otras?; {porque algunas cosas nos vuelven locos y ofras. nos repelen? La tcorfa del «andlisis transaccional» afirma aque en realidad hay tres partes que luchan en el interior de cada uno de nosotros: el padre (los ‘mensajes que se nos transmitieron cuando éra- ‘mos nifios); el adulto (nuestras propias mentes y vvoluntades, que piensin nuestros propios pensi- rmientos y toman nuestras propias decisiones); y el niio (el depésito de nuestros sentimientos y imnestras respuestas emocionales). Y la verdad es {que la mayoria de nosotros no nos sorprendemos ‘de que haya diversas fuerzas luchando en nuestro imeri Pero algunas veces chocan unas eon otras, y ol resultado para la mayoria sacle ser la confusin. (Para un desarrollo mis completo de los ‘res scestados del ego, véase mi libro El secreto para seguir amando, pp. 103-105). ‘Otras veces podemas ver con elaridad To que hhacen los dems, Jo que pretenden y en qué andan metidos; pero cuando volvemos a mirada hacia nosotzos mismos, encontramos toda clase de evidencias aparentemente contradictorias. Y to tinico que podemos hacer es buscar el poraué Y hacemnos las siguientes preguntas: « Quien soy Yo realmente?» «;Qué quiero verdaderamente en uanto a mi vida? Solemos saber lo que los dems nos han dicho que seames o hagamos; pero, al margen de todas esas directrices, nos pre- ‘Buntamos: «{Quign soy yo?» [Las tres famosas defensas (obsticulos) ‘A veces pienso que el problema de llegar a cono- ‘cemmos & nosotros mismos procede de las difictl- tades que encontramos para explorar los estratos. ‘que hay en nuestro interior, Cuando tratamos de atravesar dichos estratos, solemos vernos brusci- HL prema 15 mente detenidos por lo que parece granito sélido, La imerpretacidn habitual de este «impasse» es {que todos hemos desarvollado defensas con obje~ to de evitarnos una confrontacisn honesta con nosotros misinos. Dichas defensas forman unos escudos a nu tuo alzededor, que se desarrollan para impedit que la vida ‘nos abrume. Sin embargo, tales defensas impiden también que conozeamos mites luo propio interior y nuestro verdadero yo. Con el paso de los aos se han convertido en barre fas que bloquean nuestro autodescubrimiento La primera de las principales defensas: la represién [La primera de las tres detensas més comunes se denomina «kePResiOns, y consiste en que pode- ‘mos ocultarnos la verdad a nosotros mismos reprimiéndola, al recluirla en nuestra mente in cconseiente, Lo que no queremos aceptar en noso- ‘os mismos podemos simplemente eliminarlo de nuestro consciente mediante la represién. Un ‘célebre psiguiatra piensa que el noventa por cien- to de lo que hacemos, decimos y pensamos las ppetsonas normales no’reflexivas esta hasado en materiales inconscientes. Si preguntiscmos a ‘esas personas por qué obraron de determinada 16 1 ENIGMA DEL YO. ‘manera, no sabrian la raz6n real, Sin embargo, la ‘buena noticia es que este material reprimido es como Ia madera mantenida bajo el agua: estdé siempre tratando de salir a la superficio para ser reconocido. En ocasiones, el propio estrés puede forzamnos @ mirur esas’ cosas que en algdn ‘momento anterior preferimos ocular, La psicologia nos dice que en toda mente humana hay tes nveles: 1) el consciente, 2) el subconsciente; y 3) el inconseiente. Nuestra mente consents estéimplicada en lo que hace mos y pensamos en un determinado momento Cuando ests leyendo estas palabras, se encuen- tran en {0 mente consciente Pero tambien tene- ‘mos una mente subconsciene, en la que registra- ros casas como las fechas de Tos aniversaios y Tos cumpleanos, fa tabla de multiplicar,etetera atestara Se trata de los hechos y recuerdos quc almacenames para recordarlos. mis adelante Cando este material no esté en nuestra mente consciente,stlhemos que lo tenemos archivado an el subconsciente que se encuentra disponi- ble para ser utilizado siempre que queramos recordarlo, Sin embargo, tenemos también una mente inconsciemte en la que ocultamos cosas que no ‘guerémos afrontar 0 con las que no queremos Vivir. BI inconsciente ha sido llamado el s6tano de la mente, y nosotros no percibimos ni el pro- 1 FRORLEA v ees0 de ocultamiento ni el material oculto en dicho sétano, Lo que sf es importante saber es que lo que hemos almacenado en el inconsciente esti ento- rrado vivo, no muerto, Bsas cosas ocultas (acon tecimientos, sentimientos, reacciones, prejui- cios..) siguen inquietdndonos, molesténdonos & influyéndonos. Sin embargo, el mismo modo que no somos conscientes “de las cosas que hemos ocultado, tampoco somos conscientes de su impacto en nuestros pensamientos, acciones y reacciones. Y dicho impacto puede ficilmente lener gran repercusiGn en nuestra vida cotidiana. Petmitaseme poner un ejemplo fieticio, Su- Pongamos que siento rencor hacia mi psoj madre, Mi madre solfa asegurame que habta estado a las puertas de la muerte para darme la Vida, pero mis sentimientos hacia ella segutan siendo negativos. Intemté compartir mi rencor con mis amigos de la infancia, pero me dijeron cen términos de reprimenda que debfa de ser un singrato>, Entonces no sélo seati encor hacia mi ‘madre, sino también vergiienza por experimentar ese sentimiento. Y, sencillamente, no podia vivir con dicho sentimiento «vergonzoso», por lo que introduje mi reneor en lo més profundo de mi inconsciente; Io oculté en cl s6tano de mi mente, donde ya no seria consciente de él. E resultado fue que suprimt mi vergienza, lo cual constituyé 8 BL ENIGMA DEI. YO ‘un buen movimiento defensive, pero con muchos efectos negativos en mi vida posterior. De hecho, medinte To gue se denomina «for macién reactiva», he Hegado a considerar a mi madre una «santa. «Formaci6n reactiva» signi= fica que dicha reaccién fue programada en mi durante mis afios de formacién, Esta compensa cidn se convirié enseguida en ona «hipercom ppensacién»; por eso valoraba su persona o su recuerdo exagerando su realidad, y esta hiper ccompensacién de exagerada admiracion impedia «que mi rencor enterrado hacia ella emergiese a la superficie para ser reconocido, Desde ] momento en que se produjo dich represidn, no fui conseiente de ningin renvor hacia mi' madre. Sin embargo, dicho rencor no estaba realmente muerto ea mi, sino muy vivo, ¥ segua ejerciendo influencia en mi persona y en mi comporiamiento, Mi cencor oculto se ma estaba en situaciones no pertinentes y se dirig ‘contra personas indebidas, la mayoria de las cua Jes eran normalmente mujeres. Cuando daba rienda suelta a mi rencor con ellas, nunca se me curria que mi verdadero, aunque disimulado, rencor se dirigin realmente contra mi propia madre, El hecho es que mi madre se babfa con- vertido en la lente a través de Ia cual vein a todas las demas mujeres. EL PROBL ny ‘La segunda defensa: la racionalizacién La segunda defensa que utilizamos de manera habitual se denomina «RACIONALIZACION» y tiene hormalmente lugar cuando estamos en una posi- ‘cidn en la que poclemos escoger entre et bien y el ‘mal, Al menos és es la situaci6n mas habitual cen que utilizamos esta defensa. Al. principio podemos reconocer vagamente Ia posibilidad del ‘mal en lo que estamos considerando. Por tanto, si queremos elegir el mal, debemos racionalizarlo hhasta que aparezca de aigtin modo como bien. El proceso es el siguiente: mi mente (la eapacidad de saber) propone una eleccién a mi volumiad (la ccapacidad de elegir). Y 1a yoluntad s6lo puede clegir lo que redunde en un beneficio personal; no puede elegir el mal como un mal, sino que tiene que escogerlo en funcién de aluo que se considere un bien, Por tanto, mi voluntad puede gobernat mi mente, y asf lo hace. En este caso, ‘mi voluntad ordens'a mi mente racionalizar el ‘mal, En suma, he aduptado Ios hechos para que cencajen con iis propias decisiones. or ejemplo, me encuentro un pilletero que ccontiene mucho dinero, pero también un nombre y una direccién claramente impresos. Pienso en iodas las cosas que podria hacer con ese dinero, ¥y me resultan stimamente «tentadoras». Cuanlo ‘mas hago oseilar la zanahoria frente al harn- briento borrico de mi deseo, tanta més me apete- 0 FL ENIOWA DEL YO ce. Mi capacidad de saber —mi mente— ha pro- puesto una eleccién a mi voluntad: quedarme con el dinero o devolverlo. Supongames que opto por Ja solucidn inmoral: quedarme con et dinero. En tal caso, mi voluntad ordena a mi mente raciona- lizarel tema y hacer que lo que en principio pare- fa malo aparezca eomo bueno, Por tanto, mi mente diligentemente piensa en despojar al Fico para entregérselo al pobre. «fl debe ser el rico, y yo el pobre. Finalmente, mit proceso de racionalizacidn se completa, y 50y.. Robin Hood despojando al rico para darselo al pobre, Somos capaces de esta clase de racionali- zacion, de este auto-engaiio, Por eso la mayor parte de las veces necesitamos realmente hablar de estos nizonamientos privados con otra perso- nna en cuyo criterio moral podamos confiar. En el mundo actual, los medios de comunica~ cién, el ocio y Ia cultura no nos ayudan a ser hhonestos con nosotros mismos, De hecho, a 1o que nos ayudan es a llevar a cabo la racionali- zacin haciendo gran parte del trabajo por noso- ‘wos: hacen que las cosas que en principio parce! an malas zesulten buenas, «jComo puede estar ‘mal si me parece tan bien?». Socialmente, parc~ racionalizacién siempre empieza con palabras. PROBLEMA a Por tanto, con la ayuda de los medios de comu- nicacidn y las pelfculus, hablamos de «liquidar> ala gente o de «doshacernos» de ella. En cuanio ala seduccién fisica, «pillamos». Mentir es «pre- sentar» las cosas adecuadamente 0 «hilar fino». Y robar ya no es robat, ya se sabe; después de todo, estamos en la época del gran afraude». Por eso hablamos de «pelotazo», en lugar de deno- minarlo «robon. Nuestros medios de comunica- ‘ei6n nos han ayudado a encontrar eufemismos para el mal, En nuestro esfuerzo por efectuar la racionalizaci6n, no podemos permitirnos ser hhonestos y lamar a las cosas por su nombre. La tercera defensa: la negacién La tercera de muestras defensas se denomina, simplemente, «NEGACION» y nos hace cerrar nuestra mentes a Ta realidad que no queremos afrontar, Eliminamos una parte de la realidad, porque resulta emocionalmente dolorosa. Un ‘cjemplo habitual es la negacién de la muerte. En su libro. ganador del premio Pulitzer, Emest Becker dice que todos tenemos una . 1.0 eee real- mente? Si. gEsti, de hecho, enfadado por el ‘monopatin? No, Esté enfadado por su trabajo y por su jefe, pero es mucho mds seguro enfurecei~ se con Jos nifios. Por tanto, niega la. ira respect de su jefe y la descarga sobre sus hijos. AL PROsLEMA 2s triste hecho es que Ia negacién es lo que lest detrds de todo ello. El comienzo: los modos de hacerse irreat Ante todo, permitaseme decir que las palabras smiscara», «actuars, «papel, cestrategian, ‘eadaptacidne, «aparieneia», eleétera, etestera, hhacen referencia a la misma realidad bis nuestro modo de aetuar y de comunicamos con ‘nosotros mismos y con los demas, ¢ implican una nogacién de quignes somos realmente. He ofdo decir que entre el nacimiento y los cinco alios de edad el nilio medio recibe cuatro- cientos treinta y un mensajes negativos al dia, {gne pueden consistir no en una auténtica repr ‘mend, sino en un simple «No, ése no es el modo. de atarse los zapatos... ApSriate, puedes hacerte dafio... Ahora estite eallado, he tenido un dia ‘muy duro... Mira, te has ensuciado Ia ropa... Ve a Tavarte las manos... Juega fuera para que pueda descansar un poco... No aporrees el piano, por favor, me da dolor de cabeza... Baja eso... No debes hacer eso... Ni siquiera lo pienses.... No toques eso... No, cres demasindo pequeno. Echards a perder la cena...» Ast, hasta cuatro- ccientas teinta y una veces al dfa. Y como las pri- rmeras impresiones son las mis duraderas, casi todos desurrollamos en estos primeros aifos des 26 sea pe 0 comunales complejos de inferioridad que des- pugs introducimos en nuestra vida y que inclisa onservamos durante el esto de muestra existen- fia. Y asi comenzamos nuestra labor defensiva Repritnimos nuestros verdaderos sentimientos porgae pareven inaceprables para los. demds, Racionalizamos que para seguir adelante o sobrevivir debemos comportamos. den modo (que sea aceptable para los dems 0, a menos, no Alesaprobado por ellos. Pero tal cowportamient no contribuye a nuesiro erecimiento personal Sin embargo, nosotos aralimos que ests mises ras nos ayudar a pasar por la vida sin més men sajes negativos. ¥ al hacer esta adaptacién, nega ms nuestro ye real y original: por fa aprobacisa de nuestros padres 6 de mucstros iguales, porde ‘mos nuestra propia libertad, El primer puso de este proceso suele consistir emelegir una adaptacidn, un papel o una mésca- rr de-negacidn. Escogemos una estrategia que nos hard pasar por la vida con un mimo dario terior a nuestra ya baqueteada autoestima, El papel, adaptacion 0 miscara que. elijamos Aependerd normalmente de nuestro temperamen- to, nuestra eapacidad o nuestra inclinaciones naturales, del orden de nacimiento en muestra familia o del modo en yue pensamos que pode- mos hacerios nolar 0 evitar que se Tepare en nosotts. Por eso algunos somos timidos, y otros et mom 2 extrovertidos; unos atletas, mientras otros son inteleotuales, Nos convertimos en la «ayuda 0 fn el sineordio» de mam, en funcién de edmo pasamos por la vida y conseguimos més féci ‘mente Ia atencigin que necesitamos. Un joven que fue alumna mio hace muchos ‘os iba muy mal en mi curso, asf que cierto di le pregunié: «;Estis intentando suspenders; y ime sorprendid su rapide «Si». Entonces quise Saber por qué, me cont6 con wrandes difeulta- esque, hasta los die alos, habia sido el oxgullo 1 la dlegrta de su padre, pero que de repente és Gomenz6 a estar demasiado ocupado (por ser {demasiado famoso) para jugar con él o atenderle. La conctusién del joven era a siguiente: «Ahora, lGinico momento en que sé que mi padre se pre= ‘ocups por mi es cuando me grita y lo hace cada ‘ver que suspendos, Creo que el tulo de la can ign es: «Qué no haria yo por amor!» {Cus de estas estrategias vitals os Ia tuya? No hay ningtin ineonveniente en que elias mis dena Perfeccionista Reformador Amante Mantenedor det orden Agradable Aisi Vietima 28 EL ENIGMA DEL YO. Matic Actor Triunfador Pensador Cerebral Leal Fiel Feliz Lider Negociador Obediente Fiable Pacificador Humorista Aleta Complaciente Diieil de complacer Problemdtico eOrra? El problema es que la negacién, lenta pero inexorablemente, se convierte en nuestro subler- fugio, Hemos practicado nuestro papel tanto tiempo y tan bien que ahora resulta sumamente dificil distinguir nuestro yo real del fingido, ncluso a veces podemos nevesitar que nos re~ fresquen amablemente la memoria algunos armi- ‘aos que estén dispuestos a ser honestos y abjeti- Vos con nosotros, A proposito de esto, me viene a la memoria un amigo cuya principal aspiraci6n en la vida era ser AL PROBLEMA 2» «actor», Todas sus emociones eran «alquiladas», no gentiinas, Al verse confrontado con ello, © plicé que levaba toda Ia vida siendo el entreteni miento de los demds. Desde los cinco afios habia sido el entretenimiento oficial de su casa, de ‘modo que el papel que desempefiaba en su fami Tia era el de actor, En cierta ocasién me cits el viejo aforismo del mundo del especticulo que dice: «Una vez que logras fingir la sinceridad, estd tado hecho». Recuerdo también a un joven que estaba sumamente celoso de su novia e insistia en saber cosas como donde habia estado de las once y ‘media basta las doce menos cuarto. No obstante, tenfa algo a su favor: era una persona muy hones- ta. Decia que sus padres se habfan divorciado porque su padre no habia sido sincero con st madre, y me cont que stu madre le habia habla do de los «engafios» de su padre. Debo de haber- Je preguntado en cineo ocasiones distintas si esto tenia algo que ver con sus propios celos y su afin de posesion. Finalmente, después de una honesta bisqueda interior, reconocié el hecho. La nega cién es €] subterfugio, y no resulta ficil acabar ‘eon ella, porque también constituye Ia fuente de ‘muestra justficacién personal. A veces pensamos que nuestra mascara es de hecho nuestro yo real: ‘Asi soy yo, Ast era en el principio, soy ahora y seré siempre», decimos, Es un buen modo de 30 AL ENIGMA DEL YO posponer Ia confrontacién con Ia verdad; un buen ‘modo de evitar el cambio y no erecer nunca, Esto €s, en poeas palabras, parte del problema de adquirir autoconocimiento, Tomamos un yo magullado y To- acultamos bajo un papel o lo encubrimes’ con una miiscara, Representamos dicho papel durante tanto tiempo que, en el mo- nento actual de Ia vids, nos preguntamos dénde inaliza el papel y dnde comienza cl yo real. Entonces nos hacemos a nosotros mismos la embarazosa pregunta de quiénes somos realmen- te; pero la respuesta est empafiada por nuestro propio encubrimiento. Los obsticulos que supo- nen Ta represisin, 1a racionalizacién y la negacién nos impiden ver detris de la mascara o penetrar bajo el papel. Sencillamente, no conocemos a nuestro verdadero yo. HL PROBLENA 31 ‘Cuestiones para la reflexién, {Qué pregunta te has hecho acerea de ti smo que no has podido responder? (Por ‘ejemplo, «;Por qué me siento atrafdo por esta persona 0 cosa y repelido por esta otra?) Recuerda tres acontecimientos distintos en los que uno de los tres estados del ego (Padre, Adulto, Nifo) haya predominado en ti. {Cust de estos tes estados del ego sucle dominar en ti, en pensamiento y en tu comporamiento? 3. {Qué piensas de la opinin psiquitiricn de {que el noventa por ciento de To que decimos, hacemos, pensamos y sentimos esti basado fen «material incansefente>? 4. La mente inconsciente permanece activa en ‘nosotros ineluso mientras dormimos, porgue, de hecho, ella es la que nos suministra el ‘material de nuestros suemos. ; Qué significa- do parecen tener tus suefios en tu vida? ;Son recompensadores 0 sancionadores? (Qué ‘recs que significa eso? 5. {Qué erees que puedes hacer para wdragar» tn mente inconsciente? ;Mereceria la pena? 6. Identifica una ocasién de tu pasado en que hayas empleado la racionalizacién. {Cémo te 32 10, hha ayudado Ja sociedad (los mediios de comi nicacidn y el cio) llevar a cabo dicha racio- nalizacién? {{Cudl es in propia «operacién de seguridad» y la consecuente «desatencion selectiva»? ‘Teata de recordar 1m periodo de tu vida en que negaras algo que ahora puedes acmitir. (Has experimentado el uso de la negacién por ti mismo © por los demés? {Has experi- ‘entado ti (o alguien que conozcas) la nega- ion con respecto del alcobolismo u otras adicciones? {Cuando o hacia quign sueles desplazar tus ‘emociones discutiendo respecto de un pro- ‘lema que no es el real? Qué papel te fue asignado o gué mscara Te- vas aliora? ;Te consideras ablerto y honesto (Lo que ves es lo que hay>)? (Tiendes a ver 8 través de tw propia mascara? 2 La teorfa: nuestro pasado como prélogo ‘Tengo entendido que el cerebro humano pesa alrededor de mil trescientos cincuenta gramos, y Jos cientficos dicen que es el ordenador més complejo posible, puesto que almacena miles de millones de recuerdos y mensajes. De hecho, los neurdlogos estiman que, si se Ilegase a eonstruir un ordenador que almacenase (odas las eosas que contiene un cerebro humano, alcanzarfa una alta 1a de diez pisos y cubrirfa el estado de Texas. En realidad, (odo lo que nos ha sucedido, desde nuestras primeras experiencias prenatales, est grabado en ese instrumento tan sensible y reten- tivo que llamamos «cerebro», Naturalmente, podemos recuperar de él cuan- to necesitemos. EI problema de la memoria es caecondar», porque parte del material almacena- do en nuestro cerebro antecede, como es obvio, a nuestra memoria activa, que normalmente data de la época entre los tes y los cinco alos. Otros materiales han sido silenciosa pero eficazmente 4 1 ENIGMA BRL YO reprimidos, racionalizados o, simplemente, nega dos. Pero todos permanecen grabados indeleble~ Imente en nuestro cerebro ¢ influyen en nuestras acciones y reacciones. Es de suma importancia ser consciente de que todo este material almacenado es el que nos hace Seguros 0 inseguros; pero, al mismo tiempo, tam= bien hace que parezca un tanto estipido preten- der juzgar los motivos y las infenciones propias © ‘gjenas.,C’émo voy a saber lo que esta prabadoen el cerebro de otza persona si mi siquiera sé lo que tengo almacenado en el mio? Nuestro ayer influye en exceso sobre nuestro hoy En suma, mi teorfa es la siguiente: To que brota dde nosotros, en forma de pensamicntos, senti- iientos y acciones, pracede de Io que haya sido ‘lmacenado en nosottos. Si estoy enfadado 0 soy fnvidioso, la ira 0 1a envidia tienen que haber festado ya antes en mf, y hay muchas posibilida- des de que Heven en mf mucho tiempo. Si hay en ‘nf much ira, brotaré a chorros de mi persona en tiversas direceiones. Seré un hombre con un cearacter uniforme: siempre furioso por algo. Pero {edmo enirs en mi por primera vez fo que quiera ‘que sea que hay en mf? Esta pregunta me lleva a Ja segunda parte de mi teori La ons 35 Estoy convencide de que lo que hay en. mf ahora se remonta a olras épocas de mi vida, Puede que alguien me haya servido de ejemplo; puede que lo haya incorporado como parte de mi actuacién; o puede que proceda de mi inter~ pretacién de algo que me sucedié (o no me suet did) en algiin momento de mi primera infancia, Nuestro pasado, por tanto, resulta ser el prologo del presente y el futuro de nuestra vida, Algunas veces, cuando descubro algo en mf por primera vyez, me resulta dificil retrotracrlo hasta un acon- tecimiento o una interpretacién, Este habito © peculiaridad recién descubierto puede perfecta- zmente ser como las raices de un rbol que se expanden en todas direcciones, Normalmente, caigo cn la cuenta de gue son varias las influe cias e interpretaciones que han contribuido a este ‘nuevo descubrimiento acerca de mi mismo. Tengo que recanocer que hay otras oesiones en que sey conscente de que wh scomtecimento Fru smojado una larga soma sobre my sobre mi ‘ida. Una interpretacin oan aconteciento ha hecho de mf una persona distin, Ea tales eas tay epee de sc de ecenaimint. A propost, hablo de sinterprelacin> porque no Ee tiataeamentede lo gue me sucedi@ am sno aque es To gue yo peme que me sucsdis To que peisiste ypeamaaeee activo en mi Como ys Shemos, Io que realmente cuenta no es To ge dkcimoy sino lo quel otra persona enien 36 BL ENIGMA DEL YO Mis adelante, en un capstulo posterior, inten- taré demostrar esta teorfa con ejemplos de otras personas; pero permitaseme empezar con un jemplo personal. ‘Una experiencia personal ‘con material inconsciente; el «taller» Hace muchos afios, realicé un «taller experien cial de comunicacién» de una semana de dura- ‘cién, en el que participamos més de sesenta per- sonas divididas en pequeiios grupos de cinco o seis para faciitar Ia interaccion, Una noche, mas fo menos a mediados de la semana, nos rewnimos. Tos sesenia en una gran sala rectangular, en Ia que nos sentamos en circulo para realizar un ejercicio fen el que la «mdsica mueve el cuerpo». Se nos dijo que sonarfa una misica y que, s6lo si queri- amos hacerlo y cuando desedramos hacerlo, podriamos movernos hacia el centro de Ta sala. ‘Tenfamos que dejar que la masica moviere s6lo las partes fisicas de nosotros que reaccionaran cesponténeamente en respuesta a los sonidos que escuchéramos. Y entonces empez6 la misica. Cuando ya habfan sonado alrededor de tres ‘cuartas partes de la pieza, observé que nadie se habia aventorado a moverse. El centro de la sala seguia vacfo, Entonces decidf romper el hiclo, La TEORA 7 ime dirigi al centro de la sala y empecé a haver las piiruetas més armoniosas que pude. Inmediata- mente, los dems siguieron mi ejemplo, Noté que algunos sélo movian los dedos, mientras. que ‘iros se destizaban lenta y casi imperceptible ‘mente. Mas tarde nos dijeron que los monitores estaban poniendo en comrelacién la «apertura emocional» con la «apertura fisica» En cualquier caso, « Ia matiana siguiente vol- vimos @ nuestros peguefios grupos. Nuestra monitora estuvo, como un buitre, haciendo lentas circumvoluciones sobre el pequefio grupo. Una ‘mujer a la que considersbamos «frégib> empez6 asollozar audiblemente. En mi opinin, la mayo- ria penssbamos que era como una mutieca de porvelana que se romperia al primer impacto; consecueentemente, le evitabamos todas las emo- ciones fuertes. Cuando empez6 a sollozar en alto, todos miramos asombrados a la pobre mujer, pre- gunténdonos que habfa ido mal, porque nadie habfa hablado mucho con elta. Sin embargo, de repente alli estaba sentada, gimienda y soltando lagrimones, Yo me senti muy conmovido y le pregunté qué Ie sucedfa, pensando que habia pasado algo por alto Hecha un mar de Kigrimas, me espets: «TV y yo sahemos que no estoy participando en el ‘grupo, Pero es que, sencillamente, no puedo; no ime va. Si tuviera un seereto en mi corazén, esta- rfa encantada de arrancérmelo y mostrirtelo». 8 ERICA DEL YO Inmediatamente, me sentf muy apenado por ella y noté que me derretia de compasin mientras irataba de consolarla diciéndole: «Vamos. Estis hhacigndolo lo mejor que puedes, y eso es Jo maximo que cualquiera puede esperar de ti». ‘Aparentemente, nuestra nonitora no er dela smisnu opinion y, & su manera brsce. abit {aparenie menos), eprenis a td el pup (Reais més que an puniado de ingeouos Esta “GNtos tastmetos” [ena apodos para. tos tps) es na masta deh manipulicion Tew as manipuando a todo el grupo, yning- nave vosttos seb dado cent La monitora, a la que nosotros denominéba- ‘mos a sus espaldas lu «dama dragén>, continus ‘con sit explicacién: «Hay dos modos de manip: far: el primero, mediante la fuerza, alzando la vor; el segundo, aparentando debilidad, amena- ‘and con llorar 0 derrumbarse. De hecho, este Segundo método es més efectivo con la mayoria dde la gente, Todos los miembros de |a familia suelen preocuparse por “el pequetiin”. Y ésta aA Gijo sefialando a “ojitos lastimeros”— es nnes- tra “pequemina”, y leva cuatro dfas manipulando fal grupo. A veces me he sentido muy indignads con ella; otras veces, simplemente, me ha dado pena, Sabe perfectamente lo que debe hacer, pero Bice que no ptiede porque prefiere escabullisse fantes que afrontar las cosas, Se hi trabajado al La ton 9 ‘grupo haciéndoos sentir pena por ella y descos de protegerla. Y eso es manipulacién. Prefiere la ‘manipulaci6n a la comunicacién sincera». Debo reconocer que en aquel momento senti Listima por ajitos lastimeross; de modo que nterrump( el implacable ataque de la «dama dra- Ow» diciendo: «No te parece que estés siendo demasiado dura con ella?» Lu moaitora se volvid bruscamente hacia mf y me dijo: «Cierra el pico, ‘bocazas” [mi apodol, que teres el préximol», De manera que me hun en mi silla tratando de establover contacto visual con «ejitos astime- ros>, porgue querfa que supiera que estaba desu parte. Cuando, finalmente, establect contacio visual con ella, cojitos lastimeros» me sorpren- 4i6, porque dijo ante mi y ante el resto del grupo: «Tiene razén, He hecho lo mismo toda mi vida igo que no puedo, porgue as gunténdome, ‘Si dijera que no quiero, alguien podria preguntarme el porque». Y estoy conven- ido de que fue un momento de auténtica hones- tidad y antodescubrimiento en la vida de «ojitos Tastimeros>, porque habfa afontado su pasado y, al menos parcialinente, habia reconocido su ver- dadero yo. Una vez que logré el reconocimiento de «oji- tos lastimeros», la cdama dragén» se volvio ‘hacia mf, «Bueno, “bocazas”—me pregunt6 bas- tante duicemente (lo cual, por cierto, resultaba 0 BL ENIGMA DeL. YO sospechoso)—, zqué se siente al ser el primero fen salir ala palestra ayer por Ia noche en el ejer- cicio de “la-mdsica-mueve-tu-cuerpo"?» Yo Feconoci que me senti bastante bien, porque los emis siguieron enseguida mi ejemplo. Habia Togrado romper el hielo. La monitora me replicé bruscamente: «Tienes un “complejo de mesias”, sabes? Has decidido ser un “reseatador” perpe- tuo, 00%» Ayer por 1a noche lo fuiste para todo el grupo, Esta mafiana lo has sido para “ojtos lasti~ zmeros”. Se te a ocurrido alguna vez que, sino te hubieras puesto en pie ayer por la noche, ‘lauien més imide e inhibido que é habria podi do Iogear una valiosa vietoria sobre si mismo? {Se te ha ocurrido pensar que “ojos lastimeros podria haber sido capaz de hablar por sf misma? Podria haherme dicho: “Basta ya! jHe llegado al limite!" Pero no; rompiste el hielo porel grupo yy hablaste por “ojitos lastimeros"». Sent{ un inmediato «clic» de reconocimiento. Sus palabras me ayudaron a confrontarme con- migo mismo, Algo salié a la superficie en mi, pasando de mi mundo inconsciente al conscien- fe, Suelo decir que nunca he aprendido més de alguien que me gustase menos que aquetla moni- tora. Al menos, me of a mf mismo decir: ‘Touché, eat en la cuenta de que mi tendencia ‘2 arescatarm a los dems era tan antigua en mi como la tendencia de «qjitos lastimeros» a mani- Latbonla a ppular a otros. Ba aquellos momentos de confron= tacién, ambos, hablamos aprendide algo acerea Pero Ta eda dragén> no habia triad conmigo. Acontinuaetn me sols coma i eX tee elves lan iota que esioy sega de cue Ba ds cone.» meant cea de gue habfa empleado mucho tempo oh escuchar alos demés pra despots conse tes, dle modo que progun «Por gus ena ite dar consejos? Y in edatn dagen me respon- Gi: eres tn idiot que nh sgulera sabes por ht es una idote dar Gnsshow: «Eton, por fiver, aytkinmen, le repliqné con un ton de impacincia apenas vlad, ¥ suexplcacsn fe la siguiente: «Cuando un alo pregunta a oto "Z%€ debo hacer”, yeh interiogutor le die al primero qu hace, emi tiene en a debilidad. en lugar de foralecero, Porgue, en ver de tener que tomar sus propiss Uecisiones, poede delegar en su “ayudador™, A contnasis olsen diene hac ini coneluyé: «TW tas ala gente af gua para poder lanzties un slvavicas, "Da a una persona bn pez y pod comer un dia, Enséiale apesar y podra omer todas vid». «Clcm. «Touché. 2 EL ENIGMA DEL YO Parte de mi actuacién: el «rescatador» Posteriormente he pensado mucho acerca de mi propia actuacién como «rescatador>. Se trata de {ina verdad muy penosa, porque tengo una fuerte rendencia a ser un «restelvelotodo», y soy cons- tiente de haber intentado aliviar el dolor ajeno. ‘Queria agitar mi varita magica sobre los demés para aeabar con todos sus problemas, En sus momentos de dolor, siempre tratuba de decir las ‘mégicas palabras «consoladoras». Y, natural= ‘ene, solia sentir la frustracién del fracaso de la ayuda 9 el consuelo. Porque para mi era un fae aso. En la medida en que me conozco a mi mismo, al menos en el pasado, he querido que los demis se sientan bien para poder yo sentirme Vietorioso. Como es natural, durante mucho tiempo lo he negado; he reprimido el reconaci- Imiento de mis propias necesidades y he raciona- izado que estaba realmente ayudando a. tos ‘demas, He tenido que revisar wi actitud hacia el sultimiento para caer en la cuenta de que el sufri- miento es realmente un desaffo y una oportuni- ad para erecer, porque lo que yo hacia, de he- 10, era impedit ¢l crecimiento de las personas, & fin de que sintieran agradecimiento hacia mi. Después de liaber madurado la cuestiOn, ahora estoy coavencida de que el rol de «ayudador» no fra mas que tna parle de mit propia adaptacidn. ‘Queria (y de algiin modo necesitaba) ser consi- La TERIA 48 derado un «buen tipo». Me consolaba a mi mis- ‘mo pensando en todas las personas a las que haba confortado y consolado, e incluso en aque as por las que habfa tomado decisiones. Eu lugar de pedirles que utilizaran sus propios miis- coulos, les habfa mantenido en la debilidad pres indoles mi fuerza. Pero hubo un momento de iluminacién que me ayuds a cambiar, y espero que, antes de finalizar estas péginas, el lector ‘pase por una iluminacién similar, El proceso para Tlegar a conocer nuestzo yo real es muy lento, y Jo habitual es que primero reconozcamos nues- ‘ros papeles o méscaras. Toda iluminacién, si la faceplamos y actuamos en consecuencia, 08 ccambia... para siempre. <<; Quién conduce tu autobiis?» Tengo un smigo, Eamic Larsca, que expone de tin modo uy ‘rife. la importance Tas Influenias inepretaciones del pasado. Verda: deramente esto ayer nflye em exceso sobre Imvstto hoy. Farnie prepunta asi audionci: “iQulncomince tuna a s- Geum no que mira emo su padre peg repe- tidamente a so made, Naturalment, 6! nifo se Siont totalmente impotente para detener aie To nico qu puede hacer es encogerse Ee miedo bajo una mess, pone ex! tere: “4 EL ENIGMA Dat. vo ‘mente asustado por tal especticulo de brutalidad. ‘Sin embargo, en su interior, el nifio se esti pro- metiondo en secreto que nadie le intimidaré 0 tibusaré de él de ese modo. Y, a lo largo de los afios, desarrollari un antagonismo sumamente real hacia cualquiera que trate de dominarle 0 intimidarle. Con el paso del tiempo, el nif se hace adulto y conduce un autobiis, De repente, ve que un Cocke que se aproxima invade su cartil al tratar dde adelantar a oto vehiculo. Entonces rechina Tos dientes, y la vieja promesa de que nadie Ie intimidara explota en su interior. FI resultado es luna colisién frontal, en la que ambos conducto- res mueren, La cucstién es: «{Quién conduefa uquel auto- bis? Obviamente, cl nifio pequefio, que habia Tlevado su determinacién de la infancia hasta 1a tumba. Ahora, tanto ui como yo debemos pre- ‘guntamos: «{ Quign conduce mi autobés?; zquién ‘determina mis acciones y reacciones?» La autén- tiea respuesta puede perfectamente estar enterra- dda en nuestra mente © mundo inconsciente, asi ‘como en nuestro pasado olvidado. Puede que un ‘flo una nia esté manejando mis hilos, toman- ddo mis propias decisions, conduciendo mi auto- bis. ¥ que yo ni siquiera sea consciente de ello. ‘Verdaderamente, nuestro ayer influye en exec 80 sobre nuestro hoy. LA THORS 4 Cuestiones para la reflexién 1. Nuestro cerebro humane grabs reslmente todas miestasexpérencis oy al menos, mies ths interpretacies de ses expeienias, Si too ies eda, enon, or ean Gicl, cuando no estiido, agar Ia res Sabildadajene? ;Acaso puedes juzgate a mismo justamente? (Ditngu as accion, Ta ntivacion y fa responsabilidad) ‘A veces un acontocimient del pasado es mu diatino de nuestra nterprelacion del mismo. {Por que slo se grabaY pervive en nosotros fines inerpreacionn? 3. gTiendes a ejercer el «poder» en tus relacio- hes, 0 lo delegas instintivamente en otra per- sona? Eres normalmente del tipo «lider» 0 ‘eseguidor del lider»? 4, Hay en tu vida un acontecimiento semejante 4 la experiencia del «taller de comunicacién» ea a mia? Si es ast, qué has aprencido de 5. {Qué es la manipulacién? ;Hay algo de malo fen ella? ;Tiendes a manipular mediante la Tuerza 0 mediante la debilidad? 6 Bs parat ms fl ayudar recibir ayuda? {Por qué? is 10, LEMON DHL YO {Por qué es un error que wn adulto aconseje & fro adulto? {Qué suele subyacer la. tents clon de aconsejau? {Prefieres ser un «rescatador» o un «aescal Gow? {Prefieres hacer de «lazarillo» 0 de «ci ‘go? {Qué implica esto respecto de ti? {Quién conduce el autobsis de tu vida’? ;C6- imo influye tun acontccimiento o una serie de contecimientos de tu pasado personal en tu Camportamiento y en tus decisiones actuales? Enumera los cinco acontecimientos de to pri- ‘mera infancia mis importantes ¢ influyentes. {.COmo te afecta ahora cada uno de ellos? s La confirmacién mediante ejemplos: reflejo del pasado Casi todas las personas que conozco (include yo mismo) tienen peculiaridades y tendencias, asf como puntos fuertes y puntos débiles. Y cuanto ‘mis conozco a Ta genie, tanto més me parece que fa dichas pecoliaridades, tendencias y puntos fueries y débiles es posible seguirles’el rastro hhasta el pasado de nuestra vida. La mayorfa de las veces, por supuesto, no estoy seguro del ori- ‘gen; de lo Unica que estoy seguro es de la obvie- ‘ad de tal caracteristica. De algtin modo, estoy ‘conveneido de que en el pasado de nuestras vidas, sueedieron muchas cosas, realizamos muchas interpretaciones, y algo de ello reaparece una y otra vez en nuestias reacciones ante la vida, Naturalmente, yo soy la tinica persona en la que esto es mis abvio, y suelo poder seguir la pista de mis propias tendencias hasta mi pasado. ‘Veo ailorar en mi vida algunas de las peculiari- dades de mi padre, del mismo modo que veo repetirse en mis acciones y reacciones algunas de 48 LUNIA DEL YO Jas tendencias de mi mudre, Puedo incluso recor- dar algunos acontecimientos singulares que me han influido profundamente, y dichos aconteci- ‘mientos det pasado condicionan mi comporta- miento actual G.K, Chesterton dijo en ciesta ocasién que no sabemnos eusll fue concretamente et pecado or nal de Adin y Eva, pero que, observando la his- toria y a los Seres hhumanos, podemos decir que ‘algo marché mal. Yo creo que esto es algo que también puedo decir de mis alumnos. Si parecen sisteméticamente preccupados, sé que algo ha sucedido en su pasudo, que algo ha ido mal. Lo ‘cual puede resultar obvio en los ejemplos de este capitulo. Mi teorfa, por tanto, es que casi todos nuestros pensamienios, sentimientos, acciones y reaccio- nes proceden de algo que hay en nosotros; y todo To que hay en nosotros procede de algo grabado cen nuestro pasado, Esta teorfa se ve confirmada fen casi todos los casos. Quizé el lector la vea cconfirmada en sf mismo. Bla 10 de Ia Depresién» y el «cara triste» Recuerda que, estando en cierta ocasién con un viejo amigo, le alargué mi cdmara para que me hiciera una foo con sus hijos. Pero los niftos eestaban un tanto inguielos y nada dispuestos a LA CONFIRIACION MEDIANTE BEMPLOS 49 posar para una foto formal. Después de luchar ‘durante diez minutos, el pobre hombre me devol- vi6 la cémara sin disparar y me dijo: «Lo siento, soy un “niflo de la DepresiGn”. No he podido ‘sacar la foto, porque me da la impresi6n de estar malgastando el carrete>. Obviamente, el «nifio de la DepresiGn» conducia el autobti ‘Veamos otro ejemplo. Cierto dia, me encontré ‘con uno de mis alumnos que era un guapo ruchacho con una buena estructura facial, buena textura de piel, etcétera, eteétera: pero el aspecto de su cara era exactamente como para un funeral Asi que le dije en privado: «Bob, tienes un mag- nifico rostro, pero el aspecto de tu cara es siem- pre muy infeliz...» <¥a lo s&», musité. Conti- huames hablando, y me cont6’ que habia sido adoptado cuando era un bebé, y que él lo habia sabido desde siempre. Insistié en que sus padres adoptivos nunca habfan insinuado el mas mifnimo rechazo, pero é1 habfa dado por supuesto que, si les contrariaba de algiin modo, Ie enviarian de ‘vuelta al orfanato, Continué diciéndome que Ia nica persona gue Je habia querido de un modo que le hacia senlise totalmente aceptado habfa sido su abue- {a adoptiva, que habfa muerto cuando él tenfa seis, En su lecho de muerte, el pequeiio Bobby le rogaba: «No te mueras, abuelita..t» Ella le replicé: «Bobby, algin dia tengo que morirme. 0 FL ENIGMA DAL YO Ademiés, a ti te va_a ir muy bien». «No, por favor, abuelita..I> Y alladié que, cuando muri6, ‘fue como si aiguien hubiera apagado todas Jas luces de mi mundo». Entonees comprendi el taspecto dolorido de su rostro. Era Ta cara de un nifio que preguataba: «; Vas a devolverme al orfa- nnato?»; era el nino suplicando a su abuela: «(Por favor, no te mueras abuelita...> Quien conducia cl auiobis de sv vida era un niflos yes un nifio, {Quien sigae mirando el mundo con una expresin dolorida en su rostr. Una explosién y un desacuerdo en clase Cierto dia, uno de mis alumnos exploté en clase. Halianos estado hablando acer del wengafon, Y Yo habia dicho que, «unos ms y otros menos, pero todos somos engatados de aigtin modo». Y ste fue el punto en que se produjo la explosién. EL joven en cuestiOn grit6: «jLa Iglesia nos ha cengafiada! jUsted nos ha engafiado!» Después de cesta explosion inicial, se nego a hablar. Mas tarde ‘me cont6 en privado que su padre era pastor de tuna iglesia, y que él siempre habia querido estar proximo @ su padre, pero que su madve siempre pparecfa interponerse, También me dio a entender ‘que él cra homosexual Después continué: «Yo era de esa clase de nifios a los que apetece pegar. Asi que todos los LaconMMAciOn MEDIANTE eIIMMLOS SI dias, después del colegio, me Hevaba mi racién de golpes y me iba a casa». Una ver que me ente- ré del pasado del joven, pude entender mejor su cexplosidn en clase. Toda aquella ira se habia ido acumulando en él como hijo que trata de estar proximo a su padre y como nio que recibe una ppaliza cada dia despiiés del colegio. Se trataba de ‘una ira antigua que aquel dia explot6 en clase. El niio segufa al mando, conduciendo el autobis de su vida, que se encaminaba al desastre. En otra acasién, uno de mis alumnos me dijo {que estaba en desacuerdo con «todo» lo que yo deefa, Yo me quedé de una pieza anve Ia palabra todo. Mas tarde me enteré de que, cuando el Joven tenia cinco aos, un buen dfa su madre le esperts y le dijo que tenfa que irse a vivir con su padre, del que ella se habia divoreiado, «Ahora tengo’ un trabajo en toda regla y ya no puedo seguir cuidando de ti». El joven re dijo: «Me sentf rechazado por mi propia madre cuando tenia cinco afios, Cuando cumplt diez, me vi metido en el mundo de la droga. Desde entonces, he sido un amargado con todo el mundo». ‘Verdaderamente, nuestro ayer influye en exceso sobre nuestro hoy. Quizé algdn dia este joven pueda desprenderse de esa antigua ira. Lo Unico ue cabe esperur es que, como adulto, quite el volanie de las manos del nfo que fue rechazsido por su propia madre cuando s6lo tenia cinco ais, 32 ‘BL EBMOMA DEL YO El abad... y mi amigo ‘Thomas Keating, que fue abad de un monasterio de clansura en Spencer, Massachusetts, recuerda fen su libro Open Mind, Open Heart sus dias ‘como tal, y dice que muchos de los hombres a los {que lideraba parecian estar tratando con sus padres en lugar de con é1, Casi todos tenemos sos «vestigios» juveniles y desplazamos nues- tra emocién bloqieada hacia personas y proble- mas que n0 tienen nada que ver. Todo cuanto nos hha sucedido esté grabado de algdn modo en nues- to cerebro. Cuando. actuamos o reaccionamos, estos mensujes y recuerdos nos impelen a deter- ‘minadas acciones © reacciones. Si queremos ‘cambiar, todo debe empezar aqui, con este revo- rnocimiento: lo que ha sido grabado en nosotros en el pasado afecta a nuestra vida posterior En mis afios j6venes, tuve un amigo que pposteriormente ha perdide la razén. Con el paso {de los ais, nos hemos mantenido en contacto y. ‘en sus momentas liicidos, es sumamente honesio y franco acerea de su enfermedad mental. En jetta ocasién en que estaba visitindole, durante tuno de sus momentos de cordura, quise saber si sus médicos empleaban algén tipo de psicotera- pia con é1. «Flan buscado algo en tu interior que te provoque tu suftimiento?», le pregunté. Y su respuesta fue: «No; una vez que te clasifican LA.CONPRMACION MEDIANTE BEMPLOS 53 ‘como loco, pierden las esperanzas en tu capaci dad de darles respuestas tiles. Asf que se limitan ‘a medicarie. Te hacen preguntas del tipo “jduer- mes bien?”, y cosas por el estilo». De modo que ‘yo, ingenuamente, le pregunté si él se hacia algu- ha vez preguntas terapéuticas, . Ante esto, Yo Te preguaté: «,Y que habia en tu casa que era tan dificil de soportar?> > Yo alegué que el mayor pareeia ser el favorito de suis padres, y el psiguiaira esbozé una sonrisa LA CONPIRMACION MEDIANTE EIEMLOS 55 de reconocimiento. «;No parece eso una respon- sabilidad excesiva para echarla sobre tos hom- bros de un nifio pequetio?: “Eres el favorito. Contanios contigo...» Nunca habia pensaclo antes en ello, pero es un ejemplo mas de wn niflo conduciendo el autobis de una vida adulta. De manera que le dije a mi amigo psiquiatra: «Los dos hermanos tienen ahora cincuenta ¥ tantos aflos. ;Puede continuar vivo en el hermano mayor ese rencor infantil; .puede seguir sintien- do la responsabilidad de ser el favorito?» Nunca olvidaré su respuesta: «Claro que si, a no ser que haya hablado sobre ello y haya afrontado su pro- pio comportamiento>. El prisionero de la Segunda Avenida Se dice que la reulidad imita al arte. He mencio- nado anteriormente que este libro es producto de ‘mi propia vida y esfuerzos. Incluso he admitido que en oto tiempo pensé que este libro sei superfluo, Pero no he explicado la experiencia {gue realmente me hizo empezar a escribirlo, Por extrafio que parezca, se trata de una pelfeula anti- ‘gua, EI prisionero de ta Segunda Avenida, vn fetrato de dos hermanos, uno de los cuales (ack Lemmon) pierde Ia raz6n. Acude entonces a un psiquiatra que, desafortunadamente, es retratado 56 HL ENIOMA Dat ¥0 como un hombre (riste y distante. Sin embargo, ten el curso de la terapia con este psiquiatra, Jack Lemmon descubre de algin modo el patrén de cconducta al que sigue aferrado. «He hecho de los ‘demas tmos sueedneos de mi padre y he tratado siempre de complacerlos. Nunca he intentado evilarlo». Fste personaje se vela a sf mismo ‘como una persona «complaciente» con la gente Mis adelante en Ia pelicula, cuando ambos hermanos estén discutiendo, retroceden instinti- vamente a su infancia. Discuten sobre tna foto- ‘sraffa tomada en aquella época y acerca de quién tenfa una posicidn privilegiada en la misma. De hecho, discuten sobre quién era el preferido de la Familia, Como es natural, ambos identificaban al ‘fro como el preferido, Jack Lemmon insiste en ‘que él ha situado a su hermano mayor en el lugar de su padre, que ya ha fallecido, Naturalmenie, fen la pelicula Jack Lemmon afronta su pasado y fencitentra el camino para volver a la cordura. Sin, fembargo, fue Ta escena de la «discusidn> la que ‘me movié a escribir este libro. Los nifios seguian. ‘conduciendo los autobuses de aquellos dos adul- tos. Las antiguas disputas continuaban bullendo ‘nel interior tanto del uno como del otzo. ,Acas0 no son profundos los recuerdos? Realmente, nuestro ayer influye en exceso sobre nuestro hoy. TACONFRMACION MEDLANTE EIEUPLOS ST El «tirana» y el «tipo duro» ‘Ouro amigo mio, después de casarse, se convirtis fen un tirano», en palabras de su esposa. Mi amigo insistia en que su mujer y sus hijos tenfan ‘que obedecer sus normas. Ya sabes, «lo dijo Blas, punto redondo». Me enteré por castalidad de que mi amigo procedia de una familia en Ia que Ia, madre detentaba todo el poder: mediante la fuer= 72.0 la debilidad, dominaba completamente no s6lo a su marido, sino a la familia entera, Esto normalmente tiene como resultado una ira no resuelta por parte de esta witima, Sin embargo, dado que el hombre en cuestién nunca habi afrontado realmente esta parte de sit pasado, no hay «certeza» respecto de esta situacién. Pero, sogiin mis propias observaciones, es muy posible que su ira no resuelta tenga como resultado la consiguiente dominacién. La lucha de poder entre sus padres arroja una significativa sombra sobre su propia vida y su comportamiento actual. Sospecho que este hombre percibfa incons- cientemente el dominio de su madre y que tom6 Ja siguiente determinacién: «Eso nunca me suce- era a mf>. Como el nifio pequetio, encogido de ‘miedo bajo la mesa, que decide: «Nadie me inti- ‘midard munea de ese modo». Si tengo razén, Ia resolucién del nino sigue provocando la mayoria de los impulsos y tomando la mayor parte de las decisiones del adulto, 58 SLENIGMA D5 YO ‘Unejemplo més. Recuerdo haber conocido en cierta ocasién a un hombre que pareefa ser muy feduro»_ (S610. se abotonaba tx camisa hasta la altura del ombligo y bablaba por la comisura de Tos labios) y que me coment6 que habia estado en ‘eNamt» (Vietnam), donde habia sufrido un colap- So nervioso, Me cont6 que le ingresaron en un hospital para veteranos, que Te inyectaron el sueto de la verdad y que grabaron en pelicula 1a CconversaciGn que sigui6, para que pudiera verla ‘después, La persona que vio en la pelicula era famable y eariosa. «{Quién demonios es ése"», preguntd. Y los médicos respondieron: «Ese es tu {yo real. Te tuviste que poner tuna mascara sobre qu temara para poder soportar lo que tenfas que hhacer en Vietnam, y alin sigues Hevéndola». Y podrfan baberle dicho que su ayer seguia contro- Tando su hoy. No he vuelto a verle, pero espero que haya permitido emerger a su autéutico yo. De lo con- ttatio, seguint boxeando con un aidversario ima- ftinario y baciendo girar sus ruedas en el vacfo durante el resto de su vida. ¥ lo mismo es verdad respecto de ti y de mi. El ayer (los ayeres) y sus experiencias normalinente explican nuestras reacciones de hoy. Al menos esio seri verdad hhasia que nos hagamos nosotros mismos las preguntas adecuadas y afrontemos nuestra propia realidad, Alguien del pasado puede estar gober~ nando el curso de nuestra vida. LACONFIRMACION SEDIANTE KIEMELOS 59 Cuestiones para la reflexién Encuentras aluda aspecto con el que identifiear- te en los ejemplos de El nifio de la Depresion El chico de cara triste EL nifio que queria estar préximo a su padre EL muchacho que fue reetazado por su made ELabad y sus monjes Mi amigo que perdi Ia razén La sefiora que gustaba o disgustaba El hermano mayor y su hermano pequetio Los dos hermanos de EI prisionero de la Segunda Avenida Eltirano El tipo duro de Num»? 4 La solucién: asumir la propia responsabilidad Somos complicados. Nuestro ayer influye en exceso sobre nnestro hoy. {Qué podemos hacer al respecto? Antes de ponemos buscar una solucién, hay dos cuestiones importantes que todos debemos considerar, La primera es si puc~ dden cambiar realmente las personas. Cuando pasamos las desgastadas péiginas dl album de nuestra vida, es probable que encontremos muy ppoeas personas que hayan cambiado, porque la ayorfa se vuelve més reactorn. Bi ln colurina que exes despus de aque Ua conversacion, Haris admii qu al princpio se habla quedado un ant asombrad, pero que después pens «Es ua de as grandes leclones que se aprenden en [avid Serum acto", m9 wm Sector La diferencia entre ambas opciones es obvia. Los «actores» deciden emo van a actuar, mien- {tas que los «reaclores» dejan que olras personas, otras situaciones, el grupo o incluso el barémetro decidan por ellos Preguntémonos honestamente: «No hay siuaciones en las que todo el mando reacciona- ria del mismo modo?» La respuesta es, sencilla: ‘ments, ;No! Cuando decimos (y la mayorfa de josotros To hacemos): «Bueno, todo el mundo 66, HL ENIGMA Dia. YO hari.» sencilamente, estamos equivocal, Esto os Ue suinaimportancia, Debo decile por tatmisme como voy setae Soy Ser hua fo be, noun robot atomic contolado desde el exterior Bi cert oeaién, prgumié en clase: «Si algulen no me gusta, pero soy sumumente ama Ble'con eh soy bonesto” zsoy yo mismo?» Mi Tespucna co sNaturmente ff Como pro- Fenar se gue Tos alums ue ener un Bean necesdad de afeclo son probablemente. tos memos atractvon yan cm sera 1s que menos necesdad tienen de aes, La persona timid no quiere verse implica on nad ape Sona aaa desafia eas odo; per se ata d las personas mas necesiadas de i afeto 9 anab Fidad'Ls persona desuiradn necesita com premidn, no oto desaie, Por nl, debo devi Emo voy a eta y suet ener gue hero eon trams senimients. Al ser aectsoso con quie~ nes no me gusta, soy mi verdadero yo, porque fe decid Facer de mi vida un acto de amo, Y tsioy eonvenci de qu el amor esl Unico que Suda realmente gen ‘Anteriomente hemos mencionado fa coxa del Analisis Tanstecional de ich Bere, de fewer con la el el sere del €xto Vital Fes deen poneraladuto gue hay en nosotros acergo de propia vida El lector fecordar las exp homes sob lm Pasre-Asolo-Nino, Nunca La sauce o debemos dejar que los mensajes de nuestros padres 0 las emociones del nifio que hay en nues. tro interior tomen las decisiones por nosotros, Debo tener siempre al mando al adulto que hay cen mi « mii mene persando de manera indepen- iente, y a mi voluntad escogiendo un comporta- imient6 por sf misma, Debo decidir cémo voy a setua,ydebo asumir a plena responsabilidad de ‘Asumir Ia responsabilidad de los sentimientos ‘Abordemos ahora una cuestién mas los sentimientos. Algunas veces los sentimientos brotan tan répida y espontineamente que pensa- mos que son automaticas y naturales. En otro tiempo, llegué a pensar que los sentimientos eran ‘como los estomnncios: que llegaban y se iban sin hacer dafo; que no eran muy importantes, Pero ahora picnso que los sentimientos son de una importancia crucial en la buena comunicacién y constituyen un diagnéstica de lo que hay real- mente en nosotros. Ahora sé que mis sentimien- tos revelan lo que hay verdaderamente en mf, que ‘me ayudan a «diagnosticar» mis actitudes y valo- res mis profundos como ninguna otra eos puede hacerlo, “8 HL ENIGMA Det YO. Lo importante, agué y ahora, es que todos mis sentimientos proceden de algo que hay en me dicen algo acerea de mi mismo. Ineluso mis supuestos cambios de humor son diagnosticados. Ninguna persona o cosa puede producir en mf un sentimiento especffico; ninguna persona 0 cosa puede hacerme entadar, a no ser que ya anide la ira en mi, Andlogamente, otras personas 0 cosas no pueden alegrarme, a no ser que ya haya ale- agit en mi. Lo tinico que los dems pueden hacer es estimular lo que ya hay en mi Eleanor Roosevelt, Ia esposa del Presidente Franklin D. Roosevelt, tenfa en la pared de su despacho wn cartel que decfa: «NADIE PUEDE HACER QUE TE SIENTAS INFERIOR SIN TU FERMISO™ ‘Tengo que semtirme inferior @ los demas antes de que alguien pueda estimular ese sentimiento en ‘no me siento inferior a los demas, pero alguien lo dice o lo da a entender, lo tinico que hharé seri rascarme Ja cabeza y_preguntarme ‘emo puede alguien llegar a una conelusién tan cerréinea. De ver, en cuando pregunto a mis alumnos: «Si alguien se marchara del aula dando um porta- roy exigiendo que le devolvieran el dinero de la matricala, gedmo ereéis que me sentiria?» El pri- mer alumno que contesta dice més 0 menos: « cuando su padre volvia a casa ileso, La soueros n Algo en mf esté seguro le que su vor y sus modales trémulos uctusles se remontan a aguella angustiosa experiencia de Ta infancia. Hoy, su ccapacidad de disfrutar plenamente de la vids esti ‘loqueads por las emociones del ayer. {Cusinto tiempo es «para siempre»? En otra ocasién estaba previsto que asistira a los ‘votos matrimoniales de una joven pareja a la que habia dado clase. Mas © menos un mes antes de In fecha de Ia boda, la pareja vino a verme, Ella estaba anegada en légrimas y a punto de suspen dr la boda, y dab la impresién de que se trata ba de algo’ mis importante que los habituales enervios nupeiales», pucs Je preguntaba conti- nuamente a su novio si su wineulo matrimonial serfa para siempre y si él seria un matido fel, Finalmente se marcharon, pero estoy seguro de que ella continué con sus confusas emociones. Se casaron, y en la fiesta que siguid a la ceremo= nia me entéré de que, hacia muchos aitos, sit padre habia abandonado a su madre y se habia easado con una mujer mucho més joven. Estoy convencido de que el divoreio en su propia fan lia de origen tenfa mucho que ver con sus dudas justamente antes de su propia boda, Pero debe aprender a ver sus emociones como un residue de 80 1 ENIORA DEL YO unas experiencias del pasado ya separar st ‘matrimonio del de sus. padkes. Solo entonces podré la persona adulta conducir el autobis de st vida, Una adulta hija de la paranoia Mi tltimo ejemplo de algo que se © Ia «co-orientacién». Permita- seme exponerla tal como me fue explicada. En primer lugar, debo buscar un interlocutor, que ddeberia ser alguien en quien yo confiase, alguien con quien pudiera hablar sin dificultad, Una vez ue nos pongamos de acuerdo sobre el intercam- bio y la cantidad de tiempo de cada exposicién Guince 0 veinte minutos), podemas proseguit. 90 1 ENIGMA DEL. YO Lo que haremos serii hablar acerca de algiin incidente, o quiz4 de un problema de relacién de nuestro pasado en el que nos sentimos obligados ‘ano expresar nuestros sentimientos. Pero ahora, 1 posteriori, podemos rememorar el pasado con ‘ojos miis objetivos y expresar, por fin, todos los sentimientos que no pudimos manifestar en el ‘momento del incidente o durante la relacién. Por ejemplo: «Lin segundo grado, me oriné en los pantalones y me sent terriblemente avergon zado y enfadado con el profesor, que me dijo que fesperata hasta el recrea. En aquel momento no pide expresar nimi vergtienza ni mi ira, pero ahora si puedo». Y asi lo hago. La otra persona ‘ho me «aconsejaw activamente, sino que se limi- ‘aa hacermo preguntas para clarificar mi cién. «{Cudnto tiempo te has sentido as sa la vergtionza més significativa dle tw infancia? 4Cémo te afecta en tw vide actual», Etcétera, eiesiera, Después de que Ia primera persona haya utili- zado la id de tiempo acordada, invita a la fora persona a hacer 10 propio. Por ejemplo: ‘«Pensé que la pregunta que mi novio iba a haver- sme tenia que ver eon nuestra boda, y estaba total- mente dispuesta a decir que sf: pero lo que me pregunté fue si nuestra relaci6n tenfa realmente Tuturo, Me sent sorprendida, herida, indignada e ineluso algo culpable, todo’ al mismo tiempo». La mesenica 31 Esta segunda persona continéa su exposicién como hizo la primera y durante el mismo espacio de tiempo. {Sirve de ayuda esta elase de intercambio? Si sin ninguna duda, Sacar a Ta luz ineluso las mis antiguas emociones del ayer ayuda a romper el bbloqueo y nos libera para expresar nuestras emo- ciones del momento, en lugar de reprimirlas, racionalizarlas 0 negarlas. Pero romper el bio” queo de las emociones implica también algo ids: ayuda a clarifiear mi visi6n y a objetivar mis actitudes; me leva & una comprensién més profunda de mf mismo, Y ello estimularé en mi ‘un auevo crecimiento Naturalmente, no existe sucedaneo de un honesto deseo de conocerse a si mismo. Cual- aqnier buen psicoterapenta sabe que lo realmente importante es que el paciente, no el psicotera- peuta, vea la verdad. Sospecho que la mayoria de Jos biienos psicoterapentas saben la verdad acer: cca de sus pacientes antes que estos flkimos; pero no sirve de nada mientras el paciente no reco- nozea la verdad y actie en consecuencia, En la reevaluacidn 0 e0-orientacién, lo importante es que el hublante vea la verdad al exponerla, y es de menor importaneia que el oyente capte la ver- dda de! hablante, En mi opini6n, si se quiere ver- daderamente ver la verdad, conocerse mejor & uno mismo, éste ser el resultado inevitable, 2 BL ENIGMA DEL. Yo Sin embargo, exe momento de percepeién de 1a verdad puede llevar algtin tiempo. Como todo then psieoterapeuta sabe, es muy probable que el problema «actual» no sea el problema «real». En ‘otras palabras, el problema con cl. que la persona Tega, probablemente-no es el problema real que Jn persona identificar Finalmente 'No cabe duda de que es importante exponer todas as piezas, porque debo ver cémo encajun, Cuando Io haga, iré gradualmente apareciendo ei aba del autodescubrimiento. Otra persona puede Suministrarme Tus conesiones necesatias, pero sélo mediante su presencia empatica o haciendo proguntis comprensivas. Por ejemplo: «Crees {que th padre 0 1 madre fueron tu ejemplo en ‘cuanto a esta caructeristica tuya?»; «qué suce- dié en aquel momento de tu vida en que cam- bjaste tanto?» Preguntas de este tipo demuestran Ja importancia de encontrar a un interlocutor con el gue establecer un intercambio honesto, pero no erflico, Las pregunias de un buen oyente empati- fo pueden suscitar nuevas ideas en el hablante En el caso relativamente raro de que no exista tal persona, entonces hay que buscar un grupo receptivo, camo Aleoholicas Anénimos, 0 Creci- tmiento Angnimo, 0 Emociones Anénimas. Sin embargo, el grupo debe atenerse a las pautes propuestas para’ los confidentes_individusles: hhonestidad y no erigitse en jue7. En casi todas partes existen prupos de este tipo Lapntcnica, 93 ‘Segunda préctica: poner el problema en otras manos («In God We Trust») En algunos grupos de los que he ofdo hablar a To largo de los aos, existe lo que ellos denomyinan Ja «urna de Dios», recurso que me expliearon del siguiente modo: lo mas importante que esta urna sugiere es que no debes tratar de cargar con todas tus preocupaciones, decisiones y problemas, sino que los confles al poder de Dios. Cada persona escribe un «problema» en un papel, y después Io deposita ceremoniosamente en la urna de Dios; y desde ese momento, el problema se encuentra en ‘manos de Dios. Esta préctica podria verse como una «eva sidns. Sin embargo, citaré a Franz Werfel, el judio autor de The Song of Bernadette, que escri- bi6 en el prologo de dicha obra: «Para quienes cereen, no es necesaria ninguna explicaci6n, Para ‘quienes no creen, no es posible ninguna explica- clén», Antes de que sea posible «poner todo en manos de Dios», debemos ereer que Dios quiere realmente que seamos felices. asi como que él ‘control las circunstancias de nuestras vidas, que inueve realmente los hilos de nuestros aconteci rmientos vitules. Como dijo Lacordaire en cierta ccasién, «lo nica que sé del mafiana es que Ia Providencia saldra antes que el sob» Sin embargo, también debemos pedir a Dios que eduque nuestros instintos, porque nosotros o EL ENIGRA DEL YO. fenemos que reatizar la parte que nos correspon- de, «Ora como si todo dependiera de Dios. Pero trabaja como si todo dependiera de ti». Otra ver~ sid de la misma verdad dice: «Si te encuentras. cn alta mar en un bargnita y se desencacena una tormenta, ora como si todo dependiera de Dios, poro rem hacia Ia costo», En otras palubras, a djario todo en manos de Dios, debemas pedirle que nos inspire para utilizar nuestras propias capacidades, para hacer un esfuerzo personal. Debemos pedir a Dios que nos ilumine y nos ccapacite para cooperar en el esfuerzo por alean- zat el autoconocimiento y erecer. Pero la solu- cin final le corresponde « Dios. El resultado est siempre en sus manos, Se dice que «preocuparse es como estar en una mecedora: no te Leva a ningiin sitio, pero te ‘mantiene ocupado», A esta preocupacién innece- saria es a Ia que reaunciamos al poner el proble- ‘ma en manos de Dios. En los grupos menciona- dos anteriommente, sila persona en busca de autoconocimiento vuelve a sentirse preocupada, debe sacar el papel en que habia escrito su prea” ccupaciéa y Hlevdrselo. Sélo puede volver a depo- sitarlo en lx urna de Dios euundo esté dispuesia a centrezar a Dios todas las piezas y a dejar el resul- tado totalmente en sus manos, ara ilustrar este punto, permitaseme resumir lu historia de Bill Wilson, cofundador de «Aleo- holicos Anéaimos», Bill era un alcohdlico sin La pascncs, 95 remedio gue habia sido desalcoholizado imume- rables veces por su médico, el doctor William Silkworth, que, finalmente, le hizo afrontar un diagndstico definitivo: «Bill, ees un alcohélico sin remedio. No puedo hacer nada més por aparte de sacarie el dinero». De modo que Bill pregunt6 a su médico: «Hay algo que yo pueda hacer?» ¥ el doctor Silkworth dijo: «Yo soy un hombre dc eiencia, no un elérigo; pero el famos0 psiquiatra Carl Jung dice que la tnica esperanza para los bebedores como ti es una experiencia religiosa». Seguin parece, un paciente del doctor Jung tavo alguna clase de experiencia del poder de Dios, y desde aquel misino momento se mian- ‘uvo sobrio, Asé que Bill Wilson volvié a su habitacién del hospital y dijo en vor alta: «Dios, ni siquiera sé si ereo en ti; pero, si ests ahf, por favor, aydda- me, Eres mi tiniea esperanza. Y aquel fue el ‘momento de su experiencia espiitual, En la peli= cla My Name Is Bill W, dice al otro cofundador, cl doctor Bob Smith: «la experiencia ha pasado, pero la paz permanece». En cualquier caso, Bill supo, en el mismo momento de su experiencia religiosa, que nunca yolveria a beber. Y, pot suptesto, asé fue. Hay muchas historias acerca de personas que han puesto sus vidas, o al menos un determinado problema, en manos de Dios. Yo tiendo a ser un tanto escéptico con respecto a muchas de estas historias; pero hay algunas, 96 LENIGMA DEL. YO ‘como la de Bill Wilson, en las que la interven- ccidn de Dios parece innegable, ‘Una pregunta que suelo huacerme es la siguien- te: {por qué algunas personas experimentan la presencia, el poder y In interveaciGn de Dios, y ‘otras no? A veces descubro en mf mismo el deseo e que haya una respuesta simple « esta comple- Ja pregunta En. primer Iugar, est In cuestién de Ia fe CCabrfa pensar que, cuanto mas profunda fuera la fe, tanto mds fil resultarfa poner nuestras vidas fen manos de Dios. Pero cuando Bill Wilson centrez6 finalmente su sobriedad a Dios, se trata- ba de su limo recurso. En el momento de su siiplica, ni siquiera estaba seguro de creer real- ‘mente én Dios. Otra persona que sentfa que Dios Ja estaba utilizando para ayudar a los demas me dijo: Otro pensamiento mis: muchas veces nos gusta hablar a Dios del modo que consideramos apro- piiado, de manera que le decimos cosas agridae bles como las siguientes: «Oh, Padre celestial, estoy Ileno de los mas dulces sentimientos de fe, esperanza y caridad». Y Ia realidad es que esta- ‘mos Henos de impulsos homicidas. Cuando hablamos con Dios, Tevamos una estudiada mis- cara que consideramos respeto, peo que, de hecho, es insinceridad. Y ni siquiera Dios puede ccomunticarse con una méscara, porque constituye una barrera que Dios no puede atravesar sin con- firmamos en nuestra insinceridad, La pidcricn 9 Por tanto, lo que debemos hacer es rendirnos ‘completa y definitivamente al poder de Dios; y debemos hacerlo nosotros mismos, expressindo- nos a nuestra manera, Entonces podremos encon- trar la paz, el poder y la presencia que s6lo pue- den ser nuestros en él abandono. Una cosa mis Ios suficientes porgués pueden soportar casi cualquier cdma. Esto, taducido, significa que, si tenemos suliciente motivacisn, podemos soportar casi cualquier cosa. Segin parece, el agotamiento no es resultado del exce- 80 0 la dureza del trabajo, sino que cons indicative de una creciente sensacion de dad. Cuando el pozo se seca, nadie se siente ‘movido a ningiin tipo de accién. Es importante, ‘pues, que nos mantengamos motivados. ;Cémo? ‘Mi sugerencia consiste en que hagamos algo difi- cil por una intencién especial, por nosotros mis- mos 0 por otra persona, Podiriamos hacer una lista de todas las cosas que cambiarfan para noso- tos y para los demas si las intenciones se hicie~ ran Fealidad, Ello nos mantendrii motivados, y debemos recordar que los suficientes. porgués pueden soportar cualquier cémo por el que ten ‘amos que pasar, En realidad, no existe eso que denominamos il, 109 aL Emeka De. YO Cuestiones para la reflexién, {Qué preguntas me ests haciendo Ia vida en ste momento de mi trayectoria vital? {Cul es mi costumbre respecto de asumir mi propia responsabilidad? ;Asumo habitual- ‘mente toda la culpa cuando las cosas van mal, (0 se Ia atribuyo a otra persona o cosa? Hay en mi vida pasada algo que me tavo preocupado, pero que ahora say capaz de dejar en paz? ‘Segién mi experiencia, ,cusl ha sido el resul- tado de comentar las cosas con un amigo hhonesta y no erftica? GEs realmente el aulodescubrimiento un pro- eso que dura toda la vida? {Qué sé hoy acer- ca de mf mismo que no sabia hace cinco alos? En el ereptisculo de mi vida, que podé saber acerca de mf mismo que no sé ahora? {Cual es la emocién que me resulta ms dif Gil compartic? {Procede la dificultad de un conflicto de valores, de las «cassettes» de mis padres, de la presi6n de mis iguales o de cual- Quier otra cosa? La prAcrica 101 7. {Qué problema has tenido que, una vez pre- Sentado a otra persona, ya no’ parecta, nada ‘eomplicado? 8. yCufles son tus pensamientos y tus senti- Imientos acerca de utilizar a exeevaluacién> w sorientacin» tal como se ha descrito ante- riormente? 9, {En qué sentido te parece la «urna de Dios» tun desaffo o una evasicn para ti? 10, ,Cémo pueden las personas poner algo por ompleto en manos de Dios y seguir inten- tando hacer la parte que les corresponde? 11, ,Existe la voluntad «fuerte» 0 «débil», 0 no Se trata més que de suficiente o insuficiente ‘motivacién? ficil rendirse incendicional Dios? ; Van siempre nues- cilmente a la par? 12. zPor qué es tan ¥ definitivament tras emaciones dé 13, ,Qué mascara siento Ia tentacién de evar ‘cuando hablo con Dios? gSay excesivamente dependiente o demasizdo poco dependiente de Dios? ,Qué método utilizo para resultar adecuado para Dios? 102 FL FNIGMA De v0. 14. {Por qué algunas personas tienen «experien- ius espirituales» intensas y frecuentes, mien- tras otras no parecen teneslas nunca? 15, ;Qué es lo que me resulta mis difiell a Ia hhora de poner mis «iluminaciones» en précti- caen mi comportamiento cotidiano?

You might also like