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Cristóbal Videla-Hintze Ética a Nicómaco, Libro VII, Capítulo 3 3.11.2016 - Versión 1.

3. Solución al problema sobre el conocimiento del hombre desenfrenado.

En primer lugar, se ha de investigar si acaso los desenfrenados actúan moralmente con 1146b8
conocimiento o no y en qué sentido lo hacen con ese conocimiento; luego, se ha de 10
juzgar en torno a qué se refieren el desenfrenado y el autocontrolado; pues bien, digo si
en torno a todo placer y a todo dolor o sólo a algunos determinados, además, si el
autocontrolado y el sufrido son uno mismo u distintos; además, de modo similar en 15
torno a los otros temas relacionados a esta teoría. Pues bien, se ha de comenzar a
investigar si acaso el autocontrolado y el desenfrenado lo son por aquello a que se
refieren o por el modo de conducirse, es decir, si es únicamente por referirse a tales
temas por lo que el desenfrenado es desenfrenado, o no es por eso, sino por el modo, o 20
tampoco por esto, sino que por ambos temas; después se ha de investigar si el
desenfreno y el autocontrol se refieren a todo o no. En efecto, ni aun en torno al
desenfrenado en absoluto lo es en torno a todo, sino que en torno a lo que lo hace
desenfrenado, ni lo es tampoco por referirse sin más a eso (pues entonces la
incontinencia se confundiría con el desenfreno), sino por referirse a ello de cierta
manera. Porque el uno actúa moralmente de modo deliberado, creyendo que siempre se
debe perseguir el placer presente; el otro, no lo cree, pero lo persigue. (1)
Luego, en torno a la sugerencia de que sea una opinión verdadera y no conocimiento en
contra de la cual se actúa descontroladamente, en nada difiere respecto al razonamiento; 25
en efecto, algunas personas cuando tienen opiniones no dudan, sino que piensan que
saben con precisión. Por consiguiente, si debido a la débil convicción aquellos que
tienen una opinión son más proclives al actuar moral contrario a su juicio que aquellos
que tienen conocimiento, respondemos que no debe haber una diferencia entre el
conocimiento y la opinión con relación a esto; pues algunas personas no están menos
convencidas de lo que piensan que otras de lo que saben; como es el caso de Heráclito.
Pero, cuando usamos la palabra conocer en dos sentidos (en efecto, tanto de la persona 30
que tiene conocimiento pero no lo usa y de la que lo usa decimos que sabe), hará una
diferencia si cuando la persona hace lo que no debe y sabe que no está ejerciendo su
conocimiento, o sí lo está ejerciendo; pues esto último parece extraño, pero no lo
primero. (2) 35
Además, puesto que hay dos tipos de premisas, no hay nada para prevenir que una 1147a1
persona que tiene ambas premisas actúe moralmente en contra del conocimiento,
siempre use la premisa de modo holístico y no concreto; en efecto, pues las acciones
morales son concretas. Pero también hay dos tipos de términos holísticos; uno es
predicable del agente, el otro del objeto; por ejemplo, ‘la comida seca es buena para 5
todo ser humano’ y ‘yo mismo soy un ser humano’ o ‘tal tipo de alimento es seco’; pero
que ‘este alimento es de tal tipo’, de esto una persona ya sea no tiene conocimiento o no
se pone en ejercicio dicho conocimiento. Esto producirá una enorme diferencia entre los
modos de saber, de modo que saber de un modo no parecerá extraño, en tanto que saber
del otro modo será extraordinario. (3)
Además, el disponer de conocimiento en otro sentido que los mencionados es algo que 10
le ocurre al ser humano; pues en el caso de tener conocimiento pero no usarlo vemos
duna diferencia con la disposición habitual, admitiendo la posibilidad de tener
conocimiento en un sentido y no teniéndolo, por ejemplo, el que una persona esté
dormida, esté furiosa o esté ebria. Pero esta es precisamente la condición de las personas
bajo la influencia de las pasiones; en efecto, los arrebatos de ira y de apetitos sexuales y 15
otras pasiones de tal tipo, es manifiesto y efectivamente modifican nuestras condiciones
corporales, y en algunas personas producen ataques de locuras. Es claro, entonces, que
se debe decir que los desenfrenados están en una condición similar a la de la persona
dormida, furiosa o borracha. (4)
Cristóbal Videla-Hintze Ética a Nicómaco, Libro VII, Capítulo 3 3.11.2016 - Versión 1.0

Pues bien, el hablar con la razón a partir de conocimiento no indica nada; en efecto,
también aquellos bajo la influencia de estas pasiones repiten demostraciones científicas
y versos de Empedocles, también aquellos que recién han comenzado a estudiar ciencias 20
pueden concatenar frases, pero aun no lo saben, pues hay que asimilarlo y eso toma
tiempo; de este modo, debemos suponer que el uso del lenguaje por los desenfrenados es
como el de los actores en el escenario. (5)
Además, también podríamos ver la causa como lo haría un investigador de la naturaleza. 25
En efecto, una opinión es holística, la otra se da en torno a cada caso particular, y aquí
se llega a algo relacionado con la percepción; en tanto que una única opinión se genera a
partir de dos, el alma debe en un tipo de casos afirmar la conclusión, en tanto que en los
casos concernientes debe actuar moralmente de inmediato; por ejemplo, si ‘todo lo dulce
debe tener sabor dulce’ y ‘esto es dulce’, en tanto que se da en un caso particular, la 30
persona que puede actuar y no está impedido debe simultáneamente actuar moralmente.
Por consiguiente, en cuanto la opinión holística está presente al restringir el saborear, y
también se da la opinión que ‘todo lo dulce es placentero’ y que ‘esto es dulce’ (ahora,
esta es la opinión activa) y resulta que se presenta el apetito en nosotros, una opinión
dice que evitemos esto, pero el apetito nos conduce hacia ello, pues puede mover
nuestras partes corporales; de este modo resulta que una persona se comporta de modo 35
desenfrenado bajo la influencia de algún modo de la razón y de la opinión, y de algo no
lo contrario a sí mismo, pero solo incidentalmente –pues el apetito es contrario, no la 1147b1
opinión– a la recta razón. También se sigue que esta es la razón de porqué las bestias no
son desenfrenadas, a saber, no disponen de juicios holísticos, sino que sólo de
imaginación y recuerdos particulares. (6) 5
El explicar cómo se disuelve la ignorancia y el desenfrenado recupera su conocimiento
es el mismo razonamiento que en torno al ebrio y al estar dormido y no es propio de esta
pasión, se debe escuchar a la fisiología. Luego, siendo la última premisa una opinión 10
sobre un objeto perceptible, siendo también lo que determina nuestras acciones morales,
esta es una persona que o no la tiene cuando está apasionado o la tiene en el sentido en
el cual tener el conocimiento no significa saberlo sino que sólo hablar, como un ebrio
puede repetir los versos de Empedocles. Y porque el último término no es holístico ni un 15
objeto de conocimiento científico con el término holístico, la posición que Sócrates
buscaba acordar, efectivamente parece resultar; en efecto, no es la presencia de lo que se
piensa conocer propia de que la pasión ocurra ni es ella que es hecha desaparecer como
resultado de la pasión, sino que la del conocimiento perseptual. (7)
Por consiguiente, con esto basta como nuestra respuesta si acaso el desenfrenado actúa
moralmente con conocimiento o no, y con qué tipo de conocimiento es posible ser
desenfrenado. (8)
(1) Aristóteles

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