KANT Y LA FUNDAMENTACION DE LA ESTETICA AUTONOMA 189
[.--] la imaginacién productiva (genio) no es nunca enteramente productiva.
Produce, por ejemplo, el centauro de lo dado: el caballo y el hombre.‘
ARTE Y GENIO
La imaginacién productiva es la que el genio pone en juego al crear obras de
arte. Precisamente, “arte” es, para Kant, “arte del genio”. La relacién es tratada
en la “Deduccién de los juicios estéticos puros”, ubicada luego de la “Analitica
de lo sublime”.
De las facultades que constituyen el genio, la mas importante es la imagi-
nacién productiva estética. Por tener el genio una subjetividad descentrada y li-
bre de las presiones de la accién y del conocimiento, la imaginacion se libera
del deseo y del concepto. La libertad de la imaginacién es, para Kant, la puerta
abierta a lo suprasensible y a la moralidad.
El genio, gracias a su imaginacién creadora, produce la “idea estética”, que
da mucho que pensar. Si bien el juicio estético no es conocimiento, esto no su-
pone que no tenga influencia en el pensamiento (recordemos que “conoci-
miento”, en el léxico kantiano, es sinénimo de conocimiento cientifico). Dice
Kant:
Bajo idea estética entiendo aquella representacién de la imaginacion que da
ocasién a mucho pensar, sin que pueda serle adecuado, empero, ningin
pensamiento determinado, es decir, ningan concepto, a la cual, en conse-
cuencia, ningtin lenguaje puede plenamente alcanzar ni hacer comprensible
(CFJE, p. 222).
Las obras de arte son “abiertas” (Eco); aceptan un ntimero ilimitado de in-
terpretaciones ya que ningiin concepto le es totalmente adecuado. Las obras
“resuenan” en nosotros. En las creaciones del genio, dice Gadamer, “se pulsan
los conceptos”, segiin la expresin de Kant. Y agrega que ésta es:
[...] una bella expresion que procede del lenguaje musical del siglo XVIII y que
alude especialmente a ese peculiar quedarse suspendido el sonido del clavicor-
dio, cuyo particular efecto consiste en que la nota sigue resonando mucho des-
pués de que se haya soltado la cuerd
Opuesto al espiritu imitativo, el genio, ese “talento (don natural) que le da
la regla al arte” (CFJE, p. 178), crea segiin reglas no concebidas todavia. De alli
que sus obras no puedan explicarse por las del pasado. Contienen en si mismas
su propio criterio de valor. Podriamos decir que lo propio del genio es crear
nuevos paradigmas. A esta cuesti6n refiere Hans G. Gadamer en Verdad y mé-
todo Riidiger Bubner,” discipulo de Gadamer, ve en la subjetivizacién de la
creacién un signo positivo para el arte contemporaneo y considera que es ella
la que confiere actualidad a la estética kantiana, habida cuenta de las rupturas
del arte de vanguardia.
Escaneado con CamScanner190 ESTETICA
La actividad del genio responde, segiin Kant, a un don innato similar al que
Aristoteles hallé en el poeta.** Afirma Kant:
Dado que el talento, como facultad productiva innata del artista, pertenece él
mismo a la naturaleza, podria uno entonces expresarse también asi: el genio es
la innata disposicién del 4nimo (ingenium), a través de la cual la naturaleza le
da la regla al arte (CFJE, p. 216).
Valeriano Bozal conecta esa interpretacién kantiana a la teoria roméntica
del genio:
[...] al aclarar la nocién de genio, el filésofo ha dado un paso importante: ha es-
tablecido una relacién entre facultad espiritual y naturaleza, como si ésta pose-
yera “facultades espirituales” (los genios). Y al indicar desde un principio que
el genio es parte de la naturaleza, es naturaleza, ha puesto las bases para la teo-
ria roméntica del genio.*
La identificacién “romantica” genio-naturaleza resaltaré la originalidad, la
libertad, el espiritu no reproductivo o imitativo. El genio, ese “favorito de la
naturaleza” (Kant), nos permitiré tener “la experiencia de la naturaleza en si
misma y no sélo de sus fenémenos singulares””.
Recuerda Michel de Certau la diferencia entre los prestidigitadores
(Taschenspieler) y los equilibristas (Seilténzer). Aquéllos actéan por conoci-
miento (de los trucos); éstos por “arte”:
Caminar sobre la cuerda floja es mantener en todo momento un equilibrio al
recrearlo a cada paso gracias a nuevas intervenciones; es conservar una relacién
que jamis es adquirida y que una incesante invencién renueva al dar la impre-
sién de “conservarla”. El arte de hacer queda asi admirablemente definido, mas
atin cuando en efecto el practicante mismo forma parte del equilibrio que mo-
difica sin comprometerlo.*
La metafora de la diferencia entre el prestidigitador y el equilibrista sirve
para acentuar el hecho de que el artista acttta por dones innatos y su hacer no
depende de la aplicacién de reglas y modelos. Concluye De Certau que para
Freud, como para Kant, “se trata aqui de una facultad autonoma que se afina
pero no se aprende”.”
Al hablar “del arte en general”, Kant sefiala que “deberia denominarse arte
s6lo a la produccién por libertad”, no a las artesanias o “artes remunerativas”.
Tampoco deberia incluirse a lo “agradable” por no ser esto “materia duradera
para ulteriores meditaciones” (CFJE, p. 214). Son “artes agradables”, para Kant,
las que sirven para deleitar a los comensales en torno de una mesa, el relato en-
tretenido, la locuacidad, los juegos-pasatiempos y la musica de acompaiia-
miento que se mantiene como un “rumor agradable”, templando el 4nimo, sin
que nadie preste la menor atencién.
¢Cuiles son los principales aportes de la estética kantiana en lo que hace al
juicio de gusto? David Sobrevilla nos brinda un excelente resumen:
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eQué es lo que nosotros rescatariamos de la visién kantiana de los fendmenos
“estéticos”? Entre otras cosas, cuando menos las siguientes: que estos fenédme-
nos no se confunden con los morales ni tampoco con los meramente agrada-
bles, por ser desinteresados, no determinados por conceptos ni por la “mate-
ria” de las sensaciones y por poseer un alto grado de validez intersubjetiva.
Que en su “experiencia” intervienen la imaginacién y el entendimiento y se
produce el placer. En cuanto a la obra de arte, Kant ha descubierto para la poste-
tidad —o redescubierto— que aquélla no debe dejar traslucir las intenciones
con las que ha sido producida (0 sea que no debe ser de tesis); que obedece en
su proceso de producci6n a reglas, pero que éstas no alcanzan a “explicar” la
obra lograda; que antropolégicamente es el resultado sobre todo de la actividad
de la imaginacién creadora; que da mucho que pensar (0 sea que admite un nt-
mero casi ilimitado de interpretaciones); que las grandes obras de arte son ab-
solutamente originales, o sea que llevan en si su propio criterio de valor, no se
explican por las obras del pasado y deberian influir no suscitando la imitacion,
sino despertando en otros el sentimiento de sus propias posibilidades produc-
tivas.” !
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